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Una mirada común antes de avanzar
from Revista Nº163
by ASIVA
Por otra parte es fundamental un Estado con políticas que nos lleven más allá, lo que tampoco ha sido la tónica, porque no comprende necesariamente lo que es innovación, porque cree que se trata de aceleración digital, pero de manera desconectada de los otros actores.
Por Alberto Pinto U. Presidente Comisión Empresa Educación Superior
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La comisión Educación Superior Empresa busca ligar el mundo de la academia al de la industria productiva, fortaleciendo sus lazos, acelerando así el desarrollo de la innovación y el impulso en estas dimensiones claves para el país. Tal como Eizkowitz y Leydesdorff teorizaron en los 90’ en su modelo de la triple hélice, donde estos dos importantes aspectos, junto al Estado como tercer actor construían un triángulo que debía comprenderse en interacción y al cual lo gubernamental debía proveer condiciones que facilitaran su trabajo conjunto; hoy, en contextos excepcionales como los de la pandemia, requerimos entes complejos dinamizados por una visión común.
Cómo activar nuestra sociedad, nuestra economía, nuestro capital humano e intelectual en momentos como este. Antes de proponernos estas iniciativas parece determinante mirarnos colectivamente y en interacción. Para responder esto debemos cambiar la forma en que estamos educando, porque esta servía para mantener el statu quo y ahora ya no nos es útil, no lo era antes, pero menos aún ahora. Requerimos innovación, porque los países que han dado los más grandes saltos cambiaron su forma de educar. Y eso requiere también un mercado y un mundo productivo que se mire a sí mismo con otros ojos, no obstante; lo habitual es dejar las cosas como están.
Puede que lo que digo duela a los tres vértices de este triángulo, pero nuestras políticas para innovar generalmente están diseñadas para dejar todo igual.
Nadie quiere grandes cambios: En tiempos normales quien está en una posición cómoda o favorecida no quiere un ambiente cambiante y el establishment ha estado cómodo. Muestra de esto es que lo que nos remeció desde octubre no vino de ninguna de las tres puntas del triángulo, sino desde las personas cansadas de más de lo mismo.
El modelo de la cuádruple hélice de Carayannis y Campbell agrega este factor pues considera que las tecnologías emergentes no siempre coinciden con las demandas y necesidades de la sociedad y que hay otras voces que escuchar.
Hoy requerimos pensar cómo actuar frente a este virus y sus consecuencias, sin embargo, primero debemos tener una conversación seria de cómo generamos las condiciones para hacer planes futuros.
Requerimos crear un contexto cívico y un ecosistema productivo que dialoguen con una visión de futuro, porque quizás no estamos proyectando el mismo futuro todo.
¿Son nuestros dispositivos capaces de llevarnos hasta allá? Si nuestros instrumentos y políticas no contribuyen, ¿serán acaso los correctos?
Modelos como los mencionados pueden ayudarnos a generar políticas que aporten sentido a las iniciativas que vendrán.