El Sol Año LIII Núm 1, 2012 Debates y planteamientos ante el escenario electoral

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Índice Introducción.............................................................. 3 Política Editorial........................................................ 3

La importancia de apoyar el acceso a los estudios postsecundarios Sonia M. Bartolomei Suárez........................ 36

Otras maneras de concebir la transformación educativa en Puerto Rico: voluntad y consenso social como puntos de partida para construir una educación de país Aida Díaz de Rodríguez.................................. 5

La calidad de los datos de la educación pública en Puerto Rico: hacia la eficaz aplicación de la tecnología y de los sistemas de información Sylma I. Sánchez- Rodríguez...................... 40

Sugerencias breves con prolegómeno extenso sobre la educación en Puerto Rico Rafel Aragunde............................................ 12

El tratamiento y la educación de estudiantes con dishabilidades en las escuelas públicas de Puerto Rico Nicolás Linares Orama, PhD, CCC-SLP...... 45

La educación pública como imaginario de lo posible César Rey.................................................... 17

La escuela que aspiramos en la voz de nuestros estudiantes: una discusión de cara a un proceso electoral Víctor Hernández Rivera Eloy Antonio Ruiz-Rivera............................. 50

Asuntos del magisterio: ante las plataformas de los partidos políticos Ángeles Molina Iturrondo............................ 21 Reflexiones sobre currículo y propósitos de la escolarización en el umbral de un año eleccionario Gladys R. Capella Noya.............................. 25 La comunidad educadora y el desarrollo en Puerto Rico: ¿podemos aguantar otros cien años de soledad? Ramón Daubón........................................... 28

La situación actual de la educación en Puerto Rico: síntesis de los planteamientos ante el escenario electoral Junta Editora Revista El Sol........................ 55 Bibliografía para ampliar los temas discutidos.............................................56 Junta Editora de la Revista El Sol...................58 Convocatoria..........................................................59

Luis Llórens Torres: ejemplo de transformación escolar pública Rosibel Recondo......................................... 32 EL SOL • Revista Oficial de la Asociación de Maestros de Puerto Rico • Año LIII, Número 1, 2012 Junta Editora • Dra. Ana Helvia Quintero Presidenta • Prof. Víctor Hernández Rivera Universidad de Puerto Rico, Río Piedras • Dra. Iris Rivera Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico • Dr. José Luis Vargas Vargas Director Ejecutivo AMPR • Eloy Antonio Ruiz-Rivera Editor y Corrector • Prof. Evelyn Cruz Editora en Jefe Diseño y producción gráfica Aurora Comunicación

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Asociación de Maestros de Puerto Rico Ave. Ponce de León Núm. 452 Hato Rey, Puerto Rico 00918 www.amprnet.org SINE ME NIHIL

Non-Profit Organization Postage Paid at San Juan, Puerto Rico Circulación garantizada de 30,000 ejemplares Publicación de carácter cultural y profesional subvencionada con las cuotas mensuales de maestros asociados y editada cuatro veces al año.

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PRESIDENTA Prof. Aida Díaz de Rodríguez VICEPRESIDENTE Prof. Víctor M. Bonilla Sánchez DIRECTOR EJECUTIVO Dr. José Luis Vargas Vargas DIRECTORA OFICINA DE RELACIONES PÚBLICAS Sra. María del Carmen Gutiérrez


Introducción La Revista El Sol cumple, durante el presente año, siete décadas de intercambio continuo de discusión teórica, ilustración práctica, estrategias y cambios que requiere el sistema educativo y la educación nacional. Fiel a esta tradición, este número presenta una agenda de debate, necesaria para la educación puertorriqueña, insertándose en la coyuntura electoral que se desarrolla en nuestro país a través de 2012. La educación puertorriqueña: debates y planteamientos ante un escenario electoral presenta una ruta de trabajo educativo, al menos, para la próxima década y otra serie de transformaciones que los candidatos a la gobernación por los diversos partidos, así como las organizaciones de la sociedad civil, deben tomar en cuenta a la hora de instrumentar las propuestas educativas de sus respectivas plataformas de gobierno. La celebración del septuagésimo aniversario de este intercambio continuo de ideas inicia con este importante número, el cual, además, estrena un nuevo diseño gráfico. En el primer artículo, Otras maneras de concebir la transformación educativa en Puerto Rico: voluntad y consenso social como puntos de partida para construir una educación de país, la profesora Aída Díaz de Rodríguez, Presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, nos plantea que “hace

Política Editorial

La Revista El Sol se publica cuatro veces al año, en los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre. La edición de diciembre, Revista Magisterio, es una publicación con artículos ampliados y más extensos siguiendo el formato académico de las revistas de investigación. La revista tiene cuatro secciones permanentes: Teoría e Investigación, Experiencias y Modelos Reseñas e Informaciones. La sección de Teoría e Investigación presentará artículos y análisis sobre el tema seleccionado para ese número de la revista. En Experiencias y Modelos se presentarán artículos, entrevistas y actividades que muestren prácticas innovadoras y exitosas relacionadas con el tema en discusión. En Reseñas se incluirán reseñas de libros recientes, sobre diversos temas, no necesariamente relacionados con el tema de ese número de la revista. En Informaciones se publicarán anuncios de actividades de interés para el desarrollo profesional de los maestros. Las colaboraciones de cada área deben venir en original, con el nombre, dirección, teléfono del autor, una fotografía 2x2 y una copia sin el nombre del autor. En las secciones de Teoría e Investigaciones y Experiencias y Modelos los artículos deben ser entre 3 a 6 cuartillas (páginas) a doble espacio, incluyendo la bibliografía modelo APA. En las secciones de Reseñas de libros e Informaciones las colaboraciones deben ser entre 1a 3 cuartillas (páginas) a doble espacio. Los autores son responsables de solicitar autorización para el

falta convocar a todos los sectores para comenzar a dibujar la ruta de la educación puertorriqueña a la que todos aspiramos. Nos hace falta voluntad y consenso social para lograr esa transformación educativa de largo alcance”. El Dr. Rafael Aragunde, exsecretario de Educación (2005-2008), en su artículo Sugerencias breves con prolegómeno extenso sobre la educación en Puerto Rico, nos advierte sobre la necesidad de analizar la tarea educativa dentro del marco más amplio de la cultura y la sociedad. En esta mirada, es necesario percatarse de las nuevas formas de adquirir y diseminar el conocimiento, lo cual requiere que repensemos nuestras concepciones sobre lo que debe ser la educación escolar. Mientras que el Dr. César A. Rey-Hernández, quien también dirigió el Departamento de Educación entre 2001 y 2005, nos plantea en su artículo La educación pública como el imaginario de lo posible, la necesidad de reeducar a todos los actores sociales a recuperar la confianza en la educación pública. En el desarrollo de soluciones para mejorar la educación, es necesario que se tomen decisiones de carácter medular en la agilización de las estructuras administrativas y que la toma de decisiones no siga excluyendo a quienes resultan afectados por las mismas. En su trabajo, Asuntos del magisterio: ante las

uso de tablas y citas originales de fuentes primarias según consigna la Ley de Derechos de Autor. Agradeceremos, que en la medida en que sea posible para los autores, las colaboraciones vengan grabadas en un “CD” en algunos de los siguientes formatos: Microsoft Word (.doc), Adobe Pagemaker 6.5 ó 7, Adobe In Desing, Formato Text Only (.txt) o Rich Text Format (.rtf) o por correo electrónico, revista@amprnet.org. El autor interesado en publicar debe enviar un original (con su nombre, dirección y teléfono), una copia y el “CD” (de ser posible), sólo con el título, a: Revista El Sol P.O. Box 191088 San Juan, PR 00919-1088 Puede, también, entregarla personalmente en la Oficina de Relaciones Públicas en el Edificio de la Asociación de Maestros, Ave. Ponce de León #452, Hato Rey. Los artículos u otras contribuciones deben llegar el 15 de noviembre para la edición de marzo; el 15 de febrero para la edición de junio; y el 15 de mayo para la edición de septiembre. Una vez recibido el artículo, reseña o información, se le envía un recibo al autor. El artículo se somete a la vez a la Junta Editora. La Junta Editora evaluará los artículos y decidirá si se publica, se devuelve al autor para correcciones o no se publica. En cualquiera de las instancias se le enviará una carta al autor notificándole la decisión. El Sol es una publicación gratuita para los maestros asociados.

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plataformas de los partidos políticos, la Dra. Ángeles Molina Iturrondo nos plantea que el maestro es pieza clave para mejorar el aprendizaje en la sala de clase, por lo cual es necesario trabajar por persuadir a los mejores estudiantes a proseguir la carrera de maestros, ofrecerle una buena preparación, apoyarlos luego en su práctica y ofrecerles una justa remuneración. La Dra. Gladys R. Capella Noya, analiza en Reflexiones sobre currículo y propósitos de la escolarización en el umbral de un año eleccionario, en qué consiste el currículo y nos exhorta a rescatar el desarrollo del mismo de la política partidista y confiarlo a servidores públicos comprometidos, principalmente, con el desarrollo integral de nuestra niñez y juventud; con el bienestar colectivo. En el artículo La comunidad educadora y el desarrollo en Puerto Rico: ¿podemos aguantar otros cien años de soledad?, el Dr. Ramón Daubón plantea que sin comunidades, sin una amplia red de relacionamientos humanos, no hay educación posible. Así, para rescatar la educación, es necesario un proyecto de ciudadanía construido y regido por los propios ciudadanos utilizando sus escuelas como forjadoras de un tejido cívico más denso como centros de educación. En el artículo Luis Llórens Torres: ejemplo de transformación escolar pública, la directora Rosa Recondo plantea que para poder llevar a la práctica el principio constitucional de que “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad” es preciso que el Departamento de Educación tome conciencia de que las escuelas son diversas, por lo cual las directrices no pueden ser homogéneas. Se necesitan normas amplias que den espacio a que cada escuela las adapte a su realidad. Esto, a su vez, requiere del liderato del director y maestros en identificar las necesidades de sus estudiantes y trabajar un programa que atienda los mismos. En el proceso de búsqueda “tenemos que dejar de pensar como islas, y acercarnos a los profesionales de aquellas escuelas que han sido exitosas para compartir sus historias de éxito y frustraciones”. La Dra. Sonia Bartolomei Suárez, profesora de la UPR en Mayagüez, advierte en su artículo La importancia de apoyar el acceso a los estudios postsecundarios sobre el problema del acceso a la educación postsecundaria de los estudiantes de pocos recursos económico. Presenta un proyecto que está trabajando en ampliar las oportunidades de estos es-

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tudiantes. Se necesita multiplicar las ideas de este proyecto. En La calidad de los datos de la educación pública en Puerto Rico: hacia la eficaz aplicación de la tecnología y de los sistemas de información, Sylma Sánchez plantea la importancia de tener datos de calidad lo que permite ir más allá de la rendición de cuentas, y apoyar la labor enseñanza-aprendizaje en la sala de clases y la planificación, a la vez que permite investigar nuestra realidad de la educación puertorriqueña. El Dr. Nicolás Linares Orama, profesor del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, en su artículo, El tratamiento y la educación de estudiantes con dishabilidades en las escuelas públicas de Puerto Rico, analiza las diversas condiciones que limitan el desarrollo normal del estudiante y los fundamentos de las mejores prácticas profesionales para atender las mismas. A partir del análisis, presenta recomendaciones para mejorar la atención a esta población. Finalmente, presentamos el fruto de un interesante conversatorio que sostuvieron dos miembros de la Junta Editora, José Luis Vargas Vargas y Eloy Antonio Ruiz Rivera, con un grupo de estudiantes. El resultado del conversatorio lo resume el profesor Víctor Hernández Rivera en el artículo La escuela que aspiramos en la voz de nuestros estudiantes: una discusión de cara a un proceso electoral. Los estudiantes reconocen que en la educación de una persona aportan todos los agentes sociales (familia, amigos, etc). Admiten, a la vez, la importancia de la escuela en este proceso, al plantear que: “Para muchos jóvenes la escuela es como un segundo hogar. Pasas muchas horas allí. La escuela debe ser ese apoyo y que, junto a la enseñanza del hogar, fomenten la educación ¿y qué con aquellos jóvenes que no reciben esto en el hogar? La escuela debe ejercer un doble trabajo”. Presentan, a su vez, una serie de sugerencias para mejorar la escuela. El debate y la discusión desarrollada a través de este número la resume la Junta Editora de El Sol en La situación actual de la educación en Puerto Rico: síntesis de los planteamientos ante el escenario electoral. Se incluye, además, una Bibliografía para ampliar los temas discutidos. Esperamos que la lectura de este número promueva una discusión sobre cómo mejorar nuestro sistema educativo, teniendo como resultado el desarrollo de propuestas que lleven a una transformación positiva de la educación puertorriqueña.


Otras maneras de concebir la transformación educativa en Puerto Rico:

voluntad y consenso social como puntos de partida para construir una educación de país Aida Díaz de Rodríguez

Ab initio: el problema educativo, un asunto de país Mientras más sectores sociales apuntan a la educación como responsable de muchos de nuestros problemas; otros insisten en que es la única opción para salir del creciente caos social. Desde este punto de vista, la educación es tema generador de ideas, propuestas, planteamientos y debates, sin estar exenta de controversias, especialmente por los distintos enfoques que se le dan al proceso educativo. Ante la situación caótica que vive nuestro país, no veo otra opción que la educación para salir del caos en que nos hemos sumergido. ¿Qué clase de país queremos y qué clase de educación queremos para ese país? ¿Qué tenemos que hacer con nuestra educación para cambiar la realidad actual de Puerto Rico?

Aida Díaz de Rodríguez es la Presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), institución a la cual le ha dedicado sus esfuerzos profesionales en las últimas tres décadas y media. Comenzó su carrera como maestra de ciencias y ecología familiar y nutrición en varias escuelas de Río Piedras. Luego, dirigió la Oficina de Servicios al Asociado en la AMPR donde se destacó por la creación de programas de liderazgo y desarrollo profesional para maestros. En 1987 dirigió la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Asociación (EDUCOOP) y en 2000 fue electa Vicepresidenta de la AMPR. Un año más tarde, en 2001, fue electa como la 15ª maestra al mando de la institución, siendo la segunda mujer en un siglo. Ha escrito columnas periodísticas sobre temas educativos y ha realizado presentaciones en múltiples foros públicos. Obtuvo una Maestría en Educación y un Bachillerato en Ciencias y Educación de la Universidad de Puerto Rico. Actualmente, cursa estudios conducentes al Doctorado en Educación en la misma institución.

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Para algunos, la respuesta a estas preguntas es tan sencilla como decir que hay privatizar la educación pública. Esa no es la solución. Sin embargo, los que estamos conscientes de la aportación que ha hecho la educación pública al desarrollo del país, sabemos que esa es una respuesta equivocada. La realidad es el país comenzó a desarrollarse sin escuelas ni universidades, y cuando el gobierno norteamericano inició el sistema educativo en 1899, su visión del sistema fue más ideológica que pedagógica, lo que causó una resistencia cultural, que utilizó, precisamente, la escuela como uno de sus principales reductos. Así, la escuela puertorriqueña se desarrolló en el fragor de una violencia ideológica que más tarde adquirió ribetes partidistas en ese contexto. Y, como las escuelas no son espacios descontextualizados del entorno social, las paupérrimas casas de madera que sirvieron de escuelas fueron testigos de los múltiples problemas que llevamos arrastrando por más de un siglo que surgen de la ausencia de una visión. Durante este pasado siglo nos hemos enfrentado a 29 procesos eleccionarios, dieciséis de los cuales se han celebrado en democracia. Las elecciones generales de 2012 serán el 30º evento electoral al que nos enfrentaremos. A pesar del incumplimiento con la mayor parte de las promesas, el magisterio siempre guarda la esperanza de un cambio que transforme en realidades las ideas que discuten los candidatos a puestos electivos. Nuestro grupo profesional constituye un sector considerable de la sociedad civil puertorriqueña.1 Lucha y se empeña porque el sistema educativo sea más ágil, más efectivo; donde la toma de decisiones se traduzca en aprendizaje real y en apoyo para todos los componentes que trabajan en el sistema, principalmente para los docentes. La Asociación de Maestros, además, discute la impostergable responsabilidad que tiene el estado, y que tenemos todos, para que todos los ciudadanos tengan calidad de vida en un país seguro y saludable. En ese sentido, nuestros plantea1. Países como Finlandia y Singapur, los maestros poseen una alta valoración social, donde incluso están al nivel de los médicos, en términos de salarios y otros beneficios. Para más información al respecto, consúltese nuestra publicación académica dedicada al tema de Otras maneras de ver la educación: lecciones y desafíos para una nueva educación puertorriqueña, Revista Magisterio, año 1, número 1.

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mientos afirman que el problema puertorriqueño con su educación es más amplio y complejo que el del sistema público de enseñanza. Si aspiramos a ser un país líder, emprendedor, autosustentable y modelo, tenemos muchas cuentas que ajustar en la educación de Puerto Rico, sobretodo la falta de voluntad y consenso social para lograr esa transformación educativa de largo alcance. Insisto en que para que Puerto Rico tenga verdaderas bases de prosperidad económica, espiritual e intelectual tenemos que crear las bases para crear esa prosperidad: educación, salud, seguridad, vivienda y cultura.2 Apostar por la educación pública y por la escuela pública es un primer paso para cerrar la brecha de la inequidad educativa en Puerto Rico.

Otra manera de concebir la transformación

Puerto Rico, como muchos otros países, tiene un problema con su educación, una realidad que escapa sistemas educativos y que va más allá del entorno mismo de la escuela.3 Es una situación colectiva que hay que analizar en la raigambre de nuestro pueblo. En parte, el problema de la educación en Puerto Rico está relacionado con visiones, perspectivas, decisiones y actitudes de algunos de los que han tenido la oportunidad de tomar decisiones y no lo han hecho. En otros términos, esa falta de visión, perspectivas, decisiones y actitudes nos han conducido a un marasmo colectivo que parece no tener escapatoria. 2, Este es uno de los planteamientos centrales que esbocé en el mensaje Muñoz Rivera: guía para construir el Propósito Nacional de Puerto Rico, pronunciado en el natalicio de Muñoz Rivera, donde argumento que debemos establecer un Propósito Nacional de Puerto Rico 3. Véase el trabajo de Rafael Aragunde en este número. Este afirma que “podría ser que el problema de la educación en Puerto Rico no es la escuela puertorriqueña, ni la educación propiamente, la cual avanza sin que nadie la controle en la medida en que las distintas redes de comunicación saturan la realidad, sino Puerto Rico. Si hay violencia en el sistema escolar es porque en Puerto Rico abunda la violencia; si hay poco aprovechamiento escolar es porque en Puerto Rico, comenzando por los adultos, se estudia muy poco o mejor, casi nadie se vale de las redes informativas para instruirse; si los procesos administrativos son ineficientes y están politizados es porque en Puerto Rico prevalece la burocratización y la politización, aun en instancias no gubernamentales; si los planteles se deterioran fácilmente y si hay muchos que ya deberían ser clausurados, es porque en Puerto Rico se desprecia la propiedad pública, es porque Puerto Rico es un país pobre y apenas hay fondos para mantenimiento”. Énfasis suplido.


Nuestro pueblo tiene personas con grandes capacidades para lograr transformaciones educativas. Existen educadores sólidamente formados, estudiosos y conocedores del sistema educativo que podrían lograr la transformación a que aspiramos; como, también, pueden transformarlo los que trabajan y viven el día a día del sistema educativo. ¿A quién o a quiénes apostamos para que transformen la educación? Una buena opción sería pensar en los maestros, estudiantes, trabajadores sociales, consejeros y bibliotecarios para que cada cual transforme su entorno. ¿Quién mejor que ellos que conocen muy bien su comunidad? Para ello, es necesario devolver el sitial del maestro en nuestra sociedad. A través del siglo 20 se llevaron a cabo importantes luchas que reivindicaron la figura del maestro,4 logrando posicionarlo al nivel de otros profesionales, pero tal parece que las manecillas del reloj han cambiado su dirección. Aún falta mucho por hacer. Carecemos de políticas públicas que aseguren la implantación y cumplimiento de mecanismos profesionales y laborales que mejoren el trabajo de nuestros docentes. Todavía existen maestros trabajando en estrecheces; escuelas sin consejeros y trabajadores sociales; o, donde los hay, matrículas altísimas que impiden el seguimiento de un efectivo modelo de apoyo y atención a nuestros estudiantes; bibliotecas cerradas y falta de cientos de bibliotecarios que no han sido nombrados. Deberíamos, como país, cambiar esa realidad. En un conversatorio realizado por la Asociación de Maestros de Puerto Rico con estudiantes de escuela superior de las siete regiones educativas para conocer sus percepciones acerca de su proceso educativo, salió a relucir la importancia que debe dársele al maestro como mentor y como modelo social. Los estudiantes propusieron soluciones sobre cómo desean que sea su educación o cómo mejorar los planteles, servicios y ofrecimientos académicos. Estos dejaron consignadas, también, muchas de sus inquietudes a los candidatos a la Gobernación. Reconocieron, además, que

muchos de sus maestros, aunque quieren dar más, en ocasiones sienten “frustraciones”5 porque sus condiciones de trabajo no son las mejores. Mientras en Puerto Rico se debaten las múltiples dimensiones del problema educativo, su gobernabilidad, políticas públicas, currículo, docentes, estudiantes, relación con la familia y la comunidad, la literatura educativa reseña extensamente que los países con los sistemas educativos más efectivos han logrado reconocimiento internacional porque la calidad de su enseñanza ha hecho que la sociedad se beneficie de ciudadanos más educados y más competentes. La OECD (Organisation for Economic Cooperation and Development, por sus siglas en inglés) insiste en la importancia de ampliar las políticas públicas de los gobiernos dirigidas a fomentar e incrementar las competencias o destrezas de los ciudadanos, como vehículo, entre otras cosas, para obtener personas con la capacidad de adoptar nuevas tecnologías y nuevas maneras de trabajar para repuntar la innovación.6 Esta organización sostiene que nuevas políticas que fomenten el incremento de competencias en los estudiantes significan a corto plazo, mejoramiento en la calidad de vida de las personas. A largo plazo, implican la conformación del futuro mismo, no solo de la gente, sino de un país.7 Los mejores sistemas educativos mundiales fomentan a través de sus currículos la importancia del desarrollo de competencias, así como políticas sociales de equidad y bienestar. En estos sistemas hay “un entendimiento de que los bajos niveles de calidad de vida, de pobreza y carencias de satisfacer necesidades básicas son factores causales de los bajos niveles de aprovechamiento y de desempeño escolar. Las estructuras de desigualdad social inciden en las anchas brechas de aprendizaje y progreso escolar”.8

4. Un trabajo más extenso que reseña el activismo laboral y profesional de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, a través del siglo 20 y comienzos del 21, es el libro conmemorativo del centenario de la institución, el cual se publicará el presente año, Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (en imprenta).

5. Expresión “ad verbatim” surgida a través del Conversatorio. 6. OECD, Towards an OECD Skills Strategy, p. 7 7. Ibid, p. 11 8. Rafael L. Irizarry. “¿Qué podemos aprender de los países con los sistemas escolares de mayor éxito a escala mundial?”. En: Magisterio, 1, núm. 1, diciembre de 2011, p. 95.

Estos países, tienen sistemas escolares con diversidad de rutas dirigidas a la formación profesional y técnica con estándares de evaluación rigurosa del

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aprendizaje activo y colectivo como parte de un entendimiento cabal de las materias curriculares; maestros selectos y altamente capacitados; pero, sobre todo, consenso social sobre la importancia de la continuidad para provocar transformaciones educativas.9 Ramón Daubón plantea la necesidad de transformar las comunidades desde abajo, desde la gente. Un modelo análogo debería construirse en los procesos de transformación escolar, que muy bien apunta Rosibel Recondo sobre el modelo de apoderamiento y emprendimiento que mantiene la Escuela Elemental Luis Llórens Torres del residencial santurcino del mismo nombre.10 Además, el distrito escolar de Jayuya ha sido reconocido por sus excelentes resultados en las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA), donde la integración de docentes, no docentes, estudiantes y comunidad, así como el orgullo regional y la estabilidad administrativa han sido factores claves en el éxito de este grupo de escuelas.11 Otra escuela digna de emular es la Papa Juan XXIII de Bayamón, en la cual se ha dado una transformación indescriptible. Era una escuela donde había dejadez y ahora existe compromiso; antes no había esperanza, pero ahora hay optimismo; de la confusión, ahora en la Papa Juan XIII existe unidad de propósito. En el largo recorrido que he hecho por tantas escuelas. En el largo recorrido que he hecho por muchas escuelas de Puerto Rico a través de muchos años de gestión en la Asociación de Maestros, he palpado el interés de los maestros por enriquecer el currículo y por ayudar a sus estudiantes. Existe, además, un sentimiento de defensa y protección en escuelas, principalmente en las comunidades que no son muy seguras y donde hay alta incidencia criminal. Existe el interés, pero, también, hay una desconfianza que se convierte en desilusión por falta de apoyo, continuidad y de que exista un seguimiento real a las múltiples situaciones que vive una escuela, desde los tradicionales problemas con el Sistema de Tiempo, Asistencia y Licencia que registra diariamente la asistencia de los maestros, hasta falta de materiales. 9. Ibid. 10. Rosibel Recondo. “La transformación de nuestra escuela”. En: El Sol, año LII, núm., 1, 2012. 11. El Nuevo Día, “A la luz el secreto de Jayuya”, 18 de noviembre de 2011, p. 27.

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Hay que generar un consenso para crear la infraestructura necesaria para que Puerto Rico se inserte en las corrientes de pensamiento que contribuyan al mejoramiento de la educación pública, al igual que lo están haciendo otros países de la región. Tenemos que lograr, de una vez por todas, superar la brecha de escolaridad en la cual se encuentran muchos de nuestros estudiantes y egresados del sistema, producto de una profunda injusticia social que los mantiene amarrados, lo que produce otras consecuencias como la dependencia económica, la economía informal y, en general, una falta de cultura que valorice el trabajo, los saberes generales y la ciudadanía como aspectos fundamentales de nuestra vida colectiva como sociedad. Una escuela pública de un sector marginal no puede estar condenada al olvido y funcionar peor que una escuela pública o privada en Guaynabo o Ponce. Los seres humanos que estudian y trabajan en la escuela pobre de una barriada o un residencial merecen nuestra mayor atención, Mirar hacia otro lado es un atentado social que los maestros no podemos tolerar. Esto es un asunto de dignidad humana; de compromiso social que la Asociación de Maestros hace con Puerto Rico para que nunca más ningún niño o ninguna niña tenga que carecer de las facilidades, accesos, conocimientos y destrezas que se necesitan en una sociedad altamente competitiva. Naturalmente, no podemos hacernos cargo del sistema de educación pública, pues para eso el Estado tiene que garantizar un mínimo de preparación y tiene que cumplir con esa responsabilidad constitucional.12 Uno de los problemas sociales con nuestra educación es, quizás, haber tomado de forma literal la expresión “mínimo de preparación”. Mientras tanto, miles de jóvenes pierden oportunidades de crecimiento personal, ascenso profesional y libertad plena. Por otro lado, maestros sufren día a día carencias que son signos evidentes de una sociedad 12. Virgilio Brunet, presidente de la Asociación de Maestros (19491956) y delegado a la Convención Constituyente de Puerto Rico, en una de sus intervenciones en el pleno de la Convención expresó que: “Para que una democracia funcione en forma adecuada, es preciso que el derecho a la educación esté consignado, no solamente como un derecho del ciudadano, sino, además, debe contener aquella disposición que haga al Estado, que obligue al Estado a proporcionar un mínimo de educación para que los estudiantes, los niños, adquieran ese mínimo de preparación y puedan enfrentarse a una lucha sin desigualdades en una sociedad democrática”, Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de Puerto Rico, p. 1770.


erosionada que no apuesta a la educación como uno de sus principales motores de cambio. Nadie merece ese desengaño.

Una mejor distribución de los recursos

La educación, como otros procesos sociales, avanza de forma vertiginosa. No solo los adelantos tecnológicos han cambiado nuestras formas de concebir la enseñanza y la educación, sino que las redes sociales como Facebook y Twitter y Youtube han cautivado a los más jóvenes, cambiando las formas tradicionales de aprender y de enseñar. Aunque existen diferencias demográficas en cuanto a los usuarios de las tecnologías, no todos están expuestos, y todavía quedan escuelas donde los libros siguen siendo indispensables, pero los pocos existentes no dan para todos. Mientras unos pueden aumentar su creatividad analizando algún documental sobre la historia de Puerto Rico en Youtube, otros claman porque en sus escuelas tengan, al menos, libros con qué trabajar. El Banco Mundial señala que, aunque la tendencia es que en los países más ricos haya un mejor desempeño estudiantil, no existe una relación fuerte entre el PIB (Producto Interno Bruto) y los puntajes promedios que éstos obtienen en las pruebas.13 Países como Uruguay, que invierte 3.6% de su PIB, considerándose un porcentaje relativamente pequeño a otros países que participan de la OECD, advierten que la “lección que se debe aprender a partir de esta evidencia es que parece ser mucho más importante cómo se emplean los recursos en educación que las cantidades empleadas”.14 Para el año 2011-2012, Puerto Rico destinó $2,246 millones del Presupuesto General a educación, lo que equivale 24% del presupuesto estatal. El Departamento de Educación, además, recibe fondos a través de otras partidas estatales y federales, llevando el total de gastos de la agencia a $3,561,966 millones. Nuestro país invierte considerablemente más que otros paí13. Emiliana Vegas y Jenny Petrow. Incrementar el aprendizaje en América Latina. El desafío para el siglo XXI. Trad. de Ignacio Caviedes Hoyos. Washington, DC: Banco Mundial y Ediciones Mayol, p. 71. 14. Ibid, p. 72.

ses de la región en educación. Cabe preguntar, ¿qué pasa? El asunto de la gobernabilidad educativa puertorriqueña exige acciones responsables y efectivas que garanticen resultados a largo plazo. Más de tres mil millones de dólares utilizados cada año, ¿para qué? ¿Cuál filosofía persigue el país o el Departamento de Educación para implantar o enseñar? ¿Cuál es nuestra agenda educativa? Los recursos tienen que utilizarse de otra manera, de forma que exista un aprendizaje real en los estudiantes. Si no hay aprendizaje, si no hay ganancia de la vida escolar, pocos resultados pueden esperarse; si no hay fruto, podemos ver tronchadas las ilusiones de soñar con otro país. Es por eso que proponemos: 1. Compromiso verdadero del estado (Gobierno y del Departamento de Educación) en implantar nuevas y mejores políticas públicas que establezcan un plan comprensivo a largo plazo. Proponemos crear una Junta Evaluadora de carácter independiente para evaluar y divulgar el rendimiento de la gestión del Secretario de Educación. 2. Para asegurar continuidad, efectividad y resultados, el nombramiento del Secretario debe hacerse por un término de 6 a 10 años. Será medular la conformación de un Plan de Trabajo Educativo que esté alineado a un proyecto educativo nacional, que tenga como objetivo la implantación consensuada de políticas que alienten el aprendizaje y el desarrollo de competencias; y transformación de la práctica y políticas relativas con los docentes. 3. Toma de decisiones de forma transparente, ágil, sin intervención partidista, que asegure una justa

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y equitativa distribución de los recursos. Creación del sistema educativo en un Fideicomiso Perpetuo de la Educación del Estado. 4. Establecer e implantar ideas curriculares novedosas que tomen en consideración el interés de los estudiantes, con el asesoramiento y guía de sus maestros y consejeros, para que la enseñanza que desarrolla el maestro sea pertinente para el interés de sus estudiantes. Cada comunidad educativa tiene su propia cultura y las prácticas varían entre una y otra. Ello hace que el interés de los estudiantes sea variado, incluso dentro de un mismo espacio escolar, pues todos sabemos que las escuelas son espacios sumamente variados y que dentro de ellas conviven más de una cultura. La flexibilidad curricular en cada comunidad educativa sería sumamente beneficioso, pues eso puede significar un golpe de creatividad para todos sus miembros. La democratización de los espacios de conocimiento es un asunto fundamental y prioritario para capacitar a que los estudiantes sean emprendedores; a que sean punteros en sus áreas de interés. Además, permite una capacidad a los maestros de toma de decisiones que estimula un proceso continuo y permanente de creación, que les permite hacer y no, necesariamente, seguir. Eso provocaría un activismo y colaboración por parte de todos los miembros de una escuela que, bien hecho, crea líderes en cada comunidad. 5. Crear un Fondo Perpetuo para atender adecuadamente las necesidades de construcción, mantenimiento y la infraestructura técnico-educativa de las escuelas, así como la continuidad de los programas que han resultado exitosos. 6. Una revisión de los currículos y ofertas de programas de preparación de maestros.

Los maestros como

líderes para el cambio y el desarrollo social Ruth Chung Wei, Alethea Andree y Linda DarlingHammond argumentan en How Nations Invest in Teachers, que los países con mejores logros tratan a sus maestros como verdaderos profesionales. Las autoras 10 | El

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plantean que “nations seeking to improve their education systems are investing in teacher learning as a major engine for academic success”.15 Además, se les proveen oportunidades sostenidas y extensivas para desarrollar e incrementar su desarrollo profesional, otorgándole más tiempo para trabajo colaborativo, donde la gobernanza escolar les incluye en decisiones trascendentales como el currículo, estrategias de enseñanza, assessment y desarrollo profesional.16 El magisterio puede y debe ser uno de los actores sociales que nos ayude a instrumentar nuevos paradigmas para que las comunidades comiencen a florecer. Pero repito, tenemos que regresar a los valores que siempre nos han caracterizado como pueblo y la solidaridad, el respeto, la tolerancia, la colaboración son fundamentales. Hay que integrar las comunidades al proceso educativo, como, también, los currículos tienen que ser más flexibles; las clases tienen que hacer para aprender; y los maestros tienen que, también, innovar. Las innovaciones, como las que aspiramos, necesitan de planes estratégicos consensuados que permitan la implantación de políticas públicas que aseguren: 1. Condiciones laborales óptimas, seguras y saludables, dignas de profesionales que tienen en sus manos la responsabilidad de formar a las personas que servirán al país.17 Siguen siendo problemas recurrentes en las escuelas los excedentes de maestros por manejos particulares en el proceso de elaboración de las Organización Escolar; descuentos injustificados por problemas o manejo del Sistema de Tiempo, Asistencia y Licencia; descuentos de salario indebidos; manejo y administración de las escuelas; falta de un tope de estudiantes por salón, variando la cantidad de estudiantes dependiendo la escuela y región; falta de materiales; problemas con la planificación; y, no menos importante, por mencionar algunos, la alta cantidad de maestros con nombramientos transitorios. 15. Ruth Chung Wei, Alethea Andree y Linda Darling-Hammond. “How Nations Invest in Teachers”. En: Education Leadership. Association for Supervision and Curriculum Development, febrero de 2009, pp. 28-29. 16. Ibid. 17. Siguiendo la definición de la Organización Mundial de la Salud de que la salud está compuesta por las dimensiones física, emocional y social; el elemento biosicosocial.


2. Mejoramiento profesional continuo. 3. Asegurar que todos los programas de preparación de maestros de las universidades en Puerto Rico establezcan mecanismos rigurosos de admisión de estudiantes que ejercerán la profesión magisterial para garantizar que los mejores talentos formen parte de nuestro grupo profesional. 4. Compensar al magisterio justamente de acuerdo a su preparación y carga educativa.

Palabras finales Nadie puede negar que un elemento clave en la reestructuración y transformación de los sistemas educativos siguen siendo los docentes. Mejorar los programas de formación y capacitación del magisterio, unido a profundas reflexiones y reestructuraciones curriculares que respondan a los intereses de los estudiantes y que propicien conocimientos más profundos y de mayor alcance, siguen siendo retos importantes para nuestra educación pública y para nuestro país. La falta de acceso a materiales; las múltiples problemáticas en los escenarios escolares; la dilación existente entre los niveles administrativos superiores del Departamento y las escuelas, producto de la ausencia de dialogo y comunicación entre estos mismos niveles siguen siendo problemas recurrentes de un burocratizado sistema que se mueve lento, tan despacio a veces, que no reacciona. Hacen falta diálogos profundos para ampliar nuestras miras. Hace falta convocar a todos los sectores para comenzar a dibujar la ruta de la educación puertorriqueña a la que todos aspiramos. Ese sigue siendo un buen punto partida. Hay que despojarse de los ropajes que evitan los puntos de encuentro que podemos tener si mantenemos la esencia. Existen en Puerto Rico organizaciones y ciudadanos que pueden y quieren construir un país educado, uno que pueda preciarse de la calidad de su educación. Aspirar a ser modelo caribeño y latinoamericano es muy posible, si se toma en cuenta que Puerto Rico tiene ventajas que otros no poseen y que podemos explotar. Repuntar la educación es un asunto prioritario y esencial en nuestra vida de pueblo. Esta revista cumple, durante el presente año, siete

décadas de intercambio continuo de discusión teórica, ilustración práctica, estrategias y cambios que requiere el sistema educativo y la educación nacional. Este número da ese primer paso, iniciando una agenda de debate, necesaria para este año eleccionario, y una ruta de trabajo, al menos, para la próxima década. La educación es un asunto de dignidad humana. En eso, los maestros no podemos claudicar.

Es necesario devolver el sitial del maestro en nuestra sociedad.

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Sugerencias breves sobre la educación en Puerto Rico con prolegómeno extenso

Rafael Aragunde Rafael Aragunde fue Secretario de Educación entre el 2005 y el 2008 y Rector del Recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico del 2002 al 2005. Obtuvo su doctorado en Filosofía en la Universidad de Salamanca. Actualmente se desempeña como Catedrático en el Programa Doctoral de la Universidad Interamericana.

prolegómeno1 En estos momentos, cualquier reflexión que se lleve a cabo sobre el futuro de la educación en Puerto Rico requiere una especie de prolegómeno que a la postre podría ser más extenso que la deliberación que se propone. No se puede, sin más, abordar este tema u ofrecer soluciones sin dar cuenta de una serie de aspectos filosóficos y socio-históricos que lo han impactado, impactan e impactarán. Y es que el país no ha carecido de individuos y grupos adecuadamente capacitados y bien intencionados que se han dedicado en cuerpo y alma a mejorar su sistema educativo público; tampoco le han faltado buenas ideas y mejores proyectos; igualmente se le han dedicado recursos extraordinarios. Pero todavía continuamos imaginándonos, ingenuamente y perdiendo de vista lo anterior, que de lo que se trata es de que no se han aplicado las mejores ideas por las mejores personas (del partido). A riesgo, según adelanté, de que el prolegómeno sea mucho más extenso que el texto principal, este será el camino que seguiré. 1. Preámbulo.

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En primer lugar, ¿estaremos hablando de lo mismo cuando insistimos en la necesidad de mejorar el sistema de enseñanza boricua o nos estaremos refiriendo a asuntos distintos? Algunos creen que de lo que se trata es de que los estudiantes dominen algunas destrezas y que esto se vea reflejado en los exámenes estandarizados que se ofrecen anualmente (Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico, PPAA, por sus siglas) y la prueba de entrada a la universidad. Otros dan a entender que una educación de calidad significaría que hubiera menos “desertores” escolares. O que hubiera menos política partidista y que se eliminara el nepotismo del Departamento de Educación. Hay quienes parecen creer que la educación de excelencia se logrará cuando se reduzca la violencia criminal que caracteriza al Puerto Rico de estas últimas décadas. Hay sectores que se expresan como si la educación fuese un asunto de preparar jóvenes que pudieran incorporarse al mercado del trabajo sin tener que ser re-adiestrados por las compañías que los contratan. Están aquellos que definen la educación como exitosa si los egresados del sistema escolar prosiguen estudios universitarios dotados ya de ciertas destrezas. Existen, también, los convencidos de que la educación habrá cumplido con su cometido (y habrá vuelto a ser lo que era) cuando los educandos muestren cortesía, se reduzca el porcentaje de embarazos de niñas que apenas alcanzan la adolescencia, o se substituya la música que los jóvenes prefieren por otra, o los maestros apenas se ausenten y los estudiantes permanezcan en los planteles y no salgan a la calle cuando los maestros sí se ausenten. Algunos se sentirían satisfechos con la educación de sus hijos si las instalaciones no estuvieran deterioradas y todos los pupilos se valieran del mismo uniforme y andarían acicalados. Para algunos lo más importante es que los educandos desarrollen una visión ambiental que les permita transformar el mundo o una conciencia crítica que los convierta en ciudadanos responsables, aunque no lleguen a proseguir estudios universitarios. O que desarrollen una conciencia que les libere del consumismo que agobia a tantas personas. Finalmente, no se deben perder de vista aquellos, probablemente los menos exigentes, que sostienen que todo lo traído a colación, o más o menos, tiene que alcanzarse

antes de que podamos hablar de que la educación ha mejorado. Es evidente que no nos referimos todos a lo mismo cuando nos expresamos en torno a la necesidad de mejorar el sistema escolar puertorriqueño. Existen múltiples formas de entender lo que la educación debe alcanzar que podrían parecer irreconciliables, pero que no lo son. Se trata más bien de las múltiples facetas de un proceso complejo que no se da siempre de la misma forma en las distintas personas que participan de ella. Tampoco se da a la misma velocidad ni garantiza un único producto final. Todavía partiendo de la educación como se ha concebido en nuestro país y en el resto del mundo en los últimos doscientos años, de sus metodologías, sus expectativas, su localización, tanto física como conceptual en la visión que tenemos de la realidad, debemos sugerir que se insiste muy poco en la naturaleza gradual del proceso de aprendizaje. Por tal razón, y en tal contexto, no deja de ser importante reiterar que la educación no es una varita mágica. Los que la conocen no ignoran que requiere paciencia, vitalidad, consistencia, solidaridad y tantas otras actitudes y valores. Quienes la traen a colación como poción mágica, quienes anuncian, mediante un discurso entusiasta o frase pegajosa, que a partir de tal día, como puede ser, por ejemplo, la firma de otra nueva ley, la toma de posesión de un nuevo gobierno, la inauguración de alguna escuela con tecnología de punta de lanza, la implantación de un programa específico, la circulación de alguna Carta Circular, o el comienzo de unos talleres, no han pensado lo suficiente sobre la educación y sus posibilidades. Los que han reflexionado sobre ella toman conciencia de que los cambios radicales en los resultados de la educación de un país son improbables. La educación no se transforma de un día para otro. Se necesitan décadas para atender adecuadamente sus distintas dimensiones. No se trata ni siquiera de ocho o diez años bajo el liderato de una sola persona o partido político. Implica mucho más; exige mucho más. No sólo importa la oferta, que es a lo que se le presta la mayor atención, i.e., el llamado sistema educativo, sino que la avidez del receptor por la educación es imprescindible. Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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Partiendo una vez más de la educación como se ha concebido en los últimos siglos, muy similar a como se han concebido los procesos industriales que se inician en el siglo dieciocho, no se puede negar que en ciertas circunstancias algunos estudiantes pueden ser impactados positivamente por un grupo de maestros en uno o dos años. De contar con los recursos adecuados, también, se pueden construir algunas escuelas con instalaciones sofisticadas que dejen alguna huella en algunos estudiantes. Es cierto; en uno o dos años es posible modificar el ambiente escolar en algún plantel de modo que la experiencia del aprendizaje se convierta en una inolvidable. Hay directoras y directores de escuela que con su liderato contribuyen a transformar en muy breve tiempo las comunidades escolares con las que trabajan y el ambiente de trabajo y de estudio sufre una metamorfosis admirable. Las madres, padres y vecinos se entusiasman y pronto se habla de una escuela ejemplar. A otros niveles, también, se tienen experiencias felices con profesionales que le imparten entusiasmo y calidad al quehacer educativo, personas que invitan al diálogo, coordinan esfuerzos, convocan a la colaboración, son críticos sin ser rudos ni irrespetuosos y generan ambientes de trabajo que anticipan resultados óptimos en el aprovechamiento de los estudiantes impactados. Ciertamente, lo anterior no es desconocido en nuestro sistema escolar. Algunos son testigo de ello cada cierto tiempo, otros menos, pero a fin de cuentas no se trata de experiencias generalizadas y constituyen más bien excepciones que la norma. Sean como fueran, excepciones o experiencias un poco más comunes, se trata de dinámicas que auspician la esperanza. Se puede mejorar la educación, concluye la mayoría de quienes entran en contacto con esa directora, aquel grupo de maestros, aquellas madres, padres y vecinos, hasta que pasan dos o tres años y no se sabe más de ellos porque se cansan, se jubilan, renuncian, los renuncian, etc. Naturalmente, valiéndose de alguna sensibilidad e ingeniería social, el país y el sistema escolar buscan respaldar y fomentar tales experiencias afortunadas mediante leyes y reglamentos, como ha sido el caso de la carrera magisterial, pero luego la perpetua carencia de fondos, la poca disposición de algún liderato, alto, intermedio o de base, o la desvirtuación del aparente remedio, da al traste con la buena intención. 14 | El

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De lo presentado hasta ahora se podría concluir en primer lugar que mucho de lo que se comenta en nuestro país al discutir la educación, tanto como solución o como problema, no puede limitarse exclusivamente al quehacer escolar. ¿Se habrá pensado con suficiente profundidad el proceso educativo cuando no se toman en consideración elementos que no podemos describir sin más como externos, pero que afectan desde afuera supuestamente, las dinámicas escolares que, conviene aclarar, bajo el paradigma industrial parecen concebirse desarrollándose exclusivamente en el plantel escolar. ¿Pero existirán tales bordes o fronteras entre esas supuestas dimensiones externas que afectan lo escolar y los mismos procesos escolares, o se trata de construcciones ficticias que manejamos para simplificarnos los análisis? De hecho, en esa nueva geografía cultural que se va teorizando en lo que llamamos la modernidad tardía o postmodernidad parece que se va tomando conciencia de la inexistencia de tales fronteras. ¿Pero no será el rechazo o desconocimiento de esto lo que no nos permite atender adecuadamente los procesos educativos formales, ese sistema escolar que organiza el Estado contemporáneo? Por ejemplo, existe una tendencia entre nosotros a atribuirle al sistema escolar puertorriqueño, que atiende, sobre todo, a la población con mayores desventajas económicas del país, los problemas que Puerto Rico confronta en otros ámbitos. Quizás donde más claramente se manifiesta esto es cuando deliberamos sobre el asunto de la criminalidad. La insistencia de políticos, pero, también, de académicos prestigiosos, en que se enseñen cursos de valores para terminar con la supuesta criminalidad es el mejor ejemplo. Aunque no se quedan atrás las prédicas de que en la escuela pública se “enseñen” cursos que atiendan problemas, que van desde la obesidad de la población y los altos índices de diabetes entre los puertorriqueños, pasando por la participación de los jóvenes en los procesos electorales, los embarazos prematuros de nuestras niñas, el alcoholismo y la dependencia en las drogas, entre tantos otros. ¿Por qué la insistencia en que se atiendan, casi exclusivamente, estos asuntos en las escuelas públicas? Otros ejemplo son las discusiones que se tienen en torno al asunto de la burocracia que supuestamente afecta el sistema escolar, la inefectividad de sus pro-


cedimientos gerenciales, el mantenimiento deficiente de los planteles o las oficinas administrativas, el ausentismo de los estudiantes a comienzos o finales del semestre, y la misma supuesta violencia en las escuelas. Estos no son problemas escolares; son problemas de la sociedad puertorriqueña, pero como sí afectan definitivamente el proceso escolar formal, la “educación” tiene que cargar con ellos. A riesgo de generar reacciones de sorpresa, sostengo que, junto a la insistencia en que las escuelas se “enseñen” cursos de valores, el mejor ejemplo de esta confusión en lo que se refiere a lo que es propiamente un problema educativo y lo que atañe más bien a otros ámbitos de nuestra civilización puertorriqueña, es el del aprovechamiento académico de nuestros jóvenes. Así mismo. El desempeño escolar de nuestros jóvenes y de los que ya no somos tan jóvenes no es un asunto que se analice adecuadamente cuando se pretende relacionarlo con lo que hace o no un estudiante en la escuela, con lo que hace una maestra o grupo de maestros en la escuela, ni aun cuando se pretende partir de las horas, que le dedica o no le dedica a repasar tareas en su hogar. Desde luego, todo esto influye, pero no se atiende adecuadamente el asunto si no se le presta atención al marco más amplio de una cultura y sus múltiples manifestaciones orientadas a la acción y no a la reflexión crítica. Tarde o temprano tendremos que comenzar a concebir nuestra sociedad orientada fundamentalmente al manejo de conocimiento a través de una tecnología de la información que se renueva constantemente, según se ha planteado y que nuestros jóvenes perciben como dada. Partiendo de esta noción es que podemos señalar que al conversar sobre la educación estamos dejando fuera elementos que tradicionalmente han sido considerados como externos, pero que no lo son. Más importante, en este nuevo contexto cultural, lo escolar tal y como se ha concebido desde la Ilustración, tiene que reconsiderarse, pues lo educativo lo trasciende. Lo educativo ya no ocupa exclusivamente, si alguna vez fue del todo así, esa pequeña parcelita que es lo escolar. Va y viene. Desde luego, se puede aprender en la escuela, pero se aprende mucho más afuera. Desde luego, se pueden llevar a cabo discusiones interesantísimas sobre valores en la escuela, pero “aprender” valores en la escuela es otro asunto.

Avanzo a aclarar que en el contexto de la discusión en la que se me ha invitado a someter este breve escrito lo que estoy señalando no se debe entender necesariamente como una crítica a la sociedad que se debate entre nociones ilustradas de lo escolar y concepciones tardo modernas de la educación. Esa crítica debe hacerse, desde luego, pero aquí me estoy remitiendo sobre todo al ámbito de discusión pública sobre la educación y, en específico, no sólo a los modos en que estamos evaluando lo que históricamente definimos como aprovechamiento académico, sino a lo que define (el material) y constituye (la familiaridad que se alcance con) el aprovechamiento. Tan polémico como es plantear que aun sobre el aprovechamiento académico debemos desescolarizar nuestras nociones sobre el conocimiento, es sugerir que lo mismo se debe hacer con respecto al tema de la educación especial y en torno al cual todos nos sentimos tan frustrados. Las organizaciones de educación especial parten del convencimiento de que la participación equitativa en los procesos escolares que reclaman habrá de beneficiar a estos jóvenes. Pero deberían reconocer que esto es circunscribir el desarrollo de éstos a un ámbito limitado de experiencias de aprendizaje. ¿Por qué querer entrar a un lugar cuando ya se ha anunciado su clausura? Una segunda conclusión de lo que hemos expresado hasta ahora podría ser que el problema de la educación en Puerto Rico no es la escuela puertorriqueña, ni la educación propiamente, la cual avanza sin que nadie la controle en la medida en que las distintas redes de comunicación saturan la realidad, sino Puerto Rico. Si hay violencia en el sistema escolar es porRevista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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que en Puerto Rico abunda la violencia; si hay poco aprovechamiento escolar es porque en Puerto Rico, comenzando por los adultos, se estudia muy poco o mejor, casi nadie se vale de las redes informativas para instruirse; si los procesos administrativos son ineficientes y están politizados es porque en Puerto Rico prevalece la burocratización y la politización, aun en instancias no gubernamentales; si los planteles se deterioran fácilmente y si hay muchos que ya deberían ser clausurados, es porque en Puerto Rico se desprecia la propiedad pública, es porque Puerto Rico es un país pobre y apenas hay fondos para mantenimiento; etc. etc. Una tercera conclusión que se desprende de lo dicho hasta ahora y que ya anticipara es que el ámbito de lo que concebimos como educación escolar y conocimiento se nos ha estado transformando sin que nos percatemos de ello. No estoy muy seguro de que la llamada deserción escolar pueda ser explicada hoy como se explicaba antes. Se está dando una proliferación de instituciones que ofrecen diplomas escolares en función de las destrezas que muestren los individuos y no como compensación por haber calentado una silla durante tres años. Puede haber acceso a información interesante en la escuela, pero más acceso hay en el hogar y desde el teléfono, y a las horas en las que se quiera. Las instituciones de educación superior, también, flexibilizan sus ofrecimientos y no discriminan contra los que no han pasado por la escuela. Y como han proliferado las revistas especializadas, también, se multiplican las áreas de estudio en línea que apenas requieren familiaridad con los temas que privilegian los sistemas escolares. Al Estado lo debilitan ciertas tendencias económicas (no se debilita por su cuenta) en sociedades como la nuestra y el sistema escolar público sufrirá. Los enfoques industriales se están sustituyendo por acercamientos virtuales que entusiasman a los jóvenes. Es a partir de estas transformaciones, las cuales naturalmente traerán sus problemas y no garantizan una mejoría de la convivencia o la calidad de vida, que suge16 | El

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rimos que limitar la discusión a cambios en el sistema escolar público de un país es condenar la reflexión y la escuela a la irrelevancia. Es, además, un engaño que responde a las simplificaciones de la Ilustración que marcan todavía las ilusiones de los educadores y de la que se aprovechan los políticos demagogos. En estas se basan, también, los lugares comunes que repiten sobre la educación los analistas radiales o televisivos.

Apenas varias

sugerencias breves En este contexto, ¿qué se debe hacer? Creo que los educadores actuales debemos vernos como puentes y no como punto de llegada. Desde luego, no es para salir corriendo, pues, debe reiterarse que el DE cumple en la medida de lo posible con enviar estudiantes a las universidades, que es realmente lo que intenta, habiéndole dado la espalda en gran medida, como también ha ocurrido en nuestra universidad pública, a la preparación técnica, a los llamados estudios vocacionales y a tantas otras cosas. Pero los educadores tenemos que repensarnos a nosotros mismos y readiestrarnos para que podamos contribuir a acelerar el cambio que se está dando hacia las dinámicas virtuales. Se debe hacer todo lo posible -y lo más rápido posible- porque el sistema escolar se valga en todos los ámbitos de tecnología de la información actualizada. Tan importante como lo anterior es trabajar con las instancias colectivas más elementales. Estamos ante cambios que necesitan ser dialogados hasta la saciedad y esto sólo se dará si las comunidades afectadas se involucran. Si la escuela y su comunidad como unidad básica no acoge críticamente los nuevos usos se fracasará. La escuela, a su vez, necesita asistencia de una instancia administrativa cercana que estimule el diálogo, los cambios de paradigmas y los adiestramientos pertinentes que exigen una educación que ya no se puede circunscribir a la escuela.


La educación pública como el

imaginario de lo posible César A. Rey-Hernández Posee un doctorado en Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde recibió el máximo galardón nacional de estudios doctorales, Premio Gabino Barreda. Su experiencia académica profesional es de más de 26 años, autor o coautor en una decena de libros académicos, más de un centenar de artículos profesionales en el campo de sociología, educación y temas migratorios constituyen su vida investigativa y académica. Luego de 16 años en la cátedra, la investigación y la administración universitaria, el Dr. Rey fue nombrado Secretario de Educación de Puerto Rico, durante los años 2001 al 2004. Puerto Rico atraviesa por uno de sus momentos más decisivos en el fortalecimiento de su democracia y en la afirmación de su identidad como pueblo que cultiva y valora su sociedad. Solo a través de la educación pública se conjugan las posibilidades de un proyecto de transformación de futuro. No obstante, el desenfreno de las últimas décadas y el empeño de la apariencia de vivir en una sociedad que valora más el oropel y el consumo, nos ubican en el inmediatismo y amarillismo peligroso y superficial que muchas sociedades contemporáneas enfrentan. Estamos en la encrucijada de volver a definir qué aspiramos como pueblo. ¿Qué tipo de nación queremos para nuestras generaciones venideras? Esta pregunta que aún resuena desde el Insularismo de Antonio Pedreira, sigue haciendo eco en nuestras mentes y corazones. Tenemos que evaluar nuestros paradigmas del quehacer de nuestro País, igualmente retomar nuestras voluntades colectivas, y en la revisión y el fortalecimiento de las mismas, armar un proyecto educativo nacional que trascienda los cuatrienios y nos ubique en una planificación a mas largo plazo. Esto supone un paradigma económico, social, empresarial, educativo y cultural, el cual tenemos que redefinir y, por ende, defender. Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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Tal vez debamos retomar nuestro rumbo combatiendo la baja autoestima que en ocasiones proyectamos o se proyecta de la educación pública en algunos medios. Es avasallador la cantidad de noticias malas de nuestra educación que priorizan con la única intención de alimentar la sensación de crisis permanente que en nada edifica nuestro espíritu colectivo. Hemos abusado de la reserva de la autoestima educacional. En ocasiones, se nos presenta un país donde reina exclusivamente el desequilibrio, la violencia y la desesperanza y no es raro escuchar por las distintas generaciones que su única salida es la emigración de nuestra tierra. De hecho, las cifras más recientes de esa emigración hablan de un País que envejece y que su población más joven empieza a ausentarse de nuestro territorio. Esto es letal para el estado y sus ciudadanos. Sencillamente es inaceptable y pesa en nuestra moral como pueblo el poder cambiar esta realidad, más allá de las pequeñas diferencias, muchas veces estériles que diariamente libramos en Puerto Rico. ¿Qué nos queda? Sin duda alguna, la Educación. Nos tenemos que armar de una nueva ilusión educativa en el país y para eso tenemos que decodificarnos: reeducar a todos los actores sociales a recuperar la confianza en la educación pública como País. Tenemos que convocar un proyecto nacional educativo sensato, alcanzable y optimista que nos permita crecer como sociedad y nos haga competitivos en la sociedad globalizada. Para eso no hay soluciones mágicas, nuestros maestros y maestras tienen la clave de esas alternativas y por décadas lo han evidenciado. Tenemos entonces que combatir la sociedad light, aquella donde todo se pretende resolver como un combo del “servi-carro”, donde el producto es fácil de acceder: lo consumes y con la misma facilidad lo desechas. Así hacemos a veces con las ideas, los proyectos, los niños/as, nuestros viejos/as, los educadores. Estamos entrampados en la vida fácil. Priorizamos de manera inmediata desde la perspectiva valorativa más prejuiciada y con el desdén de que nada es importante. Irónicamente, en esta sociedad del conocimiento que supone la tan renombrada globalización, es el propio conocimiento el que queda marginado y son los productores del conocimiento, (maestros, educadores, profesores, intelectuales y trabajadores de la cultura) los que están buscando legitimar su presencia en esta 18 | El

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sociedad. En tal sentido, una mesa grande, democrática y de inclusión es lo que debe ser nuestra educación, una casa de encuentro (Towards Partnership: 2016, 2010). La educación no es solo responsabilidad pública gubernamental, sino de instituciones civiles privadas, organizaciones sin fines de lucro, organizaciones no gubernamentales, entre otras (Rey, 2011). Nuestra escuela requiere una revisión de su estado de situación y de este esquema quebrantado de su gobernabilidad. El imaginario de lo posible apunta a la creatividad y compromiso de los distintos protagonistas del sistema: maestros, maestras, estudiantes, personal no docente, padres, madres, sindicatos y su emplazamiento a una aportación de esa gobernabilidad a la que hemos estado haciendo referencia (Boeninger, 1994). El estado benefactor de antaño nos mal acostumbró y seguimos depositando la exclusividad en la responsabilidad estatal y esto ya es insostenible. No puede el estado asumir esta responsabilidad de manera exclusiva: la convocatoria para armar nuestro país es de todos. Hay formas diversas de hacer gobernable nuestra Educación y la única manera de emprender un proyecto de lo posible es a través de la capacitación y concienciación de los distintos sectores que hacen productiva nuestra escuela. Hay que crear una cultura del consenso y la manera más efectiva es apoderando a todos estos nuevos protagonistas sociales (líderes comunitarios y organizaciones no gubernamentales, entre otros) y provocando que ese liderato medie en procesos que hasta ahora son cuellos de botella en el adelanto de causa social. El Puerto Rico posible y al que aspiramos se logrará solamente si abolimos la actitud de derrota: si emprendemos y exigimos una visión más integrada de nuestros problemas y retos, que supere el cuatrienio y la aldea pequeña de lo inmediato. Esta es la base de una planificación a largo plazo que nos devolverá a unas estructuras mucho más cercanas a los ciudadanos y con la capacidad de ilusionarnos como puertorriqueños. Solamente así haremos de nuestras siembras la cosecha de ese árbol de la ilusión boricua. El reto que supone entender estos fenómenos tiene que ir acompañado de las realidades que, también, atañen a la formulación de la política pública y a la capacidad que tiene cada organización de movilizarse


al cambio. Este cambio supone un cambio de cultura al igual que de paradigma (Harrison, 2006). 1. Uno de los aspectos de mayor fascinación para la transformación de las escuelas consiste en repensar la manera en que se enseña, cómo se enseña y desde dónde se enseña. Esto requiere visualizar unos espacios físicos atractivos a los estudiantes, tanto como a los maestros y el personal no docente. La distribución del espacio es un factor psicosocial que le va a agregar valor a las estructuras del aprendizaje. 2. Un segundo obstáculo ha sido la deficiencia y poca pertinencia de algunos currículos comúnmente utilizados. La transformación curricular es un proceso que requiere tiempo para ajustarlo y evaluarlo como instrumento de conocimiento, como variable para el cambio social (Arum & Roksa, 2011). A través de la historia de este Departamento, no siempre hemos podido introducir cambios curriculares en todas las escuelas y, por ende, los desfases no han tardado en sentirse, manifestándose en la per-

sistencia de métodos anticuados o pasivos. De hecho, la prisa política del inmediatismo coyuntural, se ha tragado los cambios sustantivos que requieren de la maduración cónsona con el conocimiento debidamente transmitido. 3. Un tercer obstáculo podríamos resumirlo como maestros desmotivados por falta de recursos de trabajo, bajos salarios, dificultades de adiestramiento o al margen de los procesos de toma de decisiones. Creo que el momento requiere una evaluación de estímulos salariales por desempeño profesional. Se han alcanzado algunos logros en este renglón, pero nuestros recursos humanos básicos, nuestros maestros, continúan siendo fuente de preocupación, pues es un sector de la comunidad que necesita atención, educación continua y mayor espacio para crecer. Además, en tiempos de recesión y crisis presupuestaria, han sido uno de los sectores del mercado laboral más perjudicados (Rey, 2008). 4. Un cuarto obstáculo es la disparidad entre ofreciRevista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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mientos educativos y el desarrollo de la sociedad en medio de la globalización (Tucker, 2011). En específico, no siempre hemos podido adiestrar a los jóvenes para que puedan descifrar correctamente los signos de la modernidad, los signos del sistema que producen y fortalecen la economía y el bienestar social. Por ello, hemos visto cómo la deserción escolar todavía es preocupante, pues la escuela deja de ser atractiva, pertinente, en fin, interesante para el y la joven puertorriqueña. Por otro lado, las dificultades que la economía de dependencia produce, en complicidad con el desbordamiento demográfico y la emigración masiva al exterior, han provocado desbalances entre el proceso educativo y los ofrecimientos de empleo, situación que propicia la génesis de desplazamiento de jóvenes educados, éxodo de talento humano hacía Estados Unidos que se ha intensificado en las últimas dos décadas. 5. Todo lo anterior nos lleva a entender cómo el reto puede ser más complicado al no tener las estructuras de gobierno que faciliten los cambios que requiere el Departamento de Educación. La construcción social del espacio de gobierno tiene un sentido para los que interactúan dentro de esa estructura. En la medida en que no se tomen decisiones de carácter medular en la agilización de estas estructuras y que la toma de decisiones siga excluyendo a quienes resultan afectados por las mismas, estaremos desvinculándonos de las posibles soluciones a una mejor educación para Puerto Rico. Lo cierto es que la mala práctica política partidista ha deteriorado la confianza de la ciudadanía y los hechos reprochables de corrupción en el servicio público han estigmatizado a todos por igual. Esto nos parece injusto para la gran mayoría de los funcionarios sacrificados y honestos del este sector público. Nuestro reto es recuperar confianza en el proyecto de gobernabilidad educativa. No cabe la menor duda que hay que enfrentar los obstáculos de la política partidista y reprogramarnos para superar los caciquismos tan arraigados en muchos de nuestros líderes políticos. Puerto Rico tiene que reinventarse en sus valo-

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res sociales y poner confianza en otros espacios que no necesariamente provengan del espectro político, más bien, que sean los educativos, comunitarios, intelectuales y sociales en general, todos los que están construyendo un Puerto Rico que los partidos políticos aun no logran persuadir. Ahí entonces es que estará el cambio hacia una gobernabilidad realizable. La educación como proyecto social tiene que enfrentar cambios radicales en su contenido y en su intención de armonizar conocimiento con socialización y formación de ciudadanos. Desde que la educación se institucionaliza, lo hace con una intención de armar un proyecto colectivo que tiene que responder a las sociedades en evolución y aspirar a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a los que le sirve. La educación tiene múltiples funciones en las sociedades contemporáneas y todas esas funciones tienen que armonizarse con una capacitación para lograr la gobernabilidad de nuestras estructuras. El Departamento de Educación de Puerto Rico ha tenido que enfrentar grandes retos en su proceso de transformación para obtener mayor efectividad organizacional. No obstante, en ese proceso se ha probado igualmente que existen los recursos y las voluntades necesarias para superar las piedras de tropiezo para la verdadera transformación de las estructuras en este departamento. Pensemos que el imaginario es posible para nuestra educación de futuro.

Referencias Arum, Richard & Roksa, Josipa. (2011). Academically Adrift: Limited Learning on College Campuses. Chicago: Chicago University Press. Boeninger, Edgardo. (1994). “La gobernabilidad: un concepto multidimensional”. ¿Qué espera la sociedad del gobierno? Editado por Luciano Tomassini, Santiago: Universidad de Chile. Harrison, Lawrence E. (2006). The Central Liberal Truth. Oxford: Oxford University Press. Rey Hernández, César A. (2008). El Reto de la Gobernabilidad en la Educación Pública en Puerto Rico. Madrid Rey Hernández,César A. (2011). “El sentido de lo público en la educación.” En periódico El Nuevo Día. Tucker, Marc S. (2011). Surpassing Shanghai: An Agenda for American Education Built on the World’ s Leading Systems. Cambridge: Harvard University Press. Documento: Towards Partnership 2016 (PDF)


Asuntos del magisterio:

ante las plataformas de los

partidos políticos Ángeles Molina Iturrondo

Catedrática en el Departamento de Estudios Graduados de la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Posee un doctorado en Educación Temprana de la Universidad de Boston y una maestría en Educación de Arte de la Universidad de Nueva York. En 1985, realizó estudios postdoctorales en la Escuela Graduada de Educación de la Universidad de Harvard. Desde el 2004 hasta el 2010 se desempeñó como Decana de la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. En diciembre de 2009, fue la segunda prioridad en la lista de candidatos recomendados por el Sistema de la UPR para ocupar el puesto de Presidente de la Universidad de Puerto Rico Actualmente es miembro del Consejo de Examinadores del National Council for the Accreditation of Teacher Education (NCATE); de la Junta de Gobierno del Regional Education Laboratory del Noreste y las islas de los Estados Unidos; del Observatorio de la Calidad de la Educación de la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico; y de la Junta de Directores de la Fundación Chana y Samuel Levis.

Una vez más, como cada cuatro años, el próximo 6 de noviembre Puerto Rico se apresta a enfrentar las elecciones del 2012. Resulta imprescindible plantear ante la consideración de los partidos políticos que aspiran a gobernar el país propuestas fundamentales para que se incorporen en las plataformas de gobierno. Sin duda, la educación debe ser uno de los asuntos prioritarios. Dentro del escenario amplio de la educación, no puede dejarse pasar la oportunidad para recordarles a los políticos que tienen la obligación de garantizar la atención esmerada de aspectos que inciden directamente en la profesionalización, calidad y condiciones del magisterio, las cuales redundan en un mejor aprendizaje en los alumnos. Darling-Hammond (2000a) y Marzano (2003) demostraron que el maestro es la pieza clave para alentar el aprendizaje en la sala de clase. Según DarlingHammond (2000), las políticas públicas que se establecen en los estados, en torno a las prácticas para preparar, reclutar, licenciar, fomentar el desarrollo profesional de los maestros, se traducen en educadores mejor cualificados y más competentes en la sala de clase. Pero no se trata de cualquier maestro, sino de un docente con una sólida preparación universitaria y apoderado de lo que la literatura de investigación se han llamando las prácticas ejemplares (Daniels, Bizar & Zemelman, 2001; Stronge, 1997; Zemelan, Daniels & Hyde, 1998). Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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La Universidad de Texas identificó siete categorías de prácticas educativas ejemplares: 1. Características personales positivas; 2. Manejo efectivo de grupo; de aprendizaje inclusivos; 4. Clima positivo en la sala de clase; educativo enriquecido; 6. Currículo que involucre al aprendiz activamente; 7. Compromiso con el aprendizaje para la vida (http:// www.edb.utexas.edu/mmprojects/mmcase/themes.html). Según Ballou & Podgursky (2005), The National Commission on Teaching and America’s Future propuso varias recomendaciones para elevar el nivel de la profesión magisterial, las cuales deben considerarse para incorporarse en los programas de gobierno: 1. Todos los programas de preparación magisterial deben cumplir con los estándares de la profesión, demostrado mediante la acreditación profesional o cerrarse; 2. Establecer un panel o comisión del magisterio como profesión para otorgar las licencias magisteriales en función de los estándares más altos de la profesión, tal y como ocurre en las profesiones de medicina, consejería y sicología en Puerto Rico; 3. Consolidar la implantación de la Carrera Magisterial, atando las compensaciones económicas al avalúo de los haberes, grados obtenidos más allá del bachillerato, entre otras.

Preparar al docente para que se convierta en el principal pivote del aprendizaje en la sala de clase, requiere varios componentes en un plan estratégico y concertado para solidificar el magisterio en Puerto Rico. Habría que comenzar identificando y persuadiendo a los mejores y más aptos candidatos para entrar al magisterio (Guarino, Santibañez & Daley (2006). 22 | El

Preparar al docente para que se convierta en el principal pivote del aprendizaje en la sala de clase, requiere varios componentes en un plan estratégico y concertado para solidificar el magisterio en Puerto Rico. Habría que comenzar identificando y persuadiendo a los mejores y más aptos candidatos para entrar al magisterio (Guarino, Santibañez & Daley (2006). El enamoramiento con la carrera magisterial

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desde la escuela secundaria, requiere establecer una política de gobierno, con acciones e incentivos para el reclutamiento temprano de los mejores alumnos y alumnas en la escuela secundaria, proveerles la orientación ocupacional temprana, las ayudas económicas y, posteriormente, garantizarle una posición y un sueldo competitivo como maestro en la escuela pública. Esta propuesta es, particularmente, necesaria en áreas de difícil reclutamiento. Al momento, el Departamento de Educación ha identificado las áreas de inglés, educación especial, física, química y matemáticas en las cuales hay una gran necesidad de maestros y maestras en el sistema público de enseñanza. Sin embargo, no se han establecido proyectos de incentivos para atraer a los mejores candidatos para estos programas de formación. La coordinación efectiva con los programas de preparación magisterial en las universidades, resulta necesaria para canalizar a través de estas, las becas y los apoyos para estos futuros maestros y maestras. De esta manera, se estarían ubicando a los mejores estudiantes en los programas de preparación magisterial; y cultivándolos como universitarios de formación desde antes de entrar al programa, para convertirlos en maestros o maestras de primer orden. Esta estrategia se está implantando, actualmente, en los Estados Unidos mediante el uso de fondos federales provenientes del Carl D. Perkins Vocational and Technical Education Act con las siguientes iniciativas: Programa de becados en los colegios universitarios; Maestros-Cadetes en la Escuela Secundaria; Academias magisteriales en la Escuelas Secundarias; y esfuerzos de reclutamiento en colegios universitarios de cuatro años (www.nea. org). Ciertamente, seleccionar los mejores candidatos tiene un efecto positivo en el sistema educativo y en el aprendizaje estudiantil. En Finlandia, por ejemplo, parte del éxito del sistema de educación pública, se debe a la selección esmerada y a la admisión competitiva de los estudiantes que aspiran convertirse en maestros y maestras; y al altísimo reconocimiento social de la figura del maestro en la sociedad finlandesa (Malaty, n.d.; Organisation for Economic Co-operation and Development, 2003). Pero de poco vale identificar estudiantes talentosos y enamorarlos para que se conviertan en maestros y maestras, si los programas de formación magisterial


en el país no están a la altura de lo esperado. DarlingHammond (2000b); Goe (2007), Torres Nazario (2009) y Ortiz (2005) documentaron que los futuros maestros que egresan de programas que ostentan acreditación profesional, son más efectivos fomentando el aprendizaje en los alumnos; y obtienen calificaciones más altas en las pruebas de certificación docente. Al momento, existen dos organizaciones profesionales de acreditación de programas de preparación magisterial; el National Council for the Accreditation of Teacher Education (NCATE) y el Teacher Education Accreditation Council (TEAC). En una decisión sin precedentes, y para atender el reto de unificar los estándares de calidad de la preparación magisterial, el pasado 25 de octubre de 2010, estas dos organizaciones se fusionaron en una sola, que se conocerá como Council for the Accreditation of Education Preparation (www. ncate.org). Al momento se está desarrollando el nuevo protocolo de acreditación, que se basará en tres grandes estándares: 1. Los candidatos a educadores demuestran conocimientos, destrezas y disposiciones efectivas para trabajar en escuelas; 2. Las decisiones sobre los candidatos y los programas están basadas en datos; 3. Los recursos y las prácticas apoyan el aprendizaje de los candidatos. En Puerto Rico, únicamente los nueve programas de preparación docente de la Universidad de Puerto Rico están acreditados por NCATE. Aunque otros programas en las universidades privadas han iniciado trámites para obtener una acreditación profesional, aún están en progreso. En la mayoría de los estados de los Estados Unidos, hay políticas públicas que incorporaron los estándares de acreditación de NCATE, ya sea a través de NCATE o de las juntas regentes estatales, análogas a los que en el pasado fue el Consejo de Educación Superior de Puerto Rico (CESPR). En el año 2002, el entonces Consejo de Educación Superior de Puerto Rico, estableció un acuerdo con el National Council for the Accreditation of Teacher Education (NCATE), para incorporar los estándares de esta en sus visitas de licenciamiento. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del CESPR para incorporarlos en el Reglamento de Licenciamiento revisado, entre los años 2007 y 2009, la oposición de algunas instituciones

de preparación de maestros privadas, por un lado; el desmantelamiento del Consejo de Educación Superior para fusionarlo con el Consejo General de Educación; y la reducción en el presupuesto de este organismo, tornó imposible la aspiración de elevar los estándares de licenciamiento de los programas magisteriales en Puerto Rico. En vista de esta laguna en los procesos de licenciamiento y de que los hallazgos de la literatura de investigación que apuntan a una mayor excelencia magisterial en los egresados de programas acreditados (NCATE, 2006), urge incluir la acreditación de los programas que preparan maestros y maestras en Puerto Rico como política pública y en las plataformas de gobierno. Otro aspecto que es necesario atender son los salarios de los docentes. La profesión magisterial necesita atraer a los más talentosos candidatos. El salario de entrada y las subsiguientes revisiones salariales son un incentivo importante. Igualmente, es necesario honrar los compromisos contraídos con los maestros y maestras que se acogieron a la Ley de Carrera Magisterial; y que han obtenido sus maestrías y doctorados conforme a lo que establece la ley. Convertir el magisterio en el servicio público en una carrera similar a la carrera del docente universitario, es un incentivo para que el maestro se embarque en una proceso autodirigido de mejoramiento profesional con la aspiración de obtener el ascenso que se merece en función de sus haberes y logros. En el escenario de la sala de clase, no puede perderse de vista que los maestros y maestras necesitan apoyo, mentoría y acompañamiento en la sala de clase (Featherstone, 1993; Feiman-Nemser & Parker, 1993). No se trata de ejercer la supervisión para fiscalizar, sino de colaborar con el maestro para que desarrolle Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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y fortalezca sus competencias docentes para alentar el aprendizaje y su liderazgo educativo. La labor en la sala de clase puede enriquecerse si se cuenta con la ayuda de un observador informado, que fomente la reflexión del docente sobre su práctica educativa. Este acompañamiento es vital sobre todo, durante los primeros dos años de práctica profesional en la sala de clase en lo que la literatura profesional y de investigación se conoce como inducción al magisterio (FeimanNemser, Carver, Katz, & Schwille, 1999). Este es otro componente necesario en la educación pública, al que no se le ha dado la suficiente atención. Sin embargo, la investigación demuestra que contribuye a la retención del maestro, a sus ejecutorias competentes. La relación de colaboración y de trabajo en equipo entre el Departamento de Educación y las universidades con programas de preparación magisterial en Puerto Rico, para identificar y atender asuntos emergentes en la preparación, inducción y ejecutoria de los maestros, es otro aspecto que debe ser objeto de atención y de una política pública del próximo gobierno. Lamentablemente, la relación entre el Departamento de Educación y las universidades carece de sistematización, consistencia y efectividad. Es necesario que a nivel de la Secretaría de Educación, se designe un funcionario con capacidad decisional para articular la agenda de trabajo con las universidades a los fines de adelantar y resolver asuntos de formación magisterial que inciden en la calidad de la educación pública. De ser incorporadas en los programas de gobierno de los partidos políticos, las recomendaciones anteriores se convertirían en la base de políticas públicas que mejorarán sustancialmente la calidad y condiciones del magisterio en Puerto Rico. Sin duda, este mejoramiento tendrá efectos positivos en el aprendizaje estudiantil, que a fin de cuentas, es lo más importante.

Referencias Ballou, D.,& Podgursky, M. (2005). Reforming teacher training and recruitment: A CriticalAppraisal of the Recommendations of the National Commission on Teaching and America’s Future. Available at http://www.mospace. umsystem.edu/xmlui/bitstream/handle/10355.8371/ reformingTeacherTrainingRecruitment.pdf?sequence=1 Daniels, H., Bizar, M. & Zemelman, S. (2001). Rethinking high school: Best practices in teaching, learning and leadership. NH: Heinemann.

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Darling-Hammond, L. (2000a, January). Teacher Quality and Student Achievement: A Review of State Policy Evidence. Educational Policy Analysis Archives, 8(1), 1-44. Darling-Hammond, L. (2000b, May).How teacher education matters. The Journal of Teacher Education, 51(3), 166-173. Featherstone, H. (1993). Learning from the first years of classroom teaching: The journey in, the journey out. Teachers College Record, 95(1), 93–112. Feiman-Nemser, S., Carver, C., Katz, D., & Schwille, S. (1999). New teacher induction: Programs, policies, practices. Final Report. East Lansing, MI. Feiman-Nemser, S., & Parker, M. (1993). Mentoring in context: A comparison of two U.S. programs for beginning teachers. International Journal of Educational Research, 19(8), 699–718. Goe, L. (2007). The link between teacher quality and student learning: A research synthesis. Available at http://www. tqsource.org/publications/LinkbetweenTQandStudent outcome.pdf Guarino, C.M., Santibañez, L., & Daley, G.A. (2006, Summer). Teacher recruitment and retention: A review of recent empirical literature. Review of Educational Research, 76(2), 173-208.doi 10.3102/00346543076002173 Malaty, G. (n.d.) What are the reasons behind the success of Finland in PISA? Available at http://www.cimt.plymouth.ac.uk/journal/malaty.pdf Marzano, R.J. (2003). What works in schools: Translating research into action. Alexandria, VA: Association for Supervision and Curriculum Development. National Council for the Accreditation of Teacher Education. (2006). What makes a teacher effective? A summary of key research findings on teacher preparation. Washington D.C.: NCATE. Organisation for Economic Co-operation and Development. (2003, July). Attracting, developing and retaining effective teachers: Country background report for Finland. Available at http://www.oecd.org/dateoecd/43/15/5328720.pdf Ortiz, M de los A. (2005, 29 de junio). Informe final presentado al Consejo de Educación Superior de Puerto Rico sobre indicadores de calidad en los programas de preparación de maestros en cuatro IES en Puerto Rico. San Juan, PR: Consejo de Educación Superior. Stronge, J. (1997). Evaluating teaching: A guide to current thinking and best practices. CA: Corwin Press. Torres Nazario, M. ( 2009, June). Characteristics of the graduates of Interamerican University of Puerto Rico, Ponce Campus teacher Education Program who passed the Teacher Certification Test: A research study. Revista de Investigación, 1(2), 4-15. Pathways to exemplary teaching. (n.d.) Available http://www.edb. utexas.edu/mmprojects/mmcase/themes.html Zemelan, S., Daniels, H. & Hyde, A. (1998). Best practice: New standards for teaching and learning in America’s schools. NH: Heinemann.


Reflexiones sobre

currículo y propósitos de la escolarización

en el umbral de un año eleccionario Gladys R. Capella Noya Suelo comenzar la enseñanza del curso Principios de currículo1 a estudiantes graduados con la pregunta de qué significa para ellos currículo. La diversidad de respuestas tiende a ser rica y fértil para emprender nuestro diálogo del semestre. Presagia a su vez la diversidad de definiciones que ha caracterizado al concepto currículo como campo de estudio desde principios del siglo XX hasta el presente. En cierta medida, esta diversidad estriba en lo que se incluye y excluye de la definición. Algunos estudiosos del tema se han inclinado por definiciones enfocadas en proyectos formales educativos de las instituciones escolares, mientras otros han enfatizado dimensiones más amplias, las cuales incluyen aspectos como currículo escondido, ambientes de aprendizaje y cultura escolar. No obstante, independientemente de la amplitud de la definición, hay preguntas fundamentales que cualquier acercamiento a asuntos curriculares suele abordar, entre las cuales sobresalen: ¿para qué edu1. En el Departamento de Estudios Graduados de la Facultad de Educación del Recinto de Río Piedras-UPR.

Catedrática del Departamento de Estudios Graduados de la Facultad de Educación de la UPR-Recinto de Río Piedras, en el Área de Currículo y Enseñanza. Fundadora del Proyecto Aurora en Camuy, PR, organización de base comunitaria establecida en el 1996 y cuya misión es promover una vida saludable y digna para mujeres y familias de escasos recursos económicos a través del desarrollo e implementación de programas de apoyo, educación e investigación. Egresada del programa doctoral Enseñanza, currículo y ambientes de aprendizaje de la Escuela Graduada de Educación de Harvard University.

car en el contexto escolar? ¿qué enseñar? ¿cómo enseñar? ¿cómo evaluar el aprendizaje? En el umbral de este año eleccionario en nuestro país, comparto a continuación algunas ideas de índole curricular, tomando como hilo conductor la primera de las preguntas fundamentales mencionadas: ¿para qué educar en el contexto escolar? Para propósitos de estas reflexiones, parto de un paradigma que incluye en la definición de currículo todas aquellas dimensiones formales e informales que son parte de la experiencia escolar de un niño o un joven. Se encuentran entre éstas: contenidos, procesos, currículo escondido, cultura escolar y ambientes de aprendizaje. Como producto cultural, el currículo Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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de una escuela o sistema educativo (tanto el planificado, como el implementado y el experimentado) reflejará inevitablemente—con todas sus complejidades y contradicciones—las valoraciones, aspiraciones, temores y prejuicios de las personas e instituciones que lo conceptúan, diseñan, evalúan e implementan. Las respuestas que como individuos y como sociedad damos a la pregunta ¿para qué educar en el contexto escolar? reflejan, también, nuestras valoraciones y aspiraciones. A modo de reflexión, comparto dos posibles respuestas, o más bien, una respuesta con dos dimensiones complementarias, y algunas notas sobre implicaciones curriculares relacionadas a las mismas: 1. Educar en el contexto escolar para propiciar el desarrollo de las capacidades intelectuales y creativas de cada niño, niña y joven: La Convención sobre los Derechos del Niño (adoptada por las Naciones Unidas en 1989) consigna el derecho de todos los niños y adolescentes a una educación obligatoria y gratuita, y que ésta debe de estar encaminada al desarrollo del niño y adolescente hasta el máximo de sus posibilidades (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos). El desarrollo de las capacidades intelectuales se nutrirá siempre de contenidos, procesos y ambientes de aprendizaje que propicien la exploración y el descubrimiento de respuestas y de nuevas preguntas (Duckworth, 2006); que abracen la curiosidad y profundidad intelectual; y que exijan rigurosidad académica, según las fortalezas de cada estudiante. El desarrollo de las capacidades creativas nos exige abrir espacios para la imaginación, y celebrar riesgos intelectuales y artísticos. A menudo, conlleva reconocer cuándo es sabio despojarnos de preconcepciones limitantes de lo que es ética y estéticamente aceptable o repudiable. Muchas veces, en nuestro bien intencionado afán de cubrir material y enseñar valores, asfixiamos inteligencias y atropellamos creatividades. Cuando las escuelas se inclinan hacia enseñar para pruebas estandarizadas, y para medir y recopilar datos en un vacío, en lugar de inclinarse hacia el aprendizaje y la formación integral de los estudiantes; cuando privilegiamos analogías insostenibles entre procesos educativos y patrones de éxito em26 | El

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presarial capitalista, nos alejamos de asuntos medulares e ineludibles para propiciar el desarrollo de las capacidades intelectuales y creativas de todos los niños, niñas y jóvenes (Ravitch, 2010). Ciertamente, en años recientes, y al menos parcialmente por las exigencias de la ley federal del 2001, Que ningún niño quede rezagado, ésas han sido las inclinaciones que han prevalecido en nuestro sistema educativo. Reenfocar los recursos y las energías hacia el aprendizaje y la formación integral de nuestro estudiantado, es imperativo. 2. Educar en el contexto escolar para propiciar la justicia social y el cultivo cotidiano de una vida colectiva democrática y de paz: Desde su preámbulo, la Constitución de Puerto Rico afirma categóricamente la importancia suprema del sistema democrático para la vida de la comunidad puertorriqueña. Sin embargo, documentos normativos de un país jamás podrán garantizar la convivencia cotidiana democrática. La justicia social, y la vida colectiva democrática y de paz, se aprenden y construyen cada día. La escuela, como institución social, es un contexto donde convergen diversos sectores, abundan procesos decisionales y traslucen relaciones de poder. Cada manifestación curricular en una escuela—desde los contenidos, las metodologías, las estrategias de evaluación, hasta su ambiente de aprendizaje, entre otros—tienen, por tanto, el potencial de ser parte del aprendizaje, y simultáneamente, construcción, de una vida cotidiana democrática, que propenda a la justicia social, a la participación solidaria y a la paz (Pérez Serrano, 1997). En palabras de Gandhi, el camino a la paz, es la paz. Paralelamente, el camino a una sociedad democrática y justa, son la democracia y la justicia. Cuando una sala de clases o un sistema educativo se convierte en territorio de inequidades; donde la violencia institucional cristalizada de tantas maneras prevalece; y donde las voces de quienes tienen el legítimo derecho a participar son sistemáticamente menospreciadas y silenciadas, faltamos gravemente tanto a los miembros de esas comunidades de aprendizaje, como a los principios democráticos afirmados hace seis décadas en nuestra Constitución. Igualmente, se atenta contra


principios democráticos fundamentales cuando el estado intenta imponer ideologías a favor del bando dominante a través de decisiones curriculares, como lo son los libros de texto. El libro de texto Puerto Rico-Nuestra Isla-Estudios Sociales para el Nivel Elemental (2011), es un burdo y peligroso ejemplo. Reflexionar sobre estos asuntos en el umbral de un año eleccionario trae a mi atención la magnitud del reto que enfrentamos como sociedad en la medida que estamos genuinamente comprometidas y comprometidos con un sistema educativo capaz de honrar los principios democráticos consignados en nuestra Constitución, los derechos a la educación consignados en la Convención sobre los Derechos del Niño, lo que bien sabemos que necesitamos para construir una sociedad digna para todos y todas. A veces me parece que la política partidista, según se da en nuestro país— y se recrudece de cara a las elecciones—es inherentemente excluyente de dimensiones esenciales de lo que implica conceptuar y practicar currículos pertinentes a nuestro sistema educativo. Es una política inherentemente excluyente por lo simplista, por lo acrítica, por lo antagónica, por lo autoritaria, por lo violenta. La conceptuación y práctica de currículos pertinentes requiere honrar la complejidad, la criticidad, la solidaridad, la democracia y la paz. De esta tensión emerge uno de los retos más significativos que enfrentamos como educadoras y educadores, como ciudadanas y ciudadanos: rescatar nuestro sistema educativo público de la política partidista y confiarlo a servidores públicos, a educadores, a maestras y maestros de la sala de clases, a madres y padres, a comunidades, comprometidas y comprometidos primordialmente con la política pública (vs. partidista); con el desarrollo integral de nuestra niñez y juventud; con el bienestar colectivo. Es urgente confiarlo a líderes que estén comprometidos con la obligación constitucional del estado de proveer instrucción pública de calidad, libre de costo y no sectaria a todos los niños, niñas y jóvenes. Es apremiante confiarlo a personas con la visión, las competencias, la claridad de propósito y la voluntad para hacerlo posible. Y sí, sabemos que es posible, porque a pesar de la política partidista rampante y de la mediocridad de tantos funcionarios con poder decisional, florecen

en nuestro país—y echan raíces profundas—iniciativas donde se honra las capacidades intelectuales y creativas de nuestra niñez y juventud; donde se cultiva la justicia, la participación democrática solidaria, y la paz. Algunos de estos ejemplos han sido reseñados y celebrados públicamente—la Escuela Juan Ponce de León en Juan Domingo, Nuestra Escuela en Caguas. Igualmente significativas son esas instancias, donde de manera callada y constante, cargados de valentía, tesón y esperanza, maestras y maestros de cada rincón de nuestro archipiélago transforman su sala de clases en santuarios de aprendizaje, crecimiento y alegría para nuestra niñez, nuestra juventud, nuestro pueblo. Cierro estas reflexiones con un llamado, un llamado a cada una y cada uno de nosotros a que exijamos a las personas que ya comienzan a solicitar nuestra confianza (a través de rótulos en las carreteras y consignas publicitarias) a que estén honestamente comprometidas con el mandato constitucional de proveer instrucción pública, universal, libre de costo y no sectaria. Exigir que las propuestas educativas y curriculares que nos presenten propendan al desarrollo de las capacidades intelectuales y creativas de nuestra niñez y juventud; y a la conceptuación e implementación de currículos al servicio de la justicia social, la participación democrática solidaria, y la paz. Démosles nuestra confianza solo si proponen y demuestran que son capaces de respetar nuestra inteligencia, nuestra creatividad, nuestro derecho a una vida colectiva democrática y pacífica. Hacia ese camino, no hay atajos.

Referencias Duckworth, E. (2006). “The having of wonderful ideas” and other essays of teaching and learning. New York: Teachers College Press. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Recuperado enero 16, 2012, de http://www2.ohchr.org/spanish/law/crc.htm Pérez Serrano, G. (1997). Cómo educar para la Democracia-Estrategias Educativas. Madrid: Editorial Popular, S.A. Puerto Rico-nuestra Isla-Estudios Sociales para tercer grado escuela elemental. (2011). San Juan: Editorial Panamericana, Inc. Ravitch, D. (2010). The death and life of the great American school system: how testing and choice undermine education. New York: Basic Books.

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La comunidad educadora y el desarrollo en Puerto Rico:

¿podemos aguantar otros cien años de soledad? “La mayéutica de Sócrates rechaza que la mente del alumno sea un receptáculo o cajón vacío en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento” Wikipedia: Mayéutica

“It takes a village” Hillary Clinton

El diagnóstico Empecemos con un postulado simple: las escuelas no educan; las escuelas instruyen. Pedirle que eduquen es pedir peras al olmo. Si educar es promover una actitud constructiva hacia el conocimiento, de modo que el discípulo descubre dentro de sí su capacidad de generar juicios a base de la información que enfrenta, no podemos pedirle eso a las escuelas; no según las conocemos. Éstas sirven para transmitir conocimiento, pero no para generar capacidad de juicio, es decir para educar. Así terminamos en el mejor de los casos que definitivamente no es siempre el que tenemos en Puerto Rico con alumnos informados que no saben qué hacer con su conocimiento. En el sur de África existe una filosofía maravillosa llamada ubuntu. Estipula que al ser humano lo definen sus relaciones con otros: soy el hijo de mis padres, el padre de mis hijos, el hermano de mis hermanos, el compañero de mi pareja, el amigo de mis amigos, el 28 | El

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Ramón Daubón Consultor independiente, Presidente de Grupo Esquel en Washington DC y Asociado de la Fundación Charles Kettering. Natural de Puerto Rico, posee un PhD en Economía de la Universidad de Pittsburgh y ha publicado extensamente sobre temas de Latinoamérica y el Caribe y la conexión entre el desarrollo socioeconómico y la cultura democrática y de participación ciudadana en comunidades.


colega de mis colegas, el vecino de mi barrio, el miembro de mi comunidad, el ciudadano de mi país. Privado de esas conexiones humanas quedo totalmente solo; dejo de ser persona y sólo puedo atribuirme la certeza cartesiana de que existo, dado que pienso y me doy cuenta de que lo hago. En Puerto Rico cada vez más sólo se existe. Educar, entonces, es alentar la capacidad de procesar conocimiento para formar juicios. Para eso hace falta más que una escuela; hace falta un círculo de conexiones humanas. Es la disposición no sólo a aceptar información, sino la disposición a aprender, al gusto de descubrir. Ese juicio educador viene con la formación cultural del educando, de una actitud hacia el descubrimiento interno de verdades, de un mindset para procesar el torrente de información que le viene de afuera y que le permitirá formarse juicios, sus verdades, y con ellas hacer frente a la vida. Esa formación en pensar no es cuestión de vaciar información en un cántaro y luego medir cuanto se retuvo, sino que emerge y se nutre en vez de la interacción y contactos en las comunidades humanas: en el círculo familiar, el barrio, el entorno. Es el caldo de cultivo de la cultura en el proceso de formación de personas. En sociedades exitosas la madurez cívica emerge de esa formación individual y se multiplica y socializa. Sin comunidades, sin una amplia red de relaciona-

mientos humanos no hay educación posible. En Puerto Rico con nuestro proceso miópico de desarrollo por indicadores hemos aumentado el ingreso per capita a golpe de transferencias desde afuera y de inversiones sin arraigo con el país, pero hemos deshecho el entorno relacionador, el barrio, el vecindario, los círculos familiares. Somos un país de solitarios, ilustrado en el encierro en cajas de metal en los tapones de tránsito, alimentándose cada cual por su lado con chismes o vulgaridades musicales en la radio. Estamos solos, pero, sin embargo, tampoco sabemos disfrutar la soledad. Lo que nos queda de humanidad en el fondo se resiste y por eso no toleramos el silencio; llenamos el espacio con señales electrónicas que nos dejan o lerdos y pasivos o interactuantes con una presencia mecánica, o sin cuerpo. Pero en la interacción con personas vivas somos incómodos. Hablamos innecesariamente fuerte, como si tuviéramos temor a desaparecer en la conversación. Establecemos una informalidad y una chabacanería que busca engraciarse con la intimidad del otro, pero que en el fondo es impersonal y pasajera. No es que queramos entablar una relación con el otro, es que queremos que nos reconozca, que no nos rechace, que no desaparezcamos. Nuestras conversaciones son más presentaciones de argumentos; no se trata de escuchar y aprender del otro, mucho menos de disfrutar su compañía, se trata de hacer el Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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enchufe para que mi punto de vista quede en récord aún en los temas más insignificantes: los deportes, la música, el calor. Y si conocemos el color político del otro, nos lanzamos a lo partidario, no para deliberar sino para hacer dictámenes. Nos convencemos de que somos amistosos y simpáticos, mas en realidad habría que amarnos mucho para no vernos como insoportables. Esa aglomeración de solitarios genera a su vez niños solos sin barrio y sin familia y a quienes mandamos a la escuela a ver si les enseñan algo . Los que más la aprovechan aprenden lo necesario para pasar las pruebas con que los miden. Los demás no pasan ni eso, pues aún su capacidad de aceptar información ha quedado comprometida por la carencia de conexiones humanas verdaderas y de la disposición a recibir insumos que eso aporta. Lo que merece aprenderse no se aprende en la escuela. Y allí casi ninguno aprende a pensar.

El remedio Es cómodo achacarle la culpa a los políticos -y desde Agüeybaná hasta Fortuño quizás todos la merecenpor todo nuestro catálogo de quejas. Mas no son ellos la causa; son sólo el reflejo. El problema somos nosotros; así mismo sólo nosotros podemos ser la solución. Dejemos por ahora de lado al sector público. No que no le corresponda, debería ser su primera responsabilidad; pero hasta que la ciudadanía no sea capaz de formular una exigencia cívica por buen gobierno éste será incapaz de darla. El buen gobierno sólo se oferta cuando se demanda. Y no es cosa de cabildear por una medida u otra: se trata de esperar buen gobierno en todo: transparencia en la gestión, respeto por las normas, recelo por los bienes públicos, atención desinteresada al interés colectivo, cero favores a amigos, cero corrupción. El estado actual sería quizás capaz de responder a demandas muy puntuales y bien definidas que estime convenientes de otros actores sociales, pero no esperemos que sea el estado quien las inicie. Y particularmente si van en contra de algún segmento importante de su base electoral. Su misión en Puerto Rico no es gobernar bien; es ser reelecto. Por el momento entonces, queda en hold. Quedan, entonces, los otros sectores y la ciuda30 | El

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danía organizada. En cualquier otro lugar del mundo uno podría pensar que el sector empresarial vería un interés en promulgar una cultura cívica responsable y creadora, base de la paz, la estabilidad y el progreso comercial y para lo cual un cimiento de educación es indispensable. Pero en Puerto Rico –y gracias otra vez al modelo de desarrollo por indicadores– el sector empresarial es muy ralo; aquí hay empleados y ejecutivos, pero muy pocos emprendedores. Hay policy takers, no policy makers empresariales. Falta lo que el empresario Bartolomé Gamundi llamaría una “sociedad de dueños”. Pongamos, entonces, al sector empresarial en la columna de posible aliado, pero no como para esperar que –salvo honrosas excepciones– haga algo. Al menos por el momento. Veamos ahora la llamada sociedad civil. A Puerto Rico llegó tarde al boom latinoamericano de las organizaciones no-gubernamentales, las ONGs (u oenegés) que acá llamamos Organizaciones Sin Fines de Lucro o OSFL’s. Aparte de las obras caritativas de siempre –y en Puerto Rico las hubo también muy distinguidas– las ONG’s de nuevo corte fueron hijas indirectas de las dictaduras latinoamericanas y de la incomodidad de la cooperación internacional con darle ayuda a los torturadores del momento. El continente se pobló así de organizaciones de profesionales con fines sociales financiadas por fundaciones extranjeras, principalmente norteamericanas. Hubo, claro, entre ellas organizaciones con membresía de bases con fines similares, pero las más eran organismos autónomos manejados por profesionales con clientela de desfavorecidos y auspicio de afuera. El accountability, por supuesto, iba dirigido primero a los donantes, quienes se convertían en los guardianes de la gestión de desarrollo en aldeas y tugurios de todos los países en base a criterios forjados mayormente en Nueva York o Chicago por cientistas sociales con las mejores intenciones. Las ONG’s hacían lo que podían dentro de esas restricciones y de la inevitable competencia entre ellas por recursos. No pocas sucumbieron al canto de sirena de halagar a los donantes haciéndoles el cuento que querían escuchar; los burlones las llamaban grantólogas, y a los donantes que se dejaban seducir, filantropólogos. El cuento en Puerto Rico fue tardío, pero parecido. En fin que para fines de los 1990’s había miles y miles de ONG’s definiendo el futuro de la cooperación


para el desarrollo, conectadas en redes, respondiendo a sus donantes y con relativamente poco accountability hacia abajo. El pastel se puso aún más grande cuando los donantes oficiales y multi-nacionales descubrieron esta “sociedad civil” y le otorgaron la representación moral de la voz de la ciudadanía, saltándose así de lado a los gobiernos electos, pero todavía corruptos quienes con cierta justicia se quejaban: y a esa gente, ¿quien los eligió? . En fin, que en lo que pocos parecían preocuparse era que los ciudadanos aprendieran a articular su propia voz. Y así hasta el sol de hoy. Porque en Latinoamérica, igual que en Puerto Rico, puede haber votantes y partidarios, pero hay muy poca tradición ciudadana. ¿Qué no queda entonces? Si dejamos de momento al lado al gobierno, al sector empresarial, y al conglomerado de OSFL’s, nos queda sólo la ciudadanía, organizada o por organizar. Y es afortunado, de cierta manera, porque yendo a las bases nos evitamos el error de trabajar con intermediarios. Porque la cultura ciudadana que es el caldo de cultivo de la educación surge y se nutre en la ecología cívica de las comunidades. Aún en un desmadre cívico como el de Puerto Rico, hay algunas organizaciones con legitimidad y convocatoria en las bases. Algunas universidades y algunas congregaciones y centros religiosos tienen conexión con las bases y pudieran ser portadores del mensaje cívico. La labor de Agenda Ciudadana ha sido encomiable en generar por todo el país una conciencia de responsabilidad ciudadana, aún más que por la agenda misma que ha generado, ésta fácilmente ignorable por los hacedores de política una vez haya pasado la luna de miel eleccionaria. Así, también, hay un relativo puñado de organizaciones de servicio con vocación de base. Finalmente, y quizás más importante, hay un gran número de organizaciones vecinales con gran legitimidad, pero generalmente aisladas unas de otras y faltas de concientización y de instrumentos para convertirse en un movimiento cívico desde abajo. Esa labor de armado de un tejido cívico más tupido y más dinámico y partiendo de la base institucional que ya existe, debería ser la primera preocupación del proceso para salir del atolladero donde nos encontramos. A los países no los salva nadie; se salvan ellos mismos y se salvan desde abajo.

El primer paso sería encontrar el factor coagulante que energice los primeros pasos de un movimiento de rescate. Y volvemos al comienzo de este ensayo: a la educación. No es difícil constatar que en los barrios populares de Puerto Rico hay una profunda preocupación por la no-educación de la generación perdida, los niños. Y ésta la relacionan con los otros males que aquejan a las comunidades: la drogadicción, el tráfico ilícito, la violencia desmedida, la cínica desconfianza en las autoridades. Y aunque estas preocupaciones se dan a todos los niveles sociales, los de arriba le dan solución parcial con sus colegios privados, sus barrios cercados, sus guardias privados, sus clubes, su acceso privilegiado al sector público. Los de abajo quedan atrapados en su soledad. Propongo, entonces, que si Puerto Rico se desmorona de arriba hacia abajo, se empiece su reconstrucción por los cimientos, por sus barrios, de abajo hacia arriba. Que los ladrillos sean aquellas organizaciones con arraigo, legitimidad y convocatoria. Que la argamasa sea la formación ciudadana de las personas. Las escuelas, entonces, pueden ser la viga central de apoyo, en torno a las cuales se va construyendo la estructura y eventualmente se van reclutando aliados y colaboradores entre el resto de la sociedad civil, los empresarios y, eventualmente la agencias del gobierno. No será un proyecto de “educación”; será un proyecto de ciudadanía construido y regido por los propios ciudadanos usando sus escuelas como forjadoras de un tejido cívico más denso, como promotoras de relaciones más activas, como catalizadores de conexiones humanas, como des articuladoras de la soledad, como centros de la educación. ¿Qué ocurre en comunidades? Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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Luis Llórens Torres:

ejemplo de transformación escolar pública

Rosibel Recondo

Completó un bachillerato en Educación Elemental (Kinder a 6to grado) y el grado de Maestría en Administración y Supervisión en la Universidad de Puerto Rico en el Recinto de Río Piedras. Trabajó en el sistema público y privado como maestra de escuela elemental durante siete años. Desde noviembre de 2006 comenzó a dirigir la Escuela Luis Lloréns Torres. Actualmente trabaja en conjunto con el Instituto Nueva Escuela en la trasnformación en la integracion en la escuelas públicas del modelo de enseñanza de María Montessori

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Dirigir una escuela elemental pública ha sido una de las experiencias más extraordinarias en mi profesión como educadora. Siempre hay una pregunta que es imposible no hacérsela a un director de escuela que trabaja en comunidades, máxime cuando su matrícula carece de experiencias educativas más allá del núcleo escolar donde el 96% se encuentra bajo nivel de pobreza. ¿Cómo puedes dirigir una escuela? La respuesta para muchos puede ser una gran sorpresa.

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Lo cierto es que el Departamento de Educación (DE) establece unos reglamentos y cartas circulares para regir las funciones académicas y administrativas del sistema, pero, aun así, en nuestro país existe una Constitución que garantiza una educación pública de excelencia para todos los estudiantes. Por tanto, en la escuela Luis Lloréns Torres toda decisión dependerá de las necesidades de nuestros estudiantes y no del Secretario de turno. Analizar la Ley 149 y la ley federal No Child Left Behind siempre debe estar en la agenda diaria de un director. Hay artículos de estas leyes que, curiosamente, no se discuten en las reuniones profesionales, pero que nos proveen herramientas para defender los proyectos educativos de nuestras comunidades escolares. En este artículo, pretendo compartir, cómo justificaré, mis argumentos para defender el proyecto educativo en la Escuela Luis Llorens Torres ante el personal del DE, y los gobiernos de turno. Asimismo, presento posibles estrategias que deben ser estudiadas para que el personal de alta jerarquía evalúe la puesta en práctica del verdadero sentido de la Ley 149.

I. Organización escolar La Ley 149, de 15 de julio de 1999, según enmendada, conocida como Ley Orgánica del Departamento de Educación Pública de Puerto Rico, está fundamentada sobre tres premisas básicas: 1. El estudiante es la razón de ser del Sistema Educativo y el maestro su recurso principal; 2. La interacción entre estudiantes y maestros constituye el quehacer principal de la escuela; 3. Las escuelas pertenecen a las comunidades que sirven y estas deben participar en su gobierno. Las modalidades de organización escolar que puedan ser utilizadas en cada escuela deben responder siempre a las necesidades de los estudiantes, a los indicadores de aprovechamiento académico y retención, así como a las necesidades de la comunidad a la que sirve. La organización escolar, en su etapa de planificación, es básicamente, un proceso administrativo. Una vez pasa a su ejecución, se convierte en un proceso primordialmente docente y de responsabilidad compartida. Cada mes de enero en las comunidades escolares

comienza el diálogo sobre la organización escolar del próximo año escolar que ha de comenzar en agosto. Varios asuntos tienen que considerarse cuando se habla de organización escolar: • Matrícula; • Necesidades académicas y sociales de los estudiantes; • Currículo escolar; • Proyectos educativos; • Recursos humanos necesarios para lograr ofrecer un currículo de excelencia y programas de clase. Se considera la cantidad de maestros, cantidad de estudiantes por salones, los programas de clase y el personal de apoyo (Bibliotecarios, Trabajadores Sociales) para cumplir con el compromiso educativo. Cada director completa un documento que está anejado a la Carta Circular 17, 2010-2011 sobre organización escolar, la cual es revisada anualmente por el Secretario en turno. El director escolar tiene que defender y justificar su organización en la Región Educativa a la cual corresponda su escuela. Este proceso es, en ocasiones, un tanto insensible a las necesidades de nuestros estudiantes, ya que la justificación de los puestos va a depender de la cantidad de estudiantes que hay en cada salón hogar. El currículo, las estrategias educativas y las características de la comunidad escolar no son considerados a la hora de pensar la organización escolar del próximo año escolar. El proceso es meramente matemático. Las escuelas que reciben un trato diferenciado son aquellas que pertenecen al programa de Escuelas Especializadas. Estas escuelas se rigen bajo una Carta Circular distinta que rige su operación y funcionamiento. Como indica Quintero (2006), es necesaria una transformación en los principios y metáforas que guían la organización administrativa para adecuarla a la realidad del sistema educativo. El DE tiene que redefinir cual será su nueva política de participación de los directores y maestros para que ejerzan un verdadero liderazgo, y no sean meramente administradores de estructuras. Cada distrito escolar cuenta con superintendentes y facilitadores docentes que conocen los programas, servicios educativos y currículo de las escuelas. Estos funcionarios, en conjunto con las comunidades escolares, tienen la preparación académica y experiencia Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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profesional para evaluar el personal que justamente se requiere para que los estudiantes participen de un proceso de enseñanza de calidad. El personal de la Región educativa debe ser responsable meramente de los procesos administrativos que conlleva la contratación de los recursos humanos. Cada comunidad escolar presenta unas características muy particulares. Por ejemplo, hay comunidades que meramente con un trabajador social puede atender las necesidades de las familias de esa comunidad, a diferencia de otras que requieren de dos o hasta tres trabajadores sociales, ya que ofrecen servicios a familias que desconocen de estrategias saludables para trabajar con sus hijos. Mientras el DE continúe utilizando la misma fórmula para todas las escuelas, sin considerar a las comunidades a las que se sirven, se imposibilita la idea de cumplir con los requisitos de la ley federal y salir del plan de mejoramiento.

II. Currículo Cada comunidad escolar tiene el deber de evaluar sus prácticas y estrategias educativas para así seleccionar un currículo que responda a las necesidades de los estudiantes. Según la Ley 149, en el artículo 2.04, Autonomía de las Escuelas, se establece que las escuelas funcionarán con la autonomía en las áreas académica, fiscal y administrativa. Así que cada escuela tiene la responsabilidad de: a. Adaptar sus programas de estudio a las necesidades e intereses de sus estudiantes; b. Experimentar con nuevas técnicas de organización y nuevos métodos de enseñanza. Durante la administración del Dr. Cesar Rey se trabajó el Proyecto de Renovación Curricular: Fundamentos Teóricos y Metodológicos. Este documento contiene los principios filosóficos y psicológicos sobre el significado y el propósito de la educación. En el mismo se analiza la filosofía y política curricular, los valores que promueve la educación puertorriqueña, principios básicos de la evaluación educativa, entre otros temas, en los que se fundamenta la elaboración del currículo de la escuela en Puerto Rico. Los diferentes programas académicos elaboraron su Marco Curricular en el contexto del proyecto de renovación curricular. La tarea inicial de un director y su comunidad esco34 | El

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lar es comenzar por el estudio y análisis del Proyecto de Renovación Curricular. Este documento en conjunto con los marcos curriculares nos ofrece el andamiaje para seleccionar o crear un modelo educativo que responda a las necesidades de cada comunidad escolar. Las comunidades tienen que comenzar a investigar sobre modelos y estrategias educativas no tradicionales, y arriesgarse a estudiarlas, implantarlas y evaluarlas en el contexto de sus comunidades. Según Celeste Benítez (2011), exsecretaria de Educación, Puerto Rico tiene que abrirse al mundo, y comenzar a evaluar los modelos educativos latinoamericanos, europeos y asiáticos. Además, hay escuelas como la Nueva Escuela Juan Ponce de León, Sofía Rexach, Abraham Lincoln y Antonio S. Pedreira que han sido modelos de una verdadera transformación curricular. Tenemos que dejar de pensar como islas, y acercarnos a los profesionales de aquellas escuelas que han sido exitosas para compartir sus historias de éxito y frustraciones. Según Shouse, R. y Lin, K. (2010), el aprendizaje de los estudiantes se ha traducido en aumentar los resultados de pruebas estandarizadas, en el caso de Puerto Rico las Pruebas Puertorriqueñas. Si bien no podemos ignorar los resultados de las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA), ya que nos proveen información sobre el funcionamiento académico de los estudiantes, tampoco debemos limitar el significado de la educación a aprender unas destrezas de matemáticas, lectura e inglés. Las PPAA son un instrumento adicional para evaluar nuestro proyecto educativo. Una de las mayores equivocaciones de los dirigentes de nuestro sistema educativo es que utilizan los resultados de unas pruebas estandarizadas para determinar si la escuela cumple con unos requisitos escolares. La competencia y preocupación de las comunidades escolares por cumplir con los resultados de las PPAA, ha logrado que los directores y maestros no ejerzan su liderazgo docente y acepten unas metas y visiones del personal de alta jerarquía del DE. Nuestra educación se ha tornado en una sin sentido, cuyos resultados han sido nefastos para nuestro país, alta criminalidad, profesionales que carecen de destrezas de liderazgo, carencia de ideas innovadoras para transformar la política pública y leyes. El aprendizaje


de los estudiantes va más allá de dominar unas destrezas académicas, es lograr aprender a cuestionar la autoridad, ejercer el espíritu democrático y poner en práctica conceptos de justicia, igualdad y respeto La planificación diaria en las escuelas se traduce en cumplir con las destrezas definidas en las expectativas académicas. Las comunidades escolares tenemos un gran reto de arriesgarnos a transformar el currículo escolar considerando las expectativas y requisitos de la materia, estrategias de enseñanza y diferentes modelos de organización escolar. Una de las primeras discusiones en nuestra comunidad giró en torno a la carta circular que rige el programa de kindergarten. En la misma se establece que las escuelas con una matrícula de más de 30 estudiantes deben organizar dos grupos de estudiantes, uno asistirá a la escuela de 8:00 a 11:00 AM y el segundo de 12:00 a 3:00 PM. En este horario hay que identificar la hora de capacitación de los maestros y los periodos para la clase de inglés (30 mnts). El DE debe evaluar la carta circular del programa de Kinder. En escuelas con matrícula alterna el maestro tiene un tiempo muy limitado para trabajar con sus estudiantes un currículo de excelencia. En mayo de 2007, en todos los niveles desde primero hasta sexto grado, teníamos estudiantes que no dominaban la mecánica de la lectura. Así, que un grupo de maestras decidió estudiar el currículo de María Montessori. En este modelo los niveles de enseñanza en la escuela elemental se organizan en multigrados, Casa de Niños con estudiantes de 3 a 5 años, Taller I de 6 a 9 y Taller II de 10 a 12. Una de las maestras con mayor experiencia decidió certificarse en Casa de Niños. Así, en agosto de 2008 comenzamos nuestra

primera Casa de Niños y un segundo salón de Kinder con estudiantes de 5 años. En agosto de 2011, ya contamos con dos grupos de Casa de Niños y un Kinder en horario regular. Nuestros estudiantes comienzan su primer grado o Taller I con mayores herramientas para continuar su proceso de enseñanza, ya que han sido expuestos a un sinnúmero de actividades de intervención temprana.

Conclusión La labor del personal docente es arriesgarse a tomar decisiones, que si bien no serán de la aceptación de muchos, promoverán reformas educativas que le harán justicia a nuestros estudiantes. El reto de la alta gerencia del Departamento de Educación es identificar aquellas escuelas que representan verdaderas transformaciones, y proveerles el apoyo administrativo, económico y educativo para que continúen con su gestión. Una de las mayores fortalezas de nuestras escuelas es la gran cantidad de maestros y directores, que tienen un gran compromiso con la transformación de nuestro país.

Referencias Benítez, C. 2011. La escuela pública que necesitamos. El Nuevo Día, viernes, 30 de septiembre. Departamento de Educación 2003. Proyecto de Renovación Curricular- Fundamentos Teóricos y Metodológico, Quintero, A. H. 2006. Muchas reformas, pocos cambios. Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Shouse, R. y Lin, K. 2010. Principal Leadership in Taiwan School. Rowman & Littlefield Publishers, Inc. Ley 149, 1999. Ley Orgánica para el Departamento de Educación Pública de Puerto Rico.

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La importancia de apoyar el

acceso a los estudios postsecundarios Sonia M. Bartolomei Suárez

Catedrática del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Puerto Rico Recinto Universitario de Mayagüez (RUM). Ella se graduó de Bachillerato en Ciencias en Ingeniería Industrial del RUM, de Maestría en Ciencias en Ingeniería Industrial de la Universidad de Purdue en Indiana y de Doctorado en Filosofía en Ingeniería Industrial de la Universidad del Estado de Pennsylvania. De agosto 2006 a febrero 2008, fue la Decana Asociada de Asuntos Académicos del Colegio de Ingeniería del RUM. Actualmente es la Coordinadora Ejecutiva del Proyecto Acceso al Éxito y la Gerente de Proyecto de la página de Internet exito.upr.edu.

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Introducción Diversos países han establecido como una de las prioridades para la próxima década (2010-2020) promover el acceso de los grupos sociales menos representados en la educación superior a los estudios universitarios. Por ejemplo, los ministros europeos en el Proceso de Bologna, así como diecinueve sistemas universitarios de los EE.UU., que lanzan la Iniciativa de Acceso al Éxito. Además del interés por una mayor equidad en la sociedad, esta iniciativa parte del reconocimiento de que el desarrollo económico de una sociedad potenciada por el conocimiento solo puede realizarse plenamente asegurando que todo individuo, independientemente de su trasfondo socioeconómico, tenga las oportunidades de acceder a una institución de educación postsecundaria. La Ley de la Universidad de Puerto Rico (UPR) enfatiza la atención a los sectores sociales menos favorecidos en recursos económicos. La ley establece como una de las responsabilidades de la UPR: “…Desarrollar a plenitud la riqueza intelectual y espiritual latente en nuestro pueblo, a fin de que los valores de la inteligencia y del espíritu de las personalidades

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excepcionales que surgen de todos los sectores sociales, especialmente los menos favorecidos en recursos económicos, puedan ponerse al servicio de la sociedad puertorriqueña”. Sin embargo, las admisiones a la Universidad de Puerto Rico muestran una brecha entre los estudiantes menos favorecidos económicamente y los estudiantes más pudientes económicamente. Por ejemplo, en el año 2007 la Vicepresidencia de Asuntos Estudiantiles de la UPR realizó un estudio y encontró que en Puerto Rico de los 43,000 estudiantes en duodécimo grado, 20% estudiaban en las escuelas privadas y 80% en las escuelas públicas. Sin embargo, la clase entrante al Sistema UPR estaba compuesta de 40% estudiantes provenientes de las escuelas privadas y 60% de las escuelas públicas. Había una brecha de 20 puntos de diferencia entre los estudiantes de las escuelas públicas disponibles y los que llegaban a estudiar al Sistema UPR. Esto representaba un reto de acceso, ya que existían oportunidades académicas pre-universitarias (k12) disparejas que desproporcionalmente afectaban la concienciación de la importancia de los estudios universitarios, las expectativas, las aspiraciones y el estar listos (as) para la Universidad de los (as) estudiantes con desventaja socioeconómica, la mayoría estudiantes de las escuelas públicas del país. Más aún, esta brecha de acceso era mayor para los campos de Ciencias, Matemáticas, Tecnología e Ingeniería (STEM por sus siglas en inglés). Típicamente la mitad de los (as) estudiantes de la clase entrante al Colegio de Ingeniería del Recinto Universitario de Mayagüez provenían de escuelas privadas. Así que el reto no era solo de acceso, sino de acceso, ¿a qué? En aquel año, las estadísticas indicaban que los estudiantes provenientes de hogares cuyo ingreso familiar era menor a $ 7,500.00 anuales, eran elegibles para menos del 25% de los más de 600 programas académicos que ofrecía la UPR y la mayoría de estos eran los programas de grados asociados. La disminución de la brecha en el acceso a los estudios universitarios no es sencillo, pues el problema de acceso de los grupos económicamente más desaventajados es uno complejo en el cual inciden múltiples variables (Brusi, 2009). Entre éstas:

Bajas expectativas Un primer factor que incide en la baja participación de los estudiantes de bajos ingresos en los estudios universitarios es sus bajas expectativas. Así aunque tienen interés en los estudios universitarios, tienen la percepción que la universidad no es para ellos. Brusi (2009) en su estudio en un Residencial de Mayagüez, encontró que ya desde los grados primarios los niños descartan la universidad como posibilidad. De hecho, la brecha en las admisiones a la UPR entre las escuelas públicas y privadas comienza desde el momento de tomar la decisión a solicitar, mientras 3 de cada 4 estudiantes de escuela privada (75%) solicitan a la UPR, sólo 1 de cada 3 de escuela pública (33%) lo hace. Previo a solicitar ya se da una preselección al tomar el examen del CollegeBoard, pues sólo el 56% de los estudiantes de escuela pública lo toman, comparado con el 75% de las escuelas privadas.

Falta de información Otro de los hallazgos de Brusi (2009) es la falta de información que tienen los estudiantes de bajos recursos sobre las alternativas post secundarios.

Deficiencia en su preparación Internacionalmente se ha comprobado (Hauser, 1998; Holmes-Smith, 2006; OECD, 2003) que el nivel socioeconómico del estudiante afecta su nivel de aprovechamiento.De hecho, en nuestro sistema educativo la población de la mayoría de las escuelas que presentan mayores dificultades provienen de áreas de pobreza urbana (Quintero, 2011). En estas escuelas la tarea educativa se topa con múltiples problemas sociales y del seno familiar, de salud física y mental. Cerrando Brechas en el acceso a una educación de excelencia es el mejor camino hacia la Equidad, Justicia y Paz para todos. Como país tenemos que trabajar en esta dirección. Una meta realista para cerrar esas brechas, es dando prioridad a los servicios de educación pública, en espacial en las escuelas de pobreza urbana. Es también necesario trabajar en los diversos componentes que son obstáculos para cerrar la brecha: aumentar las expectativas de los estudiantes; informarles sobre alternativas de educación post Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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secundaria;y mejorar la calidad de servicios educativos. La Universidad de Puerto Rico, siguiendo su misión ha dado pasos en trabajar por disminuir los obstáculos que limitan el acceso de los estudiantes de bajos ingresos. En el 2007, junto a 19 otros sistemas universitarios estatales, lanzan la Iniciativa de Acceso al Éxito con la meta de reducir a la mitad, antes del 2015, las brechas de acceso y éxito universitario que separan a los estudiantes con desventaja socioeconómica de sus contrapartes más privilegiadas. En el año 2008 la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Educación constituyen el Consejo K-16, con las siguientes responsabilidades: 1. Coordinar actividades que redunden en el fortalecimiento de las destrezas de los maestros y consejeros; 2. Articular sistemas de información que permitan medir el desempeño de los estudiantes a través de los sistemas preuniversitarios y universitarios y facilitar el proceso de admisiones a la Universidad; 3. Coordinar actividades de desarrollo curricular; 4. Instituir una cultura de que todo estudiante debe tener la misma oportunidad de acceso universitario – independientemente de trasfondo socioeconómico; 5. Articular los requisitos de graduación de escuela superior con los de admisión a la universidad; y 6. Asegurar un vínculo de retroalimentación con los programas de formación de maestros para propiciar los cambios necesarios en sus currículos. Este Consejo está formado por 3 representantes del Departamento de Educación de Puerto Rico, 3 representantes de la Universidad de Puerto Rico, un representante de las Universidades privadas y la Directora Ejecutiva. En el año 2008, las actividades y servicios que el Consejo propuso realizar para atender el reto de acceso y éxito universitario, fueron sometidas a través de una propuesta al programa College Access Challenge Grant (CACGP) del Departamento de Educación Federal para ser apoyadas económicamente. La propuesta fue aprobada en agosto de 2008 y se comenzó a trabajar en las diferentes iniciativas propuestas. Las iniciativas o programas apoyados por la CACGP se conocen actualmente como la Iniciativa o Proyecto Acceso al Éxito. 38 | El

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Las iniciativas que se están trabajando actualmente son: 1. Portal de Internet 7-13 o Portal de Acceso al Éxito– Es un portal en la Internet que se ha desarrollado con recursos innovadores, que le permite a los estudiantes, sus padres, consejeros, maestros, directores; disponer de información sobre programas de estudio de carreras universitarias, dónde estudiarlo, ayudas económicas para lograrlo, información relativa al examen de College Board, historias de éxito, mapa para planificar y documentar tu desarrollo ocupacional, consulta con consejera ocupacional en línea, foros de discusión con otros estudiantes, entre otros. Para entrar al portal la dirección de Internet a entrar es exito.upr.edu 2. Mapa Sigue el Camino al Éxito. Un mapa disponible en papel y electrónicamente con información sobre que pueden hacer los padres para sembrar la semilla temprano, apoyo, como planificar, financiamiento; y para los estudiantes relativa a ¿por qué ir a la universidad?, conoce tus alternativas, College Board en 10 pasos, como crear hábitos de estudio, si sobresales en y te interesa … podrías considerar ser…, qué hacer en 7mo, 8vo, 9no, 10mo, 11mo y 12mo para tener más posibilidades éxito de ser admitido en la universidad, entre otros.La intención de mapa es que el estudiante lo reciba en 7mo grado lo pegue en la pared de su cuarto y vaya realizando las actividades que el mapa sugiere hacer durante su estadía en la escuela intermedia y superior, de manera tal que al llegar al 12mo tenga todas las posibilidades de ser admitido en la universidad. 3. Uso efectivo de los sistemas de información K-16 Encadenamiento del sistema de información del Departamento de Educación con el de la Universidad de Puerto Rico, en un esfuerzo de mejorar el proceso de admisión a la universidad. 4. Campamentos de Verano Durante los veranos en los diferentes recintos de la Universidad de Puerto Rico se realizan diferentes campamentos y experiencias educativas para


Figura 1 - ¿Por qué ir a la Universidad? estudiantes de las escuelas en Puerto Rico. Esta iniciativa auspicia la participación de alrededor de 230 estudiantes desventajados económicamente en diferentes campamentos del sistema UPR. Los campamentos son un medio de motivar a los estudiantes y apoyarlos en su transición hacia los estudios universitarios. Los campamentos en los cuales los estudiantes participan son: Robotics and Green City toward STEM Skills en UPR Aguadilla; Campamento Cultural Radiografías Artísticas de Manifestaciones de Violencia y Paz en UPR Cayey; Seminario de Verano en Ciencias Médicas y Campamento de Verano de la Escuela de Odontología, ambos en UPR Ciencias Médicas; Experimenta con PREM en UPR Humacao; Campamento de Verano de Ingeniería Mecánica, Instituto de Verano de Transportación, Campamento Acceso Pa´l Éxito, Campamento de Materiales, Campamento de Verano para Estudiantes Talentosos en Matemáticas, Maya West Writing Project y Aprendiendo Ciencia, Tecnología, Ambiente y Servicio Comunitario en Equipo, a través de la Investigación y Centros Interdisciplinarios (BETTeR-IC + 2011, todos en UPR Mayagüez; y Taller de Arquitectura de Verano, Experiencia de Verano 2011 e Investigación en Química en UPR Río Piedras. 5. Fortaleciendo la Competencia a través de Cursos en Línea y de “Opencourseware” Esta iniciativa provee curso en línea para el repaso del examen de College Board y exámenes de práctica. Además, provee los cursos propedéuticos en inglés y matemáticas disponibles en línea. Provee, tambié,n materiales a través de un repositorio de “Opencourseware” para que los estudiantes puedan fortalecer sus competencias antes de entrar en la universidad. La dirección para llegar a los cursos es www.repasoupr.org. 7. Se ayuda a llenar la Solicitud de Beca FAFSA Esta iniciativa ofrece que los recintos de la UPR habrán las Oficinas de Asistencia Económica un día (típicamente un sábado) luego del 15 de abril (día que vence la entrega de la planilla de contribuciones sobre los ingresos) para que oficiales de asistencia económica ayuden a los estudiantes de nuevo ingreso a llenar la solicitud de beca FAFSA.

En la sub-sección ¿Por qué ir a la Universidad? encontrará respuestas a esta pregunta, una serie de documentos que le explican a los (las) estudiantes cómo se deben preparar desde el 7mo hasta el 12mo para ir a la universidad y un documento cuyo objetivo es desarrollar hábitos de estudios en los (las) estudiantes, elemento fundamento para llegar a la universidad y tener éxito en la misma.

8. Desarrollo Profesional para Consejeros (as) de Escuelas Esta iniciativa provee actividades de desarrollo profesional que equipa y prepara a los (as) consejeros (as) de escuelas a hace un uso efectivo de los materiales disponibles tanto electrónicamente como impresos. Es importante divulgar y ampliar estas iniciativas de forma que aumente el número de estudiantes de bajos recursos que continúan estudios post secundarios, lo cual les aumenta la posibilidad de encontrar un empleo, a la vez que apoya al país en su desarrollo económico y social.

Referencias Brusi, R. 2009. “Si te dejas llevar” universidad, geografía y desigualdad. San Juan: Fundación Francisco Carvajal. Hauser, R.M. 1998. “Intergenerational Economic Mobility in the United States: Measures, Differentials and Trends”. CDE Working Paper No. 98-12, Center for Demography and Ecology, University of Wisconsin, Madison. Holmes-Smith, P. 2006. “School Socio-Economic Density and its Effect on School Performance”. School Research Evaluation and Measurement Services. OECD. 2003. First Results from PISA 2003. OECD: www.pisa. oecd.org Quintero, A.H. 2011.: Características que Comparte un Grupo de Escuelas Exitosas en Puerto Rico. San Juan: Fundación Flamboyán

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La calidad de los datos de la educación pública en Puerto Rico: hacia la eficaz aplicación de

la tecnología y de los sistemas de información Sylma I. Sánchez- Rodríguez

I. Introducción Situados en pleno siglo 21, hemos visto cómo el mundo gira cada vez más rápido al compás de la tecnología. La obtención y el uso de la información han evolucionado rápidamente y contamos con múltiples y variados recursos para utilizarla. Disponemos de computadoras personales, de la red o Internet y de los celulares. También, hemos adoptado el uso de mecanismos de búsqueda de información en Internet –Google y Yahoo, por ejemplo-- programas específicos para integrar la tecnología en las materias, programas para planificar la actividad docente y programas de las llamadas redes sociales, como son Facebook y Twitter. Con todos estos recursos obtenemos, buscamos, usamos, intercambiamos y compartimos información para algún propósito en nuestro manejo de la información y el conocimiento que se genera cada día con extraordinaria rapidez y mayor volumen. En este trabajo procuramos desarrollar una aproximación a los sistemas de información que se implantan en el Departamento de Educación, del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, así como identificar el tipo de información que se trabaja en estos sistemas. De igual forma, identificamos y describimos criterios para determinar calidad de los datos que conforman el corpus de información fundamental de una agencia gubernamental como es el Departamento de Educación y la importancia que esto representa para la toma de decisiones orientadas y fundamentadas para brindar el mejor servicio al país. 40 | El

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Su carrera profesional consta de 25 años de experiencia en la implementación de proyectos estratégicos relacionados a la tecnología informática particularmente en la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Educación y sus sistemas de información estudiantil. También estableció el Proyecto Escuela Digital en 45 escuelas públicas y un Centro de Apoyo Digital para Maestros en la UPR en Cayey. Su preparación académica incluye una maestría en mercadeo (MBA) y un bachillerato en sistemas de información de la Universidad de Puerto Rico (UPR).


II. Sistemas de información en el Departamento de Educación A tono con estos tiempos, en el Departamento de Educación se han establecido varios sistemas de información, entre ellos el Sistema de Información Estudiantil, conocido como SIE o School Max. El Sistema de Información Estudiantil (SIE) “tiene el propósito de crear una base de datos que organice y procese de manera confiable toda la información académica de nuestros estudiantes, así como de los servicios del personal docente y de apoyo”.1 Motivados, en principio, por el mandato de rendir cuentas a nivel estatal y federal, el SIE, además, fue concebido con un alcance mucho mayor, “para servir como herramienta para apoyar la toma de decisiones de índole educativa”.2 La implantación de sistemas de información en agencias gubernamentales de gran alcance como lo es el Departamento de Educación no es tarea fácil ya que, representa un complejo proceso de cambio de hábitos y de prácticas en cómo es el desarrollo de las tareas que rutinariamente se han estado haciendo de forma manual, que es sustituida por mecanismos tecnológicos que deben ser operados por personas con sofisticados equipos de comunicaciones, computadoras y programados para procesar grandes cantidades de información, lo cual representa el proceso evolutivo que toma años para establecerlo adecuadamente. Transcurridos cinco (5) años de los inicios del SIE en el Departamento de Educación, en la actualidad en este sistema hay registrados 452,803 estudiantes, que representan la matrícula oficial del año escolar 2011-12 --conocida como M1--, y distribuida en las 1,455 escuelas que integran el sistema educativo público del país. Además, hay 1,359, esto es, el 93.4% de escuelas públicas que han registrado su organización escolar y algunos datos de estudiantes en el SIE.3 De ahí que sistemas de información institucionales, con las proporciones de nuestro Departamento de 1. Información obtenida de la página de Internet del Departamento de Educación. 2. Carta Circular 01-2006-007, sobre Normas y Procedimientos para la Evaluación del Aprovechamiento Académico y la Promoción de los Estudiantes del Sistema Escolar Puertorriqueño, Departamento de Educación. 3. Según reportado en el “Informe de Progreso de Datos en el SIE” al 9 de enero de 2012.

Educación, requieran grandes conjuntos de datos de buena calidad. Esto no es tarea fácil; en SIE se puede registrar información que es sumamente voluminosa como la siguiente: • Información de la organización escolar con los cursos y las secciones para cada uno de los maestros en más de 1,400 escuelas. Cabe mencionar que el Catálogo de Cursos 2011-12 tiene más de 2,300 cursos, los cuales se ofrecen en las escuelas y deben estar asignados debidamente a cada estudiante según su nivel y programa. • Información demográfica, lo cual constituye información personal de cada estudiante que incluye, pero no se limita a, el nombre, número único de identificación, fecha de nacimiento, sexo, origen étnico, dirección física, dirección postal, nombre de los padres. • Información académica por estudiante, o sea los cursos a los que asiste y los instrumentos de evaluación por estudiante por sección. Ahora bien, ¿qué se requiere para producir buenos datos en una agencia gubernamental como el Departamento de Educación? Para lograr producir el mejor corpus de datos, esto es, tener buenos datos para tomar decisiones informadas y fundamentadas en el Departamento de Educación debe darse la interacción sostenida entre las personas --en las Regiones Educativas, en los Distritos Escolares, en las escuelas y el Nivel Central--, los procesos --organización escolar, matrícula, evaluación académica y sus diversos mecanismos para recopilar los datos asociados--, y las tecnologías --el programado School Max, la conectividad en la red (Internet), las computadoras, impresoras, etc.--, de más de medio millón de puntos de contacto en más de cuatro niveles dentro de la Agencia. Es natural que desde el punto de vista de cada una de las personas involucradas haya una percepción individual de lo que la calidad de los datos significa. Por esto, sucede con frecuencia el que se sobrestime considerablemente la calidad de los datos y se subestime el impacto de una baja calidad. Los beneficios que habrá de tener el Departamento de Educación al contar con la riqueza de información que ofrecen los sistemas electrónicos, representa Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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un valor de extraordinarias posibilidades, ya que los datos emanan fundamentalmente de los estudiantes, razón por la cual vale la pena continuar el gran esfuerzo de analizar dicha información a fin de contribuir a mejorar los servicios. Con datos de calidad, más allá de la rendición de cuentas, se puede apoyar la planificación para asignar recursos a las escuelas; apoyar la labor enseñanza-aprendizaje en la sala de clases; investigar nuestra realidad de la educación puertorriqueña; teorizar sobre nuestras prácticas de enseñanza y aprendizaje; establecer nuestros propios modelos a seguir; documentar las destrezas disponibles en nuestra matrícula; compartir información con otras instituciones educativas y sociales; y se podría hasta predecir y cambiar para el futuro la orientación que se sigue en la formación de nuestros estudiantes. Por esto, es de suma importancia mantener los datos actualizados. Podríamos insistir en que nos urge hacerlo, ya que las conclusiones a las que se lleguen serán tan buenas como la calidad de los datos que conforman la información que podamos extraer del SIE.

III. Calidad de datos es igual a información valiosa para tomar decisiones

¿Qué es calidad de datos? Al buscar una explicación del concepto que representa lo que es calidad de datos se podrán encontrar muchas definiciones, elaboraciones o descripciones. A continuación se presentan algunas de éstas:: 42 | El

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Según la International Association for Information and Data Quality, la calidad de datos es el grado en que éstos, o la información, cumple con los requisitos y las expectativas de las personas que necesiten tener conocimiento sobre algo y que lo requieran para desarrollar procesos, a fin de alcanzar metas determinadas.. Por otro lado, el sitio de Internet www.whatis. com, nos indica que la calidad de los datos es una percepción o una evaluación de la aptitud que éstos puedan tener o evidenciar para servir a su propósito en un contexto dado. Finalmente, la organización CKAN de Inglaterra, www.ckan.org4, señala que la calidad de los datos constituye una medida compleja de las propiedades que éstos puedan tener en diversas dimensiones. Esto nos da una idea de la medida en que los datos son apropiados para sus objetivos y propósitos determinados. En lo que sí todos coinciden es en las características de lo que representa calidad de datos. A continuación se presentan las siete (7) características que en su conjunto, --según la definición que establece cada organización--, representa lo que es calidad de datos: 1. Precisión - Los datos deben ser suficientemente precisos para el uso que se les pretende dar y deben ser capturados solo una vez, aunque puedan tener múltiples usos. Los datos deben ser recogidos en el punto de actividad, esto es, donde se originan o producen,. 2. Validez - Los datos deben ser registrados y utilizados de conformidad con los requisitos pertinentes, incluyendo la correcta aplicación de las normas o definiciones. Esto asegurará la coherencia entre los períodos y entre organizaciones similares, de tal forma que se pueda medir lo que se pretende medir. 3. Confiabilidad - Los datos deben reflejar que se lleva a cabo un proceso de recopilación de información que ha sido formalmente establecido y que se mantiene consistentemente a través de los distintos períodos de recopilación a través del tiempo. El progreso hacia los objetivos de desempeño deben reflejar los cambios reales en lugar de las variacio4. Según www.ckan.org, esta es una organización que promueve un software de código abierto para manejar datos.


nes en los enfoques de la recopilación de datos o de sus respectivos métodos. 4. Oportunidad (o sea que sean oportunos) - Los datos deben ser capturados lo más pronto posible después del evento o actividad y deben estar disponibles para el uso previsto dentro de un plazo razonable. Los datos deben estar disponibles de forma rápida y con la frecuencia suficiente para satisfacer las necesidades de información; así también, para que puedan ser utilizados en la toma de decisiones.5 5. Pertinencia – Los datos registrados deben ser pertinentes a los fines para los que se van a utilizar. Esto requerirá una revisión periódica de los requisitos de información y de los datos de modo que puedan reflejar las necesidades cambiantes de toda organización. 6. Completos – Los datos que son requeridos se deben especificar claramente a partir de las necesidades de información de la organización. Los procesos de recolección de estos datos deben responder y coincidir, esto es, proponerse objetivos que satisfagan estos requisitos. 7. Accesibilidad – Los datos deben estar disponibles y deben poderse obtener cuando son necesarios. Los datos son un recurso crítico en toda organización pública o privada, de hecho son considerados un activo6, esto es representan parte de la inversión 5. Está documentado que mensualmente caduca el 2% de los datos 6. La Asociación para la Auditoría y Control de Sistemas de Información, ISACA por sus siglas en inglés así lo reconoce, para

o capital de la organización. En nuestro contexto, se trata de la información de nuestros estudiantes y el potencial para ofrecerles a éstos las oportunidades que les corresponden, al aprovechar para su beneficio las capacidades de análisis que la tecnología del siglo XXI nos brinda. Hay que reconocer que se han realizado grandes pasos si tomamos en cuenta que, al menos, existe la instrumentación para comenzar a mejorar nuestras metodologías para obtener, cada vez más mayores y mejores datos. Actualmente en el SIE, aquellas escuelas que hayan registrado en el sistema todos los cursos por los pasados tres años podrán producir la transcripción de créditos; y esto de por sí es un extraordinario adelanto. De igual forma, se podrán participar en un proceso paralelo entre los sistemas electrónicos de la Universidad de Puerto Rico y e del Departamento de Educación para realizar pruebas de la transferencia electrónica datos, como es el índice académico o promedio general de notas de los estudiantes que soliciten admisión al sistema de la Universidad de Puerto Rico. Se ha iniciado comunicación directa con los estudiantes para ofrecer oportunidades educativas, motivarles a continuar estudios universitarios y a presentarles información pertinente para sus planes de estudio y de su desarrollo y formación académica, en conformidad con sus necesidades y sus metas y preferencias profesionales. Esto requiere que se mejore la calidad de las direcciones en el SIE ya que en esta experiencia de inicio nos encontramos, por ejemplo, que el 50% de las cartas enviadas a los estudiantes información adicional refiérase a www.isaca.org

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fue devuelta7. Pero no hay por qué desanimarse, todo lo contrario, “el vaso está medio lleno”. Esto es solo el comienzo. La realidad es que los que han alcanzado otros peldaños en esta dirección nos comprueban que el sendero por recorrer hay que transitarlos. En otros escenarios ha sido eficaz y productivo. Lo que nos prueba que hay que seguir mejorando hasta lograr que nos pueda dar iguales resultados. Hoy día son muchas las escuelas que publican las notas de los estudiantes en el portal de padres; también, hay distritos que han creado sus propias herramientas virtuales de vínculo con la comunidad, como el Distrito Escolar de Barranquitas, www.barranquitaspr.net, y la Escuela Rafael Rivera Otero (ver sites. google.com/site/riveraotero/home). Solo hay que hacer la prueba el Google y preguntar “¿qué es el SIE?” Podrá confirmar cuántas otras personas en las distintas instancias del Departamento de Educación se han apropiado del Sistema y le han sacado el provecho y el beneficio necesario para los objetivos de su núcleo escolar o respectiva unidad de trabajo. Hay que continuar los esfuerzos, pero queda mucho por recorrer. Concluimos con algunas recomendaciones para mantener la calidad de los datos.

IV. Conclusiones

y recomendaciones Las organizaciones de cara al siglo XXI y en armonía con el fecundo desarrollo tecnológico de nuestro tiempo deberán situarse con el equipaje que les haga competitivas y les ubique en niveles óptimos de operación que, a su vez, les permita alcanzar metas de producción y de servicios de la más alta excelencia. Esto deberá ocurrir tanto en el sector privado como en el servicio público. La tecnología de lainformación se ha desarrollado a tal nivel que produce productos y servicios de acuerdo a las necesidades y peculiaridades de la organización. En este trabajo nos hemos centrado en los servicios de información y el manejo de datos en el Departamento de Educación de Puerto Rico. Esta agencia pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico trabaja, día a día, con información 7. Como parte de la iniciativa Acceso al Éxito se envió una carta a 5,775 estudiantes (cuyos datos están registrados en el SIE) de grado 12 con más de 2.5 de promedio general.

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y datos de la población escolar del país. La calidad que se imponga al manejo de esa información con los sistemas de información y recogida de datos que se adopten contribuye de manera decisiva a simplificar tareas, asegurar la conservación, actualización y transferencia de datos que garantice la toma de decisiones informada, documentada y sustentada. Esto, a su vez, permite que la organización, en este caso el Departamento de Educación, pueda ofrecer mejores servicios que respondan con mayor eficacia al cuadro de datos y de información que con mayor precisión y calidad se recupere, se organice, se analice y se pueda disponer para el beneficio de todos en la organización. A continuación se incluyen algunas recomendaciones a ser consideradas cuando trabajamos con datos en una organización educativa, como es el Departamento de Educación: 1. Considere los datos de sus estudiantes como un recurso valioso para desarrollar sus estrategias educativas. 2. Colabore en los procesos de calidad de datos que lleva a cabo la agencia. 3. Busque información sobre las tendencias en calidad de datos relacionadas a la gestión educativa. 4. Monitoree el progreso de los estudiantes y actualice los datos rutinariamente, el Departamento de Educación provee un Calendario de Actualización de Datos en el sistema de Información Estudiantil (SIE). 5. Mantenga la calidad de datos, una vez alcanzado un nivel aceptable de calidad, según definido por la propia agencia. Mejorar cada día los medios y las formas de recoger datos precisos y confiables en el Departamento de Educación es un reto y utilizar los datos recopilados para mejorar los servicios educativos y elevar la calidad de la educación en Puerto Rico es un compromiso que el pueblo de Puerto Rico confía que se asuma con la mayor responsabilidad. Y ese sí es el verdadero reto.


El tratamiento y la educación de

estudiantes con dishabilidades en las escuelas públicas de Puerto Rico Nicolás Linares Orama, PhD, CCC-SLP

El Dr. Nicolás Linares posee un doctorado en Patología del Lenguaje de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Es Catedrático en trastornos comunicológicos del en la Escuela de Profesiones de la Salud del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico e investigador con 37 años de experiencia en las áreas de autismo y jóvenes confinados. Actualmente, dirige el Instituto FILIUS de Investigaciones sobre Impedimentos y Rehabilitación, adscrito a la Oficina del Presidente de la Universidad de Puerto Rico.

Las dishabilidades en los niños Una vez nacemos, sea o no con condiciones biológicas de reto, tenemos la necesidad, el derecho y la obligación de aprender para poder adaptarnos a nuestro ambiente y lograr autosuficiencia en la sociedad que nos acoge. Se estima que en Puerto Rico cerca de un 15% de los niños nacidos presenta alguna condición orgánica que puede representar un desafío importante para su desarrollo, aprendizaje social y aprendizaje escolar. Si consideramos las estadísticas de nacimientos periódicos en Puerto Rico en los últimos 5 años, esto podría traducirse en cerca de 6,000 menores con dishabilidades que nacen anualmente. La mayoría de estas condiciones son altamente prevalentes, lo que lleva a estos individuos a tener una vida prolongada. Las leyes federales y locales han definido esas condiciones para dos grandes períodos en la vida de cada niño: para infantes y andarines (de nacimiento a los 2 años con 11 meses de edad); y para escolares (de 3 años a 21 años con 11 meses de edad). Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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Los infantes y andarines pueden presentar demoras en su desarrollo cognitivo, físico (incluyendo visión y audición), comunicológico, social o emocional, adaptativos, o una condición física o mental que puede producir una demora en el desarrollo, o un factor de riesgo en sus vidas que puede causar demoras en el desarrollo si estas no se atienden de forma temprana, según establecido por diagnósticos apropiados. Por otro lado, los escolares (fase que, también, incluye el aprendizaje o apresto pre-escolar) presentan un impedimento si una o más de trece condiciones afectan su desempeño educativo. Estas trece condiciones son: autismo, sordera-ceguera, disturbio emocional, impedimento auditivo o sordera, retardación mental, impedimentos múltiples, impedimento ortopédico, otros impedimentos de salud, problemas específicos del aprendizaje, impedimento de habla o lenguaje, daño cerebral traumáticos, e impedimento visual o ceguera. Tanto las demoras del desarrollo como los impedimentos arriba mencionados pueden provocar que la persona confronte dificultades, de leves a profundas, en los procesos mentales requeridos para aprender en casa, en el vecindario, en la escuela y en el mundo del trabajo. Estos procesos mentales son la atención, la discriminación, la memoria, la asociación y la integración compleja de información que se requieren para recibir, integrar, accesar y usar patrones sensorimotor-afectivos (Close et al, 2012; Mejias et al, 2011; Scott et al, 2012).

Conceptos generales del manejo

Los servicios de salud y educativos que se proporcionan a nuestros niños con dishabilidades son sostenidos por múltiples fundamentos. Algunas de las bases científicas establecen que, en cuanto a los patrones se refiere, el individuo alcanza dominio adaptativo en la medida en que su sistema nervioso periferal (los sentidos) y central (las materias cerebrales gris y blanca) puedan crear conexiones complejas entre la información que se recibe por los sentidos y los actos internos y motores cerebrales que requieren las respuestas. En el niño típico esto se da en forma relativamente impensada y minuciosa, mientras que en el menor con impedimentos se exige proveerle ingeniería del ambiente 46 | El

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para que lo consiga. Los fundamentos de las mejores prácticas profesionales conducen al clínico y al maestro a mantener al individuo como su primera prioridad, a buscar incesantemente aquellos servicios que logran mejores resultados y a proporcionarle oportunidades plenas de inclusión e integración con personas típicas. Finalmente, existe una gama amplia de leyes locales y federales que ordenan lo que debe elaborarse con esta población de forma tal que cada niño se convierta en un adulto feliz, independiente y contribuyente a la sociedad como resultado de los servicios desarrollativos, de salud y educativos que ha obtenido. Los reglamentos para operacionalizar a esas leyes propician el trabajo interdisciplinario e interagencial, y la medición constante del progreso de estas personas (Snowling y Hulme, 2012).

Servicios tempranos de salud En Puerto Rico los niños con dishabilidades son considerados individuos con condiciones de salud. En algunos casos, de salud física y en otros de salud mental; en otros de ambas. Como principio básico de salud urge la identificación temprana de estos menores como medida de prevención secundaria y atención inmediata para propiciar su buena salud y desarrollo, con la participación activa de sus familias. La identificación temprana debe hacerse rutinariamente por los médicos primarios, pediatras y otros profesionales de la salud, usando procedimientos de cernimiento para las condiciones de salud y desarrollo que pueden presentar los infantes, andarines, preescolares y escolares. Existen instrumentos válidos y confiables para esta función que son de fácil acceso por medios electrónicos. Los datos científicos sobre las funciones sensorimotoras y afectivas de bases neuromusculares señalan la importancia de esta identificación temprana para evitar malas adaptaciones por conexiones cerebrales atípicas o por “podas” neuronales irreversibles. Queremos saber cómo cada niño oye, ve, procesa información, se mueve, se relaciona socialmente, se comunica, juega y se ayuda a sí mismo en comparación con niños similares. Si se observa una discrepancia entonces hay que referirlo para un diagnóstico perso-


to por un equipo de salud que puede incluir a profesionales de la medicina, habla-lenguaje, audiología, psicología, terapia ocupacional y terapia física; otros profesionales pueden envolver a trabajadores sociales, y consejeros en rehabilitación cuando son jóvenes los pacientes. Este tratamiento interdisciplinario es personalizado, considerando la complejidad de cada condición que presenta el niño, y debe ser inclusivo, intenso, estructurado, consistente, funcional y sensorimotor, con enfoques conductuales y afectivos. La planificación de este tratamiento debe ser coordinada por los profesionales con la participación activa de las familias y del menor. En todo momento debe medirse el progreso del niño y la familia para determinar qué estrategias de tratamiento mantener y cuáles modificar (Nilsson et al, 2011).

Educación especial inclusiva nalizado. Dada la importancia en la cultura occidental de que los niños ingresen a la escuela a los cinco años de edad, es necesario que estos servicios se presten de forma intensa y coordinada para garantizar que posean las destrezas necesarias para su aprendizaje desde su ingreso a kínder en la escuela. El proceso de diagnóstico clínico debe ser uno biopsicosocial llevado a cabo por un equipo interdisciplinario que conjugue los hallazgos de múltiples fuentes. Este proceso debe constar de entrevistas a familias y al paciente, exámenes médicos y laboratorios clínicos, pruebas estandarizadas y de criterio sobre el desarrollo del niño, observaciones controladas en ambientes clínicos y ambientes naturales, y entrevistas a otras personas importantes en la vida del niño tales como cuidadores y maestros. Estos procesos de diagnósticos deben culminar en una impresión de una o más de las categorías diagnósticas presentadas arriba, pero más importante aún, en aseveraciones abarcadoras sobre las fortalezas y retos de cada menor que sirvan para establecer un Plan Educativo Individualizado (PEI). Urge, además, determinar cómo se podría beneficiar el niño del uso de la tecnología asistencial para superar sus retos. Los informes de diagnóstico deben compartirse con aquellas personas autorizadas por los padres quienes tendrán roles de relevancia en el tratamiento y educación del niño. El tratamiento clínico es provis-

en las escuelas públicas de Puerto Rico

Los niños y jóvenes con dishabilidades en Puerto Rico están cobijados por varias leyes entre las que se encuentran la ley federal “Individuals with Disabilities Education Act”, enmendada como la “Individuals with Disabilities Education Improvement Act of 2004” (IDEA) y la ley local conocida como la Ley Servicios Educativos Integrales para Personas con Impedimentos (Ley 51 de 7 de junio de 1996, según enmendada). La ley 51 es similar a la IDEA, pero ordena la coordinación interagencial de organizaciones gubernamentales que tienen obligaciones hacia esta población, incluyendo a la Universidad de Puerto Rico. Los infantes y andarines son servidos por el Departamento de Salud hasta los 2 años con 11 meses de edad en lo que se conoce como “intervención temprana” y esos servicios son prestados mayormente en los hogares de los niños para que la familia se involucre activamente en los mismos. Para cada familia el Departamento de Salud confecciona un “Plan Individualizado de Servicios a la Familia” (PISF). Los servicios de educación especial comienzan a los 3 años de edad y se inician con un registro del menor, ya sea por sospecha de dishabilidad por la familia o por referido profesional. Este registro se lleva a cabo en alguna oficina designada por la región educativa a la que pertenece el menor. Una vez registrado el meRevista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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nor el Departamento de Educación viene obligado a completar su proceso de diagnóstico clínico después del registro. Este proceso de diagnóstico es llevado a cabo por profesionales de la salud bajo contrato con el mismo Departamento, quienes se rigen por las éticas profesionales, las mejores prácticas de las profesiones, las leyes aplicables y el Manual de Procedimientos de Educación Especial preparado por la Secretaría Asociada de Educación Especial, que es la unidad en el Departamento de Educación de Puerto Rico con la responsabilidad de garantizar estos servicios. Los servicios de diagnóstico culminan con informes escritos preparados por los distintos clínicos que evaluaron al menor y que son sometidos a las regiones para continuar con otros procesos (Bruce et al, 2011; Dessemontel et al, 2011). Luego de recibirse los informes de diagnóstico, los oficiales concernidos del Departamento llevan a cabo discusiones y análisis para determinar si el estudiante es elegible para ser admitido a educación especial. En términos generales, un estudiante es elegible si estos oficiales entienden que el aprovechamiento en las asignaturas escolares está siendo afectadoadversamente por la condición o condiciones de dishabilidad del estudiante. Una vez determinada esa elegibilidad, se convoca y produce una reunión de profesionales, maestros y familias para determinar qué se va a hacer en clínica, escuela y hogar para atender las dishabilidades con una orientación curricular en lo que se ha llamado como “terapia basada en currículo-educación basada en tratamiento” donde los clínicos, los maestros y la familia de cada estudiante tienen responsabilidades de intervención en un Plan Educativo Individualizado (PEI). En esta reunión, también, se programa la ubicación del estudiante, que debe comenzar con la sala regular de clases y los apoyos necesarios para que el estudiante desarrolle un mejor comportamiento y un mejor aprendizaje escolar; de esto no obtener buenos resultados, se inicia un proceso de apoyos distintos o adicionales para su progreso en una combinación de alternativas inclusivas, y/o separadas cuando así se demuestre pertinente. La colaboración clínico-educativa y familiar requiere que el estudiante reciba servicios que tengan las siguientes características: 48 | El

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Inclusivos: Junto a estudiantes típicos • Intensos: Diarios • Estructurados: Con elementos y pasos claramente definidos • Consistentes: De las mismas formas en la escuela, la clínica y el hogar • Funcionales: Con claras implicaciones para el diario vivir • Sensorimotores y afectivos: Usando todos los sentidos y ejecutando movimientos funcionales, con evidentes buenas repercusiones sociales. Tanto los servicios clínicos como los educativos y familiares deben ser evaluados bimensualmente para determinar cómo progresa el estudiante, qué estrategias funcionan y cuáles no, y qué nuevas expectativas y enfoques hay que incorporar enel manejo. Finalmente, se sabe que en los servicios surgen conflictos de naturaleza científica y personal pues todo esto es complejo y prolongado; es por eso que los sistemas deben contar con especialistas que ayuden en el manejo y la solución de los conflictos de forma tal que el estudiante progrese aún en esa complejidad de intervención (Hofstadter y Daly, 2011). Aspectos a desarrollar para estos niños en Puerto Rico Basándome en 36 años de experiencia en el campo de las dishabilidades y los servicios que necesitan los niños y adultos que las presentan enumero a continuación una serie de innovaciones que deben lograrse en Puerto Rico para que estos individuos puedan ser miembros productivos de la sociedad puertorriqueña:

Identificación

y servicios más tempranos Urge refinar los procesos gerenciales y clínicos para que los niños con dishabilidades puedan ser identificados y servidos antes y desde los 30 meses de edad por profesionales de la salud y la educación temprana; esto, también, requiere adiestramientos sobre métodos válidos y confiables aplicables a la población de menores en Puerto Rico. • Colaboración Se necesita que los profesionales de la salud y la educación, junto a las familias, trabajen como equipo


interdisciplinario para poder atender la complejidad biopsicosocial de presentar una dishabilidad; las universidades y los centros de trabajo deben propiciar la preparación interdisciplinaria pre y post graduación universitaria de los profesionales concernidos. • Trabajo en casa Las familias de estos menores deben ser incentivados, motivados y adiestrados para que se conviertan en co-terapistas y co-maestros de forma tal que se aumente la intensidad de la intervención por la estimulación en ambientes naturales en casa y en el vecindario. • Inclusión Los menores con dishabilidades deben jugar, aprender y vivir en ambientes inclusivos con sus pares de forma tal que su sistema nervioso pueda formar y utilizar patrones típicos de conductas típicas según les sea posible. • Refinamiento de los procesos de diagnóstico y avalúo Se requiere implantar protocolos científicos para determinar si el menor presenta rezago desarrollativo por causas ambientales versus dishabilidades orgánicas y así asegurar que se ingresa a educación especial a aquellos niños que verdaderamente presentan condiciones físicas que afectan adversamente su aprendizaje • Uso de tecnología educativa y asistencial Los sistemas de salud y educación deben continuar refinando su utilización de tecnología para aumentar la intensidad del servicios y para individualizar el tratamiento y la educación mediante programas que motiven al niño y que le demuestren cómo aplicar lo aprendido en ambientes naturales para su propia conveniencia y la de otras personas. • Planificación y ejecución de servicios de transición El éxito de cada individuo en las etapas que se siguen en su vida personal y escolar va a depender de la calidad de los procesos de transición de una etapa a a otra, cómo se prepara al niño para afrontarlas y cómo se capacita a los pares y a los profesionales para atender a esa persona considerando los cambios evolutivos por los que atraviesa.

• Capacitación para la vida independiente Los sistemas de salud y educación deben ofrecer servicios funcionales que preparen al niños para la vida adulta con o sin empleo remunerado, para valerse por sí mismos según su capacidad, y para estar incluidos en la sociedad.

Palabras finales Como expresaba el Dr. José Santana, amigo entrañable, profesor de la UPR e investigador incansable, sobre el mundo de los impedimentos: “El club de las personas con impedimentos está abierto las 24 horas del día para que ingresemos al mismo”. Es por esto que tenemos que sembrar la buena voluntad, la compasión y la eficiencia en los servicios para la población con dishabilidades de forma tal que otros, nosotros o nuestros familiares se beneficien de esta aportación, ya que TODOS experimentaremos alguna condición incapacitante, más tarde o más temprano en nuestras vidas.

Bibliografía Bruce, S.M., Rief, E. y Cascella, P.W. (2011). Teachers’ and speechlanguage pathologists’ perceptions about a tangible symbols intervention: efficacy, generalization, and recommendations. Augment Altern Commun. Sep 15. Close, H.A, Lee, L.C., Kaufmann, C.N. y Zimmerman, A.W. (2012). Co-occurring conditions and change in diagnosis in autism spectrum disorders. Pediatrics, Jan 23. Dessemontet, R.S., Bless, G. y Morin, D. (2011). Effects of inclusion on the academic achievement and adaptive behavior of children with intellectual disabilities. J Intellect Disabil Res. Nov 2. Estado Libre Asociado de Puerto Rico (1996). Ley 51 de Servicios Educativos Integrales para las Personas con Impedimentos. Lejias, S., Mussolin, C., Rouselle, L., Gregoire, J. y Noel, M.P. (2011). Numerical and nonnumerical estimation in children with and without mathematical learning disabilities. Child Neuropsychol. Nov 28. Nilsson, L., Eklund, M., Nyberg, P. y Thulesius, H. (2011).Driving to learn in a powered wheelchair: the process of learning joystick use in people with profound cognitive disabilities. Am J Occup Ther. Nov-Dec; 65(6): 652-60. Scott, M.N., Taylor, H.G., Fristad, M.A., Klein, N., Espy, K.A., Minich, N. y Hack, M. (2012). Behavior disorders in extremely preterm/extremely low birth weight children in kindergarten. J Dev Behav Pediatr. Jan 12. Snowling, M.J. y Hulme, C. (2012).Interventions for children’s language and literacy difficulties. Int. J Lang Commun Disord., Jan 24. US Department of Education (2004). Regulations for the Individuals with Disabilities Education Improvement Act.

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La escuela

que aspiramos en la voz de nuestros

estudiantes: una discusión de cara a un proceso electoral Víctor Hernández Rivera Eloy Antonio Ruiz-Rivera

I. Introducción La Junta Editora de la Revista El Sol, al determinar que un número de esta publicación debería abordar el tema de la escuela puertorriqueña en el contexto de un año electoral en el cual se debaten y presentan propuestas programáticas, consideró necesario que, además de presentar ideas y puntos de vista de diversos educadores, así como comentar lo que se plantea en la discusión pública, teníamos que dar foro a nuestros estudiantes, quienes son los que día a día viven y comparten la escuela desde sus fortalezas y desde sus debilidades. De ahí que se planifique una actividad denominada Diálogo con estudiantes de escuela superior. La educación puertorriqueña: debates y planteamientos ante el escenario electoral. La actividad fue planificada y coordinada por la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Se verificó el 6 de febrero de 2012 en el Salón de Conferencias de esta organización. Integraron el panel de alumnos doce (12) jóvenes de diversas escuelas superiores. 50 | El

El Prof. Víctor L. Hernández Rivera es Catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Imparte cursos en las áreas de Didáctica de las Ciencias Sociales y Fundamentos Sociales de la Educación. Sus líneas de investigación se centran, fundamentalmente, en la historia de la educación en Puerto Rico en el último tercio del siglo XIX, y en las metodologías para la enseñanza de las ciencias sociales en el nivel secundario. En estas áreas ha publicado en diversas revistas académicas y profesionales. Se ha desempeñado como asesor del Departamento de Educación de Puerto Rico y para este organismo ha desarrollado múltiples proyectos de capacitación profesional para maestros de Historia y de Estudios Sociales. Coordinó, en 2008, el Primer Congreso Puertorriqueño de Didáctica de la Geografía.

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Inició su carrera profesional en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, donde sirvió como Ayudante Legislativo y ejerció la profesión magisterial enseñando Historia y Sociología. Posee un Bachillerato en Historia y Educación (2007) de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Actualmente, trabaja su Tesis de Maestría sobre redes sociales y vínculos de poder en el Cabildo de San Juan, entre 1809 y 1814, en la misma institución. Es autor de ¿Jugando o americanizando? Prácticas y representaciones en el aula, 1900-1950 (Revista Aula y Sociedad, 2009) y La importancia del conocimiento histórico de la realidad colonial norteamericana en Puerto Rico: otro acercamiento (Revista El Sol, 2010). Es coeditor del libro Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Se desempeña como editor de la Revista El Sol y dirige el Centro de Investigaciones y Asuntos Legislativos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico.


Dirigió los trabajos el Prof. José Luis Vargas Vargas, Director Ejecutivo de la Asociación de Maestros de Puerto Rico, junto al Prof. Eloy A. Ruiz Rivera, quien colaboró también en la conceptualización de esta iniciativa. La discusión de los temas se centró en cinco (5) áreas fundamentales a saber: Escuela, Currículo, Maestros, Administración y gobernanza, y Comunidad. La metodología utilizada se fundamentó en la discusión socrática para la cual se formularon preguntas para cada área o tema fundamental. En este artículo recogemos, en síntesis, el producto de esa discusión, la cual se caracterizó por la riqueza de aportaciones de nuestros alumnos, quienes no tuvieron reparo en expresar con originalidad y autenticidad lo que para ellos deberá ser la mejor educación que le corresponde alcanzar al pueblo de Puerto Rico. A continuación presentamos lo que concretamente señalaron los alumnos sobre los temas de la discusión. En primer lugar, se presenta cómo nuestros alumnos conciben a la educación y a la escuela, su importancia y su función social. Luego se analizan las ideas que nos presentan los estudiantes para mejorar la educación en Puerto Rico a partir de las cinco (5) áreas fundamentales ya identificadas. Se presentan más adelante preguntas que les formulan los estudiantes a los candidatos a gobernador de Puerto Rico. Se concluye con una valoración a esta iniciativa y se resaltan las observaciones claves que se pusieron de manifiesto a través de su desarrollo.

i. ¿Cómo los estudiantes conciben la educación y la escuela? La educación es uno de los pilares de la sociedad y la base de nuestra vida. Es la base moral de la sociedad y la clave para una sociedad productiva. Desde la perspectiva formativa los alumnos señalan que la educación abre las puertas al conocimiento. “Nos da el poder de ser individuos pensantes y con la capacidad de valernos por nosotros mismos”. “Nos ayuda a crecer en el ámbito personal y profesional”. “Un pueblo ignorante perece y la vacuna contra la ignorancia es la educación”. Como piedra angular de la sociedad los alumnos conciben la educación como instrumento de

progreso en la vida en forma positiva eficiente. La educación es un medio para crear una sociedad más capaz y para el desarrollo de mentes abiertas y sólidas. Completan su perfil descriptivo de la educación con conceptos claves en los cuales la educación ejerce su influencia decisiva: desarrollo de la inteligencia, desarrollo emocional, capacidad para vivir en el colectivo, capacidad para el diálogo, toma de decisiones sabias fundamentadas en el conocimiento histórico y contribución a la disminución de la criminalidad. Finalizan destacando que la educación contribuye al crecimiento de los valores de una sociedad, tales como el deseo de “ayudar a otros”. Para los estudiantes la escuela es una continuación de lo que se inicia en el hogar. “Para muchos jóvenes la escuela es un segundo hogar”. Destacan la cantidad de tiempo que pasan en la escuela convirtiéndose este espacio como decisivo en su formación y desarrollo. Destacan dos conceptos claves que la escuela fomenta y contribuye: a “ser independientes” y a “trabajar unidos”. Destacan que lo más que les gusta de sus escuelas es, además de ambiente acogedor, de compañerismo, tener maestros bien preparados, que apoyan a sus alumnos, esto es, maestros y directores responsables y comprometidos.

ii. ¿Qué recomiendan los estudiantes para mejorar la educación en Puerto Rico? Los alumnos destacan como clave que en las escuelas hay que mejorar las relaciones interpersonales. Las escuelas tienen que ser espacios donde se cultive y fomente la comunicación efectiva. Señalan, además, que las escuelas tienen que ser espacios de participación democrática. “Una escuela ideal es aquella donde no hay estudiantes preferidos, sino que todos sean iguales.” “Es aquella que te brinda la oportunidad de incursionar en diferentes campos y te impulsa hacia adelante.” Insisten, una y otra vez, la necesidad de que se mejoren los espacios físicos, estos es, que las instalaciones escolares sean atractivas y que se fomente más el concepto de taller o laboratorio de trabajo. Las ideas que concretamente nos presentan los jóvenes para mejorar la educación en Puerto Rico las podemos sintetizar en los siguientes términos: Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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A. Escuela Los estudiantes recomiendan que la consejería escolar se inicie desde la escuela elemental. Que cada pueblo tenga su escuela vocacional. Que en los comedores escolares se promueva una dieta balanceada con productos frescos del país. “Que se elimine la comida enlatada previamente preparada con poco valor nutricional”. Señalan que las escuelas tienen que integrar las opiniones de los alumnos. “Se tienen que proveer las herramientas necesarias para que sea agradable estar en un salón de clases.” Señalan que se tienen que desarrollar más y mejores programas de tutorías. Destacan la necesidad de que en las escuelas haya, al menos, los materiales básicos necesarios y que se dé mantenimiento a las estructuras físicas, especialmente a los baños. B. Currículo Que el currículo se torne de algo sistemático a algo totalmente flexible donde el alumno tenga la opción de escoger en función de su interés. Destacan la necesidad de que se les dé la oportunidad a los alumnos a tomar decisiones y que, incluso, participen más en la selección de los contenidos de la clase. Insisten en que los cambios en el currículo “tienen que ser drásticos.” Los alumnos tienen que participar en la elaboración de los temarios escolares, esto es, “que se influya más en lo que se va a enseñar en la clase” y “que los estudiantes escojan 52 | El

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temas de su interés.” Destacan la importancia de estrechar más lo que se enseña con lo que se evalúa en las Pruebas Puertorriqueñas. Insisten en la importancia de fijarse estándares. C. Maestros Destacan la importancia de la actualización de los maestros. “Deben reeducarse de manera que vayan a tono con el tiempo en que vivimos.” Subrayan la importancia del profesionalismo de los maestros y del rol de mentor, ejemplo y modelo de una sociedad. Destacan la importancia de que los maestros socialicen más con los estudiantes, esto es, que participen con ellos en sus actividades co-curriculares y que fomenten más el desarrollo de las mismas. Al referirse a los buenos maestros los señalan como los que “apoyan más a los estudiantes y los que dan la milla extra.” Sobre los rasgos personales de los maestros destacan como valiosos aquellos que imparten “calor humano”. Recomiendan que se evalúe el desempeño de los maestros y “que su evaluación y licencia sea más estricta.” D. Administración y gobernanza Los estudiantes señalan que la administración y gobernanza de la escuela tiene que ser “efectiva y eficaz“ y que tome en cuenta las necesidades de los alumnos. Reiteran, una y otra vez, de la importancia de la orientación y de la consejería. Señalan la importancia de readiestrar al personal que se


Participantes del Diálogo 1. Alberto González Ferrer Escuela de Producción de Radio y TV, Dr. Juan José Osuna, San Juan 2. Ámbar Crystal Casillas de León Escuela José Collazo Colón, Juncos 3. Andrea Stuart Escalera Escuela José Gautier Benítez, Caguas 4. Daniel G. Pérez Torres Escuela de Producción de Radio y TV, Dr. Juan José Osuna, San Juan 5. Edwin M. de Jesús Santiago Escuela Elvira Colón, Santa Isabel 6. Mary Luz Viera Rivera Escuela Dr. Pedro Albizu Campos, Toa Baja 7. Milton S. González Serrano Escuela Voc. Antonio Lucchetti, Arecibo 8. Nashalli D. Gómez Cruz Escuela Voc. Antonio Fernós Isern, San Lorenzo 9. Robin Jr. Collado Vilanova Escuela Leonides Morales Rodríguez, Lajas 10. Stephannie Belén Díaz Escuela Áurea E. Quiles, Guánica 11. Wanda Merab de Freitas González Escuela Segundo Ruiz Belvis, Hormigueros 12. Zweig V. Rodríguez Canales Escuela Gilberto Concepción de Gracia, Carolina

desempeña en tales funciones. Destacan que hay que “reorientar a los orientadores”. Indican que la administración debe contar con la participación estudiantil. “Debe tomarse en consideración la opinión de los estudiantes en todas las decisiones”. Señalan que la administración o gobierno debe enfocarse en “el progreso de la educación”. E. Comunidad En este renglón los estudiantes señalan que la comunidad tiene que involucrarse más en las actividades de la escuela. Las escuelas deben fomentar más actividades que requieran la presencia de sus respectivas comunidades. “Que se hagan actividades en las cuales se vean relacionadas la comunidad y la escuela”. Indican que se mejora el aprovechamiento académico del estudiante cuando las comunidades participan más en las actividades de

la escuela. Insisten en el derecho de las comunidades a participar en las decisiones fundamentales que se toman en las escuelas. Destacan el valor de la responsabilidad ciudadana en torno a la escuela y resaltan la importancia de la participación del sector privado para ayudar a las instituciones educativas. “Las instituciones privadas deberían involucrarse más en ayudar las distintas facetas de la educación”.

iii. ¿Qué preguntas les formulan nuestros estudiantes a los candidatos a gobernador de Puerto Rico para las Elecciones de 2012? El repertorio de preguntas que formularon nuestros estudiantes a los candidatos a gobernador de Puerto Rico de cara al proceso electoral de 2012 se caracteriza por la riqueza de temas y por los abordajes espontáneos de nuestros alumnos. La originalidad y la creatividad no se quedaron fuera. Algunas constituyen un gran desafío para los candidatos a gobernador. Sin duda, tanto los alumnos como los maestros y todos los que aspiramos y soñamos con un sistema educativo que responda más a las necesidades del pueblo de Puerto Rico esperamos por las respuestas. A partir de los temas libremente abordados por los estudiantes, las preguntas se agrupan en tres áreas a saber: a. el gobernador como ciudadano y como persona, b. currículo, c. administración y calidad del sistema educativo. F. El gobernador como ciudadano y como persona 1. ¿Cree realmente en un Puerto Rico mejor? Puerto Rico eres tú y soy yo. ¿Serás capaz de gobernarlo de igual manera para ti que para mí? 2. Si usted cree en el sistema público de la educación, ¿por qué sus hijos estudian o estudiaron en las escuelas privadas? 3. ¿Cómo contrarrestaría la frase “a un gobierno le conviene un pueblo ignorante”? 4. ¿Sería usted capaz de unirse a gente de otros partidos políticos para lograr un Puerto Rico mejor? ¿Nombrarías directores que realmente ayuden a Puerto Rico aunque sean de otros partidos políticos? Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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5. ¿Se considera usted lo suficientemente maduro como para poder trabajar unido a gente de otros partidos políticos por el bien de Puerto Rico? 6. ¿Por qué no dejar a un lado la “tiraera”? ¿Por qué no ir al objetivo de demostrar con hechos cuál es tu ideal y no tener que, nada más, que estar parándote frente al otro candidato? G. Currículo 1. ¿Cómo va reestructurar los currículos? 2. ¿Qué propondría para mejorar los ofrecimientos que se dan a los estudiantes en el Departamento de Educación? 3. ¿Ha tomado en consideración ampliar la propuesta de escuelas especializadas por toda la isla? 4. ¿Qué usted haría para mejorar la tecnología en la educación? 5. ¿Qué haría para mejorar la falta de materiales en las escuelas? 6. ¿Para los niños con necesidades especiales qué nuevas ayudas propone para ellos? 7. ¿Qué medidas propone implantar con las Pruebas Puertorriqueñas ya que parte de su contenido no ha sido cubierto durante el año escolar? 8. ¿De qué forma usted podría cambiar el ideal de implantar más el inglés? 9. ¿Cuál es su opinión de las horas que se requieren en las escuelas para trabajo comunitario? 10. ¿Qué usted haría para combatir la tasa de desertores escolares? H. Administración y calidad del sistema educativo 1. Las escuelas siempre enfrentan problemas de falta de maestros y de directores, ¿cuándo por fin las escuelas van a tener los maestros y directores nombrados a tiempo? 2. ¿Por qué Cuba que es un país con grandes limitaciones tiene un mejor Sistema educativo que Puerto Rico? 3. ¿Dedicará usted el tiempo necesario para escuchar, revisar , analizar y ver si son posibles los proyectos y planteamientos de quién va a dirigir el Departamento de Educación? 4. ¿Cómo es posible que el Departamento de Educación sea la agencia de gobierno que más di54 | El

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nero recibe y tenga la educación más mediocre del mundo? ¿Qué usted haría para contrarrestar esta imagen generalizada? 5. ¿Qué usted haría para enfrentar los grandes problemas de la educación en Puerto Rico? ¿Cuál es su enfoque? ¿Cuáles son sus planes? ¿Cuál es su prioridad?

iv.

Observaciones finales

La iniciativa desarrollada por la Asociación de Maestros de Puerto Rico al recoger en voz de los estudiantes cuáles son las preocupaciones fundamentales que éstos expresan sobre la escuela puertorriqueña en la coyuntura de un año electoral, constituye una experiencia de investigación educativa de extraordinario valor, tanto para los educadores y para todos los que soñamos un mejor proyecto educativo, sino también para aquellos que habrán de tener la oportunidad de rediseñarlo y de formular nuevas políticas públicas para el bien común. Sorprende la profundidad con la que nuestros alumnos abordan temas de trascendencia social y de la responsabilidad cívica con la que encaran los problemas educativos del país. La Asociación de Maestros de Puerto Rico, cumpliendo su función histórica de ser instrumento a través del cual no sólo se mejoren las condiciones de trabajo de la clase magisterial puertorriqueña, sino también la calidad del sistema educativo de nuestro pueblo, se siente profundamente honrada de poner en manos de los que aspiran a servirle a Puerto Rico este producto de una iniciativa de valor que, sin duda, ayuda a iluminar senderos para mejorar lo que se hace en nuestras aulas. Los aspirantes a los cargos públicos tienen que “poner oído en tierra”, hay que escuchar las voces de los que reciben los servicios del pueblo. Los estudiantes son voces que tienen mucho que aportarle al país. Escuchémosle. En esa dirección, la Asociación de Maestros de Puerto Rico da un paso. Esperamos que esta iniciativa tenga eco y se convierta en una alternativa para nutrir el proceso político de Puerto Rico con el pensamiento crítico y creativo de los estudiantes, quienes, también, nos demuestran que están listos para tomar decisiones para el bien común, y para el progreso y el desarrollo del pueblo de Puerto Rico.


La situación actual de la educación en Puerto Rico: síntesis de los planteamientos ante el escenario electoral Junta Editora Revista El Sol En su libro Muchas reformas pocos cambios: hacia otras metáforas educativas, la Dra. Ana Helvia Quintero analiza los estudios que han examinado el sistema educativo puertorriqueño desde una perspectiva amplia (Universidad de Columbia, 1926, 1949; Comisión de Educadores Europeos, 1959; Consejo Superior de Enseñanza, bajo la dirección del Dr. Ismael Rodríguez Bou para la Comisión de Instrucción de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, 1960; y la Legislatura para la Comisión de Reforma Educativa, 1976). A pesar de la diferencia en el tiempo en que se llevaron a cabo estos estudios, los hallazgos y recomendaciones son muy parecidos. Los problemas identificados se repiten estudio tras estudio. Así, por ejemplo, entre los problemas que todos los estudios identifican están: la falta de pertinencia del currículo; la necesidad de mejorar la educación vocacional; la necesidad de mejorar el desempeño de los maestros; y limitaciones de naturaleza gerencial que afectan la práctica, entre otros. Un análisis de la situación actual, muestra que estos problemas aún nos acompañan. ¿Por qué esta consistencia en nuestros problemas? La importancia de la educación para el desarrollo social y económico de nuestro país requiere un análisis profundo que identifique las causas por las cuales los problemas educativos nos acompañan consistentemente. A partir de este examen, proponemos alternativas para lograr superar los mismos. Este número de la Revista El Sol interesa apoyar este diagnóstico, a la vez que presenta posibilidades para mejorar el proceso de aprendizajeenseñanza. Nuestro interés es que la discusión de los asuntos que aquí se presentan con los líderes políticos del país apoye el dirigirnos a resolver la raíz de los problemas del sistema y que permita un cambio de dirección en el sistema de educación público que eleve su calidad. El Dr. Rafael Aragunde señala uno de los obstáculos que limitan el logro de nuestras metas educativas: no tomar en cuenta que la educación va más allá de lo que ocurre en la escuela. El ser humano está aprendiendo desde que nace en múltiples contextos, como la familia, la comunidad y los medios de comunicación, por mencionar algunos. Cuando el estudiante ingresa en la escuela, y durante su estadía en la misma, participa de un proceso educativo mucho más

amplio que el de la escuela misma. El aprendizaje no se desarrolla solo a partir de la actividad académica dentro del entorno escolar, sino que ese proceso educativo está muy matizado, a su vez, por la relación del estudiante con su familia, su comunidad y con los medios de información, por mencionar algunos. La escuela debe tomar en cuenta estos procesos al desarrollar sus actividades escolares. Entre otras cosas, es necesario percatarse de las nuevas formas de adquirir y diseminar el conocimiento, lo cual requiere que repensemos nuestras concepciones sobre lo que debe ser la educación escolar. También, es necesario percatarse, como muy bien plantea la directora Rosa Recondo, que: “cada comunidad escolar presenta unas características muy particulares […] Mientras el DE continúe utilizando la misma fórmula para todas las escuelas, sin considerar a las comunidades a las que se sirven, se imposibilita la idea de cumplir con los requisitos de la ley federal y salir del plan de mejoramiento”. Así, en lugar de un modelo único de escuela, hay que trabajar con unos lineamientos generales, que permitan que la comunidad escolar desarrolle la versión de los mismos que mejor atienda a su comunidad. En este proceso se debe tomar en cuenta el planteamiento del Dr. Ramón Daubón, quien plantea que sin una amplia red de relacionamientos humanos no hay educación posible. Por lo tanto, las escuelas deben fomentar relaciones con su entorno, lo cual apoyaría su labor, a la vez que éstas apoyen el desarrollo del tejido cívico de la comunidad. Desarrollar experiencias educativas que se relacionen con las realidades de cada comunidad requiere del liderato y preparación del personal. Al igual que necesitamos crear un nuevo modelo escolar, se requiere, como plantean las profesoras Aida Díaz de Rodríguez y Ángeles Molina Iturrondo, transformar la preparación de los profesionales de la educación con miras a desarrollar personas que trabajen en una nueva cultura educativa que acepte la diversidad y la ambigüedad, para lo cual es necesario la reflexión, la experimentación, el aprendizaje continuo y el trabajo colegiado. Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

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En nuestro Anuario Magisterio, (vol. 1, núm. 1) se presenta la experiencia de Finlandia, país que en la Reforma Educativa de 1970 reformó, también, la educación profesional del maestro. Así, en 1975 la preparación de maestros transfirió los colegios de maestros a la universidad. Este cambio no solo fue semántico, sino que conllevó un cambio de enfoque en la educación del maestro dirigido a desarrollar en estos la habilidad de investigación en la acción. Como parte de su preparación, los futuros maestros tienen la experiencia práctica de trabajar en escuelas laboratorios de las universidades donde se están investigando nuevas estrategias. De esta forma, el maestro investiga en la acción cómo traducir los principios pedagógicos a su realidad. En este proceso se trabaja en equipo de maestros, lo que caracteriza luego el trabajo en las escuelas. Así, el proceso de aprendizaje de los maestros fomenta ser inquisitivo, innovador, creativo y trabajar en equipo. Estas actitudes en los maestros facilitaría la tarea de reflexionar y restructurar el currículo, para que, como plantea la profesora Díaz de Rodríguez, “respondan a los intereses de los estudiantes y que propicien conocimientos más profundos y de mayor alcance”. En este proceso de desarrollo del personal educativo es importante, además, que estos se familiaricen con áreas de suma importancia para lograr lo que nuestra Constitución establece: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto de los derechos del hombre y de las libertades fundamentales”. Un fortalecimiento de esas libertades fundamentales es trabajar para lograr la equidad en las posibilidades de acceso a una educación de calidad para todos. Como muy bien plantea la Dra. Sonia Bartolomei, apoyar el acceso de todos a los estudios postsecundarios, no solo es una medida que apoya la equidad, sino que aporta a mejorar las condiciones económicas del país. En el artículo de la Dra. Bartolomei se describe un proyecto que trabaja en desarrollar una educación K-16 para todos. Es necesario ampliar a todo el sistema las iniciativas efectivas de este proyecto. La equidad también se debe lograr con los estudiantes de necesidades especiales. El Dr. Linares en su artículo presenta alternativas para alcanzar este fin. Los jóvenes estudiantes nos alertan de otra de las características que debe tener una educación de calidad, la de promover la atención al desarrollo sicoemocional del estudiante. Así nos plantean: “Deben fortalecer relaciones con los estudiantes y encaminarlos hacia lo que quieren. Es decir, que estos tengan un trato individualizado donde pueda conocer quién y cómo es su estudiante para que entonces su trabajo sea más eficaz”. Plantean también los jóvenes la necesidad de atender la diversidad en el sistema, aumentar las escuelas especializadas, diversificar el currículo, ofrecer alternativas para la selección del estudiante. Un proceso de mejoramiento continuo necesita la evaluación. Como plantea Sylma Sánchez, esto requiere tener datos de calidad lo que permite ir más allá de la rendición de cuentas, y apoyar la labor enseñanza-aprendizaje en la sala de clases y la planificación, a la vez que permite investigar nuestra realidad de la educación puertorriqueña. Un buen 56 | El

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sistema de evaluación permite, además, que se identifiquen a tiempo las dificultades de los estudiantes y se atienden con premura para no acumular el rezago. Esto a su vez es una medida que apoya el que la gran mayoría de los estudiantes terminen sus estudios. Lograr integrar estos cambios en el sistema educativo requiere revisar las estrategias de cambio. Es preciso, como señala la profesora Díaz, tener en mente que “el problema puertorriqueño con su educación es más amplio y complejo que el del sistema público de enseñanza”. Así es necesario cambiar concepciones y actitudes en la ciudadanía. Por ejemplo, como plantea el Dr. César Rey es preciso “reeducar a todos los actores sociales a recuperar la confianza en la educación pública como País”. Y como sugiere la directora Recondo, “tenemos que dejar de pensar como islas, y acercarnos a los profesionales de aquellas escuelas que han sido exitosas para compartir sus historias de éxito y frustraciones”. Así, partiendo de lo positivo a la vez que apoya la recuperación de la esperanza, presenta alternativas que inspiran y dan ideas a otros. Es importante subrayar dos argumentos importantes del Dr. Rafael Aragunde y el Dr. César Rey, donde el primero señala que la “educación no se transforma de un día para otro. Se necesitan décadas para atender adecuadamente sus distintas dimensiones”, mientras que el segundo sostiene que “la prisa política del inmediatismo coyuntural, se ha tragado los cambios sustantivos que requieren de la maduración cónsona con el conocimiento debidamente transmitido”. Es por ello que necesitamos continuidad en el desarrollo de los programas educativos. Para lograr este fin como sugiere la Dra. Gladys Capella Noya, hay que “rescatar el desarrollo educativo de la política partidista y confiarlo a servidores públicos comprometidos principalmente con el desarrollo integral de nuestra niñez y juventud; con el bienestar colectivo”. Tenemos que promover un proyecto educativo que una voluntades por encima de los intereses políticos y que contribuya al desarrollo del intelecto y el entendimiento; la imaginación creadora, al aprecio por la naturaleza y la obra humana; y apoyar la convivencia democrática, la solidaridad y la cooperación que tanto necesita este país. El camino no es fácil, pero si iniciamos un diálogo en forma sincera y auténtica, movidos por el interés común, podemos apoyar la construcción de un sistema educativo de calidad que propenda el desarrollo social, cultural y económico de nuestro pueblo.

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Junta Editora de la Revista El Sol Ana Helvia Quintero Presidenta de la Junta La Dra. Ana Helvia Quintero es profesora en el Departamento de Matemáticas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras donde trabaja proyectos de investigación y de desarrollo educativo. También ha sido Ayudante del Presidente de la Universidad de Puerto Rico (1986-1989) y Vicepresidenta de Asuntos Académicos de la misma institución (1989-1991). De enero de 2001 a julio de 2002 se desempeñó como Subsecretaria para Asuntos Académicos del Departamento de Educación de Puerto Rico. Estudió su Bachillerato con concentración en matemáticas en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Completó una maestría en matemáticas en la Universidad de California en Berkeley y obtuvo su doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Ha publicado varios libros, entre ellos: Matemática con sentido; Muchas reformas pocos cambios: hacia otras metáforas educativas; Educación con sentido: la educación ideal y posible; Hacia la escuela que soñamos: reflexión sobre una experiencia práctica.

Víctor Hernández Rivera El Prof. Víctor L. Hernández Rivera es Catedrático de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras. Imparte cursos en las áreas de Didáctica de las Ciencias Sociales y Fundamentos Sociales de la Educación. Sus líneas de investigación se centran, fundamentalmente, en la historia de la educación en Puerto Rico en el último tercio del siglo XIX, y en las metodologías para la enseñanza de las ciencias sociales en el nivel secundario. En estas áreas ha publicado en diversas revistas académicas y profesionales. Se ha desempeñado como asesor del Departamento de Educación de Puerto Rico y para este organismo ha desarrollado múltiples proyectos de capacitación profesional para maestros de Historia y de Estudios Sociales. Coordinó, en 2008, el Primer Congreso Puertorriqueño de Didáctica de la Geografía.

Iris Rivera Cintrón La Hna. Iris Rivera Cintrón posee un Doctorado en Educación con especialidad en Currículo y Enseñanza. Ha sido correctora profesional certificada por la Organización de Escritores Españoles y cofundadora y Coordinadora del Programa Internacional de Acercamiento a la Literatura Infantil (PIALI). Además, se desempeñó como Catedrática de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, donde fungió como Directora de la Escuela Graduada en Educación y Decana de la Facultad de Educación. Se desempeñó, asimismo, como durante los últimos 10 años como Directora del Programa de Doctorado en Educación de la misma institución.

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José Luis Vargas Vargas El Dr. José Luis Vargas Vargas posee un Bachillerato en Artes con concentraciones en Historia y Teatro de la Universidad de Puerto Rico, recintos de Mayagüez y Río Piedras, respectivamente. Obtuvo una Maestría en Administración y Supervisión de la Universidad de Phoenix, además de subconcentraciones graduadas en Historia y Teatro del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo su doctorado con especialidad en Currículo y Enseñanza de la Facultad de Educación de la misma institución en 2012. Durante más de veinte años se desempeñó como Maestro de Teatro en nuestro sistema público de enseñanza. Actualmente ocupa la posición de Director Ejecutivoo de la Asociación de Maestros de Puerto Rico.

Eloy Antonio Ruiz-Rivera Editor El Prof. Eloy Ruiz inició su carrera profesional en la Cámara de Representantes de Puerto Rico, donde sirvió como Ayudante Legislativo, y ejerció la profesión magisterial enseñando Historia y Sociología. Posee un Bachillerato en Historia y Educación (2007) de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Actualmente, trabaja su Tesis de Maestría sobre redes sociales y vínculos de poder en el Cabildo de San Juan, entre 1809 y 1814, en la misma institución. Es autor de ¿Jugando o americanizando? Prácticas y representaciones en el aula, 1900-1950 (Revista Aula y Sociedad, 2009) y La importancia del conocimiento histórico de la realidad colonial norteamericana en Puerto Rico: otro acercamiento (Revista El Sol, 2010). Es coeditor del libro Un siglo de lucha educativa: legado histórico de la Asociación de Maestros de Puerto Rico. Se desempeña como editor de la Revista El Sol y dirige el Centro de Investigaciones y Asuntos Legislativos de la Asociación de Maestros de Puerto Rico.

Evelyn Cruz Editora en Jefe La Prof. Evelyn Cruz nació en Cidra, Puerto Rico. Completó un Bachillerato en Educación Elemental y una Maestría en Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico. Por espacio de 12 años enseñó grados elementales en las escuelas de Cidra. Más tarde fue reclutada como Técnica de Currículo en el Departamento de Instrucción, donde laboró en la preparación de las guías de estudio para el programa de español y para la revista Escuela. Además, fungió como ayudante de la Secretaria del Departamento de Instrucción Pública (Departamento de Educación), Awilda Aponte Roque. Se acogió a la jubilación en 1985 y un año más tarde fue reclutada por la Asociación de Maestros como redactora de la revista El Sol. Durante más de veinticinco años ha sido la Editora de la Revista El Sol. Ha publicado 14 libros de literatura infantil y cuatro libros para adultos Escribe libretos para los Títeres de Cibuco y los Títeres de Borikén. Escribió el libreto para el cortometraje Visión y Sueño auspiciado por EDUCOOP y presentado por WIPR en 2005. Evelyn reside en su pueblo natal y vive junto a su único hijo Amir Bechara.


Convocatoria Revista El SOL y MAGISTERIO 2012 La Revista El Sol es un medio de comunicación, diálogo y divulgación de la más reciente investigación, tanto la que emerge de la academia, como de la investigación en acción que surge de las experiencias que día a día se produce en los espacios educativos. La Revista El Sol se publica tres veces al año en los meses de marzo, junio y septiembre. La Revista Magisterio se publica en el mes de diciembre y es una publicación con artículos ampliados y más extensos siguiendo el formato académico de las revistas de investigación. Cada número de las Revistas giran en torno a un tema central. Los números de marzo, junio y septiembre, correspondientes a El Sol, tratan desde dos perspectivas: la teórica y la de experiencias ilustrativas. Invitamos a los profesores universitarios, maestros y otro personal del sistema educativo a presentar sus colaboraciones de acuerdo a la Política Editorial que se incluye en la Revista. A continuación se presentan los temas de los números de la Revista correspondientes al año 2012, así como las fechas límites para recibir las colaboraciones. La revista de marzo de 2012 titulada La educación puertorriqueña: debates y planteamientos ante un escenario electoral, interesa evaluar la situación actual en diversos componentes de la tarea educativa y analizar posibles soluciones a los problemas, así como alternativas para mejorar el desarrollo integral del estudiante. Las contribuciones para este número se recibirán hasta el 15 de enero de 2012. La revista de junio de 2012 se dedicará al tema Cincuenta Años del Teatro Escolar. Este año se cumplen 50 años del Teatro Escolar. Interesamos conocer la historia de esta iniciativa tan importante para nuestro sistema educativo y analizar las lecciones que la misma nos ofrece para el desarrollo futuro de este programa. También recibir los frutos de la investigación sobre este tema, así como ideas innovadoras para enriquecer su desarrollo. Las contribuciones para este número se recibirán en o antes del 15 de abril de 2012. La revista de septiembre de 2012 se dedicará al tema Más allá de lo académico. Cada día la investigación apunta a la necesidad de atender el desarrollo psicoemocional del estudiante como base para el desarrollo académico. Este número presentará investigación sobre este tema, así como experiencias prácticas que muestran la importancia del desarrollo holístico del estudiante. Las contribuciones para este número se recibirán en o antes del 15 de julio de 2012. La edición de diciembre de 2012, la Revista Magisterio, se dedicará a discutir los Desafíos que enfrenta la preparación magisterial en los albores del siglo 21. Todos los estudios sobre la efectividad de la enseñanza coinciden en apuntar al maestro como uno de los elementos principales en promover el aprendizaje del estudiante. ¿Cómo preparar al futuro maestro para esta labor en siglo 21?, será la pregunta que interesamos investigar en este número. Las contribuciones para este número se recibirán en o antes del 15 de octubre de 2012.

Revista de la Asociación de Maestros de Puerto Rico | El

Sol | 59


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