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LAS 10 BÁSICAS LA SAL DE LA TIERRA. Dirigen:
No te pierdas las mejores cintas de Wim Wenders.
Wim Wenders y Juliano Salgado Ribeiro
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Las aLas deL deseo Francia, Alemania, 1987
París, Texas EU, Francia, Reino Unido, Alemania, 1984
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aLicia en Las ciudades Alemania, 1974
¡ÉChALe un Lente!
Con buena sazón
Consigue los libros de Sebastiao Salgado que se mencionan en la peli. Otras américas
z Un vistazo a los pueblos
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Buena VisTa sociaL cLuB Alemania, Cuba, EU, Francia, Reino Unido, 1999 ¡Tan Lejos, Tan cerca! Alemania, 1993
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trabajadOres
z Obreros metalúrgicos
soviéticos, pescadores gallegos y sicilianos, y más, protagonizan este tomo. $1,266, en El Sótano (Av. Guadalupe 1294)
eL amigo americano Alemania, 1977 FaLso moVimienTo Alemania, 1975
eL esTado de Las cosas Portugal, EU, Alemania, 1982
migraciOnes
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eL miedo deL arquero anTe eL Tiro PenaL Austria, Alemania, 1971
z La historia de los
desplazados por el hambre o la guerra. $3,804, en Amazon
Pareciera que el cineasta alemán Wim Wenders tiene una obsesión con los observadores, como lo muestran tanto los ángeles que protagonizan Las Alas del Deseo (1987) y ¡Tan Lejos, Tan Cerca! (1993), hasta el sonidista Philip Winter de Historia de Lisboa (1994). Para La Sal de la Tierra (2014), su nuevo proyecto, optó por un personaje real que, tras el lente de su
Pina Alemania, Francia, Reino Unido, 2011
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indígenas de América, incluyendo a tarahumaras y mixes de México. $395, en Amazon.
José ArrietA
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cámara y de la misma manera que Damiel o Casiel no puede parar los desastres, ha sido testigo mudo de hambrunas, desplazamientos por la guerra, sequías y muerte: el fotoperiodista brasileño Sebastiao Salgado. Como es usual en las películas de Wenders, la cinta está llena de reflexiones profundas y poesía que resaltan con una serena crudeza las imágenes capturadas por Salgado a lo largo de más de cuatro déca-
das, desde sus primeros trabajos en el norte de África, sus estadías en América Latina, con visitas a mixes y tarahumaras incluidas, hasta sus obras concebidas entre los desastres más desgarradores. Si Pina (2011), su anterior documental, fue una oda al movimiento, La Sal de la Tierra es una reflexión calmada, sosegada de lo que hemos hecho como especie contra la naturaleza y, lo que es peor, contra nosotros mismos. Hay pocas tomas
en movimiento, pero todas ellas son de gran belleza y reflejan la armonía que existe entre cineasta y fotógrafo. El protagonismo recae en las fotografías de Salgado, en sus cintas familiares, en su rostro, impávido y triste, que cuenta la historia de la humanidad. Es imposible no conmoverse con las imágenes de africanos secos, literalmente en los huesos, instantáneas de la Guerra de los Balcanes o el infierno desa-
tado por Saddam Hussein en los pozos petroleros de Kuwait. Pero el documental no trata sólo de la trayectoria de este fotógrafo. En realidad, la cinta aborda con énfasis la forma en la que la humanidad, la sal de la Tierra que se menciona en el evangelio de Mateo, atenta contra su propio porvenir. Si usted es fotógrafo, tiene que ver esta película por sus enseñanzas técnicas; si es humano, debe verla por su desenlace.