Un perro pastor COLECCIร N LOS ANIMALES DE LA BIBLIA
Textos: Esther Villanueva Ilustraciรณn: Montse Adell
Edita: Aula 7 activa
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Un perro pastor Textos: Esther Villanueva Ilustraciรณn: Montse Adell
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¿Sabías que hay perros que trabajan? Hay perros policías, perros vigilantes, perros lazarillos y hasta perros bomberos. Nuestra historia habla sobre un perro pastor. Los perros pastores son muy inteligentes. Conocen a todas las ovejas del rebaño y, cuando se juntan varios pastores en el campo, son capaces de distinguir a las suyas. Algunas veces tienen que tomar decisiones importantes. Por ejemplo, ayudan al pastor a elegir por dónde cruzar un arroyo o por dónde es mejor subir una colina.
El profeta Samuel había llegado a Belén. Dios le había dicho que fuera a casa de Isaí, el dueño del perro de nuestra historia. Cuando el perro vio llegar a Samuel puso las orejas muy altas y lo miró fijamente. Luego se puso a ladrar para avisar de que tenían una visita. Isaí estaba muy contento porque Samuel era una persona muy importante.
Hizo entrar a Samuel en la casa y le ofreció un lugar para sentarse y un poco de zumo. ¿A qué has venido a Belén? -le preguntó Isaí. Tengo un mensaje de parte de Dios -dijo Samuel-. El rey Saúl se ha convertido en un rey egoísta y caprichoso. Y debo elegir a uno de tus hijos para ser el nuevo rey de Israel. El perro se puso de pie de un salto y ladró. ¡El rey de Israel! ¿Te imaginas? ¡Uno de sus amos iba a ser el nuevo rey! Pero, ¿a quien elegiría?
En ese momento entró Eliab, el hijo mayor de Isaí. Era fuerte y alto. Cuando Samuel lo vio pensó que podría ser un buen rey. Pero Dios le dijo que esperara un poco. Antes de elegir algo hay que pensarlo bien. Y no, Eliab no era el elegido de Dios. Luego llegó Abinadab. Abinadab también era fuerte y decidido, pero Dios le volvió a decir a Samuel que no era el elegido. Después llegó Sama, pero Sama tampoco era el hombre apropiado para ser rey de Israel. El perro se acostó y puso la cabeza sobre las patas. ¿Por qué Samuel no se decidía? Todos eran buenos.
Poco a poco fueron pasando hasta siete jóvenes. Todos eran hijos de Isaí, buenos hombres, valientes y fuertes. Isaí ya estaba impaciente. ¿A cual de mis hijos ha elegido el Señor? -le preguntó al profeta. El Señor no ha elegido a ninguno -le contestó con tristeza. Samuel no entendía porqué Dios le decía siempre que no. Tú estás viendo lo de fuera -le dijo Dios a Samuel- Pero yo veo dentro de sus corazones.
Entonces el perro tuvo una idea. Se levantó de un salto y empezó a rascar la puerta de la casa. ¿Qué le pasa al perro? -preguntó Eliab. No lo sé -respondió Sama. Anda, cállate. No seas pesado -le riñó Abinadab; y lo cogió por el lomo y lo arrastró hacia el otro lado de la habitación. Pero el perro volvió a ladrar y a rascar la puerta. Eliab -dijo Isaí- Anda, abre la puerta al perro y que se vaya. A ver si nos deja tranquilos.
Eliab abrió la puerta. El perro salió corriendo pero se paró a los pocos metros. Entonces comenzó a hacer algo muy extraño. Corría unos pasos en dirección a la colina. Se paraba y volvía a la puerta de la casa. Ladraba dos veces y salía corriendo otra vez hacia la colina para luego volver a la casa y volver a ladrar. ¡Quieto! ¡Calla! -le gritó Isaí; y el perro comenzó a aullar. Lo siento Samuel, -le dijo al profeta- No sé qué es lo que le pasa. Normalmente es un buen perro y muy listo. Samuel se quedó pensativo.
¿Seguro que no tienes ningún otro hijo? -quiso saber con una sonrisa. Sí. Mi hijo pequeño que está cuidando el rebaño en... Isaí se quedó mirando al perro. Entonces lo entendió. Su hijo más pequeño estaba cuidando de las ovejas en la colina, justo en la dirección en la que señalaba el perro. En esa colina. -Samuel terminó la frase.- Isaí, manda a buscar a tu hijo que quiero verlo. El perro salió corriendo hacia los pastos, sin esperar al siervo que corría detrás de él para dar el recado del profeta.
El perro conocía muy bien el lugar. Muchas veces había estado cuidando de las ovejas con David. Al perro le gustaba mucho trabajar con David. El más pequeño de los hermanos era amable con los animales y se preocupaba porque ninguna oveja tuviera hambre, sed o que se perdiera. Además era muy valiente y no le importaba enfrentarse a los leones o a los osos para defender a sus ovejas.
Cuando el perro llegó a los pastos, atravesó entre las ovejas hasta llegar al árbol donde estaba sentado David. Tenía una pequeña lira, como un arpa pequeña, y estaba cantando. El perro saltó sobre el joven y comenzó a tirarle de la túnica. Para, para, bonito. ¿Qué te pasa? Tranquilo ¿Qué quieres? Cuando se puso en pie, vio que llegaba el siervo, fatigado por la carrera. Tu padre te llama -dijo entre resoplidos el siervo.- El profeta Samuel te espera.
David no se lo pensó dos veces. Dejó su lira y corrió todo lo deprisa que pudo acompañado por su perro. ¿Qué querría Samuel? David sólo era el hijo más pequeño de la familia. Samuel estaba esperando en la puerta de la casa y lo vio llegar a lo lejos. Elijo a David -le dijo entonces Dios a Samuel. Y Samuel sonrió. En la misma puerta de la casa, Samuel sacó de su bolsa un cuerno con aceite y anunció: Este es el elegido por Dios para ser rey de Israel. Samuel hizo arrodillarse a David y como señal de la elección de Dios derramó el aceite del cuerno sobre la cabeza de David.
El perro ladró de contento, y comenzó a correr alrededor de sus amos. Sabía que David tenía el mejor corazón y por eso iba a ser un buen rey para Israel. Samuel quería nombrar al mejor rey y dejó que Dios escogiera. Y ¿sabes una cosa? Realmente David fue el mejor rey que Israel tuvo. ¿Y tú? Muchas veces tienes que elegir: qué juguete quiero que me compren, qué ropa voy a ponerme, qué voy a merendar... ¿Te piensas bien las cosas antes de elegir o eliges lo primero que ves? ¿Dejas que tus padres o tus maestros te ayuden a escoger lo mejor y no sólo lo que más te apetece? Aunque seáis pequeños podéis dejar que Dios os ayude a tomar buenas decisiones como lo hizo Samuel.
Fin
Este relato: • Se recomiendo para niños y niñas a partir de 3 años. • Forma parte de la colección LOS ANIMALES DE LA BIBLIA. • Tiene como objetivo suscitar el interés por los relatos bíblicos. • Va acompañado con una guía pedagógica que contiene actividades y recursos didácticos (de menor a mayor dificultad) para desarrollar el tema en el entorno familiar, iglesia, escuela y otros.
Gratuíto. Prohibida su venta.