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LOS BRUJOS “somos una banda tracción a sangre” por Gonzalo Arzúa

Luego de su paso por Festival

Desorden, producido por BeatHey, conversamos con Gabriel Guerrisi, guitarrista de Los Brujos, con quien hicimos un repaso del pasado presente y futuro de una banda de otro planeta.

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POR GONZALO ARZÚA

Cuentan las malas lenguas que cuando Nirvana visitó la Argentina, casi 30 años atrás, no solo dió el peor recital de su historia, además se fueron con un plagio debajo del brazo. Aparentemente luego de escuchar Kanishka de Los Brujos -quienes esa noche fueron teloneros- los liderados por Kurt Cobain tomaron nota de aquel icónico riff y lo utilizaron para luego componer Very Ape, que saldría ese mismo año en su disco In Utero. ¿Cómo puede ser que una banda del sur del Conurbano bonaerense inspirara a semejantes monstruos? La respuesta es simple, la energia que transmitían Los Brujos tanto arriba como abajo del escenario era arrolladora. Por aquellas épocas la banda conformada por Alejandro Alaci, Ricky Rua, Gabriel Guerrisi, Fabio Rey, Quique Llid, y Gabo Manelli encabezaron una revolución dentro del rock nacional, dándole una nueva vuelta de rosca a los sonidos más tradicionales que se venían escuchando hasta entonces en la música local y que acompañaban grupos como Ba- basónicos, Juana la Loca, Fun People, Massacre, muchos de ellos influenciados por el hardcore, que reclamaba su lugar en los escenarios de la escena under. Los años pasaron, y con el éxito de Guerra de Nervios (1998) y su hit Aguaviva, la banda decidió tomarse un descanso y entró en un letargo que duró casi 16 años, hasta el 2014 cuando se reunieron para lanzar su cuarto disco, PONG!.

Estuvieron más de una década y media flotando en el éter. ¿Qué cambios sienten que hubo entre Los Brujos de antes y los de ahora?

Dejamos de tocar en 1999 y en el 2014 nos volvimos a juntar a darle forma a Pong!, con algunos temas que habíamos dejado ya listos en ese entonces. Lo primero que notamos fue que el contexto había cambiado un montón y eso creo que fue algo que nos motivó a la hora de volver, porque esos temas que habíamos hecho quince o dieciséis años atrás ahora tenían mucho más poder. En particular, la vuelta en 2014 nos agarró más maduros. Ahora planificamos las cosas de otra forma. Antes, planeábamos algo y no siempre salía todo de la manera que queríamos. Nos gustaba un poco eso. Porque de golpe nos cambiaba el rumbo, o nos encontrábamos con alguna sorpresa. En el caso del regreso, nos pasó que, por primera vez, nos comenzó a salir todo como lo íbamos ideando. Eso nos entusiasmó mucho, y quedamos muy conformes cuando volvimos a la cancha.

¿Creen que si hubiesen seguido tocando esos dieciséis años hubieran mantenido ese sonido que los caracteriza?

Nosotros siempre respetamos ciertos lineamientos que tiene el grupo que son muy personales. Te repito, Pong! es un disco que está grabado la mitad de 1998 y la otra mitad en 2014 y si lo escuchas de corrido no te das cuenta qué tema es de una época y cual es de otra. Es muy homogéneo en su sonido y su producción. En ese sentido creo que, si hubiéramos seguido, nos habríamos mantenido siempre de la misma forma por fuera del contexto que nos tocara.

En una época se los vinculaba más con el rock alternativo, pero esas etiquetas quedaron un poco demodé. ¿Dónde se ven situados Los Brujos dentro del mapa del rock?

Nosotros siempre fuimos una banda de rock. Lo nuestro es tracción a sangre. Nuestros instrumentos suenan como suenan nuestros cuerpos. Nosotros siempre estuvimos en nuestro propio planeta. La verdad es que nunca nos vimos identificados con ninguna corriente puntual. Quizás si vamos adquiriendo data de cosas puntuales. Pero somos muy cabezones con respecto a ese tipo de cosas.

Contame un poco sobre la importancia que tuvieron tanto Melero como Cerati en la música de Los Brujos. Desde chicos fuimos público de ellos. Íbamos a los primeros recitales, cuando los iban a ver 50 personas. Teníamos 13 años y nos volaban la cabeza. Daniel manejaba, ya en ese entonces, conceptos musicales y culturales como ningún otro. En ese sentido fue muy estimulante. Fue ahí donde comenzamos a formarnos, durante el renacer de la democracia. Después nos conocimos, y fueron ellos los que nos guiaron dentro de la industria, aconsejándonos por donde ir. Nosotros no sabíamos cómo era grabar un disco. Era mucho más difícil. En esa época te tenían que tocar con una varita mágica para que eso pase. Y con el éxito del primer disco, los consejos de Daniel y principalmente de Gustavo fueron súper importantes. Ellos nos apoyaron un montón y nos aportaron mucho con su chispa y su talento.

Hay algo que los acompaña desde el minuto cero, que son la estética y la puesta en escena. ¿Qué porcenta- je cumplen esos ítems en el ideario que han creado a lo largo de este tiempo?

Es parte del todo. Un elemento modifica al otro. Desde la forma en las que estamos vestidos por Vero Ivaldi, el planteo inicial y como después vamos modificándolo hasta que decimos “va por ahí” es una primera parte. Pero después, cuando lo llevás a la práctica, lo experimentas en carne propia. Una vez que te vestís, te internás en ese personaje, con un cono de un metro en la cabeza y que está tocando la guitarra arriba del escenario. Ahí cambia todo.

Hay algo con sus canciones. Y es que trascienden generaciones. Al punto que han hecho versiones de Kanishka en vivo con chicos cantando ¿Cómo interactúan con ese concepto siendo una banda de rock hardcore?

Es un poco parte de nuestra locura. Nuestra música es fuerte y loca, y la interacción con el público siempre fue importante en ese sentido. Es un desafío. Y en todo eso pasan cosas, como por ejemplo un chico chiquito que iba con el padre y llevaba una guitarra. Nosotros lo hacíamos subir al escenario y “tocaba” con nosotros. Siempre tuvimos ese lado un tanto infantil más que nada en los primeros discos. Kanishka puede ser el gran ejemplo. No por nada la canción “un pececito” tiene una versión para niños y hasta salió un libro ilustrado.

En la película 24 Hour Party People el personaje Tony Wilson explica que hay muy pocas bandas que suelen superar la partida física de su cantante -el ejemplo de ese relato es Joy Division y New Order- pero en el caso de ustedes la partida de Ricky Rua pareciera hasta haberles dado fortaleza, más allá del dolor. ¿Es así? No sé si fortaleza es la palabra. Todavía sentimos los ecos de su ausencia. Aunque a veces lo sentimos cerca. Más que nada en los shows. De hecho, a varios de nosotros nos sucede que solemos sentir su voz cantando y no sa- bemos cómo sucede. No me preguntes si será la química que se arma al cantar entre todos. Quizás sea que parte de él vive en nosotros o realmente sea una aparición. Hay un costado particular, más allá del dolor de no tenerlo físicamente, es que tener dos cantantes durante tantos años, y ahora quedarnos con uno nos obligó a releer el escenario. La dinámica, los movimientos. Eso fue algo interesante de tratar más allá del dolor. Era un tema que teníamos que resolver. ¿quién iba a cantar las partes que le tocaba a él? ¿podemos cambiar una parte del tema? nos preguntábamos esas cosas y se formaba una nueva dinámica arriba del escenario. Esas cosas nos nutren mucho a nosotros.

Hablando de seguir adelante. ¿Están trabajando en material nuevo? ¿Qué podemos esperar de lo que se viene de Los Brujos?

Actualmente estamos mezclando las pistas de lo que fueron los shows en el Broadway que se grabaron enteros en audio y video y estamos mezclando el audio para sacar un disco en vivo donde hacemos un barrido de toda nuestra carrera. También veníamos mezclando un disco nuevo desde antes de la pandemia. Pero cómo duró tanto el parate nos obligó un poco a releer ese laburo. Tenemos material, pero estamos buscando la forma de que nos estimule. Por eso estamos haciendo ajustes para llegar a lograr el concepto que nosotros buscamos para además poder desarrollarlo bien en nuestros shows.

¿Cómo fue la experiencia de Festival Desorden junto a BeatHey?

Fue muy lindo. Nosotros somos como una familia. Así que cuando estamos juntos sea arriba del escenario como abajo nos gusta estar juntos. Y la verdad es que esa noche nos agasajaron de una manera tan cálida que nos sentimos muy cómodos. Fue una linda noche y el show fue uno de los buenos.

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