Las uvas maduras huelen al vino nuevo, al aroma de la sabiduría sin alcohol... El ser humano lleva gran parte de su viaje evolutivo narcotizándose. Prácticamente no hay un pueblo de la tierra que no haya inventado o descubierto una droga recreativa: desde los fermentos de fruta hasta los hongos y lianas, mil fórmulas para alterar la conciencia, para suavizar el yugo y la presión de la auto-conciencia personal. Eso sí, también encontramos evasión en la música, la danza, el sueño y el arte en general, todo ello representado muy bien por la simbología del Neptuno astrológico. Ese es el regente de Piscis, el último signo, y el que recoge la experiencia emocional de todas las vivencias humanas. Y es necesario comprender que los signos, como cualquier aspecto de la realidad, precisan ser integrados en su polaridad. Como bien sabemos, toda moneda tiene dos caras: así que el final del verano del cambio, el final del verano Covid, nos muestra los colores y cualidades de Virgo ♍, o el tiempo de la cosecha. Soy plenamente feliz en este momento del año, porque nací un uno de septiembre, hace ahora 59 años, y muy de madrugada. A la hora Yug-Do me asomé a este mundo para poder disfrutar de nuevas aventuras. Hasta ahora puedo decir que me lo estoy pasando francamente bien. A pocos días del Equinoccio de Otoño, el 22 de septiembre, Libra con su balanza cósmica hace cuentas para saber cómo vamos en el recorrido anual. Y pienso igual que mi Maestro, que vamos bien, y que, sin duda podemos ir mejor.
No soy optimista, conozco la información que ofrecen los medios: la pandemia, la debacle económica o los mil retos sobre el cómo seguir avanzando. Y por eso tengo que afirmar que vamos muy bien, y es simplemente así porque seguimos vivos, y seguimos aquí, y todo, absolutamente todo, está por hacer. Así que, aprovechando que Virgo es un signo muy hacendoso, pongo manos a la obra. No vamos a desperdiciar ni un día del gran agosto del 2020: cada fruta madura, los colores incipientes del cambio de estación, los osos comiendo bayas en las montañas, las manadas de lobos enseñando a sus retoños, tanta vida pujante y tanta belleza en las eternas montañas. Ya el gato montés está al acecho de la rata topera en los campos segados, las aves inician sus migraciones, los cielos se engalanan con los mil colores, y septiembre, desde su día uno, empieza el descuento del fin de la estación. Cada día tiene su lección, su regalo y su oportunidad. Soy feliz con solo asomarme a la ventana, y hacer una respiración sin mascarilla. Septiembre es el mes de la vuelta al colegio, al trabajo, a la cotidianidad y a tener que asumir plenamente la situación en la que estamos. Hay que salir adelante de forma nueva, de manera distinta, no podemos hacer como siempre: ahora toca ser más ingeniosos, prudentes, despiertos y creativos. Hay mucha gente que sigue en resistencia, resignados y luchando con una realidad inaceptable, pataleando y esperado que esto se arregle. ¡Amigos, cuanto antes lo asumamos mejor nos irá...!
¡Esto ya está arreglado! El arreglo es el derrumbe de estructuras físicas y mentales caducas, corruptas y viciosas. Estamos ante una crisis sistémica global, y eso es justamente nuestra oportunidad. No podemos seguir como hasta ahora: hay que cambiar. El planeta ha hablado, y para el que escucha, está hablando con megáfono. Basta de destruir, basta de acumular poder, basta de someter, basta de injusticia, basta de diferencias de clases, género, razas, condición social y sexo. Es hora de una sola humanidad en marcha, basada en la cooperación, el compartir, el colaborar, la solidaridad, el trabajo en equipo, el respeto a la diferencia. Hay que aprender a escuchar a las otras partes, buscar consensos, ver dónde pueden caber nuestras contradicciones como sociedad y cómo individuos. No sólo toca ponerse de acuerdo con diferentes formas de pensar, también con diferentes formas de sentir, que es algo mucho más profundo. Cada uno tiene su lógica, argumentos y visiones. El reto verdadero, el mayor, es la coexistencia con diferentes estados de conciencia... Sí, sin duda nos queda mucho trabajo por hacer. El estudio de la "conciencia" tendrá que ser la asignatura obligatoria para todos. Y, con ánimo de poner un solo ejemplo, ante la disensión, el desacuerdo y el conflicto, hay quien calla, se esconde, se reprime y no se atreve a hablar; también está el que se manifiesta, alza la voz, grita, hace, pega, rompe, mata e incluso destruye todo. Le dejo a cada uno observar dónde está la diferencia desde el ángulo de la conciencia. En septiembre, la enseñanza versará sobre la limpieza. Virgo siempre viene a lavar, purificar, ordenar y recalificar. Por tanto, es tiempo para una cura de uvas, dietas détox, ayunos, trabajo desde el centro y la respiración. Necesitamos trabajar en acupuntura con el meridiano del
intestino delgado, la víscera más "impura", según la tradición antigua, pero también la substancia donde reordenar el inconsciente y los viejos patrones tóxicos, etc. Practicaremos el Yoga del equilibrio Tierra-Metal, el elemento del establecimiento del centro, la Tierra Pura, que son las bases para soportar el próximo otoño e invierno, algo que será imprescindible en un año tan particular como éste. La cosmovisión de la Astrología Arquetípica nos permitirá sanar la psiquis desde el signo de Virgo, la tierra mutable, el mercurio más concreto, la casa seis, el trabajo y el servicio a la vida. Veremos el goce de Marte y la importancia de la estabilidad interior.
En fin, Yug-Do en estado puro. Donde hay cambio por fuera y estabilidad por dentro. Bambú que se flexiona por fuera y se arraiga en su interior. Es la sabiduría ancestral, pero actualizada a septiembre 2020. Toma tu bambú y pongámonos en camino. La aventura continúa.
TAI AIM
ANTONIO IBORRA
Septiembre es un momento extraordinario para el auto conocimiento. Las Escuelas de los Misterios siempre abren sus puertas en esta época del año. Es el momento para admitir a los nuevos candidatos a la Iniciación Real: las escuelas de Yamines, como les decía mi Maestro, o la Escuela de Cintos Negros de Yug-Do, como le decimos nosotros. Los espacios-espejos para conocernos y reconocernos, para aprender a servir, a compartir y desarrollar las habilidades del trabajo en equipo deben estar siempre bajo el paradigma del desarrollo de la conciencia. Una Escuela de Conciencia, se llame como se llame, es un espacio para construir el puente entre lo humano y lo sagrado, y le toca a cada candidato ponerse manos a la obra. Existen escuelas filosóficas, metafísicas, esotéricas y lugares para llenarse la cabeza con teorías de todo tipo. Sin embargo, las Escuelas del SABER, los vehículos para comprender qué cosa y qué substancia es la CONCIENCIA, son otra experiencia.
Se requiere curiosidad, sí, pero también disposición a la mejora, al abandono de las adicciones emocionales, el esfuerzo voluntario y determinado al trabajo sobre uno mismo. A una Escuela de Conciencia no se va a cambiar al otro, sino a corregirse a uno mismo. Aquí, conocerse a sí mismo, no es sólo aprenderse de memoria cosas como “no soy este cuerpo, ni esta mente, ni esta persona”, sino trabajar minuto a minuto en TENER a esa persona, TENER esa mente, en vez de que esa mente o esa persona me tengan a mí. Tener a ese cuerpo para cuidarlo, usarlo, escucharlo y contenerlo en una conciencia despierta. Conocerse a sí mismo no es simple teoría: es la modificación de hábitos, sobre todo de hábitos mentales y emocionales. La observación consciente, neutra, distanciada y abierta de sí mismo, del propio cerebro, mente y persona, puede tener muchos nombres. Para los budistas es simplemente Vipasana, ahora está de moda la palabra Mindfulnes, y otros ponen más palabras. Lo importante es comprender en qué consiste, en adentrarse en un espacio silencioso donde el centro de opinión es visto. Dónde nos podamos dar cuenta que la mente que se observa a sí misma no es la verdadera observación. Esa capacidad de mirarnos a nosotros mismos no es nada
excepcional, siempre está acompañada de opiniones, críticas, juicios, valoraciones y tendencias. Eso es justamente LO QUE NO SOMOS. Y el lugar donde el darse cuenta aparece no es nada personal, carece de centro y de imagen referencial. Por eso es tan intangible e incómodo para el ego, quien es el mundo en el que el centro soy yo. Ego, ni bueno ni malo, es el centro de lo humano. Es el yo opino, yo pienso, yo siento, yo creo, yo observo, yo noto, yo imagino, yo percibo, yo, yo, yo, yo... El remitente siempre soy yo. Eso no es bueno ni malo, es lo que tengo, pero no lo que soy. En el silencio, en cambio, no hay nadie que esté en silencio. Si yo estoy en silencio no hay un verdadero silencio: “yo” ya es un ruido. Y cuando el ego se da cuenta, hace un esfuerzo por callar, por abandonar esa posición. ¿Y quién hace ese esfuerzo? Pues yo. Y seguimos en lo mismo. Conocerse a sí mismo requiere de un “no esfuerzo” considerable, y lo más importante: ¡no hay quien lo haga! No trates de entender: solo siéntate en silencio, abandona toda idea de logro, de esfuerzo, toda intención, solo permanece. Verás diferentes aspectos que emergen. Entrega toda tentación a reaccionar y toda tentación a reprimir. Como una flor en el asfalto: ¡buena suerte!
TAI AIM
El eje Virgo ♍ Piscis o Neptuno-Mercurio, que es lo mismo, refleja la importante relación entre la realidad y los sueños. Virgo, como signo de tierra, y su regente, Mercurio, centran su campo de acción en la realidad inmediata, la vida cotidiana, las cosas que hay que hacer todos los días, las rutinas, la cotidianidad, etc. Por otro lado, Piscis, Neptuno es el mundo de los sueños, ideales románticos y la magia de la vida. Y es bueno observar esto: una vida demasiado pragmática, materialista y objetiva puede ser muy efectiva, pero es muy seca, incluso aburrida y tediosa, mientras que, por otro lado, una vida excesivamente imaginativa, soñadora o visionaria podría ser un choque continuo con la realidad. Así que la combinación PiscisVirgo, o Neptuno-Mercurio podría ser una vida muy feliz, al tocar con los pies en la tierra, pero tener la cabeza en el cielo, o quizás, por decirlo de otro modo, contar con un equilibro ínter hemisférico corazón-mente. El viaje por la vida puede ser tan variado como caminantes haya. Sin embargo, todos pasamos etapas y pruebas semejantes. Primero, la supervivencia,
después, vivir de acuerdo a las posibilidades genéticas y a la influencia cultural, más adelante, para algunos y no para todos, empezar a hacerse preguntas, y cuestionarse, en cierto modo, cuestionarlo todo. En esa etapa se inicia la búsqueda de sentido, de propósito vital: todo va en coincidencia con el proceso de individuación. Esto es, pasar de vivir como persona, como máscara y de reaccionar mecánicamente, a indagar sobre la esencia de uno mismo. El ser humano práctico hace, construye, logra y domina de diversos modos su medio ambiente. Todo ello como posibilidad normal de su córtex cerebral y su hemisferio izquierdo del cerebro. Este viaje del manejo y del control nos ha acompañado desde la prehistoria, y el dominio de herramientas simples como piedras o palos, hasta el siglo XXI y la era espacial. Por otro lado, ni toda la técnica ni el dominio maquinal del entorno pueden suplir la necesidad profunda de ser. El nivel descrito se ocupa del hacer y del tener, pero seguimos en pañales ante el misterio de la existencia. Ahí surge el descubrimiento del vínculo, de la conexión con todas las cosas, de los hilos sutiles que expresan la unidad oculta en la diversidad. El hombre práctico se comporta como un ciego ante lo que no puede percibir con su hemisferio izquierdo. Y no se trata de los sentidos, sino de captar mediante el otro lado del cerebro. Se puede ver lo que no se ve y escuchar lo que no se oye. Y sobre todo, el progresivo despertar al espacio entre todas las cosas, elementos y funciones es el mundo del vínculo, el espacio cuántico donde se dan las infinitas posibilidades.
Todo esto lo intuye el Piscis, el que está abierto a lo inmanente, al mundo del sueño despierto. La capacidad de soñar despiertos, de fantasear, de imaginar y de crear con el pensamiento e ilusionarnos con el corazón es como el correcto aderezo de una ensalada, lo que da gusto a un plato o la salsa de la vida. Sin la capacidad mágica de la mente, solo tendríamos átomos, hormonas, procesos y máquinas. Pero mediante el descubrimiento de la inteligencia vincular, tal y como la describe Eugenio Carutti, podemos vivir el enamoramiento, la pasión, el amor, los ideales, el goce y la posibilidad de construir un mundo maravilloso a partir de la realidad material. Es el ingenio humano. Como todo, la clave está en la divina proporción, en los números áuricos que no nos hagan perder en fantasías desproporcionadas, que al final sean un estrellarse con la realidad, ni quedarse viviendo en un mundo estéril y aséptico de cosas, máquinas, sin posibilidades creativas, ilusiones y la capacidad de embellecer la vida. En septiembre podemos usar el eje Piscis - Virgo para ser eficientes, ordenados y pragmáticos, sin dejar de soñar, idear y enamorarse de la vida. Es decir: convertirnos en magos de muestra realidad. Así que aprende a mirar al mundo en plenitud, el árbol y el bosque, lo pequeño y lo grande, el detalle y lo global, la razón y los sueños, la ciencia y el arte; observa también cuál es tu propia tendencia y permite que la conciencia, el darte cuenta, te equilibre.
TAI AIM
Hace ya un buen tiempo que en el Yug-Do hemos evolucionado: desde el bambú en las manos al bambú en la cabeza. El resonador –o punto de acupuntura 20 de Dumai, llamado Baihui, Cien Reuniones– es el lugar idóneo para colocar el Bambú en perfecto equilibrio. El despertar sensorial de este punto produce grandes cambios en nosotros mismos.
Para empezar, liberamos las manos de todo objeto, de todo agarre y función que no sea sentir. Desde ahí, y siempre en equilibrio, empezamos con Wu Chi, simplemente estar ahí, de pie, inmóviles, y en silencio. Estando, sin hacer, pero tampoco impedir.
Wu Wey es el estado de flujo, receptividad sin pasividad, acción sin movimiento, estar alerta sin control y despierto sin intención. Permanecer aquí y ahora y dejar que la existencia se despliegue por sí misma. De este modo, el Wu Wey, desde Wu Chi, con el bambú en el 20 de Dumai nos abre a un ciclo nuevo, nos espiraliza, nos activa la antena uraniana del Ser. Luego, en su momento, se inicia el movimiento fundamental: aquel que simplemente acompaña lo que hay, y lo que hay es la respiración espontánea y natural. Brazos, piernas y torso, todo sigue a la respiración, se acopla a la danza que irrumpe de la nada. Quizás luego se activen los dedos y las manos para representar al Dragón de las Profundidades, el pulmón, o el Tigre empujando la Montaña, el corazón,
el vuelo de la Golondrina Púrpura, el hígado, y el saludo al Templo Dorado, el bazo. Dao Yin o Tao Yin es el antiguo arte de hacerse receptivo al Tao, al Misterio Supremo. Luego, la tradición radiante de maestros y discípulos lo acabó convirtiendo en un cultivo, en un jardín, el Qi Gong, popularizado como Chi Kung. Todo es lo mismo, y nada lo es. Porque hoy hay técnicas que se compran y venden, mientras que en origen había poesía sensorial, creación y auto creación desde el corazón despierto que genera formas con las manos. El Yug-Do en la cabeza simbólica y realmente es una estrategia creativa, una construcción de un puente entre lo humano y el Ser. Una persona puede tratar de cumplir un sueño, de realizar un anhelo y de concretar un deseo; eso es algo que hacemos todos los días. Deseamos y
logramos, intentamos y a menudo, conseguimos sueños que se hacen realidad. Por ejemplo, quisimos hacer y vivir una Convivencia de Yug-Do en agosto, y lo logramos, lo vivimos, y luego ¿qué más? Pasamos de una realidad a la consecución de un sueño, y luego..., pues al final, la realidad retorna al sueño, y uno se pregunta si lo habrá soñado todo. ¿La reciente convivencia, su juventud, su niñez, su pasado..., dónde están? De vuelta al sueño, pero esta vez la inconsciencia se hizo más consciente.
Cuando decimos que de este mundo no nos podemos llevar nada, que venimos desnudos y nos vamos desnudos, que aparecemos y desaparecemos, ¿qué queda?, ¿memoria?, ¿aprendizaje?, ¿alma? Nada, no queda nada. Y quizás esto nos cree angustia, desconcierto, la búsqueda desesperada de que algo continúe. Y sí, efectivamente, algo nunca deja de continuar. La Nada. Y es que la Nada, el Vacío, es el Todo, sin conciencia, pero a medida que la conciencia se despierta a sí misma, entonces la Nada se convierte en Todo, y el Vacío en Plenitud. Somos la inconsciencia haciéndose consciente de sí misma. La forma, el ego, la persona y la individualidad es el sueño de la Nada en el proceso de convertirse en Todo. La esencia de la forma y de la realidad es el vacío, la nada. La esencia del sueño, es la conciencia, el Todo. Ambas cosas son lo mismo: como dos caras de una moneda. El infinito y lo finito, la eternidad y el tiempo, el individuo y la totalidad... Así que un cuerpo debajo de un bambú es una poesía en un bosque de niebla, allí en los albores del tiempo.
TAI AIM
En el mes de julio no parecía probable que pudiéramos tener un encuentro de Yug-Do en el mes de agosto. Normalmente venimos realizando no menos de seis convivencias al año: dos en Ecuador, dos en México y dos en España. Sin embargo, el 2020 ha cambiado la normalidad del mundo, y metidos como estamos en una profunda crisis sistémica global, parecía muy difícil que se pudieran dar las condiciones para ese proceso de renovación y regeneración que es cada encuentro de Yug-Do. Sin embargo, éste se ha realizado con un éxito total... Por supuesto que no se puede comparar una convivencia con otra: cada una es única y singular. No obstante, la Convivencia del 2020 no será fácil de olvidar. Han pasado el examen a Cinto Negro, tres nuevos candidatos: Eli, Cristi y Santi, 16 guerreros hemos trabajado intensamente en ese proceso realmente alquímico. Se ha reído, soñado, comido, y vuelto a reír. Ha habido Yug-Do muy temprano, al alba, y risas,
Yoga al medio día, y vuelta a reír. Meditamos, jugamos, bailamos, recorrimos el monte verde, y
vuelta a las risas. Hacía tiempo que no nos dolía la barriga de tanta catarsis, regocijo, divertimento y carcajadas. Sin duda que los meses de confinamiento habían comprimido mucha vida, represión y frustración, y en cuatro días –que han parecido cuatro semanas y a la vez cuatro segundos, de lo rápido y lo lento que ha
pasado–, nos ha permitido salir del tiempo, de las mascarillas, del coronavirus, de las pandemias, de los miedos, de las crisis económicas y de la incertidumbre, y regresar al paraíso original, a la inocencia consciente, al país de nunca jamás y el de jamás nunca: volveremos a ser los mismos. Hemos cumplido con Elena, su juventud de 70 años, el 30 aniversario del Yug-Do, el encuentro del Maestro y el Discípulo. Nino, el simpático, servicial y genial amigo, por fin celebró con nosotros su sueño de estar en estos eventos; y Eduardo, el amigo del amigo y de todos los amigos, nos ha regalado su sonrisa, su buen humor y talante: ha sido un verdadero placer. Y María, la prima de Eli, ha sido la compañera ideal, agradecida, simpática, dispuesta y aún sin conocer muchas de las disciplinas ha sido llegar e integrarse, una persona extraordinaria. Y qué decir de Eli, quien ha presentado su examen. Toda ella habla de pasión, de entusiasmo, de no saber
contener tantas emociones al sentir que encontró su camino, el que llevaba toda la vida buscando: no cabe dentro de sí, y es pura sonrisa. Cristi, a la que conocí discreta, callada, reservada y efectiva como verdadera Virgo, siempre en la observación, se ha soltado el pelo y la lengua. Ella, ¡cuánta vida tiene dentro!, ya luce su cinta negra, no se lo puede creer, y más que fue en compañía de Santi, su pareja. Santi, ¿qué se puede decir de este corazón que lleva a un hombre de la mano? Su risa contagiosa y su humor desenfrenado, nos ha regalado toneladas de alegría. Santi es un hombre profundo y con mucha vida interior, ahora ya está en su camino y dispuesto a darlo todo. Y la Escuela de Cintos Negros con Julio, con su experiencia, firmeza, es un pilar de confianza: le brillan los ojos de alegría. Ha ido pasando sus pruebas, y se le ve más firme y enraizado que nunca. Candy, con su sonrisa discreta, su saber estar, siempre al servicio de lo que se requiera, es como el alma del Dojo: pasando sus pruebas, turbaciones y turbulencias, pero cada día más firme en su propósito hacia la Luz.
Alexis ha cambiado, cambia a mejor cada día que lo veo: está implicado y participativo, se va convirtiendo en un verdadero puntal, siempre dispuesto, ¡qué gran hombre! Y Emily, ¡qué regalo tenerla aquí con nosotros, es un bálsamo para todos! Su entrega a la obra es total, ha desarrollado una empatía extraordinaria y ya se dispone antes de que se insinúe cualquier necesidad. Ella y su hijo Mati son ángeles para nosotros. Toño es el vivo ejemplo de la Obra. Es difícil ver cambiar tanto y tan bien a alguien: su paso firme al lado de la maestra y del maestro, lo ponen en el lugar de honor. Es un ejemplo de lo que todos tenemos que hacer. Y Eugenio, el imprescindible Eugenio, con su simpática sonrisa y humor, los cuales solo son comparables con su total entrega y disposición, siempre está para lo que haga falta con la sonrisa por delante. Con gente así, la Obra es tan profunda como divertida, tan sabia como agradable. Y Raúl, siempre Raúl, un Cinto Dorado, es un pedazo de Obra viva, con su entusiasmo, entrega total y sin condiciones, humildad y servicio impersonal, la mano derecha de la maestra, el paladín del maestro.
Y María, el Cinto Blanco, la maestra viviente, el aire que respiramos, el soporte de la Obra, siempre María, siempre para todo, sentido común, sabiduría, disposición y una simpatía tan grande como su sonrisa.
¿A dónde podemos llegar con un equipo así? Pues al infinito y más allá. Con esta gente no hay límites: son la conjugación perfecta del verbo felicidad. Maestro, Maestro de Maestros, Sat Arhat José Marcelli Noli, gracias, gracias, gracias por haberme aceptado, reconocido, apoyado y amado como un padre ama a su hijo. Esta Obra es tuya y solo tuya: con gusto
pongo un grano de arena, y siembro las semillas que tú generosamente me diste. La Obra continúa...
Hoy tocó aquí, pero las Escuela de México y de Ecuador nos miran y se suman al regocijo: ellos son también parte de este camino de luz y se están preparando e inspirando para cuando sea posible un nuevo encuentro en vivo y en directo en las tierras magníficas de América. Un abrazo a cada uno: hoy tenemos el alma más grande, y es gracias a ustedes.
TAI AIM
Caminar por las montañas, bosques y páramos, en tierra de lobos y osos, es un viaje a los orígenes, dónde te olvidas del mundo tecnológico, las circunstancias actuales y te limitas a la inmediatez. Camino, paso a paso, observo el abedul junto al río, como dice mi amigo Juanjo, estudiar un árbol, una vida... Más allá del ruido social, escucho al picapinos, más allá de las perturbaciones de la mente, el canto del torrente me conduce a la nada... Por aquí y por allá, un acentor, una violeta de páramo, unas increíbles nubes negras. Cómo cambia la montaña, cuándo la mano de niebla lo cubre todo. Hay mil mundos, en el mismo valle. Llevo días sin acordarme de la pandemia, quizás, con pequeños lapsus, al cruzarme con un montañero con mascarilla azul... ¿Qué utilidad tendrá aquí? Mejor ni pregunto, y pronto el magnífico y rotundo porte del Águila Ratonera, el Buteo, me conduce a paisajes más serenos. El primer lobo, lejano, fugaz, de estampa magnífica, me regresa al neolítico, al encuentro primigenio con lo indomeñable.
Horas de perderme en verdes prados, buscando al esquivo gato salvaje europeo (Felis silvestris), mirar y mirar, buscar y buscar, pero el gato sigue sus propias reglas, saldrá cuándo quiera. A la espera de un felino, siempre te acaba saliendo un oso. La vida es así. En el canchal, comiendo pudios, un joven oso mueve las ramas y se llena la panza de los pequeños frutos, en pocos minutos, la bruma se lo ha engullido, a él, y a los pudios, la montaña se viste de blanco, y luego, hasta la montaña desaparece, solo niebla. ¡Majestuoso! Con los primeros rayos de sol, contemplo los rebecos del collado, sus escaramuzas, peleas, brincos joviales, no existe nada más que este momento. Alguien me hace señas y enfoco el telescopio en la otra ladera. Un enorme oso negro camina con su bamboleo característico, no tiene prisa, no lo veo comer, pero si oler y babear, se sube a una roca y observa al poniente. Recorro cientos de metros en un milisegundo, con el telescopio, en la dirección que mira el oso negro, y ahí veo el
motivo de su anhelo, una osa marrón con su joven esbardo del año. La osa está más que inquieta, literalmente asustada, sabe que el oso negro matará a su cría sin dilación, para que ella entre en celo de nuevo y así poder aparearse. A gran velocidad, y siempre mirando hacia atrás la osa y su retoño, desaparecen entre los avellanos, por su parte, el macho, va lento, pero siguiendo el rastro del miedo. Puede parecer cruel, pero en la naturaleza, no existe el bien o el mal, sino el equilibro global, que, por supuesto, se expresa en múltiples desequilibrios parciales. El juego del Yin y del Yang, el claro oscuro de la realidad misma. Hoy me despierta el lacónico canto del cárabo, y me hace recordar que estoy aquí, en la inmensidad del universo infinito, bajo una bóveda tachonada de estrellas y una pálida luna creciente. Aquí el único rastro humano soy yo mismo. Me levanto y disfruto de la oscuridad. Pronto pasan los días y el concepto de tiempo urbano desaparece, dejo de pensar en horas, meses, y solo registro la estación... Final de verano, moras, escaramujos, madroños y
hojas de colores verde, amarillo y ocre, la vida y la muerte en una misma hoja en el zarzal. Con María nos asomamos al collado, los osos siguen bajo la niebla, el gato, solo recorre los prados de nuestro anhelo, en cambio dos corzas nos regalan su fina estampa... Buena manera de empezar el día. Alternando contemplación y paseo, recorro la mañana merodeando, como cualquier felino recorriendo su territorio, observando, oliendo, escudriñando cada rastro, excremento, huella en el barro. En la tarde noche, un amigo me hace señas, el gato montés está cazado topillos... Para cuándo llego a su posición el gato ya se ha escondido. Aún y así, esperamos, a ver si sale de nuevo... Me agacho y escudriño concienzudamente los matorrales, bajo un avellano me cruzo con la mirada del felino salvaje, me está mirando directamente, hace rato que nos tiene detectados y está haciendo lo mismo que nosotros, a ver quién mueve ficha primero. Lo hacemos nosotros, con cuidado, pero suficiente para que el gato Ninja desaparezca. Esta mañana está el cielo limpio y despejado, el prado del gato es un supermercado de ratas toperas, comida rápida para las aguilillas ratoneras, zorros, de los que hoy he visto tres, y el sutil gato montés, los enormes cuervos negros, tampoco pierden la ocasión. El gato Montes no es el antepasado del gato doméstico, honor que parece recaer en el Felis lybica, el gato africano. Ya se sabe de la afición de los antiguos egipcios por los felinos, para ellos animales sagrados, que incluso
momificaban junto a sus dueños, para seguir juntos en el más allá. El gato Montes europeo no se doméstica nunca, ni siquiera si es criado de bebé, siempre mantiene su recelo agresivo y montaraz. Quizás por eso me gusta tanto. Una majestuosa águila real planea sobre el risco, quizás buscando algún joven rebeco despistado, su figura es imponente, la reina de los cielos, hasta los lobeznos aprenden a esconderse ante su sombra aterradora. Recorro despacio la senda, mirando hacia el roquedo en busca de la silueta del gran plantígrado, hacia abajo, sin perder detalle a los prados, dónde con la diosa fortuna a tu favor puedes sorprender a corzos, jabalíes, zorros o algún gato. También pongo detalle a todos los muretes de piedra, dónde gusta esconderse el escurridizo armiño. En un río paramos a comer y contemplo un cartel que anuncia la presencia de nutrias, el mirlo acuático, que tengo muchas ganas de ver y el último mamífero descubierto en Europa, el raro desmán de los pirineos, una especie de musaraña de agua, que bucea y caza en los torrentes más limpios y fríos. Mientras el mundo humano cambia de forma vertiginosa, el paisaje natural sigue el ritmo de las estaciones. Mientras en la ciudad la gente está muy preocupada por la pandemia, la economía, la emigración y todo tipo de desastres, la ardilla se afana en almacenar avellanas para el invierno, los osos engordan y al lobo le irá creciendo el tupido pelaje del frío.
Con las siluetas de las montañas recortadas ante un nuevo amanecer, tomamos camino a la civilización, hay que regresar al hábitat humano y quizás sembrar algunas semillas de conciencia. Siempre manteniendo el recuerdo vivo del mundo real, aquel, anterior y posterior a lo humano, dónde los planetas giran alrededor de sus estrellas y algunos topillos instruyen a sus crías, en alguna galería subterránea sobre el peligro mortal de gatos, zorros y águilas, dura vida la de los pequeños roedores, base de la pirámide alimentaría.
Os deseo buena vida y no dejéis de llenaros el corazón de verde y azul.
TAI AIM
Siempre hay dificultad para entender y superar el desacuerdo. Es fácil entrar en contradicción cuando los que te rodean no cumplen tus expectativas. Eso nos rodea toda la vida, ya que somos seres sociales. La suerte de estar en un camino espiritual como el Yud-Do es la actitud de disposición a no quedarte ahí atrapado en tu desacuerdo. Aprendemos a estar y a situarnos en el lado correcto, y eso empieza con tu actitud hacia lo que ocurre. Cuando la práctica te llena de humildad, disposición y consideración hacia una compresión mayor, pasas a situar la relación con los demás por encima de tu egoísmo. Algo en ti cambia, y te haces el instrumento de la gracia divina que siempre ha estado en ti. No nos olvidemos que la búsqueda es como la isla del tesoro: nunca está delante de tu puerta y el cofre siempre está cerrado con llave. Antes tienes que descifrar el mapa. La llave de la actitud es algo que aprendemos con las tres herramientas básicas: Yo, nosotros y el guía. Dentro de una senda.
El Yug-Do de 30 años es tomar un bambú, y comprender que una vez en mis manos puede darme la llave que abre el cofre de mi libertad. La única llave que existe es el amor a mi camino espiritual, a mi Maestro y al “nosotros”. La senda de la libertad nunca es fácil cuando no trabajáis en la correcta actitud. Todo pasa por no engañarte. La gran mayoría de los seres humanos pensamos que los demás son el problema. Con la actitud adecuada la senda te libera y disipa la confusión de una mente atrapada en la dificultad. La solución no está en la puerta de tu casa: tienes que abrir la puerta y caminar. Después de 30 años sigo abriendo la puerta a la actitud correcta.
TAI MAS
(María Sánchez)
Arrabal
MARÍA ARRABAL
La humildad es la única verdadera sabiduría que nos prepara para todos los posibles cambios de la vida. George Arliss Nos acercamos a los más grandes cuando somos grandes en humildad. Rabindranath Tagore Los principios para vivir bien incluyen la capacidad de encarar los problemas con coraje, las decepciones con alegría y los logros con humildad. Thomas S. Monson En el carácter, en la forma, en el estilo y en todas las cosas, la excelencia suprema es la sencillez. Henry Wadsworth No hay grandeza donde no haya sencillez, bondad y verdad. Leo Tolstoy Hay algo en la humildad que exalta extrañamente el corazón. San Agustín El orgullo nos hace artificiales y la humildad nos hace reales. Thomas Merton Sin humildad no puede haber humanidad. John Buchan Ten la humildad de aprender de aquellos que están a tu alrededor. John C. Maxwell Es imprudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría. Es saludable recordarse que el fuerte puede debilitarse y el sabio puede errar. Mahatma Gandhi Un gran hombre siempre está dispuesto a ser pequeño. Ralph Waldo Emerson No fue hasta tarde en la vida que descubrí lo sencillo que es decir «no lo sé». W. Somerset Maugham La sencillez es siempre una expresión de la seguridad en uno mismo. Antonio Iborra
MARÍA ARRABAL
CLAVE DEL MES: “SOÑAR” PARA VER: “CODE” Dirección: Claude Lalonde 96 min. 2019 Canadá
FRASE DEL MES: " Cada día sueña tu vida y despierta en tu sueño” PARA LEER: “ Félix, un hombre en la Tierra” Autor: Odile Rodríguez de la Fuente Editorial: GeoPlaneta
Observo mis pisadas al caminar por un sendero. El sol brilla en lo más alto, y reparo en la luz hermosa del atardecer. Diferentes pajaritos libres y llenos de vida se cruzan en mi camino; nace desde mi corazón el agradecimiento a la tierra que sostiene mis pies, y también al cielo que alienta elevar mi corazón a lo más alto. El cielo es mi refugio, y la tierra me mantiene firme para una vez más para poder mirar al infinito del Universo y recordar mi origen. A veces no es fácil cargar con la propia mochila repleta de errores del pasado, de otros momentos, e incluso de otras vidas. Cierto pesar embarga mi corazón cuando pienso en las veces que me he traicionado a mí mismo dejándome arrastrar por mi ego personal, para después sentirme abatido o debilitado por haberme desviado del camino. Reconocer mis errores más allá de la pretensión de querer ser lo que no soy me pone en contacto con mi persona humana. Después de la caída solo queda levantarse, sacudirse el polvo y seguir adelante. Hay una oportunidad para empezar de nuevo con más fuerza y mayor conciencia. En ocasiones el error puede ser un gran acierto y de ello derivarse una oportunidad para el crecimiento. Es necesario observar las fallas y debilidades y estar dispuesto a la trascendencia, como bien lo comenta el maestro Antonio Iborra.
La mayor ambición que puedo conseguir en la vida es estar en paz conmigo mismo, y esa paz nadie me la puede regalar: la tengo que conquistar día a día, pulso a pulso y no debo permitir bajo ningún concepto que nadie me la pueda quitar. Durante muchos años he observado la naturaleza humana, ni hace falta decir que también la mía propia. Reflexiono desde donde se derivan las respuestas y las acciones; desde las más virtuosas y honorables hasta las más incoherentes y degradantes. Llego a la conclusión de que el origen siempre es la ignorancia o el conocimiento sincero sobre uno mismo. Los condicionamientos y automatismos son influencia de la educación y de la cultural social en la que vivimos. La virtud o la acción correcta es una herencia de la propia alma. Es aquello innato que traemos como regalo a este mundo y que hemos realizado en vidas pasadas. Cuando era pequeño puse a mi padre en un pedestal, después, con el tiempo fui viendo sus limitaciones e incongruencias bajándolo de ese mismo pedestal, sintiéndome decepcionado y traicionado. Siempre quería esperar lo mejor de mi padre y de mi madre, de todas aquellas personas a las que amaba y me causaban admiración. Cuando eres joven e inocente siempre esperas lo mejor de los demás y no piensas en que te pueden decepcionar, traicionar o vulnerar. Con el paso el tiempo aprendes a no juzgar y aceptar a cada uno con sus defectos y virtudes, con sus luces y sus sombras, sin culpabilizar y agradeciendo lo que cada uno
ofrece viniendo de la mejor voluntad del corazón; aprendiendo así a cultivar ese amor incondicional que unifica y me hace recordar que todos somos uno, venimos de la misma fuente, pertenecemos a la misma esencia espiritual que es en todo lo que me rodea y a la cual yo pertenezco. Recuerdo también mis fotografías a la edad de cuatro, cinco y seis años en adelante: en ellas estaba serio y triste. Con el pasar de los años fui descubriendo el porqué. La naturaleza de mi espíritu es la alegría y el goce de vivir desde la plenitud y el desarrollo de la conciencia. Doy gracias a la vida, doy gracias al Maestro por cada una de sus enseñanzas que procuro aplicar todo momento con mayor consciencia y optimismo.
TAI
Raúl Villar
La pandemia va avanzando de forma lenta. Ya tiene muchos decesos en nuestro país, ya que según el informe de la Secretaria de Salud van más de 57 000 fallecidos. Hay personas que son indiferentes a los cuidados preventivos y aunque otros más sí los llevamos a cabo, siguen los contagiados. También hay inconformidad por parte de algunos partidos políticos, pues señalan al gobierno por el desorden en el sector salud y la gran cantidad de muertes. El asunto es que esta experiencia me ha traído más tiempo para disponer hacia la disciplina, el servir impersonalmente a la vida, apoyar a mi familia, organizarme más y mejor, así como estar en los talleres con el maestro Antonio Iborra. Siento bien a mi familia: mis hijos están con sus familias y se van poniendo de acuerdo; el entorno se presenta hasta hoy con un mínimo de problemas; mis relaciones conmigo mismo las decido con armonía y disciplina, aunque en las emociones es donde más se me dificulta; y en cuanto a las relaciones con los demás, éstas son adecuadas y a veces inesperadas, por los distintos ritmos de los demás. A veces no expreso lo que quiero decir, y esto no lo hago por
prudencia tanto en los temas familiares, políticos, religiosos o de salud- enfermedad. Recuerdo que el Maestro ha comentado en algunas ocasiones que un animal sostiene una relación equilibrada entre él mismo, sus necesidades y el medio en el que habita. Hasta hoy descubrí que todo ser vivo absorbe y aporta energía: todo ser vivo se alimenta de otros y puede ser la comida de terceros, y que el mundo natural funciona a través de equilibrios biológicos, climáticos y cósmicos. La Senda me enseña que ninguna persona centrada, sana e inteligente se dedica a molestar o dañar a otros. Que cada alma tiene sus pruebas y procesos de maduración. Y encuentro que la primera responsabilidad es confiar y mantener mi propio equilibrio. Cuando escuché por primera vez decir que "Dios se está conociendo a sí mismo a través de la forma humana", me pareció una irreverencia, pero con el paso del tiempo y al reflexionar al respecto, comencé a comprender la grandiosidad de su contenido. Dios a través de mí mismo se está conociendo a él, ¡¡súper!! El ser humano es maravilloso, él es el parte aguas de todo con todo, del macrocosmos con el microcosmos,
de la luz con la oscuridad, etc., y la base todo es la conciencia. No puede haber conciencia en la Unidad. Y para que exista la conciencia se requiere la dualidad, y ¡ahí estoy yo!, con mi dualidad en todo. Es aquí donde tengo mi diario vivir y es aquí donde se asoma el equilibrio. Esto es algo realmente poco común, pues constantemente mi mente me desequilibra. La clave la encontré en la disciplina. Agosto es el mes de la luz, de los días de sonrisas y de los momentos llenos de vida. El sol nos otorga la oportunidad de la acción, y el propósito existencial. La vida es un impulso creativo a la diversidad, y el sol está ahí para ello. Gracias, Maestro, tu propósito existencial me despierta y me guía. Un
abrazo
solar.
TAI
SERAFÍN MENDOZA
Seis meses de cuarentena pasaron velozmente. La dinámica de nuestra familia se adaptó rápidamente a las circunstancias de la pandemia, y con ella encontramos la felicidad plena. Aun así, la ley de cambio llegó y nos modificó el horizonte. Glenn debía marchar a Canadá. Si bien la idea estaba ya en el ambiente, la ejecución del viaje se hizo velozmente. Todos los siguientes actos también los hicimos apresurados. Aun así, todo salió muy bien. Decidimos tomar unos días de vacaciones, aprovechando que hace un mes comenzaron a reactivarse algunos sectores, tales como el turístico. Optamos por Tepoztlán: muy solar y cerca de casa. Viajamos con Bamboo, y por ello escogimos un hotel con alberca y que acepta perros bellos. El escenario del albergue es tan hermoso, que nos hizo suspirar muchas ocasiones. Así que nadamos, reímos, jugamos billar y cartas, leímos, tomamos el sol y comimos delicioso. Yo medité frente a la montaña, entrené Yug-Do todos los amaneceres y brinqué en el saltarín. Pasaron los días
y el hotel recibió más visitantes: entonces decidimos subir el Tepozteco. Mis recuerdos de Yug-Do se mezclaban a cada paso con la realidad que vivía esta ocasión. Dos veces he subido este camino con el maestro Antonio Iborra y los compañeros, así que recordaba el ascenso, mis latidos y el silencio de la madrugada. Hoy, con razón de la pandemia, el pueblo está restringido y la zona arqueológica cerró, por lo que a mediodía el camino estaba vacío. Tanto así que encontramos cuatro chachalacas y dos coatíes frente a nosotros, además de ver zopilotes, aguilillas, muchas tórtolas y jilgueros, los cuales nos cantaban melodías espléndidas. La naturaleza rebosaba de alegría, y Bamboo bebió de sus manantiales. El corazón se aceleró con cada escalón. Bamboo y yo íbamos adelante, sin pensar en nada: solo en respirar. Glenn se detenía a admirar y tomar fotografías. La belleza de cada piedra
y árbol sugería nuevas enseñanzas. Cuando llegamos a la entrada del sitio arqueológico, solo nos percatamos de la existencia misma y de la placidez que da respirar en un bosque, ¡sin cubrebocas! Glenn está ahora en Nueva Escocia. Yo continuó en la ciudad de México. Estamos a la espera de que nuestros recuerdos y planes se reúnan para latir y sonreír plenamente en un aquí y ahora, como lo hicimos en este viaje a la montaña mágica del Tepozteco.
TAI
Ilihutsy Monroy
Desde luego está siendo una época convulsa. Por un lado dura, por otro. Son diferentes los momentos en los que me preguntó por el sentido o para qué me está sirviendo todo lo vivido y son diferentes las lecturas según cada momento..., pero si tuviera que resumir y sintetizar en una palabra, esta sería consciencia: darte cuenta de lo que te sucede, de porque te sucede y de que te toca hacer para resolver y trascender. Luego toca hacerlo. Veo más claro los momentos en los que me encuentro en estado más psíquico y de que debo entonces activarme más sensorial y físicamente para conectar el aquí y el ahora. Los estados pasan solos. Desde luego no concibo solucionar estos momentos desde la mente, removiendo más basura. Así que, procuro cambiar el cuarto sin hacer muchos aspavientos emocionales que es a lo que a menudo suelo tender… Esto me recuerda el chiste de la diferencia entre tender a subir y subir a tender...! Entre tender a subir emocionalmente y subir físicamente a tender, me interesa más lo segundo sin lugar a dudas...! Si, la verdad es que tomarse las cosas con humor quita presión, y ayuda a tomar perspectiva e irse al lado positivo de verse más a uno mismo, y no tomarse tan en serio. Por eso siento que hay que reírse más, sobre todo de mi, y a carcajada limpia, aunque a veces sea por
dentro. Sé que todo lo que ocurre es para mi propio crecimiento y aunque a menudo se trate de momentos incómodos para cualquiera, me están sirviendo para movilizar estructuras y explorar otras posibilidades, otros si se puede. Es como si el mundo y Plutón hubieran sacado a toda la humanidad fuera de su zona de confort. Nos rodaron el tapete cómo alguien diría... Por cierto, por decir plutón, me estoy acordando de Marte, Neptuno y Plutón en la Convivencia… y la verdad es que me río a
pierna suelta por dentro, y por fuera…! Para el que vio la obra tuvo que ser potente, pero igualmente lo fue el vivirlo por dentro. Marte se presentó y enciendió la mecha, para luego subir el fuego. Plutón, chiquitito pero matón, reventó por los cuatro costados, en todos los sentidos. Lo siento por si no salieron todas las salpicaduras de alguna ropa, creo que hay un aprendizaje importante ahí.
Reventar siempre tiene consecuencias. Por último, Neptuno lo batió, lo expandió con su “humaanooos” y al final lo conectó todo, para que el trígono espiritual se puediera dar. Recuerdo al bufón presentador, como calamar en su tinta, el canto de los árboles y la tierra, al nacimiento del pequeño buda de la montaña, con su puesta en escena, a los niños traviesos del final, se soltaron la melena y, por supuesto, a la sensual y trabajada danza de nuestras Guerreras de Yugdo, que devolvieron la suavidad, la belleza y la tranquilidad a la tarde de celebración, para continuar luego con la fiesta. Si hubiera un premio sería sin duda para ellas… Detrás de todo sentí la profunda risa de la Maestra, y la mirada del Maestro, abarcándolo todo, y disfrutando como un niño risueño y juguetón con su cámara. Y me vienen ahora precísamente palabras del Maestro de que en estos tiempos y en adelante los Maestros vienen en pareja, o en grupo, vinculados, trascendiendo géneros… El aprendizaje de estos días es la observación de los escapismos y juegos oscuros, preguntándome más a menudo qué estoy escondiendo o qué me cuesta ver. También la tendencia que tenemos a delegar en el maestro nuestra responsabilidad, la de ser piloto de tu
propio barco. A encontrar tu propio norte, sin tomarte tanto en serio, difrutando más del momento y retomar la senda continuamente, sin dejar de abrirte a la guía de tu referencia y tomando bien en cuenta sus indicaciones… Revisando alguna lección del Maestro me encuentro el nuevo código Bushido y me pregunto para que cada uno, a que me lleva cada uno de los axiomas, como peldaños hacia el crecimiento personal que no es más que conocerte un poquito más y mejor a ti mismo, y por ende, y al mundo que te rodea. Para inclinar la balanza a tu favor, ya que la astrología nos enseña cada día que la suerte no está hechada, hasta que tú lo decides. 1. Sinceridad- Transparencia: Ser sincero conmigo mismo es ganar en comprensión y hacerma más responsable de lo que siento y hago, porque me doy cuenta de que mi mundo, el mundo, lo genero o creo yo mismo. 2. Amabilidad: La habilidad de amar me lleva a la humildad y el respeto por todas las cosas y seres, porque en esencia todos somos lo mismo, todos somos uno, todos somos amor. 3. Lealtad: Ser leal a los demás, es serme leal mi mismo. Esto me conecta al compromiso, a asumir más reto y tener la oportunidad de mejorar, sobre todo en dignidad. Hacia el exterior e hacia el interior, conectando macro y microcosmos. 4. Superación: Salir de tu comodidad y seguir capacitándote te lleva a mayor crecimiento, a mayor
virtud y mayor excelencia. Perfeccionarte sin ser perfecto ya tiende hacia la perfección. Lo que revierte en mayor motivación y entusiasmo. También en lo que te rodea. 5. Comprensión: El observar, estudiar y estudiarme me permite mayor aceptación de que lo que ocurre está ahí para crecer, si lo aceptas, lo abrazas y lo íntegras. 6. Quietud: La soledad y el silencio son la antesala a la meditación a abrirte a una gran escucha, y que todo se digiera y asimile. Que el puzle vaya encajando y seguir con la siguente pieza. Y para ello es necesario trabajar el Callar. Es necesario querer callar primero para llegar a callar el querer. 7. Confianza: Sin confianza en tí no hay autoestima, sin confianza en el Maestro no hay camino. Confiar, me facilita una mayor entrega y servicio. Un dar- más y darme más. Gracias por estos pasos sabios pasos Maestro, gracias por marcar el camino. Siempre abierto a la actualización, al camino del Yogui, o debería decir, al camino del Yugdogui? Uufff, me entra la risa…! No se me olvida que queda pendiente un viaje a la India. Quién sabe… Maestro.
TAI
Eugenio Pareja
La manera más congruente para agradecer el camino trazado por el Maestro es a través de nuestra obra viva. Muchas veces hemos contemplado una obra como una escultura o una pintura con características estáticas y otras veces algo en movimiento como por ejemplo el teatro, la música o la danza. En cualquier caso, hay un guion, una línea, una forma, una técnica, o una coreografía que dirige. Sin embargo, una obra cobra vida cuando es dinámica, impredecible, única en su expresión y sobre todo cuando se crea a sí misma. A lo largo de estos años, y desde el día que me di cuenta por donde me había asomado, ha cobrado más sentido formar parte de una obra viva. Simplemente, mi vida tiene más sentido. He experimentado incontables momentos de conexión con eso que no se puede describir en palabras y numerables acontecimientos, a los cuales si puedo ponerle nombre. Lo que me doy cuenta ahora es que no importa el nombre que le pongas o la figura que le des en la mente, lo
transcendente es estar ahí plenamente presente y darte cuenta. Sea respirar con consciencia, caminar con el ritmo que toca, detenerse, empezar de nuevo cada amanecer, soltar algo o alguien, sobre todo las ideas o creencias sobre nosotros mismos, nos lleva a la transformación. Todo lo que está vivo requiere transformarse constantemente. Hay transformación involuntaria que ocurre en todo instante en nuestro cuerpo físico, llámale intercambio gaseoso, metabolismo, excreción, o miles de otros procesos milagrosos. Pero un caminante que siempre va hacia adelante no sólo se ciñe a los ciclos de su vida, el ritmo natural, los cambios de la vida misma, sino que busca activamente y con gran voluntad aumentar su capacidad de transformación. La disciplina que sugiere el noble camino del guerrero de Yug-Do va mucho más allá de una forma, de una técnica, de una línea, de un guion o de una coreografía. Es una gran oportunidad de percibir ese algo, como una música cuya melodía es armónica aun con constantes cambios pero donde nunca se deja de escuchar el silencio que
está de fondo. El que está conduciendo la orquesta hace una labor muchas veces incomprensible para la audiencia aunque recibe halagos con frecuencia. Hay una belleza tan evidente para quien escucha y contempla la obra que dirige aunque no comprende el código oculto en la combinación de sus notas. Cuando ya se ha aprendido a tocar algún instrumento, o a bailar una serie de pasos en la danza, toca cambiar de ritmo, de pareja, de escenario o de hemisferio. No habrá conclusión de la obra, no se visualizarán los créditos al final. Mientras hay vida, mientras los guerreros respiran, toca trabajar, y toca trabajar más porque la obra es interminable. Gracias Maestro, gracias al gran camino, gracias a la vida. TAI
Emily Ann Fitz
15- RECOLOCÁNDONOS Creo que fue la imagen de la práctica del Yug-do del grupo del CP Toño frente al mar, todos con su mascarilla esperando el amanecer para saludar al sol, recibir el día y respirarlo. Me emocionó la idea de lo que es ser guerrero, frente a todo, la disciplina, en silencio, en unidad, camino de paz, enlazando con lo divino… Y veo que el camino del guerrero es el valor de reconocer la necesidad del compromiso, son los hechos los que importan y más en estos momentos que hay un gran desánimo y desaliento. Y entendí a Mandela y a Gandhi… y todo el camino que hay que recorrer para encontrar la paz y ser la paz. Qué grandioso mensaje lleno de esperanza y posibilidades. Y a la vez que sencillo. No sé dónde aprendimos que las cosas complicadas parecen más efectivas. Y ha sido una célula microscópica, a la que le han puesto nombre y apellido la que ha parado el mundo, ha conseguido equiparar razas, ricos y pobres, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos e incluso todas las religiones del mundo. Ya no solo nos unifica la muerte, ahora también la mascarilla… Confiemos que sea la antesala de una nueva organización mundial más justa, más sensata y más humana. Las crisis sirven para encontrar un nuevo orden, se deshecha lo que no sirve y lo que se había creado era una ilusión que no se sostenía. No se puede evolucionar de espaldas a la vida y a la naturaleza que somos. El ave Fénix tiene ahora una gran tarea y responsabilidad.
Un asunto tan renovador ha tenido que partir de algo divino y poderoso, no puede ser de otra manera. Al amparo de la Tierra han acudido todos los planetas de la Galaxia, sus parientes más cercanos y aunque todos han colaborado en el plan, han sido principalmente los más sabios, los que han redirigido la operación, la imprevisibilidad de Urano, el poder transformador y eterno buscador de la esencia de Plutón, la fusión hacia una profunda espiritualidad de Neptuno. Su plan ha sido simple, hacernos reaccionar con el miedo. Un miedo que paraliza y produce una catarsis colectiva. Estamos comprobando toda la banalidad que nos rodea, que podemos vivir bien con la mitad de las cosas que tenemos, que muchos de los hábitos que mantenemos son innecesarios… Y pasar al siguiente nivel de conciencia, el poder darnos cuenta que todo lo que necesitamos lo tenemos nosotros o nos lo da la naturaleza. Que la Vida no acaba con la muerte, que no somos solo materia tangible, somos principalmente energía. Que esa energía invisible y silenciosa forma una maravillosa Unidad a la que se le da muchos nombres grandiosos. Existen muchas formas ancestrales de acceder a ella y desde ella podemos sanar la materia, nutrirla y transformarla. La Acupuntura, la Reflexología, el sonido de
los cuencos, de los mantras, del didgeridoo, el yoga, el taichi, el chi-kung, la meditación, simplemente saber que con la respiración podemos en un momento llegar a relajarnos como bebés o activarnos como guerreros. Ser conscientes de la dualidad en que funciona la vida humana e intentar fundirla, materia-energía, bueno-malo, arriba-abajo… Porque ahí esta nuestra aventura, y la labor del Maestro, enseñarnos el Camino y el por dónde y, aunque es ancho y cabemos todos, cada uno debe cargar su mochila y conocer sus limitaciones y sus talentos, y mirar siempre al frente. Confianza y Esperanza. Aprender a crecer en la adversidad, sentirte piedra, sentirte flor…, mientras pasa la nube. Aprovecho para agradecer al Maestro que me abriera la Puerta hacia el espacio infinito. Y me enseñe el lenguaje sagrado, donde habitan dioses y diosas, ninfas y titanes, todos los poderes y donde se cumple el sagrado misterio de la vida, La Unidad.
TAI
Maite Belaza
En un abrir y cerrar de ojos todo sucedió. Poner en palabras la experiencia vivida no es tarea fácil, así que solo daré pinceladas sobre lo que en la Convivencia aconteció. Para comenzar diré que hubo muchísima información con los estudios impartidos por el maestro, también con yoga y meditación. Durante la salida para ponernos en contacto con la naturaleza, viví una lluvia de emociones, la cual estuvo seguida de un derroche de humor y más alegría. Cabe aclarar que en esos momentos tuve cero preocupaciones. Ese fue un cóctel con los ingredientes necesarios, aliñado con chispa, cariño y mucho amor de la mano del respeto y seriedad que también estuvieron presentes cuando se les requirió, creando vínculos con mis semejantes. Todo se dio y fluyó. Si nada es casual –que no lo es–, doy GRACIAS al UNIVERSO, gracias, gracias, gracias, porque jamás hubiera imaginado estar donde estoy, vivir lo que estoy viviendo o sentir lo que estoy sintiendo. Muchísimo menos me imaginé que estas maravillosas situaciones pasaran gracias a estar de la mano de
dos grandes maestros, los cintos blancos Antonio Iborra y María Arrabal. Ellos son dos seres de luz reencarnados en este plano físico, con una altísima energía vibracional, quienes me son muy cercanos y que tienen una sencillez exquisita. No puedo decir más porque en este texto tengo que abreviar. ¡Les doy un fuerte abrazo, se les quiere! Al cinto plateado Toño tengo que dedicarle unas líneas. La primera es porque en la Convivencia “Con el palo de la verdad en mano, con los nervios del directo, sin guion, sin anestesia y en mi situación; ¡como que nooo! (yo puse de mi parte, pero no se dio) fue entonces que se produjo ahí, un corto-circuito fortuito y la pantalla quedó casi plana…” vamos, que solo me faltó decir “paso palabra” Ya de entrada…, cuando la CN Eli me pasó el palito, y haberlo pasado al CN Santi, je je je, pero claro, huir es de cobardes, así que me lancé y pensé; ¡hala, y que sea lo que
tenga que ser! Y la segunda; porque no regresó la conexión. De haber sucedido, hubiera pedido sin duda alguna, el palito de la verdad… ¿pidiendo el palito? Ja ja ja. La primera sorprendida hubiera sido yo… Por todo ello quiero expresar mi sentir hacia su persona, por su buen talante, gran corazón, amor y entrega. Por cierto, yo soy fruto de su labor. Fue su energía la que captó mi atención, y no precisamente la que irradia al tomar el bambú y realizar la práctica. No, no fue así: fue algo más profundo que traspasó fronteras, y me conectó a una parte de mí que se encontraba en standby hacía ya muchísimo tiempo. Ese fue el comienzo para mí. Aunque él ha sabido respetar mis tiempos: porque yo voy des-pa-ci-to, como Luis Fonsi… En este lapso transcurrido a su lado, no sólo me ha estado preparando, sino que también me ha dado ese empujoncito. Sí, ese que a los indecisos como yo les hace falta. Debo decir que tampoco quería ponérselo fácil, ya que ¡yo procuraba contribuir a su crecimiento! Quiero aclarar que realmente lo mío no era indecisión: era cuestión de quitar peso de la famosa mochilita. Ésa que no se ve pero se siente. Sabéis de lo que hablo, ¿verdad? A esa misma me refiero: la mía se cerró en banda y no le dediqué más, ya que ésta me dijo: “búscate la vida”, y pues ¡ni modo! Así llegué rodando
(al maestro también, en terapia) y rodando aquí he acabado hablando (los directos aun no los controlo). Y aquí estoy, con una nueva familia con la que me encuentro muy bien, a quienes siento conocer de toda la vida. Así pues mi estimado CP Toño, muchísimas gracias por estar ahí, por formar parte de mi vida, y mi más profunda enhorabuena por haberte superado, por ser quien eres y por tu buen hacer. Gracias, gracias, gracias… ¡Madre mía! como me he “explayado”. A ver si lo que voy a lograr es que después me pongan ¡una aguja para callarme! ¡Oh, no: ya di estas ideas! Eso siempre pasa: no sabía cómo empezar, y ahora no sé cómo callar. Lo que es cierto es que las palabras se me amontonan en la cabeza. Y aunque parezca broma, sólo estoy mostrándome cómo soy: esta es parte de la Cristi que no conocéis, y
que solo conocen los más cercanos. Por cierto, esa cara hace muchísimo tiempo no salía de su guarida. Y me es obvio que ahora está sucediendo gracias al maestro Antonio. Definitivamente, si no es por él de nada estuviera hablando. Mil gracias, maestro. No tenía ni idea que iba a plasmar estos tres últimos párrafos de esta manera, pues me estaba ciñendo al borrador. Sólo me he dejado llevar, y lo único que puedo decir es que ahora mismo me estoy reencontrando conmigo misma. Esto es fantástico, pues lo añoraba. A la vez siento raro, pues a la hora de expresarlo no estoy haciendo una fiesta de ello, aunque motivos tengo, pero esto ¡es lo que hay! Había perdido el humor, la alegría y es algo con lo que siempre había contado. Para mí, ello es fundamental. Por cierto: el reloj marca la 1:24 de la madrugada del día 21 de agosto, y estoy aquí sentada como los escritores cuando les llega la inspiración. Solo que la mía, ¡ya voló! Han sido unos días geniales, maravillosos. Diferente a todo lo vivido por mí, hasta el momento. No se puede poner en palabras todo lo que aquí se va a experimentar. Esta es mi primera convivencia, y espero poder disfrutar muchas más. Por eso, es una experiencia que recomiendo al 100 por ciento.
A todo aquel que se encuentre leyendo este fantástico Boletín, y no han tenido la oportunidad de haber compartido una convivencia Yug-Do, debo decirles que es una experiencia inolvidable. Les animo a darse la oportunidad, porque habrá un antes y un después de ella. Y para los que ya la conocéis, animaos para la próxima. Quiero enviar un fuerte abrazo a los hermanos de México y Ecuador, con quienes también pudimos compartir algunos momentos en esa Convivencia. Les agradezco el cariño y el acogimiento recibidos, se sintieron vuestras energías también, ¡muchas gracias! Cuando hemos compartido estudios on-line con el maestro, me parece increíble con que soltura y desparpajo se expresan. Pienso: “yo de mayor quiero ser como ustedes”. Los siento a tropecientos años luz de otros países como España, en líneas generales. Eso sí, me consta que eso no sucede con todos. Sin ir más lejos, eso pasa conmigo misma: al menos así lo siento yo. Besos para todos ustedes. Por
su
parte,
al
cinto
dorado Raúl, al cinto rojo Eugenio, a los cintos plateados Emily y Toño, a los cintos negros Julio, Candy y Alex, quiero darles a todos y cada uno las gracias por su apoyo, su cariño, el acogimiento, vuestro calor y energía. Muchísimas gracias. A los nuevos cintos negros Eli y Santi, mi más sincera enhorabuena, por su valor, coraje y trabajo. Y por último, a los compañeros Nino, Elena, Edu y Cristo, todos ellos son unos guerreros como la copa de un pino, que se sumaron a esta aventura y nos brindaron su apoyo, cariño y simpatía. Muchísimas gracias, también.
TAI
Cristina Gaspar
Y de pronto sucedió la magia. Magia es entrar en un Castillo de Cristal. Es encontrar, dentro de él, ángeles de la paz y guerreros de la luz. Magia es que esos seres de luz te acepten tal y como eres. No juzgan y respetan. Magia es que la bondad, la alegría y la paz que se respira en el Castillo de Cristal te inundan de emoción. Magia es encontrar el camino correcto hacia la luz.
Magia es que se te llene el alma de un amor incondicional. Gracias a mis guerrer@s de la luz por aceptarme en esta bonita y gran familia. Esto ¡¡¡sí es magia!!! Un gran abrazo.
TAI
Eli Toledo
Para mí, estos días de convivencia, han sido unos de los mejores días de mi vida, tanto como por la compañía tan grata de todas estas grandes personas como por las prácticas, estudios y charlas del Maestro. Los desayunos, almuerzos y cenas fueron sanos y riquísimos. Por ejemplo, en la excursión al monte nos dejamos medio estómago y quejadas de tanta risa, con esos juegos que nos dirigió el Maestro, quien con tanta sabiduría logró que
con tan poco y de forma sencilla nos partiéramos de la risa. No me podré olvidar que en cada comida siempre estaba presente el buen humor acompañado de las risas y de una tremenda fiesta. Y para terminar de hablar de tantas risas, diré que las obras de teatro fueron increíbles. Hace años que no me reía tanto. ¡Qué bonitos días! rodeado de gentes tan sencillas y repletos de amor, gentileza, amabilidad y ¡mucho más! Quiero recalcar que lo pasé tan bien que jamás olvidaré estos días tan maravillosos, tanto así que a la fecha de hoy todavía estoy aterrizando de todo lo acontecido. Qué felicidad tengo y qué afortunado soy por haber asistido. Gracias, gracias, gracias.
Le doy las gracias al maestro Antonio Iborra y a la maestra María por darme la gran oportunidad de poder asistir a tan bonito acontecimiento como es una convivencia de Yug-Do. Ustedes son unos fantásticos seres de Luz y Amor, y unos verdaderos sabios de la vida. También quiero darles las gracias a todos los demás componentes de esta convivencia. Desde el C. D. Raúl, hasta los compañeros que fueron de apoyo los cuales también sienten el camino del Yug-Do. P.D. ¡Aaaah!, y que sepan todos que haré lo posible por no perderme la próxima, y que encima iré con Mi Show de chistes. Ya que si en la primera convivencia que disfruto nos reímos como cosacos sin contar un chiste,
¡imagínense cuando contemos! ¡No nos queda nada! Otra vez, doy mil gracias al Maestro Antonio, a la Maestra María, al C.D. Raúl, al C.R. Eugenio, al C.P. Toño, al C.P. Emily, al C.N. Julio, al C.N. Candi, al C.N. Alex, al C.N. Cristi, al C.N. Eli y a los compañeros Nino, Eduardo, Cristo y a mi querida Bambina Elena.
Gracias, os quiero a TODOS. TAI
Santiago Yanes
QUESO VEGANO DE GARBANZO INGREDIENTES -1 Taza de garbanzo remojado desde la noche anterior. -1/2 Taza de arroz cocido. -1 Cucharada de sal. -1 Limón. -1/2 Taza agua. -1/4 de linaza en gel (se pone a hervir 2 cucharitas de linaza en dos tazas de agua. Al enfriar se hace gel). PREPARACIÓN Licuar el garbanzo, arroz, sal (de mar mejor), jugo de un limón y la linaza en gel con menos de media taza de agua. Retiro y lo llevo a cocinar hasta que se haga una masa espesa. Aparte bañar un recipiente con aceite y luego orégano o la hierba de su preferencia. Poner en este molde la preparación que debe ser una masa consistente. Llevar a la nevera por 40 minutos o una hora y desmoldar.
¡Salud y un Buen Provecho!
Martha Yánez
Continuando con las circunstancias actuales y, aunque el Maestro tiene previsto viajar a Tenerife finales de agosto (día 31), la Escuela Internacional de Yug-do se ha adaptado, y las actividades se siguen dando ON LINE, lo que resulta ser una oportunidad para que más personas de otros países y lugares del mundo, se puedan integrar a los Cursos, Talleres, Clases Prácticas y Terapias (también vía digital). ¡La vida nos apoya para que crezcamos y nos ofrece una buena OPORTUNIDAD!
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