Asociación para el Fomento del Espíritu y la Esencia de
las Artes Marciales y el Yoga
BOLETÍN 230 AGOSTO 2021
Estamos en pleno verano, en el corazón del estío, que es un momento de esparcimiento, de relaciones y de pasiones. Mucha gente aprovecha este mes para vacacionar, aunque lo de "irse de vacaciones", con el tema de la pandemia ha cambiado un poco. Uno puede vacacionar en su casa, en su pueblo o en su barrio. De hecho, el concepto mismo de vacaciones es muy reciente en la historia humana, y el cual está ligado a la clase pudiente, porque es bien sabido que los pobres nunca tienen vacaciones... El caso es que en este mes hay una energía que nos impulsa a viajar, a salir más y, sobre todo, a relacionarnos. Lo que sea dicho de paso, no es lo más idóneo en tiempos de "distancia social" y Covid. Aprovecho para disfrutar de lo simple, cada vez descubro más paraísos cercanos, y me atraen menos los lejanos. Me meto en el mar y paso mis manos suavemente sobre el agua, percibo
cada sensación, cada detalle al tocar el agua. Con esa textura tibia y fluida, noto la vida misma en ese contacto. Procedo del mar. Los peces bailan a mis pies. Un sol suave acaricia mi espalda. Me sumerjo y me convierto en delfín, en ballena, en un cetáceo. Solo me dejo flotar, fundirme con la sal, el agua, el sol, la brisa, azul contra azul, no hay tiempo... Luego toca tumbarse en la arena caliente, y ahora es la tierra blanda la que acoge a mis huesos. Me dejo caer... Las voces de otras personas en la playa se escuchan a lo lejos. Sin embargo, el llanto melancólico y gatuno de las gaviotas me sume en un perfecto bienestar. Así me duermo, y a la vez me despierto, en un mundo antiguo y nuevo, donde el placer más grande es entregarse a la vida simple. En agosto, el corazón se hace más presente en mí pecho. Siento la necesidad de expresar lo que soy, no solo lo que siento, lo que soy en su totalidad primigenia. El brillo insondable del ser. Es como si los temores se hubieran ido a otra parte, o quizás solo se ocultan bajo la alfombra.
La verdad es que me da igual, una vida plena te conduce a ese lugar, en donde todo a tú alrededor te devuelve el recuerdo de que estás donde quieres estar. El instante contiene todo, de hecho tiene hasta el secreto de la eternidad. "En la Iniciación no hay vacaciones", me espetó una vez el Maestro José Marcelli. Y en aquel momento no lo entendí. Me sonó a castigo, a que me quitaran de las manos el helado. ¡Mis preciados placeres! Luego, muy luego, años después, lo descubrí. La vida de un ¡Viviente!, te vacaciones, esquizofrénico - descanso.
Iniciado Real, Solar, y, digamos, plantea una vida entera de sin el ritmo mundano y que implica el ritmo de esclavitud
Un sabio lo sabe: "Antes de la iluminación, cortaba leña y hacia fuego... Tras la iluminación, corto leña y hago fuego". ¿Qué ha cambiado? Todo. Nada. ¿Lo entiendes? Habrá que esperar a iluminarse...
Agosto es una palabra. Cada uno le dará su significado. Para mí, en esta ocasión, es encuentro, amistad, abrazos, miradas, amor y libertad. ¡¡¡Renovación!!! Hacía mucho, muchísimo tiempo que esperaba que los mil afluentes se encontraran en el gran río. No me queda más que sonreír, agradecer y seguir concretando sueños. ¿No es eso la vida? Abrazos para todos...
¡Feliz verano! TAI
ANTONIO IBORRA
El verano, el signo de Leo ♌ y un corazón pleno aman jugar. Cada vez que voy al bosque de la Oropéndola, entro en su mundo, en su reino, y por supuesto, en su juego. Cada día aprendo más de la escucha. Al principio no escuchaba apenas nada, luego, solo pájaros, y ahora ya distingo a cada vecino del entorno, del herbazal, del caño, del roquedo o del pinar. Por ejemplo el Pito Real, el Alcaudón, la Torcaz, el Cernícalo y, por supuesto, la Oropéndola. El año pasado no
me podía ni imaginar lo feliz que sería observando a esa bella familia de aves doradas. Porque sí, me encanta la fotografía, incluso la caza fotográfica que implica la adrenalina, la búsqueda y el encuentro, pero poco a poco, y cada vez más, el fotógrafo de la naturaleza deja paso al observador. Cuándo ya he conseguido fotos aceptables, incluso estupendas, lo importante se revela: Estar simplemente ahí. Observar su conducta, compartir algunas horas su vida, su mensaje y su mundo. Las Oropéndolas me han enseñado muchas cosas. En primer lugar a agudizar al máximo mis sentidos, luego a descubrirlas con las orejas, porque ellas están ahí, en el árbol frente a ti, en ese pinar, al otro lado de la vía del tren, pero no las ves. Así que las escucho y escucho, voy distinguiendo los matices de su voz, lo que dicen, comentan, explican. Y me acerco. Me choca que me llaman con insistencia, y trato de ver, con los prismáticos, detalles a detalle, aunque están lejos, cuando por fin las localizo
parecen fruncir el ceño, como diciendo: “¡vale tío!, ya era hora, aquí estoy todo el rato llamándote”. Nada más enfocarla, descubrirla, levanta el vuelo y se esconde en el tupido follaje de otra conífera. Me pregunto, ¿cómo puede saber que la he descubierto y que he reparado en ella? ¿Quién sabe? A veces tengo la sensación de que me leen el pensamiento, que me adivinan, e incluso que se me anticipan. Es un magnífico juego. Se ponen al otro lado del claro, a quinientos metros. Me intento acercar, y solo pensarlo ya se cambia de lugar. Otras veces quieren más acción. Empiezan con su graznido corto e insistente. “¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí!”. Me acerco directo, sin amagues, ni escrúpulos, a por todas,
y parecen no inmutarse, siguen y siguen llamando. “¡Estoy aquí, estoy aquí!”. Sé que está a un giro de rama, al otro lado del árbol, a menos de veinte metros, pero que en cuanto asome, levantará el vuelo... Dicho y hecho. Es solo un momento fugaz, hermoso y dorado como una iluminación, una foto con mucha suerte, y ¡ya! Se va al otro lado del claro. Corro literalmente tras ella, lamentando no tener alas. No es una batalla justa, pero así es el juego... Allí es volver a empezar: me llama, me incita, me provoca. Es como un perro que te pide que le tires la pelota para ir una y otra vez. Como si tuviera un TOC, ¡quizás lo tengan!, ir a por ella... La sigo, la localizo, sé que está ahí, no la veo, pero está aquí mismo. En cuanto nos veamos se volverá a esfumar. Ese es el juego... Al final es un juego que te mantiene en forma, no digo que no, pero, cansa. Vale, lleva un rato callada. Hay Perdices, Pito Real, un Cuco. Decido que ya está bien por hoy, ya que en verano a las nueve y media de la mañana ya te
asas. Hay que salir a las seis, lo que implica levantarse a las cuatro, correr, disciplina, desayuno y salir para el monte. Es hora de irse. Cuando cruzo la vía del tren y dejo el pinar a mi espalda, empieza a cantar. Me giro, calla. Sigo en mí idea de volver, vuelve a cantar, hasta se esmera. Me giro hacia los Pinos, calla. Así nos la pasamos, hasta que decido dedicarle un rato más, y sí, se deja ver, un poco más de persecución, y luego solo hay silencio. Ahora sí me voy. Cruzo la vía. Y de vuelta a cantar. Le digo “adiós”. Pero canta tan fuerte, que no tengo más remedio que volver a jugar. ¡No me deja irme! Al final me voy de verdad, y aún de lejos, la sigo escuchando. ¡Vale, vale, mi estimada amiga, mañana seguimos!
TAI AIM
De los cuatro elementos, el Fuego es el que representa lo más esencial, lo más próximo al origen y la unidad. El espíritu es un concepto sinónimo a esencia, a intención primigenia. Si dividimos el mundo como los antiguos chinos lo hacían en el Cielo y la tierra, el Cielo es el Fuego, o si lo vemos como Yin y Yang, el Fuego es el gran Yang, el inicio supremo, el impulso inicial. Antes del Fuego, está la Luz que no quema, la Luz ausente de realidad o la claridad oscura de la Unidad no diferenciada.
Mucha gente desconfía del término "espiritual", ya que lo relacionan con creencias supersticiosas o dogmas de fe, pero en realidad el espíritu es nuestra más profunda intimidad, lo que está más allá de palabra, ideas y conceptos. Mucha gente no puede concebir nada más allá de su percepción o de su pensamiento. En cambio, un meditador sí lo hace. La experiencia de la quietud, el espacio entre pensamientos, la conciencia no localizada, ni centrada en ningún yo, abre paso a un saber sin saber. Es siempre un poco ilusorio poner en palabras aquello que está más allá de la dualidad de la mente. La mente es dual, las palabras son duales, en cambio el espíritu es UNO. Ni forma de entenderlo, ni tampoco de negarlo. ¿Podemos negar lo inconcebible para nosotros? ¿Lo que aún no somos capaces de imaginar? ¿Cuándo descubrimos algo, surge de la nada, o quizás siempre estuvo ahí? El fuego, como el espíritu, impulsa, incita, activa y despierta. Mi Maestro lo llamaba una necesidad espiritual, la
cual es muy distinta a las necesidades humanas básicas, pero tanto, o más, potente.
Conocemos bien la necesidad de alimentos, de protección, de afecto, de reconocimientos, e incluso de curiosidad, pero la necesidad espiritual es otra cosa. ¿Qué impulsa a alguien a dejar su casa, sus costumbres, sus hábitos, las comodidades, los afectos? ¿En pos de qué? ¿Sentido? ¿Fe en lo intangible? ¿La atracción de una cumbre? ¿La necesidad de encontrarse a sí mismo? Casi todas las palabras parecen huecas cuando no has sido mordido por lo inefable, por el
misterio. ¿Sabiduría? ¿Locura? La misma búsqueda espiritual es como un viaje tremendo a ninguna parte. La lejanía inconmensurable del aquí. Una vez más el Maestro dice: "No insistan en tratar de convencer a nadie a que tome el camino. Si él o ella no tiene necesidad, es una pérdida de tiempo”. ¿Es el espíritu una necesidad? ¿Quizás el aplauso de una sola mano? El Fuego que no quema, pero enardece el corazón, es como una llamada sin voz. Son muchos los caminantes que se comprenden, mirando el fuego de una mirada. Ahí se ven a sí mismos, y solo queda sonreír, al no encontrar palabras... Para muchas personas, su vida se limita a tres elementos: tierra, o un cuerpo, agua, o las emociones, y aire, o los pensamientos. ¿Y el Fuego? Hay quien lo confundirá con pasiones, deseos, calentones y cosas así. Pero eso es solo agua y aire desequilibrados, pero agua y aire.
El Fuego es la cuestión, la inquietud sobre el más allá, lo infinitamente cercano, lo que no veo por el hecho de mirar, lo que no escucho por el hecho de tratar de oír. No son trabalenguas: se trata de abrirse a una vida sin las lentes de una mente condicionada. ¿Es eso posible? ¡Ahí tienes el espíritu! Yo no sé si soy espiritual. El Maestro dice: "Soy materialista porque tengo un cuerpo, soy espiritualista porque no soy un cuerpo". En agosto es buen momento para detenerse un poco, y para pensar. También es adecuado detenerse y mirar por las rendijas, entre pensamientos. Mientras enciendo el fuego para hacer un té, contemplo la sensación ancestral del hombre primitivo. Fuego: protección, cocina, arma, calentarse en invierno, un pequeño sol en la palma de la mano.
TAI AIM
Acecho lo grande, lo inconmensurable, lo eterno e infinito en mí propia huella en la arena. Miro a Marte y a Venus en el crepúsculo, y veo a Afrodita y Marte luchando. El amor o quizás es solo una pasión. Una hilera de hormigas trabajan a pleno sol, sin sombrillas, ni factor 50: parecen diligentes, atadas a un mandato biológico y perfecto, casi esclavas. Y bajo el olivo, el eterno chirriar de las cigarras, siempre con la misma canción, como charros ebrios en una taberna sin invierno. Veo a mis congéneres sufrir en la arena, vuelta y vuelta asándose para ponerse morenos, estoicamente, para la foto de Facebook. El amazonas cada vez está más vacío de vida; en cambio, Amazon está lleno de cosas y nuevos
juguetes. ¿Lo quieres? Lo tienes a un clic, cualquier deseo será satisfecho. ¿Cuántos clics se necesitan para no desear nada? Antiguamente hacía falta un largo viaje para encontrar el tiempo de hacerse las preguntas. Ahora hay miles de respuestas en Google, y casi no hay tiempo para preguntarse nada. Cuando era adolescente el Yoga era algo muy raro y lejano, ahora es muy raro que no hagas Yoga en el centro de tu barrio. Antiguamente había muchos dioses, cada uno podía elegir los suyos, y si no se portaban bien los podías cambiar, o al menos dejabas de hacerles ofrendas. Los dioses tenían que esforzarse un poco, y había mucha competencia entre ellos: Deméter, Zeus, Isis, Aura Mazda, Zarmoxis, Odín... Luego llegó el monopolio de un solo Dios y además, ¡el verdadero! Estábamos fregados, con Ala, Yave o Jehová. Si todo va bien es gracias a dios, y si va mal es la voluntad de dios. No hay un libro de reclamaciones, o posibilidades de devolver el
paquete. El dios dictador dice que si todo va mal, “algo habrás hecho”, loado sea dios. Luego dios murió y Nietzsche lo enterró o, sino fue Marx, fueron los hermanos Marx. Sin dios llegó el nuevo Yoga, la nueva meditación y sacamos a Buda del armario. Medita, medita, no hay más... ¿Y el planeta? ¿Y el consumismo brutal? Sigue meditando. ¿Planteas alguna solución? ¿Algo nuevo? ¿Qué hay después de Platón, Sócrates, Buda, Jesús, Lao Tsé, Confucio? ¿Pensamiento crítico? Tampoco es nada nuevo, se remonta como mínimo a más de 2500 años. Y además, quien tiene tiempo hoy para pensar, para leer o para cuestionar. El dios de las pequeñas cosas acecha en lo inevitable: cagar y limpiarte el culo. Incuestionable. Comer y lavar los platos. Tener pareja y soñar con la soledad.
Estar solo e imaginar la pareja perfecta. Sacar al perro y recoger la caca. ¿De dónde venimos? Polvo cósmico, un buen polvo... ¿Quiénes somos? Pues quizás eso: entra el polvo, saca el polvo. Polvo somos, al polvo volvemos. ¿Y a dónde vamos? Ni idea. Y si la tuviera, sería lo más horrible que me podría pasar, porque sea lo que sea, esta película, la clave está ahí, es no poder imaginar un final. Un dios de las pequeñas cosas me recuerda que tengo que sacar la basura... Luego seguimos.
TAI AIM
Estoy escondido acechando a las Abubillas. Espero tener la suerte de que desplieguen su corona solar ante mí, cosa que hacen de vez en cuando sobre todo nada más posarse en algún lugar prominente. Hoy está nublado, y el calor ha bajado en la sierra. Hasta tuve que ponerme la camisa de manga larga. Para mí es un buen día para tomar fotos, además que la atmósfera se percibe extraordinariamente clara y limpia. Lo único que perturba mi ánimo es el sonido atronador de los disparos: los matadores están ahí, estamos en zona de guerra y los animales lo saben. Hoy el zorro no asomará. Esperará la noche cerrada. Hace bien. El zorro listo vive, los demás, mueren. De repente, una increíble águila se posa encima del pino viejo. Es una culebrera, y es
increíblemente preciosa. Nuestras miradas se encuentran, parece tranquila. Es un momento increíble, apenas me muevo. Hago alguna foto en sepulcral silencio, anulando el sonido delator del obturador. Es una belleza. Hay muchas especies de águilas, pero todas te llegan al alma. La mirada de un águila, a pocos metros, bien vale horas de espera. Sin embargo, en mi caso, no estoy en ningún Hide profesional, donde les echan comida. No, esto es al natural, al puro encuentro con la vida. Se queda mucho tiempo. No nos separan más de veinte o treinta metros. Sabe que estoy ahí, pero no está nerviosa, ni intimidada. Asea sus plumas, otea a su alrededor en busca de algún conejo, y de vez en cuando me mira. No me pierde el ojo.
Respiro muy pausado, gozo con todo mi ser de la intimidad con el águila, la reina indiscutible de los cielos. A los humanos las águilas nunca nos han dejado indiferentes: las pusimos en estandartes, escudos, banderas, edificios relevantes, en piedra y madera. Nos engalanamos con sus plumas. Siempre quisimos volar como ellas. Su magnífico porte nos inspira gallardía, nobleza, fuerza, libertad, e incluso espiritualidad. El águila habita nuestro imaginario popular, y aparece en cuentos, leyendas, historias y mitos. Todavía las podemos observar en su medio natural, en sus montañas, praderas, barrancos e incluso en alguna de nuestras ciudades. No hay nada igual a que esta magnífica ave se pose cerca de ti. Con ese momento ya tengo
para todo el día, todo el mes, toda una vida. ¿Cómo te digo? Nada tiene que ver un águila cautiva, cetrera en un zoo o domada. No. Hay que ir a su casa, a su hábitat una y otra vez, y no confirmase con un avistamiento lejano, o su vuelo a gran altura. Todo sucede a su momento, y la clave para lo importante siempre descansa en la paciencia y la perseverancia. Hoy, a pesar de los disparos, de la caza, me visitó la carraca bella y azul como el cielo, el abejaruco cantor y multicolor, mi familia de mochuelo, pero sobre todo, la maravillosa águila culebrera. Un buen día.
¡Buen viaje! TAI AIM
La vida es un juego donde todo se recrea. Pero, ¿qué pasa cuando me pongo seria? Igual consigo una ventaja momentánea, donde yo siento que estoy en el centro para resolver los objetivos, pero no es así. Solo el que está en sintonía con el momento, gana a la puerta que empieza a cerrase. Pararte a reflexionar es esencial para comprender qué lo que te vincula con quien juega. Eso es lo más importante. Como dice el maestro Antonio Iborra: “cuándo no lo ves, es mejor que regreses a la casilla de salida y empieces de nuevo”. Estar atento a las señales es importante. Cuando detectas que la sonrisa de todos se vuelve esquiva, se ausenta del rostro y lo que era fácil se transforma en tarea y obligación, es mejor que regules tus intereses. Igual conseguiste el objetivo, pero ya sabes que el juego no consiste en ganar. Eso es secundario. Lo importante es jugar, y juegas para vincularte
a algo más grande que tú mismo, y si no lo ves es porque ya perdiste. Aunque ganes. Es difícil entender que el juego de la vida consiste en ser más divertido, y se da cuando todos nos divertimos, ¡y eso te incluye! Así que nunca es divertido si llevas la seriedad más lejos de lo que es estrictamente necesario. Algunas veces, cuando te das cuenta de ello es más fácil para todos. Y como decía mi maestro José Marcelli, “y tanto esfuerzo, ¿para qué? ¡Para ser más, y más pronto!”. Seguro que eso no es seriedad.
TAI MAS
MARÍA ARRABAL
La vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco. Jacinto Benavente La tranquilidad perfecta consiste en el buen orden de la mente, en tu propio reino. Marco Aurelio El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad. Johann Wolfgang Goethe Una vida feliz consiste en tener tranquilidad de espíritu. Cicerón Un samurái debe mantener la calma en todo momento, incluso en la cara del peligro. Chris Bradford Lo que se hace con precipitación nunca se hace bien; actúa siempre con tranquilidad y calma. San Francisco de Sales
Todo lo que Dios quiere del hombre es un corazón pacífico. Meister Eckhart Sólo desde una calma interna, el hombre fue capaz de descubrir y formar entornos tranquilos. Stephen Gardiner
Está más que bien decir que “no” a las personas y Nikki Rowe lugares que perjudican tu paz. Mantente en paz con todos los que conozcas y no guardes rencor con nadie por ningún motivo. Israel More Ayivor Si te encuentras involucrado en una discusión que solo despierta la ira en el corazón, haz la paz rápidamente y continúa. Suzy Kassem No son la riqueza ni el esplendor, sino la tranquilidad y la ocupación los que dan la felicidad. Thomas Jefferson
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES:
“HUMOR” PARA VER: “LA SKEITER” Dirección: Netflix USA 1h. 49 min. 2021
FRASE DEL MES: "Solo el humor nos hace humanos” PARA LEER: “El infinito en un junco” Autor: Irene Vallejo Editorial:
Espero que el viajero que se adentre en estas líneas cargue un equipaje libre de culpa, ya que los siguientes párrafos pueden ser los últimos. El miedo a la muerte nace en lo más profundo de nuestras entrañas y la búsqueda de una respuesta ha dado pie a uno de los pilares de las primeras civilizaciones humanas: la religión. Pero, ¡hemos matado a Dios! ¿Qué va a ser de nuestras almas ahora? Nada ha sustituido la promesa de ir al cielo por el resto de nuestra eternidad. Si la preocupación por la muerte no está en el boca a boca no es debido a que la ciencia ha dado una explicación tranquilizadora y, mucho menos, porque hemos superado el miedo a la muerte. La población simplemente ha dejado de lado esta cuestión encandilada por un hedonismo fruto de un sistema económico predatorio. Si nos ponemos existencialistas y desde un enfoque nihilista –donde nada tiene sentido– la muerte juega un papel en nuestras vidas más relevante de lo que creemos. Por ejemplo, sin la muerte faltarían motivos para levantarse de la cama y aprovechar los días.
El objetivo de este texto es ayudar al lector a superar este miedo para así poder enfrentar a la hidra y vivir en paz. El miedo viene principalmente del desconocimiento, ya que la muerte es un mal que parece lejano pero que nos acecha de cerca y que, literalmente, nadie que lo haya experimentado ha vivido para contarlo. En este punto es cuando me pongo chulo y me invento algo para después intentar convencerte de ello. Y ¿si te dijera que cualquiera que lea esto ya ha muerto varias veces?, y ¡no!, no estoy hablando de la reencarnación. Imagina que mañana unos científicos anuncian que han logrado el teletransporte , y cuando digo teletransporte me refiero a la capacidad de hacerte desaparecer en un punto A y hacerte aparecer en un punto B. Como la persona del punto B es idéntica y por consiguiente tiene los mismos recuerdos se podría decir que te has teletransportado. Ahí está la clave: cuando hablamos de cumplir años no somos tan amables, pero como en el ejemplo, la persona con el paso del tiempo ni es idéntica, ni tiene los mismos recuerdos y por lo tanto no piensa igual. Desde este punto de vista el niño que fuimos, aquel amigo del instituto o
nuestra primera pareja ya han dejado de existir, y están… muertos. ¿Recuerdas que hemos comenzado este viaje diciendo que estas líneas podrían ser las últimas? No insinuaba que al lector le iba a dar un ataque al corazón u otro desafortunado accidente durante la lectura, sino que en un sentido literal y si has prestado atención y has dejado que mi mensaje cale en tu ser, se podría decir que la persona que comenzó a leer este texto no es la misma que lo terminó. Nadie nos asegura que cuando nos vamos a dormir al día siguiente nos vamos a despertar. Incluso si alguna vez esta idea nos ha preocupado es algo con lo que hemos aprendido a vivir.
TAI
Kyva Iborra Arrabal
KOMBUCHA INGREDIENTES:
1 bote de cristal (4 litros) 5 frascos de cristal 1 pedazo de tela fina o gasa 1 Scoby (colonia simbiótica de levaduras y bacterias, se consiguen en paquetes) 4 litros de agua 7 cucharadas de azúcar blanca 7 bolsitas té negro o verde ½ vaso de una kombucha anterior 1 vaso de zumo de cualquier fruta PREPARACIÓN: PRIMERA FERMENTACIÓN Hacer un té negro o verde, pero usando medio litro de agua con las 7 bolsitas y el azúcar. Dejar enfriar. Posteriormente añadir en el bote de cristal el té y lo que resta de agua (hasta los 4 litros). Añadir el paquete de scoby. Tapar el bote con la tela.
Guardar el bote en un sitio oscuro de 5 a 15 días, aunque todo depende de la temperatura del lugar y del momento. Cuando está listo tiene que oler agri-dulce, que nos recuerde a la sidra. Entonces lo colamos y guardamos los restos del scoby en otro frasco, al que llamaremos su hotel. SEGUNDA FERMENTACIÓN Se añade un vaso de zumo de cualquier fruta, y se bate la fruta con kombucha. Se reparte un vasito de este jugo en cada una de las cuatro botellas, y el resto se llena de kombucha. Se tapan las botellas y se ponen en la nevera. En dos o tres días, la kombucha estará lista para beber. ¡¡SALUD Y QUE APROVECHE!!
Maite Belaza
El verano y el fuego son ya una realidad. Comienza el signo astrológico del Cangrejo, más conocido como Cáncer, y las lluvias aparecen inmediatamente. Es la parte del año más caluroso y de más lluvia, Cáncer, como signo cardinal de agua, nos presenta la pauta a seguir con su energía en manifestación acuática, emocional y sensible. Además, está la combinación con los tránsitos planetarios. Por ejemplo, hay algunos planetas lentos, como Plutón, Urano, Neptuno, Júpiter y Saturno. El resto de los planetas tienen una velocidad más rápida, debido a que está más cerca su órbita con respecto a la estrella que llamamos el Sol, y eso los hace que se muevan mucho más rápido. Por ejemplo, el planeta Mercurio tarda 88 días y horas en completar su movimiento de traslación alrededor del sol, mientras que el planeta Plutón necesita 248 años y meses, días y horas. Hablo del movimiento de los planetas porque cada uno de ellos tienen una influencia en mi, y lo cual debo comprender y trabajar para mi propia libertad. Todo en el universo está ordenado, con lo cual tengo una oportunidad para comprenderlo. También en la
Senda del Yug-Do existe este orden, con luz y limpieza en su lugar. Yo lo descubro además en la vida cotidiana, en los detalles, en la disciplina, en la comida, en los juegos, cuando voy a dormir, cuando hablo por teléfono: siempre hay reglas que cumplir para llevar a cabo el objetivo en el ahora. Entrenarme en mi dualidad, y en la dualidad en general, me costó trabajo. Darme cuenta de ella fue complejo, pues mi inconsciencia me hacía vivir sin dualidad, o sea sin darme cuenta, culpando a todo y a todos de mis errores y equivocaciones. No tomaba en cuenta la ley de la diversidad, hasta que me fui acercando a ella mediante la disciplina consciente. Después de descubrirla me produjo una exclamación y asombro, cuando me dije el "dos", lo dual, el polo opuesto complementario, que me es necesario para crecer. Ahora me encuentro trabajando para mantener el centro, o sea los puntos de mi dualidad, como una síntesis: el centro, el equilibrio o el "tres". Lo que estoy haciendo es cambiarme, transformarme y liberarme de una manera de pensar, donde había estado siempre estancado, encerrado en mis creencias, en el universo espacio-temporal. Todo esto ha sucedido al darme cuenta de la libertad del movimiento, y a pesar de los obstáculos del exterior, y con la ayuda y guía del maestro Antonio Iborra, puedo
enfrentarme y disolver mis bloqueos, mis complejos y mis taras. Me siento más liviano de cargas y de peso. En la Senda del Yug-Do encuentro que la madurez del sí-mismo incumbe, pues, al hombre en cuanto a la persona, en la libertad recuperada por la unión con su Ser esencial. El maestro es un ejemplo vivo de la madurez realizada en lo humano, pues es una transformación desde el "SER" y en el "SER", que nos manifiesta el orden trascendente que le es inherente. Gracias a la vida sencilla, al orden y la responsabilidad con alegría, el maestro es un transmisor para aquél que se da cuenta. Feliz verano, feliz fuego, feliz agua.
TAI
Serafín Mendoza
Es necesario un centro; de donde poder partir, y al que poder regresar. Todo está cambiando de modo acelerado. Desde la disciplina del Yug-Do, desde la orientación del Maestro es posible hallar ese Centro. Soltar todo lo viejo y abrazar lo nuevo desde una actitud consciente presente. De nada sirve apegarte, agarrarte, asirte a los viejos esquemas, todo lo que no se actualiza cae por su propio peso; caen los velos, las viejas creencias y los viejos modelos de comportamiento. Vaciarte para recibir el agua que calma la sed. Como bien dice nuestro querido Maestro, resistirse al cambio es continuar sufriendo y generar más sufrimiento. Ya no puedes agarrarte a un clavo ardiendo. Es preferible soltar los viejos lastres y una vez más empezar de nuevo desde tu equilibrio, desde ese centro que unifica el cielo y la tierra equilabrando la balanza entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, lo correcto y lo incorrecto, el yin y el yan, lo blanco y lo
negro. Mas allá de esta dualidad un bien mayor, sagrado, que permite enfocar la conciencia hacia la elevación del corazón iluminando el camino hacia lo sagrado. Soltarse del último asidero, del último agarre que te mantiene en la ignorancia. Dejarse caer en el vacío y simplente confiar convirtiéndote en el propio vacío. Descubrir que ese vacío esta lleno de infinitas posibilidades e innumerables tesoros. Del centro surgen infinitas posibilidades que nos vinculan de modo consciente con el centro del propio universo. Ese centro es la Unidad desde la propia diversidad. El Alfa y el Omega que nos unifica a todos en un mismo propósito de alcanzar la conciencia en aras de crear un hermoso jardín, una maravillosa humanidad que evoluciona a cada paso con el único fin de experimentar y manifestar el amor.
TAI
Raúl Villar
Esta mañana entrené Yug-Do en la playa de una manera diferente. Eso sí, lo hice desnuda como siempre. Aproveché que la marea es muy baja, por lo que me metí al mar y me detuve. Inicié con la apertura, mientras pequeños oleajes llegaban a cubrir mis piernas. El saludo y el movimiento fundamental me parecieron sencillos de ejecutar. No fue lo mismo con los veintidós movimientos, de los cuales hice muchas repeticiones y entre cada cambio ejecutaba un kata de dragón. Y no fue lo mismo porque el oleaje, aunque disminuido, hacía que perdiera mi equilibrio constantemente. Mis pies se hundían en la suave arena y mis pasos se entorpecían. De hecho, me sentí mareada durante toda la práctica. El remedio era la respiración, lo sé.
Así, perdí el equilibrio con cada oleaje, ya que su onda repercutía en el exterior y en mi interior. En ocasiones, gran cantidad de agua llegaba y me arrastraba, impidiendo que yo estuviera en mi eje. Luego sentí que recuperaba la tranquilidad cuando me centraba insistentemente en mi respiración. Pero todo lo que pasaba afuera –como los perros y las personas caminando, las lanchas en el mar o las mariposas sobrevolando el agua–me atraían y me despistaban. Caía
nuevamente en el mareo. Mi sudor se perdía entre el agua salada del mar. El calor de mi cuerpo aumentó por el roce del sol. El paraíso apareció en mi corazón. Concluí la práctica y retomé la enseñanza. Recapacité en la facilidad con la que nos distraemos de nuestra obra y perdemos el equilibrio. La voluntad combinada con una respiración tranquila puede empujarnos al lugar pertinente y que necesitamos . Y, no hay de otra, hay que seguir.
TAI
Ilihutsy Monroy
14- DESAPEGO En esta época de unificación y de reencuentro familiar me doy cuenta de la importancia de la relajación, el desapego y la protección de la libertad individual. Mis tíos llegan de Venezuela a quedarse a vivir. Se han desaferrado de muchas cosas para poder venir. Quisimos hacer una bienvenida familiar a lo grande con un paisaje espectacular en las casonas de Marengo, pero con el nivel 4 recién instalado, impisible. Toca de otra manera, desapegarse del resultado. Poco a poco. Lo importante es que ya están aquí. Nosotros ahora en los altos de Icod a los pies del Teide de convivencia familiar. Algunos todavía en la resistencia de venirse. Otros ya disfrutando. Cada
uno resolviendo sus vidas. Mi madre en el desapego por la marcha de mi padre. Nosotros también. Mi hermana en la necesidad de tiempo para ella, y en el soltar su vida en pareja. Bastante bien no lleva. La vida es puro desapego. También uno anda en el desaferramiento, en el desacostumbrarse de la vida que he tenido de unos años para acá. Adaptándonos a la nueva situación. Siento que una vez que la familia está junta, lo demás es ir fluyendo. Será un desapego grande el de mi hija también, al cambiar radicalmente de vida. Creo que el contraste le va a venir muy bien. Habrá que estar atentos. Por otro lado, me sorprende el desapego tan grande de mi mujer al venirse para acá. No me lo esperaba, la verdad. Todavía me cuesta integrar que ya está aquí, y que estamos todos juntos. Al menos por una etapa más. Mañana quién sabe. El futuro es incierto, pero puedo trabajar en el presente. Me abruma la cantidad de regalos que el universo me está haciendo estos días, por todos lados, y no sé si estoy preparado para recibirlos.
Me cuesta asumir todo esto manteniéndome relajado, abierto, desapegado. Y sé que debo estar bien atento para no perder mucha libertad en el proceso de adaptación, ni en lo que venga a partir de ahora, ni hacérsela perder a nadie. Aunque soy consciente que siempre algo se sacrifica y se gana. Todo esto es una prueba para mí. Y seguro estoy que es más sencilla de lo que parece, aunque no tenga porqué ser fácil. Mantenerse atento y abierto a lo que ocurre. No hace falta hacer más, no es necesario hacer menos, aunque si ralentizarse. Detenerse a menudo. Dejar que todo llegue. Actuar lo necesario. Dejarse ser. PD: Simplemente hacer más caso al Maestro.
TAI
15- SONRISA INTERIOR Aunque sabemos que todos los momentos son renovación, esta época, este “nuevo” tiempo, si así lo podemos llamar, tiene un sabor que trato de apreciar. De esta manera, me ubico en el continuum temporal. La idea de un periodo es atractiva a mi mente mientras que lo infinito, no tanto. Aprecio comprender el ritmo del ciclo actual, lo cual me entrará por los sentidos, no por el razonamiento. Con la guía del Maestro, las herramientas que disponemos y el continuo acompañamiento de nuestra comunidad, veo, siento y respiro algo de orden y sentido. Agradezco estar consciente de lo que estoy consciente aunque me propone un reto, me implica un esfuerzo y a la vez me pide una rendición que finalmente incomoda. Profundamente, sé que estoy caminando en la dirección correcta y quiero aprovechar cada amanecer cada vez mejor. Muchas veces, quizás la mayoría, quiero quedarme en mi comodidad, en lo conocido y seguir en la fantasía de mi película.
Adicta a mis tendencias, y mi actuación en consecuencia, todo parece más llevadera, más placentera, más a gusto. Sin embargo, lo curioso del camino es que una vez percibido esa nada, experimentado esa calma, la memoria se despierte y no puedo continuar ignorando. Día a día, me asombra la sencillez de la vida a pesar de su aparente complejidad. Encuentro un sentido en todo lo que me rodea, los acontecimientos, las personas y sus acontecimientos. Si estoy lo suficientemente quieta y alerta me llegan los mensajes que disipan la tensión mental. Este mes, me ha llegado mucho lo que comenta el Maestro que hay que querer meditar, quiero entender que hemos de querer el gran silencio, y la paz que brota del recuerdo. Ahí radica el secreto quizás. El verdadero querer, es decir, la voluntad es el ingrediente alquímico principal. ¿Y cómo no caer en la trampa del EGO que todo desea?
Mejor no preguntar y seguir caminando cada vez más lentamente. En algún momento habrá más discernimiento. Cuando observo las reacciones de mi EGO que son distintas, quizás más suaves, me produce una sonrisa interna inevitablemente. Esa distancia debe ser la que permite la no identificación con ese mundo del sentimiento donde he estado cegada, sorda e insensible. Gracias al gran linaje de Maestros por tener el valor de seguir su sagrado deber. Gracias Maestro por su bondad y presencia. Gracias Maestra por tanto amor. Gracias hermanos por sus hechos bien hechos.
16- LA PALMA Este verano me he tomado unos días de descanso en esta hermosa isla. Asiduamente la visitaba en mi época de futbolista, pero al ser viajes relámpagos, solo visitábamos dos o tres lugares que requieren el tiempo que debíamos de estar allí. Apenas disfrutaba de estar en lugares tan hermosos, ¡ahora me doy cuenta!, porque los he podido contemplar en estos días. Viajar en mi furgón me ha permitido recorrer mucho territorio, no estar condicionado por horarios u hoteles a los que regresar, así como visitar zonas y lugares por demás espectaculares. El primer día en la Caldera de Taburiente tuve una experiencia increíble y de superación. ¡Eso es lo que fue! Me habían comentado que para acceder a la cascada de colores tenía que invertir unas tres horas, siempre y cuando fuese por el camino indicado. Ahí empezó mi aventura. Por intuición, yo seguí el camino del agua. Me decía: “si el agua viene por aquí y la sigo, llegaré a la cascada”. Así nos dispusimos. Íbamos caminando por el pequeño río que formaba esa agua al bajar, ya que nos facilitó el trayecto porque al andar por la tierra –tan
inestable– nos resultaba muy incómodo. Era una sensación diferente pero muy agradable. De hecho, y debido al intenso calor, acabé solo en bañador y cholas. Por el camino aproveché para darme baños en cada charca que encontraba. Me decía: “¡qué bueno está este spa! Es para mí”. Me encantaba sentirme allí en plena naturaleza dentro de esas aguas cristalinas que, incluso, aproveché para bañarme desnudo y experimentar esa sensación de desprendimiento. Siguiendo el agua, llegamos a una bifurcación. Ahí empezó la gran aventura. Cogimos camino por el lugar más complicado, de forma inconsciente. Es un lugar que ni los propios palmeros suben. Me había equivocado. Pero no lo supe hasta una hora después de haber estado caminando, ya que nos lo comentó otra pareja que descendía y le había pasado exactamente lo mismo. Nos animaron a cambiar de ruta, pero yo estaba empeñado en seguir “el camino del agua”. Le dije a Luz: “Seguimos por aquí”. Y seguimos. Claro, a cada paso se complicaba más la cosa. Las aguas se convertían en rápidos, y el camino en grandes piedras que teníamos que subir y bajar. Luz me decía: “¿seguimos?”. Yo le respondía: “¡adelante, podemos!”. Y sí, pudimos. Subimos ayudándonos el uno al otro, superando todo lo que íbamos encontrando. Hasta que llegamos al final y, cuál fue nuestra sorpresa que no había cascada. “¡Vaya!”, me dije. “Hay que volver a bajar”. Y así lo hicimos. Sabíamos lo que nos esperaba, pero al menos ya
conocíamos lo que nos íbamos a encontrar. Bajamos y llegamos a la bifurcación en donde ya dirigimos nuestros pasos hacia el camino correcto, y a pocos metros estaba la ansiada cascada. La verdad que la caída de agua me decepcionó un poco. La esperaba más alta. Eso sí, era muy hermosa. Aprovechamos para darnos un baño en ella. Allí pude sentir algo que me impactó: al apoyar mis manos en la pared de la cascada me di cuenta que mi mano derecha sentía el agua fría mientras mi mano izquierda, el agua caliente. ¡Qué curioso! ¡Qué sorprendente es la naturaleza! El trayecto de cuatro horas y media lo hicimos en siete, pero ¡nadie nos quita lo bailado! Nos sentimos bien y nos dimos cuenta de nuestra fortaleza física, pero sobre todo mental. Otras personas, como ya ha pasado en la Caldera, podrían entrar en la ansiedad y angustia al coger el camino equivocado. Para nosotros no fue así. Nosotros confiábamos, y por eso lo superamos. Aprovechamos ya después para descansar, y al día siguiente dedicarnos solo a disfrutar una playa y un pueblo tranquilo como es Tazacorte. Allí pasamos dos días de completa calma. Allí practiqué Yug-Do en la mañana, Yoga al mediodía y meditación en la tarde. Fueron los días de Ashram en La Palma. Ya a partir de ahí tuvimos continuas visitas al Roque de los Muchachos, lugar mágico donde están situados los mejores telescopios del mundo para la observación del Cosmos, y la Cascada de los Tilos, espacio espectacular en el que me
sentí como si estuviera en la casa de King Kong. ¡Parecía que iba a aparecer! ¡Qué lugar y energía más hermosa! La Laguna de Barlovento fue el espacio ideal para acampar, en donde observamos una gran cantidad de patos y otras aves, e incluso vimos una oca que parecía la reina de las fiestas. En los Charcos Azules y Verdes, disfrutamos de las aguas limpias y cristalizadas, mágicas para el baño. Los Guirres, donde había un instrumento de madera artesanal desde el que se contemplaba la Osa Mayor y Casiopea. Es considerado un lugar romántico para las parejas. También fuimos a La Bombilla, un pequeño pueblo de casas terreras junto al mar, en el cual se tiene la oportunidad de practicar submarinismo. La Palma, isla bonita, con toda la razón. Una isla verde por todos lados, que te mueve. La seguiré visitando en mi amado furgón, al que, por cierto, le agradezco que en ningún momento de esos seis días me haya impedido recorrer esta isla mágica. Gracias, mi isla bonita, por mostrarte.
TAI
Toño Jorge
17- ME NACE DEL CORAZÓN Tras unos tres meses de intenso trabajo en lo laboral, parece que va llegando la calma y el reposo. Por fin vienen las “vacaciones mentales”, como dice el maestro Antonio Iborra. En mis relaciones con los demás noto cambios en mi sentir: la gente se me muestra agradecida y recibo manifestaciones de cariño a diario. Tanto en el mundo laboral, como entre la familia y las amistades. También eso ocurrió en el mundo animal, y por ello paso a comentarles una experiencia que viví hace unas semanas en la finca de La Esperanza. Santi puso unos comederos y bebederos debajo de dos de los frondosos perales, para que a los pajaritos de la zona no les faltara alimento, el cual reponíamos cada vez que tocaba ir a la finca. Pronto nos dimos cuenta que la pareja de águilas
ratoneras que sobrevuelan por allí “hicieron una fiesta” al ver tanto pájaro reunido. Ellas estaban agradecidas por el gesto humano, ya que de forma indirecta se les proporcionó alimento. La otra tarde que acababa de llegar a la finca y estaba dentro de los cuartitos, sentí el sonido de unas alas chocando contra el piso de cemento de la terraza. Me asomé rápidamente, y ellas ya levantaban el vuelo, habiendo dejado dos ratones muertos, como si de un intercambio en especie se tratara. Me emocionó este gesto generoso y hasta de cortesía para con nosotros. Vi una comunicación sin necesidad de un lenguaje hablado: sólo actuó el lenguaje del corazón. ¡Gracias, Universo! En lo relacionado a la “vinculación amorosa con un semejante”, digamos que estoy accionando mi voluntad y mi espiritualidad para que en 2022 se materialicen mis sueños. El Maestro dice que “hay que generar las oportunidades”, y así lo estoy
haciendo. Veo cómo puedo transformar una situación que en otro tiempo me causaba desilusión y hasta desasosiego, sencillamente con buenas dosis de empatía y compasión. Cierto que a veces se me desborda este sentimiento de vinculación, pero intento recobrar mi centro y ecuanimidad. Por estas y otras vivencias, ME NACE DEL CORAZÓN compartirles el disfrute de lo que la vida me está ofreciendo. Estoy agradecida con el Yug-Do, con la maestra María Arrabal y con nuestro guía, el Maestro.
TAI
Erika Hernández
18- AZUL Azul es el color del cielo en el verano. Azul es el color del mar y océanos. ¡El gran azul! Azul es el color del planeta donde vivimos. Azul es el color quinto del arcoíris. Azul es el color del quinto chakra, asociado a la garganta. Es la puerta entre la mente y el corazón. Azul en la escala musical es el color que se le asigna a la nota Do. Azul es el color del Arcángel Miguel. Este color nos transmite paz, tranquilidad y fe. Es el guerrero espiritual que defiende a la humanidad en contra del mal. Azul es el color de los ojos de mi maestro Antonio Iborra, guerrero de la luz. Sigo sus pasos, aprendiendo cada día cómo enfrentarme con la flexibilidad y dureza del
bambú. Tenía que estar con él en este plano, no antes ni después, ¡ahora! El color azul representa la lealtad, la confianza, la sabiduría, la inteligencia, la fe, la verdad y el cielo eterno. Muchas gracias, Maestro y maestra María Arrabal. ¡Con vuestra presencia me lleno de Luz! Gracias a mis hermanos guerreros de la Luz. Un gran abrazo. TAI
Eli Toledo
Continuando con las circunstancias actuales y los niveles de alerta en los diferentes lugares, trabajamos para la pronta vuelta a los talleres presenciales con el Maestro para agosto, esperando su total recuperación. La Escuela Internacional de Yug-do continuará también sus actividades vía ON LINE. Esto ha resultado ser una Gran Oportunidad para que en otras regiones y lugares del mundo se puedan integrar más personas y grupos a las Actividades de Formación, Cursos, Prácticas de Día de Ashram y ahora con nuevas prácticas de Dojo Digital, Clases en el Dojo de Tenerife, en México, Ecuador, y días de Ashram y Terapias con el Maestro (también ahora de forma Online). Contacta, y no te pierdas este verano:
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