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TU LECTURA DEL MIÉRCOLES

Cuando terminó la jornada llegó el momento de pagar. Empezó llamando a los que solo habían trabajado una hora, es decir, a los últimos.

¿Cuánto les pagó? Lee Mateo 20:9

¡Qué sorpresa! A los que habían trabajado solo una hora les pagó por un día entero de trabajo. ¡Qué generoso! ¿Te puedes imaginar lo contentos que se fueron?

Los trabajadores que habían trabajado todo el día pensaron que, como ellos habían trabajado más horas, el dueño de la viña les pagaría más que a los que solo habían trabajado una hora. Lee lo que pasó en Mateo 20:10.

Pues eso sí que les sorprendió. El dueño de la finca les pagó lo mismo que a los últimos en llegar. Eso no les gustó mucho, de hecho, se enfadaron bastante. Ellos habían trabajado muchas más horas: merecían más dinero. ¿Qué te parece?

¡Es injusto!

Vamos a pensarlo un poco mejor: el dueño de la viña había pactado con los primeros trabajadores el pago de un denario al día. Entonces era justo que recibieran un denario por el día de trabajo. Otra cosa es lo que el dueño quisiera pagar a los demás. Y quiso que todos recibieran lo mismo. Lee Mateo 20:14, 15.

• Sigue los caminos y descubre cuánto ganó cada obrero por su trabajo.

Para los padres

Recordad a vuestros hijos cuál es la promesa de Jesús: vivir con él para siempre en la Tierra Nueva. Nos ha prometido la vida eterna. Y nos la ha prometido a todos. No nos ha prometido que unos serán un poco felices y otros muy felices. No se puede medir la vida eterna en un poco o en un mucho. Por eso todos tendremos todo.

Para los padres

Hay personas que para ser las primeras no les importa lo que les ocurra a los otros. Reflexionad con vuestros hijos sobre situaciones familiares, del colegio o del mundo en el que vivimos donde se muestre esta situación (juego, deporte, niños que no quieren ayudar a otros en un trabajo para ser ellos los que saquen mejores notas…). Comparad estas situaciones con otras donde las personas renunciaron a ser los primeros por ayudar a los demás (historias bíblicas, personajes históricos, etc.).

TU LECTURA DEL JUEVES ¿Q

ué significa la parábola? Si el dueño de la viña es Jesús, entonces nosotros somos sus trabajadores. Jesús nos llama, nos contrata para que hagamos de este mundo un mundo mejor. Y a cambio nos promete que algún día, cuando vivamos en la Tierra Nueva, tendremos vida eterna. Una vida eterna llena de felicidad.

Y Jesús llama a todos los que quieran trabajar para él. Para Jesús todos somos importantes y todos podemos trabajar para él, según nuestras posibilidades; tanto si somos jóvenes y fuertes como si somos más débiles, tanto si somos niños como si somos mayores, tanto si somos del país como si somos extranjeros, tanto si estamos sanos como enfermos... Todos podemos hacer algo para hacer un mundo mejor.

Pero nos vamos a fijar en los últimos trabajadores. Jesús también se interesa por las personas más desafortunadas de este mundo, esas personas que nadie quiere, que tienen problemas, que son ancianos, migrantes, pobres, discapacitados… Para él son muy importantes y los trata como a todos los demás, sin discriminación porque son los que más lo necesitan.

¿No sería genial un mundo en el que todos nos tratáramos con respeto y en el que todos fuéramos importantes? Pues para Jesús lo somos. Jesús nos quiere a todos en su reino.

Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.

Tu Lectura Del Viernes

Hoy vamos a hablar del enfado de los primeros trabajadores. Lo que el dueño había hecho era hacer un regalo a los trabajadores que había contratado menos horas. El regalo no era porque lo merecieran sino porque el dueño lo quiso así y porque eran los que más lo necesitaban.

¿Cómo se llama al sentimiento de sentirse mal porque a un compañero o a otra persona le va bien o tiene algo bueno? Eso se llama envidia. Y eso es lo que sentían los trabajadores de la primera hora. Ellos habían recibido el pago justo y se enfadan porque a otros les han dado un regalo.

¿Sabes que dice la Biblia acerca de la envidia? Léelo en Proverbios 14: 30

Para los padres

Pedidles a vuestros hijos que os expliquen alguna situación en la que se sintieron mal porque hacíais más caso a otros que a ellos (a un hermano, a otro niño o a otra persona).

• Une a cada niña con la experiencia que siente cuando es simpática o es envidiosa.

Explicadles las razones por las que lo hicisteis. Hacedles reflexionar sobre que hubieran hecho ellos en vuestro lugar y que hubiera hecho Jesús.

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