Oriol Canosa
Después de un naufragio, el doctor Bombard flota en un bote en medio del océano. ¿Es una tragedia o una oportunidad para vivir una gran aventura? No lo sabe. Pero tendrá todo el tiempo del mundo para descubrirlo. Oriol Canosa
Ilustraciones de Jordi Sunyer
MINI JOYAS
PARA PRIMEROS LECTORES
El bote del Dr. Bombard Un libro Minimini de Babulinka libros, sello de la editorial Babulinka Books SLU. Rambla de Prat, 2, 1-2 A · 08012 Barcelona hola@babulinkabooks.com · www.babulinkabooks.com © del texto, Oriol Canosa © de las ilustraciones, Jordi Sunyer Primera edición: octubre 2019 ISBN: 978-84-120807-1-1 Depósito legal: B 23512-2019 Impresión: Gráficas 94 Colección: Mini Joyas para Primeros Lectores Diseño colección: Maria Sansalvadó Maquetación: Maria Sansalvadó · www.momabcn.com Corrección: Álvaro Martín Valcárcel Made & Printed in Barcelona
Quedan rigurosamente prohibidas y están sometidas a las sanciones establecidas por la ley: la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento, incluidos los medios reprográficos e informáticos, y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público sin la autorización de la editorial Babulinka Books. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Oriol Canosa
Ilustraciones de Jordi Sunyer
El doctor Bombard flota en medio del océano en un bote minúsculo. Hace una semana que el barco en el que viajaba naufragó y desde entonces navega a la deriva. Está solo. La corriente marina lo ha alejado de los otros botes. Quién sabe, ¡quizás a los demás ya los han rescatado!
En una situación como esta lo más importante es mantener la calma. Angustiarse solo empeoraría las cosas. En el bote hay dos remos, pero no los usa. Es más razonable dejarse llevar por la corriente y esperar que tarde o temprano algún barco lo rescate. Al fin y al cabo, tampoco se está tan mal flotando en medio del océano. Las puestas de sol son tan bonitas que el doctor se olvida de todo.
El doctor Bombard, como todos los médicos, sabe que no hay que beber agua de mar porque podría sentarle mal. Pero en el océano en el que flota llueve muy a menudo y siempre tiene un cubo lleno de agua dulce para beber tanta como le apetezca.
Una mañana, algo impacta contra la cara del doctor como si le hubieran dado un bofetón. Sorprendido, mira a su alrededor intentando entender lo que ha pasado. En el fondo del bote encuentra un pez volador batiendo las aletas desesperadamente. –¡Qué cosa más fascinante! ¡Esta sí es una forma fácil de pescar!
Un instante después, otro pez volador cae dentro del bote. Hay centenares, miles, sobrevolando la superficie del mar. Y, de vez en cuando, alguno cae dentro del bote. El doctor Bombard está muy contento: ¡ahora sí tiene el problema de la comida resuelto!
Por primera vez desde que naufragรณ, el doctor estรก inquieto. Hace un rato que observa una aleta enorme que da vueltas alrededor del bote.
Sabe perfectamente de qué se trata: es un tiburón blanco que busca algo para cenar. Si se decidiera a atacar, tan grande como es, seguro que volcaría la barca al primer intento. Y una vez en el agua, el tiburón se lo zamparía en un periquete.
E
l doctor Bombard ha pasado tres semanas solo, flotando en el océano. Pero en el mar nadie está completamente solo. Docenas, centenares de especies han seguido su bote durante la travesía. Con algunas ha tenido contacto. A otras ni siquiera las ha visto. Y, bajo las tablas del casco, nadando en las oscuras aguas, un universo por descubrir: se calcula que tres de cada cuatro especies marinas aún son desconocidas por la ciencia. Las ballenas son yubartas (Megaptera novaeangliae). Miden quince metros de largo y pueden pesar más de cincuenta toneladas. Las hay desde las frías aguas de los polos hasta el ecuador. ¡Incluso se pueden encontrar en el Mediterráneo! De peces voladores hay más de sesenta especies. Sus aletas pectorales son tan desmesuradamente grandes que les permiten volar fuera del agua; los vuelos raramente superan los cien metros de distancia, pero es suficiente para escapar de sus depredadores. El pájaro es un colimbo pequeño (Gavia stellata). Come anchoas, arenques y crías de bacalao, que pesca sumergiéndose hasta ocho metros en el mar. El tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es uno de los mayores depredadores del mundo y come focas, calamares, pulpos, cangrejos, aves marinas y peces de todas las especies. A veces, incluso, arremete contra las ballenas. Los ataques a humanos son poco frecuentes y no suelen ser mortales. Cada año mueren millones de tiburones atrapados en las redes de los barcos de pesca.
Nuestro protagonista no es la única persona que se ha quedado aislada en un bote en medio del océano. A lo largo de la historia ha habido muchos casos, algunos de los cuales han tenido un final feliz y otros… no tanto. Pero pocos han sabido conservar la calma y aprovechar la aventura que el azar les ha ofrecido. El doctor Alain Bombard es un personaje real y protagonizó una historia muy curiosa. Médico de un pueblecito de pescadores en el norte de Francia, estaba harto de ver cómo los náufragos morían porque no tenían los conocimientos y la sangre fría necesarios para sobrevivir. Y un día del año 1952 se lanzó al Atlántico en un bote neumático y se convirtió en “náufrago voluntario” durante unos meses con el objetivo de convencer a los marineros y pescadores de que, a pesar de las dificultades, sobrevivir en alta mar es posible. Solo hace falta aprender cómo hacerlo. Lo consiguió y hoy en día sus libros sirven de inspiración a todos aquellos que surcan las negras aguas de los océanos (¡y a algunos escritores e ilustradores de tierra firme, naturalmente!). A él está dedicada esta historia.
COLECCIÓN MINI JOYAS
PARA PRIMEROS LECTORES
También te gustará…
Estamos en Londres. Es Nochebuena. ¡Y los ladrones en plena faena! ¿Burlarán a la policía o pagarán por su osadía? La situación es alarmante. Hay que hacer algo cuanto antes…
JORDI SUNYER (1976) y ORIOL CANOSA (1975) se conocieron cuando aún no tenían edad de leer libros como este. Con los años, uno aprendió a dibujar, el otro a escribir y ambos a sonarse sin la ayuda de ningún familiar. Gracias a estas tres habilidades, con el cambio de siglo se convirtieron en autores de libros infantiles. Hay un montón de cosas que los separan: Uno es diestro y el otro es zurdo. Uno escribe y el otro dibuja. Uno nació en Barcelona y el otro en Tarragona. Uno trabaja en una biblioteca silenciosa y el otro en el comedor de casa, entre niños y ollas llenas de macarrones. Uno se levanta muy temprano y el otro se acuesta tarde. Sin embargo, están de acuerdo en las cosas importantes de la vida: que en la pizza no se debe poner nunca piña, que los libros infantiles son más interesantes que los libros para adultos y que trabajar con amigos es mejor que hacerlo con desconocidos.
Oriol Canosa
Después de un naufragio, el doctor Bombard flota en un bote en medio del océano. ¿Es una tragedia o una oportunidad para vivir una gran aventura? No lo sabe. Pero tendrá todo el tiempo del mundo para descubrirlo. Oriol Canosa
Ilustraciones de Jordi Sunyer
MINI JOYAS
PARA PRIMEROS LECTORES