Análisis Geomorfológico de la Susceptibilidad al Alcance por Corrientes de Derrubios

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Análisis geomorfológico de la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y avenidas torrenciales en la zona sur del lago Atitlán (Guatemala) Sergi Paricio Salas Máster en Geología, especialidad en Riesgos Geológicos. Universitat de Barcelona - Universitat Autònoma de Barcelona (Directora: Marta Guinau)

Curso 2010/2011

Proyecto en colaboración con Geólogos del Mundo y Asociación Vivamos Mejor. Financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Avalado por la Secretaría Ejecutiva de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (SE-CONRED).


Análisis geomorfológico de la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y avenidas torrenciales en el lago Atitlán

Julio de 2011 Sergi Paricio

Análisis geomorfológico de la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y avenidas torrenciales en la zona sur del lago Atitlán (Guatemala) Sergi Paricio Salas Máster en Geología, especialidad en Riesgos Geológicos Universitat de Barcelona - Universitat Autònoma de Barcelona Curso 2010/2011 Proyecto en colaboración con Geólogos del Mundo y financiado por la AECID (Directora: Marta Guinau)

RESUMEN En Octubre del año 2005 y como consecuencia del paso del huracán Stan por Guatemala se produjeron, a lo largo de todo el país, gran cantidad de movimientos de masa. Una de las áreas más afectadas fue la zona sur del lago Átitlán donde se registraron numerosos daños materiales y la pérdida de alrededor de 400 vidas humanas. En el año 2010, y como consecuencia del paso de la tormenta tropical Ágatha, también se registraron numerosos movimientos de masa aunque de menor magnitud que los del 2005. En el presente estudio se realiza un análisis detallado de todos estos fenómenos con el objetivo de caracterizarlos y elaborar una cartografía de indicadores antecedentes de corrientes de derrubios de la zona. A partir de esta cartografía, de las observaciones de campo realizadas y de los datos recogidos, se ha realizado un análisis geomorfológico detallado para obtener una cartografía de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y por avenidas torrenciales. Finalmente también se han realizado una serie de recomendaciones con el objetivo de minimizar los daños que puedan ocasionar futuros episodios de flujos de detritos en la zona. Geomorfología, corriente de derrubios, avenida torrencial, susceptibilidad, lago Atitlán (Guatemala)

1. INTRODUCCIÓN y OBJETIVOS El presente trabajo se enmarca en la segunda fase del proyecto de cooperación al desarrollo GARICLA (Gestión Ambiental y de Riesgos de la Cuenca del Lago Atitlán), ejecutado desde principios de 2010 por la ONGD española Geólogos del Mundo y su socio guatemalteco Asociación Vivamos Mejor, con financiamiento de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo). El objetivo del trabajo se inscribe en el objetivo número uno del citado proyecto referido a la disminución de la vulnerabilidad técnica por insuficiente conocimiento del territorio, como medio para la reducción del riesgo de desastres de origen natural en la RUMCLA (Reserva de Uso Múltiple Cuenca del Lago de Atitlán). La geología de la cuenca sur del lago Atitlán está caracterizada por la presencia de materiales de origen o volcánico de elevada permeabilidad y disgregabilidad. Este factor, sumado a las pendientes de 30 de media de los conos volcánicos de la zona (Newhall et al.; 1987), hace que la región presente una elevada susceptibilidad a los movimientos de masa, y más concretamente a las corrientes de derrubios. Estas corrientes se caracterizan por ser flujos de alta densidad, con una carga de sedimento de entre el 40 y el 90 % del peso total (Selby; 1993) y están formados principalmente por arenas con un elevado porcentaje de gravas y con presencia de bloques dispersos que pueden llegar 3 a alcanzar un volumen medio de hasta 20 m . El volumen de material que estos fenómenos implican puede ser superior 3 a los 350.000 m y llegan a alcanzar velocidades de entre los 8 y los 10 m/s (Connor et al.; 2006). El grado de actividad

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de los mismos y su mecanismo detonante van estrechamente ligados a las importantes cantidades de precipitación que se registran en la zona. Dichas precipitaciones se asocian, por lo general, a huracanes y a tormentas tropicales desarrollados durante la estación de lluvias en el océano Atlántico. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la ubicación de las poblaciones emplazadas en la zona de deyección de las quebradas supone un alto grado de exposición a dichas corrientes. Como consecuencia de la combinación de estos factores, la zona sur del lago se ha visto afectada históricamente por abundantes movimientos de masa. En los últimos años el paso del huracán Stan (2005) y de la tormenta tropical Ágatha (2010) han dado lugar a importantes corrientes de derrubios. Éstas llegaron a alcanzar zonas urbanas provocando importantes daños estructurales y, en algunos casos, la pérdida de numerosas vidas humanas. Teniendo en cuenta lo expuesto y los factores que controlan dichos procesos los objetivos principales del presente trabajo son:

1. Recopilar la información presentada en trabajos previos con el objetivo de comparar y sintetizar los resultados obtenidos por todos los estudios ya realizados.

2. Caracterizar y delimitar los flujos de detritos que tuvieron lugar durante el paso del huracán Stan (2005) y durante la tormenta tropical Ágatha (2010). 3. Delimitar las zonas potencialmente afectables por futuros fenómenos y elaborar un mapa de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y por avenidas torrenciales. 4. Analizar la eficacia de las infraestructuras construidas con el objetivo de minimizar la exposición y el riesgo de determinadas zonas y proponer, si se da el caso, otras medidas mitigadoras o la mejora de las ya construidas.

2. ÁREA DE ESTUDIO 2.1. Situación Geográfica o

o

El lago Atitlán (14 42’ N - 91 11’ W) se sitúa geográficamente al suroeste de Guatemala (figura 1), a poco más 2 de 100 Km al oeste de Ciudad de Guatemala, tiene una longitud máxima de 18 km y una extensión de 130 Km . Está situado a 1560 m sobre el nivel del mar y tiene una profundidad máxima superior a los 350 m. Estos datos oscilan anualmente como consecuencia de las importantes fluctuaciones a las que está sometido el nivel del lago. Estas oscilaciones son consecuencia del carácter endorreico del mismo y, por lo tanto, vienen controladas directamente por la cantidad de precipitación registrada a lo largo de toda la extensión de su cuenca durante la época de lluvias. Geográficamente forma parte de la cadena montañosa Sierra Madre del Sur que atraviesa el país de norte a sur paralelamente a la costa pacífica. La zona de estudio se centra en el sector de la cuenca sur del lago (figura 2) donde se encuentran, de oeste a este, las poblaciones de San Pedro la Laguna, Santiago de Atitlán y San Lucas Tolimán las cuales pertenecen políticamente al departamento de Sololá. San Pedro la Laguna, con una población de 13.000 habitantes, está situada en o o la falda norte del volcán San Pedro (3.020 m). Santiago de Atitlán (14 38’ N - 91 13’ W) con 50.000 habitantes y San o o Lucas Toliman (14 38’ N - 91 8’ W) con 17.000 habitantes se sitúan respectivamente en la falda noroeste y sureste del macizo que forman los volcanes Tolimán (3.158 m) y Atitlán (3.537 m). Los extremos de la región quedan limitados por las paredes semiverticales generadas por el colapso de una antigua caldera durante la erupción de los Chocoyos (ver apartado 2.2.). Hay que destacar que el trabajo en Santiago de Antitlán no se centró en el propio casco urbano sino en el cantón de Pachichaj, justo al noreste del mismo, y en los de Panabaj y Tzanchaj, situados en el sector suroeste a 1 Km y 2.2 Km respectivamente (figura 2).

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50 km

Figura 2. Situación geográfica de las poblaciones y de los cantones situados a la orilla del lago lago Atitlán donde se ha realizado el presente estudio.

Figura 1. Stuación geográfica del lago Atitlán dentro de Guatemala. (Fuente: Hispanicallyspeakingnews)

2.2. Contexto geológico El lago Atitlán se localiza geológicamente sobre el altiplano volcánico del oeste de Guatemala y su topografía es el resultado del colapso, a lo largo del tiempo, de 3 calderas volcánicas denominadas Atitlán I, II y III (Newhall et al.; 2 1987). La depresión casi circular donde se encuentra ubicado tiene un área de 250 km y una profundidad de 900 m (CONAP-CODEDE; 2010). La formación del lago se divide pues en 3 ciclos (figura 3) que engloban el crecimiento de estratovolcanes, la erupción de materiales silíceos y la formación y el posterior relleno de las calderas resultantes del colapso (Newhall; 1987). Estos 3 ciclos son:  Ciclo 1 (14-11 Ma): Durante este periodo de tiempo se dieron las erupciones de flujos y cenizas de la serie María Tecún y se formó la caldera de Atitlán I.  Ciclo 2 (10-8 Ma): En este segundo ciclo se produjeron las erupciones de flujos y cenizas de la serie de San Jorge y se formó la de caldera de colapso Atitlán II.  Ciclo 3 (1-0 Ma): Durante este último ciclo se produjo la gran erupción de los Chocoyos hace 85.000 años (CONAP-CODEDE; 2010), el crecimiento de estratovolcanes quaternarios, la erupción de materiales silíceos y la posterior formación de la caldera de colapso denominada Atitlán III. Posteriormente al colapso se formaron, al sur del lago, los volcanes de San Pedro, Tolimán y Atitlán. De éstos tres el más antiguo es el San Pedro con una edad

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estimada de 40.000 años. Una vez éste quedó inactivo se formó el volcán Tolimán y finalmente, hace unos 10.000 años el volcán Atitlán. Éste último permanece activo en la actualidad (imagen 1) habiéndose registrado las últimas erupciones en los años 1830 y 1856 (CONAP-CODEDE; 2010).

Figura 3. Mapa del área del lago Atitlán donde se muestra la ubicación de las calderas colapsadas Atitlán I, II y III. (Fuente: Newhall et al.; 1987)

La gran erupción de los Chocoyos fue en realidad una secuencia de erupciones en la que se pueden destacar dos episodios bien definidos (CONAP-CODEDE; 2010): 3  El primero expulsó un volumen aproximado de 150 Km de magma y generó una columna eruptiva de entre 30 y 50 km de altura. Esta erupción generó depósitos en un área de 100 km a la redonda del lago y las cenizas más finas llegaron a alcanzar Costa Rica, el Golfo de Panamá e incluso el estrecho de Florida. 3  El segundo episodio, de menor magnitud, expulsó un volumen de 120 Km de magma y flujos de ceniza y cubrió por completo todo el territorio de Guatemala. Analizando en detalle la geología del sector donde se realiza el presente estudio (ver figuras 4 y 5), los materiales que encontramos son principalmente coladas de lava andesítica recubiertas por depósitos de flujos piroclásticos, depósitos pomáceos y tobas volcánicas (imagen 2). Las coladas de lava andesítica forman depósitos rocosos de gran competencia e impermeabilidad, lo que hace que suelan actuar como nivel de despegue de las corrientes de derrubios. Los depósitos de flujos piroclásticos suelen ser materiales sueltos de estructura irregular depositados por gravedad. Éstos están formados por materiales de granulometría muy variable como cenizas, arenas, gravas y bloques de composición principalmente andesítica. Los depósitos pomáceos y las tobas volcánicas son materiales de granulometría fina, de elevada permeabilidad y de baja competencia. La elevada porosidad y permeabilidad tanto de los flujos piroclásticos como de los depósitos pomáceos y de las tobas, hace que este tipo de materiales tengan una gran capacidad de absorción en periodos de lluvias intensas y prolongadas. Por este motivo se van empapando progresivamente hasta que llegan a saturarse y, posteriormente y debido al elevado pendiente de las laderas donde se encuentran ubicados, acaban desestabilizándose y movilizándose ladera abajo sobre los depósitos rocosos de lava andesítica.

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Imagen 2. Cicatriz de la zona de salida del flujo oeste de San Pedro la Laguna. En ella se aprecia el sustrato andesítico aflorando subyacentemente a los depósitos pomáceos.

Imagen 1. Cima del volcán Atitlán donde se observan las fumarolas que denotan su carácter activo.

2.3. Climatología de la región La región del lago Atitlán se caracteriza por un agradable clima tropical con dos estaciones principales. Una estación seca, de noviembre a mayo, caracterizada por temperaturas cálidas y por la ausencia de lluvias y una estación lluviosa, de mayo a octubre, caracterizada por temperaturas más suaves y lluvias fuertes especialmente durante el mes o o de setiembre. La temperatura media oscila entre los 25 C en las orillas del lago y los 0 C que se pueden registrar en las cimas de los volcanes. La precipitación media es de unos 1.000 mm anuales (CONAP-CODEDE; 2010). Durante la época de lluvias la región suele verse afectada por el paso de huracanes y tormentas tropicales formados en el océano Atlántico. Aunque al tocar tierra la intensidad de estos fenómenos suele disminuir, las precipitaciones asociadas pueden ser elevadas llegándose a registrar, en el caso del huracán Stan, cantidades acumuladas de hasta 461.7 mm en tan sólo dos días (Oliva; 2007) y, en el caso de la tormenta Ágatha, precipitaciones de 269.5 mm también en sólo dos días. Por otro lado, es importante destacar la marcada tendencia al incremento de la frecuencia de este tipo de fenómenos durante las últimas décadas. Aun con todo y en este sentido, es importante tener en cuenta la falta de perspectiva temporal debido al escaso registro de datos que poseemos. A lo largo del presente trabajo se harán continuas alusiones al carácter ordinario y extraordinario de las avenidas generadas por estos fenómenos meteorológicos y de los flujos de detritos asociados. Para establecer un umbral entre las precipitaciones asociadas a uno u otro tipo de avenidas, se ha cotejado la base de datos pluviométricos registrados en la estación meteorológica de Santiago de Atitlán desde el año 1970. A partir del análisis de los mismos y de la correlación de éstos con los fenómenos de avenidas y flujos que se han dado en la región, se ha establecido que las avenidas ordinarias se pueden producir cuando las precipitaciones son inferiores a los 125 mm diarios y las extraordinarias si son superiores a dicho valor (tabla 1). Aun así es importante tener en cuenta las cantidades acumuladas de precipitación aunque éstas no superen los umbrales diarios establecidos. Así pues, si entre dos y cuatro días se recogen más de 250 mm también estaremos hablando de la posibilidad que se produzcan avenidas extraordinarias (tabla 1). En cualquiera de los casos, estos valores son estimaciones aproximadas y, por lo tanto, puede que se produzcan, o no, fenómenos ordinarios o extraordinarios aunque no se cumplan las condiciones propuestas. Fenómeno meteorológico detonante Precipitación diaria < 125 mm Precipitación diaria > 125 mm Precipitación acumulada entre dos y cuatro días <250 mm Precipitación acumulada entre dos y cuatro días >250 mm

Avenida ordinaria X X -

Avenida extraordinaria X X

Tabla 1. Estimación de los umbrales de precipitación asociados a la formación de avenidas ordinarias o extraordinarias.

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Como ejemplo se han recogido los datos de precipitación asociados al paso de los huracanes Mitch (1998), Stan (2005) y al paso de la tormenta tropical Ágatha (2010). De éstos se han representado los valores de los ocho días consecutivos de máxima precipitación para cada evento (gráfico 1) y los valores de precipitación acumulada durante los cuatro días de máxima precipitación dentro del periodo de ocho días analizado (gráfico 2).

Precipitación (mm)

250 200 150 100 50 0

1

2

3

4

5

6

7

Mitch (1998)

0

31.3

95.2

44.1

34.3

31.1

51.7

0

Stan (2005)

0.9

13.4

57

230.7 152.5

10.7

2.6

10.6

Ágatha (2010)

8.5

10

19.7

124.5

145

0.9

5.8

6

8

Precipitación (mm)

Días consecutivos de mayor intensidad de lluvia y precipitaciones asociadas (mm)

Gráfico 2. Valores de precipitación acumulada durante los cuatro días de máxima precipitación dentro del periodo de ocho días analizado.

Grafico 1. Valores referidos a los ocho días consecutivos de máxima precipitación durante el paso de los huracanes Mitch y Stan y de la tormenta tropical Ágatha.

453.6

500 450 400 350 300 250 200 150 100 50 0

281.3 204.7

Mitch (1998)

Stan (2005)

Ágatha (2010)

Fenómenos atmosféricos

Tal y como podemos apreciar en los gráficos 1 y 2, durante las lluvias consecuencia del paso del huracán Mitch por la región no se superaron los límites establecidos de precipitación. De ello se desprende que las avenidas asociadas a dicho fenómeno meteorológico se clasifican como ordinarias. Además, es importante tener en cuenta que durante el paso de este huracán no se tiene constancia que se desarrollaran flujos de detritos de consideración. Por último destacar que desde el año 1970 hasta el año 2005 ninguna de las precipitaciones registradas ha superado los límites de lluvia establecidos para el desarrollo de avenidas extraordinarias. Por el contrario, tanto durante el paso del huracán Stan como de la tormenta tropical Ágatha, sí que se superaron los umbrales establecidos de precipitación por lo que las avenidas asociadas se consideran extraordinarias

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(gráficos 1 y 2). Es importante remarcar que no sólo se generaron dichas avenidas sino que además éstas estuvieron acompañadas de importantes y destructivos flujos de detritos.

2.4. Hidrología de la región 2

La cuenca del lago Atitlán tiene una superficie de 541 Km . Los únicos ríos que mantienen un aporte continuado a lo largo del año son el Quiscab, el Panajachel (figura 2) y, en menor medida, la Catarata. El río Quiscab 2 3 tiene una longitud de 22.25 km, una superficie de cuenca de 100 Km y aporta un volumen medio de agua de 1.91 m /s. 2 Por otro lado, el rio Panajachel tiene una longitud de 15.6 Km, su superficie de cuenca es de 75 Km y aporta un 3 volumen medio de agua de 0.53 m /s. El volumen total de agua aportado por estos dos ríos al lago es de 76.94 millones 3 de metros cúbicos anuales y el volumen de agua del mismo es aproximadamente de 24.4 Km . En lo referente a la hidrogeología existe una circulación subterránea de agua en dirección N-S de un acuífero regional recargado a partir de acuíferos locales y que descarga, a través de surgencias naturales, en los sectores sur y sureste del lago (CONAPCODEDE; 2010).

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Figura 4 (páginas 8 y 9). Cartografía geológica del sector suroeste del lago Atitlán (Guatemala). (Fuente: Núñez et al.; 2011)

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Anรกlisis geomorfolรณgico de la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y avenidas torrenciales en el lago Atitlรกn

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Figura 5 (páginas 9 y 10). Cartografía geológica del sector sureste del lago Atitlán (Guatemala). (Fuente: Núñez et al.; 2011)

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3. DATOS RECOGIDOS, METODOLOGÍA APLICADA y RESULTADOS A la hora de exponer los datos recogidos, la metodología de trabajo aplicada y los resultados vamos a diferenciar entre los referentes a la caracterización y delimitación de los flujos de detritos antecedentes, los referentes a la delimitación de zonas potencialmente afectables por corrientes de derrubios y los referentes al análisis de las infraestructuras construidas con el objetivo de minimizar la exposición y el riesgo de determinadas zonas.

3.1. Datos referentes a la caracterización y delimitación espacial de los flujos de detritos antecedentes 3.1.1. Delimitación espacial de la zona de salida (cicatriz), de la zona de trayecto y de la zona de llegada (depósito) de las corrientes de derrubios. 

Metodología aplicada:  Fotointerpretación y comparación entre las fotos aéreas de los vuelos del año 2001 y 2006. A partir de la comparación de las fotografías de los dos vuelos se han podido identificar detalladamente las áreas afectadas por las corrientes de derrubios. Se ha prestado especial atención a situar con precisión las zonas de salida y de trayecto delimitándolas a partir de la ausencia de vegetación en la fotografía aérea del año 2006 respecto a la del año 2001. También se han detectado los cambios geomorfológicos y topográficos generados por la acumulación de depósitos en las zonas de llegada lo que también ha permitido delimitarlos detalladamente. Cabe decir que dicha información sólo ha permitido delimitar las corrientes de derrubios originadas por el huracán Stan. Esto es debido a que todavía no se dispone de fotografías aéreas posteriores al paso de la tormenta tropical Ágatha. Finalmente también se han delimitado los límites de las microcuencas correspondientes a cada quebrada. 

Trabajo de campo. Durante el trabajo de campo se han corroborado y completado, mediante la realización de observaciones visuales y la toma de datos GPS, los resultados obtenidos a partir de la fotointerpretación. También se han delimitado, a partir de las ortofotomapas de la región y de la toma de datos GPS, las corrientes de derrubios generadas por la tormenta tropical Ágatha. Estas observaciones se han basado en la localización de paquetes de depósitos, de marcas de flujo (imagen 3) y de diferencias de densidad de vegetación entre las zonas afectadas y no afectadas por los flujos de detritos. Para ello también ha sido de especial utilidad los conocimientos aportados por los habitantes de las diferentes zonas y por los guías que nos han acompañado. Su testimonio nos ha permitido completar la información a la que no hemos tenido acceso, debido al extenso periodo de tiempo que ha transcurrido entre el momento en que se dieron los fenómenos y nuestra visita a las zonas afectadas. Esto ha hecho que la topografía de muchas áreas haya sido modificada, sobretodo antrópicamente, y que la diferencia de características entre las zonas afectadas y no afectadas no sea tan evidente como lo era justo después que se diera el fenómeno.

Recopilación de la información aportada por otros estudios. Ésta información ha resultado ser de gran valor ya que la mayor parte de estudios se realizaron poco tiempo después que se dieran los flujos, lo que permitió delimitar con mayor exactitud las áreas afectadas. Así pues se han recogido datos referentes a la delimitación de las zonas de llegada de las cartografías realizadas por el estudio que Connor et al. elaboraron en el año 2006 (Assessment of October 2005 Debris Flow at Panabaj, Guatemala, and Recommendations for Hazard Mitigation) y por el estudio de la CONRED elaborado en enero del año 2006 (Caracterización de los flujos de lodo y escombros que afectaron la cabecera municipal de Santiago de Atitlán (Sololá) en Octubre de 2005).

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Resultados: Los resultados del presente apartado se pueden observar en los mapas de indicadores antecedentes del anexo (mapas 1 a 10). Para facilitar la lectura de los mismos se presentan dos mapas por cada zona estudiada (San Pedro la Laguna, Pachichaj, Panabaj, Tzanchaj y San Lucas Tolimán), uno a escala 1:25.000 que permite tener una visión global de toda la microcuenca y donde además se sitúa la ubicación de la zona dentro de la cuenca sur del lago Atitlán. Y otro a escala 1:5.000/1:7.500/1:10.000 que permite observar con detalle las zonas de alcance de los depósitos, la distribución de la red de canales, los elementos geomorfológicos y los datos recogidos y la ubicación de los mismos en cada sector.

3.1.2. Caracterización de las corrientes de derrubios y de los materiales implicados en las mismas. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. A partir de la observación visual de los materiales implicados en los procesos se ha realizado una descripción cualitativa de los mismos. Para ello se han definido las fracciones granulométricas y las morfologías dominantes en las zonas de depósito y se ha caracterizado la geología de los materiales ubicados en las zonas de salida. También se han tomado medidas de la potencia de los materiales acumulados, se han calculado las áreas afectadas y, si ha sido posible, se han calculado también los volúmenes de material movilizado por los flujos. 

Recopilación de la información aportada por otros estudios. La información aportada por algunos estudios previos ha permitido completar la información del presente apartado. Esto se ha realizado a partir de:  Las descripciones de los depósitos y de los materiales movilizados realizadas en informes anteriores por otros geólogos y geólogas. En este caso se han tenido en cuenta los datos aportados por los informes de Connor et al. (2006) y de la CONRED (2006) , por los Informes de reconocimiento post-tormenta Ágatha realizados por la geóloga Laura Núñez y el geólogo Miguel A. Hernández (2010) de Geólogos del Mundo, y por las granulometrías realizadas por Oliva (2007) en el informe de Evaluación de amenaza por flujo de detritos en los poblados Panabaj y Tzanchaj, Santiago Atitlán, Guatemala.  Los datos de espesor de depósitos y de cálculo de áreas afectadas y de volúmenes de material implicados en los diferentes flujos aportados por los informes de Connor et al. (2006) y de la CONRED (2006).  Los datos referentes a la recurrencia de este tipo de eventos aportados por los informes del INSIVUMEH, de la CONRED (2006) y de Oliva (2007). En este sentido también se recoge puntualmente la información aportada por el guía que nos acompañó durante las jornadas de trabajo en los cantones de Panabaj y Tzanchaj.

Resultados: Las corrientes de derrubios que afectan las zonas estudiadas se caracterizan principalmente por ser flujos naturales multifásicos que envuelven una mezcla de sedimentos, agua y aire (Selby; 1993). Según Selby (1993) el comportamiento de dicha mezcla en respuesta a los esfuerzos de rotura es función de:  las proporciones relativas de sus componentes (sedimentos, agua y aire)  la distribución del tamaño de grano de los sedimentos  las propiedades físicas y químicas de los sedimentos El porcentaje de la carga de sedimento respecto al peso total de la mezcla permite clasificar los flujos en flujos de canal (stream flow) o flash floods, flujos hiperconcentrados (hyperconcentrated flow) y corrientes de derrubios (debris flow). Esta división viene determinada por las propiedades físicas de los mismos que condicionan, tanto su comportamiento reológico, como la tipología de los depósitos generados (Selby; 1993). En la tabla 2 se pueden observar las propiedades físicas de los flujos y los depósitos generados en función de la carga de sedimentos.

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Flujo

Flujo de canal (stream flow) Flujo hiperconcentrado (hyperconcentrated flow) Corriente de derrubios (debris flow)

Carga de sedimento por peso total (%) 1-40

PROPIEDADES FÍSICAS DE LOS FLUJOS Densidad de la Esfuerzo de Reología del flujo 3 2 masa (Mg/m ) rotura (N/m ) 1.01-1.3

<10

Newtoniano

40-70

1.3-1.8

10-20

70-90

1.8-2.6

>20

Aproximadamente newtoniano Viscoso-plástico

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Depósitos

Clasificados, estratificados, con estructuras sedimetarias Pobremente clasificados, débilmente estratificados Levees y lóbulos mayoritariamente no clasificados, bloques en superficie y en las partes distales de los lóbulos

Tabla 2. Propiedades físicas de los flujos (Fuente: Selby; 1993)

Teniendo en cuenta la clasificación anterior, la tipología de los flujos que se dan en la zona de estudio dependerá, en gran medida, de si existe o no una fuente de abundante material susceptible de ser incorporado al flujo y de si se produce la rotura y la movilización de dicho material desde la ladera al cauce natural. Así pues, si no se produce la rotura, los flujos generados serán flujos de canal con un porcentaje minoritario de carga de sedimento (<40%) por peso total. Por el contrario, si se produce la rotura, éstos se definirán como flujos hiperconcentrados (40-70% de carga de sedimento) o como corrientes de derrubios (70-90% de carga de sedimento) en función del volumen de carga que se haya incorporado al flujo. Por lo general, los flujos que se han estudiado contienen una abundante carga de sedimento por peso total debido a que la mayoría están asociados a la rotura y a la incorporación de importantes volúmenes de material aguas arriba. Es por este motivo por el que la terminología general que se utiliza en el presente trabajo es la de corriente de derrubios o flujo de detritos. Los depósitos generados por dichos flujos están constituidos por un porcentaje variable de arenas y gravas subredondeadas y subangulosas y poseen un contenido minoritario de finos que aumenta sensiblemente en las zonas distales de los lóbulos de deposición. Esto es debido a la pérdida de energía del flujo y a la consecuente decantación de la fracción fina. Por otro lado, los flujos arrancan y movilizan fragmentos de roca del sustrato de tamaño métrico y gran cantidad de restos vegetales y troncos que incorporan a su paso y que hacen incrementar considerablemente su poder destructivo. La geometría de los depósitos generados es claramente ramificada y lobular y su clasificación y estratificación inexistentes en las zonas proximales. Por el contrario, a medida que nos desplazamos hacia las zonas distales, el grado de clasificación aumenta y la estratificación se hace evidente, pudiéndose incluso identificar algunas marcas de corriente como laminaciones paralelas y cruzadas (imagen 4).

Imagen 4. Marcas de corriente (laminaciones paralelas y cruzadas) localizadas en la zona distal del depósito del flujo sur de Panabaj.

Imagen 3. Marcas de flujo y depósito generado durante los episodios de corrientes de derrubios causados por el paso del huracán Stan en el año 2005.

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Respecto a la tipología de los movimientos de masa es importante remarcar que, aun definiéndose como corrientes de derrubios, éstos pueden tener una componente traslacional justo después de la rotura de los materiales la cual implica un deslizamiento inicial sobre la superficie de despegue. Posteriormente, y debido a la ausencia de cohesión y a la alta disgregabilidad de los mismos, favorecida por la elevada saturación en agua, la masa de material se desestabiliza y evoluciona rápidamente a un flujo de detritos. La elevada energía y la alta capacidad erosiva de estos flujos hace que incorporen gran parte del material de la zona de trayecto durante su recorrido. En la tabla 3 se presentan una serie de datos característicos de cada flujo que permiten asociarlos al fenómeno meteorológico detonante, situarlos geográficamente y conocer la geología de las zonas de salida y de llegada junto con su extensión y con el volumen de material implicado. Debido a la gran cantidad de datos recogidos y a la variabilidad de las fuentes, se ha optado por colorear los mismos en función de su fuente con el objetivo de facilitar su lectura y la comprensión global de la tabla. Fenómeno meteorológico detonante Municipios/cantones afectados Situación de las zonas de salida

Descripción litológica del depósito Tipo de material movilizado

CARACTERIZACIÓN DE LAS CORRIENTES DE DERRUBIOS Huracán Stan Tormenta tropical Ágatha (Octubre 2005) (Mayo 2010) Pachichaj Panabaj (FN y FS) Tzanchaj San Pedro la San Pedro la Sant Lucas Tolimán (Santiago de (Santiago de Atitlán) (Santiago de Laguna (FE) Laguna (FW) Atitlán) Atitlán) Falda oeste del Falda oeste del volcán Falda noroeste Falda norte del Falda norte del Pared sureste de volcán Tolimán Tolimán y falda del volcán volcán San Pedro volcán San Pedro límite de caldera noroeste del volcán Atitlán Atitlán III Atitlán GP-SP (clasificación USCS (Unified Soil Classification System)) Arenas y gravas en porcentaje variable con poco o nada de finos. Presencia de bloques dispersos de dimensiones métricas. Presencia de troncos y restos de vegetación. Material edáfico, depósitos pomáceos, depóstios de flujos piroclásticos y bloques andesíticos.

Volumen de material movilizado

90.000 m3 50.275 m3

Extensión afectada (zona de depósito)

60.000 m2 33.517 m2

385.000 m3 360.000 m3 463.096 m3 220.000 m2 257.000 m2 335.174 m2 2 (Flujo S - 180.000 m )

Depósitos pomáceos y fragmentos de tobas dacíticas.

-

-

60.194 m3

-

153.683 m2

2.862 m2

60.194 m2

-

-

-

1,0 m

-

-

-

3,0 m

>2,5 m

2

(Flujo N – 77.000 m ) 2

(Flujo S – 246.916 m ) 2

Espesor de material acumulado

medio

1,5 m

máximo

2,7 m

(Flujo N – 88.258 m ) Flujo N-1,75 m Flujo S-1,25 m 0,8 m 3,0 m 2,5 m

Tabla 3. Caracterización de las corrientes de derrubios originadas en la zona sur del lago Atitlán. (Fuentes: Connor et al.; 2006 (OXFAM GB) – Mota, Galicia; 2006 (CONRED) – CONRED; 2006 – Núñez, Hernández; 2010 (Geólogos del Mundo)

Por lo que se refiere a la recurrencia de los fenómenos, es importante destacar la ausencia de una serie histórica suficientemente amplia que permita establecer una frecuencia temporal de ocurrencia fiable. Aun así los datos bibliográficos recogidos son los siguientes:  Según el informe del INSIVUMEH entre los años 1910 y 1920 se produjo un evento similar al del año 2005 aunque la magnitud de éste fue un 60% inferior. El mismo informe recoge que en el año 1949 también se produjo un evento de similares características en la zona.

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 El informe de la CONRED (2006) reporta la ocurrencia de dos eventos similares a los que se dieron en Pachichaj en el año 2005 durante los últimos 100 años. Respecto a la zona de Panabaj se recoge la ocurrencia de un fenómeno similar al del año 2005 que afectó al cantón hace 55 años.  Oliva (2007) concluye que según la precipitación registrada en la estación de Santiago de Atitlán y haciendo una relación estadística por medio de la función de probabilidad Doble Gumbel, los flujos de detritos que afectaron a Panabaj y Tzanchaj el 5 de Octubre del 2005 tienen una recurrencia de 62.5 años.  Según Manuel, el guía local que nos acompañó durante el trabajo de campo en Panabaj y Tzanchaj, a principios de la década de los años 80 se dio en la zona un episodio similar a los acontecidos como consecuencia de la tormenta tropical Ágatha. Esta información se ha corroborado con los datos de precipitación recogidos en la estación meteorológica de Santiago de Atitlán y se ha detectado un episodio de lluvias importantes en setiembre del año 1982. Durante éste se registró una precipitación máxima diaria de 125 mm y una precipitación máxima acumulada en cuatro días de 209.5 mm. En este sentido, y teniendo en cuenta la clasificación de las avenidas establecida en el punto 2.3., las avenidas derivadas de estas precipitaciones se considerarían ordinarias. De los datos recogidos se concluye con claridad que los últimos eventos de características similares a las del año 2005 se produjeron aproximadamente hace unos 50-60 años. También parece evidente, aunque de manera menos contrastada, que hace aproximadamente unos 100 años se produjo otro fenómeno de características similares en la región. Teniendo en cuenta estos datos y los aportados por Oliva (2007), se podría estimar un periodo de retorno para este tipo de fenómenos de entre 50 y 60 años. En este sentido, y haciendo referencia al incremento del paso de huracanes y tormentas tropicales por la región (ver apartado 2.3.), es muy probable que, si esta tendencia continua, la frecuencia de ocurrencia de este tipo de eventos se vea incrementada en el futuro. 3.1.3. Caracterización y secuencialización de los procesos deposicionales y erosivos asociados a los diferentes episodios de corrientes de derrubios. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. Se han realizado observaciones visuales que han permitido identificar y delimitar los diferentes niveles de terrazas depositados a lo largo de la zona de trayecto de los flujos y la altura de lámina de agua durante las crecidas. También se han realizado diversas secciones y perfiles a lo largo de las zonas de trayecto (imagen 5) con el objetivo de correlacionar dichos niveles espacial y temporalmente y de asociarlos a los procesos causantes y a los fenómenos meteorológicos detonantes.

Imagen 5. Medida de la sección de uno de los canales modificados con posterioridad al paso del huracán Stan.

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Resultados: Partiendo de la correlación de los diferentes niveles de terrazas se ha reconstruido la evolución geomorfológica del lecho de los canales del flujo que afectó al cantón de Tzanchaj y del flujo (flujo sur) que afectó al cantón Panabaj (figura 5).  SECCIÓN 1; Tzanchaj (figura 5) En la sección 1.1. se puede apreciar el nivel de la lámina de agua alcanzado por el flujo consecuencia del paso del huracán Stan y la base erosiva del canal. Hay que precisar que este límite, que correspondería al techo del sustrato andesítico, es un límite supuesto ya que los datos recogidos durante el trabajo de campo realizado no nos han permitido situarlo con mayor exactitud, es por ello que su traza se ha marcado con una línea discontinua. En la sección 1.2. observamos el paquete de material depositado por ese mismo flujo. En la sección 1.3. se aprecia como un segundo flujo, esta vez consecuencia del paso de la tormenta Ágatha, erosiona parte del depósito anterior. Así mismo, es importante destacar que en la zona de Tzanchaj no se detectaron paquetes de material sedimentario asociados al paso de este último flujo. Esto concuerda con el testimonio del guía que nos acompañó que nos aseguró que el flujo no transportaba una gran cantidad de material sino que era principalmente acuoso. Este dato junto con las observaciones de campo realizadas lo situarían, según la clasificación propuesta por Selby (1993), en el campo de los flujos de canal con una carga de sedimento inferior al 40%.

Figura 5. Secciónes 1 y 2 correspondientes a los canales de Tzanchaj y al canal del flujo sur de Panabaj respectivamente.

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 SECCIÓN 2; Panabaj – flujo sur (figura 5) En la sección 2.1. se puede apreciar también el nivel de la lámina de agua alcanzado por el flujo consecuencia del paso del huracán Stan y la base erosiva del canal en esta quebrada. En este caso nos encontramos con las mismas dificultades a la hora de situar el límite inferior del canal por lo que su traza se ha marcado de nuevo con una línea discontinua. En la sección 2.2. se observa el paquete de material depositado por el flujo del año 2005 y en la sección 2.3. se aprecia como el flujo asociado a tormenta Ágatha, en el año 2010, erosiona parte del depósito anterior. A diferencia de la otra sección, en ésta sí que se detecta material depositado durante este segundo episodio (sección 2.4.). Esto vuelve a coincidir con la información aportada por nuestro guía que afirmó que el flujo del año 2010 sí que transportó material a lo largo de este canal. Este dato implica que durante el episodio se produjo incorporación de material al flujo, ya fuera por rotura de material ladera arriba o por la erosión de los bordes del canal y la incorporación de material al flujo a lo largo de las zonas de trayecto. En este caso el flujo entraría, según Selby (1993), dentro del campo de los flujos hiperconcentrados y de las corrientes de derrubios en función del porcentaje de carga de sedimento respecto al peso total. 3.1.4. Cálculo del perímetro y del área mojada de los canales principales. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. Durante el trabajo de campo se han realizado diversos perfiles y secciones a lo largo de las zonas de trayecto de las corrientes de derrubios. También se han medido los bloques de mayores dimensiones arrastrados por las corrientes de derrubios y la altura de la lámina de agua a partir de las marcas de flujo dejadas en los edificios y en los árboles por el choque de bloques contra los mismos (imagen 6, 7 y 8). Esto ha permitido realizar una estimación aproximada del perímetro y del área mojada de cada sección y de la velocidad de los flujos a través del método paleohidráulico desarrollado por Costa (1984). Imagen 6 . Marca de flujo en el Hospitalito del cantón de Panabaj (imagen actual). Las alturas oscilan entre 1.1 m y 1.8 m.

Imagen 7. Marca de flujo en árbol, a 2.7 m de altura, por choque de bloque.

Imagen 8 . Imagen del estado en que quedó el hospitalito de Panabaj pocos días después que se diera la corriente de derrubios del año 2005. (Fuente: Girón, Garavito)

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Recopilación de la información aportada por otros estudios. También se han recogido datos bibliográficos, procedentes del informe que Connor et al. realizaron en el año 2006, referentes a las estimaciones de caudal y de velocidad de los episodios de flujos de detritos que se dieron en el año 2005 en Panabaj.

Resultados: La recopilación de datos se ha centrado en los sectores de San Pedro la Laguna, Panabaj y Tzanchaj. Los resultados obtenidos se presentan en las tablas 4 y 5. Los valores y la situación de la altura de las marcas de flujo se han ubicado en el mapa de indicadores antecedes de corrientes de derrubios de cada sector. En la tabla 4 se recogen las medidas de los tres ejes de los bloques de mayores dimensiones de los diferentes flujos. La estimación de las velocidades de los flujos calculadas a partir del método paleohidráulico desarrollado por Costa (1984) se recogen en la tabla 5. En este sentido hay que destacar que muy probablemente dichos valores sean inferiores a los reales. Esto es debido a que los bloques de mayores dimensiones han sido picados y troceados por los habitantes de la región para su comercialización y, por lo tanto, las medidas de los bloques que se han tomado no son las de los bloques de mayores dimensiones arrastrados por el flujo ya que éstos, simplemente, ya no existen. En este sentido si observamos con detalle los valores, se aprecia como los referentes al flujo oeste (FW) que se dio en San Pedro la Laguna el año 2010 son mayores que el resto y se aproximan al valor de velocidad estimado por Connor et al. (2006) para el flujo del año 2005 en Panabaj. El motivo es que allí los picapedreros no han tenido todavía tiempo suficiente para despedazar todos los bloques que arrastró el flujo. También es importante comentar que los valores de velocidad estimados en Panabaj y Tzanchaj, y teniendo en cuenta que probablemente son menores a los reales por los motivos expuestos anteriormente, son seguramente sólo referentes al flujo que se dio en el año 2005. Esto se deduce a partir de las observaciones de campo y de la descripción de los fenómenos realizada por los habitantes de la zona. En primer lugar los depósitos que se asocian a las corrientes de derrubios derivadas de la tormenta Ágatha (2010) no incluyen bloques de grandes dimensiones sino materiales de granulometrías finas y medias y, en segundo lugar, los habitantes de la zona describen dicho fenómeno como un flujo hiperconcentrado pero sin la presencia de bloques de grandes dimensiones. Aun así, y debido a las propias limitaciones del método para diferenciar si los bloques fueron o no arrastrados por uno u otro flujo, en la tabla 5 se muestran los valores de velocidad de los flujos sin diferenciar si éstos se refieren a las corrientes de derrubios del año 2005 o a los flujos hiperconcentrados del año 2010. Finalmente en la tabla 5 también se recogen los valores obtenidos de la estimación del perímetro y del área mojada de los respectivos canales. En la misma tabla se recogen también los datos aportados por el estudio realizado por Connor et al. (2006) referentes a las estimaciones de caudal y de velocidad del flujo de Panabaj (2005). Para el cálculo de los perímetros y de las áreas mojadas se han tomado como referencia las secciones presentadas en el apartado 3.1.3.

San Pedro la Laguna-FW X (m) Y(m) Z(m) 2.25 2.6 1.85 6.3 5 1.95 6.5 3.8 3.6 3.35 3.05 1.5 2.5 2.1 1 2.6 1.7 1.1 5.6 2.5 2.4 3.05 1.7 1.5

MEDIDA DE LOS BLOQUES San Pedro la Laguna-FE X(m) Y(m) Z(m) 2.15 1.6 1.6 2 1.7 1.5 1.4 1 0.8 1.55 1.45 1.05 1.85 1.6 1.25 1.6 1.5 0.8 2.2 1.4 1 -

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X(m) 2.15 2 1.4 1.55 1.85 1.6 -

Panabaj Y(m) 1.6 1.7 1 1.45 1.6 1.5 -

Z(m) 1.6 1.5 0.8 1.05 1.25 0.8 -

X(m) 1.7 1.5 1.5 -

Tzanchaj Y(m) 1.47 1 1.25 -

Z(m) 0.8 0.5 0.7 -


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4 4.8 3.5 4

2.4 3.25 3.27 3.2

1.75 1.75 1.6 1.8

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Tabla 4. Medida de los bloques de mayores dimensiones de los flujos de San Pedro la Laguna, Panabaj y Tzanchaj.

DATOS DERIVADOS DE LAS SECCIONES Y LAS MEDIDAS DE LOS BLOQUES Panabaj-Flujo sur (Sección 2) Tzanchaj (Sección 1) San Pedro la Laguna Huracán Stan Tormenta Ágatha Huracán Stan Tormenta Huracán Stan Tormenta Ágatha Ágatha (Flujo este) (Flujo oeste) 36 m 15 m 41 m 10 m 103.6 m2 22.7 m2 152.1 m2 11.4 m2 6.09 m/s 5.85 m/s 6.45 m/s 9.97 m/s

Datos Fenómeno asociado Perímetro mojado Área mojada Velocidades medias alcanzadas (método paleohidráulico) Velocidades medias alcanzadas (bibliográfico) Caudal (bibliográfico)

8,8-10,8 m/s*

-

-

-

-

-

1.200-1.500 m3/s*

-

-

-

-

-

Tabla 5. Recopilación de los datos derivados de las secciones y de la medida de los bloques. *Datos extraídos del informe de Connor et al. (2006)

3.2. Datos referentes a la delimitación de zonas potencialmente afectables por flujos 3.2.1. Delimitación espacial y caracterización de la red de canales naturales en las zonas de depósito. 

Metodología aplicada:  Fotointerpretación. A partir de las observaciones de las fotografías aéreas y de las ortofotomapas del año 2005 se ha podido trazar la red de canales tanto en el recorrido final de las zonas de trayecto como en las zonas de depósito de los flujos derivados del paso del huracán Stan. 

Trabajo de campo. Las observaciones de campo realizadas junto con la toma de datos GPS han permitido, por un lado, complementar la información recogida a partir de la fotointerpretación y, por otro, caracterizar y delimitar las redes de canales de los flujos generados como consecuencia del paso de la tormenta tropical Ágatha. Además, teniendo en cuenta determinados indicadores de actividad como la presencia o no de vegetación en el lecho del canal, el grado de aislamiento de los mismos o la información aportada por guías y habitantes de la región, se ha realizado una clasificación entre canales activos y no activos y, dentro de los primeros, entre canales de circulación preferente y de circulación no preferente. Finalmente, también se ha medido el grado de incisión de éstos lo que ha permitido delimitar zonas con más probabilidad de ser inundadas en caso de aumento súbito del caudal y desbordamiento.

Resultados: La distribución y las características de la red de canales naturales en las zonas de depósito se puede observar en los mapas de indicadores antecedentes (mapas 1 a 10) incluidos en el anexo del presente trabajo.

3.2.2. Delimitación espacial y caracterización de zonas potencialmente afectables por futuras corrientes de derrubios. 

Metodología aplicada:

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Fotointerpretación y comparación entre las fotos aéreas de los vuelos del año 2001 y 2006. La delimitación espacial de las zonas potencialmente afectables por futuros flujos se ha llevado a cabo a partir del análisis y de la comparación entre las fotos aéreas del año 2001 y 2006 y a partir de la información extraída de las ortofotomapas. Esto ha permitido conocer la ubicación y las características topográficas de las zonas afectadas por las corrientes de derrubios antes que se dieran los procesos. Teniendo en cuenta este criterio se ha procedido a zonificar los sectores estudiados como potencialmente afectables o no. Esta zonificación se ha elaborado en función de si dichos sectores reunían características topográficas similares a los sectores que fueron afectados por los fenómenos del año 2005. La fotointepretación también ha permitido delimitar con mucho detalle la morfología de los conos de deyección de los diferentes sectores. Esto ha sido muy útil ya que toda el área abarcada por dichos conos se ha clasificado como susceptible a ser afectada por corrientes de derrubios.

Trabajo de campo. Las observaciones de campo realizadas junto con la toma de datos GPS han permitido completar la información recogida a partir de la fotointerpretación y añadir la información derivada del estudio de los depósitos asociados a la tormenta tropical Ágatha. Por otro lado también se ha realizado un cálculo aproximado de las cotas diferenciales entre las zonas no afectadas por corrientes de derrubios y los depósitos generados por las mismas, comparando y tomando datos de la orografía del terreno previa y posterior a los distintos fenómenos. También se han delimitado, en función de la incisión, de la capacidad portante de los canales y del estado de los diques construidos en algunos de ellos, las zonas donde la probabilidad de desbordamiento es mayor y, por lo tanto, la susceptibilidad a ser alcanzadas por corrientes de derrubios también. Por último, y a partir de la recopilación de indicadores antecedentes, se ha tenido en cuenta el nivel de actividad de las quebradas y, si ha sido posible visitar las zonas de trayecto de las mismas, la cantidad de material disponible para ser incorporado a los flujos a lo largo de las zonas de su recorrido. En este sentido es importante destacar que las quebradas donde se han dado fenómenos de corrientes de derrubios de gran magnitud, ya sea en el año 2005 o en el 2010, presentan un cauce limpio donde aflora principalmente el sustrato andesítico (imagen 9). Por el contrario, en las quebradas donde no se ha registrado actividad o la actividad registrada ha sido de pequeña magnitud, se observa como existe una gran cantidad de material disponible situado sobre el sustrato andesítico que apenas aflora (imagen 10). Este hecho implica que la probabilidad que se generen flujos hiperconcentrados y corrientes de derrubios como consecuencia de precipitaciones intensas o continuadas es más elevada en el segundo caso, ya que la cantidad de material disponible para ser movilizado es mucho mayor.

Imagen 10. Lecho de la quebrada este por donde circuló un flujo de pequeñas dimensiones en el año 2005 en San Pedro la Laguna.

Imagen 9. Lecho de la quebrada oeste por donde circuló un flujo de grandes dimensiones en el año 2010 en San Pedro la Laguna.

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Resultados: Los resultados del presente apartado se pueden observar en el apartado 4.2. y en el anexo del trabajo donde se presentan 5 mapas, uno para cada zona estudiada (mapas 11 a 15). En los mapas queda representado el grado de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios de cada sector habiéndose establecido un criterio de subdivisión de susceptibilidad alta, baja y no detectada. La zonificación del grado de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios se ha realizado, tal y como se ha expuesto en el apartado de recogida de datos y metodología, teniendo en cuenta los siguientes factores:  topografía del terreno  situación de las zonas de depósitos de los flujos de detritos antecedentes  situación de los conos de deyección  superficie de las microcuencas hidrográficas  nivel de actividad de las quebradas y de los conos de deyeccción  ausencia o presencia de material disponible a lo largo de la zona de trayecto de las mismas  incisión de la red actual de canales y capacidad portante de los mismos  eficacia de las canalizaciones y de las infraestructuras de mitigación construidas

3.3. Datos referentes al análisis de infraestructuras construidas 3.3.1. Delimitación espacial, cálculo de las dimensiones y estimación de la efectividad de los canales artificiales construidos. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. La delimitación espacial de los canales artificiales construidos se ha realizado a partir de las observaciones de campo y de la toma de datos GPS que han permitido ubicarlos con detalle en las ortofotomapas de trabajo. También ha sido de vital importancia la información de los guías que nos han acompañado durante las duras jornadas de trabajo. Así mismo se han realizado secciones y perfiles de los mismos con el objetivo de comparar las áreas mojadas que son capaces de portar dichos canales con las áreas mojadas de los canales naturales estimadas en el apartado 3.1.4. Esta comparación permitirá establecer el grado de efectividad de la construcción de las canalizaciones ante avenidas ordinarias y avenidas extraordinarias y, por otro lado, permitirá conocer el dimensionado ideal de los canales para aumentar su efectividad.

Recopilación de la información aportada por otros estudios. Para calcular la efectividad de estas canalizaciones también se han recopilado datos de las dimensiones de los canales proyectados para ser construidos en la zona de San Pedro la Laguna afectada en 2010. Estos datos han sido extraídos de Proyecto de evacuación de aguas pluviales, sector KO’ON (Homero Escobar; 2011). El objetivo vuelve a ser el comprobar si estos canales pueden o no portar el caudal que circula por las quebradas en avenidas ordinarias y extraordinarias.

Resultados: Antes de comentar los resultados del presente apartado es muy importante destacar que la realización de secciones y la estimación de las áreas mojadas de los canales y canalizaciones no es uno de los objetivos principales del estudio. No obstante durante el trabajo de campo se ha creído oportuno recoger algunos datos y realizar algunas secciones con el objetivo de elaborar estimaciones y compararlas entre sí (tabla 6).

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COMPARATIVA DE LA CAPACIDAD PORTANTE ENTRE CANALES NATURALES Y ARTIFICIALES San Pedro Pachichaj Panabaj Tzanchaj Tormenta Ágatha Huracán Stan Huracán stan Tormenta Huracán Stan Tormenta Ágatha Ágatha 36 m (B-B’) 15 m (B-B’) 41 m (A-A’) 10 m (A-A’) (2.8+1.2+1.2) 5.2 m * 3m 31 m (C-C’) – 16.5 m (D-D’) 17 m (E-E’) – 14.5 m (F-F’) 103,6 m2 ** 22.7 m2 152.1 m2 11.4 m2 (B-B´) (B-B´) (A-A’) (A-A’) Canalización (0.8+0.32+0.32) 1.44 m2* 1 m2 105 m2 (C-C’) - 38 m2 (D-D’) 32 m2 (E-E’) – 23.7 m2 (F-F’)

Datos Fenómeno meteorológico detonante Perímetro Canal natural mojado Canalización Area mojada Canal natural

Tabla 6. Comparativa de la capacidad portante de los canales naturales durante los episodios de Stan y Ágatha con la capacidad portante de las canalizaciones construidas y proyectadas. La ubicación de las secciones donde se han calculado los valores de perímetro y área mojada se encuentra en los mapas 6 y 8 de indicadores antecedentes situados en el anexo del presente trabajo. *Datos extraídos del informe de Escobar; (2011) **Estimación del área mojada teniendo en cuenta que el flujo en este punto desbordó. Si éste hubiera estado confinado, el área mojada que hubiera ocupado hubiera sido de dimensiones mucho mayores que el área mojada ocupada por el flujo de Tzanchaj.

Aunque en la zona de San Pedro la Laguna no ha sido posible realizar secciones de los canales naturales, se ha tenido acceso a los diseños de las canalizaciones que se pretenden construir gracias a los datos aportados por Escobar (2011). El proyecto realizado propone la construcción de tres 2 canalizaciones la suma de las cuales dan como resultado una sección de 1.44 m . Aún sin haber podido realizar secciones naturales que nos permitan comparar estos valores, las dimensiones de esta sección son claramente insuficientes para portar un flujo de las características del que se dio en el año 2010 y, probablemente, también sean insuficientes para portar incluso los flujos derivados de avenidas ordinarias. Es importante destacar que el autor del proyecto comparte dicha opinión pero que debido a la falta de concienciación de los propietarios de las zonas afectadas por las obras de canalización, el dimensionado de los canales ha quedado extremadamente limitado. En el cantón Pachichaj la situación es incluso peor que la de San Pedro la Laguna. Con una 2 sección de 1 m las dimensiones del canal son menores que las anteriores y, como se discutirá más adelante en el apartado 3.3.3., su angulosidad y el grado de obturación que presenta, incluso antes que se hayan acabado las obras de construcción, son excesivos y las hacen totalmente ineficaces. En el caso de Panabaj se realizaron, después de la catástrofe del año 2005, dos ampliaciones de la sección de los canales naturales. Una va desde el lago hasta unas decenas de metros después de cruzar la carretera y la otra desde ese punto hasta unas decenas de metros antes del punto de 2 deyección de la quebrada (ver mapa 6). A la primera se le ha calculado una área mojada de 38 m y a 2 la segunda de 105 m . Si tenemos en cuenta que para Stan el flujo que se generó ocupó un área 2 mojada 103,6 m y que aun así desbordó (por lo que el área mojada que hubiera ocupado el flujo si hubiera estado confinado hubiera sido mucho mayor), queda claro que ninguno de los dos tamaños de sección del canal serían capaces de portar otro flujo de magnitud igual o superior a éste. En 2 cambio, teniendo en cuenta que para Ágatha el área mojada que ocupó el flujo fue de 22.7 m , los dos tramos de canal serían aptos para portar todo el volumen de flujo sin que éste desbordara. En cualquier caso es importante destacar el efecto negativo del estrechamiento que sufre el canal unas decenas de metros antes de llegar a la carretera en dirección este-oeste. Esto hace que disminuya su sección y por lo tanto la cantidad de caudal que éste es capaz de portar. Como consecuencia, aumenta la probabilidad que se produzca un “efecto embudo” y el desbordamiento del mismo en dicho sector. Este escenario podría darse en caso que se volvieran a repetir avenidas extraordinarias y flujos asociados de magnitud comprendida entre los que se dieron para Stan y para Ágatha (ver apartado 4.3). En Tzanchaj, y si nos fijamos en la comparación de los valores de las áreas mojadas calculadas para los canales naturales y para las zonas donde la sección de estos se ha ampliado, queda claro que estas últimas serían capaces de portar flujos de magnitud similar a los flujos que se dieron para Ágatha. Por lo contrario serían completamente ineficaces para portar los flujos que se dieron en el año 2005 para Stan debido al insuficiente tamaño de su sección.

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3.3.2. Delimitación espacial, caracterización y análisis del estado de los diques construidos a lo largo de las canalizaciones antrópicas realizadas con posterioridad al paso del huracán Stan. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. El trabajo de campo, junto con la toma de datos GPS, ha permitido situar espacialmente los diques construidos en las canalizaciones de Panabaj y Tzanchaj posteriormente al paso del huracán Stan. La caracterización y el análisis del estado de los mismos se han realizado en función de observaciones visuales tanto de su distribución como de su competencia y estabilidad. También se han tomado medidas de su anchura y de su altura a lo largo de todo el recorrido.

Resultados: La distribución espacial de los diques se puede apreciar en los mapas de indicadores antecedentes de los sectores de Panabaj y Tzanchaj (mapas 6 y 8). Estos diques se construyeron después del paso del huracán Stan por la región. Para ello se aprovechó el material que se extraía para profundizar el lecho del rio y se depositó en sus orillas generando un relieve positivo respecto a la superficie topográfica natural que actualmente funciona a modo de dique. En el caso de los diques de la canalización construida en Panabaj éstos presentan cierta estabilidad debido a que la compactación natural de los mismos junto con el crecimiento de vegetación en su superficie ha ayudado, en parte, a su fijación. No obstante su grado de consolidación no es del todo satisfactorio puesto que su estado actual no impediría que un flujo de elevada energía, como el del año 2005, los erosionara e incorporara el material que los forma al propio flujo. Esto haría aumentar la carga de sedimento y consecuentemente la capacidad destructiva de la corriente de derrubios. Su longitud abarca prácticamente todo el cono de deyección, yendo desde el sector más proximal del mismo hasta el punto más distal junto a la orilla del lago Atitlán en dirección este-oeste. Su anchura oscila entre los 5.0 y los 15.0 m. y le proporcionan una profundidad total al canal de entre 3.6 y 4.6 m. aproximadamente. Aunque por lo general presentan bastante continuidad hay que tener en cuenta varios aspectos: 1.

Destacar que en la zona más proximal del cono, justo cuando empieza la quebrada, los diques pierden definición y no llegan a encajarse con las paredes que la delimitan. Es precisamente en este sector donde el flujo es más energético y, por lo tanto, donde los diques debieran estar más definidos y ser más resistentes. A parte, el hecho que sea justo en el inicio de la zona de deyección donde pierden su continuidad les resta eficacia ya que la canalización no sería capaz de redireccionar desde su inicio todo el material que pudiera bajar de la quebrada. Esto haría que un flujo potencial de características similares al del año 2005 se desbordara desde el principio y el resto de la extensión de los diques pasara a ser inútil. Si se diera este escenario y en el peor de los casos, los diques de cierta estabilidad construidos aguas abajo actuarían de forma contraproducente ya que, debido a la diferencia de cota positiva con el relieve topográfico natural, impedirían que el flujo entrara de nuevo en el cauce del canal.

2.

Por otro lado también hay que destacar que la consolidación de los diques y su anchura disminuye gradualmente en el sector que queda al oeste de la carretera y a medida que nos aproximamos al lago. Esto aumenta considerablemente las posibilidades de desbordamiento en esta zona en caso de un flujo de gran magnitud.

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3.

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El último punto conflictivo de la construcción de los diques en el sector de Panabaj es el de la intersección de los mismos con la carretera. En ese lugar se ha construido un colector (imagen 11) formado por dos tuberías soterradas que van de lado a lado de la carretera de 1.8 m de diámetro cada una. Este colector es completamente funcional para avenidas ordinarias pero claramente insuficiente para avenidas extraordinarias. Este hecho implica con total seguridad que el canal en este punto, y si se repiten fenómenos de las características del año 2005 y 2010 o incluso menores, desbordará y el flujo se extenderá a lo largo de la carretera y de la zona oeste de la misma.

Imagen 11. Imagen del colector situado en el cruce entre el canal artificial construido en Panabaj y la carretera.

En el caso de los diques construidos en el sector de Tzanchaj, presentan una estabilidad muy baja ya que no están consolidados ni compactados y todavía no han sido colonizados por vegetación. Éstos se extienden también de este a oeste a lo largo del cono de deyección. Su anchura oscila entre los 4.0 y los 5.0 m. y le proporcionan una profundidad total al canal de entre 2.0 y 2.3 m. Teniendo en cuenta lo expuesto hay que destacar varios puntos: 1. La elevada disgregabilidad y la falta de competencia de los materiales que forman los diques hace que su eficacia disminuya considerablemente y que, incluso su construcción, sea también contraproducente. Esto se debe a que el propio material del que están formados (principalmente arenas y gravas) podría ser incorporado a un futuro flujo por la erosión que llevaría a cabo el mismo, lo que haría aumentar su capacidad energética y destructiva aguas abajo. 2. El segundo punto conflictivo de este sector se sitúa en el dique norte, aguas arriba de la carretera (ver mapa 8 de indicadores antecedentes). En ese lugar el material de un tramo de 20 m. de dique ha sido retirado y utilizado por los habitantes del lugar para su comercialización. Este hecho podría tener consecuencias graves en caso de un flujo similar al que se dio para la tormenta Ágatha ya que desbordaría fácilmente y afectaría directamente a algunas de las zonas más pobladas del cantón Tzanchaj. 3. Finalmente hay que destacar también que tanto la anchura como la continuidad de los diques disminuye considerablemente aguas abajo de la carretera. En este sector los diques aparecen y desaparecen intermitentemente, son de una anchura no superior a 1.0 m. y tan sólo

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profundizan el canal 0.50 m más con lo que la probabilidad de desbordamiento también es mayor. 3.3.3. Delimitación espacial, caracterización y análisis del estado de la red de colectores y drenajes urbanos. 

Metodología aplicada:  Trabajo de campo. Durante el trabajo de campo se han ubicado las canalizaciones urbanas en las ortofotomapas tanto a partir de observaciones visuales como a partir de la toma de datos GPS. También se han ubicado los diferentes colectores distribuidos por la red y se ha prestado especial atención a describir el estado de los mismos ya que muchos se encontraban parcialmente obturados o inutilizados del todo. En este sentido también ha sido muy importante la ayuda y el conocimiento aportado por los guías que nos acompañaban.

Resultados: La distribución de la red de colectores y drenajes urbanos queda reflejada en los mapas de indicadores antecedentes de cada sector situados en el anexo del presente estudio (mapas 1 a 10). Los resultados de este apartado se van a centrar especialmente en los sectores de Pachichaj y San Lucas Tolimán donde la extensión de la red de drenajes y colectores subterránea es mayor. En San Pedro la Laguna está proyectada la construcción de una red de canales superficiales. Su capacidad portante junto con el análisis de su efectividad ya han sido tratadas en el apartado 3.3.1.. Por lo que se refiere a los cantones de Panabaj y Tzanchaj también existen canalizaciones y drenajes subterráneos pero puntuales o de extensión muy limitada que también han sido situados en el correspondiente mapa del sector. En el cantón de Pachichaj se estaba llevando a cabo, en el momento en que se realizó el trabajo de campo, la construcción de un canal subterráneo desde el punto de deyección de la quebrada hasta el lago (imagen 12). El recorrido de dicha canalización transcurre en líneas generales de este a oeste y a lo largo del mismo se han situado diversos colectores. Las dimensiones de la 2 canalización son de 1.0 x 1.0 m. lo que nos daría una sección de 1.0 m . Respecto a la construcción de dicha canalización hay que tener en cuenta los siguientes puntos: Imagen 13 . Colector obturado situado en las proximidades del campo de fútbol del cantón Pachichaj.

Imagen 12 . Canalización subterránea en construcción en el cantón Pachichaj.

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1.

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Tal y como se puede observar en el mapa 4 del anexo donde aparece el recorrido de la canalización, y si nos desplazamos desde la zona de deyección de la quebrada hacia el lago, observamos primero la presencia de un ángulo agudo que gira hacia el sur y más adelante, y tan sólo a unos metros, la presencia de otro ángulo, esta vez recto, que gira de nuevo hacia el oeste. Esta excesiva angulosidad del canal impide con claridad la circulación del flujo por su interior y favorece la acumulación de material y sedimento en las zonas angulares del mismo. Este hecho provoca su rápida obturación incluso en avenidas ordinarias y, por lo tanto, la inutilidad del mismo.

2. Por otro lado también es importante destacar que en la red de colectores, aun siendo numerosa, se observan algunos que ya están completamente obturados (imagen 13) debido a la acumulación de sedimentos y restos de basura urbana (ver mapa 4 de indicadores antecedentes en el anexo). Este hecho se agrava todavía más teniendo en cuenta que las obras todavía no han finalizado y algunos de los colectores ya están inutilizados. 3. Finalmente comentar que durante el trabajo de campo, y principalmente debido a la falta de tiempo, no fuimos capaces de cartografiar toda la red drenajes y algunos colectores han quedado aislados. Ante la alternativa de suponer un recorrido que pudiera no corresponder con la realidad hemos preferido dejarlos sin conectar y aclarar este punto en el presente apartado. La distribución de las canalizaciones subterráneas en el municipio de San Lucas Tolimán presenta problemas similares a la del cantón Pachichaj. En este caso la canalización construida transcurre a grandes rasgos de suroeste a noreste. Este drenaje tiene como objetivo el de canalizar las aguas pluviales de un sector de la población que queda topográficamente a una cota inferior que el resto y donde, por lo tanto, se suelen producir inundaciones durante la época de lluvias (ver mapa 10). En este caso hay que tener en cuenta que: 1. Los colectores ubicados cerca de la zona de inundación no están emplazados en la cota topográfica más baja por lo que no son capaces de drenar toda el agua acumulada durante las inundaciones. Lo hacen en parte pero siempre se produce el estancamiento de agua ya que no existe ningún mecanismo completamente efectivo de desagüe. 2. Una vez más la angulosidad del recorrido de la canalización resulta excesiva y favorece, de nuevo, la obturación de la misma ya sea por acumulación de sedimentos o por acumulación de residuos urbanos. 3. A lo largo del recorrido se han localizado, aunque en número inferior a los detectados en Pachichaj, algunos colectores prácticamente obstruidos por lo que su efectividad disminuye o se hace prácticamente nula. A parte, el material que obtura dichos colectores podría ser incorporado a la canalización durante algún episodio de lluvias intensas por lo que pasaría a obturarla aumentando así la ineficacia de la misma.

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4. CARTOGRAFÍAS ELABORADAS y CÁLCULO DE LA SUSCEPTIBILIDAD RELATIVA ENTRE QUEBRADAS A QUE SE DESARROLLEN CORRIENTES DE DERRUBIOS 4.1. Mapas de indicadores antecedentes En el anexo del presente trabajo se adjuntan los mapas de indicadores antecedentes de corrientes de derrubios correspondientes a cada uno de los sectores estudiados (mapas 1 a 10). Para clarificar y permitir la correcta y rápida interpretación de los mismos se han generado dos cartografías a diferente escala para cada sector:  Una cartografía a escala 1:25.000 donde se observan las zonas afectadas por los flujos, la extensión de la cuenca y su ubicación en la región. En ella se puede apreciar toda la red de canales tributarios, su recorrido y la delimitación espacial de los conos de deyección generados por la deposición de materiales durante las sucesivas avenidas. En lo referente a la cartografía de las corrientes de derrubios antecedentes, se ha creído conveniente diferenciar, dentro de toda el área afectada, las zonas de salida de material, las zonas de trayecto y las zonas de depósito.  Una cartografía a escala 1:5.000/1:7.500/1:10.000 centrada en la parte final de las zonas de trayecto y en las zonas de depósito. Esta cartografía de detalle permite diferenciar con exactitud cuál fue el alcance y la distribución espacial de los diferentes fenómenos. En ella se ha situado toda la red de canales naturales, diferenciándose entre los de circulación preferente y no preferente y los niveles de terrazas. También se han situado las redes de drenajes y canalizaciones urbanas, la ubicación y el estado de los colectores dentro de las mismas y la distribución de los diques construidos en algunos sectores de la región. Se han localizado las secciones y se han situado los bloques andesíticos medidos y las marcas de flujo con los valores de su altura adjuntos. Finalmente también se han cartografiado algunas observaciones puntuales realizadas durante el trabajo de campo como la localización de escolleras o la detección de pequeñas zonas deprimidas. Respecto a la cartografía de indicadores antecedentes de San Lucas Tolimán, es importante dejar claro que la delimitación de las áreas afectadas por los mismos es orientativa. Esto es debido a la falta de tiempo y a la dificultad para acceder a las mismas debido a la verticalidad de las paredes por donde transcurrieron dichos flujos. No obstante, y aun siendo una aproximación, creemos que el número de flujos cartografiados y la ubicación de los mismos se aproxima con bastante detalle a la realidad.

4.2. Mapas de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios En el anexo también se adjuntan los mapas de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios elaborados a partir de los criterios descritos en el apartado 3.2.2. En este caso se presenta un mapa por cada sector a escala 1:5.000 y 1:10.000. A partir de estos criterios cada sector estudiado se ha divido en función de la susceptibilidad que presenta a ser alcanzado por corrientes de derrubios. Para ello se han definido tres tipos de susceptibilidad: susceptibilidad alta, susceptibilidad baja y susceptibilidad no detectada que permiten establecer, en función de su zonificación, una idea cualitativa de la exposición a la que se encuentran sometidos dichos sectores. 

En el sector de San Pedro la Laguna se han definido dos grados de susceptibilidad para las zonas que abarcan los conos de deyección y una zona de susceptibilidad no detectada propuesta como posible zona de reubicación de la población afectada (ver anexo: mapa 11). La justificación de dicha delimitación es la siguiente:

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Zona de susceptibilidad alta:  Presencia de quebradas activas aguas arriba de los conos de deyección.  Presencia, tanto en el flujo oeste (FW) como en el flujo este (FE), de indicadores antecedentes de corrientes de derrubios relacionados con los episodios de los años 2005 y 2010.  Presencia de material potencialmente movilizable en la zona de trayecto del flujo este (FE).  Insuficiente incisión de los canales naturales de circulación preferente para portar el caudal de avenidas extraordinarias. Zona de susceptibilidad baja:  Las zonas delimitadas quedan restringidas a los extremos menos activos de los conos de deyección.  Estas zonas quedan alejadas del área de circulación preferente de los canales naturales.  Son superficies muy distantes de los puntos de deyección de las quebradas. Zona de susceptibilidad no detectada:  No existen quebradas ladera arriba de dicha zona.  Topográficamente se sitúa a un nivel suficientemente superior al de las zonas de trayecto y de depósito de las quebradas que impide que sea afectada por futuros flujos.

En el sector de Pachichaj se ha definido una susceptibilidad alta al alcance por corrientes de derrubios en la mayor parte de su extensión y una zona de susceptibilidad baja y otra de no detectada en dos sectores más reducidos de la misma (ver anexo: mapa 12). La justificación de dicha delimitación es la siguiente:  Zona de susceptibilidad alta:  Presencia de una quebrada aguas arriba del cono de deyección.  Presencia de indicadores antecedentes de corrientes de derrubios relacionados con los episodios del año 2005.  Situación topográficamente confinada a un nivel inferior del cono de deyección donde se ubica el cantón.  Orografía del cono de deyección relativamente plana. Esto no ha permitido diferenciar ni delimitar ningún tramo de circulación preferente de agua en caso que se produjera de nuevo un flujo de detritos.  Zona de susceptibilidad baja:  Su situación queda alejada de la trayectoria principal de los flujos.  Aguas arriba se ha detectado una quebrada pero ésta es de longitud reducida y no se han detectado indicadores de actividad relevantes.  Zona de susceptibilidad no detectada:

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 Su situación topográficamente elevada respecto a la zona de trayecto y depósito de la quebrada principal impediría que esta zona se viera afectada por potenciales flujos. 

En Panabaj (ver anexo: mapa 13) se han definido dos grados de susceptibilidad para la zonas que abarca el cono de deyección. La justificación de dicha delimitación es la siguiente:  Zona de susceptibilidad alta:  Presencia de quebradas aguas arriba de los conos de deyección.  Presencia de depósitos de episodios de flujos previos consecuencia de los episodios del año 2005.  Insuficiente incisión de los canales naturales de circulación preferente para portar el caudal de avenidas extraordinarias.  Presencia de un canal abandonado al sur del flujo sur que, aunque no presentó actividad durante los fenómenos del año 2005 y 2010, es muy probable que vuelva a activarse en sucesivas avenidas. Esto se debe a que los materiales depositados a lo largo del tramo final de la zona de trayecto han hecho disminuir la diferencia de cota topográfica entre el lecho del cauce actual y el lecho del cauce del canal abandonado. Esta diferencia de cota actuó de barrera durante los episodios del 2005 y 2010 e impidió que la corriente de derrubios fluyera aguas abajo en esa dirección.  Insuficiente dimensión de los canales artificiales construidos y deficiencias en la estructura de los diques levantados con posterioridad al paso del huracán Stan en 2005.  Zona de susceptibilidad baja:  Las zonas ubicadas en el norte y en el sur del cono de deyección quedan suficientemente alejadas de las trayectorias principales de los flujos.  A su vez, estas superficies se encuentran muy distantes de los puntos de deyección de las quebradas.  Situación topográfica relativamente superior del sector central del cono en contacto con el lago respecto a los relieves colindantes. En este aspecto hay que destacar que aunque previamente a los acontecimientos del año 2005 la extensión de esta superficie era mayor, en la actualidad, y debido a los depósitos generados durante el episodio del año 2005 que han hecho disminuir las diferencias de cota relativas, su extensión se ha visto reducida.

En Tzanchaj (ver anexo: mapa 14) también se han definido dos grados de susceptibilidad para la zonas que abarca el cono de deyección. La justificación de dicha delimitación es la siguiente:  Zona de susceptibilidad alta:  Presencia de quebradas aguas arriba de los conos de deyección.  Presencia de indicadores antecedentes asociados a episodios de flujos previos, concentrados principalmente en el sector norte del cono y puntualmente en el sector sur, consecuencia de los episodios del año 2005.

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 Posible afectación por flujos en caso que el canal abandonado descrito anteriormente se reactivara en futuras avenidas.  Insuficiente dimensión de los canales artificiales construidos y de los diques levantados con posterioridad al paso del huracán Stan en 2005. Zona de susceptibilidad baja:  Zonas suficientemente alejadas de las trayectorias principales de los flujos.  Superficies muy distantes del punto de deyección de las quebradas.

En el municipio de San Lucas Tolimán (ver anexo: mapa 15), se han definido tres zonas de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios. La justificación de dicha delimitación es la siguiente:  Zona de susceptibilidad alta:  En el sector este del municipio existen pequeñas quebradas que transcurren a lo largo de las paredes semiverticales formadas durante el colapso de la caldera Atitlán III.  En dicho sector se han cartografiado indicadores de actividad antecedentes relacionados con el episodio de lluvias provocado por la tormenta tropical Ágatha.  En el extremo noroeste existe una quebrada que se extiende de este a oeste ladera arriba del volcán Tolimán.  En este mismo sector se han descrito y cartografiado depósitos lobulares asociados a avenidas históricas previas a las avenidas de los años 2005 y 2010.  Por dicha quebrada no han circulado flujos recientemente por lo que en su zona de trayecto existe una gran cantidad de material potencialmente movilizable.  Zona de susceptibilidad baja:  Al sureste del municipio se ha delimitado una zona con susceptibilidad baja debido a la presencia de paredes semiverticales de altura menor a las descritas en el punto anterior. En ellas no se han detectado canales de circulación de agua destacables.  Las zonas más distales de los depósitos lobulares cartografiados en el sector noroeste, son superficies relativamente distantes de los puntos de deyección de la quebrada citada anteriormente.  Zona de susceptibilidad no detectada:  No existen quebradas ladera arriba de dicha zona.  El resto del municipio queda fuera del alcance de futuros episodios de corrientes de derrubios.

4.3. Mapas de zonas potencialmente inundables por avenidas torrenciales La cartografía que presentamos a continuación, a escala 1:5.000, corresponde a las zonas potencialmente inundables por futuras avenidas y flujos de detritos asociados que pudieran generarse en la quebrada sur del cantón de Panabaj (Santiago de Atitlán). En este sentido es importante diferenciar entre el concepto de avenida torrencial y el de corriente de derrubios. El primero se refiere a flujos acuosos sin carga de sedimento y el segundo, que siempre se asocia al primero, se da cuando dichas avenidas acuosas incorporan material a lo largo de las zonas de trayecto convirtiéndose en flujos de detritos. Para elaborarla se han planteado 4 escenarios en función de si se corrigen o no las deficiencias localizadas en la canalización construida y en sus diques. Los escenarios son los siguientes:

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Escenario 1 Éste corresponde a la situación actual.

Escenario 2 Este escenario se daría si los diques construidos se alargaran hasta el punto de deyección de la quebrada y se encajaran contra las paredes de la misma. Sería importante y muy recomendable que éstos se reforzaran con escolleras sobretodo en la zona más cercana al punto de deyección.

Escenario 3 El tercer escenario implica el escenario 2 más la ampliación de la sección del canal a lo largo de toda la longitud de su recorrido. Ésta debe mantenerse y ser igual o superior a la sección del mismo en el tramo más cercano a 2 la ladera de la montaña donde el área mojada calculada es de 105 m .

Escenario 4 El cuarto escenario implica los escenarios 2 y 3 y el levantamiento de dos resaltes sobre la carretera similares a los levantados en el cantón de Tzanchaj. Éstos funcionarían a modo de dique e impedirían el desbordamiento de algunos flujos, en función de su caudal, en este punto.

Es muy importante dejar claro que todos estos escenarios se plantean considerando que los diques construidos han sido reconsolidados satisfactoriamente tal y como se aconseja en el apartado de recomendaciones del presente estudio. Si esta consolidación no se realizara previamente no tendría ninguna utilidad que se llevara a cabo ningún otro tipo de mejora o ampliación estructural. En tal caso, ésta sería totalmente ineficaz y supondría una inversión económica fallida. Por otro lado, en lo referente al refuerzo con escolleras de los diques de la zona más cercana al punto de deyección, se aconseja el asesoramiento por parte de algún técnico o ingeniero especializado en el diseño y la construcción de este tipo de infraestructuras. Finalmente, y para valorar la eficacia de las mejoras en las infraestructuras planteadas y sus efectos en la extensión de las zonas potencialmente inundables, se ha creído conveniente tener en cuenta, dentro de cada escenario, 4 tipos de avenidas en función de su capacidad portante y del fenómeno meteorológico asociado y la cantidad de precipitación acumulada durante el mismo (tabla 7).

AVENIDA 1 AVENIDA 2 AVENIDA 3 AVENIDA 4

Tipo de avenida

Magnitud fenómeno meteorológico de referencia asociado

avenida extraordinaria avenida extraordinaria avenida extraordinaria avenida ordinaria

fenómeno igual o superior a Stan fenómeno comprendido entre Stan y Ágatha fenómeno igual a Ágatha fenómeno inferior a Ágatha

Precipitación (acumulada entre 2 y 4 días) asociada (mm) >450

Capacidad portante (área mojada (m2))

entre 450 y 250

entre 105 y 20

=250

=20

<250

<20

>105

Tabla 7. Representación de los 4 tipos de flujos de referencia y de sus características asociadas. Éstos han sido utilizados para valorar la mejora de las infraestructuras planteadas y sus efectos en la extensión de las zonas potencialmente inundables.

Los mapas resultado elaborados a partir del procesado de los datos se pueden consultar en el anexo del presente trabajo (mapas 16 a 19). Es importante destacar que la delimitación y la extensión de las zonas potencialmente inundables deberían ser precisadas con un trabajo de campo más extenso que el realizado hasta el momento.

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4.4. Cálculo de la susceptibilidad relativa entre quebradas a que se desarrollen corrientes de derrubios Después de la elaboración de las cartografías de susceptibilidad al alcance en los diferentes sectores, se ha creído interesante y útil establecer algún sistema que nos permita diferenciar en qué quebradas existe una posibilidad mayor de que se generen corrientes de derrubios es decir, en qué quebradas la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios es mayor. Para ello se ha desarrollado un método de susceptibilidad relativa a que se den este tipo de fenómenos. 

   

Las quebradas que se han analizado para desarrollar el método son: En San Pedro la Laguna se ha analizado la quebrada donde se generó el flujo oeste en 2010 (SPL (FW)), la quebrada donde se generó el flujo este en 2005 (SPL (FE)) y la quebrada situada en el sector más oriental de la zona estudiada SPL (E). En Pachichaj se ha analizado la única quebrada que va a parar al cantón (PAC). En Panabaj se han analizado las dos quebradas donde se generaron corrientes de derrubios en el año 2005 (PAN (FN) y PAN (FS)). En Tzanchaj también se ha analizado la quebrada donde se generó un flujo en el año 2005 (TZA). Finalmente en San Lucas Tolimán se ha analizado la quebrada ubicada en el sector noroeste de la población (SLT).

Con el objetivo de valorar dicha susceptibilidad se han tenido en cuenta 4 factores condicionantes y, en función de las características de cada quebrada, se ha asignado a las mismas un valor numérico para cada factor. La suma del total de valores obtenidos para cada quebrada y la comparación de los resultados nos ha permitido establecer un rango de probabilidades. Así pues, a valor numérico más alto, la probabilidad a que en esa quebrada se generen corrientes de derrubios es mayor. Los factores condicionantes que se han tenido en cuenta son los siguientes: 1.

Longitud (m) de la zona con material potencialmente movilizable Éste valor nos da una estimación de la longitud de terreno donde pueden existir depósitos de material potencialmente movilizables. A más longitud de terreno, más volumen de depósitos y más probabilidad de que se genere una corriente de derrubios. Su cálculo se ha realizado midiendo la longitud de los canales cartografiados sobre las ortofotomapas con el programa ArcGis. Una vez obtenida la longitud de los canales en cada cuenca, se ha dividido entre 5 el valor obtenido en la cuenca mayor para distribuir estos valores en rangos de susceptibilidad. De esta manera se han obtenido 5 rangos a los que se les ha asociado un valor comprendido entre el 1 y el 5. Así pues, a cada quebrada se le ha asignado el valor perteneciente al rango en el que se encuentra clasificada en función de la longitud total de sus canales (tabla 8). RANGO 0 m-7162 m 7163 m-14324 m 14325 m-21486 m 21487 m-28648 m 28649 m-35813 m

VALOR ASIGNADO 1 2 3 4 5

QUEBRADA SPL (FW), SPL (FE), SPL (E), PAN (FN), SLT PAC TZA PAN (FS)

Tabla 8. Representación de los rangos de longitud de la zona con material potencialmente movilizable establecidos y de los valores asignados a cada rango y a cada quebrada. (SPL (FW)=San Pedro la Laguna (flujo oeste); SPL (FE)=San Pedro la Laguna (flujo este); SPL (E)=San Pedro la Laguna (este); PAC=Pachichaj; PAN (FN)=Panabaj (flujo norte); PAN (FS)=Panabaj (flujo sur); TZA=Tzanchaj; SLT=San Lucas Toliman)

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2.

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Volumen de material potencialmente movilizable en la quebrada Este valor nos da una estimación cualitativa del volumen de material potencialmente movilizable a lo largo de la longitud de terreno tratada en el punto anterior. A más material disponible, más probabilidad que se dé una corriente de derrubios. Dicha estimación se ha realizado a partir de las observaciones de campo realizadas y de la información extraída de las ortofotomapas. En este caso se han establecido 3 rangos en función de la cantidad de material movilizable. A cada rango se le ha asignado un valor de 3, 6 o 9 y a cada quebrada se le ha asignado uno de esos valores (tabla 9). VOLUMEN DE MATERIAL poco volumen de material

VALOR ASIGNADO 3

bastante volumen de material mucho volumen de material

6 9

QUEBRADA SPL (FW), PAC, PAN (FN), PAN (FS), TZA SPL (FE) SPL (E), SLT

Tabla 9. Representación de los rangos de volumen de material potencialmente movilizable establecidos y de los valores asignados a cada rango y a cada quebrada.

3.

2

Superficie de la cuenca de la quebrada (m ) El valor de la superficie de la cuenca hidrográfica de cada quebrada nos da una estimación cualitativa de la cantidad de agua que recogería una quebrada durante una precipitación. A más cantidad de agua recogida, más probabilidad de que se den avenidas de mayor magnitud y más probabilidad de que se generen corrientes de derrubios. Su cálculo se ha realizado midiendo la superficie de las cuencas cartografiadas sobre las ortofotomapas con el programa ArcGis. Una vez obtenida la superficie de las cuencas de cada quebrada, se ha dividido entre 5 el valor obtenido en la cuenca mayor para distribuir estos valores en rangos de susceptibilidad. De esta manera se han obtenido 5 rangos a los que se les ha asociado un valor comprendido entre el 1 y el 5. Así pues, a cada quebrada se le ha asignado el valor perteneciente al rango en el que se encuentra clasificada en función de la superficie total de su cuenca (tabla 10). RANGO 0 m2-1726596 m2 1726597 m2-3453192 m2 3453193 m2-5179788 m2 5179789 m2-6906384 m2 6906385 m2-8632983 m2

VALOR ASIGNADO 1 2 3 4 5

QUEBRADA SPL (FW), SPL (FE), SPL (E), SLT PAN (FN) TZA PAC PAN (FS)

Tabla 10. Representación de los rangos de superficie de cuenca establecidos y de los valores asignados a cada rango y a cada quebrada.

4.

Acumulación de flujo a lo largo de la superficie intercanales de la quebrada El valor de acumulación de flujo (adimensional) nos da una idea de la cantidad de lluvia que fluiría hacia cada quebrada en caso de lluvia. Este valor se obtiene asumiendo que no hay perdida de agua en el proceso ya sea por intercepción, evapotranspiración o infiltración. El valor se ha calculado a partir de un MDT (modelo digital del terreno) con una malla de 20x20 m y utilizando el programa ArcGis. Para realizar el presente análisis se ha calculado el valor de acumulación de flujos de cada quebrada y se ha dividido entre 5 el valor obtenido en la quebrada mayor para, luego, distribuir estos valores en rangos de susceptibilidad. De esta manera se han obtenido 5 rangos a los que se les ha asociado un valor comprendido

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entre el 1 y el 5. Así pues, a cada quebrada se le ha asignado el valor perteneciente al rango en el que se encuentra clasificada en función del valor de acumulación de flujos obtenido (tabla 11). RANGO 0 - 4296 4297 - 8592 8593 - 12888 12888 - 17184 17185 - 21480

VALOR ASIGNADO 1 2 3 4 5

QUEBRADA SPL (FE), SPL, PAN (FN), SLT SPL (FW) TZA, PAC PAN (FS)

Tabla 11. Representación de los rangos de acumulación de flujos y de los valores asignados a cada rango y a cada quebrada.

El resultado de los valores asignados a cada quebrada en función del factor condicionante analizado y la suma total de los mismos se presentan en la tabla 12.

San Pedro la Laguna (FW) San Pedro la Laguna (FE) San Pedro la Laguna (E) Pachichaj Panabaj (FN) Panabaj (FS) Tzanchaj San Lucas Tolimán

Longitud de la zona con material potencialmente movilizable

Volumen de material potencialmente movilizable en la quebrada

Superficie de la cuenca de la quebrada

Acumulación de flujos a lo largo de la superficie intercanales de la quebrada

TOTAL

1 1 1 2 1 5 3 1

3 6 9 3 3 3 3 9

1 1 1 4 2 5 3 1

2 1 1 3 1 5 3 1

7 9 12 12 7 18 12 12

Tabla 12. Resultado de los valores asignados a cada quebrada en función del factor condicionante analizado y suma total de los mismos.

valor numérico asignado

Para facilitar la comparativa de las susceptibilidades relativas entre quebradas a que se generen futuros flujos de detritos, se han representado gráficamente los valores numéricos totales obtenidos a partir del análisis realizado (gráfico 3).

18 16 14 12 10 8 6 4 2 0

sectores analizados / C-3

Gráfico 3. Representación gráfica de los valores numéricos obtenidos en el análisis del grado de susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios entre las quebradas estudiadas.

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De los resultados obtenidos se deduce que la quebrada con mayor susceptibilidad a que se vuelvan a generar corrientes de derrubios es la quebrada de Panabaj (FS), la misma donde en el año 2005 se generó el flujo sur. Seguidamente, y con igual grado de susceptibilidad, se encuentran la quebrada de San Pedro la Laguna (E) (situada en el sector más oriental de la población y en la que no se han detectado depósitos de flujos recientes) y las quebradas de Pachichaj, San Lucas Tolimán y Tzanchaj. En tercer lugar se encuentra la quebrada de San Pedro la Laguna (FE) y, finalmente y con un valor numérico asociado de 7, las quebradas de San Pedro la Laguna (FW) y de Panabaj (FN) respectivamente. Estas últimas serían las quebradas donde, según el método aplicado, la posibilidad de que se genere un nuevo flujo de detritos es menor y, por lo tanto, la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios de las zonas afectadas también.

5. RECOMENDACIONES La propuesta de recomendaciones se realiza en base a las observaciones de campo realizadas y a los resultados del propio trabajo y se divide en cada uno de los sectores estudiados. Ésta pretende ser una ayuda eficaz con el objetivo final de minimizar los daños, tanto personales como estructurales, que este tipo de fenómenos producen en la región. 1. SAN PEDRO LA LAGUNA El sector estudiado dentro de ésta región se caracteriza por la presencia de dos conos de deyección activos que registraron actividad tanto durante el paso del huracán Stan como durante la tormenta tropical Ágatha. Las recomendaciones propuestas son las siguientes: 

La recomendación principal y más eficaz es el traslado de todas las viviendas emplazadas sobre los conos de deyección a la zona de reubicación propuesta. Ésta zona está topográficamente más elevada y queda emplazada fuera del alcance de futuras y potenciales corrientes de derrubios.

En caso que no se produjera el traslado de los habitantes del sector a la zona de reubicación propuesta se recomienda establecer un sistema de alerta temprana efectivo. Éste debe permitir el rápido desalojo, sin excepción, de todas y cada una de las viviendas situadas sobre los conos de deyección. Éste desalojo debería producirse en caso que las predicciones meteorológicas anunciaran lluvias intensas o si, aún sin ser intensas, las precipitaciones persistieran a lo largo de los días.

La tercera recomendación es la de rediseñar el proyecto de construcción de canalizaciones aguas abajo de la carretera, ampliando considerablemente la sección de las mismas mediante su profundización o a través del incremento de su anchura. Hay que tener en cuenta que, aun modificando dicho proyecto, los canales diseñados no permitirían en ningún caso encauzar un flujo de las dimensiones del que se dio durante el paso de la tormenta tropical Ágatha. De la misma manera, y en función de las dimensiones que acaben teniendo los canales que se construyan, puede que incluso éstos sean incapaces de portar los flujos derivados de avenidas ordinarias. Cabe destacar que todo trabajo debe ser diseñado y ejecutado por un profesional considerando los resultados obtenidos en este estudio para los diferentes eventos pasados en el mismo.

Respecto a este último punto se propone como medida alternativa y más efectiva la construcción de una canal similar a los que se construyeron en Panabaj y Tzanchaj posteriormente al paso del huracán Stan. El diseño y el cálculo de las dimensiones de dicho canal debería realizarse teniendo en cuenta el área mojada y el volumen de caudal que se alcanzó en el flujo del año 2010. Este cálculo debería basarse en los valores obtenidos a través de la realización de diversas secciones a lo largo de la zona de trayecto de la quebrada.

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2. PACHICHAJ (Santiago de Atitlán) Este sector está situado sobre un cono de deyección activo que registró actividad durante el paso del huracán Stan. Su situación es muy compleja ya que además se encuentra confinado y rodeado por relieves topográficos de cotas superiores al de la superficie aluvial. Es por esto que el organismo oficial de la CONRED ya lo ha declarado como zona no habitable aunque, a efectos prácticos, dicha zonificación no ha tenido los resultados esperados sobre la ordenación urbanística del lugar. Las recomendaciones que se realizan en este caso son:  De nuevo, la recomendación principal es la de reubicar todas las viviendas en zonas seguras, o de menor exposición, evitando que éstas se sitúen nuevamente sobre conos de deyección activos. 

La segunda recomendación es la de establecer un sistema de alerta temprana efectivo en caso de lluvias intensas o persistentes. En este aspecto hay que destacar que ya existe y está definida una vía 1 de evacuación . Aún con todo convendría informar debidamente a la población y marcar y delimitar mucho más explícitamente y con claridad cuáles son las rutas de evacuación propuestas. A su vez habría que informar también a la población sobre qué lugares son seguros y pueden ser utilizados como refugio en caso que se dé un fenómeno de flujo. 

Finalmente sería conveniente la construcción de una canalización similar a la que se propone para San Pedro la Laguna. En cualquier caso la densidad urbanística de Pachichaj es mucho mayor que la de la zona de San Pedro donde se propone dicha construcción. Si a eso se le añade la falta de recursos económicos públicos para realizar este tipo de infraestructuras se sobreentiende que la viabilidad de una propuesta de estas características es prácticamente nula. Cabe destacar que todo trabajo debe diseñarse de acuerdo a las condiciones del área y tomando en cuenta el análisis y resultados de este documento.

3. PANABAJ (Santiago de Atitlán) El Cantón Panabaj está también situado sobre un cono de deyección y fue el más afectado durante los episodios de corrientes de derrubios que se dieron como consecuencia del paso del huracán Stan por la región. Debido a la devastación de los flujos se produjeron numerosos daños estructurales y aproximadamente 400 personas perdieron la vida (Connor et al.; 2006). Las recomendaciones propuestas son las siguientes: 

Como en los otros casos sería ideal el traslado de la población a una zona segura con el objetivo de evitar futuras catástrofes. Es importante destacar que en esta ocasión, y debido a la gravedad de los sucesos descritos anteriormente, se habilitó una zona segura situada al norte del casco urbano de Santiago de Atitlán para trasladar de una forma permanente a los habitantes del cantón. Aún con todo la mayor parte de ellos han rechazado trasladarse a la nueva ubicación propuesta, ya sea por reticencias ante el hecho de verse obligados a abandonar el lugar donde siempre han vivido como por las dificultades económicas que ello conlleva. Esto es así porque gran parte de ellos vive del campo y sus parcelas están ubicadas cerca de sus viviendas. De este modo, el hecho de tenerse que trasladar diariamente desde un lugar más alejado hasta el lugar de trabajo implica un gasto añadido de transporte que la mayoría no puede asumir.

Una vez más es importante el establecimiento de un sistema de alerta temprana y la concienciación de la población sobre el mismo. Muchos de los testimonios que sobrevivieron a la catástrofe del año 2005 no quisieron abandonar sus casas, aun sabiendo que las precipitaciones que se estaban registrando eran superiores a las habituales y que el nivel de la quebrada estaba ascendiendo rápida y peligrosamente.

A continuación se presentan una serie de recomendaciones dirigidas a la mejora de los canales artificiales y de los diques construidos con posterioridad la catástrofe del año 2005:

1

Información la obtenida oralmente en el cantón y contrastada con la existencia de paneles explicativos y señales en las calles indicando el camino y la dirección a seguir en caso de evacuación. 37


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En primer lugar se recomienda ampliar la sección de los canales construidos.

Segundo, se recomienda consolidar y reforzar todo el sistema de diques, sobretodo en el sector situado entre la carretera y el lago dónde la estabilidad de éstos es menor. Esto puede llevarse a cabo realizando una compactación con maquinaria pesada, realizando campañas de revegetación de los taludes e instalando, en los puntos expuestos a mayor erosión, escolleras como las que ya se han instalado puntualmente en algún tramo. Así mismo es importante realizar un mantenimiento cada cierto tiempo e inspecciones y revisiones después que se produzcan avenidas, aun cuando éstas no hayan sido aparentemente destructivas.

También se aconseja extender la continuidad de los diques hasta la misma quebrada reforzando los taludes cercanos al punto de deyección con escolleras. Ésta es la zona donde el flujo es más energético y destructivo y por lo tanto los diques deben estar muy bien consolidados y ser estrictamente continuos.

Por otro lado se propone ensanchar el tramo de canalización que actualmente se estrecha antes de llegar a la carretera. Como ya se ha comentado en el apartado 3.3.1. este estrechamiento puede producir un “efecto embudo” lo que podría provocar el desbordamiento del flujo en este punto. Es muy importante que la anchura del canal se mantenga a lo largo de todo su recorrido, desde la quebrada hasta el lago.

Respecto al punto de intersección del canal con la carretera, y teniendo en cuenta que la capacidad de los colectores construidos es insuficiente, una propuesta interesante sería la de construir unos diques laxos a modo de resalte tal y como se ha hecho en el cantón Tzanchaj. Evidentemente sus dimensiones estarían limitadas para mantener la propia funcionalidad de la carretera, pero evitarían el desbordamiento en avenidas de magnitudes similares a las de los flujos que se dieron en el año 2010.

Cabe destacar que todo trabajo debe ser diseñado y ejecutado por profesional considerando los resultados obtenidos en este estudio para los diferentes eventos pasados en el mismo.

4. TZANCHAJ (Santiago de Atitlán) Tzanchaj se encuentra también situado sobre el mismo sistema de conos de deyección que el cantón Panabaj. En el año 2005 también fue afectado por fenómenos de corrientes de derrubios aunque en menor medida que Panabaj. Las recomendaciones propuestas en este caso son las siguientes:  Una vez más se aconseja el traslado de sus habitantes a zonas seguras emplazadas fuera de los abanicos aluviales.  Se aconseja también el establecimiento de un sistema de alerta temprana en casos de precipitaciones intensas o continuadas. Se propone una vez más la concienciación de la población ante el poder destructivo de este tipo de fenómenos y la efectividad de trasladarse a tiempo a zonas seguras como mecanismo de prevención.  Respecto a los canales artificiales construidos y a los sistemas de diques, las recomendaciones en este caso son las siguientes: 

En primer lugar la ampliación de su sección con el objetivo que sea capaz de portar un flujo similar al derivado del paso del huracán Stan por la región.

Como consecuencia de la alta disgregabilidad y baja estabilidad que presentan los diques construidos en este sector, se recomienda un trabajo intenso de compactación y consolidación

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de los mismos con maquinaria pesada. También es importante que todo este material quede fijado y se propone de nuevo la revegetación de los taludes y su refuerzo con la ubicación de escolleras situadas en los puntos de mayor exposición. Su mantenimiento y la revisión de su estado después de cada avenida también es necesaria ya que se evitará el desarrollo de zonas o puntos críticos de debilidad. 

En el tramo situado entre la carretera y el lago la continuidad de los diques es muy baja. Así pues en este sector no sólo se tendrían que consolidar los ya existentes sino que en muchos tramos se deberían construir ya que éstos no existen. La construcción de éstos debe tener en cuenta el análisis de toda el área, tanto en la parte de arriba como la parte de debajo de los diques, con la finalidad que poblaciones aledañas no se vean afectadas.

Finalmente se recomienda la inmediata reconstrucción del dique en el tramo de 20 m donde éste ha desaparecido debido a la actividad extractiva que se produce en la región. Así mismo también sería útil advertir y concienciar a los recogedores de arena y picapedreros del incremento de riesgo que implica la extracción del material de los diques.

5. SAN LUCAS TOLIMÁN El municipio de San Lucas Tolimán se encuentra parcialmente situado sobre una pequeña red de abanicos aluviales formada a partir de las sucesivas avenidas de flujos procedentes de las verticales paredes de la antigua caldera Atitlán III. Afortunadamente en esta ocasión, ya existe un proyecto de traslado a una zona segura de todas las comunidades situadas sobre dichos conos de deyección. Durante el trabajo de campo se valoró la situación de la zona de reubicación propuesta y se realizó también una rápida inspección de un sector del municipio ubicado, en el noroeste del mismo, justo en el punto de deyección de una pequeña quebrada. Teniendo en cuenta lo expuesto las recomendaciones propuestas en este caso son las siguientes: 

Respecto a la nueva zona de ubicación, ésta se encuentra situada sobre una lengua de lava. Después de realizar diversas observaciones no se detectó susceptibilidad por alcance de corrientes de derrubios por lo que consideramos que es una buena propuesta de reubicación. Aun con todo, ésta presenta una superficie escalonada con paredes semiverticales de varios metros de altura formadas por lavas con un elevado grado de alteración. En numerosos puntos se detectaron bloques sueltos de lava, algunos de los cuales estaban situados justo al borde de las paredes descritas. Así pues, antes que se empiece a reubicar a las familias, se propone la realización de un estricto saneado de las paredes y el establecimiento de una zona de seguridad no habitable justo al pie de las mismas con el objetivo de evitar los posibles daños que podría producir la caída potencial de bloques en un futuro.

En el caso de la comunidad situada justo en el punto de deyección de la quebrada, la recomendación que realizamos es la del traslado de las familias afectadas a una zona segura similar a la descrita anteriormente. Aunque dicha quebrada presenta una microcuenca de menor superficie, en comparación con las estudiadas en los otros sectores, y no presenta una red de canales muy extensa esto no excluye que se puedan desencadenar flujos de detritos que puedan afectar a dicho sector. En caso que el traslado no pudiera llevarse a cabo se propone el establecimiento de un sistema de alerta temprana similar a los propuestos en los casos anteriores.

Finalmente respecto a la canalización de desagüe de la zona de inundación, la recomendación que realizamos, aun sabiendo la dificultad que supone su materialización, es la construcción de un nuevo drenaje subterráneo de recorrido rectilíneo y la ubicación de los colectores de agua en las cotas más bajas de las zonas inundables. Ésta es la única manera de drenaje completo de las aguas pluviales que quedan estancadas durante la época de lluvias. Del mismo modo se recomienda la instalación de colectores a lo largo de todo el recorrido y el mantenimiento y saneado de los mismos para asegurar su máxima efectividad.

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6. DISCUSIÓN A lo largo de la recogida de datos durante el trabajo de campo, de la recopilación y el procesado de los mismos durante el trabajo de gabinete y de la redacción del presente trabajo se han planteado algunas discusiones y limitaciones a destacar: 

La primera se refiere al problema inherente de trabajar en países en vías de desarrollo donde los recursos son limitados. Esto ralentiza todo el trabajo e implica, aun haciendo importantes esfuerzos de organización y logística, que no se lleguen a cumplir todos los objetivos propuestos en un primer momento.

Otro punto importante a discutir y a tener en cuenta es la falta de recursos económicos, tanto públicos como privados, de los que disponen tanto las autoridades como los habitantes de las zonas afectadas. Esto impide que las recomendaciones de traslado de las aldeas y cantones ubicados sobre conos de deyección activos se puedan, en la mayoría de los casos, llevar a cabo. Por otro lado también es habitual, tal y como se ha puesto de manifiesto en el presente trabajo, que las obras de defensa construidas sean, debido a la escasa inversión realizada, prácticamente inútiles y que, en consecuencia, el poco dinero que se ha podido invertir para realizarlas acabe siendo desperdiciado. Cabe destacar que, afortunadamente y ante la gravedad de alguno de los fenómenos, las autoridades de determinados municipios sí que han ofrecido terrenos alternativos ubicados en zonas seguras a algunas comunidades afectadas como es el caso de Panabaj. Aun con todo, la mayor parte de la población se niega a trasladarse ya sea por desconocimiento del alto grado de exposición al que está sometida la zona donde vive, por no querer abandonar el lugar donde han nacido y crecido o por las complicaciones económicas que conlleva el hecho de trasladarse a un lugar alejado del lugar de trabajo. Sólo en el caso de San Lucas Tolimán, y gracias al esfuerzo de algunos miembros de las comunidades, se ha conseguido una nueva ubicación segura para las zonas que presentan una susceptibilidad elevada a ser afectadas por corrientes de derrubios y, además, esto se ha hecho con el consentimiento y el compromiso de la mayor parte de la población afectada.

La falta de tiempo para realizar una completa recogida de todos los datos necesarios en determinados sectores ha sido otra de las limitaciones con las que nos hemos encontrado durante el trabajo de campo. Siendo conscientes de ello se estableció un detallado “planning” para aprovechar satisfactoriamente los 10 días de trabajo de campo pero aun así, y tal y como suponíamos, no se ha dispuesto del tiempo suficiente para cumplir todos los objetivos. Esto, por ejemplo, ha impedido que se realizaran secciones y perfiles de todas las corrientes de derrubios estudiadas lo que a su vez no ha permitido la comparación numérica entre los valores de las áreas mojadas de los canales naturales y de las canalizaciones en todos los sectores. También nos hemos visto limitados a la hora del tiempo que hemos podido dedicar a determinadas zonas de interés y, aunque es cierto que hemos conseguido realizar algo de trabajo de campo en todas, en algunas de ellas no se han podido finalizar todas las tareas deseables con lo que algunos de los resultados podrían ser mejorables si, en futuro, existiera la posibilidad de dedicarle más tiempo al trabajo de campo.

Por otro lado, y sin dejar de lado el aspecto temporal, es importante incidir en que la eficacia de este tipo de estudios es mucho mayor si el trabajo de campo se realiza justo después que se den los fenómenos. Esto facilita y dinamiza las tareas ya que los datos son mucho más evidentes y, además, permite que la adquisición de éstos sea mucho más sencilla, fiable y verídica que la que se ha podido realizar, en algunos casos, 6 años después que se diera el fenómeno estudiado en cuestión. En este tiempo, tanto la actividad antrópica como los propios procesos naturales, han modificado los escenarios estudiados y ello ha podido implicar, indirectamente, errores en la interpretación y en los resultados obtenidos.

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También es importante comentar la enorme dificultad con la que nos hemos encontrado en el momento de estimar los perímetros y las áreas mojadas de las secciones. Tal y como se comenta en el trabajo, éste no entraba dentro de los objetivos principales del mismo pero una vez en el campo se creyó conveniente tomar algunas datos que permitieran justificar numéricamente determinadas argumentaciones. Aunque mientras se tomaban los datos se trabajó con precisión, las propias limitaciones de una tarea de estas características nos obliga a plantearnos que éstos pueden no representar con la debida veracidad la realidad. Estas limitaciones impiden definir con claridad, por ejemplo, la profundidad de la base de los canales. También impiden establecer una altura de la lámina de agua rigurosa ya que, aunque sí es cierto que se localizaron algunas marcas de flujo muy evidentes, otras no lo son tanto.

7. CONCLUSIONES De las discusiones expuestas se han podido extraer las siguientes conclusiones y recomendaciones: 

Ante el problema de la falta de recursos expuesto en el apartado de discusiones, la conclusión principal que se deriva del presente trabajo es la de la urgente necesidad de focalizar y optimizar esfuerzos. Éstos deben centrarse tanto en la concienciación de la población y en el establecimiento de sistemas de alerta temprana efectivos como en la realización de obras de mitigación de bajo coste. Es importante remarcar que ello no implica necesariamente que dichas obras no sean efectivas, siempre que éstas se realicen adecuadamente y teniendo claro su objetivo, sino que no necesitan de una inversión de dinero excesiva. En este sentido es importante destacar los canales artificiales y los diques construidos en la zona de Panabaj y Tzanchaj. La construcción de estos canales se llevó a cabo tan sólo con maquinaria pesada que extraía material del cauce del rio que directamente se reutilizaba para levantar los diques situados a lado y lado del mismo. Si estos canales se dimensionaran correctamente y se corrigieran las problemáticas expuestas en lo que se refiere a la consolidación y la extensión de los diques, su eficacia aumentaría considerablemente. Esto haría disminuir el grado de susceptibilidad al alcance al que están sometidas las aldeas mejorando, por lo tanto, la situación de riesgo a la que se exponen dichas zonas.

Las conclusiones y recomendaciones respecto al trabajo de campo giran en torno a la problemática de la temporalidad. Por un lado sería muy importante darle continuidad al proyecto completando y ampliando los datos de campo recogidos. Estos podrían servir para acotar y precisar la limitación de las zonas de susceptibilidad al alcance propuestas y de las zonas potencialmente inundables, permitirían una mayor precisión en el cálculo de la probabilidad que se den los fenómenos estudiados y podrían mejorar y ampliar las aportaciones en las recomendaciones realizadas. Por otro lado también sería importante tener en cuenta, de cara a futuros fenómenos, la necesidad de su estudio y caracterización poco después que se produzcan. Ello optimizaría al máximo el trabajo de campo realizado y permitiría, por ejemplo, realizar secciones y estudios de secuencialidad de mayor fiabilidad.

Como recomendación metodológica final sería interesante la utilización de algún modelo numérico de flujos, a partir de un MDT (modelo digital del terreno) de calidad suficiente, que permitiera comparar, y si fuera el caso, mejorar los datos y las resultados expuestos en el presente trabajo.

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8. AGRADECIMIENTOS En primer lugar querría agradecerle a Marta la dedicación y la implicación que ha demostrado en este proyecto desde el primer momento hasta el último. Gràcies! Por otro lado agradecer también a Geólogos del Mundo la oportunidad que me han brindado de colaborar en un proyecto como el GARICLA y el apoyo y la acogida recibida por el grupo de geólogos y geólogas y de colaboradores de Panajachel. En este sentido agradecer también a la AECID el apoyo económico que ha facilitado la realización del proyecto. Finalmente dar las gracias a los compañeros de máster que me han echado una mano con el trabajo y a todos y todas las que de alguna manera han estado ahí. Merci!

9. BIBLIOGRAFÍA  

 

ADECCAP (Asociación del DEsarrollo Comunitario del Cantón Panabaj); 2006 Memorias de Panabaj, destrucción y esperanza después de la tormenta Stan. CONAP (COnsejo Nacional de Áreas Protegidas), CODEDE (COnsejo de DEsarrollo DEpartamental de Sololá); 2010 Plan de Desarrollo Sostenible del Departamento de Sololá y la Reserva de Uso Múltiple Cuenca del Lago de Atitlán. Connor C., Connor L. (University of South Florida); Sheridan M. (University of Buffalo); 2006 Assessment of October 2005 Debris Flow at Panabaj, Guatemala, and Recommendations for Hazard Mitigation (June 15, 2006). OXFAM GB CONRED (COordinadora Nacional para la REducción de Desastres) Zonificación de amenazas por deslizamientos y flujos de detritos. Costa J. E., Fleisher P. J.; 1984 Developments and applications of Geomorphology Springer-Verlag Berlin Heidelberg; Germany (1984) Girón J.R., Garavito F. Evaluación del Alud tipo Lahar que soterró al Cantón Panabaj y afectación del Cantón Tzanchaj. Municipio de Santiago de Atitlán, Sololá (Guatemala). INSIVUMEH (Instituto Nacional de SIsmología, VUlcanología, MEteorología e Hidrología) Guinau Sellés M.; 2007 Metodologías para la evaluación a los deslizamientos basadas en el análisis SIG. Aplicación en el NW de Nicaragua. RISKNAT (Riscos Naturals), Departament de Geodinàmica i Geofísisca (Facultat de Geología, UB) Escobar H.; 2011 Evacuación de aguas pluviales, sector Ko’on. (Febrero 2011) http://www.hispanicallyspeakingnews.com/notitas-de-noticias/details/violence-continues-to-climb-inguatemala/751/ (consultado el día 25/5/11)

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Mota Chavarría M.A., Galicia O.; 2006 Caracterización de los flujos de lodo y escombros que afectaron la cabecera municipal de Santiago de Atitlán (Sololá) en Octubre de 2005. CONRED (COordinadora Nacional para la REducción de Desastres) Merz M., Thieken A.H.; 2009 Flood risk curves and uncertainty bounds. Nat Hazards (2009) 51:437–458 DOI 10.1007/s1 1069-009-9452-6 Newhall C. G., Rose W.I., Bornhorst T. J., Self S.; 1987 Quaternary silicic pyroclastic deposits of Atitlan caldera, Guatemala. Journal of volcanology and Geothermal Research, 33. (1987) 57-80. Elsevier Science Publishers B.V.; Amsterdam Núñez Álvarez L.; 2010 Informe de reconocimiento post-tormenta Ágatha (San Pedro la Laguna, Guatemala). GEÓLOGOS DEL MUNDO-VIVAMOS MEJOR Núñez Álvarez L., Hernández Moreno M.A.; 2010 Informe de reconocimiento post-tormenta Ágatha (San Lucas Tolimán, Guatemala). GEÓLOGOS DEL MUNDO-VIVAMOS MEJOR Nuñez Álvarez L., Martínez V., Hernández Moreno M.A., Leal D., Villatoro D., Godoy L.A., Ordóñez M.C. Vinicio Ramírez N.; 2011 Levantamiento geológico de la cuenca del lago Atitlán. GEÓLOGOS DEL MUNDO-VIVAMOS MEJOR Oliva Hernández J.P.; 2007 Evaluación de amenzaza por flujos de detritos en los poblados Panabaj y Tzanchaj, Santiago de Atitlán, Guatemala. CIGEO (Centro de Investigaciones GEOcientíficas)-UNAN (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua) Selby M.J.; 1993 Hillslope materials and processes. Oxford University Press (second edition, 2005)

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Anรกlisis geomorfolรณgico de la susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios y avenidas torrenciales en el lago Atitlรกn

10. ANEXO

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·

MAPA-1 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS San Pedro la Laguna

310

WGS1984 UTM Zone 15N

419000

620 Meters

LEYENDA

1621000

1622500

1622500 1621000

417500

419000

(1:25.000)

canal natural circulación no preferente circulación preferente cono de deyección área afectada por el flujo este (FE) zona de salida zona de trayecto zona de llegada área afectada por el flujo oeste (FW) zona de salida zona de trayecto zona de llegada escarpe superficie intercanales

416000

1,240

canal artificial

1624000

417500

1624000

416000

·

0

cráter volcánico


San Pedro la Laguna

417500

418000

·

418500

1624500

1624500

MAPA-2 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS

0

90

WGS1984 UTM Zone 15N

180 Meters

LEYENDA

360

(1:5.000)

canal artificial

canal natural circulación no preferente circulación preferente

marca de flujo (altura en metros)

m n

bloque movilizado ( !

cono de deyección

! ( ( !

n m 2.2 ( n m3 (! ! ( ! ( ! m1.55 mn n 1.08

( ( ! !

1624000

1624000

( !

m5 n !! ( ( (!

escarpe

( !

superficie intercanales

( !

( !! ( ( !

1623500

1623500

! (

417500

área afectada por el flujo este (FE) zona de salida zona de trayecto zona de llegada área afectada por el flujo oeste (FW) zona de salida zona de trayecto zona de llegada zona de reubicación propuesta

418000

418500


MAPA-3 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS Pachichaj (Santiago de Atitlán) 425000

1618000

1618000

320

WGS1984 UTM Zone 15N

1619500

423500

1619500

422000

·

0

640 Meters

LEYENDA

1616500

1616500

423500

425000

(1:25.000)

canalización artificial canales naturales circulación no preferente circulación preferente cono de deyección área afectada por el flujo zona de salida zona de trayecto zona de llegada escarpe superficie intercanales cráter volcánico

422000

1,280


421500

Pachichaj (Santiago de Atitlán)

422000

·

0

85

WGS1984 UTM Zone 15N

422500

1620000

1620000

MAPA-4 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS

170 Meters

LEYENDA

340

(1:5.000)

colector limpio ! >

colector obturado ! >

·

dirección de circulación de agua divisoria de aguas canalización artificial

1619500

1619500

canal natural circulación no preferente circulación preferente cono de deyección

! > ! >! >

! > ! >

! > ! >

superficie intercanales

! >

! >

! > ! > ! >

! > ! >

1619000

! >

1619000

421500

área afectada por el flujo zona de salida zona de trayecto zona de llegada escarpe

422000

422500


MAPA-5 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS 424000

·

410

WGS1984 UTM Zone 15N

426000 1618000

422000

1618000

420000

Panabaj (Santiago de Atitlán)

0

dique

820

1,640

Meters

(1:25.000)

LEYENDA

canal artificial canal natural

circulación no preferente

circulación preferente cono de deyección

área afectada por el flujo sur (FS) zona de salida

1616000

1616000

zona de trayecto

zona de llegada área afectada por el flujo norte (FN) zona de salida

zona de trayecto

zona de llegada escarpe

superficie intercanales

1614000

1614000

cráter volcánico

420000

422000

424000

426000


MAPA-6 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS 420500

Panabaj (Santiago de Atitlán) 421000

·

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

421500

colector

175 Meters

LEYENDA

límite lago-2001 límite lago-2006

1617500

1617500

límite lago-2011 dirección de circulación de agua

D-D'

circulación no preferente

terrazas

cono de deyección área afectada por el flujo sur (FS) zona de salida

divisoria de aguas

zona de trayecto

zona de llegada área afectada por el flujo norte (FN) zona de salida

zona de trayecto

marca de flujo (altura en metros) escarpe

m n

bloque movilizado

1617000 BB'

1617000

C-C'

2.2

420500

421000

421500

zona de llegada

superficie intercanales

( ! canal artificial

circulación preferente

zona deprimida

escollera

1.1 1.8

(1:5.000)

canal natural

! >

dique

350

sección


MAPA-7 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS 420000

Tzanchaj (Santiago de Atitlán) 422000

424000

·

0

435

WGS1984 UTM Zone 15N

426000

diques

870 Meters

LEYENDA

1,740

(1:25.000)

canalización artificial

1616000

1616000

canal natural circulación no preferente circulación preferente canal abandonado cono de deyección área afectada por el flujo zona de salida zona de trayecto zona de llegada escarpe superficie intercanales

1614000

420000

422000

424000

426000

1612000

1612000

1614000

cráter volcánico


MAPA-8 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS 419750

Tzanchaj (Santiago de Atitlán)

420500

·

421250

0

135

WGS1984 UTM Zone 15N

270 Meters

LEYENDA

obturación del canal abandonado D punto de desbordamieno dique canalización artificial canal natural circulación no preferente circulación preferente canal abandonado

D F-F'

1616500

1616500

terrazas

m2.5 n

marca de flujo (altura en metros)

m n

bloque movilizado ( !

cono de deyección área afectada por el flujo zona de salida zona de trayecto zona de llegada sección

E-E'

2.85

n-A' m An m 2.7

419750

420500

1615750

1615750

n3.2 m m1.55 n

n!(!( 1.4 m

421250

540

(1:7.500)


MAPA-9 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS San Lucas Tolimán 428000

429500

·

0

310

WGS1984 UTM Zone 15N

431000

620 Meters

LEYENDA

1,240

(1:25.000)

via preferente de agua

1619500

1619500

canalización artificial canal natural cono de deyección área afectada por los flujos zona de salida zona de llegada zona de inundación zona de reubicación propuesta

1618000 1616500

1616500

1618000

escarpe

428000

429500

431000


MAPA-10 / INDICADORES ANTECEDENTES DE CORRIENTES DE DERRUBIOS San Lucas Tolimán

430250

431000

·

0

175

WGS1984 UTM Zone 15N

431750

350 Meters

LEYENDA

700

(1:10.000)

colector ! >

dirección de circulación de agua via preferente de agua

1618750

1618750

divisoria de aguas canalización artificial canal natural cono de deyección > !! >

área afectada por los flujos zona de salida

zona de llegada

zona de inundación

1618000

1618000

zona de reubicación propuesta ! > ! > ! > ! >! > ! > >! ! >

! >

1617250

1617250

! > ! >

430250

431000

431750

escarpe


418500

1624500

418000

·

1623500

1623500

417500

418000

418500

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

1624000

417500

San Pedro la Laguna

1624000

1624500

MAPA-11 / SUSCEPTIBILIDAD AL ALCANCE POR CORRIENTES DE DERRUBIOS

175 Meters

LEYENDA

350

(1:5.000)

susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios alta baja no detectada


(1:5.000)

MAPA-12 / SUSCEPTIBILIDAD AL ALCANCE POR CORRIENTES DE DERRUBIOS 422500

1619500

422000

422500

175 Meters

LEYENDA

1619000

1619500 1619000

421500

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

1620000

422000

·

1620000

421500

Pachichaj (Santiago de Atitlán)

0

susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios alta baja no detectada

350

(1:5.000)


421250

·

422000

1617250

420500

421250

422000

175

350 Meters

LEYENDA

1616500

1617250 1616500

419750

0

WGS1984 UTM Zone 15N

1618000

420500

1618000

419750

MAPA-13 / SUSCEPTIBILIDAD AL ALCANCE POR CORRIENTES DE DERRUBIOS Panabaj (Santiago de Atitlán)

700

(1:10.000)

susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios alta baja

·


MAPA-14 / SUSCEPTIBILIDAD AL ALCANCE POR CORRIENTES DE DERRUBIOS 420500

·

421250

1616500 1615750

1616500 1615750

419000

419750

420500

421250

170

WGS1984 UTM Zone 15N

1617250

419750

1617250

419000

Tzanchaj (Santiago de Atitlán)

0

340 Meters

LEYENDA

680

(1:10.000)

susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios alta baja


MAPA-15 / SUSCEPTIBILIDAD AL ALCANCE POR CORRIENTES DE DERRUBIOS 429500

430250

San Lucas Tolimán

431000

·

0

175

WGS1984 UTM Zone 15N

431750

350 Meters

LEYENDA

700

(1:10.000)

1618750 1618000 1617250

1617250

1618000

1618750

susceptibilidad al alcance por corrientes de derrubios alta baja no detectada

429500

430250

431000

431750


MAPA-16 / MAPA DE ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLES (Escenario 1) Panabaj (Santiago de Atitlán) 420500

421000

·

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

421500

colector limpio

175

350

Meters

(1:5.000)

LEYENDA

! >

dique actual

·

canal natural 1617500

1617500

! >! >

! > ! >

circulación no preferente circulación preferente

zonas potencialmente inundables fenómeno meteorológico asociado de referencia fenómeno igual o superior a Stan

fenómeno comprendido entre Stan y Ágatha fenómeno igual a Ágatha fenómeno inferior a Ágatha

1617000

1617000

! >! >

! >! >

420500

421000

421500


MAPA-17 / MAPA DE ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLES (Escenario 2) Panabaj (Santiago de Atitlán) 420500

421000

·

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

421500

colector limpio

175 Meters

LEYENDA

> !

dique actual dique alargado

1617500

1617500

!! > >

350

(1:5.000)

·

escollera canal natural

circulación no preferente circulación preferente

! > > !

zonas potencialmente inundables fenómeno meteorológico asociado de referencia fenómeno igual o superior a Stan

!! > >

fenómeno comprendido entre Stan y Ágatha fenómeno igual a Ágatha

1617000

1617000

fenómeno inferior a Ágatha

!! > >

420500

421000

421500


MAPA-18 / MAPA DE ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLES (Escenario 3) Panabaj (Santiago de Atitlán) 420500

421000

·

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

421500

colector limpio

175 Meters

LEYENDA

! >

dique actual dique alargado

350

(1:5.000)

·

canalización ensanchada 1617500

1617500

! >! >

escollera canal natural

circulación no preferente

! > ! >

circulación preferente

zonas potencialmente inundables fenómeno meteorológico asociado de referencia

! >! >

fenómeno igual o superior a Stan

fenómeno comprendido entre Stan y Ágatha fenómeno igual a Ágatha

1617000

1617000

fenómeno inferior a Ágatha

! >! >

420500

421000

421500


MAPA-19 / MAPA DE ZONAS POTENCIALMENTE INUNDABLES (Escenario 4) Panabaj (Santiago de Atitlán) 420500

421000

·

0

87.5

WGS1984 UTM Zone 15N

421500

175 Meters

LEYENDA

colector limpio

! >! >

1617500

1617500

! >

colector limpio

dique actual

dique alargado canalización ensanchada

! > ! >

resalte levantado escollera ! >! >

canal natural

circulación no preferente

1617000

1617000

circulación preferente

! >! >

420500

421000

421500

350

(1:5.000)

·


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