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Tú sí que vales
Comprende y memoriza:
«¡Excelente! Eres un empleado bueno y se puede confiar en ti. Ya que has cuidado bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes»
(Mateo 25:21, Traducción Lenguaje Actual)
Tu Lectura Del Domingo
ay alguna cosa que te guste mucho hacer y que te salga muy bien?
A eso se le llama talento. Ahora están muy de moda los programas de televisión en los que las personas concursan para demostrar lo bien que cantan, actúan, bailan o hacen números de circo. Son programas como La Voz, Tú sí que vales, Masterchef, Factor X…
Pero los talentos son muchísimas más cosas que no tienen que ver con el espectáculo o la televisión. Un talento puede ser hablar bien en público, tener buena mano para las manualidades o ser simpático con la gente.
Pero ¿sabes de dónde viene la palabra talento? En la Antigüedad, el talento era una forma de medir la cantidad de oro o de plata. Era una forma de medir la cantidad de riqueza.
Esta semana vamos a estudiar la parábola en la que Jesús nos explica cómo él nos ha dado a cada uno habilidades muy valiosas. Y sí, Dios también te ha dado a ti uno, dos o diez talentos especiales. También nos enseña cómo utilizar esos talentos para que sean útiles para nosotros y para ayudar a todos los que nos rodean.
Comenzaremos a leer la parábola en Mateo 25:14, 15. «En el reino de Dios pasará lo mismo que sucedió cierta vez con un hombre que decidió irse de viaje. Llamó a sus empleados y les encargó su dinero. El hombre sabía muy bien lo que cada uno podía hacer. Por eso, a uno de ellos le entregó cinco mil talentos, luego, se fue de viaje».
• ¿Qué es lo que hicieron cada uno de los siervos con el dinero que su jefe les había dado? Léelo en Mateo 25: 16-18. Sigue los caminos y averigua qué hicieron cada uno de los empleados y cuánto ganaron en total.
Para los padres
Preguntad a vuestros hijos qué hubieran hecho ellos con ese dinero en esta situación.
Para los padres
Podéis explicar a vuestros hijos cómo sube el precio de la vida. Ponedles ejemplos de cosas que hace años tenían un precio y ahora valen mucho más. Por eso si el tercer siervo había guardado muchos años el dinero, cuando llegó el señor ese dinero valía mucho menos, había perdido valor. El tercer siervo había hecho perder dinero a su jefe.
Tu Lectura Del Martes
Los tres siervos hicieron lo que quisieron con el dinero que su jefe les había entregado.
Pero pasó el tiempo, seguramente varios años, y el jefe volvió de su viaje. Los llamó para que sus siervos le devolvieran el dinero.
Llamó al primero y ¿qué pasó? Léelo en Mateo 25: 20, 21.
¡Qué bien! ¡Qué contento estaba el jefe! ¡Qué empleado más responsable!
Luego llamó al segundo y ¿qué pasó? Léelo en Mateo 25: 22, 23. ¡Qué bien! ¡Qué orgulloso estaba el jefe de sus empleados!
Por último, llamó al tercero. El tercer siervo le entrega su talento exactamente igual que el jefe se lo había entregado hace años. ¿Qué le pareció al jefe? Léelo en Mateo 25: 26, 27
Al final el jefe toma una decisión muy triste para ese empleado. Le quita el talento y lo deja sin nada. Y como premio, se lo da al que había trabajado más. Puedes leerlo en Mateo 25: 28, 29