EL LENGUAJE DE ALGUNOS LISTILLOS En ocasiones, en este país suele ocurrir que algún personaje público, al referirse a ciertas personas o a un determinado colectivo, lo haga de una forma bastante despectiva o con un cierto falso paternalismo no exento de ironía. Cuando un ciudadano o medio de comunicación le recrimina su falta de consideración y de sensibilidad, él, no solo no reconoce en absoluto que sus palabras tengan algún tipo de contenido ofensivo o discriminatorio, sino que apela a su derecho a hablar de una forma “llana” con el “mismo lenguaje que usa el pueblo”. La última semana del mes de Febrero, en unas jornadas de trabajo en el Congreso y a propósito sobre la convocatoria de plazas para personal de la Cámara, en la que se discutía sobre la inclusión de un cupo de discapacitados intelectuales, la diputada del PP, exministra y miembro de la mesa de la Cámara, la señora Celia Villalobos, se refirió en repetidas ocasiones a los citados discapacitados como “tontitos”. El presidente de las Cortes, el señor Bono, le afeó a la diputada el uso de dicho término, acusándola de “falta de sensibilidad social”. La diputada Villalobos replicó: “Hablo como se habla en mi tierra”. Quiero señalar que la “tierra” de la señora Villalobos es Málaga, ciudad en la que he estado en varias ocasiones, y puedo asegurar que en dicha capital andaluza a los discapacitados se les llama, respetuosamente, así, discapacitados, como en todas partes. Es cierto que años atrás había otras denominaciones, pero el lenguaje está para irlo cambiando de acuerdo con la sensibilidad de los tiempos, y eso lo debería saber la señora Villalobos, diputada del Congreso elegida por su “tierra”. Entiendo que en el debate político en muchas ocasiones, a los diputados “se les caliente la boca”, dicho en forma coloquial, pero “¿es tan difícil o deshonroso pedir disculpas?”. Celia Villalobos defendió a pecho y espada su derecho a usar la palabra “tontitos” para referirse a los discapacitados por tratarse del “habla de la calle”. Me gustaría conocer a que calle se refería, ya que sería deseable que los políticos no la frecuentaran. Yo aconsejaría además a los ciudadano de a pié, que también trataran de no pasear por ella, no fuera que les llamaran “cegatos” por usar lentes, “enanos” por ser de baja estura, “subnormales” a los discapacitados intelectuales, “sudacas” a los emigrantes americanos, “drogatas” a los enfermos por drogas, “maricones” a los gays o “putitas” a las chicas ligeras de ropa. Señora Villalobos, los “tontitos” hace bastante tiempo que van a la escuela, aprenden oficios con bastante esfuerzo y en algunas ocasiones aspiran a ganarse la vida y ser independientes como cualquier ciudadano de este país. Todos tienen su nombre y apellidos y por supuesto una familia que les ayuda y vela por ellos. Si desea usted referirse a ellos por algún motivo, le sugiero que emplee términos como “personas”, “ciudadanos”, “españoles” o “andaluces”, en fín, exactamente igual que con el resto de los habitantes de nuestra tierra, cosa que estoy seguro usted sabe hacer perfectamente. 4 de Marzo del 2011. Jorge Andujar Escobar