Alegría y humor a pesar de la discapacidad
Memorias de Diego Luis Vélez Restrepo
Alegría y humor a pesar de la discapacidad Memorias de Diego Luis Vélez Restrepo Textos carátula Juan David Delgado Vélez Aporte fotográfico Silvia María Vélez Restrepo
Diseño e impresión Pregón S.A.S. Mayo de 2016 Medellín, Colombia
Contenido
Presentación............................................................ 5 Azucena Vélez Restrepo Inicio de lo inesperado......................................... 11 Inés Elvira Vélez Restrepo Memorias de Diego Luis....................................... 27 Recordando a mi hermano Diego Luis.............. 127 Inés Elvira Vélez Restrepo “Cirineos que nos ayudaron a llevar la cruz”......... 137 Inés Elvira Vélez Restrepo Oración para despedir a Diego Luis................... 147 Inés Elvira Vélez Restrepo La vida de Diego, un regalo de Dios................... 149 Amparo Delgado Uribe
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Presentación Por Azucena Vélez Restrepo
No es frecuente aceptar con valor, sonrisas, amabilidad y sentido del humor veintidós años de parálisis total, sin lamentaciones ni resentimientos, como lo hizo DIEGO LUIS VÉLEZ RESTREPO. Y tampoco es frecuente que una hermana durante 22 años acompañe día y noche el sufrimiento del hermano sin quejas, reclamos, ni lamentaciones y también con alegría y humor como lo hizo INÉS ELVIRA VÉLEZ RESTREPO. Por eso estos dos hermanos son los protagonistas de este libro. Y como son tan significativas y singulares estas dos experiencias de vida, hemos considerado importante consignarlas en testimonio escrito:
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Primero, como merecido homenaje a quienes las vivieron, o mejor, las padecieron.
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Segundo, para que motiven una reflexión sobre el valor y la entereza con que todos debemos asumir las enfermedades y dificultades que nos toque enfrentar. Y lo más seguro es que nos tocará de una u otra manera.
El 14 de febrero de 1994 Diego Luis sufrió un aneurisma cerebral. Lo aquejó un terrible dolor de cabeza y cuando el médico le dio el diagnóstico Diego le dijo a Inés Elvira: “Tengo una bomba de tiempo en la cabeza, prepárese para lo que sigue, pero lo que ha de ser menester que sea”. Imitando con esta última frase a Luis Carlos Galán cuando le advirtieron de las amenazas para asesinarlo o hacerlo desistir de su campaña. Diego Luis fue admirador de este gran líder y quizás su ejemplo lo animó a asumir con valor cualquier consecuencia que viniera después. Y qué bien que lo cumplió. Tres cirugías en el cerebro: la primera para intervenirle el aneurisma, la segunda para quitarle una parte del cráneo porque la inflamación del cerebro iba a ser mortal, y la tercera, para volverle a pegar la parte del cráneo que le habían quitado, la cual estuvo congelada durante un mes. Permaneció inconsciente durante cuatro meses y fue mucha la incertidumbre que tuvimos por las secuelas que le irían a quedar después de estas peripecias quirúrgicas.
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Recuperó el habla, pero no el movimiento, quedó paralizado de todo el cuerpo tanto que no se podía voltear en la cama. Sólo podía mover el brazo derecho, pero con tan mala suerte, que en las terapias por devolverle el movimiento le desprendieron el hombro. Entonces se hizo necesaria una nueva intervención para ajustarlo y por la espera para sanar se le pegó el codo, así que sólo le quedó movilidad en la mano derecha. Y fue con esta mano, después de ejercicios y terapias, como logró volver a escribir y pudo aprender a manejar el computador. Gracias a esta recuperación que duró dos años, tenemos sus escritos que son los que se incluyen en este libro. Después de dos meses de hospitalización, a Diego Luis le dieron de alta para que continuara su recuperación en la casa. Llegó aún inconsciente, sin habla ni movimiento, así que considerábamos “milagroso” lo que iba logrando. Sólo intuíamos que conocía algunos sonidos y que le había quedado intacta su memoria, por eso empezamos a hacerle preguntas por escrito, pero era muy difícil la comunicación. No podía hablar y aunque intentaba escribir sólo hacía garabatos ilegibles. Cerca de cinco meses para recuperar el habla, pero volver a escribir fue un proceso que duró más de dos años porque le tocó iniciar como a los niños con ejercicios elementales de escritura.
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Cuando Diego Luis estaba en el mejor momento de su vida le vino el aneurisma: se había graduado de abogado en 1992, había realizado el año rural como personero en el Municipio de Salgar, había superado las afújias de enviar hojas de vida, buscar recomendaciones, presentar entrevistas y por fin ingresar a la Fiscalía General de la Nación. En uno de sus escritos cuenta con gracia esa etapa de su vida. Todos en la familia nos sentíamos orgullosos de ese profesional del derecho que fundamentado en su esfuerzo estaba logrando su realización profesional. Por eso su enfermedad fue un golpe duro, muy duro para toda la familia. Jesusita, la madre, lo expresó en la frase “Como estábamos viviendo de bueno”. Claro, para ella fue gran satisfacción tener su hijo profesional con un empleo que le auguraba progreso y servicio a la sociedad, el futuro se mostraba alentador y agradable. Pero la vida cambia y en instantes o momentos el aneurisma truncó los anhelos profesionales de Diego Luis y llenó de tristeza y preocupación a toda su familia. La primera etapa fue de súplicas y esperanza por su recuperación, luego aceptación de la realidad y acomodación a la nueva situación. Aún sin creerlo totalmente, uno de los fisiatras que veía a Diego Luis nos lo confirmó: “Si en seis meses no se logra recuperar de las secuelas cerebrales, después de pasado este
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tiempo es muy difícil conseguir avances”. Así que lo más seguro era que Diego Luis permaneciera inválido. Mamá, hermanos, tíos, primos, toda la familia, había mantenido esperanza en la recuperación de Diego Luis, pero cuando se tuvo la certeza de que ésta era imposible, Diego Luis se convirtió en centro especial de las actividades familiares. Y no era sólo por la compasión que suscitaba su invalidez, era por su especial manera de ser. Visitarlo era agradable porque no había llantos ni lamentaciones, eran encuentros de saludos sonrientes, charlas, chistes, risas, y muchas preguntas por personas que había conocido y de quienes siempre recordó con precisión nombres y apellidos. Y gracias a Dios teníamos a Inés Elvira la hermana que se convirtió en “LA ÚNICA”, como Diego Luis la llamaba, porque asumió con absoluta abnegación acompañarlo en su discapacidad. Siempre hubo solidaridad de los demás hermanos en la medida de sus posibilidades, pero fue Inés Elvira quien asumió el compromiso de permanente acompañamiento. Su cariño, afecto y comprensión ayudaron a Diego Luis a aceptar su invalidez con alegría y buen humor. Por eso ella es también protagonista principal de esta experiencia y sus reflexiones hacen parte de esta publicación.
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Foto tomada dos años después del aneurisma de Diego Luis. De píe de izquierda a derecha, Gabriel Fernando, Beatriz Elena, Anibal, Inés Elvira, Carlos Emilio, María Eugenia, Mario Hernando, Martha Lucía, Jorge Enrique. Sentados desde la derecha Azucena, Margoth, Silvia María, Jesusita (la mamá) y Diego Luis.
Son varios los motivos de los hermanos Vélez Restrepo para divulgar estos escritos: •
Exaltar el recuerdo de Diego Luis mostrando a familiares y amigos el valor que tuvo para vivir 22 años de discapacidad.
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Divertirse leyendo sus memorias, una obra que refleja el sentido del humor que tuvo frente a sus limitaciones.
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Propiciar la reflexión sobre la fragilidad de la vida.
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Motivar el acercamiento a Dios para solicitarle valor y energía que nos ayude a sobrellevar las dificultades cuando se presenten.
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Inicio de lo inesperado Por Inés Elvira Vélez Restrepo
Para una mayor comprensión de lo que sufrió Diego Luis y lo que padecimos en la familia, antes de presentar sus memorias, que las escribió cuando recuperó la capacidad de escribir, se muestra el diario que hizo Inés Elvira entre el 12 de febrero y el 25 de abril de 1994, etapa que corresponde al diagnóstico del aneurisma, hospitalización e inicio de su recuperación en la casa.
Febrero 12. Diego amaneció con dolor de cabeza, en vista de que no salía a caminar como era su costumbre subí a saludarlo y me contó que a las 4 de la mañana se había levantado, abrió la nevera, tomó agua y le dio un dolor de cabeza muy grande, con vómito y daño de estómago. Yo pensé que era un guayabo, pues el día antes había tomado trago con Gabriel y Alejandro, el
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sobrino. Yo le dije: “Diego no va a poder volver a tomar trago, te hace mucho daño”. Le comenté a mamá que mientras más daño le hiciera, más miedo le cogía, no pensé que pudiera ser tanto el daño. ¡Qué escarmiento tan grande! Febrero 14. Como continuó con el dolor de cabeza le dije que lo acompañaba al médico. Por no estar bien enterados nos fuimos primero a Comfenalco, de allí nos remitieron al Hospital San Vicente de Paúl y de allí al Hospital Pablo Tobón Uribe. Al médico le preocupó su dolor de cabeza y le hizo un examen que demostró el derrame cerebral. Lo dejó hospitalizado y llamó a la neurocirujana, cuando oí esta palabra me estremecí. Eran ya las 6 de la tarde, la médica no vino y lo dejaron hospitalizado. Él estaba en una habitación compartida y por esa razón no lo pudimos acompañar esa noche. Febrero 15. Estuvo hospitalizado todo el día, por la tarde le hicieron una arteriografía y él mismo nos contó al salir que tenía una bomba de tiempo en la cabeza: una granada. Esa era la expresión que el radiólogo había utilizado. Cuando le pregunté cómo le fue, me contestó: “Bien, pero prepárese para lo que sigue”. La doctora Marín nos llamó aparte, nos mostró el examen e informó que era necesario operar, pues tenía un aneurisma localizado en una parte no muy favorable y que había derrame. La operación era de vida o muerte y de alto riesgo, sobre
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todo por las complicaciones que se presentarían después de la cirugía, como por ejemplo el vasoespasmo, explicó que era casi seguro por tener sangre derramada en la cabeza por más de 3 días. La doctora le explicó a Diego lo de la operación y con sólo decírselo se le subió la presión. Diego se veía muy nervioso y lloroso, por eso le pedí a la doctora que le diera un calmante para ayudarlo. Esa noche lo pasaron a pieza aparte y me quedé acompañándolo. Estaba preocupado, pero con una aceptación que me impresionó. Estas fueron sus apreciaciones: “Inés Elvira yo no voy a pedir vida larga, ni nada, como dijo Galán, lo que es menester que sea. Esto implica un cambio radical en mi vida”. Me pidió que hiciera dos llamadas: a Edgar un compañero de universidad, a quien también habían operado de aneurisma con resultados muy positivos y a Jaime Garzón, quien fue el alcalde de Salgar cuando él había sido personero. Después se fue quedando dormido, relativamente tranquilo. Febrero 16. Día de la operación. Por la mañana pasó calmado, preocupado, pero con mucha aceptación de la situación. Mamá, las tías y todos los hermanos vinimos a despedirlo. Todos recordamos la sonrisa que nos regaló de despedida. Febrero 17. Se presentó el vaso-espasmo cerebral, la complicación que temían los médicos. La situación se tornó muy grave.
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Febrero 18. Día crítico. Se presentaron infartos cerebrales en la parte frontal derecha. Muy preocupante, nos dio escalofrío. Lo único que podíamos hacer era rezar y esperar. Febrero 19. Otro día crítico. Diego en estado de coma barbitúrico. Vivíamos no solo nuestro drama sino el de los demás enfermos en cuidados intensivos. Febrero 20. Otro día crítico. Sigue en estado de coma, pero según los médicos estable. Febrero 21. Sigue la gravedad. Ya entendemos que quiere decir la palabra estable: no hay mejoría. Los médicos empiezan a decirnos que esperemos y recemos. Febrero 22. Fue un día muy difícil. Diego estaba muy mal. La preocupación era muy grande. En estos días nos sirvió mucho tener amigos, como Enrique Paredes, quienes nos orientaron y ayudaron a aceptar las cosas con calma. Febrero 23. El peor día. Diego estaba al borde de la muerte, el cerebro se estaba hinchando y herniando. Eran las 9 de la noche, los neurocirujanos decían que si no se operaba inmediatamente se moría. Fue una decisión rápida, no daba espera. No quise que los hermanos decidiéramos sobre la vida de él, le preguntamos a mamá y ella dijo: “Yo ya se lo entregué a Dios y a los médicos, que sea lo que Dios quiera”. La operación terminó a las 4 y media de la mañana, fueron horas angustiosas, sólo podíamos rezar.
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Febrero 24. Día muy difícil. Diego luchando contra la muerte. La operación fue heroica según expresión de los médicos. Le sacaron parte del cráneo para dejar que el cerebro se expandiera, no cabía, estaba demasiado inflamado. La operación fue muy difícil porque se les dañó la sierra eléctrica y la tuvieron que hacer con sierra manual. Los médicos contaron que en medio de la operación, la doctora Marín casi que tira la toalla y el doctor González no la dejó. Terminando la operación se asustaron porque a Diego se le bajó mucho la presión. El hueso que le sacaron lo guardaron en una nevera para después volverlo a colocar. Todo esto nos producía terror. Marzo 1. Sigue en cuidados intensivos, hoy le hicieron la traqueotomía. Marzo 3. Le retiraron el respirador. Lo vimos muy mal, empezó a despertar, abrió los ojos con una mirada que no reconocía nada. Lloramos mucho y a él también le vimos lágrimas. Marzo 6. Salió de cuidados intensivos para una pieza independiente. A mí me impresionó, me dio mucha lloradera, me producía susto el hacernos responsables de él, el cuidado de su cuerpo era de mucha responsabilidad. Había que cuidar su cabeza, las venas, moverlo para evitarle escaras y para que sus articulaciones no se pegaran por la quietud.
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Beatriz Elena Vélez (hermana) atendiendo a Diego Luis en sus primeros días de recuperación tras salir de la clínica.
Marzo 18. Diego está un poco mejor, sin fiebre, menos tos, la mirada más clara, juega con los dedos de la mano derecha, mueve más un pie, se dejó afeitar el bozo. Le repito mucho: “Diego, organiza tus pensamientos, maneja tu cuerpo, estás lleno de luz interior, de paz, de tranquilidad. Afronta cualquier situación con calma. Dios guía tus pasos”.
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Marzo 19. Sigue moviendo los dedos de la mano derecha. Se dejó lavar los dientes. Muy desvelado, no durmió en toda la noche. La doctora ordenó taparle el ojo derecho, esto le ha causado más trauma pues en sus manos se ve la tensión. Sigue tomando agua con mucha ansiedad. Marzo 20. Gloria Cristina la sobrina lo visitó y se impresionó mucho porque veía a Diego angustiado y lloroso. Le dieron agua con una cuchara. Gabriel el hermano menor dice que no le digamos pobrecito a Diego, que él volvió a nacer y ya es otra persona y seguro que llegará a tener muchas y mejores cualidades humanas. He notado que ya está moviendo la cabeza, pero se ve muy tensionado, muy rígido. Marzo 21. Este día los apuntes del diario fueron escritos por María Eugenia: “Mamá está muy enfermita, dicen que es el colon inflamado, se ve triste y preocupada, la situación de Diego la tiene así. Hoy regué las matas a las 5 de la mañana, reemplacé a Inés Elvira en esa tarea diaria, no se puede dejar acabar su jardín que de tanto tiempo viene cuidando. Martha Lucía va para la clínica, es muy buena compañía, pero si el enfermo se pone mal, ella se pone peor”. Marzo 21. Hoy le cambiaron la sonda vesical, le taparon el ojo izquierdo y le destaparon el derecho, así le van a tratar el problema visual que debe tener Diego. Mamá ha pasado enferma y a mí me empezó gripa, lo que me angustia por la posibilidad de infectar a Diego, por eso no debo ir mañana a verlo.
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Marzo 22. La doctora Marín estuvo viendo a Diego y está muy contenta con su recuperación. El doctor Hernando Posada también lo visitó y Diego se emocionó con su saludo. Nos impresionó esta reacción. Nos insistió en la necesidad de hacerle terapia física bien dirigida, como mínimo dos veces al día, nos dio una luz de esperanza. Marzo 23. Beatriz y yo no podemos ir a la clínica, las dos estamos enfermas y Silvia dice que es un castigo, pues las dos nos creíamos muy necesarias, pensábamos que las demás no eran capaces de cuidar a Diego Luis y les dimos oportunidad de mostrar sus habilidades. Es una prueba más, una renuncia, algo que nos conduce al desapego. ¡Qué curso el que estamos haciendo! Por la tarde asistimos a una misa que ofrecieron los compañeros de la Fiscalía en la iglesia del Sagrado Corazón en Barrio Triste. ¡Cómo quieren sus compañeros a Diego! En tan poco tiempo se ganó el cariño de todos. Marzo 24. Hoy tampoco pude ver a Diego, amanecí sin voz, ¡qué castigada! Yo que me consideraba tan indispensable, pero no, han estado los demás pendientes, hasta Aníbal pasó todo el día con él. Mamá estuvo visitándolo y me contó que le dio la impresión de verlo emocionarse. Dicen que le notan algo de conciencia, María Eugenia asegura que Diego le mató el ojo. La fiebre ha cedido un poco y se nota tranquilo. Marzo 25. Día del cumpleaños de Diego. El padre Iván Darío Londoño, un sacerdote muy
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querido en la familia, ofició una misa a las 9 de la mañana en la capilla de la clínica. Fue muy reconfortante, el mensaje del evangelio nos cayó apropiado: “Aquí estamos Señor para hacer tu voluntad”. A las 12 y media se llevaron a Diego de nuevo para cirugía para ponerle el pedazo de cráneo que le habían quitado. Salió para cuidados intensivos a eso de las 8 de la noche. Los médicos quedaron satisfechos, pues aunque era larga y delicada la intervención, no se presentó ninguna complicación. La demora fue hacer el empate del hueso, lo pegaron con unas platinas de titanio y con alambre. Alta costura la de estos médicos. El neurocirujano nos contó que la operación la fotografiaron pues parece que es algo novedoso y que servirá para estudio, dijo que vieron el cerebro muy rosado, muy lindo y con movimiento diferente a la anterior operación que se veía morado y feo. Nos anunció que íbamos para la tercera etapa de este proceso: la rehabilitación. Marzo 26. A Diego lo pasaron al medio día nuevamente a la pieza. La doctora dijo que estaba muy triste en cuidados intensivos, se vio que había llorado mucho, le taparon un ojo porque no lo había cerrado en toda la noche. Pasó con fiebre, se veía hinchada la cabeza y con un drenaje que le salía del cráneo. Esto nos impresionó, sobre todo a María Eugenia y Silvia María que amanecieron con él. Me dio tristeza dejarlas esa noche, se veían muy asustadas. EMPEZAMOS LA SEMANA SANTA, NOSOTROS YA TENEMOS EL CRISTO.
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Marzo 27. Domingo de Ramos. Azucena y yo pasamos con Diego todo el día. Ha ido mejorando, la fiebre ha mermado, está más tranquilo, recibe agua con cuchara como un niño. Mueve los dedos de la mano derecha y un poco los pies, tiene una mirada bonita, “corchadora” como dijo una enfermera. Todavía no se ríe ni da respuestas, sin embargo está más presente. Estamos con esperanza en la rehabilitación, nos hemos repetido tanto esta frase que ya la estamos creyendo: “¡Diego va a salir adelante!” El doctor González dijo que empezaba nuestro trabajo y tenía que ser hasta que Diego volviera a ser fiscal. “Qué por favor lo ayudáramos a lograrlo”. Marzo 28. Bajaron a Diego al primer piso al consultorio del otorrino, pues le pensaban quitar la traqueotomía. Azucena y yo lo acompañamos y nos dio mucha tristeza pues el doctor en forma despectiva dijo: “Este hombre no colabora, por lo tanto no se le puede retirar la cánula”. Fue necesario llevarlo a la Clínica Medellín para hacerle el examen de la laringe y ver si se podía retirar sin dañar las cuerdas vocales. La colaboración que pedía el médico era que Diego hablara, abriera la boca y dijera: ¡Ah!. Pero Diego todavía no obedecía ninguna orden. Marzo 31. Jueves Santo. A Diego lo dieron de alta, salimos de la clínica por la tarde. Nos lo entregaron con sondas, la de la alimentación se le salió al voltearlo y seguimos alimentándolo con cuchara y pitillo. ¡Qué susto verlo subir en camilla por las escalas al segundo piso, donde vivimos en el Barrio San Javier!
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Abril 1. Viernes Santo. Se ve más recuperado, se le sonrió a Darío Naranjo que vino a saludarlo. Recibe los alimentos con pitillo y cuchara. Abril 2. Sábado Santo. Empezamos la rehabilitación. Se llamó a Elvia, una fisioterapeuta y nos gustó el enfoque que le dio a las terapias, todo con mucha lógica. Al menos eso creemos. Tenemos que confiar, no hay más alternativa. En esto de la rehabilitación nos ha parecido que los médicos tratantes no dan suficientes orientaciones, entregan el paciente estable, como ellos dicen, y que la familia se las arregle como pueda. Nos sentimos abandonados, asustados y sin tener idea de cómo es una recuperación. Abril 9. Diego acarició a Miguel el hijo de Gabriel Fernando, también le metió el dedo a la boca a Campanita, la perrita que nos acompaña. Se ve tierno pero serio. Abril 10. Hoy Gabriel Fernando le enseñó a decir: sí y no con la cabeza. Parece que entendió. También le pedí que me señalara dónde le duele y me enseñó el pie. Estamos consiguiendo comunicarnos con Diego. Abril 11. Diego dio muestras de más presencia. Señaló a mamá, a Martha y a Natalia. También cogió un estilógrafo de Alejandro y escribió con mucha dificultad su nombre y la palabra DIM. Nos asombró esa demostración de lucidez. Se sonrió también con Enrique Carlos Arias, quien lo visitó.
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Nombres, figuras, palitos, bolitas, tal cual empieza un niño a escribir, así lo hizo Diego Luis hasta lograr una caligrafía completamente legible, material que hoy por hoy se convierte en soporte y alma de sus memorias.
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Abril 12. Diego reconoció a su amigo Jaime Garzón, se sonrió, le quitó el estilógrafo con su mano derecha, que es lo único que puede mover, le pasamos una libreta y con letra muy dispareja escribió Jaime. Se ve más consciente, hace algunas señas, saluda con la mano y esboza una sonrisa. Abril 14. Hoy hace 2 meses empezó el drama. Diego se nota más recuperado. Ya se sonríe con nosotros, escribió su nombre y empezó la gimnasia de las manos. Augusto Arango le armó una especie de gimnasio en su pieza.
Diego escribía de esta manera el nombre de la doctora Cecilia Marín, la cirujana que operó su aneurisma cerebral.
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Abril 15. Diego se ve mejor, dura un poco más sentado al borde de la cama, claro que sostenido pues no tiene equilibrio, se sonríe y señala algunas cosas. Escribió mi nombre y al preguntarle por su jefe en la Fiscalía escribió, con mucha dificultad, Ofelia. Yo creo que intelectualmente está lúcido, el problema es falta de movimiento. “Gracias a Dios”, nos repetimos. Abril 16. Anoche casi no durmió Diego, como no habla no sabemos cuál es su necesidad. Eso es lo duro de esta situación, que somos adivinando sus reacciones. Me dio mucha tristeza verlo decaído, pero se ve muy paciente. Saludó a Teresa, Luz Marina y Olga, les contestó con la palabra: “bien”, a su saludo. Se escuchó muy pacito, pero era su voz. Abril 17. Le contestó a Martha Lucía y a Darío Posada: “bien”. Fue más fuerte la respuesta. Abril 18. Diego se ve más consciente, se sonríe con nosotros, repitió la palabra: bien. Lo visitaron tres compañeros de la Fiscalía y les escribió sus nombres, claro que con garabatos casi ilegibles pero ellos se fueron felices, al ver que ese sí es Diego. Abril 19. Está muy adolorido, escribió que le duelen los hombros y el codo, Elvia dice que es normal por la fisioterapia. Se ve con más claridad mental. ¡Gracias a Dios! Pidió agua con la fórmula H2O y escribe más cosas en forma casi ilegible.
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En un comienzo Diego Luis expresaba sus dolores así. Tras la pregunta: ¿Qué le duele? Contestó con su puño y letra: “La mano”.
Abril 20. Cada día se ve Diego más presente. Nos sorprende su sonrisa cariñosa y bondadosa, como dice su fisioterapeuta: “Es un paciente muy paciente”. En una sesión de terapia al sentir dolor, dijo que le dolía el codo. Pocas veces ha pronunciado palabras. No vemos la hora de que Diego hable con facilidad.
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Abril 25. Cada día se ve mejor Diego, sobre todo su conciencia, es un milagro que su mente esté bien. Nos comunicamos más con él con señas y escribiendo, aunque algunas veces no logramos entender sus escritos. Una vez nos escribió: idas, sonsas, como decía papá. Demuestra tener un buen sentido del humor. Es maravilloso charlar con él en ese idioma. Aquí concluyen los apuntes de Inés Elvira sobre aquellos angustiosos días que paulatinamente se fueron colmando de aceptación, amor, esperanza y oportunidades para crecer. A continuación presentamos las reflexiones, historias, pensamientos y enseñanzas que nos dejó Diego Luis, transcritas fielmente de su diario, escrito hoja por hoja a puño y letra en un ejercicio admirable de disciplina, superación y recuperación tanto física como mental de su vida.
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Diego Luis inicia sus escritos en 1996, dos años después del aneurisma. Como sólo podía mover la mano derecha le tocó, como en la escuela, recuperar la escritura haciendo ejercicios. Cuando pudo escribir en forma legible inició su diario manuscrito y luego, en 1997, aprendió a digitar en el computador y por este medio escribió otra parte de sus memorias hasta el año 2011, cuando empieza a perder control de la mano derecha a causa del párkinson, otra consecuencia de sus lesiones cerebrales. Cuando se le dificultaba escribir o digitar, entonces le dictaba a Inés Elvira algunos relatos. Y en forma graciosa le decía: “Secretaria, papel y lápiz que vamos a legislar” añorando su profesión de jurista. Aunque
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nunca perdió la lucidez, le empezaron trastornos digestivos que le impedían concentrarse para hacer dictados y que fueron disminuyendo su interés por la escritura. Es así como sus memorias se desarrollan desde el año 1996 hasta 2011, etapa que lo llevó a la toma de conciencia de su situación, a la aceptación de su invalidez y a acomodarse a una vida de muchas limitaciones, que para disfrutarla, era preciso optar por la espiritualidad, las sonrisas, el humor y el goce ante la simpleza de lo cotidiano. Por ello, las memorias de Diego Luis Vélez Restrepo merecen divulgarse, son enseñanzas de vida. Se publican en orden cronológico conservando las fechas en que fueron escritas. Leerlas es adentrarse en una personalidad sincera, con mucha capacidad para disfrutar cosas simples y sencillas, ya que su total invalidez no le daba otra alternativa. Lo admirable es la aceptación y la capacidad de vivir alegre y de proyectar sonrisas a quienes lo rodeaban.
Año 1996 Febrero 26 de 1996. Este cuaderno me lo regalaron con el fin de “emputar” mi mano derecha hoy febrero 26 de 1996 la Asociación Mutual Villa Nueva dirigida actualmente por la doctora Azucena Vélez Restrepo, socióloga de la emérita y laureada Universidad de San Buenaventura y que también es orgullo de esta ciudad.
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Este es el primer párrafo escrito por Diego Luis en su firme propósito de recuperar las funciones motrices y documentar sus experiencias en este proceso. Así comienzan sus memorias.
Febrero 29 de 1996. Acabo de ver a “Quieta Margarita”, he tenido un día muy activo, a las 10 a.m. vino el doctor Ernesto Mejía, después al medio día vino el ingeniero Alberto Trujillo para adaptarme una máquina para poder mover las piernas. Luego esta tarde he quedado en poder de mi querida hermana Inés Elvira. Hoy es un día importante para Medellín porque se inauguró la línea B del Metro. Aníbal hizo una gran proeza, se montó una hora en el Metro y vino borracho de la alegría.
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Fragmentos del párrafo anterior escritos a puño y letra por Diego Luis en su diario.
Aclaración: La máquina de que habla Diego Luis marca un precedente muy importante para su manejo, explicarla puede ayudar a implementarla a otros pacientes que estén en situaciones de invalidez absoluta.
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El Sr. Alberto Trujillo nos instaló una diferencial como la usada para mover carga y que utilizamos para pasarlo de la cama a la silla de ruedas o de descanso. Fue una recomendación del sobrino Hernán Darío quien recordó que ese señor le había hecho trabajos a su padre Darío en la finca y realmente fue una solución, ya que para mover a Diego Luis en un principio, se usaba una sábana que cogían cuatro o cinco personas. Con frecuencia había que pedir ayuda en la tienda de la esquina, cuando recién había sido dado de alta del Hospital en 1992. Vivíamos en San Javier e Inés Elvira recuerda que le decía a Aníbal que se viniera con otros 3 borrachitos para que la ayudaran a pasar a Diego Luis. Este diferencial nos fue de inmensa utilidad para movilizar a Diego durante 22 años, por ello manifestamos un profundo agradecimiento a don Alberto Trujillo y también, por la recomendación de siempre utilizar cinturón protector de columna, ya que decía, que los cuidadores terminan más enfermos que el paciente por no adoptar las precauciones necesarias para su manejo. Para estimular a Diego Luis a escribir, Inés Elvira le ponía como tarea copiar textos reflexivos que le sirvieran para la aceptación de su situación, como el siguiente:
Marzo 6 de 1996. Oración de la mañana de Ignacio Larrañaga. “Señor, en el silencio de este día que nace, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con los ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo,
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humilde, suave y bueno. Ver a tus hijos más allá de las apariencias, como los ves tú mismo para poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que sólo los pensamientos que bendicen moren en mi espíritu, que sea tan comprensivo y bueno que todos los que se acerquen a mí sientan tu presencia, revísteme de tu bondad Señor y haz que este día yo te refleje.” Marzo 7 de 1996. Hoy estuve en el consultorio de la doctora Marta Lucía Tabares recomendada por el doctor Darío González, vecino de Margoth, quien sufrió también un aneurisma y fue tratado por ella. Después en horas de la tarde me llevaron a conocer la línea B del metro que llevaba una semana inaugurada. También fueron Lucía y Teresa que no la conocían, Miriam Castaño y Socorro González compañeras de Inés Elvira en el Banco Cafetero. A mí me llevaron en silla de ruedas Augusto Arango y Aníbal. Marzo 11 de 1996. Hoy estuvimos en la misa de bendición de la nueva casa de la tía Ritica, el padre Humberto Ochoa celebró la misa acompañada de un magnífico coro musical. Asistió toda la “Restrepamenta” y también fue Libardo Velásquez, pasamos muy bueno. Marzo 12 de 1996. Hoy vino la terapeuta para hacerme los masajes chinos, se llama Nelly Álvarez y la verdad es que por primera vez no me chocó esta clase de terapia, ella quedó de seguir viniendo todos los lunes.
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Marzo 14 de 1996. Hoy recibimos la grata visita de doña Lola Calad y sus hijos Carlos Alberto y Martica. Vimos la telenovela “Quieta Margarita” y luego me pararon en la camilla. Aclaración: La camilla también merece comentario, ya que nos sirvió para una terapia muy importante que durante mucho tiempo le pudimos hacer a Diego Luis. La camilla era una tabla ancha a la cual Diego Luis era sujetado con bandas: una debajo de los hombros, otra en la cintura y otra en las rodillas, con el fin de sostenerlo y poderlo colocar en posición vertical, en la cual podía durar una hora o más. Esta terapia nos la facilitó don Humberto Urán a quien le decíamos: “Que lo que no habían podido hacer los médicos, parar a Diego Luis, lo había hecho él como carpintero”. A Inés Elvira le quedó una frustración porque en el año 2015 se enteró de que existe una silla de ruedas especial llamada “bipedestación” ideal para lo que necesitaba Diego Luis, poderse parar. La solicitó a la EPS y con muchas dificultades, revisiones con fisiatras a los que les demostró la necesidad, argumentándoles que después de tantos años a la tabla le había dado comején y a ella osteoporosis, la aprobaron. Como ironía del destino la entregaron el mismo día que a Diego Luis lo estábamos despidiendo. Muchas cosas en la vida llegan tarde, él ya no necesitaba pararse, lo más probable es que ya estuviera volando.
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Esta camilla fue una herramienta fundamental, ya que permitió mantener a Diego Luis de pie, posibilitándole descansar y mejorar la circulación en sus extremidades inferiores, entre otros beneficios.
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Marzo 15 de 1996. Hoy vino mi querido primo Emiro Vélez y jugamos solitario en el computador y perdimos como siempre porque yo soy muy indisciplinado con ese ratón. Marzo 17 de 1996. Hoy vino mi prima Mabel Restrepo con el equipo de la gimnasia pasiva, la verdad es que me gustó mucho porque sirve para que se muevan los músculos dormidos del cuerpo. Pero hoy ha sido un día fatal para mí porque perdió el Medellín con las pecuecas del Nacional. Marzo 21 de 1996. Las 7 leyes universales del éxito. Cómo aplicar la ley de la intención y el deseo. Pondré a funcionar la ley de la intención y el deseo comprometiéndome a hacer lo siguiente: 1- Haré una lista de todos mis deseos la llevaré a donde quiera que vaya, miraré la lista antes de entrar en mi silencio y mi meditación. La miraré antes de dormir por la noche y la miraré al despertar por la mañana. 2- Liberaré esta lista de mis deseos y la entregaré al seno de la creación confiando en que cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay una razón y el plano cósmico tiene para mí unos designios muchos más importantes que los que yo he concebido.
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Marzo 22 de 1996. Hoy asistí al encuentro con mis compañeros de estudio universitario. Asistimos aparte de mí: Héctor Parra, Alberto Zuluaga, Hernán Pérez, José David Marín, Giovanni Guacci Carlo, Beatriz Cartagena, Gloria Montoya, Gloria Molina, Clara García, Gisela Manrique, Betty Rivera, Claudia Giraldo, Diego Estrada, Alberto Ángel, Alberto Gómez, Oscar Aníbal Giraldo. Estuvimos hasta las 11:15 p.m. cuando vino por nosotros Jorge Trujillo y llegamos a la casa casi a las 12 de la noche, me acompañaron Inés Elvira, Aníbal y mi sobrino Hernán Darío. Pero la verdadera razón para venirnos fue la llegada de un conjunto vallenato con una música que no la aguantaba ni “el putas”. Marzo 25 de 1996. Cumplí mis primeros 40 años y nos fuimos hacia la finca de Azucena y Julio que se llama El Vergel, también fueron Gabriel Fernando y sus dos terremoticos Miguel y Verónica. Invitamos también a nuestros queridos primos junto a su madre Doña Rita. Allí en la finca se hizo un asado muy delicioso que colmó el hambre de todos los asistentes, mejor dicho, la carne alcanzó para todos inclusive para repetir, o sino, que lo digan Óscar Vélez y Augusto Arango. Después pasamos la tarde, cada cual por su lado se dedicó a hacer rancho aparte, a recorrer la finca, a tomar aguardiente hasta que se creó el conjunto de las
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independientes conformado por Nelly, Leticia y Luz Marina. Hasta que por fin nos vinimos a las 6 de la tarde, pero en general pasamos muy bueno, feliz y familiarmente. Marzo 26 de 1996. Hoy tuve a las 10 de la mañana terapia con la maso terapista que se llama Nelly Álvarez, yéndome muy bien, aunque siempre en algunos puntos me tiene que hacer duro, pero la que si duele es la terapia neural porque es con inyecciones en la cicatriz que me quedó en la cabeza, a raíz del aneurisma que me dio y que me operaron hace dos años. Hoy vino Amparo Naranjo y trajo la película de los 80 años de doña Merceditas Ossa. Marzo 28 de 1996. Hoy me levanté a las 7 de la mañana para ver el noticiero de RCN y desayunar con fruticas revueltas, después empezamos a leer El Colombiano y aún no lo hemos terminado. Como de costumbre veo a “Quieta Margarita” a las 4:30 p.m. luego me pongo a escribir este diario y después me voy al computador para jugar el solitario con la ayuda de Inés Elvira porque yo solo no he sido capaz de ganarlo. Abril 4 de 1996. En el día de ayer me hicieron la segunda terapia neural, pero esta vez no me dolió tanto como la primera vez, la médica dice que me va a convenir mucho porque la procaína sirve para despertarme las neuronas dormidas del cerebro.
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Abril 8 de 1996. Ya finalizó la Semana Santa. Después de estar dedicados a la oración, a ver las procesiones, me llamó la atención lo de mi hermana María Eugenia quien en forma extraña se dedicó a la oración, a la adoración y a la contemplación del Santísimo Expuesto para salir a las volandas del templo y venirse a la tienda a comprar esa inmundicia llamada cigarrillo. Abril 9 de 1996. Hoy celebramos el cumpleaños 51 de mi hermana Inés Elvira. A las 7 de la noche vino el doctor Jorge William González para examinarme y ver los aparatos que me han instalado para moverme, la verdad es que llevé del bulto con él porque éste médico es muy exigente conmigo, pero al final se fue satisfecho según me contó Inés Elvira. Me dejó de tarea que hiciera una terapia más exigente y fuerte para mí, porque según dice mi hermana Azucena yo “voy pal morro”. Abril 10 de 1996. Hoy vino mi primo Jaime Restrepo junto con Betty y Magola. Para mí fue una grata sorpresa ver a Jaime pues recuerdo que la última vez que lo vi fue en el entierro de William Restrepo. Hoy comencé el día como de costumbre viendo los noticieros de la mañana en la televisión. Como novedades cuento que Azucena vino con un programa, el data legis, pero no se supo instalar, así que ella se quedó con las ganas de que yo siguiera estudiando derecho.
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El almuerzo fue delicioso ya que María Eugenia se reivindicó con el ajiaco que hizo y así retiro las palabras que dije por los espaguetis que me preparó. Abril 12 de 1996. Hoy a primera hora me levanté a las 6:30 a.m. para ver el noticiero de Pacheco, después desayuné las frutillas coloradillas y encima una harinita según instrucciones de la dietista quien no nos gustó mucho ni a Augusto Arango ni a mí. Abril 13 de 1996. Hoy vinieron Leonor Escobar y Enrique Carlos con su señora Silvia y su hijo Ricardo, que está muy lindo. Me saludaron y le compraron arepas a María Eugenia. También pasó Clemencia Naranjo con su mamá Merceditas Ossa, también le compraron arepas a María Eugenia. También vino Emiro Vélez y Jairo su querido hermano, que en esta casa nos colabora mucho, sobre todo a mí y a Inés Elvira. Abril 18 de 1996. Hoy vino al medio día Juan Carlos Vélez Escobar para examinarme los ojos y las gafas. Me dio otra fórmula para que cambiara los lentes y encargamos a mi querida y dulce hermana Beatriz Elena para que me los consiga. Antier me llevaron al consultorio del doctor José Hernán López Toro que es bioenergético y como cosa importante me suspendió la terapia neural y le gustó mucho la maso terapia china, quedamos de volver dentro de un mes.
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Abril 19 de 1996. Hoy he tenido un día más o menos tranquilo. Vino Margoth a contarnos una nueva noticia que le habían aprobado su pensión de vejez con efectos retroactivos. La gordísima María Eugenia durmió todo el día porque tuvo que hacer arepas toda la noche anterior, por eso se justifica su descanso. Abril 22 de 1996. Hoy voy a copiar la oración de Ignacio Larrañaga. “Señor, colma de esperanza mi corazón y de dulzura mis labios. Pon en mis ojos la luz que acaricia y purifica, en mis manos el gesto que perdona. Dame valor para la lucha, compasión para las injurias y misericordia para la ingratitud y la injusticia. Líbrame de la envidia y de la ambición mezquina, del odio y de la venganza y que al volver hoy nuevamente al calor de mi lecho pueda en lo más íntimo de mi ser sentirte a Ti presente. Amén”. Abril 24 de 1996. Hoy vino la maso terapista Nelly Álvarez después del baño puntualmente como ha sido y me encontró muy bien. Después vino a visitarme Javier Montoya el hermano de nuestro querido cuñado Julio César. Hoy vamos a celebrar el cumpleaños de la sobrina más querida, Mary, la costeñita maluca gran admiradora del cantante Carlos Vives, quien no es mucho de mi agrado por su forma de vestir. Estoy a la expectativa por saber el resultado del partido Colombia-Paraguay para hacer fuerza por Colombia, ya que en materia del campeo-
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nato que se está jugado actualmente, sí que me decepcioné del Medellín, porque está perdiendo todos los partidos y si sigue así va emputado hacia la primera B, para alegría de Aníbal, que es uno de los hinchas inmamables del Nacional, que se creen las vacas que más cagan, en fin, se creen los más sabidos o mejor dicho, dejémonos de vainas. Abril 26 de 1996. Hoy después de ver a Quieta Margarita me correspondió oír el chismorroteo de mis hermanas Azucena, Beatriz, Margoth y María Eugenia, la fumadora empedernida, que se dedicaron a hablar pura y física paja o como ordinariamente se dice pura mierda y yo como un guevón escuchándolas. Como cosa rara no vi a María Eugenia fumando cigarrillo o será que se aguantó las ganas. Abril 28 de 1996. Hoy me levanté a las 7 de la mañana para ver las noticias de Telematinal, después del baño me tocó la tortura del partido Nacional-América. El América perdió por los goles que se dejó hacer del enchepado Nacional, porque yo no me trago el cuento de que Aristizabal lo llaman “Aristigol” sino que yo lo llamo “Aristiarepa”. Pero el Nacional con su buena suerte y chepa y con el árbitro a favor tenía que ganar el partido sea como sea. Aunque el inmamable de Aníbal haya dicho que a Nacional le habían anulado 3 goles, perdonado 2 penaltis y con el árbitro en contra, o sea, que según él,
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Nacional debió haber ganado 7-0, pero pobrecitos hay que dejarlos así y como dijo Cristo: “Perdónalos porque no saben lo que hacen” y como dijo mi general Bolívar: “Es más fácil libertar 5 repúblicas que convencer a un bruto”. Abril 29 de 1996. Que tristeza la mía, yo creo que Aníbal si tiene la razón con el chiste del genio o sea que es más posible resucitar un muerto, que el Otrora Poderoso DIM quede campeón, aunque me ratifico en lo que he escrito en páginas anteriores sobre el Nacional, sus odiosos hinchas y sus crecidos jugadores. Abril 30 de 1996. Hoy no quiero escribir, voy a leer mejor los aeróbicos espirituales. Mayo 3 de 1996. Hoy se celebra el día de la Santa Cruz. No vamos a rezar los mil jesuses, vamos a hacer una oración en familia por nuestras intenciones particulares, por nuestro bienestar físico y espiritual. Especialmente porque yo pueda recuperar el movimiento en mi cuerpo y también para que María Eugenia deje esa fumadera tan verraca, ya que aprovecha todas las visitas para participarles el humo. Se me olvidaba anotar que ayer vino mi querido hermano Jorge Enrique de Turbo, yo estaba esperando buenas noticias monetarias de él, ya que me debe cien mil pesos, pero veo que esa plata no la voy a recibir por las razones tan pendejas que saca, son inadmisibles para mí, porque ese cuen-
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tecito del paramilitarismo, el ébola, el cólera, no se lo cree ni el putas. Sabiendo que Jorge es acaudalado cafetero de Fredonia, dueño del mejor estadero de Turbo, además es un inversionista financiero aquí en Medellín, cómo no va a tener esa plata y yo como una pelota esperando que el potentado me pague. Mayo 8 de 1996. Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, dedicado a resaltar las luchas y sufrimientos que por ejemplo en Colombia han tenido las mujeres. Mayo 24 de 1996. Después de un largo tiempo vuelvo a escribir mi diario, ya que me di unas muy merecidas vacaciones mentales e intelectuales, porque según mi querida hermana Azucena yo debo seguir escribiendo mis memorias hasta convertirme en otro García Márquez, pero yo no estoy interesado en pasar a la historia y tener que competir con Gabo, ya que no tengo la capacidad narrativa e imaginativa de ese maestro de Aracataca. Mayo 28 de 1996. Hoy me visitó el doctor Ernesto Mejía con el fin de evaluarme y por ahí derecho mostrarle los aparatos que me han instalado. Se fue muy admirado y me vio más flaco. Mayo 31 de 1996. Hoy que se celebra el Día Internacional del No Fumador, estoy pendejamente confiado en que María Eugenia se arrepienta del vicio que tan nefastos y mortales son sus efectos,
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pero a ella no vale decirle algo que tenga que ver con esa porquería de vicio, en cambio, a mí me la tiene montada porque me dice que yo soy un fresco y también que soy un instalado, tocón, manón y güevón, pero a palabras necias oídos sordos. Junio 15 de 1996. Después de un receso hoy vuelvo a escribir. Hoy fuimos al cementerio para visitar la tumba de Don Mario, ya que hoy se celebra el día del padre. Fuimos con Inés Elvira, Augusto Arango y Aníbal. Gabriel nos llevó en su carro y después nos trajo. Pasamos muy bueno, aunque siempre que salgo con Aníbal me tengo que aguantar los descaches y las mismas güevonadas de siempre. En la casa nos esperaba un almuerzo de tamales hechos por María Eugenia, los más condimentados del mundo, claro que a Inés Elvira y demás comensales les parecieron deliciosos y yo no emití ningún calificativo sobre dicho almuerzo. Junio 18 de 1996. Siendo las 6:25 de la tarde y después de estar parado 2 horas y media en el “pódium”, vuelvo a escribir este diario para tratar de vencer esta pereza mental que he tenido en los meses anteriores. Pero de todas maneras ya es un progreso, he ganado el primer juego de solitario en el computador. Junio 19 de 1996. Hoy a las 10 a.m. vino la maso terapista Nelly Álvarez para hacerme los masajes chinos, después de almuerzo vi el noticiero de
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Teleantioquia y las “Agujetas de Color de Rosa”, para después pasarme a la cama con nueva titular, la dichosa y empedernida fumadora María Eugenia, con quien me fue divinamente, exceptuando la bajada en el arnés, ya que por impericia en el manejo del aparato o garrucha caí de nalgas en la cama (menos mal que fue en ese objeto porque de lo contrario hubiera sido otro cantar). Junio 20 de 1996. Hoy he pasado un día relativamente tranquilo. Anoche vi el partido América-River Plate de Argentina, por lo tanto, amanecí muy contento porque pienso que este año va hacer el año en que el América se gane la Copa Libertadores, para amargura de Aníbal, quien es un hincha resentido del Nacional y no ve que al Nacional le pueden igualar el pírrico récord que tiene conseguido a base de juego sucio, etc. Pero no quiero seguir tocando este espinoso tema. Junio 22 de 1996. Hoy no quiero seguir con mi diario porque mis terapias me están copando todo el tiempo y como quedo demasiado agotado, es mejor en el computador un juego de solitario. Junio 24 de 1996. Hoy se conmemoran los 61 años de la muerte del genial Carlos Gardel cuya música ha traspasado las fronteras patrias; y especialmente recuerdo a dos primos bien aficionados a los tangos, Guillermo y Alfonso Escobar, éste último de imborrable memoria, ya que se manejó muy bien conmigo en Salgar,
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pero por ahora es mejor dedicarme a jugar en el computador un juego de solitario, ya que por fin he estado aprendiendo este agradable juego. Nota Adicional: Después de haber jugado varios solitarios gané dos y el último cuando estaba por ganarlo ocurrió algo desastroso, se dañó el mouse o el ratón y tuvimos que llamar al corto circuitos de la casa, o sea a Aníbal para que lo arregle. Junio 27 de 1996. Hoy voy a copiar parte del siguiente tango que me gusta mucho: Quien vivió, quien vivió en esas casas de ayer, viejas casas que el tiempo bronceó, patios viejos color de humedad, con leyendas de noches de amor. Platinadas de luna las vi, y brillantes con oro de sol, y hoy sumiso las veo esperar, la sentencia que marca el adiós, y allá van sin rencor, como va al matadero la res, sin que nadie le diga un adiós. Junio 28 de 1996. Ayer vino de Turbo mi querida hermana Silvia María y me trajo un suculento almuerzo de pescado de su restaurante llamado El Paisaje y también un pollo que me regaló Jorge Enrique, quién también mandó una filmación del Estadero Rotitom, que por cierto fue desastrosa por la tembladera que tenía el que la hizo, por esa razón no se distinguía muy bien la imagen, pero como yo he ido varias veces a ese lugar tengo que volver allá para ver los nuevos adelantos.
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Julio 8 de 1996. Ayer domingo pasé un día muy bueno por dos motivos: el suculento almuerzo de lengua sudada hecho por mi querida tía madrina Teresa, después me instalé para ver el partido Colombia - Uruguay que al final ganó Colombia 3-1 aunque el inmamable Aníbal diga que el equipo pecueca del Nacional fue el equipo base de la selección, pero yo me cuestiono una inquietud, ¿será que el Pitufo de Ávila o Valderrama o Rincón, o el mico de Asprilla, son jugadores de inmamables equipos semilleros de jugadores testaferros del tristemente célebre Pablo Escobar? Volviendo sobre la selección otro motivo de alegría es que no haya jugado Higuita porque si hubiera jugado a Colombia le hubieran metido dos o tres goles porque es mucha la diferencia que hay con Mondragón, ya que además de ser un arquerazo, no es basuquero, es buen ciudadano y más bonito que ese mico de Higuita, aunque el inmamable Aníbal me haya dicho que si Higuita hubiera jugado Colombia habría ganado 6-0. Julio 12 de 1996. Hoy amanecí muy verraco con los Estados Unidos porque le quitaron la visa a Samper, le hicieron caso al embajador gringo el inmamable Míster Frechete pero en cambio estoy muy contento con el fútbol porque primera vez que le gano una apuesta a Aníbal debido al partido Nacional-Cali, en el cual Nacional además de hacer vergonzosa presentación perdió merecidamente 3-1.
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Septiembre 6 de 1996. Después de un largo receso en mi diario vuelvo a reanudar mis memorias no para hablar de fútbol, porque si toco este tema tengo que referirme al bazuquero de Higuita y a la pecueca del equipo Nacional y así me vuelvo monotemático, esta vez voy a cambiar de tema. Esta semana vino la hija del doctor López el bioenergético para hacerme dizque una sanación que la hace a nivel de los chacras, la verdad es que esta muchacha es muy espiritual. Septiembre 8 de 1996. Hoy domingo me levanté a las 7 de la mañana para ver los conspiretas y el noticiero Telematinal después del desayuno. Seguidamente del baño me puse a leer la prensa y a comparar el crucigrama con Inés Elvira. Después del almuerzo me puse a oír el partido entre el Nuevo DIM y las pecuecas del Nacional que a pesar de que Nacional tuvo el árbitro a favor, el partido quedó empatado a cero goles. Septiembre 10 de 1996. Hoy me llegó el avance del régimen penal de Legis. Septiembre 15 de 1996. Hoy domingo leí en El Colombiano un artículo sobre Supermán y su recuperación, me llamó la atención su silla de ruedas, pues al pie de la foto decía que es mitad tractor y mitad hospital, aunque veo que Supermán está más jodido que yo porque no puede manipular el control remoto del televisor, en cambio nos identificamos en unas cosas: nos tienen que voltear en la cama, ponernos el pato y
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muchas otras cosas más. Otra cosa que nos identifica es la envidia, pero de la buena, por hacer las actividades cotidianas de la mayoría de la gente, como caminar. Pero en resumen a Supermán le sobran recursos materiales y humanos en cambio yo estoy llevado del putas.
Inés Elvira ejerciendo los cuidados diarios para Diego Luis. Una tarea que asumió con el mismo amor desde el primer día y durante 22 años.
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Septiembre 18 de 1996. Ante las diversas protestas por lo que escribí en el último aparte, lo escrito en el día anterior, debo rectificar y retractarme de lo dicho con relación a que yo estaba llevado del putas, en razón de que a Supermán no lo acompaña permanentemente una mujer como mi hermana Inés Elvira. Septiembre 19 de 1996. Ayer vino la hija del doctor López Toro, el bioenergético que me está tratando, se llama María Mercedes, de verdad que ella sí me hace una terapia muy especial que no es terapia propiamente, sino que ella la llama Sanación Espiritual y yo me siento muy bien con ella porque me relaja y me descansa. Septiembre 20 de 1996. Hoy leyendo el periódico encontré unas frases que me gustaron mucho como las siguientes: •
Feliz el hombre que quiere lo que consigue; no el que consigue lo que quiere.
•
El pobre no es el que tiene poco sino el que desea mucho.
•
La verdadera seguridad descansa no en las cosas que uno posee, sino en las cosas que puede hacer sin ellas.
Octubre 4 de 1996. El día 24 de septiembre de 1996 fue un día muy triste para mí y para todos
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mis hermanos porque murió nuestra querida mamá, la inolvidable Jesusita o como cariñosamente le decía su querida hermana Inés Restrepo: Susa Romero. En aras de la brevedad no me voy a detener en detalles nimios sobre cómo le sobrevino su muerte, pero hay que tener en cuenta que mi madre fue una gran mujer, abnegada, trabajadora que en medio de la pobreza pudo criarnos a todos, 13 hijos en total, pero deja un vacío que no se puede reemplazar. Le voy a seguir rezando a ella para que desde el cielo logre lo que yo más anhelo: recuperar el movimiento en mi cuerpo. Octubre 6 de 1996: Anoche a las 7 y media de la noche el padre Álvaro Vélez vino a celebrar una misa por el eterno descanso de nuestra querida mamá, ya que era el último día de la novena. Fue muy bella celebración. Noviembre 20 de 1996. Hoy me levanté más temprano para desayunar y bañarme más rápido porque tenía que esperar la nueva maso terapista en reemplazo de Nelly Álvarez, la cual estaba de vacaciones en el Perú, pero el reemplazo no vino o no llamó, entonces me puse a escribir una carta excusándome por no poder asistir a un acto que habían programado mis compañeros de estudio de la Universidad Autónoma con motivo de los 10 años de habernos titulado.
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Carta a los compañeros. Carta escrita por Diego Luis a sus compañeros de universidad en respuesta a la invitación para celebrar los 10 años de titulados como abogados.
Queridos e inolvidables compañeros de sufrimientos académicos de Unaula: Les agradezco mucho la invitación que me hicieron todos ustedes para celebrar los diez años de titulados, pero como ustedes saben de mi incapacidad física para movilizarme, espero que ustedes me excusen por no asistir a tan grato acto.
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Aprovecho la oportunidad para enviarles un saludo afectísimo como también al Señor Rector y al Señor Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana. Les deseo además muchos éxitos en su ejercicio profesional. Les reitero mis saludos y muchas felicitaciones. Cordialmente, DIEGO LUIS VÉLEZ RESTREPO Diciembre 28 de 1996. Hace pocos días soñé con mi mamá, que el 24 de diciembre cumplió 3 meses de haber muerto o haber vivido. Una vez, hace como diez días, al despertar la vi sentada en el comedor con la sonrisa que siempre la caracterizó en su vida, ella estaba alegre y me miraba con dulzura angelical. Por eso pienso que mamá sigue presente en esta casa acompañándonos a todos los que la habitamos y le estoy pidiendo que me ayude a salir de esta invalidez. Diciembre 30 de 1996. Hoy no tengo sueños que contar, pero me voy a referir a las expectativas que tengo para 1997. Yo espero que el año 1997 sí sea el año seguro y definitivo de mi recuperación, ya que espero confiadamente en el tratamiento que me están haciendo Alonso Franco y la doctora Silvia Rocío Gutiérrez con el famoso megarrain, con la mentalidad posi-
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tiva que debo tener y con la ayuda espiritual de mi mamá que está en el cielo y que desde allá debe interceder por mí.
Año 1997 Enero 2 de 1997. Hoy cumpliría mamá 81 años de vida, por eso se celebró una misa en recuerdo de ella, la celebró el párroco de San Javier. En materia de sueños anoche se me trabaron los cables ya que le contesté el saludo a una tía mía llamada Ritica y no era ella, esto me ha sucedido varias veces, creo ver a personas conocidas y las llamo, pero resultan que casi siempre llamo a la persona que no es. Creo que es un caso digno de consulta a la sicóloga Silvia Rocío. Enero 5 de 1997. Hoy se celebra la Epifanía del Señor Jesús, por lo tanto, yo entiendo que finalizan las festividades navideñas y comienza otro año de expectativas e ilusiones. Yo de mi parte tengo la ilusión de volver a moverme sin la ayuda de nadie, todavía recuerdo la época del bachillerato en el Liceo Antioqueño de la U de A cuando cursaba el cuarto año y que la educación física era muy difícil y el profesor de la materia era muy exigente. Por eso yo me imagino haciendo flexiones de pecho, lanzando la jabalina con ambas manos, jugando balón mano, a raíz de estos recuerdos, es que añoro volver a recuperar mi mano izquierda agarrando algún objeto y lanzándolo hacia algún lado determinado.
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Enero 8 de 1997. He meditado mucho acerca de lo que me sucedió ya va a hacer 3 años, primero sobre la manera de pensar, más que todo en la forma de cómo asumía la muerte, primero no me importaba el haber muerto en las operaciones que me hicieron. Ahora he cambiado la forma de ver las cosas, de ver la vida, ya pienso positivamente, porque he visto progresos efectivos en mi recuperación, ya hablo y primero me dio mucha lidia pronunciar unas cuantas sílabas. Además, yo he cumplido una labor de unificación familiar a raíz de la enfermedad que sufrí. Pienso que yo no puedo ser un inválido inútil porque tengo que aprovechar las oportunidades que se me han presentado, como el manejo del computador, ya que puedo digitar perfectamente, salvo algunos errores, así puedo transcribir apartes de un libro y escribir mi historia, como me lo sugirió la doctora Silvia Rocío. Por estas razones no puedo ser pesimista ante la vida, y el hecho de que ya no quiero morirme, es un estímulo más hacia mi recuperación definitiva. Enero 18 de 1997. Hoy llegamos a Concordia, a la finca de mi más querido cuñado Darío Posada González, en compañía de mi séquito personal integrado por mi chaperona Inés Elvira y por los hombres que me sacaron de la casa y me
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entraron al carro: Augusto Arango y mi servicial primo Jairo. Después de tremendo madrugón nos vinimos en el carro de Gabriel, salimos a las 5 de la mañana y llegamos a las 7 y media, nos recibieron Darío y Beatriz, después de comer un suculento desayuno pasamos un día muy agradable en el “Tejar Lago Tours” donde pescamos varios peces Tilapia en compañía de personas muy queridas y estimadas por mí, como Doña Consuelo Posada y mi muy querida y bella sobrina Lina María, en compañía también del sobrino varón más querido, Hernán Darío, que se encargó de devolver los peces a su medio natural o sea al lago. En este punto donde estoy escribiendo es el kiosco de la finca, desde donde puedo observar el lago y el puente de madera. Aquí se respira un ambiente sano y natural. Enero 18 de 1997. Relato de una pesca en el lago de la finca de Darío Posada. Me fui, o mejor me llevaron a pescar desde el puente que cruza el lago, la emoción que uno siente cuando los peces empiezan a picar el anzuelo es inmensa sobre todo cuando el pez tiene tanta fuerza, porque parece que se fuera a llevar la vara de pescar, pero al final quedan ensartados en el anzuelo y después de un largo forcejeo se saca el pescado para volver a tirarlo al agua para que sigan viviendo y engordando.
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En Concordia, finca El Tejar. Diego Luis y su sobrino Hernán Darío Posada se divierten en una jornada de pesca.
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Febrero 3 de 1997. La semana pasada, el miércoles para ser exacto, Inés Elvira se fue para Cali, a visitar a la tía Margarita, que se puso malita de salud, pero me dejó al cuidado de mis queridas hermanas: Beatriz, Margoth y María Eugenia, yo las puse las tres Marías. Además, también estuve a cargo de la doctora Azucena, quienes me trataron bien, sobre todo Beatriz Elena. María Eugenia me exigía mucho para que yo moviera la silla de ruedas, pero había que aguantarla, ya que trabajó mucho en esos 3 días haciendo el almuerzo y los jugos dietéticos y las aromáticas. En todo caso yo me adapté con cada una de ellas, aunque ninguna le da la talla a la incomparable Inés Elvira. Febrero 10 de 1997. Relatos de mi infancia. Mi nacimiento ocurrió en Salgar Antioquia, hace 41 años. Mi infancia y mi niñez transcurrieron en ese enclavado municipio del suroeste antioqueño. Fui hijo de padres honrados y trabajadores que nos educaron bajo el manto de la fe católica, sobre todo mi mamá Jesusita, que modestia aparte, fue ejemplo de trabajo, sacrificio y abnegación. En ese pueblo recuerdo también a mis queridas tías Lucía, Ana, Teresa y especialmente al buen Jesús, mi tío, que fue mi segundo padre, pues sacaba la cara por mí cuando yo cometía una travesura, porque me dicen que era muy necio en la escuela, que, entre otras cosas, no había día en que los maestros no me dieran una reprimenda.
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Por haber sido tan necio en mi infancia en Salgar, no tengo recuerdos agradables mientras viví allí, fueron continuas las pelas que me daban en la calle, por eso después llegaba llorando a la casa. En Salgar cursé hasta segundo de primaria, porque el tercero lo hice en la escuela Sedeco de Coltejer cuando nos vinimos a vivir a Itagüí.
En Salgar Antioquia. Diego Luis a sus 8 años en la Escuela.
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Pero eran merecidas las pelas porque yo era muy necio y dañino. Por ejemplo, voy a relatar la travesura en la casa de mi hermana María Eugenia que tenía unos chivos en el solar de su casa en Salgar. Yo le pedía permiso para verlos y ella me dejaba entrar con la condición de que no gritara porque los niños estaban dormidos. Entonces yo al salir metía un gran berrido asustando los animales y por supuesto despertando a los niños. Después de Itagüí nos vinimos a vivir a Medellín en el barrio San Javier en el año de 1969 donde permanecimos como 3 años hasta que nos pasamos para el barrio El Departamento, donde vivimos hasta 1972. Éramos vecinos de la familia de don Luis Delgado, gran persona fue este señor, casado también con una gran matrona, doña Graciela Uribe. En esa época yo tenía como 12 años y me hice bastante amigo de esa familia, especialmente de las hijas Gloria, Amparo, María Eugenia, Margarita y también de Olga Lucía. Pero los que fueron muy especiales fueron los hombres, principalmente John, quien después se ennovió con mi hermana Martha Lucía y resultaron casados posteriormente. Ahora conforman un hogar muy bonito, con tres hijos, Natalia la menor, Juan David y Carlos Andrés. La vida aquí en esta casa fue muy tranquila, en la compañía de mis queridos padres Mario y Jesusita, quienes murieron, el primero en el mes de enero de 1992 y la segunda en septiembre de
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1996, ya lleva más de 6 meses de fallecida, quien entre otras cosas nos proporcionó mucho afecto, amor, comprensión, consejo y lo más importante, compañía. Porque nuestra madre fue una gran guía espiritual para nosotros, se preocupaba por todo y tenía un sentido de la vida en comunidad muy universal. Los problemas de todo el mundo lo eran de ella, fue muy tolerante con las ideas contrarias. Como cristiana y creyente se adaptó y entendió los cambios de la Iglesia Católica. Febrero 15 de 1997. También quiero recordar a mi padre, Don Mario Vélez. Mi padre fue una persona de extracción campesina, honrada y trabajadora, nos enseñó la rectitud y la honradez, fue apolítico y tuvo sus resabios, le gustó el aguardiente y fue fumador de tabaco, que entre otras cosas no le hizo daño sino hasta los 80 años. Puede decirse que fue un hombre anti-todo, en especial por la dieta que llevó, le gustaba mucho la grasa, sus comidas eran supremamente recargadas de colesterol. Al final de sus años se le cerró una arteria que le llevó a que le amputaran su pierna derecha, estuvo en silla de ruedas durante tres años hasta que murió el 21 de enero de 1992. Fue enterrado en el cementerio de Jardines Montesacro, ya lleva 5 años junto con mi querida e inolvidable mamá JESUSITA que fue enterrada en el mismo cementerio el 24 de septiembre de 1996.
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Mario Vélez (el padre) en cuadro pintado por Héctor Tamayo, artista discapacitado que pinta con la boca.
Febrero 21 de 1997. Respuesta a otra pregunta de la sicóloga. ¿Qué es la memoria? La memoria se puede definir como el registro y almacenamiento en el cerebro de la diversa información que nos llega por distintos caminos. Pero tiene uno que estar plenamente consciente de sus facultades mentales, por eso cuando hace 3 años que me operaron del aneurisma que sufrí y estaba en cuidados intensivos perdí transitoriamente toda la información que había recibido en la universidad.
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Febrero 26 del 1997. Carta a la hermana Margarita: Recibe un cariñoso saludo mío y de Inés Elvira y te hago partícipe de las reflexiones que hemos hecho a raíz de mi cuarto año de haber sufrido el aneurisma paralizante. He llegado a la conclusión de que la Divina Providencia me dio una segunda oportunidad aquí en la tierra o como dice mi hermana Azucena, Chucho me mandó a repetir el curso. Estos cuatro años han sido llenos de dificultades, sobre todo los dos primeros, en los cuales pensaba que era mejor haber muerto, pero he cambiado mi forma de pensar respecto a la vida, ahora reconozco que es un milagro el estar vivo y como dicen los Maestros: vivir es un privilegio y por eso acepto la situación que me tocó vivir sin desesperarme. Pido a Dios me siga ayudando y me de la fe y la confianza para seguir luchando por mi recuperación, ya que he tenido momentos de desánimo y desesperanza, pero afortunadamente he contado con el empuje y el ánimo que diariamente me da Inés Elvira, Azucena con su estribillo “vamos pal morro Diego” y el cariño y el ánimo que me da toda la familia. El recuerdo de mamá no es doloroso, me llena de ternura. Ella que tanto se preocupó por mi situación hasta que murió, sigo pensando que
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me seguirá ayudando desde el cielo, yo me siento protegido y querido también por los seres que ya se han ido como Papá, mi sobrino Juan Carlos, los tíos Tulio, Mercedes y Jesús que me quiso tanto, al que tanto pienso de cómo hubiera sufrido con mi situación. Todas las noches rezamos por los seres queridos que se han ido, este mes por ejemplo fue otro aniversario de la muerte de Emilio. Siguiendo con las reflexiones sobre la experiencia que he vivido te cuento que para mí lo más difícil fue recuperar el habla, me sentía atragantado y me preocupaba mucho que no me entendieran los demás. Me acuerdo que la tía Lucía siempre me decía “mañana va a hablar” y efectivamente una mañana cuando ella y Teresa vinieron de misa me preguntaron cómo había amanecido y contesté: bien. De ahí en adelante fui aflojando con lentitud, pero pude vencer esa dificultad. Lo que más me ha preocupado es recuperar el movimiento de mi parte izquierda sobre todo la mano, apenas últimamente logro un poco de movimiento en el brazo, pero no alcanzo a mover los dedos. Esa es la tarea que tengo. Lo que más extraño de mis actividades anteriores es el atletismo, poder hacer las caminadas que acostumbraba al estadio y al Pueblito Paisa los domingos y a la Villa de Aburrá donde vive Beatriz, que iba todos los días.
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Otra cosa que me gustaría hacer es jugar billar, cosa que hacía semanalmente cuando estaba trabajando en la Fiscalía y se conformó un grupo de amigos que trabajaban en la rama judicial. Me gustaría volver al estadio a ver los partidos del equipo Medellín, aunque he notado que ya no soy tan apasionado como lo era antes, que acompañaba a mi equipo a jugar en otras ciudades como Manizales, Armenia y Bogotá. Me acuerdo que cuando trabajaba en Bancoquia me arrastré a dos compañeros, uno de ellos lo llamaban Campeón y se acostó borracho y casi quema el hotel donde nos hospedamos. Aunque ya no sufro tanto, parodiando una frase del expresidente Eduardo Santos en la guerra mundial: “Somos neutrales, pero no indiferentes”, vivo enterado de lo que pasa en el fútbol y la situación del otrora Poderoso DIM. Otro día te seguiré contando mis experiencias ya que Inés Elvira me insiste en que debo dejar constancia de todo lo vivido y ella me está ayudando, sirviéndome de escribiente o como dicen en abogacía de amanuense. Me alegró mucho la visita de la hermana Ester, con quien te envío esta carta, mil recuerdos a todas las hermanas a quienes aprecio mucho, ya que son muy especiales conmigo. Te envío un regalito pues hoy recibí mi pensión, Azucena es la encargada de estas vueltas. Saludes de las tías y todos los demás. DIEGO LUIS
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Febrero 28 de 1997. Anoche tuve una noche tenebrosa porque me dieron tres “chiripiorcas”. Yo siento una especie de pánico y aprisionamiento en el pecho, acompañado de gritos intensos hasta que Inés Elvira logra calmarme. Marzo 3 de 1997. Respuesta a la pregunta de la sicóloga sobre los estados de ánimo. Por temperamento yo he sido apacible y tranquilo, aunque antes de sufrir el aneurisma el fútbol me apasionaba y me producía mucha tensión, hasta el punto que, en ocasiones, como en el partido de Colombia-Alemania, cuando Rincón le empató en el último minuto, de la emoción y de la alegría, casi me da un mareo, fue una confusión mental, se me oscurecía el cerebro. Cuando el Medellín fue campeón por 7 minutos hasta que el América se dejó hacer el gol del Junior, yo fui a la 70 a celebrar el sub campeonato, y como el festejo era con aguardiente, la tristeza pasó a resignación y después a mucha alegría. Actualmente el fútbol no me produce emociones fuertes, sino que ahora me limito a ver los noticieros en televisión. En esto si he notado el cambio que he sufrido después de la operación que me hicieron hace 4 años. Respuesta a la pregunta que me hace el sicólogo: ¿Qué hace Dios los domingos por la tarde? Alonso, esta clase de preguntas para mí no tienen lógica ni sentido, es más, cuando la leí me cogió de sorpresa y no supe qué pensar, en otras palabras
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se me nubló la mente, porque a tamaña pregunta yo entiendo que Dios no se puede asemejar a una persona o a una cosa sino que es algo intangible, no le podemos dar forma, es infinito y yo no tengo esa capacidad mental y espiritual para ponerle tareas a ese Dios, para ponerlo en tareas que no le corresponden, a no ser, que haga fuerza por el Medellín para que gane su partido. Respuesta a la pregunta que me hace el psicólogo sobre el libre albedrío. El libre albedrío es la facultad que toda persona tiene de auto determinarse en la vida. Claro que lo debemos utilizar con responsabilidad sin perjudicar a las demás personas, porque de lo contrario le haríamos un daño a nuestros semejantes tanto física como moralmente. En otras palabras, es saber elegir una opción acertadamente, aquí sí tenemos que estar guiados por un ser espiritual omnipotente que nos permita actuar cabal y correctamente. Marzo 12 de 1997. Respuesta a la pregunta de la psicóloga: Diego te pido que escribas sobre las transformaciones que has percibido en ti mismo desde el momento en que te hicieron la primera operación del cerebro. Yo he notado la calma y la serenidad con que he afrontado las dificultades, que por fortuna han sido pocas desde la última operación. Aunque no voy a olvidar las terapias que me hicieron, que me dolieron mucho, inclusive que me gané otra operación del hombro derecho y otra en el pie derecho, para corregir
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el tendón que hacía verme el pie caído y torcido. Hasta aquí por hoy, mañana seguiré este primer capítulo de mis vivencias post operatorias. Marzo 13 de 1997. Hoy voy a escribir sobre la serenidad que generalmente me ha permitido tener una calma mental y sobre todo espiritual. Aunque a veces me he decepcionado de amistades con las cuales compartía muchos momentos agradables, pero a causa de mi enfermedad he entendido y recordado que estos momentos tan agradables eran bajo los efectos del aguardiente, sobre todo cuando jugaba billar y después de salir del estadio cuando jugaba el Medellín y se tomaba traguito, así ganara o no. Pero eso es historia patria para mí, ahora he recapacitado y pienso que el aguardiente no es buena compañía y que si algún día logro superar esta invalidez, si Dios quiere, no volvería a hacer lo mismo, ya que ahora he conseguido nuevas amistades más espirituales como mi familia, ya que ella ha sido fundamental en mi enfermedad y posterior rehabilitación, aquí debo mencionar a mi inolvidable madre, quien fue mi consuelo maternal y espiritual y a mis hermanas Inés Elvira y Azucena, quienes se abnegaron en forma nobilísima por mí. No olvido también a mis otras hermanas: Beatriz, Margoth, María Eugenia, Silvia y Martha Lucía, quienes a sus medidas y posibilidades me han dado afecto y ternura y sobre todo compañía, que es lo más importante para mí.
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Marzo 25 de 1997. Hoy cumplo años, 41 exactamente, por esta razón he reflexionado lo que es para mí el milagro de estar vivo en este cumpleaños. Después de haber pasado hace 3 años la gravedad en que me vi metido, pero gracias a Dios y a mi familia puedo celebrar tranquilamente este día. Marzo 31 de 1997. Hoy voy a escribir sobre la Semana Santa, es la primera vez que la pasamos sin nuestra querida Madre, para ella era de especial significado, por eso nosotros la pasamos recordándola mucho, rezamos con fervor y leyendo la Biblia, especialmente la Pasión de Cristo. Pero en conclusión fueron días de meditación, serenidad y tranquilidad espiritual. Abril 3 de 1997. Hoy voy a escribir sobre los cambios que he tenido en mi forma de ser, pensar y actuar ante la vida. Aunque en anteriores veces he tocado este tema, hoy vuelvo a reiterar que yo después de que me operaron me siento una persona tranquila y serena, son pocas las cosas que me ofuscan o me sacan la piedra. Como el caso de mi primo Emiro, que por lo general viene los sábados a hacerme la visita y se dio cuenta que la cosa que más me pueda chocar es que me mueva el reloj de la mano derecha y como yo tengo la obsesión de estar mirando la hora a cada momento, eso parece que también lo ofuscara y por eso me da vuelta al reloj, pero yo brego a soportar pacientemente este tipo de situaciones que me ofuscan mucho.
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Abril 8 de 1997. Hoy voy a escribir el último sueño que tuve con mi querida mamá. La vi hace 3 días antes de despertarme cuando se estaba levantando y oí que Inés Elvira le preguntó cómo había amanecido y mamá le contestó que había dormido poquito y que se sentía muy “ñurida”, expresión que utilizaba frecuentemente y yo creo que era la época en que mamá empezó a enfermarse. Abril 9 de 1997. Hoy le celebramos el cumpleaños a nuestra querida hermana Inés Elvira y yo por molestar a María Eugenia dije que los regalos que le hicieran eran compartidos, pero no los años. Mayo 6 de 1997. Hace varios días tuve un sueño con mi tío Tulio Restrepo, quien fue uno de los parientes más queridos de la familia. Soñé que estaba trabajando en una oficina de catastro, en Ciudad Bolívar y como sabía que yo era abogado y que no me resultaba puesto, me envió una carta en la cual me pedía si quería irme a trabajar con él, para ver en qué forma yo podía ayudarle y para que aprendiera de avalúos y otras cosas que Tulio sabía mucho. Mayo 19 del 1997. Hoy voy a referirme o a recordar el período en que me dediqué al estudio de mi carrera de Derecho. El primer año me pareció el más difícil de todos, por las materias tan complicadas y como uno empieza a estudiar esa carrera con falta de fundamentos jurídicos, se le hace más complejo el estudio de la misma,
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sobretodo la materia de introducción al derecho que es más difícil, y mientras uno la aprende ya lo han rajado varias veces. Otra materia complicada es el Derecho Constitucional, pero en ésta me pude defender bien, ya que siempre me he interesado por la actualidad política mediante la prensa hablada y escrita y también los noticieros de televisión. Recuerdo que tuve que habilitar una materia llamada Sociología con otro compañero y después de haber terminado el examen, el Decano nos estaba esperando y nos preguntó cuánto habíamos sacado, y como ya nos habían dicho la nota, le dijimos que cuatro, pero entre los dos. Tuvimos que repetir necesariamente esa materia, que, aunque suene a disculpa, fue dictada por el doctor Bertulfo Ocampo Gómez, en esa época, un arrodillado de Bernardo Guerra Serna o sea que, en mi modesta opinión, no era el más indicado para dictar esa clase. En conclusión, y para no hacerme tedioso con este tema, después de pasar todas las materias reglamentarias, tuve que someterme a los tortuosos y difíciles preparatorios, que luego de tres eternos años, logré por fin pasarlos. Junto con el Consultorio Jurídico, que afortunadamente me lo validaron por el tiempo en que estuve de Personero en Salgar, así que pude graduarme de Abogado en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, en el mes de agosto de 1992.
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Jesusita Restrepo (Madre) acompañando a Diego Luis en el día de sus grados como abogado. Orgullo y alegría por este logro.
Mi experiencia laboral de abogado. Después de haberme recibido de abogado, empecé la etapa más cruel y llena de dificultades para vincularme en alguna parte donde yo pudiera ejercer mi profesión. Afortunadamente la tesis de grado
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trató sobre la Fiscalía General de la Nación, y por esa época en las oficinas de la Fiscalía de Medellín empezaron las entrevistas para los aspirantes a vincularse a esta entidad, y yo fui uno de esos. Presenté la primera entrevista ante 3 fiscales delegados y pasé el examen, pero no me llamaron, no sé porque razón, motivo o circunstancia. Entonces tuve que empezar mi período de intrigas, pasaron como seis meses, hasta que por medio de Hermilda Saldarriaga, una amiga de Inés Elvira mi hermana, me conectó con el entonces Jefe Seccional de Fiscalías de esa época y me consiguió una cita para llevarle mi hoja de vida, pero no obtuve respuesta. La más efectiva para ayudarme fue la doctora Ofelia Restrepo de Bolívar quien fue la persona más interesada en que yo me vinculara a la Fiscalía y envió a Bogotá un informe hablando y referenciándome en tal forma, que a los tres meses me llegó el nombramiento de Técnico Judicial II, o sea Auxiliar de Fiscal, de una sección cuyo nombre es muy cortico: Unidad Especial de Delitos Contra la Administración Pública. Junio 5 de 1997. Hoy voy a copiar algunas frases que me parecieron importantes del libro del Eclesiástico: “La sabiduría hace hablar con sensatez”. “El que es paciente aguantará mientras sea necesario y al final su recompensa será la alegría”. “Acepta todo lo que te venga y se paciente si la vida te trae sufrimientos”. Estas frases reflejan lo
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que he sufrido en estos tres años y me alientan a seguir soportando con resignación y entereza todo lo que tendré que enfrentar en el futuro. La primera frase sobre la sabiduría refleja lo que es la sensatez, la prudencia en el actuar y en el hablar. En este punto sí que cobran vigencia estas frases: “El que mucho habla mucho yerra”. “Uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”. Junio 6 de 1997. “Libra del opresor al oprimido y no te niegues a dar un fallo justo”. Esta cita bíblica tomada del Libro de Eclesiástico sí que tiene actualidad en Colombia, ya que en este país sí que existen injusticias y desigualdades. Junio 11 de 1997. La Sabiduría. La defino como la fuente del conocimiento y el saber, yo entiendo que la sabiduría proviene de la experiencia que cada uno de nosotros tengamos, claro que la experiencia no se adquiere gratuitamente, se logra por el trabajo, la edad y el grado de educación que hayamos obtenido a través de la instrucción recibida. Junio 17 de 1997. A propósito de la sabiduría voy a transcribir algunas citas bíblicas que me han gustado mucho y que se adaptan al tema que he elegido: “Hijo mío, desde tu juventud busca la instrucción y cuando seas viejo todavía tendrás sabiduría”. “El necio no soporta la sabiduría, el tonto no la aguanta”.
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Junio 19 de 1997. Siguiendo la lectura del Eclesiástico voy a reflexionar algunas frases que hablan de la ambición y que para ésta época actual tienen plena vigencia, como éstas: “No hagas mal y el mal no te alcanzará. Si no quieres cosechar de ella siete veces más, no siembres injusticia. No ambiciones tener autoridad, sino eres capaz de poner fin a la arrogancia, pues te acobardarás ante los poderosos y venderás por dinero tu honradez”. Estas citas bíblicas son un claro ejemplo de lo que ha pasado en este país como la aparición de personas, que infortunadamente se dedicaron a conseguir dinero fácil con el narcotráfico, la narco guerrilla y cuyos líderes como Pablo Escobar y Rodríguez Gacha terminaron muertos, ya que se dedicaron al terrorismo y a conformar grupos de sicarios y como lo dijo el fiscal Gustavo de Greiff, “el crimen no paga”. Junio 24 de 1997. Respeta de todo corazón a tu padre y no te olvides cuanto sufrió tu madre. Recuerda que de ellos naciste, ¿cómo podrás pagarles lo que han hecho por ti? Junio 20 de 1997. Mi trabajo en la Fiscalía. Después de haber recibido el nombramiento en la Fiscalía empecé los trámites legales para posesionarme el día 13 de agosto de 1993, inicié mi labor en el despacho de la doctora Beatriz Peña Ramírez, quien era la Fiscal N° 50 de la Unidad de
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Delitos contra la Administración Pública. Inicialmente yo entré muy prevenido y asustado porque me habían hablado del carácter tan voluble de ella, ya que un día ordenaba cierta manera de trabajar y a los otros días cambiaba inexplicablemente su modo de actuar. Así fue conmigo y con los demás empleados de la Unidad. Mejor dicho, era una persona conflictiva y según me cuentan mis compañeros, sigue con el mismo comportamiento. Yo creo que es difícil relacionarse con este tipo de personas, pero yo ya superé la etapa del apasionamiento y del resentimiento, gracias a las lecturas de los libros que me han prestado y al ejemplo que heredé de mi querida e inolvidable mamá JESUSITA, quien nos enseñó la tolerancia a las ideas contrarias y el amor al prójimo, para que seamos verdaderos cristianos y creyentes en la fe católica. Seguiré contando mis anécdotas personales. Mi experiencia laboral en Salgar. En ese Municipio, tuve el honor de desempeñarme como Personero Municipal, escogido por el Honorable Concejo Municipal en el mes de noviembre de 1988. Empecé a ejercer dicho cargo el 1° de enero de 1989, durante enero y febrero del 89 fue como el periodo de prueba, hasta el 1° de marzo cuando empezaba a sesionar el Concejo Municipal. Ahí noté el distanciamiento tan tremendo que había entre el Alcalde y los concejales, fueron meses muy agitados, ya que el Alcalde muy habi-
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lidoso, por cierto, ejerció sobre mí una especie de atracción política que me vino a complicar mis relaciones con los concejales. Porque hice amistad con el Alcalde creyeron que yo iba a seguir la corriente contraria a ellos. Hasta que en noviembre del mismo año 89 me reeligió el Concejo por otro período de 3 años, por una ley cuyo número no recuerdo, se recortó el período de los personeros para ponerle fecha tope a la terminación del período hasta el 30 de agosto de 1990, año en que terminé mi tiempo laborado en Salgar. Como no faltan las críticas a los empleados públicos, tengo dos parientes, mi primo Emiro Vélez y mi cuñado Darío Posada que dijeron que yo no hice nada fuera de beber y pasar bueno como Personero. Emiro vivía muy verraco conmigo y decía que siempre que había un problema difícil en el pueblo, me venía con el alcalde para Medellín. Y Darío Posada me vive recordando “todo lo que sufrí” por la alimentación que me daba Carlina Pino, una muy bondadosa mujer en la casa de mi querido primo Alfonso Escobar Restrepo quienes se manejaron muy bien conmigo. A éste, cuando le contaba los incidentes con los concejales, me regañaba cariñosamente, y a mí mientras lo escuchaba, me daba risa. Recuerdo una vez que le conté que me habían propuesto como candidato para la
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Alcaldía, y me contestó inmediatamente que yo no serviría para ese puesto, porque me reía por todo. Me acuerdo también que en Salgar me trasladé a un apartamento, y esto fue un gran problema para mí porque Carlina Pino, no me creyó los motivos que tenía para ello. Era que yo me quedaba a hasta las 10 u 11 de la noche y a esa hora era muy sola la calle del medio, entonces yo justifiqué esa decisión de irme para el apartamento por razones de seguridad. Entonces Cecilia y Alfonso fueron los únicos que me entendieron, además me dijeron que cuando tuviera ganas de cambiar de nuevo el alojamiento, me volviera adonde ellos. Pero yo mientras seguía trabajando iba a donde Carlina a acompañarla junto con Alfonso para ver televisión, principalmente el noticiero de las 7 de la noche y la telenovela de las ocho, hasta que después de tomar una rica merienda que me daba Carlina, me subía a la plaza del pueblo, dirigiéndome prioritariamente al bar Lorena, que era el itinerario mío en la mañana y en la tarde. Después que salía de la oficina a las seis, me juntaba con los empleados del juzgado penal, entre los cuales recuerdo mucho a la juez penal y su secretario Aníbal Maya Ochoa, quien además de ser una excelente persona, era algo bohemio como yo. Entonces lo primero que pedíamos era una media de aguardiente y así nos quedábamos hasta las diez u once de la noche tomándonos el
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arranque en el kiosco o en la discoteca llamada La Chimenea que tenía un restaurante muy bueno, y como a esas horas ya me empezaba el hambre, fuera de los aguardientes, para comer yo pedía un plato de róbalo a la milanesa con salsa tártara. Julio 11 de 1997. En el abogado la rectitud de la conciencia es mil veces más importante que el tesoro de los conocimientos. Primero es ser bueno, luego es ser firme, después ser prudente, la ilustración viene en cuarto lugar, la pericia es lo último. Yo espero que el Fiscal General y el Procurador General sean imparciales, honestos, ecuánimes y rectos de conciencia. Julio 24 de 1997. Hoy se cumplieron 10 meses de la muerte de mi inolvidable madre, su recuerdo aún permanece con nosotros. Yo pienso cómo habría gozado ella con el nacimiento de Camila la hija de Silvia María y Eliecer que sucedió el 2 de julio de 1997. Una nieta tan bella y fina, ya que mamá fue muy experta en atenderles los embarazos, los nacimientos y las dietas a María Eugenia, Margoth, Beatriz Elena, Martha Lucía y últimamente a Silvia María, pero a ésta desde el cielo, porque ella fue una gran madre, abnegada, sacrificada, tolerante y abierta a todo el mundo que la conoció. Por eso pienso que Camila, por esos avatares de nuestra vida o del destino, se privó de conocer a una gran abuela que, si la hubiera conocido en vida, le hubiera proporcionado amor, afecto, cariño y comprensión.
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Camila Cárdenas V. (sobrina) desde pequeña, siempre cercana y atenta con Diego Luis. Su buena relación, seguramente, prevalece en la Eternidad…
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Respuesta a la pregunta de la psicóloga, como defino yo el alma. Definirla es algo complicado para mí, sin embargo, se me ocurre que es un soplo vital que nos anima a hacer, a pensar, a querer, a ser optimistas, etc. El alma en nosotros es inmortal y es lo que le da vida el cuerpo. Esto me recuerda la muerte de mi mamá que cuando la vimos ya muerta, su cuerpo se veía tranquilo, irradiaba paz y calma, o sea que el cuerpo de nosotros es un mero forro que dejamos al morir y el alma sigue su camino espiritual o sea que trasciende, uno no la ve, pero si se siente su espíritu. En otros términos, yo asimilo el alma con el espíritu, y como lo escribí inicialmente, este tema del alma es para teólogos, filósofos, sociólogos y los que están matriculados en la corriente de la Nueva Era. Agosto 21 de 1997. Hoy reanudo mis relatos que los tenía suspendidos desde hace bastantes días, para empezar, hoy amanecí muy contento por los goles que Colombia le metió a Bolivia, 3-0 quedó el resultado, destacándose el arquero Oscar Córdoba que hizo borrar de la memoria al mico de René Higuita y también el otro mico Asprilla, ese sí en este partido, como estaba bajo de nivel de juego se reivindicó tremendamente metiendo uno de los mejores goles. Agosto 22 de 1997. Hoy sacaron los restos de nuestros queridos tíos Jesús María y Mercedes Restrepo Arias, quienes estaban enterrados en
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el cementerio Jardines de Montesacro. Inés Elvira se encargó de hacer estas gestiones de exhumación y cremación de los restos de Jesús y Mercedes que estaban completamente momificados y por lo tanto lo mejor era cremarlos y efectivamente así se hizo. Se guardaron en un osario del mismo cementerio, al lado del Cristo de los Andes, que es una obra en madera cuyo autor es desconocido. Octubre 21 de 1997. Hoy estuve en el gimnasio Laureles con Inés Elvira y mi carga camero Aníbal, quien entre otras cosas en este mes de octubre le ha rendido un merecido homenaje a Miguel de Cervantes Saavedra por el arte del buen hablar y también al dios Baco, ya que se ha dedicado a la afición por el aguardiente y otras actividades etílicas. Noviembre 10 de 1997. El balcón es tal vez el sitio más agradable de nuestra casa. En vida de nuestro recordado padre Don Mario el balcón también fue su sitio predilecto y yo le heredé ese gusto, ya que es muy entretenido por muchos motivos como el poder saludar a los vecinos, ver pasar mujeres de todos los tipos, clases y condiciones. Cuando yo tengo la oportunidad de salir al balcón, disfruto mucho viendo la gente que pasa, los vecinos, el cielo, los árboles, especialmente el árbol llamado Habano, que está sembrado al frente de mi casa y vive muy florecido, los pajaritos que vienen a comer plátano y
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azúcar que Lucía les coloca diariamente, ya que ella es la encargada de ese oficio y yo la molesto mucho porque me adjudicó, o mejor dicho ella se atribuyó el cuidado de las silgas, y a mí me dejó los pájaros más bonitos, como los azulejos, los carpinteros, y las diosas que nos visitan. Siento risa cuando pasa una viejita llamada María Trapo y me saluda diciéndome: “¿Te vas a quedar ahí aplastado?” Me gusta conversar con la gente que me saluda, y sobre todo cuando pasa un vecino que lo llamamos Tata, que cuando me ve inmediatamente me grita alguna cosa sobre Nacional. Continuando sobre el placer que siento cuando salgo al balcón de mi casa, después que me bañan a eso de las diez de la mañana y hay sol, es el mejor punto para asolearse, amodorrarse y dormirse, por este motivo cuando Inés Elvira me ve desconchinflado, me dice que hay que escribir o leer alguna cosa o hacer otra actividad distinta. En resumidas cuentas, el balcón, es el mejor punto que tengo en mi casa, porque yo atiendo mis amistades en él y también se atienden las visitas. Y con estos días tan calurosos que han estado haciendo, en la tarde se presenta la brisa que refresca mucho y se pasan ratos muy agradables. Otros no tanto, cuando el contertulio es adicto al cigarrillo, porque me convierte en fumador pasivo, veo que el cigarrillo, como aparece en la televisión, ha matado más gente que todas las guerras mundiales que han ocurrido en este siglo.
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Diciembre 10 de 1997. Carta enviada a la hermana Margarita. Querida hermana y tía Margarita: Toda la familia te envía un saludo muy especial, deseándote un mes de diciembre alegre, tranquilo y resignada. Para todas las hermanas también les deseo una feliz Navidad, en paz, salud y además tranquilidad. Como es bueno que sepan cómo transcurre un día en mi vida actual empezaré contándoles que yo me despierto a las seis de la mañana, veo todos los noticieros hasta las 9 de la mañana que empiezan los preparativos del baño, esto incluye desayuno, lavada de dientes, afeitada, ejercicios abdominales que me ayudan en caso de que tenga que dar del cuerpo, lo cual requiere destinar el tiempo necesario para lograr el resultado esperado, me bañan en la tina que tienen aquí y me gusta que sea un poco calientica. Después de estar bañado y arreglado salgo al balcón de la casa a calentarme un poco si ha salido el sol, por supuesto, hasta la hora del almuerzo, que generalmente es a las 12 y media del día. A veces me alcanza el tiempo para leer el periódico o estar en el computador un rato antes del almuerzo, todo depende de lo rápido que podamos hacer las actividades anteriores. Pero no todos los días tengo el mismo programa, ya que dos o tres días tengo que ir al gimnasio para hacer terapia en una piscina, allí me meten y brego a pararme y a mover las manos y las piernas, me quedo
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como una hora y después un rato en el “yacusi” y otro en el baño turco. Estas actividades se nos llevan más de tres horas porque salimos a las siete de la mañana y regresamos a nuestra casa casi a las diez de la mañana. Para esta salida cuento con la compañía de Inés Elvira, de Aníbal y de un amigo de nosotros muy querido que se llama Jorge Trujillo y nos vamos en el taxi de un señor también muy querido, que nos ayuda siempre para estas salidas. Los miércoles también hago otro programa que es hacer el crucigrama gigante que sale en El Colombiano y al otro día para compararlo con Betty Restrepo, quien es muy experta en estos entretenimientos. Al medio día mientras almuerzo voy viendo los noticieros y después en otra silla de descanso, veo la telenovela “Bendita Mentira” en la compañía de Teresa, ya que ésta y Lucía algunos días almuerzan acá y otros días casi siempre los domingos hacen el almuerzo para todos y yo las molesto mucho preguntándoles con qué nos van a salir en el almuerzo dominical. Lucía siempre me contesta que seguramente será un salto mortal, pero siempre nos hacen el almuerzo muy delicioso, ya que ellas han sido especialistas en las labores de cocina. Después descanso un poquito, algunas veces logro dormir, pero de todas maneras con el cambio de posición logro descanso y pido que me froten el pie izquierdo porque lo siento muy frío. Después hacemos ejercicios de los pies y brazos y abdominales y otros al pie de la cama para lograr equilibrio de tronco, ya que un terapeuta me ha insistido que
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haga mucho esa práctica y he notado que he mejorado, después me paso a la silla de ruedas y me como una fruta, ventaneo un poquito hasta las 6 y media de la tarde, luego me paran en una tabla que acondicionaron a la baranda de mi cama, en esta posición duro como hora y media, aquí como y veo televisión hasta que me bajan para una silla de descanso, luego me ponen un vibrador para los pies y me quedo hasta las 10 de la noche. Después rezamos las oraciones que mamá nos enseñó, oramos por ella y por los seres queridos que se nos han ido y siempre recordamos a los enfermos, los ancianos, los secuestrados, los desplazados por la violencia y todos los que sufren. En este momento siempre te recordamos y te hacemos partícipe de estas oraciones. Antes de acostarme sigue la práctica de la meditación llamada La Luz Sanadora que consiste en visualizarme y sentirme muy sano, lleno de luz, paz y amor y compartir estos sentimientos con los seres que me rodean y con todos los que necesitan consuelo y ayuda. Estas son técnicas de perfeccionamiento espiritual que me enseña Inés Elvira quien las aprende en un curso de desenvolvimiento espiritual al cual asiste todos los jueves. Te cuento que aquí vivimos muy acompañados por las tías Lucía y Teresa quienes entre otras cosas se encuentran bien halladitas, aunque Lucía tuvo unos mareos hace 15 días, pero ya fue al médico y le mandó una droguita y le ha convenido mucho. Teresa se siente bien de la cirugía que le hicieron hace cinco meses. Todos los días hacen su caminada diaria y esto las hace ver animadas.
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Las tías maternas Lucía y Teresa Restrepo, un soporte espiritual incondicional para Diego Luis, tanto en vida, como después de sus muertes.
Otra actividad importante es que los martes vienen Ritica, Luz Marina, Margarita, Zohé y Maruja a tomar el algo donde las tías y a la misa de María Auxiliadora. Zohé se viene para acá y hacemos secciones de “risoterapia”, porque nos reímos de todo, a veces muy duro y nos regañan, pero realmente disfrutamos de la risa, Zohé dice que es uno de los momentos que mejor pasa. Silvia María estuvo aquí con Camila durante un mes, es una niña que ya cumplió 5 meses y está muy linda y aliviada. Silvia es una buena mamá porque está muy consagrada a cuidar su hija. Creo que he cumplido contándote muchos pormenores de mi vida. Diego Luis.
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Año 1998 Marzo 3 de 1998. Hace muchos días no escribía, pero a raíz de que en febrero 14 cumplí los 4 años de haber sufrido el aneurisma paralizante, he estado haciendo unas reflexiones en el momento de la noche junto con Inés Elvira, que dedicamos a la oración y al desenvolvimiento espiritual. A pesar de las charlas sí tengo que aceptar y darle razón a Azucena, que la Divina Providencia me dio una segunda oportunidad aquí en la tierra. Estos 4 años han sido de dificultades, sobre todo los dos primeros, ya que yo estaba muy paralizado y las terapias eran muy dolorosas sobre todo las que me hacía la doctora Elvia, ya que me hacía sentir muy mal, por el método que utilizaba de bloquear mis músculos. La terapia de Equilibrar también me mortificó mucho, ya que la consideré un centro de torturas, dirigido por un dictador señor Lombana, y por unas niñas que después calificamos de incapaces, pero en el primer momento en que me llevaron allá me gustó, porque ellas estaban en vestido de baño, pero después me convencí de que estaba en un error, por lo dicho anteriormente, de que eran muchachas queridas de cuerpos bien formados, pero sí les faltaba mucha cancha en lo relativo a tratar un discapacitado como yo. Yo no me recuperé, o mejor
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dicho esa terapia no me convino mucho como al principio lo había asegurado el dueño de ese gimnasio Germán Lombana. Después cambiamos para CENDER y aquí sí que me fue bastante mal porque en esas terapias me zafaron el húmero y yo me mantenía gritando, porque según esas dos terapeutas, dizque muy especializadas de la Universidad María Cano, ya me habían despegado las adherencias, y además dijeron que yo tenía el umbral del dolor muy bajito, y a Inés Elvira le dijeron que ellas me habían logrado despegar. Pero yo seguía con un dolor demasiado intenso en el hombro derecho y me quejaba por todo, sobre todo en el baño diario, ya que no soportaba movimiento alguno, hasta que por fin Beatriz Elena, se dio cuenta que yo tenía un hombro más caído que el otro y me llevaron a una clínica de fracturas, me tomaron una radiografía en el hombro que mostró que me habían luxado el hombro derecho. Después siguió otro calvario, el cual consistió en otra operación en el Hospital Pablo Tobón Uribe, para que me encajaran el húmero en su posición natural. Afortunadamente la operación fue un éxito, debo reconocer que en esta cirugía influyeron mucho los doctores Hernando Posada y Gonzalo Cardona, quienes se han interesado mucho en el caso mío. Después me tuvieron que practicar otra cirugía en el pie derecho porque lo tenía muy torcido.
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Esta cirugía me la hicieron en el Hospital San Vicente de Paul, después me enyesaron el pie y los siguientes días sí que fueron para mí torturantes. Creo que me pusieron el yeso sobre la herida, entonces yo sentía tremendo ardor esperando cuando me lo irían a quitar, lo que hizo que la herida se sancochara causándome intensos dolores y agregado un olor inmundo producido por la sangre que fue absorbida por el yeso. Después vinieron las gestiones para que me quitaran el yeso. En Comfenalco un médico de allá no pudo quitarlo porque no tenía la sierra, pero afortunadamente el doctor Cardona si tenía este instrumento y en su consultorio de la clínica SOMA me lo quitó y después de un tiempo me sané de la cicatriz. Luego he seguido en la hidroterapia en la piscina del Gimnasio Laureles, vamos dos veces por semana, me ha convenido mucho, además me gusta porque hago la “miroterapia” y también alego de los resultados de los partidos de fútbol que juegan los equipos Nacional y Medellín. Septiembre 21 de 1998. Desde hace unos días he estado con un nuevo tratamiento llamado Medicina Alternativa, consiste en aplicarme acupuntura china y sus variantes. En la primera cita me fue muy bien, aunque me encontraron con energías muy bajitas y con muchos miedos e insegu-
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ridades. Yo espero que este tratamiento me sirva para quitarme las limitaciones mentales y principalmente las físicas y así la Divina Providencia me ayuda a tener más seguridad y confianza en mí mismo, en el futuro CAMINARÉ. Septiembre 24 de 1998. Hoy es una fecha de mucho recuerdo familiar debido al segundo año del fallecimiento de nuestra querida e inolvidable mamá Jesusita Restrepo Arias, quien en su ciclo vital se distinguió por haber sido una mujer solidaria, tolerante y comprensiva con todo el mundo. Diciembre 10 de 1998. Hoy fue un día muy especial para mí ya que después de 5 años me reencontré con la salsa de tomate, me dieron en el almuerzo salsa de tomate con papitas a la francesa y una deliciosa carne de cerdo. Diciembre 11 de 1998. Ya que me reencontré con la salsa quiero volver a reencontrarme con algunos sitios de esta casa como por ejemplo la terraza, que ha sido mi lugar más agradable para ver y mostrar las matas tan lindas que hay y sobretodo los bonsáis que Inés Elvira ha sembrado y cuidado con especial cariño y amor. Diciembre 16 de 1998. Hoy comenzamos la Novena de Navidad, pensando en mamá Jesusita, quien en la vida desde que vivíamos en Salgar, después en Itagüí y últimamente aquí en Mede-
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llín, hasta que murió el 24 de septiembre de 1996 nos dejó el recuerdo de hacer el pesebre, rezar la novena y cantar los villancicos acompañados de natilla y buñuelos. Diciembre 26 de 1998. Hoy mi querida prima Luz Mabel me trajo un algo que tiene natilla, un buñuelo y una exquisita empanada. Inés Elvira siempre estuvo muy remisa para darme este rico y apetecido manjar, pero después de leer la frase que aparece al pie de la página de mi agenda, que relaciono a continuación: “Procura que tu comida sea sabrosa, hermosa tu vestimenta, pacífica tu morada y alegres tus costumbres”. Esta es la estrofa que leí en mi agenda y me sirvió de argumento. Me basé en esa misma frase para degustar estos exquisitos manjares navideños, que me recordaron a mi querida mamá Jesusita, quien gozó de lo lindo en las Navidades.
Año 1999 Enero 1 de 1999. Hoy es el primer día del año 1999, mis propósitos y deseos para este año son los de seguir en mi recuperación y así poder en el futuro rehabilitarme completamente. Enero 2 de 1999. Hoy cumpliría mamá 83 años de haber nacido en un lugar muy querido por ella llamado La Humareda en el municipio de Salgar, Antioquia. Recuerdo que ella hablaba de ese sitio como un cielo, sus mejores recuerdos
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los tenía allá, pero después de que murió el 24 de septiembre de 1.996, su verdadero cielo es la patria celestial. Hoy iremos a la iglesia a una eucaristía en memoria de ella. Enero 20 de 1999. Hoy tuve un día muy agitado porque vino un educador físico que conocimos en el gimnasio Laureles llamado Mauricio Gómez. Me sirvió mucho su visita porque nos explicó sus conocimientos para que me hagan una mejor terapia en mis articulaciones. Inés Elvira quedó muy contenta de lo mucho que nos puede aportar con sus conocimientos. Después de irse Mauricio vino una trabajadora social del Municipio con el fin de llenar una encuesta sobre los discapacitados, ya que están haciendo un censo sobre esta población. Yo me limité a darle los datos personales que el formulario requería. Enero 21 de 1999. Hoy recordamos el séptimo aniversario de la muerte de nuestro querido padre Mario Vélez y le mandamos celebrar una misa en su memoria. Lo recordamos como una persona muy folklórica, a veces era muy cacharro para contar cuentos, sobre todo de su experiencia como agricultor porque utilizó unos términos muy agropecuarios, por ejemplo: Pañar, “pañe la cosa”. “Usted le ruñe”, para indicar que tal persona sabía algo o que estaba bien orientada en hacer algo. “Las técnicas acabaron con la agricultura”; siempre fue muy cantaletoso con ese tema y fue muy repetitivo casi hasta el cansancio. En la
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época de las bombas le dijo a Inés Elvira: “No les tenga miedo a las bombas, téngale miedo a la vejez. Los viejos terminamos haciendo taco y estorbando”. Cuando estaba más viejo y enfermo le dijo una vez a Inés Elvira que le diera una pastilla forastera para la tristeza. El no aceptó la moda de las bermudas para los hombres, recuerdo que me regañó graciosamente hace años cuando salí al balcón a hacerle compañía, me vio que tenía pantaloneta cortica, uso normal en ese tiempo, diciéndome que si a mí no me daba pena utilizar esa moda, que le parecía muy marico. Continúo recordando a mi padre quien fue una persona sencilla, no entendió el lujo en las casas, entendible esto por su ascendencia campesina. Unas veces confundía el lujo con el aseo, en alguna ocasión le dijo a una trabajadora que estaba trapeando la casa, que dejara de ser lambona y que dejara ese orgullo. María Eugenia cuenta que una vez Don Mario (así lo llamábamos los hijos) fue a Barranquilla y lo llevó a la casa de unos amigos que tenían baño muy decorado y él no se atrevió a utilizarlo porque según él, le parecía pecado usar el sanitario y hasta le dijo a la señora que ella no se iba a salvar por el lujo que tenía en la casa. Para rematar las anécdotas de Don Mario, en una de sus visitas a Barranquilla y como a él siempre le gustaban las mujeres bonitas y de buenos cuerpos, en cierta ocasión uno de sus contertu-
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lios le preguntó en charla; Don Mario, ¿a usted todavía le funciona? Entonces él le contestó: “Hombre, a mí después de muchos barrigazos, me sale el tren de aterrizaje”. Yo creo que con estas anécdotas es suficiente para formarse una idea de lo que fue Don Mario Vélez, una persona común y corriente, con sus defectos y cualidades, un hombre sencillo y campechano pero sobre todo muy honrado. Febrero 14 de 1999. Hoy cumplo 5 años de haber sufrido el aneurisma paralizante. El párroco de este barrio me celebró una eucaristía para reflexionar especialmente sobre lo que ha significado la nueva vida de Diego Luis, ya que dijo que yo era un ejemplo de aceptación de mi estado, porque sin moverme físicamente, mental y espiritualmente le puedo ayudar a muchas personas irradiando alegría, aceptación y resignación. Fue una misa celebrada en un ambiente muy familiar, Inés Elvira comentó su experiencia, que según ella, ha sido una oportunidad de servicio, y ¡qué servicio!, ha sido para mí. El padre Gabriel dijo que Inés Elvira es mis piernas, debido a mi impedimento motriz. En general fue una misa que nos dejó a todos reconfortados y satisfechos y a mí me dio valor para seguir adelante en mi recuperación Febrero 17de 1999. Hoy voy a reflexionar sobre la tranquilidad y serenidad mental que últimamente he tenido, ya que afortunadamente, no
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me han vuelto a dar las chiripiorcas, gracias a que todas las noches repito esta plegaria de Santa Teresa: “Que nada te turbe, que nada te espante, todo pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, el que a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”. Abril 7 de 1999. Hoy voy a referirme a mis inestabilidades emocionales, que últimamente me han pasado. Me he sentido muy desanimado en todo lo que tengo que hacer, nada me gusta, excepto el balcón de mi casa. Siento pereza por las clases que he estado recibiendo de computador, hasta las terapias me chocan y hasta interiormente he pensado que se repita el daño que me hicieron en el hombro derecho, claro que no es el mismo caso, ya que Mauricio si es más delicado para hacerme la terapia, porque me pregunta si siento dolor cuando me está moviendo las manos, aunque no me gusta cuando me tiene que voltear boca abajo en la cama para seguir con los movimientos de las manos y de las piernas. Aunque Mauricio se siente muy optimista con mi recuperación, yo no comparto en buena medida esa apreciación, y tengo que tratar de vencer esa pereza para esa terapia y no dejarme dominar por las incomodidades que tengo que soportar, y como dice mi querida tía Lucia, estas dificultades se las debo ofrecer a Dios nuestro Señor, que es la persona que me debe recuperar de ésta limitación física que actualmente padezco.
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Se aprecia tranquilo, sereno, “instalado” como le decía su hermana María Eugenia o quizás ofreciendo a Dios sus dificultades como le decía la tía Lucía.
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Mayo 4 de 1999. Hace días que no escribía, pero debo contar las experiencias que he tenido, como haber conocido a otras personas, que como yo son limitadas físicas, por intermedio de Luis Eduardo Rojas, quien ha sido la persona que se ha interesado en que yo conozca a otros limitados físicos, como uno llamado Oscar Estrada, a quien por fin lo conocimos yendo a su casa. A él le dio una trombosis en su pierna izquierda con tan mala suerte que se la amputaron, además sufre de parálisis en el lado izquierdo, es de muy buen humor, es hincha del Nacional, y como yo soy hincha del Medellín, me llama a molestarme por los resultados. Mayo 7 de 1999. Ayer invitamos a Oscar a mi casa y vino acompañado de su mamá y de su mejor amigo llamado William, y aprovechamos para invitar a Nancy González, quien también es una niña limitada, porque nació sin manos y con una pierna más larga que la otra, pero es admirable su superación, ya que pinta y escribe con su pie izquierdo, siendo además muy bonita, tanto física como espiritualmente. Aquí en la casa tomamos el algo y pasamos una tarde muy agradable, llena de buen humor, anécdotas y de las experiencias que hemos afrontado. Nancy nos hizo demostraciones de cómo escribía y además nos regaló una de sus pinturas.
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Diego Luis junto a Inés Elvira y Nancy González (a la derecha). Ejemplo de tenacidad y superación, un gran referente y una compañía espiritual para él.
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En resumen, fue una visita muy agradable, ya que nos infundió mucho ánimo y yo quedé reconfortado tanto física como anímicamente. Esperamos en una próxima oportunidad retribuirles tan agradable visita, y así poder animar a Oscar para que siga el ejemplo mío de escribir su diario personal y para que deje el cigarrillo y así pueda reorganizar su vida familiar. Marzo a Julio de 1999. Actividades de mi vida actual. Clases de Computadores. Mis primeras clases las recibí con el ingeniero de sistemas del Gimnasio Laureles llamado Paul García Gutiérrez, quien me dio las primeras lecciones de computación y dirigiéndome en las primeras nociones, como aprender el programa Word. Por esa época, tenía mucha dificultad en mi mano derecha y se me dificultaba un poco digitar el teclado, pero ahora con las terapias he mejorado hasta el punto que desde que empecé esta actividad, el margen de errores lo he disminuido notoriamente, pero desde que me instalaron el internet se me ha copado todo el tiempo en atender este novedoso sistema de la informática, que permite comunicarse con amigos y familiares que también tengan este sistema y así que he tenido comunicación con mi prima Leticia, quien vive en los Estados Unidos, también con amigos que saben que tengo el internet.
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Actualmente me ha estado dando clases de computador la doctora María del Carmen Muñoz, con quien he podido perfeccionar más ese programa Word, con talleres y tareas que nos ha dejado a mí y a Inés Elvira, ya que ésta también ha participado conmigo en esta actividad y se ha convertido en mi monitora en esta tarea. Clases de natación. Estas las hago en el Gimnasio Laureles, los días martes y jueves, desde las 8 de la mañana junto con Inés Elvira quien me ayuda a mantener el equilibrio y a flotar en el agua, claro que también me tengo que ayudar con un chaleco flotador que uno de los socios del Gimnasio me consiguió muy amablemente, con el fin de que yo pudiera moverme con más facilidad en la piscina. Ya voy a cumplir aproximadamente un año de estar practicando la hidroterapia y he notado bastantes progresos en mis articulaciones. Claro que simultáneamente con la hidroterapia, yo también, hago la “miroterapia” y la “alegoterapia” cuando veo a los hinchas del Nacional, quienes entre otras cosas me parecen las personas más fastidiosas, porque se creen importantes dizque porque Nacional ganó la copa Libertadores de América, ya se sienten satisfechos y generalmente, cuando estoy saliendo del Gimnasio, me hacen la encerrona sobre los últimos resultados de los equipos Nacional y EL PODEROSO DIM.
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Nadando en la piscina del Gimnasio Laureles: un importante espacio de esparcimiento para Diego y por supuesto, para Inés Elvira
Pero de todas maneras yo paso unos momentos muy alegres y tengo muy buena relación con los dueños del Gimnasio, lo mismo que con varios usuarios especialmente con don Luis Eduardo Londoño y su señora Luz Helena. Pero yo gozo mucho con una señora que va a hacer aeróbicos que es maestra jubilada, se llama Elvia y yo la molesto mucho, primero porque sé que es hincha del Nacional y ella también me molesta porque sabe que yo soy hincha del Medellín, y cuando pierde, me dice que cómo le quedó el ojo por el resultado, pero yo me desquito contándole chistes descachados o pendejitos. De todas maneras, pasamos muy bueno y gozamos mucho, pero creo que Inés Elvira goza más que yo.
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Fisioterapia. Esta me la hace un instructor del Gimnasio, llamado Mauricio Gómez Correa, quien lo conocimos en el baño turco, y él se interesó mucho por mi situación, y ya que está estudiando educación física en la Universidad de Antioquia. Inés Elvira le dijo que viniera a mí casa para hacerme terapia en mis articulaciones, y después de venir se interesó mucho porque yo pueda recuperar plenamente el movimiento de mi mano izquierda. Yo me he sentido a gusto con Mauricio, y aunque me exige con consideración, ya que me pregunta sí siento dolor en la parte que me está moviendo, pienso que con Mauricio me voy a recuperar mucho. Y aquí hago la diferenciación entre quienes me han hecho terapia física, porque existe todavía la creencia de que la terapia, para que sea conveniente debe doler, pero yo que sí he pasado por las verdes y las maduras, no me trago ese cuentecito de la terapia fuerte y exigente, aunque reconozco que es conveniente en casos más complejos y delicados que el mío. Claro que cuando viene mi hermana Azucena, también hago una variedad de terapia que ella llama el “firifoseo”, ella me cobra la cuota, cuando me trae manguitos y peritas y me repite esta frase: “Diego, la terapia para usted es vida, vida, vida…”
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Otra terapia que hago es con Inés Elvira, al menos más agradable, antes del baño y por la tarde después de la siesta, pero la más importante es la de la noche, cuando me paran en una tabla especial que me adaptaron de tal forma que quedo frente al televisor, desde las 7 hasta las 8:30 de la noche. Durante este tiempo me dan la comida y simultáneamente, puedo ver el noticiero de las siete, el noticiero del canal regional Teleantioquia, y luego la novela, hasta las ocho y media, que me bajan y me sientan en otra silla más cómoda, hasta la hora en que nos acostamos. Masajes. En el Gimnasio también conocimos a la masajista del mismo gimnasio, se llama Fanny Pineda, y acordamos con ella que viniera todos los martes a las 2 p.m. Ella ha venido ya hace como dos meses, y he notado que sí los sabe hacer muy bien, con delicadeza y veo que tiene experiencia en este oficio. Yo me he sentido muy bien con los masajes y fuera de eso Fanny me ha enseñado los puntos importantes que tenemos los humanos, como el punto de la memoria, el de la vejiga, y en fin, se ve que ha estudiado reflexología. Estos masajes, me relajan un poco y como son los martes, y en la mañana voy al gimnasio, estando allí toda la mañana, siempre vengo agotado de la hidroterapia, me sirven estos masajes para que me limpie el cloro y el olor a agua de piscina que para mí es muy molesto.
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Desenvolvimiento espiritual. Esta actividad, la realizo todas las noches, a partir de las 10 de la noche junto con Inés Elvira. Rezamos el Salmo 23 que empieza así: “Mi Señor es mi pastor, nada me falta. Y en verdes pastos Él me hace reposar.” Después rezamos las oraciones de mamá y nos dedicamos a leer apartes de un libro espiritual, ahora estamos leyendo “El libro Tibetano sobre la vida y la muerte”, cuyo contenido nos ha parecido interesante, hasta que nos da sueño y después hacemos el examen retrospectivo, que a las once de la noche y como yo estoy dopado, a causa de la droga que tengo que tomar para dormir, me cuesta un poco hacer el recuento de lo que hice durante el día. En fin, son actividades espirituales y de ilustración que nos sirven para crecer espiritual y culturalmente, que a mí me sirven como terapia mental y para no dejarnos atrofiar la mente. Ya como práctica, hacemos la Meditación sanadora que consiste en visualizarse uno bien y sano y recibiendo la luz sanadora que recorre nuestro cuerpo y enviando esa luz sanadora a todos los enfermos. Aquí en ese momento pensamos en todos los enfermos, en todos los seres que sufren, los desplazados, los secuestrados, los privados de la libertad, las víctimas de la violencia y de los desastres naturales, mandamos pensa-
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mientos positivos a nuestros amigos limitados y a todos los que tienen cualquier tipo de limitación. Pedimos al Padre Celestial la bendición para todos nuestros hermanos y oramos por nuestras tías ya ancianas y enfermas. Nunca nos falta la oración por los seres queridos que ya se han ido: papá, mamá, Juan Carlos nuestro sobrino y todos nuestros parientes y amigos. Nos acostamos repitiendo el verso de Santa de Teresa de Jesús que dice: “Que nada te turbe, que nada te espante, todo pasa. Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, el que a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”. Lectura. Esta actividad la hago todos los días comenzando por leer El Colombiano, pero especialmente espero con gusto el del día miércoles porque sale el crucigrama gigante, ya que es muy entretenido hacerlo y es trabajable. Pero yo no soy tan sobrado para hacerlo, ya que a mi prima Betty Restrepo sí le parece pilao, demorándose según ella media hora como tiempo máximo, pero yo lo empiezo a trabajar y a la media hora, tengo que suspender porque Inés Elvira me debe lavar los dientes, continuar con la afeitada y siguiendo con la preparación del baño y después de estar bañado y listo continúo trabajándole al crucigrama, viniéndolo a terminar en horas de la tarde.
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Hacer el crucigrama era uno de los pasatiempos favoritos de Diego Luis. Aquí en compañía de su tía Teresa Restrepo (derecha) e Inés Elvira su hermana (izquierda).
Otro crucigrama que hago es el que trae el suplemento dominical de El Tiempo que es más difícil y casi siempre tengo que contar con la ayuda de Inés Elvira dependiendo del grado de dificultad, en un domingo lo terminamos y si es al contrario, por lo difícil que sea, lo guardamos con el fin de seguirle trabajando en los días siguientes y cuando haya tiempo, lugar y ánimo, pero al fin de cuentas nos entretenemos bastante con esta actividad. También les leo a mis tías
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Lucía y Teresa, cuando ellas suben a eso de las 6 de la tarde, la historia de San Francisco escrita por el Padre Ignacio Larrañaga que es español y a las tías les ha encantado. Por la noche después de rezar siempre leo con Inés Elvira una lectura de tipo espiritual, que puede ser salmos, o un libro que tenga relación con el desenvolvimiento espiritual. Gastronomía. Este es uno de mis pasatiempos favoritos y sobre todo, gozo mucho con mi querida tía Lucía quien en casi todas las mañanas sube a ayudarme en la medida de sus posibilidades, en las labores de mi baño diario. Yo siempre le sugiero un tema y después de que estoy bañado, le pregunto qué cosa será el almuerzo y ella me responde: “Pues debe ser un almuerzo pendolo” y entonces yo le vuelvo a replicar; “Lucía, yo no puedo comer cualquier almuerzo pendolo, yo me considero un franciscano moderno”. Claro que lo digo por molestarla y le menciono alguno de mis platos favoritos, como el pollo sudado, la lasaña y entonces me vuelven a comentar que el almuerzo va a ser una sopita de plátanos con carne molida. Sobre este tema tengo que agregar, que también vivo vacunando a mis hermanas casadas, Beatriz Elena y Azucena con ciertos pedidos que a veces me complacen. En el caso de Beatriz, le pido que haga lasaña o en su defecto sánduches de pollo o si no tiene, que me traiga medallones de pollo. A la doctora Azucena le pido siempre, mangos,
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peras o manzanas, pero a la hermana que sí le insinúo el almuerzo es a María Eugenia, para quien el plato preferido es la sopa de plátanos con carne en polvo. Yo cada semana, generalmente los jueves, después de venir del Gimnasio le digo que haga espaguetis con todos los fierros, que cuando se decide a hacerlos los hace riquísimos y a mí por molestarme, me dice: “Te fregaste güevón porque el almuerzo va a ser una sopita de plátanos con carne molida”, para después aparecerse con una sorpresa muy agradable porque yo les descubrí esa táctica despistadora. Reconozco sí que María Eugenia es toda una gran chef de cocina, es su actividad favorita. Pero yo tengo que seguir una dieta balanceada según las instrucciones de una dietista que Inés Elvira consultó, buscando que yo esté en buenas condiciones físicas, ya que, debido a mi estado de limitación, estoy propenso a engordar y por eso Inés Elvira me repite esta frase: “Un minuto en mi boca y 10 años en mi cintura”. Aunque todos estos gustos gastronómicos los tuve que dejar, debido a que últimamente un médico coreano, me puso una dieta basada en verduras, frutas, pescado, pollo, nueces y hongos. Me prohibió la leche, huevos, azúcar y harinas. La idea de ese médico es que rebaje como mínimo 10 ó 15 kilos, y también elimine las toxinas acumuladas, por eso me mandó tomar mucha agua y recomendó hacer un día de ayuno en la semana,
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Lucía Restrepo (tía) compartiendo una torta con Diego Luis, realmente él disfrutaba y valoraba enormemente estos momentos sencillos de la vida.
a base de caldo y agua solamente. Hasta hoy, he seguido las recomendaciones relativamente, aunque reconozco que el día del ayuno me ha parecido duro de cumplir, aunque en términos generales esta dieta es conveniente y ojalá logre la meta propuesta.
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Televisión. No me considero un teleadicto, solamente veo los noticieros del medio día y todos los de la noche, telenovelas solamente estoy viendo una: “Paquita Gallego” y éstas cuando están en el final, se hacen interesantes y se ponen como dice mi tía Teresa: “Están que arden”. “Risoterapia”. Esta actividad la hago los martes, con mi prima Zohé, que viene a la misa de María Auxiliadora, entonces yo le cuento chistes bobitos o descachados como se llaman actualmente y a Zohé le encantan estos chistes y además le gusta mucho que yo le recuerde su juventud en Salgar, nuestro pueblo natal. Y como tiene una gran facilidad para reírse y a mí también me pasa lo mismo, hacemos a veces risotadas que se pasan de volumen, hasta que nos tienen que regañar por gritones. Por ejemplo, un chiste que la hace reír mucho a Zohé es el de la niñita de 13 años que tuvo un ternero mientras su mamá ordeñaba la vaca de la finca y cuentecitos así por el estilo. También me río mucho cuando estoy en el balcón y abajo está Eladio Ochoa, un vecino que cuando va a hacer el chance yo me desengueso con él contándole descaches y haciéndole preguntas como ésta: ¿Por qué a Atanasio Girardot le pusieron el nombre de estadio?, y otras pendejadas. Y como este señor tiene fama de cascarrabias, hay mismo me dice: “Vea Dieguito, mejor se la mocho” y se va todo verraco conmigo.
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Diego Luis y Gabriel F. Vélez (hermano) practicando la “risoterapia”. Reírse fue su mejor medicina.
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“Miroterapia”en el balcón. Este es uno de mis pasatiempos preferidos, yo diría que para mí es el mejor, ya que el balcón es uno de los mejores puntos que tiene esta casa y además dicho por personas que nos visitan, el lugar es muy fresco porque en horas de la tarde es refrescante por la brisa que se recibe. En este balcón puedo distraerme mirando mujeres de toda clase y condición, o mejor dicho, para todos los gustos. También me entretengo conversando con algunos vecinos que son muy queridos conmigo y me hablan de fútbol, sobre todo de mi equipo favorito: EL PODEROSO DIM y otros equipos de fútbol como el Nacional, que me cae gordo, no solamente por su buena suerte, sino por los hinchas tan fastidiosos que tiene. Baño. Es uno de los momentos más agradables que tengo en la mañana, siempre y cuando el agua de la tina esté calientica y bien olorosa gracias al aceite de eucalipto que la hace ambientada y fresca. Durante el baño, me relajo tremendamente creyéndome un emperador romano, Inés Elvira me aplica el jabón y me enjuaga todo el cuerpo y aprovecha el momento para moverme la mano y pierna izquierdas, que son las extremidades que tengo más limitadas de movimiento.
Año 2000 Febrero 10 del 2000. Después de un largo receso en detallar mis actividades, y por insistencia de mis queridas hermanas Inés Elvira y Azucena, vuelvo a reanudar mi escritura en lo que se refiere a mis actividades diarias.
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Visitas folclóricas. Estas han sido muy queridas para mí y algunas me daban lástima o tristeza, como era el caso de Teresa Gil, quien con mucha frecuencia venía a esta casa. Se expresaba en un lenguaje muy cariñoso para todos los que la integramos, por ejemplo, a mí me decía: “Niño Diego, usted se ve muy bien y también va a caminar”. Desafortunadamente Teresa Gil murió el 31 de diciembre de 1999. Ella fue una mujer pobre, sufrida y aguantadora, pasó por muchas penurias, le mataron dos hijos y fuera de eso, se hizo cargo de un niño anormal, eso demuestra que los pobres comparten más que los ricos, como lo dice el padre Federico Carrasquilla en su “Antropología de la pobreza” donde habla de la solidaridad de los pobres, él que tuvo la ocasión de trabajar con ellos en los barrios comunales de Medellín decía que los pobres comparten con más facilidad lo poco que tienen con el prójimo necesitado. Otra visita linda que teníamos era la de Lolita, la mamá de “Niño Lindo”, un personaje muy conocido en el barrio San Javier, quien conocía mucho a papá y mamá, además porque una de sus hermanas trabajó aquí en la casa y también en el apartamento de Beatriz mi hermana. Ella era una viejita muy tierna y a mí me consideraba como un enfermito y nos causaba risa por las expresiones que utilizaba, por ejemplo, recuerdo una vez que vino a saludarme y cuando vio que Inés Elvira me estaba moviendo las piernas y las
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manos, dijo: “¿Le están haciendo maromitas?” Y cuando me veía la mano izquierda con la férula, preguntaba: “¿Por qué tiene la mano maniaita?” Como la viejita fumaba tabaco, le traía las cuscas a mi tía Lucía para que se las echara a las matas del antejardín para matarle al pulgón. Lolita murió en enero pasado, estaba muy viejita y “Niño Lindo”, su hijo, se encargó de avisarnos su muerte y cuando le preguntamos por qué no estaba en el velorio nos contestó que allá estaban llorando mucho y que a él no le gustaba ver llorar, esta es la razón de por qué vive oyendo música en su radio que lleva a todas partes. Otra persona muy querida para mí es mi amigo Lubín Francisco Gómez Cárdenas, llamado Pacho y yo gozo mucho con él porque es una persona que tiene un vocabulario y un genio muy fuertes y reniega por todo, pero en el fondo es muy noble y solidario. Yo lo molesto desde que se pensionó por cuenta del Seguro Social, debido a que no le ha dado un golpe a la tierra, pero en realidad es que fue por un problema de un ojo que ha tenido desde que nació y su padre, quien era empleado oficial al servicio del departamento, lo incluyó como hijo incapacitado por este defecto visual y a los años logró que el departamento le reconociera su pensión de invalidez. Otro personaje que viene a esta casa, de vez en cuando es mi primo Guillermo Escobar R, quien es el hombre más optimista del mundo, debido
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a que para él no hay problemas y si de pronto los hay, los trata de minimizar o restarle importancia, o en todo caso, dice que esa situación se va a solucionar. Es una persona que habla de varios temas, los caballos, las fincas, y el tango, que es su fuerte especialmente. Por mirar la vida en forma tan positiva, aquí lo llamarnos “El optimista tenaz”. Otro personaje que viene es Salvador Restrepo Vélez, quien es primo hermano de mi cuñado Gilberto Vélez R fallecido hace 30 años a consecuencia de una fractura de la columna vertebral. Éste Salvador sí que es cómico para expresarse, tanto para hablar de agricultura como de política, ya que es demasiado conservador, tanto que uno hablando con él, acerca de los pueblos buenos que tiene Antioquia, descartó de inmediato al municipio de Angelópolis porque únicamente le encontró dos sitios buenos que son: la estatua de Ospina Pérez y la oficina donde venden los tiquetes hacia Medellín. Salvador es un tipo folclórico que ha trabajado muchos años de su vida en fincas, nació en Bolívar, Antioquia, trabajó en Salgar en una finca que fue de don Alfonso Rico y de aquí fue donde narró los incidentes más graciosos que tuvo con éste, por su carácter tan fiscalizador que lo distinguió en Salgar. Nos contó que cierta vez don Alfonso llegó de Medellín y de inmediato le
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pidió informes de lo que le había sucedido en su ausencia, entonces Salvador le dijo que el perro de la finca se había muerto y lo había tenido que enterrar en el jardín de la finca. Montando en cólera, Alfonso Rico le reprochó a Salvador diciéndole que ese perro era de la familia y había que hacerle un mausoleo, entonces Salvador le contestó: “Alfonso, yo no sabía que ese perro era primo suyo y además los perros también se mueren...” De todas maneras, le tocó obedecer y hacer desenterrar el perro, le pagó a un trabajador para que lo hiciera, ya que llevaba varios días. Luego tuvo que enterrarlo al pie de la casa con todos los honores como se lo merecía el finado familiar.
Año 2007 Agosto 22 de 2007. Hoy reanudo mis temas del diario personal. Hoy vinieron a almorzar mi hermano mayor Carlos Emilio con su querida esposa señora Vilma Richter y su bella hija Carolina. Agosto 23 de 2007. Hoy estuve en el gimnasio Laureles con Inés y Aníbal, allí estaba el profesor J.J. Pelaéz técnico del Medellín, estaba haciendo ejercicios de calentamiento y de estiramiento junto a la fisioterapeuta del equipo en el salón destinado para eso y cuando terminó nos saludó.
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Agosto 25 de 2007. Hoy voy a referirme sobre el almuerzo que nos preparó Ángela María Ortiz Agudelo. Almorzamos una suculenta sopa de arroz con pollo y después una deliciosa mazamorra con panela melcochada, que es fácil de mascar, similar a las panelitas copelia. Agosto 26 de 2007. El tema que se me antoja escribir hoy es sobre la oración del abandono del padre Ignacio Larrañaga que es la siguiente: “Señor Jesús. En tus manos me pongo, haz de mi lo que quieras. Por todo lo que hagas de mí te doy gracias”. Agosto 28 de 2007. El tema que voy a tratar es sobre la tertulia semanal que hacen las tías con los sobrinos más queridos: Iván y Betty Restrepo Tobón. Con su visita animan y alivian a las tías, por eso yo los llamo LOS EMI porque alivian a Lucía y Teresa. Septiembre 4 de 2007. Hoy celebramos el quinto aniversario de la muerte de nuestra inolvidable hermana María Eugenia, quien se destacó por su laboriosidad, su gusto en la gastronomía familiar y su infatigable amor al trabajo.
Año 2008 Febrero 14 de 2008. Reflexiones en mis primeros 14 años del aneurisma. En este transcurrir tan doloroso de mi vida, he vuelto a renacer y
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a reencontrarme con los míos, sintiendo ante todo la ausencia de mi querida madre Jesusita y de mi hermana María Eugenia, “la palabrosa”. Recuerdo las terapias tan duras a las que fui sometido contra mi voluntad, las cuales me dejaron traumas por la dislocación del hombro derecho, por lo cual me tuvieron que intervenir quirúrgicamente. En razón de ello me colocaron un cabestrillo en el brazo. En aras de la brevedad me recuperé de esa lesión, y comencé a mover el hombro un poco. Después inicié gimnasia acuática en el Gimnasio Laureles. Esa sí, gustándome mucho. Allí me sentí en mi salsa, conocí muchas personas e hinchas del Medellín, sin faltar la mosca en la leche, o sea los hinchas del Nacional. Bueno en el gimnasio sigo hasta el día de hoy desde 1997. En lo personal he estado asistido por mi segunda mamá Inés Elvira, quien ha sido mis manos, mis pies y mi todo. Ella me enseñó a descubrir mi alma. Otra que también lo ha hecho es mi querida hermana Azucena, la doctora vida, vida, vida. A ella le debo mis agradecimientos por luchar por mi pensión de invalidez, en la actualidad ella cobra mi mesada pensional. No quiero dejar de lado, a pesar de nuestras diferencias en el campo político, deportivo y otros, a mi hermano Aníbal, quien es mi fuerza para mis salidas, me ha ayudado en todo menester.
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Aníbal Vélez (hermano) y Diego Luis en el Jardín Botánico. Al fondo de izquierda a derecha, Azucena Vélez, Inés Elvira Vélez y Martha Lucía Vélez (hermanas).
Convivo con dos reliquias o angelitos, las tías Lucía y Teresa, para ellas sólo tengo agradecimientos y creo que todos mis hermanos están de acuerdo conmigo sobre esta opinión. También no puedo, ni quiero dejar de lado a la empleada del servicio, Ángela María, quien, a pesar de su genio tan disparejo, cocina unas comidas muy ricas, con las cuales quedo más que complacido en mi apetito y gusto.
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En este transcurrir de mi nueva vida he conocido dos asistentes personales llamados José León Cuervo y una hermosa negra Ana Milena Londoño, quienes han sido angelitos de la guarda míos, el uno humilde y trabajador y también hincha del Medellín y la otra de muy buena familia y yo le charlo muy fuerte utilizando a veces lenguaje parlache, pero Inés Elvira y ella me llaman la atención. En conclusión, en estos 14 años han pasado por mi vida desde la casa de San Javier hasta hoy que llevarnos 2 años y 2 meses en el Barrio La Castellana, diferentes personas, familias y amigos, los cuales me hacen sentir bien amado y estimado por todos.
Año 2011 Mayo 23 de 2011. Mi experiencia en el balcón de la nueva casa. Desde finales del año 2010 estamos viviendo en la casa que compramos, pues como dice Inés Elvira éste es un patrimonio familiar. Desde que llegamos mis hermanos y sobrinos deseaban que yo colonizara el 2° piso, como lo expresó mi dulce y bella sobrina la arquitecta Lina María Posada y como las ideas tienen fuerza, ya ese sueño se ha vuelto realidad. Ya tengo mi elevador que me permite subir diariamente al balcón de la casa, en las horas de la mañana y también en las tardes. Qué diferencia tan grande con la anterior casa que no tenía la oportunidad de observar el firmamento, en estos días pude ver la salida de la luna que hace 5 años no veía, desde que vivíamos en San Javier.
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Desde el balcón puedo apreciar las muchachas que pasan, los nuevos vecinos, el firmamento, las montañas, las nubes, los árboles, las casas, los carros, los aviones y lo mejor de todo, los pájaros que han venido a saludarme: las tórtolas, las golondrinas, una vez un pájaro carpintero me dio la bienvenida, se me parqueó al frente un buen rato. He visto loritos, azulejos, unos pajaritos amarillos y ayer me sorprendió un pajarito multicolor muy lindo.
Diego Luis en el balcón acompañado de su inseparable sobrina Camila. Hoy siguen juntos mirando desde la eternidad.
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Pero a pesar de lo que diga Inés Elvira lo que más me ha gustado es la cercanía de la casa a las empanadas de la parroquia. Inés Elvira no me patrocina mucho ese placer de comer empanadas, me saca a relucir todos los inconvenientes que pueden tener las grasas, las harinas, pero yo no le como cuento, a mí me gusta comer empanadas y aprovecho todas las oportunidades, cuando vienen visitas les ofrezco empanadas parroquiales, diciéndoles que son muy aseadas y no tienen un mugre de carne. En estos días vinieron a visitarme las Cárdenas, unas amigas de mi juventud y con el permiso de Inés Elvira compraron empanadas y celebramos el reencuentro. Se me estaba olvidando comentar sobre una vecina muy bullosa que tenemos, una lora en la casa del mandarino que se ve por la terraza de la casa. Desde mi pieza la siento gritar mucho pero solamente la he visto una vez, precisamente cuando me visitaron los amigos Carlos Andreotti y su esposa Carmenza. Esta tarde tuvimos todo un espectáculo de pájaros. Estos amigos los conocen y quieren mucho y nos dieron una clase de ornitología (estudio de aves) y la lora se lució esa tarde, nos posó un buen rato, tanto que parte de la visita fue en la terraza a petición de Carmenza que estaba feliz viéndola. Estos amigos también se lucieron esa tarde, nos trajeron tremenda torta de zanahoria que disfrutamos en el balcón. Otra cosa que he disfrutado mucho son las salidas en la silla de ruedas que me daba mi hermano Mario Hernando cuando vino de
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Barranquilla por estas vecindades. Mario fue el que me presentó las empanadas parroquiales y también unos vecinos muy queridos como Don Horacio, el dueño de la tienda a la vuelta de la casa, y Don Guillermo Londoño un jubilado muy buen conversador. Mario hacía mucha fuerza no solamente carreteándome sino por mis piropos a las muchachas que pasaban. Él por su temperamento nervioso me decía que nos íbamos a meter en problemas, qué cuidado con los novios y maridos porque yo les decía que estaban muy buenonas, este término no le gustaba, en cambio sí le gustaba que les dijera adiós preciosas. Estas salidas con Mario eran muy buenas porque a él le gustaban también mucho las empanadas y es muy mecatero. Inés Elvira nos advertía que no comiéramos mucho, un día nos mandó en compañía de Mary Luz la empleada que nos ayudaba y que le obedece mucho en esas recomendaciones conmigo y no puedo olvidar la espinita que me quedó: compraron una empanada para los tres. Fin de las memorias de Diego Luis Como se explicó antes, entre los años 2012 al 2015, se le dificultó escribir porque el Parkinson le hizo perder la capacidad de manipular tanto el lápiz como el computador, además le empezó un molesto trastorno digestivo que finalmente le causó la muerte el 4 de febrero del 2016.
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La verdad es que ya todo lo había expresado:
•
sus padecimientos,
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la aceptación de una realidad imperiosa,
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el aprendizaje de una espiritualidad que mitiga y mantiene la esperanza,
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un humor fino que le inyectaba fortaleza,
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y el agradecimiento por la solidaridad y el amor que recibía. Diego Luis: gracias por tus enseñanzas. Tus 22 años de enfermedades y discapacidad fueron para toda tu familia una real enseñanza del valor y dignidad con que se deben soportar las adversidades. Y no sólo a tus hermanos, familiares y amigos nos has hecho falta, llama la atención que varios vecinos que ordinariamente pasan frente al balcón donde te sentabas, nos han manifestado extrañeza por la ausencia “del señor que les sonreía y saludaba con especial afecto”. Hoy te imaginamos riendo y contando chistes con todos los familiares que te precedieron: en especial Camila la sobrina que te antecedió apenas mes y medio a tu muerte y que aún no hemos dejado de llorar por lo intempestiva que fue su partida. No nos olvides desde ese más allá que nosotros aquí tampoco lo podremos hacer, fueron muchas las enseñanzas que nos dejaste.
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Recordando a mi hermano Diego Luis Por Inés Elvira, su permanente compañía
Quiero compartir con la familia y los amigos, la experiencia espiritual que tuve al acompañar a Diego Luis en su estado de limitación durante 22 años. Empiezo dándole gracias a Dios, a la vida y a Diego Luis por esta maravillosa oportunidad que me dieron de tener esta vivencia, que me permitió crecer espiritualmente, conectarme con el dolor de la humanidad, ampliar mi comprensión y entender muchas cosas, como por ejemplo que a los seres queridos no les podemos evitar las circunstancias que les toca vivir, lo que sí podemos hacer es un acompañamiento amoroso, que les haga más liviana su carga. Y precisamente esa fue mi intención: hacerle más liviana la carga a Diego Luis.
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Comprendí también que el verdadero milagro no es lograr que Dios haga la voluntad de uno, sino que seamos capaces de hacer la voluntad de Dios. Los días en que a Diego Luis le dio el aneurisma fueron de mucha angustia, mucha incertidumbre y preocupación, se vivió muy intensamente ese tiempo de clínica, cuidados intensivos, intervenciones quirúrgicas. Se compartió con otras familias que también tenían seres queridos enfermos y sufrimos con ellas sus angustias. Esta experiencia nos llevó a ser más solidarios, a entender que no solamente nosotros teníamos dificultades, que otros también las tenían y tal vez con más rigor y menos oportunidades de superación. Rezamos mucho pidiendo el milagro, la oración pordiosera y con condiciones: Señor si ha de quedar inválido mejor te lo llevas. Esa era nuestra formación religiosa, pero con Diego Luis aprendimos otra, la de aceptar con serenidad lo que uno no puede cambiar y acomodarse a las circunstancias que le toca vivir. Y él sí que supo acomodarse, María Eugenia, nuestra hermana que murió dejando a Diego ya inválido lo llamaba “el instalado” por la aceptación que asumió de su invalidez. Recuerdo con mucha admiración cómo al salir de un examen radiológico, que le detectó su daño cerebral, nos saludó con una sonrisa y mirándome a los ojos me dijo estas palabras: “Prepárese
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para lo que sigue” y repitió las palabras de Galán: “Ni un paso atrás, siempre adelante y lo que es menester, sea”. Fueron unas palabras premonitorias, como si adivinara todo lo que se iba a venir. Con esta expresión aceptó sin reclamos, ni lamentaciones su nueva situación, fue como ponerse las sandalias de la paciencia y de la resignación que iba a necesitar en su nueva vida. Porque era verdaderamente una nueva vida la que empezaba para él, un camino de total renuncia, perdió casi todas las capacidades físicas y al principio casi las intelectuales y mentales. Tuvo que empezar de nuevo el aprendizaje, iniciar su lucha por la recuperación, de la cual no había muchas posibilidades desde el punto de vista médico, ya que las secuelas eran muy grandes, él mismo lo dijo un día refiriéndose a su nueva situación: “Retrocedí como 30 años”. No me voy a detener en lo que tuvo que vivir y sufrir con sus terapias, sus limitaciones y sus renuncias. Hoy vamos a recordar la actitud que Diego Luis siempre tuvo ante las diferentes circunstancias que se le presentaron en estos 22 años de su nueva vida. Su respuesta realmente fue la enseñanza más grande que nos dejó, ¿cómo pudo Diego Luis relacionar el sacrificio de vivir con la alegría, manteniendo una actitud positiva hacia los hechos que nos producen dolor y que no podemos evitar?
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Su invalidez fue total y en esa misma proporción fue su aceptación. Con razón nuestro hermano Gabriel dijo que el aneurisma cerebral de Diego Luis había sido también un derrame de paciencia, alegría y aceptación. Para mí fue toda una oportunidad de forjar mi alma, de involucrarme no en el dolor sino en el servicio, mi actitud ante la situación fue diferente, ya no pedía el milagro, entendí que el milagro ya estaba hecho, la actitud humilde y resignada de mi hermano y mi vocación de servicio y de renuncia lo confirmaban. Nuestras almas se compenetraron mucho, había identificación y a la vez mucha independencia, cada alma aceptó el papel que le correspondió desempeñar, es como si estuviéramos cumpliendo o realizando un trabajo que anteriormente nos hubiéramos propuesto. Con la diferencia que a mí me tocó hacer el curso espiritual, prepararme como él me lo dijo y a él simplemente le tocó practicarlo y lo hizo de una manera admirable, le agregó la alegría y el sentido del humor que lo acompañaron hasta el final, como cuando nos dijo dos días antes de su viaje: “No lloréis por mí mujeres de Jerusalén.” Diego Luis fue un ejemplo de fortaleza, cuando se quejaba ante un dolor solo decía: “¡Ay hombre!” como si estuviera acompañando un vallenato.
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Aceptó en paz la muerte de mamá, de María Eugenia, de Lucía y Teresa, las tías que fueron como ángeles de la guarda, pendientes de él. Pero cuando murió Camila, la sobrina de 18 años el 17 de diciembre de 2015, sí me dijo: “Me agarró la nostalgia” y se le vieron los ojos con lágrimas, cosa inusual en él, ya que siempre se veía sonriendo. Aunque sus lágrimas también se le asomaban cuando escuchaba emocionado una bella melodía. A propósito, voy a resaltar estas palabras que dejó escritas Camila y que ratifican lo que vivió Diego Luis: “He aprendido muchas cosas sobre la vida. Las peores cosas no les pasan siempre a los otros, no debemos preguntarnos por qué a nosotros, sino aceptar la situación, la vida no deja de tener sentido, simplemente ya tiene otro sentido”. Pero sigamos con Diego Luis, este escrito quedaría incompleto sino les contara las cosas que realmente lo emocionaban, sus grandes amores. De todos fue conocido su fervor por el Poderoso Independiente Medellín, como él lo llamaba orgullosamente, con decirles que su cuenta en internet figuraba como diegodim. Era tanto su interés por este equipo, que contagió a la tía Lucía que a sus 97 años me preguntaba por la mañana: “¿Cómo le fue al Medellín?” Alegrándose cuando mi respuesta era positiva solidarizándose con Diego Luis. Terminó siendo hincha del DIM sin
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entender ni saber nada de fútbol, solamente para acompañar a Diego en sus resultados, además le pagaba las apuestas que él hacía en el Gimnasio Laureles y que casi siempre perdía. Otro gran amor de su vida fue el Chavo del Ocho, se reía a carcajadas con los mismos programas que ya se sabía de memoria pero que los celebraba como si fuera la primera vez. Cuento una anécdota que ocurrió cuando vivíamos en San Javier y las tías muy aconductadas subían siempre con costura en mano a visitar a Diego Luis y mirar juntos la misa de Televida, pero como Diego Luis manejaba el control, un día se las cambió para ver el Chavo y las dejó sin la misa. La tía Teresa le dijo muy seriamente: “Diego cuando se esté muriendo, encomiéndese al Chavo”. Nos tuvimos que reír, no era para menos. Pero la cosa no se quedó así, cuando lo visitó el padre Gabriel, un sacerdote amigo, Diego Luis con su estilo original le preguntó que si era pecado que le gustara más el Chavo que la misa del Padre Yepes. El Padre, aunque le dijo irreverente, también tuvo que reírse. Las tías vivían muy preocupadas porque Diego Luis era muy mal rezandero, pero yo las tranquilizaba diciéndoles que él no necesitaba repetir oraciones, que él estaba conectado a lo Divino, su sola actitud, su sonrisa, su bondad y su alegría era todo un Salmo elevado al Dios de la Vida.
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Precisamente lo que más recuerdo de él, con mucha admiración, es la sonrisa que nos regalaba siempre cuando nos saludaba. Despertaba cansado de la posición, porque él no se podía voltear solo y esa sonrisa, en medio del cansancio, era para mí la oración más sublime que un ser humano podría recitar. Estoy convencida de que Dios también le sonreía. Con esto de las irreverencias, tengo que confesar que muchas veces me llamaron la atención mis hermanos porque yo era muy complaciente con Diego Luis, le celebraba mucho sus metidas de pata y que no lo estaba educando bien. En este momento me alegro de no haberles hecho caso y no haberme unido al coro de los regaños. Sin embargo, muchas veces le decía: “Diego no le da pena”, pero él me respondía de una manera muy inteligente: “Esa es la ventaja de haber sufrido un aneurisma, pierde uno la vergüenza y cuando uno pierde la vergüenza empieza a vivir bueno”. Con este argumento me convencía. Otra cosa que le alegró la vida a Diego Luis fue repetir y repetir las mismas películas: Ben Hurt, La Novicia Rebelde y La vida es Bella. Ya se las sabía de memoria, pero las disfrutaba plenamente, no le llamaba la atención ver otras nuevas, pedía siempre las mismas y las miraba con mucho interés. Debo reconocer que en esta experiencia de vida ha sido muy importante la asistencia espiritual de mamá, que, aunque murió a los 2 años del aneu-
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risma de Diego Luis, siempre ha estado presente en todos los momentos de nuestras vidas, nos dejó un legado de amor que no muere y eso ratifica lo que nos dijo un médico refiriéndose a la situación de Diego: “LA MEJOR TERAPIA ES EL AMOR”. Reconozco que ese legado de amor de mamá y las tías iluminaron mi camino de asistencia, ellas vivieron siempre la compasión, la solidaridad y la ternura y por eso consideré afortunada la oportunidad que tenía de servir, de ayudar y de acompañar. Todo eso, más las enseñanzas que he recibido en mi grupo de desenvolvimiento espiritual fueron la motivación para este trabajo, al cual ingresé en el momento preciso, casi cuando Diego me estaba diciendo: “Prepárese para lo que sigue”, pues realmente encontré en la oración, la meditación y en los compañeros de mi ideal espiritual, la fuerza y los elementos necesarios para hacer de mi trabajo de asistencia, una experiencia mística, silenciosa, oportuna, alegre y enteramente libre. En esta experiencia de vida tuvimos un acompañamiento especial del señor Oscar Cabanillas, un verdadero maestro de vida, quien no solamente a Diego sino a Héctor y Nancy, nuestros nuevos amigos con discapacidad, nos dedicó su tiempo, su bondad, su gran conocimiento y amor por la libertad interior, nos enseñaba que a través de ella podríamos llegar a ser verdaderamente libres y sin limitaciones.
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Lo que recibimos en sus mensajes fueron verdaderos tesoros que estamos en la obligación de compartir para que otros seres se beneficien de estas bendiciones y una oportunidad para hacerlo es la publicación de estas memorias de Diego Luis, por ello inserto a continuación parte de una de las cartas que recibimos del Señor Cabanillas. “No creo que haya que renegar de las místicas que nos han precedido. Son buenas en el sentido que nos trajeron hasta aquí. Y hay que validar y respetar a los seres humanos que las aplican. Pero para los que tienen una vocación clara de libertad interior y anhelan vivirla, terminan descubriendo una metodología científica en donde la Mística adquiere un significado diferente. Es la Mística de la Renuncia. También llamada Mística del Corazón. Que yo le llamo a veces, Nueva Mística. En la Mística de la Renuncia, la ofrenda es interior y es propia. Cada ser humano trabaja en su propia alma, silenciando los condicionamientos que va descubriendo en la misma, que le impiden expandir su estado de conciencia. En la Mística de la Renuncia cada ser humano devuelve a la vida, resuelta, la problemática que “le tocó”. Cada quien, de acuerdo a su nacionalidad, su época, su sexo, su status, su educación, sus posibilidades, sus dificultades particulares, tiene una tarea concreta que resolver.
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Y es la que tiene que resolver en primera instancia. Cuando ya ha conquistado algo de su libertad interior, puede y tiene que comenzar a hacerse cargo de las cargas ajenas. Cuando se recorre el Camino de la Renuncia, y se vive la Mística del Corazón, no se habla de sí. No se identifica con lo que uno desea, con lo que uno tiene, con lo que uno es. Cuando de esta manera se “desaparece”, la virtud de la humildad “aparece” sola. Por ello se podría decir, que las verdaderas virtudes son las que “aparecen” cuando “uno desaparece”. No sé si Diego entendió estos mensajes, lo que si estoy segura es que los hizo vida. Yo siempre he repetido que a mí, me correspondió hacer el curso espiritual de La Renuncia y Diego simplemente la practicó. Como pueden ver tuvimos un Maestro que con amor y generosidad deseaba que todos nosotros dejáramos las limitaciones, no tanto las físicas, sino las espirituales y mentales y nos estaba invitando a volar mediante el servicio.
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“Cirineos que nos ayudaron a llevar la cruz” Por Inés Elvira Vélez Restrepo
Voy a recordar con mucho cariño y agradecimiento a las personas que durante 22 años nos acompañaron, colaboraron e iluminaron. La familia. Fue muy importante en este proceso, no solamente los hermanos, también tías, primas, sobrinos y cuñados. Diego disfrutaba plenamente de las visitas y llamadas que recibía de todos. A pesar de su limitación lo sacamos con frecuencia, lo llevábamos al Jardín Botánico pero él no admiraba las matas sino las flores de dos pies y pétalos en el pecho. Un paseo muy especial que hicimos con él, a los 13 años de su aneurisma fue a Santa Marta, cuando nos reunimos todos los hermanos.
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Aníbal. Su ayuda fue muy importante sobre todo para las salidas porque Diego era muy grande, muy pesado y afortunadamente Aníbal tenía mucha fuerza física, además como no tenía un trabajo fijo podíamos contar con él a cualquier hora. Tenían grandes diferencias, en idioma, gustos, concepción de la realidad, el uno vibraba con el color rojo y el otro con el verde, política e ideológicamente eran distintos, resumiendo eran polos opuestos. Lo único que los unía en esta experiencia de vida era la silla de ruedas. A los tres nos tocó hacer un curso intensivo de comprensión, tolerancia y aceptación de la diferencia. Tuve que cumplir una misión conciliadora en esta relación, que la consideré como una oportunidad para desenvolver el amor y la comprensión. Mi trabajo consistió en aceptar la diversidad y propiciar cambios en el corazón y en la mente de los dos. Los compañeros de estudio. Diego los recordaba con mucho cariño, pedía con frecuencia que le mostráramos el mosaico de los grados y se sonreía recordándolos. Gracias a los que no lo olvidaron nunca y le celebraron sus cumpleaños. Discapacitados físicos. Cuando comprendimos que la realidad de Diego era de limitación física, quisimos conectarlo con personas que estuvieran
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en situación similar, para que comprendiera que no estaba solo en esta experiencia de vida. Encontramos seres maravillosos que a pesar de sus limitaciones nos mostraron muchas posibilidades de rehabilitación •
Héctor Jairo Tamayo, cuadripléjico, artista que pinta con la boca, todo un maestro en el arte y en el juego del ajedrez y con capacidades intelectuales para escribir. Que esto lo motive a seguir escribiendo su libro: “Pinceladas de una vida.”
•
Nancy González, una linda mujer que nació sin brazos pero no le han hecho falta para pintar y tocar prodigiosamente la organeta con sus pies. Pertenece, como Héctor, a la Sociedad de Artistas que pintan con la Boca y con el Pie.
•
Luis Eduardo Rojas, cuadripléjico, ha sido campeón suramericano en natación y ha asistido a juegos paralímpicos, a través de él conocimos a Nancy y a Héctor y comprendimos más profundamente la discapacidad, como una oportunidad diferente de vivir.
•
Humberto Jaramillo. No le hace falta su vista para tocar la guitarra y con su sensibilidad y amor nos regalaba en todas las Navidades los villancicos que con sus voces angelicales nos cantaban Patricia Bravo y Raquel Arismendi, las integrantes de su grupo.
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Leonel Vélez. Vecino de San Javier, parapléjico pero con capacidad de desplazarse en su moto especial, siempre le repetía: “Diego, a éste paseo que no nos vuelvan a invitar”.
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Lina María y su esposo Fabio. No necesitaron visión para cantar y tocar maravillosamente. Recordamos con cariño que Lina le cantó, tanto a Camila como a Diego, lo siguiente: “No se han ido del todo, aún podemos su risa evocar, su carácter y su bondad, no se han ido del todo”.
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Oscar Hernández. Su limitación física no le ha quitado el sentido del humor y afición especial por su equipo Nacional.
•
Fernando Castrillón. Con su preparación intelectual, gran capacidad para contar chistes y con la luz de sus ojos que es su mamá, prepara deliciosos vinos de frutas.
Alain y Aldo. Dueños del Gimnasio Laureles, para ellos agradecimiento especial porque nos invitaron y generosamente nos ofrecieron esos servicios que por las condiciones físicas de Diego Luis, nunca pensé que podíamos disfrutar. Fue maravillosa esta oportunidad que nos dio tantas alegrías, razón tuvo Diego cuando dijo que yo gozaba más que él. Gracias a todos los empleados y usuarios del Gimnasio Laureles que nos regalaron cariño, amistad y ayuda, en especial a Fanny Pineda, masajista,
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que por mucho tiempo le brindó este servicio a domicilio. Nos quedaron amigos especiales de esta época como Laura Rita Hernández, Carlo Andreotti y su señora. Jorge Trujillo, Gilberto Molina, Juan Alberto Restrepo y Darío González. Agradecimiento especial porque me ayudaron a trasladar a Diego a las terapias, citas médicas y salidas especiales; recuerdo agradecida el esfuerzo que tenían que hacer para sacarlo de la casa, sobre todo cuando vivíamos en un segundo piso en San Javier. Siempre atendían en forma comedida, paciente y diligente acomodarlo en el carro y adecuarle todas sus exigencias físicas. Por fortuna, Diego siempre los hacía reír con sus apuntes graciosos y esto hacía más liviana su tarea. A los conductores de Tedix y Enruedas, empresas que al final utilizamos para los traslados de Diego, y que con amabilidad y cuidado nos brindaron este servicio. Don Arsenio y sus hijos en San Javier. Que siempre estaban dispuestos a cualquier hora para darnos la mano. Augusto Arango. Compañero y amigo especial que puso a nuestra disposición su fuerza, destreza y solidaridad. Rosa María. Una buena señora que nos dio una ayuda inmensa cuando llegamos con Diego a
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la casa y no teníamos las ayudas mecánicas que después facilitaron su manejo. A ella le tocó, como decimos, “con las uñas” y se entregó por completo al servicio desinteresado. León Cuervo. Con quien Diego hizo una buena amistad, identificados por su amor al DIM. A propósito un día antes de morirse, León lo visitó en la clínica y Diego le preguntó que cómo le había ido al Medellín. Ana Milena Londoño. También real amiga de Diego, él la admiraba mucho y le decía piropos a veces subidos de tono, pero ella era comprensiva y tolerante. En el momento de su muerte ella estuvo a su lado. Creo que fue la única vez que no le pudo decir “buenona”. Marleny Gutiérrez Fue la última dama de compañía como la llamaba Diego. Agradecimiento especial por su cariño, su servicio oportuno y competente. Nos ayudó mucho en los últimos meses, cuando ya Diego presentaba situaciones apremiantes y la atención tenía que ser constante. Valoro mucho el esfuerzo que hizo para su trabajo, porque a pesar de sus dificultades de salud, llegaba siempre dispuesta a servir y a comprender al paciente. Hicimos juntas un curso intensivo de sutileza, comprensión y respeto para atenderlo, porque aunque Diego sabía que dependía de los demás, siempre me
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preguntaba, ¿quién se va a apersonar de mí?, pero manifestaba que no le gustaba que se sintieran dueñas de él. Angela María Ortiz. Nuestra empleada por más de 13 años y que recibió especial aprendizaje en esta experiencia. Cuando empezó a trabajar con nosotros se mostraba siempre triste y yo le decía: “Angelita mira a Diego, no se puede mover ni hacer nada por sí mismo y nunca expresa estar aburrido, aprendamos de él”. Y fue haciendo el curso, hoy su actitud es calmada y hasta alegre. Nos ayudó mucho con Diego, él decía que le preparaba unos manjares deliciosos, se esmeraba en el aseo y fueron muchas las noches que se acostaba tarde ayudándome, ya que la atención que Diego requería no tenía horario. Nelson Giraldo. Un nuevo amigo de la familia que puso a disposición su carro, su tiempo y su voluntad para ayudarnos. Se apersonó de todas las vueltas de médicos, drogas, autorizaciones que requería Diego. Nunca le agradeceremos lo suficiente. Los médicos. En 22 años fueron varios los que atendieron a Diego pero es necesario resaltar a: •
Jorge William González. Neurólogo que nos ayudó mucho en los primeros años.
•
Hernando Posada González. Quien nos ha ayudado en todas las emergencias de salud
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como médico familiar a quien siempre recurrimos como consejero para casos de gravedad de todos, fue muy especial con nuestra madre, las tías y con Diego. •
Gonzalo Cardona. Ortopedista. Lo conocimos a través del Doctor Hernando, con quien nos visitó varias veces y nos ayudó a resolver dificultades que se presentaron en las operaciones del hombro y el pie derecho, tal como lo cuenta Diego en su diario.
•
Andrés Eduardo Marín Castro. Quien le brindó a Diego en sus días finales ternura y ayuda como médico.
Sacerdotes: Federico Carrasquilla, Iván Darío Londoño, Álvaro Vélez y Mario Rafael Toro. Siempre mantuvieron relación con Diego en la medida de su disponibilidad de tiempo. Fueron reales amigos, que además de amistad, le recordaban al Maestro Jesús, tan solidario con los que sufren y cuya doctrina siempre consuela y anima. Lo visitaron, lo escucharon, varias misas celebraron con la intención de su recuperación, en ellas mezclaban la formalidad de la ceremonia con las risas por los apuntes de Diego. Ivan Darío, Álvaro y Mario Rafael hicieron de las exequias de Diego una verdadera fiesta, no era para menos: se le estaba entregando al cielo un ser especial que dejó como testimonio la unión de la alegría con la discapacidad.
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Federico, que por sus ocupaciones no nos pudo acompañar en las exequias, días después nos regaló una misa con reflexiones evangélicas sobre la aceptación que debemos tener sobre la muerte. La hermana muerte como la llamaba San Francisco no nos cogió de sorpresa a Diego Luis ni a mí. Hablábamos con frecuencia de ella y sabíamos que era inevitable vivir ese momento, nos propusimos vivirlo en paz y con la tranquilidad del caso íbamos a decir simplemente: “Misión cumplida mi general”. Y así ocurrió. El 4 de febrero de 2016 se lo devolví a nuestra madre Jesusita, ella en el año 1996 me lo había encomendado cuando estaba enfermita y no podía cuidarlo, le dije que se lo enviaba muy preparado espiritualmente, que había sido todo un Maestro para la familia y para todos los que lo conocían, pero que lo más lindo de todo era que él no sabía que era un maestro, el seguía siendo un niño grande, lleno de alegría, humildad y sentido del humor.
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Oración para despedir a Diego Luis Por Inés Elvira Vélez Restrepo
Dios de la vida, te encomendamos a nuestro hermano Diego Luis. Recíbelo en tu gloria, llénalo de paz, de luz y de felicidad. Que tu abrazo y tu amor sea el premio a su paciencia y aceptación de las limitaciones y sufrimientos que tuvo que vivir durante 22 años de su existencia. Que nosotros, hermanos, familiares y amigos, seamos conscientes de su experiencia de vida y obtengamos enseñanzas que nos alimenten y fortalezcan nuestras almas. Que aprendamos a decir como Diego: “lo que es menester sea” y podamos aceptar las circunstancias que nos toque vivir, en paz y sin ofrecer resistencia a la vida. Prémiale su alegría, su bondad, su humildad y su paciencia. Tú lo conoces más que nosotros, pero
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no sobra decirte que él nos dejó no solamente un vacío muy grande, sino una gran enseñanza y testimonio de vida. Siempre estuvo ahí sonriendo, sin poderse mover, esperando que los demás hicieran algo por él, sin quejarse, sin lamentarse, sin culpar a nadie, aceptando sus limitaciones. Siempre tuvo una sonrisa en sus labios y saludaba a todos con amor, con entusiasmo y alegría. Que su luz nos siga iluminando el camino que debemos seguir hasta llegar a la morada eterna. Gracias Padre Celestial por el regalo que nos diste de tener muy cerca un ser tan especial como Diego Luis y que su sonrisa y su recuerdo nos acompañen siempre. Amén.
Memorias de Diego Luis Vélez Restrepo
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La vida de Diego, un regalo de Dios Mensaje que Amparo Delgado Uribe le envió a Diego Luis en el año 2004 con motivo de su cumpleaños número 48.
Diego: Tu vida es un hermoso regalo de Dios. El dolor ha templado tu carácter y has adquirido la virtud de una inquebrantable fortaleza. Tu sonrisa de siempre es una clara manifestación de salud espiritual y emocional. Has sonreído cuando las circunstancias te han sido desfavorables y así le has dado un paliativo a la amargura de esas ocasiones. Con tu simpatía has abierto las puertas de muchos corazones, y has sembrado optimismo en las personas desesperadas. Agradece a Dios que preparó el paraíso maravilloso de bellezas elementales para nuestro deleite y reposo. Tu vida es flor esplendorosa que ofrece a todos su hermosura y aroma. Tú contagias el gozo de vivir. Tu alegría sincera y espontánea alivia a muchos
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Alegría y humor A pesar de la discapacidad
que soportan penas y sufrimientos. Tu momento presente es una feliz oportunidad. Tu eres triunfador tenaz. Tú eres sembrador de felicidad en los corazones de los tristes. Amor y alegría son las dos alas para volar más allá de las estrellas y el Señor Jesús te dotó de ellas por eso has volado tan alto y has enseñado a volar a otros. Que el Señor Jesús te siga bendiciendo y colmando de sus gracias. Te queremos y recordamos mucho.
Diego Luis: Una sonrisa inolvidable, ejemplo de amor, alegría y paciencia en medio de las dificultades.