SAL LA ATENCIÓN EN SALUD MENTAL SIGUE SIENDO UN DESAFÍO EN COLOMBIA
Según estudio, la pandemia acrecentó incidencia de enfermedades como depresión, ansiedad e insomnio.
Ante las nuevas y desafiantes realidades de distanciamiento físico, el trabajo desde el hogar, el desempleo temporal, la educación de los niños en el hogar y la falta de contacto físico con los seres queridos y amigos, la prevalencia de muchas de estas patologías aumentó exponencialmente. A pesar de que las autoridades sanitarias –en la mayoría de los países del mundo– han empezado a ceder ante nuevas medidas de bioseguridad que permiten a la población retornar lentamente a un ritmo de vida “normal”, la mayoría de los problemas de salud mental continúan. Las personas están experimentando ansiedad, depresión, ataques de pánico e incluso pueden llegar a sufrir síntomas similares al trastorno de estrés postraumático. En Latinoamérica, la falta de reconocimiento de estos problemas entre los profesionales médicos y no médicos, los pacientes, los cuidadores y sus familias, y a nivel gubernamental, aumenta el alcance de las enfermedades. En Colombia, el estigma por solicitar ayuda ante este tipo de afecciones y la falta de información sobre posibles rutas de atención son batallas donde el país todavía se encuentra rezagado. Estadísticas muestran que cuatro de cada cinco personas que requieren ayuda o atención por trastornos mentales no la recibe por no saber que la necesita, por estigmatización o por simple falta de acceso al servicio. Marzo/Abril 2022
Revista Pasajero
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