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15. Energía

ENERGÍA

¿UNA CUESTIÓN FUERA DE AGENDA? EL ROL DE LA ENERGÍA EN LA VIDA URBANA

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La preocupación por la disponibilidad de energía eléctrica y gas no se encuentra dentro de las principales prioridades de los ciudadanos encuestados. De hecho, según la clasificación establecida con base en el IPI, la energía ocupa los últimos puestos de la agenda de las problemáticas ciudadanas.

Según el promedio total, esta cuestión ocupa el puesto 21 del ranking. En las ciudades ICES adquiere algo más de relevancia, posicionándose en el decimoctavo lugar. Incluso, en algunas de estas ciudades la energía llega a ubicarse dentro de las diez primeras posiciones. Tal es el caso de Vitória, Quetzaltenango, Managua, Cochabamba y Montego Bay. En el caso de las megaciudades la distribución es más homogénea: en las cinco ciudades estudiadas la cuestión de la energía se posiciona entre el puesto 17 (Buenos Aires) y el puesto 21 (Bogotá).

En buena medida, la baja prioridad otorgada a la cuestión energética podría explicarse a partir de los resultados correspondientes a los indicadores analizados con relación a esta dimensión. Por un lado, de acuerdo con los encuestados, la frecuencia con que se producen cortes de la red eléctrica es baja. Un promedio total del 13,5% ha contestado afirmativamente cuando se ha preguntado si se producen cortes en la red eléctrica frecuentemente (el porcentaje es del 9,2% en el caso de las ciudades ICES y del 14% en el caso de las megaciudades).

Los resultados también permiten notar que es relativamente escasa la frecuencia con que se producen bajas de tensión, ya que en promedio un 16,7% de los encuestados indican que sufren este problema frecuentemente. Nuevamente, este tipo de problemas son más habituales en las megaciudades. En dichas urbes, el porcentaje de encuestados que afirman que se producen bajas de tensión frecuentemente es del 17,1%, mientras que en las ciudades ICES dicho porcentaje desciende al 13,1%. En el grupo de las ciudades ICES, las ciudades argentinas de Añelo y Las Heras son aquellas donde los cortes y las bajas de tensión ocurren con más frecuencia.

Por último, los ciudadanos encuestados exhiben algunas pautas de consumo energético responsable, que se evidencian en los elevados porcentajes de personas que señalan que poseen en el hogar distintos elementos que permiten hacer un uso más racional de la energía. Las bombillas de bajo consumo (86,8% de los encuestados manifiestan usarlas) y las heladeras adquiridas luego de 2008 (47,4%) son los artefactos que más se destacan. En las ciudades ICES la proporción de estos bienes es mayor. En cuanto a la posesión de ventanas de vidrio doble y de aires acondicionados comprados con posterioridad a 2008, los valores totales son mucho más modestos.

Los ciudadanos de dos ciudades, Vitória y Paraná, parecen estar más concientizados sobre el consumo responsable. En el caso de dichas urbes, son más altos los porcentajes de personas que afirman que poseen heladeras compradas después de 2008, ventanas de vidrio doble y aires acondicionados comprados después de 2008, todos elementos que conllevan un uso racional de la energía. 21

Asimismo, de acuerdo con un análisis realizado, los ciudadanos que han alcanzado mayores niveles educativos exhiben en mayor medida prácticas asociadas a un consumo de energía racional y responsable. En este sentido, cuanto mayor es el nivel educativo, mayor es el porcentaje de personas que afirman que poseen en el hogar bombillas de bajo consumo. Por otra parte, si bien el consumo de energía per cápita no parece estar relacionado con los cortes en el suministro de energía, en la mayoría de las ciudades ICES estudiadas se consume menos energía, y sus ciudadanos declaran que la frecuencia de los cortes es menor. Los casos de Salta, Cuenca, Managua, Paraná, Mar del Plata y Cochabamba constituyen ejemplos de esta situación.

Finalmente, cabe señalar que cuanto mayor es el porcentaje de generación de energía eléctrica mediante fuentes de generación renovable sobre el total del consumo eléctrico, menor es el porcentaje de encuestados que señalan que los cortes son frecuentes. La ciudad uruguaya de Montevideo es uno de los casos que mejor ilustran esta relación.

21 Debido a la rapidez de los cambios tecnológicos, estos indicadores pueden encontrarse influidos por la fecha de realización de las encuestas, que en estas dos ciudades fue cercana a la fecha de cierre de la base de datos.

I) Los problemas relativos al suministro de energía

Según el promedio total, el 13,5% de los encuestados han sufrido cortes en la red eléctrica frecuentemente (todas las semanas o todos los meses). En términos generales, los más perjudicados parecen ser los habitantes de las megaciudades, en cuyo caso el promedio es del 14%, mientras que en el caso de las ciudades ICES llega al 9,2%.

La Ciudad de México y Buenos Aires son las megaciudades más afectadas. No obstante, comparativamente, cuatro de las ciudades ICES son las que más problemas han padecido según los encuestados: Añelo, Montego Bay, Las Heras y Quetzaltenango. En todos estos casos se registran valores superiores al 30%.

Los resultados relativos a las bajas de tensión son similares a los registrados con respecto a los cortes de la red eléctrica. En promedio, solo el 16,7% de los ciudadanos encuestados han padecido bajas de tensión en forma frecuente (todas las semanas o todos los meses). También en este caso las megaciudades son las más afectadas (17,1%), mientras que en las ciudades ICES las respuestas afirmativas alcanzan el 13,1%.

En lo que respecta a las ciudades más afectadas, en el grupo de las megaciudades nuevamente se encuentran la Ciudad de México y Buenos Aires. Entre las ciudades ICES, son cuatro las ciudades en que se registran los mayores inconvenientes: las argentinas Añelo y Las Heras, y las brasileñas Florianópolis y João Pessoa.

Cabe señalar que dichas ciudades argentinas también integran el grupo de las ciudades en que es más alto el porcentaje de cortes frecuentes de la red eléctrica. Así, en función de las similitudes observadas entre la frecuencia de los cortes de energía y las bajas de tensión, podría suponerse que existe una marcada relación entre ambos indicadores.

II) Hacia un consumo energético racional y responsable

A continuación se presentan una serie de indicadores que permiten estimar el consumo energético responsable de los hogares, a saber: el uso en la vivienda de bombillas de bajo consumo, ventanas con paneles de doble vidrio, y heladeras y aires acondicionados adquiridos después de 2008.

El indicador al que corresponde el mejor desempeño es el que mide el uso de bombillas eficientes, ya que en las ciudades analizadas un promedio total del 86,8% de los encuestados afirman que utilizan este tipo de bombillas. Incluso, en el caso de las ciudades ICES algo más del 90% de los consultados señalan que poseen bombillas de bajo consumo en el hogar.

Las ciudades en cuyo caso son mayores los porcentajes de utilización de este tipo de bombillas (superiores al 95%) son João Pessoa, Mar del Plata y Buenos Aires. En el caso de estas ciudades argentinas es importante destacar la existencia de una ley nacional que desde 2011 prohíbe la importación y comercialización de lámparas incandescentes, promoviéndose así el uso de bombillas de bajo consumo.

La posesión de una heladera adquirida después de 2008 es el segundo indicador de esta serie. En este caso, el promedio total de encuestados que cuentan con este artefacto es de aproximadamente un 47%. Nuevamente, el mayor porcentaje corresponde a las ciudades ICES (53,2%) en comparación con las megaciudades (47,1%).

A excepción de São Paulo, las urbes en que se registran los porcentajes más altos de posesión de heladeras adquiridas después de 2008 son todas ciudades ICES: João Pessoa, Vitória, Las Heras y Florianópolis, en cuyos casos los porcentajes son superiores al 50%.

Luego, a los indicadores relativos a la posesión de ventanas de vidrio doble y de aires acondicionados adquiridos después de 2008 corresponden valores mucho más modestos. Estos resultados podrían relacionarse con al menos dos factores: el costo y la necesidad, y también probablemente incidan otras cuestiones relacionadas con el clima de cada una de las ciudades. En comparación, las bombillas eficientes son mucho más económicas que las ventanas de vidrio doble o los aires acondicionados. A su vez, si bien las heladeras son costosas, son objetos siempre necesarios y de uso cotidiano.

Particularmente, solo el 11,5% del total de los encuestados poseen en su hogar ventanas con paneles de vidrio doble. En contraste con lo observado en el caso de los otros indicadores, en este caso hay una leve diferencia a favor de las megaciudades (11,7%) con relación a las ciudades ICES (9,4%), sobre todo por los valores relativos a São Paulo. En esta ciudad brasileña, casi uno de cada cuatro encuestados afirma que cuenta con paneles de vidrio doble. Posiblemente, la posesión de este tipo de ventanas no se relacione tanto con el consumo energético responsable, sino con el hecho de que dichas ventanas permiten aislar los ruidos. En el caso de las ciudades ICES se destacan los casos de tres urbes: Vitória (37,5%), Las Heras (15,1%) y Paraná (14,5%).

En cuanto a la posesión de aires acondicionados adquiridos después de 2008, los resultados correspondientes a este indicador son, en términos generales, los más bajos de la serie: en promedio, solo el 8,3% de los encuestados adquirieron un aire acondicionado después de ese año. Los mayores porcentajes corresponden a los encuestados que viven en las ciudades ICES: el promedio total correspondiente a este tipo de ciudades llega al 17,6%, mientras que en el caso de las megaciudades dicho promedio se sitúa casi 10 puntos porcentuales por debajo, siendo del 7,9%. Respecto de este indicador, las ciudades que más se destacan son Paraná (54,6%), Florianópolis (39,1%), Vitória (31,3%), Añelo (30,4%) y, por último, Buenos Aires (25,6%).

En relación con estos cuatro indicadores cabría señalar cuáles son las ciudades que presentan un mayor nivel de concientización respecto del uso responsable de energía. Es esperable que, cuanto mayor sea el porcentaje de adquisición y uso de estos cuatro elementos, mayor sea el porcentaje de ciudadanos que realizan un consumo de energía racional y más responsable.

En tal sentido, dos son las ciudades cuyos habitantes parecen estar más concientizados con relación al consumo responsable: Vitória y Paraná. Ambas ciudades ICES se destacan por registrar los porcentajes más elevados de posesión de ventanas de vidrio doble y de heladeras y aires acondicionados adquiridos después de 2008, y además en ambos casos el porcentaje de uso de bombillas de bajo consumo es superior a la media global. En el caso de la mencionada ciudad brasileña, vale la pena recordar que, según el ranking establecido con base en el IPI, la preocupación por la disponibilidad de energía se ubica entre las principales prioridades. Como contrapartida, a las megaciudades de Bogotá y Ciudad de México corresponden los valores más bajos de uso eficiente.

Por otra parte, los datos presentados en el gráfico III.15.3 permiten notar que el nivel educativo de las personas se relaciona con el desarrollo de prácticas de consumo energético más responsable. Particularmente, cuanto mayor es el nivel educativo, mayor es el porcentaje de personas que afirman que poseen en el hogar bombillas de bajo consumo. Esto es así tanto si se considera el promedio total, como si se examinan en particular los casos de las megaciudades y de las ciudades ICES. A estas últimas, a su vez, corresponden los porcentajes más elevados de uso de bombillas eficientes, independientemente del nivel educativo que se considere.

Por ejemplo, entre los encuestados de las ciudades ICES que poseen el mayor nivel educativo (los que han accedido a la educación universitaria incompleta o completa), el porcentaje de personas consultadas que señalan que poseen en su vivienda bombillas eficientes es casi total (97,4%). De esta manera, además de las políticas públicas que inciden favorablemente sobre el desarrollo de ciertas prácticas de consumo responsable (como es el caso de la ley argentina mencionada anteriormente), también es importante el grado de concientización propio de cada uno de los ciudadanos. En este sentido, son los ciudadanos con mayor nivel educativo quienes parecen estar más concientizados y practicar en mayor medida el consumo responsable de energía.

III) Explorando factores de los cortes de energía

Una posible causa para explicar la frecuencia con que ocurren los cortes en la red eléctrica podría estar vinculada con el consumo de energía. Los datos presentados en el gráfico III.15.4 no son concluyentes en lo que respecta a la relación entre estas dos variables, aunque sí se evidencia que en la gran mayoría de las ciudades ICES estudiadas se consume menos energía, y sus ciudadanos declaran que la frecuencia de los cortes es más baja.

Según los datos provistos por el Urban Dashboard 22 y la información obtenida a partir de las encuestas realizadas, este es el caso de urbes como Salta, Cuenca, Managua, Paraná, Mar del Plata y Cochabamba, donde el consumo anual de energía eléctrica per cápita no supera los 1.300 kWh y la frecuencia de cortes en la red eléctrica, según los encuestados, es inferior al 15%.

No obstante, se presenta alguna excepcion. Hay ciudades donde es alto el consumo y es baja la frecuencia de los cortes, como en la ciudad mexicana de La Paz.

22 Disponible en: <http://www.urbandashboard.org>. Solo se dispone de información sobre las ciudades ICES.

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