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Etnografía
Agricultura en Vasconia
El volumen Agricultura en Vasconia es el octavo de un proyecto de investigación etnográfica propuesto y diseñado por José Miguel de Barandiaran bajo el nombre de Atlas Etnográfico de Vasconia y que llevan a cabo los Grupos Etniker Euskalerria.
Este tomo está estrechamente relacionado con uno anterior dedicado a la ganadería ya que han sido actividades interconectadas en la sociedad tradicional.
En él se recogen los saberes que las gentes del campo han tenido sobre la tierra, las semillas, los cultivos y sus cuidados y las formas de aprovechar y conservar las cosechas, en definitiva, de cómo producir alimentos. Y todo ello en un intento por evitar que dichos conocimientos se pierdan definitivamente •
Atlas Etnográfico de Vasconia
Sobre diezmos, asumbres o primicias
En el Archivo Diocesano podemos encontrar numerosas referencias a asuntos relacionados con la agricultura y los productos de la tierra porque durante mucho tiempo los fieles debían pagar la décima parte de sus cosechas para contribuir al sustento de los clérigos y sus parroquias.
Estaban sujetos todos los cristianos, de cualquier clase y condición. Las iglesias de patronato, los patrones se llevaban los diezmos mayores, siendo los menores para el culto y sustento de la iglesia y sus servidores. En las tierras pertenecientes al clero regular el diezmo se pagaba a los monasterios. Lo que se percibía era anotado en los llamados libros de diezmos y tazmías.
Y a través de ellos podemos saber qué se cultivaba y cuál era la cuantía de las cosechas a lo largo de los años. Encontramos cereales panificables como el trigo, el centeno, la cebada, la borona y el maíz, y ciertas leguminosas, así como los frutos de pomaradas, nogales y castaños. El txakolí aparece como diezmo en parroquias costeras como Bilbao, Lekeitio y Bermeo, de mucha envergadura económica.
También podía aplicarse diezmo en el lino y el cáñamo. A veces, los diezmos, se pagaban en otros frutos como las manzanas y también productos como queso, cera, pollos, lechones, miel, sal y otros más perecederos. En estos libros también podemos ver las diversas unidades de medida como los celemines, cántaras, asumbres o azadas. También podemos conocer qué tierras se cultivaban por primera vez, porque aparece como novales o novalías. Anotaban también las llamadas tazmáis, que son la porción de grano entregada para los diezmos y el reparto de ellos entre sus beneficiarios. Junto a los diezmos y las tazmías, también están las llamadas primicias, que es un tanto por ciento de los primeros frutos recogidos en las cosechas, que se pagan junto al diezmo, introducidas desde Antiguo como práctica piadosa y voluntaria para contribuir al culto.
Además, en el Archivo Digital podemos encontrar fotografías y también en la biblioteca auxiliar hallamos diversas monografías sobre el tema, como la de Angel Ormaechea o la de Elena Catalán •