El Toro de mayo pasta solo en la pradera infinita. Es un mayo muy especial. En plena pandemia mundial, el signo de Tauro y su amor por la naturaleza queda confinado a la observación prudente y medida. Por otro lado, Tauro también representa esa especial afección por el hogar, la casa, lo propio e incluso lo íntimo. La perspectiva de esta primavera es el renacimiento interior, la capacidad humana para, en tiempos de crisis, ponerse creativos y la posibilidad de consolidar los lazos de cariño verdaderos. Una crisis de tal medida, con confinamientos y asilamientos, ha despertado la necesidad imperiosa del abrazo, de los valores esenciales y olvidados. Nos hemos dado cuenta en carne propia, o en una muy cercana, de lo que podemos perder, de lo que de verdad es importante. El Toro de mayo pasta tranquilo en compañía de los suyos, de los propios, de aquellos que no fallan a la hora de la verdad. Hoy veo aves desde mi ventana, he puesto comederos en mis terrazas y ventanas, los he llamado con alpiste y arroz, y ellos, los ángeles con plumas, nunca fallan… Yug es también el símbolo de la casa original, y DO, el camino, no el camino como la propuesta de llegar a alguna parte, sino el espacio vivo, debajo de nuestros propios pies. El Tao, el Yug, la Tau, como letra cabalista,
nos remite una y otra vez al mundo tal y como es, a las cosas tal y como son. Está claro que nuestro sufrimiento es la no aceptación de la realidad. Y entiendan que aceptación nada tiene que ver con resignación. Aceptar es reconocer con claridad lo que está sucediendo, el estado de las cosas, y desde ahí iniciar el proceso del avance, del seguir, de tomar la dirección apropiada. Yug-Do para hoy es el HOY disfrutado, sentido, como algo único. Ver en este mes de plan primavera cómo los pájaros van sacando adelante su nidada, ver jugar a los niños, compartir con los abuelos, ver en el hogar de mayo no una prisión, no un confinamiento, sino un verdadero hogar, un fuego alquímico donde se debe fraguar la nueva sociedad, la nueva humanidad. La familia es la célula de una cultura, de una civilización, y si esa célula está enferma, la totalidad también lo está. Ahora toca volver a revisar lo pequeño, lo simple y las maravillas de lo cercano: algo así como el mundo mágico de la macro fotografía que nos permite descubrir universos desconocidos, en lo infinitamente pequeño, en lo minúsculo, en lo sutil. En una foto macro podemos observar diseños increíbles, texturas insólitas en algo tan
común como el trapo de cocina, las alas de un insecto, una pequeña planta en una maceta, una gota de rocío, el reflejo de la luz en un cuadro. Hay infinidad de mundos, pero están en este. El mundo Yug-Do a mayo del 2020 es hermoso, tranquilo, creativo, y lleno de oportunidades maravillosas. El bambú, una vez más, revela su enseñanza: flexionarse y nunca romperse. Tal como el agua, filtrarse, evaporarse, pero jamás detenerse. Y todo esto, mientras estamos descubriendo que lo que está ocurriendo, dentro y fuera de cada uno de nosotros, es excepcional, pero al mismo tiempo, normal y corriente. Son los tiempos de mirar de otra manera, de valorar otras cosas, de abandonar los deseos del ayer y encontrar las posibilidades infinitas del ahora. Quizás nunca hubiéramos pensado, hace unos años, que la humanidad entera, o la mayor parte de ella, fuera enviada a casa. De hecho, siempre pensamos que había muchas humanidades: gente diferente, pueblos distintos, pero ahora Plutón, y su revolución de conciencias, expresa la liberación de la gran Serpiente Enroscada, y vemos que asiáticos, europeos, africanos, americanos y australianos, somos esencialmente iguales. Nosotros tenemos más en común que en diferencia, y que nuestras diferencias de aspecto y cultura son solo regalos de la diversidad para enriquecernos todos, no para que nadie se sienta más o menos que los otros… “La hierba no crece más verde en el jardín de enfrente”. Se acabaron los mitos de culturas lejanas y sabias, o del valor en exclusiva de un tipo de conocimiento, como el científico. La ciencia no se ocupa de la verdad, solo de
explicar de un solo modo racional la realidad, pero hay otros… En fin, en una era del SABER, donde toda la información disponible debe de ser actualizada y pasada por una conciencia global, nos toca revisar. Hay que revisar todo: cada concepto, cada palabra, cada creencia y cada teoría. No es momento para la fe ciega, ni para el dogmatismo, ni religioso, ni científico. Hay que ser humildes y experimentar, sacar más conclusiones, y no quedarnos solo en las estadísticas, o los resultados mayoritarios. Resulta que también es muy interesante estudiar y averiguar sobre las excepciones, la divergencia y lo que desafía el estatus quo. Hay que abrir la mano, y hay que abrir la mente. El Toro de Tauro y de mayo exige un nuevo desafío. La paz no es pasividad, es la revisión y el equilibrio constante. Adelante mayo…
TAI AIM
ANTONIO IBORRA
Una promesa es un contrato, un compromiso, un anillo que te ata a la palabra dada, a tu verbo. El origen de la promesa es el mismo Prometeo, el Titán, quien alcanzó la inmortalidad a través de su sacrificio personal, al robar el fuego del Olimpo (del carro de Helios) y ofrecérselo a los humanos. Con el fuego, no solo les permitió calentarse y hacer otros sacrificios, sino que les regaló la conciencia espiritual. Según el mito, los hombres fueron creados por el mismo Prometeo con barro y agua, pero viendo éste que el humano era solo una bestia destinada a la muerte, le quiso otorgar una cualidad de los propios dioses, la inmortalidad, simbolizada por el fuego. Cuando Zeus se da cuenta hace arrestar a Prometeo y lo cuelga boca abajo en las montañas del Cáucaso, enviando a un águila a que lo atormente comiéndole el hígado. Sin embargo el hígado de Prometeo se regeneraba cada noche, y así fue devorado cada día por más de treinta años… Al final, Heráclito (o Hércules) mientras está realizando sus famosas 12 pruebas, decide liberar a Prometeo de su encadenamiento. A cambio, éste le ayuda a superar la prueba del jardín de las hespérides.
Zeus lo permite, porque al final Heráclito es su propio hijo, y ha sido ayudado por Prometeo. A su vez, por su entrega y abnegación, le ofrece a Prometeo la inmortalidad mientras se queda en él el anillo de las cadenas, que será el símbolo del compromiso. Una cadena puede atar, y un anillo, liberar… El poder del compromiso, de la promesa, de los prometidos y de sus anillos son símbolos de la libertad del sacrificio, de la libertad de la entrega, de ser capaz de renunciar a falsas libertades a cambio de conquistar la única libertad real. Para ello es necesario, como indica la propia visión del mito, ser colgado boca abajo y alcanzar otra visión y percepción de las cosas. Para un chico joven el casarse, tener hijos o hasta la responsabilidad de cuidar toda la vida de un perro pueden parecer elementos que te quitan libertad individual. Es esa la razón por la que la humanidad actual, aún joven en su evolución, parece huir de los compromisos. Lo que el joven entiende por “libertad” es libertinaje, hacer lo que le da la gana, no someterse a reglas ni normas de ningún tipo, y explorar libremente. Cuando el ser humano madura está listo para recibir el fuego de Prometeo, un fuego que proviene de un gran sacrificio y nos muestra el Camino para la auténtica libertad. Solo el ecosistema es libre, aunque a su vez está “atado” a sus propias leyes. Todos los elementos, o individuos de ese ecosistema, están atados a las reglas del ecosistema, clima, cambios geológicos, cadenas tróficas, etc. Así que la libertad individual es una quimera. El precio que pagamos por descubrirlo puede ser muy alto: frustración, dolor o rabia. El sabio ya ha descubierto que con la naturaleza, que es la Inteligencia del Ecosistema, solo se puede ser obediente o sufrir.
Las leyes sociales, humanas, o culturales no siguen patrones muy distintos: en un bosque impera la Ley de la Selva, y en una ciudad, la Ley de la ciudad. El verdadero sentido de lo Sagrado, de lo Sacro, de lo Secreto, de hecho, el Gran Secreto, es que Todo es Uno. Nuestros sentidos y estado de conciencia nos ponen en contacto con la diversidad: no vemos ni oímos la unidad. Solo vemos cambio y más cambio, y que no hay dos gotas iguales, ni dos hojas iguales, todo es simplemente distinto. Por eso el UNO, la unidad subyacente a la diversidad, el Origen y el Fin de todo lo cambiante y diverso, está velado. No podemos con la mente (las espadas) captarlo, ni entenderlo, porque está más allá de la razón y la lógica. Los sentimientos (las copas) nos acercan un poco más. Podemos sentir, y presentir, que hay algo más, algo que se escapa al entendimiento, a la razón y a la percepción. Eso es el fuego, el amor, que nos hace ver con los ojos del corazón que todo está conectado, que todo forma parte de un plan único, que no hace falta que lo entendamos con la lógica, que la devoción y el amor nos ofrecen una certeza de primera mano. La experiencia religiosa humana, del latín re-ligare, re-unir, reconectar, siempre ha estado ligada al Sacrificio de Prometeo, al Fuego Serpentino. Sacro- Oficio, oficio o profesión de lo sagrado, de lo secreto. El verdadero sacrificio no viene de ninguna víctima, sino de una visión más profunda y global. A veces el individuo entrega su vida para salvar al conjunto. Como individuos, todos perecemos más tarde o temprano, pero la promesa del Fuego es la inmortalidad de la esencia. El cumplir con el Sagrado Deber, a veces implica asumir sufrimientos, encierros y hasta martirios, pero si es auténtico, siempre se vive con gran Paz.
Todos, en pequeña escala, debemos honrar el papel del sacrificio en nuestra vida. A veces quieres hacer algo que te apetece, pero tienes que sacrificar tu apetencia, en nombre del deber. Detrás de los pequeños y grandes sacrificios siempre está la promesa, el regalo de Prometeo, el fuego de la inmortalidad. En el acto sublime del Titán, al final todos ganaron. Prometeo alcanzó la divinización y el hombre, su esencia espiritual, que de hecho, es también inmortal. El mito es profundamente Neptuniano: se trata del amor en versión Ágape, universal. La supremacía de la comunidad, en vez del individuo disociado. Todos tenemos ese impulso en las profundidades de nuestra psiquis, y lo podemos reconocer como el impulso a “pertenecer a…” un grupo, escuela, club, partido, idea, sentimiento, religión, afición, familia, etc. En realidad, el mensaje de Prometeo, su anillo, su compromiso, y su fuego espiritual, no anula la percepción de uno mismo como individuo, distinto y separado. Sin embargo, si nos enseña a ubicar a ese individuo, separado y de características únicas y distintas en un plan mayor, es decir, ofrece un orden interior, donde la diferencia tiene un maravilloso propósito de servicio al resto de la comunidad. Para ir más allá de la prisión del ego, disfrazada de libertad, debemos usar siempre al elemento fuego. Neptuno, Poseidón y Prometeo son símbolos del amor universal, de aquello a lo que solo podemos acceder desde la entrega personal, el compromiso y la devoción inteligente.
TAI AIM
Estuve tentado a colocar la palabra “suave”, en vez de “débil”, justamente debido a la connotación un tanto negativa de la idea de debilidad. Parece que al ego le gusta más lo “fuerte”, aunque sea una “fuerza interior” o “suave”. Por eso elijo conscientemente la expresión DÉBIL. Nuestro ego es, en realidad, una gran ilusión de débil fuerza, que constantemente busca hacerse fuerte con el control, con el dominio, con el adiestramiento, con la inteligencia y con la búsqueda de seguridad y ventaja. Así actuamos haciendo “fuerza” fuerte con nuestra personalidad para ser “alguien” en la vida, para conquistar un puesto de trabajo, una posición social, económica, lograr una salud fuerte o ser los mejores en algo. En la comparación y en la competitividad, tan aceptadas socialmente, encontramos la búsqueda de la creación de un ego fuerte. Lo mismo pasa en el mundo del arte: se celebra al “gran artista”; en el conocimiento tenemos al “gran doctor”; en las artes marciales a “el gran Sifu” o “el gran Sensei”. En el Yoga buscamos la “mejor” certificación. Los mejores avales en nuestras vidas son los títulos y los diplomas que “demuestren” que somos alguien. En el mundo llamado falsamente espiritual sucede algo similar: el prelado de mayor rango, la mayor escala honorífica, el “más”, el “súper más” y el “manda más” en cualquier cosa. Así que buscamos la fuerza fuerte porque padecemos de inseguridad crónica, y
necesitamos que alguien diga o reconozca que somos alguien o valemos algo. La frase “Dime cuánto tienes y te diré lo que vales” habla por sí sola. A veces con tener mucho dinero o poder es suficiente. Los títulos y los honores también se pueden comprar. Por su parte, el “fuego” espiritual es una fuerza débil, muy tenue, muy suave, muy discreta, como una pequeña velita en una gran cueva, en una gran oscuridad. Pero toda la cantidad inmensa de negrura oscura no puede apagar a la simple vela… Yug-Do es una expresión honesta del Camino espiritual: no es gimnasia, ni filosofía, ni religión, ni ciencia. Es sencillamente el cultivo de la pequeña luz que un día se reconocerá en la Gran Luz. La práctica de Yug-Do no es complicada: simplemente hay que estar ahí, en el Dojo, en presencia del Maestro y sintonizarse. Eso es todo. No se requiere lucimiento individual, ni sobresalir, ni compararse, ni competir. No hay competiciones de YugDo. La presencia viva del Maestro te inspira, luego te dispones, y poco a poco dejas que el cuerpo siga los movimientos, sin análisis, ni razonamiento, de forma inocente. La práctica es una ceremonia viva o un momento singular que te conduce del tiempo al no tiempo. Luego quizás quieras entender qué es lo que ha pasado, pero
eso es simplemente una vez más el ego, buscando lo “fuerte”, forzando el entendimiento… Sakyamuni, el Buda en su último discurso en la montaña. Había miles y miles de participantes, unos lejos, otros cerca, y ellos estaban acostumbrados a que el Buda llegara y hablara, a que diera su sermón como cada mañana. Pero ese día fue diferente. Buda estaba ahí, los miraba. Todos esperaban, pero Buda los miraba. Pasaron los minutos, los de lejos se preguntaban qué estaba pasando. (¿Se habría roto el micrófono?, ja, ja, ja.) Los de cerca estaban aún más desconcertados. La espera era tensa, de hecho era “fuerte”. Por fin, Buda se agachó y tomó una flor. Él estaba contemplando la flor. Miró a las masas, a los asistentes: solo uno sonreía abierta y alegremente. Era Ananda, un discípulo. Finalmente Sakyamuni habló, y habló directamente para Ananda. “Solo tú has comprendido”. En ese momento nació el Zen. Todavía hoy, 2500 años después, los eruditos budistas estudian esta situación, este preciso momento de la historia. Sin embargo, los Maestros Zen, por generaciones y generaciones de patriarcas, se han limitado a sentarse en silencio y sonreír. De hecho la sonrisa ni siquiera es necesaria, ya que cuando ocurre viene de adentro, es espontánea, no es una máscara, no es un protocolo, no es un proceso, y no es parte del ritual. En el Zen, el ritual de todas las religiones del mundo ha alcanzado su mínima expresión, su máxima esencialidad.
-Maestro, ¿qué es el Zen?, “El Zen es Zazen”, dijo el maestro. -¿Qué es el Zazen, Maestro?, “Zazen es sentarse”, dijo el maestro. -¿Para qué sirve el Zazen, Maestro?, “Para nada”, dijo el maestro. -Y entonces, ¿por qué practicarlo?, “No hay ningún por qué”, dijo el maestro. -Es que me siento mal, Maestro, he practicado muchas cosas: Yoga, Tai-chi, Yug-Do y Sufismo, pero sigo igual… ¿El Zazen me ayudará a sentirme mejor?, “Te sientes mal a causa de tus múltiples deseos, desear hacer Zazen es un deseo más, no cambiará nada”, dijo el maestro. -Pero, ¿practico, o no?, “Un hombre lleno de una gran necesidad viajó a los confines de la tierra, practicó las 10.000 técnicas, y los doce métodos, buscó a todos los sabios, caminó, probó, y caminó más, y volvió a probar, así lo hizo durante nueve años. Un día perdió toda esperanza, y se sentó bajo un árbol. Hacía sol, estaba cansado y harto. Y ahí sentado apareció la dicha suprema. Le llamaron el Buda…”, dijo el maestro.
-Si me siento y me quedo quieto, ¿alcanzaré la iluminación?, “El hombre estaba cansado y harto de buscar fuera, abandonó toda esperanza, se rindió, dejó de desear. TODO ESTABA AHÍ”, dijo el maestro. -¿Se puede practicar Zazen de pie? El Maestro sonríe. Dice: “¿Te puedes sentar de pie?”. El alumno no entiende nada. Pero no hay prisa… La Fuerza Débil es confiar en lo tranquilo, en lo ordinario, en lo sencillo. Un jardinero siembra una semilla, cava la tierra, la tapa, la riega, luego sigue adelante, no se queda ahí esperando. La semilla quizás germine. Quizás no, pero eso no está en su mano. Él siembra miles de semillas, sembrar está en su mano: la cosecha no. Es bueno observar la complicación que sostenemos, luego hay que soltarla, hacer espacio. “Débil” es sin pretensiones, con atención aguda y sutil. Si te hablo débilmente, si no grito, tendrás que prestar y focalizar bien la atención. El mundo está lleno de señales, antes que un ciclón aparece una muy suave brisa. Antes del aguacero hay nubes y llovizna. El CHI, como la pequeña llama del fuego espiritual, es frágil como las alas de la mariposa. Si violentas al chi te enfermarás. No violentes nada, no te violentes a ti mismo. La paciencia es confianza. Si trabajas con tranquilidad y con pleno compromiso, las semillas están plantadas: mañana la cosecha llegará sola.
TAI
AIM
Cada día hay muertes, muchas muertes, pero todavía hay más vidas, más nacimientos, más principios y más inicios. La muerte es el final. Cierto que todo cambia, todo muere, todo nace, y luego vuelve a morir. La energía no desaparece, solo cambia de frecuencia. Pero en nuestra vida individual humana, la muerte, propia o de los seres queridos, nos confronta con el dolor sordo e implacable de la muerte. No es nada nuevo: es algo que todos sabemos, no es un tema de conversación de café, no parece el asunto para una tertulia divertida. Sin embargo, Hades, el dios de la muerte, el Invisible, nos acompaña siempre. La existencia es eterna: contiene las burbujas del tiempo, los ciclos de temporalidad, con sus inicios y finales. Es como una moneda de dos caras: vida y muerte, expansión y contracción, inicio y final. Nos encantan los inicios, nos mueven la esperanza, los deseos, y los sueños, pero tememos a los finales. El día nace cada amanecer, desaparece en cada
noche. Hay fases de conciencia, luego inconsciencia; momentos lúcidos, luego estamos dormidos e incluso cuando estamos durmiendo, hay fases de sueño, y otras sin sueño. Nacemos cada vez que recuperamos la conciencia, morimos, cuando perdemos la conciencia. Morir es dormir sin sueños, en una nada plácida, sin perturbación, una fusión con el Uno no diferenciado. El Uno dormido, inconsciente e indiferenciado nace con cada vida individual, despierta al movimiento, al cambio, a la experiencia y luego a la conciencia. Llevamos muriendo toda la vida: cada noche, cada vez que nos abandonamos y entregamos la conciencia a la anestesia total, al sueño profundo y sin sueños. Y gracias a eso no enloquecemos; gracias a eso, podemos asimilar lo vivido en un día o en una vida. Los sueños son un proceso de ordenamiento de información, de material, una valoración, luego hay una contracción más. Nada: silencio de órganos, silencio de mente, silencio de Silencio. Freud decía que el miedo del ego, la suma y esencia de todos los miedos es el miedo a Tanatos, la muerte. Pero, ¿qué puede ser el miedo a la muerte? Pues el miedo a lo desconocido. Sí, es cierto que somos atraídos y a la vez tememos lo desconocido. ¿De verdad tememos a lo desconocido? Quizás, en el fondo de los fondos, no tememos a lo desconocido, porque de hecho lo
desconocido es tremendamente atractivo. Aunque seamos adictos a lo conocido, al control, a repetir lo mismo y al placer, lo desconocido sigue siendo el aliciente más importante de la vida, Aunque sea descubrir de un modo distinto, asombroso lo más corriente del mundo, como una hoja o una nube, pero verla de forma distinta, descubrir algo nuevo, nunca visto, desconocido. Esa es la esencia del erotismo, de Eros, la otra parte de Tanatos. Ves una mujer, tiene vagina, como cualquier otra, mamas, como cualquier otra, un mamífero más, nada especial, pero en sus ojos, que en realidad son tan corrientes como cualquier otro, ves un mundo de posibilidades, y entonces las hormonas toman el mando y te vuelves loco por un rato. Y ella no solo es especial, es una diosa, un ángel, una puerta y un pasaporte al país de las maravillas, al menos hasta que pasa el efecto hormonal. Luego, siempre viene alguna factura que pagar… Esto es igual en hombres que en mujeres, gatos y gatas. Pero lo que te atrae y fascina es lo desconocido, y lo que acaba con la ilusión, es lo conocido, lo de siempre, la ausencia de misterio, así que no debe ser tan terrible lo desconocido.
No, lo que en realidad tememos, la raíz de nuestro miedo ancestral no es la muerte, ni lo desconocido. Es todo lo contario: tememos a la vida, y a una parte muy concreta de la vida, tememos al dolor, al golpe, físico y emocional, al sufrimiento infernal y sin compasión. Por eso las religiones que nos han vendido siempre los terrenos imaginarios, nos han prometido un terruño estupendo, en alguna nube, si nos portamos bien, y nos sometemos a sus normas, y cuotas, ¡claro! Y por otro lado nos han prevenido y amenazado con los infiernos, no con chicos malos de rojo y con cuernos, sino con ser quemados, con arder, con que nos hagan sufrir y nos torturen sin piedad, y además ¡para siempre! ¡Cualquiera no firma! Premios y amenazas son las señales de la manipulación, la estrategia de ventas, la mercadotecnia de los comerciantes de almas. Tememos al sufrimiento. Tememos a repetir todos los traumas y experiencias de dolor que guardamos en la memoria. Desde que nacimos, el dolor de caernos, de hacernos daño, de estar perdidos, de que mamá no venga a buscarnos, de ser abandonados, de no poder seguir con la chica o el chico que queremos, no volver a ver a nuestro padre, a nuestro hermano, o a nuestro hijo. Los dolores que no están en el recuerdo de nuestra propia biografía, los imaginamos, los hemos visto en la tele, y los leímos en los libros. Sentimos empatía por los dolores de otros, que no sabemos si seriamos capaces de soportar.
Todos, menos los psicópatas, que tienen un gen activado muy curioso y les libra de la empatía, pero no de su propia insatisfacción, ansiedad y locura. Tememos al dolor físico y emocional. Pero cada día podemos hacer algo con esto. Cada día podemos tomar un antídoto: dejar de temer al temor, de dejar la mente libre a sus delirios. Sujetar las riendas del caballo de la atención, y llevarlo al presente. Hoy es la muerte, y la muerte no duele. Quizás ahora hay dolor, pero puedes respirar, y la respiración natural reconforta y no duele, la brisa no duele, la conciencia en la que todo se proyecta es indolora. Siéntate cómodo y observa las tres cosas reales: el cuerpo, la mente y lo que te rodea ahora mismo. En la conciencia que ERES, puedes percibir sensaciones de dolor o tensión en el cuerpo, pero la conciencia que ERES no sufre. El dolor físico en la conciencia que ERES aparece, cambia y desaparece como las nubes en el cielo. La mente puede aparecer como pensamientos angustiosos, terribles, pero la conciencia que ERES y que se da cuenta de esto, no sufre, los pensamientos terribles o bonitos aparecen, cambian y desaparecen, como las imágenes en un espejo. La conciencia que ERES siempre es impoluta, no guarda memoria de placer o dolor, solo deja ir.
El mundo de ahora mismo, que se refleja y aparece en la conciencia que ERES, trae cosas como un coche pasando, el aroma de un incienso, frío o calor, pero la conciencia que ERES no es afectada por nada de eso. Las impresiones sensoriales, las sensaciones físicas, lo mismo que los pensamientos aparecen, cambian y desaparecen en la conciencia que ERES. Dejas que el cambio sea cambio: no intervienes, no prefieres, no controlas, no interactúas, poco a poco o de repente, te estableces en la conciencia que ERES, y ahí no hay tensión, ni dolor, ni vacío, nada falta, nada sobra, no hay miedo, ni deseo, solo SER. Muere cada día: el temor pasará, descubrirás en la profundidad que no eres un cuerpo, ni una mente, ni unas ideas, no eres un personaje, no hay modo de catalogar o etiquetar lo que eres, solo una sensación de SER. Mantente un tiempo cada día ahí. Algo empezará a cambiar, el personaje que no eres, pero con el que te identificas, empezará a mutar. Todo fluirá de otro modo, como los torrentes en la oscuridad, como la sangre en las venas cuando duermes. Feliz descanso.
TAI
AIM
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El dios Pan de la mitología griega es la mejor expresión del arquetipo 15, El Diablo. Pan tiene la misma raíz que panavisión, pandemia, panorama, pánico y tantos otros “pan”, en realidad significa “todo”. El dios Pan era un dios que nació feo, raro y retorcido, medio humano, medio animal, como un híbrido repulsivo, hijo de Hermes y una ninfa, fue desechado por su madre. Habita en los bosques, dando rienda suelta a los instintos primarios, por lo que es un tanto incivilizado y salvaje. A veces ayuda a los cazadores, otras a los ganaderos y en ocasiones a los mismos lobos. Pan es como un sátiro imprevisible: ni bueno, ni malo. Lo que transmite es muy claro: lo extraño, lo deforme, lo que nos da asco y miedo. A menudo son las partes de nosotros mismos, de nuestro propio cuerpo que nos
avergüenzan, que ocultamos y tapamos. Nuestra parte luminosa hace que hagamos poesía de unos ojos, pero no del ano. Que el sexo y sus variantes siempre queden como algo reprimido y privado, por lo que cada uno lava sus vergüenzas… A veces llamamos intimidad a los espacios que ocultamos a los demás, pero nuestras “bajezas” no solo físicas sino también morales. Solo un sátiro desvergonzado se atreve a desafiar los convencionalismos, el “buen” gusto, y siempre genera respuestas ambivalentes. Nos da asco, pero no dejamos de mirar porque genera morbo, obsesión y un atractivo hacia lo prohibido. El diablo es la parte “negada” y repudiada de nosotros mismos. Todo lo que hemos sabido sepultar y reprimir pero que, lejos de extinguirse, nos aguarda en nuestras cavernas y cavidades oscuras. El cine nos conduce muy a menudo a las estancias oscuras, escatológicas, sórdidas, feas, odiosas, pero miramos, y seguimos mirando… Nadie considera bonito los submundos, pero ahí están; lo mismo pasa con los prostíbulos, las casas de drogas, los lugares de delincuencia, de vejación o los cuartos escondidos. Nos atrevemos a viajar ahí, mediante la literatura o el cine, pero estos espacios viven más cerca, en nuestra envidia, en denunciar al vecino que se salta el confinamiento, en el chisme, en los celos posesivos, en las dependencias emocionales.
Pan, el diablo, es un desafío a dejar de ignorar la sombra, el lado oscuro de nosotros mismos. Las cadenas que llevamos son las mismas que proyectamos cuando buscamos al chivo, no al chivo del diablo, sino al otro, al chivo expiatorio, para volcar nuestra maldad y sentirnos mejores, más puros que el otro. Pan, el Diablo, el mal, es el “bien” fuera de sitio. Es decir: lo desordenado. Como aquel viejo desván lleno de telarañas y cosas guardadas de las que no queremos hacernos responsables, pero tampoco tirar. Son los apegos. Son los retratos feos de nosotros mismos. Pero la enseñanza del Camino es clara: lo que se reprime, lo que se barre bajo la alfombra, no crea limpieza, ni purificación, sino nidos de ácaros e infección. Lo que reprimimos, lo que no queremos ver (El ojo de Ayin), siempre encuentra dos salidas. La primera es la proyección, o buscar un chivo expiatorio para colgar nuestra propia maldad, que a menudo es aprovechar la debilidad de alguien o algo, para acusar, criticar y condenar, y decir que esta persona es “esto” o lo “otro”, en vez de asumir estos mismos fallos o peores. Esto es: ver la pajuela en el ojo ajeno, en vez de la viga en el nuestro.
La segunda es que lo somatizamos. Por eso nos duelen los huesos, nos llenamos de dolor, de inflamaciones, activamos virus y demás, mientras seguimos culpando a algún causante externo. Pan es Pan, y Pan es todo. Ignorar es no querer ver, desviar la mirada, usar una atención selectiva, condicionada y no ver lo evidente para poder seguir justificando nuestros propios apegos. Todo es Todo y somos justamente eso, lo que nos gusta y lo que nos da asco, lo que apreciamos y lo que ocultamos. Asimilar la propia sombra es la principal tarea de la psicoterapia Junguiana y Freudiana. Hay que integrar al deforme Pan en nuestras vidas, sacar al monstruo a la luz y darle su espacio, su utilidad. Cuando suceda ello, entonces el dios sacará su flauta de juncos y nos cantará una bella melodía, nos invitará a bailar, a sacarnos los complejos y simplemente expresarnos, aceptar el ridículo, la risa y la alegría desenfadada. Lo que se oculta germina en nuestras profundidades y genera nuestros propios infiernos. Por eso es bueno buscar dónde confesarnos, dónde abrir los cuartos oscuros y desnudar nuestra alma de corsés sociales. Pan te invita a aceptar lo que no te gusta, y darle su lugar en la mesa, porque a fin de cuentas todo es TODO.
TAI AIM
Hoy, día 19, es un día solar, él ha sido consagrado por los antiguos griegos y romanos a Apolo. Además es el momento en que iniciamos el signo del toro: ello significa que estamos en plena primavera. En mi larga expedición alrededor de casa, observo un día invernal, frío, nublado y con llovizna, pero por todo ello es hermoso. No parece que se pueda hacer ninguna foto relevante: hay poca luz, y las únicas aves son los vencejos, alguna gaviota lejana y los omnipresentes mirlos, gorriones y verderones. Una densa nube parece cubrirlo todo, así que conecto la visión penetrante, un súper poder que me otorgó Plutón en mi casa uno, y miro despacio, atento a lo que soy incapaz de ver. Escucho. Verderón, gorrión y zureo de torcaces. A esta hora nada más, el mundo está completamente vacío.
De repente, en un seto me llama la atención un crujido de hojas. ¡Ahí está! A un metro un joven volantón, un mirlito que aún no sabe volar, está haciendo sus primeras investigaciones cerca del nido. Un poco más abajo, una mamá mirlo lleva unas hebras de lana en el pico: está construyendo otro hogar en una yuca. Busco a mi pequeño amigo el halcón, Alistar, que en realidad es el joven cernícalo macho. De momento no hay suerte, con el Petirrojo tampoco, parece que con un día así se les pegaron las sábanas. En la playa, un grupo de gaviotas patiamarillas jóvenes me dan un bonito espectáculo. A pocos metros, la Gaviota de Adouin, siempre tan bien peinada, las contempla impasible. Reviso dos veces más los setos del petirrojo, pero hoy es una curruca cabecinegra la que se me posa delante, justo en la palmera. Doy un último repaso al balcón del cernícalo y, ¡ahí está!, hoy en una ventana, y veo el porqué: está comiendo. Un poco molesto por la intromisión, aunque sea muy lejana, se posa entre las tejas, y me deja ver que su desayuno consiste en un polluelo, seguramente un hermano del mirlito de antes, o a lo mejor un primo cercano. Es la cadena alimentaria en este micro ecosistema de asfalto y humanos confinados.
La garceta común se posa delante y pesca con desgana. Y así termina la vuelta a la manzana de hoy, con Nina, con nubes y siempre con asombro. No hay día que la vida no me regale mil sorpresas. Nada está confinado si sabes mirar de forma diferente. Hoy aprendo sobre los mitos solares y algunas pandemias que asolaron y diezmaron al imperio romano. Nada nuevo bajo el sol, o quizás sí.
TAI AIM
Horus es el dios egipcio halcón. Es un símbolo vivo de Thot, Hermes o Mercurio. Él tiene la atención fina y plena, la visión perfecta práctica y útil para fluir entre lo sagrado y lo cotidiano. Horus es, como toda ave sagrada, un mensajero de los dioses, a la vez que representa la capacidad práctica de la mente para resolver problemas. Comer es un problema a resolver a diario por cualquier ser vivo. Comer, y no ser comido. Es la ley natural de la supervivencia y del equilibrio del ecosistema. Hoy el cernícalo macho adulto, el padre del joven Alí, me ha mostrado una lección práctica de vuelo rasante, caza y supervivencia. En estos días he observado en primera línea lo letales que pueden ser las rapaces, desde el cernícalo hasta el águila real. Los he visto cazar y comer insectos, lagartijas, ratones, y hoy presencié cómo devoraron un verderón adulto.
Como humano, no soy ajeno al sentimentalismo, así que me impresiona la muerte, afortunadamente rápida, del pequeño pájaro cantor. Me gustan todas las aves, y todos los seres. Y sobre todo me gusta la sabiduría que manifiesta la totalidad a través de los ciclos y ritmos. En tiempos de crisis, de crisoles alkímicos, lo mejor y peor del ser humano se reubica: cambian los valores, las identidades profundas y el sentido de la vida desde cada percepción individual. Quizás por eso el petirrojo ha venido hoy a lucir su mejor rojo, su piar delicado y sutil. Hoy se posó para mí en la araucaria. Me regaló momentos sin tiempo, una quietud sin nombre. He visto de cerca y en estado salvaje y libre a leopardos, rinocerontes, elefantes, lobos, linces y osos, pero hoy, y por hoy, he visto a Horus comiendo de su trabajo, el bellísimo Robín, el petirrojo. Con ello ha de ser
suficiente. Y lo es. Quizás habrá más días de selvas y montañas, aullidos y monos aulladores, cóndores y águilas, pero por hoy respiro paz y en paz. La práctica que tuve con el bambú esta mañana con mis hermanos del mundo, ha suavizado toda tensión y me ha dejado como este gato en la silla: tranquilo, en paz, sin miedos ni deseos. Todo está en mí, allí en el rincón donde nace cada día el mundo. Ya siento y presiento el mes de mayo. Y me entusiasma la belleza de cada haz de luz, pájaro y nube. Horus me mira a los ojos y me invita a volar sin abrir las alas. El espíritu humano es libre, y cuando te das cuenta le sonríes a la mente que siempre desea y necesita. Ser, ser, ser. En cada respiración, en cada silencio, en cada silla, mientras tomo el sol, como un gato...
TAI AIM
Parece claro, está claro, ¿pero de verdad lo vivimos así? Me parece que no. Como periodista de la vida y la naturaleza, no trabajo para ningún periódico, soy más bien freelance... Voy por libre, sobre todo en un mundo, dónde "ir por libre" se ha estigmatizado. Todos queremos ser nosotros mismos, pero escondidos bajo la alfombra de lo "políticamente correcto", esclavos literalmente del pensamiento colectivo... Súbditos de los medios de comunicación que son los perros del gobierno mundial. Sí, porque más allá de la ilusión de los países libres, nuestros amos son los poderosos, el dinero, el poder y cientificismo, que muy poco tiene de ciencia... Antes nos gobernaba el señor feudal y el obispo... ¿Y ahora? Bueno, pues a lo mío, solo tengo dos calles de libertad y mis sensaciones son buenas... Hoy no es como ayer... Ni será como mañana, pero mi pequeña mente, compara, quizás a ti no te pase... Sé que hoy no veré esas imágenes imponentes del cernícalo comiendo un Verderón, ni el Petirrojo en la Araucaria... Sé que hoy hay otra luz, otras escenas, otras sensaciones... Pero ¿cómo es hoy?, como describirlo sin comparar...
Mercurio, el mensajero de los dioses, el creador de las palabras me echa una mano... Para empezar a las 7 y 11 minutos el sol apareció por el horizonte, y el despliegue de colores rosados, malvas y naranjas callan la boca hasta a aquellos, que como un servidor, no tiene pelos en la lengua...
Intento decir algo, en la grabación de la mañana, transmitir un ánimo, pero es tanta la paz, que todo lo que sale por la boca le suena reiterativo al entendimiento... Paz, sin más, belleza sublime, libertad contenida en una burbuja de jabón, y es que en diez minutos, todo ha quedado gris y nublado...
Hace más frío que ayer... Otra vez comparando... En la "carcaba" hotel de los Cernícalos, solo lucen antenas y algunas torcaces... Eso sí, los vencejos pasan en vuelos acrobáticos y rasantes, compitiendo con los pequeños aviones comunes... Solo entonces me doy cuenta de la cantidad de mosquitos que flotan en el aire... Me maravilla contemplar como desayunan sin dejar de hacer piruetas en el aire... Me quedo de pie, solo y en silencio... Rodeado por una exhibición de vuelos acrobáticos que pasan rasantes a mi alrededor... Me olvido por un instante de políticos, conspiraciones y hasta de la policía, que siempre está al acecho a ver si pilla a algún delincuente sin mascarilla o sin un motivo justificado para estar fuera de casa, respirando entre los pájaros... Mientras valoro si estaré cometiendo algún crimen contra la humanidad, Nina me da un tirón en la cuerda y me hace ver que el cernícalo ha aparecido en los altos del edificio, enfoco, disparo, y en menos tiempo que pensarlo, levanta el vuelo y desaparece... Fin de Cernícalos por hoy, hoy es hoy... Por otro lado, mientras sigo mirando el tejado vacío, dónde hace unos segundos posaba la rapaz, una curruca cabecinegra se posa en la morera de al lado y me regala una bonita imagen.. Como toda curruca, no es de posar, así que está y no está a ritmo de clik, clik de cámara, sin tiempo para revisar maquillaje, ni luces de estudio.
Voy para la segunda calle... Me doy cuenta que puedo ver muchas aves sin "verlas", los cantos de las diferentes especies son cada vez más comprensibles para mi entendimiento... Por ahí un verderón, el fondo, gorriones, y con entradas de arrullo de paloma... Tengo que agudizar el oído para escuchar al petirrojo. Y luego están los patrones de vuelo, las siluetas... Cada vez mis percepciones de pajarero principiante, se afinan más... El pequeño petirrojo asoma un momento, lo justo, sin araucaria, ni poses, visto y no visto... Hoy es hoy... Por última vez, me paso por el territorio halcón, pero nada, solo mirlos, gorriones, y algo que se mueve en un pino... No veo nada todavía, pero sé que hay algo, lo siento, lo presiento... Y ahí está... Una preciosa ardilla asoma y me mira durante valiosos segundos... Hoy es hoy y hoy estuvo la ardilla... Cosa excepcional, porque en los más de 40 días de confinamiento es la segunda vez que se deja ver... Preciosa!! Dos calles no dan
para mucho, no puedes ir a buscarlos, tienes que esperar a que quieran aparecer... Si, lo que siento es aceptación, nace de agradecimiento, de un dejar de resistir y abrir nuevas puertas en el disfrute del momento. Si no estuviéramos en alerta, si no estuviéramos en confinamiento, no nos sentiríamos mejor, ni nos dolerían menos las cosas, ni sería más fácil la vida. Satisfacer nuestros deseos tampoco nos completa, ni nos ofrece el paraíso... Lo bueno de la crisis es poder echarle la culpa de nuestra insatisfacción a la situación... Y lo mejor, es no creerse tamaña estupidez y redescubrir que aquellos tiempos, no fueron mejores, ni los que vendrán... Tampoco, por eso solo hay que recordar que la felicidad no es lo que pasa a nuestro alrededor, sino lo que hacemos con ello, por eso hoy, siempre será hoy y ha de ser suficiente...
TAI AIM
La vida es un momento. El amanecer es un momento. La mirada es un momento. ¿Qué postura tomas antes desaparecer?
de…
¿Cuánto dura una verdad? ¿Cuánto dura una mentira? ¿Cuánto dura un pensamiento? ¿Cuánto tiempo se toma la mente antes de… desaparecer? ¿Cuánto vale el auto descubrimiento? ¿Cuánto vale la experiencia? ¿Cuánto valen tus argumentos? ¿Qué sonido escuchaste antes de… desaparecer?
La muerte no se toma tiempo. La muerte no es una postura. La muerte no tiene ni considera argumentos. La muerte se lleva la no- vida en un instante. ¿Cuánta sabiduría se necesita para ser… todo? ¿Cuánto dura una vida sin la luz del ser? ¿Cuánto tiempo necesita el alma para despertar al ser? Gracias, Maestro, por este nuestro instante. Gracias, Maestro, por abrir la mano. Gracias, Maestro, por ser luz en mi corazón. TAI
MARÍA ARRABAL
Dice el Kibalyon que “Todo está en la mente, todo es mente”. Entonces, mi mente piensa: “Cuando miras, ¿qué ves?”. Por ejemplo, yo miro un animal, y me lleno de ternura. Me pregunto, ¿qué ven otros en ese mismo escenario? Otros ven supervivencia o alimento. Alguien más ve los elementos que lo constituyen, como huesos, piel o corazón, los cuales lo libra de los malos espíritus y le da poder. Y para algunos, está allí la posibilidad de un deporte seguido de su trofeo que será colgado en alguna pared, o para obtener la foto del momento. Como decía mi Maestro: “cada cabeza es un mundo”. Pero ya sabemos que, en la realidad, ahora nuestro mundo se llama Tierra. Y, ¡señores y señoras! hay que despertar de ese sueño que nos destruye al que se le llama cambio climático y pandemia. Somos inteligentes: podemos hacer mejor las cosas. ¿Quién no quiere una vida mejor? La situación del planeta nos lo dice así: “¡Despierta!”. Todo está en la mente. Esto implica que no hay que cambiar el mundo, pero si a tu mente. A esa mente de las personas que convocan a hacer, por ejemplo, “lo
que quiero”, “a cumplir con mi libertad” o “ya que lo compré o nací en ella, me pertenece”. Recuerda que esa mente solo es válida hasta que te mueres. Y si la muerte te pregunta: “¿por qué haces de esto tu estandarte de vida?”, ¿tú qué le contestarías? ¿Le dirías: “porque me gusta”, “porque no pienso” o “porque quiero”? La conciencia nos informa que todo acto tiene consecuencia, y lo evidente hasta ahora es que lo ocurre en una parte nos acaba afectando a todos. El planeta es uno. La vida que lo habita, en sus diferentes estados y formas, lucha por sobrevivir. Todos tienen los mismos derechos que tú. En eso radica la dignidad, en recordar que el mundo no nos pertenece. Es la hora de abrir los ojos y despertar. “¿A qué cosa?”, te preguntarás. ¡A la nueva conciencia que todo lo puede! “Eres un cuidador”, a ti te corresponde serlo ya que eres el más apto. Por eso te toca a ti, al mejor humano, al más dotado, al más sabio: a ti te corresponde. Ya sabes que eres un ser de luz. Y si tú lo eres, los demás también lo son. Todo lo que hay en esta nuestro planeta lo es. Por tanto, a ti te corresponde despertar. Nadie lo hará por ti. Si en conjunto no despertamos y no vemos el cáncer que representan nuestras acciones para con nuestro planeta, permitimos que todo se convierta en su
destrucción. ¿Cuánta destrucción necesitas ver para darte cuenta que te corresponde a ti cambiar tu conciencia por el bien de todos? Eres un ser de luz, y eso sólo ocurre cuando el ser humano que eres se hace consciente de que es un servidor de algo más grande que él mismo, de algo que lo transciende. Cuando logras ver la unidad en diversidad. Todo es mente y la mente está al servicio de algo mayor. ¿De qué? Mi Maestro decía: “Del Ser que ya eres, pero que aún no lo sabe”. Y eso es lo que nos ocupa, por eso estamos aquí. Hay una vía y un guía. Lo demás son palabras.
TAI MAS (María Arrabal Sánchez)
No hables a menos que puedas mejorar el silencio. Jorge Luis Borges
La palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio preciso. Mark Twain La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos parece ameno. Erasmo de Rotterdam El hombre se adentra en la multitud por ahogar el clamor de su propio silencio. Rabindranath Tagore Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras. William Shakespeare El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio. Friedrich Nietzsche
Nada puedo decir sobre el silencio sin romperlo Antonio Iborra Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar. Ernest Hemingway Con la palabra, el hombre supera a los animales. Pero con el silencio se supera a sí mismo. Paul Masson
La ilusión es el fuego del espíritu alentando nuestro avance. Antonio Iborra
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: “TRANQUILIDAD”
PARA VER:
FRASE DEL MES:
" TODA INQUIETUD ESTÁ EN LA SUPERFICIE, RESPIRA CALMADAMENTE, TU ESENCIA DEJARÁ SALIR SU PERFUME DE PAZ.”
“LOS AÑOS MÁS BELLOS DE UNA VIDA”
PARA LEER: “CORRIENTES QUE FLUYEN EN LA OSCURIDAD”
Dirección: Olivier Nakache, Eric Toledano. 114 min. 2019 Francia
Autor: Suzuki Shunryu Editorial: Cegal
Escucho la lluvia. Son las 4:30 de la mañana. La lluvia siempre aporta limpieza y renovación. Llegan a mi mente las siguientes palabras del Maestro: la memoria del alma. Recordar quién eres, y la importancia de trascender la propia muerte. Debido a la pandemia, hoy en día vivimos una situación muy compleja. El miedo al contagio se refleja en los familiares de los pacientes con los que trabajo. Los medios de comunicación no paran de bombardear con noticias que dejan una estela de preocupación. La rutina de mi trabajo me mantiene activo en la disposición de ayudar al que más lo necesita. Debo de tener muy presente no exponerme, y por eso cuidar mucho la alimentación. La disciplina de cada día centra mi energía. Se comenta que las islas Canarias y Baleares pueden llegar a ser uno de los primeros lugares para iniciar el desconfinamiento. Debido a la situación geográfica y el clima, el contagio ha sido menor. Se habla, se dice y se especula. Hay muchas conjeturas. Un vecino de la calle donde trabajo que está relacionado con la política, y se encarga de animar con música a toda la vecindad, me comenta que este año ya está perdido. Muy al contrario de lo que él dice, siento que es un buen año para entrar en contacto con la esencia que somos, y priorizar lo que realmente es importante. Despertar de lo ilusorio para saborear el néctar de nuestro Ser. Las circunstancias actuales invitan a hacer examen de conciencia y actualizar los valores que dan sentido a nuestra vida desde la dignidad y excelencia.
Miro al cielo y observo a los cumulonimbos transitar lento, muy despacio. Hay que digerir esta situación con lentitud y de manera más consciente. Escucho a un cuco en la lejanía. Es momento para prestar verdadera atención a los detalles. Un buen gesto, una sonrisa sincera, un acto de generosidad y la luz que se filtra a través de la lluvia. Sigo escuchando al cuco cómo se comunica con otro, a pesar de la distancia. Intento localizarlo en los edificios de mi entorno. Escucho el viento que trae mensajes de otros tiempos y lugares. Hay que estar quieto para la escucha. Puedo oír el rumor del viento en las hojas de las palmeras más cercanas. Saboreo la ligera brisa, observo las nubes cargadas de agua haciéndome recordar que, por encima de esas nubes, brilla el sol. Un sol radiante que jamás ha dejado de iluminar mi corazón. Escribo este texto en el silencio a pesar de la afluencia de tráfico vehicular en ambas direcciones. No es un año perdido sino un año ganado. Lo que realmente importa es el momento a momento para descubrir la esencia de lo sagrado. Meditar es el arte de no interferir, de ser permeable al misterio de lo desconocido y así poner en cuarentena muchas de las falsas creencias, ideas y expectativas para ser más humilde, y cada vez más sabio.
TAI
Raúl Villar
Estamos en Primavera en el signo del Toro. Yo digo que es la culminación de la estación primaveral, pues de los tres signos que conforman la estación –el Carnero, el Toro y los Gemelos–, el signo astrológico del Toro representa la máxima expresión de la primavera por sus características y señales en la naturaleza y en la vida. Existen infinidad de detalles que, en forma simultánea, se están manifestando aquí y ahora, de lo que es la primavera en los diversos planos. Siempre se comenta que el verdadero año comienza en el mes de marzo, y para ser exactos el 21 de marzo, que es cuando la tierra se encuentra a 0 grados del signo del Carnero y observamos de nuevo la manifestación de la vida en la naturaleza, en los animales, en los seres humanos, en el clima, en los colores, en los sonidos, etc. Al comienzo de la estación tenemos al Aries, ¿y por qué digo Aries y no el Carnero? Pues porque confundimos la palabra, y creemos que significan lo mismo, y no es así. Cuando decimos “soy Aries”, estamos mencionando el nombre de un agrupamiento de soles, de estrellas, de una constelación en el firmamento, que desde el punto de vista astronómico contienen muchísima información científica. Pero cuando menciono el nombre “el Carnero” estoy indicando el nombre de un signo astrológico, y que contiene también mucha información. Investigando un poco en la parte astronómica descubrí que nuestro sol es una estrella de tercera magnitud, de color naranja y que también tiene planetas y satélites que giran a su alrededor debido a la fuerza de gravitación universal que se ejercen
mutuamente. A su vez, esta agrupación planetaria recibe nombre de sistema solar y en la "Vía Láctea" que es el cuerpo mayor al cual pertenece nuestro sistema solar hay muchos millones de sistemas solares. De modo que, si lo comienzo a observar con la cabeza fría, deduzco los millones de nebulosas y galaxias que hay de manera infinita en el universo…, y yo aquí en la tierra peleándome, enojándome, poniéndome triste, sin pensar siquiera un minuto sobre esta inmensidad y belleza. ¡Qué importante es tener esa capacidad de comprensión sobre la existencia del universo! El tiempo que tarda la luz en llegar a nuestro planeta desde el sol es aproximadamente de ocho minutos-luz. Y sobre la luna, según los informes astronómicos, se necesita un segundo-luz de distancia para llegar a ella. Imaginándome con estos datos, me pregunto: ¿cuánta es la velocidad de la consciencia de un sabio? ¿Es mucho mayor que la velocidad de la luz? Entonces, para mí, en Yug-Do, con estas reflexiones sí estamos trabajando para desarrollar la CONSCIENCIA .
TAI
Serafín Mendoza
Estos últimos diez años de mi vida se ha convertido en un hábito cotidiano voltear al cielo y mirar pasar los aviones. Mi departamento está justo por debajo de la ruta que éstos toman en su paso rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Para ser precisos, ocho minutos antes de que ellos aterricen dan una vuelta en los cielos, y allí abajo me encuentro yo. El ruido es espectacular: eso sí, es muy poco a comparación de lo que escuchan los que avecindan con las pistas de las dos terminales. De todas formas es imposible no sentir su interferencia diaria. Cada tres minutos escucho los distintos motores frenar y dar vuelta. Es un suceso tan rutinario, que decidí hacerlo muy mío, y fijarme en él. Así que cuando escuchaba su acercamiento, detenía todo mi quehacer para percibirlo con mi vista y oído, y de plano con todo mi cuerpo… Distingo logos de las compañías e imagino orígenes y rutas.Pero aconteció la cuarentena por el COVID-19, y entonces todo cambió. Aquello que me parecía imposible, casi un deseo latente y muy profundo, sucedió: los aviones dejaron de pasar en esas cantidades. Un día solo conté 16 aviones, ¡qué está pasando! Las preguntas que muchas veces me hice, se resolvieron: ¿qué resultaría si dejamos de volar tan seguido, será necesario volar a otras partes del mundo
o del país, en serio hay que cambiar de espacio físico para ser felices? Es cierto que en esta crisis México no cerró fronteras aéreas, y que los vuelos continúan efectuándose, pero su disminución generó una nueva perspectiva en mi vida: hay menos ruido y tensión con el resultado de un mayor disfrute. Por supuesto que no solo yo lo vivo así. Es notorio que el ruido de los motores ha sido sustituido por el canto de los pájaros. Si bien esta zona está llena de grandes y distintos árboles, y es posible encontrarse en cada esquina con mirlos, gorriones, colibríes, zanates y tórtolas así como con ardillas, ahora percibo de manera total su cuchicheo y su entusiasmo. Por supuesto que mis paseos con Bamboo alrededor de la casa me han llevado a disfrutar más de mi vecindario, y encontrarme con nidos y pajarillos que he tratado de rescatar, de
aves persiguiendo a las ardillas con el fin de defender sus nidos así como de otros cuerpos de aves atacados. Ante estos últimos hechos ( en tres ocasiones he visto el plumaje desgarrado de pajarillos) he generado una hipótesis: las aguilillas han ampliado su territorio a todo el vecindario. La pareja de aguilillas se encontraba solo en el parque y en la parte norte de mi colonia. Ahora no es así: las he visto sobrevolar mi edificio, y en una ocasión que estaba en la azotea vi a una pasar muy cerca de mí. ¡La cuarentena me ha permitido disfrutar de este espectáculo de maravilla enriquecido por la disminución del ruido de las aves de metal! Agradezco a mi maestro Antonio Iborra, porque con su guía he podido darme cuenta de lo importante que es mi contexto natural, aunque viva en esta bella e inmensa ciudad. Les recomiendo estas dos páginas web para enterarse de sonidos de aves y el paso de los aviones en todo el mundo: https://www.flightradar24.com/ https://www.biodiversidad.gob.mx/cienciaciudadana/can tos_aves_cdmx TAI
Illihutsy Monroy
Ayer tarde jugando con mi hijo en casa me lastimé un dedo del pie. Si lo miro fríamente ahora me doy cuenta de que la cosa se me había ido de las manos, no atendí a las señales. Debí haber parado antes, por el bien de todos. Ahora me encuentro más limitado, y me toca vivir esta limitación. Me viene; “precisamente yo, que debo estar bien en esta época para atender a la familia” Ya jugaba con la idea de salir a correr con mi hijo el sábado. Esto lo retrasa todo. Y aunque me tiende a venir la ira, y en algún momento me viene por las implicaciones de lo sucedido, me doy cuenta de que este “retraso” del que hablo puede ser precisamente un adelanto, ya que la vida, me lo envía o lo he asumido por algo. Se de mi tendencia a ir deprisa en todo lo que hago o vivo, resolviendo. Pero resueno que es especialmente ahora, si quiero cambiar para mejor varios aspectos de mi vida, cuando debo ir bien atento. Para no perder detalle de lo que acontece. Me viene alguna frase popular. Algo así como; “No vive el doble el que más hace, sino que vive la mitad” También; “el cuerpo, las emociones, el ego pueden ir en carro, o coche, pero el alma va en burro” Y así debe ser. Para no perder detalle, y disfrutar de verdad del trayecto. Y así es como anhelo seguir adelante. De manitas de mi alma. Y ella me dice que comprenda, que mi ira
necesita que la abrace. Pues también es una parte divina de mí. Y, sobre todo, que atienda, para que no necesite más dolor o sufrimiento del necesario para aprender todo esto. Anoche tuve en revelador sueño que me conecta con mi infancia, con los pocos amigos que he tenido en la vida, con mi forma de andar el camino, con cómo vivo y afronto las cosas, con cómo me cuesta ahondar en muchos aspectos de la vida, y con el desaliento que puede producir el tener tanto trabajo interno por descubrir y por realizar… Tanto iceberg debajo del agua. Sin embargo, hoy mi alma me dice “ve despacio, ve disfrutando, haz bien las cosas, y goza de cada detalle” “Son muchas vidas para realizarlo por delante pero, no te preocupes, dispones de una maravillosa eternidad” “Solo detente, solo vete despacio, sólo afronta cada prueba, abrazando cada parte de ti” “Con Honor” Un abrazo Estimado Guerrero. Un abrazo Maestro.
TAI
Eugenio Pareja
Del corazón me brotan las alas, pero no las sé utilizar. Por eso cultivo paciencia, para saber esperar. El sabor de la espera ha de variar. Depende de lo que hay, aquí y ahora. Del rostro me nace la sonrisa, aunque muchas veces no me doy cuenta. Por eso trato de recordar verme más seguido en el espejo. La paleta de colores que me rodea, me lo recuerda siempre. La vida es bondad. De las manos noto una soltura, una vida nueva llena de posibilidades. Ya no aferran, no aprietan, no aplauden. Las manos también saben estar felices y contentas. Cuando me doy cuenta lo que SÍ está en mis manos, experimento la sensación de libertad.
Noto mis pies en su totalidad pisando con suavidad y naturalidad. Son la conexiĂłn por excelencia con mi camino. Por eso respeto mi paso y la sabidurĂa que ellos emanan. ContinĂşo adelante con esta danza, adaptando al ritmo y el son que toca. Esto es mi voluntad y mi libertad, hasta que aprenda a volar. La vida es Amor.
TAI
Emily Ann Fitz
Hace poco volví a mirar un video realizado por la cinto rojo Juanita en octubre de 2019, cuando fuimos de excursión para afinar el programa de la visita del Maestro a Ecuador. Ese viaje lo realizamos Juanita, Rossy, mi esposa, mi Hijo Esteban y yo. La intención era conocer con anticipación y explorar un sitio escogido para las próximas actividades con el maestro Antonio Iborra en el Bosque de Polylepis, en la Reserva Ecológica El Ángel, provincia del Carchi, al Norte de nuestro país, frontera con la hermana República de Colombia. Ese día salimos muy temprano, y aunque la ruta es conocida, Google Maps nos dio la vía más corta: por las poblaciones de Mira y el Ángel. Precisamente esa semana daban a conocer un reportaje en TV, en el que mencionaron que dichas comunidades estaban libres del virus. Las medidas biológicas de seguridad que habían establecido las autoridades locales para toda persona y vehículo que ingresan al sector eran un modelo y ejemplo en todo el país. Hacía muchos años que no viajábamos en equipo tan al norte del país. Por ello estábamos muy animados con lo que en esta excursión encontraríamos, y sobre todo porque no queríamos dejar ningún aspecto sin confirmar, al mismo tiempo que planeábamos verificar lo que se podría hacer. El Bosque de Polylepis tiene temperaturas que oscilan entre los 5 y 18°C, por lo que debíamos ir preparados para ese ambiente. Los árboles de polylepis son conocidos localmente como “árbol de papel” debido a la semejanza de su corteza de
color marrón rojizo con el papel. Sus torcidos troncos de gran antigüedad, junto con la niebla del páramo, dan al bosque una atmósfera mágica muy similar a la de los bosques de los cuentos de hadas. En la ruta que llevábamos, a 30 km de Ibarra, provincia de Imbabura, se encuentra el desvío por la ruta a Mira, sitio en donde hicimos un breve descanso y pudimos apreciar el avance y desarrollo de estas poblaciones de la sierra ecuatoriana. Por ejemplo, el parque central mostraba una parte de la flora y fauna de la zona, donde resaltaban esculturas de arcilla del oso de anteojos o andino que, recordemos, son muy apreciados por el maestro. Tomamos varias fotografías, y allí le dije a Juanita: “¡vamos bien!”. En el último tramo de la ruta tuvimos una confusión con el programa de Google, el cual nos hizo dar giros y perdimos el camino directo hacia la reserva. ¡Qué mejor que consultar con moradores de la comunidad!
Cerca de las 11:00 llegamos finalmente a nuestro destino: había un local de información e investigación de la flora y fauna, así como guarda parques de la reserva. Con mucha expectativa consultamos con ellos lo que podríamos encontrar en el sitio, y preguntamos qué se podría hacer en la reserva. Además inquirimos por un sitio de hospedaje. Así nos enteramos que solo había un resort en el sector. En el centro de información solo disponían de medios para los funcionarios, y nos sugieren: “podrían acampar”. Al mismo tiempo nos sirven infusiones con café y hierbas aromáticas. La reserva cuenta con senderos y rutas para encontrar al oso. Nos mencionan que necesitaríamos varios días para poder ver aves, osos, venados y otras especies mayores de la zona. Con sorpresa y con mucha paciencia, los técnicos nos mostraron un vivero de semillas y plantas de la zona: acacias, robles y, por supuesto, el apreciado polylepis, entre muchas otras especies. Recibimos muchas muestras de agradecimientos por parte de los técnicos del lugar, y cada uno salió con ejemplares de plantas. Ellas son ahora mis bonsáis que habitan en el jardín de nuestro hogar. Cerca del mediodía emprendimos el viaje de regreso, no sin antes visitar el Mirador del Oso Andino en Pimampiro, ya que era otro de los objetivos de la excursión. En horas de la tarde llegamos al sitio, y en pocos minutos pudimos observar maravillados a dos ejemplares del rey de la sierra ecuatoriana: el oso de anteojos. Esta experiencia ya fue motivo de otra historia y crónica del Maestro, porque finalmente fue el lugar escogido para realizarse allí la convivencia.
No dejo de resaltar que toda esta aventura fue posible por la visita del Maestro Antonio a la convivencia en la Hostería de Luz y el Mirador del Oso, en noviembre pasado. Si ello no hubiera pasado sería muy probable que no tuviéramos estos hermosos recuerdos de los fabulosos días y experiencias vividas durante los cuatro días de convivencia con el Maestro, ni tampoco de mis bonsáis. Su cuidado forma parte de mis actividades diarias en este confinamiento que nos ha tocado vivir. Gracias, Maestro Antonio, por haber hecho posible estas vivencias que van forjando nuestro cambio personal, de transformación espiritual y que son parte del camino que nos habéis señalado.
TAI
José Chérrez
Sale el Sol después de varios días grises y lluviosos. Aparece la calma. Y los rayos del Sol en un cielo limpio, iluminan mi rostro. Empieza el espectáculo. Y viendo pasar las nubes en medio de la Gran Ola, aparecen en forma de ave, de caballos que galopan, otra en forma de león. La Conciencia como la esencia en mí, me habla. Me recuerda que el Alma no se confina, que somos libres. Ayer me preguntaba si hay algo tan poderoso, aparte del ego, que puede romper nuestra conexión con la Fuente. Esos caballos que galopaban en el cielo, se manifestaron y me regalaron el mensaje de que el Bien y el Mal se están colocando en su lugar. No hay nada más poderoso que la Luz. La Divinidad me envió un mensaje durante la noche. La verdad ya no se esconde, caen los velos. Algo me informa.
El núcleo espiritual del ser humano es el tesoro más preciado. Es su conexión con el Ser, con el recuerdo de sí mismo. En este momento, la resiliencia sólo es el punto de partida para la hermosa labor del guerrero de la Luz. -Cuida de tu Alma-. Ese mensaje recibido hace mucho tiempo, sigue presente en mí. Su poder y su sabiduría son inconmensura bles.
TAI
Candy Vera
Todo cambia, y cada día es nuevo aunque parezca el mismo. Lo que está arriba baja y lo que está abajo sube, como sucede en una noria. Por tanto, si la justicia parece que está secuestrada por la avaricia, la justicia secuestrará a la avaricia. Si mi mente está en tribulación, mi mente cambia y estará en paz. Después de la tormenta viene la calma, después de la noche viene el día. Y sé que si me resisto a los cambios sufriré aún más. Ahora sé, o creo saber, que todo tiene un final, pero también luego aparece un principio. Y a esa canción que se ha puesto de moda en esta crisis, "Resistiré", yo le añadiría “…y me adaptaré”. Un abrazo.
TAI
Alexis González
HAMBURGUESAS DE TRIGO SARRACENO INGREDIENTES: Trigo sarraceno y soja. 1 pimiento, 1 cebolla, 1 zanahoria, y 1/4 de remolacha roja. Especias; laurel, perejil, cilantro, pimienta, curry y albahaca, pimentón, tomillo… Aceite de linaza. Pan rallado (integral). PREPARACIÓN: Guisar cualquier cereal o grano. Yo lo he hecho con trigo sarraceno y soja, pero se puede hacer con lentejas, arroz integral, trigo espelta o incluso mezclando dos de ellos.
Después, hay que realizar una buena fritura con los siguientes ingredientes: pimiento, cebolla, zanahoria, laurel, perejil, cilantro y un poco de beterrada (remolacha roja) para el color. Esta fritura la muelo. Mezclar con grano y fritura; después se especia con pimienta, sal, curry, albahaca, pimentón, tomillo o la especia que te guste. A esa mezcla se le echa huevos-lino (esto consiste en mezclar 2 cucharadas de linaza con 4 cucharadas de agua, la cual deberá reposar un rato, y se bate). Se agrega pan rallado hasta obtener una buena consistencia para hacer unas bolas y, con ellas, darles forma de hamburguesa. Si te salen un montón, como a mí, puedes congelarlas. Y, finalmente, hacerlas a la plancha o freírlas con poco aceite.
SOPA DE QUINOA INGREDIENTES: 1 cebolla picadita. 1 zanahoria rallada. 1 hoja de laurel.
1 vasito de quínoa. Sal o miso. 1 cucharadita de mojo cilantro. 1 cucharadita pimentón de La Vera. 1,5 a 2 litros de agua.
PREPARACIÓN: Rehogar en poco aceite cebolla y zanahoria con la hoja de laurel. Añadir la quínoa y rehogar también. Añadir el agua caliente. Hervir por 10 o 15 minutos. Al servir, añadir sal, miso, cilantro y pimentón. Disfrutar. (Recuerda que el miso no se debe hervir ni servir con cucharas de metal, sino de madera) ¡Provecho!
¡Que tengas un buen día… Y TÓMATE TU SOPITA!
TAI
Maite Belaza
Por las circunstancias actuales, la Escuela Internacional de Yug-do al estilo del Bambú se ha adaptado, y las actividades se darán ON LINE, lo que lejos de ser un obstáculo, será una facilidad para que muchas más personas se puedan integrar a los Cursos, Talleres, Clases Prácticas y Terapias también vía telematica... ¡La vida nos ayuda a crecer...!
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