La niebla cubre el pinar. Apenas amanece. Colores malvas y azules contrastan con la capa lechosa que, como un manto suave y algodonoso, se desliza ante mí. Como en un cuadro vivo, se diría que estoy en algún páramo de Escocia, Siberia o Canadá: el frío recio no hace más que confirmarlo. En realidad estoy en unas montañas del noroeste de la península ibérica. Buscamos la silueta inconfundible, mágica y adusta del espíritu salvaje: el lobo. Hoy va a ser difícil, hay mucha niebla, y las manos están congeladas dentro de unos guantes que parecen del todo inútiles. La sensación de "grandes soledades" parece inundarlo todo, y mientras uno está enfundado en capas de ropa, no deja de cuestionarse sobre esta pasión irrazonable. Pasamos frío, sueño e incomodidades, pudiendo estar calentito en casa, y todo esto ¿para qué? ¿Para ver pasar a un fantasma entre las brumas? El encuentro con el lobo libre, salvaje y en libertad total es un viaje en el tiempo, quizás al neolítico o a la edad de piedra. Una rememoración de una época ancestral, ignota, perdida entre cuentos infantiles, como Colmillo blanco de Jack London o Dersú Uzalá de Vladímir Arséniev. En esos días un viajero podía toparse con los ojos ambarinos de una mirada libre, curiosa y extraña, cuando lobos y hombres se miraban como iguales, tan solo como hermanos de especies diferentes. En un momento dado, ahí está, siempre de imprevisto, como surgido de la nada: no está, y de repente toda la espera, el frío y el esfuerzo carecen de importancia. Desaparece todo, solo está el trote del lobo en una senda lejana, entre rocas, pinos y trazas de niebla. Su sonido lo ocupa todo.
Lo fotografío y lo filmo. Éste no es un documental para la BBC, ni mis fotografías son para el National Geographic. Son solo testimonios vivos, una forma inocente de atrapar la magia del instante: el sueño plasmado de lo indescriptible. Noviembre es así: hay lobos, nieblas, fríos y oscuridad, pero también la fiesta de los Muertos que, en realidad, es la de los vivos y su imaginación sobre el más allá. De todas ellas me quedo con las de México, el país más surrealista con respecto a este tema, o quizá también me quedaría comiendo unas guaguas con colada morada en Ecuador, aunque se me antojan unos penellets en Cataluña, y sobre todo ¡las castañadas! Sí, puede que el noveno mes romano −o los noviembres− sea sombrío, lleno de cuentos a la vera del fuego. Pero también son sabrosos y olorosos, ya se me hace la boca agua con un buen asado de setas con ajo y perejil. Yug-Do es un canto a la vida, a la vida eterna con sus ritmos, ciclos y edades. Cada mes es fantástico si te dispones a celebrarlo, así que hay que dejar de lado las quejas, las preocupaciones y toda la negatividad que nos invade y apostar por un positivismo realista, basado en la propia voluntad y la disposición al esfuerzo y la disciplina. A menudo no vemos el gran trabajo que hay detrás de una foto, un documental, un libro o una obra de arte. Pero siempre está ahí. La excelencia no se logra con críticas, quejas y pasividad. Al contrario, hay que darlo todo, y luego, un poco más. Hay que luchar por los propios sueños y aprender a confiar en uno mismo. Ni siquiera eso es gratis. Por eso te invito a disfrutar al máximo de este mes mágico. Lo que no veas a tu alrededor apórtalo tú. Quizás nos toca ser más interactivos con el universo y juzgar con actos y propuestas, pero sobre todo con hechos. Este mes será lo que hagas de él. Para mí serán momentos de una fiesta extraordinaria: ya estoy empezando a celebrar. Ah, estás invitado, pero trae tu plato, no vengas con las manos vacías. Recuerda que solo el que da, recibe.
TAI AIM
ANTONIO IBORRA
"Es un buen día para morir". Proverbio Apache Cualquier día es un buen día para morir, solo se requiere estar vivo. Y si estás vivo, realmente vivo, entonces, siempre estarás listo, porque morir no es ningún drama. Quizás la muerte de nuestros seres queridos sí lo sea, pero morir es solo abandonar el miedo y confiar plenamente en la existencia. Dicen que la esencia de todos los miedos es el miedo a la muerte, y la esencia del miedo a la muerte es el miedo a lo desconocido. Quizás el miedo a lo desconocido radique en el miedo a sufrir y, a lo mejor, todo esto nos conduce al dolor por separarnos o perder nuestros afectos y seres queridos. Sin embargo, amar es comprender que todo lo querido −que es lo mismo que decir "deseado" o "poseído"− deberá ser abandonado y soltado en cierto momento. En cambio el amor es otra cosa: son los lazos que nos conectan con lo eterno. Amor es el colágeno de la vida, el tejido conectivo que lo une todo. Es imposible la separación de lo que se ama, por eso los lazos de amor van más allá de la vida y de su contraparte, la muerte. La meditación y la muerte son la misma cosa, porque en la meditación la sensación de separatividad desaparece y se experimenta la "única cosa": la unidad indiferenciada. En Oriente, en el Tíbet, en la India y otros países limítrofes, siempre se ha formado a los adeptos en la meditación en la finitud, la transitoriedad de la forma y en la muerte. Así es que muchos yoguis meditan en los lugares de cremación o en los enterramientos aéreos, donde se entrega a los difuntos a las aves carroñeras. La idea es familiarizarse con la transformación de todas las cosas y seres, habituarse a dejar ir. La base de aprender a morir radica en aprender a vivir. En realidad, tú y la muerte nunca vais a coincidir. En el presente nunca hay muerte, y si en el presente pierdes la conciencia es que simplemente duermes. Morir es solo eso: dormir.
¿Por qué dormimos? Físicamente lo hacemos para poder repararnos, para que el psiquismo no interfiera en la restauración del cuerpo. Psíquicamente dormitamos para ordenar y digerir las experiencias.
Morir es solo eso: descansar del hacer externo, para ordenar la experiencia y convertirla en conciencia. No hay drama ni misterio. Pero claro la gente se pregunta: “¿qué pasará conmigo?”. Pues nada, lo de todos los días: cambiar y cambiar. ¿Acaso el bebé que eras no cambió, que es lo mismo que decir “murió”, y lo mismo les pasó al niño y joven que fuiste? Hoy no eres el de ayer. Toda tu vida ha consistido en eso: cambiar y cambiar. Y, sin embargo, hay la sensación interna de que algo, un "nosotros mismos esencial", siempre ha estado ahí. En el bebé, en el niño, en el joven y en el adulto hay una identidad permanente, y esa apunta a algo que permanece, que es inmune al cambio. Nos lleva a nuestro ser eterno. Aprender a morir es aprender a vivir, y aprender a vivir es aprender a apreciar el momento, a descubrir el juego del recibir y dar momento a momento y en ello encontrar el don de la apreciación. Por ejemplo, en este preciso instante estás recibiendo infinidad de cosas, sensaciones, emociones y pensamientos. Te está llegando una realidad, pero esa es solo la mitad de la historia. La vida no es lo que te pasa, sino que es un juego más amplio, interesante e interactivo. La vida es también lo que devuelves: tu actitud, voluntad y libertad de elección ante lo que llega.
Hay quien dice: "La vida no es lo que sucede, sino cómo vives lo que sucede". Pero esa es la otra media verdad: hay que verlo de forma completa. Lo que sucede, lo que me pasa y lo que llega es el 50 por cierto. Esto es inevitable, ya que quizás solo sean consecuencias de actos pretéritos, karma, destino, genética, Dios, la naturaleza o la vida. Hay demasiadas palabras para nombrarlo. El caso es que AHORA ES LO QUE HAY. Allí aparece la otra mitad, el otro 50 por ciento: “¿cómo lo voy a vivir?”. ¿Con miedo y lucha, o como una negociación y aceptación? Esto nos lleva a otra pregunta de fondo: “¿de verdad tengo elección en cómo vivir lo que me pasa?”. Sí, rotundamente sí. No digo que esto sea fácil, no digo que tengas que enfrentar un carácter, una personalidad, un estado de conciencia, unos condicionamientos, un pasado y una educación. Pero sí tienes elección, y esa es tu única libertad. ¡Escucha bien! Esa es ¡tú única posibilidad de ejercer la libertad! Supera tus miedos, tendencias, hábitos y crece, o bien puedes justificarte, quejarte y convertirte en una víctima. Nadie nace víctima, tampoco nadie nace héroe. Es algo que tienes que decidir tú, aportar tú a este momento: es la hora de mover la ficha. La vida es como el juego del ajedrez: algo pasa, la vida ha movido ficha, pero ahora te toca a ti. El juego no es pasivo: es completo y te incluye. Así que aprender a morir es aprender a no vivir muerto. Es comprender que vida y muerte son las dos caras de la misma moneda. La pasividad y la resignación son una cara, empezar de nuevo, levantarte, luchar y no rendirte son la otra. El que no se rinde nunca muere, quizás se duerma pero es inmortal.
TAI AIM
Si bien les recomiendo leer el libro El Pintor de Almas de Ildefonso Falcones, el cual narra una bella historia en la Barcelona de principios del siglo XX, con el título de este artículo quiero hablaros de otra cosa. Mi tema es de una ciencia de lo implícito, de un arte de lo esencial, de la capacidad de leer entre líneas los mensajes de la vida. En gran parte, la inteligencia emocional es también un arte, una sensibilidad con respecto a la intención. Solo sabe comunicarse el que percibe y responde al sentido y sentimiento de las palabras. A menudo, en las relaciones superficiales nos entendemos y conflictuamos en el "te dije” o en el “me dijiste". El pintor del alma es aquel que sabe escuchar los silencios, las pausas, la intención tras lo dicho u omitido. En otras palabras, el que capta lo que se quiere decir, más que lo que se dice. Del mismo modo, el entrenamiento espiritual nos otorga la capacidad de percibir la vida y sus acontecimientos con una doble o incluso triple mirada. Hay que captar las señales, pero no entrar en la superstición. Por ejemplo: “¿qué me dice este acontecimiento o situación?”, “¿cómo lo interpreto?”. No hay que quedarse ahí. Después hay que preguntarse: “¿Por qué decido verlo así?”, “¿por qué lo interpreto de ese modo?”. En el mundo de los hechos, las cosas son como son y punto, pero en la construcción de la realidad personal, no. El cómo uno vive o siente algo condiciona completamente la experiencia, la vivencia, la salud y la propia vida. El pintor del alma debe asumir sus propias proyecciones, interpretaciones, imaginaciones, opiniones y creencias, para saber que eso pinta su propia realidad.
Salgo a caminar, a llenar de magia el mundo, a pintar cuadros de luz, y todo con los pinceles de la apreciación. Apreciar no sólo es percibir, es añadirle la conciencia del corazón abierto y libre. Apreciar es poner en valor los detalles ínfimos, los paisajes majestuosos, y todo en una sola hoja de otoño. Al caminar agradezco los mil caminos hechos y añado el mío. Todos me sirven, y yo humildemente contribuyo y añado una pequeña parte: una hoja más del árbol de la vida.
El pintor del alma sabe ver el eje oculto y no aparente de una sombra, el sabor sin sabor de todos los sabores, los porqués ocultos y no dichos de una mirada. Pintar el alma es observar y apreciar, en cierto modo recolectar y añadir, ofrecer y convertirse uno mismo en parte de la pintura global. Mi Maestro solía decir: "La misión del artista es hacer de su propia vida una obra de arte", y así debe ser. Todos somos artistas, pero también científicos, filósofos y jardineros. Pintar el alma es descubrir el poder interior de participar en la creación del mundo. Cada momento es una oportunidad. Siempre podemos recibir y apreciar algo de belleza, pero nada cobra verdadero sentido hasta que no aportamos, hasta que no descubrimos que nuestra mirada no solo ve, también crea lo visto. ¿Cómo miras a una persona bonita?, ¿lo haces como si ésta fuera un objeto a poseer y disfrutar?, ¿o lo haces como la oportunidad de regalarle algo con tu mirada? Todo lo que se mira con aprecio sube y enriquece su valor. Toma el pincel de tu vida y empieza a dibujar el mundo que quieres ver. TAI
AIM
Estoy tocando el cuenco tibetano y observo que es gracias a su vacío que se generan sus notas y vibraciones armónicas. Miro bien y me doy cuenta que en el interior, en el fondo del cuenco hay una imagen de Buda en relieve. Mientras sigo haciendo vibrar mi cuerpo, mi mente y el cuenco, dejo que la mirada se recree en el vacío del cuenco. Ahora me doy cuenta de que estoy ante el vacío cuántico, y que de él puede nacer cualquier cosa, infinitas posibilidades. Esto es lo que los orientales llamaron Sunya, el vacío lleno. El cuerpo está vacío. Si escarbamos en la materia llegaremos al vacío. Más allá de los átomos hay vacío. Como cuando sacas todas las capas de la cebolla. Detrás de todos los pensamientos hay vacío, detrás de toda la energía está el vacío. Pero el gran vacío del universo está lleno de posibilidades infinitas. Eso sí, todo depende, ¿depende de qué? Del observador. El observador no solo modifica lo observado: lo cambia y también lo crea. El Buda en el fondo del cuenco me recuerda eso. Solo es un símbolo, una imagen de la posibilidad de la iluminación humana. ¿Y qué es la iluminación humana? Pues expresar la luz que somos. Iluminar con nuestra propia vida todo lo que nos rodea. El ego, la sombra, es nuestra parte humana que nos recuerda el miedo, la inseguridad, la necesidad de absorber, de apoderarse, de sacar ventaja, de competir, de ser yo o el otro, es decir la visión miope y limitada de la existencia, es el instinto de conservación. Pero el alma, la esencia, es pura luz: es la canción sobre un universo infinito y
abundante, donde hay para todos y jamás se acabarán las posibilidades de un cosmos sin límite. Buda no es un hombre, un dios, ni un personaje. Es la expresión de la posibilidad de despertar a nuestra propia luz y proyectarla a nuestro alrededor. Meditar no es un acto pasivo, solo se detiene la acción, el pensamiento voluntario, el hacer del ego, la representación del personaje, y en cambio se activa la observación, la presencia, la atención en el preciso y precioso momento, el pleno aquí y ahora. La luz que somos es pura armonía, paz y equilibrio. El sonido del cuenco nos recuerda que al principio era el verbo. La gran vibración del universo, que es un puente entre la Luz ausente de realidad y la luz de la realidad. La Luz ausente de realidad, es la Verdad, el Ser, Dios o como quieras llamarlo. La Luz es pura vibración OMMMM. Se genera la dualidad y con sus dos polos se enciende la luz del mundo, la energía y la luz real. Meditar es un viaje al origen, o regresar a casa mediante el puente de la conciencia despierta. Así que tampoco es tan complicado. De hecho todo es más complicado que meditar. Cuando cesa toda complicación la meditación aparece. Ni esfuerzo, ni deseo, ni intención: solo una respiración espontánea, un bienestar y la paz. Si buscas algo todavía no entraste. Solo aquí, solo ahora, con cuenco o sin cuenco, cesa todo esfuerzo, toda lucha y acepta. La hierba crece sola.
TAI
AIM
"
La tensión es una frecuencia intensa que bloquea la energía y enferma el cuerpo y la mente. La tensión es parte de la naturaleza: a veces puede despertarnos y activarnos, pero si no aprendemos a reducirla nos desgasta. ¿A dónde conduce toda tu tensión, tu esfuerzo y tu lucha? Te conducen al cementerio: los muertos ya no tienen tensión. Pero lo peor no es la muerte, ni mucho menos que, de hecho, es algo natural e inevitable. Lo peor es el sufrimiento: eso es una tensión permanente. La gente solo quiere controlarlo todo: no saben relajarse, no saben ser felices y entonces se hacen políticos, llevan cargos públicos, son gente estresada, aparente y superficial, acumulan dinero, cosas y poder, pero no saben vivir. Ellos trabajan para que la sociedad vaya mejor. ¿No es un absurdo? Pues sí. Cuando le dicen al sabio que se haga político, él sonríe y dice que está muy ocupado, ocupado en ser feliz, ser ejemplo. Porque el mundo no cambiará mediante nuevas leyes o normas: cambiará mediante ejemplos vivos y evidencias de paz.
El mundo y la vida cotidiana pueden ser estresantes. En la lucha por la vida hay tanta gente, intereses, coches, contaminación y tensión. Pero en el interior solo hay paz. Así que no tienes que hacer nada con toda esa tensión. Es solo la leve capa de la superficie del mundo. Ves adentro. Solo siéntate un rato y deja de hacer. No pasa nada. Deja de pensar voluntariamente. No pasa nada. Si observas la tensión. Es solo tensión. No pasa nada. No busques, no intentes, déjate caer y permanece aquí, sin hacer nada, disfrutando de la nada. Verás que todo está ahí y ahí es aquí. No te preocupes por relajarte, solo acepta la tensión, acepta todo, acepta que no puedes aceptar. No te pongas escalas, ni retos, disfruta de dos o tres respiraciones. Permanece con lo que hay, y deja que la tensión sea tensión, mientras tanto disfruta de la calma. Buen viaje a ningún sitio. TAI AIM
"Al principio era el Verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios". Génesis El verbo lo relacionamos con la palabra. Sin embargo, el verbo es más que la palabra: el verbo es la vibración y el movimiento inherente a la existencia. Y esa vibración es la esencia de todo. "Todo vibra", dice El Kybalión. Por tanto, estudiar el verbo es estudiar el movimiento. Al observar nuestro alrededor podemos reconocer un movimiento cíclico, rítmico y predecible: día y noche, primavera, verano, otoño e invierno, y otra vez primavera. Vemos también los ciclos de luna y de sol, de menstruación y de edades, nacimiento y muertes, expansión y contracción. Mediante una indagación más profunda también nos podemos dar cuenta de otro tipo de movimiento: el primero nos pone en contacto con ese algo más de "la historia se repite" o "no hay nada nuevo bajo el sol". A través de esa percepción captamos cosas como "no hay dos gotas de agua iguales", todo es distinto, nada es lo mismo, de que hay un principio de incertidumbre y sobre todo de misterio. Por decirlo de algún modo, es el que nos da certeza de lo secreto, lo sugerente y lo insospechado; es lo que nos mantiene vivos en la vida, interesados en lo "otro posible", la sorpresa, la posibilidad incierta o la fascinación por lo inimaginado.
Pero el verbo no solo alude al movimiento cíclico y circular, al samsara de las estaciones y a la implacabilidad del karma: también nos deja entrever que el movimiento y la vibración cambian de frecuencia, e incluye el sentido subyacente a todo, el viaje del caos a la armonía, la evolución que no sólo es adaptación sino progreso, crecimiento, paz encarnada, descubrimiento de mundos y posibilidades infinitas.
Tu cuerpo vibra, tu mente vibra y vibran tus palabras. Vibran tus sueños y vibra tu corazón en su anhelo de plenitud, necesidad de aventura y exploración. Cuidar y atender tu vibración es descubrir la importancia de usar correctamente el lenguaje, la palabra y afinar en el arte de la comunicación no violenta. El Camino insinuado por el corazón abierto apunta hacia la paz viva, el equilibro que requiere y exige la diversidad de la vida. A veces generamos desorden y violencia, no por las palabras emitidas en sí, sino por el tono o, lo que es lo mismo, la proyección del malestar interior o la falta de empatía.
Vibrar correctamente es empezar por la escucha. Escucharnos a nosotros mismos y percibir los ruidos y tensiones que nos alejan de lo que queremos y del misterio. Luego hay que viajar más hondo y escuchar el silencio pacífico y calmado para que, como auténtico medicamento, sane nuestras heridas y nos permita abandonar todo lo que se nos ha instalado y no nos sirve. Ya con un poco más de tranquilidad, escucha de nuevo. Y tras todo lo que puedas percibir a tu alrededor, conecta con la mano sabía que mueve los hilos. El negativo se queda con la negatividad. El positivo, con sus empeños e ilusiones. Pero El Mago, el magister y el iniciado en lo Sagrado, ve que bien y mal sirven al mismo propósito, tal como el Yin y el Yang honran al Tao Supremo. Así que no hay mal que por bien no venga, ni bien que no de paso al silencio de la Paz. Sé consciente de cómo vibras en cuerpo, palabra y pensamiento, y empieza a afinar tu instrumento. Entre tú y el mundo, el Director de Orquesta te instruye. ¡Escucha, escúchate y, sin tomar partido ni decisión alguna, espera la certeza del acto que construye y coopera! No eres tan importante: el mundo no gira a tu alrededor. Tú has de girar y hacerlo en armonía con la totalidad, aprovechar la corriente ascendente para volar más alto. Entonces verás más, y lo verás más claro. TAI AIM
Nadie te puede abandonar. Si alguien o algo lo hizo solo es memoria, que un día se alimentó de sentimiento, de un sentir; pero escucha la voz “dentro de tu sueño todo puede ser cambiado hasta el rencor, ya que no existe, ya que solo el perdón es escuchado, ahora puedes cambiar, lo dice el Maestro”. Hay una familia espíritu que te hace regresar a tu centro. Todos están interesados en incluirte en apoyarte en que seas tú mismo y la felicidad tu estandarte. Renuncia a tu dolor, eso clarifica, limpia, despeja y ayuda a que dejes de desear; y empiece a florecer en ti él anhelo, el sueño divino, el plan de Dios para ti. Todo lo que acontece cerca del Maestro está activando el RESONADOR. Atrapa tu sueño y sigue. Vas al Maestro obstáculos.
a
resolver
los
Y te dice: “No esperes claridad solo camina” Deja que te atrape tu sueño ya que él te alcanzará si estás caminando. Y despertar en tu sueño es destapar la dicha que ocultas en tu interior y la felicidad es su flor. Gracias Maestro.
TAI
MARÍA ARRABAL
Cuando todos los días resultan iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo. Paulo Coelho
El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad.
Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
Ludwig Van Beethoven
Friedrich Nietzsche Nadie puede hacer el
Benevolencia no quiere
bien en un espacio de
decir tolerancia de lo ruin,
su vida, mientras hace
o conformidad con lo
daño en otro. La vida
inepto, sino voluntad de
es un todo indivisible.
bien.
Mahatma Gandhi
Antonio Machado
La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas. Sigmund Freud
Todo acto de bondad es una demostración de poderío. Miguel de Unamuno Hay gente que se da cuenta que su mejor aporte en la vida es
poner en valor, lo que tiene valor.
Antonio Iborra
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: CALMA
PARA VER:
FRASE DEL MES: "ESTUDIA LA CALMA Y DISFRUTA”
PARA LEER:
MIENTRAS DURE LA GUERRA
EL PODER CONTRA LA FUERZA
Dirección: Alejandro Amenábar. 107 min. 2019 España
Autor: David Hawkins. Ediciones Grano de Mostaza. 2015
Llueve a cántaros. La atmósfera está limpia. No hace calor, y lo agradezco. Desde bien temprano empiezo mi jornada laboral. Por delante me quedan 11 servicios que atender. Así que con mi Renault Kangoo me desplazo a cada uno de ellos para atender las necesidades de los diferentes usuarios. Apenas tengo tiempo para comer o para un breve descanso. Me siento bien, y con la mejor disposición atiendo a esas personas que han perdido su autonomía física y mental con lo cual dependen de un cuidador para un estado y situación más óptima. Cada usuario es un mundo, una situación, una historia no revelada, quienes cargan con sueños incumplidos, frustrados, diluidos en el tiempo y olvidados en el cajón de una vida vivida a medias. Hay historias interesantes que muestran una actitud crítica y constructiva de la vida, otras son amargas y destilan palabras calladas, enterradas con el paso de los años. No siempre el enfermo es la única persona a la que debo atender, ya que los familiares que lo rodean necesitan de ingredientes esenciales como el buen ánimo, la comprensión y mucho amor. Reconozco que a veces se me hace cuesta arriba la falta de descanso. Mi proyección en todo momento hacia afuera no me deja mucho tiempo para la recreación, para el ocio o para adentrarme en mi mundo interior. Sin embargo procuro estar lo más consciente posible, atento a los pensamientos y sentimientos que me abordan según el momento. A veces el trabajo no es fácil. El familiar –desde la lejanía de otro país– impone que el usuario debe de seguir un tratamiento en la ingesta de pastillas, y éste –con todo su razonamiento y lucidez– no quiere tomarlas, y más cuando le sienta mal. Específicamente hablo de una usuaria: ella es una mujer vital, alegre y con gran
sentido del humor que no necesita depender de los medicamentos, a pesar de las discrepancias de su hija. En mi misión de ayudar y ofrecer lo mejor de mí, tomo conciencia de la oportunidad del momento. A pesar de los abusos y falta de amor que algunas de estas personas se profesaron en el pasado merecen la mejor atención y el cariño, ingredientes necesarios para que sus cuerpos inertes cobren vida y el espíritu que habita en ellos manifieste, a través de una sonrisa y una mirada amable, la esencia pura de la vida. EL AMOR.
Me he curtido a través de este trabajo hasta el punto de tomarme las cosas con buen humor y disfrutar compartiendo con ellos lo mejor que se puede compartir. La vida es siempre desde el corazón.
TAI
Raúl Villar
Siempre comienzo. Y comienzo primero con la curiosidad, continúo con la sorpresa y por último llego al asombro consciente. El asombro es darme cuenta conscientemente y constantemente de lo que se manifiesta, y al llegar ahí es todo original, nuevo y nunca jamás visto. Dentro del asombro hablar del eterno retorno de Friedrich Nietzsche es hablar de los ciclos, los cuales todo lo regulan; es hablar de la ley del ritmo, en donde todo tiende al justo medio de la armonía; es hablar de la ley del Samsara. Desde el Yug-Do, la ley del eterno retorno me ha servido para comprender mejor la disciplina en el microcosmos y la oportunidad del buen hacer. Por ejemplo, con actividades cotidianas como fregar los platos, poner ropa, jabón y agua en la lavadora, también programarla para que haga su trabajo, barrer la casa, y organizar mi tiempo para planchar un poco. Donde sí tengo que aplicarme más es en la cocina. Ahí es el ABC para mí. Nuestra vida es un aprendizaje de la verdad, en donde puedo descubrir continuos círculos que se repiten continuamente y en la cual comprendo que no hay un final en la vida, sino un nuevo principio. Todo ello me lleva a un nuevo ciclo que da origen a la espiral del eterno retorno, cuya duración es el gran año de Platón, de 26.000
años. Este inmenso círculo de tiempo es pequeño a comparación de otros mucho mayores. Así sucede dentro del sistema de cómputo de los sabios en la India, en el cual hay cifras que escapan a mi comprensión. Por ejemplo: aquí donde yo vivo, el día es un ciclo que se repite, en el cual combino un sin número de actividades en el eterno retorno diario. Desde esa espiral trato de ser consciente de la ley del ritmo, en 12 horas de luz solar. Otro ciclo más grande es el año de 12 meses. Yo ya llevo vividos 70 ciclos de éstos, y hasta ahora me doy cuenta de estos momentos, lo que me hace valorar más cada año, mes, semana, día, y de aquí me adentro hacia la respiración con horas, minutos y segundos. Cuando experimento las "asanas", o en meditación, estoy más alerta del eterno retorno del ciclo completo al inhalar y exhalar. Y ello me sucede no porque esté contando, sino porque estoy atento. En las estaciones encuentro otro ciclo que vivo, el cual es originado por la inclinación del eje de la tierra: en cada equinoccio y solsticio, hay un nuevo ritual con ese conjunto de leyes que activo. Cada vez que lo experimento, con la disciplina dentro de la ley del eterno retorno anual, doy gracias a la guía y dirección que me comparte el Maestro en la Senda. También menciono rápidamente los ciclos biológicos, circasianos, lunares y solares, y su influencia determinante en la vida. El principio del ritmo me indica que la manifestación es una manifestación incesante, y el accionar del péndulo se aplica a toda la creación. Desde el Yug-Do, noto que la experiencia de la ley del eterno retorno en mi vida sucede cada vez más a tiempo, pues me encontraba desfasado. Es decir, no me había percatado de la
existencia de dicha ley, y ahora que lo veo estoy más cerca de mí mismo: en los cuatro niveles distintos en tiempo. El tiempo físico, porque me doy cuenta que vivo de mi energía física, y eso sucede desde que nací y acontecerá hasta que
muera. Del tiempo energético, porque ahí no estoy tan limitado, en el cual mi respiración es fundamental para regular y equilibrar. El tiempo mental, donde el conocimiento y la comprensión de las constantes universales lo regulan todo en la naturaleza. Y el tiempo espiritual, la gran Unidad, donde gira toda la diversidad. Gracias estimadas/os hermanas/os, por su gran dedicación en el eterno retorno del Yug - Do, feliz retorno.
TAI
Serafín Mendoza
<<Vete, vive,… luego escribe>> Cuando en la vida crees que ya tienes las pruebas, a menudo más pruebas llegan… Así que no te preocupes más, pues lo que tenga que llegar… llegará…! Semana intensa de trabajo, de preparación y vivencias de viaje. De noches estrelladas y cielos de otoño. De amaneceres de alta montaña. Momentos de contrastes, de movimientos y de pequeños pero profundos respiros. Y al regresar nuevas pruebas, desde lo profesional al seno de la familia. Así que a ratos luchando,… a ratos bailando, procurando no agobios, pero siempre respiros. Ahora tras una buena semana, preparando la playa. Nos vamos un rato a coger unas olas. A seguir viviendo, a seguir contrastando. A tomar el Aire, a sentir el Agua, y mañana temprano, a poner nuestro Fuego nuevo al servicio de la Tierra.
TAI
Eugenio Pareja
Cierro los ojos, y veo una hermosa rosa blanca. Sus pétalos abiertos, como el vestido de una dama, muestran su máximo esplendor. La rosa blanca simboliza belleza y amor puro, honesto. Es inocencia, armonía y paz. Representa un corazón iluminado con el conocimiento divino.
Ya que muestra su máximo apogeo y elegancia, me conecta con la sutileza. Toda energía y frecuencia hermosa crea belleza. Éstas esparcen vida como reflejo del ser. No hay momento en el que la naturaleza no nos regale su perfecta hermosura. El símbolo unifica, y cada alma interpreta desde su esencia y recuerdos. Hermosa conexión la que se da cuando alguien cuenta, y los demás parecen abrazar la voz que somos todos. Esto siempre sucede en cada encuentro, en cada oportunidad de percepción del divino acompañamiento. ¿Qué es lo que acontece? Las frecuencias que escuchan crean una sintonía cuántica formando un solo corazón. Se eleva la conciencia: la divina nutrición.
TAI
Candy Vera
Pensándolo bien casi todas las cosas maravillosas de la vida son gratis y podemos disfrutar de ellas sin consultar con nadie. Nuestro viaje en la vida va desde la oscuridad del útero materno hasta la oscuridad del viaje eterno. Nuestro viaje va desde la inconsciencia pura de la infancia hacia la evolución de la conciencia, en ese tránsito contamos con unas cartas a modo de comodines que nos suavizarán, si sabemos utilizarlas, a desarrollar una verdadera aventura. Por un lado ya venimos de fábrica con nuestros propios talentos, se trata de reconocerlos y automáticamente estar en la Luz, porque es parte de tu forma innata aplicada a la vida humana, es aquello que nos diferencia de todo lo demás, es genuino, sin aditivos de creencias y nunca se agota porque tú mismo los vas generando. Esto quiere decir que lo que es tuyo, solamente es tuyo y nunca lo vas a perder, y si lo pierdes es que no era tuyo. Por otro lado es a través de la conciencia, ese vínculo que tenemos con la Esencia del Ser y que nos conecta con lo auténtico. Se trata de conseguir por medio de nuestras actitudes poder estar en el Camino y no salirnos de él. Estas actitudes son las que tú eliges como herramientas en tu vida y que están dispuestas para todo el que las quiera utilizar. Y son fáciles, cercanas y conocidas por todos. La vida funciona por pares, en la alquimia de esta relación está la clave, y es para este fin que podemos usar nuestras privilegios
para que nos ayuden a conseguir nuestros objetivos con mayor agilidad y sentirnos más fácilmente parte de la Unidad de la que formamos parte. La sonrisa, esa valorada actitud que expresa la aceptación de la realidad y el agradecimiento infinito a la vida. Que a modo de puente une almas que a veces no lo tienen todo fácil y funciona como un maravilloso bálsamo. La empatía es reconocer al otro en ti, entendiendo que somos todos parte de un único organismo y que cuanto mejor esté el otro mejor estarás tú. La creatividad, que aunque forma parte innata de ti, tienes que expresarla y darle forma, se trata de adaptar tu ser a todo lo que te propongas siempre desde el respeto y la gratitud a la vida. La disciplina, una forma de funcionar ordenada y estructurada, te hace estar lista en cada momento, como si fuera el único o como si fuera el último. La confianza, te permite adelantar mucho trabajo y ahorrarte mucho esfuerzo ya que consideras a tu prójimo como tu propia familia y andas sin grandes tensiones por la vida. Generosidad, apreciar que tienes más cosas de las que necesitas y las pones a disposición de la Vida. Cuando realmente sientes gratitud por todos los dones que tienes a tu disposición y que disfrutas a cada momento, tu actitud estará abierta a los demás. Superación, tu conciencia entenderá que si quieres avanzar no te puedes atascar tienes que disolver resistencias y ser como el bambú ágil, flexible y vigoroso, pero no vale solo decirlo si no practicarlo que aunque parece difícil si se puede conseguir.
Abundancia, es lo que ocurre cuando cumples varias de las actitudes anteriores, tienes la sensación de que todo está dispuesto para ti, como si todos los días fueran tu cumpleaños y tuvieras prioridad y preferencia en cumplir tus necesidades. Estas herramientas hay que utilizarlas desde el amor y la bondad, porque si lo hacemos desde la mente y la creencia se convierten en una obligación y exigiremos a los demás que hagan lo mismo. La clave es la aceptación de la realidad cambiante, ser conocedor de lo que hay, lo que puedes y lo que no, lo que anhelas y lo que no, llevar luz a tus dudas, fuerza a tus decisiones, y vivir cada momento como único, sin pasado y sin futuro. Que en realidad es lo que es.
TAI
Maite Belaza
RECETA DE AREPAS INGREDIENTES: • Harina de maíz precocida: 250 gr • Agua templada (cantidad necesaria) o leche de avena/ arroz • Sal CÓMO SE HACEN: 1. Pon en un bol la harina de maíz precocida. 2. Llena un vaso con agua bien caliente del grifo. Disuelve en ella una cucharada de sal. Prueba el agua y rectifica si es necesario. El agua tiene que estar saladita. 3. Poco a poco vierte el agua en el bol de la harina y ve mezclando con una cuchara hasta hidratar por completo. Si es necesario incorporar más agua, o leche, vuelve a llenar el vaso de agua caliente e incorpora sal. 4. Cuando logras una masa completamente hidratada, mézclala bien con las manos. Tiene que quedar una masa fina y sin grumos. Con leche de avena/ arroz queda más fina 5. Forma bolitas y con las manos aplasta un poco hasta obtener una forma de tortita gruesa. 6. Las arepas pueden cocinarse en la sartén o en el horno. Para ello, usa un poco de aceite de oliva y cocina por ambos lados hasta que estén doraditas.
7. Lo ideal es servirlas bien calientes y se pueden elaborar para comer acompañando la comida (como el pan común) o bien rellenas a modo de sándwich. Sírvelas como quieras; aguacate, tomate, queso vegano, perico, humus…y a chuparse los dedos! TIPS PARA DISFRUTAR DE LAS AREPAS 1. Sírvelas siempre muy calientes. 2. Puedes hacerlas pequeñitas y usarlas como entrantes en cualquier reunión con amigos. 3. La salsa clásica para acompañar las arepas se llama “hogao” y se elabora a partir de tomate natural rallado, cebolla rallada, ajo y cebolleta en rodajitas, sazonado con sal, pimienta y comino. Pochar en la sartén hasta que todo esté cocinado. 4. Puedes usar la arepa como base tal cual una pizza o puedes abrirla por la mitad y rellenarlas.
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