BOLETÍN AEGUAE OCTUBRE 2011 - Joel Mañé

Page 1

Octubre de 2011

Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España

El lado correcto de la barca Texto: Joel Mañé Berbegal. Estudiante de Ingeniería informática.

C

uando me puse a preparar este tema, sin saber sobre qué hablar inofensivo, más indefenso y vulnerable; que un recién nacido? Y aun así, y pensando un poco en el debate que agita la sociedad de muchos cuantísimo potencial lleva dentro, cuantas cosas será capaz de conseguir países en estos momentos, me vino a la cabeza (sin saber dónde cuando se desarrolle. En este caso, un niño llevaba en sí el poder de redimir lo había escuchado) el lema “Sal del mundo”. Según como lo veamos, si a la humanidad y restaurar el equilibrio en el universo. tomamos “sal” como verbo lo podemos entender como que no formamos Una pizca de sal, un niño pequeño. Un puñadito de levadura que cambia parte del mundo, que somos especiales, apartados; y al mismo tiempo, si la estructura del pan. Una semilla de mostaza, la más pequeña de las lo tomamos como sustantivo, podemos entenderlo como que somos ese semillas, que da lugar a un árbol en el que los pájaros podrán anidar. En componente que da ese sabor, ese toque que es necesario para mejorar el mundo que Dios creó, todas las cosas, por pequeñas que sean, pueden el gran plato que sería el mundo. alcanzar propósitos muy elevados. Si os fijáis, la sal es un simple mineral, pero aun en pequeñas cantidades Cambiando un poco de tema, quiero compartir dos historias muy papuede hacer cambios drásticos en el lugar donde la eches. Por supuesto, recidas. La primera está en Lucas 5: la cantidad que eches en la comida puede darle un gusto sabro«En cierta ocasión estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret y la so o estropearla si te pasas. Si echas sal en la tierra, nunca gente se apiñaba a su alrededor deseosa de escuchar la palabra No más crecerá ninguna planta allí. Y fijaos cuan perfecta y de Dios. Atracadas a la orilla, Jesús vio dos barcas. Los pescaparecía precisa es la creación divina: en los océanos hay un 3’4% dores habían descendido de ellas y estaban lavando las redes. de sal, exactamente el mismo porcentaje que en nuesSubiendo a una de las barcas, rogó a su dueño, Simón, que sensato perder tro torrente sanguíneo. Si en los océanos o en nuestra la apartara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, sangre hubiese un 2% o un 4% de sal, no habría vida en tiempo echando las y desde allí estuvo enseñando a la gente. Cuando acabó su el planeta Tierra. discurso, dijo a Simón: redes por ahí... ¡El potencial de las cosas pequeñas! –Remad lago adentro y echad las redes para pescar. En Isaías 9:5 encontramos este texto: «Pues nos ha naSimón le contestó: cido un niño, un hijo nos es dado: trae el señorío encima de sus –Maestro, hemos pasado toda la noche trabajando y no hemos hombros, y tiene como nombre: Consejero Admirable, Héroe Divino, pescado nada; pero, puesto que tú lo dices, echaré las redes. Padre Eterno, Príncipe Pacífico.» Así lo hicieron; y recogieron tal cantidad de pescado que las redes estaban ¿Puede haber algo más pequeño que un niño? ¿Os imagináis si esto que a punto de romperse. Entonces avisaron por señas a sus compañeros, para dice Isaías se lo dijésemos a unos padres hoy día? ¿Os imagináis la cara que vinieran a echarles una mano. Llegaron ellos y llenaron las dos barcas, de incredulidad de María y José cuando pastores y sabios se reunían en hasta el punto que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas un pesebre para adorar a un recién nacido? ¿Qué ser humano es más delante de Jesús y le dijo: –Señor, apártate de mí, que soy un pecador. Y es que el temor los había invadido a él y a todos sus compañeros a la vista de la gran redada de peces que habían capturado. Pero Jesús dijo a Simón: –No tengas miedo. Desde ahora serás pescador de hombres. Y después de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús.» La segunda se encuentra en el capítulo 21 de Juan. Después de la resurrección de Jesús, siete de los discípulos estaban a la orilla del lago de Tiberíades, y Pedro dijo que se iba a pescar, a lo cual los otros le dijeron que iban con él. «Salieron, pues, y subieron a la barca; pero aquella noche no lograron pescar nada. Ya amanecía cuando se presentó Jesús a la orilla del lago, aunque los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: –Muchachos, ¿habéis pescado algo? Ellos contestaron: –No. Él les dijo:–Echad la red al lado derecho de la barca y encontraréis pescado. Así lo hicieron, y la red se llenó de tal cantidad de peces, que apenas podían moverla. sigue >>

En este número • El lado correcto de la barca • Noticias Café Hispano

• Convención AEGUAE 2011: Amor en tiempos de tregua


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.