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LABEL cuando lo natural se reinventa
Por: Ing. Claudia Elena Arias Ing. Santiago Pérez Hincapié Tecnas S.A.
Nuestros clientes, cada vez más exigentes, están mejor informados y son conocedores de los alimentos que consumen, de sus ingredientes, de la composición, del efecto sobre la salud y de las repercusiones que a largo plazo puedan generar. Esto, quizá, porque nunca antes habían tenido tanta facilidad para acceder a la información; además de la inmediatez, el flujo de datos es constante, masivo y multidireccional.
Esta posibilidad les ha permitido ser más críticos y escépticos respecto a los componentes que las compañías usan en sus formulaciones y declaran en sus etiquetas. Y los ha llevado, en muchos casos, a realizar revisiones exhaustivas de los datos suministrados por los fabricantes, para que se consideren y replanteen las condiciones finales de los productos de consumo, con el fin de que exista mayor claridad en cuanto a los ingredientes y procesos a los que se someten sus alimentos.
La industria alimentaria ha implementado estrategias para responder a estas inquietudes y brindar al consumidor seguridad, transparencia y bienestar. El etiquetado limpio es, tal vez, la respuesta más reciente a ese llamado y se basa en una filosofía: generar confianza total, agrupando múltiples conceptos que facilitan al cliente la forma de comprender el valor nutricional, las características y particularidades del producto final. Es, por así decirlo, un principio para la producción de alimentos en el que se busca dar a los consumidores la mayor cantidad de información posible sobre lo que se le provee y facilitar su decisión de compra.
Por sus características, se podría creer que el etiquetado limpio es similar al concepto de naturalidad, pero si revisamos a profundidad lo que cada uno engloba, veremos que el primero va mucho más allá, es la evolución del otro. Aunque en general las legislaciones sobre los alimentos naturales difieren en términos puntuales, muchas permiten a los productores declarar a un alimento como natural cuando cumple con determinadas condiciones, como que no incorpore aditivos a manera de edulcorantes, conservantes, colorantes, saborizantes y espesantes artificiales.
El etiquetado limpio, mientras tanto, agrupa tanto estas características (y otras más) como la idea de que las declaraciones en la etiqueta del producto deben ser claras, con una descripción completa, ingredientes simples, breves, conocidos, con un origen rastreable y una comunicación efectiva y dinámica de todo su proceso de elaboración.
Muchos de los principales claims demandados por los consumidores en la actualidad están relacionados con el etiquetado limpio: sin aditivos ni conservantes, sin hormonas, libres de alérgenos, bajos en grasa, sodio, azúcares y mínimamente procesados. Todo acompañado de información fiel, precisa, entendible y contundente.
Algunas de las estrategias que las compañías de alimentos han emprendido en la aplicación del concepto se basan en el empleo del menor número de componentes posibles y el detalle de la porción contenida de cada uno en el producto final; la inclusión de ingredientes locales o con denominación de origen; la comunicación de la génesis del producto (de dónde proviene, cómo se elabora); el uso de materias primas poco procesadas o elaboradas con técnicas seguras conocidas por el consumidor (por ejemplo, vegetales deshidratados al sol) y la exclusión de los productos que generan desconfianza en el consumidor o la información sobre el contenido máximo de estos en el alimento.
Para la industria cárnica, por ejemplo, ceñirse a los requerimientos del también llamado clean label supone un ejercicio complejo, pues implica la eliminación de muchos de los ingredientes más comunes, como los fosfatos y nitritos o las proteínas vegetales con contenido alergénico, entre otros. Cambios para los que ya se tienen alternativas no declarables (que permiten hacer más concisa la etiqueta) y naturales, que ayudan a redondear el concepto, como extractos de hierbas y especias con cualidades conservantes, fuentes naturales de nitritos, enzimas proteolíticas, proteínas animales altamente funcionales o sabores condensados y de reacción.
Si bien en muchos casos para la industria alimentaria implementar cualquiera de estas estrategias implica una reorganización total de sus procesos productivos y la naturaleza de sus productos, puede considerarse el etiquetado limpio, además de una estrategia para ganar la confianza del consumidor y fidelizarlo, como un punto de partida para incursionar en mercados demandantes de alimentos premium, con mayor valor agregado, con perfil artesanal y selectos. Es, indiscutiblemente, un creciente nicho de mercado.
La compañía de origen francés y presencia internacional, MANE, continúa con su firme compromiso de invertir robustamente en la investigación y eldesarrollo de tecnologías para la industria, fomentando así la excelencia tecnológica en las regiones en donde la multinacional tiene presencia.