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Palabras al mar

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Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

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La escuela vive sus «Tiempos Modernos»

Alumnos del Colegio en el Centro Valero Lecha.

El proceso de confinamiento que estamos viviendo ha afectado a todos los ámbitos de nuestra vida. También al educativo. El cese de la actividad escolar tal y como la entendemos nos ha llevado a una situación inédita que nadie habíamos vivido con anterioridad y además se ha producido de una forma súbita, sin tiempo para reflexionar en un primer momento.

Hemos tenido que tomar decisiones con muy poco margen de actuación y en algunos casos hemos visto la necesidad de rectificar el rumbo y el sentido de las mismas. Todo ello se ha producido en el marco de un proceso que parecía exigirnos que lográsemos mantener el pulso educativo como si nada, o casi nada, hubiese ocurrido. Pero eso no es así. Algo de gran trascendencia está sucediendo. Y de ello hablamos.

En primer lugar, es bien cierto que el proceso educativo exige que haya interacción con el alumnado. Además es preciso hacer un seguimiento individualizado del aprendizaje que no se aprenden ni se evalúan si no hay presencia física. Por demás, todo se complica con los niños y niñas que necesitan una metodología inclusiva con especialistas, materiales y espacios y tiempos adaptados.

En segundo lugar, de un día para otro les pedimos a las familias que asumieran el papel de docentes. En seguida descubrimos las enormes dificultades que tenían que afrontar los padres y madres: teletrabajo, sobrecarga de responsabilidades, dificultades económicas, incapacidad para atender situaciones de aprendizaje, etc. Y algunos datos: el 18% de la infancia vive en un hogar con problemas de humedad o aislamiento, el 13% no tiene ordenador en casa, el 11% pasa frío en invierno de forma cotidiana, el 10% no dispone de Internet, el mismo porcentaje no cuenta con

el espacio necesario y el 5% carece de luz suficiente. Para tener en cuenta.

Por último, se ha hecho evidente el sistema educativo en su conjunto no puede afrontar un cambio tan profundo y de forma tan rápida. Faltan metodologías y contenidos adaptados de forma global a una enseñanza online de calidad y una parte de los docentes carece de las competencias requeridas, por lo que en algunos casos se ha tirado por la calle de en medio y lo que se ha hecho ha sido organizar clases ordinarias «a distancia».

Por todo ello, teniendo en cuenta estas condiciones, quizás lo deseable sería ofrecer recomendaciones adaptadas a familias, consolidar lo aprendido y moderar la impartición de nuevos contenidos. Los docentes podrían contactar con todas las familias, en la medida de lo posible, y asegurarse la comunicación y la relación con el alumnado aunque evitando una presión innecesaria. Todo ello sabiendo que siempre habrá un cierto número de familias con las que no se puede contactar.

De esto se desprender que tenemos que aceptar que el curso 2019-2020 en cierto modo no termina en junio. No al menos de un modo convencional. Por eso, habrá que pensar que tiene su continuación (en todos los niveles excepto en 4º de ESO, 2º de Bachillerato y últimos cursos de Grado Medio y Grado Superior de FP) en septiembre y que los tiempos se adecúan a una nueva organización. Esto se logra reforzando los recursos y apoyar personalizadamente al alumnado. Porque estamos viviendo una crisis educativa nunca vista hasta la fecha para la que habrá que pensar en adaptar recursos, metodologías, tiempos y espacios escolares. No habrá vuelta al 13 de marzo. No con aquellas herramientas. Sí con estos corazones.

Juan Antonio Pérez Bello www.juanantonioperezbello.com

de opinión Vivir, jugar, sentir…

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Cuando recibimos la noticia de que debíamos permanecer en nuestros hogares sin mantener contacto con otras personas, lo primero que intentamos fue crear una rutina que permitiera que todos los miembros de la familia pudiéramos realizar nuestras actividades de la mejor manera posible: momentos de tarea de los niños que se intercalaban con el teletrabajo de los mayores, tiempo para relajarse después de comer y actividades de tipo lúdico y creativo por la tarde. Sin embargo, sucedió que estas semanas de permanencia en casa pasaron a ser dos más y luego otras dos más y luego… este horario tan bien organizado comenzó a tambalearse, principalmente por lo que atañe a los pequeños. Nuestros hijos tienen 4 y 5 años, y como cualquier niño de esta edad son inquietos, curiosos, enérgicos y con muchas ganas de aprender y entender el mundo. Con el juego por bandera, creamos una acampada en el comedor que nos permitió vivir una semana santa diferente, inventamos un tobogán en las escaleras ayudándonos de un colchón, trabajamos la psicomotricidad vivencial transformando la habitación de los papás, experimentamos en la cocina imaginando recetas nuevas con sabor tradicional, tejimos con nuestras manos, plantamos limones y observamos cómo iban creciendo, jugamos con la pintura, las muñecas y los playmobils, investigamos sobre la luz y las sombras, los animales marinos y las abejas, aprendimos a fregar, hacer las camas y poner la mesa, tuvimos ratos de tele y de lectura, a veces juntos y a veces buscando cada uno nuestro espacio y nuestro tiempo… Y así, juntos y jugando, crecimos un poquito más como familia.

Y sin necesidad de acordar nada, formamos un EQUIPO con el propósito de ser el apoyo que nuestros hijos iban a requerir. Y nos hemos dado cuenta de la importancia de parar y mirar. Y disfrutar, sin prisas, porque tenemos la sensación (ahora que ha parado todo) de que quizá estuviéramos viviendo muy deprisa, que la vorágine de actividades nos

estaba condicionando y dejábamos escapar momentos que de esta manera hemos podido experimentar, vivir y sentir.

Y una vez pasado ¿cómo lo hemos sentido? Como una oportunidad de convivir, de formar familia, de crear confianza y vínculo, de salir reforzados y de acompañar a nuestros hijos en su desarrollo emocional. Resumimos con esta imagen nuestra experiencia.

Familia Fernández Berdié

Mucho más que una pasión

La Semana Santa en Alcorisa siempre ha sido especial. Han sido jornadas de pasión, pero también de convivencia, fe, sentimiento y compañerismo. En ellas nos hemos unido al sonido que desprenden nuestros tambores y bombos para poder expresar lo que estos días evocan en cada uno de nosotros. Y en este 2020 tan convulso no va a dejar de ser así.

Vivimos en estado de alarma y estamos librando una batalla contra la propagación de un virus que está causando mucho daño en nuestra sociedad. Nuestro día a día se ha visto alterado en gran manera y también algunas de nuestras tradiciones más arraigadas. Si en un primer momento tuvieron que ser canceladas las Jornadas Nacionales que se iban a celebrar en nuestro pueblo, a las que habíamos dedicado mucho trabajo e ilusión, sucedió lo mismo con el pregón que hubiera tenido lugar el pasado sábado con la presencia del Obispo y en la que reconocíamos como tambor noble a Sebastián Rillo. Pero esto no va a impedir que los alcorisanos celebremos estos días de la manera que sabemos, siempre respetando las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Es cierto que en la historia quedará que en este 2020 no se pudieron celebrar las procesiones que tradicionalmente recorren las calles de Alcorisa, tampoco el Drama de la Cruz o la rompida de la hora de la forma que históricamente sucede. Parecerá que el trabajo que realizan la Sangre de Cristo, el grupo de tambores, cofradías, guardias y todos aquellos que participan en nuestra recreación más genuina e impresionante, ha caído en saco roto. Pero nada más lejos de la realidad. Nuestro pueblo siempre agradecerá a

todos los que hacen de nuestro municipio un lugar único y especial, y ellos son sin duda el mejor exponente. Desde aquí mi agradecimiento.

La Semana Santa alcorisana es mucho más que una pasión para todos aquellos que queremos y sentimos nuestro pueblo. Es una ilusión y nunca la vamos a perder. A pesar de las dificultades, de los momentos tan convulsos que estamos viviendo en estos días, animo a hacer de nuestros balcones el lugar desde el que hacer sonar con más fuerza si cabe esos toques que siempre han retumbado con fuerza en todas nuestras calles.

En 2020 lo seguirá haciendo, pero cada uno desde su balcón, cumpliendo escrupulosamente las obligaciones que como ciudadanos debemos respetar en el estado de alarma. En el futuro volveremos a la normalidad y ocuparemos de nuevo nuestras calles, en compañía de nuestros seres más queridos y junto a todos esos turistas que tendrán que dejar su visita para otra ocasión. Os esperamos a la próxima.

Que suenen estos días nuestros tambores y bombos para seguir dejando constancia de lo importante que es la Semana Santa para Alcorisa, en todas las circunstancias y momentos. Y también para agradecer a todos los que están dando lo mejor de sí mismos para que podamos superar esta pandemia: personal sanitario, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, bomberos, trabajadores de supermercados, transportistas… Por ellos también nos quedamos en casa y haremos sonar nuestros tambores y bombos desde nuestros balcones con más fuerza si cabe.

Miguel Iranzo

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Poner puertas al huerto

Nos enfrentamos sin ningún género de dudas a uno de los peores momentos en la historia de la humanidad reciente. Vivimos en un Estado de Alarma, que como he leído estos días tiene una visión urbana, como tantas y tantas otras cosas en nuestras vidas. Quienes legislan desconocen muchas realidades. Pensaba estos días en la risa que le dará a una familia masovera que la confinen, como si no viviesen todos los días de su vida en un confinamiento abierto. Pensaba en estos días en mis amigos de Montoro de Mezquita, con tres casas habitadas y confinados. Pienso en mi padre y tanta gente como él que no tienen permitido ir al huerto a por la verdura que cultiva para el abastecimiento familiar, pero al que permiten ir a la cola de un supermercado a tener que comprar una mata de acelgas que le sirven con guantes, mascarilla y todo después de hacer cola en la calle con estos días de clima adverso. Es muy «lógico» todo esto, pero no forma parte del debate, tristemente.

Pienso en los niños de algunos de nuestros perdidos pueblos de la España Vacía, a quienes no se les permite ir al parque. Para qué querrán ellos ir al parque, si tenemos monte para aborrecer y desgraciadamente jamás van a aglomerarse. Pienso en que tiene su lógica que no nos dejen salir a hacer deporte, pero no comprendo que no podamos salir a patear un camino, a tirar piedras, o a pisar charcos con nuestros hijos, con los que llevamos tres semanas encerrados en casa… pienso que no es lo mismo. Pienso que no es igual vivir en Madrid que en Montoro de Mezquita o en La Cuba. Pienso que no es justo y que no se puede multar a alguien que va a buscar leña para su estufa, o una mata de borrajas y entrecavar su huerto. No es lo mismo el albañil que va con su hijo aprendiz a hacer un remiendo en una vivienda, que las grandes promociones de las grandes urbes. No, joder, no es lo mismo. Y por supuesto que uno entiende que las medidas tengan sus fallos y sus lagunas, pero no todo es igual. La diferencia radica en los matices, en las cosas que nos hacen diferentes.

Este año las procesiones van por dentro, por dentro de todas esas personas que tienen el alma en vilo por la salud de los más cercanos, por dentro de los hijos que sufren por los padres y los padres que sufren por los hijos y por dentro de todos y cada uno de nosotros cuando sentimos como nuestras todas y cada una de esas víctimas que está causando este maldito virus.

La magnitud de esta epidemia ha provocado la interrupción de nuestro día a día, de nuestro trabajo o de nuestro ocio, nos ha confinado en nuestros hogares y amenaza nuestra moral con su paciencia y con su silencio.

En la Semana Santa de este año no solo se llevará una cruz, millones de personas van

Ángel Hernández – D.T., 03-04-2020

Nuestra Cruz

Esta Semana Santa va a ser diferente a cualquiera de las vividas por cualquiera de nosotros hasta día de hoy, las circunstancias en las que estamos inmersos estos días.

Pienso en cómo será esto dentro de un mes; y pienso que no es lo mismo que eviten las aglomeraciones en Puerto-Venecia a que mantengan las mismas restricciones en un pueblo de 300 habitantes. No puede ser y deben de estar preparados para ello. Pueden ralentizar el ciclo productivo, pero no frenar el ciclo de la vida. Hace falta empatía, hace falta atender a todas las realidades. La gente de muchos de nuestros pequeños pueblos vive acostumbrada a los rigores de la soledad en invierno; compra una vez cada semana o cada quince días, sobrevive conectada al exterior por la televisión, pero tiene sus rutinas, y una de ellas es el huerto y los animales. El huerto se cuida y se trabaja en primavera, se podan los árboles, se queman los ramos, y todo se prepara para tener cosecha; pero alguien decide que no debe ser así. Debería revisarse ese decreto, adaptarse a la realidad y a las necesidades del medio rural, con sus singularidades. No estamos hablando de abrir los bares, estamos hablando de que no se le pueden poner puertas al campo, a las huertas. En la denominada España Vacía vivimos mucha gente, pero podemos salir al campo y no encontrarnos con nadie; salir simplemente a trabajar, a quitar hierbas, a recolectar, a seguir prolongando el ciclo de la vida. Convendría una vez más que aunque solo fuese por un instante, sopesasen su urbanita forma de hacer las cosas y miraran a esa otra España.

a llevar la suya, con responsabilidad, con fortaleza y con valor, y problablemente, cuando todos pensamos que no habría Semana Santa, más estamos viviéndola. Tanto en los momentos duros sumidos en la soledad, como en esos momentos en los que nos revelamos contra la adversidad y salimos a los balcones a decir que nada podrá con nosotros, que cada uno de nosotros somos un estandarte y que esta vez los tambores redoblarán por los nuestros y contra el miedo.

Este virus ha conseguido ponernos en jaque, pero también sacar lo mejor de nosotros, esa solidaridad con nuestras personas mayores que necesitan ayuda, esos ánimos en forma de aplausos que hacen que nos encontremos todos los días a las ocho en el balcón con nuestros vecinos, y sobre todo, esa entrega y ese esfuerzo que hacen todas aquellas personas que trabajan para recobrar la normalidad, para atender a los afectados y para que se mantenga el orden dentro del caos en el estamos sumidos. Todos ellos son los verdaderos héroes de esta historia, los apóstoles de nuestra Semana Santa, desde el personal de limpieza, a los gremios que trabajan para garantizar los productos básicos de consumo, como todo el personal sanitario o las fuerzas de seguridad del Estado, todos ellos, arriesgando sus vidas, realizan el verdadero sacrificio de estos días, el sacrificio que nos salvará a los demás.

Esta Semana Santa la vamos a recordar todos con el sentimiento que se merece, con el respeto a todos los valientes que están en primera línea, con el dolor de aquellos que no volveremos a ver y con la consciencia sobre lo que realmente importa, que suenen los tambores y bombos del Bajo Aragón.

Antonio Pérez – PAR Alcorisa La Comarca, 10-04-2020

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Desconfinar la ruralidad

Pasamos ya del mes confinados; parece que nos hayamos habituado a este modelo car celario, encerrados en nuestra propia casa, con el deseo de algo así como un «tercer grado» que nos permita volver a sentir algo de libertad, aunque sea «vigilada». Cualquiera de nosotros se conformaría con pisar la calle sin sentirse poco menos que un delincuente; poder dar un paseo, hasta coger una azada. Los adultos aún tenemos la posibilidad de salir de vez en cuan do a la compra, e incluso a trabajar, vemos algo diferente a nuestro alrededor. Pero ¿qué hay de los pobres niños?

Ahora que ya sobrepasamos las cinco semanas y tenemos en el horizonte casi otro mes de encierro, sigo a vueltas con una rei vindicación que se mueve en redes, y es la de atender en las medidas de confinamiento a la singularidad del medio rural, a los hechos dife renciales de los pueblos. Se concibe y combate la pandemia desde una lógica eminentemente urbana; transporte, excepcionalidades, confina miento, medidas disuasorias… se habla de lo que supone la cancelación de fiestas y eventos en las grandes ciudades, pero nada se detalla de lo que acontece en los pueblos pequeños. En cualquier momento del día se puede reunir más gente en una cola de supermercado, o en una estación de metro, que la que vive en muchas localidades de la España rural, ahora vaciada y confinada. ¿De qué sirve que te permitan ir a comprar cuando en tu pueblo no hay tienda, o como mucho tienes un multiservicio con pro

ductos básicos? ¿De qué sirve que recomienden el teletrabajo cuando a duras penas tienes una cobertura decente de telefonía? ¿Para qué sirve que te permitan ir al estanco si no lo tienes?

También me pregunto ¿cuál será la visión cosmopolita de un huerto?, ¿saben en la capital del reino que las patatas que ellos compran en el supermercado, otros las hemos comido to da la vida de las que sembramos ahora en las huertas? Si estamos en tiempos tan duros, ¿no es más lógico que uno pueda procurarse parte de su sustento antes que tener que consumir en los grandes comercios? ¿Qué visión tendrán en las grandes urbes de los niños de pueblo? ¿Sa ben acaso lo que es un aula unitaria? ¿Saben que los niños son nuestro más preciado don, nuestro futuro, el de nuestros pueblos?

En localidades con poco más de una do cena de críos o incluso menos, qué mal harán pudiendo ir al campo, qué mal harán caminan do, correteando, pegando patadas al balón en un bancal abandonado con sus hermanos si los tienen, o con sus progenitores. Estamos pri vando a los niños de su libertad; aliviarla pasa por apelar a la conciencia y sentido común de nosotros, los mayores; bajo ningún concepto quiero/queremos ponerles en peligro; no es mi prioridad estar en un bar (aunque lo deseo), lo que quiero es que nuestros hijos se den una ale gría en estos tiempos, y lo sería salir de casa, con nosotros, con nadie más. Y me son indife rentes las medidas que se adopten en Madrid, Barcelona o Zaragoza. Yo hablo de pueblos,

Hoy, como viene siendo habitual, hemos despertado con las calles mojadas. En esta tierra de secano, parece que los astros se hayan alineado para teñir de gris los largos días de encierro.

Encender la televisión, ver la prensa o escuchar la radio, se ha convertido en un gesto solo apto para los más valientes, o los más

Ángel Hernández – D.T., 20-04-2020

«Podrán acabar con todas las flores, pero no podrá detener la primavera» (Neruda)

camicaces. Las malas noticias han calado con tanto ahínco en los medios de comunicación y las redes sociales que parece no haber espacio para nada más, y muchos, ya no tenemos fuerzas para seguir escuchando.

Pero como aquel rayo de luz que irrumpe con fuerza en un día nublado, un titular se atreve a romper la tiranía del desánimo, trayendo con él un pequeño, pero ansiado, halo de esperanza: Alcorisa es el pueblo más grande de Aragón sin ningún caso de coronavirus. Por unos segundos, nos atrevemos a pensar que, quizá, después de todo, sí se puede vencer a la tempestad.

La tarea, ya lo hemos visto, no va a ser fácil. Fuera relampaguea con fuerza, y nosotros apenas tenemos un paraguas agujereado y un pequeño chubasquero para protegernos; pero, con lo que la tormenta no contaba es que, los alcorisanos, sabemos bailar bajo la lluvia.

Así, cuando decide hacer de las suyas y embestirnos con fuerza, respondemos con una tripulación de mujeres armadas con sus máquinas de coser proveyendo de más de 13.000 mascarillas a todo su pueblo; con un

de otras realidades. Por favor, deben aliviar esta carga, aunque aíslen a nuestros pueblos, que nadie entre ni salga de ellos sin contro les previos, que podamos recuperar parte de la movilidad; y que poco a poco reiniciemos el pulso de nuestras vidas, aquí donde todo es más complicado, pero hay cosas que pueden ser mucho más sencillas.

Vivir confinados en los pueblos, pero libres para salir al campo, a las calles; a las gentes de aquellos pueblos que no han tenido casos, mantenerlos aislados, pero no encerra dos en sus casas; que por una vez en la vida el medio rural sea vanguardia. Vanguardia para aprender y experimentar, empezando por los pueblos más pequeños, que sirvan de ba se para observar y actuar. Es una situación sin parangón, desconocida, que requiere pulso y prudencia. Y quiero desde aquí reconocer al Gobierno, en sus aciertos y errores por tener que gestionar la crisis más dura e inesperada de nuestro tiempo; pero también apelar a un gesto para esa otra España que vive lejos de esas comodidades y servicios que disfrutan en los entornos urbanos. Apostemos por suavizar el confinamiento en los pueblos, hacerlo por núcleos familiares, permitiendo salir al cam po, permitiendo trabajar el huerto; permitan y observen, que no pedimos tanto, solo algo de atención, algún gesto que sirva para ayudar al resto del país. Permítanlo, y permítanlo pronto.

grupo de jóvenes que no dan tregua a sus impresoras 3D para producir viseras y salva orejas que nos protejan; con una Brigada Municipal y unos agricultores que mantienen desinfectadas nuestras calles.

Cuando intenta amedrentarnos con el ruido de los truenos, nosotros respondemos con el rugir de nuestros tambores, agradeciendo el esfuerzo de los sanitarios y el personal de la residencia; de comerciantes y empresarios que cumplen con las medidas de seguridad protegiendo a sus trabajadores; de todos los niños que de manera tan valiente permanecen en sus casas; de nuestros mayores, que no se explican cómo una tormenta puede arrebatarles aquello con lo que no pudo una dictadura, la libertad de salir a la calle.

Y cuando cree que nos ha vencido, la retamos saliendo a nuestros balcones y aplaudiendo por todos aquellos que, gracias a su esfuerzo, hacen que estemos un poco más cerca de volver a ver el sol.

Gracias, Alcorisa.

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Estaremos los de casa

Alba Hernández.

Me dispongo a escribir estas líneas sabiendo que esta Semana Santa las calles de Alcorisa y de todos los pueblos de la Ruta estarán vacías. No habrá toques de tambor, olor a incienso en las calles, ni ajetreo de ropas y visitantes en las casas, no habrá corrillos de cuadrillas redoblando la noche del Jueves Santo en la plaza de los Arcos, no subiremos a nuestro Calvario y no nos transportaremos a la Judea del siglo I. Este año no habrá que esperar a la tarde noche del

Sábado Santo para silenciar nuestros tambores y da pena, mucha pena. Pensábamos que la lluvia era nuestro peor enemigo, pero muchos de nosotros desearíamos estar tocando este año, sintiendo la lluvia mojar nuestras túnicas, tambores y bombos.

La noticia de la suspensión de la fiesta más señalada en muchos de los pueblos del Bajo Aragón ha sido un mazazo, pero poco se puede hacer. A este bicho tenemos que pararlo entre todos y desde casa. Pero que nada nos pare, tenemos que pensar que ya queda menos para la semana santa de 2021, la que todos prepararemos con unas ganas increíbles y que tendrá que valer por dos. Quizá al año que viene valoremos y saboreemos más cada ensayo o cada reunión en los meses previos, porque, no nos equivoquemos, la Semana Santa es tambor y bombo, es procesión, son guardias, es rompida, es Drama. Pero también es familia, es amigos, es convivencia de un pueblo que durante una semana lo une un mismo sentido, la tradición y las ganas de enseñarla y compartirla con todo aquel que nos viene a visitar en estos días.

Aunque este año en el pueblo solo estemos «los de casa», algún rato haremos sonar nuestros tambores y bombos desde nuestros balcones (lugar de recreo en estos tiempos de confinamiento), porque las ganas de hacerlo no nos las puede quitar nadie. Esta Semana Santa 2020 no la olvidaremos nunca.

Lo único que haría quitarnos «el gusanillo» sería poder celebrar las Jornadas Nacionales del Tambor y el Bombo que con tanta ilusión y empeño llevamos preparando en Alcorisa durante todo un año. Toques de exhibición, un programa lleno de actos e incluso un nuevo monumento en el centro de nuestro pueblo. Esperemos que esta situación se solucione lo antes posible y podamos sacar nuestros tambores y bombos y recibir en Alcorisa a todos aquellos que aman el toque del tambor y el bombo tanto como nosotros. ¡Os esperamos!

Alba Hernández Tamborilera – Alcorisa

Sartenes, ollas y amigas

Raquel Roselló

Sí, claro que sí tienen relación las sartenes, las ollas y las amigas con la Semana Santa. Empecemos explicando el final para terminar con la «culinaria» razón del comienzo. Seis años aproximadamente tenía cuando comencé a tocar el tambor. Un tambor que todavía tengo, aunque hoy lejos… «arriba», en la casa de mis padres. La cofradía a la que sigo perteneciendo y con mucho orgullo, La Verónica, no piensen que la elegí yo. Todo fue culpa, como hoy las llaman, de mi «meja», mi mejor amiga de la infancia, Miriam. Recuerdo los ensayos en los lavaderos, los nervios de las exhibiciones, incluso de las procesiones… De cómo el sonido del tambor y el bombo era capaz de llevarnos a otro lugar de forma mágica. Así lo intentaba explicar a mis compañeros de facultad en el País Vasco o Barcelona, que la Rompida de Alcorisa eran esos minutos de la media noche que esperábamos año tras año. Creo que nunca llegué a transmitirlo bien, porque quizás haya que vivirla para entenderla.

Nunca me he ido fuera de vacaciones en Semana Santa, no concibo ir a otro lugar que no sea mi pueblo. Aunque reconozco y agradezco que mi trabajo como periodista me ha permitido conocer y poner más sonidos a esta especial banda sonora bajoaragonesa. Precisamente, gracias a este periódico La Comarca, allá por 2001, y más tarde a Aragón Televisión, pude ir a los municipios de la Ruta del Tambor y Bombo. Localidades donde los vecinos te abrían las puertas de par y par y les faltaban tiempo para explicarte «lo bonita» que era su Semana Santa. Albalate, Alcañiz, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén. No, no me olvidado de Calanda, a su conocida Rompida me llevó Antena 3 y varias veces por si se me olvidaba… Y en todas ellas, en cada localidad, en todos los actos y sus preparativos (cuántos ensayos del Drama de la Cruz presencié…), en todos los artículos, vídeos o directos, intenté transmitir la misma pasión y emoción que sentimos los amantes de estas fechas.

Mi amor ahora es más «simbólico», lo reconozco. La ilusión es la misma, pero vestida de otra forma. La última vez que salí en procesión fue con la vela tras mi Verónica, junto a mi madre y mi padre en el balcón y a pie de calle (a los espectadores también hay que reconocerles su mérito). Siempre que se puede o las obligaciones laborales lo permiten y de nuevo con amigas y amigos, participamos —más co

mo público que como cofrades— en algunos de los actos o celebraciones.

Este abril no podrá ser. No en conjunto, porque, aunque nos hayan tildado de locos los vecinos zaragozanos, hemos salido al balcón, en este caso con una cacerola y una sartén a modo de tambor y bombo. Nos separarán poco más de 100 kilómetros de nuestros respectivos hogares, pero nos une la tradición y los sentimientos de unos días únicos. Este Jueves Santo, el día 9 de abril, a las doce de la noche Alcorisa y Andorra han tocado sus respectivas Rompidas; eso sí, en un espacio más pequeño que la plaza de los Arcos y la plaza del Regallo… Y ya saben qué instrumento de cocina ha sonado más fuerte… «jey».

Raquel Roselló Cofrade de la Verónica – Alcorisa

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Reflexiones de una maestra

El jueves 12 de marzo, cuando Lambán anunciaba por televisión que las clases se suspendían durante 15 días, yo estaba en la cocina de mi casa, me eché a llorar y me abracé a mi hijo mayor. Desde ese día el mismo sentimiento de tristeza me atrapa y no me deja.

Tristeza por el alumnado. No hay sitio más bonito que un colegio lleno de niños y de niñas. Es el lugar donde aprenden, se relacionan, juegan, desarrollan su personalidad, encuentran su lugar en el grupo, ríen, lloran, se frustran… Y ahora están en sus casas, confinados y aguantando como verdaderos campeones.

Tristeza por las familias. En muchas tienen que trabajar los dos y los padres no tienen con quién dejar a los críos, otras no tiene medios informáticos para hacer frente a esta nueva forma de educación, otras tienen una situación económica difícil y todas se encuentran preocupadas por la salud de sus mayores.

Tristeza por los docentes. Casi todos los proyectos educativos iniciados en septiembre se han visto alterados, todas nuestras metodologías también.

Educar no es solo mandar tareas o explicar contenidos. Educar es ofrecer al alumnado la posibilidad de acceder al conocimiento por diferentes caminos, desarrollar la personalidad y aprender a vivir en sociedad. Etimológicamente, educar significa guiar. Y eso es lo que intentamos hacer desde nuestro colegio; proponer actividades que les ayuden al desarrollo integral como personas. Así, leemos fábulas a los de infantil, participamos en las jornadas de animación a la lectura propuestas por Maite, un familiar viene al cole a contarnos cosas, preparamos una excursión, organizamos una salida por el pueblo, celebramos la semana de la paz, nos interesamos por cosas de nuestro pueblo, realizamos actividades internivelares o con todo el centro, participamos en la radio escolar, escribimos para El Pispotero… Algunas de estas actividades tan formativas e interesantes las hemos seguido manteniendo con mucho esfuerzo por parte de las familias; pero otras, desgraciadamente no.

Tristeza por mí. Soy afortunada de ser maestra, disfruto muchísimo trabajando. El alumnado me aporta mucho y me hace sentir muy feliz. Pero de repente me encuentro el lunes 16 de marzo en mi casa, con un montón de libros y cuadernillos de lengua y mates de tercero y un ordenador sobre la mesa. Y con una sensación rara de tener que aparentar normalidad y una meta impuesta en el horizonte: el alumnado no debe perder clase. Clase no se pierde, y más con un currículo como el de Educación Primaria, que imparte todos los años lo mismo y un poquico más. Siempre he pensado en la necesidad de realizar un currículo más ajustado y menos repetitivo, que se centre sobre todo en los primeros cursos, en los aspectos fundamentales (no pasa nada porque el alumnado de tercero no sepa qué es un adjetivo, ya lo aprenderá más adelante; es más importante que aprendan a leer correctamente o que vayan adquiriendo progresivamente vocabulario). Centrémonos en aquello que es importante y que ayuda más al alumnado a desarrollar competencias.

Marta Asensio.

Soy Pilar Zaragoza, Jefe de estudios de CEIP —British— «El Justicia de Aragón», y tras 5 semanas de confinamiento, estoy segu ra y puedo afirnmar, una vez más: «Me siento orgullosa de ser docente, en general, y maestra de la Comunidad Educativa de Alcorisa en par ticular».

El pasado viernes 13 de marzo, a 21 días de las vacaciones de Semana Santa, recibimos instrucciones para cerrar el Centro y nos fuimos todos a casa, a dos semanas de confinamiento.

Las familias con la incertidumbre de có mo organizarse y la responsabilidad de atender a sus hijos e hijas, el alumnado con las notas del segundo trimestre y unas cuantas tareas y el profesorado con varias estrategias para aten derles durante este tiempo y el compromiso de acabar de diseñar, en la distancia, nuestra úl tima semana del trimestre. Semana en la que teníamos previsto: hacer presentaciones a las familias, en colaboración con Maite y la Biblio teca Municipal de los proyectos desarrollados en torno a los «Objetivos de Desarrollo Soste

Cinco semanas de confinamiento: «orgullosa de ser maestra»

nible, nuestra «Science week» y, además, este curso nos tocaba disfrutar el último viernes en el parque, con la actividad deportivo/solidaria de «Sport Relieve», que hemos compartido con asociaciones de Alcorisa como: La Cruz Roja, El Cancer o el Voluntariado.

Pero, la realidad se interpuso, cuando anun ciaron que el periodo de confinamiento se iba a alargar, y no se sabía, ni siquiera hoy se sabe, hasta cuándo; todo lo programado y previsto para esa semana no servía; las tareas, las indi caciones y estrategias de comunicación establecidas, eran insuficientes.

Allí se quedaron además: la «Cantania», los encuentros comarcales de «Promoción de la Actividad física y el deporte», los «Emprende dores», «Talleres», las «Asambleas» las «Conversaciones en Inglés» las «Pelotas, Cuerdas, Circuitos y Partidos», los «Ritmos y Cancio nes»…, y tantas y tantas cosas. Sólo dejamos las aulas oscuras, los recreos silenciosos y los pasillos y el comedor vacíos. Mariano, nuestro conserje y las señoras de la limpieza son los

Qué ganas de ver la cuesta de San Pascual llena de niños y niñas, que ganas de ver el colegio y el patio repleto de zagales, que ganas de mandar callar, de pedir que levanten la mano, de escuchar mi nombre mil veces, de enfadarme, de reírme, de sorprenderme, de compartir experiencias y debatir con el resto de docentes, que ganas de abrazar, de besar, de preparar una fiesta… qué ganas de que todo vuelva a ser como antes.

Marta Asensio Gracia Maestra del CEI P «El Justicia de Aragón»

únicos que le dan un poco de vida, nos lo es tán cuidando, limpiando y desinfectando para cuando volvamos. ¿Qué está haciendo que me sienta orgullo sa? Cómo nuestra Comunidad Educativa ha ido mejorando, ajustándose a la realidad, he com probado: • CÓMO, semana a semana, una parte de esa escuela que quedó vacía, se ha ido tras ladando con cada uno de nuestros alumnos y alumnas a sus hogares, con muchísimas dudas, con muchísimas dificultades, con muchísimo esfuerzo, pero con gran ilusión y la imprescin dible colaboración de todos: docentes, alumnado y familias para que este tiempo, quizá largo, no sea solo hacer tareas escolares: «deberes». • CÓMO la escuela, que aunque no tiene la capacidad de cambiar la realidad, arrastra a toda la Comunidad Educativa, para llegar a todos los chicos y chicas, para intentar que entiendan lo que está pasando, para que no se preocupen, para cuidarles, sobre todo emocionalmente, porque esto pasará, volveremos al cole, pero la

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Pilar Zaragoza y su esposo.

experiencia que todos acumulemos estos días nos quedará grabada para siempre. • CÓMO, a pesar de que los docentes so mos conscientes de la imposibilidad de atender las 323 realidades que acompañan a nuestros 323 alumnos y alumnas, a lo largo de estas 5 se manas, se han ido modificando especialmente: — Las propuestas de trabajo para inten tar llegar, de forma general, al mayor número familias, y poder atender lo mejor posible las necesidades individuales. — Las estrategias de comunicación, que todos vamos ajustando. Hay que tener en cuen ta que los códigos del lenguaje escrito: wasap, correos…, varían a los del lenguaje oral, que mayoritariamente utilizábamos, no hay matices, no hay gestos, no hay mirada, no podemos acla rar un malentendido en el acto, o queda en el aire, o pasan horas, incluso días, de intercambio de correos o wasap hasta que queda aclarado. • CÓMO, nuestro entorno es generoso y so lidario. Nuestro Equipo de Orientación, debido a la dificultad actual de conseguir un DOMINIO para utilizar una plataforma segura On-Line con grupos grandes nos han cedido una parte de su espacio que ya estamos empezando a dotar de contenido.

Tenemos que ser conscientes, en este apar tado, de la edad de nuestros alumnos, de la responsabilidad de ofrecerles entornos seguros y de la obligatoriedad de la familia de acompañar les. Nunca deben usar internet sin la supervisión del adulto. • CÓMO el Claustro se esfuerza en buscar y aprender, día a día, para ofrecer nuevas pro puestas y mejorar los cauces de comunicación.

Hasta el 13 de marzo, las plataformas edu cativas en Infantil y Primaria, se estaban utilizando para: la formación del profesorado a distancia, para transmitir información o compartir documentos entre el Claustro, para ampliar ofertas educativas y para trasladar información a las familias del tipo: tareas, fotos, actitudes… y recibir propuestas.

En nuestro Centro se estaba usando, por la mayoría de las aulas ClassDojo para la comuni cación con las familias y Kuaderno.com, para acceder a libros de lectura en inglés.

• CÓMO, el compromiso de los docentes con su alumnado le está llevando a dedicar ho ras y horas en modificar sus programaciones, preparar y mandar propuestas: power points, words, pdfs, vídeos, videoconferencias…, co rregir, hacer llegar las respuestas, responder correos, atender wasaps… • CÓMO, a pesar de no recibir pautas cla ras, de faltarnos respuestas: ¿Cuándo vamos a volver? ¿Y los contenidos nuevos, cómo los abordamos? ¿Y la evaluación? ¿Y las familias que no tienen recursos, y las que no pueden ayu darles? ¿Y los que necesitan atención especializada?, seguimos haciendo nuestro trabajo. Haciendo propuestas pensando en nuestros chicos y chicas, en sus intereses y en sus dificultades.

Ya abordaremos las cuestiones administra tivas cuando nos den las orientaciones oportunas. • CÓMO las familias y alumnado se están esforzando por amoldarse a esta realidad, por aprender a manejar las nuevas herramientas que les ofrece el profesorado, por responder a sus propuestas, por manifestarles sus dudas. Las familias especialmente, que además de inge niárselas para conciliar la atención a sus hijos 24 horas al día con el resto de sus obligaciones, están siendo el eslabón imprescindible entre sus hijos e hijas y los docentes, que están buscando recursos en internet, en sus hijos mayores o en el baúl de los recuerdos de aquellas clases de inglés que recibieron cuando aún estaban en la escuela.

Me voy a detener un momento en una encuesta que pasamos a las familias, el 27 de marzo, para conocer su opinión sobre las tres primeras semanas de confinamiento para: • Agradecer el índice de participación fue muy alto, se podía completar un cuestionario por alumno y recibimos 244, de 323 posibles, un 75,54%. • Agradecer las múltiples descripciones, propuestas, dudas, que nos hicisteis llegar y que nos han permitido conocer mejor la realidad in dividual de nuestros chicos y chicas y ajustar nuestras actuaciones. • Manifestar mi preocupación porque en tre los 2.755 mensajes que recogí, de todo tipo: valoración del trabajo que se está realizando, dudas, propuestas de mejora…, hay uno que sigo teniendo presente: «…una decepción muy grande con estos maestros y con el Centro por gestionar tan mal esta crisis…», «…mi total desprecio al cuerpo docente…».

La encuesta era anónima y evidentemente no conocemos ni la familia, ni las circunstancias que le llevaron a escribir estas frases. A mí me surgen estas preguntas: ¿Vienen generadas por experiencias de cursos anteriores? ¿Han surgido por la experiencia vivida en estas tres semanas de confinamiento? Sea cual sea la respuesta, me gustaría, cuando esto acabe que la familia viniese a hablar conmigo, conocer la situación y hacer las valoraciones oportunas.

Ya como despedida, me gustaría detenerme en los tres principios que inspiran el Sistema Educativo Aragonés: INCLUSIÓN, EQUIDAD Y PARTICIPACIÓN.

INCLUSIÓN: Implica atender a cada ni ño/a en base a sus características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje.

EQUIDAD: Implica educar de acuerdo a las diferencias y necesidades individuales, (condi ciones: económicas, demográficas, geográficas, éticas o de género) compensando las posibles desigualdades, para que estas no supongan un impedimento al aprendizaje.

SOCIALIZACIÓN: Implica propiciar si tuaciones en las que el alumnado aprenda normas y valores que desarrollen su competencia social y cívica.

Invito a toda la Comunidad Educativa a pensar en ello, ahora que tenemos tiempo.

Ahora que los/las profes tenemos los chi cos/as más lejos y las familias más cerca ¿Cómo está siendo nuestra escuela estas semanas? ¿Cómo era antes? ¿Cómo queremos que sea cuando volvamos? ¿De los múltiples términos que manejamos: evaluación, notas, contenidos, currículum, competencias…, qué valor le esta mos dando a cada uno?

«NUESTRA ESCUELA y TODAS LAS ESCUELAS» no son entes abstractos, somos el resultado de la interacción entre docentes, alumnado, familias y el resto de la población, es decir, « SOMOS… COMUNIDAD EDUCA TIVA», de cada uno de nosotros depende como salgamos de este confinamiento. ¿Seremos capaces de dejar de lado las indi vidualidades y pensar, en conjunto, en nuestros chicos y chicas?, ¿pondremos el foco en lo real mente importante: su desarrollo como personas?

Un fuerte abrazo a toda la COMUNIDAD EDUCATIVA.

Pilar Zaragoza Jefe de Estudios del CEI P-bilingüe – «El Justicia de Aragón» de Alcorisa

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

Un docente confinado

Los habituales lectores de este medio de comunicación me conocéis por los artículos que escribo acerca de la Comparsa o, en su momento, aquellas crónicas informando de los resultados y evolución del Alcorisa FS. En esta ocasión, además de la información gigantera, he recogido el «guante» que nos lanzó su di rector y he querido escribir unas líneas para compartir con vosotros como he vivido esta situación desde la perspectiva de un profesor de educación secundaria.

Cuando me propuse escribir estas líneas me lo planteé con un doble motivo. Por un lado, escribir unas líneas sobre cómo hemos vivido los docentes este confinamiento y qué acciones nos ha tocado desarrollar para seguir desempeñando una labor fundamental. Por otro lado, estos días de cuarentena me han per mitido llevar a cabo una serie de reflexiones que me gustaría compartir con todos vosotros.

Comenzaré con una especie de diario acerca de mi labor como docente desde el mo mento en el que comenzó esta situación tan extraordinaria y excepcional que nos está to cando vivir. Me remonto al viernes 13 de marzo puesto que fue el último día que trabajamos en el instituto, después de que la tarde de an tes, desde el Gobierno se hubiera decretado el «Estado de Alarma». Pues bien, ese viernes nadie nos imaginábamos que íbamos a estar tanto tiempo en casa y la nota predominante durante toda la jornada fue la incertidumbre ante lo que iba a pasar, ya que estaba todo «en el aire» y la mayor preocupación (tanto de alumnos como profes) era como íbamos a realizar la segunda evaluación, ya que la sema na del 16 al 20 de marzo teníamos todos los exámenes previos a la sesión de la evaluación del segundo trimestre. Tras terminar las clases, reunión de todo el claustro de profesores para recibir unas pequeñas instrucciones de parte del equipo directivo después de haber mante nido una conversación con inspección educativa. Cuando nos despedimos con los compañeros, creo que ninguno imaginaba que, a día de hoy, íbamos a seguir confinados.

Durante ese fin de semana estuve planifi cándome cómo iba a desarrollar mi labor docente a distancia, buscando recursos e ideas por Internet y, lo más importante, haciéndome a la idea de que, por lo menos, hasta después de Semana Santa no íbamos a volver al aula, por lo que la planificación tenía que ser para tres semanas. La primera semana fue una au téntica locura de trabajo (algo característico durante toda esta situación) y el estrés se apo deró de nuestras vidas porque terminabas el día pensando que habías echado muchas horas pero que no había cundido mucho la faena. In tenté planificarme un horario de trabajo, pero solo conseguí parar a las 8 de la tarde para aplaudir, hacer después una hora de deporte para desconectar y no perder la forma física y, después de cenar, seguir otro rato trabajan do porque la lista de tareas pendientes seguía siendo interminable (tablas que rellenar, co rreos que contestar, tareas para corregir, planificar nuevas tareas…). La semana previa a las «vacaciones de Semana Santa» nos tocó realizar la sesión de la segunda evaluación, vía telefónica con la orientadora y jefa de estu dios, después de haber recopilado previamente toda la información de cada uno de los profe sores, algo que presencialmente en tres cuartos de hora lo hubiéramos solucionado, nos llevó más de dos días de trabajo. Tengo que poner de manifiesto que la labor como tutor de un grupo la considero fundamental y me encanta realizarla durante la rutina habitual y, en esta situación, todavía más porque me ha permitido tener contacto con las familias y saber en todo momento cómo se han ido encontrando.

Tras las tres primeras semanas de confina miento cargadas de trabajo, llegaron las «vacaciones de Semana Santa». Personalmente, por la pasión con la que la vivo y la tradición tamborilera de mi familia, la considero la me jor semana del año. Reconozco que los primeros días de cuarentena, cada vez que pensaba que no íbamos a disfrutar de una Semana Santa normal me entraban ganas de llorar. En circunstancias normales, hubiera sido una se mana de tambor, cofradía, familia, amigos y Drama de la Cruz. Sin embargo, este año fue una semana de trabajo para seguir corrigien do tareas de los alumnos, planificar tareas y materiales para la vuelta de vacaciones, hacer cursos por Internet para aprender a manejar nuevas herramientas con las que llevar la do cencia a distancia y avanzar en el Máster de Investigación Histórica que estoy realizando desde septiembre y que durante el primer mes de confinamiento no tuve ni un minuto libre para dedicarle. Respecto a la Semana Santa, me gustaría felicitar a la Junta Local de Sema na Santa, cornetas de San Juan y al Drama de la Cruz porque, a pesar de las circunstancias, pudimos disfrutar desde el balcón y por tele visión de una Semana Santa diferente y que nunca olvidaremos, pero que a pesar de las cir cunstancias surrealistas, consiguió emocionarnos como cada año. Me gustaría aprovechar estas líneas para felicitar a cada uno de los que salimos a nuestros balcones y ventanas para expresar nuestro sentimiento por esta bonita tradición. Creo que el lema de las Jornadas Nacionales de Alcorisa 2020 no pudo ser más acertado para este año, ya que «nuestro toque nos unió» y durante esos minutos nos sentimos juntos gracias a esa afición. A su vez, quiero aprovechar este artículo para animar a todos los alcorisanos para que al año que viene, todo el mundo participe en las procesiones, en la Rompida de la Hora y el Drama de la Cruz pa ra engrandecer esta tradición y resarcirnos de este año en la que no hemos podido realizar la como nos hubiera gustado. Personalmente, me enerva mucho cuando en el transcurso de la procesión, veo gente que pertenece a dife rentes cofradías que, en vez de participar, se encuentra en «aguantando esquinas». Pensad en este año que no habéis podido salir de casa

Daniel Martín, compartiendo la Semana Santa con mis padres, de balcón a balcón.

y reflexionar sobre la importancia que tiene para Alcorisa la Semana Santa, algo que con mucho esfuerzo se ha conseguido que se de clare de Interés Turístico Internacional, ahora eso hay que mantenerlo para seguir siendo me recedores de tal privilegio.

Después de describir como ha sido mi vida diaria como docente durante este primer mes de confinamiento, me gustaría que esta situación sirviera para que la sociedad re flexione acerca de la importancia del mundo educativo. Por un lado, espero que la cuaren tena haya servido para que la gente reflexione y valore el trabajo que realizamos los docentes en circunstancias normales, los cuales estamos cansados de escuchar que vivimos muy bien, que tenemos muchas vacaciones (es lo único que ven) pero pocos se dan cuenta del trabajo que realizamos habitualmente en nuestras ca sas (donde estamos fuera del centro de trabajo pero seguimos con nuestra labor de preparar clases y materiales, corregir exámenes o rea lizar formación para seguir mejorando nuestra labor). Creo que esta situación habrá permiti do que muchas familias reflexionen y valoren mucho más el trabajo que hacemos diaria mente con sus hijos. A su vez, otro de los deseos que tengo es que los adolescentes hayan reflexionado sobre la importancia que tiene la educación, el día a día en el instituto y se tomen más en serio su formación, ya que dia riamente nos encontramos con un alumnado muy desmotivado, que basa su formación en la «ley del mínimo esfuerzo». Por último, esta situación también ha puesto de manifiesto que gran porcentaje de población (tanto alumnado como familias) no están al corriente del mane jo de las nuevas tecnologías, pues en muchos casos, nos ha tocado grabar vídeos tutoriales para explicar cómo se manda correctamente un simple correo electrónico. Con esto, quiero poner de relevancia que hay que cambiar los

Balcei 189 mayo 2020

# alcorisasaleunida

El Viernes Santo por la tele.

currículos educativos para adaptarlos a las circunstancias del siglo XXI y que la enseñanza presencial es insustituible, ya que los valores que en dicha modalidad se transmiten diaria mente en el aula es imposible transmitirlos de «pantalla a pantalla», donde siento la sensa ción de que se pierde mucha información.

Siguiendo con las reflexiones, una vez más (y van muchas en el siglo XXI), ha que dado demostrado que la clase política (me refiero a la que se dedica profesionalmente) de este país ni ha estado ni está a la altura de las circunstancias. Antes de seguir con esta re flexión, me gustaría dejar por delante que una situación así es muy complicada de llevar y que, como personas que son, pueden cometer errores como cualquiera. Dejando claro este matiz, me refiero a que no son competentes a la hora de tomar decisiones y a la hora de poner todos sus esfuerzos en luchar frente a la pandemia para tratar de revertir esta situa ción. Por un lado, por ejemplo, mientras los docentes nos organizamos en apenas 48 ho ras para seguir desempeñando nuestra labor, poniendo todo de nuestra parte (ordenador, Internet, teléfono, materiales) para que todo alumnado pudiera seguir con su aprendizaje y siguiera con su normalidad dentro de lo que las circunstancias lo permiten, los políticos siguen jugando al juego del «gato y el ratón», acusándose de unos a otros sobre los errores cometidos como si la situación no fuera con ellos, tratando de colgarse medallas en los po cos aciertos que logran, en vez de montarse todos en el mismo barco para remar todos en la misma dirección que no es otra que la salud y la economía de los españoles. Ya va siendo hora de que abandonen ese mundo paralelo en el que viven y aterricen en la sociedad actual para que conozcan la realidad de los ciudada nos y escuchen sus necesidades. Actualmente, considero a todos igual de ineptos (me da igual ideologías y partidos) ya que solo miran por su beneficio económico y no miran por el bien de los ciudadanos que es lo deberían hacer. A día de hoy, solo Tomás Guitarte de Teruel Existe y Joan Baldoví de Compromís realizan discursos coherentes con la realidad social y se nota que son ciudadanos humildes que van allí en defensa de sus territorios. Todos debe rían tomar ejemplo de ellos, creo que nos iría bastante mejor. El país tiene que regenerarse y la clase política debería ser la primera, siendo más humildes y conociendo la vida cotidia na de los ciudadanos, ya que es muy difícil legislar de manera correcta desde el mundo paralelo en el que viven.

Otra de las grandes conclusiones que me deja esta crisis sanitaria es que el sistema eco nómico actual basado en el capitalismo y la globalización no funciona adecuadamente y solo ha hecho que agravar las diferencias entre mundo desarrollado y subdesarrollado, ricos y pobres. Considero que esta situación tiene que hacernos replantearnos muchas cosas. En primer lugar, ha quedado de manifiesto que es muy importante invertir en I+D+i (Investiga ción, Desarrollo e innovación), algo que esos «políticos de despacho» que tenemos han ob viado desde la crisis de 2008. Está demostrado que si se invierte en Investigación, si aprove chamos el potencial que tenemos en España de grandes científicos e investigadores que han te nido que marchar al extranjero por falta de recursos en el país que invirtió en su formación, podrán desarrollarse nuevos productos basados en la innovación, lo que derivará que esos nue vos productos tengan que ser fabricados y que se necesite mano de obra para tal proceso, con lo cual estás generando empleo y riqueza en tu propio país. Y esta afirmación ha quedado de mostrada en este primer mes de confinamiento, en el que muchas empresas han adaptado su cadena productiva o sus recursos para ponerse al servicio de la lucha contra la pandemia. Por lo tanto, igual no es tan necesario depender del exterior a la hora de suministrar nuestro mer cado y tratar de dar más recursos al potencial español porque ha quedado demostrado que te nemos mucha capacidad para autoabastecernos con nuestra industria y desarrollar aquello que exige la demanda acorde con las circunstancias socioeconómicas.

Junto al cambio de modelo productivo, creo que es muy importante replantearse una serie de cosas. ¿Os habéis parado a pensar la

gran cantidad de políticos que tenemos en nues tro país y el elevado presupuesto que se necesita para cubrir sus sueldos? Creo que deberían replantearse muchas de estas administraciones para ajustar presupuestos y que se invirtieran en aspectos realmente necesarios como la I+D+i. A su vez, no veo ningún sentido, además de los elevados salarios que reciben para lo poco que trabajan, que reciban una retribución adicional en concepto de dietas y desplazamientos. Para establecer una comparación pongo de ejemplo mi gremio. Como profesor interino que soy, aquel curso en el que la plaza asignada no te permite vivir en tu residencia habitual, necesi tas alquilarte una segunda vivienda para desempeñar tu labor. Por la misma regla de tres, los políticos, si tanta vocación tienen por su pro fesión, no tendrían que recibir esa retribución adicional para el citado concepto (además que con el sueldo que cobran les sobra para pagarse el alquiler) y que durante esta situación han se guido percibiendo, algo que pone de manifiesto su poca ética y solidaridad con la sociedad que gobiernan y representan.

Siguiendo con la clase política y con el mal funcionamiento del sistema, otra de las realidades de esta crisis y de esos políticos de despacho es que hemos sufrido las mismas restricciones los habitantes del mundo rural que los del mundo urbano. Creo que no tiene ningún sentido que en los pueblos no hayamos podido salir a hacer deporte por nuestros cami nos o a realizar pequeños trabajos en nuestros huertos, pero, en cambio, sí que hayamos po dido salir a comprar al supermercado donde sí que existe mayor riesgo de contagio. La con clusión en este sentido es que la urbanización y la concentración de todos los recursos en las grandes ciudades ha provocado una gran desigualdad y espero que esta crisis sirva para que mucha gente se replantea el vivir en la ciudad, que valore la calidad de vida que tene mos en los pueblos y a los que han intentado huir durante este confinamiento, porque eso ayudará a que se legisle de manera diferen te y podamos tener los mismos derechos. Por lo tanto, considero que una vez más hemos salido perjudicados respecto a los «urbani tas» y espero que, ahora, en ese proceso de desescalada, se cumplan las promesas de que seremos de los primeros en salir y recuperar ciertas actividades.

Todavía me vienen a la mente más re flexiones, pero me gustaría terminar felicitando a todos aquellos que, con nuestro pequeño granito de arena, estamos contribuyendo a revertir esta situación. Aprovecho estas líneas para felicitar a todos aquellos que han mos trado su solidaridad en estos días: mujeres cosiendo mascarillas, los CoronavirusMakers del Bajo Aragón con la fabricación de las pan tallas protectoras o la brigada municipal que, entre Gloria y ahora esto, llevan buen año.

Mucho ánimo para todos, estoy seguro que este confinamiento nos hará más fuertes y nos permitirá replantearnos ciertos aspectos de nuestra vida con el fin de ser mejores.

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