El esplendor de la vida Parque Nacional de Yosemite
Cr贸nica: Armando Rivera Fotograf铆as: A n d r e a T o r s e l l i P h o t o g r a p h y
El esplendor de la vida Parque Nacional de Yosemite La naturaleza muestra su esplendor en el Parque Nacional de Yosemite, colección de rocas empotradas sobre el planeta con árboles milenarios. Allí la vida silvestre es una explosión de colores y movimiento; allí la luz es una gota de glaciar que talla las montañas, luego el viento les da la forma al paso de las eras.
Una ardilla pereg borde del alba, un la fuerza del agua escabulle por los que de Yosemite para comprender de la naturaleza c que tiene la vida su equilibro.
Fue declarado P dial de la Human instancias de un historias del parq fot贸grafo Ansel Ad al valle por prime da del 20, siendo u
grina se arrima al n oso es testigo de a y un mapache se senderos. El Pares un referencia r la importancia con la integraci贸n cuando sostiene
Patrimonio Munnidad en 1984, a comit茅. Entre las que, destaca la del dams, quien lleg贸 era vez en la d茅caun adolescente, se
enamoró de la belleza natural y durante décadas fotografió las maravillas del paisaje. Este fotógrafo para captar la belleza del lugar experimentó con la luz, le dio textura a la foto y dejó un testimonio imperecedero a través de sus instantáneas. En la actualidad, sus fotografías son de colección y hacer el viaje a Yosemite tiene como causa saber que Ansel Adams marcó un precedente en la fotografía de paisaje.
Sin embargo, después de observar esas fotos uno puede apreciar que la naturaleza es, solamente está y es expuesta en su movimiento, crea una armonía con sus elementos y el tercer observador -nosotros- admira las maravillas de la vida. Ansel -como la mayoría de los fotógrafos profesionalesanalizó estos elementos y los llevó a categoría de arte.
El parque tiene un área de más 3000 km², está ubicado en el Estado de California y se extiende a través de la cadena montañosa de Sierra Nevada; tiene una biodiversidad compleja por-
que posee elevaciones que van desde de 600 hasta 4000 metros. Las áreas boscosas son de una densidad increíble. Este espacio geográfico tiene condiciones únicas en el planeta; por eso la cascadas son el rema-
nente sonoro de los picos deshelados que descienden a los valles, con ese fluir constante de vida. Por sus acantilados de granito hay saltos de agua que dan de beber a los r铆os cristalinos y los bosques de secuoyas gigantes crean una diversidad biol贸gica inigualable. Conserva -a pesar de las cercan铆as de la civilizaci贸n occidental- zonas salvajes, donde la vida silvestre guarda su equilibrio.
La luz -en el Mirador del TĂşnel- amanece con esa cadencia de lo hermoso, de forma lenta el sol va tallando las rocas. Los vientos suaves completan el paisaje y el espectador ve la profundidad del horizonte como una parte de sĂ mismo. El valle se hace parte de uno y basta con estirar el brazo para poder tocar la luz que termina de conversar con las rocas hasta darles su textura. En lo alto de una colina, entre el Mirador del TĂşnel y Glacier Point, uno puede apreciar una perspectiva de
montañas como gigan sol rojo caer con un las nubes de una gam -como un oleaje cont de profundidad en el en la mirada del paisa sar de las contradicci
También el parque e incendios. Yosemite e grandes del planeta q brio original con vida de plantas y animale las secoyas gigantes. E para reproducirse, so tes de mayor tamaño estos árboles traen en
ntescas olas y el otoño un tono encendido que pinta ma intensa. Las montañas tinuo- crean esa sensación l horizonte. Uno se pierde aje y sabe que la vida, a peiones, es posible.
es propenso a los grandes es uno de los hábitats más que todavía tiene su equilia salvaje, por la diversidad es que posee, por ejemplo, Estos árboles comen fuego on unos de los seres vivieno en el planeta. Algunos de n su memoria la era glacial
y algún recuerdo prehistórico, son de crecimiento lento y llegan a vivir más de tres mil años. Estos gigantes, germinan de una semilla diminuta, como un grano de arena y con el paso del tiempo llegan a tener una altura de un edi-
ficio de 42 pisos o tan grandes como un avión trasatlántico. Cuando uno toca uno de estos árboles debe sentir una forma de vida en toda su generosidad. Por eso, estos árboles tiene una relación entre los elementos de la vida: agua, luz, tierra, viento e, incluso,
fuego y son troncos llegan a ser tan anchos como veinte hombres abrazándolo con una altura impresionante que cualquiera que se toma una foto se aprecia como un punto diminuto a su par. Esta relación de luz, viento, mon-
taña y memoria hacen de Yosemite una exposición mesurada de la vida, nada raro sucede pero todo nos parece increíble, porque, sin lugar a dudas, hemos perdido parte de esta integración al ambiente. El confort de la civilización crea una distancia
entre los humanos y sus orígenes naturales. En ese sentido los parques naturales y las reservas ecológicas se convierten en una referencia obligada para nuestra vida. Todo caminante del planeta debe ir por lo menos una
vez para percibir que es parte de la naturaleza, porque al caer la noche es posible que sin buscarlo pueda ver la Vía Láctea y comprenda que uno es parte de ese universo que está en movimiento y que tiene una expresión más en el Parque de Yosemite.
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