70 años de historia diocesana en Alkarren Barri

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COMUNICACIร N 2020

Bilboko Elizbarrutia 70. urteurrena

Diรณcesis de Bilbao 70 aniversario


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70 ANIVERSARIO / 70 URTE

NACIMIENTO DE LA DIÓCESIS A lo largo del año que acabamos de estrenar dedicaremos unas páginas al devenir de la Diócesis de Bilbao durante estos 70 años de historia. Se trata de un recorrido que irá acompañado de texto y un vídeo (que se podrá ver en la versión digital que se colgará en la página web: bizkeliza.org) presentado y guionizado por el ex vicario general Ángel Mari Unzueta. Publicamos el primer capítulo del relato.

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n abril de 1950, se expidió la Bula Quo commodius, firmada el 2 de noviembre del año anterior, por la que se daba a conocer la desmembración de la Diócesis de Vitoria, creándose dos nuevas sedes episcopales en Bilbao y San Sebastián. La decisión, que fue acogida con gran agrado en Bizkaia, fue fruto de una larga gestación, en la que intervinieron factores claramente pastorales y otros de corte netamente político.

Diocesano era un importante foco de cultura y de espiritualidad. En él se había desarrollado un movimiento misionero que se extendió a toda la Diócesis y desembocó en el envío de un primer grupo de curas en 1948, asumiendo una encomienda pastoral en Los Ríos (Ecuador). Se disponía de un Catecismo Diocesano con versiones en castellano y en euskera vizcaíno y guipuzcoano. En resumen, la de Vitoria era una Diócesis potente.

La Diócesis de Vitoria, segregada casi un siglo antes de la de Calahorra, había adquirido una gran personalidad. Contaba con gran número de vocaciones al presbiterado y a la vida religiosa. El Seminario

Desde el inicio de la década de los 40 se venía aduciendo razones pastorales para la división de la Diócesis: la heterogeneidad de la población requería una atención pastoral más cercana a los fieles

de Bizkaia y Gipuzkoa, que, a raíz de la industrialización, estaban experimentando un gran crecimiento demográfico. A ello se sumaba la conveniencia de hacer coincidir los límites eclesiales y administrativos. Desde Bizkaia llegaban las demandas más fuertes y acaloradas para la constitución de una Diócesis propia. Por su parte, el régimen, que deseaba una Iglesia sumisa en todo el territorio, buscaba la fragmentación de la Diócesis y, sobre todo, de su Seminario a toda costa, entendiendo que así se debilitaba un polo de oposición y de separatismo. Ya en 1941, el ministro de Asuntos Exteriores escribió al embajador

MONS. MORCILLO EN SU DESPACHO PRIMERA PIEDRA EN ARANGUREN


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S TRAS UN PARTO LABORIOSO

PRIMEROS MISIONEROS A ECUADOR

MISIÓN DEL NERVIÓN, ACTO EN EL SAGRADO CORAZÓN

CON EL PAPA PÍO XII, EN CASTELGANDOLFO, 1952

de España ante la Santa Sede, a fin de que hiciera lo posible para la creación de tres obispados, adscritos a dos provincias eclesiásticas distintas. En 1946, el nuncio solicitó un informe al obispo D. Carmelo Ballester, en el que incluyera su parecer acerca de la división. En su larga y ponderada respuesta, el obispo veía suficientes razones pastorales, pero no quería enemistar a sus

diocesanos. Por ello, en caso de proceder a la división, ponía como condición que se diera en un momento de Diócesis vacante, con obispos nuevos para las tres Diócesis. Al quedar muy perjudicada Álava, proponía algunas medidas entre las que mencionaba la creación de una Archidiócesis que englobara a las tres, incluso con Pamplona, con sede en Vitoria. Naturalmente, el Gobierno no podía admitirlo de ningún modo.

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Una disgregación que continúa En noviembre de 1948, el nuncio comunicó al obispo que se iba a proceder a la división. Al poco tiempo, la noticia trascendió al público, creando un gran revuelo. En el Seminario creó gran desconcierto y perturbación. Algunas autoridades eclesiásticas y civiles alavesas intentaron parar el proceso.


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70 ANIVERSARIO / 70 URTE

Las gestiones se habían llevado a cabo con secretismo. Solamente el obispo de Vitoria conocía lo que se estaba gestando. Ninguna instancia diocesana fue consultada. Ello, unido a los conocidos intereses del Gobierno, hizo que las razones pastorales aparecieran a menudo supeditadas a las políticas. En un principio, las tres Diócesis pertenecieron a la provincia eclesiástica de Burgos. Sin embargo, en 1956, con la reordenación de las Archidiócesis y la creación de la de Pamplona, el régimen vio colmadas sus aspiraciones: San Sebastián se integraría en Pamplona, mientras Vitoria y Bilbao seguirían adscritas a Burgos. Es el ordenamiento que persiste hoy en día. En noviembre de 1978, la Conferencia Episcopal Española procedió a la reestructuración de las provincias eclesiásticas pedida por el Vati-

cano II. Aprobó la remodelación de la archidiócesis de Pamplona, que debía englobar las Diócesis de Vitoria, San Sebastián, Bilbao y Pamplona-Tudela. La decisión fue trasladada a la Santa Sede, que optó por aplicarla en un tiempo oportuno que no acaba de llegar. Los intentos por mantener un único Seminario resultaron vanos. Diferente fue la suerte de las Misiones Diocesanas, creadas en 1948, aunque tras la división no faltaron

MONS. MORCILLO

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intentos de fragmentar también la acción misionera, que ha venido manteniendo su carácter interdiocesano. En enero de 1950, el Estado envió a Roma la triple lista de seis nombres para proceder a nombrar los obispos de Bilbao, Vitoria y San Sebastián. La Santa Sede eligió para Bilbao al que iba primero. Se trataba de D. Casimiro Morcillo, obispo auxiliar de Madrid, que se convirtió así en primer obispo de Bilbao •



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ORGANIZACIÓN Y L

a iniciativa pastoral más sobresaliente de la década fue sin duda la Misión del Nervión. Su puesta en marcha muestra que se estaba gestando un cambio en la sociedad. El país no era tan homogéneo ni tan cristiano como se pensaba o quería. En los núcleos urbanos e industriales se estaba dando un descenso en la práctica sacramental. Para responder a tal desafío, el obispo publicó en septiembre de 1953 una carta pastoral de convocatoria bajo el título Hacia un mundo mejor: la Santa Misión del Nervión. La iniciativa se llevó a cabo siguiendo la comprensión de la acción misionera en aquel momento. En realidad se trataba más bien de fortalecimiento de la sacramentalización. El objetivo de la predicación y de otras acciones buscaba la vuelta a la recepción de la penitencia y de la eucaristía. Al finalizar la Misión se convocó la post-misión social, en un intento de acercar a ambien-

tes obreros la Doctrina Social de la Iglesia. Ello irritó al Gobierno, que envió una carta de protesta al obispo, en la que reivindicaba para el Estado la responsabilidad última en materia social, basándose en su carácter confesional. Tres cartas pastorales en torno a cuestiones sociales La cuestión social ha sido una preocupación constante en el magisterio local y en la vida diocesana. Monseñor Morcillo publicó tres cartas pastorales al efecto -Teología del Trabajo, Teología de la Empresa y Deontología del Empresario– en las que se detectaba un estilo nuevo, pero sin extraer consecuencias prácticas para los

problemas sociales más acuciantes del momento. En 1956 se produjo el primer relevo episcopal. Llegó D. Pablo Gúrpide, natural de Otxagabia, que venía siendo obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Continuó la labor de puesta en funcionamiento de su antecesor. Creó centros de estudio, promulgó reglamentos, potenció el Seminario, creó delegaciones y secretariados. Ya el año de su llegada erigió el Secretariado Social Diocesano, dejándose asesorar por curas expertos en la cuestión, hasta el punto de que sus escritos en materia social apenas guardan relación con el resto de documentos suscritos por él.

Lekuko Eleizaren irakaspenetan eta Eleizbarrutiaren bizitzan, gizarte gaiei beti jarri jake arreta. COLOCANDO LA PRIMERA PIEDRA DE LA PARROQUIA DE ARANGUREN

MONS. MORCILLO, VISITANDO LAS OBRAS DEL SEMINARIO MONS. GURPIDE, JUNTO A LOS FORMADORES DEL SEMINARIO

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MISIÓN Los movimientos especializados cobran protagonismo En este ámbito se sitúa también la acción de los movimientos especializados de la Acción Católica. En la década anterior habían surgido la HOAC y la JOC, aunque esta última existió durante un breve período truncado por la Guerra Civil. Solidarios con la clase trabajadora, estos movimientos comprendieron pronto que una parte de su tarea consistía en sacar a la luz las contradicciones de un sistema que se autodenominaba católico. Recuperaron la dimensión misionera no sólo con miras al mundo obrero, sino también en otros ambientes desfavorecidos. También muchos sacerdotes formados en cuestiones sociales en el Seminario de Vitoria, se acercaron, con diferentes matices, al mundo obrero, apoyando sus demandas y aspiraciones.

ENTRADA EN BILBAO DE MONS. MORCILLO

El final de una época con la llamada a un concilio Al final de la década emergió la figura de Juan XXIII, elegido tras la muerte de Pío XII. Antes de los 100 días de su ministerio, sorprendía a

MISION DEL NERVION

la Iglesia y al mundo con su idea de convocar un sínodo para la diócesis de Roma, un concilio ecuménico para la Iglesia universal y la reforma del Código de Derecho Canónico vigente desde 1917. Era el 25 de enero de 1959, y el anuncio se produjo en la Basílica de San Pablo, tras la eucaristía del día de la conversión del apóstol. Al obispo de Bilbao, al igual que a la gran mayoría del episcopado español, la noticia le pilló con el pie

cambiado. Tiempo después de la primera sorpresa, imaginaba un concilio de corte jurídico, que aclarara cuestiones disciplinares y promulgara nuevas leyes eclesiásticas, mirándose en el espejo de los concilios de Trento y Vaticano I. Afortunadamente no iba a ser ése el talante del concilio • Ángel Mari Unzueta

Hamarkadaren amaieran, Joan XXIII.a agertu zan, Pio XII.aren heriotzaren ostean aita santu izendatu ebena.

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PENTECOSTÉS DEL J

uan XXIII, en su corto pontificado, dejó además dos encíclicas sociales, Mater et Magistra y Pacem in terris, en las que subrayaba la dimensión social del Evangelio, denunciaba las desigualdades con sus causas y reivindicaba los derechos de la persona. Ambos documentos prepararon el camino a la Constitución conciliar Gaudium et spes. Contaron con gran acogida en la diócesis, sobre todo en la Acción Católica y en sus movimientos especializados (HOAC, JOC, Erri Gaztedi). La posibilidad de un seguimiento permanente del Concilio vino dada a través de las crónicas publicadas en el diario local La Gaceta del Norte por el cura periodista José Luis Martín Descalzo. Si el acontecimiento conciliar constituyó la “movida” eclesial de la década, la vida diocesana resultó también movida y, en ocasiones, agitada. En mayo de 1960 se publicó la llamada “Carta de los 300”. En ella, 339 curas de las diócesis vascas dirigieron a sus obispos un escrito en el que mostraban la

gravedad de la situación socio-política, caracterizada por la falta de libertad, la violación sistemática de determinados derechos y la negación de toda especificidad cultural y social del pueblo vasco. La carta se hacía eco del progresivo distanciamiento de la Iglesia con respecto a la sociedad. La respuesta de los obispos negaba valor al análisis y lo tachaba de político y tendencioso. Pocos meses más tarde, el nuncio Ildebrando Antoniutti, en el acto de inauguración del Seminario de Derio, criticaba el posicionamiento de los firmantes. Jornadas nacionales de la Juventud Obrera Cristiana Por otra parte, en los primeros años de la década salieron a la luz dos cartas pastorales del obispo Gúrpide abordando la cuestión social. La primera fue escrita en 1961, con motivo de celebrarse en Bilbao las Jornadas Nacionales de la JOC (Juventud Obrera Cristiana). En ella, el obispo condenaba la actitud de los empresarios que se contentaban con el mínimo cumplimiento de la ley, exigía un salario justo, presentaba el

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fenómeno de la inmigración como fruto de la injusticia estructural, respaldaba la acción de la JOC y defendía los derechos humanos. La segunda vio la luz un año más tarde, a raíz de la encíclica Mater et magistra. El obispo criticaba la disociación entre la dimensión individual y social de la fe, hacía hincapié en el compromiso social y condenaba la injusticia de la política salarial y de las condiciones de vida de los trabajadores. En los primeros años del posconcilio, la vida diocesana se encontraba fuertemente convulsionada. El marco socio-político estaba condicionado por un régimen que se reconocía confesional católico y en esos momentos no podía aceptar los planteamientos y las reformas propuestas por la Iglesia. La autoridad diocesana, marcada aún por una mentalidad preconciliar, vivió un calvario. Se vio sobrepasada por los hechos


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L SIGLO XX

aportó una nueva perspectiva para la recepción del Concilio. Primera víctima mortal de ETA en Bizkaia y alejada del afán renovador de la comunidad cristiana. Los acontecimientos de corte sociopolítico se precipitaron el verano del 68 y, paralelamente, el deterioro de la comunión en la diócesis era evidente. Dos encierros de curas En junio y agosto de 1968 se produjeron dos encierros de curas en el Obispado. Los conflictos con la autoridad civil estaban a la orden del día y duraron prácticamente hasta la extinción del régimen franquista. Crecieron también las tensiones en la diócesis con la inauguración de la cárcel concordataria de Zamora, la aparición del movimiento Gogor y la profunda crisis de los movimientos apostólicos, en medio de una progresiva secularización de la sociedad. En noviembre de 1968 falleció D. Pablo Gúrpide, con unos 60 cu-

ras encerrados en el Seminario de Derio, suspendidos por el obispo. Inmediatamente fue nombrado Administrador Apostólico D. José María Cirarda, a la sazón obispo de Santander. Por indicación del Papa, ejerció de hecho su cargo como obispo diocesano durante tres años. Con su llegada y la creación de un equipo, se impulsó decididamente la recepción del Concilio y se inició la renovación de los servicios y estructuras diocesanas, promoviendo un estilo más participativo: remodelación territorial, reconfiguración del Seminario, creación de consejos, entre otras iniciativas. Ese mismo año 1968 conoció relevos episcopales en San Sebastián y Pamplona, y los nuevos obispos pudieron iniciar la coordinación interdiocesana. Por otra parte, la Conferencia del episcopado latinoamericano en Medellín, con su opción preferencial por los pobres,

Banden Greba

Erregimenaren eta industria eta finantzaoligarkiaren kontrako protesta honek sei hilabete iraun eban. Grebak zalantzan jarri eban gobernua eta herrikideek egundoko alkartasuna erakutsi eben.

En abril de 1969 se produjo el asesinato del taxista Fermín Monasterio, primera víctima mortal de ETA en Bizkaia. Días más tarde fueron detenidos primero varios curas, acusados de facilitar la huida del miembro de la organización armada, y poco después el vicario general, José Ángel Ubieta, que quedó en libertad tras tres días de arresto. El Administrador Apostólico denunció la violación del Concordato a raíz de las detenciones, defendió el secreto profesional en el caso de su vicario y criticó la información tendenciosa facilitada por la prensa afín al régimen. En el contexto de sucesivos estados de excepción, con los que el régimen intentaba mantener su posición, dio comienzo una espiral de acciónrepresión-acción que condicionó la vida de la sociedad vasca en general y de la diócesis en particular • Ángel Mari Unzueta

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UNA DÉCADA PARTICU E

n enero de 1972 comenzó el ministerio episcopal de D. Antonio Añoveros, hasta entonces obispo en Cádiz. El contexto socio-político iba ganando en tensión y en enfrentamientos en los últimos años de la dictadura; las muertes violentas iban en aumento. La paz y la reconciliación se convirtieron en preocupaciones preferentes del nuevo obispo en materia social. Siguiendo con la renovación de las estructuras eclesiales, la diócesis se organizó en siete vicarías, con un vicario episcopal para cada una de ellas. La recepción del Vaticano II realizada en los años anteriores desembocó en 1973 en el primer Plan de Pastoral de la diócesis. En él se trata de actualizar la vocación servidora de la Iglesia en la nueva situación. Tras un análisis de la realidad, en el que se subrayaban el deficiente reconocimiento y realización de los derechos humanos, así como las insuficiencias propias a la hora de denunciar las desigualdades e injusticias, la Iglesia local se entendía como comunidad misionera. A ello apuntaban los tres objetivos del Plan: la acentuación de la evangelización, la promoción de la unidad en la sociedad y en la comunidad cristiana, y la renovación de las estructuras pastorales. A partir de ahí, cada año se fueron proponiendo objetivos prioritarios para la acción pastoral. En este proceso resultó clave el equipo de colaboradores del obispo, liderado por José Ángel Ubieta, vicario general desde la llegada del Administrador Apostólico y confirmado en su cargo a la llegada del nuevo obispo. Ese mismo año dejaron el edificio de Derio los últimos seminaristas allí residentes, para pasar a vivir en la ciudad. Como afirmaba el lema de un Día del Seminario de entonces – Bizkaiak non bizileku, han abadeak abadetu – se quería una formación para el presbiterado más inserta en las preocupaciones y en

la vida de la gente en general y de las comunidades cristianas en particular. El `Caso Añoveros´ El año 1974 quedó marcado por el llamado “caso Añoveros”, en el que la confrontación entre la Iglesia y el Estado alcanzó su punto culminante. El detonante fue la lectura de una homilía leída en las parroquias de la diócesis, que llevaba por título El cristianismo, mensaje de salvación para los pueblos. En ella se mencionaba el derecho de los pueblos a conservar su identidad, que incluía la facultad de organizarse para salvaguardar su justa libertad. Se denunciaba asimismo la tentación de las clases dirigentes a supeditar valores propios del país al simple crecimiento económico. Una reacción desmedida del Gobierno provocó el arresto domiciliario del obispo y de su vicario general, que se prolongó durante una semana. La actitud de las instancias eclesiales que apoyaron al obispo y el movimiento popular de simpatía que se generó hicieron insostenible la medida gubernamental. A la muerte del dictador, se inició la transición hacia un régimen democrático. Pablo VI había convocado ya para 1975 el Año Santo de la Reconciliación, que indujo a los obispos de Pamplona, San Sebastián y Bilbao a publicar una carta pastoral conjunta sobre la cuestión. En dicho contexto se fueron solicitando medidas de gracia para las personas encarceladas por motivos políticos. El proceso culminó en 1977 con la aprobación de la Ley de Amnistía por el primer Parlamento elegido democráticamente. La persistencia de ETA en sus acciones violentas, que a partir de entonces se incrementaron de modo notable, marcó una primera decepción en amplios sectores de la ciudadanía. La acción misionera por medio de las entidades culturales El papa publicó en 1975 la Exhortación Evangelii nuntiandi, documento de extraordinaria relevancia para comprender e impulsar la acción misionera de la Iglesia. En él subrayaba la importancia de la evangelización de la cultura y de las culturas. Ello vino a respaldar la consolidación y la creación de entidades

EL OBISPO AÑOVEROS Y EL VICARIO GENERAL, JOSÉ ÁNGEL UBIETA

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ULARMENTE INTENSA

culturales de la diócesis. En concreto, la década de los 70 vio el nacimiento del Instituto Labayru y del Archivo Histórico Eclesiástico, la creación de los centros escolares del Carmen, Iparragirre, Txomin Agirre y S. Juan, la asunción por la diócesis de la Escuela Universitaria de Magisterio, la profesionalización de Radio Popular y el comienzo de sus emisiones en euskera. Todo ello venía a sumarse a otras instituciones culturales ya existentes, como las ikastolas Begoñazpi y Artxandape, así como los centros de formación profesional de Somorrostro, Otxarkoaga, S. Viator ((Sopuerta), Zulaibar (Zeanuri) y la Escuela de Pesca (Ondarroa).

tarde, el obispo Añoveros presentó su renuncia por motivos de salud, atendiendo a una reflexión realizada por el Consejo Presbiteral. Tras unos meses de administración apostólica del obispo auxiliar, en febrero de 1979 se inició el episcopado de D. Luis María de Larrea, hasta entonces obispo de León. Ese mismo año se aprobó el Estatuto de Autonomía para el País Vasco, a partir del cual se fueron creando instituciones llamadas a impulsar y normalizar la convivencia social. También en la Iglesia universal se había producido un doble relevo. A la muerte de Pablo VI en agosto de 1978 fue elegido Juan Pablo I, que falleció al mes siguiente. Le sucedió Juan Pablo II, que iba a marcar una larga etapa del posconcilio • Ángel Mari Unzueta

Hamarkada honetan beste gertaera garrantzitsu batzuk be izan ziran: Laikoen Kontseiluaren sorrerea (1971-1998) eta Erlijiosoen Kontseilua eta AlkarKutxa be sasoi honetakoak dira.

El primer obispo auxiliar de la Diócesis La salud del obispo Añoveros fue resquebrajándose, y en 1976 la diócesis conoció su primer obispo auxiliar, D. Juan María Uriarte. Un par de años más

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LA ASAMBLEA DIOCESANA: TEST A LA RECEPCIÓN DEL VATICANO II

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e este modo brotó el acontecimiento diocesano más importante en estos 70 años de historia diocesana, que se inició en 1984 y se desarrolló a lo largo de tres años. En octubre de 1983, una comisión, formada por 7 curas, 2 religiosas y 7 seglares, organizó una amplia consulta para recoger y transmitir a los obispos los objetivos, los temas y el método de trabajo propuestos para la asamblea. Participaron más de 30.000 personas, de las que un 95% era partidario de celebrar la asamblea y un 84% se mostró dispuesto a participar en la misma. Con todo, hubo también calvas en la geografía diocesana y no faltaron sectores minoritarios que se desmarcaron. Algunos incluso combatieron la iniciativa en sus ámbitos de influencia. La carta conjunta de los obispos para la Cuaresma de 1983, titulada La Iglesia, comunidad evangelizadora, ofre-

ció un marco eclesiológico que marcó de modo significativo el devenir de la Asamblea. No en vano fue el documento de referencia prioritario a la hora de elaborar el juicio evangélico acerca de la realidad social y eclesial. Tras haber seguido la dinámica del ver, juzgar y actuar en once bloques temáticos, entre los que destacaban la atención a la juventud y a la familia, se llegó a una serie de conclusiones, formuladas como objetivos. Entre estos destacaban los propuestos para la diócesis en general, que reflejaban una imagen de Iglesia en conversión permanente al Evangelio, comunitaria y corresponsable, celebrante de la fe desde su propia historia, comprometida en una evangelización de corte misionero y públicamente presente para la reconciliación. Los obispos, en su discernimiento, asumieron la gran mayoría de objetivos y acciones, y trasladaron a la Santa Sede aquellos que desbordaban su competencia.

en los servicios generales como en las vicarías territoriales.

Frutos de la Asamblea

En la década surgieron también entidades que han resultado relevantes para la acción pastoral de la diócesis.

En el tiempo de la Asamblea, dada su dinámica de encuentros, se fortaleció grandemente la conciencia de pertenencia a la Iglesia local, una y plural. Frutos más tangibles fueron la creación del Consejo Pastoral Diocesano, el primer Plan de Evangelización, la instauración del Servicio de Formación del Laicado, la creación y fortalecimiento de los órganos de corresponsabilidad, así como la progresiva incorporación de laicas y laicos a las tareas pastorales, tanto en la Curia y

Batzar Nagusia egin zanean, jentea batu egiten eban dinamika erabili zan eta horrek asko sendotu eban lekuko Eleiza bakar eta anitzeko kidetasun-sena.

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El espíritu y la letra de la Asamblea se toparon con un cambio de aires en la Iglesia, que estaba proponiendo nuevos subrayados y claves de interpretación del Vaticano II. Tanto el proceso seguido como algunas de las conclusiones alimentaron en determinados ambientes una imagen distorsionada de la diócesis, que, en consecuencia, debía ser reconducida. El cambio de sensibilidad causó decepción en no pocos participantes. Tras el Sínodo Extraordinario de los Obispos en 1985 y aún antes, el concepto de Iglesia como pueblo de Dios, clave en el devenir de la Asamblea, dejó de estar en primer plano y se ha mantenido con pocas variaciones hasta la irrupción del papa Francisco. Inicio del IDTP y de Proyecto Hombre


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Hamarkadan, eleizbarrutiko pastoralgintzan esanguratsu izan diran erakundeak be sortu ziran, besteak beste, Eleizbarrutiko Teologia eta Pastoraltza Institutua (ETPI), 1980an.

Entre ellas destaca la puesta en marcha del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP) en 1980. Por otra parte, en 1985, para tratar de dar una respuesta al creciente problema de la droga sobre todo en el ámbito juvenil, se inició el Proyecto Hombre, inspirado en una iniciativa que estaba en marcha en la diócesis de Roma. El contexto socio-político seguía fuertemente marcado por la escalada de la violencia. Junto a las permanentes declaraciones y condenas de los obispos, es preciso reseñar la acción protagonizada por un grupo de jóvenes del movimiento JAC (Juventud de Acción Católica) del Casco Viejo de Bilbao en junio de 1983. Como colofón de una revisión de vida, salieron a la calle a manifestarse en silencio como protesta por un asesinato perpetrado por ETA. Fue el embrión de lo que, en unión con otros grupos protagonistas de acciones similares, desembocó en el surgimiento de la Coordinadora Gesto por la Paz. Sirvió de revulsivo para el compromiso personal y colectivo de numerosos creyentes en la causa de la paz, que mantuvieron viva la llama en medio de oposiciones e incomprensiones •

1985ean, gazteen artean drogaren arazoa gero eta larriagoa zala-eta, arazo horri erantzuteko asmoz, Gizakia Helburu jarri zan martxan, dagoeneko Erromako eleizbarrutian garatzen ari ziran ekimena oinarritzat hartuta.

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PLANIFICACIÓN Y

REPLANTEAMIENTO

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e este modo se renovó y fortaleció la llamada “Cáritas de nuevo rostro” y se desarrolló el Servicio Diocesano de Formación del Laicado, que prestó un gran servicio, haciéndose presente en todas las vicarías. Por su parte, el Instituto de Teología y Pastoral, ya consolidado en esta década, contribuyó a la formación de agentes laicales de evangelización y a la presencia pública de la Iglesia, especialmente a través de las semanas que abordaban preocupaciones sociales y eclesiales del momento. En esta década surgieron varias entidades. El comienzo de la misma, fue testigo de la puesta en marcha del Centro de Orientación familiar Lagungo. En septiembre de 1991 se constituyó la Escuela Diocesana de Educadores (EDE), que venía funcionando desde el verano de 1977. Años más tarde se transformó en la actual Fundación EDE, que ha venido funcionando como fundación canónica hasta 2015.

emisiones en euskera iniciadas en Herri Irratia–Radio Popular en 1973, que contaban con notable desarrollo y estabilidad. Poco más tarde, en 1993, Radio Popular se desvinculaba de la cadena COPE, debido a serias divergencias con los contenidos emitidos por la citada cadena. I Gesto Diocesano de Solidaridad Para el tiempo de Adviento y Navidad de 1993, el Obispo y su Consejo Episcopal propusieron un gesto de solidaridad, que fue precursor de otros que se incorporarían más tarde a los Planes de Evangelización. Consistió en la entrega voluntaria de un día de sueldo al mes, para promover la creación de empleo a través de Cáritas. La recaudación se acercó a los 50 millones de pesetas. En 1994 quedó erigido el Consejo de Comunidades, que recogía la amplia variedad de comunidades parroquiales y laicales presentes en la diócesis.

La pastoral de juventud se fortaleció con el nacimiento del Movimiento Diocesano Geideak, que años más tarde confluyó con la Juventud de Acción Católica (JAC). Nacen la revista diocesana y Bizkaia Irratia En el ámbito de la comunicación cabe destacar dos iniciativas que nacieron con la década: por una parte, se editó el primer número de la revista diocesana Alkarren barri y, por otra, surgió la emisora diocesana Bizkaia Irratia. Ésta venía a recoger el legado de las BAKE TOPAKETA 96

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La permanente preocupación por la pacificación condujo a la creación de la Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación. Tras un período de reflexión en el Consejo Pastoral Diocesano, echó a andar en 1991, presidida por el Vicario General Andoni Gerrikaetxebarria. Tras llevar a cabo diversas iniciativas, organizó junto con otros colectivos diocesanos el primer encuentro por la paz Bake Topaketa, que se celebró durante un fin de semana en Urkiola, con acampada de jóvenes desde el viernes, subida al santuario el sábado y eucaristía final el domingo. Participaron cerca de 5.000 personas. El Obispo Auxiliar D. Juan María Uriarte, tras 15 años de servicio episcopal, fue nombrado en 1991 obispo de Zamora. Quedaba con ello claro que la sucesión episcopal de D. Luis María de Larrea, cercano a cumplir 75 años, iba a ir por otro cauce. El relevo se dio en 1995, con el nombramiento simultáneo de D. Ricardo Blázquez como obispo diocesano y de su auxiliar D. Carmelo Etxena-


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PRIMER ACTO DE RICARDO BLAZQUEZ EN GEIDEAK

gusia, caso infrecuente. La decisión causó en ese momento decepción en buena parte del clero y de la comunidad diocesana. Pocos años antes se había llevado a cabo un proceso de análisis, oración y discernimiento, animado por el Consejo Pastoral Diocesano, para proponer las características convenientes para quien fuera a ser obispo de la diócesis. Creación del Museo y el Archivo En el ámbito cultural cabe destacar también la inauguración de la sede del Museo de Arte Sacro en el claustro del monasterio de la Encarnación en 1995, y, dos años más tarde, la creación del Servicio Diocesano de Archivos. Con la renovación de los Consejos Diocesanos tras producirse el relevo episcopal, se abordó la tarea de elaborar el nuevo Plan de Evangelización. Para ello se llevó a cabo una consulta en tres fases, para recoger los desafíos provenientes de la realidad social y eclesial, determinar

los objetivos y proponer las posibles acciones. Finalmente, el Plan fue promulgado en septiembre de 1998 con una proyección para cinco años. Los ámbitos de actuación fueron la exclusión social, la pacificación, la renovación de las estructuras pastorales y el anuncio explícito de Jesucristo. Un año antes se había realizado la campaña consistente en vivir un mes con el salario mínimo, signo de cercanía a colectivos desfavorecidos. El hecho de que a los pocos días de darse a conocer el nuevo Plan ETA anunciara el cese temporal de sus acciones violentas, llevó al Obispo y a su Consejo Episcopal a proponer la cuestión de la paz y de la reconcilia-

Hainbat Kultur erakunde sortu ziran hamarkada honetan. Lehenengo Alkartasun Zeinua, lehenengo Ebanjelizazino Plana... oso emankorrak izan ziran 90eko urteak

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ción como subrayado prioritario para el primer año del Plan. Así, a lo largo de la Cuaresma de 1999 se desarrolló una campaña diocesana bajo el lema Desarmar la palabra / Mihinez minik ez. Después de numerosas acciones por la paz llevadas a cabo en años anteriores, en esta ocasión se trató de una iniciativa sostenida en el tiempo, con despliegue de elementos para la oración y la reflexión en las comunidades cristianas, tratando de llegar a compromisos personales y comunitarios. La campaña concluyó con una jornada festiva que bajo el título Ocho horas por la paz y la reconciliación / Bakea guztion artean guztion alde tuvo lugar el 18 de abril de 1999 en la Feria de Muestras. Ese mismo año, la Diócesis y la Universidad de Deusto erigen el Instituto Superior de Ciencias Religiosas. La Iglesia universal se aprestaba a vivir el Jubileo del año 2000 con los últimos años del milenio dedicados al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, siguiendo la propuesta de S. Juan Pablo II en su encíclica Tertio millennio adveniente de 1994 • Ángel Mari Unzueta


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NUEVO MILENIO

Con el arranque del milenio tuvo lugar la reapertura de la catedral tras las obras de restauración y, casi al mismo tiempo, salió a la luz el primer documento diocesano acerca de la remodelación pastoral territorial, que en su título recogía una cita evangélica: ¿Cómo nacer siendo viejo? (Jn 3…). Partía de la reflexión llevada a cabo por el Consejo del Presbiterio y de la recepción de las experiencias en marcha en la archidiócesis de Oviedo y en la diócesis de Baiona. Ahí comenzó a gestarse la configuración actual en unidades pastorales atendidas por un equipo ministerial que no solo incluyera a curas. Pronto se fue extendiendo la reflexión a las diócesis de San Sebastián y Vitoria, con las que se fueron intercambiando teoría y práctica.

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a colaboración entre las diócesis se desarrollaba en numerosos campos, entre los cuales se hallaba el de la paz y la reconciliación. Destaca en este tiempo la celebración del encuentro de oración por la paz, convocado por los obispos de Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián y Vitoria. Tuvo lugar en las campas de Armentia en enero de 2001, con participación de unas 50.000 personas

evaluación del anterior, incidía en la dimensión evangelizadora del anuncio explícito de Jesucristo. Recogiendo experiencias de años anteriores, el Plan proponía ya la celebración anual del Gesto Diocesano de Solidaridad, encaminado a promover un estilo de vida basado en la sobriedad y en la cercanía a las personas y colectivos más empobrecidos. Ese año se instituyó también el diaconado permanente.

Al año siguiente del Jubileo del 2000, apareció la encíclica Tertio millennio ineunte, en la que, entre otros retos pastorales, el papa S. Juan Pablo II proponía hacer de la Iglesia una auténtica escuela de comunión, tratando de impulsar un aspecto clave del Vaticano II.

Beatificación en la catedral de Santiago

En 2003 se inició el III Plan Diocesano de Evangelización que, a partir de la

en octubre de 2006 fue beatificada en la catedral de Santiago la Madre Margarita Mª López de Maturana (18841934), natural de Bilbao, fundadora de las Mercedarias Misioneras de Bérriz.

En abril de 2005 falleció S. Juan Pablo II, tras casi 26 años de pontificado. Le sucedió Benedicto XVI en un período que desde el inicio fue considerado transitorio, dada la edad del electo. Una de sus primeras decisiones abrió la posibilidad de celebrar las beatificaciones en las Iglesias locales. Así,

2007 - MUÉVETE POR LA PAZ

2001 - ENCUENTRO POR LA PAZ EN ARMENTIA

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70 URTE

2001 - ENCUENTRO POR LA PAZ EN ARMENTIA

El año 2005, D. Ricardo Blázquez fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal para un período de tres años. Tal cargo recaía por primera vez en un obispo de Bilbao. La diócesis contaba con una larga experiencia de laicas y laicos al cargo de tareas pastorales, fortalecida a partir de la Asamblea Diocesana. Entre ellos había un grupo notable, que, tras el oportuno discernimiento,

estaba dedicado total o parcialmente a la pastoral, y percibía por ello una remuneración. A partir de la experiencia de varios años se elaboró el Directorio de laicos y laicas con encargo pastoral, que fue aprobado por el Obispo en febrero de 2006. En lo tocante a su formación, el 2003 se había llevado a cabo la convergencia del Servicio de Formación del Laicado y el Instituto de Teología y Pastoral. D. Mario Iceta, obispo auxiliar En febrero de 2008 se hizo público el nombramiento de D. Mario Iceta como obispo auxiliar, siendo ordenado un par de meses más tarde. Era el tercero en la historia de la diócesis, sucediendo en el cargo a D. Karmelo Etxenagusia.

MONS. MARIO ICETA Y MONS. RICARDO BLAZQUEZ

En el verano de 2009 se saldó una deuda histórica contraída en el tiempo de la Guerra Civil. El bando vencedor había fusilado a 14 curas de la diócesis de Vitoria, que en su día no obtuvieron reconocimiento diocesano alguno. Su muerte no fue consignada en el Boletín Oficial y, salvo alguna excepción, no contaron con el funeral correspondiente. Fueron largamente silenciados. Las sucesivas beatificaciones de mártires de la Guerra Civil hacían que la vieja herida volviera a sangrar. Los obispos de Bilbao, Vitoria y San Sebastián decidieron abordar la cuestión en una carta pastoral titulada “Purificar la memoria, servir a la verdad, pedir perdón”, en la que convocaban a una Misa funeral que tuvo lugar en la catedral nueva de Vitoria el día 11 de julio. Escuela de Magisterio (BAM) y Unidades Pastorales El 2009, la Escuela de Magisterio Begoñako Andra Mari quedó adscrita a la Universidad de Deusto, finalizando así su etapa de adscripción a la Universidad del País Vasco. Fue adaptando sus titulaciones al Espacio Europeo de Educación Superior. Si la década había comenzado con la apuesta por la remodelación pastoral de la diócesis, el final de la misma conoció del Decreto marco para la creación de unidades pastorales. A partir de ahí se fueron erigiendo las actuales, en un proceso que sigue abierto • Ángel Mari Unzueta

Aldi honetan hainbat egitada ezagutu ziran: katedralaren lanen amaierea eta berzabaltzea, lurraldeetako birmoldaketa pastorala, Elizbarrutiarteko kolaborazinoak, lehenengo beatifikazinoa Bizkaian, On Ricardo Blazquez Gotzainen konferentziaren buru, on Mario Izeta gotzain laguntzaile eta Begoñako Andra Mari Magisteritza Eskolan aldaketak eta Pastoral Barrutien inguruko dekretua.

2008 - GESTO DIOCESANO

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70 ANIVERSARIO

LA PERIFERIA EN EL CENTRO: NUEVOS AIRES DESDE BUENOS AIRES Una de las primeras decisiones de mayor calado del nuevo obispo, D. Ricardo Blázquez, fue la creación de unidades pastorales con el nombramiento de los correspondientes equipos ministeriales en junio de 2011. Se comenzó con 9, repartidas por vicarías, hasta llegar a las 23 existentes en la actualidad, con otras en espera de ser constituidas. De este modo, la reflexión y los pasos dados en la década anterior fueron recibiendo un reconocimiento jurídico estable.

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a situación socio-política experimentó un notable y largamente deseado cambio en octubre de 2011, con la renuncia de ETA a la práctica de la violencia. Se inició así el camino hacia su definitiva disolución, que culminó en agosto de 2018. En la nueva situación, la Iglesia diocesana vio la ocasión para renovar y actualizar su opción por la paz y la reconciliación, asumida como prioridad en su IV Plan de Evangelización, iniciado en 2010. Entidades culturales y remodelación Curia

Departamentos ofrecían servicios comunes (Medios de Comunicación y Euskera). En lo referente al ámbito cultural, surgió el centro ÍCARO, vinculado al Archivo Diocesano.

nuevas perspectivas al ejercicio del papado, aunque no fuera el primer caso de retirada de un papa. Los antecedentes quedaban excesivamente lejanos.

Recogido como legado del Plan anterior, el Gesto Diocesano de Solidaridad se viene realizando anualmente. Desde el año 2011 adopta también una versión escolar, y desde 2017 converge con la Jornada Mundial de los Pobres, instaurada dicho año por el papa Francisco.

También resultó inesperada la elección del papa Francisco. El cardenal Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires no entraba en las quinielas. Se trataba del primer papa posconciliar, en el sentido de que no tomó parte en el Vaticano II. Se presentó como obispo de Roma, y todos sus primeros gestos, corroborados posteriormente, conectaban con los núcleos eclesiológicos del Vaticano II: la concepción de la Iglesia como pueblo de Dios, su carácter eminentemente misionero y su realidad como comunión de Iglesias locales, con la consiguiente promoción de la participación de todos, como se ha puesto de manifiesto con motivo de los Sínodos convocados por él. A los citados ingredientes se ha sumado su legado latinoamericano, con una sensibilidad especial y decidida apuesta por

Cambio sorprendente de pontificado En el marco del citado plan se abordaron dos cuestiones de alcance diocesano: la coordinación de las entidades culturales (instituciones educativas, emisoras, patrimonio cultural) y la remodelación de la Curia. Era ésta una tarea pendiente desde el momento en que se había abordado la remodelación pastoral territorial, con la creación de unidades pastorales. El proceso culminó en 2013, aunque los Estatutos quedaron fijados cuatro años más tarde. Las acciones fundamentales de la Iglesia se recogían en las Delegaciones (Anuncio y Catequesis, Caridad y Justicia, Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, Liturgia y Misiones); los Secretariados se referían a estados de vida (Ministerio Ordenado, Laicado y Monasterios de Clausura), y los

En la Iglesia universal, la década quedó indudablemente marcada por el relevo papal, acontecimiento con dos caras sorprendentes: la dimisión y la sucesión. El 11 de febrero de 2013, Benedicto XVI hizo pública su decisión de dimitir de su cargo y convocó el cónclave correspondiente para su sucesión. Se trataba de un hecho tan inesperado como insólito, que abrió

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REPRESENTANTES DE LAS PRIMERAS UPS ERIGIDAS


70 URTE

BAKE TOPAKETA 2019

las culturas, las personas y los colectivos empobrecidos. Parece claro que con Francisco se ha iniciado una nueva fase en la recepción del Vaticano II que, por otra parte, cuenta con una oposición pública inusitada por parte de no pocos responsables eclesiales. La `Evangelii gaudium´ En noviembre de 2013 vio la luz la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, primer documento de Francisco con sentido programático, que con un estilo propio se hacía eco del Sínodo acerca de la evangelización. El documento tuvo gran incidencia en la pastoral diocesana, ya que pocos meses después se llevó a cabo en la diócesis un proceso de discernimiento comunitario que sirvió de inicio al V Plan de Evangelización. En él participaron cerca de 300 grupos de trabajo, formados por una media de unos 10 miembros, que contaron con guiones que se apoyaban en la citada Exhortación papal. El eje del Plan se concretó en la idea de salir al encuentro con Dios (espiritualidad), a las periferias (servicio) y al interior de la comunidad cristiana (comunión). El compromiso diocesano por la paz se actualizó mediante la decisión del

BIZKAIKO GOTZAINA 2010

Obispo D. Mario de crear una nueva Comisión de Paz y Reconciliación en 2014, encuadrada en la Delegación de Caridad y Justicia. Entre sus actividades destaca la iniciativa Bake Topaketa, encuentro anual que se viene celebrando el primer sábado de Cuaresma. En cuanto a nombramientos episcopales, la década terminó como comenzó. En febrero de 2019 se hizo público el nombramiento de Joseba Segura como Obispo Auxiliar; en abril recibió la ordenación episcopal. Es el primer obispo formado en el Seminario Diocesano de Bilbao. En los meses finales del año se abrió el proceso para la elaboración del VI Plan Diocesano de Evangelización, mediante un primer paso consistente en la mirada creyente a la realidad so-

ORDENACIÓN OBISPO AUXILIAR

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cial y eclesial. Participaron 231 grupos que agrupaban a más de 3.000 personas. El proceso quedó interrumpido en marzo de 2020 con motivo de la aparición de la pandemia del Covid-19 • Ángel Mari Unzueta

Hamarkada amaituta on Mario Izeta Burgoseko artzapezpiku izentau dabe. 10 urte Bilboko gotzain legez jardun eta gero, Burgosen datorren abenduaren 5ean bere ministeriorari hasiera emoteko elizkizuna ospatuko da bertako katedralean. Azaroaren 28an esker oneko ospakizuna egingo da Bilboko Santiago katedralean, goizeko 11etan


70 ANIVERSARIO

LUCES LARGAS Y ESPEJO RETROVISOR La vida social y eclesial del comienzo de esta década ha quedado marcada por la pandemia del Covid-19, que, junto a sus dramáticas secuelas, ha introducido también nuevos desafíos y criterios a la hora de encarar la acción evangelizadora. De hecho, ha aplazado la puesta en marcha del VI Plan de Evangelización, que se encontraba en avanzado estado de gestación.

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a Iglesia diocesana va tomando conciencia del notable cambio de rasante en la sociedad y en la Iglesia. Ésta vive un escenario de “pequeño rebaño”, con un descenso de la práctica sacramental agudizado en los últimos años, en medio de una crisis social y cultural sin precedentes, con necesidad de modificar estilos, lenguajes y estructuras, llamada a renovar su espiritualidad y su identidad misionera.

Al hilo de esta última, referida a la presencia de la Iglesia en el mundo actual, en la diócesis se ha ido manifestando la sensibilidad por la cuestión social, por la dimensión social de la evangelización. Ya antes del Concilio, de acuerdo con los condicionamientos de la época, la Misión del Nervión mostraba la preocupación misionera y el deseo de evangelizar a partir de la Doctrina Social de la Iglesia, aunque el intento quedara frustrado. La labor de los movimientos especializados de Acción Católica y su presencia en el mundo obrero, los Gestos de Solidaridad, la llamada “Cáritas de nuevo rostro”, el desarrollo de iniciativas de carácter socio-caritativo señalan, entre oras realidades, un capítulo importante de la presencia de la Iglesia al servicio de la sociedad y de las personas y colectivos más desprotegidos en ella.

A la espera del VI Plan de Evangelización, en los 70 años de historia de la diócesis pueden apreciarse vectores que han ido y van configurando el rostro de la Iglesia local, con sus realizaciones y limitaciones. Estas líneas de fuerza se definen claramente a partir de la visión de Iglesia del Vaticano II, reflejada en las Constituciones Lumen Gentium y Gaudium et spes.

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70 URTE Acciones a favor de la paz y la reconciliación

marca un punto álgido, pero también la amplia participación en la elaboración de los sucesivos Planes de Evangelización es un claro indicador de la apuesta por la corresponsabilidad.

Otro gran capítulo es el formado por el compromiso constante a favor de la paz y de la reconciliación. A la reivindicación de derechos humanos fundamentales en el tiempo de la dictadura siguieron la condena de acciones violentas y de todo tipo de terrorismo, así como la búsqueda de caminos hacia la paz, sin que haya faltado también la petición de perdón por no haber sabido estar cerca de las víctimas. La existencia de comisiones diocesanas de paz y reconciliación, las oraciones, concentraciones y campañas por la paz se han multiplicado en estas décadas, tratando de atender a las exigencias de cada momento.

En esta línea se inscribe la promoción del laicado y su formación teológica y pastoral. Las responsabilidades pastorales de ámbito local o diocesano encomendadas a laicas y laicos presentan una larga trayectoria, fortalecida en los últimos años por su presencia en los equipos ministeriales. La rica variedad del laicado organizado en asociaciones, pequeñas comunidades y movimientos va tejiendo la comunión de la diócesis como pueblo de Dios.

La Iglesia en la cultura

La Iglesia diocesana, en su aún corta vida, se ha ido resituando en la sociedad de Bizkaia, tratando de responder a los desafíos de cada momento. La remodelación pastoral y el seguimiento de los objetivos de los sucesivos planes de evangelización permiten comprobar sus esfuerzos de renovación y reforma permanente.

Es preciso destacar también la presencia de la Iglesia en el ámbito cultural, a través del compromiso de muchos creyentes y de varias instituciones diocesanas. Este diálogo entre la fe y la cultura se ha explicitado sobre todo en la educación, en la conservación y difusión del patrimonio cultural, en el cultivo del euskera o en los medios de comunicación.

Esta Iglesia local va modelando y modulando su carácter misionero. Nació como diócesis en un contexto de nacional-catolicismo, que ya comenzaba a resquebrajarse, para ir transitando a una situación que cabe calificar como diáspora. Pero tanto ayer como hoy, trata de discernir los caminos del Espíritu, para ser fiel al encargo de su Señor: Id al mundo entero y anunciad el Evangelio a toda la creación (Mc 16,15) •

La segunda línea de fuerza enlaza con la Lumen gentium, que concibe a la Iglesia como pueblo de Dios. En este sentido, la Iglesia local ha tratado de impulsar una espiritualidad encarnada y una liturgia conectada a las ilusiones, preocupaciones y necesidades de la gente. Ha ido entendiendo progresivamente que la misión de la Iglesia es identidad y tarea compartida. La Asamblea Diocesana

Ángel Mari Unzueta

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