SEMBRADORES DE FE by aula7 activa

SEMBRADORES DE FE

GUÍA PRÁCTICA PARA MAESTROS DE ESCUELA SABÁTICA INFANTIL ESTHER VILLANUEVA LARROSA

Diseño y diagramación: Ania Villa Edita: AULA7ACTIVA-AEGUAE Barcelona, España E-mail: info@aula7activa.org / info@aeguae.org Web site: www.aula7activa.org / www.aeguae.org Primera edición en español, 2019 Es propiedad de: CC BY-NC-ND 2019, Esther Villanueva CC BY-NC-ND 2019, Aula7activa-AEGUAE, en español para todo el mundo Todos los derechos reservados al autor y los editores. BY: La reproducción total o parcial de esta publicación requiere la atribución de la obra a su autor y editores. NC: La obra no puede ser utilizada con fines comerciales. ND: No se permite modificar de forma alguna la obra, es decir, los archivos informáticos de la obra no pueden ser manipulados bajo ningún concepto. Ponte en contacto con nosotros: infantil.aula7activa@gmail.com

SEMBRADORES DE FE

GUÍA PRÁCTICA PARA MAESTROS DE ESCUELA SABÁTICA INFANTIL ESTHER VILLANUEVA LARROSA

INTRODUCCIÓN

PRIMERA PARTE

EL BUEN PASTOR CONOCE Y CUIDA A SUS OVEJAS 9

1.1. Conviviendo con las ovejas • Nos conocemos > Nuestros nombres

11 12 14

• Comencemos a relacionarnos

15 16

> Información personal > Respeto, confidencialidad y privacidad > Importancia de una relación personal con tus alumnos

1.2. Cuidemos de nuestras ovejas • Desarrollo de valores cristianos

SEGUNDA PARTE

19 19

SEMBRADORES Y AGRICULTORES

2.1. Preparando el terreno

• Conocimiento previo del niño > El niño de 3 a 6 años

27 30 32

• Trabajando por objetivos

> El niño de 6 a 9 años > El niño de 9 a 12 años

2.2. Sembrando y cultivando las plantas • Crea tu programa

> Momentos a tener en cuenta en la elaboración del programa > Uso de los tiempos

• Prepara tus actividades > Elige cómo quieres trabajar > Actividades que se pueden desarrollar en las clases > El juego como recurso educativo en la escuela sabática infantil · Uso del juego y actividades lúdicas · Juegos y actividades

• Prepara tus materiales > Para una clase de 3 a 6 años > Para una clase de 6 a 9 años > Para una clase de 9 a 12 años

• Cómo contar historias bíblicas > Eligiendo la historia > Aprendiendo la historia > Contando la historia > Otras formas de contar la historia

BIBLIOGRAFÍA

37 37 38 45 46 47 50 52 52 57 60 62 64 65 66 69

• Uso de incentivos en la escuela sabática infantil

• La disciplina en la escuela sabática infantil

INTRODUCCIÓN

La educación para la fe y religiosa de los niños y niñas es una responsabilidad de los padres. La pertenencia a una iglesia local, a una comunidad religiosa tiene la ventaja de que los padres se sientan acompañados en esta labor. Así nace el concepto de escuela sabática infantil, no como sustitución de la responsabilidad de los padres sino como una serie de herramientas que facilitan y complementan el trabajo en el hogar. La iglesia provee de materiales para facilitar el estudio de la Biblia, maestros y maestras voluntarios, un tiempo (el sábado por la mañana, generalmente) y un espacio (la clase) para que los niños puedan compartir en comunidad lo aprendido y trabajado en el hogar durante la semana. Esta guía aspira a ser de ayuda a esos maestros y maestras que, de forma voluntaria, dedicando muchas horas a lo largo de la semana y el sábado por la mañana, atienden las necesidades de los niños de vivir la fe en comunidad, con los iguales, con otros niños. Si hay dos parábolas que todo maestro conoce son las parábolas del buen pastor y la parábola del sembrador. En este escrito vamos a utilizar la primera parábola para tipificar la función del maestro como pastor de los niños, el que los cuida, el que los conoce, el que los dirige, el que busca la mejor manera de hacerles conocer a Jesús. También vamos a usar la imagen del sembrador como emblema del trabajo evangelístico, de la predicación del evangelio que realiza el maestro de escuela sabática. Nosotros somos sembradores, la semilla es el evangelio y el terreno son las personas que necesitan conocer a Jesús. Aunque algunas veces parece que lo olvidemos, las personas que tenemos más cerca que necesitan conocer a Jesús son nuestros niños, nuestros propios hijos o nuestros hijos de iglesia. El maestro de escuela sabática infantil es un predicador, con sus historias, con sus actividades, con su relación con cada niño. Nuestra labor como maestros de escuela sabática infantil es preparar el terreno, sembrar y cultivar las plantas que son nuestros niños. Pero no debemos olvidar la analogía de Pablo en la que nosotros, sembramos y cuidamos las plantas, pero «Dios es quien hizo crecer lo sembrado» (1 Corintios 3: 6, DHH). El crecimiento y la cosecha se producen a través de la relación personal de cada niño con Jesús y de la acción del Espíritu Santo en sus corazones.

No busques aquí un programa para aplicar directamente en tu clase de escuela sabática. No podemos, ni queremos, diseñar un programa para que tú lo copies y lo apliques directamente en tu clase. Cada iglesia, cada clase de escuela sabática, cada maestro y cada grupo de niños tiene unas capacidades, singularidades y necesidades específicas. Y eres tú, como maestro y maestra de escuela sabática infantil, el que se tiene que adaptar a los requerimientos de cada momento. Conócete a ti mismo, tus capacidades y limitaciones, conoce a tus niños y conoce a tu iglesia y sus recursos materiales y humanos. Busca, crea y diseña actividades que ayuden al niño a interesarse por Jesús y su Palabra y que le estimulen la curiosidad por saber más. Disfruta y diviértete. Y saborea la sensación de que los niños se divierten, que quieren venir a la iglesia, que quieren conocer más y mejor a su Amigo y Salvador y que comienzan a realizar decisiones de entrega a Jesús.

Como maestros de escuela sabática debemos facilitar y favorecer esta relación del niño con Jesús, pero en ningún caso la educación en la fe y la formación religiosa debe ser una imposición ni forzar la voluntad de los niños. En esta guía ofreceremos reflexiones, pautas y modelos que nos ayuden en nuestro día a día como maestros de escuela sabática infantil. En primer lugar, siguiendo la imagen del buen pastor, ofrecemos una reflexión sobre la función pastoral que todo maestro de escuela sabática debería ejercer y algunos consejos para llevarla a cabo de forma consciente y reflexiva. Luego, el grueso del texto, a través de la imagen del sembrador, lo dedicaremos a la función educativa, una serie de herramientas que nos ayudarán a conocer mejor a los niños y a planificar y desarrollar de forma eficiente, reflexiva, divertida y satisfactoria nuestro trabajo (tanto para nosotros como para los niños). SEMBRADORES DE FE

PRIMERA PARTE

EL BUEN PASTOR CONOCE Y CUIDA A SUS OVEJAS

n niño tiene unas necesidades espirituales diferentes a las de un adulto. Conoce a Jesús, en primer lugar, por su vivencia familiar, pero necesita un grupo de iguales (niños y niñas de su misma edad) entre los que desarrollar sus experiencias y vivencias espirituales. Necesita, también, que le acerquen a Jesús y que le expliquen la Biblia de acuerdo a su capacidad madurativa. Para coordinar este grupo de niños, la iglesia elige a un adulto (o adulto joven) que ha de ser el referente espiritual del niño en su iglesia local, en su comunidad de fe. Esta persona deberá tener cualidades de compromiso, responsabilidad, alegría, curiosidad, capacidad de aprender y de respeto por los niños, un respeto casi sagrado ya que lo que tiene entre sus manos es el tesoro más grande de la iglesia. Así, el maestro de escuela sabática infantil debería convertirse en el «pastor de los niños», el adulto que mejor conozca a cada uno de ellos (fuera de su círculo familiar y dentro de la comunidad de fe) sus necesidades, su forma de razonar, su forma de sentir. Ser «pastor de los niños» tiene que ver con la relación personal del maestro con el niño, una relación que refleje la relación con Jesús. Y esto es muy difícil si el niño no se siente a gusto, cómodo y seguro con su maestro; si no se siente reconocido y valorado.

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CONVIVIENDO CON LAS OVEJAS

1.1.

Si queremos que el maestro/pastor llegue hasta el corazón del niño y establezca una relación con él, ha de conocer a sus ovejas y sus ovejas deben conocerlo a él.

NOS CONOCEMOS

NUESTROS NOMBRES

Lo primero de todo es presentarnos a nosotros mismos. Cuando un niño entra por primera vez en la clase o cuando nosotros nos encontramos por primera vez a un grupo debemos asegurarnos de que conocen nuestro nombre. También nos pondremos a su disposición para intentar que se sientan cómodos con nuestra presencia.

Para niños de 3 a 6 años

Dependiendo de la edad, podemos contarles algo personal (no íntimo) sobre nosotros como un anticipo de que queremos establecer una relación. Ejemplo

podemos contarles qué color nos gusta o si tenemos una mascota.

A partir de ahí es el turno de que se presenten los niños. Para ello les pediremos que nos digan su nombre completo y la forma familiar de llamarlo.

Para niños de 6 a 9 años

Es necesario que llamemos a cada chico o chica por su nombre o por la forma que a él o ella le guste. Cuando tenemos un grupo grande, es normal que los primeros días nos equivoquemos. Para evitarlo podemos preparar unos identificadores (tarjetas con su nombre).

podemos contarles algo más emocionante sobre nuestros gustos o aficiones.

Hay muchas opciones: • colgar del cuello con una cinta. • sujetar en la ropa con una pinza o un imperdible (si son muy pequeños no, las agujas podrían hacerles daño). • una pegatina. • una corona/diadema en la frente.

De esa manera cada vez que miremos a cada niño veremos su nombre. Si aun así nos equivocamos, debemos rectificar lo antes posible, disculparnos y hacer alguna broma sobre nuestra persona.

Para niños de 9 a 12 años simplemente podemos dejar que nos hagan ellos las preguntas, advirtiéndoles que podemos no contestar a alguna que consideremos privada (algunos chicos o chicas son muy atrevidos, a veces para gastar una broma, otras veces para probar los límites, y otras sin malicia porque no son conscientes de los límites de la privacidad).

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«Recuerdo a un niño llamado Álex al que yo me empeñé después de varias semanas en seguir llamándolo Cristian. Cuando por enésima vez me equivoqué cogí una hoja en blanco y escribí en letras grandes: "SE LLAMA ÁLEX" y lo pegué en la pared que estaba enfrente de mí. Todos nos reímos, el chico no se sintió ofendido y cuando al cabo de unas semanas me volví a equivocar todos los chicos me gritaron: "¡SE LLAMA ÁLEX!". No se me volvió a olvidar». Cuando en algún momento se nos olvida el nombre podemos recurrir a usar un genérico cariñoso, como cielo, cariño, guapa, campeón… siempre de forma muy respetuosa. Esto funciona mejor con los niños menores de 10 años. Los más mayores pueden sentirse incómodos o que los tratas como a niños pequeños. En tal caso, es mucho mejor «descubrirse» y reconocer que no recuerdas su nombre y preguntárselo de forma discreta («Perdona, ¿cuál era tu nombre?») y utilizarlo de inmediato.

Tan importante como que el maestro se dirija a cada niño por su nombre es que lo hagan también sus compañeros. Conocer el nombre de cada chico y chica que hay en la clase es primer paso para establecer vínculos entre iguales y que todos se sientan cómodos. DINÁMICA DE PRESENTACIÓN Es posible que nos encontremos con un grupo completamente nuevo que no conozcamos o incluso que entre ellos no se conozcan. Entonces, durante las primeras sesiones podría ser útil el utilizar juegos o dinámicas de presentación. Podemos encontrar muchos en internet. Lo aconsejable en este caso es que enfoquemos el tema del juego a aspectos bíblicos. Por ejemplo, si la dinámica que se propone es de buscar parejas de dibujos animados, nosotros propondremos parejas bíblicas; o si se propone que cada participante diga su nombre y un personaje famoso que le guste, nosotros propondremos que diga su nombre y su personaje bíblico favorito.

INFORMACIÓN PERSONAL

Estos datos debemos obtenerlos de la familia y no del niño sin el conocimiento ni consentimiento de la familia. (Aunque en el trato con el niño aparecerán muchas de estas informaciones de en tono informal, debemos pedir la información a la familia).

Además del nombre de cada niño y niña, poco a poco intentaremos conseguir otro tipo de información que pueda resultar útil y práctica en nuestra labor en la escuela sabática infantil. No se trata de ir persiguiendo a los padres y hacerles una entrevista rigurosa, lo que pudiera parecer que es una intromisión en la vida privada, y mucho menos hacerles determinadas preguntas personales la primera vez que los hemos visto. Lo ideal es que, si los padres no se presentan por iniciativa propia, sea el maestro de escuela sabática quien se presente y se ponga a disposición de la familia. Se trata de poner interés en la conversación con la familia, de observar y de llegar a una relación de confianza para que los padres se sientan libres de comunicar lo que crean necesario sobre sus hijos.

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De todas formas, debemos ser cuidadosos con la intimidad de las personas. Si los padres no se muestran dispuestos a colaborar en este u otros aspectos, debemos respetarlo y no insistir más. El maestro de escuela sabática tiene que ser fiable. Los padres deben sentir que pueden confiar en él.

Información familiar

Es importante no solo conocer el nombre de los padres sino también conocerlos personalmente.

Es interesante tener información sobre qué tipo de familia es: si sus padres están separados, si vive con los abuelos o si tiene más hermanos. Durante la escuela sabática se pueden proponer actividades que hagan que el niño se sienta mal. Por ejemplo, podemos preparar un programa en el que los niños tienen que decir cómo ayudan a sus papás a cuidar de su hermanito pequeño y si le preguntamos a la única niña de clase que es hija única o que todos sus hermanos son mayores, podemos hacer que se sienta mal. O pudiera ser que preparamos en clase un regalo por el día del padre y no hemos tenido en cuenta que hay un niño que su padre murió o que apenas lo ve después de la separación de los padres.

La recogida, custodia y uso datos personales de terceras personas están protegidos de forma estricta por el Reglamento General de Protección de Datos.

Otros aspectos familiares que también sería útil conocer es si los padres son miembros bautizados de la iglesia, o la procedencia de la familia si esta es distinta de la iglesia local. Estos datos nos ayudarán a saber si los padres van a necesitar ayuda para estudiar con sus hijos las lecciones, si tienen alguna dificultad con el idioma o con las costumbres que tenemos como iglesia. También es importante saber la fecha exacta del cumpleaños del niño. La celebración del cumpleaños en la escuela sabática es un momento para que la niña o el niño se sienta protagonista del grupo, que se sienta importante, integrado y querido. Es importante saber el año de nacimiento para agruparlo con otros chicos y chicas de su edad y para adecuar el programa a sus capacidades y motivaciones. Otra información que nos puede ser útil son los datos de contacto. Si pensamos en enviar una postal de cumpleaños por correo, o ponernos en contacto con él o con sus padres para recordarles el ensayo del decimotercio necesitamos esos datos.

Antes de tener un registro con estos datos consultad con el pastor o secretario de iglesia sobre si podéis tener un registro propio del departamento y cómo debéis hacerlo. Tened en cuenta que estos datos son confidenciales, no es obligatorio tenerlos y no se deben compartir con nadie sin el permiso previo. Tampoco se deben usar para otros fines que los estrictamente pactados con antelación. No debemos usarlos para difundir cadenas en redes sociales por muy religioso que sea el tema. Podemos incurrir en un delito.

Aunque cuando existe un problema serio de salud los padres suelen informar casi de inmediato, no está de más que tengamos la costumbre de preguntar por alergias alimentarias. En la escuela sabática podemos hacer actividades con comida y necesitamos saber si existen restricciones alimentarias por causa de alergias, si los niños son veganos o si los padres no quieren dar dulces a sus hijos. Eso nos permitirá programarlas de una forma o de otra.

Información sanitaria

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También es importante saber si los niños tienen otro tipo de alergias (a determinadas pinturas, polvo, tejidos, animales, alergias estacionales…) que puedan interferir con algunas actividades o con los materiales que usemos, o miedos (a la oscuridad, a animales, a los globos, al ruido…) o incluso si tienen alguna enfermedad que requiera medicación o un cuidado especial, no nos vayan a dar un susto y no sepamos cómo reaccionar.

RESPETO, CONFIDENCIALIDAD Y PRIVACIDAD

Trabajar con menores de edad requiere un cuidado especial con la información que llega a nuestras manos. Ya hemos hablado sobre el cuidado con los datos personales de los niños y las familias. Lo que sorprende a un nuevo maestro de escuela sabática que se gana la confianza de sus chicos y chicas (o a cualquier adulto que trabaje con menores) es la cantidad de información familiar privada que directa o indirectamente recibimos.

Información familiar privada

Los niños hablan y cuentan con naturalidad cosas que ocurren en la casa, en la familia o con otros niños. No importa que sean episodios anecdóticos o de una seriedad importante, el maestro de escuela sabática no puede jugar con esa información. Los niños hablan en un entorno de confianza y si queremos mantener la confianza tanto de los niños como de sus padres debemos ser muy cuidadosos sobre cómo usamos esa información.

Difusión imágenes menores

Otro aspecto que debemos cuidar (y ser muy prudentes) es en la difusión de la imagen de los menores.

Sin el permiso por escrito de los padres (de ambos padres) NO DEBEMOS difundir por ningún medio imágenes, fotos o videos en los que aparezcan nuestros niños de forma reconocible, especialmente en redes sociales. Y aunque tengamos el permiso expreso y por escrito de los padres, deberemos reflexionar siempre qué tipo de imágenes estamos compartiendo (cuál es la actividad y la actitud de los niños, si son imágenes de primer plano o de grupo…), si son imágenes respetuosas y si es realmente necesario hacerlo.

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COMENCEMOS A RELACIONARNOS

Deberíamos acostumbrarnos a establecer un protocolo en cuanto a nuestra relación con los niños. Cada sábado olvidaremos lo cansados que estamos, los problemas de la semana, el dolor de rodilla o los invitados que tenemos para comer. Respiraremos hondo y cuando entremos en nuestra clase lo primero y principal será vestirnos con una gran sonrisa y estar dispuestos a reír y divertirnos. Durante el tiempo de la escuela sabática la única preocupación del maestro es que los niños pasen un tiempo feliz en compañía de Jesús, y lo más cercano a Jesús que ellos van a poder ver, tocar y escuchar somos nosotros. Es importante que cada sábado lo saludemos personalmente y nos interesemos por él. Lo saludaremos utilizando su nombre, nos referiremos a cualquier cosa positiva que se nos ocurra en ese momento: qué guapa estás, qué zapatos más bonitos, qué pronto has llegado...

Qué pronto has llegado.

Cuando ya tenemos más datos sobre el niño podemos hacer preguntas más personales: ¿Qué tal fue la excursión del domingo con el club de exploradores? ¿Ya se ha puesto buena la abuela?

¿Qué tal fue la excursión del domingo con el club de exploradores?

De esa manera siente que nos preocupamos por él y que es importante para nosotros. Así conseguiremos que exprese sus preocupaciones y sentimientos, nos contará que su perrito se ha puesto enfermo, o que ha perdido un cochecito en el parque. Estos detalles nos van a permitir orar los unos por los otros consiguiendo hermosos momentos de complicidad. Las historias personales que los niños pueden traer a la clase de escuela sabática las podemos utilizar para personalizar nuestro programa, adecuando nuestras lecciones a las preocupaciones e intereses de los niños y niñas. Relación con cada niño fuera de la clase y del tiempo de la escuela sabática: La relación con los niños no debería quedar solo en el tiempo de la escuela sabática. Podemos saludarlo cuando lo veamos en la iglesia o en la calle durante la semana; jugar con él en salidas y excursiones de iglesia, compartir nuestra comida en las comidas fraternales...

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REGISTRO DE ASISTENCIA Seamos siempre prudentes y respetemos los límites que nos imponga su confianza. Hay niños que se sienten molestos si se les presta demasiada atención. Tendremos cuidado también con el acercamiento físico. Hay niños pequeños que les gusta ser abrazados o niñas (especialmente) que se agarran a tu pierna y parecen tu sombra; podemos ser cariñosos, pero a la vez debemos hacer respetar nuestro espacio privado. Pero hay otros que prefieren mantener las distancias físicas: debemos respetarlos, no les impongamos ningún tipo de contacto físico. Y por supuesto, teniendo cuidado con gestos o acercamientos que puedan ser confundidos con cualquier tipo de abuso, físico o psicológico.

El maestro de escuela sabática infantil no debe olvidar llevar un registro de asistencia. Cuando son muchos los niños y varios los maestros que se turnan en las clases es bueno tener un registro físico en un papel o en una cartilla para que no pase desapercibido ninguno de los chicos, aunque el maestro habitual no esté esa semana. No se trata de controlar y castigar la no asistencia, se trata de saber si está enfermo, está de viaje, de vacaciones o existe algún problema por el que no puede asistir. Si está enfermo podemos enviarle una nota en colaboración con todos sus compañeros de forma que se sienta reconfortado; si está de viaje, le podemos pedir que cuente sus experiencias y si existe algún problema podemos intentar ayudar a solventarlo (Por ejemplo, si sus padres no pueden asistir a la escuela sabática, que otro hermano de la iglesia se responsabilice de traerlo y llevarlo).

IMPORTANCIA DE UNA RELACIÓN PERSONAL CON TUS ALUMNOS Debemos ser consciente de que voluntaria o involuntariamente vamos a dejar huella en nuestros niños. Reflexionemos y analicemos cuál es nuestra actitud y nuestra conducta delante de ellos y elijamos cómo queremos que nos recuerden. El maestro de escuela sabática infantil es un referente afectivo. Ello es muy importante en la vida social y espiritual del niño. Los niños se encariñan con su maestro y lo van a recordar durante años. Van a recordar su sonrisa, su mano en su espalda dándole ánimos, los besos de despedida… Recordarán cuando lo regañó con cariño y amor en vez de enfadarse, cuando se sentó a su lado a la hora del culto y le guiñó un ojo o le regaló un caramelo. Se acordarán de las anécdotas, de los juegos y de las canciones, y aunque no recuerden la historia bíblica al completo, recordarán lo mucho que les gustaba ir a la escuela sabática. No menospreciemos el papel afectivo del maestro. El maestro de escuela sabática infantil es un referente en la adquisición de hábitos de conducta. Nuestra actitud cuando estemos dentro de la clase va a ser imitada aun cuando no estemos realizando una parte del programa.

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Si nos ponemos a cuchichear en el fondo de la sala cuando otros están contando una historia, el niño aprenderá que la historia no es demasiado importante para que el maestro preste atención, por lo que él tampoco lo hará. Si nos sentamos en el respaldo de la silla, el niño buscará la primera ocasión que tenga para hacerlo. Si llegamos desaseados a la iglesia el niño discutirá con sus padres para ir aseado a la iglesia.

Por eso cuando guardamos silencio y apoyamos la actividad de los otros maestros, los niños sienten que la actividad es importante. Cuando nos interesamos por la salud de un niño, los demás niños también se interesarán por su salud. Cuando escuchamos atentamente y con interés la experiencia de uno de los niños los demás aprenden a escuchar.

No menosprecies la influencia del maestro de escuela sabática infantil en la vida del adulto. Cuando pienso en un buen maestro de escuela sabática infantil intento recordar quienes fueron mis maestros. De la inmensa mayoría de ellos guardo un afectuoso recuerdo. Tal vez por eso mi vida profesional y mi trabajo dentro de la iglesia ha estado enfocada a los niños. Buenos maestros producen más maestros. Recuerdo el nombre de la mayoría de ellos y me alegro mucho cuando a pesar del tiempo y la distancia los puedo saludar, aunque solo sea por un minuto. Como ejemplo de la influencia que puede tener un maestro de escuela sabática infantil después de muchos años quiero compartir una experiencia personal. «Guardo un cariño especial por una maestra joven. Ya no recuerdo su nombre. No la veo desde que era muy pequeña, pero me acuerdo perfectamente de ella. Tenía una larga melena morena muy lisa y lucía una cadenita dorada en el cuello. Durante un año llegó a nuestra clase con el material de franelógrafo en una caja; nos saludaba con una gran sonrisa y comenzaba a contar la historia de Ellen White y los comienzos de nuestra iglesia. Siempre quedó en mí la admiración por ese periodo de la historia de la Iglesia Adventista.

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Muchos años después, como directora de escuela sabática infantil de otra iglesia descubrí, medio olvidado y todo revuelto, aquel material de franelógrafo. Casi nadie recordaba para qué servía aquel folleto con las historias y aquella caja con figuras de fieltro antiguo y viejo, pero yo sí, porque mi maestra de escuela sabática lo había usado cuando yo tenía 7 u 8 años. Hablé con mi equipo y durante un tiempo volvimos a contar la historia de los comienzos de nuestra iglesia con aquel material. Gracias a la influencia afectuosa de una mujer, treinta años después y a trescientos kilómetros de distancia, un grupo de niños volvió a escuchar las mismas historias».

1.2.

CUIDEMOS DE NUESTRAS OVEJAS

DESARROLLO DE VALORES CRISTIANOS

Los niños necesitan unos cuidados especiales que van a permitir que su corazón sea más propicio a la acción del evangelio. La influencia del maestro en el niño va más allá de las lecciones bíblicas y doctrinales que les pudiéramos inculcar. Por ello debemos ser conscientes de que nuestra actitud con ellos va a ser mucho más educativa, para bien o para mal, que cualquier sermón. El maestro/ pastor ha de conocer las necesidades básicas de su rebaño: un pasto nutritivo, rico en valores, que permitan al evangelio arraigar con fuerza y que los haga crecer en la fe para la gloria de Dios.

DESARROLLO DE VALORES CRISTIANOS El cristianismo no solo aporta valores de creencias, fe y esperanza en otro mundo más allá del nuestro. El cristianismo aporta valores para vivir mejor en este mundo y hacer de nuestro entorno un trocito del Cielo en la Tierra. Por ello, el maestro debe ser un formador en estos valores de convivencia y desarrollo personal.

Autoestima y potenciación personal

Los primeros valores que debe ayudar a desarrollar en cada niño son los de autoestima y potenciación personal.

Tendremos que permitir la participación de los niños en las actividades. No importa si se equivocan o desentonan con la canción del decimotercio. Para eso estamos nosotros, los maestros, para servir de guía y volver a practicar hasta que les salga bien. Lo importante es que participen y que descubran qué cosas saben hacer para mejorarlas y potenciarlas y qué cosas es mejor que… que se dediquen a otra cosa (con todo el respeto y el cariño del mundo).

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Tendremos en cuenta que el niño no es una media persona: es una persona que está aprendiendo pero que tiene su propia personalidad y estilo que debemos respetar, es más, aunque no nos guste el color que ha elegido para colorear la túnica de Jesús, debemos permitir que la pinte de rosa, porque es su trabajo y a él le gusta que sea rosa con el borde verde. Como maestros debemos observar qué cosas le gustan y qué posibles talentos tiene. Y evitar aquellas cosas que hemos observado que le producen malestar o para lo que es torpe. Hay niños que les encanta cantar pero que lo hacen muy mal. Hay que ser honestos con ellos: si quieren cantar, podrán cantar en el coro, pero no hacerlo en solos; tal vez cuando cumpla los 16 será un tenor estupendo. Hay otros niños que son buenísimos narradores, pero lo hacen con una vocecita que no oye nadie. Entonces deberemos facilitarle pequeñas intervenciones públicas que le den confianza y pierda el miedo. Si la relación con el maestro es de confianza y respeto, el niño aceptará de buen grado tanto las críticas como los desafíos ayudándolo a superarse, a confiar en sí mismo y a saberse valorar en su justa medida.

Relaciones También debemos desarrollar valores interpersonales relacionados con las relaciones interentre iguales personales entre iguales. Los maestros somos responsables de crear un ambiente relajado, de confianza y de respeto. Debemos procurar que los chicos y las chicas se conozcan y desarrollen vínculos de amistad. Para ello es necesario que las actividades que realicemos permitan algún tipo de relación entre ellos, no solo alumno-maestro. Debemos estimular conductas que integren a los chicos nuevos en el grupo. Sobre todo, en los grupos de los más mayores, es muy efectivo el realizar actividades fuera de la clase, incluso fuera del horario de iglesia (comidas, paseos, ensayos para presentar programas especiales…). También tenemos mucho que ver en desarrollar valores de colaboración y ayuda mutua, desterrando la competitividad, los protagonismos y privilegios. No debemos olvidar que somos también responsables de su seguridad moral, por lo que no debemos permitir comentarios ofensivos o burlones con la excusa de que son «cosas de chicos». Tampoco debemos permitir conductas ni gestos discriminatorios por cuestiones de aspecto físico, de sexo, de origen étnico o nacional; ni siquiera referencias negativas comparando y enfrentando conceptos como «los del mundo/los de la iglesia», «los de dentro/los de fuera», «los de tal denominación», «los ateos»... Jesús siempre fue respetuoso hasta con los que lo querían matar y trató por igual a los pobres, los ricos, los judíos, los gentiles, a los hombres y a las mujeres.

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La iglesia debe ser un lugar al que deseemos llegar para encontrarnos con los hermanos, no con los que nos hacen la vida imposible; un lugar para encontrarnos con Jesús sin miedo a las otras personas. Si las relaciones con los compañeros son buenas, los niños buscarán su círculo social dentro de la iglesia donde se sentirán protegidos e integrados. El diseño y las dinámicas de las actividades, así como la actitud del maestro, van a ser fundamentales a la hora de transmitir valores de respeto a la diversidad. El maestro debe hacer un esfuerzo por diseñar actividades que integren y que no separen. En el caso de la igualdad de género, aunque en algún momento hacer un juego de chicos contra chicas puede resultar divertido, no debe ser la pauta general. Permitiremos y animaremos la participación de la misma forma a chicos y a chicas. Aunque sabemos que los chicos y las chicas suelen tener gustos diferentes en cuanto a determinadas actividades, evitaremos que las niñas hagan actividades «para niñas» y los niños hagan «cosas de niños». De la misma forma actuaremos cuando tengamos grupos raciales distintos en nuestra clase. Aunque en un momento puntual podamos usar la nacionalidad o la raza de un niño (para ejemplificar un argumento o una actividad sobre otros países), evitaremos hacer divisiones o grupos separados por nacionalidad. Afortunadamente, cada vez es más frecuente encontrarnos con niños con capacidades diversas físicas e intelectuales. Afortunadamente, porque en el pasado, los padres con estos tipos de niños evitaban llevarlos a la escuela sabática. Y es importante que estos niños también conozcan a Jesús y formen parte de la comunidad de la iglesia. Actualmente la integración es mucho más natural, pero eso no quita que el maestro de escuela sabática infantil puede no estar preparado para atender las necesidades específicas de estos niños durante el tiempo de la escuela sabática. Debemos preocuparnos de hablar con los padres, buscar información y adecuar las actividades y rutinas a estos niños. Y si es necesario, incorporar a vuestro equipo a un especialista o una persona de apoyo. Por último, desarrollaremos los valores Relaciones interpersonales relacionados con las relaciones interperadultos-iglesia sonales con los adultos-iglesia. Debemos facilitar el acceso de los niños a los programas y las actividades de los adultos. En los últimos años, lamentablemente, se está perdiendo el espíritu de iglesia, de comunidad, del «todos juntos». Buscamos atender las necesidades propias de cada grupo de edad por separado y descuidamos la convivencia intergeneracional. Los niños tienen mucho que enseñar a los adultos. Ya Jesús tuvo que poner a un niño delante de sus discípulos y decirles que aprendieran de él ¿recuerdas? (Mateo 18: 3).

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Los niños no solo dan alegría y simpatía a los programas de la iglesia. Su forma de entender el evangelio tan pura y su enfoque sencillo nos ayuda a los adultos a dejar por un momento a un lado las dificultades y tomar un respiro de aire fresco. Muchas veces los problemas se arreglan con la solución más sencilla. También debemos acercar a otros adultos a los niños. El maestro, por muy bueno que sea, no lo sabe todo. La colaboración de un hermano ajeno a la escuela sabática siempre va a ser una novedad bien recibida. Y ya no digo nada si es el propio pastor, un anciano o una visita. Si los niños y los adultos trabajan juntos en la iglesia el ambiente será mucho más agradable y enriquecedor para todos.

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SEGUNDA PARTE

SEMBRADORES Y AGRICULTORES

l sembrador planifica el momento adecuado en el que sembrar, elige qué semillas son adecuadas para cada terreno, aprende las características del cultivo que pretende realizar para preparar el suelo de forma adecuada y prever la cantidad de agua y abono necesario. El agricultor observa cómo crecen las plantas y valora si tiene que hacer cambios en cuanto al agua que deben recibir sus plantas, el abono que necesitan en cada momento; si necesita podar, limpiar de malas hierbas, poner tutores, proteger contra las plagas… Tienes en tus manos un grupo de niños con el objetivo de que aprendan a conocer al Jesús que se revela en la Biblia. Pero no se trata simplemente de contar una historia de cualquier forma, realizar cualquier actividad o de enseñarles cualquier canción. Como maestro de escuela sabática necesitas planificar tu trabajo, colaborar con otros maestros y con los padres, usar técnicas que hagan que los niños muestren atención, que estén interesados y motivados. Necesitas adaptar tu trabajo a sus necesidades de desarrollo físico, intelectual, emocional y espiritual. La satisfacción de ver crecer a un niño a los pies de Jesús no tiene precio. A continuación, te presentamos una serie de información, datos, pautas, y propuestas para organizar tu trabajo, sistematizarlo y hacerlo eficiente y divertido.

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2.1.

PREPARANDO EL TERRENO

CONOCIMIENTO PREVIO DEL NIÑO

Interésate por las características de desarrollo físico, intelectual y emocional de los niños que tienes a tu cargo. A continuación, te ofrecemos unas tablas con algunas de las características que te pueden resultar más útiles para tu trabajo en la escuela sabática infantil. Pero te recomendamos que busques en internet o en revistas de educación más características de los niños de las edades con las que trabajas e intenta observarlas en los niños de tu clase.

Para preparar el terreno es necesario que tú, como maestro, comprendas qué necesitan los niños en determinadas edades, sus intereses generales y sus capacidades.

NIÑOS DE 3 A 6 AÑOS Y SU MAESTRO Las características de los niños de entre tres y seis años tienen rasgos similares, pero tenemos que tener en cuenta que desde los tres hasta los cinco años estas características sufren modificaciones cualitativas y cuantitativas. Todos pueden dibujar y colorear, pero un niño de tres años lo hará a través de figuras muy básicas y un niño de seis se expresará con composiciones mucho más complejas. Todos pueden hablar, pero mientras que un niño de tres años puede tener un vocabulario de unas 1.000 palabras y construye frases sencillas, un niño de seis años puede usar más de 2.500 palabras en frases bien elaboradas. Todos tienen poco tiempo de concentración, pero un niño de cinco años siempre podrá estar atento un ratito más que un niño de tres. A continuación, te presentamos un cuadro en el que hemos elegido algunas características de los niños de tres a seis años que te pueden ser útiles conocer para el trabajo en la escuela sabática y cómo puedes ayudar a tus niños.

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NIÑO 3 A 6 AÑOS

MAESTRO

> Me muevo mucho.

> Organizo las actividades de clase para permitir el movimiento. > El cuerpo de estos niños necesita moverse.

> No tengo mucha capacidad de concentración.

> Organizo las sesiones en espacios cortos de tiempo, no más de 10 minutos cada uno.

> Mis habilidades manuales son muy limitadas.

> Ajusto las manualidades y las exigencias de trabajo a las habilidades de mis alumnos. > Ayudo pacientemente con los trabajos de clase. > Alabo el esfuerzo de los niños.

> Soy egocéntrico, no egoísta. Mi mundo gira en torno a mí mismo, así es cómo lo comprendo.

> Intento que todos participen, que todos sean protagonistas.

> Quiero ser siempre el primero o el centro de atención.

> Doy momentos de atención a cada uno de ellos.

> Tengo miedos.

> Le ofrezco mi cariño incondicional.

> Puedo ser muy tímido.

> Me acerco y busco el contacto y la cercanía visual, física y una enorme sonrisa. > Animo la interacción.

> Me siento inseguro con las novedades.

> Introduzco poco a poco las novedades.

> Me gusta la repetición.

> Repaso lecciones, versículos, cantos y actividades ya conocidos. > Repetir ayuda a fijar en la memoria.

> Estoy aprendiendo a comunicarme. Puedo tener problemas para vocalizar y construir frases.

> Ayudo con mi ejemplo a vocalizar y construir frases correctamente sin corregirles de forma negativa.

> No tengo mucho interés en tener amigos, pero puedo comenzar relaciones de amistad.

> No insisto en que los niños sean amigos, pero sí que se respeten, colaboren y se ayuden. > Cuando veo que están preparados, favorezco oportunidades para que los niños establezcan vínculos de amistad.

> No entiendo el tiempo pasado ni el futuro. > No entiendo de distancias, países ni de lugares lejanos.

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> Cuando relato historias no insisto en lugares ni tiempos concretos. > Las historias de la Biblia suceden en el país de Jesús hace mucho, mucho tiempo.

> Entiendo a Dios con forma humana. Entiendo o presiento que existe lo invisible.

> Presento a Jesús como centro de cualquier experiencia de fe.

> Puedo entender que existe un Dios que no veo pero que me ama y me cuida.

> Presento a Jesús como a mi amigo.

> Puedo iniciar mi relación eterna con Jesús. > Quiero aprender a orar.

> Favorezco oportunidades para la oración en clase. Invito a voluntarios a orar. > Les ayudo haciendo que repitan mis frases en la oración, si lo necesitan.

> No entiendo la intencionalidad del otro, pero sí entiendo mis actos involuntarios.

> Ante los conflictos debo mediar explicando las causas y consecuencias de las acciones de cada uno de los niños implicados y explicarles cómo es la forma correcta de reaccionar.

> El bien y el mal tienen que ver con lo que los adultos me dicen que está bien o que está mal.

> Propongo y explico de forma muy sencilla pero clara las normas de convivencia y las rutinas de la clase y me aseguro de que los niños las han entendido.

> Mido la bondad o la maldad de mis acciones o de las acciones de los otros por la reacción del adulto.

> Controlo mis reacciones ante los momentos conflictivos.

> No distingo entre ficción y mentira.

> No lo acuso de mentir.

> Puedo distinguir entre el mundo de fantasía y el mundo real, aunque algunas veces me cueste un poco porque me gusta explicar la realidad con la fantasía.

> Le hago reflexionar sobre lo que ha pasado en la realidad. > Nunca menosprecio o me burlo de sus preguntas y comentarios. > Respondo de forma sencilla y honesta. > Utilizo metáforas avisando que «es como si…» o «imagina que…»

> Entiendo qué es ayudar, pero, cuanto más pequeño soy, más trabajo me cuesta ponerlo en práctica.

> Insisto en conceptos y actividades que implique compartir y ayudar, sin hacer de ello una imposición.

> Me gusta hacer pequeños encargos.

> Doy instrucciones claras y sencillas y me aseguro de que las han comprendido. > Hago lo que he dicho que ellos tienen que hacer. Con mi ejemplo aprenden mejor.

NIÑO 3 A 6 AÑOS

MAESTRO

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NIÑOS DE 6 A 9 AÑOS Y SU MAESTRO

Los niños de entre seis y nueve años tienen rasgos similares en cuanto a capacidad de comprensión de conceptos o a gustos sobre actividades. El acceso a los textos escritos (lectura y escritura) es uno de los aspectos más importantes en esta franja de edad. Debemos tener en cuenta que los más pequeños están comenzando a leer y escribir mientras que los más mayores ya pueden hacerlo con cierta soltura. Así que ya podemos hacer actividades que tengan que ver con leer y escribir. Su capacidad y el tiempo de concentración es algo mayor, pero siempre teniendo en cuenta que necesitan constantes referencias a cosas que les son familiares y ejemplos sencillos de la vida cotidiana. No son capaces todavía de alcanzar conceptos abstractos. Por ejemplo, entienden qué es el amor, pero lo entienden mejor a través de acciones amorosas determinadas y concretas que como ideal. Pueden hacer manualidades sencillas con total autonomía. Les gustan las actividades que permitan movimiento alternando con otras de descanso y atención y pueden respetar normas de convivencia que estén enunciadas de forma sencilla y clara (sin demasiadas condiciones).

NIÑO 6 A 9 AÑOS

MAESTRO

> Me muevo mucho.

> Organizo las actividades de clase para permitir movimiento en algún momento. El cuerpo de estos niños necesita moverse.

> No coordino bien el sistema ojo-mano.

> Ajusto las manualidades y las exigencias de trabajo a las habilidades de mis alumnos.

> Tengo sentimientos intensos y delicados.

> Procuro entender los extremos emocionales y, dentro de lo posible, ayudo a los niños a expresar sus sentimientos.

> Necesito la aprobación de los adultos.

> Aprovecho cada oportunidad de expresar amor y amistad tanto dentro como fuera de la clase.

> Tengo falta de confianza.

> Ayudo pacientemente con los trabajos de clase. > Alabo el esfuerzo de los niños.

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> Tengo muchas preguntas.

> Nunca menosprecio o me burlo de sus preguntas. > Respondo cuidadosamente. > Animo a la interacción.

> Me gusta la repetición.

> Repaso lecciones, versículos, cantos y actividades ya conocidos. Repetir ayuda a fijar en la memoria.

> No tengo mucha capacidad de concentración.

> A esta edad pueden entender muchos términos bíblicos y espirituales si el lenguaje es simple y concreto.

> Estoy aprendiendo a poner atención.

> Les es difícil prestar atención por más de 10 o 15 minutos a no ser que estén muy motivados. Cambio la forma de explicar el mismo concepto para que todos lleguen a entenderlo.

> Quiero ser siempre el primero.

> Ayudo a los niños a entender y respetar los derechos de los otros.

> Quiero tener amigos.

> Favorezco oportunidades para que los niños hagan amigos.

> Puedo orar a solas y cuando estoy con otras personas.

> Favorezco oportunidades para la oración en clase. Invito a voluntarios a orar. Oro por las necesidades concretas de los niños. Les animo a orar todos los días.

> Puedo expresar amor a otros.

> Ayudo a los niños a encontrar maneras de expresar su amor a Dios al amar a otros.

> Puedo iniciar mi relación eterna con Jesús.

> Ofrezco a mis alumnos la oportunidad de aceptar a Jesús como Salvador personal.

NIÑO 6 A 9 AÑOS

MAESTRO

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NIÑOS DE 9 A 12 AÑOS Y SU MAESTRO

Los niños de entre nueve y doce años pueden ser los mejores o los peores alumnos. Son los mejores porque puedes conversar con ellos, razonar y argumentar. Son hábiles para hacer manualidades y bricolajes. Pueden ayudar a sus compañeros y ser responsables de niños más pequeños. Se pueden organizar con bastante autonomía y pueden diseñar sus propias actividades (bajo tu supervisión). Van a querer ser los protagonistas de su propio aprendizaje proponiendo actividades, juegos y soluciones a determinados problemas. Puedes proponerles tanto actividades de movimiento como actividades de estar sentados bastante tiempo. Además, tienen claras las normas de convivencia y pueden tener bastante dominio propio. Pero pueden ser los peores si no contactas emocionalmente con ellos, si el trato o las actividades son muy infantiles, si no les permites la participación o no tienes en cuenta sus propuestas, necesidades o gustos. Entonces buscarán la forma de hacerse notar, aunque sea saltándose las normas de convivencia y probando hasta dónde llega tu paciencia. Pero no te preocupes. Si consigues contactar con ellos tendrás amigos para toda la vida.

NIÑO 9 A 12 AÑOS

MAESTRO

> Puedo mantener la concentración un tiempo considerable.

> Organizo actividades de pensar y reflexionar.

> Puedo entender la sucesión de hechos en el pasado y localizar lugares en el mapa.

> Cuando relato historias puedo dar muchos detalles que demuestren que los hechos ocurrieron en realidad. > Uso recursos históricos y científicos.

> Tengo muchísima curiosidad.

> Intento responder siempre a sus dudas, y, cuando no es posible, nos comprometemos a buscar una respuesta o solución.

> Sigo siendo juguetón/a. Tengo sentido del humor.

> Alterno actividades de juegos.

> Mis habilidades manuales están desarrolladas.

> Puedo exigirles trabajos bien hechos.

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> Puedo hacer bromas con ellos.

> Alabo el esfuerzo de los niños.

> Me gusta sentirme aceptado por el grupo y por los adultos.

> Intento que todos participen, que todos sean protagonistas.

> Puedo colaborar con otros niños y adultos y hacer encargos de forma responsable y autónoma.

> Le encargo tareas responsables.

> Tengo otros modelos adultos de conducta, además de mis padres.

> Tengo mucho cuidado en lo que hago, en lo que digo y mis actitudes para poder ser ejemplo a mis alumnos. Soy consciente de que me pueden imitar.

> El grupo de amigos es muy importante para mí.

> Favorezco actividades de conocimiento y convivencia para que se establezcan vínculos de amistad.

> Me empieza a gustar estar con amigos del otro sexo.

> Favorezco la convivencia respetuosa entre distintos sexos.

> Comienzo a tener cambios físicos debido a la pubertad.

> Soy prudente en señalar determinados cambios físicos o sexuales en los chicos y chicas.

> Puedo orar en silencio y en público.

> Favorezco oportunidades para la oración en clase. Invito a voluntarios a orar.

> Puedo responsabilizarme de mis momentos devocionales personales.

> Les invito a estudiar por sí mismos la escuela sabática y a buscar en otros libros o personas respuestas a sus inquietudes.

> Puedo establecer mi relación eterna con Jesús.

> Presento a Jesús como mi Salvador personal. Les animo a plantearse en el futuro hacer un pacto con él.

NIÑO 9 A 12 AÑOS

MAESTRO

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TRABAJANDO POR OBJETIVOS

Para preparar el terreno también es necesario que el maestro sepa qué objetivos debe plantearse y cómo llevarlos a cabo. La planificación del trabajo es importante. No te prepares actividades sábado a sábado (ni mucho menos te prepares la clase la tarde de viernes antes). Reflexiona sobre qué vas a hacer y cómo. Cuando planifiques tu trabajo ten en cuenta siempre los cinco puntos siguientes.

¿Qué quiero que los niños aprendan?

Objetivos que tendrás que plantear cada semana: qué parte de la historia es realmente importante (enfatiza en ella). Escoge las aplicaciones o enseñanzas más adecuadas para la vida diaria del niño. Para ello es completamente necesario que conozcas bien la historia sobre la que gira el tema de la semana y que hayas tenido tiempo de reflexionar sobre ella. Objetivos que deberás plantear para conseguir a lo largo un trimestre o incluso de todo el año. Serán objetivos que hagan referencia a determinados hábitos de conducta o al desarrollo de sentimientos como la integración de los niños en el grupo, la memorización de versículos u otros. Estos objetivos a medio y largo plazo son los que tiene que proponer el responsable de cada clase para que el trabajo de todos los maestros que trabajan en la misma clase gire en torno a ellos.

¿Cómo quiero que aprendan?

Tienes que elegir qué tipo de actividades vas a plantear dependiendo de los dones y capacidades de cada grupo de niños, de cada maestra y de cómo te sientas tú personalmente. Si tienes un grupo de niños y niñas muy movido, planifica actividades de movimiento, juegos y música. Si tienes un grupo más tímido alarga un poco el relato de la historia bíblica, prepara manualidades o visualizad vídeos. Los maestros también tienen diferentes dones. Hay maestros que cuentan muy bien las historias pero que hacen muy mal las manualidades o que son muy sosos proponiendo juegos. Hay maestros que se les da muy mal la música, pero son buenísimos preparando juegos. Combinad los talentos de los maestros y maestras con las necesidades de los niños.

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¿Cuánto tiempo tengo?

Vigila bien el reloj. Es preferible que te sobren cinco minutos y que los dediques a conversar y a estrechar lazos afectivos con los niños o con sus padres, a que hayas preparado tantas actividades que te estreses tú, a los niños y a los padres que esperan.

¿Qué materiales y recursos tengo?

Planifica bien las actividades y los materiales necesarios y tenlos preparados. En las iglesias suele haber mucho material olvidado: pregunta primero con una o dos semanas de antelación si hay o no hay determinado material. Todo lo que hagas con los chicos guárdalo y compártelo. Si tú no sabes cómo conseguir algo, hay mucha gente en la iglesia que te puede ayudar. Busca colaboración tanto dentro del equipo de escuela sabática infantil como con personas ajenas. No dejes de llevar a cabo una idea por no saber. Pregunta. Estudia posibilidades. Busca ayuda.

¿He conseguido lo que quería?

Es quizá, la parte más importante del trabajo y la que nunca hacemos. Cada sábado, cada trimestre y al final de cada año, tómate un tiempo para reflexionar: -

¿He propuesto los objetivos adecuados? Siempre estoy a tiempo de rectificarlos.

¿Han resultado bien las actividades? ¿Por qué han fallado? Corrijamos los errores para la próxima vez.

¿Han aprendido lo que yo quería o han aprendido otra cosa? Ten en cuenta que los niños siempre aprenden algo.

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2.2. SEMBRANDO Y CULTIVANDO LAS PLANTAS

CREA TU PROGRAMA

Te presentamos un listado de momentos que puedes incorporar a tu programa. Son momentos orientativos. Tú y tu equipo debéis elegir cuáles incorporar y cuáles pueden no ser necesarios o que las condiciones de tu grupo de niños o de los recursos de los que dispones no permiten hacerlo. Y seguramente se os ocurrirán otros momentos que no estén aquí descritos; incorporadlos sin dudar. Lo que es muy aconsejable es que organicéis el programa de acuerdo a una estructura lo más fija posible (eso no quiere decir que, si te has equivocado en el planteamiento, si no funciona o si crees que lo puedes hacer mejor, lo cambies). Una estructura de tiempos y actividades fija ayudará a los niños a realizar con orden los cambios y a aprovechar mejor el tiempo y la capacidad de atención. Es muy importante que adecuéis cada momento a la edad de los niños. Los más pequeños necesitarán más atención del adulto, mientras que los más mayores querrán ser más independientes.

¿Ya tienes claro que cada iglesia, cada clase de escuela sabática, cada maestro y cada grupo de niños tiene unas capacidades, singularidades y necesidades específicas? ¿Y que eres tú, como maestro, el que se tiene que adaptar a los requerimientos de cada momento? Por eso, a partir de ahora no te vas a encontrar un programa hecho para que tú lo copies y lo apliques a tu clase. Un maestro no es un operario que sigue las instrucciones de uso o de montaje; los niños no son piezas de un puzle hechas a medida; ni las iglesias son el maravilloso mundo de cuento de hadas con recursos ilimitados a nuestra disposición. Todas las propuestas que encontrarás a partir de aquí son a modo orientativo. Algunas te servirán y otras no; y otras te abrirán la mente para hacer una cosa completamente distinta.

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MOMENTOS PARA EL PROGRAMA

TIEMPO DE LLEGAR MINUTOS PREVIOS-RECEPCIÓN Nota: Especialmente para las iglesias que tienen el programa de escuela sabática a primera hora.

Se trata de tener atendidos a los niños que llegan temprano (hay familias que tienen que estar en la iglesia antes de hora y esos minutos suelen ser tediosos para los chicos). Al ofrecerles un lugar donde estar y algo que hacer, fomentas que otros niños quieran llegar pronto a la escuela sabática y apuren a sus padres para llegar puntuales.

IDEA / CONSEJO

· Si sabes que siempre hay niños antes de hora, procura que haya un miembro del equipo que llegue un poco antes del comienzo del programa. Puede ser una sola persona para todas las edades y un solo espacio. Cuando comience el programa se podrán repartir en sus clases.

Dales algo que hacer, que no se queden sentados en un rincón sin hacer nada, aburridos. - Franelógrafo. Puedes dejar que usen el franelógrafo con libertad, que inventen sus composiciones o que jueguen a contar historias.

· Recíbelos con alegría. · Ponles música de fondo. No tiene que estar muy alta ya que cuanto más alta esté la música más alto hablarán los niños.

- Mural de papel para dibujar o dejar mensajes.

· Prepara un lugar para los abrigos lejos de los asientos.

- Juegos de mesa. Puedes preparar puzles bíblicos o de naturaleza, juegos de memoria, de ordenar secuencias o historias. Escoge los juegos con cuidado, que sean adecuados a la escuela sabática.

· Salúdales individualmente (no importa que hayan llegado antes o que lo hagan en medio del programa; si este es el caso, de forma breve).

- Dibujos para colorear de temas bíblicos o de naturaleza que luego se puedan llevar.

· Prepara un mural de asistencia en el que puedan «fichar». Puede ser un árbol en el que cada hoja sea el nombre o la foto del niño, una iglesia en la que colocar figuras de niños con su nombre, un tren en el que en las ventanas de los vagones se vea una foto o un dibujo por cada niño… · Es un buen momento para conocerse y conversar. Tanto los niños con su maestro como los niños entre ellos.

IDEA / CONSEJO Ten preparado algún «recuerdo». Puede ser una tarjetita, una pegatina o un marcador de libros que diga: «Recuerdo de la escuela sabática de (nombre de la iglesia).» También puedes escribir la fecha o incluso pueden firmar todos los chicos.

ATENCIÓN A LAS VISITAS · Salúdalos y preséntalos a los demás niños. · Ponles una identificación para que todos los puedan llamar por su nombre.

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TIEMPO DE EMPEZAR Establece una señal que los niños puedan reconocer como el momento de comenzar el programa: un sonido, una alarma graciosa, una música concreta (siempre la misma) más alta que la música de fondo.Da tiempo a que dejen de hacer lo que estaban haciendo, recojan, si es necesario y se coloquen en su lugar. CANTOS · Dedica unos minutos a cantar. · Elige un canto-tema para empezar o simplemente aprended cantos nuevos. DIÁLOGO · Dedica unos minutos a conversar en grupo, a contar las novedades de la semana o los proyectos. Deja que ellos os cuenten cómo ha ido la semana, si ha pasado algo importante (o no) o lo que les apetezca contar. Algunas veces pueden ser cosas tan insustanciales (para el adulto) como que mamá hizo galletas o que he visto Los vengadores. Pero todo eso te ayudará a conocer mejor a tus chicos y a los niños entre ellos. RUEDAS DE PARTICIPACIÓN · Puedes terminar la conversación con rondas de participación, muy breves y completamente voluntarias. Por ejemplo: Doy gracias a Dios por...

Buenos días, Jesús. Soy.... y (te amo).

Amo a Dios porque...

TIEMPO DE ORAR · Puedes establecer uno, dos o tres tiempos de oración a lo largo del programa. No más. Estos tiempos pueden ser: la oración de comienzo, la oración del final o despedida o un rincón de oración (para los más mayores). · Cuando ores con los niños asegúrate que son oraciones cortas y sencillas, con un lenguaje adecuado a su edad. · Para acostumbrar a los más pequeños a orar en público ponlos a tu lado delante de los demás y ora tú con frases cortas. Invítale a repetir frase por frase vuestra oración. Habrá niños que sean tan extrovertidos que no necesiten repetir las frases del maestro. Déjales que oren como ellos quieran. Es su oración.

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· Con niños medianos y mayores puedes establecer turnos de oración. La oración en público nunca ha de ser obligada. Si un chico no acepta orar en público, aunque sea su turno, respétalo. Busca estrategias para motivarle y para que la próxima vez acepte orar en público. · Deja que se presten voluntarios. Pero ten cuidado de que no sean siempre los mismos. Intenta animar a todos a que oren. · Puedes iniciar el tiempo o rincón de oración adaptándolo a las diferentes edades: Niños de 3 a 6 años. Niños de 6 a 9 años.

Niños de 9 a 12 años

- Los pequeños y medianos pueden traer objetos, dibujos o fotografías sobre sus temas de oración. - Con los mayores puedes comentar las diferencias de diferentes oraciones públicas según sea su función: comienzo, gratitud, consagración, intercesión, despedida, bendición. Pero, sobre todo, no hagas del rincón de oración un rincón solo de peticiones o deseos. Enséñales también a agradecer y a expresar sus sentimientos a través de la oración. · Puedes sustituir cualquier momento de oración por un tiempo de oración individual y en silencio.

TIEMPO DE AYUDAR IDEA / CONSEJO Recuerda los objetivos de la ofrenda del trimestre y de la ofrenda de escuela sabática en general. - Puedes preparar un espacio en el aula donde colocar un rincón con dibujos y fotografías sobre el objetivo del trimestre. - Localiza la zona donde se desarrolla la historia o el proyecto del Misionero en un mapa dando todos los detalles posibles. (Actividad no apta para menores de seis años) - Infórmate antes de contar la historia sobre el país, sus costumbres, naturaleza o su historia y cuenta a los niños anécdotas curiosas. - Con los más mayores puedes ir haciendo un mural en el que se recojan fotos de los lugares mencionados en el Misionero. Incluso puedes pedir a los niños que hagan el trabajo de investigación sobre esos territorios.

Tradicionalmente el tiempo de conocer acerca de la labor misionera y solidaria de la iglesia se ha situado en el programa de escuela sabática a través de los relatos del Informe Misionero y del programa de ofrendas del decimotercer sábado. Te damos algunas ideas de cómo trabajar este tiempo: · Prepara un canto para recoger la ofrenda. Que sea siempre el mismo. (Actividad más adecuada para los niños menores de 9 años). · Prepara recipientes especiales para recoger la ofrenda. Puedes adecuarlo al territorio a donde van destinadas las ofrendas. Puede ser un frasco envuelto con dibujos de los animales típicos, o con la foto de niños de ese territorio. · Relata la historia del Misionero o una historia solidaria. A los más mayores les puedes pedir que sean ellos los que la relaten. Intenta que sea un trabajo de preparación en casa y que no lleguen a la escuela sabática y lean el relato. ¡Es un rollo!

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TIEMPO DE APRENDER HISTORIA BÍBLICA Es el tiempo principal y central de la escuela sabática. · Es el momento de relatar¹ (no leer) la historia bíblica de la semana. Si los niños la han estudiado en su casa, podrán repasarla y si no lo han hecho será su oportunidad para escucharla por primera vez. · Dependiendo de la edad puedes ir haciendo pausas para permitir la participación de los chicos o provocar tú el diálogo sobre asuntos concretos de la historia o su aplicación a la vida cotidiana. VERSÍCULO DE MEMORIA Es el momento de que los niños reciten el versículo aprendido en casa o de aprenderlo si no lo han hecho de diferentes maneras: - Pedir que lo reciten de uno en uno (comenzando por los que ya lo «traen» aprendido y dejando para el final a los más tímidos y los que se lo van aprendiendo conforme lo recitan sus compañeros). - Ayudarles recitando tú el versículo y que ellos lo repitan. - Hacer que lo reciten todos a la vez. · Juegos para ayudar a memorizar el versículo: - Escribir en tarjetas todas las palabras por separado del versículo y pedir que ellos recompongan el versículo (de forma individual, en grupos o entre toda la clase). - Escribir en un mural o pizarra el versículo sin espacios entre palabras y que ellos lo ordenen. - Escribir el versículo con algún error y que ellos lo corrijan. - Inventar una canción con el versículo. - Hacer una manualidad escribiendo el versículo.

1 Ver el capítulo referente a cómo narrar historias.

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ACTIVIDADES SOBRE LA LECCIÓN El objetivo de estas actividades será asentar lo aprendido durante la semana sobre la historia bíblica. IDEA / CONSEJO Ejemplo juegos: -

Concurso bíblico. Gymkanas. Juegos de grupo. Juegos de mesa elaborados para el tema de la semana.

· Juegos.

· Actividades tipo fichas individuales.

· Manualidades. · Realizar murales.

· Cantos y juegos musicales. · Otras dinámicas (¡imaginación al poder!).

· Experimentos científicos con aplicación bíblica o social. OTRAS ACTIVIDADES Para completar la formación de los chicos puedes tener espacios dedicados a otros temas. Estos espacios deberán ser amenos y participativos. · Eventos especiales. No tienen que ser un espacio fijo. Por ejemplo, el día que vaya a celebrarse la Santa Cena o vayan a realizarse bautismos, reservad un tiempo para hablar sobre estos ritos en la clase. · Otros temas como: - La naturaleza y cómo encontrar indicios de Dios en los animales, plantas, paisajes o fenómenos naturales. - Temas doctrinales. - Historia de nuestra iglesia y de la vida de los pioneros adventistas. - Creación, evolución y diseño inteligente.

TIEMPO DE PREPARAR Puedes utilizar parte del tiempo de escuela sabática a preparar la participación de los chicos en diferentes eventos como pueden ser: · Decimotercios. · Programas especiales para la iglesia. · Colaboraciones con el club de exploradores. Si tienes tiempo puedes ayudar al club a preparar los concursos bíblicos del Camporé o los temas bíblicos de los grados.

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TIEMPO DE CELEBRAR CUMPLEAÑOS Es importante celebrar los cumpleaños. Son momentos en los que los niños se sienten reconocidos y protagonistas. Apenas necesitarás cinco minutos para celebrarlo. Para ello ten preparado: · Canto de cumpleaños. Siempre el mismo y que todos los niños conozcan, intentando que algún momento la letras del canto tenga un componente espiritual.

Si la costumbre en la iglesia es que los padres traigan algún dulce para hacer una pequeña fiesta de cumpleaños tenlo en cuenta para terminar un poco antes el programa y dar paso a la celebración.

feliz

· Soportes para la celebración. Podéis hacer distintos objetos para usar en la celebración: - Una tarta falsa que pueda soportar las velas de cumpleaños para que el homenajeado pueda soplar las velas. - Un mural o photocall donde hacerse una foto.

cumpleaños

- Una corona de cumpleaños. OTROS MOTIVOS También puedes dedicar unos minutos a celebrar distintos acontecimientos. Alguno lo puedes celebrar simplemente mencionando el motivo de celebración y un aplauso y otras veces podréis hacer una mini fiesta: · Logros individuales. Algo importante que haya conseguido cualquiera de los chicos: ponerse bueno después de una enfermedad, aprender a nadar, viajar solo… · El nacimiento de un hermano. Da la enhorabuena por ser el hermano mayor. · La participación en programas de iglesia. Después de cada participación en un decimotercio o en una parte del programa de la iglesia, celebradlo juntos con un aplauso, un refrigerio y un rato de diversión para quitar los nervios.

TIEMPO DE RECIBIR INCENTIVOS² Puedes preparar incentivos para diferentes aspectos: aprender el versículo de memoria, llegar puntuales, asistencia, buen comportamiento. Lo ideal es entregar el incentivo en el momento del programa que se realice la conducta a incentivar: el del versículo de memoria, inmediatamente después de haberlo recitado, el de puntualidad, en el momento de comenzar el programa, el de buen comportamiento y asistencia en la salida…

Ver capítulo referente al uso de incentivos.

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OTROS REGALOS Puedes preparar otro tipo de regalos que los niños se lleven a casa. No tienen por qué tener regalos todos los sábados. Una sorpresa se agradece más que la costumbre de tener un regalo todos los sábados. · Recuerdo de una dinámica o ilustración usada en el programa. · Tarjetitas o recuerdos con textos o mensajes. · Materiales de colorear o pasatiempos para hacer durante el culto o en casa.

TIEMPO DE DESPEDIRESE La despedida tiene que ser tan calurosa como la bienvenida. Prepara pequeñas actividades como cantos de despedida, pequeños poemas o frases hechas o una oración corta.

TIEMPO DE RECOGER Aunque ya os hayáis despedido, implica a los niños en dejar la sala recogida o en guardar los materiales. Eso les ayudará a apreciar tanto el espacio, los muebles o los materiales como algo suyo y lo cuidarán mejor. También les ayudará a responsabilizarse y a saber que pueden ayudar.

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USO DE LOS TIEMPOS Cada iglesia dedica un tiempo concreto al programa de escuela sabática, y por lo general, coincide con el tiempo que tendrás disponible para la escuela sabática infantil. El tiempo ideal para desarrollar un programa sería de una hora y media, pero nunca menos de una hora. Sé flexible. Observa cómo los niños acogen las distintas actividades. Puede ser que una actividad no funcione y debas cambiar a otra en menos tiempo del previsto, o puede ser que los niños estén encantados y puedas estar bastante más tiempo haciendo un juego, una canción, un baile o una manualidad. Edad de los niños. Cuanto más pequeños son, el tiempo dedicado a actividades de tranquilidad y de escuchar debe ser menor; deberás cambiar de actividades con mayor frecuencia. Para niños de 3 a 6 años

Para niños de 6 a 9 años

Para niños de 9 a 12 años

Así, para una clase de 3 a 6 años, las distintas actividades pueden programarse en periodos de no más de 15 minutos, incluida la narración de la historia (en posición sentados y en silencio), algo más si el maestro es un narrador de los que deja a los niños con la boca a abierta. Si la mayoría de la clase se acerca más a los 5-6 años, se pueden prever hacer actividades de más duración, especialmente manualidades.

Si tu clase es de 6 a 9 años puedes programar menos actividades y de mayor duración. La narración de la historia y cualquier otra dinámica o actividad que requiera estar sentados y en silencio no debe durar más de 20 minutos. Sin embargo, déjales bastante tiempo para hacer manualidades (ya que son mucho más detallistas y les gusta hacer las cosas bien) o actividades de movimiento o que requieran organizarse entre ellos, ya que perderán mucho tiempo en decidirse.

Si tu clase es de 9 a 12 años puedes programar actividades largas. El comentario de la lección puede alargarse incluso más allá de 30 minutos siempre y cuando estén motivados y participativos. Pero, ojo, aunque tengan edad de poder permanecer atentos y quietos (más o menos) durante mucho tiempo no abuses de su paciencia. Puede que un día en concreto funcione el estar mucho tiempo dialogando, pero ofréceles dinámicas y actividades variadas y divertidas.

Espacio que dispones. La relación espacio-tiempo existe hasta en la escuela sabática. Si tu clase es muy pequeña los niños se agobiarán con más facilidad que si el espacio es amplio, por lo cual se cansarán antes y estarán más nerviosos. Por ello reduce el tiempo tanto de las actividades como del programa. Número de niños. Cuanto mayor sea el número de niños más tiempo necesitarás en la preparación y los cambios de actividades y en los juegos, si quieres que participen todos. No apures el tiempo. Cuando prepares la duración de tu programa, no prepares demasiadas cosas, por muy chulas que sean, o actividades demasiado largas. Es preferible que te sobre tiempo y puedas dedicar a charlar con los niños, a alargar o repetir actividades que les gustan, a improvisar actividades que ellos propongan y a recoger el espacio con tranquilidad. Ver que el tiempo se agota, que están los padres esperando o que empiezan a llegar otras personas que necesitan el espacio no hace otra cosa que generar estrés, incomodidad y cambio de estado de ánimo. Los niños se marcharán con una mala sensación y los maestros terminaréis «quemados».

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PREPARA TUS ACTIVIDADES

ELIGE CÓMO QUIERES TRABAJAR Lo primero que tienes que tener en cuenta es que la escuela sabática tiene que tener poco de «escuela» y mucho de «sabática». El tiempo que los niños pasen en la clase de escuela sabática forma parte del descanso sabático: un tiempo de celebración, de comunión con Jesús y con las personas que nos rodean, de relajación, de seguridad y de tranquilidad. Y también lo debe ser para ti, el maestro. El clima que crees en la clase con los niños debe ser sabático: que los niños deseen volver al sábado siguiente a disfrutar de tu compañía, de la compañía de los demás chicos y de las actividades que prepares. ¿Cómo eres tú? Te podrán decir que hay que hacer actividades dinámicas para que los niños no se aburran, pero si tú eres buen narrador y dejas a los niños con la boca abierta estando sentados y tranquilos, adelante, hazlo. Te podrán decir que hay que contar todos los días la historia bíblica de la semana, pero si sabes organizar un juego motor³ o eres capaz de dirigir a los propios niños para que sean ellos los que cuenten la historia, adelante, hazlo. Y dado que en cada clase habrá niños a los que les guste hacer manualidades, escuchar historias, jugar, resolver retos o cantar, la mejor opción es que haya varios maestros que se complementen y que se turnen en sus responsabilidades, trabajando juntos.

Es cierto que en la escuela sabática van a aprender muchas cosas, aunque tal vez lo menos importante es que aprendan dónde estaba Capernaún, quién era el padre de David o qué pasó en Jericó. Recuerda que las historias de la Biblia son un medio para conocer a Jesús, comenzar a tener una relación personal con él y tener las primeras experiencias de cristianismo como estilo de vida. Si queremos que los niños se acerquen a Jesús no podemos crear un clima de exigencia estricta de aprendizaje, de que se sientan inseguros de si van a contestar bien o mal a las preguntas, de si van a ganar o no un premio, de estar sentados y en silencio porque si no el maestro se enfada... Y teniendo esta premisa clara, la forma de trabajar puede ser muy diversa y depende de ti, de tus habilidades y capacidades. El primer paso es que reflexiones sobre qué cosas se te dan bien. Hay maestros que hacen manualidades muy chulas y divertidas mientras que otros no tienen gracia ni para colorear; hay maestros que organizan juegos súper interesantes y otros que son capaces de pasar el tiempo conversando y debatiendo; hay maestros que son excelentes narradores y otros que cantan y enseñan a cantar de maravilla.

3 Ver el apartado sobre Otras formas de contar la historia.

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ACTIVIDADES QUE SE PUEDEN DESARROLLAR EN LAS CLASES Las actividades que podrás desarrollar en tu clase tienen mucho que ver en principio contigo mismo. No puede desarrollar los mismos tipos de actividades una persona tranquila, sosegada que otra súper dinámica de esas que no se sabe quién es el niño y quién el maestro. No serán iguales las clases de un maestro creativo que otro reflexivo. También tendrán mucho que ver con los espacios y los tiempos de los que dispones, los recursos materiales y por supuesto del grupo de niños. A continuación, te proponemos un listado de actividades y el contexto en el que las puedes usar.

Pasan cinco días a la semana en el colegio. Las actividades que propongas, aunque se puedan parecer a las que realizan durante la semana deben ser distintas. Serán distintas porque tendrán un enfoque bíblico pero también deberán serlo en la forma de proponerlas, una forma lúdica, relajada y muy personal.

ACTIVIDADES MANUALES Manualidades individuales que tengan que ver con la lección o con el tema central del programa. Puedes encontrar en internet infinidad de manualidades casi para cualquier historia bíblica. Aprovecha los buscadores o las aplicaciones como Pinterest. Prueba también a buscar en otros idiomas. Ten cuidado al seleccionar los trabajos: la edad es muy importante. Si no encuentras manualidades sobre una historia en concreto prueba a buscar tarjetas, marcadores, carteles de decoración para su cuarto… adáptalos con un versículo o un pensamiento que tenga que ver con la lección. Manualidades en grupo. Elaborad murales, exposiciones, decoraciones… Favorece el trabajo en equipo, la tolerancia, la valoración de su propio trabajo y la de sus compañeros, la autoestima y la sensación de que el espacio donde estoy es mío y por eso lo voy a cuidar. Dibujo individual. Puede ser de varias maneras: - Colorear láminas en momentos de tranquilidad, sin prisas. - Expresar con su dibujo su propia forma de ver el relato bíblico, la historia o la actividad que se haya realizado. - Completar dibujos. Les ofreces una lámina solo con una parte del dibujo y que ellos imaginen el resto.

PASATIEMPOS Los pasatiempos pueden ser una buena opción siempre y cuando el material de estudio en casa de los niños no los contenga. En internet hay infinidad de ellos. En el caso de que uséis materiales como Mi Biblia, mi tesoro, ya contienen sus

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actividades y pasatiempos. Puedes usar otros pasatiempos de forma grupal y cooperativa: hacer una sopa de letras o un crucigrama gigante para que todos puedan participar, buscar entre todos las diferencias, encontrar entre todos los errores o personajes escondidos… O puedes usarlos a modo de concurso de equipos. EXPERIENCIAS GRÁFICAS Y EXPERIMENTOS CIENTÍFICOS Muchos experimentos y experiencias pueden ser usados como parábolas de enseñanzas y aplicaciones religiosas. Por ejemplo, un globo que se hincha sin parar hasta hacerlo explotar puede ser un símil de lo que ocurre cuando mentimos, flores en agua coloreada que cambian de color puede significar la transformación que experimentamos cuando el Espíritu Santo actúa en nuestro interior. También se pueden usar elementos que aparezcan en las lecciones, como el agua, la sal, la luz, la tormenta…

EXPOSICIONES Y MAPAS Los más mayores (a veces los pequeños también) agradecen cuando llevamos a clase una colección de imágenes, fotos o dibujos sobre el momento histórico, lugares u objetos de arte (pinturas, edificios, esculturas, objetos cotidianos…) del momento en que ocurre la historia: - el Partenón con la historia de Pablo en Atenas, - fotos de pinturas egipcias para la historia de Moisés…

También puedes llevar alimentos, vegetales, minerales u otros objetos que sean poco comunes o curiosos para ellos. Por ejemplo: -

algarrobas en la parábola del hijo pródigo, las piedras semipreciosas del pectoral del sumo sacerdote, fragmentos de oro, incienso y mirra para los sabios de Oriente, una colección de monedas hablando de Zaqueo; colección de perfumes para la unción de María…

A los mayores, a partir de ocho años, les puede interesar también la localización en un mapa de los lugares donde ocurren las historias bíblicas o el lugar a donde van destinadas las ofrendas. (Actividad no apta para menores de seis años).

GASTRONOMÍA ¡Ojo! ¡Cuidado con las alergias e intolerancias alimentarias!

Puedes llevar a clase distintos alimentos (y por supuesto coméroslos) mencionados en las historias bíblicas o alimentos típicos de los lugares a donde están destinadas las ofrendas de decimotercer sábado.

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También puedes hacer de cocinillas y preparar aperitivos que tengan que ver con la lección o el tema: murallas de Jericó con galletas, sándwiches en forma de corazones, barcos de plátano…

ESCENIFICACIONES En algunos momentos puedes pedir a los niños que te ayuden a contar la historia haciendo ellos mismos los personajes. Será mucho más divertido si tienes a mano disfraces o simplemente telas y cordones con los que improvisar un manto o un tocado, así como coronas, cetros, bastones, pelucas… También se les puede pedir que ellos improvisen la historia después de que se les haya contado o, si se pueden ver con antelación, que ellos mismos preparen una escena de la lección.

AUDIOVISUALES Siempre puedes encontrar o elaborar buenas producciones audiovisuales: un PowerPoint, un pase de diapositivas (de las antiguas, que les llaman mucho la atención), un video… de temas sociales, culturales, doctrinales o bíblicos. Intenta que los videos o los PowerPoint (no elaborados por ti mismo) no sustituyan la lección ni la conclusión del tema. Deben servir de complemento, como punto de partida para el diálogo o como momento de reflexión. Y tendrán una duración aproximada de cinco minutos en el caso de videos que no precisen de interacción del maestro ni de los alumnos.

Asegúrate de visionar anteriormente todo el contenido con ojos muy, pero que muy críticos, especialmente películas basadas en el relato bíblico. Búscale todos los fallos porque si no, los encontrarán los niños, y prepárate todas las explicaciones que creas que tengas que dar. De todas formas, nunca ofrezcas a tus alumnos menores de 9 años videos que no compartas ideológicamente al 100%. Con los mayores pueden servir como ejemplo de opiniones confrontadas, para rebatirlos o para generar debate.

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EL JUEGO COMO RECURSO EDUCATIVO EN LA ESCUELA SABÁTICA INFANTIL Jugar, según la Real Academia de la Lengua Española, significa: «hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades». Y no hay pareja más unida que evangelio y alegría. Así que no parece mala idea que, si queremos desarrollar la capacidad de aprender sobre Jesús, sobre su Palabra y la capacidad de establecer una relación personal con él, busquemos hacerlo con alegría. Así cualquier actividad que realicemos con alegría, para los niños, se convierte en un juego. Mediante el juego y las actividades lúdicas, el niño no permanece como simple observador de la experiencia espiritual de los demás, sino que se convierte en protagonista, comienza a experimentar vivencias, emociones y sensaciones espirituales que luego se pueden convertir en su experiencia personal religiosa. El juego y las actividades lúdicas constituyen el motor del aprendizaje en los niños (y lo facilita enormemente en los adultos) porque la alegría, la diversión, la sensación de estar haciendo algo agradable y bonito estimula el deseo de realizar la actividad, de explorar nuevas metas y de conocer más. Por otro lado, al jugar podemos enmarcar los aprendizajes en un contexto significativo para él; que el aprender versículos de memoria o el nombre de personajes bíblicos tenga un sentido y que además le aporte algo a su experiencia vital. También, el juego es un gran facilitador de socialización. A través del juego los niños y niñas aprenden a relacionarse y a establecer lazos afectivos, de amistad y de cooperación que luego se traducirá en una iglesia con buenas relaciones interpersonales. Y no menos importante es que, al jugar, el niño se relaja, encuentra paz interior (aunque por fuera esté excitado y nervioso), autorregula su comportamiento y aprende a ser amable con los demás (ya sean compañeros o contrincantes), a tener paciencia, a saber perder y a saber ganar. Y si necesitas más razones para incorporar el juego a tu esquema de trabajo en la escuela sabática infantil, observa el siguiente cuadro:

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GÁLATAS 5: 22, 23 (distintas versiones)

PORQUE EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES:

EL JUEGO

> AMOR

> Crea sentimientos de amistad, ayuda a establecer lazos afectivos.

> ALEGRÍA (gozo)

> Produce alegría, te hace sentir bien.

> PAZ

> Te da equilibrio emocional.

> PACIENCIA (tolerancia)

> Enseña a tener paciencia, a guardar turnos, tolerar los defectos de los demás y adaptar tu conducta a las necesidades de los demás.

> HUMILDAD (mansedumbre, modestia)

> Enseña a perder, a sentir frustración y no por ello a sentirte fracasado, a ganar sin avergonzar a los demás. Enseña a reconocer los éxitos de los demás y a alegrarte por ello.

> DOMINIO PROPIO (templanza, control propio)

> Enseña a controlar los impulsos, las emociones propias y la propia conducta.

> FIDELIDAD (fe, lealtad)

> Enseña a seguir normas, a velar por el bien del equipo.

> AMABILIDAD (benignidad, gentileza, afabilidad)

> Enseña a seguir unas normas de conducta y cortesía con los demás.

> BONDAD

> Enseña a distinguir entre el bien y el mal, a no hacer trampas, a ser buen compañero, a hacer el mejor trabajo.

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USO DEL JUEGO Y ACTIVIDADES LÚDICAS

¿Qué tipos de juego usar en la escuela sabática infantil?

En principio puedes jugar a lo que quieras siempre que las condiciones de espacio, edad y número de niños lo permitan. Pero ten en cuenta que el periodo que estamos con los niños en la escuela sabática es muy limitado y no podemos perder el tiempo. Cada juego que propongas debe tener un objetivo, no el de pasar el rato. Esto es la escuela sabática, no una ludoteca ni una guardería. Si quieres jugar a las sillas musicales, hazlo, y propón un contexto bíblico como, por ejemplo, vivenciar la fiesta de la boda de Caná y usa una música infantil religiosa, no Los 40 principales. Cualquier juego que hagas adecúalo al contexto de la escuela sabática, la iglesia o el tema que tratas en la lección. Si quieres hacer alguna actividad que necesite un espacio del que no dispones en la clase, pide permiso para usar otros espacios de la iglesia siempre que no interfiráis con las actividades de los adultos (aunque algunas veces puede ser divertido hacerlo) o incluso pide permiso a los padres (y que algunos os acompañen) y sacáis a los chicos fuera de la iglesia (si tenéis una plaza o un parque cerca). Pero avisa con tiempo, no improvises. Debes tener siempre presente que los juegos dentro del tiempo de la escuela sabática han de tener la meta de acercar a los niños y niñas a Jesús como un amigo con el que pueden divertirse y aprender, nunca como una imposición o en un ambiente que genere ansiedad. Los chicos y chicas han de tener claro desde el principio que no se trata de ganar sino de divertirse y aprender más acerca de Jesús. No se trata de ver quién sabe más, sino de aprender todos juntos. No se trata de quién es el mejor sino de cómo podemos hacernos mejores.

JUEGOS Y ACTIVIDADES

A continuación, te proponemos algunos juegos y actividades lúdicas.

Recuerda que son ideas que tú debes transformar de acuerdo a las condiciones de la clase y la lección que vayas a trabajar. Son juegos y actividades sin edad, que puedes adaptar a la edad de los niños de tu clase simplemente alterando la dificultad o el lenguaje utilizado. Y seguro que tú sabes muchos más. Juegos para cambiar de actividad / volver a la asamblea / guardar silencio Elige un medio de transporte que tenga que ver con la historia que vas a contar (o que acabas de contar): 3 a 6 años

VIAJAMOS

«Vamos a subir al avión del misionero que nos llevará hasta nuestras sillas para escuchar la historia de esta semana. Nos ponemos los cinturones. Abrimos bien las alas (los brazos) y... ¡despegamos! Cuidado con esas nubes… Cuidado con esa águila... ¡Atención que aterrizamos! Rogamos permanezcan sentados hasta que se termine la historia».

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Canta una canción de movimiento. La intensidad de cada movimiento será menor hasta que el último movimiento sea estarse sentados y escuchar. (Puedes usar músicas de canciones que los niños se sepan o inventar una). «Me pongo de pie […]. La mano muevo así […], la cabeza muevo así […]. Me siento así […].»

«Me pongo de pie […] a pata coja saltaré […] Corro, corro sin parar/sin ir a ningún lugar […] Tan cansado he quedado que en la silla me he sentado.»

Damos palmadas con un dedo, luego con dos, con tres, con cuatro con la palma abierta haciendo mucho ruido. Poco a poco va pasando la tormenta y volvemos a dar palmas cada vez más despacio con cuatro dedos, con tres, con dos, con uno sin tocar las manos.

ME MUEVO ASÍ

3 a 6 años

TORMENTA

3 a 6 años

EXPLORADORES (I)

3 a 6 años

EXPLORADORES (II)

3 a 6 años

Somos exploradores que vamos de excursión. El guía grita: —¡Atención! —¡El suelo está lleno de espinas! (comienza a dar saltos alternando las piernas y todos lo imitan). —¡Estampida! (comienza a correr en el sitio muy deprisa). —¡Cruzamos un río! (comienza a mover los brazos como si nadara). —¡Tenemos que cruzar el precipicio por un tronco! (camina poniendo un pie delante del otro). —¡Un dinosaurio! (nos quedamos muy quietos para que no nos vea). —¡El campamento! ¡Todos a descansar! (Se sientan). (Se trata de jugar a simular las situaciones que el maestro va a ir narrando. Puedes elegir una de las actividades de abajo u otra que se te ocurra. Intenta que vayan en orden de regresión, desde la actividad más movida a los movimientos más tranquilos. Después de cada «obstáculo» siguen caminando en el sitio).

Somos exploradores que vamos de excursión. El guía pregunta: —¿Qué es aquello que a lo lejos se divisa? ¿Es un árbol (o cualquier otro obstáculo)? ¡Es un árbol! ¿Lo trepamos (cualquier acción sobre el obstáculo)? ¡Lo trepamos! Todos los estudiantes hacen el gesto o movimiento del guía. Otras acciones: —¿Es un puente? (Un puente que cruzamos. Caminamos como haciendo equilibrios). —¿Es una cueva? (Una cueva que atravesamos. Caminamos con los ojos cerrados). —¿Es un río? (Un río que cruzamos. Movemos los brazos como nadando). —¿Es una nube? (Una nube que abrazamos. Damos abrazos).

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Tipo «Las hojitas del otoño». Puedes modificar la letra en función de la estación del año. Cada estrofa es una acción diferente.

3 a 6 años

CANCIONES DE MOVIMIENTO

«Las hojitas, las hojitas (movemos las manos como las hojas de los árboles) de los árboles se caen (nos agachamos, las manos al suelo) Viene el viento y las levanta (nos levantamos de un salto con las manos arriba) y se ponen a… correr (corremos en el sitio). Viene el viento y las levanta y se ponen a correr.» En las siguientes estrofas la acción puede cambiar a bailar (bailamos), saltar (saltamos), girar (giramos), caminar (caminamos en el sitio)... Termina cambiando la letra: «Las hojitas, las hojitas de los árboles se caen. Viene el viento, sopla suave y en silencio quedarán. Viene el viento, sopla suave y muy quietas estarán.»

Juegos de introducción o motivación Son juegos o actividades para hacer antes de la lección o del tema. Sirven para llamar la atención de los chicos sobre lo que se va a hablar. No siempre es necesario. Para todas las edades. > Prepara un recipiente grande con arroz, bolitas de papel, arena o relleno para embalajes. Esconde en él objetos relacionados con la lección. Si cuentas la pesca milagrosa esconde pececitos o una barquita; si cuentas la parábola del buen pastor esconde ovejitas tipo Belén. Los niños deben buscarlas y decir qué tienen que ver con la lección.

3 a 6 años

> Esconde un objeto en la clase (o lo colocamos a la vista, pero no evidente). Permite que los niños lo busquen y hablen sobre él. 6 a 9 años

JUEGOS DE INTRODUCCIÓN O MOTIVACIÓN

> En una bolsa opaca esconde varios objetos. Los niños meten la mano y adivinan por el tacto de qué se trata (por ejemplo, plumas negras para la historia de Elías y los cuervos). > Prepara en una mesa una exposición con objetos y los comentáis (ver actividades de exposición).

9 a 12 años

> Prepara una colección de imágenes, fotos o dibujos sobre el momento histórico, lugares u objetos de arte (pinturas, edificios, esculturas, objetos cotidianos…) del momento en que ocurre la historia y los comentamos (ver actividades exposición).

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Juegos de repaso-concursos Especialmente para niños más mayores. Les ayuda a asentar nociones, conceptos e ideas que se han trabajado tanto en casa como en la clase. Les permite autoevaluar los conocimientos que han adquirido y adquirir nuevos gracias a la interacción con sus compañeros o contrincantes. Puedes adaptar cualquier tipo de juego de mesa. Todos pueden ser juegos individuales o colectivos. Más indicado para niños a partir de seis años. > Juego de la oca (también parchís) Para repasar historias de viajes o caminos iniciáticos. Cada casilla se corresponde a una prueba que los chicos pueden hacer o a una pregunta sobre la historia que los chicos deben responder para poder avanzar. Cambia las casillas de ocas por algo significativo en la historia. (De Jesús a Jesús sin subir al autobús/ de barco a barco que si no me encharco/de oveja a oveja y me como las lentejas…).

6 a 9 años

> Bingo En vez de números tendremos una bolsita con imágenes, con palabras, preguntas o definiciones. Los chicos tendrán unos cartones con imágenes o palabras (lo contrario que en la bolsita) que deben hacer corresponder. También puede servir para los más mayores para jugar a buscar textos bíblicos. En la bolsita está la referencia y en el cartón deben escribir el texto. Cambia la palabra bingo si te parece poco apropiada para la escuela sabática por otra para referirse a que se ha rellenado todo el cartón. > Serpientes y escaleras Para repasar historias de logros y errores. Haz igual que con el juego de la oca.

JUEGOS DE MESA

> Juegos de memoria Haz cartones con imágenes sobre la historia. Debe haber dos cartones iguales por cada imagen. También pueden ser parejas de esposos/ esposas, hijos/padres, lugares/personajes… > Trivial bíblico Hazte con tarjetas en blanco para hacer nuestro propio juego. Mejor si son con preguntas formuladas por los mismos niños. > Cluedo Para los más mayores. Puede servir para contar milagros. Puedes contar la historia como si fuera un juego de detectives. Las categorías pueden ser: quién hace el milagro, quién es el destinatario del milagro, dónde produce el milagro, cómo o con qué objeto se desencadena el milagro, quiénes son los testigos.

9 a12 años

> Pictionary Adivinar palabras a través de dibujos. > Juegos de mímica Adivinar palabras, personajes o historias a través de la mímica.

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Existen tantos tipos de concursos como te deje tu imaginación. Puedes incluso copiar formatos de concursos de televisión. También puedes desarrollar las gymkanas siguiendo la estructura de un juego de rol. El límite está en nuestra creatividad. Pero debes tener siempre presente una serie de objetivos y criterios que no os aparten de la meta de aprender más sobre la lección, los temas que quieres tratar y que motiven y acerquen a los niños a Jesús.

6 a 9 años

> Objetivos: · Profundizar en el estudio de la lección de escuela sabática. · Acostumbrar a los niños al uso de la Biblia.

CONCURSOS Y GYMKANAS

· Fomentar el compañerismo y la cooperación. · Divertirse. > Criterios de planteamiento de preguntas, juegos y pruebas: · Las preguntas han de ser fáciles, que las puedan responder sin dificultad. · Preferiblemente juegos de cooperación.

9 a 12 años

· Favorece pruebas colectivas antes que las individuales. · Busca la diversión y la originalidad en un marco de respeto y reverencia. · Permite la expresión de sentimientos e ideas. Da siempre una respuesta ya sea de apoyo o de corrección. · Evita y no permitas comentarios de burla o de competencia.

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PREPARA TUS MATERIALES

Trabajar con niños requiere una gran cantidad de materiales si queremos hacer actividades de diferentes tipos que sean participativas. Necesitar muchos materiales significa un desembolso importante para la economía de la iglesia, por lo que es aconsejable realizar un listado de materiales que, seguro, se van a utilizar a lo largo del curso, elaborar un presupuesto y hacer una compra a principio de curso, especialmente de artículos de papelería. Los materiales reciclados nos permiten tener contenedores económicos para organizar los materiales, realizar manualidades o materiales didácticos de bajo coste, además de educar a los niños en el aprovechamiento de los residuos y el cuidado de la naturaleza. Solo hay que tener un poco de gracia para decorarlos y creatividad para usarlos. Haz previsión de los materiales reciclados que vais a necesitar dos o tres semanas antes para dar tiempo a los padres de traerlos. En cuanto a juegos y juguetes puedes hacer un llamado a los padres para que donen los juegos y juguetes que sus hijos ya han dejado atrás. Como hay muchos materiales que pueden ser usados por todas las clases, es una buena idea tener un pequeño almacén donde guardar todo el material común, además de tener en cada clase una pequeña cantidad de materiales, especialmente de papelería, de uso más frecuente (lápices, pinturas, papel…). También es muy buena idea tener un espacio de archivo (puede ser físico o digital) donde guardar plantillas de manualidades, láminas de colorear, canciones y actividades. No es mala idea tener un responsable del almacén y del archivo de materiales. Cuando la iglesia es grande y hay muchos maestros, suele ser caótico que cada maestro retire y devuelva los materiales sin orden ni concierto, que no los encuentre donde se supone que deberían estar o que desaparezcan materiales o que «creía que había cartulina, pero se acabó la semana pasada y ahora no puedo hacer la manualidad». Un responsable de almacén y archivo ayuda a que muchas disputas entre maestros por culpa del material desaparezcan, nos evitamos tener que ir todos los sábados cargados con nuestro propio material y optimizamos los recursos económicos de la iglesia.

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PARA NIÑOS DE 3 A 6

MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

· Lápices. · Lápices de colores (mejor tipo Plastidecor o crayones). · Gomas de borrar (borradores) y sacapuntas (afilalápices). · Hojas de papel en blanco y de colores. · Cartulinas de colores. · Papeles de manualidades (seda, celofán, crepe, foam…). · Papel continuo (para murales y decoraciones). · Hilo, cuerdas o lanas. 3 a 6 años

PAPELERÍA

· Rotuladores (marcadores) permanentes negro y de color (solo para el maestro o para usar bajo supervisión). · Tijeras (conseguid al menos una para zurdos). · Grapadora (solo para el maestro o para usar bajo supervisión). · Cinta adhesiva (cinta scotch, fixo o tape). · Pegamento de barra. · Pintura de dedos y/o témperas de colores (pintura que sea fácilmente lavable). · Plastilina (masilla). · Pegatinas de colores y figuras.

· Bandejas de poliestileno. · Cajas de zapatos. · Cajas de mudanzas y de gran tamaño (decoraciones, juegos…). · Tubos de papel higiénico o de cocina. 3 a 6 años

MATERIALES RECICLADOS

· Botes y botellas de plástico. · Tapas de botes y botellas de plástico o metal (juegos). · Vasitos de yogurt. · Cajas bricks (de las de leche o zumos). · Telas de distintos tamaños y colores (para decoración, disfraces…). · Revistas con fotos de animales, naturaleza, alimentos y personas de todas las edades (para recortar, hacer materiales didácticos de imágenes…).

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MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

PARA NIÑOS DE 3 A 6

· Franelógrafo (para contar historias, ilustraciones, juego libre…). · Muñecos bebés (con ropitas modernas sencillas y al estilo bíblico). · Puzles, libros y juegos de mesa bíblicos o de naturaleza (para periodos de espera, juego libre…). · Construcciones. · Animales (especialmente ovejas, burros, oso, león y otros animales salvajes). · Figuras humanas (figuras de belén, muñecos maniquíes tipo Barbie vestidos con ropas bíblicas o normales, playmovil…). · Juegos de carpintero, especialmente martillos, para historias como el arca de Noé, la infancia de Jesús, la construcción del Templo. · Equipos de médicos, especialmente vendas, tiritas, algodón…

MATERIALES DIDÁCTICOS Y JUGUETES

3 a 6 años

OTROS MATERIALES

3 a 6 años

· Alimentos de plástico. · Teatrillo de marionetas. · Dados y fichas (mejor un dado grandote de más de 10cm de lado). · Antifaces (para juegos y demostraciones). · Bolsas de tela (para juegos táctiles, adivinar qué hay dentro de la bolsa…) mejor si están rellenas de materiales de mudanza (bolitas o gusanitos de poliestireno…). · Cuerdas suaves (para juegos).

· Bolsas de basura de colores (con los que hacer delantales para no mancharse). · Pañuelos de papel, papel higiénico y toallitas (para limpieza y aseo). · Vasos y platos de plástico o cartón (para meriendas, manualidades, reparto de materiales…). · Equipo de música. · · ·

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PARA NIÑOS DE 6 A 9

MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

· Lápices. · Bolígrafos. · Lápices de colores. · Rotuladores (marcadores). · Ceras blandas. · Gomas de borrar (borradores) y sacapuntas (afilalápices). · Hojas de papel en blanco y de colores. · Cartulinas de colores. · Papeles de manualidades (seda, celofán, crepe, foam…). 6 a 9 años

PAPELERÍA

· Papel continuo (para murales y decoraciones) · Hilo, cuerdas o lanas. · Rotuladores (marcadores) permanentes negros y de color (para usar bajo supervisión). · Tijeras (conseguid al menos una para zurdos). · Grapadora (para usar bajo supervisión). · Cinta adhesiva (cinta scotch, fixo o tape). · Pegamento de barra. · Témpera de colores (pintura que sea fácilmente lavable). · Plastilina (masilla).

· Bandejas de poliestireno (de las de frutas del supermercado). · Cajas de zapatos. · Cajas de mudanzas y de gran tamaño (decoraciones, juegos…).

6 a 9 años

MATERIALES RECICLADOS

· Tubos de papel higiénico o de cocina. · Botes y botellas de plástico. · Tapas de botes y botellas de plástico o metal (para hacer juegos). · Vasitos de yogurt. · Cajas bricks (de las de leche o zumos). · Frascos de vidrio con tapa.

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MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

PARA NIÑOS DE 6 A 9

· Papel de periódico. · Telas de distintos tamaños y colores (para decoración, disfraces…). · Revistas con fotos de animales, naturaleza, alimentos y personas de todas las edades (para recortar, hacer materiales didácticos de imágenes…).

· Franelógrafo (para contar historias, ilustraciones, juego libre…). · Puzles, libros y juegos de mesa bíblicos o de naturaleza (para periodos de espera, juego libre…). · Construcciones. · Animales (especialmente ovejas, burros, oso, león y otros animales salvajes). · Figuras humanas (figuras de belén, muñecos maniquíes -tipo Barbievestidos con ropas bíblicas o normales, playmovil…). · Teatrillo de marionetas. · Dados y fichas.

MATERIALES DIDÁCTICOS Y JUGUETES

6 a 9 años

OTROS MATERIALES

6 a 9 años

· Mapas. · Bolsas de tela opacas (para juegos táctiles, adivinar qué hay dentro de la bolsa…), mejor si están rellenas de materiales de mudanza (bolitas o gusanitos de poliestireno). · Antifaces (para juegos y dinámicas). · Cuerdas suaves (para juegos).

· Bolsas de basura de colores (con los que hacer delantales para no mancharse). · Pañuelos de papel, papel higiénico y toallitas (para limpieza y aseo). · Vasos y platos de plástico (para meriendas, manualidades, reparto de materiales…). · Equipo de música. · · ·

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PARA NIÑOS DE 9 A 12

MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

· Lápices. · Bolígrafos. · Lápices de colores. · Rotuladores (marcadores). · Ceras blandas. · Gomas de borrar y sacapuntas. · Hojas de papel en blanco y de colores. · Cartulinas de colores. · Papeles de manualidades (seda, celofán, crepe, foam…). 9 a 12 años

PAPELERÍA

· Papel continuo (para murales y decoraciones). · Hilo, cuerdas o lanas. · Rotuladores (marcadores) permanentes negro y de color. · Tijeras (conseguid al menos una para zurdos). · Grapadora. · Cinta adhesiva (cinta scotch, fixo o tape). · Pegamento de barra. · Témpera de colores (pintura que sea fácilmente lavable).

· Bandejas de poliestireno. · Cajas de zapatos. · Cajas de mudanzas y de gran tamaño (para decoraciones, juegos…). · Tubos de papel higiénico o de cocina. · Botes y botellas de plástico. 9 a 12 años

MATERIALES RECICLADOS

· Tapas de botes y botellas de plástico o metal (para juegos y manualidades). · Vasitos de yogurt. · Cajas bricks. · Frascos de vidrio con tapa. · Papel de periódico.

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MATERIALES QUE NO DEBEN FALTAR EN CLASE

PARA NIÑOS DE 9 A 12

· Telas de distintos tamaños y colores (para decoración, disfraces…). · Revistas con fotos de animales, naturaleza, alimentos y personas de todas las edades (para recortar, hacer materiales didácticos de imágenes…).

· Tableros de juegos de mesa. · Dados y fichas. · Mapas. · Bolsas de tela opacas (para juegos táctiles, adivinar qué hay dentro de la bolsa…), mejor si están rellenas de materiales de mudanza (bolitas o gusanitos de poliestireno).

MATERIALES DIDÁCTICOS Y JUGUETES

9 a 12 años

OTROS MATERIALES

9 a 12 años

· Antifaces (juegos y demostraciones). · Cuerdas suaves (para juegos).

· Bolsas de basura de colores (con los hacer delantales para no mancharse). · Pañuelos de papel, papel higiénico y toallitas (para limpieza y aseo). · Vasos y platos de plástico (para meriendas, manualidades, reparto de materiales…). · Equipo de música. · · ·

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CÓMO CONTAR HISTORIAS Esther Sánchez y Esther Villanueva

En primer lugar, debemos reflexionar sobre el porqué contamos a los niños historias bíblicas y cuál es la importancia de que los niños conozcan desde pequeños los relatos que la Biblia ha recogido. Pero antes de nada la reflexión más importante que un narrador de historias bíblicas debe tener en cuenta: la Biblia no fue escrita para niños, de la misma manera que la mayoría de cuentos de tradición oral no fueron contados ni recopilados para niños. Entonces, ¿contamos la Biblia los niños o no? Sí. Por supuesto que sí. Las experiencias narradas en la Biblia sobre personajes que convivieron con Dios, es la mejor manera de explicar a los niños cómo es la relación de Dios con el ser humano, con cada persona en particular y cómo ellos pueden llegar a tener una experiencia personal con él. Las historias que se cuentan en la Biblia ayudan al niño a comprender el amor de Dios, a aprender a cómo tratar a su prójimo y a despertar en él la fe y la esperanza en un mundo mejor. Los relatos bíblicos ayudan al niño a pensar, a sacar conclusiones por sí mismos. Es muy probable que olvide cualquier lección moral que le enseñemos de forma abstracta pero nunca olvidará aquello que le enseñemos por medio de un relato. Si analizamos la proporción de leyes, normas, profecías, cantos e historias en la Biblia, observaremos que los dos últimos se presentan con mucha mayor frecuencia que los otros. Sabe bien el Señor que sí se puede aprender en cabeza ajena. El relato de otras personas y circunstancias nos ayuda a visualizar más claramente nuestra propia existencia y plantear soluciones. Si esto es aplicable a un adulto cuánto más a un niño. Así que sí. Contemos historias bíblicas.

ELIGIENDO LA HISTORIA Hay que tener en cuenta varios factores a la hora de elegir qué historia bíblica contamos y cómo lo hacemos. La edad del niño. Un niño de tres años no puede comprender las mismas historias que un niño de doce. El tema de la historia. La historia que elijas debe tener una conclusión positiva y optimista tanto de la relación con los demás como con la relación

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con Dios. Debe mostrar valores positivos como el amor, la fe, la esperanza, la confianza, la belleza, el respeto, la simpatía… La violencia, la muerte, el sexo, el fracaso del personaje bíblico son temas que no corresponden ser tratados a determinadas edades pero que pueden ser tratados de forma sensible y controlada a edades más avanzadas. El tema, aunque la historia contenga elementos no deseables, no puede dejar al niño con mal sabor de boca. La sensibilidad del narrador. Los maestros tenemos que defender la historia. Somos los primeros que debemos creérnosla, aceptarla y tener claras las enseñanzas que queremos transmitir. De lo contrario no sabremos trasladar todo el valor intrínseco en el relato. Es posible que algunos maestros tengamos problemas de comprensión al enfrentarnos a una historia bíblica (el sacrificio de Isaac, Ananías y Safira, Job…). Entonces es mejor que no la contemos nosotros. Si es necesario hacerlo, dejemos que otra persona que sí sepa defender esa historia (aunque no estemos de acuerdo con su punto de vista) la cuente. El que haya adultos que vean las cosas desde distintas perspectivas no va a confundir a los niños, ellos son lo suficientemente inteligentes como para saber que el pensamiento no es uniforme. La sensibilidad de los niños. Cuando conocemos a los niños que tenemos a nuestro cargo, podemos modular qué historias contar o no y cómo las contamos. Hay niños muy sensibles que se angustian ante la muerte (tal vez han vivido una experiencia familiar cercana) o se impresionan ante la violencia. Hay niños que vitorearán la muerte de Goliat y niños que reaccionarán con temor, por ejemplo. El tiempo disponible. Controlaremos el tiempo de nuestra narración. Es preferible que terminemos con un «Continuará la próxima semana» a que los niños estén deseando que acabemos para hacer otra cosa.

APRENDIENDO UNA HISTORIA Cuando nos preparamos para contar una historia no debemos fiarnos de nuestros años de experiencia (siempre podemos contarla de otra forma), de la cantidad de veces que ya hemos contado la historia en concreto (cada grupo de niños es diferente y necesita que le contemos las cosas de otro modo) o de nuestra prodigiosa memoria (que luego puede fallarnos). Recordemos siempre no improvisar y prepararnos lo mejor posible el relato. Nosotros nos sentiremos más seguros y los niños lo disfrutarán más. Cuando te prepares una historia sigue estos pasos: En primer lugar, hay que aprender la temática. Descubre cuál es el foco que quieres priorizar. Lo maravilloso de las historias bíblicas es que muchas veces podemos darle varios enfoques, contarlas desde distintos puntos de vista. Por ejemplo, en la historia de la curación de los diez leprosos podemos priorizar aspectos como, el agradecimiento del leproso samaritano, el poder de Jesús sobre la enfermedad o la aceptación de todas las personas, sean

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enfermos, de otra raza… Aunque vayas a tratar todos los temas, decide cuál es el más importante para tus chicos. Para aprender el argumento, necesitamos leerla repetidamente. La primera lectura siempre debe ser por placer personal. Las sucesivas, nos ayudarán a concentrarnos en los acontecimientos que se desarrollan: hay que descubrir donde reside el atractivo del relato, cuáles son los momentos más emocionantes, qué ambiente predomina en general, qué ambiente queremos crear, etc. Se debe aprender como un todo y no por fragmentos. Luego ya decidiremos qué fragmentos incorporar al relato final y cuáles desecharemos. Luego hay que aprender su estructura. Ten en cuenta que un buen relato oral debe tener tres partes: introducción, nudo y desenlace. Con niños no podemos hacer ni saltos temporales, ni saltos de argumentos en paralelo. Necesitamos visualizar las distintas secuencias de la historia. Hay que prestar un cuidado especial en el estudio de la línea argumental. Debemos delimitar hasta donde llega la introducción, la escena, los personajes, el clímax. Controlemos el tiempo que tardaremos en contarla.

CONTANDO LA HISTORIA Para conseguir una buena narración hay que expresarse con sencillez. Que el relato se haga nuestro. Tenemos que imbuirnos en ella para comunicar nuestra propia experiencia. Contar historias es todo un arte y no deberíamos tomarlo a la ligera. INTRODUCCIÓN La introducción en una historia es fundamental. Es el arma para captar el interés del oyente. Hay varios tipos: · Con un verbo. («Hace mucho tiempo…»). · Por medio de un diálogo. · Haciendo referencia a algo curioso del relato («¿Te gusta subir a los árboles? La historia de hoy tiene que ver son subirse a los árboles…»). · Ubicando la historia en el tiempo y el espacio («En tiempos de los romanos, en Jerusalén…»). Lo que nunca debemos hacer es empezar contando todo el argumento: «Esta historia trata de Jaime que fue desobediente a su mamá…» Un comienzo así hará perder al niño el interés por el relato. Ya no hará falta que sigamos contando nada más. La introducción debe ser breve. Presentaremos el tiempo, los personajes y la situación inicial de la acción.

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DESARROLLO Durante el desarrollo de la narración tendremos en cuenta que el narrador es el medio a través del cual fluye la historia, pero no es el fin de la misma. Debe tratar de pasar desapercibido. Su misión es comunicar de la forma más expresiva y correcta. La expresión corporal. Cuando narremos historias bíblicas, debemos servirnos de las manos, la cara, la expresión corporal… pero de manera equilibrada para que estos gestos no aparten al niño de la narración. Tampoco debemos permanecer inexpresivos y sin gesticular. Pero no es conveniente exagerar nuestros movimientos. La exageración es muy apreciada cuando se trata de cuentos fantásticos; pero los niños deben poder diferenciar historias bíblicas que consideramos reales de cuentos fantásticos que son inventados para divertirnos (y esto ya es bastante difícil en edades tempranas). El contacto visual. Mientras hablamos, debemos mantener un contacto visual directo e ininterrumpido con la audiencia. Si en alguna ocasión rompemos este contacto, que sea cuando queramos dirigir su atención hacia algún punto en concreto de la narración. El tono de voz debería ser agradable y modular. Y, sobre todo, vocalizar muy bien. El estilo propio. Cada narrador tiene su estilo propio. Algunos opinan que, para establecer y mantener un ambiente correcto, no se debe interrumpir nunca el relato. Es conveniente comenzar con un breve diálogo con los niños que esté relacionado con el contenido de la historia a contar. Este es el momento ideal para aclarar dudas, palabras difíciles, etc. Sin embargo, para otros, con mucha experiencia y muy hábiles para reconducir situaciones, la forma narrativa ideal es fomentando la participación de los niños en la historia, especialmente si los niños ya la han estudiado en casa. Cada maestro debe valorar su estilo y actuar en consecuencia.

Los oyentes pueden demostrar dos actitudes: - Audiencia muy expresiva. Este tipo de audiencia hay que saber controlarla para que no se pierda el hilo de la narración. - Audiencia que no expresa ninguna sensación a lo largo del relato. Que no expresen nada, no quiere decir que no les guste lo que oyen, sino que puede ser su manera de interactuar.

El ritmo. Una parte esencial en toda narración es el ritmo. Variará de una narración a otra. No todas las secuencias tienen el mismo ritmo. Las pausas es otro elemento a tener en cuenta. Realzan los momentos importantes dándoles el colorido necesario. Las introduciremos cuando: · Se cambia de concepto o de idea. · Antes de decir palabras con un significado especial o importante en la historia. · En momentos emocionantes: si a la pausa, le unimos una caída en el tono de la voz, el efecto se acentúa. Otras pautas que tendremos en cuenta son: · El argumento debe resultar simple y claramente desarrollado. Para ello las escenas deben tener una sucesión lógica.

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· Debemos utilizar oraciones cortas y precisas al narrar. · Los personajes tienen que ser creíbles para el niño. · La historia tiene que ser emocionante. Podemos introducir sorpresas y usar el sentido del humor. · Buscaremos en el argumento lo familiar. Cosas que el niño pueda relacionar y acercarse intelectual y emocionalmente al relato, que signifiquen algo para él. Durante la narración debemos utilizar comparaciones para que el niño comprenda los conceptos (Fue tan rápido como un relámpago; Noé construyó un arca tan grande como todo este edificio). · Tendremos cuidado con el vocabulario que utilicemos, que lo comprendan bien y sea adecuado a la edad de los niños. · Las palabras y expresiones difíciles las envolveremos en un halo de diversión. Es divertido aprender palabras raras (por ejemplo Nabucodonosor o primogenitura). Y siempre explicaremos su significado y la importancia de usarlas. · Nos fijaremos más en las buenas cualidades del ser humano que en sus defectos y malas acciones. Ten en cuenta que el bien debe vencer al mal y eso debe quedar claro durante toda la narración. · Evitaremos sentimentalismos, catastrofismos o sensacionalismo. · Hay que evitar elementos de terror, violencia, crueldad o regodearnos en momentos macabros... · Evitaremos las descripciones innecesarias y largas. Contar historias tiene que ver con la acción de los personajes, qué hacen, qué dicen, a dónde van, cómo reaccionan... · Lo que tampoco debemos hacer nunca es excusarnos delante de los niños (perdón por no haber preparado la historia mejor…). Esto va a disminuir el interés del niño por la historia. CONCLUSIÓN IDEA / CONSEJO Hagamos de nuestros programas de escuela sabática e historias una experiencia vívida y estimulante para los que desde su niñez ya son iglesia. Jesús no mandó a los niños a los rabinos, sino que los abrazó con cariño y, seguro, que les contó más de una parábola. Sigamos su ejemplo.

No precipitemos el final. Es preciso dar tiempo a la imaginación, a que el niño vaya llegando a sus propias conclusiones. Cuando terminemos la historia, no hablemos enseguida. Es conveniente dejar unos momentos de silencio. No rompamos nosotros el ambiente, que sean los niños quienes lo hagan. ¿Por qué? · El niño saborea la historia. · Le permitimos que vuelva a la realidad.

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OTRAS FORMAS DE CONTAR LA HISTORIA Algunas veces vale la pena hacer un esfuerzo y contar las historias de una manera más lúdica y participativa. Aquí os vamos a proponer dos ejemplos de historias vividas. HISTORIA CON «EFECTOS ESPECIALES» Podemos contar una historia con «efectos especiales» siguiendo el modelo de una tradición judía muy divertida. Durante la celebración de la fiesta de Purim, los judíos siguen, hoy en día, contando la historia de Ester de una forma especial. El maestro lee la historia y cada vez que se pronuncia el nombre de Amán, los niños deben hacer ruido, normalmente con carracas o también pateando o abucheando. Siguiendo este ejemplo podemos escribir el relato bíblico y leérselo a los niños dándoles instrucciones sobre qué gesto o ruido deben hacer cuando escuchen determinada palabra o nombre. Mejor leerlo porque así el maestro puede controlar en qué momentos los niños van a hacer el gesto o a hacer el ruido. Por ejemplo, en el relato sobre la tempestad en el mar de Galilea, podemos pedirles a los niños que cada vez que digamos la palabra «olas» se levanten de la silla con los brazos en alto, o cada vez que digamos la palabra «viento» hagan el ruido del viento. CUENTO MOTOR O VIVENCIADO Otra forma divertida y participativa de contar una historia es transformándola en un cuento motor o vivenciado. Un cuento motor requiere bastante preparación por parte del narrador ya que necesitaremos contar con antelación de materiales y tal vez organizar un escenario. Conforme se va narrando la historia, los niños se convierten en protagonistas y viven las mismas aventuras que los protagonistas de la historia. Por supuesto la dificultad debe ser mayor y se pueden añadir más detalles conforme los niños sean más mayores y puedan seguir la historia sin alterarse demasiado. Por ejemplo, si quisiéramos contar la historia del cruce del mar Rojo los haríamos sentirse como los israelitas. Para ello los haríamos cargar por el pasillo con bultos como si estuvieran cargando con su equipaje, les haríamos escenificar la preocupación por estar asediados por los egipcios y luego les haríamos entrar en una sala llena de globos azules que simularía el paso del mar entre las dos murallas de agua. Y cuando ya estuviéramos sanos y salvos al otro lado, cantaríamos un canto con panderetas, igual que lo hizo María. A continuación tenéis otro ejemplo de cuento motor para la historia del naufragio de Pablo:

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VIVENCIANDO LA HISTORIA DEL NAUFRAGIO DE PABLO Avisamos que los niños tendrán que seguir las instrucciones y ser obedientes.

Introducimos la historia contando que Pablo tiene que viajar a Roma para predicar sobre Jesús. Tiene que subir a un barco. Organizamos las sillas de forma que parezca que tengan que subir al barco, en dos filas enfrentadas y muy juntas. Subimos todos al barco y nos sentamos. · JUEGO DE LA TEMPESTAD (juego rítmico y de sonidos): Contamos que en medio del mar comenzó a llover (hacemos chocar los dedos índice como si aplaudiéramos, de forma rítmica) Y cada vez llovía más y más (pasamos a chocar dos dedos, luego, tres, luego cuatro y luego con la mano entera. Siempre de forma rítmica). Al final llovía muchísimo (chocamos las manos contra las piernas de forma alternada). El barco se movía mucho (todos se mueven de un lado al otro) y se comenzaron a escuchar muchos truenos (uno por uno van haciendo el ruido de los truenos. Al final todos hacemos un trueno a la vez. Pero un trueno bien, bien fuerte). En medio de la tempestad les preguntamos ¿qué es lo que hay que hacer? Les dejamos contestar para llegar a la conclusión de que tenemos que tirar por la borda todos los objetos pesados. Y pasamos a la siguiente fase del juego. · JUEGO DE MÍMICA: La maestra con cierto tonillo musical va narrando los objetos que podemos tirar por la borda, a la vez que con mímica lo describimos. Maestro/a: - ¿Qué es lo que podrá sobrar en el barco? ¿Un saco de trigo? (Hace como si carga a la espalda un saco). Niños: - ¡Un saco de trigo! (Hacen el mismo gesto). Maestro/a:- ¿Lo tiramos? Niños: - ¡Lo tiramos! (Todos tiran el saco por la borda). Otros objetos que se pueden tirar son: cántaros, una cuerda, una silla, un pañuelo, un grano de trigo, un baúl... Al final alguien grita: - ¡Tierra a la vista! (Acercan el barco a la isla, pero…) - ¡Cuidado que nos chocamos! (Todos imitan que se chocan y caen al suelo). Ahora les proponemos que tenemos que salir del barco porque se va a hundir y tenemos que llegar hasta la isla. Pero tenemos un problema: algunos saben nadar y otros no. Y pasamos a la siguiente fase del juego. · JUEGO DE TRANSPORTES: Formamos dos equipos con el mismo número de niños: unos serán los que saben nadar y otros los que no. El grupo de los que saben nadar tienen que llevar a los que no saben desde el barco hasta un

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lugar que les digamos. Pueden llevarlos a caballito, a la sillita de la reina entre dos, arrastrándolos por el suelo… Como se nos ocurra. Si tenemos tiempo se puede hacer otra ronda del juego para cambiar los roles. Ya estamos todos en la isla. Pero tenemos mucho frío (todos tiritan). Hay que buscar leña para hacer un fuego. En la clase hemos escondido antes algunas ramitas, o palitos de hacer pinchitos, o palitos de polos o depresores (de los de hacer manualidades), y ahora dejamos que los niños los busquen y los traigan. Todos hacemos que nos calentamos en el fuego. Pero Pablo no se dio cuenta de que entre la leña que había recogido había… ¡una serpiente! (La maestra saca una serpiente de goma, que podéis encontrar en cualquier juguetería, bazar o tienda de fiestas, y la sacude delante de los chicos). Luego cuenta cómo Dios protegió a Pablo y la serpiente no le hizo daño. · Conclusión: Dios protegió a todos los que iban en el barco y a Pablo del veneno de la serpiente. Así Pablo pudo ir hasta Roma a enseñar sobre Jesús.

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USO DE INCENTIVOS EN LA ESCUELA SABÁTICA INFANTIL Lo primero que debes tener en cuenta es que el incentivo pretende motivar al niño a realizar una conducta. No debe usarse como castigo ni debe discriminar o hacer sentir mal al niño o niña que no lo consigue. Por eso no se trata de hacer una competición por ver qué niño ha conseguido más puntos, sino que cada uno se sienta satisfecho con sus logros. Los padres siempre deben estar informados y comprometidos con las conductas a incentivar. Un niño que no viene a la iglesia es porque sus padres no lo traen, si no llega a tiempo, es porque sus padres, no lo han llevado a tiempo y si no estudia la escuela sabática en casa es porque sus padres no lo hacen con él. Cuando incentivamos a los niños incentivamos a los padres. No podemos castigar a un niño sin su regalo por culpa de lo que han dejado de hacer sus padres. Elige una conducta a incentivar. Puede ser la asistencia a la escuela sabática, la puntualidad, el estudio de la lección o el aprendizaje del versículo de memoria (o cualquier otra conducta que consideres necesaria para el buen funcionamiento de la clase). Comienza con una sola conducta y muy sencilla de forma que todos los niños puedan conseguir su premio, como es el caso de la asistencia. En el siguiente trimestre, cuando, ya se haya conseguido el objetivo propuesto, podrás cambiar de conducta a incentivar o añadirla a la anterior. CONDUCTA. Deja muy claro qué conducta vamos a incentivar y qué criterios vas a seguir para premiar la conducta. · Asistencia. En el caso de la asistencia está claro: el niño/a acude a la escuela sabática (sea la hora que sea, si ha venido recibe su premio). · Puntualidad. En el caso de la puntualidad puedes dar un margen de tiempo para considerar que han llegado puntuales. · Versículo de memoria. En el caso del versículo de memoria puedes comenzar aprendiendo el versículo en la clase el sábado, para poco a poco pedirles que lo traigan aprendido de casa. PREMIO. El tipo de premio puede variar. Aquí tenemos algunas sugerencias: · Láminas individuales para rellenar con pegatinas, dibujos, piezas de puzle o secciones coloreadas, uno por sábado. Se guardan en la clase de escuela sabática y se entregan al final del trimestre como recuerdo. · Carteles murales a modo de casillas donde aparezcan los nombres de todos

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los niños y cada sábado puedan rellenar un cuadrado con una pegatina, un dibujo, su firma o un sello. · Sellos de tinta de dibujitos, impresos en la mano, en el brazo o en algún lugar que les parezca divertido. · Tarjetitas o pegatinas que se lleven cada sábado a casa o para pegar en su Biblia o su librito de escuela sabática. No deben ser premios materialmente valiosos. El valor del premio debe radicar en la satisfacción de la maestra en entregar el premio y en la satisfacción del niño por recibirlo. Intenta que no haya nunca un niño que se vaya sin recibir un recuerdo cuando todos los demás lo consiguen. Ten siempre preparado un recuerdo diferente que lo motive para que el siguiente sábado muestre la conducta deseada.

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LA DISCIPLINA EN LA CLASE DE ESCUELA SABÁTICA INFANTIL Muchas veces tendremos que luchar por mantener el orden en clase, la disciplina es un reto para cada maestro. Debemos recordar que disciplinar no es lo mismo que castigar. Castigar tiene que ver con responder a una mala conducta. Disciplinar tiene que ver con conseguir una buena conducta. El maestro de escuela sabática no está para castigar ni para gritar ni mucho menos para responder con conductas agresivas. Si alguien tiene que imponer un castigo o alguna medida sancionadora esos deben ser los padres que deben estar informados de las conductas que afectan gravemente a la convivencia en la clase de escuela sabática infantil. Nuestro trabajo es tratar con cariño a todos los niños, tratar de mantener la calma (recordando que nosotros somos los adultos) y tener paciencia. Vamos a ver algunas posibles causas del «mal comportamiento» algunas formas de solucionar esas conductas molestas.

Causa: Costumbres personales

Consideremos el trasfondo familiar. Algunos padres enseñan a sus hijos a portarse bien en la iglesia. Otros no. Algunos niños, simplemente no saben cómo comportarse en la iglesia. Relación escuela - iglesia. Los niños tienden a comportarse en la escuela sabática como lo hacen en el colegio. Algunos maestros dejan que sus alumnos se muevan libremente. Otros prefieren que permanezcan sentados a menos que se les permita levantarse. Preguntemos a nuestros alumnos acerca de las reglas en la escuela. Quizá esto nos ayude. Solución

TENER LAS EXPECTATIVAS CLARAS:

· Desarrolla un plan de comportamiento. Los niños deben entender qué comportamiento esperas de ellos. De otra manera ellos presuponen que tus reglas son las mismas que en casa o en la escuela. · Permite que ellos participen de la elaboración de las normas de clase. Dedica un tiempo a principio de curso para que ellos decidan qué normas de comportamiento se deben imponer y por qué. Limita sus reglas a tres o cinco frases sencillas. Coloca las reglas consensuadas en un lugar que todos puedan ver. Recuerdas de vez en cuando las reglas que han elaborado y permite que se incorpore una nueva regla o se elimine alguna otra que resulte innecesaria porque los niños ya han asumido su cumplimiento.

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· Felicita por el buen comportamiento. Debes ser muy concreto acerca de lo que te ha gustado de su conducta. · Refuerza siempre las reglas. Con cariño, debes ayudar a cada niño a ver que sus decisiones determinan las consecuencias.

Causa: ¡Quiero antención!

Determina la causa del «mal comportamiento». Algunos «niños difíciles» tienen problemas emocionales o físicos. Otros no tienen dominio propio o no saben cómo comportarse porque nadie les ha dicho cómo hacerlo. Algunos niños, simplemente, no están acostumbrados a obedecer: les gusta probar a los adultos para ver si las reglas serán aplicadas. Solución

ATENCIÓN PERSONAL:

· Muestra el amor de Dios. No debemos abandonar a un niño difícil. Dios nos da la oportunidad de ayudar a ese niño. Busca la ayuda de Dios para que te dé sabiduría, amor y afecto para cada alumno. · Da atención positiva. A menudo, si el niño tiene suficiente atención positiva (elogios, comentarios positivos) no necesitará atención negativa (regaños, castigos…) durante la clase. · Mantén la intimidad. Cuando tengas que disciplinar a un alumno debes hacerlo en privado. Le explicarás las reglas que ha roto y sus consecuencias. Debes ser firme pero afectuoso. Sé constantes en la observancia de las reglas y en la aplicación de las consecuencias. · Manten el liderazgo. Sea cual fuere la causa del mal comportamiento, no te rindas. El maestro es el líder. Tú debes establecer los límites, enseñar a los niños a respetar y mantener el orden. Los niños se sienten seguros cuando alguien controla el ambiente. Ellos respetarán a un maestro firme, flexible y justo.

Causa: El ambiente

El desorden causa desorden. Una sala desordenada obstaculiza el aprendizaje. Ordena el aula de manera que motive el aprendizaje. Puedes probar a colocar a los niños en un semicírculo para ayudarles a enfocar la atención durante la historia y el tiempo de adoración. Las mesas funcionan bien para los momentos de manualidades e interacción. Examinemos el aula. ¿Pueden todos los niños verte y ver el franelógrafo (o las ayudas visuales) fácilmente? ¿Hay suficiente espacio? ¿Os podéis mover fácilmente por el aula sin tropezarnos ni molestarnos? Por otra parte, si queda mucho espacio abierto los niños tienden a moverse más y a correr.

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Solución

MEJORAR EL AULA:

· Crea un ambiente ordenado y motivador. Decora con carteles llamativos y materiales apropiados a su edad, sin excedernos. Coloca los muebles como sea necesario. Pon recipientes organizados para los materiales de la clase. Despliega por la pared los trabajos de los niños. Pide ayuda a los niños para mantener el orden y recoger el aula al terminar la clase.

Causa: Falta de participación

Los niños necesitan aprender nuevas destrezas, les gusta aprender y desarrollar nuevas habilidades. Desean participar en actividades significativas para poder decir: ¡Mira lo que hice! Los niños desean participar: ver, tocar y sentir. No quieren aburrirse. Solución

PARTICIPACIÓN:

· Asigna responsabilidades. La escuela sabática es un buen lugar para aprender nuevas destrezas. Muestra confianza y entusiasmo en la habilidad de los niños para darles responsabilidades. Ellos disfrutarán al sentirse útiles. · Organiza actividades. Si los niños participan en el aprendizaje, posiblemente se comportarán mejor. Las actividades les motivarán para volver con alegría el próximo sábado. · Prepara actividades de bienvenida. Eso ayudará a los niños a participar y a concentrarse en la lección desde el principio. Trata de llegar al menos 10 minutos antes que los niños. Deja que los niños que llegan antes te ayuden a preparar el aula. + Soluciones INCENTIVOS: Las recompensas son efectivas. Los niños deben saber que su comportamiento no solo es el esperado, sino que también es apreciado y recompensado. Recompensar el buen comportamiento puede ser una poderosa manera de enseñar a tomar buenas decisiones. Mantén las siguientes reglas cuando uses premios: · La mejor recompensa es un gesto de aprobación, no necesariamente un objeto-premio. · Asegúrate de que, cuando utilices premios, todos los alumnos puedan ganar algo. Es mejor recompensar a toda la clase por aprender un versículo de memoria que a un solo niño por aprender 10 versículos. · No utilices premios regularmente. Los niños deben aprender que el buen comportamiento no depende de premios o recompensas. Las recompensas son incentivos especiales.

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· Dulces o detalles especiales. Avisa a principio de la clase que habrá un dulce o un premio al final de la clase para los que se porten bien. · Certificados. Es una buena manera de reconocer logros mantenidos en el tiempo: memorizar versículos, ayudar en clase, llegar puntuales… A los padres les gusta guardar estos «trofeos» de sus hijos. · Recompensas en grupo. Puedes organizar concursos o juegos en que los niños deban trabajar juntos por una recompensa. Esto motiva el trabajo en equipo y el dominio propio. La mejor solución

Para niños de 9 a 12 años

EL AMOR:

Asegurate de que los niños sepan que los quieres, que te gusta trabajar con ellos y enseñarles. Tu amor por ellos debe ser un reflejo del amor de Dios en su vida. El amor debe ser el principal agente motivador. Pero también es cierto que a veces el niño no responde favorablemente a una llamada de atención o a cualquiera de las propuestas anteriores. En casos extremos, cuando su conducta impida el normal desarrollo de las actividades o que maltrate a sus compañeros o a los maestros, el niño debe permanecer al cuidado de sus padres y trabajar conjuntamente con los padres para asegurarnos que se pueda integrar lo antes posible a las actividades de la escuela sabática.

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BIBLIOGRAFÍA

Badenas, Roberto; Posse, Raúl. El valor de los valores. Miami: APIA, 2014. Bramberger, Richard. La promoción de la lectura. Barcelona: Promoción Cultural, 1985. Bryant, Sara. El arte de contar cuentos. Barcelona: Hogar del Libro, 1993. Chambers, Aidan. Introducing Books to Children. 2.ª ed. Londres: Heinemann, 1991. del Amo, Montserrat . La hora del cuento. Madrid: Servicio Nacional de Lectura, 1989. Habenicht, Donna. Diez valores cristianos que todo niño debería conocer. San Martín: ACES, 2004. Habenicht, Donna. Enséñales a amar. Miami: APIA, 2000. Kuzma, Kay. Crear amor. San Martín: ACES, 2005. Pelegrín, Ana. La aventura de oír. Madrid: Cincel, 1992. Pérez Rioja, José Antonio. Panorámica histórica y actualidad de la lectura. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1986. Posse, Raúl; Melgosa, Julián. Para el niño, el arte de saber educar. Madrid: Editorial Safeliz, 1999. Shedlock, Marie L. The Art of the Storyteller. Nueva York: Bowker, 1987. Staiger, Ralph C. Caminos que llevan a la lectura. París: UNESCO, 1980. Urién, Héctor. La narración fractal. Madrid: Palabras del Candil, 2015. Vaello, Juan. Resolución de conflictos en el aula. Madrid: Santillana, 2003. Varios autores. Currículo Eslabones de la Gracia: Jardín de Infancia, Primarios, Intermediarios. Miami: APIA, 2002-2013. Varios autores. Currículo para una vida llena del Espíritu: Primeros Pasos, Tesoros del Rey, Mis amigos. Springfield: Gospel Publishing, 2008 Varios autores. En familia: El despertar religioso de cero a seis años (colección). Boadilla del Monte: PCC, 2009. Ventura, Núria. Cuentacuentos. Madrid: Siglo XXI, 1995. SEMBRADORES DE FE

NOMBRE ALUMNO

CLASE

TRIMESTRE

ANEXO 1. MODELO DE REGISTRO DE ASISTENCIA TRIMESTRAL

¿Acabas de llegar a una clase de niños y no sabes por dónde empezar?

¿Llevas años trabajando en con los niños de tu iglesia local y quieres hacerlo de otra forma, refrescarte o buscas ideas nuevas?

En Sembradores de fe encontrarás las orientaciones para organizar tu clase y tu trabajo con los niños de la iglesia. También podrás reflexionar en la dimensión espiritual del maestro de escuela sabática infantil así como en el inmenso placer de ser un instrumento de Dios para que los niños y niñas puedan vivir a los pies del Maestro, nuestro Sembrador de fe. Ánimo y divertíos.

Ponte en contacto con nosotros: infantil.aula7activa@gmail.com

aeguae.org

aula7activa.org