Asociación para el Fomento del Espíritu y la Esencia de las Artes Marciales y el Yoga
BOLETÍN 231 SEPTIEMBRE 2021
Y llegó el fin del verano, el cambio de estación, la entrada al otoño, y con ello viene el cruce de un umbral. Esto es, estamos a punto de atravesar una nueva puerta, otra pascua, ya que el Equinoccio que marca la entrada al elemento Tierra. Ello significa que se avecina la quinta estación, la época del estómago y el bazo, el momento entre la preocupación y la planeación, entre la pasión y la obsesión, o también el tiempo equinoccial que es la virtud del término medio. Por eso, durante 22 días, arcano a arcano, haremos nuevo lo viejo, reinventaremos el Camino. Las aves del verano ya se fueron, dejaron un campo amarillento y vacío, sin color. Ya no tengo a los abejarucos, ni a las carracas, tampoco las oropéndolas, las tórtolas, los alcaudones comunes, los papamoscas, y tantas y tantas especies del estío. Unas están cruzando el
estrecho hacia África, otras se han ido al norte. Todavía no llegan los visitantes del invierno, así que es una época de vacío y quietud, pero también de centro. Ahora es el tiempo de, y para, los residentes, los que están todo el año aquí y que, sin embargo, pueden pasar desapercibidos. El zorro sigue por los alrededores, lo mismo que el mochuelo, o el búho real, también planea el cernícalo, la torcaz o el pito real. En septiembre se da una pausa natural, ya que la mayoría de los humanos han vuelto a su trabajo en las grandes ciudades, y solo algunos veraneantes tranquilos aprovechan este tiempo de paz. Las playas se van vaciando. El monte respira un poco al haber menos paseantes, ciclistas y senderistas, al menos eso pasa entre semana. Cosa distinta son los fines de semana, ya que mucha gente
quiere aferrarse a las pasadas vacaciones, y vuelven a las casas rurales y a los pueblos. Septiembre proviene de séptimo: el séptimo mes romano, el número perfecto que define al universo. Hay tres planos terrenos, tres celestiales y un punto medio. Como nací el día uno de este mes, para mí es época de renacimiento e inicio y, en esta ocasión, alcanzando las seis décadas, me siento feliz de sentirme pleno y dispuesto a otra década, ¡sin duda!, una que será profunda y apasionante. Hace 30 años cree el Yug-Do. Han sido tres décadas de consolidación: ahora toca profundizar y establecer una raíz más sólida y esencial. En treinta años me formé a mí mismo, me preparé para la misión, en treinta años generé y estructuré el vehículo llamado Yug-Do, ahora en los próximos treinta hay que preparar un legado. Estoy en un bosque de Pinos. Camino suavemente sobre un mullido piso de panocha y procuro no escuchar mis propias pisadas. En una sombra descubro el encame ideal para
tumbarme un rato. Contemplo el cielo entre las copas de los árboles que se mecen con delicadeza; mi cuerpo se funde en la tierra. Todo huele a pino, a tomillo y a romero. Me regalo una sesión de aromaterapia natural. Desaparezco en la quietud. Un tiempo impreciso después, el sonido del pájaro carpintero me despierta. Me siento y disfruto de la escucha. Hay un mundo calmo y curativo a mí alrededor, en cada pájaro, en cada insecto, en la brisa suave, en una quietud sin nombre. Ahora me doy cuenta de que todo está bien, de que más allá de la mente humana, el Cosmos sigue con su plan y su orden, solo debo sintonizarme con él, y participar. Eso es Yug-Do. Todos los linajes humanos, animales vegetales y minerales, en definitiva, la luz del mundo, las edades geológicas y biológicas, las culturas y pueblos humanos, todo está en mí, y es presente en el contenido silente del instante. Y aunque mi cuerpo desaparecerá, se fundirá con el polvo de la tierra, y mi mente se disolverá en el pensamiento humano, la memoria
de lo vivido, lo creado y soñado, el Yug-Do como cualquier cosa que un día llevase mi firma, será solo legado de la experiencia humana para el mundo que viene. Todos solo somos puentes, soñadores y transmisores de un agua de vida que nos trasciende. Así que la propuesta para mi cumpleaños, para este septiembre, para la próxima década, la puedo resumir en una palabra: CONCILIACIÓN. Somos hijos de los opuestos, y debemos llegar a los complementarios... En el fardo de una vida acumulamos demasiadas contradicciones, tensiones, culpas, decepciones y mil experiencias que no hemos sabido digerir. La Tierra, como la madurez, es el magnífico tiempo para la digestión. Las experiencias que no
asimilamos no las podemos resumir en conciencia, y ese es justamente el significado de CONCILIAR. Dejar el rencor, el odio, la herida y el apego, dejar de seguir intentando caer bien, ser aceptado o integrado. Dejar de seguir intentando querer cambiar al otro, al mundo, y observar que el problema es, y será, solo nuestro. Si no cambias, si no concilias, sufres de forma ciega e innecesaria. Eso es lo que el pino me dijo por hoy, para hoy, así que te invito a sentarte en tu propio árbol y hacerte cargo de tus preguntas. ¡Feliz otoño!
TAI
ANTONIO IBORRA
El bosque está vivo cuando tú no estás. Desde mi hide improvisado dejo pasar las horas… ¿Cuánto tiempo es una hora? ¿Es mucho? ¿Es poco? ¿Qué es el tiempo? Cuando llego no hay nada, no veo nada, no escucho nada. A medida que me ausento, que el observador desaparece en la mera observación, la vida aparece. Tres de agosto: no hay rastro de la carraca. Siempre las oigo, ya que al menos han estado tres parejas todo el verano. ¿Se habrán ido ya? Quizás las juveniles y azules carracas, ya acompañen a sus padres hacia las lejanas tierras africanas. Solo veo cornejas, más y más cornejas: parece que no hay nada más. Disfruto profundamente de la quietud: las cornejas se han ido en una gran bandada oscura, seguramente a lejanos campos dorados. El cernícalo aparece cazando, cerniendo, ejecutando lances de caza espectaculares. Y de repente, tal como una aparición, tal como una virgen azul, ahí está delante de mí: ¡la majestuosa
carraca! Ella me regala lo que puede ser la última sesión del verano, el último pase de modelos turquesa de la temporada. Ha venido a despedirse. En unos días partiré a las Islas Afortunadas, y ahí me espera otro azul, el mágico pinzón del Teide, junto con el herrerillo africano, el picapinos y toda la cohorte de fauna insular. Por hoy, la bella dama turquesa, verde y aguamarina posa sin remilgos, llena mi alma y da sentido a todo. Así como una sacerdotisa, ella también cruzará el desierto, y me invita a seguirla por mis propios adentros. Hoy nació Lorena, mi hija, hace 21 años. Este es el número de Saturno, de El Mundo, de la madurez y responsabilidad. Al ser mi tercer hijo, hija en este caso, yo lo viví con gran espera y madurez. Así veo
yo el alma de la joven Leo, con un ascendente en Libra, entre el Sol y Venus, bella y muy ella misma. Desde el amanecer solo escucho voces femeninas: mi audio libro, Sira, otra bella amiga de YouTube, es el día tres de La Emperatriz. Es Leo también como Asunción, mi madre. Y hoy la carraca no canta, está sola. No veo a su pareja, es un día muy tierno, hermoso, misterioso, femenino, como los oscuros lugares del saber. Felicidad a mi hija, a mi madre, a mi esposa, a todas las mujeres, las hembras y a mí mismo. Ahora escucho asombrado a los abejarucos, y esto es como un pequeño milagro: los hacía ya muy lejos de aquí, pero parece que se quieren sumar a la despedida, a poner su canto y su paleta de colores en la bandera del momento.
TAI AIM
La tensión es aprendizaje, la paz es sabiduría. Necesitamos la tensión para despertarnos del letargo. Pero luego, si no lo resolvemos, la tensión misma o el dolor crónico nos atrofia y ciega. Todo en la realidad es dual: la mente humana vibrando en la frecuencia actual ve contradicciones por todas partes, dentro y fuera de uno mismo. Así vemos el mundo un conflicto tremendo y continuo en la política, en el comportamiento humano y en la vida misma. Por ejemplo: “Deseo una cosa, pero debo hacer la otra”. “Lo que siento, lo que pienso”. “Lo material y lo espiritual, lo masculino y lo femenino”. Todo ello habita en nuestra musculatura, en las contracturas, en las enfermedades y en el desgaste. Pensamos que así es la vida, pero no es cierto: así somos nosotros. Buda vivió los extremos: entre la riqueza, el linaje real, la pobreza, el ascetismo atroz, la exclusión y la adoración de su propio personaje. Buda observó cómo era la soledad absoluta, el tener cientos de seguidores, y luego estaba su árbol. En su
larga vida aprendió sobre los extremos, la rigidez del pensamiento, la dispersión y la obsesión. Comprendió que nadie lo podía comprender, sólo seguir e imitar. ¿Algún discípulo o sucesor? No, nadie y nada, porque él mismo era solo eso: un suceso, algo singular, único y pasajero. Hizo lo que tenía que hacer, encontró su propia conciliación y su término medio. En eso basó su enseñanza. Había un problema. Su término medio, su propia conciliación, no podía ser para los demás. Cada uno debía hacer su trabajo. Mostró medios: cómo sentarse, meditar, acallar la mente, vivir las cuatro nobles verdades y el óctuple Sendero. La gente lo siguió, lo imitó, creó una secta y una religión con su enseñanza. Hubo cónclaves, monjes y órdenes; se estudió cada palabra del maestro por miles de años. Pero todo ese enorme esfuerzo no sirvió para la reconciliación íntima y personal de cada uno. La gente incluso confundió el
término medio con la mediocridad, consentimiento o el nihilismo.
el
auto
Buda, Jesús, Confucio y tantos otros, antes y después, hablaron de lo mismo, con sus palabras, en el contexto de su momento histórico, lugar y circunstancias. Y todos fueron huérfanos: nada antes, nada después. El término medio no es una medida fácil de alcanzar, tampoco es difícil, ya que está en medio. Lo complejo es partir de cada uno. Mi término medio no será tu término medio. Pero, antes de sacar el metro o la balanza, debes saber qué mides. ¿Qué vas a medir? El término medio depende del campo, es decir, de ti mismo, pero, ¿quién eres tú? ¿Quién soy yo? Sin esta comprensión no será posible medida alguna, ni siquiera tendrá sentido medir algo... El verdadero término medio no puede ser algo cultural, ni una doctrina o una moda. Es algo totalmente distinto, ya que no se trata de un propósito, una intención o un logro, sino de una consecuencia. Sin conocer al que pregunta, solo hay más vueltas en círculo. Si te dijera que tienes que ser moderado, quizás solo te incitara a convertirte en un mediocre. Lo importante es que descubras que aquello que admiras, que te motiva y que te atrae, es
solo una proyección de tu ser interior. Si buscas fuera, seguirás siempre teniendo sed. Un joven no puede ni debe ser moderado, sino moverse por el fuego de su juventud, pero, eso sí, no debe perder de vista al viejo. Un viejo debe haber alcanzado la moderación, pero, eso sí, no debe perder de vista al joven. Tampoco hay que pensar que todo es cuestión de tiempo. El tiempo puede hacer más necio al necio, y más sabio al sabio. Porque el tiempo solo es una oportunidad, dependerá de cómo lo uses, y de quien lo use. Volvemos a ti, al saber sobre tu ser. Quizás estás palabras te inviten a preguntarte más a fondo, y a encontrar tus propias respuestas.
TAI AIM
Las bestias me han salvado la vida, no de forma literal, pero sí en un sentido metafórico, aunque también, de algún modo, real. En mi niñez escapé del caos, tanto familiar como social. No entendía el mundo, no me gustaba lo que veía a mi alrededor, solo encontraba paz, belleza y armonía en contacto con la naturaleza, los animales y la vida salvaje. Tenía un pequeño zoo en la azotea: con ranas, culebras, ratones y todo bicho que podía encontrar. Luego empezaron las expediciones a Monjuich, el Tibidavo, al Monseny y, más adelante, a los Pirineos. A los 17 años recorría las estivaciones del Himalaya buscando tigres. Gracias a los animales pude comprender mejor a mis congéneres, los humanos, y aprendí a convivir con la gente. Aunque siempre, durante toda mi vida, he tenido que
escapar continuamente a la naturaleza para poder sobrevivir. El mundo humano, las ciudades y las aglomeraciones siempre me agotan. Los bosques, los desiertos, las montañas, ríos o mares me sanan, pero siempre mediante los animales. Un bosque o una pradera si no tienen fauna carecen de alma. En latín animal es anima, animado, vivo y completo. Ver lobos salvajes y libres, osos, linces, nutrias, o gatos monteses me fascina, pero en los últimos años, las aves me han abierto mundos increíbles, bellos y llenos de sentido. Durante la pandemia, las aves me han ayudado a soportar el rigor de una situación insólita. En los momentos de máximo confinamiento, en el 2020, sin poderme alejar más de un kilómetro de casa, mi salvador fue Robin, el petirrojo del seto, las aves que atraía desde mi ventana, y la familia de cernícalos que criaron en la azotea del hotel. Observar cada día sus aventuras, caza, vuelos e interacciones, todo eso llenaba mis días de la armonía necesaria. Luego
fueron Foxi, la familia de zorros que vi crecer y sobrevivir. En el invierno, confinados al pueblo, pude llegar a contabilizar 60 especies de aves sin salir del municipio, en un momento en que todo estaba prohibido y la policía nos vigilaba, tal como si estuviéramos en un país en guerra. En cierto modo lo estábamos, en esta ocasión con un virus mortífero. Tuve mi época azul: fue el tiempo mágico de la Princesa Alcione, reina de la marisma, pasé horas y horas, días y días con los martines pescadores, y llegué a ver cuatro en un solo día. Ante el caos humano, el Martín Pescador me dio esperanza, sueños e ilusión. Al llegar el verano, los martines se fueron, pero llegaron los abejarucos, las carracas y las oropéndolas.
Cada mes, cada estación. Pude volar con las maravillosas aves. Ya no puedo concebir Ecuador sin los osos andinos, o México sin sus cacomixtles. Colibríes por todas partes, águilas majestuosas o halcones impecables. Y los búhos, mochuelo y los guardianes de la noche. De joven vi una película, El Señor de las Bestias, en la que un joven se comunicaba con los animales salvajes, lobos, águilas, panteras. Yo quise ser también un Señor de las Bestias. Un Tarzán en su selva. Por eso he criado zorros, mapaches, monos, todo tipo de aves, y siempre me ha gustado liberarlos, que regresen a verme, de ir al bosque y que me reconozcan. Ahora que me paso horas oculto, emboscado, sé que los animales silvestres me reconocen, me permiten acercarme, saben que no soy un cazador y que ellos no peligran. Hablo con ellos, escucho y aprendo su idioma. Los veo aparearse, criar, sacar adelante a sus retoños, interactuar con otras especies, jugar y morir, a algunos los despido hasta el año que viene, ya que
van a viajar a tierras lejanas, al África de los leones o hacia el gran norte. Sus jóvenes hijos, a los que he visto nacer, irán con sus padres a conocer mundos exóticos y lejanos, y el próximo verano volverán, y me contarán sus viajes y peripecias. Aquí se enamorarán y sacarán una nueva familia: la historia se repetirá y el ciclo se cerrará. Los animales estaban aquí antes que nosotros, a muchos los hemos llevado a la extinción, pero otros sobrevivirán y serán testigos de la historia del hombre. Yo me siento ligado, hermano de todas las especies, orgulloso de ser un animal, más espiritual que racional. Soy un habitante de frontera, de allí donde acaba lo civilizado y empieza la magia.
TAI AIM
Llevamos casi dos años con contactos sociales restringidos, distancia social, y sobre todo, tapabocas o mascarilla. No nos vemos las caras, a veces cuesta hasta reconocernos en la calle. Prácticamente nuestro único contacto real es con los ojos. Los nuevos bebés, los hijos de la pandemia, han visto pocas sonrisas, pero en cambio tienen en su haber muchas miradas. Es posible que, como resultado de todo esto, nuestra especie se esté adaptando a una nueva forma de comunicación. Quizás expresiones como “la mirada es el espejo del alma” o “los ojos no engañan” cobren cada vez más un renovado sentido. Alguien puede sonreír con la boca, pero llorar con la mirada, y eso es algo que todos sabemos. No hay dudas con unos ojos repletos y brillantes de amor, pero las miradas vacías, muertas y opacas nos inquietan, porque no nos permiten adivinar las verdaderas intenciones del otro.
La mirada afirmativa, de asentimiento o de apoyo son incuestionables, pero la mirada de la abstención, de la duda o del distanciamiento nos producen inseguridad. En una era de aire, Acuario, quizás la comunicación ocular cobre enorme relevancia. No hay parte de nosotros mismos que transmita más luz que nuestros ojos, por eso los ojos grandes y luminosos nos son tan atractivos. Uno puede disfrutar con un cuerpo, pero siempre nos enamoramos de una mirada. ¿Cuántas cosas puede decir alguien que nos ve con intensidad? El alma, nuestra esencia más íntima, nuestro corazón auténtico, no se puede esconder con los ojos abiertos. Por eso escondemos la mirada, no queremos ver a los ojos de alguien cuando no queremos ser descubiertos. Una persona que aparta la mirada o que no encare tus ojos, la percibirás con desconfianza. La luz de tu mirada es un instrumento curativo, de vínculo, de apoyo: hoy debemos redescubrir el arte de ver y de mirar. Mirar es un proceso
activo y Yang, mientras que para ver se necesita receptividad, cualidad Yin. La vida nos exige un cambio adaptativo, y el sentido de la vista y su impacto en el cerebro están mutando. Lo podemos contemplar también por el uso desmedido de las pantallas y la realidad virtual. Quizá sea un buen momento para meditar sobre la importancia de nuestros ojos y su función, y hacerlo desde múltiples ángulos, desde el fisiológico hasta el filosófico, pasando por el psicológico.
Una nueva mirada a nuestra forma de vernos y ver al mundo, de entendernos y comprender la vida.
TAI AIM
EL CALAMÓN (Porphyrio porphyrio) Es la mayor de las aves gruiformes, que habitan los humedales de nuestras tierras. A pesar de su gran tamaño, es sumamente discreta y siempre se esconde. Lo que más me asombra es lo desapercibida que sabe pasar a pesar del tamaño, y su increíble color azul, en contraste con su pico robusto y rojo carmesí. Pero cuándo le miro las patas, me quedo atónito por su enorme tamaño para moverse en un ambiente entre cañas, ramas, algas. Toda una adaptación. Es un lujo tenerlo tan cerca de casa, ya que escasea en todas partes, en especial por la pérdida de su hábitat natural. Espero que les guste.
TAI
AIM
Nuestra piel, nuestro tacto y nuestro contacto son la esencia de la vida. En un mundo virtual, on line, todo a distancia, el mamífero en el que habitamos, echa de menos las caricias, los masajes, el tocarse, el sentirse, eso es ¡la vida de cerca! Se ha comprobado científicamente que el contacto con la piel, la caricia y el afecto permiten que los bebés crezcan sanos. De igual modo, la verdadera terapia manual no es más que el poder esencial de la caricia, del afecto y del cariño. Nuestro sistema inmunológico responde al tacto, al calor humano, al apoyo del acercamiento real, del abrazo, del darse la mano o del tocarse simplemente. Con tanta pandemia y distancia social, hemos desarrollado una especie de miedo, de fobia al otro y, sin embargo, nunca hemos
echado tanto de menos el que nos toquen, nos den un masaje, un abrazo, una caricia y el contacto. El tacto es el sentido primigenio, el que teníamos en el interior de nuestra madre, con el que nos formamos. De él emergieron todos los demás sentidos y por eso podemos ver con las manos, escuchar con las manos o saborear con el tacto. Nuestra piel no es solo una membrana que nos aísla del mundo, que define la isla humana y su soledad, la piel puede ser también nuestro puente al mundo, nuestra vinculación con el mundo exterior. La piel nos defiende de lo
que no nos conviene, de lo que no debe entrar en nuestro interior, pero también segrega y emite mensajes con sudor, olor, endorfinas, hormonas, corrientes eléctricas, Chi o prana... La temperatura, ya sea frío o calor, o los elementos, todo lo recibe e interpreta la piel. Podemos aprender mucho cuidando esa membrana viva, nuestro tercer Pulmón, el Puente con la vida… Desde aquí, te abrazo.
TAI AIM
Cuando estamos enredados en nuestros problemas, olvidamos fácilmente para qué sirve la mente. El mecanismo que utiliza la mente para liberar la tensión y que tiene a su merced es la boca, llena de mecanismos, pautas hábitos y formas de expresión de como tomar tiempo, lugar, espacio y contaminarlo todo con su verborrea. Primero se llena de razón argumentos y como no, de razones para increpar y berrear, para contraer y destruir toda armonía, toda belleza, para la que fue creada. Pronto nos olvidamos de todo esto cuando estamos en miedo, en la codicia, la posesividad, la envidia, etc…; en fin, un sinfín de parámetros que gesticula y vocifera expresando el miedo a no ser aceptado y querido, pasando fácilmente del “te aprecio” y del “te quiero”, al desprecio más absoluto. Nos olvidamos que la mente nos hace lo que somos, y es lo que hace que nuestra realidad se llene de bondad y humanidad. Cuando todo lo
negativo que liberas es basura, residuos, descubres que hay una tarea que hacer y a eso lo llamamos, aprender a reciclar, a hacerte cargo de ti mismo y neutralizar. Tú eres más allá de tu mente. Cuando lo ves a través de tu camino espiritual todo es más fácil, y es más fácil no porque toda la basura desaparece, sino porque todos los que te rodean están empeñados en hacer como tú; “reciclar”, todo y a cada momento. Con el tiempo comprendes que la mente es una buena servidora ya que fue creada para eso, para servirte y servir a los demás, en un propósito común lleno de verdad, amor y armonía. Siempre puedes quedar atrapado en los enredos mentales, pero el recuerdo constante de para qué fue creada, te ayudará si te eliges conscientemente rodeándote de personas adecuadas que, como tú, están en el empeño de neutralizar toda la
basura mental, ya que todos reciclan y reciclan, para asegurarse que el quedar atrapado no es el problema, el problema es que seas tú. En la observación de uno mismo, se descubre un principio básico; ser humilde. Que los errores que cometes son para que aprendas el perdón. La paz y la armonía ayudan a que tu mente no se pervierta. “La bondad es algo a construir por el bien de todos, si quieres que la luz te rodee” Antiguamente se recordaba esto con otras palabras: “Que dios sea contigo y con la paz de tu espíritu” “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”
TAI MAS
MARÍA ARRABAL
En la juventud aprendemos, en la vejez, entendemos. Marie Von Ebner
El mayor problema de la comunicación es la ilusión de que se ha logrado. G. Bernard Shaw Los pájaros no perturban al genio del lugar. Como pertenecen a ese mundo, no alteran su orden. Antonio Iborra Y de repente, lo sabes: es hora de empezar algo nuevo y confiar en la magia del principio. Maestro Eckhart Aprender a dejar ir debe de aprenderse antes de aprender a tener. Ray Bradbury Lo único que una persona nunca puede tener demasiado es sentido común. Kathryn Smith La lealtad no depende de las circunstancias porque es la permanencia de los principios. Francisco Garzón Una promesa es un concepto vago hasta el momento en que entra en juego el concepto de lealtad. Yukio Mishima “La intuición es la forma más elevada de inteligencia, que trasciende todas las habilidades y destrezas individuales.” Sylvia Clare
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES:
FRASE DEL MES:
“ACTITUD”
"ACTITUD ES EL PODER DE UNA MENTE ENFOCADA Y POSITIVA”
PARA VER:
PARA LEER:
“EL HOMBRE DE ALCATRAZ” Dirección: J. Frankenheimer
“LA VIDA SECRETA DE LOS ÁRBOLES”
1h. 43 min. 1962
Autor: P. Wohlleben Editorial: Obelisco
PATÉ DE BERENJENA INGREDIENTES: 1 berenjena mediana ½ taza de aceite de oliva 1 o 2 dientes de ajo, sin corazones ½ cucharada de sal (al gusto) Unas gotas de zumo de limón (al gusto) Especies opcionales sugeridas: Pimienta verá ahumado (páprika) Cúrcuma Comino Cualquier curry en polvo PREPARACIÓN: Se ponen a asar tanto la berenjena entera como los dientes de ajo, girándolos hasta que queden tostados en su totalidad. También es posible agregar un poco de aceite al sartén para así dorarlos. Después se añaden todos los demás ingredientes al vaso de la licuadora. Se puede usar una de tipo inmersión. Se agregan especies al gusto, combinándolos inclusive. Si hace falta más líquido, se puede poner más aceite, zumo de limón o agua. Este paté se puede untar a pan tostado, a un sándwich o servir como dip para verduras crudas. En mi caso, lo pongo a la salsa de tomate para combinarlo con la pasta. ¡¡SALUD Y QUE APROVECHE!!
Emily Ann Fitz
El simbolismo es el lenguaje que aprende a desarrollar el guerrero en el Camino, con la intención de darse cuenta. Kabbalah, astrología, numerología, etc., son algunos lenguajes que van desarrollando esta característica en el guerrero, lo cual es posible con la guía directa del Maestro del Camino. El guerrero despierta y se da cuenta de la esfinge. Al principio se la encuentra y se sorprende al ver este animal mitológico con su aplomo, valor, fuerza y autodominio. El aprendiz comienza a practicar una de las enseñanzas que el Maestro le proporcionó, la cual
dice: "En el difícil arte de vencer sin ganar, vence el que se vence”. La esfinge, este extraño ser con cuerpo de Toro, alas de Águila, garras de León y rostro humano, le plantea tres preguntas al guerrero, y que si éste no respondía correctamente, la esfinge lo devoraría, y hasta ahí llegaba el candidato. El simbolismo de la esfinge está representada por todas partes, a través de los tiempos y en todas las culturas desde la más lejana antigüedad. En mí ella se encuentra, y también está en cada uno de los y las guerreras del Yug-Do. Siempre ha estado presente con nosotros, nada más que no nos habíamos dado cuenta. Conocer el simbolismo de la esfinge es de gran importancia y guía para el guerrero. Por ejemplo, el Toro representa la clave “yo quiero” del signo astrológico de Tauro, que implica la firmeza, la constancia, la perseverancia y lo práctico, etc. Las garras del signo de Leo, ahí tenemos la afirmación del
fuego, la creatividad y la espiritualidad. En cambio, con la cara del hombre, se encuentra el signo de Acuarius, que nos proporciona la comprensión, el “yo pienso”, la fraternidad, etc. Y, finalmente, las alas del EscorpiónÁguila, en el que tenemos el misterio, el silencio, la transformación, etc. Con esta guía reconozco el trabajo con mi alma, y también lo combino con la práctica del Yoga. Siempre la guía del maestro Antonio Iborra es lo más importante, pues sin él todo es en vano. Les mando un fraternal saludo, muchas gracias.
TAI
Serafín Mendoza
La Convivencia de Verano ha quedado atrás. Un grato recuerdo y un maravilloso compartir permanecen en la memoria de mi corazón y de mi alma. El presente me ofrece la oportunidad de estar agradecido, de agradecer cada acción propia o externa que surja del corazón y la conciencia. Aplicar lo que he aprendido con humildad y sencillez, sirviendo a la vida desde la alegría, el humor y el buen hacer. La vida es como un lienzo en el que puedes plasmar infinitos colores y posibilidades de recreación. Compartir, convivir y disfrutar bajo las alas de los vencejos, de las águilas y de los cernícalos, así como con la guía de los maestros Antonio Iborra y María Arrabal, fue una experiencia inolvidable. En esa reunión dos nuevas guerreras asumieron el compromiso y la plena responsabilidad sobre ellas mismas integrando el Yug-Do como camino de vida y de desarrollo de la Conciencia. ¡Felicidades!, desde mi corazón para María y Carolina.
Me gustaría destacar también el formidable trabajo que realizó el Colegio de Cintos en cuestiones de organización y logística, el trabajo de la Escuela de Cintos Negros demostró en todo momento un gran ejemplo de cooperación, alegría y determinación. Mi agradecimiento también incluye a los Maestros, por la oportunidad que nos han brindado para la realización de esta maravillosa Convivencia en momentos tan difíciles, y el que ha brillado con la luz propia de la suma de cada uno de nuestros corazones. La disposición de todos los hermanos, desde los más veteranos hasta los recién llegados a la familia Yug-Do, fue encomiable y con absoluta entrega y colaboración. Disfrutamos de la ambrosía que los Maestros nos prodigaban, y sentíamos colmados nuestros corazones con el buen hacer y el buen saber de nuestros mentores. Ellos guiaron nuestros pasos hacia la alquimia transformadora que nos desvela el arte de vivir, mediante la creación de la unidad desde la diversidad. La vida es cambio continuo, actualización y pura resiliencia. Fluir con los cambios, mudar la piel y renunciar al pasado me ayuda a vivir el momento
presente y enfrentar los retos que surgen por el simple hecho de estar vivo. Valorar las oportunidades en las que puedo aquietar mi mente. Parar y dedicar tiempo a la contemplación, al no hacer para hacer de un modo más consciente, auténtico, a la escucha de los propios elementos. Estando con la vida, a favor de la vida entiendo su propio lenguaje, estoy atento a las señales y a las mutaciones que se derivan de todo cambio consciente. Gracias estimados Maestros por una maravillosa convivencia en donde nos nutrimos no solo con riquísimos manjares materiales si no también de lo más esencial e importante: el silencio, la sabiduría y la luz de los Maestros que nos ayuda a transitar el sendero con el corazón abierto, el ánimo sereno y siempre despiertos. TAI
Raúl Villar
Hace unas semanas recapacité tendencias a sentirme culpable. ¡Es caer en esa trampa!
sobre mis tan sencillo
La familia, las instituciones escolares y laborales así como las parejas sexoafectivas te empujan de mil maneras a tener esas reacciones emotivas dañinas. Las culpas son las emociones inútiles generadas para manipular, según nos lo señala Wayne W. Dyer en su libro Tus zonas erróneas. Guía para combatir la infelicidad. Traigo en mi memoria varias cicatrices de culpa: por ejemplo, porque no acompañé a mi papá en el momento de su muerte, porque no cumplí con reglas morales en mis anteriores vínculos amorosos, porque no tuve respuestas inteligentes e inmediatas a ciertas discusiones o porque no defendí a mi hermano de una compañera del club cuando yo tenía ocho años.
¿Por qué seguir cargando con esas sentencias enfermizas? Sí, eso me pregunto cada vez que se aparecen en mi mente. Sacudo el programa cuando esos recuerdos brotan. Sin embargo, veo que en mi relación con la sociedad sigue perviviendo la culpa. ¿Será porque estamos en una cultura católica, aunque yo no esté bautizada ni tenga vínculo alguno con la Iglesia? Sí, creo que es así. Y es que vivir la vida como uno quiera, suscita en los demás tantos rencores que fácilmente les hacen decir oraciones inspiradoras de culpa para maltratarte y con ello manipularte. Mi decisión de vivir en la playa -que no es lo mismo a estar de vacaciones-, ser nudista, casarme con un extranjero mayor que yo, ser vegana, no consumir alcohol o drogas, practicar autocuidados alternativos, entrenar muchos deportes y Yug-Do, ser ávida lectora y escritora, estar feliz con mis tareas del trabajo o no tener hijos, generan desacuerdos en los de mi alrededor. Así, sin incursionar más, lanzan ataques que, insisto, esperan la recompensa de la culpa. Por ejemplo, hace unos días publiqué en FaceBook que estoy en la playa. Inmediatamente los
coordinadores de un seminario al que asisto decidieron no invitarme a la sesión, para que yo disfrutara de “mis vacaciones”. Sin embargo, me avisaron que estaban tristes por no verme esa tarde en la reunión. ¿Querían que yo rabiara y luego me sintiera culpable? ¡Por supuesto! Desde el corazón del paraíso, desde el centro de mi desnudez altiva y desde el equilibrio que me da mi tranquilidad, saludo y agradezco a todos los que se me presentan con ese discurso. Yo, por su parte, seguiré observando la vía láctea y disfrutando de la vida.
TAI
Ilihutsy Monroy
15- DE CASA AL MERCADO A veces para dar un paso adelante tienes que dar algún paso atrás. Esto para muchos puede ser algo arriesgado, pero también es verdad que la vida es riesgoe incertidumbre, y sin riesgo, sin contraste, tampoco hay avance. Lo he vivido este verano como que para hacer bien las cosas, también a veces tienes que deshacer, y ese aparente retroceder en algunos momentos te da el empuje y la claridad para ver por dónde si es. Y esto sigue siendo un avance. Así que paso a paso, el alma va lenta, en su burrito canastero, y disfrutando del camino. Observando el paisaje, pero sin dejar de atender a los detalles. Nos lo confirma en esta época el maestro. La doble visión. De lo particular a lo general y viceversa, y regresando nuevamente al caminito diario. La meditación. Qué es en cierto modo observarte para ir hacia ti mismo. Para descubrir el cielo en ti. Para conocerte mejor y para dejarte ser cada vez más. Con sencillez y en armonía. Hacia ahí me voy encaminando poco a poco ahora,
respirando suave y profundo, y retomando la disciplina. Sin perder de vista lo fácil que es comprometer tu libertad, o parte de tu vida espiritual, cuando estás en familia, cuando hay tantos asuntos que resolver, o cuando no estás atento. Todo esto se arregla poco a poco. Haciendo lo que toca. Conciliando los extremos. Trabajando día a día en el mercado y luego regresando a casa. Gracias Maestro por alumbrar nuestros pasos. A los hermanos por ser la chispa que nos prende, y a nosotros por ser la leña que que cocina y calienta.
TAI
16- A TOCAR LA NOTA QUE TOCA Han pasado varios días desde el encuentro con los maestros Antonio Iborra y María Arrabal y la convivencia en grupo. Me siento muy agradecida por todo lo que he vivido. Como nos ha comentado el Maestro, hay una verdadera tecnología en conjugar las prácticas con la presencia y guía del Maestro, y el trabajo con la shanga. Tanto el acompañamiento como la soledad son clave en nuestro despertar en el camino. Eso lo comprendo más con la experiencia en el yoga: cuando estoy en el asana y nos toca cambiar, noto un deseo, aunque sea instantáneo, de permanecer ahí en la inmovilidad. También lo veo en las asanas que me cuestan, y tengo una resistencia a relajar o también una dificultad en mantener la postura. Esa resistencia de hacer lo correspondiente, de hacer el esfuerzo, de asumir el cambio es similar a desear que la convivencia no acabe, y no querer “regresar” a la vida ordinaria. Es tan importante
estar en el asana donde nos abandonamos el cuerpo físico conscientemente como el que pide una determinada tensión muscular, equilibrio y atención. Así que ahora, después de la gran nutrición que hemos recibido, me toca asimilar las experiencias, continuar con nuestra disciplina conectándonos con el recuerdo que nos mantiene unidos y caminando en una misma dirección, aunque cada quien esté en su sitio. Toca afrontar las responsabilidades y el manejo del tiempo, buscar las distancias correctas, cuidar de nuestros vínculos y dar nuestra mejor respuesta a lo que va surgiendo.
TAI
Emily Ann Fitz
17- UN DÍA MUY ESPECIAL POR LA NATURALEZA Después de hacer la práctica de Yug-do con Cristi al alba y ver el nuevo amanecer cogí la furgoneta y salí destino a Las Canteras, donde plantamos las papas con Álex. El objetivo era averiguar cómo estaban y ver si les hacía falta hacer algo, después de quitar un poco de hierba y de ahuyentar a un conejo que estaba entre los surcos, al estar allí lloviznando. Más tarde cogí el furgón y salí rumbo a la Esperanza, hacia la finca de Erika. Una vez allí le eché agua a los arbolitos que plantó, abrí los cuartitos para que se airearan, luego les puse agua y comida, a los pajaritos debajo de los perales y me puse a observar cómo se acercaban los canarios a comer todos contentos y cantando de alegría. Más contento me puse yo por verlos felices al tener comida y agua. Después de un buen rato salí de allí hacia Las Lagunetas ya que no podía irme sin hacer mi ruta, la qué hago cada tres o cuatro días dependiendo
del calor que haga. Esta consiste en irme por el monte donde tengo en varios sitios fuera de los caminos por donde prácticamente no ves a nadie y donde les pongo comida a los pinzones azules particularmente. Pero, como ellos se comunican entre sí, ya van los pinzones comunes, los pechirrojos, los mosquiteros, mirlos y pájaros carpinteros... Una auténtica fauna del bosque en dónde me siento muy tranquilo y lleno de energía, como en ningún otro sitio ya que aquí solo están ellos bebiendo, comiendo, cantando y volando sobre mí, haciendo unos picados que parece que vienen a estrellarse contra mí, y con una facilidad asombrosa se desvían y cambian de rumbo. ¡Alucinante! Una cosa es contarlo y otra es verlo y vivirlo… ¡Qué alegría tan inmensa! Después de estar un rato observándolos en silencio, en quietud, hice una pequeña práctica de Yug-do y me puse a meditar sentado con la espalda erguida, en este caso apoyada en un pino
para recargar los riñones. Cuando terminé la meditación me puse el bambú apoyado en mis piernas, cogiéndolo con mis manos, en silencio, en quietud, observando los movimientos de los árboles y las nubes, y oyendo sus ruidos así como los cantos de los pájaros. Empecé a oír voces y sabía que no venían del camino y me extrañaba, cada vez las oía más cerca. Y me quedé quieto como una vela a la escucha y con los ojos como un camaleón, las oía cada vez más cerca, pero muy cerca, hasta que vi como dos personas venían caminando dentro del bosque, por el barranquillo; entonces me quedé más quieto y lo primero que pensé fue, -por favor Dios que no me vean, todo eso pensando en mis queridos amigos ya que si me ven pues naturalmente sabrán dónde voy a llevarles agua y comida. Pensando todo esto se gira el chico y le dice a la señora que va con él: -¡Mira mamá un hombre! Entonces les dije al momento: -¡Buenos días! Me contestaron:
-Buenos días, ¿qué tal? -Pues aquí dándole de comer y beber a mis amigos los pinzones, Automáticamente dice el chico: - Es aquí el sitio mamá. Dirigiéndose a donde yo estaba; yo sin moverme de donde estaba sentado con mi bambú apoyado en mis piernas les dije: -Suban por este lado, que por ahí vendrán los pájaros del bosque, es donde les doy la comida y el agua. Al llegar donde yo estaba, me doy cuenta que llevan una jaula tapada con un paño negro. -¿Qué hacen por aquí? les pregunté. -Pues venimos a soltar un pajarito, -¿Si? ¿Cuál? Le quita el chico el paño a la jaula y veo un precioso pinzón común con un colorido espectacular y les digo:
-Como te pille la policía con el pájaro enjaulado te cae un paquete que alucinas. El chico me cuenta que un vecino donde él vive, lo tenía en el balcón de su casa a la vista de todo el mundo, claro que lo tenía totalmente descuidado, con el pico destrozado y una patita muy mal. Este chico, le dijo al hombre que él se lo compraba por 10 euros, para poder cuidarle el pico y la patita y para después soltarlo en su hábitat, donde estuviera con su raza. Le dije, -¡¡¡Qué grande eres!!! haciendo ese tremendo detalle. Lo único que te puedo decir es que llenas de alegría mi corazón con este acto que haces y si lo sueltas aquí te aseguro que es el mejor sitio, ya que yo subo con mi mujer o solo cada 3 ó 4 días y así no les falta comida ni agua a todos ellos. Aquí habitan muchos pinzones azules comunes, aparte de mosquiteros, mirlos, carpinteros, pechirrojos y más... Bueno, al final colocaron la jaula donde les dije, al lado del bebedero y la comida y le sacaron unos vídeos y abrieron la puerta. El pinzón les miró primero a ellos y
después a mí y salió de la jaula, rumbo al agua y a la comida. Bebió y comió, nos volvió a mirar y prendió el vuelo a reconocer el sitio, se iba y venía. ¡¡Que guay!! Nosotros contentos de verlo a él feliz. Ellos viven en Guargacho, a más de 80km de su casa, por su gran labor, yo les invité a una práctica de Chi Kung y de meditación, donde ellos se sintieron muy agradecidos y muy contentos de la experiencia vivida. Bueno, antes de despedirnos les dije, pueden ir cada vez que quieran ya que el bosque es de todos, pero no todo el mundo hace lo mismo, así que muchas gracias por este gran regalo que han hecho a la naturaleza. Hoy duermo feliz, gracias, gracias, gracias.
TAI
Santi Yánez
18- MAGIA Fueron momentos complicados y difíciles, aunque por otra parte, estuvieron llenos de mucha ilusión. Fijo mi intención en un propósito y trato de surfear las olas: a priori, éstas me parecen enormes, majestuosas y me veo diminuta, chiquitita. Algo dentro de mí reacciona y me anima a jugar con ellas, dándome cuenta que puedo lanzarme de cabeza hacia ellas o bien bracear para impulsarme y así viajar con ellas. Esto sucedería en el mejor de los casos, porque también está la posibilidad de tener un buen revolcón, de estos que te dejan sin aire. Claramente decido cuál ola coger y cuál dejar pasar, sin perjuicio de que me pueda equivocar, pero todo forma parte de la experiencia. Así es que, sea cual sea el resultado, es lo que toca. Me siento agradecida por ir entendiéndolo y saber que pase lo que pase está bien. Del mismo modo doy gracias al universo por su magia, pues gracias a ella hemos podido estar Santi y yo en la Convivencia de Verano este reciente agosto del 2021. Ha sido un regalo lo mire por donde lo mire, debajo del tapete o encima del mismo. Estos cuatro días nos han venido como agua de mayo. El maestro, C.B. Antonio Iborra, expande su luz y embriaga de
armonía y paz a todo lo que le rodea, y del mismo modo lo hace la maestra, C.B. María Arrabal, cada uno con el don que Dios les ha dado. “Sus palabras no nos dejan indiferentes”. Fue todo un lujo poder disfrutar de ellos, y ¡qué decir en vivo! Estos son momentos mágicos. Ha sido hermoso, renovador, los talleres resultaron fantásticos y la convivencia en sí fue genial. ¡Muchas gracias, maestros! A mis hermanos mayores quiero darles las gracias por su apoyo, entrega y ejemplo: a C.D. Raúl, C.R. Eugenio, C.P. Toño, C.P. Emily, a los C.N. Erika, Alexis, Maite, Eli, Santi, Mari y Carolina por su buen hacer y disposición también. A los hermanos de México y Ecuador les mando un fuerte abrazo desde Tenerife. Se les quiere también, y es maravilloso poder compartir y vernos desde la distancia. Esperemos algún día poder darnos un fuerte abrazo.
TAI
19- MI SOLEDAD Saludo al maestro Antonio Iborra, a la maestra María Arrabal, y a los hermanos y hermanas del Colegio de Cintos y de la Escuela de Cintos Negros. Centrándome en el AHORA y sabiendo que el Ser Supremo guía mis pasos, mis palabras y mis pensamientos, me dispongo a una TRANSFORMACIÓN en el camino de la SOLEDAD. Me contento con LO QUE HAY, lo afronto y continúo en el Camino, haciendo limpieza en todos los planos de mi vida. Dejo ir, bendiciendo lo que ya no me es útil. Haré un viaje hacia el interior de mi Ser, perdonándome por mis errores y perdonando también a los demás. Aceptando lo que la Divinidad tiene guardado para mí. A través de la guía del Maestro, y llenándome de su AROMA, presto atención a TODO, disfrutando de la QUIETUD, el SILENCIO y la PAZ del ENCUENTRO.
TAI
Erika Hdez.
20- CONVIVENCIA YUGDO TENERIFE Bolico, Tenerife, Islas Canarias, España. Agosto 2021 Mi escrito es para compartir la experiencia de la última convivencia con los hermanos de México y Ecuador. Este lugar al que asistimos fue elegido por dioses. En el centro de una cordillera circular de montañas silenciosas y un escondrijo de aves se encontraba nuestro albergue. En el núcleo de todo estábamos nosotros; el espacio nos recogía y nos envolvía a modo de útero. Creo que la guía de los maestros Antonio Iborra y María Arrabal actuaba de cordón umbilical en contacto con el germen de nuestro Ser. Los pequeños edificios nos mantenían a todos en espacios compartidos para cuatro personas, y teníamos un salón amplio para todas las actividades comunes, por lo que se convertía en comedor, sala de estudio y de recreo. Las horas de la comida -por cierto, la cual era variada y
exquisita-, se convertían en momentos de participación del equipo, que a su vez eran divertidos y de gran resolución logística. La primera hora de la mañana la dedicábamos a la práctica Yug-Do: con nuestro bambú entre las manos acompañábamos a la rotación del planeta en el tránsito de encontrarse con el sol. El momento siempre era de gran alegría. Todos los días eran iguales, pero diferentes. Recuerdo la capacidad de poder disfrutar del milagro de la vida, y creo que eso es un privilegio.
La segunda mañana hicimos la prueba del árbol. Todo se detiene. El cuerpo se prepara para formar el círculo de hierro y acompañar a las nuevas
guerreras Mari y Carol. Escuchamos una grabación con la voz del maestro José Marcelli, que siempre nos emociona con sus sabias palabras, a la vez que nos sentíamos fortalecidos por su mensaje cercano y profundo. Sentimos su presencia entre nosotros. El Maestro cada día nos ofreció un estudio. En esta ocasión trató de las Ciencias Sagradas, nos habló de la Cosmogonía, de la Androgonía y de la Teogonía. Vimos las relaciones de supervivencia, de vivencia y de la búsqueda de lo secreto, de lo sagrado. También comprendimos la influencia del Cosmos en nuestra formación, ya que cada planeta ejerce un influjo en nosotros. Así se cumple la máxima de “Todo está en todo”, que también es en nosotros. Otros temas que abordamos fueron la formación del humano-divino a través de los movimientos de las energías yin-yang y de los trigramas, cómo
estos entran por diferentes puntos resonadores de nuestro cuerpo. Por último, el ascenso de nuestra evolución desde lo más primitivo cubriendo necesidades físicas en el chacra uno, hasta la trascendencia del chacra siete, pasando uno a uno por todos los demás, por medio de la voluntad y la conciencia. Uno de esos días subimos de excursión al monte vecino, y en él vimos la flora canaria, escuchamos alguna canción y ya en la cima observamos impresionantes vistas de los barrancos de la isla así como de La Gomera, la cual estaba metida entre nubes. ¡Fue un espectacular paisaje! Encontramos la cría de un cernícalo despistado, que fue el juguete de todos. La cámara del Maestro no perdía detalle. También, el cinturón dorado Raúl nos animó a elaborar entre todos una tarde de teatro: hicimos varios grupos con los elementos Tierra, Aire, Agua y Fuego como tema. Todos reímos un montón, ya que la improvisación y la
espontaneidad nos hicieron entrar en el reino de la alegría. ¡Fue genial!
El amor fraternal se respiraba por todas las esquinas. Sentí la cercanía de todos los hermanos, de la Maestra, nuestra protectora, del Maestro y su guía. Había buena actitud, respeto y humanidad divina creando un sendero para pisar firme y seguir.
TA I
Maite Belaza
Continuando con las circunstancias actuales y los niveles de alerta en los diferentes lugares, trabajamos para la pronta vuelta a los talleres presenciales con el Maestro para más adelante, esperando su total recuperación. La Escuela Internacional de Yug-do continuará también sus actividades vía ON LINE. Esto ha resultado ser una Gran Oportunidad para que en otras regiones y lugares del mundo se puedan integrar más personas y grupos a las Actividades de Formación, Cursos, Prácticas de Día de Ashram y ahora con nuevas prácticas de Dojo Digital, Clases en el Dojo de Tenerife, en México, Ecuador, y días de Ashram y Terapias con el Maestro (también ahora de forma Online). ¡Contacta, y aprovecha esta oportunidad!
¡YUGDO ACTUALIZADO!
Para bajar ésta y anteriores publicaciones: https://issuucom/search?q=yugdo