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TU LECTURA DEL MARTES

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Para saber más

Para saber más

Comienza leyendo la historia en Mateo 18: 23, 24

El siervo tenía una deuda enorme con su rey. Diez mil talentos, sí. Quizás esta cantidad te diga nada y que no sabrás cuánto dinero era en realidad. Pues bien, si lo traducimos a monedas de hoy ¡eran millones de euros!

El siervo de la parábola no podía pagar su deuda con el rey, no tenía tantísimo dinero. ¿Qué decidió hacer el rey? (Puedes leerlo en Mateo 18: 25)

Ser esclavo significaba que tenías que trabajar para un dueño y no te pagaba nada. Solo te daba de comer y una cama para dormir. Un esclavo tampoco podía ir a ningún sitio sin permiso. Era como estar prisionero. Y si el dueño quería podía venderte a otra persona. ¡Qué terrible!

El siervo, desesperado, le suplicó al rey que le diera tiempo para conseguir ese dinero.

El rey sabía que por mucho que trabajara toda su vida era imposible conseguir tanto dinero. Entonces ¿qué hizo? (Verás la bondad del rey cuando leas Mateo 18: 27)

El rey no le tiene en cuenta todo ese dinero que le debe. Es como si nunca le hubiera debido nada. Al final era como si el rey le hubiera regalado todo el dinero.

Imagínate lo feliz que debía sentirse el siervo. ¡Era libre! ¡No tenía deudas! Ahora todo el dinero que ganara era para él y para su familia. Si administraba bien su dinero, a partir de ahora, nunca les faltaría una casa ni comida ni ropa.

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