MI BIBLIA, MI TESORO. 9 a 12 años. Año A. 3 trimestre.

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MI BIBLIA, MI TESORO LECCIONES PARA EL ESTUDIO DE LA BIBLIA

9 - 12 años 3er Trimestre · Año A


Proyecto «Mi Biblia, mi tesoro» Textos: Esther Villanueva Luis González Mercedes Gascón

Revisión teológica: Roberto Badenas

Ilustraciones: Ferni David Park (cuadro «Aprende y comprende»)

Diseño: Isaac Chía

Maquetación: Daniel Nieto

Es un proyecto de Aula7activa, editora digital de AEGUAE (Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España), en colaboración con el Ministerio de la Infancia de la UAE (Unión Adventista Española).

Todos los derechos reservados. Se permite la impresión de esta publicación solo para uso personal. No está autorizada la difusión digital. Los archivos informáticos de las publicaciones electrónicas no pueden ser manipulados bajo ningún concepto.

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Índice Lección 1

Agua de las rocas

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Lección 2

Las Normas de la Felicidad

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Lección 3

Nuestro amor a Dios

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Lección 4

¿Cómo amar a los demás?

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Lección 5

¡Qué poca memoria!

28

Lección 6

Dios en el campamento

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Lección 7

Santuario: perdón y esperanza

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Lección 8

Dos hombres valientes

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Lección 9

Resolviendo problemas

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Lección 10

Dios ayuda… a pesar de todo

58

Lección 11

Balaam, el codicioso

64

Lección 12

Josué prepara la conquista

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Lección 13

En Canaán

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“Mi Biblia, mi tesoro” es un método para acercarnos al Dios revelado en la Biblia. Ahora es el momento de cultivar hábitos de estudio de la Biblia. Dedicad un tiempo breve cada día a estudiar la Biblia con vuestros hijos. No los dejéis solos. Con vosotros es mucho más divertido. Van a tener preguntas, van a necesitar ayuda para buscar los textos bíblicos y necesitan saber que la Biblia es importante no solo para ellos, los niños, sino que también vosotros, los adultos, lo sentís como una necesidad vital. No hagáis del estudio de la Biblia una imposición. Nada que tenga que ver con Jesús y la Biblia debe ser una imposición. Adaptad el material que tenéis entre manos a la edad de vuestros hijos, a sus gustos y a sus intereses. Ahora es el momento de acercar a vuestros hijos a Dios. Disfrutad de esos momentos. Que cuando sean mayores recuerden con cariño esos minutos de complicidad entre vosotros, ellos y Jesús.


1 LECCIÓN

AGUA DE LAS ROCAS

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Después del maravilloso milagro que habían vivido para cruzar el mar Rojo, los israelitas continuaron su camino. ¿Te imaginas la alegría que debía haber en el campamento al sentirse libres? Seguramente recordaban cómo Dios los había protegido de las plagas que había sufrido el país de Egipto y cómo habían pasado el mar Rojo entre dos muros de agua. Cada día, cuando se levantaban, tenían comida en abundancia y, cuando miraban al cielo, veían esa nube que los protegía del calor durante el día y los iluminaba y calentaba de noche para que no tuvieran ni frío ni miedo.

«Ten presente al Señor en todo lo que hagas y él te llevará por el camino recto» (Proverbios 3: 6)

Guiados por la nube, viajaban bien organizados. Cada familia debía ir junta para no perderse y cuando acampaban debían hacerlo cada uno en su sitio. La siguiente parada sería el oasis de Refidim. Refidim era un oasis que todos los viajeros conocían. Allí encontrarían el agua que necesitaban para seguir su viaje hasta el monte Sinaí donde Dios les había dicho que debían ir. Cuando llegaron ¿qué ocurrió? (Lee su sorpresa en Éxodo 17: 1). ¿Recuerdas lo que había sucedido la otra vez cuando les faltó el agua? La gente se enfadó tanto que querían volver a Egipto, pero Dios hizo potable el agua de Mara y todos lo agradecieron. ¿Sabes cómo reaccionó la gente esta vez? ¿Confiaron en Dios? (Lee Éxodo 17: 3). Seguían sin confiar en Dios, solo que ahora era peor. Esta vez se enfadaron tanto que estaban dispuestos, nada menos que a apedrear a Moisés (ver Éxodo 17: 4).

Piensa un poco En este mundo nos van a pasar muchas cosas buenas y también nos van a pasar cosas malas por culpa del pecado. Piensa en todas las cosas buenas que tienes. ¿Te acuerdas de agradecérselas a Dios? Piensa en las cosas malas que te pasan. ¿Te acuerdas de pedirle a Dios que te ayude?

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Los hijos de Israel se habían quedado sin agua otra vez. ¿Qué harían ahora? Seguramente el oasis más cercano quedaría muy lejos de allí. ¿Qué deberían haber hecho? Sabemos lo que hizo Moisés. Cada vez que Moisés tenía un problema se lo presentaba a Dios. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera? (Lee la solución de Dios en Éxodo 17: 5, 6). La gente vio a Moisés y a los ancianos que salían del campamento. ¿A dónde iban? Mucha gente los siguió. Cuando Moisés y los ancianos llegaron hasta una roca, Moisés tomó su vara y golpeó la roca. No sabemos cómo, pero comenzó a salir agua de la roca a borbotones. Este hecho fue recordado cientos de años más tarde por el jefe de los cantores del rey David que

escribió varios salmos. (Puedes leer en Salmos 78: 15, 16 la cantidad de agua que salió de la roca). Seguramente alguien gritó: «¡Agua! ¡Agua!». La voz se corrió rápidamente por todo el campamento y todos se acercaron para ver el milagro. Recuerda que eran como dos millones de personas, además de los animales, así que seguro que hubo que organizar a la gente para que todos pudieran llenar sus cántaros y vasijas sin empujarse ni atropellarse. Primero las familias con niños y ancianos, luego todos los demás y por último todos los animales, ovejas, cabras, vacas, camellos, burros… Hubo agua abundante durante todo el tiempo que los israelitas estuvieron acampados allí. Una vez más Dios les demostró a los israelitas que para él no hay nada imposible.

Piensa un poco Las piedras no se pueden convertir en agua, cualquier persona inteligente lo sabe. No sabemos cómo hace Dios sus milagros. Quizás debajo de la roca había un manantial y al golpearla se abrió y salió. Nadie lo sabía… excepto Dios. Tal vez Dios creó agua. Nadie sabe hacerlo… excepto Dios. Cuando confiamos en Dios lo aparentemente imposible se puede convertir en realidad. ¡Él sabe cómo hacerlo!

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LECCIÓN  |

1 TU LECTURA DEL MARTES

Los israelitas se quedaron unos días en Refidim descansando, reponiendo fuerzas y recogiendo toda el agua que podían llevar. Lo que no sabían es que en el desierto se iban a encontrar con enemigos. En aquella región vivía un pueblo llamado Amalec. Los amalecitas eran descendientes de Esaú. Amalec, un nieto de Esaú, había sido el jefe de una tribu cruel y malvada seguramente acostumbrada a la guerra. Cuando vieron que un pueblo tan numeroso pasaba cerca de su territorio pensaron que serían una amenaza. Ellos no querían que el ganado de los israelitas pastara donde lo hacía su ganado. Además, seguramente tendrían noticias de que los israelitas eran ricos porque habían sacado muchas joyas y tesoros de Egipto. Si los asaltaban conseguirían un buen botín. Cuando los israelitas viajaban rumbo al Sinaí, los

amalecitas decidieron que sería un buen momento para atacarlos. Pero sabían que no se podían enfrentar a todo el pueblo de Israel que era muy numeroso. Prefirieron atacar a la gente que iba por detrás, a los que no podían seguir el ritmo de la mayoría. Eran los más ancianos, los niños o los enfermos que debían viajar más despacio. ¡Qué cobardes! (ver Deuteronomio 25: 18). Los israelitas no tenían un ejército que los protegiera. ¿Cómo podrían pelear contra Amalec? Uno de los líderes valientes y leales que ayudaba Moisés se llamaba Josué. Moisés llamó a Josué y le encargó la defensa contra los amalecitas. Cuando Moisés decidió defenderse de los amalecitas no pensó en formar un gran ejército o en buscar todas las armas que hubiera en el campamento. ¿Cuál era el arma secreta de Moisés? (Léelo en Éxodo 17: 9).

En este batiburrillo podrás encontrar la verdadera arma secreta del pueblo de Israel. ¿Ya la has visto?

Piensa un poco El arma secreta que tenía Moisés para defenderse de los amalecitas, también puedes tenerla tú para resolver los problemas que puedas tener en la vida. Pero analiza bien el asunto. ¿Crees que el arma secreta de Moisés era el bastón? ¡Claro que no! Un bastón no puede conseguir la victoria contra un ejército entero. El secreto era la ayuda de Dios. Por eso tú también puedes tener esa arma secreta. Con Dios las cosas son más fáciles. Como dice Salmos 37: 5: «Confía en él… y él hará».

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Moisés confiaba en que Dios iba a defenderlos de los amalecitas.

y Hur para ayudar a Moisés? (Lo sabrás si lees Éxodo 17: 12).

A la mañana siguiente, Moisés subió a una montaña cercana con la vara en la mano. Aarón y Hur le acompañaron mientras Josué y sus hombres estaban en el valle. Cuando los amalecitas atacaron, Moisés levantó sus manos hacia el cielo para orar por su pueblo. Sabía que los israelitas necesitaban la ayuda de Dios pues solo Dios podía librarlos de los amalecitas. Mientras Moisés mantenía sus manos en alto algo pasaba en la batalla y los amalecitas no podían ganar a los israelitas.

Durante todo el día Aarón y Hur se mantuvieron al lado de Moisés sosteniendo sus brazos, apoyándole para que Dios pudiera actuar en la batalla.

Imagínate tener que mantener los brazos en alto durante horas. Seguramente te dolerían y te darían calambres porque el músculo se cansa. Y Moisés, aunque era un hombre fuerte tenía alrededor de 80 años y a veces las fuerzas le fallaban. ¿Qué sucedía entonces? (Léelo en Éxodo 17: 11).

Dios le dijo a Moisés que hiciera algo. Es la primera vez que la Biblia menciona esta acción: le pidió que escribiera la historia de lo que sucedió ese día para que ninguno la olvidara (ver Éxodo 17: 14).

Pero Moisés no estaba solo. ¿Qué hicieron Aarón

A la puesta de sol, al terminar el día, los amalecitas habían sido vencidos y Moisés pudo descansar. Al día siguiente Moisés mandó construir un altar de agradecimiento para que todo el mundo que pasara por Refidim recordara el poder de Dios manifestado en aquella batalla.

Es la primera vez que Dios ordena escribir lo que hoy, 3.500 años después, conocemos como la Biblia.

Moisés mandó construir un altar como monumento de la victoria de Dios sobre los amalecitas. El nombre del altar está escrito sobre las piedras. Para leerlo tienes que seguir un camino piedra a piedra de forma que cada letra siguiente está en una piedra contigua. Las letras X no sirven. Busca la solución en Éxodo 17: 15 en una versión moderna como la Reina Valera 2000 o Dios Habla Hoy.

Piensa un poco Moisés estaba muy contento con la victoria. Era un momento feliz, pero, en medio de la alegría, no se olvidó de darle las gracias a Dios. ¿Te acuerdas de darle gracias a Dios cuando te ocurre algo bueno? ¿Y a tus padres y maestros? Ser agradecido te ayudará a formar un carácter muy agradable para ti y para los demás.

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LECCIÓN  |

1 TU LECTURA DEL JUEVES

Cuando Moisés salió de Madián para regresar a Egipto, su esposa Séfora y su hijo Gerson iban con él. No sabemos cuánto tiempo pasó desde que Moisés llegó a Egipto con su familia hasta que salió con todo el pueblo de Israel, pero creemos que en Egipto nació su segundo hijo que se llamó Eliezer (ver Éxodo 18: 3, 4). No sabemos muchas cosas de la familia de Moisés en Egipto, pero suponemos que, debido a las amenazas del faraón y a que Moisés estaba muy ocupado preparando la salida del pueblo de Israel, Séfora y los niños volvieron a Madián, a casa de su padre Jetro. La noticia de que los hebreos habían salido de Egipto y de que habían atravesado el mar Rojo de forma milagrosa debió llegar enseguida hasta Madián. Era el momento para que la familia se reuniera de nuevo.

Estando en Refidim, Moisés recibió un mensaje de su suegro (Puedes leer el mensaje abajo). ¡Qué alegría! La familia volvía a encontrarse. Moisés apreciaba mucho a su suegro. Enseguida le contó todo lo que Dios había hecho por Israel: el paso del mar, la nube que los guiaba, el maná, el agua… Jetro estaba asombrado de cómo Dios había mostrado tanto poder. Jetro era sacerdote en Madián, y se le recibió de acuerdo a la importancia de su persona. Esa noche, Jetro ofreció sacrificios y luego todos los dirigentes del pueblo de Israel, Moisés, Aarón y los ancianos, compartieron la comida.

Encuentra ocho diferencias entre los dos dibujos.

Piensa un poco A veces, como dice el texto de hoy, la familia de Moisés tenía que estar separada durante meses. Eso también les ocurre hoy a muchas familias. Si es tu caso, cuéntale tu preocupación a Jesús y él te ayudará. Si conoces a alguien a quien le esté pasando, ayúdale con tu amistad y cariño.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Al día siguiente Moisés continuó con su trabajo de gobernante. Imagínate en un campamento tan grande la cantidad de problemas que podía haber. Que si me ha desaparecido un baúl, que si hemos discutido por el sitio donde plantar la tienda, que si esa oveja es mía y me la has quitado… Y Moisés escuchaba cada uno de los problemas y ponía paz entre ellos o intentaba buscar soluciones. Era un trabajo continuo todo el día (ver Éxodo 18: 13). Jetro observó lo que estaba pasando y fue a hablar con Moisés. Moisés le explicó que todo el mundo venía a preguntarle a él cómo hacer las cosas. Ese era su trabajo. Pero el consejo sabio de Jetro le sorprendió gratamente (Léelo en Éxodo 18: 17, 18).

ayuda y dejar que otras personas sabias tomaran decisiones y juzgaran al pueblo. Jetro le explicó a Moisés cómo organizarse. Así, él solo tendría que resolver los problemas graves. A algunas personas no les gusta que nadie les dé consejos ni confían en que otros puedan hacer parte de su trabajo tan bien como ellos. Pero Moisés no era así. ¿Cómo reaccionó Moisés ante el consejo de su suegro? (Léelo en Éxodo 18: 24).

Moisés podía haberle dicho a su suegro que se metiera en sus asuntos. Él había conseguido sacar al pueblo de Egipto y conocía bien los problemas del campamento y ahora venía Jetro y le decía cómo hacer las cosas. Pero no, Moisés escuchó atentamente a Jetro.

Organizó el campamento en grupos de 10, 50, 100 y 1.000. Cada grupo tenía un jefe que resolvía los problemas del grupo. A su vez cada jefe tenía otro jefe superior para que le ayudara a resolver lo que no había podido. Y así sucesivamente hasta llegar a Moisés a quien solo le llegaban los problemas más difíciles. Todo funcionó mucho mejor cuando Moisés compartió su carga de trabajo con otros. Estaba muy agradecido con su suegro por su buen consejo.

Jetro le explicó que no era normal que Moisés tuviera que hacer todo el trabajo él solo. Moisés debía buscar

Algún tiempo después, Jetro regresó a su hogar en Madián.

Descifra el consejo de Jetro a Moisés.

Piensa un poco Lo que hizo Moisés es de personas inteligentes. Y cuando tú acudes a personas que pueden darte un buen consejo, como tus padres, o tu pastor, o tus maestros, también estás siendo inteligente. Aprenderás mucho más rápidamente las cosas de la vida si acudes a ellos. ¡Y podrás llegar a ser sabio!

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2 LECCIÓN

LAS NORMAS DE LA FELICIDAD

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Habían pasado tres meses desde que el pueblo de Israel salió de Egipto. Pero ¡habían pasado tantas cosas! ¡Dios les había mostrado tantas veces su poder y su voluntad de ayudarlos! ¡Había visto tantos milagros increíbles! Pero parecía que el pueblo nunca estaba satisfecho y siempre tenían una queja en la boca. Después de pasar un tiempo en Refidim, el campamento volvió a moverse. Dios los llevó a una montaña muy especial, en un lugar llamado Sinaí. Aquel era el lugar en el que Dios se quería encontrar con su pueblo antes de llevarlos de vuelta a Canaán.

«El amor es poner en práctica los mandamientos de Dios» (2 Juan 6, Palabra de Dios para Todos)

Los israelitas habían sido esclavos durante tanto tiempo que habían olvidado el significado de las Normas de la Felicidad de Dios y cómo obedecerlas. Habían vivido tanto tiempo con los ídolos egipcios que se habían olvidado de cómo adorar al verdadero Dios. Solo cuando recordaran cómo vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, se podrían cumplir las promesas de convertirlos en una nación grande y poderosa. Otras personas de otras naciones los observarían y todo el mundo podría aprender a amar al único y verdadero Dios.

Lo primero que Dios hizo cuando llegaron a Sinaí fue llamar a Moisés para darle un mensaje muy especial. (Puedes leerlo en Éxodo 19: 4, 5). ¡Qué promesa tan maravillosa! Primero Dios hace el trabajo duro: demostrarles su amor y protección. Durante tres meses la vida de los israelitas había sido un continuo milagro. Dios ya les había demostrado que ellos eran su «especial tesoro» (como lo traducen las versiones Reina-Valera) y si confiaban en él, podría ayudarlos siempre. Tú ya eres su «tesoro especial». Dios solo te pide que confíes en él.

Según la lectura de hoy, ¿qué debería haber dentro del cofre del tesoro de Dios? Escríbelo o dibújalo.

Piensa un poco Dios les había mostrado muchas veces que es muy poderoso y que cumple sus promesas. ¿Te acuerdas de algunas promesas de Dios? Repite las promesas que recuerdes.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES IMoisés llamó a los ancianos y les contó todo lo que Dios le había dicho. La gente estaba entusiasmada y muy agradecida a Dios por todos sus cuidados. Reconocían que gracias a él eran libres. También tenían alimentos, agua, y protección contra los enemigos. ¿Qué contestó el pueblo? (Léelo en Éxodo 19: 8). Ahora Dios iba a dar otro paso. Muchas veces los israelitas habían dudado de Moisés y se habían enfadado con él: cuando el ejército egipcio los perseguía a orillas del mar Rojo, cuando no había agua o cuando no tenían comida. Pero Moisés siempre había confiado en Dios y los problemas se habían solucionado. Ahora Dios quería demostrarles que era él el que

hablaba con Moisés. ¿Cómo lo haría? (Léelo en Éxodo 19: 9). Todo el pueblo iba a ser testigo de cómo Dios hablaba con Moisés. Escucharían la voz de Dios para que no tuvieran dudas de que lo que Moisés decía no era el capricho de un hombre, sino la voluntad de Dios. ¿Te imaginas cómo estarían de nerviosos todos en el campamento? ¡Iban a escuchar la voz de Dios! Eso no pasaba con los dioses egipcios ni con los cananeos, ni con los de Mesopotamia, de donde era Abrahán. Los sacerdotes paganos decían que sus dioses solo hablaban con ellos en el secreto de los templos hechos de piedra. Pero el Dios verdadero iba a hablar con todo el pueblo sin secretos.

Atraviesa el laberinto pasando por cada uno de los milagros que vivieron los israelitas en el desierto.

Piensa un poco Cuando oramos abrimos nuestro corazón y nuestra mente para que Dios nos ayude a encontrar las soluciones. Acostúmbrate a orar cuando tengas algo difícil que hacer como un examen, te sientas en peligro o tengas miedo porque es la primera vez que haces algo, o tengas decisiones que tomar o no sepas cómo actuar. Confía en que el Señor te ayudará y te protegerá de alguna manera.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MARTES El pueblo estaba tan emocionado que todos prometieron obedecer a Dios. Dios sabía que aquellas personas tenían que aprender a confiar en él antes de poder obedecer. Por eso Dios había hecho tantos milagros sin que ellos se lo hubieran pedido. Ahora que los israelitas sabían que podían confiar en él, Dios les iba a explicar cómo vivir mejor y más felices. ¡Y se lo iba a decir en persona! Cuando esperas una visita importante en tu casa ¿qué hacéis? ¿Tenéis las camas sin hacer, la vajilla sin lavar o todos los juguetes extendidos por toda la casa? ¿Recibes a las visitas en pijama y sin peinar? Pues Moisés les dijo a los israelitas cómo se tenían que preparar para recibir al mismísimo Dios. ¿Qué tenían que hacer? (Léelo en Éxodo 19: 10, 11). No perdieron ni un momento. En dos días Dios los visitaría y tendrían que tenerlo todo preparado. Así que todos lavaron sus ropas y se asearon, como en un día de fiesta. Moisés les había advertido también que no podían

acercarse al monte. Encargó a algunos hombres que pusieron estacas alrededor. Esa era la marca de seguridad, porque el poder de Dios iba a ser muy grande. Cuando llegó el día todos estaban preparados. Sobre la montaña apareció una nube espesa, tal y como Dios le había dicho a Moisés. El poder que salía de la nube era enorme. Había como rayos y truenos y la voz de Dios era fuerte y potente como el sonido de las trompetas. Entonces la cima del monte se cubrió de algo que les pareció fuego y humo. El suelo tembló como si hubiera un terremoto. Le gente se dio cuenta entonces del verdadero poder de Dios. Eso no pasaba con los falsos dioses paganos, ni con los trucos de magia de los sacerdotes y magos paganos, ni siquiera con las fuerzas de la naturaleza. Dios es más poderoso que cualquier cosa en este mundo. Entonces Moisés hizo que todos se acercaran al monte, pero ninguno debía pasar de los límites que marcaban las estacas. Solo Moisés y Aarón podrían subir después de que Dios hablara con el pueblo.

Observa el dibujo y comenta con tus padres los comportamientos de los distintos niños en la iglesia.

Piensa un poco Cuando vamos a la iglesia vamos a encontrarnos de una forma especial con Dios, pero no estamos solos, sino que también otras personas quieren tener su encuentro con Dios. Recuerda ser reverente en los momentos de adoración.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES ¡Dios estaba hablando con su pueblo! Y todos lo podían escuchar. Seguro que todos guardaban un respetuoso silencio. ¿Cómo se presentó Dios? (Léelo en Éxodo 20: 2). Dios no quería que el pueblo pensara que ellos habían sido muy valientes y que habían sido liberados de los egipcios porque eran fuertes. Dios les recordó que si estaban allí, era porque él los había liberado, no con las fuerzas de los hombres, sino con la fuerza de Dios. —Ahora —les dijo— como yo os he hecho libres, como ya sois libres, podéis elegir vivir de acuerdo a las Normas de la Felicidad. Mientras habían sido siervos de los egipcios olvidaron

que existía el Dios verdadero. Mientras vivieron en Egipto creían que los únicos dioses que se podían adorar eran las estatuas y los ídolos de los egipcios. Mientras eran esclavos, solo podían obedecer a sus señores porque no tenían otra opción. No podían elegir entre obedecer a sus dueños y obedecer a un Dios amante y bueno, porque lo habían olvidado. Ahora ya conocían al Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Habían visto sus milagros y estaban escuchando su voz. Ya sabían cuánto los amaba y lo que estaba dispuesto a hacer por demostrarles su amor y cuidado. En estas nuevas circunstancias, Dios ya podía hablarles de las Normas de la Felicidad. Y eso es lo que encontrarás en tu Biblia, en Éxodo 20: 3-17.

Sigue el camino del cuadro de la derecha y sabrás lo que pensaba el apóstol Santiago sobre la Ley de Dios (Es parte del versículo de Santiago 1: 25, Nueva Reina Valera 2000).

Piensa un poco Una madre le dice a su hijo que, para evitar problemas, no juegue con los cuchillos de la cocina. Sin embargo, el niño no hace caso y se corta un dedo. ¿De quién fue la culpa, de la mamá que le puso esa norma o de él? De igual manera Dios nos da Diez Normas de la Felicidad para que nos vaya bien y no tengamos problemas. Lo normal es que las obedezcamos porque Dios sabe mejor que nadie lo que nos conviene.

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LECCIÓN  |

2 TU LECTURA DEL JUEVES

El pueblo de Israel no podía creer lo que estaba pasando. Se dieron cuenta de lo grandioso que era el poder de Dios y en vez de alegrarse porque tenían a ese poder de su parte para protegerlos y salvarlos, ¿qué es lo que sintieron? (Lee Éxodo 20: 18). Solo pensaban en sí mismos. Estaban tan acostumbrados a los dioses paganos, malvados y vengativos que solo podían imaginar que el verdadero Dios también sería cruel con ellos. Tenían tanto miedo que le pidieron a Moisés que, la próxima vez, hablara él a solas con Dios, y que lo que Dios le dijera a Moisés, ellos obedecerían (ver Éxodo 20: 19). Moisés debía subir al monte a hablar con Dios de nuevo. ¿Qué le dijo Moisés al pueblo? (Lo puedes leer en Éxodo 20: 20). Vamos a explicar bien este texto. Dios no quería que el pueblo le tuviera miedo. Quería que el pueblo confiara en él y cumpliera los Diez Mandamientos para que pudieran ser felices para siempre. Es verdad que la Biblia dice que Dios quiere que «sintamos temor por él», o «que su temor esté en

Encuentra en la sopa de letras distintas palabras que tienen que ver con los mandamientos de Dios:

Felicidad Ley Amor Pecado Arrepentirse Error Libertad Obediencia

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vuestra presencia». Pero hay que entender bien lo que significa la palabra temor en la Biblia: significa «respeto», «reverencia». Sería el mismo sentimiento que tendrías si te invitan a saludar a un rey o al presidente de tu país. Tendrías mucho cuidado de ser respetuoso, educado y tener cuidado por hacerlo todo lo mejor posible. Es lo que Dios quiere que sintamos. ¿Por qué motivo, dice Dios en el versículo, que debemos sentir temor? El versículo dice «para que no pequéis». Dios también sabía que muchas veces, aunque queremos cumplir las Normas de la Felicidad, las personas nos equivocamos. Ese es uno de los significados de la palabra «pecado». Pecar significa «errar el blanco», o lo que es lo mismo, «equivocarse». Todos nosotros nos equivocamos cuando preferimos no hacer caso de las Normas de la Felicidad. Todos nosotros pecamos. Pero si permitimos que Dios esté cerca de nosotros y tenemos las Normas de la Felicidad escritas en nuestros corazones nos daremos cuenta de que nos hemos equivocado y podremos pedir perdón y corregir nuestros errores.


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TU LECTURA DEL VIERNES ¿Qué es lo que Jesús pensaba sobre las Normas de la Felicidad? Cuando los escribas y fariseos le preguntaron cuál era el mayor mandamiento ¿cómo les contestó Jesús? (Recuérdalo leyendo Marcos 12: 30, 31). Su respuesta quería decir que cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón cumplimos tranquilamente las cuatro primeras Normas o Mandamientos, y que cuando amamos a otras personas cumplimos los otros seis Mandamientos. Las Normas de la Felicidad de Dios muestran amor. Si todo el mundo cumpliera los Mandamientos, todas las cosas irían mejor en este mundo. Pero Dios sabe que nuestros pecados, nuestras equivocaciones, nos hacen infelices y nos hacen daño a nosotros y a quienes tenemos cerca. Por eso el mundo está tan mal: guerras, enfermedades, crisis, muertes, odios… porque todos los seres humanos que han vivido

en esta tierra, con excepción de Jesús, han pecado. Y las consecuencias del pecado de todo el mundo nos traen la destrucción. Pero muchos sabemos que Dios nos ama y nos perdona, y que ha prometido venir a este mundo a rescatarnos y volverlo a hacer otra vez nuevo. Muchos han escogido ser leales a Dios y amarlo con todo su corazón. Y si amamos a Dios con todo nuestro corazón amaremos también a nuestros prójimos como a nosotros mismos. Piensa en las Normas de la Felicidad que Dios nos ha dado y comienza a memorizarlas. No es difícil. Durante las próximas semanas vamos a estudiarlas muy despacio para que las comprendas bien. Es importante para ti y para todos los que te rodean que estén en tu memoria y en tu corazón.

Descifra el consejo de Jetro a Moisés.

Piensa un poco Piensa en cómo serían las noticias de la televisión si en nuestro mundo no hubiera guerras, ni robos, ni mentiras, que todos se respetaran unos a otros… Los programas serían muy distintos, ¿verdad? Esto es lo que Dios quiere para todos los seres humanos, y para ti en particular. Pero para obedecer las Normas de la Felicidad hay que conocerlas, claro. Solo son DIEZ y te será más fácil si, de momento, memorizas el resumen de las Diez Normas tal y como vienen en el ejercicio que te proponemos.

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3 LECCIÓN

NUESTRO AMOR A DIOS

Aprende y Comprende

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma con toda tu mente y todas tus fuerzas» (Marcos 12: 30)

TU LECTURA DEL DOMINGO Las Normas de la Felicidad, o Mandamientos, se pueden dividir en dos grupos: los primeros cuatro mandamientos o Normas de la Felicidad, nos dicen cómo amar a Dios. Las otras seis normas nos dicen cómo amarnos unos a otros. Cuando amamos a Dios con todo nuestro corazón y amamos a otros como a nosotros mismos, somos verdaderamente felices. Entonces, ¿es obligatorio amar a Dios?

Lo primero que debes tener en cuenta es que el amor no es obligatorio. No puedes querer a nadie porque te digan que debes hacerlo, ni siquiera porque decidas que a partir de ahora vas a amar a alguien. Los sentimientos, y especialmente el amor, el más grande y poderoso de los sentimientos, surgen de forma natural. No entendemos el mecanismo de los sentimientos. Los científicos estudian cómo nuestro cuerpo fabrica una serie de sustancias beneficiosas cuando tenemos buenos sentimientos, somos optimistas y estamos felices; y fabrica otras sustancias perjudiciales cuando nos sentimos tristes, estamos estresados o sentimos miedo. Dios nos creó con la capacidad para sentir y dar amor. Cuando amamos somos felices y surgen otros sentimientos positivos en nuestra vida como la alegría, la esperanza o el optimismo. Con estas sensaciones tan agradables nuestro cuerpo funciona bien, nuestro cerebro piensa mejor y lucha más eficazmente contra las enfermedades. Dios nos creó para amar y por tanto para ser felices. La única forma de amar a alguien, la única forma de poder amar a Dios es relacionándote con él. ¿Cómo? A través de la oración puedes hablar con él, estudiando la Biblia puedes conocer sus planes para ti y observando la naturaleza puedes conocer todo su poder. ¿Es obligatorio amar a Dios? No, pero si lo haces serás mucho más feliz.

Piensa un poco ¿Amas a tus padres porque te obligan a hacerlo? ¿Verdad que no? Los amas porque ellos también te aman, porque te cuidan, porque quieren lo mejor para ti, porque te han dado la vida… Y a Dios, ¿por qué lo amas? Piensa en todo lo que hace por ti cada día: respiras porque él creó el aire, comes porque cuando creó la tierra hizo posible la cosecha de alimentos, bebes porque creó el agua. Te dio la vida porque creó a los seres humanos con la posibilidad de tener hijos. Gracias a Dios tienes la luz, el sol, las noches para descansar… Decididamente, ¡Dios te ama muchísimo!

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES 1ª NORMA DE LA FELICIDAD.

podemos confiar en otras cosas antes que en Dios.

Seguro que ya te sabes de memoria el primer mandamiento, la primera Norma de la Felicidad. (Si no lo has hecho, apréndetela ahora; está en Éxodo 20: 3). El pueblo de Israel había vivido en Egipto durante mucho tiempo y creían que era normal que hubiera muchos dioses. El dios del agua, el dios del sol, el dios de las cosechas, el dios de la guerra, el dios de la muerte… Para cualquier cosa había un dios distinto. Dios les había demostrado, mientras duraron la plagas en Egipto, que todos esos dioses no servían para nada porque, en realidad, no existían: eran una invención de los sacerdotes egipcios. Dios les había demostrado que él era el único Dios real y verdadero y que no necesitaban más dioses que en realidad no existían. Él les había protegido de los enemigos, les había dado agua de una roca, les daba comida sin tener que cultivar ni cosechar, les protegía del calor del sol… Dios es el Dios de todo. Por eso no debían tener más dioses. Solo debían confiar en el único Dios verdadero.

Hay gente que piensa que la única forma de ser feliz es teniendo mucho dinero. Con dinero piensan que pueden comprar cualquier cosa: casas, coches, amigos, ropa, ordenadores, salud… incluso que pueden comprar el amor de otras personas. Esas personas no guardan el primer mandamiento porque su «dios» es el dinero. Otras personas piensan que la ciencia y la inteligencia de las personas es todo lo que este mundo necesita. Creen que ni ellos ni el mundo necesitan a Dios. Creen que con su inteligencia pueden construir grandes edificios, laboratorios, trenes, aviones, o transbordadores espaciales. Creen que no necesitan a Dios para conocer los secretos de la naturaleza, del espacio o del funcionamiento del cuerpo humano. Esas personas tampoco guardan el primer mandamiento. Y tampoco faltan las personas que piensan que cualquier famoso es más interesante y más sabio que Dios. Hacen más caso de lo que dicen cantantes, actores, científicos, políticos o presentadores de televisión antes de lo que nos dice Dios en la Biblia. Esas personas no guardan el primer mandamiento.

Hoy en día también es fácil que pensemos que

Ordena las frases para saber cómo podemos poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas. él

todos

sus

Confiando

Biblia quiere

Hablando

días

promesas

conocerlo

Dios

los

en

Estudiando

Intentando

con

mejor

como

la

para

vivir

Piensa un poco Hay muchas cosas que pueden ser un «dios». Pídele a Jesús que no deje que nada sea más importante para ti que él. Él te ama y quiere que tú le des el primer lugar en tu vida para que seas verdaderamente feliz.

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LECCIÓN  |

3 TU LECTURA DEL MARTES

2ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee la siguiente Norma de la Felicidad en Éxodo 20: 4-6. Vamos a estudiarla por partes. Este mandamiento se parece un poco al primero. Los paganos hacían estatuas y esculturas de cosas que veían, de animales, plantas, astros… y decían que esa estatua era «Dios». No podían adorar a ese dios si no era con una estatua delante. Muchos de los ídolos que hicieron las personas eran verdaderas obras de arte. Cuanto más bonitas, más impresionantes o más grandiosas, les parecía que tenían más poder.

También dice que «visita la maldad» o que «castiga la maldad» durante generaciones. La idolatría era una costumbre familiar. Los ídolos eran tesoros que los padres pasaban de generación en generación. Así los rituales malvados pasaban de padres a hijos por generaciones. Si la gente prefería seguir con las malvadas costumbres de su familia, seguirían por el camino del miedo, del engaño y de

En realidad, todas las cosas que adoraban los paganos (el sol, el río, los animales…) habían sido creadas por el Dios verdadero. Es un poco tonto adorar las cosas que ha hecho Dios y no al Dios creador de esas cosas. ¿No te parece? El versículo 5 dice algo que podemos entender mal. Dice que Dios es celoso. ¿Cómo puede ser «celoso» Dios? Los celos no son buenos, pero la palabra ‘celo’ tiene también significa tener mucho interés por algo o alguien. Por ejemplo si decimos que una madre cuida a su hijo con mucho celo, significa que lo hace con mucha atención para protegerlo de las cosas malas que lo pueden rodear. Así actúa Dios con nosotros.

la maldad. Si elegían amar a Dios y cumplir con sus mandamientos, Dios podría cumplir con ellos las promesas que hizo a Abrahán, a Isaac y a Jacob y que nos hace a nosotros también.

Piensa un poco ¿Conoces a alguien que adora imágenes o estatuas? ¿Conoces a alguien que sea pagano (que adore a otros dioses)? Si así fuere, respétalo porque Dios ama a todos los seres humanos. Incluso ama a los paganos tanto como te ama a ti y a mí. ¿Qué podemos hacer para mostrarles el amor de Dios? ¿Cómo podemos ayudarlos? Reflexiona sobre ello y comparte tus ideas el sábado en la clase de escuela sabática.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES 3ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee la tercera Norma de la Felicidad y luego repítela de memoria. Éxodo 20: 7. ¿Qué quiere decir «tomar el nombre de Dios en vano» o «hacer mal uso del nombre del Señor»? Lo primero que nos viene a la cabeza es cuando nombramos a Dios sin respeto, burlándonos de él o insultando. Cuando amas a una persona tú no haces eso. No se te ocurriría burlarte de tus padres o insultarlos, ¿verdad? Cuando amamos a Dios lo tratamos con respeto. Hay otra costumbre con la que tenemos que tener cuidado. Cuando alguien quiere asegurar que una cosa es verdad, o que va a cumplir lo que ha dicho dice enseguida: «Te lo juro». Jurar quiere decir que pones

a Dios por testigo de que tú estás diciendo la verdad y de que vas a hacer lo que has dicho. Si lo que dices no es del todo verdad, o no estás muy, pero que muy seguro de que puedes cumplir tu palabra, estás diciendo que Dios es un mentiroso. Es preferible que digas «Lo prometo», que es asegurar que lo que tú dices crees que es verdad y que vas a intentar cumplirlo con todo tu esfuerzo. Jesús mencionó otra forma de utilizar el nombre de Dios o de Jesús de forma descuidada. Los que creen en Dios y lo adoran se llaman cristianos. Los cristianos creen en la Biblia y aman a Dios y confían en él, por eso obedecen las Normas de la Felicidad de Dios. Pero cuando los que se llaman cristianos no aman ni obedecen a Dios, y no confían en él, están usando el nombre de Dios en vano, sin tenerle el respeto que merece.

Encuentra en la sopa de letras distintas palabras que tienen que ver con ser cristiano: Esperanza, amor, paz, felicidad, alegría, perdón, Biblia, oración, Jesús, confianza y fe.

Piensa un poco ¿Qué te parecería si tus amigos te contaran chistes desagradables sobre tus padres? ¿Verdad que no estaría bien? Pues a veces se cuentan chistes groseros sobre Dios o Jesús. Si esto ocurriese en tu presencia debes ser valiente y decirle a quien lo hace: «Lo que dices no está bien, no tomes “el nombre de Dios en vano”». Al hacer esto estarás dando honor a Dios y por lo tanto, estarás predicando el evangelio.

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LECCIÓN  |

3 TU LECTURA DEL JUEVES

4ª NORMA DE LA FELICIDAD. Hoy y mañana vamos a estudiar el cuarto mandamiento. Lo puedes leer en Éxodo 20: 8-11. Seguro que tú tienes amigos. Para mantener tu amistad con ellos tenéis que hacer cosas juntos ¿no? Quedáis en la hora del patio o a la salida del cole para jugar, quedáis a una hora para llamaros por teléfono o conectaros al ordenador, ¿verdad? ¿Qué pasaría si quedas con un amigo y él no acude a vuestra cita? Probablemente no te haría mucha gracia. Si además lo vuelve a hacer muchas veces, al final, dejaréis de ser amigos y buscarás a otros chicos o chicas para jugar.

tu cumpleaños es el día que naciste y no otro (aunque luego hagas también celebraciones el fin de semana); el día de Navidad es el 25 de diciembre y no el 3 de febrero; el día de fiesta de tu pueblo o ciudad es un día determinado y no otro. Dios ha marcado el sábado como 24 horas de encuentro contigo, con tu familia y con todas las demás personas que sienten que el sábado es un día especial.

Dios quiere ser tu amigo y te ha marcado una cita todas las semanas para estar juntos: el sábado. De eso habla la cuarta Norma de la Felicidad.

De esa forma también reconocemos que Dios es nuestro Creador y que a él le debemos agradecer este maravilloso mundo que tenemos. Es verdad que este planeta está muy estropeado por culpa del pecado, pero cuando celebramos el sábado pensamos también en que un día Jesús volverá y dejará nuestro mundo tan bonito y perfecto como cuando estaba el séptimo día de la creación.

¿Por qué Dios ha elegido precisamente el sábado para reunirse contigo? (Léelo en Éxodo 20: 11). Cuando celebras una fecha no lo haces cualquier día: el día de

De esa forma celebramos tanto la fiesta de la creación como la fiesta anticipada de encontrarnos otra vez con Jesús cuando él vuelva.

Escribe en cada globo cosas que te gustan del sábado.

Piensa un poco Fíjate lo alegre y divertido que es Dios. Normalmente las fiestas se celebran una vez al año. Dios quiere que celebremos la fiesta de la Creación una vez por semana. ¿Qué te parece?

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES El cuarto mandamiento también dice cómo debemos guardar el sábado, cómo debemos celebrarlo. Hoy vamos a leerlo en la otra versión de los Diez Mandamientos, en Deuteronomio 5: 13-15. La Biblia dice que olvidemos nuestros deberes diarios, que ya tenemos seis días para hacer todas nuestras cosas. Pero el sábado es día de descanso. ¿Quiénes deben celebrar el sábado? La lista es larga. Empieza por nosotros, nuestra familia, incluso los que trabajan para nosotros. ¿Por qué? Porque si es fiesta para ti, los demás también tienen derecho a tener fiesta. El sábado es una fiesta para compartirla con todos los que nos rodean. Pero fíjate que no solamente es fiesta para las personas. La Biblia dice que también es fiesta para nuestros animales. Los animales nos recuerdan que fueron creados antes que nosotros y que gracias a eso tenemos leche y huevos para comer, lana para hacer ropa o perros que ayudan a cuidar de personas o del ganado. Durante mucho tiempo los animales han sido los medios de transporte para las personas,

¿Sabes qué es un acrónimo? Es un mensaje en el que, si tomamos la primera letra de cada palabra, formamos otra palabra. Por ejemplo:

CASA

CON AMOR SOMOS AMIGOS

o se utilizaban para llevar cargas de un lado a otro. Con la fiesta del sábado agradecemos que Dios creara también animales que nos acompañan, nos cuidan y nos ayudan. Por último, también debemos celebrar el sábado con los «extranjeros» que están con nosotros, es decir con aquellas personas que no creen o no piensan como nosotros. El sábado es un día para dar testimonio de cuánto nos ama Dios y de nuestro amor por él. Es el día para que todo el mundo conozca que nuestro Dios es el Dios que creó los cielos y la Tierra, que quiere ser nuestro amigo y que está dispuesto a demostrarlo. ¿Cómo demostró Dios su amor por el pueblo de Israel? (Léelo en Deuteronomio 5: 15). La Biblia relaciona los seis días de trabajo de la semana con los años de esclavitud en Egipto y el séptimo con la liberación. Traducido a nuestro tiempo, durante seis días las obligaciones cotidianas, el estudio o el trabajo nos mantienen como atrapados. Pero el séptimo día, el sábado, nos recuerda que Dios nos libera de las actividades diarias para llevar nuestro pensamiento hacia el Creador y recordar todas las veces en que Dios nos ha ayudado.

Imagínate que la palabra “SÁBADO” es un acrónimo. ¿Qué mensaje formarías?

S A B A D O

Piensa un poco El sábado es un día de alegría. ¡Claro que sí! No vas al colegio ni tienes que hacer los deberes, pero también puedes colaborar con tu familia para que este día sea feliz para ellos. Por ejemplo, poniendo un mayor empeño en ser obediente. Esto traerá paz a todos en este día especial.

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4 LECCIÓN

¿CÓMO AMAR A LOS DEMÁS?

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Esta semana vamos a hablar de las otras seis Normas de la Felicidad. Estos seis mandamientos nos dicen cómo amar a los demás.

5ª NORMA DE LA FELICIDAD. Vamos a comenzar con la quinta norma que Dios nos da para ser más felices (Léela en Éxodo 20: 12).

«Queridos amigos, ya que Dios nos amó tanto, sin duda nosotros también debemos amarnos unos a otros» (1 Juan 4: 11, Nueva Traducción Viviente)

Honrar a tus padres significa que los quieres, los respetas y obedeces. Dios te ha dado unos padres para que te cuiden y te eduquen mientras eres niño y que te aconsejen cuando eres mayor. De alguna manera, cuando aprendes a querer, respetar y obedecer a tus padres estás aprendiendo a querer, respetar y obedecer a Dios. Piensa en lo que hizo Jesús. Jesús siempre respetó, obedeció y amó a sus padres a pesar de que él era el mismísimo Hijo de Dios. Cuando Jesús tenía 30 años comenzó su trabajo público. ¿Dónde estaba Jesús y qué hacía antes de iniciar su ministerio? (Léelo en Lucas 2: 51). Incluso cuando Jesús estaba muriendo en la cruz pensó en las necesidades de su madre. (Si quieres puedes leerlo en Juan 19: 26, 27).

Él nunca dejó de obedecer el mandamiento de honrar a sus padres y nosotros debemos seguir el ejemplo de Jesús y honrar a nuestros padres como él lo hizo. Esta norma incluye honrar a tus abuelos también. ¿Cómo puedes honrar a tus abuelos? Cuando les damos amor, los respetamos y cuando cuidamos de ellos, los estamos honrando. Ellos cuidaron de tus padres y seguro que también te quieren, te cuidan y se preocupan de ti. Piensa también que en algunas culturas, tanto antiguas como actuales, llamaban (o llaman) «padres» a cualquier persona de mayor edad y experiencia. De esa manera se debe mostrar respeto a cualquier persona mayor. Recuerda ser educado y amable con todo el mundo.

Tacha las letras K, M y Z para descubrir el consejo que nos da Pablo en Efesios 6: 1. «HKMIJZOMS, MOKBZEMDZECMKED EZN EL ZSMKEÑMOR A VMUKESMTZRMOS PKAZDMREMS, MPOMRZQKUE EMZSKTO MES KJZUSMZKTO»

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES 6ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee la sexta norma de la Felicidad en Éxodo 20: 13. Lamentablemente todavía hay personas a las que no les importa matar a otras personas. ¡Esto es muy triste! Todos los días vemos o leemos noticias que nos hablan de guerras, de atentados y de crímenes en los que se matan unos a otros. Estamos acostumbrados a ver morir a personas en el cine, la televisión o en los juegos. Pero ni la muerte ni la violencia estaban en los planes de Dios al crear nuestro mundo o el universo. Dios es un Dios de vida, de alegría y de felicidad y nadie debería decidir sobre si otra persona debe morir o no, por muy mala persona que sea. La muerte solo nos trae tristeza, odio y deseos de volver a matar por venganza. Por eso la prohibición de matar es una norma de la Felicidad. ¿Recuerdas cuál fue el primer asesinato de este mundo? Caín se enfadó con su hermano (ver Génesis 4: 5). Y Caín permitió que ese sentimiento de enfado dominara su vida hasta que creció convirtiéndose en odio. El resto de la historia ya la conoces. ¿Sabes qué dice la Biblia sobre las personas que odian, que aborrecen a otras personas? (Léelo en 1 Juan 3: 15). Quiere decir que cuando nos enfadamos con alguien, cuando no somos capaces de perdonar, cuando dejamos que el enojo se convierta en odio, no estamos cumpliendo la norma número seis. La mayoría de los crímenes, los atentados o las guerras se producen cuando existe odio. Ahora piensa en tus juegos con tus amigos. ¿Qué

piensas sobre los juguetes y los juegos donde se juega a matar a otros? Antiguamente esos juegos servían como entrenamiento para los niños que irían a la guerra o que tendrían que defender su ciudad de los asaltantes. De esa manera, cuando llegaba la hora de matar de verdad, ya estaban acostumbrados. Ahora piensa en ti. ¿Es necesario que te entrenes para matar a alguien, aunque sea de forma virtual? ¿Crees que Jesús jugaba a que se peleaba con otros? ¿Jugaría Jesús con algunos juegos que hay en las tiendas? Pero no solamente se puede matar de forma violenta. Algunas personas se matan poco a poco haciendo cosas en contra de su salud. Tienen vicios como fumar, beber alcohol o tomar drogas. Su cuerpo se deteriora poco a poco y también su cerebro. Hacen cosas que perjudican a los demás, muchas veces sin querer, pero que destruyen su vida. Jesús explicó que hay otra conducta desastrosa asociada al enfado y a la ira y por lo tanto también al matar (Léelo en Mateo 5: 21, 22). En la actualidad estamos rodeados de insultos, algunas veces porque la gente está enfadada y otras veces porque simplemente desprecia a la otra persona. No importa si el insulto se dice a la cara, por redes sociales o en el grupo de WhatsApp; no importa si se lo dices a solas o delante de todo el mundo; no importa si es tu hermano, tu amigo o un famoso de la tele que no conoces: la herida que causa un insulto puede hacer muy desgraciada la vida de la otra persona. Por eso Jesús lo asocia con matar.

«Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, orad por los que os maltratan y persiguen» (Mateo 5: 44) Encuentra en las sopas de letras las palabras subrayadas del texto.

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LECCIÓN  |

4 TU LECTURA DEL MARTES

7ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee Éxodo 20: 14. Esta es la séptima Norma de la Felicidad. Esta regla le dice a los padres y las madres que sean fieles a sus esposos o esposas, que se preocupen el uno por el otro y se quieran mucho. Esta regla es importante para toda la familia. Las series y las películas nos cuentan historias de cómo la gente tiene muchos novios y novias, de esposos que se divorcian y se casan varias veces. Posiblemente tú conozcas personas en tu familia, amigos o compañeros de clase que han vivido esta situación. Por desgracia a veces no es posible alcanzar el ideal de Dios para el ser humano. Cuando se ama de verdad a tu pareja no hay sitio para tener otros novios o novias. Incluso quienes no creen en Dios desean tener una familia estable y feliz. Lo que no suelen contar muchas de estas series y películas es que cuando una pareja se rompe hay mucho dolor y sufrimiento, un dolor que Dios no desea para sus hijos. Por eso es tan importante que los maridos y las mujeres se cuiden entre si y se amen. Pero también es importante saber cuándo es el momento de buscar una pareja, de buscar un novio o novia. Las mismas series de televisión nos muestran a chicos y chicas que se pelean por ser populares, y una de las maneras de saber si eres popular es tener novio o novia, o que

gustes a los chicos o a las chicas. Los niños y las niñas de estas series visten y actúan como si fueran adultos. Pero ¿sabes?, en la vida hay un tiempo para cada cosa. Los niños y las niñas no deberían pensar en novios y novias. Deben pensar en disfrutar de ser niños y niñas. Cuando seas adulto ya no podrás volver a hacer las cosas que puedes hacer ahora. La niñez es una etapa maravillosa de la vida que cuando os hagáis mayores no volveréis a tener. Disfrútala ahora sin prisas. En cada momento de nuestras vidas debemos comportarnos como lo que somos: o niños, o adolescentes, o jóvenes, o adultos. Solo así, podremos disfrutar de cada día y

formarnos para ser mejores personas, en lo espiritual y en lo intelectual. Cuando seáis mayores ya tendréis tiempo de buscar una pareja con la que formar una familia.

Piensa un poco Los años que tienes en este momento no los volverás a tener nunca. Disfrútalos. Tu mente y tu cuerpo se corresponde a la edad que tienes y puede ser malo hacer cosas para las que aún no estás preparado…, ¡aunque te creas ya mayor! Solo se es niño o niña una vez y luego tienes toooda la vida para ser adulto. No tengas prisa y disfruta de lo que tienes y eres. Está demostrado que quienes hacen esto tienen más posibilidades de ser felices, que es lo que de verdad quieres, ¿no?

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES 8ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee la octava Norma de la Felicidad. Es muy cortita. (Lee Éxodo 20: 15). ¿Qué es robar? Robar es apropiarse de algo que no es tuyo en contra la voluntad de su dueño. Pero, ¿habrá algunas maneras de robar en las que no hemos pensado? Por ejemplo, ¿qué te parece coger dinero del monedero de tu madre para comprar algo que te apetezca? ¿Y no devolver algo que te ha prestado un compañero del cole? ¿O llevarte alguna cosa de las tiendas sin pagar, o apropiarse de un juguete de tu hermano o amigo?

Pues también debemos pensar en que cuando encontramos algo que no es nuestro y hacemos lo posible para devolverlo estamos haciendo más feliz a esa persona que lo perdió. Puede que en algún momento te encuentres con que un amigo tuyo está haciendo una gamberrada. Quizás tú no te quedes con nada robado o que no tires la piedra contra ningún cristal, pero si estás a su lado dejando que él lo haga te conviertes en su cómplice. Por eso, debes convencer a tu amigo para que se porte bien y si no lo consigues aléjate de él: no es un buen amigo para ti.

Cuando te quitan algo que es tuyo sientes tristeza y preocupación. Por eso Dios lo incluyó en las Normas de la Felicidad. Y por eso nunca se deben de romper estas normas que nos fueron dadas para ser felices.

Algunos niños comienzan a robar para poder ser aceptados en el grupo de amigos. Pero tampoco te interesa tenerlos como amigos porque con ellos tendrás muchos problemas y no serás feliz.

Si encuentras en la calle una cartera con dinero, ¿qué crees que deberías hacer? ¿Te quedarías con ella porque nadie te ha visto? Esto también es una forma de robar. Imagínate que tú pierdes tu cartera, un balón, un libro o tu móvil. Te gustaría recuperarlo, ¿verdad?

Para no robar tienes que tener muy claro lo que es tuyo y lo que es de tus padres, de tus amigos, de la iglesia, del ayuntamiento (municipio), o de otros en general. Los niños muy pequeños no tienen todavía la noción de la propiedad, pero tú sí porque ya eres mayor.

Piensa un poco Si en algún momento has caído en la tentación de apropiarte de lo que no es tuyo debes saber que Dios, a pesar de todo, te sigue amando y que quiere lo mejor para ti. Pero no puedes quedarte con lo robado. Primero debes reconocer tu error, luego disculparte con quien le has quitado algo y en tercer lugar devolver o reponer lo que le has quitado. ¿Verdad que es mejor obedecer las Normas de la Felicidad y no tener que pasar estos malos tragos? Si alguna vez te vieras en estas circunstancias, pídele ayuda a Dios que sin duda te la dará.

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LECCIÓN  |

4 TU LECTURA DEL JUEVES

9ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee la novena Norma de la Felicidad en Éxodo 20: 16. Hablar falso testimonio significa decir mentiras. ¿Qué quiere decir «contra tu prójimo»? ¿Quién es nuestro prójimo? Nuestro prójimo es cualquier persona que tenemos cerca, y también cualquier persona que viva en este mundo. Cuando mentimos sobre cualquier persona la estamos perjudicando, le estamos haciendo daño. Y cuando amamos a las personas no debemos hacerles daño. Cuando Satanás decidió que quería ser como Dios en el Cielo, antes de la creación, y que otros ángeles le siguieran, les quiso convencer por medio de mentiras sobre el mismo Dios. Cuando trató de estropear la felicidad de Adán y Eva

en el Edén lo hizo diciendo mentiras sobre Dios y sobre lo que les pasaría si desobedecían a Dios. Y recuerda que la triste consecuencia de aquellas mentiras fue la entrada del pecado, del dolor y la muerte. Todo el pecado se transmitió con mentiras. No importa si son grandes, pequeñas, mentirijillas o medias verdades. Todas hacen daño. Recuerda la historia de Jacob. Su vida estuvo marcada por mentiras que él dijo, o por las que le dijeron a él. Y a pesar de todo, Dios estuvo siempre a su lado, ayudándole, pero sufrió las consecuencias de las mentiras. ¿Crees que tú puedes ser feliz cuando otra persona a tu lado se siente mal, o cuando alguien te ha hecho daño a ti? Por eso Dios nos dio las Normas de la Felicidad para que sepamos cómo ser felices y hacer felices a los demás.

Sustituye cada número por su letra y descubrirás lo que Dios opina de la mentira como dice Proverbios 12: 22.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES 10ª NORMA DE LA FELICIDAD. Lee hoy la última Norma de la Felicidad en Éxodo 20: 17.

¿Qué quiere decir «codiciar»? Quiere decir desear algo que no nos pertenece y estar dispuestos a hacer lo que sea para obtenerlo. La codicia está muy relacionada con la envidia. Antes de que Satanás dijera su primera mentira, ya tenía envidia de Dios y codició su poder y su gloria. Quería ser Dios. Tanto lo deseaba que no dejó de pensar en ello y comenzó a planear sus mentiras.

La codicia se puede convertir en una costumbre. Por ejemplo, cuando a alguien le gusta algo que tiene otra persona y quiere tenerlo a toda costa y envidia a esa persona. No para de pensar en eso y en la forma de conseguirlo. Se vuelven egoístas porque solo piensan en ellos mismos. Pero cuando lo consiguen no se sienten felices porque en realidad no necesitaban lo que tiene esa otra persona, solo lo codiciaban por envidia. Entonces buscan otra cosa para desearla y conseguirla. En nuestros días, la codicia se podría llamar «consumismo». Solo queremos comprar y comprar porque sí, porque nos gusta. En los anuncios las personas se ven felices por tener un coche, un teléfono móvil o están jugando con un juego que parece divertidísimo. Y a veces, cuando lo tenemos, nos damos cuenta de que no lo necesitamos, ni lo usamos, ni jugamos con ello, nos aburre y lo dejamos tirado en un rincón. Nos sentimos tristes y defraudados y buscamos comprar otra cosa que nos haga tan felices como parece la gente de los anuncios o los vecinos. ¿Cuál es el secreto de la felicidad? (Búscalo en Filipenses 4: 11 y en 1 Timoteo 6: 7, 8). Cuando nos conformamos con lo que tenemos, compramos solo lo que necesitamos y somos agradecidos, nos sentimos felices.

Piensa un poco Tenemos que aprender a valorarnos a nosotros mismos por lo que somos, no por lo que tenemos. Tú eres muy valioso para Dios y te ama tal y como eres. No tenemos que parecernos a nadie para ser valiosos. Solo a Jesús. Si es así pídele a Jesús que te ayude a ser feliz con lo que eres o tienes y a estarle agradecido por lo que te da.

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5 ¡QUÉ POCA MEMORIA!

LECCIÓN

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Mientras Dios hablaba, el Monte Sinaí estaba cubierto con una nube negra. Se veían relámpagos y se oían truenos y salía humo del monte. Aunque los israelitas empezaban a entender que Dios los quería mucho y que había hecho grandes prodigios para darles la libertad y mantenerlos con vida en el desierto, aún no confiaban plenamente en él. La manifestación del poder de Dios en el monte los asustaba. Por eso le pidieron a Moisés que mejor hablara él primero con Dios y luego les dijera lo que le había dicho.

«No adores otros dioses además de mí» (Éxodo 20: 3, Palabra de Dios para Todos)

Moisés subió solo al monte para hablar con Jesús. Cuando regresó al campamento, anotó lo que Dios le había dicho en un libro (ver Éxodo 24: 4). Luego, Moisés llamó al pueblo para una reunión. ¿Qué dijo Moisés y qué le respondieron? (Léelo en Éxodo 24: 7). El pueblo prometió obedecer todo lo que Dios había dicho.

Dios le había dicho que, después de leer sus instrucciones para el pueblo, Moisés debía volver a subir al monte para seguir hablando con él. Esta vez lo tenían que acompañar Aarón, Nadab, Abiú y setenta ancianos de Israel (ver Éxodo 24: 9). Los acompañantes de Moisés no podían subir hasta la cumbre del monte. Solo hasta un cierto lugar. Pero allí pudieron ver algo increíble. (Léelo en Éxodo 24: 10). La Biblia dice que vieron a Dios. No fue una visión, porque la Biblia dice que comieron y bebieron, es decir estaban conscientes y activos (ver Éxodo 24: 11). No sabemos qué vio exactamente aquel grupo de personas. Moisés escribió que no lo vieron como una figura definida (ver Deuteronomio 4: 12). Pero eso es mucho más de lo que cualquier persona ha podido ver nunca.

Haciendo movimientos de caballo de ajedrez empieza por la O (grande) y termina por la S (grande) hasta descubrir qué es lo que prometieron los israelitas en Sinaí.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Aarón, sus hijos y los setenta ancianos volvieron al campamento. Dios decidió que era el momento de darle al pueblo algo especial para que les ayudara a recordar su promesa. ¿Qué era? (Lee Éxodo 24: 12). El deseo de Dios era que el pueblo de Israel fuera una gran nación. Si permitían que Dios les ayudara a cumplir sus promesas de obedecer las Normas de la Felicidad, mostrarían amor a Dios y amor al prójimo. ¡Con la ayuda de Dios, serían una nación única! Esta vez, Josué acompañó a Moisés una parte del camino. ¿Quién quedó encargado del pueblo mientras Moisés y Josué estaban en la montaña? (Léelo en Éxodo 24: 13, 14). Moisés entró en la nube que marcaba la presencia de Dios. (Lee en Éxodo 24: 18 lo que sucedió mientras estaban allí). Dios estuvo hablando con Moisés cuarenta días. Le dijo cómo debían cumplir las Normas de la Felicidad. Le recordó la señal especial que muestra si hemos

escogido amar a Dios y confiar en él. ¿Cuál es esta señal? (Lo sabrás si lees Éxodo 31: 13). También le dio instrucciones precisas para el pueblo. Dios le dio muchas otras normas para que el pueblo supiera cómo comportarse cuando hubiera problemas entre los israelitas. Pero sobre todo le dio instrucciones de cómo debían adorarlo. Dios quería vivir con su pueblo y quería que ellos lo pudieran tener siempre presente. Quería explicarles el plan que había hecho para salvarlos de las mentiras de Satanás y que podamos vivir de nuevo todos juntos. Por eso le mandó construir una tienda especial que serviría de Templo. Todo eso lo estudiaremos la semana que viene. Al terminar esos cuarenta días, Dios le entregó a Moisés dos tablas de piedra en las que estaban escritos los Diez Mandamientos, o las Normas de la Felicidad. Estas tablas tenían una característica muy especial. (La conocerás si lees Éxodo 31: 18). Dios mismo, con su mano, escribió los Diez Mandamientos en la piedra. ¿Por qué crees que Dios escogió tablas de piedra para escribir su ley? Piensa, piensa… ¡La respuesta tiene su interés!

Solo dos de los dibujos de las tablas son exactamente iguales. ¿Sabrías decir cuáles son?

Piensa un poco Lee Jeremías 31: 33. Las Normas de la Felicidad no deben quedarse escritas en la piedra. Deben quedar dentro de nuestra mente y nuestro corazón para que realmente funcionen como Dios quiere.

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LECCIÓN  |

5 TU LECTURA DEL MARTES

El pueblo de Israel continuó con su vida cotidiana mientras esperaba el regreso de Moisés. Pero pasaba el tiempo y Moisés y Josué no volvían. ¿Qué habría pasado con ellos? ¿Por qué no regresaban? La gente empezaba a preocuparse y a ponerse nerviosa. ¿Y si se quedaban sin un jefe que los gobernara? Otra vez empezaron a quejarse. ¡Moisés y Josué estaban tardando mucho! ¿Y si los habían abandonado y no regresaban? ¿Quién los guiaría? Ellos sabían que Dios era el que los conducía por el desierto y que Moisés transmitía sus órdenes. Y como Moisés no estaba, creían que Dios no podría transmitir sus instrucciones. Recordando su estancia en Egipto, se les ocurrió una idea que pensaron era muy buena porque era lo que hacían los egipcios. (Léela en Éxodo 32: 1). Se harían una imagen de Dios, que pudieran ver, para que los guiara hasta Canaán. Insistieron tanto, tanto, que Aarón terminó por aceptar. Primero pidió que quien quisiera trajera los pendientes de oro que llevaban (ver Éxodo 32: 2). Los egipcios estaban acostumbrados a usar joyas que eran

verdaderas obras de arte. Tal vez, la gente le tendría tanto aprecio a sus pendientes que no los querría entregar para fundirlos. Pero el pueblo deseaba más poder ver a un dios que a sus pendientes de oro. Pronto, Aarón se encontró con un montón de aretes que la gente había traído. Luego, Aarón construyó un crisol. Un crisol es un pequeño horno para fundir metales. Entonces, todos los aretes que trajeron se echaron al crisol y se fundieron. Cuando se enfrió, tallaron una figura en forma de becerro, seguramente como las que habían visto en los ídolos egipcios y construyeron un altar para colocarlo encima. Entonces, ¿qué anunció Aarón? (Léelo en Éxodo 32: 5). Al día siguiente, adoraron e hicieron sacrificios delante del becerro como si se tratara de Dios. Luego comenzó una fiesta: comieron, bebieron, cantaron, bailaron y pronto aquello empezó a desmadrarse. Dios, que sabía lo que estaba ocurriendo en el campamento, le dijo a Moisés que debía regresar (ver Éxodo 32: 7, 8).

Piensa un poco ¿Tú crees que una estatua de oro puede ser tan poderosa como Dios mismo? ¿Verdad que es imposible? ¡Naturalmente! Una estatua ni es inteligente, ni piensa. Pero cuando los seres humanos nos apartamos de Dios podemos creer en las mayores tonterías. Por ejemplo, algunos piensan que ciertos objetos, o números, traen buena o mala suerte, como si tuvieran el poder de Dios para hacerlo. Por eso nunca debes creer en las supersticiones que tanto abundan en la sociedad. Cree en el Dios verdadero y lo demás no tiene ningún valor porque las supersticiones, como los dioses que adoraban los antiguos, no existen. ¿Vas a creer en algo que no existe? ¡Naturalmente que no! Porque eres inteligente.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Moisés y Josué bajaban de la montaña, llevando algo precioso en las manos. ¿Qué era eso? (Léelo en Éxodo 32: 15, 16). Conforme se acercaban al campamento comenzaron a escuchar voces muy altas. ¿Qué pensó Josué? (Continúa leyendo Éxodo 32: 17). Pero Moisés, advertido por Dios, ya sabía de lo que se trataba. ¿Qué le dijo? (Lee Éxodo 32: 18). Cuando llegaron a un lugar desde donde se divisaba el campamento pudieron ver que había gente gritando y bailando delante de un ídolo. ¡Moisés no se lo podía creer! Dios ya lo había avisado, pero Moisés no se imaginaba lo que vio allí. ¡Estaban actuando como paganos! Moisés se enfadó muchísimo. ¡No podía creer que el pueblo fuera tan tonto! Habían visto un montón de milagros en Egipto que demostraban que Dios era más grande y poderoso que cualquier estatua o estatuilla. A estas alturas ya debían de haber aprendido que las estatuas son simples objetos que no hablan, ni escuchan… ¡y mucho menos pueden guiar a todo un pueblo! El Dios verdadero había hecho milagros que

los habían salvado de los ejércitos, les había dado agua, comida y protección. El Dios verdadero había hablado con ellos e incluso se había mostrado a los principales ancianos del pueblo. Tanta rabia le dio a Moisés, que hizo algo imprevisto. (Léelo en Éxodo 32: 19). Cuando los israelitas vieron a Moisés llegar al campamento, dejaron sus danzas y su fiesta. Lo primero que hizo Moisés fue coger el becerro de oro y machacarlo a golpes hasta convertirlo en polvo. ¿Qué poder tenía esa estatuilla si un hombre podía hacerla desaparecer en un momento? Luego le reprochó a Aarón que hubiera hecho caso a esa gente sabiendo que Dios estaba allí mismo, en la cima del monte. Moisés se puso a la entrada del campamento y llamó a los que fueran fieles a Dios, a los que no habían participado de la adoración pagana. ¿Quiénes fueron? (Lo sabrás si lees Éxodo 32: 26). También muchas otras personas de las demás tribus habían sido leales. Y de los que participaron, muchos se dieron cuenta de su error, se arrepintieron y Dios los perdonó.

¿Puedes identificar el trozo que falta en la tabla de piedra rota?

Piensa un poco Es un problema cometer errores como les ocurrió a Aarón y a todo el pueblo que estaba con él. Pero mucho peor es no arrepentirse de ellos. Y Aarón sí se arrepintió. Hoy puedes aprender de él esta lección, muy valiosa en la vida.

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LECCIÓN  |

5 TU LECTURA DEL JUEVES

Hacía cuarenta días que los hijos de Israel habían prometido obedecer las Normas de la Felicidad. Creían que lo podían hacer por sí solos. No habían aprendido lo que Dios les había estado tratando de enseñar durante tanto tiempo: dependemos de Dios para todo, incluso para poder obedecer. Por eso fallaron, se equivocaron, pecaron. Ahora Moisés ya no se fiaba de dejarlos solos para ir a hablar con Dios. Eran como niños pequeños que en cuanto se los dejaba solos podían volver a hacer una travesura y ponerse en peligro. ¿Qué hizo Moisés? (Lee Éxodo 33: 7). Moisés cogió una tienda y la llevó fuera del campamento. Todo aquel que quisiera estar cerca de Dios, o que necesitara pedir perdón, podía acercarse a la Tienda de Reunión. Para Moisés era un lugar especial. Cada vez que necesitaba hablar con Dios salía a la tienda y allí recibía sus instrucciones. Luego volvía al campamento para continuar con su trabajo

de gobernante mientras Josué montaba guardia delante de la tienda. Los encuentros con Dios debieron ser especiales. (Lee lo que la Biblia dice sobre cómo eran las conversaciones entre Dios y Moisés, en Éxodo 33: 11). El pueblo estaba aprendiendo la importancia de estos encuentros entre Dios y Moisés, así que cada vez que Moisés salía hacia la Tienda de Reunión, todos se ponían en pie y observaban a Moisés mientras caminaba hasta la entrada. Luego, cuando Moisés entraba, se postraban en señal de respeto a Dios. ¿Cómo sabía la gente que Dios estaba hablando con Moisés? (Lee Éxodo 33: 9). No sabemos cuánto tiempo pasaba Moisés con Dios, seguramente era mucho. ¿Te imaginas estar cara a cara con Dios? ¡Qué maravillosa experiencia! Era como ir a la escuela. ¡Aprendía tantas cosas…! Y su Maestro era el propio Jesús.

¿A dónde va Moisés para encontrarse con Dios? Completa el dibujo según el texto de la lección de hoy.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Un día, Dios le hizo un encargo especial a Moisés. (Lee Éxodo 34: 1). Luego le pidió que las llevara al monte, al mismo lugar donde había pasado con él cuarenta días. Por la mañana Moisés se levantó temprano y subió al monte Sinaí con sus dos tablas de piedra lisas. Y Dios volvió a escribir su Ley en tablas de piedra, símbolo de que sus mandamientos, las Normas de la Felicidad, son para siempre. Allí le recordó de nuevo el deseo de mantener el pacto con el pueblo de Israel. Ese pacto es el mismo que Dios quiere mantener contigo y conmigo. Si confiamos en Dios y guardamos sus mandamientos seremos un poquito más felices en esta tierra mientras esperamos a que Jesús vuelva a buscarnos y a crear una Tierra Nueva para nosotros. Otra vez estuvo cuarenta días Moisés en la cumbre del monte Sinaí. Allí Moisés vio la gloria de Jehová.

Aprendió más acerca de la misericordia y del amor de Dios. Muchas de las cosas que Dios le enseñó a Moisés durante esos 40 días han quedado escritas en los libros de Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Esta vez, los israelitas esperaron pacientemente su regreso. A las seis semanas, Moisés bajó del monte hacia el campamento con dos tablas nuevas escritas por la mano de Dios (ver Éxodo 34: 28). Pero cuando llegó al campamento había algo distinto en Moisés. (Puedes leerlo en Éxodo 34: 29, 30). Durante esos cuarenta días, Moisés había estado tan cerca de Dios que su gloria se le «contagió» y cuando Moisés bajó del monte, tuvo que taparse la cara porque brillaba. Moisés los reunió y les explicó todo lo que había pasado durante esos cuarenta días en el monte.

Piensa un poco Mientras estuvo en el monte, Dios le explicó los planes que tenía para salvar a la humanidad. También le dijo qué hacer para que el pueblo comprendiera el plan de la salvación. La semana que viene lo veremos.

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6 LECCIÓN

DIOS EN EL CAMPAMENTO

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Una de las cosas que Dios le pidió a Moisés cuando estaba con él en el monte Sinaí fue que construyera una tienda de campaña especial. ¿Para qué serviría esa tienda? (Puedes leerlo en Éxodo 25: 8). En ella Dios se manifestaría a su pueblo. La nube que los conducía se quedaría sobre este Tabernáculo. Así sería como si Dios tuviera su propia tienda en el campamento. ¿Sabes dónde tendría que estar esa tienda? (Léelo en Números 2: 2).

«Y harán un Santuario para mí, y habitaré en medio de ellos» (Éxodo 25: 8)

Ya no iba a ser como la Tienda de Reunión que estaba fuera del campamento, ahora estaría justo en el medio. Con eso quería enseñarles que Dios no quiere que pensemos que está en el Cielo alejado de sus hijos, sino que en realidad lo que quiere es vivir con nosotros, entre nosotros, como si fuera nuestro vecino, nuestro amigo, nuestra familia. Esto es lo que literalmente ocurrirá al final del plan de salvación, cuando Jesús regrese y vivamos en la Tierra Nueva con él.

Esa tienda de campaña o Tabernáculo iba a enseñarles muchas otras cosas sobre el plan de salvación de Dios. Cada detalle, los muebles, la estructura, o los rituales que se realizaban tenían una razón y una enseñanza para los israelitas. En esta semana estudiaremos cómo todavía tiene una enseñanza para todos nosotros, aunque hayan pasado miles de años. Al Tabernáculo también lo llamaremos Santuario porque era un lugar apartado, santo, que merecía ser respetado y para uso exclusivo de los rituales y las enseñanzas sobre Dios. Como cada detalle era importante, Dios le dio instrucciones sobre cómo construirlo (ver Éxodo 25:9). Incluso Dios ya sabía quiénes debían ser los jefes de obra. (Sabrás sus nombres si lees Éxodo 31: 2-6). También muchas otras personas trabajaron confeccionando las telas, tallando madera, fundiendo metales o cosiendo las túnicas de los sacerdotes. Todas esas personas sintieron en su corazón que debían ayudar (ver Éxodo 35: 26; 36: 1, 2).

Piensa un poco Cuando hacemos las cosas para Dios debemos hacerlo con mucho respeto y responsabilidad: nuestro jefe es Dios mismo. También debemos pensar en hacerlo lo mejor que podamos, a ser posible, perfecto, porque él hace las cosas perfectas.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Cuando Moisés volvió del monte y le contó al pueblo lo que Dios le había pedido que hiciera, la gente se alegró. Les emocionaba tener un lugar para Dios en medio del campamento. Dios mismo le había dado instrucciones sobre qué forma, qué medidas y qué materiales se utilizarían en su construcción. Pero, ¿de dónde iban a sacar las maderas, telas, cuerdas y todo lo demás que necesitaban? ¡Estaban en el desierto! ¡Y los mercados más cercanos estaban a cientos de kilómetros! (Lee lo que pidió Dios en Éxodo 25: 2). Cada familia, cada persona podía tener alguna cosa que aportar. Pero fíjate que Dios no pide ningún impuesto obligatorio ni le dice a nadie qué cosas tiene que llevar. Dios dice que cada uno traiga lo que quiera y pueda, que sean ofrendas voluntarias. Que cada uno ofrezca de corazón, porque quiere y porque se sienta agradecido a Dios, nunca por obligación. Y ahora la «lista de la compra». ¿Qué materiales necesitaban? (Lee Éxodo 25: 3-7). ¡Menuda lista!, ¿verdad? Tenían que hacer los muebles, lámparas, cortinas, túnicas para los sacerdotes y muchas

otras cosas. Todos podían traer algo para ayudar a construirlo, desde el niño más pequeño hasta la persona más anciana. Moisés estaba preocupado. ¿Querría la gente dar sus cosas para construir el Tabernáculo? ¿Encontrarían todos los materiales que necesitaban? El pueblo de Israel no tenía muchas riquezas. Solo unas pocas semanas atrás habían sido esclavos en Egipto. Pero antes de que salieran de Egipto, los egipcios les regalaron objetos de oro, plata y telas. (Recuérdalo en Éxodo 12: 35, 36). ¿Querrían los israelitas regalar sus pequeños tesoros para construir el Santuario? (Leamos lo que hicieron en Éxodo 35: 29). El pueblo trajo sus ofrendas a Moisés. ¿Sería suficiente para construir el Tabernáculo? Los encargados de recoger las ofrendas tuvieron que mandar un mensaje a Moisés. (Puedes leerlo en Éxodo 36: 5). ¡Ya no sabían dónde meter tantas cosas! Moisés tuvo que avisar a la gente de que, por favor, dejara de traer materiales porque había de sobra (ver Éxodo 36: 6, 7).

Encuentra en la sopa de letras la “lista de la compra” para construir el Tabernáculo: Oro

Plata

Jacinto

Púrpura

Carmesí

Lino

Madera

Pieles

Aceite

Especias

Piedras

Piensa un poco ¿Tú traes tus ofrendas a la iglesia? Las iglesias también necesitan muchas cosas para poder funcionar: hay que pagar el recibo de la luz y del agua, la calefacción en invierno, los materiales que recibís en la escuela sabática, la pintura de las paredes, o arreglar cosas que se estropean. Sin las ofrendas no podríamos tener un lugar donde reunirnos para estudiar y adorar a Dios.

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LECCIÓN  |

6 TU LECTURA DEL MARTES

Llegó el momento de comenzar a fabricar el Tabernáculo. Aunque fuera una gran tienda tendría que poderse montar y desmontar con facilidad, porque, cuando el pueblo se movía, lo primero que había que montar en el nuevo emplazamiento era el Tabernáculo. Por eso estaba hecho a base de tablones y postes que se sujetaban en el suelo con unas bases metálicas, de bronce, como si fueran un puzle. Los tablones y postes sujetaban las telas que hacían de paredes, separaciones y techo. Todos los materiales debían ser de primerísima calidad para aguantar bien el montaje y el desmontaje sin romperse o estropearse, y para que duraran mucho tiempo. Vamos a ver cómo era el Santuario o Tabernáculo. Primero nos encontraríamos con una valla alrededor del Tabernáculo. La valla estaba hecha con cortinas de lino blanco símbolo de limpieza, pureza y falta de pecado. Estaban sujetas a unos postes o columnas que se mantenían en pie sobre unas bases de bronce. Todo el recinto medía unos 45 metros de largo por 22 de ancho, y la valla medía algo más de 2 metros de alto. A todo este recinto se le llama ATRIO. (Puedes leer todos los detalles en Éxodo 27: 9-19).

Justo enfrente de la entrada nos encontramos con el altar de los sacrificios. Era un altar bastante grande, cuadrado, de algo más de dos metros de lado y algo menos de 1,5 metros de alto. Se construyó de tablas de madera de acacia y se recubrió de bronce (ver detalles en Éxodo 27: 1-8). Allí era donde se ofrecían los sacrificios y se quemaban las partes de los animales de debían ser consumidas. ¿Recuerdas el significado de la muerte de los corderos? Cuando una persona pecaba y llevaba su cordero a sacrificar recordaban la promesa de Dios de que algún día, Jesús, el Cordero de Dios, vendría a esta tierra y moriría para salvarnos del pecado como el cordero inocente. La muerte del cordero no los salvaba sino la fe en que Dios cumpliría su promesa, como así fue. Por tanto, cuando salían podían estar seguros de que Dios los había perdonado.

La entrada al atrio estaba orientada hacia el este, por donde sale el sol. A modo de puerta había una hermosa cortina tejida con colores azul, púrpura y escarlata. Al atrio podía entrar cualquier persona. Todo el que quisiera llevar sus ofrendas, o sus sacrificios por el pecado, podía entrar. En la Biblia, las medidas vienen expresadas en codos. Hemos trasladado las medidas a metros y centímetros para comprender mejor su tamaño. Son medidas aproximadas, ya que, dependiendo de la época o lugar, un codo puede medir entre 44 y 55 centímetros. Todas las imágenes son una representación de la descripción que hace la Biblia. En realidad, no sabemos su aspecto exacto.

Piensa un poco A veces no entendemos la gravedad del pecado y de nuestras desobediencias. Pero fíjate bien que la Biblia nos indica la monstruosidad del pecado. Lo puedes ver en esta misma lección. Los israelitas, con su sistema de sacrificios, entendían perfectamente la crueldad del pecado. Y sabían también que esos animales muertos representaban el sacrificio de Jesús. Por eso, cuando sientas la tentación de hacer algo que no debes, piensa en todo esto y seguro que no lo harás.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Un poco más allá estaba la fuente de bronce. Era un gran recipiente de agua hecho con los espejos que muchas mujeres trajeron como ofrenda. (En aquel tiempo los espejos no eran de cristal, eran de bronce muy, muy pulido). En esa agua debían lavarse los sacerdotes antes de entrar en el Tabernáculo. El lavarse con esa agua representaba que el sacerdote limpiaba sus pecados. No podía entrar ninguna impureza dentro del Tabernáculo, porque Jesús no pecó, permaneció limpio (ver más detalles en Éxodo 30: 17-21; 38: 8). Detrás de la fuente de bronce estaba el TABERNÁCULO, propiamente dicho. Allí solo podían entrar los sacerdotes. En realidad era una estancia con paredes de madera y techo de telas. Tenía unos 13 metros de largo por unos 4,5 metros de ancho y 4,5 metros de alto. Si te fijas era una tienda bastante alta; más o menos el doble de alto que tu habitación. Las paredes eran de tablas de madera de acacia cubiertas de oro que encajaban perfectamente la una en la otra. Las bases para que se mantuvieran en pie, eran de plata. La cubierta del Tabernáculo estaba formada por varias

capas de telas (ver foto abajo). La primera (1) era de lino blanco, azul, púrpura y escarlata, con bordados de querubines. Encima había otra capa de pelo de cabra (2). Encima, otra cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo (3) y, por último, otra capa de pieles de tejón (4), de forma que el interior quedara perfectamente protegido de las inclemencias del tiempo. La pared de la entrada estaba formada por cinco cortinas bordadas de lino blanco, azul, púrpura y escarlata y cinco columnas cubiertas de oro. El interior estaba dividido en dos espacios searados por una cortina o velo azul, púrpura, carmesí y blanca con querubines bordados. El primer espacio era el LUGAR SANTO, y el de detrás del velo, el LUGAR SANTÍSIMO. Todos los sacerdotes podían entrar a hacer los rituales del lugar Santo, pero ninguno podía entrar en el lugar Santísimo. Únicamente el sumo sacerdote entraba una vez al año, como veremos en la lección de la semana que viene. (Los detalles, en Éxodo 26).

Curiosidades Si te das cuenta, todas las telas del Tabernáculo eran de cuatro colores. Algunos estudiosos le atribuyen un significado simbólico con respecto a Jesús. El blanco significaría la pureza, la limpieza, la falta de pecado de Jesús; el azul, el color del cielo, significaría el origen divino de Jesús; el púrpura, como un color violeta oscuro, era el color de los reyes y significaría que Jesús es nuestro rey; y el carmesí o rojo, significaría la sangre, o la vida de Jesús entregada por nuestros pecados.

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LECCIÓN  |

6 TU LECTURA DEL JUEVES

Dentro del Tabernáculo había unos pocos muebles, pero todos ellos tenían un significado relacionado con lo que Jesús hace por nosotros. No estaban allí por casualidad ni para adornar. A la entrada, a la derecha, había una mesa de madera de acacia recubierta de oro. La llamamos la mesa de los panes de la proposición o de la Presencia. En ella se colocaban dos montones de panes, en total 12 panes (ver detalles en Éxodo 25: 23-30). Esos panes significan cómo Jesús es nuestro «pan de vida». Igual que necesitamos alimento físico para que nuestro cuerpo funcione, necesitamos a Jesús para que nuestra vida funcione correctamente. Los panes eran cambiados cada sábado y entonces los sacerdotes podían comerlos juntos dentro del Santuario. ¿Te suena de algo? ¿Qué haces cada sábado? El sábado vamos a la iglesia a adorar y a «alimentarnos» de la Palabra de Dios junto a los demás hermanos. A la izquierda de la entrada había un hermoso candelabro de siete brazos. Era de oro macizo y había sido tallado a martillo como si fuera una escultura.

En cada brazo había un recipiente para aceite que era el que se quemaba para dar luz (ver detalles en Éxodo 25: 31-40). La luz debía estar constantemente encendida, iluminando todo el lugar. Simbolizaba a Jesús que ilumina todo el mundo con su luz. Jesús dijo que él era la «luz del mundo». Nosotros como sus discípulos debemos también ser luz para otros, para que puedan conocer la verdad de Jesús. Al fondo, cerca del velo estaba el altar del incienso, de unos 50 cm. Era de madera de acacia recubierta de oro. Allí, todos los días el sacerdote quemaba incienso (ver detalles en Éxodo 37: 25-29). ¿Has visto alguna vez un palito de incienso que se quema? No tiene llama pero sí un hilo de humo que sube hacia arriba, al cielo. El incienso simboliza las oraciones que hacemos cada día delante de la presencia de Dios. Igual que el humo del incienso se fundía con la nube que estaba encima del Tabernáculo, nuestras oraciones llegan a Dios y nos unen más a él.

Piensa un poco Todos los materiales del Tabernáculo simbolizaban a Jesús. El que se utilicen materiales como el oro o la plata no quiere decir que sean un lujo, por presumir. En esa época había pocos metales que las personas supieran fundir y mucho menos que no se oxidaran con el paso del tiempo, el aire o el agua. Por eso el Tabernáculo debía estar hecho con estos materiales, caros pero necesarios.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES El lugar Santísimo era el sito más importante de todos. El espacio no era muy grande, pero es que allí solo iba a estar el arca de la Alianza. También se le llama el arca del Pacto porque ella debería guardar los símbolos del pacto entre Dios y los hombres. (Busca en Hebreos 9: 4 qué es lo que contenía el arca). Dios pidió que colocaran en su interior una porción de maná que simbolizaba todo lo que Dios nos cuida y nos protege, las tablas de piedra con las Normas de la Felicidad como símbolo de cómo debemos comportarnos los que aceptamos a Jesús como nuestro Dios, nuestro amigo y nuestro Salvador, y la vara florecida de Aarón como muestra del poder y de la autoridad de Dios. (Leerás esta historia más adelante, en la lección 9). El arca era una caja de madera de acacia, no muy grande. Medía unos 110 centímetros de larga por 65 de ancha y 65 de alta. Estaba recubierta por dentro y por fuera de oro. El arca, una vez que la Gloria de Dios descansara sobre ella, no podía ser tocada. Por

eso para llevarla de un lugar a otro tenía unos aros por donde se introducían unas barras y así la podían transportar entre cuatro sacerdotes, sin rozarla siquiera (ver detalles en Éxodo 25: 10-16). La tapa del arca se llamaba propiciatorio. Era una placa de oro macizo con dos esculturas de dos querubines encima, uno a cada lado formando una sola pieza, de forma que las alas de los ángeles cubrían el propiciatorio (ver detalles en Éxodo 25: 17-20). ¿Qué tenía de importante el propiciatorio? (Puedes leerlo en Éxodo 25: 22). Además de eso también simbolizaba a Jesús que nos perdona de todas las veces que no cumplimos el pacto hecho con Dios y no cumplimos las Normas de la Felicidad. Pero eso lo veremos la semana que viene. Hemos estudiado cómo cada detalle era muy importante y por eso tenía que ser todo muy exacto. ¿Tuvo cuidado la gente de hacer todo exactamente como Dios dijo? (Léelo en Éxodo 39: 42, 43). Cuando estuvo terminado la gloria de Dios llenó el Santuario. (Lee Éxodo 40: 34).

Encuentra los objetos que debían estar dentro del arca de la Alianza.

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7 LECCIÓN

SANTUARIO: PERDÓN Y ESPERANZA

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO En el Tabernáculo se hacían una serie de rituales que mostraban que las personas somos pecadoras y eso nos conduce a la muerte. Pero también nos mostraban la solución a este problema: que Jesús vendría a esta tierra y moriría por nuestros pecados. Quienes llevaban a cabo todos estos rituales eran los sacerdotes y el sumo sacerdote, Aarón.

«Y no me acordaré más de sus pecados y maldades» (Hebreos 10: 17, Dios Habla Hoy)

Los sacerdotes también tenían y hacían cosas que representaban a Jesús, por eso debía haber algo que los distinguiera de las demás personas. ¿Cómo conseguían distinguirse de los demás? (Léelo en Éxodo 28: 40, 43).

Pero entre todos los sacerdotes, Aarón debía distinguirse porque a él le tocaría realizar muchos trabajos especiales, de los que ya hablaremos esta semana. Sus vestiduras eran diferentes, mucho más elaboradas. ¿Qué piezas tendría la indumentaria de Aarón? (Léelo en Éxodo 28: 4). Llevaba una túnica blanca de lino y sobre ella un manto azul. En el bajo del manto, colgando alternativamente, había unos adornos de colores en forma de granada y unas campanillas que se oían al caminar (ver detalles en Éxodo 28: 31-35). Sobre el manto azul llevaba un efod. El efod era como un delantal que se sujetaba con un cinturón. En las hombreras había dos piedras de ónice con los nombres de las doce tribus talladas (ver detalles en Éxodo 28: 6-14). Sobre el efod llevaba una especie de chaleco cuadrado llamado pectoral. En ese pectoral se cosieron doce piedras preciosas con el nombre de cada una de las tribus de Israel. Además, se cosieron las piedras del Urim y el Tumim que servían para consultar a Dios (ver detalles en Éxodo 28: 15-30). En la cabeza tenía un turbante o mitra de lino. En la mitra se colocaba una placa de oro que tenía grabado «Santidad a Jehová».

Piensa un poco Cuando los sacerdotes, o Aarón, se vestían de forma especial para servir en el Santuario estaban reconociendo la importancia de su trabajo. ¿Has pensado cómo te vistes? No te pones la misma ropa para ir a la piscina que para ir al colegio, y tampoco te vistes igual cuando vas a una boda o a algún sitio importante. ¿Y a la iglesia? ¿Has pensado cómo quieres ir vestido?

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES No te creas que el trabajo de los sacerdotes era sencillo. Requería mucho cuidado y atención en cada cosa que se hacía. Vamos a ver varios trabajos que debían hacer los sacerdotes. En primer lugar, mantener todo en orden y limpio. Ya hemos hablado otras veces de cómo a Dios le gusta que todo tenga su orden. Por el atrio del Tabernáculo pasaban muchas personas todos los días y había que mantener el orden, los turnos y la limpieza.

Todas las ofrendas, ya fueran de animales o de alimentos, que los israelitas quisieran llevar al Santuario, pasaban por las manos de los sacerdotes, así que tenían que tener un control muy cuidadoso sobre todo eso. (Todos los tipos de sacrificios y ofendas están descritos en Levítico 1-7). Los sacerdotes también actuaban a veces como «inspectores médicos». Por ejemplo, si alguien

Debían vigilar la cantidad de aceite de las lámparas del candelabro para que nunca se apagasen. También, cada mañana y cada noche, Aarón debía quemar incienso en el altar que había en el lugar Santo (ver Éxodo 30: 8). Pero sobre todo lo que mantenía más ocupados a los sacerdotes eran los sacrificios y las ofrendas que el pueblo traía. Por la mañana y por la tarde debían ser sacrificados dos corderos sin defectos físicos de un año (ver Números 28: 3, 4) como sacrificio por los pecados de todo el pueblo. Pero si además alguna persona quería pedir perdón por algún pecado cometido, también traía su cordero, sobre el que ponía sus manos y pedía perdón.

enfermaba de lepra, era un sacerdote el que debía certificar si estaba enfermo de lepra o de otra enfermedad, y solo podían volver al campamento cuando un sacerdote testificaba que esa persona ya estaba curada. (Los detalles en Levítico 13 y 14).

Piensa un poco ¿Te imaginas que el atrio del Santuario estuviera lleno de gente que llevaba sus animales o que quería consultar algo con los sacerdotes gritando, corriendo, empujándose o enfadándose porque alguien «se ha colado»? ¡Qué va! Aunque era un lugar pequeño para tanta gente como había en el campamento, los israelitas respetaban el lugar, la «casa» de Dios, y había orden y respeto entre las personas. ¿Y en la iglesia? ¿Nos comportamos de forma respetuosa?

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LECCIÓN  |

7 TU LECTURA DEL MARTES

A partir de hoy vamos a estudiar el rito más importante que se celebraba en el Tabernáculo: el Día de la Expiación o Día del Perdón. Los judíos lo llamaban, y aún lo llaman, Yom Kippur.

veía ningún pecado sino la vida perfecta de Jesús declaraba justos a todas las personas del pueblo de Israel. Esta semana vamos a estudiar cómo se realizaba el ritual.

El Día del Perdón se celebraba una vez al año. En ese día se resumía el plan de Dios para salvarnos del pecado. Era el día del perdón. Ese día especial representaba el momento en que los pecados desaparecen para siempre.

Lo primero era prepararse. Si te acuerdas, cuando Dios iba a hablar al pueblo y a dictarles las Normas de la Felicidad, tuvieron que lavarse para mostrarse limpios ante el Señor. El día de la expiación era un día muy especial ¿Cómo debían prepararse? (Léelo en Levítico 16: 29, 30).

Durante ese día los pecados del pueblo iban a ser echados fuera del campamento. Se iba a sacrificar un macho cabrío sin mancha, sin pecado, que simbolizaba a Jesús, que murió sin haber pecado. Como Dios no

Por la mañana se tocaba la trompeta y todo el mundo debía reunirse alrededor del Santuario para observar todo el ritual y esperar la sentencia de Dios sobre sus pecados.

Piensa un poco Imagínate cómo se sentiría un preso al que le van a perdonar su condena en la cárcel. ¡El día del perdón…! Qué importante, ¿verdad? Pues cada año los israelitas lo celebraban con la fiesta del Yom Kippur. De igual manera, cuando pedimos perdón y nos arrepentimos de nuestros errores hay mucha alegría en el Cielo.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Ese día se elegían dos machos cabríos. Se presentaban en la entrada del Tabernáculo. Como todo animal que se ofrecía en el Santuario, debían ser animales perfectos. ¿Qué hacían con ellos? (Léelo en Levítico 16: 8). Uno de ellos sería para Dios y el otro para Azazel. Azazel es otro nombre que se le da a Satanás.

el Propiciatorio (la cubierta del arca de la Alianza), el lugar donde Dios se manifestaba.

Hoy vamos a estudiar qué se hacía con el animal que le correspondía al Señor.

Cuando Dios aceptaba la sangre del macho cabrío, es decir, cuando Dios aceptaba la vida de Jesús como sustituta de la vida de pecado de las personas, entonces Aarón salía del lugar Santísimo. En el lugar Santo untaba el altar del incienso con un poco de la misma sangre para simbolizar que las oraciones que pedían perdón a Dios estaban también respaldadas por la sangre de Jesús. Luego salía al atrio y untaba también, con la misma sangre, el altar de los holocaustos.

El macho cabrío elegido para Dios era el que representaba a Jesús. Aarón mataba al animal y recogía su sangre. La sangre, en la Biblia representa la vida. La sangre del macho cabrío representaba la vida de Jesús, una vida en la que no había cometido pecado, una vida limpia y sin culpa. El animal había muerto sin culpa al igual que lo hizo Jesús. Esa sangre, esa vida perfecta y sin pecado, debía ser presentada ante Dios en vez de los pecados del pueblo. Entonces Aarón entraba con la sangre directamente al lugar Santísimo y la salpicaba sobre

Ese era el momento más especial del ritual. Era el momento en el que Dios se reconciliaba con el pueblo, es decir, Dios perdonaba y olvidaba el pecado del pueblo.

Cuando el pueblo veía salir a Aarón respiraban tranquilos pues tenían la certeza de que Dios había perdonado sus pecados.

Encuentra nueve diferencias entre los dos dibujos

Piensa un poco Nosotros no tenemos que esperar un año entero para saber si Dios nos perdona o no. Jesús ya vivió una vida sin pecado y murió sin culpa. Cada vez que pecamos y nos arrepentimos y pedimos perdón a Dios, Jesús pone su vida perfecta delante de Dios y Dios nos perdona.

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LECCIÓN  |

7 TU LECTURA DEL JUEVES

Pero la ceremonia del Día del Perdón no terminaba con el perdón de Dios pues faltaba algo muy interesante. Cuando hacemos alguna cosa mala, parece que nos persigue en el recuerdo; siempre alguien se acuerda de que tú cometiste un error y te queda la tristeza de haberlo hecho. En realidad, a Satanás le encanta que te sigas sintiendo culpable a pesar de que Dios te ha perdonado. ¿Qué hacemos entonces con esos pecados perdonados que nos siguen amargando la vida? Verás. Acuérdate que en el Día del Perdón había dos animales, es decir todavía quedaba un macho cabrío con vida. Después de que Aarón, con la sangre del macho cabrío inocente, había conseguido la reconciliación con Dios, salía del Tabernáculo y le traían el macho cabrío por Azazel. Ponía sobre él sus

manos y confesaba todos los pecados del pueblo. Al hacerlo todos los pecados del pueblo pasaban al macho cabrío vivo elegido para Azazel (ver Levítico 16: 21). ¿Recuerdas quién introdujo el pecado en este mundo? Fue Satanás que engañó a Adán y a Eva. ¿Quién es el que se alegra de que pequemos y nos alejemos de Dios? Satanás. Pues como él es el culpable, al final todos los pecados recaerán sobre él. El macho cabrío vivo que cargaba con los pecados del pueblo era conducido fuera del campamento, lejos, al desierto. De esa misma manera Dios no solo nos perdona, sino que también aleja de nosotros nuestros pecados y ya no se acuerda más de ellos; para él dejan de existir. Es lo que ocurrirá cuando Jesús vuelva otra vez. Satanás será destruido, así como todos nuestros pecados con él.

Piensa un poco Busca Miqueas 7: 18, 19. Algunas veces cometemos errores que nos duelen y los seguimos recordando con culpa. Si Dios nos perdona y aleja de nosotros nuestros pecados «hasta lo profundo de la mar», nosotros también debemos perdonarnos para que la próxima vez lo hagamos mejor. Porque él quiere que seamos felices.

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TU LECTURA DEL VIERNES Todo lo que se representaba el día de la expiación en el Tabernáculo del desierto, y más tarde en el templo, son imagen y símbolo de cosas que han pasado y siguen pasando en la actualidad, y que terminarán un día cuando Jesús vuelva y Satanás sea destruido. Todo eso es muy real. La Biblia habla de un Santuario celestial en el que tanto el sumo sacerdote como el macho cabrío son Jesús mismo. (Lo puedes leer en Hebreos 8: 1 y Hebreos 9: 11, 12). La muerte de los animales que se sacrificaban, o que eran ofrecidos como ofrendas, representaban la muerte de Jesús, producida en esta tierra, siendo inocente.

Jesús se ofreció a vivir una vida perfecta para que cuando Dios nos pida cuentas por nuestros pecados, Jesús sustituya nuestras imperfecciones con su perfección. Por la fe en Jesús, confiamos en lo que hizo por todos. Por eso la sangre del macho cabrío era puesta en la presencia de Dios en vez de los pecados del pueblo. Eso es lo que Jesús está haciendo ahora mientras esperamos su regreso. Después, cuando Jesús vuelva, Dios nos declarará limpios y nos dará la vida eterna; mientras que Satanás, cargado con toda la culpa, y con nuestros pecados, será destruido y olvidado para siempre. Ya no habrá más pecado, ni muertes, ni dolor, ni enfermedades… ¡Felices para siempre!

Piensa un poco ¿Has pensado por qué no seguimos realizando sacrificios como los israelitas? Sí, efectivamente: porque aquellos animales representaban a Cristo. Ahora tenemos en el Cielo al «Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1: 29). Él nos perdona y nos salva y desea ser nuestro gran amigo para siempre.

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8 LECCIÓN

Aprende y Comprende

DOS HOMBRES VALIENTES TU LECTURA DEL DOMINGO Había pasado ya un año desde que el pueblo de Israel había salido de Egipto. ¿Recuerdas todo lo que había pasado? Habían vivido maravillosos milagros y todavía seguían disfrutando del maná diario; habían escuchado la voz de Dios dictando las Normas de la Felicidad desde el monte Sinaí. Habían construido un Tabernáculo para aprender el Plan de la Salvación.

«Nosotros tenemos de nuestra parte al Señor ¡No tengáis miedo!» (Números 14: 9 Dios Habla Hoy)

Ahora era el momento de celebrar, exactamente un año después, que eran libres gracias al poder de Dios. ¿Recuerdas cómo se llamaba la fiesta que celebraba la liberación de Israel? (Recuérdalo leyendo Números 9: 2). Como un mes después alguien gritó: —¡La nube se mueve! ¡La nube se mueve! Todos miraron hacia el Tabernáculo. Era verdad, la nube se estaba

Todo el mundo se puso a preparar su equipaje. Los levitas comenzaron a desmontar pieza por pieza el Tabernáculo para poder transportarlo. Debían hacerlo con mucho cuidado y rápido, porque ellos eran los primeros en salir, llegar al nuevo lugar donde montar el campamento y montar la gran tienda. Cada uno tenía instrucciones precisas de qué tenían que hacer y cómo. Cada mueble y cada tela eran desmontados, transportados y vueltos a montar. Cuando el Tabernáculo ya había salido se daba orden a las demás tribus de ponerse en marcha. Idearon un sistema de señales con toques de trompeta para que todos supieran cuándo tenían que moverse. (Léelo en Números 10: 2). Era la primera vez que el campamento se movía desde que Dios había hablado en el monte Sinaí (ver Números 10: 13).

Busca los nombres de todos los jefes de tribu según Números 10:14-27. Usa una versión Reina Valera

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES El pueblo dejaba atrás la planicie donde habían vivido casi durante un año, al pie del monte Sinaí. ¿Qué camino tendrían que seguir? Eso era lo de menos. No sabemos si había algún camino trazado. Pero tenían una guía que les aseguraba que nadie se perdería: la nube. Así caminaron durante tres días. La nube se detuvo y los israelitas montaron de nuevo el campamento. Un día, Moisés se dio cuenta de que la gente estaba protestando y quejándose. (Lee Números 11: 4-6 para saber por qué se quejaban).

en medio del desierto? (Conocerás exactamente el estado de ánimo de Moisés si lees Número 11: 11-15). Pero, una cosa tenía clara: aunque un poco depre, Moisés sabía, por la fuerza de la costumbre, dónde encontrar respuestas aparentemente imposibles, y le planteó el problema a Dios. Dios sabía que su pueblo no necesitaba más carne para tener una buena alimentación. Pero, a pesar de todo, Dios les daría la carne que pedían. Un día comenzaron a sobrevolar el campamento grandes

Es verdad que ahora comían muy pocas veces carne. Alguna vez la carne de los sacrificios, otras veces algo de caza y en la fiesta de Pascua, habían comido cordero. Pero gracias al maná, no necesitaban carne para poder estar bien alimentados y sanos. Ahora, en vez de agradecer a Dios que en medio del desierto nunca les había faltado agua ni maná, aquellos desagradecidos recordaban Egipto porque allí comían carne y pescado, pepinos, melones, puerros, cebollas, ajos... Pero lo que de verdad querían era comer carne, ¡y la querían ya! ¿Qué podía hacer Moisés? No podía encontrar pescado en medio del desierto. Tampoco se podía poner a sacrificar el ganado porque si lo hacían se quedarían sin leche y sin lana para hacer tejidos. Moisés se sintió desanimado. Se sentía tan abatido, tan deprimido, sin fuerzas… ¡Todo eran problemas! ¡Problemas!, ¡problemas!, ¡problemas…! ¿Cómo iba a conseguir carne

bandadas de codornices. (Puedes leer en Números 11: 31, 32 la cantidad de codornices que había y lo fácil que era «cazarlas»: para que te hagas una idea y calcules a qué altura volaban las codornices, un codo son unos 45 centímetros… ¿Ya has calculado a qué altura volaban miles y miles de codornices? ¡Hasta los niños de tu edad las podían coger con la mano!).

Piensa un poco Reflexiona sobre la actitud del pueblo. Durante los últimos meses habían vivido milagro tras milagro a cuál más espectacular. Incluso habían podido oír la voz de Dios. Y ellos solo se sienten felices por comer carne. ¿Qué te hace feliz a ti? ¿Qué es lo realmente importante en tu vida?

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LECCIÓN  |

8 TU LECTURA DEL MARTES

¡Qué alegría había en el campamento! ¡Iban a comer carne! Todo el que quiso salió a cazar codornices. Dos días enteros estuvieron yendo y viniendo a por las aves. Era imposible comer tanta carne en un solo día, y entonces no existían neveras ni congeladores para guardar la que sobraba. Había una forma de mantenerla comestible durante mucho tiempo y era dejándola secar. Es lo que se hace hoy con los jamones, las cecinas y los embutidos. Así que prepararon un lugar alrededor del campamento para poner las codornices a secar. Tendrían carne para muchos meses. Pero hubo gente que no se conformó con comer un poco de carne y guardar el resto. Tenían tantas ganas que comieron y comieron y comieron… ¿Qué te pasa a ti cuando comes demasiado? Lo llamamos empacho. Te duele el estómago y la cabeza y tienes ganas de

vomitar. Pues los israelitas comieron tanto que se empacharon. Pero es que algunas personas, aunque se encontraban enfermas, siguieron comiendo. Tanto comieron y tan enfermos se pusieron por comer sin medida, que muchos de ellos murieron. La alegría se convirtió en una tragedia por ser tan avariciosos y glotones. Ellos sabían que Dios les daba siempre lo que necesitaban. Todos los días tenían el maná justo que iban a comer. Disponían del agua suficiente para todos. Tenían bastante carne de ave para varios meses, seguramente hasta que pudieran llegar a Canaán. Pero ellos no se conformaban con eso. Acaparaban la comida como si Dios les fuera a fallar y a dejar sin alimentos. Despreciaron el alimento sano y sabroso que era el maná y prefirieron empacharse hasta morir. ¡Qué tontos!

El “hospital” del campamento está lleno de glotones enfermos. Encuentra en el dibujo, un charco, un burro, un cuenco, la luna, una muleta y una tumba.

Piensa un poco ¿Crees que fueron muy listos los israelitas con sus decisiones? No, claro. Pero piensa. A veces todos los seres humanos somos un poco tontos. ¿No te ha ocurrido a ti alguna vez que has comido demasiado y luego te duele la barriga? ¿O que tu madre te repite una y otra vez que comas más despacio porque te va a hacer daño la comida? Si lo ves claro al leer la lección de esta semana, ¿se te ocurre alguna decisión inteligente para que no te ocurran estas cosas?

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES El pueblo de Israel siguió su camino hacia la tierra de Canaán. Acamparon en Cades, en el desierto de Parán, a solo unos días de camino de la tierra prometida. ¡Qué ganas tenían de llegar! Pero antes había que hacer algo. ¿Qué era? (Léelo en Números 13: 1, 2). Nadie de los que estaban allí conocían Canaán. Algunos, tal vez, tenían dudas sobre si la tierra, de verdad, valía la pena en comparación con Egipto. Por eso, para que no tuvieran dudas, Dios les pidió que eligieran doce «espías» para que entraran en Canaán. Y cuando volvieran les contarían cómo era la tierra en la que, a partir de entonces, vivirían. ¿Sería buena la tierra para cultivar alimentos? ¿Habría suficiente pasto y agua para sus animales? ¿Qué clase de gente encontrarían en Canaán? ¿Cómo eran las ciudades? Los espías viajaron por todo el sur del país visitando poblados, aldeas y algunas ciudades como la que se había construido en Hebrón. Estuvieron fuera 40 días,

casi seis semanas. Observaron dónde había pozos, arroyos, ciudades, bosques y zonas de cultivo. Tenían que explicarles muy bien a todos si podían vivir en aquella tierra. Mientras, el pueblo esperaba impacientemente que volvieran. Estaban nerviosos por saber cómo era su nuevo hogar. Por fin volvieron los espías. No solo traían noticias y un informe sobre cómo era Canaán, también traían algunos frutos que habían encontrado: granadas, higos y un racimo de uvas tan grande que lo tenían que cargar en un palo, ¡entre dos hombres!... ¡No había duda acerca de la comida que crecía en Canaán! Cuando todos escucharon el informe de los espías, ¿qué dijeron? (Lo podrás leer en Números 13: 27). ¡Qué alegría! Dios estaba cumpliendo su promesa. Ahora serían un pueblo libre en el país que Dios había prometido a Abrahán.

¡Este dibujante no se entera! Encuentra al menos diez errores en el dibujo.

Piensa un poco ¡Qué felices nos sentimos cuando Dios cumple sus promesas o responde a nuestras oraciones de la forma que esperamos! Esta noche, antes de acostarte, recuerda agradecerle por todo lo que te cuida.

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LECCIÓN  |

8 TU LECTURA DEL JUEVES

Las buenas noticias sobre lo fértil y hermosa que era la tierra de Canaán entusiasmaron a todos. Es posible que cada uno empezara a hacer planes sobre dónde viviría y qué casa se podría hacer. Pero entonces comenzó a hablar uno de los espías sobre cómo eran los habitantes del país y pronto las sonrisas desaparecieron. Dijeron que las ciudades tenían enormes murallas de piedra. Que sus habitantes eran guerreros crueles y fuertes. Y que no les iba a gustar nada que de repente más de dos millones de personas se fuera a vivir a su tierra. Seguramente les atacarían para que no se quedasen allí.

diez espías tenían miedo. Eran líderes que no confiaban en las promesas de Dios. ¡Y contagiaron su miedo al pueblo! Tristemente, los israelitas hicieron más caso a los diez espías que a Caleb y a Josué. Se sentían defraudados. (Lee en Números 14: 1, 2 cómo reaccionó el pueblo). Es más, se sentían desgraciados y culpaban de todo a Dios. Ellos ya no querían seguir a ese Dios que los

Todos se asustaron mucho. Entonces Caleb, el representante de la tribu de Judá, animó a todos a entrar en Canaán. A su lado estaba Josué, de la tribu de Efraín, y ayudante de Moisés. (Lee lo que dijo en Números 13: 30). Pero los demás espías los desanimaron a todos. Israel no era un pueblo de armas. No sabían luchar, no tenían espadas ni carros de combate. ¿Cómo iban a luchar contra ellos? Empezaron a contar lo terribles que eran sus habitantes. Algunos de ellos eran incluso gigantes tan altos y fuertes que ellos se sentían como saltamontes su lado (ver Números 13: 33). Aquellos

había llevado al desierto y que ahora los iba a hacer morir en manos de los cananeos. ¿Qué planes empezaron a hacer los israelitas? (Léelos en Números 14: 3, 4).

Piensa un poco ¡Qué pronto se olvidaron de tantos prodigios que Dios había hecho por ellos! Los había sacado de Egipto con muchos milagros, los guardó de los ataques del faraón, les dio comida, agua, la ropa no se les estropeaba… Y, sin embargo, se olvidaron de lo mucho que Dios les amaba. Ahora tú piensa en todas las cosas que disfrutas cada día. Dios te las da y tú nunca debes de olvidarte de darle las gracias. Porque Dios te quiere mucho.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES El pueblo de Israel quería volver a Egipto, a la esclavitud, a los dioses paganos. ¡Qué pena! ¿Acaso no recordaban que Dios los había liberado del ejército más poderoso de la tierra hacía apenas un año y medio? ¿Es que Dios no les había demostrado cuál era su poder en Sinaí? Eso es lo que Caleb y Josué dijeron a los israelitas. (Lo puedes leer en Números 14: 7-9). Caleb y Josué eran los únicos dirigentes valientes que confiaban en Dios. El pueblo no quiso escuchar lo que dijeron Caleb y Josué, prefirieron la versión de los otros diez espías. Es más, estaban tan enfadados con Moisés, Aarón, Josué y Caleb que amenazaron con apedrearlos. Pero algo pasó que les hizo soltar las piedras. (No te quedes con las ganas y léelo en Números 14: 10). Dios estaba profundamente triste. Los israelitas no confiaban en él, no hacían otra cosa que quejarse, siempre estaban hablando de regresar a Egipto y que encima trataron de matar a la persona que lo había arriesgado todo por ellos. Dios no es un Dios que obligue a nadie a seguirlo. Así que Dios ofreció a Moisés y a su familia las bendiciones prometidas

a Abrahán. Pero ¿cómo crees que reaccionó Moisés? ¡Moisés defendió al pueblo ante Dios! (Léelo en Números 14: 17-19). Cuando Moisés dice: «Señor, muestra ahora tu gran poder», no se estaba refiriendo al poder de hacer milagros; los hebreos ya habían visto y vivido el poder de Dios. Moisés conocía muy bien que el verdadero poder de su Dios era otro, el poder del perdón. Dios los perdonó. Pero en esas condiciones no podían entrar y conquistar la tierra de Canaán, así que la promesa de una tierra de libertad, pasaría a los niños y jóvenes; ellos serían quienes disfrutarían de la promesa. Mientras, deberían permanecer en el desierto, viviendo en un gran campamento, aprendiendo a vivir como hombres y mujeres libres, aprendiendo a valorar la libertad y los cuidados de Dios. ¿Qué le dijo Dios a su pueblo por medio de Moisés? (Léelo en Números 14: 29-31). Solamente los menores de 20 años entrarían en la tierra de Canaán. Dios les dijo que tendrían que pasar 40 años antes de tener la oportunidad de vivir en la tierra prometida (ver Números 14: 34).

Ordena las letras dentro de cada círculo comenzando por la letra más grande para formar palabras. Luego ordena las palabras para formar una frase, que debes recordar siempre.

Piensa un poco Cuando aprendemos las historias del pueblo de Israel, es muy fácil pensar que nosotros no nos hubiéramos portado así. Pero esa gente era igual que la de hoy. Las historias del pasado nos ayudan a aprender de las experiencias de otros, a recordar los resultados que obtuvieron y, en consecuencia, a tomar buenas decisiones, ¿verdad?

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9 LECCIÓN

Aprende y Comprende

«Hacedlo todo sin quejarse y sin discutir» (Filipenses 2: 14, Nueva Traducción Viviente)

RESOLVIENDO PROBLEMAS TU LECTURA DEL DOMINGO Los hijos de Israel habían tenido miedo de los habitantes de Canaán sin pensar que Dios estaba a su lado. Les había prometido que vivirían en Canaán y que él se ocuparía de los problemas, pero los israelitas se habían enfadado tanto que querían matar a Moisés y volver a Egipto.

Como consecuencia, Dios les dijo que no podrían entrar en Canaán hasta que aprendieran a vivir confiando en él, y eso no iba a pasar hasta que sus hijos fueran mayores. Ellos serían quienes tomarían la posesión de la tierra prometida. ¿Cómo se sintieron cuando Moisés les contó los nuevos planes de Dios? (Lee Números 14: 39). Esa noche estuvieron pensando y reflexionando. Reconocieron su pecado, pero no estaban dispuestos a aceptar la decisión de Dios de mantenerlos 40 años en el desierto. Tomaron una decisión. (Lo sabrás si lees Números 14: 40). Cuando Moisés se enteró, les advirtió que otra vez estaban desobedeciendo a Dios. Dios no aprobaba ese ataque a los cananeos. Si atacaban ellos Dios no les iba a ayudar, y sin la ayuda de Dios no podían vencer a un pueblo entrenado para la guerra. La promesa era que Dios les iba a entregar la tierra, no que ellos se la ganarían guerreando. Sin embargo, a pesar de la advertencia de Moisés, ellos se empeñaron en preparar un ejército de soldados mal entrenados y mal armados y atacar a los cananeos. De nuevo quisieron hacer las cosas a su manera. Dios había ordenado que retrocedieran y el pueblo decidió avanzar. ¡Qué cabezotas! Todavía no habían entendido que hacer cosas al revés de lo que Dios dice no es una buena elección. Y te puedes imaginar las consecuencias. (Léelas en Números 14: 45).

Piensa un poco Reconocer que nos hemos equivocado no es lo mismo que estar arrepentidos. Cuando nos arrepentimos de verdad pedimos perdón (los israelitas no pidieron perdón) e intentamos hacer las cosas de la forma correcta (los israelitas volvieron a querer hacer las cosas de otra forma, pero a su manera, no a la manera de Dios). Seguían sin entender que sin Dios las cosas no les puede ir bien. ¿Verdad que tú sí lo entiendes?

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Gobernar un pueblo tan grande viviendo en un campamento que se movía no era nada fácil. Dios había elegido a Moisés como su gobernante y a Aarón y a sus hijos como sacerdotes. Pero las decisiones que tomaban no siempre dejaban contentos a todo el mundo, aunque esas decisiones venían de Dios mismo. Ayer vimos cómo una parte del pueblo decidió enfrentarse a los cananeos sin la dirección de Dios y las consecuencias que eso tuvo. Esta semana vamos a ver cómo algunas personas se quejaron de Moisés y cómo Dios tuvo que intervenir.

Dios les explicó que era cierto que la autoridad de Aarón como sumo sacerdote era muy importante, también la autoridad de María como profetisa. Ellos hablaban en el nombre de Dios. Pero con Moisés era diferente. Con Moisés Dios hablaba cara a cara, conversaba como con un amigo, así que las decisiones que Dios tomaba y Moisés transmitía al pueblo no podían ponerse en duda. Moisés era el líder. Para que quedara claro que la autoridad de Moisés era mayor que la de sus hermanos, ¿qué le pasó a María? (Lee Números 12: 10).

Una vez, estando en Haserot de camino hacia Cades, Aarón y María, los hermanos de Moisés, fueron a quejarse por causa de Séfora, su mujer (ver Números 12: 1, 2). Tal vez pensaron que Séfora estaba intentando influir demasiado en las decisiones que Moisés tomaba y menospreciaba los consejos de sus hermanos. Sobre todo, porque Séfora no era israelita y tenían envidia de una extranjera. Entonces Dios los llamó a la Tienda de Reunión para hablar con los tres hermanos.

Recuerda que a Moisés le pasó lo mismo cuando Dios lo llamó desde la zarza ardiente para ir a liberar a su pueblo. Era una forma de decirle a María y a Aarón que el que tenía el mando del pueblo era Dios mismo. Moisés se asustó y le pidió a Dios que quitara la lepra de su hermana (ver Números 12: 13). Dios lo hizo, pero, según las leyes de salud, debía permanecer fuera del campamento siete días hasta que se aseguraran de que estaba curada y no podía contagiar a nadie. María no volvió a dudar de Dios y de sus decisiones.

Curiosidades Según algunas versiones de la Biblia, Números 12 dice que la esposa de Moisés era etíope y otras que era cusita. Y por lo que cuenta el relato bíblico de Éxodo 2, Séfora era madianita. Esto tiene una explicación. El original dice que era cusita. Efectivamente el país de Cus se encontraba al sur de Egipto, es decir, Etiopía. Pero también podemos decir, y nos inclinamos a pensar que es la opinión más correcta, que «cusita» es el habitante de Cusán otra forma de nombrar a Madián (ver Habacuc 3: 7).

Piensa un poco La Biblia nos aconseja muchas veces que debemos ser respetuosos con quien tiene autoridad. Es decir, debemos mirar con respeto a las autoridades civiles y políticas, al pastor de la iglesia, a los papás, a los maestros. Ellos quieren lo mejor para nosotros.

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9 TU LECTURA DEL MARTES

Algunas personas en el campamento seguían viendo injusto que fuera Moisés quien diera las órdenes. Aún después de la derrota de Horma, no entendían por qué, si ya estaban tan cerca de Canaán, no podían entrar, matar a todos los cananeos y quedarse con sus tierras. Al fin y al cabo, creían ellos, por eso Dios los había sacado de Egipto. Empezaron a pensar que Moisés y su hermano Aarón se aprovechaban de los demás.

aprender de Dios, no querían tener que vivir de acuerdo a las Normas de la Felicidad. Cuando Moisés los llamó para hablar y arreglar las cosas ¿Qué contestaron? (Nota la falta de educación y respeto que mostraron hacia Moisés en Números 16: 12-14). Dios tuvo que actuar contra todos los rebeldes. (Léelo

Lo que no entendían es que eso fuera una decisión de Dios. Dios los había elegido para eso, pensaban. Poco después, hubo un intento de quitarle el mando a Moisés y a Aarón por parte de unos hombres llamados Coré, Datán y Abirán que pusieron en contra de Moisés a 250 miembros del consejo. El mayor problema era que todos querían ser sacerdotes, e incluso Coré quería ser sumo sacerdote en vez de Aarón. Pero esa era una labor muy especial que solo podían ejercer los escogidos por Dios, y Dios había elegido a Aarón y a sus hijos. En realidad, Coré, Datán, Abirán y todos los consejeros que se rebelaron, no lo hacían en contra de Moisés o de Aarón. En realidad, lo que estaban poniendo en duda era si Dios tenía que gobernarles o no. No querían pasar cuarenta años en el desierto, no querían

en Números 16: 31, 32 y 26: 10). Pero para que quedara claro a quien había elegido, Dios propuso una prueba. Un representante de cada tribu traería un bastón al Tabernáculo. Cada bastón llevaría escrito el nombre de su dueño. Las varas se meterían en el lugar Santo y Dios haría florecer una de esas varas. Naturalmente, representando a la tribu de Leví estaba la vara de Aarón.

Piensa un poco Cuando tengamos un problema con alguien no debemos hablar mal de él a sus espaldas. Hay que seguir el consejo de Jesús: «Si alguien hace algo mal, hay que decírselo en privado. Si no hace caso, se le dice con dos testigos y si no hace caso, se dice a la iglesia» (ver Mateo 18: 15-17). Pero en ningún caso debemos hablar mal de los demás por detrás.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Todos los representantes de las 12 tribus trajeron su vara. No entendían lo que Dios quería hacer. Era palos de madera seca que hacía mucho tiempo que habían sido cortadas del árbol, le habían quitado la corteza y la habían tallado. Esos palos no podían florecer de ninguna manera. Las varas pasaron toda la noche en el Tabernáculo. A la mañana siguiente, los jefes de las tribus esperaban la respuesta de Dios a la puerta del Tabernáculo. ¿Cuál había sido la respuesta? (Lo sabrás si lees Números 17: 8). Algunos no podían creer lo que veían. Un trozo de madera seca se había convertido en una rama de

almendro con hojas, flores y hasta con almendras. Eso era imposible porque ni siquiera el almendro vivo tiene a la vez hojas, flores y frutos. Dios había elegido, otra vez a Aarón, no había duda. Para que sirviera de recordatorio de que Dios era el que había elegido a Aarón como sumo sacerdote, ¿dónde fue guardada la vara de Aarón? (Léelo en Números 17: 10). En realidad, la vara se colocó dentro del Arca de la Alianza (como podrás leer en Hebreos 9: 4). La vara de Aarón nos recuerda que Jesús nos dirige pero que usa personas para que le ayuden.

Encuentra en este batiburrillo la vara de Aarón y las otras 11 varas que no florecieron.

Piensa un poco ¿Por qué crees tú que fue guardada en el Arca de la Alianza la vara de Aarón que reverdeció? Efectivamente fue puesta allí, en un lugar de honor, para que todos recordasen los prodigios que Dios está dispuesto a hacer por su pueblo. Recordar las bendiciones de Dios es muy bueno para nosotros. Nunca debes olvidar todo lo que Dios te da. Y para que no se te olvide, podrías irlas escribiendo en un papel o en un diario y conservarlo toda tu vida. Jesús te quiere y te ayuda, y debes recordarlo siempre.

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9 TU LECTURA DEL JUEVES

Otra decisión de Moisés que fue cuestionada tenía que ver con el reparto de la tierra de Canaán.

Moisés también podía haber ignorado la petición de las mujeres, pero dejó que fuera Dios quien decidiera.

Mientras estaban en el desierto, Moisés comenzó a preparar un plan sobre cómo viviría el pueblo de Israel cuando llegasen a Canaán. No podían vivir todos en el mismo sitio, así que decidió qué territorio ocuparía cada familia. Cada tribu viviría en una región distinta y cada familia tendría una propiedad con tierras para vivir.

¿Cuál fue la respuesta de Dios? (Léela en Números 27: 7).

Llegó el turno de un hombre llamado Zelofehad, de la tribu de Manasés. Este hombre había muerto en el desierto por causas naturales. Si alguien moría en el desierto su herencia pasaba inmediatamente a sus hijos varones. El problema es que Zelofehad no tenía hijos, pero sí cinco hijas. Al hacer el reparto, como no había herederos varones, las hijas se quedaron sin tierras.

Es más, a Dios también le pareció injusto que las mujeres no tuvieran derecho a la herencia, por eso dictaminó que las hijas pudieran heredar de sus padres. A partir de entonces se convirtió en ley (ver Números 27: 11). Las personas nos equivocamos y los dirigentes de Israel se equivocaron al no dar su parte de la herencia a unas mujeres. Pero Dios dio la razón a quien la tenía y los dirigentes tuvieron que rectificar.

¿Qué opinaban las hijas de esta decisión? (Léelo en Números 27: 4). Seguramente la primera reacción de los jefes de la tribu sería la de no hacerles caso porque eran mujeres. Pero ellas insistieron porque aquella decisión les parecía muy injusta. La queja llegó hasta Moisés. ¡Qué atrevimiento para unas mujeres de aquella época! Pero, ¿qué hizo Moisés? (Léelo en Números 27: 5).

Tacha las letras E, U, P, B y descubrirás el nombre de las cinco hijas de Zelofehad:

PEMEAALBA- UNEOA – BHOEUPGLEA - MEPILBUCUA- TEIRBPSUA

Piensa un poco Aquella decisión representó un gran avance social para aquella sociedad. En general las mujeres casi siempre fueron tratadas con poca dignidad. Hasta hace solo unas pocas décadas, en España, las esposas no podían abrir una cuenta en un banco sin permiso de su esposo. ¿Te parece bien? No. Dios nunca quiso nunca estas desigualdades.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Moisés tenía otra decisión importante que tomar. Era ya muy anciano y si moría en el desierto los israelitas eran capaces de enfrentarse, pelear y matarse entre ellos por conseguir el gobierno del campamento. Quería dejar elegido a un sucesor. Era una decisión muy importante ya que su sucesor era el que tenía que tomar posesión de la tierra de Canaán y repartir los territorios como él lo había dejado estipulado para que no hubiera peleas entre los israelitas. Por otro lado estaban los cananeos que eran crueles y malvados y no querrían compartir sus tierras con unos extranjeros.

antes de construirse el Tabernáculo. Él había estado al mando en la lucha contra los amalecitas. Había sido uno de los espías que habían ido a explorar Canaán y uno de los que habían animado al pueblo a confiar en Dios. Parecía que era el candidato perfecto. Pero Moisés sabía que no era su decisión sino la decisión de Dios. Un día Dios le habló y le dijo que ya era el momento de nombrar a un sucesor. ¿A quien eligió Dios? (Lee Números 27: 18).

Su sucesor debía ser una persona que confiara plenamente en Dios y que conociera perfectamente al pueblo.

Efectivamente Moisés no estaba equivocado. Pero ahora todo el mundo debería saber que era decisión divina y no humana. ¿Qué debía hacer? (Lo sabrás si lees Números 27: 20, 21).

Moisés pensó en su ayudante, Josué. Él había estado todas las veces en el monte Sinaí cuando Moisés subió a hablar con Dios. Él cuidaba la Tienda de Reunión

Una vez que no había dudas de la decisión de Dios sobre Josué, Moisés le impuso las manos delante de todos (ver Números 27: 23).

Curiosidades El juicio del Urim era un rito que no sabemos muy bien cómo funcionaba. El pectoral del Sumo Sacerdote tenía dos piedras, el Urim y el Turim. Para consultar a Dios se hacía una pregunta. La respuesta era «sí» o «no» dependiendo de cuál de las dos piedras brillaba.

Busca en la sopa de letras algunas características de Josué: Inteligente, valiente, fiel, humilde, luchador, creyente, amigo.

Piensa un poco Moisés nos da una gran lección. Era un gran dirigente, una persona preparada e inteligente. Podría ir de «listillo» y elegir él solito al mejor candidato. Sin embargo, Moisés no quería tomar la decisión solo y consultó con Dios, como era su costumbre. Pues bien, nosotros, al igual que Moisés, y aunque creamos que sabemos qué hacer en la vida, siempre debemos orar a Dios para pedirle sabiduría a fin de tomar las decisiones más correctas. Que esta sea también tu costumbre.

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10 LECCIÓN

DIOS AYUDA… A PESAR DE TODO

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Los hijos de Israel ya llevaban casi 40 años en el desierto. Volvieron de nuevo al desierto de Zin y acamparon en Cades. La Biblia nos da una noticia triste. ¿Qué pasó en Cades? (Léelo en Números 20: 1). María había estado junto a su hermano Moisés desde su mismo nacimiento y le había salvado la vida junto al río Nilo. Dios le había dado el don de profecía y fue una ayuda imprescindible para su hermano, pero ya era muy anciana y murió.

«Tendrás esperanza y podrás vivir confiado; bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo» (Job 11: 18, Dios Habla Hoy)

Después, los israelitas tuvieron un problema muy grave. No sabemos si es que había un periodo de sequía, pero el oasis de Cades se había secado. Necesitaban agua con urgencia.

Desde aquel día en que Moisés había golpeado la peña de Horeb para darles agua cuando estaban sedientos, nunca les había faltado de nada. Durante casi 40 años Dios les había conducido siempre El agua es imprescindible para nuestra a lugares que tuvieran agua. Los israelitas pensaban que vida cotidiana. Escribe aquí distintos siempre sería así, que era obligación de Dios proporcionarles usos del agua y compártelo en tu clase de agua y ni siquiera se acordaban de agradecérselo. Por primera vez en 40 años no había agua. ¿Tú crees que oraron a Dios y le contaron su problema? ¡No! ¿Qué fue lo que hicieron? (Lee Números 20: 2, 5).

escuela sabática el sábado. Gana quien tenga más.

¿Te suena esto de antes? A Moisés y a Aarón también. Tal vez recordaron que por cosas como éstas Dios decidió que el pueblo no estaba preparado para entrar en Canaán hacía casi 40 años. Ahora los dos hermanos eran ya muy ancianos y no tenían la paciencia de cuando eran más jóvenes. Pero Moisés y Aarón clamaron a Dios, su única esperanza cuando algo grave ocurría. ¿Qué les dijo Dios que hicieran? (Lo sabrás si lees Números 20: 8).

Piensa un poco Como siempre tenían agua, los israelitas se olvidaron de dar las gracias a Dios por este don. ¡Ojo! A nosotros también nos puede ocurrir. Podríamos llegar a pensar que como tenemos comida todos los días no hay que darle las gracias a Dios por ella, pero sería un gran error. No te olvides nunca de darle las gracias a Dios por ello y por todo lo que tienes.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Dios le dijo a Moisés que otra vez haría brotar agua de una roca. Pero esta vez dio instrucciones diferentes. (Compara las órdenes de Dios en Números 20: 8 y en Éxodo 17: 6). Moisés estaba muy enfadado con el pueblo. Él siempre había sido el que había defendido a los israelitas ante Dios, el que había tenido una paciencia infinita. Siempre los había animado a confiar en el poder de Dios. Y aun así, el pueblo se seguía rebelando contra Dios. Moisés ya había perdido las fuerzas y la paciencia para luchar con ese pueblo protestón. Moisés y Aarón reunieron al pueblo junto a la roca y Moisés les habló muy enfadado. ¿Qué les dijo? (Lee las palabras de Moisés en Números 20: 10). ¿Qué te parece? ¿Crees que Moisés y Aarón eran capaces de hacer salir agua de una roca? ¡Claro que no! Era Dios el que hacía el milagro. Moisés había dejado que la ira le hiciese decir cosas que no pensaba.

No, eso no era lo que Dios le había dicho que hiciera. Moisés debía hablarle, y solo hablarle, a la roca. Dios hizo el milagro de todas formas y brotó agua de la roca, pero tenía un mensaje para Moisés y Aarón. (Lee la triste noticia en Números 20: 12). Dentro de poco tiempo el pueblo debería entrar en Canaán. Deberían enfrentarse a un montón de acontecimientos y situaciones difíciles que harían necesario tener un líder fuerte y fiel a las órdenes de Dios. Moisés y Aarón eran respetados y queridos en el pueblo. Habían sido los mejores líderes del pueblo de Israel. Confiaban en Dios por encima de todas las cosas, pero ya eran muy mayores y no tenían fuerzas ni paciencia para enfrentarse a la aventura de la conquista de Canaán. Por eso Dios les anunció que ellos no podrían dirigir al pueblo cuando entrasen en Canaán.

Pero todavía fue más lejos. (Lee lo que hizo después en Números 20: 11).

¡Este dibujante no se entera!

Encuentra ocho errores en el dibujo según la lección de esta semana.

Piensa un poco ¡Fíjate que cosa tan curiosa! Parecería que Moisés había cometido una desobediencia pequeña. Pero Moisés estaba muy enfadado con su pueblo. Estaba tan irritado que golpeó con rabia la roca con su cayado. Esto indica que estaba furioso y esa no era una actitud correcta. Además, al golpear la piedra en vez de hablarle, como Dios había pedido, podría parecer que el agua la consiguió Moisés, utilizando sus propias estrategias, y no las de Dios. ¡Recuerda no hacer las cosas como tú quieres, sino como las quiere Dios!

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LECCIÓN  |

10 TU LECTURA DEL MARTES

El pueblo de Israel siguió su camino hacia Canaán pasando por Edom. Edom era el territorio donde vivían los descendientes de Esaú, el hermano de Jacob. De alguna manera eran como primos muy, muy lejanos. Moisés no tenía ninguna intención de atacar a nadie, así que le mandó un mensaje al rey de Edom. (Lee en Números 20: 17 el mensaje que cortésmente le enviaron los israelitas).

a morir. Aarón había hecho un gran trabajo en todo lo relacionado con el Tabernáculo. Amaba a Dios y, aunque alguna vez se había equivocado, fue de gran ayuda para Moisés. El pueblo amaba y respetaba mucho a uno de sus líderes más importantes. Aarón y Moisés, se dirigieron a la montaña junto con Eleazar, el hijo mayor de Aarón. Una vez en el monte, Aarón se quitó las vestiduras de sumo sacerdote. Moisés ayudó a ponérselas a Eleazar. A partir de ese momento Eleazar sería quien representara a Jesús en los rituales del Santuario.

Pero los edomitas no estaban dispuestos a dejar que un pueblo tan numeroso pasara por sus tierras y contestaron de forma brusca. (Léelo en Números 20: 18). Los israelitas lo volvieron a intentar. Rodear Edom significaba semanas o incluso meses de camino. ¿Qué les respondieron esta vez? (Lee Números 20: 20). Al final los israelitas tuvieron que aguantarse y tomar otro camino. Cuando llegaron al monte Hor, Dios habló con Moisés y su hermano Aarón: el anciano sumo sacerdote iba

Luego Aarón murió. Su hermano y su hijo lo enterraron con tristeza. Cuando regresaron al campamento, y vieron que Eleazar llevaba puesta la ropa del sumo sacerdote todos se dieron cuenta de que Aarón había muerto. Para mostrar su pena, el pueblo guardó luto, en señal de respeto, y permanecieron en aquel lugar 30 días antes de continuar su viaje.

En el cuadro de la derecha están los lugares que los israelitas no tocarían mientras pasaban por Edom. Con las letras que sobran podrás leer por dónde, dijo Moisés, que pasarían.

Piensa un poco La familia de Aarón se puso muy triste cuando este falleció. La muerte nos pone tristes a todos. Es una desgracia que entró en este mundo por culpa del pecado. Sin embargo, los cristianos sabemos que un día ocurrirá la resurrección y en ese momento nos reencontraremos con todos. Podremos hablar con Moisés y Aarón quienes nos contarán muchas historias apasionantes que han vivido. ¡Nunca olvides esto que alimentará tu esperanza!

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Como el rey de Edom no dejó a los israelitas pasar por su tierra, Dios tuvo que llevar a los israelitas por un camino más largo. Y la gente comenzó a quejarse otra vez.

consecuencias de estar sin su protección. Las serpientes entraron en el campamento, mordieron a muchos e incluso algunos murieron por el veneno.

La gente comenzó a quejarse de lo duro que era el camino, de que no podían descansar a gusto y de que ya estaban cansados de tanto maná (ver Números 21: 5). Era como decir: «¡Qué asco de maná! Siempre lo mismo». ¿Cómo crees que te sentirías tú si cocinaras una buena comida y tus invitados te dicen «¡Qué asco!»?

Ahora sí. Ahora se dieron cuenta de que solo Dios podía ayudarles y pidieron ayuda a Moisés. ¿Qué le dijeron? (Léelo en Números 21: 7). Ahora sí se daban cuenta de lo importante que era la protección de Dios hasta en las cosas más sencillas.

¿Acaso no se daban cuenta de que ese maná les había salvado la vida durante tantos años? ¿Acaso no se daban cuenta de que en todo ese tiempo ni sus ropas ni su calzado no se habían desgastado? (ver Deuteronomio 29: 5). ¿Acaso no se daban cuenta de que Dios los había protegido de las serpientes y escorpiones del desierto durante tantos y tantos años? (ver Deuteronomio 8: 15). Entonces, para que recapacitaran sobre su conducta, Dios decidió dejar que vieran cuáles eran las

Moisés, como siempre, consultó a Dios. ¿Qué le dijo Dios a Moisés que hiciera? (Lee la extraña solución que Dios le plantea en Números 21: 8). Moisés obedeció. Hizo una serpiente de bronce, como le había dicho Dios, y la puso sobre un mástil en un lugar alto, para que desde todo el campamento pudiera ser vista. Si una serpiente mordía a cualquier persona solo tenían que levantar la vista y mirar a la serpiente de bronce. Inmediatamente el veneno desaparecería. No tenían que hacer nada más. Solo debían confiar en que Dios había dicho que los curaría.

Solo una de las sombras se corresponde exactamente con la serpiente de bronce. ¿Sabes cuál es?

Piensa un poco La serpiente no era un ídolo ni era mágica. No tenían que hacer ningún ritual para que la serpiente les curase, ni hacer sacrificios u ofrendas. Solo mirar y creer. Era una forma de demostrar su fe y confianza en la promesa de Dios.

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LECCIÓN  |

10 TU LECTURA DEL JUEVES

Los israelitas avanzaban hacia el norte. Canaán estaba cerca, al otro lado del río Jordán. Pasaron rodeando los territorios de Edom y Moab sin ningún problema con sus habitantes. Pero las cosas cambiaron cuando se acercaron a territorio amorreo. Los amorreos eran gente guerrera, idólatras y muy violentos. Al saber que los israelitas pasarían cerca de su territorio pensaron en atacarles y quitarles todas sus posesiones y ganados. Para los amorreos, Israel era un enemigo fácil. Los capitaneaba el rey Sehón. Moisés y los israelitas no tenían ninguna intención de empezar una guerra con ellos. De hecho, Moisés les envió un mensaje de paz. (Puedes leerlo en Números 21: 21, 22).

Pero el rey les contestó con muy mala educación. No solo les prohibía el paso, sino que, además, envió a su ejército. Los israelitas no sabían qué hacer. Dios habló con Moisés y les prometió que ganarían la batalla. Además, esa victoria haría que los otros pueblos cananeos supieran que Israel no era un pueblo débil y que su Dios los defendería (ver Deuteronomio 2: 24, 25). El pueblo estaba preparado. ¿Qué sucedió en la batalla? (Puedes leer en Deuteronomio 2: 33 lo que pasó). Israel conquistó las ciudades de los amorreos. Este fue el primer territorio que Israel conquistó y que formaría parte de la heredad que Dios había prometido a los israelitas (ver Deuteronomio 2: 31). Ese territorio correspondería a las tribus de Gad y Rubén.

Piensa un poco A veces, por muy bien educado que seas, o por muy bien que te portes con alguien, hay malas personas que siempre hacen daño. Tú sigue siendo bueno y amable, sonríe y saluda. Tal vez consigas ganártelos y te dejen de molestar o se empiecen aportar bien contigo. Y si no lo consigues deja el problema en manos de Dios.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Entre los cananeos y los pueblos al este del Jordán había gente muy, muy, alta. Og, el rey de Basán, era uno de esos gigantes. No sabemos cuánto medía, pero la Biblia dice que su cama medía 4 metros de larga (ver Deuteronomio 3: 11). Muchas de sus ciudades estaban rodeadas de murallas altas. ¿Recuerdas? Los espías habían visto todo eso.

Dios le habló a Moisés y le dijo que no tuviera miedo, que él lucharía y les daría la victoria (ver Deuteronomio 3: 2, 3).

Ahora el campamento de los israelitas se dirigía hacia Basán, habitada por los amorreos del norte. ¿Cómo los recibirían? (Léelo en Deuteronomio 3: 1).

Las noticias de que el pueblo de Israel había salido del desierto y estaba conquistando a los temibles amorreos corrió entre todos los pueblos al este del Jordán y entre los cananeos del oeste del río. ¿Cómo era posible que un grupo de pastores venciera a ejércitos profesionales y fuertemente armados?

El rey Og lideraba un pueblo guerrero, de la familia de los amorreos. Se creían invencibles. Tenían un gran ejército de soldados bien armados. Y un rey enorme, poderoso y fiero que era mucho más grande que cualquiera de sus soldados.

Efectivamente Dios cumplió su promesa y los amorreos del rey Og también fueron vencidos y todas sus ciudades fueron ocupadas por los israelitas (ver Deuteronomio 3: 4, 5).

Antes de que Israel llegara a Canaán todos los conocían, a ellos y a su Dios.

Ayuda a los soldados israelitas a llegar hasta el rey Og y vencerlo.

Piensa un poco Los israelitas que crecieron y nacieron en el desierto demostraron confiar en Dios. Si sus padres hubieran confiado de la misma manera, la conquista se hubiera producido cuarenta años antes, porque Dios habría hecho exactamente lo mismo. Aprende a confiar en Jesús, te ahorrarás muchos quebraderos de cabeza.

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11 LECCIÓN

Aprende y Comprende

BALAAM, EL CODICIOSO TU LECTURA DEL DOMINGO Balac, el rey de los moabitas, estaba preocupado. Los israelitas habían pasado por el este del país antes de llegar al territorio de los amorreos y Dios les dijo que no molestaran a los moabitas. Los israelitas rodearon por el este Moab y todos quedaron en paz. Pero cuando Balac se enteró de la derrota de sus vecinos del norte, le entró el miedo. ¿Y si los israelitas los atacaban? Los moabitas no eran un pueblo violento, como sus vecinos. Y se dieron cuenta de que no podrían luchar con ellos con armas de bronce.

«Ninguno puede servir a dos señores […] No podéis servir a Dios y a las riquezas» (Mateo 6: 24)

El rey Balac buscaba otra forma de protegerse. Alguien le habló de un hombre que se llamaba Balaam y que era un profeta poderoso. La solución era que Balaam «echara» una maldición sobre el pueblo de Israel y así podrían vencerlo.

Balaam vivía bastante lejos, en una ciudad llamada Petor. Creemos que estaba al norte de Mesopotamia, cerca de Harán, de donde eran Raquel y Lea, las esposas de Jacob. Los enviados del rey de Moab viajaron muchos kilómetros, hasta las orillas del río Éufrates, y por fin encontraron a Balaam. Le contaron el problema que tenían. (Lee la petición que le hicieron a Balaam en Números 22: 6). El rey Balac sabía que Balaam pedía dinero a cambio de su «magia», así que si quería que dijese una maldición en contra de Israel tendría que ofrecerle una suma muy importante.

Solo una de las bolsas pequeñas es exactamente igual a la grande. Encuéntrala.

Piensa un poco A veces, por desgracia, entre el pueblo de Dios hay personas que no actúan como debieran, como Balaam. Debemos de aprender de la historia de Israel a poner nuestra vista en Dios. Y aunque algunas personas hagan cosas incorrectas, debemos mantenernos fieles a Jesús, que nunca nos defraudará. Las personas pueden llegar a fallarte, pero Jesús nunca. No lo olvides.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Balaam conocía a Dios. Sabía perfectamente que si Dios estaba con Israel él no tendría nada que hacer, pero la codicia le hizo dudar porque la recompensa era grande. ¿Qué les dijo Balaam a los mensajeros del rey? (Lee su respuesta en Números 22: 8). Balaam podía haberles dicho que no podía hacerlo, pero se lo estaba pensando. Dios, que conoce bien nuestros corazones, le habló esa misma noche. (Podrás leer lo que le dijo en Números 22: 12). Con mucha tristeza en su corazón, Balaam dijo que no podía aceptar el «trabajo» que le proponían (ver Números 22: 13). Los mensajeros volvieron a Moab sin Balaam.

Pero el rey Balac no era una persona a la que le pudieran decir que no. Así que envió mensajeros más importantes que le ofrecieron más dinero y riquezas (ver Números 22: 15-17). Balaam ya sabía cuál era la voluntad de Dios y les dijo que Dios no le permitía ir con ellos, pero intentaría hablar con Dios otra vez esa noche a ver si, por una casualidad, Dios había cambiado de parecer. ¿Qué te parece? Lo que pasaba realmente es que, en su corazón, ya había tomado la decisión de aceptar la oferta de Balac. Como Dios sabía lo que Balaam pensaba, decidió permitir que fuera pero con una condición. (Léela en Números 22: 20).

Encuentra el camino que quiere seguir Balaam. Marca con otro color el camino que debería haber seguido.

Piensa un poco La historia de Balaam debe hacerte pensar acerca de la importancia que tiene el apartarse de los malos pensamientos. Balaam no dejó de pensar en todo lo que podía hacer con todo el dinero que le ofrecían, a pesar de que lo que le proponían no estaba de acuerdo con la voluntad de Dios. Moraleja: Cuando tengas algún mal pensamiento, deséchalo cuanto antes porque si no terminará dominando tu voluntad.

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LECCIÓN  |

11 TU LECTURA DEL MARTES

Balaam preparó su asna y a dos de sus criados y se puso en camino hacia Moab. Pero Dios debía de hacerle ver que estaba actuando mal. Un día, mientras Balaam cabalgaba en el asna se dio cuenta de que el animal se salía del camino y comenzaba a andar por el medio del campo. ¿Por qué se comportaba el animal de una forma tan extraña? (Lo sabrás si lees Números 22: 23). ¿Qué te parece la reacción de Balaam? Balaam no sabía lo que estaba pasando, pero eso no justifica su violencia, aunque sea con un animal. Más tarde, el asna se volvió a asustar. Estaba viendo

otra vez al ángel. Esta vez estaban pasando por un camino entre vides que tenía un muro a cada lado. El asna comenzó a comportarse de forma extraña y se arrimó a la pared para intentar esquivar al ángel. Pero sin querer, el asna le apretó el pie contra la pared y le hizo daño. ¡Y Balaam se enfadó muchísimo! (ver Números 22: 24, 25). Si hubiera estado más atento a lo que era la voluntad de Dios, en vez de pensar en todas las riquezas que iba a conseguir en Moab, tal vez Balaam hubiera visto al ángel. ¡Pobre asna! ¿Es que su amo no se daba cuenta de que algo raro estaba pasando?.

Piensa un poco Dios no quiere que obedezcamos por obligación, porque él lo diga. Él desea que hagamos las cosas porque entendemos que así es mejor para nosotros y para los demás. Balaam estaba dispuesto a obedecer por obligación, no porque su mente y su corazón le dijeran que estaba haciendo lo correcto.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Continuaron el camino. Por tercera vez, el ángel se le apareció al asna. Esta vez el pobre animal se topó de frente con el ángel en un lugar muy estrecho. No había forma de pasar. Allí delante había un ángel con una espada en la mano. La burrita solo pudo hacer una cosa: pararse. Parecía que el pobre animal sabía que iba a recibir golpes por tercera vez porque se echó en el suelo. ¿Cómo reaccionó Balaam? (Ya te lo puedes imaginar, pero lo puedes leer en Números 22: 27). Entonces ocurrió algo prodigioso. (Léelo en Números 22: 28). Dios permitió que el animal hablara y se quejara a su amo por el trato recibido.

Empezaba a darse cuenta de que Dios no estaba contento con su actitud, así que se ofreció a volver a su casa, si eso era lo que quería Dios, aunque sin estar convencido para nada. (ver Números 22: 34).

¡Balaam estaba furioso! Estaba tan furioso que cuando Dios hizo el milagro de permitir que su asna hablara, Balaam ni se dio cuenta. Le contestó a su asna como si fuera una persona. (Léelo en Números 22: 29, 30).

¿Acaso no se lo había dejado claro Dios desde el principio? Pero Balaam seguía queriendo ir a Moab; todavía quería el dinero. A él no le parecía mal maldecir a Israel. Regresaría porque le parecía mal a Dios, no a él.

Finalmente, el ángel permitió que Balaam viera por qué su asna había estado tan asustada.

Al final ¿qué le volvió a advertir el ángel? (Léelo en Números 22: 35).

Cuando Balaam vio al ángel, él también se asustó. ¿Cuál era el mensaje que tenía el ángel? (Léelo en Números 22: 32).

Ya que Balaam no entendía que no debía ir a Moab, y que al final iría de todas formas, al menos solo diría lo que Dios le dijera.

Piensa un poco ¿Se fija Dios cuando alguien es cruel con sus animales? Por supuesto que sí. Los animales forman parte de la creación de Dios. Si tienes un animal doméstico en casa, cuídalo y no lo abandones nunca. Y si te los encuentras en la calle o en el campo, respétalos. Al ser sensible con lo que Dios ha creado, aprenderás a ser también sensible hacia Dios mismo.

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LECCIÓN  |

11 TU LECTURA DEL JUEVES

El rey Balac estaba contento. ¡Balaam protegería a Moab de los israelitas!, pensó. El rey salió a recibir a Balaam y después de los saludos, el profeta le advirtió que solo podría hacer lo que Dios le dijera (ver Números 22: 38).

prometido. Así que prepararon siete altares y ofrecieron sacrificios. ¡Qué poco entendía Balaam el verdadero significado de los sacrificios! No eran para contentar a Dios sino para recordarnos que su gran amor lo llevaría a morir por nosotros.

Al día siguiente, el rey Balac llevó a Balaam a un lugar en la frontera con el territorio amorreo. Era un lugar alto desde donde se divisaba el campamento de Israel. Desde allí se podía ver un campamento bien organizado, con el Tabernáculo en el centro. Y allí estaba también la misteriosa nube que los dirigía.

Cuando terminaron de sacrificar un montón de animales, Balaam hizo esperar a los príncipes moabitas y se alejó para escuchar cual era el mensaje de Dios. Al poco tiempo regresó donde estaban todos los jefes moabitas impacientes por ver lo que pasaba.

Balaam sabía que los israelitas hacían sacrificios como una forma de adorar a Dios. Él debió pensar que para ganarse el favor de Dios podría hacer también sacrificios. Y, además, si su sacrificio fuera siete veces más grande que el de los israelitas, tal vez Dios cambiara de opinión y lo dejaría maldecir a Israel. De esta manera Balac le pagaría todo lo que le había

Balaam se puso en un lugar desde donde se podía ver todo el campamento, alzó los brazos y empezó a hablar. Pero en vez de maldecir, de sus labios salió una hermosa oración. Balac se enfadó mucho pero Balaam se excusó diciendo que no podía hacer otra cosa, que Dios le había dicho que tenía que decir lo que acababa de hablar.

¡Este dibujante no se entera!

Encuentra ocho errores en el dibujo según la lección de esta semana.

Piensa un poco Balaam pensaba que los sacrificios del Santuario eran para contentar a Dios, como si este estuviera enfadado. Y no es verdad. Si hacemos lo que Dios dice en la Biblia, o vamos a la iglesia, o estudiamos la Escuela Sabática, no es para atraer su simpatía hacia nosotros. Él ya nos ama. Pero quiere que seamos felices y para ello lo mejor para nosotros es obedecerle.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES El rey Balac no se dio por vencido así que decidió probar en otro lugar. Esta vez irían a un sitio más escondido. Pensó que quizás Dios veía todo lo que hacía Balaam porque lo estaban haciendo delante del Tabernáculo, pero que si lo hacían a escondidas tal vez podrían burlar a Dios. Volvieron a hacer sacrificios y una vez más, Balaam fue a consultar a Dios qué debía decir. Cuando regresó, Balaam volvió a bendecir a Israel. ¡El rey Balac estaba furioso! Pero no se quiso dar por vencido y probó una tercera vez. Buscaron otro lugar. Esta vez de cara al desierto y otra vez hicieron un montón de sacrificios. Pero esta vez Balaam estaba decidido a conseguir la recompensa

que le había prometido el rey Balac, y como ya sabía lo que Dios iba a decirle ¿qué hizo? (Léelo en Números 24: 1). Esta vez iba a decir lo que él quisiera, no lo que Dios le contara. Pero cuando comenzó a hablar ¿qué pasó? (Lo sabrás si lees Números 24: 2). Dios mismo habló por la boca de Balaam. Y en esta ocasión, la bendición que dio Dios fue mucho más amplia que las dos veces anteriores. El rey Balac se encolerizó tanto que expulsó a Balaam de Moab. El rey Balac estaba enfadado y preocupado. ¿Qué pasaría si Israel atacaba Moab? Y Balaam se fue sin recibir ningún dinero de parte del rey Balac.

Al girar los dibujos se han colado algunos errores. Encuentra nueve diferencias entre los dos dibujos

Piensa un poco ¿Te acuerdas de cómo reaccionaba el asna de la historia? ¿Verdad que fue más inteligente que Balaam? Si tú te pones de parte de Dios estás eligiendo el camino más inteligente que puedes seguir en esta vida.

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12 LECCIÓN

JOSUÉ PREPARA LA CONQUISTA

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Moisés tenía ya 120 años, muchos más que cualquier otro israelita vivo. Todos en el campamento, menos Josué y Caleb, tenían menos de 60 años. Por su edad, Moisés sabía que pronto fallecería y esperaba descansar en la tumba hasta el momento de la resurrección en la Segunda Venida. Algún tiempo antes Dios ya había elegido a Josué como el que sucedería a Moisés en el gobierno del pueblo de Israel. Ahora había llegado el momento de hacer los últimos arreglos antes de la muerte de Moisés.

«Sé fuerte y valiente. No tengas miedo ni te desanimes porque el Señor tu Dios estará contigo donde quiera que vayas» (Josué 1: 9 Nueva Versión Internacional)

Primero convocó a todo el pueblo. Les dijo que ya no tenía fuerzas para continuar y que Dios le había dicho que no cruzaría el Jordán. Eso puso triste a los israelitas. Primero porque apreciaban a Moisés y segundo porque se preguntaban si Dios seguiría con ellos ahora que Moisés iba a faltar. Pero Moisés los tranquilizó. (Lee Deuteronomio 31: 3, 6). Luego llamó a Josué. Tenía un consejo que darle. (Léelo en Deuteronomio 31: 7, 8).

Durante todo el tiempo que estuvieron en el desierto, Moisés fue escribiendo muchos de los prodigios y milagros que vivieron, y también los problemas que hubo. Escribió también las leyes y consejos que Dios había dado a los israelitas. Todo esto estaba en un libro que Moisés conservaba. Hasta ahora, cada vez que el pueblo cometía un error, allí estaba Moisés para recordarles cómo debían hacer las cosas. A partir de ahora tendrían el libro de la Ley para recordarles cómo hacer lo correcto. Moisés se lo entregó a los levitas. ¿Dónde debían colocarlo? (Lee Deuteronomio 31: 26). Pero no era un libro para tener guardado sin más. Además de tenerlo junto al arca de la Alianza, Moisés les pidió algo importantísimo a los israelitas. (Puedes leer esta petición en Deuteronomio 32: 46, 47).

Coloca las vocales que faltan para saber cuándo deben los padres enseñar a sus hijos las enseñanzas de Dios. Moisés lo escribió en Deuteronomio 6: 7.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Después de dejar todo bien arreglado, Moisés pronunció una hermosa bendición para el pueblo de Israel. Bendijo a cada tribu por separado. Eso les dio ánimos y fuerza.

más importante era que había sido amigo de Jesús. ¿Qué dice la Biblia acerca de la vida de Moisés? (Léelo en Deuteronomio 34: 10-12). Pero la historia de Moisés no termina aquí. Vamos a dar un salto en el tiempo, 1.400 años después. Jesús llevaba un tiempo predicando y sanando a la gente cuando se tomó un descanso con Pedro, Santiago y Juan, discípulos suyos. Subieron a un monte y allí pasó algo. (Léelo en Mateo 17: 2, 3). Sabemos que Elías fue llevado al Cielo en un carro de fuego, pero ¿y Moisés? ¿Cómo es que estaba vivo? La Biblia no lo dice claramente, pero podemos estar seguros de que el mismo Jesús lo resucitó un poco de tiempo después. La pista nos la da un texto del Nuevo Testamento. (Lee Judas 1: 9).

Luego Dios le pidió que se encontrara con él en el monte Nebo. Moisés subió, solo, a encontrase con su amigo Jesús. Desde la cumbre del monte, Moisés vio los territorios que ya habían conquistado a los amorreos y a los de Basán. También pudo ver el otro lado del río Jordán hasta el mar Mediterráneo, la parte de la tierra prometida que él no iba a poder ver. Moisés estaba tranquilo sabiendo que por fin su pueblo iba a ver cumplidas las promesas del Señor. Luego, Moisés suspiró cansado. Se acostó tranquilamente y se durmió. Así murió Moisés. Luego Dios mismo lo enterró. Nadie sabe dónde (ver Deuteronomio 34: 6). Dios le había bendecido con una vida intensa. Su salud había sido siempre fuerte a pesar de sus 120 años. (Puedes leerlo en Deuteronomio 34: 7). Pero lo

Parece ser que el diablo estaba interesado en hacer todo el daño posible, y por eso discutía con Jesús sobre qué hacer con el cuerpo de Moisés.. Jesús debió decidir que era mejor resucitarlo y llevarlo al Cielo con él, donde espera a que Jesús regrese de nuevo para poder disfrutar de la Tierra Nueva con todos nosotros.

Piensa un poco La historia de Moisés no es solo la historia de un hombre impresionante que dirigió una gran multitud por el desierto durante 40 años. Es también la historia de una gran amistad con Dios, una historia de confianza. Puede que Dios no tenga una misión tan importante para ti en esta vida, pero seguro que cuenta contigo para algo maravilloso si confías en él y le obedeces como lo hizo Moisés.

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LECCIÓN  |

12 TU LECTURA DEL MARTES Los israelitas esperaban la vuelta de Moisés. Pero Dios habló con Josué y le dio la triste noticia de la muerte de su jefe. A pesar de ello, había que seguir adelante y no había tiempo que perder. Josué tenía una misión que cumplir (Lee el mensaje de Dios en Josué 1: 2-4).

Por eso Dios tenía también palabras de ánimo para Josué; le repitió en tres ocasiones las mismas palabras de ánimo: «esfuérzate y sé valiente». (Puedes leerlo en Josué 1: 6, 7, 9).

Pero Dios no solo tenía órdenes para el pueblo. El trabajo de Josué no iba a ser fácil y él lo sabía. Había sido ayudante de Moisés durante 40 años y sabía lo difícil que era gobernar a ese pueblo.

La primera orden que dio fue la de prepararse porque iban a cruzar el Jordán. Ahora le quedaba la duda si el pueblo de Israel confiaría en Josué como lo hizo con Moisés. Seguramente los israelitas miraron hacia el Tabernáculo. Allí seguía la nube. Moisés no estaba, pero Dios seguía con ellos. ¿Qué respondió el pueblo? (Léelo en Josué 1: 16, 17).

Y Josué creyó al Señor. El primer objetivo de los israelitas en Canaán sería la ciudad de Jericó. Estaba al otro lado del río Jordán y tenía murallas altas, muy difíciles de asaltar. Pero Josué confiaba y sabía que Dios estaba con él.

Encuentra las palabras subrayadas en la sopa de letras.

«Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas»

(Josué 1: 9 Traducción en Lenguaje Actual)

Piensa un poco Nosotros también necesitamos esforzarnos para lograr muchas cosas buenas: practicar algún deporte, tener mejores notas o hacer un buen trabajo. Muchas veces también tenemos que ser valientes para decir que no a las tentaciones, para decir la verdad siempre o para defender a los más débiles. Jesús también puede ayudarnos a esforzarnos y ser valientes como Josué.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES El que Josué fuera esforzado y valiente no quería decir que no fuera prudente. Sabía que Dios estaba con él, pero habían pasado casi cuarenta años desde que él había explorado Canaán y la ciudad de Jericó junto con Caleb y otros 10 jóvenes. En 40 años las cosas podían haber cambiado muchísimo. Así que decidió enviar a dos espías a la ciudad. Debían traer un informe no solo de cómo era la ciudad y el territorio que estaba a su alrededor sino también sobre cómo eran sus habitantes. Sabían que normalmente los cananeos eran gente perversa y muy bruta y podrían atacarlos como lo hicieron los pueblos de la orilla este del Jordán. El rey de Jericó ya estaba sobre aviso de que Israel estaba al otro lado del río y estaba preocupado. Los espías llegaron a Jericó. Entraron en la ciudad como otros muchos visitantes o extranjeros que comerciaban o viajaban a otros lugares. La muralla era de piedra y enorme. Habían construido tantas casas dentro de las murallas que apenas quedaba sitio, así que algunas de estas casas estaban construidas directamente en la muralla. Los espías entraron en la casa de una mujer llamada

Rahab. Rahab era de las personas que habían tenido que construir su casa en la misma muralla. Posiblemente su casa era un lugar público que podría servir tanto de posada como de lugar de encuentro de hombres buscando vicios como el alcohol o el juego. Así que no era un lugar de muy buena fama y tampoco su dueña, Rahab. Pero allí los espías podrían conseguir mucha información no solo de la ciudad sino también de los caminos y de los alrededores. Pero alguien se fijó en que los extranjeros que estaban en casa de Rahab eran israelitas y avisaron al rey. El rey dio orden de ir inmediatamente a buscarlos y detenerlos. Los soldados llegaron a la casa de Rahab y llamaron la puerta. Cuando oyeron que los soldados perseguían a los espías se asustaron mucho. No tenían escapatoria. Pero Rahab tenía buen corazón y y los escondió. Aquella mujer, al igual que todos los habitantes de Jericó, había oído las asombrosas historias sobre el Dios de los israelitas. Aquel era un Dios maravilloso y ella quería conocerlo. (Lee la declaración de fe de Rahab en Josué 2: 11).

Ayuda a los espías a llegar a casa de Rahab con las siguientes pistas: No tiene cúpula. Ningún árbol la tapa. No tiene tejadillos de paja. Tiene dos pisos. Tiene escaleras. Está pegada a la muralla.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL JUEVES Rahab no conocía las Normas de la Felicidad ni al Dios verdadero. Lo único que sabía del Dios de los israelitas es que era muy poderoso y que cuidaba a su pueblo. Los dioses de Jericó no eran así. No protegían a las personas ni se preocupaban de ellas, pero había que darles ofrendas, impuestos y sacrificios para tenerlos contentos. Al menos eso es lo que decían los sacerdotes de Jericó. Por eso decidió ayudar a los espías. Los soldados del rey de Jericó llamaron a la puerta de Rahab buscando a los espías israelitas. Entonces la mujer hizo subir a los israelitas a la terraza. Allí tenía un montón de gavillas de lino almacenadas. Los escondió en medio de los manojos y fue a abrir la puerta. Al abrir a los soldados, ¿cuál fue la orden que recibió? (Léela en Josué 2: 3). Rahab no podía negar que aquellos hombres habían entrado en su casa. Mucha gente los había visto. Pero les dijo a los soldados que ya no estaban allí, que hacía poco que se habían ido. Luego hizo como si estuviera preocupada y mandó darse prisa a los soldados. Los soldados salieron rápidamente de la ciudad en dirección al Jordán. Si se daban prisa es posible que

los encontraran. En cuanto salieron los soldados cerraron las puertas de la ciudad (ver Josué 2: 7). Rahab volvió rápidamente a la terraza donde estaban escondidos los espías. Los israelitas no entendían por qué aquella mujer los había ayudado. Si la gente de

la ciudad se enteraba que ella los había escondido la matarían. Como todo el mundo, Rahab sabía que los israelitas terminarían entrando en Canaán. También sabía que el rey de Jericó no lo iba a permitir y que los atacaría, aunque les tenían mucho miedo. Habían oído cómo Israel había vencido a los amorreos y al reino de Basán. Pero Rahab creía que el Dios de los israelitas era más poderoso y que los israelitas ganarían.

Piensa un poco Nunca olvides que Dios nos ama incondicionalmente, aunque cometamos errores. Antes de conocer a Dios Rahab no llevaba una vida muy honrada, pero cuando oyó hablar del Dios de Israel quiso conocerlo y su vida cambió. Incluso siglos después el autor de Hebreos la incorpora a su «galería de los héroes de la fe» (Hebreos 11: 31). No importa lo malo que hayas sido. Dios te puede ayudar a cambiar como cambió a Rahab. Confía en él. Vale la pena.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Antes de que los espías se marcharan, Rahab les hizo una petición. (Léela en Josué 2: 12, 13).

hacer los israelitas para evitar ser capturados? (Lo sabrás si lees Josué 2: 16).

Rahab les pidió a los espías que la protegieran a ella y a su familia cuando tomaran la ciudad. Los espías prometieron que lo harían.

Pero ¿cómo podrían los espías cumplir su promesa de rescatarla cuando conquistaran la ciudad? Rahab tenía que seguir unas sencillas instrucciones. (Léelas en Josué 2: 18, 19). Cuando conquistaran la ciudad todo iba a ser muy confuso. No podrían encontrar la casa a no ser que estuviera marcada con ese cordón rojo. Tampoco podrían saber quiénes querían ser salvados a no ser que estuvieran dentro de su casa.

Pero tenían un problema. Todos los soldados y todos los habitantes de Jericó estaban avisados de la presencia de los espías. Las puertas de la ciudad estaban cerradas y ellos debían volver al campamento a dar su informe. Rahab tuvo entonces una idea. Su casa formaba parte de la muralla, así que consiguió una cuerda y podrían huir descolgándose por la muralla. Luego les aconsejó a dónde ir. Ella conocía bien la zona y sabía que los soldados los buscarían camino del Jordán. ¿Qué debían

Luego se despidieron con la promesa de que Rahab y todo aquel que estuviera en la casa se salvarían. Los espías volvieron al campamento israelita. ¿Qué informe le dieron a Josué? (Lee Josué 2: 24).

¿Qué camino han seguido los espías deslizándose por la muralla para escapar de Jericó?

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EN CANAÁN

LECCIÓN

Aprende y Comprende

TU LECTURA DEL DOMINGO Después de las buenas noticias que los espías habían traído de Jericó, los israelitas estaban impacientes por entrar en la tierra prometida. Estaban seguros de que Dios iba a cumplir su promesa. Josué dio la orden de mover el campamento. Cuando llegaron al Jordán, Josué mandó parar y descansar.

«Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres» (Salmos 126: 3)

Al cabo de tres días los jefes de cada tribu y de cada grupo dentro de las tribus comenzaron a dar órdenes de lo que debían hacer.

Iban a entrar en Canaán cruzando el río Jordán. Los israelitas no entendían nada. En aquel lugar no había puentes y en esa época del año el río estaba desbordado. ¿Cómo iban a pasar? Pero Josué tenía un mensaje claro para el pueblo. Les dijo que no se preocuparan y que confiaran en Dios, ¿por qué? (Lee el mensaje de Josué en Josué 3: 5). El pueblo se animó. Los más mayores recordaban cuando eran niños y atravesaron el mar Rojo. Los más jóvenes habían crecido con esas historias y ahora por fin iban a poder ver el sueño de sus padres cumplido. ¡Qué diferente, de hacía 40 años, era el pueblo ahora! Nadie protestó, nadie vio ningún problema en atravesar un río desbordado con más de dos millones de personas, ganado, niños y personas mayores. Nadie vio ningún problema en los guerreros que podían esperarlos al otro lado del río. Aquel era un pueblo que confiaba en Dios.

Piensa un poco Si estás en contacto con Dios, cada día, orando o leyendo su Palabra, vas a ir estrechando una relación de confianza, por lo que nadie te hará dudar de él; ni amigos, ni problemas. Escoge un momento al día, escoge un lugar tranquilo y comparte tus planes, ilusiones o preocupaciones con Dios.

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LECCIÓN

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TU LECTURA DEL LUNES Las instrucciones para pasar el río eran precisas. Esta vez no había una nube que los guiara. ¿Qué es lo que debían seguir esta vez los israelitas? (Lo sabrás si lees Josué 3: 3). Debían dejar una distancia de unos 900 metros (casi un kilómetro) entre el arca y las primeras personas. Y así lo hicieron. Vieron cómo los sacerdotes que llevaban el arca de la Alianza comenzaron a caminar hacia el río. Luego, ordenadamente, todas las tribus comenzaron a moverse.

estaba con ellos no tenían nada que temer. También pidió que doce hombres, uno de cada tribu, cogiera una piedra del lecho del río, del mismo lugar donde estaba parada el arca. ¿Qué debían hacer con esas 12 piedras? (Lee Josué 4: 6, 7). Cuando todos hubieron pasado, los sacerdotes con el Arca pasaron a la otra orilla. Tan pronto como los sacerdotes pusieron su pie fuera del cauce del río, el agua volvió a fluir como antes.

Entonces los sacerdotes llegaron a la orilla del río, pero no se pararon hasta que sus pies estaban cubiertos por el agua. ¿Qué es lo que tenía que suceder ahora? (Léelo en Josué 3: 13). De repente el agua dejó de fluir. El río se secó en cuestión de pocos minutos. En algún lugar, río arriba, el agua se había detenido. Los sacerdotes con el arca se quedaron en medio del cauce del río y Josué dio orden para que el pueblo cruzara al otro lado. Todo el mundo pasó rápidamente, pero sin atropellarse, ayudándose unos a otros, disfrutando del milagro que Dios acababa de hacer para demostrarles que si él

Tal vez no fue tan espectacular como cuando el mar Rojo se abrió con un viento fuerte, pero una vez más Dios abría las puertas de la libertad a su pueblo.

Piensa un poco ¿Te acuerdas de dos milagros ocurridos en el Antiguo Testamento y dos en el Nuevo Testamento? Escríbelos:

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LECCIÓN  |

13 TU LECTURA DEL MARTES

Los cananeos se sorprendieron cuando vieron que el río Jordán se secaba de repente y un tiempo más tarde volvía a correr el agua como si no hubiera pasado nada.

Los cananeos habían tenido la oportunidad durante 40 años de escuchar historias maravillosas sobre el poderoso Dios de los hebreos.

Pronto corrió la voz de lo sucedido: los israelitas ya estaban en Canaán. ¿Cómo reaccionaron los reyes cananeos? (Lo verás si lees Josué 5: 1).

Ahora los cananeos no sabían qué hacer. Cada uno se encerró en su ciudad y no se atrevieron a atacarlos.

Es vredad que que en aquellos tiempos no había radio, televisión o internet para conocer las noticias, pero todo el mundo en Canaán sabía quiénes eran los israelitas y quién era el Dios al que adoraban. Tenían miedo de un grupo de personas que sobreviven en el desierto durante 40 años con un alimento que les cae del cielo todos los días, que logran victorias frente a enemigos de forma prodigiosa y que, además allí donde van se abren las aguas del mar o de los ríos.

Así que los israelitas tuvieron tiempo de celebrar la fiesta más importante del año nada más pisar el suelo cananeo. ¿Recuerdas cuál era? (Si no te acuerdas puedes leerlo en Josué 5: 10). Cuando la fiesta terminó sucedió algo. (Léelo en Josué 5: 12). Ya no necesitaban más maná. Ya no vivían en el desierto. Ya podían tener sus propios cultivos y recoger verduras y frutas.

Los cananeos se escondían de los israelitas. ¿Puedes encontrar a seis cananeos escondidos en el dibujo?

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL MIÉRCOLES Un día, Josué salió del campamento, seguramente pensando qué tendría que hacer ahora. El principal problema era la tremenda ciudad de Jericó. Era una enorme ciudad amurallada. De momento los habitantes de Jericó habían cerrado las puertas y nadie entraba ni salía (ver Josué 6: 1). Pero el problema era que si pasaban de aquella ciudad y se metían en el interior de Canaán se podían encontrar con que los de Jericó atacaran por detrás y otros pueblos cananeos los rodearan.

¿Qué respondió el desconocido? (Lee en Josué 5: 13, 14 la sorpresa que se llevó Josué).

Mientras estaba pensando y orando, vio a un hombre delante de él con una espada desenvainada en la mano.

Luego le dio las instrucciones de cómo debían conquistar la ciudad.

Josué no tuvo miedo. Se acercó a él y se le enfrentó. No sabía si era amigo o enemigo, así que se lo preguntó.

Jesús mismo estaba hablando con Josué. De la misma manera que Jesús se había presentado ante Abrahán o había luchado con Jacob, ahora estaba hablando con Josué. Lo primero que hizo fue pedirle que se descalzara como muestra de reverencia, al igual que le había pedido a Moisés cuando le habló desde la zarza (ver Josué 5: 15). ¿Qué tenía Jesús que decirle a Josué? (Léelo en Josué 6: 2).

Imagínate la seguridad que tuvo Josué al contarles a todos los ancianos, consejeros y jefes los planes de Dios para conquistar Jericó.

Piensa un poco Josué era una persona que confiaba plenamente en Dios. Estuvo al lado de Moisés desde el principio y era uno de los doce que fueron a investigar cómo era Canaán. Y él confiaba en que Dios les ayudaría a entrar la tierra prometida… a pesar de que muchos sintieron miedo. Y ahora que ya estaban a punto de entrar, ¿qué hace? Sí, estaba pensando y orando. Imítale y comprobarás cómo Dios te cuida a ti como a Josué.

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LECCIÓN  |

13 TU LECTURA DEL JUEVES

Josué puso en marcha el plan de Dios enseguida. Llamó a los soldados y a los sacerdotes y les explicó que durante la siguiente semana tendrían que dar una vuelta, en completo silencio, alrededor de las murallas de Jericó. Solo eso. Solo caminar alrededor en completo silencio.

Jericó. Cuando terminaron de dar la vuelta, volvieron a empezar con otra vuelta más y otra más… Los habitantes de Jericó comenzaban a estar preocupados. Parecía que ese día no se iban a ir. Dieron siete vueltas alrededor de las murallas. Luego se pararon. De repente hubo un gran silencio.

Primero irían los soldados. Luego siete sacerdotes con siete sofares o trompetas hechas de cuernos. Ese era el único sonido que se debía oír y que anunciaba el paso del arca. A continuación, irían los cuatro sacerdotes que llevaban el arca de la Alianza; y detrás todo el pueblo que pudiera luchar. Durante seis días hicieron lo mismo, daban una vuelta a las murallas y luego volvían al campamento. ¿Te imaginas qué debieron pensar los habitantes de Jericó? Puede que al principio les hiciera gracia y se rieran de ellos, pero habían oído muchas historias del poderoso Dios de los israelitas. Durante mucho tiempo tuvieron la oportunidad de reconocer sus errores y ponerse de parte de Dios como lo había hecho Rahab, ¿te acuerdas? En esos seis días, Dios les seguía ofreciendo la salvación, a la vez que les avisaba de que iba a intervenir destruyendo la ciudad. El séptimo día, todo fue distinto. Todo el mundo se levantó al amanecer, formaron y se dirigieron a

Entonces Josué dio una orden. (Sabrás qué ordenó Josué si lees Josué 6: 16). No sé si nos podemos imaginar el ruido que se produjo, sobre todo cuando los gritos de los israelitas se mezclaron con el crujir de la piedra de las murallas, e inmediatamente después el sonido de las piedras cayendo.

Piensa un poco ¿Cuántas veces nuestros padres y profesores nos avisan de que nos portemos bien, que prestemos atención y que estudiemos? Si después de mucho avisar seguimos sin hacerles caso, al final vienen los suspensos. Dios siempre avisa de que seremos más felices si aceptamos su amistad, si confiamos en él y nos comportamos de acuerdo a las Normas de la Felicidad, y para eso nos da muchísimas oportunidades de cambiar y de hacer bien las cosas.

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LECCIÓN  |

TU LECTURA DEL VIERNES Tras el griterío de los israelitas las sólidas murallas de Jericó se desplomaron.

cananeos. Luego, un gran incendio destruyó por completo lo que había quedado.

Entonces, a una orden de Josué todos entraron en la ciudad y la conquistaron.

Pero antes de nada había que cumplir una promesa. Los espías habían prometido a Rahab que la salvarían, así que fueron rápidamente a su casa.

Solo había una condición. Nadie debía llevarse nada de la ciudad y quedárselo. El objetivo de la conquista era que el pueblo de Israel pudiera asentarse en Canaán, no de hacerse ricos a costa del saqueo y del pillaje de las ciudades que conquistaban. Lo único que podían llevarse eran los objetos de oro, plata y metales. ¿Para qué? (Léelo en Josué 6: 19). No podían llevarse ni ganado, ni personas para hacerlos esclavos, ni tejidos (que en esa época eran mucho más valiosos que el oro), ni alimentos. Ellos no eran un pueblo de ladrones como muchos pueblos

¿Recuerdas cómo podrían encontrar la casa de Rahab en medio de tanta destrucción? (Recuérdalo en Josué 2: 18). En cuanto el polvo del derrumbamiento lo permitió, ¿qué hicieron los espías? (Léelo en Josué 6: 23). No solo se salvó Rahab sino todas las personas que buscaron refugio en su casa porque creyeron que valía la pena confiar en el Dios de los israelitas. La casa de Rahab se había convertido en una especie de «arca de Noé» para los habitantes de Jericó.

Curiosidades Jericó es una de las ciudades más antiguas que se conocen. Existía ya miles de años antes de que llegara Josué. Los arqueólogos han descubierto que la ciudad tenía dos murallas de hasta 9 metros de alto y tres metros de grosor. Han encontrado indicios de una gran destrucción de la ciudad: por una parte, el colapso de las murallas sin que interviniera ninguna fuerza de ataque con máquinas de guerra (arietes o catapultas), lo que los arqueólogos interpretan como un terremoto; en el mismo momento hay pruebas de un gran incendio: piedras quemadas y útiles y vasijas de barro llenas de alimentos totalmente calcinadas, lo que coincide con la versión bíblica de que no se produjo ningún saqueo. Podemos estar seguros de que la conquista de Jericó sucedió como dice la Biblia que sucedió.

Piensa un poco Rahab se integró con el pueblo de Israel. Dejó atrás su forma de vida equivocada y Dios la transformó. No solo le salvó de la muerte en Jericó, sino que Dios también contaba con ella para formar parte de algo mucho más maravilloso. El Nuevo Testamento la menciona nada menos que en ¡la lista de los antepasados de Jesús!(Mateo 1: 5). MBMT

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Para saber más Lección 1

Éxodo 17, 18. Patriarcas y Profetas, páginas 304-309.

Lección 2

Éxodo 19, 20. Patriarcas y Profetas, capítulo 27.

Lección 3

Éxodo 20: 1-11; Deuteronomio 5: 6-15. Patriarcas y Profetas, páginas 310-318.

Lección 4

Éxodo 20: 11-17. Patriarcas y Profetas, páginas 315-324.

Lección 5

Éxodo 24, 32-34. Patriarcas y Profetas, capítulo 28.

Lección 6

Éxodo 25-27; 35-38; 39: 42, 43; 40. Patriarcas y Profetas, capítulo 30.

Lección 7

Éxodo 28; Levítico 16. Patriarcas y Profetas, capítulo 30.

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Lección 8

Números 10: 1-28; 11: 1-15; 11: 31-35; 13, 14. Patriarcas y Profetas, capítulos 33 y 34.

Lección 9

Números 12; 14: 39-45; 16; 17. Patriarcas y Profetas, capítulo 35.

Lección 10

Números 20, 21. Patriarcas y Profetas, capítulos 37-39.

Lección 11

Números 22-24. Patriarcas y Profetas, capítulo 40.

Lección 12

Deuteronomio 31-34; Josué 1, 2. Patriarcas y Profetas, páginas 502-516.

Lección 13

Josué 3-6. Patriarcas y Profetas, capítulos 44 y 45.


IMPORTANTE PARA LAS IGLESIAS Debido a que “Mi Biblia, mi tesoro” puede usarse de forma alternativa en las iglesias como material de estudio de las Escuelas Sabáticas Infantiles, rogamos encarecidamente que se sigan los siguientes pasos de implantación: 1.- Estudiar el material detenidamente. El proyecto debe ser conocido por padres, maestros de escuela sabática infantil y responsables de la iglesia. 2.- Llegar a un acuerdo consensuado por amplia mayoría de todas las partes (padres, maestros y responsables). 3.- Obtener un voto del consejo de iglesia local a favor del uso de “Mi Biblia, mi tesoro”. 4.- Contactar con infantil.aula7activa@gmail.com para autorizar la copias. El seguimiento de estos pasos previos a la implantación de “Mi Biblia, mi tesoro” favorecerá la implicación de toda la iglesia en el proyecto educativo de los niños, a la vez que asegurará la continuidad del proyecto en la iglesia local, independientemente de los cambios en los responsables de los departamentos.

Agradecimientos A Dios por todos los milagros que hemos visto y vivido a lo largo de la elaboración de este material. A todas aquellas personas que con sus ánimos, su tiempo y su aportación económica han contribuido al proyecto. Sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí. A las iglesias de Lleida y Madrid-Alenza, cuna y desarrollo del proyecto.

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MI BIBLIA, MI TESORO Acompáñanos en un viaje por el fascinante mundo de la Biblia. Descubrirás historias maravillosas que ocurrieron hace mucho tiempo pero que siguen enseñándonos cosas nuevas. Y sobre todo descubrirás a Jesús, tu amigo y compañero de viaje. Lee cada día el apartado correspondiente y compártelo en familia. Pregunta a tus padres, dales tu opinión, escucha sus experiencias y juega con ellos. Y cuando vayas a la iglesia comparte con tus compañeros y maestros lo que has aprendido.

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