Los medios de comunicación: co-responsabilidad en la prevención del suicidio

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Andrea Álvarez Marín Los medios de comunicación: co-responsabilidad en la prevención del suicidio El suicidio es un problema de salud pública prevenible y los medios de comunicación masiva pueden y deben ejercer un rol en los esfuerzos de prevención. No obstante, la forma en la que los medios aborden el tema puede afectar negativamente estos esfuerzos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la existencia del “efecto contagio”, proceso evidenciado por incrementos en el número de suicidios posteriormente a una noticia en los medios (1, 2). David Phillips, desarrolló uno de los estudios precursores en esta área en 1974 (3). Phillips examinó las estadísticas de suicidio en Gran Bretaña y Estados Unidos para el período 1946-1968. En ambos países los niveles de suicidio no eran mayores de lo esperado en el mes anterior a la noticia, pero eran más altos de lo que se esperaría en el mes de la publicación y en el mes siguiente. Hay varias razones por las que una noticia sobre suicidio podría llevar al “efecto contagio”. Una primera razón reside en la descripción detallada del método empleado en el suicidio. La noticia puede luego ser utilizada como un “manual de instrucciones” para que otra persona copie el método de suicidio descrito. Otra explicación reside en que la forma de abordar la noticia puede “normalizar” el suicidio. Es decir, la noticia puede hacer creer a muchas personas que el suicidio es una práctica común y aceptable (4). Otro problema es la glorificación de la persona que muere por suicidio, especialmente en el caso de las personas llamadas “celebridades”. La identificación del lector con el “personaje” de la noticia aumenta las posibilidades de imitación. Cabe destacar que las noticias no afectan a todas las personas por igual. Las personas más vulnerables—como las que viven con depresión—pueden ser más receptivas a las noticias sobre suicidio y más propensas al “efecto contagio” (1). Por otro lado, los medios también podrían ejercer un efecto protectivo. Los medios pueden prevenir el suicidio al indicar el vínculo de este con las enfermedades mentales y al proporcionar información sobre opciones de tratamiento (1,2). Fundados en esta evidencia, algunos organismos internacionales y países individuales han publicado recomendaciones sobre la forma apropiada de informar sobre el suicidio, enfocándose en los aspectos protectores de una noticia. Uno de los primeros países en publicar recomendaciones fue Austria en 1987 (5) y la Organización Mundial de la Salud publicó sus directrices en 2000 y una versión actualizada en 2008 (1,2). Con estas directrices, la OMS busca dos propósitos: prevenir el efecto contagio y educar a la población para eliminar los mitos existentes en torno al suicidio. Algunas recomendaciones son las siguientes: no utilizar un lenguaje


sensacionalista (v.g. emplear “suicidio completado o no completado” en lugar de “exitoso o fracasado”, pues el uso de la palabra “éxito” lo hace parecer como algo deseable); evitar referirse al suicidio como una solución a problemas de la vida cotidiana; no proveer una descripción detallada del método; evitar que al informar sobre el suicidio de “celebridades”, estas sean idealizadas; no dar un lugar prominente a la noticia (v.g. en la portada o con titulares muy llamativos) y evitar el uso de fotografías. En cambio, es muy importante referirse al suicidio como un problema de origen multicausal pero prevenible y proporcionar información sobre opciones de tratamiento. Existen pocos estudios sobre el impacto de la aprobación de estas recomendaciones. Austria ha sido uno de los países pioneros en esta área y trabajos que han analizado este caso muestran que la implementación de estas recomendaciones tuvo consecuencias positivas. Este país publicó las directrices luego de que la creación del sistema de trenes subterráneos llevó a un aumento de suicidios por este método. La aplicación de las directrices fue acompañada de mejoras no sólo en la calidad de las noticias, sino de una disminución en las tasas de suicidio por el método de lanzarse contra un tren subterráneo y una disminución—aunque levemente menor—en las tasas de suicidio en general (5, 6). Por ejemplo, un estudio analizó los artículos sobre suicidio de los 11 periódicos más grandes delpaís por un período de 6 meses (enero-junio 2005). Para el análisis se concentraron en dos grandes categorías. Primero, los ítems “perjudiciales”, los cuales conducen al efecto contagio (v.g. indicar la identidad de la persona que cometió el suicidio, descripción del método y explicación del suicidio como algo que obedece a una única causa). Segundo, los ítems “protectores” (v.g. proporcionar información sobre fuentes de ayuda, desmitificación de ideas equivocadas sobre el suicidio y mención del vínculo entre suicidio y enfermedades mentales). Los autores descubrieron que los aspectos de una noticia que ellos denominaron “protectores” sí tuvieron un efecto preventivo (7). Específicamente en el caso de América Latina hay mucho por recorrer. Los países no han publicado directrices similares y pocos estudios han abordado el tema del grado en que directrices internacionales son cumplidas o no. Uno de ellos fue realizado en Venezuela (8). La autora analizó noticias de dos periódicos venezolanos para 2003 y 2004. Los siguientes son algunos ejemplos de las directrices que tomó en cuenta: mención de la causa del suicidio, uso de la palabra suicidio en el título, inclusión de fotografías, descripción del método, entre otros. Sus resultados muestran que el mayor porcentaje de suicidios ocurrían al día siguiente de publicada una noticia sobre suicidio (alrededor de un 20%). Similarmente, Rubiano Daza et. al. desarrollaron un trabajo en Colombia durante 2001-2004 (9). La metodología empleada fue tanto de carácter cuantitativo como cualitativo. Desde el punto de vista cuantitativo, los autores se concentraron en el número de columnas, imágenes y centímetros ocupados por cada noticia. Desde el


punto de vista cualitativo, tomaron en cuenta aspectos como los siguientes: alusión a que la persona padeciera de alguna enfermedad mental, descripción del sitio donde ocurrió el evento, glorificación de la persona que cometió el hecho, referencia al hecho como “exitoso” y provisión de una explicación simplista sobre las causas del suicidio. Los autores concluyeron que 77% de las noticias tenían un corte sensacionalista. Finalmente, descubrieron que ninguno de los reporteros conocía las directrices pertinentes y que solo alrededor de un 30% consideraba que la forma de informar sobre el suicidio puede conducir a un efecto contagio. De ahí que en América Latina se requieren varias cosas. Primero, que los periodistas conozcan el impacto que pueden tener sus noticias sobre suicidio. Segundo, que las noticias se adapten a las recomendaciones mencionadas anteriormente. Finalmente, que se realicen estudios para monitorear si los medios están acatando esas recomendaciones. Para ello, las recomendaciones de la OMS arriba mencionadas son un excelente punto de partida.

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Referencias 1. Organización Mundial de la Salud. Prevención del suicidio: un instrumento para profesionales de los medios de comunicación. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias, 2008. 2. Organización Mundial de la Salud. Prevención del suicidio: un instrumento para profesionales de los medios de comunicación. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Departamento de Salud Mental, 2000. 3. Phillips D. The influence of suggestion on suicide: substantive and theoretical implications of the Werther effect. American Sociological Review,39(3): 340-354, 1974. 4. Wasserman IM. Imitation and suicide: a reexamination of the Werther effect. American Sociological Review, 49(3): 427-436, 1984. 5. Etzersdorfer E, Sonneck G. Preventing suicide by influencing mass-media reporting. The viennese experience 1980–1996. Archives of Suicide Research, 4(1): 67-74, 1998. 6. Niederkrotenthaler T, Sonneck G. Assessing the impact of media guidelines for reporting on suicides in Austria: interrupted time series analysis. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 41: 419-428, 2007. 7. Niederkrotenthaler T, Voracek M, Herberth A, et al. Role of media reports in completed and prevented suicide: Werther v. Papageno effects. The British Journal of Psychiatry,197: 234– 243, 2010. 8. Riera Leal, EM. Influencia de los medios de comunicación en la ocurrencia de suicidio en el Estado Falcón [inédita], Caracas: Universidad Central de Venezuela, 2010.Disponible en: http://saber.ucv.ve/jspui/bitstream/123456789/1026/1/COMPLETO.pdf 9. Rubiano Daza H, Quintero Cabrera T, Bonilla Londoño CI. El suicidio: más que una noticia, un tema de responsabilidad social. Palabra Clave, 10(2): 93-111, 2007.


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