6 minute read

El arte de la rockola

Next Article
Ga ela Flores bri

Ga ela Flores bri

Chucho Estrada

La otra noche, mientras le daba un trago a mi cerveza, sentado en la barra de una cantina, un desconocido me dijo que la rockola era para gente con tolerancia. No le pregunté por qué lo decía. Si lo pensamos bien, existe más de un motivo por el que cualquiera podría perder la paciencia con ellas: toca canciones que no te gustan, no conoces o de plano no soportas; te hace esperar para escuchar las que elegiste, a veces toda la noche; no tiene la que quieres escuchar, y no te queda más que seleccionar otra de entre un catálogo muy limitado y desactualizado de canciones.

Advertisement

Primer silogismo: a) la rockola es para gente con tolerancia; b) cada vez hay menos rockolas; c) la gente cada vez es menos tolerante.

La rockola me hace meditar en la importancia no de la música, sino de los objetos con los que escuchamos la música.

Mi primer recuerdo musical fue con el estéreo de casete de la combi de mi papá. Me acuerdo del Discman en la secundaria. Me acuerdo de la grabadora enchufable y el portadiscos en la playa. Me acuerdo del karaoke en las navidades. Me acuerdo del DVD y las noches de ver conciertos en vivo con los amigos. Me acuerdo del Sony Xplod del carro de Benjas. Me acuerdo de los blogs para descargar música, de Napster y Megaupload. De mi disco duro retacado de archivos MP3. De mi iPod de 30 GB y el iPod Nano que aún conservo. Me acuerdo de la rockola del Bar Tropics. Me acuerdo…

Mi biografía musical está hecha de canciones, pero también de aparatos reproductores, bocinas, computadoras, programas y aplicaciones. Con cada uno de ellos tengo experiencias y recuerdos.

Estoy agradecido con todos estos objetos por permitirme satisfacer una necesidad vital: la necesidad de música. Y por más que se antoja ver estos objetos como dóciles, la verdad es que su incidencia nos hace comportarnos de cierta manera, juegan con nosotros, se nos resisten e inventan modos de relacionarnos con los demás. Dice Ignacio Padilla: «Los objetos afectan nuestra existencia en calidad de espejos con voluntad propia».

Bitácora de sucesos afortunados y desafortunados frente a una rockola:

— Mientras la rockola toca a Michael Jackson, un señor escucha en sus audífonos y canta a todo pulmón a José Feliciano.

— Una mujer comparte los créditos con su amiga. Cuatro canciones por diez pesos. Ella selecciona dos; su amiga, las otras dos.

— La rockola empieza a tocar esa que dice: «No te vas / no te vas / no te vas». En todas las mesas empiezan a cantarla.

— Por tercera vez en la noche se escucha «Highway to Hell» en la rockola.

— Una canción provoca un abrazo entre dos desconocidos.

— Dos amigos juegan a descifrar quién puso la canción que suena en la rockola. Si uno le atina, el otro paga las cervezas.

— Un hombre golpea violentamente la máquina por el costado, una y otra vez. Le reclama al mesero que la rockola le ha robado.

Playlist colaborativa antialgorrítmica de la noche: «Mi mayor anhelo» (Banda MS), «Somethin’ Stupid» (Frank Sinatra), «Amante bandido»

Si tenemos una conversación o experiencia que nos acerca al descubrimiento de algo nuevo en nuestro interior, a ver las cosas de otra manera, eso es arte. Y la rockola posee la capacidad de invocar esta forma de «arte eventual».

(Miguel Bosé), «Hotel California» (Eagles), «Amor a la mexicana» (Thalía), «Damaris» (Los Aguas Aguas), «Bichota» (Karol G), «Night Fever» (Bee Gees), «Payaso» (José José), «Déjame entrar» (Moenia), «In the End» (Linkin Park), «El gran varón» (Willie Colón), «Sin contrato» (Maluma), «Cinco minutos» (Gloria Trevi), «Candy» (Plan B), «Adiós, amor» (Christian Nodal)…

El universo de la música grabada tiene su origen en tres inventos fundamentalmente: el fonógrafo, la rockola y la radio. Objetos inmortales, adaptables a las nuevas tecnologías, que han sobrevivido a otros inventos hechos para superarlos. La primera rockola llegó a México en 1938. Han pasado ochenta y cinco años desde entonces. Y, aunque cada vez se ven menos, todavía las encuentras en cantinas y pulquerías de la ciudad. Lugares semillero para la experiencia musical colectiva, la empatía participativa, la tolerancia, donde todos somos conocedores por igual.

Segundo silogismo: a) la democracia otorga a todos el poder de elegir a sus gobernantes; b) la rockola otorga a todos el poder de elegir las canciones; c) la rockola es democrática.

No hay objeto musical más carismático que la rockola. Su futuro depende de que mantenga esta cualidad única. Su vigencia no está dada, es algo por construir. Imagino una rockola con las canciones que a todos nos gustan. Música de artistas locales, nacionales e internacionales. Todas las décadas y todos los géneros musicales allí reunidas, organizadas por letra, con las portadas iluminando el monitor.

Si tenemos una conversación o experiencia que nos acerca al descubrimiento de algo nuevo en nuestro interior, a ver las cosas de otra manera, eso es arte. Y la rockola posee la capacidad de invocar esta forma de «arte eventual». Cuando nos permite reinterpretar una canción o reencantar nuestros gustos, cuando nos invita a abrirnos y relacionarnos con otras personas, cuando hace de la experiencia de escuchar música un suceso nuevo o diferente. Y, así como aprendemos de otras personas, tal vez podamos aprender algo de los objetos que utilizamos. Ser más como una rockola y escuchar(nos) sin prejuicios, con empatía.

La música de las rockolas en palabras

Como un elemento que va desapareciendo en el paisaje —casi una reliquia—, las rockolas perdurarán, además de en la memoria de quienes insertaron una moneda a cambio de tres canciones, en lo que algunos escritores dijeron de ellas.

«Una gramola» en No-cosas. Quiebras del mundo de hoy.

Byung-Chul Han.

«La gramola hace que escuchar música sea una experiencia visual, auditiva y táctil muy placentera», dice el filósofo surcoreano en este ensayo sobre la importancia de que en ellas la música produzca ruidos de cosas —a diferencia del sonido digital «incorpóreo y plano». Así, como objeto, nos permite ver el mundo, confiriéndole presencia e intensidad a minucias, insignificancias y fugacidades. Una gramola, o jukebox, es una cosa que no se consume, sino que se utiliza, y como tal «hace que el tiempo sea tangible» en la medida que los rituales —escuchar música en ella, por ejemplo— lo hacen transitable.

Una gramola, o jukebox, es una cosa que no se consume, sino que se utiliza, y como tal «hace que el tiempo sea tangible».

Ensayo sobre el jukebox

Peter Handke.

El premio nobel de literatura austriaco escribe uno de sus «ensayos» —una serie de libros sobre temas y lugares marginales de la cotidianidad, mezclando recuerdos, autobiografía y reflexión— teniendo como punto de partida la visión de uno de estos aparatos en un viaje por la meseta castellana de España. El desconocimiento y la indiferencia por esta máquina, dice en el libro, fue lo que lo incitó a meterse en el tema «tanto más porque parecía que en la mayoría de los países, y en la mayoría de los pueblos y las ciudades, la época de los jukebox estaba ya bastante pasada».

Centro Histórico de Santiago de Querétaro

Centro Histórico de Santiago de Querétaro

Sitios de Interés

Acueducto

Acueducto

Aud. Josefa Ortiz de Domínguez

Aud. Josefa Ortiz de Domínguez

Cerro de las Campanas

Cerro de las Campanas

Delegación Centro Histórico

Delegación Centro Histórico

Antigua Estación del Tren

Antigua Estación del Tren

Mirador de los Arcos

Mirador de los Arcos

Patio Barroco

Patio Barroco

Panteón y Recinto de Honor de Personas Ilustres de Querétaro

Panteón y Recinto de Honor de

Personas Ilustres de Querétaro

Teatros

Centro Cultural de la Ciudad

Centro Cultural de la Ciudad

Cómicos de la Legua

Cómicos de la Legua

Corral de Comedias

Corral de Comedias

Teatro de la República

Teatro de la República

Teatro Sol y Luna

Teatro Sol y Luna

Templos

Catedral

Catedral

Convento de la Santa Cruz

Convento de la Santa Cruz

Templo de Santa Clara

Templo de Santa Clara

Templo de Santa Rosa de Viterbo

Templo de Santa Rosa de Viterbo

Museos

Casa de la Zacatecana

Casa de la Zacatecana

Museo de Arte

Museo de Arte

Museo de la Ciudad

Museo de la Ciudad

Museo del Cerro de las Campanas

Museo del Cerro de las Campanas

Museo de la Restauración

Museo Regional de Querétaro

Galería Municipal

Galería Libertad

Museo de los Conspiradores

Museo de los Conspiradores

Museo de Arte Sacro

Museo de Arte Sacro

Museo de Arte Contemporáneo

Querétaro

Casonas

Área de Casonas

Área de Casonas

Casa de don Bartolo

Casa del Corregimiento

Palacio de Gobierno

Casona de los 5 Patios

Plazas

Jardín de la Corregidora

Jardín Guerrero

Jardín Zenea

Plaza de Armas Plaza de la Constitución

Zona de monumentos históricos de Querétaro

Iconografía

Servicio

Ocampo

16deSeptiembre

G. Prieto

Ocampo

Río de la Loza Orquídeas Hidalgo A.Peralta

Matamoros Madero Progreso

Arteaga

16deSeptiembre J.García

Mercado de La Cruz Dr.Lucio

Cajón de estacionamiento para Persona con discapacidad

Parada de autobús accesible

Baño accesible

Personas con discapacidad motriz Accesible sin di cultad

Personas con discapacidad motriz Accesible con di cultad

Personas con discapacidad motriz Sólo con ayuda

Personas con discapacidad visual Pavimento táctil

This article is from: