BOLETÍN AEGUAE SEPTIEMBRE 2011 - Joel García, Andreu LLorca, Casandra Mincinoiu, Elias Sabetay

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Agosto-septiembre de 2011

Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España

UniDiversia... testimonios Joel García Prieto

21 Años. Estudiante de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto. Al comenzar la universidad, todo son expectativas, incertidumbre, quién sabe. Según acababa las clases, me iba a la biblioteca. Allí conocí a una chica con la cual poco a poco fui haciendo amistad. Ya no recuerdo cómo comencé a hablarle de Jesús, tal vez fuera cuando me preguntaron si creía en Dios, o cuando di alguna explicación de lo que había estado haciendo el sábado o de por qué los Adventistas no comemos algo. Como solíamos pasar tiempo lejos de otras conversaciones que nos interrumpieran, me sentí cómodo para hablar. Recuerdo que lo primero acerca de lo que hablé fue de la Creación, de cómo no había sido exactamente una manzana, de cómo la gente se equivoca al decir que el pecado fue de Eva, porque fue de ambos. Con el tiempo le hablé de las grandes mentiras como que el alma es inmortal o que el domingo es el día de guardar. Me enteré de que en Bilbao se iban a hacer unas “jornadas” con Gustavo Squarzon y decidí invitarla; sorprendentemente asistió. Le gustó y le conmovió mucho el evento. Habló con mucha gente, vio en nosotros algo que ella no tenía. Ahora la cosa ha quedado ahí. Le hemos ofrecido dar estudios bíblicos y de momento estamos orando por ella. No podemos hacer más pues es obra del Espíritu Santo llamarla y convencerla, al igual que con todos nuestros conocidos. La universidad no sólo es un lugar de estudio. Es una plataforma de comunicación. En todas partes hay personas con interés sincero, doy gracias al Señor por permitirme el privilegio de hablar de Él. “La mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” (Mateo 9: 37, 38).

Elías Sabetay Fustero

20 Años. Estudiante de Economía. “Sabemos además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien.” (Romanos 8: 28). ¿Alguna vez has desconfiado de esta promesa? ¿Cuántas veces has pensado que este texto para ti es incorrecto ya que es imposible que lo que te pase te ayude a bien? Te voy a contar una experiencia real, para que veas que aunque parezca que todo va mal y que aun Dios te ha dejado a un lado, Él siempre está ahí para cambiar vidas y para ayudar a todos. Esta era una familia que vivía en un piso normal, y en ese piso vivían los padres, dos hijos, y la abuela. Esta familia tenía un “problema”: la abuela no se podía mover de la cama debido a varias enfermedades, una de ellas, osteoporosis. Esta familia no lo pasó muy bien que digamos los 5 años que estuvo la abuela en cama, ya que tenían que cuidarla, bañarla, darle de comer y ayudarle con todas las tareas que hacemos habitualmente. Tristemente, cuando se le hacían las cosas lo único que podía hacer era gritar por el dolor. Uno de sus nietos se preguntaba muy a menudo por qué Dios permitía esa situación, y estuvo 5 años haciéndose esa pregunta. El chaval pensaba: “¿Por qué no puede recuperarse y dejar de sufrir, o simplemente, ya que tenemos una esperanza, que se la lleve Dios a descansar”. En ese momento la promesa de que si amas a Dios todo ayuda a bien, simplemente no la podía entender. La respuesta a esta promesa llegó cuando venían las visitas a ver a la abuela. La mujer tenía una fe en Dios que, sin saber cómo, te sacaba siempre temas muy interesantes sobre la Biblia, el espíritu de profecía, y conversaciones sobre Dios, además de las experiencias fascinantes que contaba. Cada persona que iba a visitar a esta señora, salía con mejor ánimo del que entraba. Esta persona no solo ayudó a las personas que iban a visitarla, sino también a la propia familia, fue un ejemplo para todo el mundo que la conoció y su incapacidad ayudó a animar y evangelizar a las personas que la rodearon. Ahora mi pregunta es: ¿hay alguna situación en la que Dios no te vaya a ayudar si confías en Él? Si piensas que sí la hay, debo decirte que estás pensando erróneamente, confía en Dios sea cual sea tú situación. ¡¡Él SIEMPRE te ayuda a BIEN!! “Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti regocijen los que aman tu nombre.” (Salmo 5: 11).

En este número • UniDiversia: Testimonios • Noticias: Café Hispano

• made in CREATIVO: • XXXVII Convención AEGUAE: Amor en tiempos de tregua


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