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Covid 19 Urte bete

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VII. Bake Topaketa

VII. Bake Topaketa

Un año en primera línea con las personas enfermas

Arco iris en los hospitales

El arco iris se convirtió en un símbolo de esperanza y ánimo en marzo del año pasado. La iniciativa que surgió en Italia como apoyo y ánimo para los más pequeños ante la situación sanitaria, se difundió rápidamente también en nuestro entorno junto a la frase `Todo va a salir bien-Dena aterako da ondo´. Era y sigue siendo un guiño a la esperanza y una petición para que nos sigamos cuidando, porque el virus sigue entre nosotros.

Durante estos 12 meses han sido varios los colectivos y las personas que se han dado a los demás. Unas de las que más se han visibilizado han sido las que trabajan en el ámbito sanitario, aunque no se pueden olvidar otras muchas que han estado y siguen estando en primera línea en el sector de la alimentación, limpieza, cuidados... Un agradecimiento y reconocimiento a todas ellas.

El pasado 11 de febrero la Iglesia celebró el Día Mundial del Enfermo y con este motivo el obispo administrador diocesano presidió una Eucaristía en la catedral de Santiago. Mons. Joseba Segura, en su homilía, agradeció a los agentes de pastoral la labor que están realizando junto a las personas enfermas. “Gracias por seguir acompañando en la soledad, para no dejar a nadie en el desánimo. Gracias a todos los agentes de pastoral, que en este año difícil, han realizado un esfuerzo sostenido y fiel no dejándose paralizar por el miedo”.

El ámbito de la salud en nuestra Diócesis es muy activo y en él colaboran muchas personas. En el último año se ha hecho patente su papel fundamental en la atención en hospitales, acompañamiento, capellanías o el voluntariado, que forman parte de su día a día.

Morir en soledad en los hospitales

Eloísa Braceras, del servicio de acompañamiento religioso y espiritual del hospital de Cruces, explica que este último año, con el tema del Covid, en el hospital hay mucha soledad, “en la pandemia ha sido una soledad diferente, al menos al principio, en los meses de marzo y abril, producto del aislamiento. Aunque ha habido varias iniciativas para paliarla, lo cierto es que las familias no podían entrar a visitar, y por tanto tampoco había quien nos llamara a nosotros. La buena noticia es que esto ha cambiado: en este momento, aunque la pandemia está cómo está, sí hay posibilidad de que la familia acompañe a la persona que está ingresada –con restricciones y de manera programada- y también, si llega el momento, puede permanecer al final de la vida para despedirse. Si esa familia quiere hacerlo cristianamente nos llaman, y -en este momento- no tenemos ninguna restricción.

Tomando las medidas de seguridad que toma todo profesional –al igual que la familia- podemos celebrar la unción o hacer una oración de despedida con ese enfermo y su familia”.

Desde su experiencia de los últimos meses, Braceras dice que guarda en la memoria muchos momentos “Nunca olvidaré un responso que hicimos en la capilla por una persona que había fallecido, pues ni su familia ni nadie había podido estar con él. Y tengo grabado a fuego un grito de dolor que soy incapaz de describir y que escuché tras la puerta cerrada de un despacho, un grito que no había escuchado en todos los años que llevo en el hospital; aún me pregunto qué palabras precedieron a aquel grito, aunque puedo imaginármelo. Guardo el sentimiento de impotencia de los primeros meses, aun sabiendo la soledad y sufrimiento que había a mi alrededor, no poder hacer nada sino tener toda la prudencia del mundo”.

Testimonios dolorosos de familias

También se refiere al testimonio de las familias “es tremendo. Sus gestos y palabras pasan siempre por el dolor, pero también por la gratitud, la rabia, la incredulidad, el abandono, la duda, e incluso el alivio al ver que su familiar ya no necesita seguir luchando. Muchas veces se le quita el polvo a esa idea del cielo y “la otra vida”, y es en ese momento cuando se busca una certeza. Las familias suelen agradecernos que estemos a su lado, que recemos con ellas y recordemos que Dios es todo amor y no está con la libreta de contar pecados. Lo que pretendemos con esto es que el duelo que empieza en ese momento sea un granito más llevadero, pues “despedirse bien” pue-

de dejar un poso de paz en la familia y ayudar en el proceso que sobreviene”.

Para Eloísa esta situación ha reforzado la importancia de la compañía y el consuelo en el momento de morir, “por poco observador que se sea, lo ves: no es lo mismo morir de un modo que morir de otro. La muerte acompañada es vida hasta el último segundo; alguien te lleva de la mano hasta el último paso tras el cual, para el creyente, la mano que se te tiende es la de Dios. Pero, aun dejando a Dios al margen, en el que podemos creer o no, creo que la afirmación es unánime: el ser humano no debe morir solo.

Lo que pasó en marzo, abril… nadie lo quiso, la situación obligó; como ya he dicho, ahora ese asunto ya está “arreglado”, al menos en el hospital de Cruces. Hay protocolos, hay EPIs, hay posibilidad, hay despedida. Y sin duda enfermos y familias están agradecidos por ello; saben que no siempre ha sido así. Es dudoso privilegio poder despedir a un ser querido, pero, créeme, lo es”.

Acompañamiento desde el voluntariado

Teresa Reyzabal, es voluntaria de Pastoral de la Salud desde hace tres

décadas. Reyzabal nos explica que la tarea principal que realizan desde dicha pastoral es la de acompañar a la gente, que por edad o enfermedad no puede desplazarse o salir. “Hay personas que están muy solas, en casa o en residencias y necesitan compañía y cariño, que las escuchen. Hay gente que teniendo cubierto lo material, está sola y precisa acompañamiento. Debemos convencer a la sociedad de que las personas mayores necesitan que se les haga caso”.

“Este año -dice- nuestra labor, que es justamente estar cerca, no hemos podido hacerla”, pero con imaginación, e inventando formas nuevas para seguir acompañando han seguido ahí, a través de llamadas telefónicas, cartas a las residencias, … como manera de continuar en contacto, ya que no han podido entrar en las residencias desde hace prácticamente un año, cuando se cortaron todo tipo de visitas de personas ajenas a las familias.

Reyzabal tiene la percepción de que con las vacunas que ya se están poniendo “con un poco de suerte podremos volver a empezar a entrar” y dice que, como grupo de salud, han mantenido sus encuentros “cuando se ha podido”, a lo largo del año, para continuar con su formación, este curso con un tema muy actual “el acompa-

ñamiento a la soledad”.

Ospitaleetan, monjek, abadeek eta laikoek emoten dabe arreta erlijioso eta espiritualerako zerbitzua. Asteko zazpi egunez eta hogeta lau orduz eskaintzen dan zerbitzua da, hainbat abade goardian izaten da-eta gauez, norbaitek gaixoen oliaduraren sakramentua eskatzen badau be. Urte luzez pastoral sail honetan lagundu izan daben abade lagunen lekua hartu daben 7-8 abade gazte dagoz orain taldean eta bakotxak astean gau batez egiten dau goardia eta, eskatu ezkero, ospitale batera ala bestera joaten da.

“Es Él que actúa y está presente”

El pasado 3 de febrero el papa Francisco dijo en su catequesis de los miércoles: “Cada vez que celebramos un Bautismo, o consagramos el pan y el vino en la Eucaristía, o ungimos con óleo santo el cuerpo de un enfermo, ¡Cristo está aquí! Es Él que actúa y está presente como cuando sanaba los miembros débiles de un enfermo, o entregaba en la Última Cena su testamento para la salvación del mundo.”

El presbítero diocesano Miguel Vera, que pertenece al grupo de curas que colaboran con el servicio religioso de los hospitales en Bizkaia haciendo las guardias nocturnas explica que estas palabras de Francisco las han experimentado en el servicio religioso de los Hospitales muchas veces en los últimos meses. “Acompañando a personas en situación de extrema debilidad, hemos notado a Jesús. ‘Es Él que actúa y está presente’, es Jesús que trae la paz a la persona enferma y extiende su paz a su familia y muchas veces hasta a los enfermos de al lado y al personal sanitario. Y eso lo hemos visto y por eso damos gracias. Gracias al Señor, que no nos deja y gracias a las personas enfermas, que nos lo acercan” •

8 de marzo, 8 mujeres, 8 merecimientos

8 emakume lehen lerroan

Con motivo del día internacional de la mujer, el próximo 8 de marzo, a las 12:30 h. la Iglesia de Bizkaia realizará un acto de reconocimiento al compromiso de las mujeres de nuestra comunidad, por estar en primera línea durante este tiempo de pandemia.

El acto, que se emitirá en directo desde la página web, www. bizkeliza.org, tendrá lugar en el salón de actos de la parroquia de El Carmen de Indautxu. Al igual que en los dos años precedentes, el obispo administrador diocesano les entregará un detalle con el que se quiere reconocer la huella que dejan en la sociedad.

“La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje”. (F.T. nº23)

No se trata de categorías, tampoco premios individuales, son motivaciones para un reconocimiento que este año viene marcado por la COVID19.

Los ámbitos que se quieren poner en valor son: la acción social, pastoral de la salud, las residencias de personas mayores, la educación, mujeres comprometidas en países del Sur, mujeres en el ámbito de la sanidad, en tareas pastorales en la comunidad y en el ocio y el tiempo libre •

COVID 19aren ondorioak emakumeen artean gizonezkoen artean baino larriagoak izan dira. Pandemiak itxi dauan langabeziaren aurpegia: emakumea, ikasketa gitxikoa eta 25 urtetik beherakoa.

Como bien sabemos, por segunda ocasión, y ante la persistencia de la pandemia por COVID-19, nos vemos obligados a mantener las medidas de prevención y seguridad en todas nuestras actividades. De hecho, el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España, está previsto que finalice el 9 de mayo, dado que se decretó por un periodo de seis meses.

Las medidas sanitarias que en su momento estableció el Sr. Obispo para el cuidado de las personas en nuestros templos y dependencias, siguen en vigor, lo que exige una vigilancia especial por parte de los responsables de cualquier grupo, movimiento o comunidad eclesial.

Después de hablar con el Sr. Obispo Administrador Diocesano, D. Joseba Segura, y en vista a la situación actual y previsiblemente cercana, es de prudencia una nueva

suspensión de todas las actividades cul-

tuales externas, como son nuestras procesiones, así como el traslado de imágenes que obligue a congregar a un número elevado de personas sin poder mantener las distancias y medidas de seguridad requeridas por las autoridades sanitarias.

Esto no impide, que los cofrades, al igual que los demás fieles cristianos, podamos y debamos celebrar nuestra fe en este tiempo tan especialmente denso espiritualmente, y a lo que os invito de forma fraterna.

Una cosa es que no podamos, por la razón expuesta, salir procesionando con nuestras imágenes sagradas, expresión de la devoción de nuestro pueblo, y otra muy distinta que como cofradías penitenciales no podamos vivir profunda e intensamente nuestra fe en Jesucristo, de forma personal y comunitaria, en cada una de nuestras sedes y parroquias•

Luis Alberto Loyo, Consiliario diocesano de las Cofradías

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