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La oveja perdida
Comprende y memoriza:
(Mateo 18:10, 11, Traducción en Lenguaje actual)
Tu Lectura Del Domingo
onoces alguna historia tan interesante que no podías dejar de escuchar o de leerla hasta saber el final? Seguro que sí.
Este trimestre vamos a estudiar algunas historias que contó Jesús. Se llaman parábolas.
Jesús era muy bueno contando historias. Eran tan interesantes que ni los mayores ni los niños se aburrían escuchándolo. ¿Te han contado tus padres alguna parábola? ¿Recuerdas alguna?
Las parábolas no eran solo historietas, tenían un significado especial. Con ellas Jesús quería que comprendiéramos cómo es Dios y cuánto nos ama. Algunas veces eran cuentos que todo el mundo se sabía, pero Jesús les sorprendía contándolo de otra forma o cambiando el final. Otras veces eran historias que la gente contaba durante los viajes o en el mercado y él las aprovechaba para que aprendieran una lección. Otras veces simplemente eran ejemplos de la vida real.
A Jesús le gustaba que cada persona que escuchaba sus parábolas pensara por sí misma. No siempre explicaba lo que significaban sus parábolas. Quería que cada uno aprendiera su propia lección, algo que necesitaban en ese momento.
Esta semana contaremos una parábola que seguro que conoces bien, la de aquella oveja a la que le gustaba escaparse del corral y siempre se perdía. Durante esta semana volveremos a disfrutar con ella.
Tu Lectura Del Lunes
En varias ocasiones Jesús contó historias de ovejas y pastores. En sus historias, ¿quién era Jesús? (Lee Juan 10:11)
Si Jesús es el buen pastor, ¿quiénes imaginas que son las ovejas? Eso es. Nosotros. Muchas veces, nosotros nos comportamos como ovejas obedientes y otras veces como ovejas perdidas.
El trabajo del pastor es vigilar y cuidar a todas sus ovejas. Cuando las ovejas hacen caso del pastor están seguras y bien alimentadas. Pero ¿te imaginas qué le puede pasar a una oveja que se pierde? Pues que se mete en un buen lío porque se puede caer al río o se puede despeñar por un barranco. ¿Recuerdas alguna situación en la que te metiste en un buen lío por no hacer caso de las personas que te cuidan?
A tu alrededor hay personas que te aman y se preocupan por ti. Muchas veces crees que son unos pesados porque no paran de decirte: «No hagas esto» o «haz esto otro». No lo hacen por diversión o para fastidiarte. Lo hacen para que no te metas en problemas. Ellos se comportan como un buen pastor que te cuida y quiere lo mejor para ti.
Para los padres
Haced leer a vuestros hijos el texto bíblico de la parábola que estudiamos cada semana en una versión de lenguaje sencillo. (Ver apartado Para saber más; p. 79). Es una buena ocasión para fomentar el hábito de lectura de la Biblia.
Para los padres
Reflexiona con tus hijos que tu familia es como un pequeño rebaño. Cada uno de vosotros sois diferentes.
Podéis comentar cómo seríais si fuerais una oveja, teniendo en cuenta vuestro carácter y aspecto físico (Ejemplo: una oveja negra, una tranquila…).
Podéis pintar y escribir lo comentado al lado de cada oveja del dibujo anterior.
TU LECTURA DEL MARTES ¿Q
ué más dice la Biblia sobre el buen pastor, sobre Jesús? (Lee Juan 10: 14) Un buen pastor conoce a sus ovejas. Las conoce súper bien porque él mismo les ha puesto nombre una a una y además tienen tan buena memoria que las distingue a todas, se acuerda de cómo se llaman y cuando las llama, las llama por su nombre. Sabe cuántos años tiene, cuántos corderitos ha parido, si es más traviesa y le gusta separarse del rebaño o si es un carnero con mal genio. Sabe si están enfermas y les da medicinas o las lleva a comer un pasto especial.
Así es Jesús. Te conoce desde antes de nacer. Sabe cómo te llamas, qué comida te gusta y que te caíste en el recreo y te hiciste un roto en el chándal. Él te conoce mejor que tú mismo y sabe qué es bueno para ti.
¿Y las ovejas? ¿Las ovejas son capaces de conocer al pastor? (Lee otra vez Juan 10: 14)
Por supuesto que sí. Las ovejas están acostumbradas a su voz y a verlo delante del rebaño o sentado bajo una sombra mientras las vigila. Saben que pueden confiar en él y cuando el pastor se mueve ellas lo siguen a donde las lleve.
Nosotros también podemos conocer a Jesús, nuestro pastor. ¿Cómo? Estudiando la Biblia, con la escuela sabática y orando podemos conocer cómo es Jesús y cuánto nos ama.