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Stop a la obesidad
Crecer Feliz y DKV B U E N O S H Á B I T O S ¡Stop a la obesidad!
Somos el país europeo con mayor tasa de obesidad en niños de 5 a 10 años. Un mal que se debe combatir desde múltiples frentes, pero cuya principal batalla se libra dentro del hogar.
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El actual ritmo de vida, la falta de espacios verdes, el hecho de que los niños pasen menos tiempo jugando en el parque y más en casa ante las pantallas, el abuso de comida calórica... Muchos factores influyen en que el sobrepeso y la obesidad infantil se hayan convertido en problemas de primer orden.
Solucionarlos exige la implicación de la escuela, los pediatras, la administración pública... Y sobre todo de la familia, base principal de cualquier aprendizaje para el niño.
La batalla, desde casa
Uno de cada tres niños de 3 a 12 años, en España, padece sobrepeso (35,4% de varones y 30,7% de niñas). Y en la franja de edad de 3 a 5 años este dato se sitúa en un alarmante 28,7%, tal como señala el I Estudio sobre la situación actual de la obesidad y el sobrepeso infantil en España, realizado por el Dr. Rafael Casas en colaboración con DKV Seguros y que analiza tres investigaciones efectuadas entre 2012 y 2015 (estudio ALADINA, estudio de Sánchez-Cruz y estudio Thao). El papel de los padres es vital para combatir una situación que deriva en multitud de problemas tanto de salud (mayor riesgo cardiovascular, respiratorio, de diabetes tipo II, etc.) como emocionales (estigmatización social, aislamiento, baja autoestima, depresión). Sin embargo, casi dos terceras partes de los padres no perciben el problema de obesidad en sus hijos.
Comer bien y moverse
Inculcar al niño buenos hábitos alimentarios es la mejor prevención. Y para ello el ejemplo es fundamental. Se sabe que comer o cenar en familia reduce la probabilidad de sufrir obesidad (intenta que vuestro menú sea equilibrado). Aprovecha para hablarle de los alimentos y de cómo unos favorecen la salud mientras que el exceso de otros la perjudica. En España un 15% de los niños de 8 a 13 años no toman ningún lácteo para desayunar y un 24% lo hacen con bollería industrial. Otro factor que favorece la obesidad y que tú puedes combatir es el sedentarismo. Mientras que la OMS recomienda que los niños no dediquen más de dos horas diarias a estar frente a una pantalla,
Uniendo deporte y tecnología
Los proyectos que conjugan informática y deporte pueden convertirse en grandes aliados para motivar a tu hijo. Con este propósito el Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos, ha lanzado la aplicación gratuita Runners4Health, un juego de móvil en el que para ganar puntos, además de darle a las teclas hay que ponerse en marcha en la vida real (cuanto más ejercicio, más se avanza en la aventura virtual). Este juego forma parte del proyecto #DKVApptívate cuyo objetivo es combatir la obesidad infantil desde varios flancos: escuelas para padres, talleres de cocina en colegios, etc.
un 23% superan este tiempo entre semana y un 41%, los fines de semana. Hacer ejercicio con tu hijo puede ser una manera fantástica de fortalecer vuestra relación y de aficionarle a una actividad saludable. ¡Y no hay que ser un crack del deporte! Caminar a buen ritmo, jugar a la pelota, al pillapilla... son perfectos para estar en forma. Aunque a tu hijo le encante su nuevo videojuego, le gusta más jugar contigo, no será difícil animarle.
Recién nacido ¡Mucha calma!
Está demostrado que los bebés son muy sensibles al estado de ánimo de su madre desde que nacen. Si te pones nerviosa cada vez que das de mamar a tu hijo porque piensas que está comiendo poco, él lo notará, se pondrá nervioso también y comerá menos. Mantén la calma y se la transmitirás.
No sé si mama poco
Es una duda muy habitual entre las madres, y es lógica. Confía en el instinto de tu bebé, ten claro que si hay algún problema el pediatra lo identiicará en seguida y le pondrá remedio y lee estos consejos.
Como tú sabes bien, dar de mamar a tu hijo es lo mejor que puedes hacer, porque la lactancia materna tiene muchísimas ventajas tanto para tu bebé como para ti. El único “inconveniente”, por llamarlo de algún modo, es que al no poder medir la cantidad de leche que toma, es fácil que alguna vez te entren dudas sobre si está comiendo todo lo que debería.
COME LO QUE NECESITA Es normal que dudes, les ocurre a muchas mamás. Pero en realidad no tienes por qué agobiarte. Primero, porque la madre naturaleza es sabia y hace que tu bebé esté preparado para comer la cantidad que de verdad necesita. Y segundo, porque si realmente hay algún problema en este sentido, el pediatra lo identificará en la siguiente consulta que tengáis con él. De todos modos, si piensas que come poco fíjate en los factores que sirven para saberlo.
PESO Y PAÑALES DIARIOS El más importante de ellos es la evolución del peso. En los primeros días de vida es normal que, en lugar de ganarlo, pierda entre 200 y 400 g; les ocurre a todos los bebés y se debe a la expulsión de líquidos y del meconio (su primera deposición). A partir del octavo-décimo día empezará a aumentar de peso. No te agobies si no lo hace igual que otros niños (cada uno sigue su ritmo) o si hay semanas que gana mucho y otras que apenas aumenta. Lo fundamental es que la evolución sea equilibrada. El pediatra se encargará de controlarlo, pero si te quedas más tranquila y quieres pesarle tú, hazlo siempre en la misma farmacia y la misma hora y no más de una vez por semana. El segundo dato que debes tener en cuenta es el número de pañales que mancha. Si hace pis al menos cinco veces al día y caca una, significa que está comiendo bien.
Un factor esencial
Otro indicativo de que come lo necesario es su forma de mamar. Si generalmente lo hace como te comentamos quédate tranquila (aunque no pasa nada si un día no come o toma solo de un pecho): Mama unos 10-20 min. de cada pecho y suelta el pezón él solo. Al terminar se queda calmado. Duerme tranquilo y sus siestas diurnas suelen durar unas dos horas o dos horas y media.
Carlota Vallejo
6-12 meses Un plan para que gatee
Durante esta etapa muchos bebés aprenden a gatear, un ejercicio buenísimo para su desarrollo con el que tu hijo conseguirá mucha autonomía antes de andar. Si quieres animarle a intentarlo, hazlo así.
Sabes cuál es la criatura que camina en cuatro patas por la mañana, en dos al mediodía y en tres al atardecer? La respuesta a este enigma de Sófocles de hace más de 6.000 años es... el ser humano. Se refiere a tres etapas: el gateo de la infancia, la bipedestación y el andar con bastón de la vejez. Y es una prueba más de la naturalidad y la importancia del gateo en los bebés. Para animar a tu hijo a no saltarse esta etapa, que tiene tantos beneficios, gatea con él. Eso sí, si no le apetece hacerlo, no le fuerces. Muchos niños empiezan a andar directamente, sin pasar por el gateo, y es normal.
BAJAD AL SUELO El primer paso para intentar que un bebé aprenda a gatear es tumbarle todos los días un rato en su mantita en el suelo, boca abajo, desde los primeros meses (hazlo cuando esté despierto; no le acuestes boca abajo para dormir). Tírate al suelo junto a él para que se sienta acompañado, háblale, acaríciale y distráele con juguetes. Lo primero que conseguirá, a los 2 o 3 meses, es levantar la cabeza y sostenerla en vilo un rato para mirar al frente. Después, apoyándose en los brazos, levantará también el pecho (muéstrale un juguete desde arriba para incitarle a hacerlo). A partir de los 6-7 meses intentará reptar para alcanzar algo que has puesto cerca, girará sobre su tripita como una peonza... Y uno o dos meses después logrará levantar la barriga, apoyándose en los brazos y en las rodillas, e iniciará el gateo.
¡Muy práctico!
¿Te apetece descubrir cómo animar a tu bebé a gatear de una forma amena y práctica?
Puedes hacerlo viendo el siguiente vídeo en el canal de Crecer Feliz en Youtube: https:// www.youtube.com/watch?v=Ea_Fr_ vZ7_Y
JUEGOS QUE LE AYUDAN Seguro que a ti se te ocurren un montón. Por si necesitas ideas... Túmbale boca abajo en un suelo cómodo. Coloca a cierta distancia su juguete preferido (al principio ponlo casi al lado de él y luego ve alejándolo un poco más) y anímale a acercarse a cogerlo. Una buena idea, si le da pereza, es poner tus manos en las plantas de sus pies, haciendo tope, para que tenga que ir hacia adelante. Ponle boca abajo con la tripita apoyada en una almohada con forma de rulo y las manos y las rodillas en el suelo. Se animará a hacer fuerza con ellas. Colócate a cuatro patas junto a él y gatea tú. Al principio no recorras mucha distancia o perderá interés en intentar imitarte; es mejor que vayas despacio.
J. C. Siegrist
Una actividad con muchos beneficios
Si tu hijo no quiere gatear no le obligues a hacerlo. Pero sí conviene que le animes a intentarlo porque esta actividad es muy beneficiosa. Aumenta su autonomía. Gatear le permite desplazarse por sí solo para investigar, algo estupendo para el logro de nuevos aprendizajes y el desarrollo de su inteligencia. Y favorece su autoconfianza. Fortalece sus músculos y contribuye al buen desarrollo de la columna vertebral. Le enseña mucho. Al gatear empieza a conocer mejor las distintas partes de su cuerpo, aprende a coordinarlas y a manejarlas y mejora su motricidad.
1 año El habla de los gemelos
Los niños suelen empezar a decir algunas palabras en torno a su primer cumpleaños. Pero los gemelos tardan más en soltarse a hablar y en ellos la fase de la lengua de trapo perdura más tiempo.
Antes de empezar a hablar, los gemelos ya se comunican, algo que refleja muy bien este vídeo: https:// www.youtube.com/ watch?v=Cdu_DkLuwsM No sabemos de qué están hablando (¿del calcetín que le falta a uno?), pero ellos se entienden a la perfección. Y este es, precisamente, uno de los principales motivos por los que estos niños tardan más que otros en decir su primera palabra; sienten menos necesidad de hablar porque ya disponen de un modo de comunicación entre ellos, el no-verbal. Además, deben pasar de este sistema a otro, algo que el resto de los niños no viven.
UN LENGUAJE SECRETO Otro factor que propicia el retraso en la aparición del lenguaje es el hecho de que compartan menos tiempo individual con sus padres. En la mayoría de las ocasiones, estos se dirigen a ambos a la vez. Por ejemplo, cambian el pañal a uno mientras están hablándole al otro. Sus palabras no acompañan a sus gestos y los momentos de contacto visual son cortos y difusos, y estas son dos condiciones básicas para el aprendizaje de palabras nuevas. Por tanto, en los gemelos perdura durante más tiempo el lenguaje no-verbal, con gestos, miradas y palabras propias, inventadas por ellos y que sólo ellos entienden. Suele hablarse de él como “lenguaje secreto” pero este término no es correcto del todo: su intención no es que los papás no los entiendan, incluso a veces se enfadan por la falta de comprensión. Por eso hoy los psicólogos lo llamamos “lenguaje autónomo”, una versión imperfecta del lenguaje adulto, pero lógica para ellos. Se calcula que el 40% de los gemelos emplean este lenguaje.
CÓMO ESTIMULARLOS En todo caso, esto suele ser algo pasajero y solo es preocupante en caso de que no se relacionen con sus papás y con su entorno (ocurre en situaciones extremas). Aun así, conviene utilizar estas pautas para estimular su lenguaje: Leerles mucho y, en ocasiones, a cada uno por separado. No imitar sus palabras incorrectas, repetírselas de forma correcta. Llamar a cada uno por su nombre en vez de utilizar el “vosotros”; así saben a cuál de los dos nos dirigimos. Y si uno suele ser portavoz del otro (el más locuaz), insistir en que el otro conteste. Podéis encontrar más consejos en mi libro El gran libro de los gemelos, de Editorial Medici.
¿Dicen a la vez sus primeras palabras?
Los gemelos pueden diferir en el momento en que empiezan a hablar, sobre todo los dizigóticos (no idénticos). Los monozigóticos (los idénticos) suelen mostrar un desarrollo bastante parecido. También hay diferencias entre los distintos subgrupos de gemelos: los idénticos varones suelen tener más retraso en el desarrollo del lenguaje que las gemelas idénticas. Las gemelas mellizas suelen tener un buen desarrollo del lenguaje, casi idéntico al de las niñas no gemelas. Y en las parejas de niño y niña, ella lleva ventaja a su hermanito, pues habla antes que él.
¡Qué interesante!
El retraso en el habla en los gemelos es de unos seis meses, pero sólo en el lenguaje activo (hablar). La capacidad del lenguaje pasivo (comprender) no es diferente. Y su rapidez de reacción (intervenir en una conversación) es mayor que la de otros niños debido a su enorme práctica. Coks Feenstra, psicóloga
2 años
Si le da miedo el agua...
Es tiempo de chapuzones, en el mar, el río o la piscina, y quieres que tu hijo disfrute del baño. ¿Y si de pronto llora y te dice que le da miedo?
Aunque tu hijo chapotee y juegue feliz en la bañera cada día, puede que su reacción sea muy distinta ante la inmensidad de una piscina, y no digamos del mar. Con 2 años su sentido del peligro está más agudizado y tanta cantidad de agua puede asustarle. La clave para ayudarle es no tener prisa.
TIENE SUS MOTIVOS Además de su mayor conciencia del peligro y de su mejor capacidad para valorar el tamaño (esta “bañera” es enorme y él se ve muy chiquitito), hay otros motivos que pueden originar su angustia. El principal es el temor que pueda sentir alguno de los padres. Por ejemplo, si a ti te da miedo el agua o tienes una preocupación excesiva ante la posibilidad de que tu hijo sufraun accidente en ella, puede que tu pequeño lo note aunque trates de disimularlo, pues él tiene un sexto sentido para detectar tus emociones. Otras posibles causas son las experiencias desagradables previas (si alguna vez le bañaste y el agua estaba muy fría o la sal marina hizo que le picaran los ojos) o, simplemente, el miedo a lo desconocido: muchos niños rechazan las novedades al principio.
HABITÚALE POCO A POCO Si teme al agua, no insistas. Lo esencial para que disfrute del baño es que respetes su ritmo. Jugad juntos en la arena o el césped, cada día más cerca del agua. Tomad un primer contacto con el agua con juegos como chapotear con los pies en el borde de la piscina o hacer un castillo de arena y llenar el foso de agua recogida por ti en el mar. Cuando le bañes, el agua debe estar templada (mójale cuello y muñecas para aclimatar la temperatura de su cuerpo antes de meterle). Si estáis en el mar, cuida que no haya oleaje ni resaca. Háblale de las sensaciones que puede sentir: un poco de frío, picorcillo en los ojos... Dile que se irán enseguida. Si le pillan desprevenido le asustarán más y provocarán su rechazo a bañarse.
¡Atención!
Aunque a tu hijo le dé miedo el agua y pienses que nunca se metería, jamás le pierdas de vista. El ahogamiento es la segunda causa de muerte infantil en Europa y ocurre sobre todo a bebés (1-2 años) en piscinas privadas.
Esther García Schmah Psicóloga y pedagoga
Ayuda para flotar
Los complementos para aprender a nadar ofrecen al niño confianza. Pero nunca le dejes bañarse solo aunque los lleve puestos. Unos manguitos, un chaleco flotador o una burbuja de las que se ponen en la espalda le mantienen a flote mientras juega. Cuando se sienta más confiado lo pasará muy bien con una colchoneta o una tabla flotante en la que apoyarse para avanzar pataleando. Eso sí: siempre bajo tu vigilancia.
3 años ¡Todo va sobre ruedas!
Es la edad de montar en triciclo y en cuanto tu hijo sepa pedalear (que no es fácil), le encantará usarlo. Tú, claro, le tendrás que enseñar, empujar, conducir, sujetar... y cargar alguna vez con su vehículo y con él.
El hecho de poder desplazarse en su vehículo a pedales y dirigirlo por donde quiera supone un gran avance para tu pequeño. Además de beneficios para su salud, esta actividad aumenta la seguridad que tiene en sí mismo y le brinda otra forma de jugar y de relacionarse con otros niños.
UTILIZAR UN TRICICLO Aprender no es fácil, requiere una coordinación entre los hemisferios cerebrales que el niño está ahora adquiriendo (y además, tener fuerza en las piernas). Por eso muchos pedalean al principio hacia atrás, hasta que lo entienden. No pasa nada, acaban consiguiéndolo. Si tu hijo todavía no ha llegado a este momento, existen unas sillitas-triciclo evolutivas (luego se transforman en solo triciclo) que le permitirán practicar desde mucho antes este movimiento. Y hay triciclos con barra de empuje (luego la barra se quita) que son un alivio para los riñones de los padres hasta que el peque consigue avanzar solo. Si vais a comprar ahora este “vehículo”, elegidlo de una marca de confianza para aseguraros de que cumple los requisitos de seguridad y de facilidad de uso.
¿O MINIBICI SIN PEDALES? Es otra forma de aprender a montar en bici. En este caso conseguirá primero mantener el equilibrio en movimiento y luego vendrá aprender a pedalear. Si tu hijo ha utilizado desde los 2 años el correpasillos de dos ruedas, vehículo en el que el niño se desplaza apoyando los pies en el suelo, sin pedales, le será fácil aprender a usar una de estas mini bicis, que también se impulsan con los pies (tiene que ser baja para que el peque llegue al suelo). Al descubrir que consigue desplazarse unos metros con los pies elevados, pronto adquirirá confianza.
¿CUÁNDO LLEGARÁ LA BICI? Más adelante. Para ello, antes deberá dominar el equilibrio sobre dos ruedas (si ha empezado usando triciclo) o aprender a pedalear manteniendo el equilibrio y controlando la dirección (si ahora usa mini bici). La transición pasará por usar bicicleta con ruedines. Algunos (muy pocos) lograrán dejarlos a los 4 años. La mayoría lo harán a partir de los 5 o 6.
Grandes ventajas
Pedalear es uno de los mejores ejercicios para el cuerpo y para la mente del niño. Fíjate en toda las ventajas que tiene: Activa la circulación sanguínea y la oxigenación celular. Mejora la respiración y la capacidad pulmonar. Fortalece los músculos y los huesos y favorece su crecimiento. Entrena la coordinación entre los dos hemisferios cerebrales. Al desfogar energías, aumenta el apetito del pequeño y contribuye a mejorar su sueño. Como es divertido, su mente libera endorfinas, hormonas que hacen que se sienta feliz.
Con seguridad
Con el triciclo, la principal medida de seguridad es que pedalee por un lugar plano, sin peligros y contigo cerca. Aún no necesita llevar casco, pero no está de más que se vaya habituando a usarlo, porque cuando empiece a montar en bici será preceptivo que lo lleve.
J. C. Siegrist Asesor: J. M. Sanz-Gadea, pediatra
4 años ¿Helados? Sí, sin abusar
Llega el calor y no hay niño que se resista a pedir un refrescante y apetitoso helado. ¿Por qué negárselo? Te explicamos cuáles son los más adecuados para tu hijo desde el punto de vista nutricional.
Los niños pueden tomar helados desde pequeños porque son muy nutritivos y les aportan proteínas, minerales, vitaminas... además de hidratación. Eso sí, deben ser de calidad, hay que elegir bien los que toman (algunos poseen un elevado contenido en grasas y azúcares) y tienen que comerlos con moderación.
DISTINTAS PROPIEDADES Los helados son un alimento, no una chuchería. Según los nutricionistas de la Asociación de Fabricantes de Helados, ayudan a crecer a los niños por sus nutrientes y, entre otros beneficios, elevan su ánimo gracias a su alto contenido en vitamina B2 (que activa el sistema inmune) y en fósforo (que aumenta la energía). Tanto los helados cremosos como los de hielo aportan algo bueno. Los primeros son muy nutritivos, al estar hechos con leche como ingrediente principal, y tienen un alto contenido en aminoácidos, vitamina B2 y proteínas (pueden llevar huevo y frutos secos, atención los alérgicos). Además, resultan una buena alternativa para aquellos niños a los que no les gusta la leche. Y los polos suelen tener muchas vitaminas gracias a las frutas, al tiempo que ayudan a reponer líquidos gracias al hielo, por lo que refrescan ahora que hace calor.
CUÁNTOS, CUÁNDO... Si tu hijo lleva una dieta equilibrada y su peso es normal, puede tomar un helado al día sin problema. Ten presente que uno cremoso aporta entre 100 y 300 calorías, el 15%-20% de las calorías diarias totales que necesita un niño, lo que equivaldría a una merienda o a una parte de la comida o la cena. Puedes dárselo como postre cuando la comida
Para cada gusto y cada necesidad
Puedes elegir helados artesanales siempre que los adquieras en un sitio que te ofrezca muchas garantías. Si no, opta por los industriales, que indican en su etiqueta cuáles son sus componentes y en qué cantidades los llevan. Si tu hijo es intolerante a la lactosa, elige los de yogur (mantienen las vitaminas y minerales procedentes de la leche pero eliminando la lactosa), o los de soja. Cada vez más marcas elaboran helados especiales para niños alérgicos a ciertos alimentos, para celiacos y para diabéticos. Y hay helados bajos en grasa y azúcares para niños con problemas de sobrepeso.
¡Ricas recetas!
Hacer helados caseros en familia es muy sencillo y divertido. Podéis ver recetas muy sanas en nuestra web: www.crecerfeliz.es/Ninos/ Alimentacion/Recetas-de-heladosy-polos-para-tus-hijos
ha sido ligera. Sin embargo, si tu hijo tiene problemas de sobrepeso o colesterol alto, resulta más adecuado que en lugar de ofrecerle un helado de crema optes por darle un polo o un granizado. Estos, al ser menos nutritivos, deben complementar a una comida, no sustituirla. Para que no se le irrite la garganta o le dificulte la digestión, dile que lo coma despacio y a lametazos en vez de a bocados y que lo paladee en la boca antes de tragarlo si lo toma con cuchara.
Patricia Morcillo Asesor: J. M. Sanz-Gadea, pediatra
5 años ¡Llévale de excursión!
Pasar un día en el campo con tu hijo te da la oportunidad de disfrutar con él de una serie de juegos y actividades que, además de divertirle, le enseñan a conocer y a respetar nuestra casa, la naturaleza.
Una excursión al campo puede convertirse en fuente de conocimientos y experiencias enriquecedoras, si sabemos aprovechar los estímulos que ofrece la naturaleza y los deseos de aprender del niño. A todos los peques les fascinan las cosas vivas y naturales: los animales e insectos, los árboles, los sonidos del bosque y del río… Y al detenerse a captar estos estímulos, con los cinco sentidos, aprenden desde el asombro, su motor interior. A tu hijo le resultará excitante contemplar cómo trabajan las hormigas, cómo toman el sol las lagartijas o cómo fabrican las aves sus nidos. Y al observarlos entrena la paciencia y el autocontrol.
SE RUEDA... ¡ACCIÓN!! Hay actividades interesantes que podéis realizar y disfrutar juntos. Crear un herbario. Recoged flores y hojas que estén en el suelo y al llegar a casa dejadlas secar entre papel de periódico y bajo mucho peso. Luego, clasificadlas en un cuaderno explicando qué es cada una y algo sobre ellas. Atrapar insectos sin dañarlos. Hacedlo con una red especial (de venta en comercios especializados). Observadlos durante un ratito y luego soltadlos. Jugar en el río. Lanzar piedras haciendo la rana es algo que ya puede aprender y que estimulará su coordinación y logrará que se divierta mucho. Otro juego simple y entretenido es fabricar barquitos con trozos de madera y hacer carreras en el río. Detectar sonidos. Hazle caer en la cuenta del sonido del río, los pájaros, el viento en los árboles o el zumbido de los insectos. Podéis grabarlos para escucharlos al volver de la excursión. ES NUESTRA CASA Tu hijo debe aprender a respetar la naturaleza. Y cada excursión es una oportunidad para enseñarle que no debe romper las ramas, ni matar insectos, ni ensuciar el entorno... Lleva siempre una bolsa donde podáis ir echando envoltorios, latas, papeles... Tu ejemplo es su mejor aprendizaje.
CONTIGO, AÚN MEJOR Localizar al grillo por su canto, descubrir dónde viven las lombrices, observar cómo las hormigas levantan objetos mucho más grandes que ellas… Son descubrimientos que entusiasman a tu hijo y le aportan más beneficios y placer al compartirlos contigo. Aprovechad juntos estas lecciones.
¡Buena idea!
Aprovecha vuestra excursión al campo para explicar a tu hijo en vivo y en directo las partes de las flores: cáliz, corola, pétalos, estambres... Las lecciones “in situ” no se olvidan nunca.
Isabel Álvarez, psicóloga
Preparad el equipo
Podéis empezar a disfrutar ya el día antes, preparando juntos todo lo necesario. Además de llevar ropa y calzado adecuados, no olvides... E Comida y bebida, especialmente agua, bolsa para desperdicios y servilletas de papel, crema solar de alta protección, botiquín de emergencias y, para los adultos y los niños, gorra, calcetines de repuesto y algo por si llueve. No olvides llevar el teléfono móvil cargado. E El material para las actividades: cuaderno, hojas de periódico, lupa, red atrapainsectos... Eso sí, no cargues mucho su mochila (piensa en su espalda) y deja que la lleve él: esto le hará sentirse más independiente y autónomo.