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Los trabajadores de la viña
Comprende y memoriza:
Tu Lectura Del Domingo
¿Has leído el versículo de esta semana? ¡Qué raro! ¿verdad? Normalmente el primero que está en la fila es el primero que sale al patio; y el primero de una lista es al primero que atienden.
(Mateo 18:10,11)
En este mundo nos gusta ser los primeros en todo: los primeros en tener dinero (el hombre más rico del mundo), los primeros en los deportes (se dan premios al jugador de fútbol que ha metido más goles, al corredor más rápido, al atleta que efectúa los saltos más altos…), a los más guapos del mundo… Se premia todo, pero ¿te has parado a pensar cómo se sienten aquellas personas que nunca son los primeros en nada? Jesús sí que lo hizo, porque para él todos somos iguales. Jesús mide la importancia de las personas por cómo aman a Dios y a su prójimo, no por las medallas que han ganado en este mundo. Ganar medallas no está mal siempre que lo primero en nuestra vida sea Jesús. Pero muchas de esas personas se olvidan de él, por eso no les va a servir de nada ser aquí los primeros, porque en la Tierra Nueva todos seremos iguales.