El Dios del viento
Cr贸nica de los Barriletes Gigantes de Sumpango / Guatemala Cr贸nica: Armando Rivera Fotograf铆as: A n d r e a T o r s e l l i P h o t o g r a p h y
El Dios del viento
Crónica de los Barriletes Gigantes de Sumpango/ Guatemala El Dios del viento juega con los colores de los barriletes gigantes en Sumpango. Las rachas de aire llegan desde octubre y se van antes de fin de año. De esa relación -entre color y viento- el día de Los Todos los Santos, el uno de noviembre, los habitantes del pueblo celebran la memoria de sus ancestros y, además, elevan los coloridos barriletes.
La conmemoración del día de Todos los Santos o Día de los Muertos como
se conoce, consiste en ir al cementerio, enflorar las tumbas y llevarles ofrenda de comida a los antepasados. Es una tradición regional entre México y el norte de Centroamérica que tiene diferentes matices. Sin embargo, en el pueblo de Sumpango esta tradición adquiere una connotación extraordinaria, cuando los lugareños, desde
tiempos inmemoriales, empezaron a fabricar barriletes gigantes para alejar a los malos espíritus. Según la tradición oral -hace muchos años- el Día de Todos los Santos algunos es-
píritus malignos llegaban a molestar a las santas ánimas que descansaban en paz. Los lugareños se atormentaban por esta batalla entre el mal y el bien; por lo que consultaron al consejo de ancianos, quienes -después de deliberar- acordaron que el golpe-
teo del papel ahuyentaba a los malos espíritus.
Uno de los aspectos más impresionantes de estos barriletes gigantes es el dominio de la técnica artesanal para su fabricación. Para elaborarlos se usa exclusivamente el llamado “papel de china”; las propiedades de ese papel se adaptan perfectamente a la precisión del barrilete, tanto por su delgada textura y resistencia, como por los múltiples colores que existen. Además, originalmente se usaba las cañas de casti-
lla para crear la armazón donde colocar los diseños; en la actualidad, por innovación, así como por resistencia en la estructura, se utiliza bambú. Otro elemento fundamental para la fabricación es la goma,
durante décadas se usó engrudo, una de goma natural, pero tenía el defecto que a los dos días entraba en proceso de descomposición; hoy en día se usa la goma denominada cola blanca.
Estas adaptaciones -en la elaboración- forman parte de las innovaciones que las nuevas generaciones de barrileteros proponen en los diseños. Por ejemplo, la estructura clásica de un barrilete tiene la forma octogonal, la simetría geométrica le da consistencia para soportar el peso así como la fuerza del viento cuando éste es expuesto o se eleva. Sin embargo, entre la tradición y la innovación, los barrile-
teros mantienen el proceso artesanal en la elaboración de los barriletes para honrar la memoria de sus ancestros. Entre el mito de los espíritus malignos y la vida coti-
diana de la población se fabrican los barriletes. Hoy Sumpango -con sus casas de block visto y sus montañas verdecidas alrededortiene el reconocimiento de un Festival Internacional de Barriletes Gigantes, único en su género alrededor
del mundo. Los habitantes de ese pintoresco pueblo tienen que trabajar durante más de cinco meses al año para elaborar un barrilete gigante, que -incluso- llega a medir más 22 metros. Estos grandes del viento, al final de las largas horas de
desvelo, son expuestos en la plaza pública para el deleite de los lugareños, así como de los miles de visitantes de todas partes. Algunos de estos barriletes se elevan, los que llegan a medir hasta seis metros, los otros -los
gigantes- representan el dominio de la técnica artesanal para crear formas que se combinan con el viento y dejan un mensaje para la memoria del lugar. Los muchachos -también
algunas jóvenes- participan cortando y pegando el papel de china que, de retazo en retazo, va dando forma a las múltiples expresiones que contienen los barriletes. Como lo comentamos, los diseños originales eran de forma geométrica,
porque les da mucha estabilidad para sostener su figura contra el viento; pero las nuevas generaciones han incorporado, en los últimos años, figuras más estilizadas, utilizando la tecnología electrónica para apoyarse en el diseño. Estos cambios en la fabricación crea en los antiguos barrileteros, por un momento, recelo; pero al ver cómo estas inmensas obras se levantan, su percepción se transforma y todos lo aplauden con alegría.
En la actualidad hay más de 34 grupos de barrileteros, en diferentes categorías, que participan activamente en esta celebración. Los temas que expresan los barriletes son variados; pero giran en torno a la tradición y memoria
de los antepasados; así como la violencia que vive el país y el anhelo de paz, el respeto a la naturaleza, los derechos humanos y otros más. Todos los grupos tienen la entera libertad de elegir el tema que el barrilete expondrá. Esta
relación entre barrileteros tradicionales y las generaciones de innovación crea, otra vez, una dinámica entre sumpangeños para revitalizar, año con año, el festival y exponer estas obras de arte para el mundo.
Como comentó Julio Roberto Asturias Chiquitó -veterano barriletero-, el festival está constituido por un comité entre barrileteros y autoridades
municipales. Este comité ha creado normas para la participación de los lugareños; destaca la importancia de tres categorías: a) con los barriletes gigantes, que son únicamente de exposición. b)
con barriletes de hasta seis metros, lo cuales se deben elevar, y C) la infantil, con niños y niñas de hasta 12 años. Aunque los diferentes grupos de barrileteros
gigantes, como Corazón del Cielo, los Happy Boys, Los Audaces y otros guardan cierto hermetismo en el diseño de su obra de arte, tienen el sentimiento comunal sobre la importancia del festival. Por eso, se dedican cada noche, durante más de cinco meses, a fabricar el barrilete. En términos contables, un gigante del viento, puede llegar a tener un costo de más de Q60,000.00; equivalente a $8,000.00. Sin embargo, este costo se diluye en el trabajo voluntario, por la convicción de los habitantes del lugar, para ofrendar al dios del viento sus diseños y que los malos espíritus se alejen. Es necesario aclarar que para levantar estas enromes estructuras se requiere de la
participación de muchos pobladores, incluso muchachos que no son del grupo. Además, para sostener estos impresionantes barriletes van al bosque y cortan varios troncos que luego clavan en el lugar de exposición, que es también el campo de fútbol del pueblo. Por lo que existe un sentimiento comunal sobre la importancia del festival, todos los lugareños participan de una u otra forma, cada sumpageño se siente honrado de la celebrción.
Este año, 2014, grande tuvo una tros, con un dise raleza; otros dise la madre tierra, lo nos, la vida y más también el Grupo después de 38 a
pidos de trabajo, explicación del re cierto dejo de tris “no tenemos sufic continuar”.
Cada año, la alc premia con una d
el barrilete más altura de 22 meeño sobre la natueños convocaron a os derechos humas. Pero este 2014, o de Los Audaces, años ininterrum-
, se desintegró; la epresentante, con steza, fue sencilla, ciente dinero para
caldía del pueblo dotación mínima,
-Q2,000.00; $250.00- al mejor barrilete expuesto como a las otras categorías. Aunque este premio es simbólico, por la cantidad de dinero, crea en los participantes -de los diferentes grupos- el afán para entregarse con entera convicción sobre su participación. Los barriletes son la ilusión del viento y la memoria de un pueblo en el planeta. Crear estos gigantes del viento es, sin lugar a dudas, una esperanza para que los malos espíritus se alejen y la vida plena llegue con su máximo esplendor de color y forma.
Los barriletes de Sumpango son nuestra alegría y la del mundo porque el Dios del viento trae, cada año, una nueva esperanza para una vida mejor. Con su memoria de calles empedradas el pueblo de Sumpango guarda los secretos del tiempo, los recuerdos de los an-
tepasados; por eso cada habitante tiene la entrega de hacer un barrilete, elevarlo al viento, para que la imaginación vuele con los colores y perpetuar su memoria. Los sumpangueños se sienten orgullos de serlo, de exponer al mundo la belleza de la imaginación en el cielo, un barrilete. Al acercarse cada visitante, local o extranjero, puede oír los tonos que el
viento tiene, ademĂĄs ver -con sus emociones- la alegrĂa de un pueblo que se impone en el mundo por el juego del viento y el color. Visitar Sumpango, el 1 de noviembre, -en Guatemala- es un acto de amor y de fe en la vida misma.
cronicafoto@gmail.com Armando Rivera letranegra2k@gmail.com www.letranegra.org Andrea Torselli atorselliphoto@gmail.com www.facebook.com/atorselliphotography Todos los derechos reservados. Prohibida la copia o reproducci贸n en cualquier medio digital o escrito de este contenido sin el expreso consentimiento de los autores. Guatemala. 2014. 漏