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¿Sabías que “el Kempis” es uno de los libros con más ediciones publicadas después de la Biblia?

La Imitación de Cristo conocido como “el Kempis”, escrito por el Beato Thomas de Kempis (1380-1471)

Este monje agustino fue un hombre de gran humildad, dedicando su vida a la oración, al estudio, a las obras de caridad y al acompañamiento espiritual. Defendió que, si cada persona intenta mejorar su vida de fe, despreciando honores, poderes, riquezas, tentaciones, vanidades la Iglesia mejoraría como tal.

Según vivía experiencias a lo largo de su vida fue escribiendo durante muchos años La imitación de Cristo, obra que forma un todo, pero escrita en cuatro volúmenes. El primero de ellos trata sobre la lucha constante para ser mejores y obstáculos de todo tipo que se presentan para ello. El segundo cómo comportarse en las tribulaciones y sufrimientos. El tercero ahonda en la idea de que la santidad no depende en gran medida de nuestros esfuerzos sino de Dios misericordioso. El cuarto es uno de los más bellos tratados jamás escritos sobre la Eucaristía.

Se cuenta que el propio beato pidió que su obra no se publicase hasta después de su muerte para no caer en la vanidad.

En la Biblioteca diocesana tenemos noventa ediciones de su obra, la más antigua de 1789.

A lo largo de la historia ha sido una de las obras de referencia para la vida espiritual tanto de personas sencillas como para san tos y santas que han hablado de su importan cia para su vida de fe. Entre otros: San Juan XXIII, Santa Teresita de Ávila, San Juan Bosco, San Pío V, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila…

“No eres más porque te alaban, ni menos porque te critiquen, lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más”

Sigue siendo hoy en día una obra a la que merece la pena acercarse como forma de crecimiento y fortalecimiento de la vida espiritual. La Iglesia recuerda al beato el 30 de agosto.

(Beato Thomas de Kempis)

Jaime López Egilaz Biblioteca diocesana

Historian zehar, euren fede bizitzarako dauan garrantziaz jabetu izan diran persona apalen zein santuen lan eredugarria izan da.

La misión “Ad Gentes” en la biblioteca diocesana

“Seréis mis testigos” ha sido el lema del Domund 2022, celebrado el pasado 23 de octubre. Con él coincide el lema de nuestro VI Plan Diocesano de Evangelización “Daréis testimonio porque estáis conmigo”.

El empeño por ser testigos del Resucitado ha estado muy presente desde el inicio de nuestra historia como Diócesis. Anteriormente a la creación de la misma, integrada en la diócesis de Vitoria, ya en el año 1948, se creó una nueva forma de cooperación misionera, con la marcha del primer grupo misionero a lo que era el Vicariato Apostólico de los Ríos (Ecuador). Posteriormente le siguieron las misiones de Angola, Venezuela, Rwanda, Brasil, Zaire, Chile.

En la Biblioteca diocesana este empeño por ser testigos queda refejado en la amplia sección de libros dedicados a la misionología en general y a las Misiones Diocesanas Vascas en particular. Suman un total de 1.253 volúmenes. Refejo de una opción y de unas vidas entregadas.

Cabe destacar los escritos de uno de esos ocho primeros misioneros: Luis Alberdi quien se convertía en cronista ofcial a modo de diario que se recogie-

ron en libros en esos primeros años: De Vitoria a Los Ríos: diario íntimo de un misionero (1949); Entre los montuvios: diario íntimo de un misionero de Los Ríos (Ecuador) (1950); Un invierno en el trópico: diario íntimo de un misionero en el trópico (1951).

Mons. Bittor Garaygordobil quien fuera obispo de Los Ríos durante 34 años, y participante en el Concilio Vaticano II, fue otro de los que partieron en ese grupo inicial. No escribió mucho durante su ministerio, pero en la biblio-

Elizbarrutiko liburutegian, orokorrean misino-gaiaren eta zehatz-mehatz Euskal

Eleizbarrutietako Misinoen inguruko liburuez osatutako sail zabala dago. Guztira, 1.253 liburuki dagoz.

1 GARAYGORDOBIL, Víctor. Las misiones en el Concilio y repercusiones Conciliares. Urkiola, 1985 p.17

teca se conserva un folleto escrito por él: Las misiones en el Concilio y Repercusiones Postconciliares, fechado en Urkiola en 1985.

De primera mano D. Bittor cuenta todo el proceso (nada sencillo) que tuvo que realizar para poder intervenir en el aula conciliar el 12 de noviembre de 1965 en la discusión del decreto sobre las misiones, y defender la tesis de las Diócesis Misioneras:

a) “Que se suprimiera la expresión -et quiden per totam vitam-, por lo menos en sentido exclusivo”

b) “Que se invitará a las Diócesis que contaran con abundancia de personal y medios a aceptar responsabilidades misioneras concretas en territorios u obras misioneras a ellas encomendadas en la misma forma e idénticas condiciones que las Congregaciones Religiosas misioneras”

c) “Que cuando se habla de coordinación misionera, donde habla de Institutos, se añada a Diócesis”1 •

Jaime López Egilaz

Biblioteca diocesana

LOS 8 PRIMEROS MISIONEROS QUE SALIERON HACIA ECUADOR EL 12 DE OCTUBRE DE 1948

Adviento, tiempo propicio para la preparación espiritual

El Adviento es un tiempo litúrgico de preparación y esperanza gozosa ante la venida del Señor. La Iglesia desde siempre ha dado importancia a la preparación espiritual para vivir más intensamente el acontecimiento de ese Señor que nos nace, haciéndose niño.

En la Biblioteca diocesana, dentro de la sección de homilética nos encontramos con las obras de los que han sido especialistas en lo que se denominaba oratoria sagrada a lo largo de los siglos. En sentido clásico se entendía como tal oratoria al arte de elaborar y disertar sermones a partir de la Palabra de Dios.

Son muchas las colecciones de sermonarios, discursos homiléticos que, a lo largo de los siglos, han utilizado los sacerdotes, para formarse y preparar sus homilías. Esas obras han quedado depositadas en la biblioteca.

A lo largo del tiempo el estilo de dichos sermones variaba, muy ligado a las circunstancias religiosas, sociales, literarias y políticas de cada siglo, con la característica común de comunicar la palabra de Dios, y servir de alimento espiritual en cada tiempo litúrgico. Ello hace que nos encontremos sermones panegíricos, apologéticos, marianos, referidos a vidas de santos y santas, morales, bíblicos, etc.

Especialmente durante el siglo XVII y XVIII son abundantes los escritos de este tipo, y práctica común que los sacerdotes, obispos que escribían en

aquella época, tuviesen una parte central de sus trabajos centrados basados en el arte de la oratoria sagrada. Especialmente fueron prolífcas órdenes como las de los jesuitas y la de los predicadores (dominicos), trayendo a este campo también sus “disputas” refejadas en otros campos de la teología.

A modo de ejemplo, algunos de los autores y las obras de esta tipología que se encuentran en la biblioteca citadas en obras posteriores:

- Padre Luis de la Puente (S.I.) (15541624), con sus Obras espirituales, editadas en cinco tomos, en 1690, existiendo varias ediciones en diferentes años, conteniendo meditaciones, discursos, homilías. Incluye Meditaciones para las festas de Navidad.

- Jean Baptiste Massillon (1663-1742), obispo y predicador francés, miembro de la Orden del Oratorio. Sermones completos de Masillon- Nueva y económica ed. publicada bajo los auspicios del Arzobispo de Burgos, 1855.

- Jean-Baptiste Henri Lacordaire (O.P.) (1802-1861). Dominico, se le consideraba de los mejores oradores del siglo XIX. Sermones pronunciados en Nuestra Señora de Paris (1848)

- Manuel de Naxera (S.I.) (1603-1680). Jesuita, predicador real del rey Felipe IV. Sermones varios..., en Madrid 1645.

Jaime López Egilaz Biblioteca diocesana

Jaun horren gertaera sakontasun eta bizitasunez bizi ahal izateko.

¿Una Biblia muda?

El domingo 22 de enero la Iglesia celebra, el Domingo de la Palabra de Dios. El Papa Francisco a través del motu Propio Aperui Illis estableció en 2019 dedicar “un domingo del año litúrgico a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo”. Las Sagradas Escrituras contienen el alimento que nuestra fe necesita para sentirnos llamados a anunciar con fuerza el evangelio en una sociedad tan necesitada de ello.

En la Biblioteca diocesana, la sección de Sagrada Escritura es una de las más numerosas e importantes. Biblias en distintos formatos y multitud de idiomas, de diferentes siglos, comentarios bíblicos, estudios exegéticos, pastorales, morales etc., refejan la importancia de la Palabra de Dios en la vida del seguidor de Cristo en todo tiempo y lugar.

Entre todos estos ejemplares hay uno especialmente bello y curioso. La denominada “Biblia muda”, tal y cómo aparece en el lomo del mismo. Su título es:

Historiae celebriores Veteris Testamenti [-Novi Testamenti], iconibus representatae et ad excitandas bonas meditationes selectis epigrammatibus exornatae/in lucem datae a Christophoro Weigelio. --Noribergae: s.n., 1712

Biblia mutua esaten jakon, Jainkoaren Hitza irakurten ez ekienei ezagutarazoteko erabiltzen zan-eta. Pasarte bakotxa grabatuen bidez ikusiz, Bibliak dinoana ezagutzeko eran egozan.

El apelativo de Biblia muda se debe a que se utilizaba para acercar la Palabra de Dios a aquellos que no sabían leer y así podían conocer el contenido de la Biblia observando cada pasaje a través de los grabados.

Se trata de una Biblia en la que todas sus páginas contienen los pasajes del Antiguo Testamento (151 hojas) y Nuevo Testamento (108 hojas) en grabados de gran belleza. El ejemplar fue editado en Núremberg por Christoph Weigel “El Viejo” (1654-1725), editor alemán de gran prestigio, además de grabador y marchante de arte. Jan y Caspar Luyken padre e hijo (1672-1708), son los autores de los grabados. Artistas neerlandeses que se dedicaban principalmente a ilustrar, mediante grabados, obras de carácter religioso y obras de carácter vocacional. A los pies de los mismos aparecen textos explicativos en latín y alemán •

Jaime López Egilaz Biblioteca diocesana

Literatura dedicada a la Virgen María

En la vida de la Iglesia si hay un mes por excelencia dedicado a la devoción a la Santa Virgen María es el de mayo. Ya en la antigua Grecia y Roma era el mes dedicado a las diosas paganas Artemisa y Flora, relacionadas con la fertilidad y la primavera. Antes del siglo XII una tradición se hizo común en el Medievo: el Tricesimun o la devoción de los treinta días dedicados a María, que, aunque no se celebraba en mayo, popularizó la devoción.

En el año 1725 con la publicación del libro Il messe di Maria o sia il messedi maggio consacrato a Maria del jesuita An-

nibale Dionisi (1679-1754) se codifca de alguna manera esta devoción. Durante todo el siglo XVIII y XIX son innumerables las formas en las que se concreta la devoción mariana a lo largo de toda Europa: oraciones, jaculatorias, rezo del Rosario, meditaciones de los misterios, ofrendas forales, culto a distintas imágenes de la Virgen, etc…

San Pablo VI, con su Carta Encíclica Mense Maio, del 29 de abril de 1965, ratifcó ofcialmente de alguna manera la devoción mariana tan arraigada a lo largo de los siglos: “el mes de mayo es el mes en el que los templos y en las casas

particulares sube a María desde el corazón de los cristianos el más ferviente y afectuoso homenaje de su oración y de su veneración” .

Todo este proceso histórico ha contribuido en una producción extensa de libros dedicados a la devoción mariana y al mes de mayo, que la biblioteca diocesana dispone tanto en la sección de Piedad Cristiana como en la de Mariología con distintos títulos: Flores de María, Mes de María, Flores de Mayo, el Mes de las Flores, Florecillas de la Virgen, El Rosario en

mayo, La Virgen Nuestra Señora, Novenas, Devocionarios etc...

En total 723 monografías dedicadas a este tema. Aprovechemos este mes de mayo, para continuar con esta práctica devocionaria •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca diocesana

Andra Mariaganako debozinoari eta maiatzari eskainitako liburu asko eta asko dago. Eleizbarrutiko liburutegiak izenburu ugari jasoten dau, Kristau Jaien sailean zein Mariari buruzkoan. Guztira, gai honi eskainitako 723 monografa dagoz.

Hagiografías para la vida cristiana y espiritual

La vida y los avatares de personajes históricos y actuales es un tema muy recurrente en el mundo editorial. Lo que denominamos género biográfco en la literatura ha sido muy desarrollado en la historia de la misma y de gran atracción para lectores de toda época. Constituye un elemento de conocimiento de la historia a través de la biografía de sus protagonistas.

En la literatura cristiana también ha tenido un gran desarrollo desde el comienzo del cristianismo. Es lo que se conoce como género hagiográfco o hagiografía.

La hagiografía del adjetivo griego hagios (“santo”) y del verbo graphein (“escribir”) se refere en sentido estricto a la descripción de la vida de los santos, y en un sentido más amplio al conjunto de todos los escritos transmitidos que dan testimonio de la vida, obra de los santos y su culto.

La literatura cristiana primitiva muestra los primeros escritos hagiográfcos, fundamentalmente vinculados al culto tributado a los mártires que nos ha llegado a través de las “Actas de los Mártires”. De entre varias se pude destacar el acta del martirio de las Santas perpetuas y Felicidad (203 d.C.)

En la Edad Media el género se convirtió en uno de los más destacados, usado en la predicación, en los himnos y oraciones tanto dentro de la liturgia como fuera, en la piedad y en la mística, ensalzando las vidas de los grande santos y santas. Posteriormente tuvieron mucha difusión los “Años Cristianos”, donde se recogen en el calendario de los doces meses, los santos de cada día, con una clara intención devocional. El jesuita francés Jean Croisset (16561738) fue el más importante escritor de estos Años Cristianos.

La intención del género hagiográfco no suele consistir en una narración ordenada de hechos históricos de la vida de un santo, sino presentar a una persona, cuya vida representa el encuentro con Dios en el contexto de cada época.

La lectura de alguna de estas hagiogra fías no cabe duda que es elemento que ayuda a la vida cristiana y espiritual en el mundo de hoy.

1 Para una ampliación sobre esta importante literatura, véase: Ruiz Bueno, D., Actas de los Mártires: texto bilingüe. Madrid: BAC, 1951

La Biblioteca Diocesana recoge ampliamente este tipo de obras tanto hagiografías, como biografías disponiendo 5.037 volúmenes de esta temática •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

¿Siete partidas en la biblioteca diocesana?

El título no hace referencia a ninguna partida de cartas, sino que en la Biblioteca Diocesana disponemos de una obra que constituyó el mayor cuerpo jurídico-normativo que se redactó en Castilla durante el reinado de Alfonso X el Sabio (1252-1284). El objetivo del mismo fue ordenar la vida del reino, desde el punto de vista legislativo. Para ello se refundieron normativas que provenían de la época romana con muchas otras cuestiones y normas populares que regulaban la vida diaria de la población. La obra se denomina Las siete partidas o Partidas de Alfonso X. Esta denominación del libro fue dada en el siglo XIV, puesto que en sus comienzos se denominó Libro de las Leyes.

Trata materias tanto civiles como penales, mercantiles, procesales y derecho constitucional, en defnitiva, regula todas las relaciones que se establecen

en el Reino de Castilla. Redactadas en castellano y con una clara visión teologal del mundo impregnadas también del punto de vista flosófco. Se le considera una obra excepcional en su campo, que fue una referencia jurídica hasta el siglo XIX en toda Hispanoamérica.

Según los códices más antiguos se redactarían entre 1256 y 1258 por un grupo de expertos jurídicos de Castilla bajo la dirección del Rey Alfonso X. Como dato curioso, cada una de las Partidas comienza con una letra del nombre del Rey, formando un acróstico (A-L-F-O-NS-O). Cada Partida está conformada por títulos y cada título en leyes.

Son numerosas también la referencias y citas a autores varios y con numerosos ejemplos y razonamientos que dota no solo de carácter prescriptivo la obra sino expositivo.

Alfontso X. Jakintsuaren sasoian Gaztelan idatzitako arautegi juridiko osotuena aurkitu daiteke Eleizbarrutiko Liburutegian.

En el momento de su publicación hubo numerosos manuscritos y copias. Con la aparición de la imprenta se consideran tres ediciones como las principales de la obra: la edición glosada por Alonso Díaz de Montalvo de 1491 en Sevilla (con reimpresiones hasta 1528), la edición glosada por Gregorio López de 1555 en Sevilla (con quince reimpresiones hasta 1855) y la dedición de la Real Academia de la Historia de 1807, declarada ofcial por real orden en 1818.

En la biblioteca disponemos de varios ejemplares, pero uno especialmente signifcativo: la edición glosada por Gregorio López en una de sus reimpresiones de 1576, en Salamanca, que contiene la sanción ofcial por Real cédula frmada por el Rey Alfonso el 7 de septiembre de 1555. Ha sido la edición que sirvió de guía en toda Hispanoamérica y se le considera la mayor base de ordenamiento jurídico español, hasta la promulgación del Código Civil en 1889 •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

Marcas tipográficas ode impresor

¿Sabías que se puede identifcar el origen de un libro antiguo por lo que se denomina marca tipográfca o de impresor?

Denominamos marca tipográfca o de impresor a la composición que incluye elementos fgurativos y gráfcos que se utiliza para identifcar la producción de un impresor, o editor. En algunos casos también se utilizaba para identifcar una colección determinada de un impresor concreto que podía usar distintas marcas tipográfcas.

A partir del siglo XVI, con la extensión de la producción de libros mediante los tipos móviles (piezas en forma de prisma en la que cada una tiene un carácter marcado y que revolucionó el sistema de impresión) de la imprenta de Gutenberg se generalizaron progresivamente las casas de impresión. Cada impresor identifcaba su producción mediante un grabado, de más o menos sencillez, que podía ir acompañado de algún lema, y

referencia a su nombre. A través de estas estampas impresas cada impresor mostraba la calidad de su “casa” con el ánimo de competir con los distintos talleres que comenzaban a instalarse en las principales ciudades europeas.

Las marcas tipográfcas más antiguas son las utilizadas en 1547 en Maguncia en el libro Psalterium Benedictinum por Johann Fust y Peter Schöffer.

Las principales ciudades europeas que acogieron los talleres más prestigiosos fueron Venecia, Maguncia, Florencia, Lyon, Amberes y Colonia. En España destacaron las imprentas de Segovia, Sevilla, Barcelona y Zaragoza y Madrid. En esta última ciudad Felipe II otorga el título de impresor del Rey a Julio de Junta con derecho de nombrar sucesor, impresor de Florencia, constituyéndose la Imprenta Real en 1594. A partir de 1596 encontramos ya publicado como taller de impresión en la Imprenta Real.

En la Biblioteca Diocesana encontramos las marcas tipográfcas de los principales impresores entre los siglos

XV-XIX: Domenico Nicolini, Horacio Cordon, Jorge Coci, Arnaldo Guillermo de Brocar, Catalina del Barrio, Christophe Plantin, Fernando Correa, etc. De la Imprenta Real disponemos de 545 volúmenes allí impresos.

Forman una magnífca colección que nos permitirá realizar un estudio más detallado con el que obtener numerosos datos que las marcas de impresión nos ofrecen •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

PLANTIN
HORACE CARDON

Patrología latina y griega

Más de 600 volúmenes en la Biblioteca

Jaques Paul Migne (1800-1875) fue un sacerdote francés editor de una extraordinaria obra monumental en el campo de la Patrologia que hace referencia a los escritos de los Padres de la Iglesia y otros antiguos escritores cristianos hasta el siglo VI-VII, tanto de Oriente como de Occidente. Migne añade también algunos escritos que van hasta el siglo XII.

A través de estos textos accedemos a la vida de las comunidades cristianas que junto a las apostólicas fundantes, fraguaron la Iglesia católica. En ellos se perciben los serios problemas tanto internos como externos de aquellas comunidades, en campos como el dogmático, el moral, pastoral o espiritual.

La intención de Migne fue publicar una nueva edición que recogiera de una forma económica y seria, todos los escritos de los Padres tanto latinos como griegos, para poder recurrir a las tan importantes fuentes originales en el campo de las investigaciones religiosas, las ciencias eclesiásticas. Para ello acudió a varios especialistas entre los que destacan Dom Guéranger, abad de Solesmes, y Dom Pitra. (Posteriormente Cardenal Pitra)

El conjunto de la obra es de más de 600 volúmenes. Se incluyen tanto en la patrología latina como en la griega obras de distintos estilos y temáticas: tratados dogmáticos, morales, cartas, discursos, escritos flosófcos, hagiografías etc.

Entre otros autores aparecen las obras de Tertuliano, San Agustín, La Historia eclesiástica de Eusebio de Cesarea, obras y discursos de Juan Crisóstomo, el libro de las Etimologías de Isidoro de Sevilla,

Gregorio Nacianceno, Atanasio de Alejandría, San Ignacio de Antioquía etc.

La crítica de su tiempo se centró en erratas, sobre todo en la patrología latina, y en que era una reedición de obras anteriores. Es una crítica simplista, puesto que la intención de Migne, era recoger ediciones anteriores junto con manuscritos y otras obras, y juntarlos en una edición que fuese accesible económicamente, y que pudiese ser usada por cualquier sacerdote francés, primeros destinatarios en la idea de la edición de Migne.

En siglos posteriores y hasta la actualidad es una obra de referencia imprescindible en el campo de la Patrología. En la Biblioteca diocesana esta la colección completa para su consulta

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

PATROLOGÍA LATINA
PATROLOGÍA GRIEGA

Jaculatorias para Adviento

La jaculatoria hace referencia a una breve oración o invocación. Su sentido latino iaculatorius recoge el sentido de lanzar al cielo una plegaria. Nos adentramos en el tiempo litúrgico de Adviento, tiempo de espera y preparación para la venida del Señor. Por lo tanto, un tiempo especialmente indicado para la oración y la preparación espiritual.

El papa Francisco recomendó repetir una jaculatoria para todo el tiempo de Adviento del año 2022: “Ven señor Jesús”.

En toda época se han escrito jaculatorias, plegarias que ayudaban al creyente a invocar de una manera sencilla.

El religioso Juan Bautista Elias Avrillon, publicó un libro que tenemos en la Biblioteca Diocesana titulado: Conducta para pasar santamente el Adviento. Madrid, 1905. En él se recogen muchas jaculatorias para este tiempo de una gran belleza y profundidad en el lenguaje de aquella época. Muestro alguna de ellas que podemos repetir en este adviento que iniciamos.

“Ciclos, enviad de lo alto vuestro rocío y las nubes hagan descender sobre nosotros al Justo como una lluvia”

“Tierra, abre tu seno, y prodúcenos al salvador como una preciosa semilla”

“Oídme, Señor, según la multitud de vuestras misericordias, y según la verdad de las promesas que me habéis hecho de salvarme”

“Oh Dios, Señor de todas las cosas. Mi alma os espera. Tened piedad de nosotros; miradnos favorablemente, y hacednos ver la luz de vuestras misericordias”

“Virgen íntegra y santísima, que seamos capaces de servir como vos, Tu, alumbras la Vida”

Que este tiempo de preparación sea provechoso para la espera del Salvador, que nos nace, pobre y humilde en un pesebre •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

De los manuscritos a la inteligencia artifcial

El pasado 13 de marzo se aprobó por parte del Parlamento Europeo el Reglamento sobre Inteligencia Artifcial. Son muchas las incógnitas que esta nueva ley tendrá que disipar en el momento de su aplicación práctica por parte de los estados miembros. Pero supone el primer gran intento de regulación de una realidad que tenemos presente en muchos ámbitos de nuestras vidas tanto a nivel personal como profesional: la Inteligencia Artifcial (IA).

Aparecen dos grandes objetivos que dicho reglamento marca:

1. Garantizar que los sistemas de IA introducidos y usados en el mercado de la UE sean seguros y respeten la legislación vigente en materia de derechos fundamentales y valores de la Unión.

2. Garantizar la seguridad jurídica para facilitar la inversión e innovación en IA.

En el ámbito de las bibliotecas de la Iglesia llevamos más de dos años refexionando sobre esta realidad y cómo puede incidir en un futuro cercano en el trabajo que realizamos. La última refexión se ha producido en las Jornadas Técnicas Anuales celebradas del 6-9 de Marzo de 2024 en Teruel, organizadas por la ABIE (Asociación de Bibliotecarios de la Iglesia en España).

Estas jornadas también nos han ayudado para poner encima de la mesa una mirada

Desde la Biblioteca Nacional de España (BNE) en la ponencia inaugural a cargo de Ricardo Santos se nos ayudó a defnir bien qué es y qué no es IA, así como a clasifcar los dos tipos básicos de la misma que pueden tener incidencia en nuestro trabajo bibliotecario: la descriptiva y la generativa y los interrogantes que nos pueden surgir desde la perspectiva de bibliotecas patrimoniales: ¿una novela generada por IA es patrimonio? Uno de los mayores retos será la discriminación de sesgos en las herramientas que manejemos de IA, y cuáles deben ser útiles y cuáles no.

en relación a la IA: la demos trada capacidad de adaptación y transversalidad que tantas veces hemos afronta-

do ante las demandas que la sociedad nos genera a las bibliotecas a través de usuarios, investigadores, etc.

La IA nos va a ayudar a poder describir con mayor precisión, manuscritos de difícil lectura que ayudarán sin duda al campo de la investigación entre otras muchas posibilidades que se irán abriendo.

Elpapeldelosbibliotecarios

Otro bloque de discusión se ha centra-do en el papel que, como bibliotecarios de la Iglesia, podremos aportar a foros y encuentros sobre la ética en la apli-cación de la IA y la necesidad que es-tas herramientas sean accesibles para todos los grupos sociales. Esto nos supondrá un reto a los bibliotecarios: estar formados en IA, para ser capa-ces de dar el mejor servicio a aquellas personas que más di icultades tienen. Algo que no es novedad en nuestra labor: recordemos programas de al-fabetización informacional, clubes de lectura,deacuerdosconCáritas,Pas-toralPenitenciariaetc.

Desde estas líneas agradezco en nombre de la Junta directiva de la ABIE, la alta participación, la acogida de la Diócesis de Teruel y Albarracín, y el apoyo tanto de las empresas pa-trocinadoras como de la Alcaldía y la Diputación de Teruel por su apoyo para la realización de las mismas •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

¿Qué fue de las diapositivas?

En las últimas décadas, y cada vez a un ritmo más rápido, asistimos a grandes cambios en la tecnología que afectan a todos los ámbitos de nuestra vida diaria y asimismo a los recursos y metodologías que disponemos en el trabajo pastoral, en el ámbito de la educación. Se dan nuevas maneras de comunicarse, de relacionarse, de creación, visualización de contenidos en continua evolución hasta hace unas décadas inimaginables.

Muchas de las herramientas que el avance tecnológico nos ofrece, son usadas habitualmente en nuestros grupos para el trabajo pastoral, catequético, y ámbitos formativos y celebrativos de unidades pastorales y parroquias.

En otro tiempo y durante muchas décadas, especialmente a partir de 1970 y en el campo audiovisual, se usaron en el entorno eclesial los montajes audiovisuales con diapositivas que supusieron una novedad en su época y una nueva pedagogía en la catequesis y la iniciación cristiana que complementaba a los habituales libros de catequesis, fchas, hojas y demás.

Editoriales como Paulinas, Claret, Don Bosco y otras, publicaron montajes de diapositivas que primero fueron en blanco y negro, posteriormente en color. Algunos títulos a modo de ejemplo: Cristo sigue muriendo, Ed. Paulinas, 1977; Jesús de Nazaret, Ed. Claret 1979; La festa cristiana, Ed. Salesiana, 1978.

Se proyectaban en la pared, y estaban acompañadas de una guía y casetes de audio formando un conjunto muy utilizado en la pastoral.

Se generalizó también la creación por parte de muchos sacerdotes de diapositivas con los cantos en las distintas celebraciones litúrgicas para acompañar el canto.

La biblioteca diocesana en su labor patrimonial, se encarga de recoger, custodiar y catalogar todos estos materiales que han sido usados en

la vida pastoral y que forman parte de nuestra historia. Recientemente y gracias a la donación de la Iglesia de San Pedro (Las Carreras) hemos recogido 55 montajes de diapositivas que se han catalogado. Unidos a los que ya se disponían, suponen en total más de 6.000 diapositivas. Desde la biblioteca seguimos abiertos a recoger este tipo de materiales que ya no son de uso pastoral, y poder así conservarlos •

Jaime López de Eguílaz Biblioteca Diocesana

Cuidando nuestras bibliotecas personales

El cuidado del patrimonio bibliográfco es una tarea que compete a toda la sociedad, siendo las bibliotecas parte importante de esta labor. Desde la biblioteca diocesana os ofrecemos unos consejos1 (con algo de humor) que ayudan a cuidar las bibliotecas personales.

• La humedad (tanto por exceso o defecto), las fuentes de calor y los cambios de temperatura no se llevan nada bien con nuestros libros, provocando deformidad en las páginas, daño a la estructura de los mismos y otros males.

• Los libros necesitan “respirar”. Por eso es conveniente no guardarlos en vitrinas y espacios cerrados. ¿Y si dos o tres veces al año les quitamos el polvo y evitamos hongos y demás?

• Parece que el libro no fue creado ni como posavasos, ni para calzar mesas o camas. Asimismo, doblar las páginas, usar subrayadores, post-it, etc… no es una buena idea para conservar los libros sanos. Y por favor: no arranques hojas que te gustan o que te disgustan.

• Las personas parece que estamos faltos de vitamina D. El sol nos viene bien, pero los libros ¡no necesitan vitamina D! por lo tanto, olvídate de que les de la luz solar de manera directa.

• A la hora de hacer ejercicio físico si estiramos por ejemplo una pierna viene bien, pero si lo hacemos demasiado duele. Si quieres cuidar la encuadernación y que no se rompa, no lo “estires” 180 grados, notarás cuando un libro está “cómodo” al abrirlo sin forzarlo.

• Leer y comer o beber al mismo tiempo no es buena idea. Evitar posibles accidentes que manchen los libros de grasa, alimentos o líquidos que se viertan está en nuestras manos.

• El saber ocupa lugar. ¡Y mucho! suele ser uno de los problemas más comunes a la hora de incorporar nuevos libros a nuestras casas. La colocación de los mismos es importante. Si quieres ayudar a la “salud” de tus libros intenta que estén

en vertical y más menos por el mismo tamaño (¡olvídate de por colores, ya tenemos el arco iris!). Intenta que no estén muy apretados (como a primera hora en el metro), ni que quede mucha holgura entre ellos, esto especialmente en los libros de tapa blanda que pierden su forma enseguida.

• Cada vez que termines un libro, ¿qué tal si lo devolvemos a su sitio? Es la mejor manera de no perderlo, o de evitar accidentes.

• Aquí la gran discusión: ¿prestar mi libro a la prima del conocido de mi hermana? Si para ti son algo importante, sería lógico pensar que te gustaría que ese libro prestado se cuidase como tú lo harías.

• Para terminar algo que un amigo hacía en su día y me parecía exagerado, hoy ya no: apuntaba a quién prestaba sus numerosos libros y el día en que lo hacía.

Disfrutemos de nuestro patrimonio bibliográfco, leamos, conservemos, difundamos, en defnitiva, soñemos con miles de historias que están a nuestro alcance •

1. Inspirado en el post de J. Marquina: 10 consejos para mantener en perfectas condiciones los libros de tu biblioteca personal. https://www.julianmarquina.es/10-consejos-para-mantener-en-perfectas-condiciones-los-libros-de-tu-biblioteca-personal/

Ander Manterolak Labayru Fundazioaren sorreratik egindako ibilbidea omentzeko, hemendik aurrera Euskal Bibliotekak bere izena hartuko dau. Eremu honek euskal kulturarekin lotutako milaka liburu, aldizkari, kartel, argazki, liburuxka eta dokumentu biltzen ditu. Bertan gordetako material asko ezin da beste inon aurkitu, eta beraz, erreferentziazko dokumentazio- zentroa da Eusko Jaurlaritzarentzat.

Las bibliotecas eclesiásticas, origen del sistema público

Las bibliotecas cumplen una función social de primer orden reconocido por organismos y asociaciones internacionales (ONU, UNESCO, IFLA etc.). Garantizan el acceso universal y gratuito a un derecho humano básico como el acceso a la información apoyando una cultura de la alfabetización, promoviendo personas con pensamiento crítico y favoreciendo la investigación y el cuidado del patrimonio bibliográfco. En defnitiva, ayudan al desarrollo de sociedades y pueblos mediante el acceso a la cultura, a la formación y al conocimiento.

No es de extrañar el esfuerzo que, desde distintas asociaciones de profesionales de las bibliotecas, tanto a nivel local como internacional, se viene haciendo por impulsar la implantación de bibliotecas en aquellos países menos desarrollados como elemento motor del desarrollo a todos los niveles de tantas comunidades necesitadas de empoderamiento.

En el origen del sistema público bibliotecario están las bibliotecas eclesiásticas.

El Rey Carlos III en 1771, mediante cédula del 17 de febrero ordenó la

creación en “todos los Arzobispados y Obispados del Reino la constitución de bibliotecas para uso de los Prelados y sus diocesanos … señalarán los Prelados en sus Palacios Episcopales aquellas piezas que consideren más a propósito para colocación de la biblioteca y concurrencia de sus Diocesanos … se declara también por necesario en cada Diócesis un empleo de Bibliotecario con la obligación de responder de los libros que se le entreguen”.

Para que esta orden fuese llevada a cabo, el Rey puso bajo la protección de su Consejo de Cámara, dichas bibliotecas dotando de un fondo anticipadamente de 1,5 millones de reales. (Destinado a varios asuntos que se contienen en la cédula real, además del de las bibliotecas).

En el contexto histórico de esta decisión encontramos la expulsión de los Jesuitas en 1767, tras la acusación de haber sido los instigadores del llamado Motín de Esquilache (1766). Todos los bienes de la Compañía fueron confscados, incluidos los edifcios y casas con sus bibliotecas que se convirtieron en seminarios diocesanos y en algunos casos cedidos a diferentes órdenes religiosas.

La Compañía desde sus orígenes siempre había tenido un especial interés por los libros. Su patrimonio bibliográfco era de un valor y volumen muy importante. Posteriormente a la proclamación de la cédula real, se concretaron diversos aspectos: en aquellas ciudades donde existiera una Universidad, los fondos bibliográfcos confscados debían ir a parar a dicha Universidad.

En muchos casos la calidad de los fondos incorporados a dichas Universidades fueron superiores a los ya existentes, favoreciendo posteriormente durante el siglo XIX, la creación de nuevas facultades y estudios.

Si bien es cierto que en el año 1711 la Biblioteca Nacional de España fue fundada por Felipe V, como Real Biblioteca Pública, el comienzo de un sistema bibliotecario público como tal (con todas las salvedades y cambios hasta llegar hasta lo que hoy conocemos), fue a partir de la mencionada cédula de Carlos III en 1771 •

Jaime López de Eguílaz Eleiz-Biblioteka- Biblioteca Diocesana

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