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FOTOGRAFÍAS: JULIANA LOPERA

Por: Nathaly Pacheco

Esta ferretería ha sabido posicionarse en un país que tradicionalmente ha sido consumidor de cemento. Son conscientes de la necesidad de abrirse paso en un mercado donde deben crear sus propias oportunidades de negocio; ahora luchan por lograr una serie de licitaciones que los conviertan en proveedores de proyectos de infraestructura a gran escala.

J osé Suárez, director y representante de Ferretería G&J, compartió con FIERROS su perspectiva sobre el consumo de acero en el país, la oportunidad económica ante los avances del Gobierno Nacional para impulsar la explotación minera, el coletazo producto del cataclismo en Japón, y el desarrollo que trae la producción y uso del acero en la infraestructura de Colombia.

FIERROS: ¿En qué momento se convirtieron en ferretería pesada y cómo lograron posicionarse en esta categoría de negocio?

José Suárez, G&J: “Originalmente, nacimos en Boyacá siendo ferretería pesada pero comercializando en pequeños volúmenes; el mercado lo fuimos ampliando al desarrollar el tema de ferretería pesada para poder participar en obras, construcciones y trabajos de infraestructura. Por el camino nos hemos desarrollado para ampliar los segmentos de mercado que queremos atender y así ampliar el portafolio de productos para la obra negra, gris y blanca.

G&J busca trabajar con una política de calidad que satisfaga los requisitos acordados con los clientes, desarrollar el talento humano, contribuir positivamente a la sociedad, ganar más en procesos, buscar el bienestar de nuestros trabajadores, evitar riesgos de seguridad, ayudar al medio ambiente cumpliendo las normas en manejo de desechos, generar buenos impuestos para que estos se inviertan en la construcción de colegios y vías y dejar una conciencia a futuro. Queremos hacer todo legal y bien, pero es difícil competir con factores como el contrabando o la ilegalidad; no obstante, es un deber que todos pongamos un grano de arena para obrar bien y este pensamiento prime sobre la parte que no lo está haciendo”.

FIERROS: Más allá de su negocio, ¿cómo percibe a Colombia frente al consumo de acero?

G&J: “Colombia históricamente es un país con mayor cultura de consumo de cemento; últimamente, con el desarrollo, la apertura y un mundo globalizado, ha venido gestionando mayor participación y consumo de acero. Aún es un país que no puede compararse con Brasil, Argentina o Chile; nada más hablando de nuestros vecinos: Venezuela o Ecuador, quienes tienen una mayor cultura y consumo per cápita del acero. El país culturalmente viene enfocado a construir en cemento, mampostería con hormigón básicamente, y ha jugado que la estructura es acero pero el centro es en cemento.

Desafortunadamente en el país, con 45 millones de habitantes, se consume algo no mayor a cincuenta y cinco kilos por hombre; un país puede mostrar fuertemente su desarrollo si tiene un alto consumo. Se trata de un material que permite menos riesgos a la hora de un cataclismo porque es mucho más amigable con el medio ambiente y viene con normas, por ejemplo. Sin embargo, Colombia cada año produce alrededor de diez millones de toneladas de cemento porque no hay importación; las tres principales fábricas las producen y ése es el consumo; mientras que en acero se consumen aproximadamente dos millones seiscientos kilos, de los cuales la producción nacional no supera el millón doscientos y, el resto, son de orden de importación tanto en aceros planos como largos”.

FIERROS: Entonces, ¿qué representa para el gremio de ferretería pesada el actual interés del Gobierno en impulsar el sector minero?

G&J: “La fuente primaria del acero es el mineral de hierro, se extrae de la tierra así como el carbón y el petróleo. Colombia no tiene muy buenas fuentes de generación en mineral de hierro, solo en la zona de Boyacá. La relación de la industria del acero con la minería es que para extraer acero se debe contar con maquinaria construida en acero, aceros especiales o de alta duración como las de las retroexcavadoras o volquetas para poder penetrar a ciertos niveles de profundidad.

Nacionalmente encontramos reservas de mineral de hierro comprobado hasta el momento en la provincia de Paz del Río en Boyacá, pero nuestra riqueza de hierro es escasa, no extraemos lo suficiente; mientras que en países como Brasil o Venezuela la extracción del mineral es a cielo abierto. Esto nos ofrece unas oportunidades en el sentido en que el país necesita hacer más exploración minera y van a necesitar acero para ello porque vienen toda una serie de compañías en la búsqueda de hacer exploraciones, excavaciones, obras, túneles, consecución de maquinaria y para lograrlo también necesitan vías, puentes, puertos y eso genera automáticamente mayor demanda de acero”.

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