Mirando hacia el sur de Marina Ruiz

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MIRANDO HACIA EL SUR Diario de viaje en Argentina

A Margarita H. C., A Lorena, Bárbara, Violeta y Emilia, compañeras de viaje.


Cada mirada se hurta cada boca enmudece cada párpado cae cada estrella caduca Idea Vilariño

Escribir echada en un costal, creciéndome gorgojos en la piel Escribir con las lunas de octubre pisándome los pasos, los gallos de ojos cerrados y el canto mirando hacia el sur y el callado canto Girando girando

girando

girando 2


en el silencio. 30 de octubre, Mar del Plata Íntimo, intimísimo 
 las palabras brotan agudas 
 en mi pensamiento 
 ”podés” “mirá” 
 el cuerpo siente los pasos 
 las palabras 
 que otros usan para nombrarle. 
 Descubro lo más cercano al sur
 lo que arrastra las palabras 
 hacia un infinito aún indescifrable para mi oído. 
 
 Espesas miradas a mi extrañeza de mujer 
 ―vos, de dónde sos?―
 cómo se hace para decir que no se es de ninguna parte.

―soy del viaje, estremecimiento 
 de ver la cordillera de los Andes desde el cielo, 
 de los caminos que he construido caminando― 
 
 ―vos, de dónde sos? ―

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de ningún lado. 
 de aquí cuando estoy aquí, de mí misma cuando encuentro la salida.

1ro. de noviembre

Las palomas de Buenos Aires, traviesas, descabezadas, locas como son en cualquier parte del mundo, pican acá y allá. Reposan sus plumas que el aire juguetea. Caminan moviendo la cabeza en zigzag.

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1ro. de noviembre, El Río de la Plata Río

El agua choca con insistencia de este lado de la tierra en que me encuentro, el agua retumba contra las piedras, cálida, sin distracción, sin miramientos. No es cruel, el agua nunca es cruel, es fulgurante calma que se avecina vibrando, movimiento tenue del girar de la tierra. La respiro, agua rica, dulce dulce, muerde suavemente mis tobillos.

Agua viviente 5


al lado de una ciudad lúcida llamada Buenos Aires.

6 de noviembre

Buenos Aires está lleno de tinieblas, la gente sale en noches y crepúsculos, se escuchan las pisadas de los monstruos que no acaban de pasar. Buenos Aires está llena de tierra fétida, de entrañas, de dulces estertores, de cruentos regocijos por donde danza la ira. Buenos Aires tiene alma de murciélago y sus luces son sólo filamentos de la ordenada vida que sus habitantes gozan.

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Los colores de las nubes se entremezclan azules verdes gris morado sobre el fondo azul intenso, todas colocadas del modo justo, tomando la forma indicada para asistir al ocaso.

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7 de noviembre, Colonia de Sacramento, Uruguay

Los viajes y los amores que han viajado conmigo, los besos que nos dimos o se quedaron para darse a la vuelta y no llegaron. Esos amores grandes, los que se quedan guardados en los rincones mรกs estrechos de la memoria, Esos amores que han viajado conmigo.

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8 de noviembre, Colonia de Sacramento, Uruguay

Hay días frágiles que nacen desmoronándose. Sacos rotos de donde escapan las estrellas y se riegan por la cúpula de Colonia. Hay aguas de río que a veces son azules, otras café verde-amarillo. Vientos que soplan tan fuerte que avivan el cuerpo la noche las heridas. Hay estrellas que forman papalotes, mantis religiosas, mantarrayas. Hay estrellas que se mueven y reúnen los fragmentos de los días desmoronados.

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9 de noviembre

Mejor es no tener nada, por lo menos, nada que no quepa en el bolsillo, nada que no pueda llevarme por el camino conmigo.

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Montevideo Tengo en el pie izquierdo
 un par de estrellas, 
 más arriba, 
 nace una flor 
 que trepa por mis piernas. 
 Mis pies se cargan de peces de colores, 
 de piedras preciosas, 
 y de nombres.

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Escribir un poemario de estrellas

Escribir un poemario de estrellas donde se mencione el pueblo de Colonia en Uruguay y las estrellas del desierto de San Luis Potosí, donde hable de cómo es difícil irnos de cualquier lado en que hayamos estado más de un día, donde cada objeto tenga nombre de constelación o de ave costera. Escribir un poemario de estrellas.

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15 de noviembre Escribir poema 
 El poema se escribe tras mis pasos, mis pasos escriben el poema. intento decirlo remitiendo a eso que no es texto, que es frontera, antesala sospecha de otra cosa. La cosa misteriosa que es la vida 13


la vida que se escribe y no se escribe en el poema.

14 y 15 de noviembre, Iguazú, norte de Argentina 
 La ventisca húmeda del agua, salta sobre la rojiza tierra que se impone, caída interminable, velos de agua, borbotones, colchones blancos espumosos. Agua que se torna campo de surfeo, toca la oscuridad de la mañana, continuo se deshace y se renueva. Rojiza emana desde las alturas 14


reunida en el punto tres frontera, el vientre purpúreo de la selva paraguaya, argentina, brasileùa. 


Mi sur es el norte de otros lados

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Y qué es esa cosa que es amor y que yo siento, y qué es, qué me dice por qué me habla, por qué se siente tenso, enrarecido,

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por quĂŠ viene pensando en el pasado, por quĂŠ no se detiene y se dirige, por quĂŠ no me respondes las preguntas.

21 de noviembre

Lleno de moho transcurre el mundo

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Mis pasos 
 Mis pasos se tornan maravillas, estoy libre de todo y sólida de carnes, nutrida en mi madriguera estoy porteña, salteña, argentina de algún modo. 18


Veintitantos de noviembre, Mendoza, Argentina

Abría la palma de la mano, barro de ella salía convertido en magia blanca, rozaba mis manos y ahí se figuraba, luz de mis pasos-acompaña, ahí conmigo el brillo más potente, mi luz mi propia luz proyectada en el infierno, ahí entre mis manos el calor, la otra acera donde recorro mi camino.

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Estoy a punto de llegar y no sĂŠ a dĂłnde

Cruzo los Andes paisaje lunar caudaloso rĂ­o, copeteados de nieve brillan los montes andinos.

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26 de noviembre

Los desiertos que algĂşn dĂ­a fueron mares

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son de la cruz andina estrellas fugaces

28 de noviembre, ValparaĂ­so, Chile Quiero tener contigo una aventura,

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desgarrada, grácil, que no se borre, violenta y tímida a un tiempo, quiero tener la pasión que nunca entiendo, la luz crepuscular de tus desvelos. Quiero tenerte entre mis brazos hasta que te aburras de mí y me maldigas, quiero tanto de ti, te quiero tanto. Quiero saber tus venganzas, la palabra muerta en tu boca, el beso dulce de tu vientre bajo, la cruz que cargas cuando no piensas en nada. Quiero llamarte amor pa que el olvido nunca llegue, quiero gozarte, ponerme de rodillas, lamer tu simiente amarga las noches, los veranos, quiero viajar contigo a donde no has imaginado, quiero decirte amor y que calles de emoción, quiero morir por ti, dolerte, que me duelas,

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que me arranque la aurora el dolor, la despedida. Quiero soĂąarte siempre besando las caricias de mi pubis, florecido, abierto. Quiero reventar contigo, pĂştridos, sorprendidos, locos, sencillamente enamorados, quiero tener contigo una aventura, como lo ha marcado asĂ­, el velo, nuestra historia.

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Intento abrazar el peso de los días, cómo por qué voy para dónde…

Las preguntas se formulan como caramelos aplastados, ahí, inservibles pero dulces.

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2 de diciembre, Mendoza, Argentina 
 Quiero ir contigo 
 a bicicletear por el mundo. 
 Una pareja de locos que agarró camino 
 y se hizo a la mar en dos ruedas.

Pasaríamos volando 
 en nuestro sueño redondo, 
 veloz, andino. y tú serías mi amante 
 y yo sería la tuya, 
 estaríamos juntos
 y no te extrañaría tanto.

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Cerro del campanario, Bariloche

Desde aquĂ­ el viento helado tiene una voz imprescindible, franca, voz de viento indescifrable pero clara. Voz de cordillera que acompaĂąa.

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6 de diciembre

Eres suave como los copos de nieve de los Andes.

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Lloro por ti, por la despedida, por el cuerpo que sufre de la ausencia, por la frágil parte que se rompe, despedazada muere, se retuerce. Estoy llorando en la penumbra-medio día, con los pies llenos de historia. con este dolor que sabe a miedo de dejarte a esta lucha por las cosas que no viví contigo, estoy llorando, inútil, trágica, al punto del desastre, porque no hay cosa más hermosa que de la tierra enamorarse.

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Regreso del sur del otro lado del mundo hacia mi paĂ­s, donde me encuentro extranjera, dada a otros lados, conquistada, sexuada y luces fulgurantes.

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TERMINĂ“ EL VIAJE

10 de enero

Este invierno indeciso, invertebrado, fisurado por el andar descafeinado de la gente, ombligo del mundo, luz de luces en el centro de la luna, ĂĄcido cuenco desfigurado.

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15 de diciembre

Alma mía, estoy otra vez aquí, perdí mi lápiz, mis tres dedos debajo de las tetas, los tibios besos que soñé una tarde de colores. Perdí la cruz del sur, las noches bajo

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las estrellas afanosas, de otros tiempos en que estuve enferma y fui feliz. Alma mía, pedacito de carne de mi cuerpo frágil, ayúdame, quiero volverme a la Argentina.

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ÍNDICE Escribir echada en un costal 1 30 de octubre, Mar del Plata 2 1ro. de noviembre 3 1ro. de noviembre, El Río de la Plata 4 6 de noviembre 5 Los colores de las nubes se entremezclan 6 7 de noviembre, Colonia de Sacramento, Uruguay 7 8 de noviembre, Colonia de Sacramento, Uruguay 8 9 de noviembre 9 Tengo en el pie izquierdo 10 Escribir un poemario de estrellas 11 15 de noviembre, escribir poema 12 14 y 15 de noviembre, Iguazú, norte de Argentina 13 Mi sur es el norte de otros lados 14 Y qué es esa cosa 15 21 de noviembre 16 Mis pasos 17 Veintitantos de noviembre, Mendoza, Argentina 18 35


17 de noviembre 19 Estoy a punto de llegar y no sé a dónde 19 Cruzo los Andes 20 26 de noviembre 21 28 de noviembre, Valparaíso, Chile

22

Intento abrazar el peso de los días 24 2 de diciembre, Mendoza, Argentina 25 Cerro del campanario, Bariloche 26 6 de diciembre 27 Lloro por ti 28 Regreso del sur 29

TERMINÓ EL VIAJE 10 de enero 30 15 de diciembre 31

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