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Verde que te pongo verde

Tengo el raro privilegio de haber sido testigo de la evolución de los envases y de la conciencia ecológica. Cuando era niño la mayoría de envases eran 'ecológicos', las bolsas del supermercado Carulla de la esquina de casa eran de papel, las botellas de leche Pomar eran de cristal, existía la 'finca' para el envase retornable. Desde el punto de vista de la sostenibilidad era como vivir ahora en Alemania, pero con las angustias del peso y no del euro.

Poco después el plástico dejó de ser un lujo propio de las misiones Apollo. Aparecieron las primeras botellas de PET de Coca-Cola y Postobón, las bolsas de plástico del Ley y la incipiente perorata de Andrés Hurtado García, que ya en esa época era apóstol del ecologismo patrio. El país se va a llenar de basura decía. Tenía razón.

Yo mismo lo comprobé años más tarde desde los Ritacubas del Cocuy hasta las inexpugnables selvas del Darién donde no faltaba ni la bolsa de plástico, las botellas de PET, ni la lata de cerveza, ni los Tetra brics de aguardiente. Para algunos eso era el progreso y, también, el signo inequívoco que estábamos en el tercer mundo.

El culpable siempre es otro

Ahora cuando ha salido a la luz ese nuevo país del plástico que flota en la mitad del Pacífico, tan grande como Texas y con menos vida que sus desiertos, podríamos respirar con menos

Por: Mauricio Retiz General Editor Club Darwin mretiz@clubdarwin.net

cargo de conciencia al oír a quienes toman las banderas del ecologismo que la culpa es de la industria.

Fácil. Además de obtener los consumidores las ventajas de envases más económicos, más ligeros, más fáciles de usar se tiene la ventaja, según estos ecologistas, de tirar con el envase la responsabilidad de su correcto uso.

Parece ser que aquí la única que ha ganado es la industria y por ende la única culpable del desastre ambiental . Y no, con el desarrollo de nuevos envases hemos ganado todos, aunque no se quiera reconocer, porque difícilmente se podrían ofrecer productos a bajo coste de no ser por los avances en la tecnología del envasado, entre otros adelantos de la industria alimentaria.

Todos ponen, todos ganan

La sostenibilidad ha entrado a ser parte clave de la estrategia de la industria alimentaria. La inequívoca dependencia de sus materias primas e insumos del medio ambiente y la realidad de que los recursos no son infinitos ha dotado al discurso corporativo de una visión a largo plazo.

No falta el escéptico que limite las políticas de RSC a campañas de marketing, que también lo deben ser, pero sin duda la presión y la conciencia por un comportamiento más solidario con el planeta ha ido en aumento.

Pero aún falta mucho por hacer, la industria invierte en nuevas tecnologías más amables con la naturaleza, pero no será suficiente si los consumidores no asumen que también tienen una parte muy importante de la responsabilidad en el uso de los envases y sus residuos.

Hace ya año y medio que el Compromiso Empresarial por el Reciclaje –Cempre– inició sus actividades, para algunos llega tarde. Sin embargo, lo importante es que logre aunar los esfuerzos de las autoridades y los consumidores para implantar una cultura de reciclaje que respete el cuarto de ambiente que le viene quedando al país.

Por:Jaime García New Business Manager Kantar Worldpanel

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