1 minute read
TU LECTURA DEL VIERNES
Cuando la levadura comienza a actuar lo primero que se nota es que la masa aumenta de tamaño, crece.
Está claro que por tener a Jesús en nuestro corazón no vamos a ser ni más altos ni más gordos. Entonces ¿en qué podemos crecer por dentro? (2 Pedro 3: 18 te da una pista).
Dios hace crecer dentro de nosotros el deseo de conocerlo mejor. Cuanto más conocemos a Jesús más lo amamos, y cuanto más lo amamos más queremos conocerlo. ¿Cómo podemos conocer mejor a Dios? Por muchos medios.
• El primero, la Biblia. Dios reveló a los escritores bíblicos la suficiente información para que sepamos cómo es su carácter, cuánto nos ama y qué ha hecho y hará por nosotros:
• El segundo, la oración. Cuando oramos, permitimos que Jesús hable a nuestra mente, así podemos conocerlo mejor.
• El tercero, por otras personas. Otras personas que también estudian la Biblia y oran, pueden ayudarte a descubrir otros aspectos de Dios en los que tú no te habías fijado. Es lo que hacemos cuando vamos el sábado a la iglesia a escuchar el culto y a la escuela sabática.
• El cuarto, en la naturaleza. Observar todo lo que Dios creó, con tanto detalle, con tanta perfección nos ayuda a comprender el amor de Dios.
También hay otra cosa en la que crecemos. (Lee 1 Tesalonicenses 3: 12).
También crecemos en nuestra relación con los demás. Cuando Jesús vive en nuestro corazón tratamos mejor a todos los que nos rodean. Somos amables, bien educados e intentamos ayudar siempre que podemos.
El reino de Dios, la levadura que actúa en nuestro corazón, nos hace amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.