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Balcei 196 julio 2021
#alcorisasaleunida
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gran cartógrafo Juan de la Cosa. Añadamos que la cartografía en esa época era secreto de Estado y ¡que España tuvo una política muy restrictiva de “comunicación” de sus conquistas.
En el mundo científico comienza la revolución heliocéntrica con Nicolás Copérnico (1463-1543), Galileo Galilei (1564-1642) y Johannes Kepler (1571-1630), lo que impulsaba la necesidad de conocer las medias principales de nuestro sistema (al menos de la Tierra y su distancia al Sol, así como una estimación del tamaño de éste). Añadamos a esta concepción las observaciones de Tycho Brahe (1546-1601) que permitieron la enunciación por Johannes Kepler (que también realizó observaciones propias) de sus tres famosas leyes: 1ª: La Ley de las elipses: Los planetas se mueven en órbitas elípticas, con el Sol en uno de los focos. 2ª: La ley de las áreas: la línea que une un planeta al Sol, barre áreas iguales en tiempos iguales y 3ª: La ley de los periodos: El cuadrado del periodo de cualquier planeta, es proporcional al cubo del semieje mayor de su órbita).
De estas tres leyes se deduce el movimiento de los planetas y que la fuerza que los une debe ser central e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre planetas (es decir que la atracción entre dos cuerpos sigue la línea que une sus centros de gravedad y depende de la distancia entre ellos, pero inversamente proporcional al cuadrado de esa distancia).
De estas tres leyes se deduce el movimiento de los planetas y que la fuerza que los une debe ser central e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre planetas (es decir que la atracción entre dos cuerpos sigue la línea que une sus centros de gravedad y depende de la distancia entre ellos, pero inversamente proporcional al cuadrado de esa distancia).
Estas leyes las completó el gran Isaac Newton (1642-1727) descubriendo la ley de la gravitación universal, es decir que la atracción gravitatoria era una fuerza central e con intensidad inversamente proporcional al cuadrado de la distancia y que actuaba entre dos masas cualesquiera y, sin saberlo, apuntando a un principio más importante todavía llamado de Principio de Equivalencia. Newton aplicando las tres leyes de la mecánica clásica que brillantemente enunció (ley de inercia, ley de fuerzas o de la dinámica y ley acciónreacción) a la rotación terrestre dedujo que la Tierra debía estar achatada por sus polos porque solo conservaría una forma esférica si fuera perfectamente sólida de rigidez infinita cosa que no es. De hecho, Newton publicó sus medidas (Proposiciones XVIII a XX del Libro III de los Principia Matematica), concluyendo que el diámetro en el ecuador era al diámetro en los polos como 230 a 229.
Estabilizada la conquista de América empezaron las medidas para saber el tamaño o extensión de la Tierra. Había necesidades políticas, los tratados de España y Portugal de delimitación de las zonas de cada país exigían medidas de la Tierra precisas y en el mundo culto —donde siempre se supo que era de forma esférica, redonda, por ejemplo no se hubieran podido construir el astrolabio, instrumento de navegación muy común en la época, si la tierra no fuese redonda— se quería conocer con precisión los datos de nuestro planeta y poner los más afinados números al nuevo concepto de un sistema solar heliocéntrico.
Veamos brevemente diferentes medidas de la extensión del meridiano, citaremos: — Willebrord Snellius (Holanda, 1580-1626): Famoso por su ley de la Refracción de la luz. Midió la longitud del meridiano terrestre, y ya lo hizo con ayuda de un sistema de triangulación, obteniendo: 55.021 toesas (la toesa es una antigua medida francesa de longitud equivalente a 1,946 m). — Pieter van Musschenbroek (1692-1761): 57.033 toesas. — Padre (jesuita) Francesco Maria Grimaldi (1618-1683): 62.650 toesas, midiendo el meridiano en la zona de Bolonia. — Abate Jean Picard (16201682): 57.060 toesas que realizó su medida bajo el encargo de la Academia de las Ciencias de París.
En la Europa del S. XVII no todos compartían las ideas del nuevo paradigma heliocéntrico o al menos no todas sus consecuencias. Un destacado científico, Giovanni Domenico Cassini (1625-1712), genovés de origen pero nacionalizado francés, buen astrónomo al que Luis XIV nombró Director del Observatorio Astronómico de París y Secretario de la Academia de Ciencias, no aceptaba ni la ley de la Gravitación Universal de Newton, ni que las órbitas que siguen los planetas alrededor del Sol fueran elípticas sino que, para Cassini, la Tierra alrededor del Sol seguía una figura geométrica de su invención llamada posteriormente óvalo de Cassini. Tampoco aceptó las medidas (1676) que Ole Rømer hizo para él y por las cuales verificó que la velocidad de la luz era grandísima (unos 300.000 km/s) pero finita. Para Cassini la Tierra estaba alargada por sus polos.
La posición, alta capacidad intelectual y directiva, de Giovanni Domenico Cassini la heredarían sus descendientes. Así, su hijo Jacques Cassini (1677-1756) fue geógrafo, su nieto César Cassini (1714-1784) dirigiría la elaboración de un mapa de Francia a escala 1/86400 y su biznieto Jacques Dominique Cassini (1748-1845) fue director del Observatorio de París y terminó el mapa que había empezado su padre. En este contexto de la creación de un mapa preciso del territorio francés se enmarcan las medidas del grado en el norte y en el sur en Francia y les salía que, por las medidas realizadas, la Tierra es una esfera alargada en sus polos.
Evidentemente la controversia y la polarización entre los científicos estaba servida, por decirlos en palabras de Voltaire, tomas de sus Cartas Filosóficas: “En París, os figuráis la Tierra hecha como un melón; en Londres, está aplastada por los dos lados. (...) He aquí unas furiosas contradicciones”.
No olvidemos que estamos en la época del racionalismo que recorre toda Europa y del empirismo, una variante del racionalismo sobre todo británica. El método científico exigía medir para verificar quien tenía razón. No olvidemos que los instrumentos de medida no eran excesivamente finos y que la forma real de la Tierra tampoco es una esfera achatada. La Academia de Ciencias de París decide que hay que realizar una medida del grado terrestre en dos puntos de la Tierra para comprobar su forma real. Una medida tomada en latitudes norte, lo más altas posibles y otra medida del grado terrestre en la zona ecuatorial del planeta. En el primer tercio del s. XVIII los lugares disponibles para estas medidas no eran muchos. En Europa se podía intentar una medida de la extensión del grado de arco en la zona del círculo polar y para la medida ecuatorial el lugar lógico era América que además estaba bajo soberanía española.
Continuará…
Santiago Berenguer, 20 de junio de 2021