EDITORIAL
Recuperamos con este número una cabecera que, en la segunda mitad de los 70, persiguió con denuedo el debate, el intercambio y la comunicación entre los universitarios adventistas españoles. Había una voluntad de integración entre fe, educación y sociedad que sólo podía hacerse desde la apertura, la discusión y el diálogo. Hoy, cuando, en afortunada expresión de Conrado Recha, la imagen de nuestra Iglesia, ha sido asociada a lo más siniestro del mundo religioso, este intercambio con el entorno se nos presenta como insoslayable. Perdido el paradigma marxista, instalados en el vacío, devorando desarme y supercuentas, debemos recuperar el elemento comunicación (intra y extra grupal). Dice Roberto Badenas, en la entrevista que publicamos: «Sueño con una iglesia plural, que no evolucione en el sentido de una secta marginada, sino como un fermento en la masa, un movimiento abierto, que relativice las barreras denominacionales». Y añade: «El cristiano sólo puede estar comprometido allá arriba si lo está aquí abajo». En el mismo sentido, Ferràn Sabaté apunta que «comprometerse es la asignatura pendiente de un buen número de universitarios adventistas. Por eso, AEGUAE puede aglutinar y dinamizar, estimular la investigación individual y propiciar la participación colectiva». Desde esa preocupación, reaparecemos. Acariciando la vocación de nexo, de foro. Persiguiendo la apertura. Para esquivar distorsiones de imagen interesadas. Pero aún hay más: «Los universitarios deberían luchar por una iglesia mejor». Vuelve a ser Badenas quien enuncia la distancia entre lo que somos y aquello que deberíamos ser. Rehuir toda acomodación, reexaminar presupuestos y reestablecer cauces comunicativos (horizontales y verticales), nos permitirá transitar por la nueva coyuntura histórica desde una coherencia probada.
La Redacción. Barcelona, julio de 1990
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AEGUAE: APUNTES HISTÓRICOS Y REFLEXIÓN CRÍTICA Un análisis lúcido de AEGUAE desde la perspectiva de un miembro fundador
La Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España, empezó a caminar a principios de la década de los 70, después de una gestación normal (con sus altas y bajas). Fue un embarazo deseado por ambos padres (los universitarios y la iglesia), pues proyectaban en ella parte de sus anhelos y esperanzas. No obstante, su nacimiento produjo recelos y suspicacias entre los hijos o hermanos mayores, que pensaban, infundadamente, verse desplazados de las atenciones filiales por la nueva sobrevenida (AEGUAE). ¡Las relaciones entre hermanos nunca fueron fáciles! Pero la criatura creció y se desarrolló normalmente. Pasó por las enfermedades propias de la infancia y ha sido influida por el medio ambiente en que se encuentra. Han transcurrido casi dos décadas desde aquella presentación de AEGUAE en sociedad, en aquel memorable encuentro en el monasterio de Santa Cecilia, en Montserrat. Ahora se encuentra cerca de la mayoría de edad. Pero, hace unos años que entró en esta difícil etapa vital que es la adolescencia. Y aún no la ha superado. Padece una crisis de identidad. Carece de objetivos y modelos. Y no encuentra quien la aconseje o comprenda. Sus mismos progenitores atraviesan momentos difíciles que les impiden orientarla adecuadamente. No se trata de un problema cuantitativo, sino más bien cualitativo. La satisfactoria resolución de esta crisis de identidad, es la condición sine qua non para el acceso de AEGUAE a una vida adulta, socialmente productiva e individualmente relevante. AEGUAE no constituye un fin en sí misma. Ni es un grupo elitista, dentro o fuera de la Iglesia, como algunos detractores se empeñan en presentarla. Tampoco constituye un grupo de presión o un reducto de heterodoxos. AEGUAE aspira a convertirse en un instrumento de reflexión y participación de los universitarios de la Iglesia. Y, como tal, abierto a todas las personas y a todas las ideas e iniciativas que puedan contribuir a enriquecer este diálogo permanente que debería existir entre Ciencia y Religión, entre Iglesia y Sociedad, en el contexto del tiempo y el espacio que nos ha tocado vivir. Con este propósito fue creada inicialmente, y pensamos que aún sigue siendo válido. La sociedad adventista actual es tan heterogénea y plural que admite la existencia, en su seno, de personas de muy diversa procedencia y aptitudes, con un sólo nexo de unión: Cristo revelado en las Escrituras. Es por eso que la Iglesia se organiza en departamentos, para que cada individuo, conforme a su sensibilidad, encuentre cauce o medio adecuado para su crecimiento personal y para participar en el objetivo final de presentar a Cristo a otros. En este contexto, es fácil entender y ubicar a AEGUAE. En el conjunto de la Iglesia coexisten, afortunadamente, muchos dones o habilidades. El cuerpo de Cristo, según el apóstol Pablo, está formado por muchos miembros. Todos somos importantes, pero nadie es imprescindible, excepto Cristo. En la medida que sepamos aprovechar todos y cada uno de los dones individuales que el Espíritu Santo aporta al conjunto de la Iglesia, la estamos enriqueciendo, embelleciendo, ilustrando, sanando, enseñando, rejuveneciendo, etc. Con la llegada de la última década del siglo XX, AEGUAE puede convertirse en una entidad adulta, que ejerza un papel aglutinador y dinamizador del universitario cristiano.
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Estimulando la investigación individual y propiciando la participación colectiva. Potenciando el crecimiento personal y social, base de un desarrollo equilibrado. Sería deseable también, que inicio, de una nueva década, los universitarios tomáramos conciencia de la necesidad de un compromiso personal. Comprometerse es la asignatura pendiente de un buen número de universitarios adventistas. Pero sin ella, la carrera está incompleta. Hay que armonizar ideas y acción, teoría y praxis, reflexión y compromiso. Reflexión sin compromiso es pura especulación. Compromiso sin reflexión es simple servilismo. No siempre es fácil pasar de las ideas a la acción; pero es la única vía que permite revalidar las primeras y da sentido a la última. La década de los noventa nos plantea muchos retos, individuales como universitarios y colectivos como Iglesia. En la medida que seamos capaces de darles respuesta adecuada, será claro exponente de nuestra validez y de la oportunidad de AEGUAE.
Dr. FERRÀN SABATÉ Cofundador y ex Presidente de AEGUAE
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AEGUAE: APUNTES HISTÓRICOS Y REFLEXIÓN CRÍTICA Un análisis lúcido de AEGUAE desde la perspectiva de un miembro fundador
La Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España, empezó a caminar a principios de la década de los 70, después de una gestación normal (con sus altas y bajas). Fue un embarazo deseado por ambos padres (los universitarios y la iglesia), pues proyectaban en ella parte de sus anhelos y esperanzas. No obstante, su nacimiento produjo recelos y suspicacias entre los hijos o hermanos mayores, que pensaban, infundadamente, verse desplazados de las atenciones filiales por la nueva sobrevenida (AEGUAE). ¡Las relaciones entre hermanos nunca fueron fáciles! Pero la criatura creció y se desarrolló normalmente. Pasó por las enfermedades propias de la infancia y ha sido influida por el medio ambiente en que se encuentra. Han transcurrido casi dos décadas desde aquella presentación de AEGUAE en sociedad, en aquel memorable encuentro en el monasterio de Santa Cecilia, en Montserrat. Ahora se encuentra cerca de la mayoría de edad. Pero, hace unos años que entró en esta difícil etapa vital que es la adolescencia. Y aún no la ha superado. Padece una crisis de identidad. Carece de objetivos y modelos. Y no encuentra quien la aconseje o comprenda. Sus mismos progenitores atraviesan momentos difíciles que les impiden orientarla adecuadamente. No se trata de un problema cuantitativo, sino más bien cualitativo. La satisfactoria resolución de esta crisis de identidad, es la condición sine qua non para el acceso de AEGUAE a una vida adulta, socialmente productiva e individualmente relevante. AEGUAE no constituye un fin en sí misma. Ni es un grupo elitista, dentro o fuera de la Iglesia, como algunos detractores se empeñan en presentarla. Tampoco constituye un grupo de presión o un reducto de heterodoxos. AEGUAE aspira a convertirse en un instrumento de reflexión y participación de los universitarios de la Iglesia. Y, como tal, abierto a todas las personas y a todas las ideas e iniciativas que puedan contribuir a enriquecer este diálogo permanente que debería existir entre Ciencia y Religión, entre Iglesia y Sociedad, en el contexto del tiempo y el espacio que nos ha tocado vivir. Con este propósito fue creada inicialmente, y pensamos que aún sigue siendo válido. La sociedad adventista actual es tan heterogénea y plural que admite la existencia, en su seno, de personas de muy diversa procedencia y aptitudes, con un sólo nexo de unión: Cristo revelado en las Escrituras. Es por eso que la Iglesia se organiza en departamentos, para que cada individuo, conforme a su sensibilidad, encuentre cauce o medio adecuado para su crecimiento personal y para participar en el objetivo final de presentar a Cristo a otros. En este contexto, es fácil entender y ubicar a AEGUAE. En el conjunto de la Iglesia coexisten, afortunadamente, muchos dones o habilidades. El cuerpo de Cristo, según el apóstol Pablo, está formado por muchos miembros. Todos somos importantes, pero nadie es imprescindible, excepto Cristo. En la medida que sepamos aprovechar todos y cada uno de los dones individuales que el Espíritu Santo aporta al conjunto de la Iglesia, la estamos enriqueciendo, embelleciendo, ilustrando, sanando, enseñando, rejuveneciendo, etc. Con la llegada de la última década del siglo XX, AEGUAE puede convertirse en una entidad adulta, que ejerza un papel aglutinador y dinamizador del universitario cristiano.
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Estimulando la investigación individual y propiciando la participación colectiva. Potenciando el crecimiento personal y social, base de un desarrollo equilibrado. Sería deseable también, que inicio, de una nueva década, los universitarios tomáramos conciencia de la necesidad de un compromiso personal. Comprometerse es la asignatura pendiente de un buen número de universitarios adventistas. Pero sin ella, la carrera está incompleta. Hay que armonizar ideas y acción, teoría y praxis, reflexión y compromiso. Reflexión sin compromiso es pura especulación. Compromiso sin reflexión es simple servilismo. No siempre es fácil pasar de las ideas a la acción; pero es la única vía que permite revalidar las primeras y da sentido a la última. La década de los noventa nos plantea muchos retos, individuales como universitarios y colectivos como Iglesia. En la medida que seamos capaces de darles respuesta adecuada, será claro exponente de nuestra validez y de la oportunidad de AEGUAE.
Dr. FERRÀN SABATÉ Cofundador y ex Presidente de AEGUAE
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ENTREVISTA A ROBERTO BADENAS No lleva reloj, porque en vacaciones quiere eludir su servidumbre. Dedica los atardeceres rojos a burlar la aridez del terreno que rodea el chalet en el que vive. Pero mientras maneja la azada o riega surcos, hace un alto para contestar nuestras preguntas. Abordamos asuntos tan diversos como escatología, organización de la Iglesia, efectos de la secularización o problemas de vivencia cristiana. Su sinceridad, elude el tópico, su independencia genera realismo. Su formación propicia alternativas. ¿Hay quién dé más?
¿Qué está leyendo ahora? Bueno, son varios libros a la vez: Papa del Mar, de Blasco Ibáñez (sobre la vida del Papa español Benedicto XIII); un libro muy interesante de François Varone, Ce Dieu censé aimer la souffrance, sobre la teología del sufrimiento redentor, analizando el valor de los méritos que para algunos dicho sufrimiento supone, y de ese Dios que debe ser aplacado por la sangre. Me parece un libro formidable, porque va hasta las últimas consecuencias implicadas por algunas afirmaciones teológicas muy tradicionales, pero que son poco éticas y escasamente cristianas, si las analizamos en profundidad. Es replantearse cómo nos salva Cristo (soteriología). Me parece que no hemos dicho la última palabra. También una novela en inglés (To kill a mockingbird) y un estudio de Víctor Frankl, El Hombre en busca de sentido, que desarrolla un nuevo acercamiento psicológico (diferente a los de Freud, Adler o Jung) al proponer una solución de los problemas personales, no sólo mediante la búsqueda en el pasado (psicoanálisis), sino a través de una proyección hacia el futuro: la logoterapia. Claro, me gusta leer cosas que no son de mi área. También he acabado un ensayo de Francesco Alberoni sobre la amistad, que tiene ese estilo antiguo (De Senectute, De Amicitia...). Hoy no se escriben libros así y es bonito encontrar vestigios vivos. ¿Qué suscita actualmente su interés en materia teológica? Sigo preocupado por la relación evangelio-vivencia cristiana: por ejemplo, el papel de la ley en la teología de la gracia, pero desde una perspectiva de la vivencia. Resulta una cuestión fundamental para los adventistas, porque somos casi los únicos que enfatizamos la ley. ¿Cómo entender y vivir la ley en una teología que no sea legalista? ¿Hay alguna receta para conseguir una vivencia religiosa inteligente, que potencie nuestro sentido crítico? ¡Ah...! Eso es muy difícil, pero absolutamente imprescindible. Hay que tender hacia ello, cada uno desde sus supuestos. Una fe que no sea inteligente no es fe auténtica. No creo en el valor de una fe que, deliberadamente, se niega a plantearse cosas. Porque entiendo la fe como una adhesión personal libre, y sólo me puedo adherir a algo (o a Alguien) que puedo aceptar. La fe puede ser ingenua, pero no tonta. Supongo que Dios nos ha dado la inteligencia para que la utilicemos. No sólo en nuestras relaciones con los demás o para sobrevivir, sino también para que la utilicemos con él o, quizá, principalmente con Él. Dios es el único interlo-
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cutor absolutamente válido y su creación también. Por eso, sobre Él (y ella) nunca habremos dicho la última palabra. Ni Dios tampoco. Es importante tener una actitud abierta, que no merme nuestra capacidad de aprender. Si la cerramos, al creer que ya sabemos todo, y nos sentamos encima de un tesoro para defenderlo con una ametralladora, estamos cometiendo un grave error de actitud. Prefiero la imagen de E. White, en que la verdad es como una mina de diamantes, en la que siempre se encuentran venas nuevas y siempre hay terreno para excavar más. Antes que poseer la verdad, prefiero aspirar a ser poseído por ella. Los adventistas ¿somos fundamentalistas, conservadores o inmovilistas? Hay una paradoja curiosa. Los adventistas empezamos siendo gente enormemente contestataria. Nuestros pioneros descubrieron que sus iglesias se habían hecho formalistas y leían en la Biblia lo que querían. Empezaron sacando a la luz verdades olvidadas. La escatología, o sea, la idea de que un día el mundo debe terminar, el sábado y otras muchas verdades bíblicas. Se trataba de cuestiones impopulares pero atrevidas, porque se enfrentaban a toda la tradición eclesiástica. El adventismo de los pioneros era un movimiento de reforma (ecclesia semper reformanda). La lástima es que, con el tiempo, la imagen de este buscador de diamantes se ha ido convirtiendo en la de un custodio de tesoros. Pienso que, por naturaleza, el adventista debería ser muy abierto, (frase de E. White: «siempre habrá nuevas cimas que escalar, nuevas verdades que comprender»); sin embargo, en la práctica, parece que estamos haciéndonos fundamentalistas en el peor sentido de la palabra. Es decir, conservadores a ultranza. Éramos innovadores en muchas cosas: en educación, en alimentación, en medicina... Parece que estos puestos de vanguardia nos dieron miedo. Y ahora nos atrevemos menos. A mí esto me preocupa. El adventismo era, en general, más dinámico hasta 1900, que ahora. En relación con el análisis que los adventistas hemos hecho sobre la secularización, se nos propone abandonar el concepto de iglesia fortaleza en un mundo rebelde, para postular un acercamiento constructivo (el ministerio de la identificación). ¿Qué cambiaría eso en nuestra forma de evangelizar? Sí, eso me parece muy importante: redescubrir la imagen de la sal de la tierra, la levadura en la masa... Pienso que muchos adventistas, bien intencionados, para evitar la contaminación del mundo, construimos torres de marfil (ya sean institucionales o personales) para tener las mínimas relaciones posibles con la gente de fuera. Los resultados de esta actitud son todos negativos. El convivir sólo entre nosotros provoca más conflictos internos y da lugar a complejos elitistas (somos los buenos; vosotros el mundo), etc. Descubrir que el cristiano sólo puede estar comprometido allá arriba si lo esta aquí abajo, resulta fundamental. Encontrar a ese Jesús que vive con la gente, a riesgo de ser malinterpretado, pero está donde hace falta, donde puede ayudar. Ésa es la única solución para que sobrevivamos, sin convertirnos en secta, vista como peligrosa, por ser ignorada. En teología del adviento, los adventistas hemos enfatizado siempre el «pronto», pero ese «pronto» no llega. ¿Cómo explicarlo? La mayor parte de los problemas en el adventismo vienen por el retraso (o aparente retraso) de la parousía. Hemos dicho, hace años, que jamás llegaría 1900, que no pasaría esta generación. Hemos jugado mucho con estas cosas, obsesionándonos con una noción fija
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de tiempo. Me parece peligroso y no muy bíblico, porque el texto Sagrado nos pone en guardia sobre la fijación de fechas y la especulación sobre la naturaleza de las prontitudes. Hay que velar, eso sí. Existe el peligro de empeñarse en establecer agendas del fin del mundo. Porque el encadenar un acontecimiento detrás de otro, no nos ayuda a estar alertas (que es la auténtica actitud adventista), sino que nos tranquiliza en la situación actual: aún no ha venido esto, andamos muy lejos de lo otro. Hemos leído con prisas y mal Mateo 24 y otros textos fundamentales en escatología, porque allí se indica que «cuando oigáis guerras y rumores de guerras, esperad, aún no es el fin». Lo que sí aparece asociado con dicho acontecimiento, es el que la gente esté «comiendo, y bebiendo casándose y dándose en casamiento, edificando» etc.; es decir, nociones que describen una vida normal. Parece que las guerras y calamidades son previas al fin. Hay pasajes que lo dicen muy claro: «cuando digan paz y seguridad...». Éste es el panorama del fin. Las cosas se arreglan, al menos en apariencia. Lo que hoy vemos, respecto al descenso de la tensión entre alianzas militares, es más bíblico que la hipótesis de las guerras espantosas entre dos bloques enfrentados. Las Escrituras hablan más bien de poderes que colaboran entre sí contra el resto de la descendencia de la Iglesia (la bestia y su imagen). Deberíamos rectificar muchas de nuestras afirmaciones, no porque la actualidad las desmienta, sino porque no son bíblicas. Además es mucho más relevante estar preparado siempre. A mí me parece que el pronto personal es más importante que el colectivo. Empobrecemos la segunda venida si la reducimos a un día: el Señor vendrá y todo esto se acabará de una vez. Cristo no vendrá sólo un último día a juzgar; Cristo regresa cada día a cada persona que le necesita. Así concluye el sermón escatológico de Jesús. La última gran parábola (las ovejas y los cabritos) es la de las grandes sorpresas: los que se salven, se sorprenderán totalmente de la base sobre la que han sido salvos, y lo mismo sucederá con los que se pierdan. En el fondo, «tuve hambre tuve sed, vine a vosotros y no me recibisteis». A veces, le hemos oído decir que la conciencia política juega un papel importante en el cristianismo. ¿Por qué deberíamos fomentarla o favorecerla? El ser humano es un homo politicus, lo quiera o no. Votar a favor de algo, en contra o inhibirte, viene a ser una respuesta política. Sobre todo cuando sabes que las abstenciones y los votos en blanco son capitalizados siempre. Yo comprendo que la Iglesia no quiere pronunciarse en favor de determinados partidos. Pero hay aspectos concretos que no tenemos por qué dejar que los solucionen otros. No es honrado. Evidenciamos mucho miedo de enfrentar algo que, quizás, tendríamos la obligación de hacer. Jesús fue probablemente ajusticiado por razones políticas, parcialmente falsas. Pero su predicación tenía implicaciones de ese carácter. La política es, al fin y al cabo, la gestión de la sociedad. ¿Por qué dejar que lo hagan los demás? No tiene sentido. ¿No puede haber Danieles en el siglo XX? ¿O fue un caso único que Dios no ha querido repetir? ¡Me extraña mucho! Daniel fue muy útil en Babilonia para el pueblo de Dios. Como Esdras y Nehemías, que consiguieron un decreto ley para salvar una minoría. Desde el punto de vista de los derechos humanos, ¿en qué medida era más digna de ser atendida la minoría de los judíos que cualquier otra minoría? Si surgieran vocaciones políticas entre nosotros, deberían ser muy loables, precisamente por lo difíciles.
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¿Eso supone luchar por un problema de justicia social aquí y ahora? Claro, pero buscando las buenas armas. Por eso no te puedes identificar siempre con las tácticas de ciertos partidos o grupos. Por ejemplo: nosotros, como adventistas, ganaríamos mucha credibilidad si nos pronunciáramos más ecológicamente. Esto lo digo sobre la base del mensaje de los tres ángeles. O sea, que mi base no puede ser más adventista. «Adorad a aquel que ha hecho el cielo, la tierra, el mar y las fuentes de las aguas». ¿Adorar se refiere sólo a guardar el sábado? ¿Cómo promover la adoración de un Dios creador si no sólo destruyo su obra, sino que me mantengo impasible ante los que la destruyen? Se favorece el respeto por cualquier artista cuando se protege su obra (pensad en la discutida mutilación de Gaudí). Sólo alcanzamos credibilidad al estimular la adoración de Dios como creador si promovemos el respeto de su obra. El hecho de que Él vaya a destruir un día el mundo-no justifica el que nosotros intentamos desmontarlo, cuanto antes mejor. El Apocalipsis nos dice que vendrá a destruir a los que destruyen la tierra. Deberíamos estar a la vanguardia también en esto. ¿Qué piensa de las lecturas morales que se hacen sobre el SIDA? Humanamente es casi inevitable: «¿Tú has hecho eso? Pues ahí tienes la paga». Esto me parece una actitud tremendamente cruel. También es injusta, porque no existe una relación matemática entre SIDA y culpa anterior. Todos los desquiciamientos físicos, a la larga, son efecto del pecado. Un pecado probablemente no personal, sino colectivo y acumulado. Pero como no es personal, no puedo lanzar la consabida censura a la cara de nadie. ¿Por qué es más culpable moralmente quien tiene el SIDA que quien tiene cirrosis hepática o un cáncer de laringe? Hasta que no nos sintamos más solidarios con el que sufre, no importa por qué causa, será que no conocemos de veras el amor de Cristo. Sufrir por causa propia es peor que cualquier otro tipo de dolor, porque implica, además, la carga de culpabilidad. El mensaje de la justificación por la fe es el de la desculpabilización. Tú no solamente puedes ser justificado de tus faltas reales, sino liberado de tus culpas. Con los enfermos de SIDA tenemos un ministerio muy importante, que se parece mucho al que Jesús desarrolló con los leprosos. La organización interna adventista, ¿refleja valores como la transparencia, la participación, el control no vertical de la gestión? Esos valores los tenemos en la teoría pero, en la práctica, hemos de reconocer que a algunos de nuestros administradores se les quedó, de la estancia en Egipto, la vocación de faraones. Es una pena porque nos descalifica, cuando, sobre el papel, nuestro sistema es muy bueno. A pesar de la excelente organización los personalismos acaban siendo muy importantes (especialmente en algunas personas). Yo he tenido la suerte de trabajar con gente en la que la transparencia, la participación, la horizontalidad, la colegialidad, te entusiasmaban. Pero también he tenido que trabajar con quienes ni siquiera entendían por qué eso era recomendable y muy ventajoso, incluso para ellos. Estas personas, con estas actitudes, sólo alcanzan a desacreditarse ellas lo más rápidamente posible y a desacreditar las instituciones para las que trabajan. El dirigismo y el verticalismo, incluso como táctica, son erróneos, porque todos sus fallos serán imputables exclusivamente a sus últimos responsables y a ellos solos. Como organización tenemos muchísimo que aprender, y mucho más que desaprender (como dice muy bien E. G. White). Jesucristo nos enseñó bastante cómo hacerlo. Nos dijo que
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no imitemos a los grandes de este mundo y que nuestra única preocupación ha de ser servir. Servir desde un puesto y no servirse de un puesto. Creo mucho en que el poder corrompe, y el absoluto, absolutamente. Cuanto más poder acumule alguien, más corrompido le saldrá el asunto, por poco que quiera. En cuanto a nuestra vivencia, y aunque suene tópico, ¿por qué no pintarse? ¿por qué no ir al cine? ¿por qué no bailar? Sí, la gente seguirá planteándose estas cuestiones, sobre todo si se le responde que «porque no» o «porque el manual de Iglesia lo dice así». Ese tipo de respuestas no tiene ningún valor. Ni ningún joven inteligente las acepta. Pienso que nosotros, como adventistas, hemos estimulado a la gente para que no se fíe de la autoridad de sus iglesias y desconfíe de toda autoridad absoluta. El libro La Educación se abre con aquella famosa frase según la cual «formar es propiciar mentes que no sean meras reflectoras del pensamiento de otros». Eso que nosotros defendemos como valioso, no siempre lo practicamos. Tenemos una juventud, en algunos casos, muy boba, fofa, blanda o pasota porque con ella no lo hemos puesto en práctica. No les hemos entrenado a pensar, sino a estar callados y no molestar. Hay que dar respuestas válidas. Y muchas de sus preguntas, no tienen respuestas simplistas válidas. Ni en la Iglesia, ni fuera. Otras sí. Hay que contestar con explicaciones adecuadas, y nada más. ¿Por dónde irían esas respuestas válidas? A mí me gustan mucho los criterios de Pablo. Debemos leer nuestros Corintios para aprender a gestionar estos problemas. Pablo dice que «todo me es lícito». En sí mismas, muchas cosas, no son buenas ni malas. No podemos seguir diciendo la TV es mala, el cine es malo..., sino que es bueno o malo el uso de las cosas. Pablo lo decía ya: «Todo me es licito, pero no todo conviene». El proponer los criterios de conveniencia, de edificación y de libertad. Todo me es lícito, pero yo no me dejaré sujetar por nada. ¿Qué toma de posición me deja mayor margen de libertad? Si te drogas, haces un acto de libertad pero, después, ¿eres más menos libre que antes? Si menos, es que has cometido una falta contra la libertad. En la escala de valores cristiana, eso no es bueno. Se ha perdido libertad, luego esa actitud es condenable. Entre los contenidos que deben estudiar los futuros pastores españoles, ¿echa de menos alguna asignatura? Bueno, yo estoy ahora en un consejo en el que estamos revisando precisamente eso. Lo hacemos basándonos en el perfil de pastor que el campo necesita y las áreas en las que se detectan lagunas. Estamos en período de revisión. Período, por cierto, que debería durar eternamente, al menos mientras los pastores fuesen necesarios. Vivimos en una sociedad muy cambiante y las necesidades varían. El pastor debe predicar bien y evangelizar bien; pero eso no basta. Debe saber resolver conflictos (psicología pastoral),pero eso tampoco basta... Me parece muy importante una Filosofía de la religión y una Sociología de la religión. Esto es muy importante, no sólo para pastores, sino también para administradores. Si se estudiase, concretamente, la sociología de nuestros contemporáneos (como está empezando a hacerse en Andrews) no nos empecinaríamos, en fórmulas de evangelismo poco adaptadas a sus posibles destinatarios.
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¿Hay algo que desearía compartir con los universitarios adventistas y que no le hayamos preguntado? Yo quisiera que cada vez hubiera más universitarios adventistas y más adventistas universitarios, y que se sintieran cada vez más a gusto en la Iglesia. Pero para eso no deben esperar que la Iglesia les dé en bandeja lo que ellos desean. Tienen que hacérselo ellos. Yo estuve en el grupo fundador de AEGUAE en España y sé que si no lo hubiéramos hecho cuatro o cinco no se habría realizado nunca. La administración tiene otras cosas que hacer y, además, para un intelectual, desde el momento en el que te lo imponen, ya no te interesa. Pienso que AEGUAE es un canal importante, que me ha hecho muchísimo bien y que puede hacerlo a mucha gente. Los universitarios deberían luchar por conseguir una Iglesia mejor. Lo bueno y lo verdadero siempre se impone por sí mismo. Sueño con una Iglesia plural, que no evolucione en el sentido de una secta marginada, sino como un fermento en la masa, un movimiento abierto, que relativice toda clase de barreras (incluidas las denominacionales). Una Iglesia cada vez más parecida a Jesús, su fundador. La Iglesia necesita muchos universitarios. Desde siempre los necesitó. Jesucristo no los encontró en Nazareth, ni en Galilea, por eso lo que hizo fue llamar a Pablo de Tarso (que era universitario). Una Iglesia que es conservadora por deformación, pero liberal por vocación, necesita universitarios. Y ellos necesitan, en la iglesia, el apoyo de gente con celo (por ejemplo, misionero) que ellos no tienen tanto. Pero sus ideas son fundamentales para que la iglesia haga otras cosas, además de las que ya hace. E. G. White dice que una mente inteligente y bien entrenada para el Señor puede hacer mucho más que una poco preparada, y eso es una evidencia en sí misma. Considero como ideal universitario a Jesucristo mismo (que era un enorme intelectual) y a Pablo, hombre misionero, que escribía, y leía enormemente, pero que privilegiaba, ante todo, las relaciones humanas. Estamos en buena compañía si trabajamos así. Poniendo más inteligencia y amor podemos darle otra cara a la iglesia. En el fondo, se trata de poner el espíritu al servicio del Espíritu...
DR. ROBERTO BADENAS Decano Faculté Adventiste de Téologie de Collonges-Sous-Salève, Francia
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ENSEÑAR VALORES: ¿OTRO LADRILLO EN EL MURO? Formar en los valores, puede reducirse a una obsesión por aspectos absolutamente superficiales. Evitarlo, es nuestra responsabilidad
No es fácil crecer en nuestro mundo. Ni tan siquiera en el primero. En el tercero no se dan las mínimas necesidades fisiológicas que Maslow catalogó en el primer escalón de su pirámide. En nuestro mundo (no sé si el primero o el último) el río de informaciones, provenientes de todos los medios, son contradictorias. Los más jóvenes observan un mundo fragmentado, casi roto, a veces amenazador. No resulta fácil ensamblar sus piezas para subsistir, tomar decisiones juiciosas y vivir. Los valores afectan toda nuestra existencia. Nos definen como personas. Pueden hacernos felices. También pueden acabar con nosotros. Todas nuestras decisiones se hallan bajo su influjo y configuran todo nuestro yo. Una de las mayores necesidades consiste en encontrar un significado y un orden en el medio social en que conviven esos valores.1 Pero, en ocasiones, lo tenemos crudo. Iván el terrible Debe de tener ahora 13 años. Seguramente estudiará en un colegio público de Mataró, pero, hasta hace dos años, estuvo matriculado en otro, de administración privada y con plena subvención. Sus padres le habían regalado un pendiente, un pendiente que hirió profundamente la sensibilidad moral de los principios educativos de la escuela que lo acogía. Ante semejante terrible conducta, la directora llevó el caso al Consejo Escolar. Prohibición. Pero Iván, terco, no se avino a imposiciones del tipo. La bondad de la señora admitía el pendiente hasta el umbral del centro forjador de caracteres. Dentro, que se lo guarde. Fuera, que se cuelgue lo que quiera. Pero Iván no lo entendía. No hubo pacto.2 En otros centros también hubo quien no entendió por qué un centímetro menos de falda era sancionable, por qué no los rotos en los vaqueros, por qué ni hablar del pelo punk o las camisetas sin mangas. Y cada uno vio su propio mundo dividido. Se encalan las paredes Perdonad mi ignorancia. Uno nunca sabe hasta dónde llegan los derechos de libertad individual y dónde comienzan los del reglamento y demás tutores-instructoresformadores. Quizá se crean guardianes del bien y del mal. Pero, ¿y si la educación viviera de espaldas a su alumno, a quien pretende formar? ¿Podría ser que las normas que intentan protegerlo de las nefastas influencias del mundo acaben siendo tan sólo una mano de pintura en su fachada moral? Es curioso que los largos inventarios de interdicciones fundamentalistas sólo aparezcan ante pendientes, anillos, cortes de pelo y demás órdenes externos. El esfuerzo y el trabajo razonable y sistemático en la formación y clarificación de valores no cuenta tanto como un cutis limpio o un blanqueo de fachada. A todos nos preocupó más, desde siempre, la disciplina aparente que la higiene interior. No importan tanto los principios, ni la basura que escondemos debajo de la alfombra. Yo creía que la moral hablaba más de verdad, libertad, respeto, honestidad y comprensión. Quizás estuve enfermo el día que la explicaron en el colegio. Al parecer, el asunto no es sólo contemporáneo. Lo dijo Él hace mucho: «... hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres...»3
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Ahora se habla del declive de los valores facilitados por el cristianismo. A lo peor es porque las normas morales de muchos de sus defensores han sido la expresión más clara de la hipocresía. «... limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.»4
JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ MORENO Ldo. en Pedagogía Alicante, 13 de marzo de 1990
NOTAS 1
SARRAMONA, J. Cómo fomentar los valores individuales. Edic. CEAC, Barcelona, 1984, pág. 9. CAIVANO, F. Iván el terrible, el pendiente maldito y la honorable directora. Comunidad Escolar, 3 de febrero de 1988. 3 Mateo 23: 5 4 Mateo 23: 26 2
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ENCUESTAS SOBRE ESCATOLOGÍA El director de El País citaba recientemente a Toynbee, para asegurar que la historia estaba otra vez en marcha. ¿Cómo interpretar esa aceleración de acontecimientos a la que asistimos? ¿Tienen alguna relevancia para los que vivimos concernidos por el adviento? Profesores y teólogos adventistas valoran, seguidamente, la cuestión.
A la luz de la escatología adventista, ¿cómo interpreta los siguientes acontecimientos históricos? a) La unificación alemana. b) La unidad política europea (Anteproyecto de Luxemburgo, junio’90). c) El posible fin de las alianzas militares (OTAN, Pacto de Varsovia). d) El resurgimiento del integrismo islámico. e) El importante papel del Papa en la evolución de los países del Este de Europa.
RESPUESTAS DE ROBERTO BADENAS a) Como un obstáculo más a la unidad política europea. Una gran potencia alemana desequilibra el ya precario equilibrio de fuerzas entre los miembros de la CEE. b) Un gran paso hacia una supraestructura global, en la que el totalitarismo: es cada vez más fácil de implementar internacionalmente. c) En el esquema político del mundo en los tiempos del fin, el Apocalipsis no habla nunca de dos bloques enfrentados sino de dos bestias que se ayudan mutuamente. d) Un ejemplo muy visible de lo que son capaces de llevar a cabo los otros integrismos más cercanos a nosotros y, en particular, los cristianos. e) Una señal entre otras de que la herida está en una vía de curación cuya rapidez puede sorprendernos y dejar obsoletos nuestros calendarios (o agendas) tradicionales del «fin de los tiempos». RESPUESTAS DE MIGUEL ÁNGEL ROIG a) A pesar de que políticamente es un hecho de suma importancia, escatológicamente hablando lo considero un hecho irrelevante. Téngase en cuenta que la Alemania unida será la misma Alemania de 1945, incluso más pequeña que aquélla. Si antes de la Segunda Guerra Mundial la importancia escatológica de Alemania no era tenida en cuenta, no veo por qué hay que modificar esta idea.
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b) Faltan todavía muchos pasos que dar para alcanzar la unidad política. Pero aun en el caso de que dicha unidad política se alcanzase, todavía quedarían países europeos que no estarían integrados en ella. Pero, en el hipotético caso de que toda Europa se uniera políticamente, Europa no es el mundo entero y por lo tanto es muy difícil hablar de un imperio mundial. Pienso que el mensaje de Daniel 2, referente a la imposibilidad de un imperio mundial, permanece vigente. c) Un ejemplo patente de que las grandes uniones son difíciles de sostener. d) Me parece un hecho sumamente preocupante. La Biblia, la Historia y la realidad nos muestran que cuando hay una colaboración estrecha entre el poder político y religioso, el pueblo de Dios siempre sufre y la intolerancia se pone de manifiesto. El integrismo islámico, lo mismo que cualquier otro tipo de integrismo religioso, no es bueno. e) En la evolución de los países del Este han tenido influencia la Iglesia Católica y también otras iglesias. En Alemania Oriental, Checoslovaquia y Rumania ciertos pastores protestantes también jugaron un papel importante. Pero el papel del Papa también es importante en otros países. La profecía habla del resurgimiento del poder papal y de puntos de convergencia con el protestantismo oficial lo cual nos debería llevar a permanecer con los ojos muy abiertos. RESPUESTAS DE JUAN MARÍA TELLERÍA a), b) y c) No es incompatible nada de esto con Daniel 2. En general se ha hecho una mala lectura de este capítulo. Expertos adventistas en escatología,1 desde una cierta perspectiva, indican que lo que allí se predice es que nunca habrá una unión real y definitiva entre los poderes políticos (hierro) y el poder religioso (barro). Éste es el comentario que E. White hizo en cierta ocasión a Daniel 2.2 No se opone la Biblia a una especie de superpotencia mundial. Tampoco se puede afirmar que la prediga. Lo que sí predice es una guerra hasta el final entre los poderes políticos y el poder religioso. (Comparar Daniel 11 -rey del Norte, rey del Sur- o Apocalipsis 17:16). d) A decir verdad, no lo veo en la Biblia por ningún lado. Hoy por hoy, al menos. e) La figura del Papa como elemento aglutinante de sentimientos religiosos es algo de acuerdo con la Profecía Bíblica. Pero esto no está en contradicción con lo que decía en la primera respuesta. Es muy posible que el Papa, como figura carismática, llegue a arrastrar multitudes, e incluso intentar manipularlas. Pero no hay que excluir que el mismo Papa puede ser, a su vez, manipulado por fuerzas e intereses políticos. Cuando en Apocalipsis 13 se dice que la bestia recibe poder, es principalmente espiritual, no político. Es más, una lectura atenta de ese mismo capítulo nos puede llegar a descubrir que la bestia segunda es en realidad la protagonista, no la primera. RESPUESTAS DE MARIANO GÓMEZ a) La importancia de este hecho viene determinada por dos factores. El primero es el desmoronamiento del comunismo y el bloque soviético con todas sus implicaciones: políticas, económicas, religiosas, etc... El hecho de que el ateísmo marxista haya fracasado como ideología supone vía libre a los propósitos de la Iglesia Católica, aunque también una posibilidad como nunca antes a la predicación del «evangelio eterno». En segundo lugar, la formación de una Alemania unida en una Europa Unida. Si aquélla fue derrotada en la Primera y Segunda Guerras Mundiales, ahora puede salir vencedora con una alianza política y económica.
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b) Si bien, la profecía de Daniel 2 nos presenta la imposibilidad de una Unión Europea bajo la forma de un imperio mundial, también es cierto que Apocalipsis 17:12 plantea una unidad de Estados en torno al papado inmediatamente antes de la venida de Cristo. Todo esfuerzo que prepare el escenario para este acontecimiento (la unidad europea), nos acerca de forma vertiginosa al fin. c) No creo, en principio, que sea relevante para el cumplimiento de la profecía, excepto en lo que se refiere a la paz y la seguridad. Hemos pasado de una década de guerra fría y carrera armamentista desenfrenada a una posición de deshielo, de cooperación, de entendimiento, amistad, unidad, paz y seguridad. d En el panorama actual, de cambios políticos y distensión mundial, solamente se intuye un peligro a largo plazo: el creciente poderío del integrismo islámico y su progresiva expansión por distintos países como Asia, África y Oriente Medio. Desconozco si este poder está reflejado en alguna profecía, pero intuyo que puede estarlo, ya que es importante y significativo, sobre todo para el antiguo pueblo de Dios: el Estado de Israel. e) La larga espera activa del Vaticano ha sido recompensada con creces. La política desarrollada pacientemente a lo largo de décadas ha dado sus frutos. A partir de ahora todo encaja mucho mejor en el rompecabezas de la profecía. Resulta evidente que, de ahora en adelante, al menos a primera vista, el avance del papado para situarse en la hegemonía mundial va a ser un camino de rosas y, además, imparable.
NOTAS 1 2
Manuel Abós Padilla y David Gullón. Comparar Vol. IV del Comentario Bíblico Adventista, comentario sobre Daniel 2.
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