Crezco con la Biblia-1

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CREZCO CON LA BIBLIA ... y encuentro mi tesoro Serie Mi Biblia, mi tesoro

Textos:

Esther Villanueva

Ilustraciones: Ferni

Diseño:

Daniel Nieto Es un proyecto de Aula7activa, editora digital de AEGUAE (Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España), en colaboración con el Ministerio de la Infancia de la UAE (Unión Adventista Española).

Edita: AULA7ACTIVA-AEGUAE Barcelona, España E-mail: redaccion.aula7activa@gmail.com / info@aeguae.org Web site: www.aula7activa.adventista.es / www.aula7activainfantil.blogspot.com /www.aeguae.org Primera edición en español, 2021 Es propiedad de: CC BY-NC-ND 2021, Esther Villanueva CC BY-NC-ND 2021, Aula7activa-AEGUAE, en español para todo el mundo Todos los derechos reservados al autor y los editores. BY: La reproducción total o parcial de esta publicación requiere la atribución de la obra a su autor y editores. NC: La obra no puede ser utilizada con fines comerciales. ND: No se permite modificar de forma alguna la obra, es decir, los archivos informáticos de la obra no pueden ser manipulados bajo ningún concepto.

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Para los padres

¿Cómo usar este libro? FECHAS DE LAS LECCIONES

Si usas las lecciones como material de escuela sabática, utiliza como referencia la fecha de las lecciones de tu material de escuela sabática para adultos. APARTADO PARA LOS PADRES

El cuadro sombreado que aparece al principio de cada lección es un cuadro de orientación para los padres. No es un texto para los niños. Lo que tu hijo debe aprender En cada lección debemos sacar alguna aplicación o enseñanza para la vida de los niños. Nosotros proponemos una o varias ideas principales. Lo maravilloso de las historias bíblicas es que podemos sacar muchas enseñanzas de un solo texto. Busca en la historia aquellas que más se adecúen a ti y a tus hijos. Lo que tu hijo debe recordar Si optas por contar la historia con tus propias palabras vas a encontrar una serie de preguntas que te van a ayudar a hacer énfasis en algunos aspectos del relato. No están redactadas para que «examines» a tu hijo. No son preguntas para que tu hijo conteste, son para guiarte. Referencia bíblica

Te damos el texto bíblico en el que hemos basado la historia. Muchas veces encontrarás que el texto cuenta muchas más cosas de las que hemos escrito. Hemos intentado adaptarlo a las capacidades de comprensión e interés de los niños. Para tu reflexión personal Te presentamos algunas citas que te puedan ayudar en tu labor educadora. No están pensadas para compartir con los niños. MATERIALES PARA HACER Al final de cada libro encontrarás las plantillas de las actividades manuales que proponemos cada semana. Son materiales para ser realizados por adultos, aunque si permites que tus hijos participen va a ser mucho más divertido. Usa estos materiales que has construido como apoyo lúdico para contar la historia. VERSIONES DE LA BIBLIA Hemos utilizado la versión Nueva Reina Valera 2000. Cuando se utiliza otra versión, se indica. TLA Traducción en lenguaje actual DHH Dios habla hoy PDT Palabra de Dios para todos

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Consejos • Puedes leer directamente el texto que os hemos propuesto o contarlo con tus propias palabras. • Deja que tu hijo se acostumbre a verte con la Biblia en las manos en tus momentos devocionales. • Busca un momento del día tranquilo tanto para ti como para tu hijo, a ser posible, siempre a la misma hora y que no interfiera con otras actividades. • Si tu hijo así lo quiere, deja que «personalice» el material con sus dibujos, que lo coloree, que pegue pegatinas... • Puedes utilizar otros libros ilustrados que tengas a tu disposición mientras le cuentas la historia pero, para estudiar la escuela sabática, asegúrate de que son fieles al texto bíblico. • Utiliza recuerdos de cosas que os han pasado y que tengan que ver con el tema de la lección. • Aprovecha cada vez que tengas ocasión de hacer comentarios pertinentes acerca de las lecciones: en las comidas cuando hablamos de alimentos, en los paseos cuando veis animales o plantas, cuando veis la televisión, cuando jugáis con las construcciones u otros juguetes, cuando hacéis dibujos o modeláis plastilina... • Busca siempre comentarios en positivo. Es preferible felicitar a tu hijo por lo bien que ha obedecido que decirle lo triste que está Jesús porque ha sido desobediente; es preferible contarle lo bueno que son los alimentos sanos que no lo enfermos que podemos ponernos si comemos muchos dulces; hacerle sentir lo felices que somos viviendo con Jesús que no las cosas malas que nos pueden suceder. • Cuando lo acuestes, acuérdate de hacer algún comentario a lo estudiado ese día, de dar las gracias y de pedir a Jesús que nos ayude y nos cuide. • Haz que cada sábado sea un día especial de fiesta: ropa especial, comida «de sábado», sorpresas, juguetes y juegos divertidos y entrañables. • Conservad este material para los próximos años. Si deseáis repetir las actividades manuales propuestas podéis descargaros un juego desde www.aula7activainfantil.blogspot.com

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La creación

Lección

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«EN EL PRINCIPIO DIOS CREÓ LOS CIELOS Y LA TIERRA» Génesis 1: 1

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Dios hizo un mundo hermoso porque me ama. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Qué cosas hizo Jesús? • ¿Qué había antes? • ¿Cuántos días tardó? • ¿Cómo se llamaban las primeras personas? • El mundo es un regalo de Dios para las personas. Referencias bíblicas:

Para hacer el domingo Vamos a preparar una imagen que iremos completando cada día de esta semana. Colorearemos el fondo e iremos recortando y pegando los demás elementos al estudiar cada día la escuela sabática (ver anexo de actividades). Hoy explicaremos a los niños que esta semana vamos a ver cómo hizo Dios nuestro planeta. A esta edad todavía les cuesta un poquito distinguir entre los objetos naturales y los creados por el hombre. Por eso podéis hacer un juego en el que nombráis distintos objetos y vuestros hijos dirán si los hizo Jesús o los seres humanos: plantas, coches, casas, agua, mesa, aire, sol, libros…

Génesis 1 Para tu reflexión personal: «Para el niñito que aún no es capaz de captar lo que se enseña por medio de la página impresa o de ser iniciado en la rutina del aula, la naturaleza presenta una fuente infalible de instrucción y deleite. El corazón que aún no ha sido endurecido por el contacto del mal, es perspicaz para reconocer la Presencia que penetra todas las cosas creadas» (Ellen G. White. La educación, pág. 100).

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Jesús Para leerNace el lunes L

a Biblia nos dice que hace mucho tiempo, en la Tierra, no había nada.

Todo estaba oscuro, no se oía ningún ruido, no había árboles, ni pájaros, ni flores. Tampoco había niños ni personas mayores. Pero eso a Jesús no le gustaba y decidió crear un mundo en el que vivieran niños y niñas con sus papás y mamás y que todo fuera muy bonito. Un día, Jesús habló y dijo: —Que haya luz. Enseguida hubo luz. Al tiempo en que había luz, lo llamó día. Y al tiempo cuando la luz se iba y se quedaba oscuro, lo llamó noche. Así, durante el día podríamos jugar y por la noche descansar e irnos a dormir. Y a Jesús le pareció que estaba muy bien. En el segundo día hizo el cielo para que pudiéramos tener aire para respirar. Era un cielo azul, precioso y limpio. Y a Jesús le pareció que estaba muy bien. Al tercer día Jesús quiso que hubiera algún lugar por donde poder caminar. Así que mandó que hubiera tierra seca. De repente, el agua comenzó a juntarse formando ríos que saltaban entre rocas, mares con playas de arena suave y lagos limpios y transparentes. Y donde no había agua apareció la tierra seca. Ahora que también tenía tierra seca ¿qué haría? Dijo Jesús: —Que haya hierba, flores y árboles. Y así fue: de la tierra brotó hierba verde y fresquita; aparecieron flores de todos los colores y crecieron árboles preciosos con frutas dulces y ricas, y que nos dan sombra en el campo. ¡Qué bonito estaba quedando este mundo! Y a Jesús le pareció que estaba muy bien.

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súsPara eJ eleer caN el martes C

uando llegó el cuarto día, Jesús miró al cielo y estaba vacío. Todo era de un color azul precioso, pero no había nada en él. Entonces pensó que quedaría muy bonito poder ver el Sol, la Luna y las estrellas. Así que Jesús dijo: -—Que brille el Sol durante el día y la Luna y las estrellas por la noche. Enseguida apareció el Sol redondo y brillante para iluminar el día y la Luna y las estrellas en el cielo de la noche. Y a Jesús le pareció que estaba muy bien. En el quinto día, Jesús miró el agua, pero no había peces que vivieran allí. Entonces dijo: -—Que haya peces en el agua. En los ríos, en los lagos y en todas partes del mar aparecieron pececillos pequeños y pecezotes grandotes que jugaban y saltaban. Cuando miró a los árboles y al cielo vio que tampoco había pájaros y dijo: —Que haya pájaros. Entonces aparecieron pájaros de colores que cantaban en las ramas de los árboles y que volaban por el cielo. Y a Jesús le pareció que estaba muy bien.

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Jesús Para leer elNace miércoles E

n el sexto día, Jesús pensó en hacer otros animalitos para que caminaran sobre la tierra. Entonces dijo: —Que haya animales en la tierra.

Y por todas partes aparecieron perros, gatos, ovejas, leones, cebras, osos, conejos, tigres y jirafas. Y todos los animales que te puedas imaginar. Ahora sí. Ahora la tierra ya estaba preparada para que vivieran las personas. Así que Jesús tomó barro y modeló con sus manos una figura de persona. Luego le sopló en la nariz. Y ¿sabes lo que pasó? ¡Estaba vivo! De repente empezó a mover las manos y los pies. Abrió los ojos y... ¡vio a Jesús! Jesús nos hizo con sus propias manos y luego nos dio la vida. Y a Jesús le pareció muy, pero que muy requetebién. Las primeras personas de este mundo se llamaron Adán y Eva. A Adán y a Eva les gustó mucho la casa que Jesús les había preparado. Lo llamaron el Edén. En esa casa serían muy felices. Y Jesús se sintió muy, muy feliz. Adán y Eva fueron las primeras personas que vivieron en el mundo hecho por Jesús. Ahora todos los niños y niñas, los papás y las mamás tenemos un mundo precioso que Jesús hizo para nosotros.

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sPara úseJ hacer ecaN el jueves Ayudad a Adán y a Eva a encontrarse.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Un día con Jesús «RECUERDA QUE EL SÁBADO ES UN DÍA ESPECIAL PARA MÍ (JESÚS)» Éxodo 20: 8 (TLA-adaptado)

Para hacer el domingo Esta semana vamos a hablar de un día de fiesta muy especial que se llama «sábado».

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender:

Recordad con vuestros hijos qué día fue ayer y qué es lo que hicisteis. Tened en cuenta que los niños de 3 o 4 años tienen muchas dificultades para situarse en el tiempo y es posible que todavía no entiendan el concepto de «ayer». Eso no impide que podáis hablar de vuestra asistencia a la iglesia y a la escuela sabática.

Jesús quiere pasar un día especial con nosotros porque nos ama.

Os proponemos que completéis el cuadro de la página de manualidades con recuerdos, fotos, dibujos o simplemente con palabras (ayudadles vosotros) que tengan que ver con la fiesta que es el sábado para vuestra familia.

• ¿Cuántos días trabajaban Adán y Eva?

Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Qué día descansó Jesús? • ¿Cómo se llama el séptimo día?

• ¿Qué hacían Adán y Eva el sábado? • ¿Qué hacemos nosotros el sábado? • El sábado damos gracias a Jesús por la creación. Referencias bíblicas: Génesis 2: 1-3; Éxodo 20: 8-11; Isaías 58: 13, 14; Isaías 66: 22, 23.

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Para tu reflexión personal: «El valor del sábado como medio de educación es inestimable. [...] El sábado y la familia fueron instituidos en el Edén. [...] En ese día más que en cualquier otro, nos es posible vivir la vida del Edén. [...] En la mente de los niños, el solo pensamiento del sábado debería estar ligado al de la belleza de las cosas naturales. Feliz la familia que puede ir al lugar del culto el sábado» (Ellen G. White, La educación, págs. 250, 251).


Nace JesúsPara leer el lunes J

esús hizo un mundo maravilloso para sus amigos Adán y Eva. Había creado un mundo perfecto en tan solo seis días. Todos estaban felices: Adán, Eva, los ángeles y Jesús.

¿Te sabes los nombres de los días de la semana? Domingo, uno; lunes, dos; martes, tres; miércoles, cuatro, jueves, cinco; viernes, seis. Esos son los días que Jesús tardó en hacer este mundo. Al día siguiente, el día séptimo de la creación, Jesús quiso que fuera un día especial. Iba a ser un día de fiesta para disfrutar del hogar que Jesús había hecho para Adán y Eva. Jesús les enseñó todas las cosas que había hecho para ellos. Los llevó a ver el mar y los ríos y descubrieron los peces y los bichitos que viven en el agua. Les enseñó las plantas y las flores. Él les dio a probar las frutas: ¡Humm! ¡Qué ricas estaban! Bebieron agua fresquita de las fuentes. Escucharon el canto de los pájaros y vieron corretear a los conejos. Aquel fue un día maravilloso. Lo pasaron tan bien que no querían que terminara nunca. Querían seguir caminando con Jesús y que les contara más cosas. Jesús decidió que a partir de entonces tendrían un día especial todas las semanas. Contarían todos los días: uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis. Pero el día número siete, el séptimo, sería especial: se llamaría «sábado». Todos los sábados serían días de fiesta para estar juntos y disfrutar de Jesús.

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Para leer el martessúseJ ecaN

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urante la semana, Adán y Eva estaban muy ocupados. Jesús les había dicho que tenían que cuidar todo lo que él había creado para ellos. Lo primero era saber qué cosas se podían comer. Adán y Eva descubrieron que algunos árboles tenían unas frutas de colores muy bonitos. Las probaron. ¡Estaban todas deliciosas! Las frutas eran jugosas y dulces. También descubrieron que algunas hojas eran buenas para comer como las verduras: la lechuga, la acelga, el tomate, las judías verdes... Otras plantas tenían raíces deliciosas como la zanahoria o las patatas. Las probaron todas para ver cuál sabía mejor y cuáles no tenían buen sabor. Y para distinguirlas tuvieron que ponerle nombre a cada una. Luego se fijaron en lo hermosas que eran las flores, cada una tenía un aroma y un color distinto. Algunas servían para perfumar y otras para adornar, pero todas debían tener nombre. También tuvieron que ponerle nombre a cada uno de los animales: si tenía las orejas largas y daba saltos... conejo; si tenía manchas amarillas y el cuello muy largo... jirafa; si era muy pequeñita, con seis patas y vive con otras en un agujerito del suelo... hormiga. Durante seis días Adán y Eva trabajaban mucho: cultivaban las flores y las plantas y aprendían a cuidar de los animales. También tuvieron que aprender los colores y a contar las patas de los animales, los árboles, las frutas. Igual que tú en el cole.

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Para leer el miércoles

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ero el sábado era distinto. El sábado no trabajaban. El sábado caminaban con Jesús. Era un día de fiesta para estar con él. Seguramente los ángeles les enseñarían a cantar igual que tú cantas cuando vas a la escuela sabática. Así, semana tras semana, Adán y Eva se encontraban con su amigo el sábado. Jesús quiere que el sábado sea un día especial para ti y tus papás. Por eso, vamos a la iglesia el sábado, para aprender más de Jesús y estar con otros niños y niñas que también quieren aprender cosas de Jesús y que quieren ser sus amigos. A Jesús le gusta que vayamos a la iglesia el sábado. Le gusta que cantemos canciones en su nombre. También le gusta que oremos, porque cuando hacemos estas cosas pensamos en él. Cada sábado Jesús nos dice cuánto nos ama y cuánto desea estar con nosotros, por eso se pone muy contento cuando vamos a la escuela sabática. El sábado podemos ir de paseo y admirar todas las cosas hermosas que hizo Jesús: los pajaritos en los árboles, las flores, los animales. Esto nos ayudará a pensar en él. Cuando veamos todas estas cosas daremos gracias a Jesús por el mundo tan bonito que nos dio y por el sábado.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Encuentra cuatro diferencais entre los dos dibujos.

Hoy es viernes

Hoy es viernes súseJ ecaN

Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana. Preparaos para vivir un día de fiesta con Jesús.

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El diluvio

Lección

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«MI ARCO HE PUESTO EN LAS NUBES» Génesis 9: 13

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Dios desea protegernos de todo mal y nos pide que obedezcamos sus instrucciones hechas con amor. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Por qué construyó Noé el arca? • ¿Quiénes entraron en el arca?

Para hacer el domingo Esta semana jugaremos a Noé. Haz un barquito de papel (o utiliza el material de las páginas de manualidades). Recorta siluetas de animalitos y jugad a introducir los animalitos en el arca de Noé. Usa tu imaginación para encontrar otras opciones: una caja de cartón y animales de plástico, un barco de juguete para usar en el baño, muñequitos tipo Playmobil...

• ¿Cómo fue el diluvio? • ¿Cómo supo Noé que podía salir del arca? • ¿Qué promesa hizo Jesús a Noé y a todos nosotros? Referencia bíblica: Génesis 6-9: 17. Para tu reflexión personal: «Administrad las reglas del hogar con sabiduría y amor, no con vara de hierro. Los niños responderán con obediencia voluntaria a la ley del amor. Elogiad a vuestros hijos siempre que podáis. Haced que sus vidas sean tan felices como fuere posible. Recordad que los niños necesitan no solamente reproches y corrección, sino estímulo y encomio, el agradable sol de las palabras bondadosas» (Ellen G. White. Consejos para los maestros, pág. 109).

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Jesús Para leerNace el lunes A

unque Jesús había hecho un mundo maravilloso, muchos de los hijos y nietos de Adán y Eva se olvidaron de él. Las personas empezaron a comportarse mal, pero que muy mal. Se peleaban, se insultaban, se quitaban las cosas y lo rompían todo. Ya no hacían caso a Jesús en nada. Pero había una familia que todavía confiaba en Jesús e intentaban portarse bien. Era la familia de Noé. Un día Jesús habló con Noé. Tenía una noticia muy importante que darle. —Mira Noé. Dentro de unos años va a haber un diluvio. Va a llover mucho, muchísimo. Va a llover tanto que toda la tierra va a quedar cubierta por el agua. Pero no debéis preocuparos. Tú vas a construir un barco enorme para que todo el mundo se pueda poner a salvo y no os pase nada. Noé obedeció lo que Jesús le dijo. Él y sus hijos comenzaron a construir un barco muy grande, exactamente como le había dicho Jesús. Era del tamaño exacto que Jesús le había mandado, tenía el techo como él le había dicho, la puerta en su sitio y una ventana en la parte de arriba. Noé les contó a todos lo que Jesús le había dicho, pero las demás personas no se lo creyeron ni le quisieron ayudar. —¡Están locos! —decían riéndose de ellos. Pero Noé confiaba en Jesús y le obedeció en todo.

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Para leer el martes

súseJ ecaN U

n día, cuando el barco, que todos llamaban «el arca de Noé», ya estaba terminado., pasó una cosa muy rara.

Animales de todas partes se acercaban hasta el arca de Noé. Venían tranquilos y además estaban en parejas, de dos en dos. Jesús le dijo a Noé que debía meter a todos esos animales en el arca, porque él quería que los animales también se salvaran del diluvio. Así que Noé obedeció. Él y su familia fueron metiendo a todos los animales, cada uno en su corral dentro del barco. Noé volvió a llamar a sus vecinos y les dijo que entraran con ellos en el arca, pero nadie quiso entrar. Nadie creía en lo que había dicho Jesús. Al final, Noé y su familia entraron en el arca con todos los animales. Solo entraron las personas que quisieron obedecer a Jesús. A los pocos días comenzó a llover tal y como había dicho Jesús. Llovió tanto, que el agua cubrió las casas, los árboles y hasta las montañas. El arca se movía mucho porque a su alrededor solo había agua. Pero Noé, su familia y todos los animales estaban seguros dentro del arca porque Jesús los cuidaba.

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Jesús Para leer elNace miércoles A

unque había dejado de llover, toda la tierra estaba llena de agua y nadie podía salir del arca.

Pasaron muchos días y Noé decidió mandar a un cuervo para que explorase y saber si ya había algo de tierra seca para poder salir del barco. Pero el cuervo regresó enseguida porque no encontró ningún sitio donde posarse. Unos días más tarde, Noé soltó una paloma. La paloma tardó en regresar y cuando lo hizo trajo… ¡una ramita de olivo! ¡Qué alegría! Eso quería decir que ya había árboles que crecían sobre la tierra seca. Siete días más tarde, Noé volvió a soltar la paloma y esta vez ya no regresó. La paloma había encontrado un sitio para vivir. Ahora Noé sabía que ya podían salir del arca. Noé y su familia abrieron los corralitos de los animales y todos pudieron salir. Habían pasado más de un año dentro del barco y todos tenían muchas ganas de correr. Lo primero que hizo Noé y su familia nada más salir del arca fue dar las gracias a Jesús por haberlos salvado del diluvio y haberlos protegido dentro del arca. Como respuesta, Jesús le prometió que nunca más habría otro diluvio que destruyera toda la tierra. Y para que Noé y su familia recordaran la promesa de Jesús, apareció un precioso arco iris en el cielo. Así, cada vez que lloviera, después de la lluvia, saldría el arco iris y sabrían que Jesús siempre quiere protegernos y cuidarnos. Solo tenemos que obedecerle como hizo Noé y su familia.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Coloread como más os guste el arco iris, señal de la promesa de protección de Dios. Usad pinturas, lápices, pegad trocitos de papel...

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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El hijo prometido «POR MEDIO DE TI BENDECIRÉ A TODAS LAS FAMILIAS DEL MUNDO» Génesis 12: 3 (DHH)

Para hacer el domingo Esta semana tu hijo necesitará un poco de ayuda para comprender el versículo de memoria. Tendrás que explicarle qué es una «bendición». «Bendición» es algo bueno que nos pasa. Puede ser un momento en el que nos lo pasamos muy bien, puede ser un regalo o un amigo. Haced una lista de cosas que son una bendición en vuestra casa, en vuestra vida y en vuestra familia. Recordad a vuestros hijos que todas esas cosas buenas que nos pasan son gracias a Dios. Ellos también pueden ser una bendición cuando hacen cosas que hacen felices a los demás, cuando te dan un abrazo, cuando juegan contigo, cuando obedecen… Os proponemos hacer una tarjeta de regalo para que vuestros hijos sientan que ellos son una bendición para vosotros y vuestra familia.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús desea que seamos felices y darnos todo lo que necesitamos. Así otros sabrán quién es Jesús. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Dónde vivía Abrahán?

• ¿Con quién estaba casado? • ¿A dónde se fueron? • ¿Qué les había prometido Dios? • ¿Cuántos hijos tenían Abrahán y Sara? • ¿Quién fue a visitarles? • ¿Qué pasó un año después? Referencias bíblicas: Génesis 12: 1-9; 15; 18: 1-15; 21: 1-7. Para tu reflexión personal: «Apropiaos de las ricas promesas de Dios. Creed su palabra de que Jesús habita en vuestro corazón por fe. Por la fe y confianza en Dios podéis tener su paz y entonces podréis decir: “Sé en quien he creído”» (Ellen G. White. Carta 96, 1895).

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Para leer el lunes Nace Jesús

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espués del diluvio, los nietos de Noé y de sus hijos volvieron a olvidarse de Jesús. Construyeron ciudades y empezaron a hacer estatuas y a decir que Jesús era una estatua. En vez de orar a Jesús, las personas empezaron a orar a las estatuas hechas de madera o de piedra. ¿No te parece un poco raro? Esas estatuas no podían escuchar las oraciones ni contestar. Pero todavía quedaban unas pocas personas que confiaban en Jesús. En una ciudad llamada Ur de los Caldeos, vivía una familia que seguía adorando al Señor: era la familia de Abrahán. Abrahán hablaba con Jesús como si fuera un amigo. Abrahán amaba mucho a Jesús. Un día Jesús le habló a Abrahán y le dijo: —Abrahán, en esta ciudad todo el mundo se ha olvidado de mí. Es mejor que te vayas a vivir a otro sitio. Si confías en mí, te llevaré a un país donde vivirás feliz con tu familia, con tu mujer y con tus hijos. Abrahán estaba casado con Sara, pero no podían tener hijos. —Pero Señor —le dijo Abrahán a Jesús—, ¡si yo no puedo tener hijos! —No te preocupes —le dijo Jesús—. Sara y tú tendréis un hijo. Y luego muchos nietos. Y vuestros nietos tendrán muchos nietos y así hasta que tengáis una familia muy grande. Y gracias a vosotros muchas personas en todo el mundo me conocerán, y muchas familias me amarán como tú lo haces. Así que Abrahán confió en lo que le dijo Jesús. Hizo las maletas y se fue de Ur de los Caldeos con Sara y con toda su familia.

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Para leer el martes

súseJ ecaN

V

iajar en aquel tiempo era muy incómodo y lento, pero a Abrahán no le importó. Cargaron los camellos con ropas, comida y todas sus cosas. Recogieron sus rebaños y se marcharon de Ur. Junto a él iba su esposa Sara y su familia. Además, los acompañaban pastores que cuidarían de los rebaños de animales y algunos criados que les ayudarían. Abrahán solo pensaba en que Dios cumpliría su promesa y sabía que si le obedecía sería mucho más feliz. El camino fue muy largo y tuvieron que recorrerlo caminando o montados en camellos y en burros. A partir de entonces vivieron en tiendas de campaña. Así podían llevar su casa de un sitio a otro mientras cuidaban el ganado. Después de mucho tiempo llegaron a la tierra de Canaán. ¡Qué alegría! Allí era donde Dios quería que Abrahán y su familia vivieran. Abrahán y Sara dieron muchas gracias a Dios por darles un hogar tan bonito. Pero Abrahán estaba preocupado. Dios le había prometido que tendría una familia muy grande, pero de momento Sara y él no tenían hijos. Pensó que al llegar a la tierra prometida podrían tenerlos, pero pasó el tiempo y seguían sin poder tener hijos. Una noche Dios habló con Abrahán y le dijo que no se preocupara. Le dijo que saliera al campo y que mirara el cielo. Aquella noche el cielo estaba precioso. No había nubes y se podían ver perfectamente las estrellas. —Mira las estrellas del cielo —le dijo Jesús—. ¿Las puedes contar? —No, Señor, no puedo contarlas porque ¡hay muchísimas. —Pues tus hijos, tus nietos y los hijos de tus nietos serán tantos como las estrellas que ves ahora —le prometió.

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Para leer el miércoles Nace Jesús

A

brahán y Sara vivieron en Canaán mucho tiempo, pero seguían sin tener hijos. Abrahán y Sara se hicieron viejos y pensaron que Dios ya no cumpliría su promesa.

Un día llegaron a su tienda tres hombres. Parecían tres viajeros cansados. Abrahán los hizo entrar en su tienda y mandó a sus criados que los cuidaran bien. Les lavaron los pies y los refrescaron, les dieron agua para beber y les prepararon una deliciosa comida. Abrahán trataba muy bien a las visitas. Estaba muy contento por tener a otras personas en su casa. Aquellos tres hombres tenían una noticia que darles. Les dijeron que en pocos meses ¡Sara tendría un bebé! Cuando Sara oyó aquello se echó a reír. No podía ser: ella era vieja. Entonces uno de los viajeros se puso muy serio. -—¿Por qué se ha reído Sara? ¿Acaso hay para Dios alguna cosa difícil? Abrahán y Sara se dieron cuenta entonces de quiénes eran sus visitas. Eran Jesús y dos ángeles. ¡El mismo Jesús había venido a hablar con Abrahán y con Sara! Cuando se fueron las visitas, Abrahán y Sara estaban felices. Y poco después, tal y como dijo Jesús, tuvieron un hijo al que llamaron Isaac. ¡Qué alegría! Isaac creció y amó a Dios igual que su padre y confió en sus promesas. Las promesas de Jesús se cumplieron. Abrahán y Sara tuvieron un hijo y, gracias a esta familia, muchas personas han conocido a Jesús. Así muchas familias de todo el mundo hoy son más felices porque conocen a Jesús.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Repasa las líneas punteadas para completar el dibujo.

Hoy es viernes

Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Una novia para Isaac

Lección

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«SI ALGUIEN ESTÁ EN PROBLEMAS, QUE ORE A DIOS» Santiago 5: 13 (PDT)

Para hacer el domingo Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús desea que lo incluyamos en cada momento de nuestra vida, en nuestras penas, alegrías y decisiones. Podemos hacerlo mediante la oración. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Quién fue a buscar una novia? • ¿A dónde se fue? • ¿Qué señal pidió Eliezer a Jesús? • ¿Cómo se llamaba la chica?

Esta semana hablaremos de la oración como una ayuda para buscar soluciones a vuestros problemas cotidianos. Acostumbrad a vuestros hijos desde bien pequeños a que os escuchen pedir a Dios ayuda para cualquier problema: si os perdéis buscando una dirección, si se os estropea un aparato, si estáis enfermos… Animadlos a que ellos también le pidan a Dios ayuda en sus pequeños problemas. Os proponemos montar la escena de Eliezer y Rebeca junto al pozo que podréis encontrar en las páginas de manualidades. Disfrutadlo.

• ¿Qué hizo Rebeca? • ¿Qué contestó Rebeca a la propuesta de Eliezer? Referencia bíblica: Génesis 24. Para tu reflexión personal: «”Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Presentad esta promesa cuando oréis. Tenemos el privilegio de ir ante Dios con santa osadía. Si le pedimos con sinceridad que haga brillar su luz sobre nosotros, nos oirá y contestará. Pero debemos vivir en armonía con nuestras oraciones. No tienen valor si caminamos en dirección opuesta a ellas» (Ellen G. White. La conducción del niño, pág. 472).

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Jesús Para leerNace el lunes I

saac, el hijo de Abrahán y Sara creció y se convirtió en un joven que amaba a Jesús.

Isaac ya tenía edad para casarse, pero no encontraba una chica que le gustara. En Canaán había muchas chicas bonitas, pero ninguna de ellas amaba a Jesús. En Canaán las personas adoraban estatuas de piedra o de madera. Isaac quería que su novia amara a Jesús tanto como él. A Abrahán se le ocurrió una solución. En una ciudad lejana vivía la familia de su hermano Nacor. Nacor y su familia amaban a Jesús. Seguro que allí habría alguna chica que quisiera ser novia de Isaac. Pero la ciudad de Nacor estaba muy lejos y Abrahán necesitaba que Isaac le ayudara en casa y con las ovejas. Isaac no podía hacer un viaje tan largo. Por eso Abrahán llamó a Eliezer, un hombre que trabajaba con él y le pidió que fuera hasta la ciudad de Nacor y eligiera a una chica que quisiera casarse con Isaac. Eliezer preparó una caravana con diez camellos y salió de viaje. Cuando llegó cerca de la ciudad de Nacor se paró a descansar al lado de un pozo. Eliezer estaba muy preocupado. ¿Cómo iba él a elegir a una chica que fuera una buena novia para Isaac si allí no conocía a nadie? Tenía un gran problema. Entonces se le ocurrió una idea. Jesús le podría ayudar. Jesús conocía bien a Isaac y también conocía a todas las chicas que vivían en Harán. Eliezer pensó que, si oraba a Jesús, él le ayudaría. Eliezer oró a Jesús para que le ayudara a encontrar una buena chica para Isaac.

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súPara seJ eleer caN el martes E

liezer no sabía cómo elegir una novia para Isaac y le pidió ayuda a Jesús.

—Jesús —oró Eliezer—, ayúdame a elegir a una buena chica para Isaac. Voy a quedarme aquí a esperar a que vengan las chicas de la ciudad a buscar agua. Cuando vengan les pediré un poco de agua. Entonces sabré cuál es la chica que tú has elegido si además de sacar agua para mí, también se ofrece a sacar agua para que beban mis camellos. Dar agua a un camello es un gran trabajo porque beben mucha agua. Tendría que sacar un montón de cántaros de agua del pozo para que un camello pudiera beber. Y Eliezer traía diez camellos. ¿Habría alguna chica que fuera tan amable y trabajadora? Al poco tiempo se acercó una chica de la ciudad a buscar agua. Eliezer la observó. ¡Era tan bonita! Eliezer se acercó y le preguntó: —Perdona, ¿podrías darme un poco de agua? —¡Claro que sí, señor!

Y aquella chica comenzó a sacar agua del pozo para dar de beber al desconocido. Mientras Eliezer estaba bebiendo la chica le dijo: —Parece que viene desde muy lejos y estará cansado. ¿Quiere que saque también agua para sus camellos? Eliezer sonrió. Esa era la señal que le había pedido a Jesús. Esa era la chica que Jesús le decía que sería una buena novia para Isaac. —¿Cómo te llamas? —preguntó Eliezer. —Me llamo Rebeca y soy nieta de Nacor. ¡Qué bien! Jesús había elegido a una chica de la familia de Abraham. Una chica que amaba a Jesús tanto como Isaac. Jesús había ayudado a Eliezer.

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Jesús Para leer elNace miércoles E

ntonces Eliezer le dijo que venía de parte de Abrahán y que le gustaría mucho conocer a su familia.

Rebeca fue corriendo a su casa y les dijo a sus padres que había un hombre que les traía noticias de Abrahán. El padre de Rebeca se puso muy contento de tener noticias de su familia y le invitó a quedarse en su casa. Cuando Eliezer estuvo en casa de Rebeca, comenzó a contar toda su historia. Les contó cómo había orado a Jesús para que le ayudara a elegir a la novia de Isaac y que Jesús había elegido a Rebeca. —¿Querrías venir a Canaán conmigo a conocer a Isaac? Eliezer estaba preocupado. ¿Querría Rebeca hacer un viaje tan largo? —Sí, iré —contestó Rebeca. Rebeca confió en que Jesús había elegido un buen chico para ser su novio. Unos días después se despidió de sus padres y se fue con Eliezer. Rebeca estaba nerviosa. ¿Le gustaría a Isaac? ¿Isaac le gustaría a ella? Después de muchos días de viaje, llegaron a Canaán. Cuando Isaac vio llegar a Rebeca se puso muy contento. ¡Era tan bonita! Cuando empezaron a hablar, Isaac se dio cuenta de que era una chica muy inteligente y que amaba a Dios tanto como él. Isaac y Rebeca se enamoraron y al poco tiempo se casaron. Isaac y Rebeca confiaron en que Dios los ayudaría siempre y fueron muy felices.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves ¿Puedes encontrar a cuatro de los animales a los que Rebeca dio de beber?

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Peleas de hermanos «AMAD A VUESTROS HERMANOS» 1 Pedro 2: 17

Para hacer el domingo Esta semana hablaremos de cuánto nos queremos los miembros de la familia. En las páginas de manualidades encontraréis un gran corazón con la imagen de Jesús y otros corazones más pequeños. En los corazones pequeños pegad fotos de los miembros de la familia (o retratos dibujados que haga el propio niño). Construid con ello un móvil para colgar en la habitación de forma que todos los miembros de la familia cuelguen de Jesús. Si en vuestra familia falta uno o los dos progenitores, no es necesario dar más explicaciones que las que vosotros deseéis que los niños conozcan. Los abuelos, los tíos, los primos o unos amigos muy cercanos son en realidad vuestra familia. Incluso el hecho de que uno de los progenitores no viva en el mismo hogar no significa que no pertenezca a la familia del niño. Incluidlo también. Añadid a tantas personas como el niño considere que son su familia.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús desea que los hermanos (la aplicación puede extenderse a los primos, vecinos y amigos) se quieran mucho y que cuiden los unos de los otros para poder ser felices. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Cómo se llamaban los hijos de Isaac? • ¿Qué hacía Jacob? • ¿Qué hacía Esaú? • ¿Qué le pidió Jacob a su hermano Esaú a cambio de un plato de comida? • ¿Qué hizo Jacob para que su padre lo bendijera? • ¿Qué pasó con su hermano? • ¿Qué tuvo que hacer Jacob? Referencias bíblicas: Génesis 25: 19-34; 27: 1-40. Para tu reflexión personal: «No os impacientéis con vuestros hijos cuando yerran. Cuando los corrijáis, no les habléis abrupta y duramente. Esto los confunde y les hace temer decir la verdad» (Ellen G. White. Manuscrito 2, 1903).

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Nace JesúsPara leer el lunes ¿T

e acuerdas cómo se llamaba el hijo de Abrahán? Eso es. Se llamaba Isaac. Isaac se casó con una chica muy bonita y buena que se llamaba Rebeca. Ellos deseaban mucho tener hijos para poder amarlos, cuidarlos y enseñarles a amar a Jesús. Cuando Rebeca se quedó embarazada estaban los dos muy felices. ¡Deseaban tanto poder tener en sus brazos a un bebé! Bueno, en realidad a dos bebés, porque Rebeca iba a tener gemelos. El gran día llegó. Primero nació un niño pelirrojo y con mucho pelo. Lo llamaron Esaú. Después nació su hermano y le pusieron por nombre Jacob. Esaú y Jacob crecieron fuertes y sanos, pero cuanto más mayores se hacían más diferentes eran. A Esaú le gustaban los juegos de acción, las peleas y la caza. De hecho, se hizo un joven fuerte y con muchos músculos. Seguramente vigilaría que ningún ladrón se acercara al ganado, y que ninguna persona malvada hiciera daño a su familia. También era un experto cazador que traía carne para comer en casa. A Jacob no le gustaban esos juegos violentos. Jacob era un chico tranquilo. Le gustaba quedarse cerca del campamento aprendiendo a tejer o a cuidar del ganado. Seguramente aprendería a secar las pieles de los animales que su hermano cazaba que luego les servían de mantas, cinturones o abrigos. Pero sobre todo aprendió a cocinar. Cocinaba unos potajes riquísimos, con un olorcito... ¡Humm! Esaú estaba siempre muy ocupado para escuchar las historias de cómo Jesús ayudó a su abuelo Abrahán, pero a Jacob le gustaba sentarse cerca de su abuelo y escuchar sus historias muy calladito. Mientras Esaú prefería jugar a guerreros, Jacob aprendió a ser amigo de Jesús como lo eran sus padres y su abuelo.

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Para leer el martes

súseJ ecaN

E

n aquel tiempo, el hijo mayor era muy especial porque cuando moría el padre se convertía en el jefe de la familia. Eso se llamaba «primogenitura». ¡Vaya palabra! Esaú era el que nació primero, así que Esaú debería ser el jefe de la familia. Pero Jacob pensaba que él sería mejor jefe. Jacob era amable e inteligente, mientras que Esaú era mandón y brusco. Jacob pensaba en alguna forma de convertirse él en el jefe de la familia. Un día, Esaú llegó del campo muy cansado y olió un guiso que estaba haciendo Jacob. Olía delicioso. Y se veía aún más rico. —Por favor, dame un poco de ese guiso de lentejas que tengo mucha hambre —le pidió. —¿Qué me darás a cambio? —respondió Jacob. —Lo que quieras, pero dame algo ahora mismo —dijo impaciente Esaú. En ese momento Jacob pensó en algo que era lo que más deseaba en el mundo. —¿Me darías la primogenitura? —preguntó astuto Jacob. Esaú no pensó con claridad. Creía que su hermano estaba bromeando y no tenía ganas de bromas. Tenía mucha hambre y mal genio. —Lo que me digas, pero dame la comida ¡ya! —le contestó enfadado. Entonces Jacob le puso un plato bien grande del guiso. Esaú se lo comió y se marchó como si nada. No se daba cuenta de que había regalado a su hermano la primogenitura. Jacob estaba contento, pero no se lo dijo a su padre. Jacob sabía que Isaac se enfadaría y le regañaría por haberle quitado la primogenitura a su hermano. Así que no le dijo nada. Ya pensaría en cómo convencer a su padre.

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Para leer el miércoles Nace Jesús

P

asó el tiempo. Los hermanos ya eran unos hombres e Isaac era un anciano que ya no tenía fuerzas para dirigir la familia. Además, se había quedado ciego. Era el momento de nombrar al nuevo jefe de la familia. Cuando Jacob se enteró de que Isaac le iba a dar la bendición a su hermano, decidió engañar a su padre. Pensó que, si se disfrazaba de Esaú, Isaac lo nombraría a él como jefe de la familia. Pero Jacob tenía un problema si se quería hacer pasar por su hermano. Esaú era un hombre muy peludo. Tenía mucho pelo no solo en la cabeza y en la barba, también sus brazos y sus piernas tenían mucho pelo. Si su padre lo tocaba se daría cuenta de que era Jacob. Entonces se le ocurrió ponerse sobre los brazos unas pieles de cabrito para parecer peludo como su hermano. Luego fue a donde estaba su padre y le hizo creer que era Esaú. ¿Qué te parece? ¡Le estaba mintiendo! Isaac bendijo a Jacob y lo nombró jefe pensando que era Esaú. ¡Ah, cuando se enteró Esaú! Se puso furioso. Más que furioso. Quería matarlo. ¿Y Jacob? Jacob tuvo que huir. Tuvo que irse lejos de su casa, dejar a sus padres, dejar a sus amigos y a todas sus cosas porque Esaú estaba tan furioso que lo mataría. ¿Qué había hecho? Una mentira había cambiado la vida de Jacob. Ahora no tenía nada, ni casa ni amigos ni familia. Pero también había hecho daño a Esaú y a sus padres Isaac y Rebeca. Jacob se dio cuenta de su error. ¡Cuánto debió llorar mientras se alejaba de su casa! Pero no estaba solo. Jesús no estaba contento con lo que Jacob había hecho, pero era su amigo y no lo iba a abandonar. Jesús nos enseña que el engaño y las mentiras solo nos traen problemas, a nosotros y a las personas que nos quieren. Jesús no quiere que tengamos problemas, él quiere que seamos felices.

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Para hacer el jueves súlosseingredientes J ecaque N pondrías en un guiso Colorea y lleva con una linea hasta la olla de lentejas.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Una escalera al cielo

Lección

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«YO ESTOY CONTIGO Y TE GUARDARÉ» Génesis 28:15

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús quiere cuidarnos de todo peligro y bendecirnos allá donde vayamos porque nos ama, a pesar de nuestros errores. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿A dónde se fue Jacob? • ¿Dónde se acostó a dormir? • ¿Qué soñó? • ¿Quién le hablaba?

Para hacer el domingo La lección de esta semana es la continuación de la anterior. Si no pudisteis estudiarla, por favor haced esta semana las dos juntas. Esta semana os proponemos hacer un teatrillo para representar el sueño de Jacob. En las páginas de manualidades podrás encontrar los muñecos y una posible escalera que podéis construir doblando en forma de acordeón y pegando en otra hoja como base para colocar a Jacob durmiendo.

• ¿Cómo llamó Jacob a ese lugar? • ¿Con quién se casó Jacob? • ¿En qué trabajó? • ¿Qué hizo Esaú cuando vio a Jacob? Referencia bíblica: Génesis 28–29: 13. Para tu reflexión personal: «Si buscamos a Dios y nos convertimos cada día; si voluntariamente escogemos ser libres y felices en Dios; si con alegría en el corazón respondemos a su llamamiento [...], todas nuestras murmuraciones serán acalladas, todas las dificultades se alejarán y quedarán resueltos todos los problemas complejos que ahora nos acongojan» (Ellen G. White. El discurso maestro de Jesucristo, pág. 86).

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Jesús Para leerNace el lunes J

acob estaba muy triste. Había tenido que irse de su casa porque su hermano Esaú estaba muy enfadado con él. Ahora estaba viajando hacia la casa de su tío Labán, el hermano de su madre Rebeca.

Jacob estaba triste porque sabía que había hecho cosas malas. Había mentido a su padre y había engañado a su hermano. No podría volver a su casa hasta que a su hermano Esaú se le pasara el enfado. Pero ¿le perdonaría alguna vez su hermano? ¿Podría volver a su casa en algún momento? Pensando en estas cosas se hizo de noche. Como estaba en medio del campo buscó un sitio para dormir tranquilo. Encontró una piedra, se la puso de almohada y se acostó a dormir. Esa noche tuvo un sueño muy raro. Soñó que allí, a su lado, aparecía una escalera tan alta que llegaba al Cielo. Entonces comenzó a ver ángeles que subían y bajaban por aquella escalera. Cuando miró hacia arriba, ¿sabes qué vio? Vio a Jesús que le hablaba desde el Cielo. —No te preocupes, Jacob —le dijo Jesús—. Yo te voy a cuidar siempre, estés donde estés. Nunca te abandonaré. Y tampoco te preocupes por volver. Algún día vivirás otra vez aquí, en esta tierra. Tú y tus hijos. Cuando Jacob se despertó ya estaba más tranquilo. Sabía que Jesús lo iba a cuidar y que algún día volvería. Se arrodilló y dio gracias a Jesús por haberle hablado esa noche. Y para recordar que Jesús le había hablado esa noche marcó la piedra con aceite y llamó a aquel sitio Betel. Así, cuando volviera, podría contarle a su familia que allí vio la escalera que ascendía hasta el Cielo y oyó la voz de Jesús.

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súPara seJ eleer caN el martes J

acob continuó su camino y llegó a la casa de su tío Labán. ¡Qué alegría! Labán se puso muy contento de conocer a su sobrino y lo invitó a su casa. Labán tenía muchos rebaños de ovejas y tenía muchos pastores que trabajaban para él. Así que Jacob empezó a trabajar para su tío cuidando ovejas. Labán tenía una hija que se llamaba Raquel. Jacob se enamoró de Raquel porque era muy guapa y amable. En aquella época era costumbre que el novio le pidiera permiso al padre de la novia para casarse. Además, el novio tenía que dar a la familia de la novia un regalo muy especial. Pero Jacob no tenía dinero y no podía entregar ese regalo. Entonces se le ocurrió una idea. Si Labán le permitía casarse con Raquel, Jacob trabajaría siete años gratis para Labán cuidando las ovejas. A Labán le pareció buena idea y poco tiempo después Jacob y Raquel se casaron. Durante muchos años Jacob trabajó para Labán cuidando ovejas. Jacob cuidaba muy bien de las ovejas y pronto tuvo su propio rebaño. Con el tiempo se hizo muy rico. Tenía muchas ovejas, cabras, camellos y burros. Pero Jacob se acordaba mucho de sus padres y de su hermano Esaú. ¿Lo habría perdonado ya? Una noche Jacob tuvo otro sueño. Jesús le habló y le dijo que ya podía volver a su casa. Así que Jacob preparó todas sus cosas, a todos sus animales, a su mujer y a sus hijos, se despidió de Labán y regresó a Canaán.

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Jesús Para leer elNace miércoles P

or el camino Jacob estaba preocupado. ¿Sería verdad que Esaú ya lo había perdonado? Jacob recordaba que su hermano era un bruto, pero Jacob quería pedirle perdón por lo mal que se había portado.

Por el camino unos mensajeros le dijeron que Esaú estaba cerca. Así que Jacob le envió un regalo. Mandó a los mensajeros con muchas ovejas, cabras, camellos y burros. Eran un regalo para Esaú. Esta era su forma de pedirle perdón. Al día siguiente, Jacob pudo ver cómo su hermano se acercaba. ¿Le habría perdonado? Jacob se adelantó y se arrodilló en el suelo pidiendo perdón a su hermano. Entonces Esaú lo levantó del suelo y lo abrazó. ¡Claro que lo había perdonado! ¡Y tenía tantas ganas de volver a verlo! Los dos hermanos se besaron y lloraron de alegría por poder estar juntos de nuevo. Al final los dos hermanos estaban en paz otra vez. Pero habían necesitado estar muchos años separados por culpa de las mentiras de Jacob y del mal genio de Esaú.

Jesús había cumplido la promesa que le hizo a Jacob en Betel. Jacob y sus hijos vivieron por fin en Canaán. Jesús no quiere que nos enfademos con nuestros hermanos o amigos. Él quiere que nos portemos bien y seamos amables y cariñosos, porque así seremos más felices.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Recorre el camino que lleva a Jacob a encontrarse con Esaú.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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José, el soñador «HIJOS, OBEDECED [...] A VUESTROS PADRES» Efesios 6: 1

Para hacer el domingo Esta semana os proponemos que hagáis un vestido para un muñeco o un peluche que tengáis por casa y que vuestro hijo aprecie. Hacedlo con un trozo de tela bonita, de colores. No hace falta que cosáis mucho, podéis hacer una túnica de una sola pieza y atarla a la cintura con un cordel, o pegar las costuras con pegamento. Lo importante es que vuestro hijo os ayude y participe en su confección. Como el muñeco favorito de vuestro hijo es un muñeco «muy obediente y que se porta muy bien», ese vestido va a ser un regalo que vuestro hijo hará a su muñeco para agradecerle que se porte bien.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Dios nos usa para ayudar a los demás. Si nos ponemos en sus manos, Dios puede hacer grandes cosas con nosotros. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Cuántos hijos tenía Jacob?

• ¿Con qué hijo pasaba Jacob mucho tiempo? • ¿Qué le regaló Jacob a José?

Recordadle que cuando es bueno, los papás se ponen muy contentos.

• ¿Qué soñó José?

Si lo preferís podéis decorar la túnica que encontraréis en las páginas de manualidades.

• ¿Quién mandó esos sueños?

• ¿Qué pensaron sus hermanos? • ¿Por qué Dios hablaba en sueños a José? Referencias bíblicas: Génesis 37: 1-3. Para tu reflexión personal: «Ninguna otra influencia significa tanto para el niño ni tiene poder en su vida para el bien o el mal como la conducta que él vive en el hogar. Sean vuestras palabras agradables y alegres como rayos de sol en la familia» (Ellen G. White. Joyas de los testimonios, tomo 1, pág. 151).

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Para leer el lunes Nace Jesús

¿T

e acuerdas de Jacob? Jacob tenía diez hijos. Jacob amaba muchísimo a todos sus hijos y les enseñaba a ser obedientes y a ayudar en los trabajos del campamento. Jacob les enseñó a cuidar de los rebaños. Por supuesto también les enseñó a amar a Dios. Cuando los hijos de Jacob crecieron, Jacob y Raquel tuvieron otro bebé. El nombre de ese niñito era José. Era muy cariñoso y todos le querían. Más tarde nació otro bebé que se llamó Benjamín. Ahora Jacob tenía doce hijos, diez que eran mayores y dos que eran más pequeños. En la casa de Jacob había muchas ovejas y daban mucho trabajo. Debían tener comida y agua todos los días. Cuando hacía frío, había que ponerlas en un lugar calentito y cuando hacía calor, Jacob y sus hijos mayores les cortaban la lana para que estuvieran más fresquitas. Como los hijos mayores ya podían hacer el trabajo solos, Jacob pasaba mucho tiempo en el campamento con José y el bebé Benjamín. José quería mucho a su papá. Era un niño muy obediente. José trataba de obedecer a su papá todos los días. Cuando él le pedía que hiciera algo, corría y obedecía. Jesús se sentía feliz cuando José obedecía a su papá. Jesús dice: «Hijos, obedeced a vuestros padres». ¿Sabes que papá y mamá te quieren tanto como Jacob quería a José? Da un beso fuerte a papá y a mamá. ¡Qué contento está Jesús! ¡Papá y mamá también!

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Para leer el martes

súseJ ecaN

A

José le gustaba mucho aprender. Le gustaba aprender cómo cuidar a los animales, a hacer queso, y a montar y desmontar las tiendas. Conocía las plantas del campo, cuáles servían para comer y cuáles servían para curar el dolor de tripa. José era muy curioso, igual que tú. Sabía cómo se llamaban todos los pájaros y todos los bichitos. Pero lo que más le gustaba era escuchar las historias que su papá le contaba sobre Jesús. Jacob le contaba cómo Jesús hizo el mundo, o cómo Noé construyó un barco para salvarse del diluvio. También le contaba cómo el abuelo Abraham hablaba con Jesús. José aprendió a amar a Jesús tanto como su padre. José estaba creciendo mucho, y cada vez amaba más y más a su papá. Era simpático, amable y siempre estaba sonriendo. En el campamento todos querían mucho a José. Un día Jacob le hizo a José un regalo muy especial. Era una túnica. ¿Sabes lo que es eso? Era algo parecido al abrigo que te ponen tus papás en invierno cuando hace frío, con mangas largas y casi le llegaba a los pies. Tenía muchos colores. Blanco, azul, rojo... y cuando se la ponía parecía un príncipe. Jacob le hizo esa túnica porque lo quería mucho. José se sentía muy, muy feliz con ella.

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Para leer el miércoles

U

na noche, José tuvo un sueño muy extraño. Estaba en el campo ayudando a sus hermanos a cortar el trigo y a juntarlo en gavillas. Las gavillas son montoncitos de plantas de trigo que se ataban para poder llevarlas a casa. Cada uno de los hermanos tenía una. Entonces las gavillas de sus hermanos se inclinaron ante la que tenía José. A la mañana siguiente José se lo contó a sus hermanos mayores. Sus hermanos no se pusieron muy contentos y se empezaron a burlar de él. —¿Te crees que eres mejor que nosotros? ¿Qué quieres? ¿Quieres que te tratemos como a un rey? Y se fueron a hacer sus trabajos. Otra noche soñó que el Sol, la Luna y once estrellas se inclinaban ante él. Cuando por la mañana contó su sueño a sus hermanos se pusieron furiosos. —¿Qué te has creído? ¿Crees que por tener esos sueños vas a mandar en nosotros? A partir de entonces sus hermanos lo empezaron a llamar «el soñador» y se reían de él. No, no se portaron muy bien con José, pero José siempre se portó bien con sus hermanos, los ayudó en los trabajos y seguía queriéndolos igual. Pero ¿esos sueños eran importantes? Sí. Con los sueños, Dios estaba avisando a José de que tenía un plan muy importante para él. José todavía no podía entender muchas cosas, pero siempre confió en Dios. La semana que viene sabremos qué pasó.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN ¿Con qué soñó José? Coloréalo.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con la actividad que hicisteis el domingo y aprended el versículo de memoria para mañana.

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José en Egipto

Lección

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«ÉL CONOCE MI CAMINO» Job 23: 10

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Dios nos usa para ayudar a los demás. Si nos ponemos en sus manos, Dios puede hacer grandes cosas con nosotros. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Dónde vivía José? • ¿Quién tuvo dos sueños? ¿Qué soñó? • ¿Qué significaban los sueños? • ¿Qué debían hacer los egipcios? • ¿A quién encargó el faraón de guardar toda la comida? • ¿Quiénes vinieron a por comida a Egipto? • ¿Qué hicieron cuando vieron a José? • ¿A dónde se fueron a vivir toda la familia de José? Referencia bíblica:

Para hacer el domingo Debéis estar preparados para algunas preguntas «incómodas» de vuestros hijos sobre los sueños. Es posible que en un momento determinado os pregunten si sus sueños son también mensajes de Dios o qué significan los sueños que él tiene. Vuestros hijos, a su edad, no necesitan demasiadas explicaciones. Tan solo que sepan que en algunos momentos especiales, Dios usó los sueños de unas personas para comunicarse, pero que los sueños son solo su imaginación que sigue funcionando cuando duermen. Esta semana os proponemos que os disfracéis de egipcios para contar la historia. Unas túnicas blancas, unas cintas en el pelo, cordones dorados a modo de cinturón… Para ayudaros os proporcionamos el modelo de un collar egipcio que bien podía ser como el que usó José cuando se convirtió en gobernador de Egipto.

Génesis 39, 41. Para tu reflexión personal: «Los padres pueden entender que al seguir las instrucciones de Dios en la educación con sus hijos recibirán ayuda de lo alto [...]. Con paciencia y ternura, educad a vuestros hijos para el Señor. Todo el cielo se interesa en vuestra obra [...]. Dios se unirá a vosotros y coronará de éxito vuestros esfuerzos» (Ellen G. White. El hogar adventista, pág. 184).

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Jesús Para leerNace el lunes H

abía pasado mucho tiempo. José había crecido. Se había convertido en un hombre.

Ahora trabajaba en Egipto en la casa de un hombre muy rico e importante llamado Potifar. José hacía su trabajo en esa casa de la mejor manera posible, tal como su padre le había enseñado. Siempre se mostraba alegre y cuidadoso. A veces había tareas que no eran muy agradables, pero él siempre se mostraba dispuesto a llevarlas a cabo con una sonrisa. Potifar se dio cuenta de que José trabajaba muy bien, y le fue dando cosas cada vez más importantes para hacer. Al poco tiempo, Potifar lo puso como encargado de todo lo que tenía en su casa. José era un hombre muy inteligente. Sabía cómo organizar todo el trabajo, no solo de la casa sino también de las tierras y de todos los hombres que trabajaban para Potifar. Siempre fue amable con todos y tanto su jefe como sus compañeros sabían que era una buena persona. Aunque en Egipto se adoraban muchos dioses y muchas estatuas, José siempre confió en Jesús como le había enseñado su padre Jacob.

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súsPara eJ eleer caN el martes U

n día, el faraón de Egipto tuvo dos sueños muy extraños.

En el primero veía siete vacas muy bonitas y muy gordas que comían en el prado. Luego, aparecieron otras siete vacas, pero estas eran muy feas y muy flacas. Las vacas feas y flacas se comían a las siete vacas gordas. ¡Qué pesadilla! En el segundo sueño, el rey vio siete espigas. Estas siete espigas estaban llenas de trigo y eran muy hermosas. Luego vio otras siete espigas, pero estas eran muy pequeñas y delgadas. Estas siete espigas pequeñas se comían a las otras siete espigas doradas y hermosas. El faraón sabía que esos sueños eran importantes. ¿Qué podrían significar? Alguien le habló al faraón de José y enseguida lo llamaron para que fuera al palacio. Al llegar allí, el faraón le contó sus sueños. José escuchó atentamente. Nada más terminar de hablar, José le explicó al faraón que Dios le había hablado por medio de los sueños y que Dios le había dicho lo que significaban. Las siete vacas gordas y bonitas y las siete espigas grandes y hermosas significaban que, durante siete años, habría mucho, mucho para comer. Las siete vacas feas y delgaduchas y las siete espigas pequeñas quería decir que, después de esos siete años de abundancia, vendrían otros siete años de mucha hambre. Hambre quiere decir que habría muy pocos alimentos y la gente no tendría suficiente comida. Entonces, José presentó un plan al rey. Fue Dios quien le dio esa idea a José. José le dijo al rey que, durante los años cuando hubiera mucho trigo o lentejas, guardara todo lo que sobrara en graneros. Así podrían tener comida durante los siete años de hambre, cuando no lloviera ni creciera nada para comer. Al rey le pareció que era una buena idea. Y decidió nombrar a José gobernador de Egipto para que construyera graneros y guardara toda la comida.

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Jesús Para leer elNace miércoles E

n Canaán, donde vivían Jacob y los hermanos de José. También hubo hambre. Jacob se enteró de que en Egipto había comida para todos y envió a sus hijos a comprar trigo.

Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto les dijeron que tenían que ir a pedir permiso al gobernador. Cuando lo hermanos de José entraron a ver al gobernador no lo conocieron. Hacía muchos años que no lo veían y ahora José tenía un nombre egipcio y se vestía como los egipcios. Lo primero que hicieron cuando lo vieron fue inclinarse ante él, como era costumbre. ¿Te acuerdas de los sueños que había tenido cuando era pequeño? Ahora se cumplían. ¡Qué alegría cuando reconocieron a su hermano! José los abrazó con mucho cariño. José no solo les dio toda la comida que necesitaban, sino que les dijo que se vinieran a vivir con él a Egipto, con toda la familia. Jacob, todos sus hijos y toda su familia se mudaron a Egipto, donde no pasaron hambre nunca y vivieron felices. Gracias a José ni los egipcios ni su familia pasaron hambre en los siete años malos. Hasta incluso vinieron de los países vecinos a comprar la comida que José había guardado. Así, mucha gente conoció al Dios de José.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Atraviesa el laberinto para llegar desde las montañas de Canaán hasta el río Nilo como hicieron los hermanos de José.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Moisés «JEHOVÁ ESTÁ CONMIGO, NO TEMERÉ» Salmo 118: 6

Para hacer el domingo Aprovechad los disfraces de egipcios de la semana pasada para contar la historia. Una alfombra, unas telas en el suelo o una cuerdecita entre los muebles pueden servir para representar el río Nilo. Aunque son pequeños para llegar a comprender un mapa, buscad Egipto y el río Nilo. Eso les ayudará a entender que la historia es una historia real. En las páginas de manualidades encontraréis un diorama móvil para poder explicar la historia.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús nos cuida aunque seamos pequeños porque nos ama y tiene planes para nosotros. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿A quién odiaba el faraón? • ¿Qué hizo Jocabed cuando nació su hijito? • ¿Quién debía cuidarlo? • ¿Quién encontró la cesta? • ¿Qué hizo la princesa con el bebé? • ¿Cómo lo llamó? • ¿Dónde vivió Moisés hasta que se hizo mayor? Referencia bíblica: Éxodo 2–3: 10. Para tu reflexión personal: «[Jocabed] Aprovechó fielmente la oportunidad de educar a su hijo para Dios. Estaba segura de que había sido preservado para una gran obra [...]. Todo esto la hizo más diligente y cuidadosa en su instrucción. [...] Pero en Moisés no se borraron las impresiones que había recibido en su niñez. No podía olvidar las lecciones que aprendió junto a su madre. Le fueron escudo contra el orgullo, la incredulidad y los vicios que florecían en medio del esplendor de la corte» (Ellen G. White. Patriarcas y profetas, pág. 249).

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Nace JesúsPara leer el lunes L

a familia de José vivió feliz en Egipto durante muchos años. En Egipto tuvieron más hijos y nietos se hizo una familia muy grande. Los llamaban hebreos. Había miles de hebreos en Egipto.

Pero un día, comenzó a gobernar un faraón malvado. Ese faraón odiaba a los hebreos. Por eso, obligó a todos los hombres a trabajar para él fabricando ladrillos durante todo el día. Y si no querían trabajar mandaba a soldados que los golpearan. No contento con esto, el faraón había dictado una orden terrible: todos los niños recién nacidos deberían morir. Había una familia hebrea que amaba mucho a Jesús. La mamá se llamaba Jocabed y el papá Amram. Tenían dos hijos que se llamaban María y Aarón. Pero tenían un problema: Jocabed iba a tener un hijo y no quería que los soldados le hicieran daño. Cuando el bebé nació toda la familia decidió esconderlo. Pero el niño crecía y sus lloros cada vez eran más fuertes. Así que oraron a Jesús para que les ayudara. Una noche toda la familia se reunió. Su madre había tenido una idea. Jocabed había hecho una cesta que estaba recubierta con alquitrán para que no se llenase de agua y pudiese flotar, era como un barco pequeñito. Entonces les contó su plan. Durante el día, esconderían al bebé en el río, donde nadie pudiera verlo ni oírlo. María vigilaría al bebé para que nada malo le pasase. Por la mañana salieron silenciosas de la casa y caminaron rápidamente hasta el río esperando no encontrarse con algún soldado que las molestase. Al llegar hasta la orilla, María y Jocabed buscaron un lugar adecuado para dejar la cesta. María vigilaba al bebé y Jesús y sus ángeles también lo hacían.

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Para leer el martes súseJ ecaN

L

a cesta flotaba tranquilamente con el precioso bebé en su interior. María se quedó vigilando la cestilla escondida entre unos juncos altos que crecían junto a la orilla del río. María no perdía de vista la cesta. Recordaba que su padre le había dicho que debía confiar en Jesús, y en silencio le pedía que sus ángeles lo protegiesen. Aunque ella no podía verlos, junto a la cesta, los ángeles cuidaban al pequeño. De repente María empezó a escuchar unas voces. Varias mujeres se acercaban. Asomada entre los juncos, nerviosa, vio que unas mujeres egipcias llegaban hasta la orilla. Debían de ser muy importantes porque iban vestidas con trajes muy bonitos y lujosos. Una de ellas destacaba entre las demás. Al verle la cara, María se asombró. ¡La conocía! ¡Era la hija del faraón! Las mujeres vieron la cesta y una de las criadas de la princesa entró en el río para sacarla. Al abrir la tapa se encontraron con el pequeño lloriqueando. La hija del faraón sabía que era un niño hebreo. Pero ella no era malvada como su padre. Ella quería cuidar a ese bebé. Lo cuidaría como si fuera su propio hijo y así el faraón no podría hacerle daño. Pero necesitaba una niñera. ¿Dónde podría ella encontrar a una mujer que cuidara del bebé? María había estado observando todo escondida detrás de los juncos. Cuando escuchó que la princesa buscaba ayuda para cuidar del bebé decidió salir de su escondite. Valientemente, se acercó hasta la princesa y le dijo que ella conocía a una mujer hebrea que podría cuidar al bebé. La princesa no lo sabía, pero María le estaba ofreciendo la mejor niñera del mundo: su propia madre, Jocabed. La princesa aceptó y María salió corriendo hasta su casa para buscar a su madre.

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Para leer el miércoles

M

aría volvió corriendo a casa para buscar a su madre. ¡La princesa había encontrado al bebé!

Muy nerviosa le contó a Jocabed lo ocurrido y ambas volvieron hasta el río para encontrarse con la hija del faraón. Allí, la princesa le pidió que cuidase del pequeño. De momento no se lo llevaría la palacio, solo cuando fuera mayor. Jocabed se lo llevaría a su casa y la princesa le pagaría un salario y se encargaría de que tuviese todo lo necesario durante un tiempo. Cuando la princesa le devolvió el bebé a Jocabed le puso un nombre: se llamaría Moisés que significa «sacado de las aguas». El pequeño Moisés había sido sacado de las aguas del río y devuelto a su familia hasta que creciese. Entonces la princesa lo llevaría a vivir al palacio. Jocabed, María y Moisés regresaron a casa. Ahora ningún soldado podría llevárselo: era el hijo de una princesa. Cuando creciera iría al palacio para convertirse en un príncipe de Egipto. Moisés iba a ser una persona muy especial. Las próximas semanas sabremos más de Moisés cuando se hizo mayor.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN ¿Puedes encontrar en el río al bebé Moisés, dos ranas, dos mariquitas y a un conejo?

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, y aprended el versículo de memoria para mañana. Pensad en familia cómo podeis ayudar a alguien que lo necesite esta semana.

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¡Deja a mi pueblo ir!

Lección

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«VE, PORQUE YO ESTARÉ CONTIGO» Éxodo 3: 12

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús es el más poderoso. Siempre está dispuesto a ayudarnos porque nos ama. Nosotros solo tenemos que obedecerle. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Qué hizo Moisés con un egipcio? • ¿Qué tuvo que hacer después? • ¿A dónde fue? • ¿A qué se dedicó Moisés en Madián? • ¿Qué vio en medio del desierto? • ¿Quién le hablaba?

Para hacer el domingo Esta semana podéis echar mano de recursos utilizados anteriormente como los disfraces de egipcios o las ovejitas del belén, el río Nilo… Como podréis comprobar en la historia se omiten muchos detalles. Es preferible que los niños de esta edad se queden con la idea de un Dios que ayuda antes que con la de un Dios que castiga. Por delante tienen muchos años para estudiar la historia completa de acuerdo con su madurez intelectual, emocional y espiritual. Os proponemos la realización de una manualidad sobre la zarza ardiendo que podéis encontrar en las páginas finales.

• ¿Qué le mandó Jesús que hiciera? • ¿Cómo ayudó Jesús para convencer al faraón que dejara en libertad a los hebreos? Referencia bíblica: Éxodo 2: 11-25; 3-13. Para tu reflexión personal: «Los hombres son en mano de Dios instrumentos de los que él se vale para realizar sus fines de gracia y misericordia. Cada cual tiene su papel que desempeñar; a cada cual le ha sido concedida cierta medida de luz, adecuada a las necesidades de su tiempo, y suficiente para permitirle cumplir la obra que Dios le asignó» (Ellen G. White. El conflicto de los siglos, pág. 391).

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Jesús Para leerNace el lunes M

oisés creció como un príncipe de Egipto. Estudió en las mejores escuelas y aprendió mucho. Tenía todo lo que quería: sirvientes que obedecían sus órdenes, ropas caras, la mejor comida y las mejores habitaciones de todo Egipto. Pero Moisés no era feliz. Él sabía que en realidad no era egipcio, que era hebreo, y los hebreos lo estaban pasando mal. Los egipcios se portaban muy mal con los hebreos. Eran sus esclavos. Los obligaban a trabajar mucho y los golpeaban si no lo hacían. Eso le daba mucha rabia a Moisés y le ponía muy triste. Moisés quería ayudarles. Un día, vio a un egipcio maltratando a un hebreo y decidió que lucharía por el hebreo y lo ayudaría. Pero Moisés era muy fuerte y de un golpe mató al egipcio. Moisés no había pensado en Jesús y Jesús no quería que Moisés matara a nadie. A Jesús no le gusta que nos peleemos ni que nos hagamos daño, aunque tengamos razón. ¡En menudo lío se había metido! Moisés tuvo que marcharse de Egipto porque lo que había hecho estaba muy mal y ahora los egipcios lo meterían en la cárcel. Moisés se escondió en un país que se llamaba Madián. Allí vivió muchos años. Se dedicó a cuidar las ovejas de un hombre llamado Jetro que también amaba a Jesús. Allí conoció a Séfora y se casaron. Al poco tiempo tuvieron un hijo que se llamó Gerson. En Madián no había sirvientes que le obedecieran y aprendió a hacer las cosas él solo y a obedecer a las personas más mayores y sabias. En Madián aprendió a ayudar, a cuidar de las ovejas y de su familia. Allí aprendió mucho más sobre Jesús, lejos de los ídolos y estatuas de Egipto.

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súPara seJ eleer caN el martes M

oisés vivió en Madián con su mujer y su hijo muchos años. Tantos, que hasta se olvidó de hablar la lengua de los egipcios.

Un día, Moisés pastoreaba sus ovejas en el monte Horeb. Entonces vio una zarza que estaba ardiendo. Era raro porque no había oído caer ningún rayo, ni había nadie que hubiera encendido el fuego. Se acercó. ¡Sí que era raro! La zarza seguía ardiendo y no se quemaba. Entonces oyó que Jesús le hablaba: —¡Moisés! Quítate los zapatos de tus pies, porque el lugar que pisas, santo es. Moisés obedeció y se acercó. Entonces, Jesús le explicó que tenía un plan para él. Dios no quería que los hebreos fueran los esclavos de los egipcios. Moisés debería volver a Egipto y liberar a los hebreos. Pero no lo haría peleando ni luchando. Dios los liberaría y él solo haría de mensajero. Moisés sacaría a los hebreos de Egipto y los llevaría a la Tierra Prometida, a Canaán, donde serían libres. Moisés estaba preocupado porque creía que no iba a poder hacer lo que Dios le pedía. Pero Dios le dijo que no tuviera miedo. —Ve, porque yo estaré contigo —le dijo Jesús—. Y he avisado a tu hermano Aarón para que te acompañe y te ayude a hablar con los egipcios. Moisés aceptó la misión de Dios y volvió a Egipto con Aarón.

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Para leer Nace el miércoles Jesús

M

oisés y Aarón fueron a hablar con el faraón, el rey de Egipto. Ese faraón era un rey malvado. Adoraba estatuas de piedra y oro y pensaba que esas estatuas tenían poderes mágicos y que lo protegían.

Cuando Moisés le dijo que Jesús le pedía dejar libre a los hebreos, el faraón se rio. ¡Nadie le daba órdenes al faraón! ¡Él era el más poderoso de todos los reyes! Y para demostrarlo empezó a tratar aún peor a los hebreos. Moisés fue muchas veces a hablar con el faraón, pero cada vez se ponía más furioso. Entonces comenzaron a pasar cosas extrañas. Primero el agua del río comenzó a bajar de un color rojo intenso, como si fuera sangre; luego Egipto se llenó de ranas que salían del río por todas partes. Jesús avisó al faraón de que estas cosas iban a pasar, pero el faraón solo confiaba en la estatuas de los dioses egipcios. Y claro, esas estatuas no podían hacer nada. Luego hubo epidemia de piojos, moscas, enfermedades, granizo y langostas. Las estatuas de los dioses egipcios no lograron eliminar esas plagas porque solo eran estatuas, trozos de piedra. Lo que más llamaba la atención era que donde vivían los hebreos no pasaba nada porque Jesús los portegía de esas plagas. Jesús permitió que hubiera diez plagas sobre Egipto y los dioses de Egipto no pudieron hacer nada porque eran de oro, piedra o madera. Y las estatuas ni oyen, ni ven, ni hablan. No podían hacer nada de nada para ayudar al faraón. Pero el faraón no quiso confiar en Jesús para que lo ayudara. Un día, Moisés reunió a todos los hebreos y les dijo que estuvieran preparados. Esa noche debían preparar una cena especial. Asarían cordero con hierbas y comerían un pan diferente porque el faraón, por fin, les daría permiso para irse. Así fue. Al final, harto ya de tantos problemas el faraón llamó a Moisés y le dijo que eran libres, que se podían ir a donde quisieran. Jesús demostró a todos los egipcios que él es el más poderoso. Y también quiere que sepas que es tu amigo y que te cuidará siempre como cuidó a los hebreos.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Lleva a Moisés a ver al faraón.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Jesús cuida a los israelitas «NO TENGAS MIEDO [...] PORQUE YO, TU SEÑOR Y DIOS, ESTARÉ CONTIGO» Josué 1: 9 (DHH)

Para hacer el domingo Esta semana vamos a estudiar una de las historias más emocionantes de la Biblia. También es de las más representadas en libros, imágenes y películas por creyentes y no creyentes. Si usáis una película o un libro para motivar el aprendizaje de este episodio bíblico, por favor, vedlo con ellos de forma crítica, es decir haciéndole ver a vuestro hijo qué aspectos de los narrados en la película son bíblicos y cuáles son imaginación del autor. Eso es válido para cualquier relato que utilice la historia bíblica. Os proporcionamos una manualidad para realizar con vuestro hijo que tiene que ver con el momento en el que el mar Rojo se abrió para dar paso al pueblo hebreo.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús quiere cuidarnos de todo peligro y darnos todo lo que necesitamos porque nos ama. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Qué mar atravesaron los hebreos? • ¿Hacia dónde iba el pueblo de Israel? • ¿Cómo pasaron los hebreos el mar? • ¿Cómo protegía Jesús a la multitud en el desierto? • ¿Cómo los alimentó Jesús? Referencia bíblica: Éxodo13: 17-22; 14; 16; 17: 1-7. Para tu reflexión personal:

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«Si Dios, el divino Artista, le da a las sencillas flores que perecen en un día sus delicados y diversos colores, ¿cuánto mayor cuidado no ejercerá en favor de aquellos que han sido creados a su propia imagen? [...] Cumplid vuestro deber y confiad en Dios; porque él sabe qué necesitáis [...]. Nos vigila con más ternura que una madre a su hijo afligido [...]. Dios es un amigo [...], un protector en el desastre, un preservador en los miles de peligros que nos resultan invisibles» (Ellen G. White. Review and Herald, 11-9-1888).


Nace JesúsPara leer el lunes L

os israelitas obedecieron a Moisés y prepararon todas las cosas para salir de Egipto. Estaban muy felices. Ya nadie les volvería a pegar ni a obligar a trabajar para ellos.

Jesús le había dicho a Moisés que los llevaría a la tierra de Canaán, donde habían vivido Abraham, Isaac y Jacob. Aquella era una tierra tan bonita y con tanta comida que parecía que por todas partes había leche y miel. Todos estaban muy felices. El pueblo de Israel era muy numeroso, tanto como una ciudad entera. Había papás y mamás; abuelos y abuelas; niños y niñas y muchos bebés. Además llevaban muchísimas ovejas, cabras y vacas, por eso no podían avanzar muy deprisa. Hacía mucho calor y tenían que atravesar un desierto. En un desierto no hay sombras donde descansar. Pero Jesús había pensado en eso: en un momento formó una nube en el cielo que les daba sombra para caminar. ¿Verdad que cuando hace mucho calor es mejor caminar por la sombra que por el sol? Además esa nube se movía mostrándoles el camino por donde debían ir. Por la noche había otro problema. ¿Has salido de noche alguna vez por el campo? No es como en la ciudad que hay farolas y mucha luz. Está muy, pero que muy oscuro. Si tú hubieras ido con los hebreos, a lo mejor, habrías tenido miedo. Pero Dios pensó en esto, y la nube que les daba sombra durante el día se convertía en... ¡fuego! Así, cuando tenían que caminar de noche sabían a dónde ir, y cuando descansaban no tenían miedo porque era como una gran farola que los alumbraba. ¿No te parecen buenas ideas? Es que Jesús piensa en todo para que no nos falte de nada.

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Para leer el martes

súseJ ecaN

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a nube de sombra y luz los condujo hasta la orilla del mar Rojo y allí acamparon para descansar.

Entonces los vigías dieron la voz de alarma. Un nubarrón de polvo se acercaba a ellos. Era el faraón con sus carros y sus soldados. El faraón había cambiado de idea. Quería que los israelitas volvieran a Egipto. Los hebreos tenían miedo, pero una vez más Dios había pensado en todo. Primero la nube se puso entre los soldados y los hebreos para que no pudieran pasar. Luego Jesús habló con Moisés y le dijo que fuera a la orilla del mar, y allí que levantara la vara y que le ordenara al mar que se abriera. Moisés obedeció y levantó la vara y... empezó a soplar un viento muy fuerte sobre el mar y se levantaron como dos muros de agua dejando un pasillo seco por el que podían caminar. Durante toda la noche se dieron mucha prisa para pasar por el medio del mar seco mientras la nube de fuego los protegía separándolos del ejército egipcio. Al amanecer, cuando todo el pueblo había pasado, Moisés volvió a extender su mano sobre el mar y de repente los muros de agua cayeron otra vez dejando el mar como antes. De esa manera Dios los salvó de sus enemigos y supieron que no deberían tener más miedo porque Dios siempre los protegería.

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Para leer el miércoles

L

os hebreos comenzaron a atravesar el desierto. El camino del desierto no era fácil. Allí no había tiendas para comprar comida ni podían cultivar un huerto. Entonces ¿cómo alimentar a todas las personas?

Una mañana, al salir de las tiendas se encontraron con el suelo lleno de unas cosas redonditas y pequeñas, como nieve, pero no estaba frío, estaba seco. Cuando le preguntaron a Moisés qué era eso, Moisés les dijo que era comida. Era el pan que Jesús les daba para comer y que les daría todos los días mientras estuvieran en el desierto. Lo probaron y... ¡Humm! ¡Qué rico! Era dulce como la miel. A este pan lo llamaron «maná». Todos los papás, las mamás y los niños recogían maná por las mañanas. Podían recoger todo el maná que pudieran comer en el día, menos el viernes que podían recoger la parte del viernes y del sábado, porque el sábado no había maná. Mientras estuvieron en el desierto no faltó maná que los alimentara. Jesús siempre les dio toda la comida que necesitaban. Hubo una vez que se quedaron sin agua. En el desierto es muy difícil encontrar fuentes de agua, manantiales o pozos, y mucho menos para tantísima gente. Pero Jesús le dijo a Moisés que no se preocuparan. Reunió a los dirigentes del pueblo junto a la peña de Horeb. Entonces Dios le dijo que golpeara la piedra con la vara, y ¿sabes lo que pasó? De la roca empezó a salir agua. Pero no era un chorrito de agua, no. Salió tanta agua que pudieron beber todo el mundo y todo el ganado mientras estuvieron allí acampados. El pueblo de Israel tuvo que quedarse en el desierto mucho, mucho tiempo, pero siempre Jesús los protegió del calor del día con la nube que les daba sombra, de la oscuridad de la noche con la nube de fuego. Siempre tuvieron maná para comer y no les faltó el agua. Jesús quiere protegerte como protegió a los israelitas en el desierto y siempre va a cuidar de ti como cuidó de ellos.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN

Encuentra cinco dibujos que no deberían estar debajo del mar.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Jericó

Lección

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«A JEHOVÁ, NUESTRO DIOS, [...] OBEDECEREMOS» Josué 24: 24

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús es el más poderoso. Si lo obedecemos, Jesús puede hacer maravillas con nosotros. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Quién era el jefe de los israelitas? • ¿Cómo se llamaba la ciudad? • ¿Quién ayudó a los espías? • ¿Qué tenían que hacer los israelitas para conquistar Jericó? • ¿Qué pasó con las murallas?

Para hacer el domingo Esta semana os proponemos un juego. Jugad a obedecer la música. Utiliza una música cristiana para moveros por la habitación. Cuando la música deje de sonar debe quedarse muy quieto hasta que vuelva a sonar de nuevo. Jugad con otras órdenes como sentarse, tocarse la cabeza, o gritar. Hazle ver que el juego solo es divertido cuando se obedecen las normas, que es lo que hicieron los israelitas para conquistar Jericó. En las manualidades os proponemos un juego para ayudar a los espías a huir bajando por la muralla de Jericó desde la casa de Rahab.

Referencias bíblicas: Josué 2; 5: 13-15; 6. Para tu reflexión personal: «Desde una edad muy temprana, los niños pueden comprender lo que se les dice con sencillez y claridad; y manejándolos con bondad y juicio se les puede enseñar a obedecer» (Ellen G. White. Pacific Health Journal, abril de 1890). «Y los niños serán, bajo la debida disciplina, más felices, mucho más felices, que si se les permitiese hacer como se lo sugieren sus impulsos no educados. Las verdaderas virtudes de un niño consisten en la modestia y la obediencia, en oídos atentos para escuchar las palabras de dirección, en pies y manos voluntarios para andar y trabajar en la senda del deber» (Ellen G. White. Manuscrito 10, 1901).

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Jesús Para leerNace el lunes L

os hebreos, que a partir de ahora llamaremos israelitas, pasaron cuarenta años en el desierto y durante ese tiempo Dios no dejó de protegerlos ni de cuidarlos.

Moisés era muy anciano y murió. Jesús había elegido a Josué como jefe del pueblo y él debía dirigirlos para entrar en la Tierra Prometida. Después de tantos años en el desierto, el pueblo de Israel había llegado a la tierra de Canaán. Todos estaban felices. Jesús les había prometido que podrían vivir en un país donde serían libres. Pero en aquella tierra había otros pueblos, otras ciudades y otras personas. A los habitantes de aquella tierra nos les gustaba que, de repente, llegaran muchísimas personas a vivir con ellos. Además, les tenían miedo porque habían oído cómo Dios les había ayudado a cruzar el mar Rojo y cómo les había ayudado durante todo el tiempo que pasaron en el desierto. Tenían a todos los soldados preparados para no dejarles pasar. Josué decidió enviar a la ciudad de Jericó a dos espías para saber cómo era la tierra, la ciudad y las personas que vivían allí. Pero el rey de Jericó se enteró y los buscó para matarlos. ¿Dónde se podían esconder? Una mujer que se llamaba Rahab había oído hablar de Jesús y cómo cuidaba y amaba a su pueblo. Rahab decidió ayudarlos y los escondió en la terraza de su casa y desde allí pudieron huir y regresar al campamento. Los espías contaron que en Jericó había muchos soldados con armas y que si hacían una guerra iban a perder y no podrían entrar en Canaán. Josué estaba preocupado. Un día, el mismo Jesús se le apareció y le dijo que no se preocupara, que si hacían todo lo que él les decía, iban a vencer.

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L

súPara seJ eleer caN el martes

os israelitas llegaron cerca de Jericó y montaron el campamento. Jericó tenía unas murallas muy altas para defenderla de los guerreros enemigos y unas puertas que se cerraban de noche para protegerla de los ladrones. Cuando vieron llegar a los israelitas, cerraron las puertas y nadie podía entrar ni salir. Entonces, los israelitas hicieron exactamente lo que Jesús le había dicho a Josué. Jesús había dicho a Josué que durante seis días todas las personas del campamento darían una vuelta alrededor de las murallas de la ciudad. Pero no debían hacerlo de cualquier manera. Debían ir bien ordenados y en silencio, en completo silencio. El único sonido procedía de unas trompetas hechas con cuernos de carnero que llevaban los sacerdotes. El primer día todos caminaron ordenados y en silencio alrededor de las murallas. El segundo día hicieron lo mismo, así durante seis días seguidos. Solo se oía el sonido de las trompetas. ¿Te puedes imaginar a la gente de Jericó viendo desde las murallas que un montón de personas bien ordenados y en silencio caminan alrededor de la ciudad y luego se vuelven al campamento? Dirían: «¿Qué estará pasando? A lo mejor es verdad que el Dios de los israelitas es muy poderoso y los protege». Pero la mayoría de los habitantes de Jericó solo esperaban a que se marcharan de allí para perseguirlos en el campo y expulsarlos de Canaán.

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Jesús Para leer elNace miércoles P

ero el séptimo día fue diferente. Los israelitas no dieron solo una vuelta alrededor de la ciudad. Dieron una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... ¡siete! Siete vueltas bien ordenados y en completo silencio.

Entonces se detuvieron. Todos se quedaron muy quietos mirando las murallas. Cuando los sacerdotes hicieron tocar las trompetas por séptima vez, se pusieron a gritar y a hacer todo el ruido del que eran capaces. ¿Sabes lo que pasó? Las murallas empezaron a temblar y a agrietarse. Enseguida cayeron los primeros cascotes y luego trozos más grandes de las paredes. A los pocos minutos las enormes murallas de Jericó habían caído. Así los israelitas conquistaron Jericó. El poder de Dios les entregó toda una ciudad. Cuando los israelitas entraron en Jericó fueron rápidamente a buscar a una persona. ¿Sabes a quién? ¡A Rahab! Josué mandó ir y sacar a toda la familia de Rahab para que no sufriera ningún daño, porque Rahab confiaba en Dios y había protegido a los espías. Los israelitas pudieron vencer porque hicieron exactamente lo que Jesús les mandó. Los israelitas obedecieron. Tú también puedes obedecer a Jesús y a tus padres.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Encuentra cinco trompetas de cuerno de carnero escondidas en el dibujo.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Para hacer en casa

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Para la lección 1 Colorea el fondo del mural. Colorea y recorta cada uno de los cuadrados de la página siguiente y pégalos en el lugar de cada número hasta completar el cuadro.

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Para la lección 2

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Para la lección 3 Colorea y recorta por el borde exterior. Recorta por la linea punteada de forma que haga de rampa. Pega solo los bordes del arca en otro papel o cartulina. Te quedará un hueco para que cuando abras la rampa puedas meter los animales dentro.

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Para la lección 4 Colorea y recorta la tarjeta. Pega dento una foto de tu hijo/a. Dobla por la mitad y regálasela.

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Para la lección 5 Colorea todas las piezas y recórtalas. Enrolla el pozo para pegar un extremo con el otro y tenga forma redondeada. Puedes pegar las figuras de los personajes en rollos de cartón de papel higiénico o en botellitas de yogur líquido (tipo Actimel). Jugad con la historia de esta semana.

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Para la lección 6 Colorea y recorta el corazón. Átale un hilo en lo alto para poder colgarlo. Pega fotos de miembros de la familia en los corazones pequeños y recórtalos. Ata hilos para sujetar a toda la familia del corazón de Jesús.

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Para la lección 7 Colorea y recorta la escalera y los personajes para contar la historia. Para montar la escalera sigue las instrucciones de la siguiente página de abajo a arriba, comenzando por el número 1.

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3.- Dobla el último tramo hacia atrás para que sirva de soporte

2.- Dobla por las líneas en forma de acordeón.

1.- Dobla el primer tramo hacia adelante. Cuando todo esté doblado lo podrás pegar en una hoja de papel que sirva de base para el decorado.

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Para la lección 8 Decora la túnica como más te guste.

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Para la lección 9 Colorea y recorta las dos mitades del collar de gobernador de José. Luego únelas con pegamento. Jugad a los disfraces.

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Para la lección 10

Colorea y recorta por las líneas gruesas y la linea punteada del cesto. Dobla por las líneas punteadas del diorama. Pega el cesto del bebé en la guía de papel y monta de acuerdo al modelo. Podrás llevar el canasto por el río y llevarlo hasta la princesa.

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Para la lección 11 Coloread el arbusto. Recortad el rectángulo de abajo y pegad los extremos a los lados del tronco. Recortad tiras de papel seda de colores rojo, naranja y amarillo y pegad uno de los extremos de esas tiras en el rectángulo. Mejor si lo hacéis sin ningún orden y superpuestas. Con una pajita de refresco podéis soplar por el hueco del rectángulo y hacer mover las llamas.

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Para la lección 12 Coloread el mar Rojo abriéndose. Recortad el cuadro. Doblad por las líneas de puntos de forma que pueda verse el mar cerrado y cuando estires el papel el mar se abra.

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Para la lección 13

Colorea la muralla y al espía en la cuerda. Recorta por las líneas gruesas. Introduce la tira con el espía por la aperturas de forma que salgan por detrás de la muralla. Al tirar hacia arriba y hacia abajo de la tira, el espía subirá y bajará por la muralla.

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¡Importante! Protocolo de implantación «Crezco con la Biblia» es el material para 3 a 6 años de la serie «Mi Biblia, mi tesoro». Debido a que «Mi Biblia, mi tesoro» puede usarse de forma alternativa en las iglesias de la UAE como material de estudio de las Escuelas Sabáticas Infantiles, rogamos encarecidamente que se sigan los siguientes pasos de implantación: 1.- Estudiar el material detenidamente. El proyecto debe ser conocido por padres, maestros de escuela sabática infantil y responsables de la iglesia. 2.- Llegar a un acuerdo consensuado por amplia mayoría de todas las partes (padres, maestros y responsables). 3.- Obtener un voto del consejo de iglesia local a favor del uso de «Mi Biblia, mi tesoro». 4.- Contactar con infantil.aula7activa@gmail.com para autorizar la copias. El seguimiento de estos pasos previos a la implantación de «Mi Biblia, mi tesoro» favorecerá la implicación de toda la iglesia en el proyecto educativo de los niños, a la vez que asegurará la continuidad del proyecto en la iglesia local, independientemente de los cambios en los responsables de los departamentos.

Agradecimientos A Dios por todos los milagros que hemos visto y vivido a lo largo de la elaboración de este material. A todas aquellas personas que con sus ánimos, su tiempo y su aportación económica han contribuido al proyecto. Sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí.

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Te invitamos a comenzar una aventura junto a tus hijos con la Biblia como escenario. Cada semana descubrirás un nuevo tesoro en forma de historia bíblica en el que siempre estará Jesús, tu amigo y compañero de juegos y aprendizaje. Usa el material como mejor se adapte a vuestra forma dinámica familiar y a la madurez de tu hijo pero intenta dedicarle un ratito todos los días. Y, sobre todo, disfruta de estos momentos, pasadlo bien, divertíos y dejad que Jesús forme parte de vuestra vida.

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