El invierno está aquí, y la primavera, también. Marzo, el mes de Marte, nos ayuda a descubrir el espíritu de nuestro Guerrero de la Luz o, si lo prefieres, descubrirás que tu propia esencia es Luz y está más allá de la forma. El Guerrero, como arquetipo, no es un militar o alguien necesariamente violento. De hecho, a menudo es todo lo contrario. El guerrero pacífico es capaz de enfrentarse a sus pulsiones erróneas y contrarrestarlas con un buen auto control. El que se vence a sí mismo es, al final de cuentas, el que de verdad vence. Hay dos factores en la realidad que se nos presenta en nuestras propias vidas, tal como el Yin y el Yang, la dualidad. La dualidad puede ser experimentada como disenso, duda, tensión, oposición o contradicción, pero su propósito final es generar la luz de la conciencia. Así, las dos cosas que experimenta el humano en su propia dualidad, son las siguientes: Por un lado (1) LO QUE HAY, lo que sucede o acontece. Lo que simplemente ocurre. La otra parte (2) en el juego del Tao es nuestra RESPUESTA. Los libros están bien, la preparación también, pero cada momento somos enfrentados ante LO QUE HAY. Y a veces la filosofía nos puede ayudar, las técnicas básicas del Tao, como respirar o relajarnos, también. Pero como el presente es siempre nuevo y tú también eres siempre nuevo, el pasado, las ideas y las habilidades nos ayudarán solo relativamente.
Cada situación encierra una solución, a veces la situación misma, ya es una solución. Sin embargo, el espíritu humano, el Guerrero Interior, debe plantearse la respuesta adecuada. Nuestra respuesta es nuestra libertad, por relativa o limitada que nos parezca. El Guerrero debe vérselas primero con su rechazo a los acontecimientos, las situaciones, las relaciones tóxicas, los conflictos, los inconvenientes o simplemente los desastres... La reacción interior puede ser el "no quiero esto", "lo odio", "es horrible", etc. O simplemente aceptar que no es lo que había planeado. Ello nos llena de emociones pesadas, frustración, ira, rabia, miedo, ansiedad, desánimo y, sobre todo, de resistencias. Todo esto nos enferma y limita el correcto entendimiento, por lo cual se estanca el CHI curativo, se paraliza la sangre, entre muchas otras. El Guerrero de la Luz, más que enfrentarse a los hechos, situaciones, o a los otros, debe combatir consigo mismo. Si logra serenarse, respirar, calmarse y no caer en la provocación, le será más fácil fluir con lo que le rodea, tanto con las cosas, como con las situaciones y personas. Lo primero es despersonalizar la situación, evitar el binomio de víctimas y culpables, y lo peor, de buscar ¿quién tiene razón? En realidad, todos queremos ser felices antes que tener la razón, pero lo olvidamos. Tampoco insistir en lo que preferimos, ayudará mucho. Hay que actuar en coherencia con el momento, tú, el otro, los otros, la situación.
Despersonaliza. No te tomes nada de forma personal, cada uno está en su mundo y en su propia batalla. Cuando todos estamos nerviosos y desequilibrados, ¿de quién es la culpa? Olvídate completamente de culpas y culpables, de razones u opiniones, de lo que quieres o lo que odias. Ahora, en este preciso momento, tú RESPUESTA es la clave de todo. Debes recordar que la primera premisa es NO DAÑAR, no dañarte, anteponer el mantener la serenidad y la calma sobre todas las cosas. Si has de morir, respira feliz, cálmate y ¡vete! No generes tensión innecesaria. Hay que tener aguante, firmeza y paciencia. Dentro de un rato, unas horas o unos días, mucho de lo que te agobia ahora habrá pasado. Así que déjalo ir. Debes comprender que tu respuesta es tu único poder y, lo más importante, es lo que puede marcar la diferencia entre el orden o el caos. ¡La respuesta no siempre es una acción! El Wu Wei oriental nos enseña que todo pasa y a veces pasarlo mejor, es retirarse un poco, esperar, calmarse, y dejar que la tormenta pase. Mañana lucirá el sol. Nunca tomes grandes decisiones cuando estés bajo presión. Debes esperar con contención, calma y paciencia que regrese la serenidad de ánimo. Un Guerrero Espiritual es aquel que reconoce la Complementariedad de todo. Siempre hay un poco de Yin en el Yang, y un poco de Yang en el Yin. Nada es completamente bueno, nada es completamente malo. Así que, en contacto con cada dificultad, obstáculo o problema, ¿por qué no abrirse a reconocer que ESO también trae algo bueno, una oportunidad o un regalo?
El ego quiere decidir, el sabio sabe esperar. El ego prefiere, el sabio disfruta de lo que hay. El ego opina, el sabio escucha. El ego tiene razón, el sabio tiene gozo. Marzo es un maravilloso mes y una maravillosa oportunidad para disfrutar de la naturaleza. Invierno y primavera se dan la mano. Hay días fríos y otros calientes, el contraste lo despierta todo. Las plantas florecen, llegan las aves, el mundo expresa su mosaico de colores. Decido salir al bosque, caminar en busca de lo que se quiera presentar. Normalmente en el ejercicio de mi tiempo de asueto, tengo dos opciones: una, ir en busca de algún objetivo como por ejemplo el lobo, el lince, el oso, la nutria, el gato montés o el martín pescador. En esos casos el objetivo es solo medio plan, el otro medio, es disfrutar de todos los animales, plantas y paisajes que encuentre. La segunda opción, la que tomo hoy, es aún más relajada si cabe. Trata de recorrer un entorno natural como observador naturalista. Esta actividad es muy diferente al senderismo, o a sentir la magia de los olores y sensaciones. Un naturalista es un científico, al menos en espíritu, que busca explorar, descubrir y conocer a los seres vivos que
habitan en un ecosistema determinado. Así mismo tomar nota de comportamientos, e interacciones curiosas que se pueden descubrir. Por ejemplo, las relaciones entre distintas especies. Me gusta oler, escuchar, y captar las señales y rastros de los habitantes del lugar: huellas, excrementos, plumas, nidos o huecos. Siempre me pregunto sobre lo que no veo. Y frecuentemente me puedo sentir observado por multitud de criaturas, grandes y pequeñas. Son "los ojos de la espesura". Otra práctica obligada es la siguiente: detectado el lugar adecuado, hacerte invisible. Para eso los colores discretos ayudan, pero el mejor camuflaje es la quietud y desdibujar un poco la silueta. Por ejemplo, agachado o usar las plantas y el terreno: lo importante es quedarte inmóvil, física y mentalmente, sin ansiedad, haciendo el Yoga de los bosques, quedarte como un lince en un lentisco, relajado y atento... Luego, siguiendo el ejemplo de mi gato favorito, caminar sutilmente, sin oír tus propios pasos, como pisando algodones. Acechando, caminar y parar, parar y caminar. Tus pasos y movimientos levantan presuntas "presas". Espera, escucha. Quizás te des cuenta de que cuando caminas el bosque calla y cuando te inmovilizas el bosque habla. Así decido recorrer hoy el bosque. Aquí hay jaguares, pumas, ocelotes, tigrillos, boas constrictor, tarántulas, monos e infinidad de aves. Pero lo más fácil es no ver nada. Y eso es porque algunos de ellos tienen turno de noche. Hoy soy feliz dando rienda suelta a mi niño interior, a mi explorador y aventurero. Disfruto de mundos perdidos y extraños universos paralelos. Sin salir de la cabaña, ya he
descubierto que no dormiré solo, hay ratas de la selva, gekos gigantes y un par de escorpiones inquietantes, otros no dormirían, pero para mí no puede haber mejor compañía, velarán mis sueños. Eso sí, mantengo una conversación amistosa con mosquitos tigre, y diferentes tipos de insectos y bacterias. No los molestaré, pero ellos a mí tampoco, un poco de aceite de citronela ayudará a que nos entendamos. La vida es una fiesta, cada día un auténtico regalo único. La naranja está ahí, pero el jugo lo tienes que hacer tú. Feliz primavera. Feliz año nuevo cósmico. Felicidades a Piscis y a Aries... Todo empieza ahora.
TAI AIM
ANTONIO IBORRA
Casi mil años después del nacimiento del Buda histórico, Shidarta Gautama Sakiamuni, nació un hombre que renovó el espíritu del budismo original. El sabio guerrero de ojos azules, Bodidharma, quien llevó la enseñanza iniciática de India a China, fue el primer patriarca del Zen. Bodidharma transmitió el Dharma, la enseñanza esencial, pero a la vez la adaptó a la energía y mentalidad china, impregnada de taoísmo. Así, el Zen o Chan volvió al origen, a dar toda la importancia a la práctica, a la disciplina, al detenerse frente a un muro, a la quietud del espíritu. Paralelamente desarrolló o sintetizó movimientos energéticos que observó en los animales y también en sabios taoístas. De ahí emergieron las bases del Wu Shu, el Kung Fu y algunos métodos de salud, longevidad y defensa personal, todos ellos complementos a la actividad principal de la meditación. El Chan chino que luego se convirtió en zen japonés hizo hincapié en la vida simple y en el cultivo de la serenidad y el desarrollo del Chi. Todo ello se pensó como apoyo a la meditación. En su sentido puro y esencial, la enseñanza de Bodidharma no hacía tanta insistencia en la vida monástica o los rituales, sino en la contemplación de la naturaleza, el silencio y buscar la simplicidad.
Sin embargo, sabemos que, de hecho, no es nada fácil mantener la mente humana tranquila y centrada en el presente. Hoy el Yug-Do tiene un propósito semejante. Yug es la armonía, la calma, el equilibrio y la paz. Y DO es el camino, pero también la vida cotidiana, real y actual. No podemos partir del contexto de los tiempos de Bodidharma y la China rural de entonces, o el mundo de Gautama, el Buda, de aquellos días y lugares. Necesitamos aprender lo mismo, pero en el contexto de nuestra vida real y del siglo veintiuno. El Camino del Chan es empezar por lo que está bajo nuestros pies. Literalmente: en este preciso momento. En mi caso diez mil metros de aire y nubes, ya que estoy en el cielo y vuelo hacia México. Y cada momento contiene todos los elementos precisos para ser feliz, o lo que es lo mismo, adaptarse y disfrutar de las oportunidades del presente. Disfruto de una cerveza Mahou, sin alcohol, ya que en México no las voy a encontrar. Comparto con Toño sobre su experiencia en su primer gran vuelo. Escribo estas notas. Veré una preciosa
película, la cual todavía tengo que elegir. Me echo un sueñecito. Este lugar es perfecto: no hace frío ni calor, y hay azafatas agradables. Hasta puedes meditar. Hay quien odia volar; no es mi caso, ni siquiera lo he intentado. No tengo alas, pero en cambio el avión vuela por mí, y yo me puedo relajar y disfrutar del momento. El Chan, lo mismo que el Zen es aprender a sentarse bien y a sentirse bien. Las dos cosas son básicas. Si te sientas bien te sentirás mejor. Y si te sientes bien, sabrás sentarte tranquilo y a gusto. No hace falta cosas muy raras, ni esotéricas. Un gato se tumba en un suelo duro y no se inmuta. El blando es él. Si estás blando, hasta lo duro te sentará bien. Esto es literal y metafórico, porque cuando recobras tu propio poder, sabes adaptarte a todo y te libras del virus de las quejas. Así que termino este pequeño ensayo invitándote a sacar más partido de cada momento, de lo que te toque vivir. Todo puede ser útil y bueno si sabes aprovecharlo. No te compares con nadie, disfruta de lo que tienes y deja de desear otras cosas. ¡Buena sentada! ¡Buen Zen!
TAI AIM
Apreciar es una de las palabras más hermosas que conozco. Apreciar es poner en valor algo, observar el precio e importancia de algo. Pero también es darse cuenta, ver, descubrir, reconocer y disfrutar de lo visto y contemplado. Siento mucho aprecio por mí cuerpo, por mis dedos, manos, piernas, trasero o espalda. Aprecio mis ojos y orejas, mi sangre y mi pelo. Aprecio mis cicatrices, mis arrugas y mi cerebro. Aprecio mi mente y mi corazón. Aprecio a mis vecinos, a mí familia, a mi esposa e hijos. Aprecio a los ciudadanos, a la gente y a los pájaros. Siento un gran aprecio por las nubes y el sol, me gustan la luna y las estrellas. Aprecio mis sentidos y disfruto de todo. Me gusta comer y defecar; también respirar y tener sexo. O dormir y sacar a mi perra a pasear. Aprecio la luz reflejada en la gota de rocío en el pétalo de una flor. Me gusta hacer fotos y compartirlas. Aprecio y disfruto del ejercicio físico. Me gusta caminar, subir montañas, correr o ir en bicicleta. Aprecio sumergirme en el mar, o deslizarme por el río. Me gustan las aguas termales y el shock de una ducha fría. Aprecio la buena lectura, la quietud, la paz de la madrugada y el silencio. Me encanta quedarme inmóvil como una montaña, o bailar como el bambú al viento. Aprecio que me ayuden y me sirvan, y en igual medida me gusta cooperar y ayudar a
otros. Aprecio sentirme útil, y así mismo doy gran valor a la inutilidad. Me gusta reír y también llorar. Aprecio la muerte, en la misma medida que la vida: los finales y principios, las bienvenidas y las despedidas. ¿Por qué elegir si la existencia es una y entera? Sé que un día te diré adiós para reencontrarte después… Aprecio el cambio y lo inmutable. Cada relación tiene su luz y su sombra. Lo puedo apreciar. Nada es para siempre, y nada hay nuevo bajo el sol. Lo "mismo" se viste de cambio, hasta que descubras que es lo "mismo". Y, ¿luego? Pues lo mismo. Y una vez más el cambio te hace pensar que has perdido algo. No nací. Lo aprecio. No moriré. Lo sé. Y, ¿mientras tanto? Aprecio lo mismo, siempre nuevo, nunca igual y, sin embargo, lo mismo. A veces dejo de apreciar, incluso tengo desprecio. Pero también lo aprecio, porque sin esfuerzo no podría valorar el descanso, sin pérdida no apreciaría la ganancia, sin error no habría acierto. Sin contraste no habría nada. Y sin la Nada no existiría Todo. ¡No le des más vueltas! Aprecia, eso es todo: date cuenta, observa, reconoce y valora. Hay un mundo a explorar más allá del hastío. ¡Sal y disfruta!
TAI AIM
Lo primero es jamás comprar el número, el boleto. Nunca. Eso solo hará más rico a los ricos o al estado. Así que olvídate de comprar lotería. Lo segundo: si te regalan un número o te lo encuentras por ahí, pues ¡maravilloso!, quizás te toque. Después de todo no has invertido nada en la superstición. Te tocará la lotería en el momento en que te des cuenta de que la superstición es la forma que utilizas para dejarte manipular por los demás. ¿Sabes las probabilidades reales que existen de que te hagas millonario comprando un boleto? Debes estudiar esa posibilidad matemática. Lo demás es superstición. Yo sé que mucha gente cree. Y más gente aún vive y abusa de los creyentes. La gente prefiere un pensamiento al vacío. Se aferra a creer en algo porque les da pavor la nada. Aunque la nada no deja de ser una idea. Así, las religiones han sido el opio del pueblo. Las sectas llevan vendiendo humo desde hace miles de años. Un iluminado comprende lo que es el miedo al vacío, la superstición y la creencia. Habla, dice la verdad, al menos la suya. Y al rato hay quien cree en él y nace una nueva secta. Es la historia de la humanidad.
¿Qué te promete la lotería? ¿Dinero? ¿En eso consiste todo? No te voy a preguntar si crees que el dinero solucionará tu problema. O si piensas que con dinero serías mucho más feliz. Te preguntaré esto: ¿Has probado de comerte un billete? ¿Sabe igual un billete de cinco que de cien? ¿Has comido monedas? ¿Te quitan el frío o la sed los billetes? En un desierto, perdido y solo, ¿qué te aportaría una cartera con un millón de euros? ¿Te quitaría la sed? ¿Te haría compañía? Entiéndelo: el dinero es solo un medio de intercambio, un facilitador del trueque. No busques el dinero: busca la relación correcta, el trueque correcto, el servir y ser servido con equilibrio y equidad. No busques sacar más ventaja, ni privilegios, ni estatus, no busques la seguridad en el dinero. Imagina por un momento: Te tocan diez millones de euros y, al mismo tiempo, tu propio hijo se está muriendo de cáncer y todo tu dinero no lo puede impedir. Te tocan cincuenta millones y puedes comprar hoteles, islas y sexo, pero la única mujer que amas de verdad, la que realmente te importa, no quiere estar contigo, ella prefiere a otra persona. Ganar a la lotería empieza por no jugar a ese juego absurdo, y seguir alimentando la superstición. Le sigue darte cuenta que la lotería ya te ha tocado. ¡Te ha tocado el gordo, el premio mayor! Hoy todavía estás aquí, estás vivo...
Date una vuelta por el cementerio y piensa en todo el dinero que se necesita para hacer resucitar a alguien. Hoy ya eres millonario, primero porque no has tenido que comprar ningún número, para disfrutar plenamente de millones de cosas. ¿Qué cosas? Ahí radica el verdadero juego. ¿Serás capaz de descubrir el millón de cosas que ya tienes, te rodean, están a tu mano, y simplemente tienes que perder para poderlas valorar? Pues bien, la auténtica lotería es hacerte millonario por agradecimiento, y no tener que perder lo más valioso de tu vida por no darte cuenta.
Ahora ya tienes todos los números: el que te toque depende solo de ti.
TAI AIM
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Hoy se presentan dos nuevos guerreros al Círculo de Fuego: Juan y Anilu. Es un examen a la Honestidad, no a la técnica. Y, por supuesto, a la Honestidad del grupo y de la Escuela. Es un asunto de "nosotros".
Hoy el paseo ha sido tranquilo y agradable. Hemos aprendido a escuchar el agua, a contemplar la cascada. El seminario de Yug-Do, la actualización de la Escuela.
La forma debe de cambiar para que la esencia no se corrompa. Cambio externo, pureza interna. El árbol es hoy arriba de una silla. Con calor, con lluvia, con mosquitos, con dolor, con vigor, con determinación. Una sacudida para el alma. Yug-Do de la selva. Yug-Do viviente. El sendero es sin atajos. MÁS TOPES... Es un reto seguir escribiendo con un dedo y con los miles de topes de regreso. Ahora no es mejor que a la llegada, pero estamos más resignados y llenos de vivencias increíbles. Hoy todos pudimos contemplar a los monos aulladores en libertad. Junto a la cascada impresionante de Misol Ha. En la meditación de ayer, antes de los mantram, nos visitó una pequeña serpiente, probablemente venenosa, la saqué de la sala con dulzura, no sea que a alguien se le ocurra dejarse morder. Así despacio, tímidamente, como las niñas mayas, la selva te va mostrando el alma. Me fascinaron una pareja de grisones, unos mustélidos parientes del ratel africano, que estaban hermosos, junto al río. El coatí, siempre tan simpático y narigudo. Visitamos la zona arqueológica de Palenque, el corazón del mundo maya. Dos tucanes cruzan el cielo. Junto con Anilu y José, visito un proyecto de recuperación de vida silvestre.
Me roba el aliento un joven jaguar, que espero pronto pueda ser liberado a su jungla natal. En espacios aledaños vive algún venado de cola blanca así como el pecarí, y el muy tímido venado cabrito, o mazama. En el río, el cocodrilo americano acecha camuflado entre la vegetación palustre. Los avistamientos de aves también aumentan. Y sin duda las cascadas de Agua Azul nos sumergen en el asombro y la belleza. La mano duele a ratos, algunos han pasado algún que otro dolor de barriga y casi todos estamos picoteados por las chinches y garrapatas. Pero qué le vamos a hacer. El Paraíso tiene su propio infierno y cobra cuotas. Estoy deseando hablar con María, creo que es la primera vez en más de 25 años que pasamos tantos días sin comunicarnos. Nos echamos de menos. Pero ya pronto nos hablamos, en unas horas despertaremos del sueño lacandón y regresaremos a la civilización moderna y a Internet. La verdad casi no me apetece. Hablar con la familia sí, pero esta desconexión, creo que nos ha hecho bien a todos: deberíamos hacerlo más a menudo. Hemos constatado que desengancharse de la tecnología ha sido más fácil de lo esperado, y creo que a más de uno no nos importaría pasarnos más tiempo así, sin aparatos, en la vida simple y natural. El sueño me puede. Mañana será otro día.
TAI AIM
Un pajarero daría cualquier cosa por lograr ver, y más aún fotografiar al Zopilote Rey. Esta es un ave maravillosa, tímida, muy escasa y en peligro de extinción. Daniel señala un punto más adelante: -“Diría que es un… ¡Zopilote Real!”. Aprieto el gatillo de mí cámara, una, dos, tres veces. Me sigo acercando. Está en una pose increíble, y se le ve tranquilo. La mayoría del grupo lo ve, aunque no saben, ni todavía pueden valorar lo que están viendo. Daniel ha recibido encargos para ir a ver al Zopilote Real, se han alquilado lanchas y equipos. Hay gente dispuesta a pagar cualquier cosa por llegar a ver un Zopilote Real en libertad y en su hábitat. Lo tenemos delante. Hace un vuelo hasta una ceiba cercana. Tomo más fotos. Es un momento único y trascendente. Daniel lleva 40 años en esta vida y en este sitio, es un guía profesional, y en toda su vida se ha encontrado con el
jaguar, tres veces, una vez un puma, pero hasta este momento, nunca había logrado ver a esta mítica ave. Incluso en una ocasión llegó a ver al águila Harpía. Pero Zopilote Real jamás hasta ahora. Y tan bien visto y fotografiado. Es un momentazo único e irrepetible. Daniel nos conduce hasta una ceiba gigante, el árbol se ve imponente, mayestático. Aprovechamos para hacer una meditación. El chi-kung de los árboles gigantes.
He tenido que abandonar la narración, ya me daba demasiado sueño, así que me puse bien el mosquitero y me
dormí en el plácido sueño de la jungla: orquestas de grillos, ranas y otras criaturas para mí invisibles. Gracias a los goteos de agua, tengo un sueño limpio y sencillo. Me levanto y descubro que me estoy rascando el trasero. He tenido mucho cuidado y he usado repelente para insectos, sobre todo en tobillos, pies, manos, codos, brazos, cuello, incluso la cara. Pero me doy cuenta que el ataque ha sido cruel y por la retaguardia. ¡Cobardes bellacos! Tengo los costados y el trasero con una buena cantidad de picadas. ¡Qué le vamos a hacer!, la selva siempre cobra su tributo. Me doy cuenta de que me es completamente imposible narrar la verdad de los hechos, de lo que ha ocurrido estos días. Sí, siempre es difícil transmitir una vivencia profunda, pero esta vez han sido tantas y tan poderosas, que superan mis capacidades como narrador. Si tratara de ceñirme a los hechos, temo que la imagen resultante estaría demasiado alejada de la realidad, y si me pongo poético, quizás el cuadro tampoco revele esta amalgama de experiencias concretas y significados místicos. Lo que no cabe ninguna duda es que el tiempo se acabó con nuestros celulares. Hemos perdido gran parte de las referencias temporales propias de la vida moderna, estamos en algo más primordial y profundo. Amanecer y atardecer, luz y oscuridad. Eso es todo. No esperen ningún relato lineal. La selva es circular y es un todo que te absorbe, te digiere, te transforma y luego te expulsa. Pero nunca quedas igual.
Ahora está dirigiendo la práctica de Yug-Do la C. P. Maru, tal como se lo solicité ayer. El otro día le tocó al C. P. Toño. Son grandes oportunidades. Bien, pues retomo a nuestro árbol gigante, la ceiba sagrada. Nos conectó con el espíritu de los animales guía, aquellos que conducen al iniciado al más allá y saben retornarlo al más acá, sin que pierda la cordura. A mí me tocó el armadillo, a los otros, aves, monos o serpientes. Los seres inesperados aparecieron. Lo primero fue el Rey de la selva y de los Zopilotes, que con su máscara multicolor custodia el dosel forestal y limpia todo desecho. No es sólo un basurero: es un reciclador de la vida. A diferencia de los gallinazos o Zopilotes comunes, que se encuentran cerca de cualquier aldea o pueblo de América Latina, el Rey de los Zopilotes es un exclusivo habitante de las espesas e impenetrables selvas, vive solo o en parejas, nunca abunda. Es un Rey observador y tranquilo. Hoy nos bendijo con su presencia. Luego fue estar en la cascada. He visto y estado en infinidad de saltos de agua, las he visto más grandes, espectaculares como Iguazú, de todo tipo, pero esta
me robó el corazón por su limpieza, su magia sencilla, como el rostro inocente de una niña maya. Aquí practicamos el Yug-Do de la Danza de las mariposas etéreas, de las hojas al viento. Luego pasamos todos por el ritual de la limpieza y purificación del agua. En un puente lo vi, como un niño inocente y tierno: una mujer maya traía en el hombro la inconfundible figura de un jovencito saraguato. El mono aullador que nos encogió el ánimo en una madrugada, con su potente rugido que no hace justicia a su pequeño cuerpo. Lo acaricio, se recuesta sobre mí mano, me toca con sus manitas humanas, el corazón de la selva festeja el encuentro con nuestros parientes de los árboles. Así pasan los días. Las edades del alma, no tenemos ya idea de qué día es, ni el tiempo que hace que estamos aquí, es como otra vida. La comida es muy simple, vegana o vegetariana, maíz, frijol, verdura, fideos, café de olla. Poco más, pero siempre con la sonrisa de quien nos sirve, acompaña y cuida.
La selva es una caja de sorpresas. Pero no es solo árboles gigantes, cascadas, colibrís o monos. No, es algo envolvente que te cambia o te escupe, no hay término medio. O te rindes a ella o sales huyendo.
Ayer tuvimos la meditación del movimiento libre y espontánea con ritmos primitivos, la quietud del árbol y un aguacero impresionante. Perla y Juan me traen al director de orquesta de la noche: una pequeña y modesta ranita. La saludo y le agradezco su canto de luna. Muchos de nosotros tenemos mucho que contar, sin saber cómo hacerlo, aunque tampoco importa. También tenemos las piernas hinchadas, dolores que desaparecen, mente que se calla. Hay nuevos sentidos que se abren. Todo es Yug-Do de la selva.
Visitamos la zona arqueológica de Bonampak, que significa lugar de los muros pintados. Los guías sueltan su discurso memorizado sobre los antiguos habitantes de este asentamiento. Yo veo a los antiguos mayas transformados en oropéndolas. Un grupo de estas aves construye sus nidos colgantes, con una habilidad tejedora increíble. Es toda una comunidad maya alada, con traje pardo, cola dorada y pico naranja, con un toque azul en el rostro. Su alboroto es considerable, con las típicas y animadas disputas domésticas. Que si esta ramita es tuya, que si es mía. Lo de siempre. Una Nayaca ha estado en el camino: es una serpiente muy venenosa, pero como todos los seres vivos, hermosa y muy interesante. Lástima que llegue un momento tarde, se metió en el borde del camino y no alcancé a verla, me lo cuenta Daniel.
TAI AIM
A las cinco y media estamos ya en ruta para visitar la espesa Selva de Lacanjá. Alguien acaba de arroyar a un pobre pato en la carretera, el pobre animal se debate entre aleteos infructuosos, nadie le para bola, y seguramente en media hora será desayuno. ¿Es la ley de la selva? Es de noche y unos rugidos aterradores nos rodean. No sé si es la bienvenida al bosque o una advertencia. Son los saraguatos, los monos aulladores. Aunque no son mayores que un perro pequeño, su acústica es formidable. Estamos seguros de que King Kong acecha en la espesura, así da a entender la cara de Antonieta. Luego en la penumbra del amanecer caminamos en fila India, atentos a cada paso, en silencio. Daniel, nuestro guía lacandón, ya nos ha mostrado sus cartas. Ver al jaguar está en la categoría de los milagros santísimos, casi imposible. Haberlos, los hay. Él los ha visto en persona un par de veces, en sus 40 años de pateo y vida en la zona. El puma, solo una vez. ¿Qué veremos, pues? Bueno, cuando desde lejos contratas sus servicios son muy prometedores a la vez que ambiguos. En la práctica: nada, veremos mucha nada, saturada de árboles, epifitas, bromelias, matapalos, cedros y ceibas. Pero de bichos, ¡olvídate! Hay dos especies de venados, pecaríes, que son un tipo de jabalíes pequeños, tapires, monos, ardillas, cuatro especies de felinos, coatíes, agutíes, armadillos, zarigüeyas, y un
largo etcétera. Con más de 250 especies de aves, serpientes, ranas, miles de insectos, mariposas y arácnidos. Pero ver, lo que se dice ver, es muy difícil. Hay poca densidad y demasiada vegetación. Oír sí, oiremos de todo. Bueno, no me es nada nuevo: conozco esta y muchas selvas más. Es uno de los ecosistemas más complejos para ver mamíferos, y hasta las aves, a pesar de su variación y hermosura, son difíciles de observar. Quizás haya sorpresas. Todo depende de la suerte, pero las probabilidades, muy escasas. Es evidente que encontrar un guía especialista en fauna es una tarea pendiente. Desde lejos todos prometen, pero en la práctica la mayoría de los guías son malos, apenas conocen unos senderos y luego te echan el rollo turístico que se han aprendido de memoria. Si los sacas del guion no hay nada de nada. Pero bueno, son nuestros anfitriones y debemos ser respetuosos. El lacandón se viste de lacandón porque es su traje de trabajo y para vender la imagen a los turistas. En nuestro caso choca que estamos 15 personas y el único que lleva el celular en la mano es el indígena... La enfermedad de la pantalla ha llegado a todo el mundo. Por nuestra parte estamos disfrutando plenamente de unos días de desconexión total con el exterior. Ni línea telefónica, ni Internet, y algunos sólo usan el aparato como cámara fotográfica. En el primer paseo, salvo escuchar el imponente rugido del mono aullador, poco más, cantos de aves que ni siquiera vemos. Nos enseña los rastros de un tapir, y las señales de los pecaríes, que por cierto Glenn e Ilihutsy alcanzan a ver muy fugazmente. Ni siquiera, como otros guías indígenas, Daniel nos da explicaciones botánicas, solo recorremos el circuito
previsto. Menos mal que ya tenemos muchas tablas, y aprovecho para tomar la iniciativa y vivir experiencias de Yug-Do de jungla. Realizamos trabajo sensorial, escucha, sintonización con la naturaleza, etc. Lo pasamos muy bien, y al final, como siempre, vemos más aves cerca de las cabañas que en el interior del bosque. Es normal, es una cuestión de recursos alimentarios. La fauna se mueve según la comida disponible, incluso se adaptan a la presencia humana. La práctica de Yoga nos ayuda mucho, los estudios de campo y la meditación de la noche nos confronta con nuestros miedos. Caminar en parejas, uno con los ojos cerrados, sin luz, en plena selva, en el que cruzamos un puente sobre el río. El grupo se integra y se le ve feliz.
TAI AIM
Febrero 2020 LACANJÁ 20 000 TOPES Me despierto a las tres y diez de la mañana. Me sacudo el mosquitero como puedo, que se me ha pegado al cuerpo como tela de araña gigante. Estoy sudoroso y angustiado. El Teide ha estallado y toda la lava y piroplastia está descendiendo por Bajamar, donde está María atrapada, o eso creo. Yo quiero bajar a buscarla, pero la guardia civil me lo impide. -“Es muy peligroso”, me dicen. Me da igual, el amor de vida está ahí, y voy a sacarla o morir en el intento. Luego, despierto. Todavía tengo la frente húmeda. Voy tomando contacto con mi mano enyesada, y me siento torpe y limitado. El cuerpo adolorido, quizás por el Yoga de ayer o tal vez por la falta de simetría debido a la lesión. Quizás, quizás, quizás. ¡Duele, y ya está! “¡Cálmate, Toño, sé amable contigo!”, dice mi alter ego. Yo ni siquiera me llamo Toño a mí mismo, pero hoy no me apetece ser Antonio.
Estoy rodeado de grillos, cigarras, ranas y perenquenes, una orquesta monótona y ladina aumenta la sensación de negrura y agobio en la cabaña. Fuera, hay selva por todas partes. Me pregunto si se estará moviendo a pocos metros algún armadillo nervioso, o la astuta tlacuache, quizás un mico de noche o cozumo. Con suerte hay un ocelote o una piara de pecaríes de labio blanco. Estoy pensando en tomar la linterna y salir a echar un vistazo. Pero primero, con un solo dedo y en este smartphone muerto, pongo estas ideas en papel digital. El teléfono sufrió una defunción operativa hace días: no hay ni señal, ni internet, ni instagram, ni facebook, ni google, ni YouTube. Nada de eso pero aún respiramos tranquilos. Quizás cuando salgamos de aquí comprobemos que algunos volcanes han acabado con todo, o algún que otro virus zombi. De momento estamos aquí. Y mientras me tomo un mate en la preciosa soledad de la madrugada, puedo rememorar, no con cierta dificultad, cómo carajo acabamos en esta selva Lacandona, 80 por ciento de humedad y calor pegajoso. Por suerte es la época seca, y no hay nubes de mosquitos. De todos modos, no hay que bajar la guardia. Si esto es una película, sin duda estamos dentro. Y, ¿por qué estamos aquí? ¿Por qué estoy aquí con una mano accidentada y todo lo que implica? Respuesta rápida: YugDo. Ahora vamos a la lenta... Para ello, tomo otro sorbo de mate amargo, como en las llanuras gauchas.
El Yug-Do es una bendita locura que se propone elevar nuestro estado de conciencia y desarrollar las habilidades para una vida plena y feliz, siguiendo el TAO esencial. Así, nuestro entrenamiento siempre conjuga el trabajo interior con la convivencia de grupo, y si es posible en lugares naturales, ignotos y salvajes. Despertar la ecología interior y exterior al mismo tiempo. El Camino del Yogui errante, el ser humano libre de ataduras que domina al cuerpo y a la mente. ¡Casi nada! Esa es la idea, el resto es trabajo, mínimo 30 años. Y luego hay que seguir. No espero que lo entiendas. Pero el que lo prueba ya no quiere otra cosa. Así, el pasado septiembre nos propusimos una aventura por las junglas de Chiapas, para el siguiente febrero. Y aquí estamos.
El cómo llegamos es materia aparte, tal como una odisea. Sino que le pregunten a Perlita, que casi se vuelve loca, con la desorganización de la organización. O a Ilihutsy, Serafín y a todos en general. Somos quince diablos en nuestro particular infierno. En total viajamos Serafín, Perla, Ilihutsy, Antonieta, Antonio Chávez, Guillermo, Caty, Caro, Maru, Glenn de Canadá, Anilu y José, su pareja, Juan, y Toño de Canarias, más el que escribe con media mano. En mi caso, primero fue reducir el equipaje al mínimo, después y con cierta aprensión por las limitaciones de mi mano derecha, despedirme de María y mis hijos. Luego tomar tres aviones para llegar aquí. Las primeras 24 horas fueron del viaje hasta ciudad de México. Solo 12 en el avión intercontinental. Tres películas y media, observar cómo mi compañero de viaje Toño aplica las enseñanzas del Yoga y se retuerce en el pequeño asiento. Casi no se mueve en todo el viaje, lo admiro, pero lo pagará después con las piernas hinchadas. Estos viajes son muy pesados, pero esto no es nada. Al llegar, y tras los abrazos sentidos con Serafín y Perla, nos informan que descansamos unas horas en un hotel, y mañana temprano nos toca el tercer avión. Pero, ¡agárrense!, eso no es nada: le seguirán nueve horas en una furgoneta hasta llegar a LACANJÁ. Tampoco eso sería lo más terrible, ¡no!, déjame que me dé otro sorbito de mate. Los topes, sí, los topes. Hay que brincar algunos topes en la carretera antes de llegar. Lo de "algunos" es un cruel eufemismo. Son topes que ponen antes, después y durante el paso por cada pueblo o asentamiento, lo que convierte
un viaje de tres horas en nueve. Puse 20.000 topes porque infinitos no son, aunque me viniera esa palabra constantemente; ya que “muchos” es un concepto que aquí no se aplicaría, lo dejaremos ahí en 20.000 topes. Y esos 20.000 brincos han estado mal llevados porque hay curvas y más curvas, Antonieta ha vomitado, Toño tiene el trasero destrozado, todos sostienen caras resignadas, como pobres "sin papeles" hacinados en un viaje desesperado al paraíso. A Jonathan, nuestro joven chófer de 28 años, nunca le dieron el máster para manejar en curvas o pasar suavemente los topes. Yo que voy delante y me sacudo fluidamente como una caña de bambú, no quiero imaginar a los que van detrás. Cuando Antonieta le pone ojitos al chavo y le suplica clemencia, que no corra tanto, consigue una respuesta afirmativa y amable, pero a su vez el resultado contrario: todavía corre más, todavía corre peor, y hay más brincos, más sacudidas. En un momento dado, tras habernos contado la vida, le recuerdo que estamos en Jet Laj, con el sueño cambiado y el cuerpo molido. Y me pregunta cándidamente, si no duermo un rato en el puesto de copiloto. Quisiera matarlo, en cambio, sonrío. ¿Cómo podría hacerlo con esta salvaje y estúpida conducción? Y cada vez que oso preguntar cuánto falta, más me deprimo. Respiro, hago Yoga, mantengo mi mente positiva. Podemos con esto. Ni dormidos, ni despiertos. A parte, Jonathan nos va recordando las zonas donde hay peligro real de que nos asalten o que se dispare una balacera. ¡Esto no es muy tranquilizador! Díez contra uno: uno ver un jaguar, nueve que nos asalten.
Entre tanto, ya es la cuarta vez que escuchamos el "Cuando calienta el sol, aquí en la playa, siento tu cuerpo vibrar, cerca de mí...", y tres o cuatro boleros más del mismo calibre. Un repertorio bastante limitado y desfasado, pero que sin duda forma parte del show, y que junto a las curvas y topes, ha de quedarse grabado indeleblemente en nuestras médulas óseas. Ni uno ni lo otro: ya es de noche y hemos llegado a la tierra de los indígenas de túnica blanca y pelo largo y azabache. Tendremos un día más de viaje. Daniel, el que será nuestro guía lacandón nos sonríe, mostrando su diente de oro, porque ya estamos en Sak Jok, la tierra de los hombres verdaderos. Ya les contaré.
TAI AIM
De siempre eres ese brillo imperecedero del amor manifiesto. El detalle que te acuerdes, me hables y me cuentes, es muy importante para mí. Despierto y retengo el sabor, el aroma dulce del acercamiento que dejan esos recuerdos en el libro en la memoria perenne de nuestra relación. Saber que hay esa estima en nuestro vínculo, me ilumina y me cobija ya que ese cuidado del alma anida en mí y me llena de amor y confianza. A eso le llamo yo reciprocidad, autoestima correspondencia, entrega, amabilidad... El ser que habita en el nosotros nos impulsa a dar lo mejor a los que quieres, pero si no recibe lo mismo la conciencia lo regula. Si el canal de tantos años de tutela, esfuerzo en la crianza de amor incondicional se enfría, por dar pasos en el sentido contrario a lo que es importante y que la vida nos regaló. Si en la familia eso no lo cuidamos, se instala una actitud egoísta, y cuando nos miramos en ese espejo nos puede devolver lo que no queremos, cuando lo que buscamos es lo mejor para nosotras mismas. Quiero lo mejor para nosotras, por eso me esfuerzo en que aprendas que el celo y el cuidado a los que amas es muy
importante y da sentido a nuestra vida. Dar pasos en esa dirección es el descubrimiento de un gran tesoro oculto. En todo ser humano hay un volcán, una montaña llamada “La mujer dormida”. Y despertarla es años de trabajo en la dirección correcta. El mental no sabe la dirección si el corazón no le ayuda. Te quiero porque sé que una de las perlas de la sabiduría ancestral está brillando en tu cuello y cerca de tu corazón. “Planto semillas de amor que crecen y dejan aroma de luz en tu mundo para que su brillo ilumine y disipe la confusión ayudándote a reconocer en cada amanecer a tu alma inmortal” Mi amor está más allá de todo tiempo y lugar. Mi amor vuela ligero a tu corazón.
TAI AIM
MARÍA ARRABAL
Conozco la utilidad de la inutilidad. Y tengo la riqueza de no querer ser rico. Joan Brossa No se puede expresar lo que es el Amor con palabras, solo se puede sentir... pero, se podría decir que es impersonal, incondicional... un estado de profundo respeto por la existencia en sí. Siria Grandet Para el sabio, lo que se tiene no deja de ser agradable porque otros tengan otras cosas. Bertran Russell África devuelve siempre nuestro espíritu a los días de la infancia, nos transforma en niños en tanto que hace revivir en nuestros corazones la fe de la aventura. Javier Reverte El Sabio, aunque viaja todo el día, nunca se separa de su equipaje. Aún rodeado por un paisaje magnífico, vive en tranquilidad. Tao Te King. P. 26
La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos; la más fácil es hablar mal de los demás. Tales de Mileto
La identificación con cualquier acto es una verdadera conquista del Camino. Pensamiento Zen "La diferencia fundamental entre un hombre dormido y un despierto, es que el despierto lo toma todo como una oportunidad de aprendizaje; mientras que el dormido lo toma todo como una bendición o una maldición" Gurdjieff Cuándo lo que hay no es suficiente, el pájaro de la felicidad está ausente. Antonio Iborra
La claridad es una cortesía del filósofo.
Ortega y Gasset
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: APRECIO
PARA VER: 1917 Dirección: Sam Mendes 119 min. 2019 Gran Bretaña
FRASE DEL MES:
"SOLO TIENE VALOR AQUELLO A LO QUE TÚ LE DAS VALOR”
PARA LEER:
“EL LEOPARDO DE LAS NIEVES” Autor: Peter Matthiessen Editorial: Siruela
Cuando era pequeño me apasionaban los trucos de magia. Recuerdo ver cómo el mago sacaba de su chistera un conejo y su habilidad para jugar con las cartas. De ahí se explica que no tardara en caer en mis manos un juego de magia con su varita mágica. Con el tiempo fui descubriendo que la magia era otra cosa. La capacidad de transformar las cosas, los acontecimientos y extraer una experiencia para el desarrollo de la conciencia. Soy consciente de que vivo en un mundo ilusorio en donde la realidad que se vive es producto de la mente que la crea. Todo puede cambiar de un momento a otro según la capacidad que tengo de modificarme, y de modificar todo aquello que me rodea. Ese es el trabajo alquímico del Mago, del Magister que tiene la potestad de transformar la realidad más allá del tiempo y el espacio. Manejar los elementos con la suficiente maestría para construir y crear un jardín en la tierra, semejante a los dominios que hay en el cielo. Toda matrix es una ilusión. Pero más allá de la matrix está la conciencia. Un despertar que antecede a todo mundo ilusorio. La máxima de que “todo es mente”, según la ley del Kibalyon, demuestra que la
capacidad de crear es infinita de acuerdo con la conciencia que la aplica. Llega a mi mente la frase sobre aquella persona que es capaz de ver el árbol a través del bosque. No todo lo que veo es real aunque mi mente de por sentado que así es. Teniendo en cuenta que no soy la mente y que no debo dejarme arrastrar por ella, debo operar con otros principios, con unos parámetros más fiables que me conduzcan al encuentro con mí Ser. Cuando Confucio visitó por primera vez a Lao Tsé tuvo la sensación de asomarse a un abismo, a la propia muerte; él no tenía asidero donde agarrarse, ni doctrina a la que sujetarse. Un gran vacío en donde se podía vislumbrar un gran tesoro. Ser conscientes de la propia ilusión me ayuda a no tener muchas pretensiones y entender que todo está en todo, y que el uno pertenece al todo del mismo que la nada o el vacío contiene ese todo y las infinitas posibilidades. Pretender ser es como admitir que no soy según el estado de mi conciencia o el recuerdo sobre mí mismo. Si no soy, ¿qué sentido hay en querer Ser? Cuando al rey musulmán filósofo y Maestro Saladino le preguntaron qué valor tenía Jerusalén para él antes de ser entregada por los Templarios (quienes eran los defensores de la Cristiandad), él les dijo: "Nada.
Todo", con lo cual confirma así la enseñanza de que todo y nada es lo mismo, y a la vez no lo es. Más allá de la ilusión, de la fantasía y de las mentiras y confusiones del mundo ordinario en el que vivo, se esconde un gran misterio y una verdad que se revela, como bien dice el Maestro, a través del conjunto de verdades y mentiras. Descubrir esa verdad en mi interior es propósito de vida. Pero no hay ninguna posibilidad si no lo hago desde el amor, desde el corazón.
TAI
Raúl Villar
De entrada, no hay ningún diálogo conocido por la mente, sin embargo sí hay diálogo sin darme cuenta. Mi vida a diario es en base a mi parte humana, la cual vivo desde mi cuerpo en constante comunicación entre sí con los órganos, aparatos y sistemas que lo forman. También con mi cuerpo energético donde la comunicación es escasa a veces conmigo mismo, pues sucede que me gana el enojo y no me permito fluir, a veces la alegría me brinda la oportunidad de disfrutar pero es muy raro lograrlo, pero en eso ando. La comunicación mental es mejor, pues me atrevo a dialogar en positivo y en negativo conmigo mismo, y eso me atrae. La comunicación espiritual es difícil, pues está de por medio el amor y en eso estoy trabajando ahora. Este viaje del Maestro a México, me ha servido como siempre para darme cuenta de mis errores, pero distingo que en el fondo es falta de comunicación conmigo mismo. La selva, el Yoga, la Meditación, la alimentación, la terapia, los talleres y la escuela de sabiduría, todo ello es una continua comunicación de afuera hacia adentro y adentro hacia afuera.
La quietud es el objetivo en el trabajo con la mente, mi mente quiere ser pero no sabe, y le da por estar pensando, razonando, aplicando la lógica, la investigación, el estudio, etc. Mi mente lo quiere controlar todo y lo logra siempre, a veces a gritos y a veces muy suave, pero siempre está cambiando, nunca para. Yo le llamo la loca de la casa. La meditación es ¡súper!, pues me ayuda a calmar mi actividad mental poco a poco. Aquí es importante comentar que la respiración y la relajación son piezas fundamentales para el trabajo meditativo. En ello descubro la velocidad de la lentitud, al estar inhalando y exaltando el aire muy lentamente por las fosas nasales. En este trabajo me doy cuenta de que me doy cuenta. En la quietud me descubro muy lento, muy quieto, observándome sin movimiento desde los pensamientos. La atención es quien me ayuda a la experiencia, sí, es la atención quien trabaja para lograr el propósito de aquietar la mente y entrar en el proceso meditativo. Cuando dejan de parpadear mis ojos, que los relajo bien,
es cuando compruebo que he avanzado hacia la relajación profunda, cada vez más al adentro del más adentro. Y cuando lo logro, estoy observándome con paz, con armonía, con quietud. Sobre el Silencio no hay nada que decir, solo lo experiment o en el Silencio. Agradezco al Maestro su guía en Silencio y en el Silencio.
TAI
Serafín Mendoza
Mi maestro Antonio Iborra y Yug-Do convocan a disfrutar la vida de una manera plena. Por eso, lo que sucede con la disciplina y el entrenamiento físico se ve emparejado en el ámbito de los cuerpos mentales y emocionales. Así se abre brecha hacia el Ser. La creatividad y la belleza también son los puentes hacia ese despertar, temas que están presentes en el propio Yug-Do. Suena necesario y posible, ¡es como un sueño vivir en Yug-Do! Y como es tiempo de ejecutar sueños, arreglé todo para asistir. En esta ocasión invité a mi compañero Glenn a la nueva aventura. Así fue que estos dos amantes se adentraron en lo profundo de la selva de Lacanjá en la Lacandona, Chiapas. Desde allí miramos todo con otros ojos porque éramos la retaguardia. Los árboles, los pájaros y los pocos animales que vimos fueron el escenario majestuoso para la convivencia de grupo Yug-Do, y de crecimiento de nuestra pareja. Los estudios con el maestro, el examen, la práctica de yoga y Yug-Do, los paseos y los baños que nos
dimos en las aguas cristalinas de las cascadas y ríos nos limpiaron de viejas creencias y nos abrieron a nuevas posibilidades. Sí: Glenn y yo no solo nos casaremos pronto, sino que ahora vivimos juntos. Gracias, maestro y compañeros de Yug-Do, por permitir que mi Glenn se integrara al grupo de manera adecuada. ¡Estamos y somos felices!
TAI
Illihutsy Monroy
ANTES, DURANTE Y DESPUÉS… ANTES… A mediados del 2018 me diagnosticaron prediabetes, no podía creerlo, no con la vida que llevaba o quizá si, tantos factores y mientras mi cuerpo me daba mil señales mi mente se resistía diciéndome todo el tiempo que estaba bien. Fue así como llegue a la convivencia con mis hermanos y mi maestro en Tenerife, revuelta, iracunda y desesperada. El encuentro no me llevó a la calma, sino a seguir viendo y viendo dentro de mí. Las palabras del maestro tras la terapia fueron contundentes pues aún vienen a mí en situaciones complicadas, “tienes la respuesta, solo tú sabes que hacer”. Con esta frase llegue a un internista negándome rotundamente a tomar medicamentos alópatas. Así llegaron piquetes que aun hacen que me sienta nerviosa al llevar un control de los niveles de la glucosa en mi sangre y tomar pastillas. A un mes de la convivencia me reencontré con mi maestro en México, con todo lo que trae preparar su visita y coordinarme conmigo misma y los demás con poca energía y los mínimos ánimos, a punto de decirle lo siento pero no podré estar con ustedes. Pero cada vez que pensaba en eso recordé la cantidad de veces que le he escuchado decir, mientras más te quieras alejar más necesitas estar, así que estuve y permanecí prácticamente todos los días con él en transmisión viva, reconociendo que estaba en crisis, escuchando lo que nos comentaba en los estudios y talleres, las oportunidades de las crisis. Como siempre me quedé con mucho que digerir y hacer.
La locura, la depresión, el desánimo, la desmotivación, una tristeza profunda y todas esas cosas negativas estaban dentro de mi. No me reconocía a mi misma, mi mente, mi cuerpo y mis emociones todas iban en direcciones opuestas, no podía creerme en esa situación, cedí a todo el malestar, a no hacer nada, a llorar, a dejarme doler y sentir,… Después a respirar y razonar, a volver a comprometerme conmigo misma, buscar ayuda y pedir ayuda (esta parte es la que aún me cuesta y sigo aprendiendo). Así que esta llegó de la persona que menos pensé, mientras la mayoría me preguntaban ¿por qué te pasó eso?, esperando alguna respuesta., mientras yo misma no la tenía y menos me interesaba, porque había encontrado oportunidades de mejora para mi vida, quitar, poner, dejar ir, renovar y demás… En el que sí y que no comer, beber, observar, escuchar, sencillo es dejarse morir pero cuando hay un ápice de gusto por la vida no es sencillo, y hay que aprender ha hacerlo cada día, cada día despertar y conectar con la ilusión de lo que pueda traer el día, apreciar estar con vida y mejorar. Con la combinación de medicina alópata, homeópata y mi intución, fui sintiéndome mucho mejor. Recuerdo claramente una noche en la que cruzaba la alameda del Ciudad de México sintiéndome viva y con ganas de sentirme mejor, profundamente agradecida. Para la ultima semana del 2018 corrí tras una niña de 7 años, jugué con ella como si tuviera un cuerpo nuevo y me sentí tan contenta, no me duró mucho toda esa agilidad pues las rodillas se pusieron rígidas. Saliendo de una y entrando a otra, ¡puuuuf!, ¿es en serio?, pues nada, a seguir, afinando los últimos detalles para el encuentro de febrero de 2020 con mis hermanos de México, un invitado especial además de mi maestro, la selva nos llama…
DURANTE… Una semana antes de que llegue el maestro, un día antes, horas antes, hemos estado en constante comunicación con Anilu (Ana Luisa), nuestra anfitriona y coordinadora de viaje a Chiapas, casi enloquecemos con grandes y pequeños detalles, cuando menos nos dimos cuenta ya estábamos todos ahí, en dos camionetas camino a Lacanja. Lacanja, había escuchado tanto sobre este sitio, los lacandones, “LA SELVA”. Continuamente recordaba un libro que leí hace como diez años, donde un hombre era tragado por hormigas (más tarde viví un poco de eso, pues una hormiga gigante me mordió, grite y llore del dolor y sentí por horas su mordida). Con toda la ilusión de estar ahí, con todo lo que imaginaba y sin predisponerme tanto a la imaginación, las horas nalga y tope, los sueños cortos, los cabeceos, sangoloteos y demás, las expectativas me sobrepasaron, el lugar me había atrapado como la primera vez que pisé una selva, pero esta vez me sentía protegida con el grupo y mi maestro. Día 1, LA CASCADA Es jueves 13 de febrero de 2020, y las oportunidades comienzan para los cinturones, el C.P. Toño nuestro honorable visitante está al frente de la práctica con su voz grave y suave a la vez. Adormilada más que otra cosa, la práctica me relaja y me va dejando lista para el día hasta la llegada de Daniel, quien será nuestro guía lacandón hasta el sábado 15 de febrero de 2020. De nuevo subir a la camioneta, llegar a otro punto en donde el transporte de los lacandones nos llevará al lugar donde iniciaremos una caminata y nos adentraremos por la selva. Aún está un poco obscuro. A los lejos o cerca están los monos aulladores, es un gran impacto. Había escuchado de ellos y ya quería verlos, no solo en una foto sino en vivo. La caminata y el clima al principio las sentí pesadas cuidándome de los árboles espinosos, tratando de no hacer tanto
ruido con mis pisadas, tratando de escuchar, observar, percibir, oler y todo a lo más que pudiera, hasta que paramos para sintonizar con el lugar, con nosotros… Calma, ¡cuanta calma!, ahora si la caminata era más fluida, pero poco pude observar, más bichos, inmensos árboles, verde y más verde, caminar y caminar, pausa y meditación, respiro… Llegamos a bañarnos, meditar, el maestro nos pregunta ¿Quién se va a examinar?, había dos posibles candidatos, Anilu y Juan, quienes querían desde antes pero no daban el sí, mientras presenciaba la respuesta negativa de Juan, respiraba y me controlaba para no decir nada, como he ido haciendo durante casi cuatro años, pues esa respuesta no me corresponde. Años atrás he tenido experiencias con cinturones que han sido de mi familia, mi tío, mi tía y mi mamá, demasiado había metido las patas en cuanto a presionar sin darme cuenta, años de aprender a respetar los procesos de cada quien. Llegamos a la habitación y mientras nos cambiamos para ir a comer me dijo, si quiero pero, no sé varias cosas. Para mis adentros me dije, eso es lo de menos, pues eso se aprende y nunca se deja de aprender, a lo que respondí en voz alta, platícalo con el maestro. Hora de la comida, hora de observar aves, varias aves en realidad, descanso, si, una parte de mí quería tumbarse en la cama y otra
seguir explorando, pues me dijeron que había un puente con una casaca muy bonita a unos metros de las cabañas, así que nos alistamos con la ropa más apropiada, bañados en repelente y cámara. Al parecer no solo Juan y yo pensamos en dar ese paseíto, en el camino encontramos a los demás compañeros e incluso al maestro. Definitivamente el puente tenía cierta magia, y el río y la casada también, sin embargo había un letrero que decía cascada a 2.500 metros, Juan me animaba a ir y yo dudaba de regresar a tiempo para la meditación, con mis pasos cansados y torpes. Pues nada, allá íbamos… Encontramos una enorme ceiba, la ceiba más grande que había visto hasta ahora, las de Acapulco son pequeñas y llenas de espinas de principio a fin, el árbol de las almas, me recuerdan al árbol sagrado de la película de Avatar. Volvemos al sendero principal que al parecer está muy bien señalado, vemos y escuchamos muchas aves, animales que van por el suelo, pero esos no los vemos, voy con la esperanza de ver un tapir, u otro mamífero, pero nada. Pasamos por puentes y puentes riachuelos hermosos, mini cascadas, una zona devastada, troncos gigantes a un lado del camino, dejando a la vista otro tipo de paisaje, escucho la voz de mi mamá que viene de regreso de “LA CASCADA”. Efectivamente al acercarse era mi mamá que viene con Jonathan y no con Caro (Carito a la que sigo viendo como niña, una de las cintos negros más jóvenes de alguna de tantas etapas de Yug Do en México, la que siempre llega corriendo, viviendo a su aire y su tiempo). Qué extraño, comienzo a preguntarme ¿Dónde quedó Caro? Más tarde
me entero que se perdió, nado desnuda por varios riachuelos, vio un tapir y nos encontró, ¡Qué aventura!. Les preguntamos ¿Cuánto faltaba para llegar?, no mucho respondieron, como 20 minutos, tres puentes más, vale la pena, están muy bonitas. Nos enseñaron algunas fotos, lo cual me insitó a seguir el camino a pesar del tiempo, así que caminamos más a prisa contando los puentes y los minutos, ¡llegamos!, ¡wooooow!, me recuerda a La Gloria, esa cascada secreta en Tolantongo (por lo menos así era hace unos 9
años), que espectacular, hermosa, imponente. Bajamos al puente con ganas de nadar con el calor después de la caminata a marchas forzadas, pero hay que dar la vuelta y volver. Antes hacemos un par de fotos y vamos a un paso aún más rápido, en momentos el camino de regreso se me hace conocido y en otras siento que tomamos una ruta diferente. Con el tiempo a cuestas, siento casi encima la obscuridad, a pesar de tener aun luz, camino sin fin, con sed, con calor y mucha humedad. Paso tras paso me voy sintiendo embriagada, casi flotando, un sensación rara, de esas que produce la selva, los aromas se intensifican, las chincharras se vuelven ensordecedoras, sigo caminado, casi trotando, corriendo, estamos llegando, me detengo y respiro hondo. Llegamos a la habitación, listos para darnos un baño de ducha fría y meditar, estamos a tiempo.
La meditación es peculiar, pues nada de lo que estamos habituados hacer sucedería; escogemos una pareja para ir a ojos cerrados por el sendero que hace unos minutos había recorrido, con las chincharras y grillos de fondo, el cause del río y todos los sonidos de la noche. Voy tomada de la mano de Anto, sintiendo su suavidad, delicadeza y protección, me agrada conocer esta parte de ella. En momentos respiro y me repito, confía, haciendo este ejercicio de soltar y confiar, que grato y oportuno, al final puedo abrir los ojos y perderme en el manto estelar e infinito de la noche. Cenamos y a dormir, el día sin tiempo termina, sin conexión de celular y con la mejor conexión y cobertura conmigo y los demás, ¡que bien! Día 2, Quique La práctica está a cargo de la C.P. Marú, la nueva y renovada, que en poco tiempo nos da una práctica muy completa, aprendiendo y recordando algunos detalles. Nos preparamos para salir, Daniel ya está esperándonos para ir a la Ciudad Perdida (que sigue perdida porque no llegamos, y no por él, sino por nosotros). El sendero es el mismo de ayer a “LA CASCADA”, pero no es igual, ir con el maestro siempre hace una enorme diferencia. En el encuentro con la Ceiba nos invita a hablar con ella, a sentirla, a contactar, después seguimos nuestro camino. Un encuentro de esos pocos comunes y que solo puede atraer el maestro, un zopilote real, de una rama a la otra, posando, ni siquiera sabía que existía, impresionante. El camino me resulta más corto que el día anterior, nuevamente me dejo sorprender por la belleza del lugar y todos la admiramos, danzamos con las cascadas, primero
con Juan, me dejo guiar, y guío, cambio de pareja, siento que el maestro es éter, y se vuelve uno con las cascadas, siento la suavidad de sus manos (a pesar del yeso). Cambiamos de pareja, la suavidad de Antonio Chávez, ahora todos somos una serpiente danzando con el agua, nos purificamos en el agua, solo bastó con mojar nuestras manos y rostros para querer sumergirnos. Algunos lo hicieron al instante y otros al no ir preparados con bañador lo dudamos, hasta que la mayoría nos zambullimos. Mis rodillas se relajarón, mi cuerpo, los hombros con el golpeteo del agua de las cascadas, un momento renovador y vitalizante, cascada sanadora… Después de salir de las cascadas no encontrábamos al maestro. Algunos intuimos que había aprovechado el momento de nuestra recreación para caminar por el sendero y tomar fotos, así que más relajados y frescos fuimos de regreso al sitio donde nos alojábamos. Toño, mi mamá y yo íbamos hasta el frente y fue curioso encontrar un palo puesto a la mitad del camino, Toño se río y dijo esto lo ha puesto el maestro. Metros más adelante lo encontramos tomando fotos, y nos preguntó si habíamos notado lo del palo, todo fue muy curioso. En uno de los tantos puentes a mitad del camino uno de los encuentros más hermosos que me hicieron el día, sino es que hasta TODO el viaje: una señora venía atravesando el puente con un pequeño mono en el hombro, no podía creerlo, una sonrisa enorme en mi rostro, es el Sarahuato nos dijo el maestro, todos fuimos hacia él, cariñoso y sociable, me acerqué lo más que pude, lo acaricié y pude contemplar sus ojos tiernos e inocentes. Me tomó de un dedo y pude sentir la suavidad de sus manos tan suaves como las de un
bebé. Lo sentí tan indefenso que no pude evitar sentirme triste y soltar algunas lágrimas, pero también me sentía contenta por la oportunidad de conocer a Quique (un día después hasta conocería donde vive, fuimos a jugar con él, hacerle fotos e incluso lo cargué, felicidad absoluta). Día 3, el examen Una mañana de contemplar, caminata, cascadas, riachuelos, puentes, verde, aromas, aves que veo y las que no, un hermoso paisaje de cascada, hacemos una meditación, contacto, respiro, seguimos el camino, llegamos a un Cenote con ojos abiertos contemplamos el agua correr, nos inundamos de su sonido, el maestro nos habla sobre el bloque intacto, al regreso vemos un mono araña, un par de cotorros que repiten claramente la misma palabra en español, un loro más grande camuflajeado en el árbol. Regresamos justo para el desayuno, al terminar me acerco al maestro para preguntar el plan de la tarde, esperando que nos diera horas para la recreación, imaginándome nuevamente bañándome en la cascada, pero la respuesta fue, examen, ¿pero examen? ¿Si había dicho que sería un par de días después? No fue así, nadie se tensaría antes, sino casi inmediato, jajaja. Tuvimos una charla preparatoria e informativa para todos, con muchos recordatorios. La lluvia cayó intensamente a media charla, se terminó y fue momento para comenzar con el examen. El sol salió con todo lo que pudo. Anilu paso primero, hizo los movimientos a su modo, después Juan. Para este momento el sudor y el bloqueador que me había puesto no fueron la
combinación perfecta, casi no podía ver y miraba prácticamente los pies de Juan mientras seguía lo movimientos, hasta que llegó uno muy peculiar: la justicia, un movimiento muy corto, que al mirar su cara casi no podía aguantar soltar una carcajada, me aguante por respeto, pero no pude más hasta el árbol. ¡Qué árbol! Doloroso, y todos sobre una silla, ya esperaba los golpes del maestro, y solo esperaba no caer de la silla por desequilibrio, lo sentí largo y cansado, pero liberador, transformador como solo el árbol lo logra. Cayó una lluvia refrescante antes de terminar, el maestro paso y dijo pídanle a los dioses que pare la lluvia para que termine el examen. Después de decir, por favor Chaac, paró la lluvia, ¡sorprendente!, todos felices, renovados y con nuevos integrantes en la familia. Días 4, 5, 6 y 7 Palenque, lagunas de agua azul, San Cristóbal de las Casas. Estos días los sentí más cortos, ya había estado en Palenque y no lo recordaba hasta que Ili me lo recordó, lo cual me hizo llegar a la conclusión de que he viajado tanto junto con el maestro que debería empezar a llevar un registro. Las Lagunas de Agua Azul ahora si tenían agua azul, fascinante como las había imaginado toda mi vida, pude darme un chapuzón en sus aguas azules, cristalinas y puras. Después de estas pequeñas y hermosas paradas el viaje a SCDLC fue más llevadero, con la música de Luis Miguel, casi no pude dormir, pero pude contemplar el paisaje entre topes y curvas.
Las siguientes prácticas en la terraza del hotel fueron maravillosas, sin bambú, con la vista 360 grados, entre techos de tejas, iglesias y montañas, el sol naciendo entre el frío pero con el calor energizante de la práctica. Pudimos tener el momento esperado de las terapias con las manos mágicas de AIM. Adelantamos el vuelo, cambios inesperados, pero ante de irnos de Chiapas conocimos un zoológico maravilloso, con áreas a mejorar, pero sin duda vida salvaje: por fin conocí al tapir, escuche a los monos aullar, vi mapaches, la martucha, águilas, tanto y tanto, que me faltaron sentidos para impregnarme de todo, felicidad absoluta nuevamente, ahora si, vayamos a la CDMX.
Días 8, 9, 10 y 11 Hicimos el tour de aves en CU UNAM, Veterinaria, espacio Escultórico, Jardín Botánico, comenzó la búsqueda del cacomixtle y el tlacuache. En el mismo día fuimos al jardín botánico de Chapultepe. Al siguiente día tuvimos terapias y seguimos en la búsqueda cacomixtle y tlacuache, comimos los deliciosos tacos de mal por taco con nuestro amigo Toño, Ili, Glenn y Juan, conocimos a personas felices pos terapia y me dió mucho gusto coincidir con Isis la hija de Serafín. Participamos en el taller “del caos al equilibrio” con antenas y movimientos suaves y energizantes, aprendiendo técnicas sencillas y poderosas. Nos desvelamos en la búsqueda del tlacuache, que al final resulto ser Cacomixtle. Ahí conocimos a José Luis que ha tenido un acercamiento con ellos y a quien espero visitar frecuentemente. Como dice el maestro, nos
hartamos de cacomixtles, entre videos, fotos y solo verlos y escucharlos; pequeños, curiosos y escurridizos, amantes de las cosas dulces. Terminamos cerca de la media noche, ya cansados y extasiados. Solo podíamos saltar una reja o pasarla debajo para no caminar por treinta minutos, ahí me di cuenta de la importancia de la tablita. El maestro paso por debajo sin pegarse al suelo y casi con un movimiento de ninja con los dedos, mientras yo pase panza abajo como gusano. Apenas y desperté para ir a practicar a viveros, entre tanto bullicio de corredores poco a poco fue quedando la calma. A mitad de la práctica noté que uno de mis más apreciados amigos había asistido junto a su novia y su tía, que bonita sorpresa, pero no paramos con eso, pues hubo un manto de protección y conexión espiritual con todos y mi maestro, de esas cosas que resulta complicado explicar… Aquí concluye toda esta mágica aventura donde mi gran apreciado amigo Toño ha sido participe. Recuerdo aquella vez que lo conocí, que con abrazos y lágrimas de conmoción compartimos una convivencia en Tenerife, donde pude ver la calidad de humano y la esencia de su Ser. Me impactó sobre todo que ese gran hombre alto, fuerte y de voz grave tuviera tan enorme corazón, al que de vez en cuando le digo corazón con patas. Recuerdo que antes de irme le obsequié un peso, como símbolo de invitación a México. Poder ver su caminar a lo largo de siete años, compartir con él a la
distancia y en presencia, y ahora que estuvo con nosotros fue un regalo maravilloso, un sueño hecho realidad. Gracias Toño por todo lo que me has aportado. Gracias a todos mis hermanos de México, por su apoyo, por su entrega y dedicación, cada uno importante en el camino, y a mi maestro quien me enseñó tanto y tanto, que muchas cosas no se pueden escribir, describir o pronunciar, a mis hermanos y la maestra María, con quien a la distancia me sentí unida en la fuerza Yug Do.
DESPUÉS… Realmente el después se sigue escribiendo, y viviendo, aprendiendo a utilizar las dos alas, siendo como el papamoscas cardenalito que en medio del tráfico, del ir y venir de las personas, no pierde su centro y hace lo que tiene que hacer, y aun así saca el pecho, posa y brilla con su mágico tono rojo. Hasta entonces seguimos caminado.
TAI
Perla Palma
Estamos de viaje con la familia por Ciudad Real. Hemos venido a visitar y compartir con una hermana que lleva aproximadamente 3 meses realizando un proceso en Comunidad. Hasta ahora nada ha salido especialmente como en un principio habíamos programado. Es natural y a eso hemos venido también, a adaptarnos. Ayer con esto del Carnaval se colapsó durante horas las calles de Tomelloso, así que dedicamos la tarde a conocer el lugar y a hacer prácticas con la cámara que el Estimado Cinturón Dorado ha tenido a bien prestarme. También a disfrutar de cómo se viven estas fiestas aquí, de una forma diferente a lo acostumbrado. Qué bueno salirse de los decorados y de todo lo conocido para contrastar…! El gran día es hoy! Recogemos a mi hermana más tarde de lo que sería deseable para venirnos a pasar el día juntos en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, un ecosistema palustre en medio de las llanuras de la Mancha. Uno de los humedales más grandes de España y un lugar bien especial para observar aves o descubrir ecosistemas muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. Las tablas son cursos de agua que se han desbordado y ensanchado debido a la falta de pendiente en el curso de uno o más ríos. Parecen lagos o pantanos. Este en concreto es uno de los últimos reductos de este tipo que quedan en España y Europa, y coincide con el lugar de nacimiento de dos ríos el Cigüela y el Guadiana que
desemboca en Andalucía, entre Huelva y Portugal, e incluye al Coto de Doñana, otro gran Parque Nacional de los 15 que hay en España. Por cierto, 4 de ellos están en Canarias, para el que no las conozca. Tras un breve periodo en el Centro de Visitantes del parque observando el museo y exposición sobre la vida que acoge el lugar nos disponemos a iniciar una ruta circular conocida como la isla del pan, y que yo me he permitido bautizar cómo isla del pan “amarillo” observando las fotos e imaginando los pastizales secos del lugar. Se trata de un conjunto de pasarelas de madera que se adentran en el parque saltando de una isla a otra… cuando hay agua. Iniciamos el sendero en dirección contraria y saliéndonos pronto de las señalizaciones comunes. Aprovecho que mi hermana viene con ganas de contar toda su experiencia a mi mujer, para acercarme más a las aves. Lo que me llama la atención desde que estamos en el parque es el sonido del canto de las grullas comunes (Grus grus) en pleno vuelo, lo que me conecta con la forma de la grulla del Cinto Rojo y el elemento
aire cielo que aquí se respira, al mismo tiempo que en igual medida se respira la conexión con la tierra. Seca y polvorienta…! <<Volar en el cielo pero con los pies bien en la tierra>> Las aves deben estar en época de freza, al menos las grullas, por qué no paran de llamar, tanto posadas entre los carrizos imposibles de fotografiar, como en las alturas. Me llama también la atención la gran confianza de las urracas y otra sabes acostumbradas a la cercanía del ser humano. Tomamos pronto un camino surcado por huellas de neumáticos. Buscamos encontrar algún curso de agua. El paisaje es bien seco, la laguna está árida en esta época, y en este año. Tras una hora y media de recorrido y observación me percato de que, con lo poco que ha llovido, el fondo está tan seco qué es será difícil encontrar cualquier zona con agua, así que lo que estamos haciendo es rodear todas las islas del pan por fuera caminando entre cerrillos y panascos en enormes Carrizales salpicados a veces por grupos de Eneas. Desde lejos vemos grupos de cientos de grullas posadas que levantan el vuelo al insinuar cualquier acercamiento a menos de unos 500 metros. No es nada fácil sacarles una foto en estas circunstancias y también porque tienden a volar muy alto… Así tiene que hacer la grulla, volar muy alto.
Intentamos cruzar los carrizales hacia una cabaña que hemos visto desde lejos hace un rato en una de las islas, pero está tan tupido, homogéneo y ancho el anillo de carrizos que nos resulta imposible. Así que, dejando salir algún que otro improperio, toca modificarse y volver sobre nuestros pasos. Detalles que seguir trabajando… Hace tanto sol que sin gorras nos estamos poniendo realmente amarillos, pero de tostados! Me sorprende la orientación de mi hijo Wladimiro a la vuelta, qué decide explorar un pequeño camino entre carrizos hasta que finalmente topamos con una isla y subimos regresando al sendero de tablas de madera marcado. Me recordó el confiar y caminar con serenidad y sin miedo. La verdad es que aprende uno mucho en estos paseos. Una vez descansando en la cabaña de madera hacemos bromas acerca de lo que han sido estás poco más de 2 horas de caminata sin prácticamente parar. Desde luego todos
estamos más relajados ahora aunque más que venir a ver las islas del pan “amarillo”, nos hemos puesto amarillo- tostado en el desierto del pan...!! Reímos un rato y, ya más distendidos y conectados los unos con los otros, volvemos de regreso por los puentes de madera disfrutando ahora sí de aves, insectos, agua y diferentes tipos de vegetación, lo que nos prepara para pasar una bella tarde juntos comiendo, paseando, y disfrutando de un alegre compartir… …Nada es por nada, o sea, todo es por algo. Y en este caso la mente ha estado muchos momentos en silencio. Un abrazo.
TAI
Eugenio Pareja
Simplemente puedo decir que fue increíble la experiencia en México. Aunque pudiera escribirlo todo, solo se puede describir con imágenes lo que viví. Fueron tantas vivencias y experiencias que podría estar escribiendo un largo libro. Por tanto, haré una breve síntesis de lo vivido. Lo primero fue el encuentro con mi estimado Maestro, en el aeropuerto de Madrid. Me impactó la alegría que desprendía en la cola de embarque. Era como si hubiera rejuvenecido. Lo vi como un chaval. Él estaba tomándose un té, con su brazo vendado, pero aún así dado a servir. Nos abrazamos, y nos embarcamos. Después de eso, estuvimos todo un día viajando con ilusión y alegría. Tranquilos, vimos películas y comimos algo de una comida escasa pero suficiente para pasar el momento. Yo observaba cómo él movía continuamente su mano, intuyo que lo hacía para que no se inflamara y la recuperación fuese acelerada. Ya en México nos recibieron Serafín y Perla. Ellos estaban siempre con sus hermosas sonrisas y tan confortables abrazos. Me detengo aquí, en estos dos seres maravillosos. Con Serafín comparto habitación. Para mí fue un honor compartir con él. Charlábamos mucho sobre el Yug-Do, astrología y, sobre todo, en la figura del Maestro. Escucharlo me apasionaba. Él siempre está en un tono sereno y sencillo, con ganas de transmitir su sentir en tantos años de camino. Aprendí muchísimas cosas, pero me quedo con su devoción y entrega al maestro y la obra. De mi querida Perlita, solo tengo palabras de agradecimiento. Cumplí con mi compromiso de devolverle la visita, la cual hice hace siete años. Es admirable su entrega y buen hacer para con el maestro y la obra. Siempre está pendiente de servir, de ayudar y
de cooperar. La observaba y aprendía con sus detalles. Ella procuraba que nos sintiéramos bien, estuviéramos contentos y disfrutando cada instante. Para mí es un ejemplo, tal como lo es Serafín. Y por eso, gracias, gracias, gracias. Al día siguiente llegaron más encuentros. En el aeropuerto rumbo a Chiapas, aparecen Maru, a la que recogimos antes de marchar. Ella es otra guerrera. Me maravilló su dulzura y su gran corazón. Conecté enseguida, me mostró su sencillez y su disposición para que yo disfrutara. Muchísimas gracias Maru por Ser. Partimos rumbo a Chiapas. Los siguientes que llegaron son los guerreros de Morelia. ¡Qué gente más bella! Mi tocayo, Toño, me saluda con una sonrisa y gran abrazo que me hace sentir en casa. Guillermo y Katy son una hermosa pareja. Gente simple, humilde y alegre, que se dejan querer y dispuestos a hacerme sentir apreciado y querido. La bella Antonieta, siempre con su sonrisa en su rostro, me comparte su pasión por los bailes latinos y, ¡claro!, enseguida conecto porque esa es otra de mis pasiones. Gracias, gracias, gracias, Morelia bella. Nos subimos en un furgón y partimos al encuentro de más guerreros. Ese encuentro se genera en una gasolinera. Allí aparecen cuatro guerreros que no conocía. Pepe, un hombre con el que conecté. Me mostró su disposición en ayudarme a ver detalles de su México. Siempre se portó amable y pendiente de mis movimientos para ayudarme en lo que estuviera en su mano. Me regaló un sombrero para protegerme del sol, el cual viajará conmigo a partir de ahora y guardaré con mucho cariño. Gracias, Pepe.
Ani-luz. Anylu es una mujer de armas tomar. Es poderosa en presencia y esencia. Se encarga, junto a Pepe, de que tengamos una buena estancia y una gran alimentación. Gracias, Ani. Glenn es un canadiense salvaje. Ha sido un gran placer compartir con él. A pesar de que no dominaba el idioma, me resultaba muy fácil conversar con él. Él es un ser sencillo, salvaje y con un inmenso corazón, y quien siempre estuvo al pendiente de mí. También gracias, Glenn. Ilihutsy, ella es todo un amor. Una sex symbol. No sabe lo agradecido que le estoy por acogerme en su casa. Sentí que estaba en mi propia casa. Cuidaba todo detalle para que yo me sintiera cómodo. Ha sido todo un descubrimiento y regalo para mí. Gracias, Ilihutsy. Quería acordarme de Juan. ¡Qué gran chico! Te felicito Perla, así como a Ilihutsy, por elegir a estos dos seres. Juan también estuvo al pendiente de mi buen sentir, mostrándome detallitos de su país. Gracias, Juan. Además de Carolina. Ella es un ser libre, independiente y salvaje. Una chica que me encantó su energía, su sonrisa tierna y a la que animé a que se comprometería con la obra, porque vi su gran potencial y UE este es su camino. Gracias, Carolina. Y por último, mis palabras para mí estimado Maestro. Este viaje, junto a él, me mostró su inmensidad espiritual. Aquí me di cuenta de lo afortunado que soy de tener un maestro viviente como es él. Mi maestro es el Sol. Es nuestro Sol. Y descubrí el porqué de mi viaje a México. Me di cuenta que este es mi camino, que este es mi Maestro. Que solo a su lado puedo transformare. Solo tenía que observarlo. Cómo hacía y para qué lo hacía. El mensaje era la plena observación del Maestro. Muchísimas gracias, Maestro, por aceptarme como su discípulo.
Creo que esto es lo que tengo que compartir. Así lo siento. Lo demás está todo mostrado en imágenes. Solo puedo decir que México, a pesar del caos, hay un orden. La gente continúa con su vida, confiando en que todo mejore.
México es movimiento. Allí nada ni nadie se detiene. Volveré. ¡Viva México lindo! ¡Viva el Yug-Do! ¡Viva MI MAESTRO! ¡Vivan mis hermanos! Un abrazo.
TAI
J. Antonio Jorge
A menudo me propongo a hacer un escrito desde el corazón (o cualquier otra cosa) y luego lo pospongo hasta que la propuesta inicial se ha disuelto. Así sucede con las “buenas” intenciones y las “buenas” ideas. Ahora me pregunto ¿Por qué la propuesta, la energía potencial, llega a la posposición y muchas veces a la anulación? Más bien, será que toma otra forma, es decir, que se lo lleva el viento como comúnmente se dice. La cuestión es que esas ganas y esas ideas no se concretizan en un escrito como ahora lo estoy haciendo. Segura-mente ahí tiene que ver la mente que da vueltas y vueltas. Esa mente gira como un torbellino. Sin embargo, he sentido también la suave brisa de esa mente, un aire mucho más congruente con mi anhelo. Mantenerla más quieta por más tiempo y sobretodo tenerla mucho más compasión son objetivos todos los días. Iluminar la sombra es ser agradecida por la capacidad mental que tengo y la posibilidad de utilizar el cerebro para lo que ha sido diseñado y no corromperla. Así que aquí estamos en lo que estamos. Regresa Emily, regresa al propósito de esta oportunidad, lo cual requiere concentrarse. Reconozco que centrar la energía mental y dirigirla con mi voluntad es un trabajo amoroso a la que estoy dispuesta cuando me doy cuenta. La tendencia pendular de la dispersión-obsesión que el Estimado Maestro me ha ayudado a comprender al ponerlo en palabras es lo que me permite reconocerla. Las infinitas
distracciones que se hay entre estos dos extremos los tendré que comprender cada vez más como mis aliados en este entrenamiento vital. Verlos como enemigos no me ha ayudado en esta misión. Pero ahí vamos. Poner mi tren del pensamiento en un papel, verterlo y poderlo ver, es ciertamente revelador. Me revela aspectos de mis esquemas, de mis tendencias y de mi mundo de los sentimientos. Es un ejercicio, es un proceso, es una terapia, es una gran oportunidad que agradezco. Últimamente, me doy cuenta del juicio constante que sostengo hacía mi misma, acerca de lo que hago o de lo que no hago y por supuesto como lo hago. He sido muy dura conmigo desde hace mucho tiempo pero también hay suavidad. La magia de la práctica de Yug-Do hace lo suyo puliendo amablemente lo que hay. Seguimos adelante Guerreros de la Luz!
como
TAI
Emily Ann Fitz
Qué maravilloso es poder adentrarse en la selva: en el espacio mágico de criaturas salvajes que se rodean de una flora hecha a su medida, exuberante, grandiosa, pluriforme y, por momentos, cerrada a los rayos del sol y posiblemente al impacto del humano. Allí conviven sabiamente lenguajes ancestrales, sonidos armónicos y cadenciosos junto a rugidos salvajes, aromas sutiles a la vez que hedientos. Cada hoja tiene su comensal, cada rincón alberga la guarida de un habitante a veces solitario a veces en grupo. Da lo mismo la ubicación: sea un arbusto, la rama de un árbol o el envés de una hoja. Ahí es donde impera la ley de la convivencia y no se distingue el límite entre el Cielo y la Tierra. Todo es perfectamente armónico. Desde el más minúsculo ser vivo hasta el mamífero más imponente, desde la suavidad de una hoja húmeda por el rocío hasta el desgarro de unos colmillos hambrientos, desde la biodiversidad microscópica que habita en el humus hasta la hoja más alta y más grande del árbol más alto y más grande. Todo tiene su espacio, su orden, su equilibrio y su saber estar. Es en los bosques donde también habita la divinidad y se deja sentir el pulso de la vida. Aquí no descansa, y el ejemplo vivo está presente. El bosque es el pulmón de nuestros sueños, nuestra posibilidad infinita del Todo y de la Nada, porque está
lejos del bien y del mal. Allí la dualidad vive en el Tao todo es presente. Y yo tengo la suerte de poder apreciarlo desde lejos. Con las imágenes mi mente me da ese poder de disfrutarlo sin conocerlo, y luego puedo darle valores humanos a mi percepción. Qué importante es la comunicación, qué importante es que el Maestro nos sirva de unión y de guía.
Gracias, hermano bosque. Gracias, México. Gracias, Ecuador. Gracias, Maestro.
TAI
Maite Belaza
TRATAMIENTO NATURAL PARA LA PIEL CREMA DE CALÉNDULA La caléndula, como planta medicinal, tiene infinidad de usos: ayuda a combatir las quemaduras, golpes, acelera los procesos de cicatrización y cualquier afección cutánea. Pero sobre todo se utiliza como remedio externo en forma de infusiones, tinturas y pomadas para tratar la dermatitis y el eccema.
Ingredientes: 1 litro de aceite de oliva (si es virgen mejor). 100 gramos de pétalos de caléndula (Calendula officinalis). 125 gr de cera de abeja.
Los pétalos de caléndula se dejan macerar en el aceite durante 40 días. Se caliente la cera de abeja al baño maría. Se cuelan las flores y se calienta el aceite. Cuando el aceite y la cera están a unos 70ºC se mezclan bien. Revolver y mezclar, hasta el punto en que se espese un poco. Recomendaciones: Tener los botes preparados para guardar. Mejor en lugar seco y en oscuridad. Se puede guardar en el frigorífico.
¡¡A Disfrutar de una sensación y propiedades muy especiales!!
TAI
ANÓNIMO
Cursos de Acupuntura CUÁNTICA, Yoga, Astrología Psicológica, Yug-do y Terapias naturales. Seminario y prácticas en la Naturaleza. Terapias personales, Prácticas diarias de Yugdo; lunes, martes y miércoles, y compartir con la Escuela de Cintos Negros.
Terapias personales en Barcelona, Pineda de Mar y Vich.
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Siguen las prácticas y actividades regulares y se va preparando el gran Encuentro de junio para celebrar el Solsticio de verano con la presencia del Maestro... Siempre en lugares naturales de ensueño. Todavía disfrutando de la gran experiencia vivida y reorientando los siguientes proyectos. Felicidades a los nuevos Cintas Negras Anilu y Juan.Próximo encuentro en septiembre.
Domingo 15 de Marzo Tema: NUTRICIÓN Y SALUD
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