Summer llm vol 35#2 2016este

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Vol. 35 # 2

SUMMER / VERANO, 2016

Waldo Balart


lindenlanemag@aol.com http://www.lacasaazul.org www.lacasaazulcubana.blogspot.com

Waldo Balart: Módulo

Founded in March 1982 by Heberto Padilla & Belkis Cuza Malé Publisher and Editor: Belkis Cuza Malé Assistant Editor: René Dayre Abella Copyright © 2016 LINDEN LANE MAGAZINE Una subscripción a LINDEN LANE MAGAZINE en los Estados Unidos: $70.00 para individuos, y $90.00 para instituciones. ISSN 0736 - 1084 It is a publication by Linden Lane Magazine & Press P.O. BOX 101582 FORT WORTH, TEXAS 76185-1582 2

Queridos amigos: Este número de Linden Lane Magazine, correspondiente al Vol 35 #2, Verano de 2016, es una muestra más de la importancia de mantener viva la cultura, la literatura y las artes de los cubanos todos. Tarea que requiere no sólo del entusiasmo de los creadores por aportar lo mejor de cada uno, sino del empeño material y espiritual que conlleva esta tarea de difusión y acercamiento a lo trascendental de esa isla, azotada desde 1959 por los peores vientos. Cada número de LLM es más que un reto a continuar con la labor que desde marzo de 1982 desempeña nuestro magazine. No es ocioso recordarles que LLM se publica sin apoyo económico de ninguna institución de gobierno, o privada. Sólo nos guía Dios, quien con su plan divino ha hecho posible que podamos encontrar el camino a seguir para preservar la presencia de la cultura cubana donde quiera que ésta se produzca. En esta oportunidad contamos con la colaboración de los excelentes poetas Sonia Díaz Corrales, María Eugenia Caseiro, Pedro A. Assef, Baltasar Santiago MartÍn y Félix Rizo. En narrativa Zoé Valdés nos deleita con este primer capítulo de su libro La Habana, mon amour; Nicolás Dorr nos envía desde La Habana un texto inédito; Juan CuetoRoig tiene la gracia de hacernos sonreir con sus afilados tonos y Félix Rizo se muestra como el magnífico cuentista que es. En ensayística, Amelia del Castillo Martín indaga sobre la soledad y los poetas; Yara González Montes, contribuye al descubrimiento de la amistad entre José María Chacón y Calvo y Federico García Lorca, y, el recientemente fallecido, José Sánchez-Boudy, aporta luz a los cubanismos, con este texto que hemos escogido para recordar al amigo y mal conocido gran escritor e investigador de la cultura cubana que fue el autor, entre más de cien títulos, de este imprescindible Diccionario mayor de cubanismos. Y en Notas de Libros, Raúl Rivero habla de la recién aparecida biografía Vida de Tula, escrita hace 48 años por una servidora; Reinaldo Cedeño Pineda escribe sobre Yo, Augusto, de Manuel Augusto Lemus, y Elena Martí, reseña ¿Quién soy yo, Mariposa?, de Elena Iglesias. Ilustran este número el gran pintor cubano Waldo Balart, residente en España, y cuya obra toda ha sido expuesta alrededor del mundo. A sus 85 años, Waldo Balart sigue produciendo sus maravillosas piezas de arte. Arien Xuan López, nacido en Matanzas, Cuba, en 1971, graduado de la escuela de diseño, se ha convertido en un gran pintor con esos temas que muestran a la Isla emergiendo entre ruinas de antiguos autos y paisajes lacerados por la miseria. Daniel Cuza Martini, pintor y dibujante que se ha formado a sí mismo en el ejercicio diario, nació en La Habana en 1969 y reside en Ponferrada, España. Con gracias y bendiciones, Belkis Cuza Malé Directora


Zoé Valdés

LA HABANA, MON AMOUR Ensayo Novelado A mi abuela y a mi madre, habaneras de alma. A mi hija, habanera de nacimiento. “¿Qué derecho más sagrado que el de vivir en el suelo donde se ha nacido?...Las reuniones públicas tienen aquí un aspecto de buen gusto exclusivo del país; nada de chaqueta ni de gorra; nadie viste mal; los hombres van de frac, con

Arien Xuan López

corbata, chaleco y pantalones blancos; las mujeres con trajes de linón o de muselina. Estos vestidos blancos que respiran coquetería y elegancia, armonizan perfectamente con las bellezas del clima, y dan a estas reuniones el carácter de una fiesta.” María de las Mercedes Santa Cruz y Montalvo, Condesa de Merlin. “Cuando llegamos a la Plaza de Armas ya estaba aquello lleno de gente y hasta el ayuntamiento estaba abierto y la banda municipal por allí con Gonzalo Roy y todo celebrando el día de San Cristóbal, de manera que nos tuvimos que meter entre el gentío y colarnos hasta la reja del Templete. Y hasta ahí llego mi amor… Voy a darle yo también mi vuelta boba a la ceiba.” Guillermo Cabrera Infante. Ciudad ya sin poetas que la mitifiquen y la reconstruyan. Ciudad varada en su desolación estricta; pudriéndose, no sólo en el sentido literal del término… Ciudad expulsando o estrangulando a todo el que intente esbozarla. Ciudad donde el artista fue reemplazado por el policía; la palabra por la consigna; los sueños por los sueños por los planes quinquenales; el hombre, por la máscara. Reinaldo Arenas. La Habana cumplió en noviembre del 2014 cuatrocientos noventa y cinco años, el 16 de noviembre de 1519 el explorador español Diego Velázquez de Cuellar fundó la ciudad de La Habana, actual capital de Cuba. Su nombre está inspirado en el cacique Habaguanex, uno de los jefes nativos que habitaba la región. La Habana fue mudada en dos

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ocasiones en 1514 y 1519 antes de ser emplazada en su actual ubicación. Fue durante siglos el puerto más importante del Caribe y lugar de exportación de los productos americanos. Por su riqueza, padeció numerosas incursiones de potencias enemigas y corsarios. En 1672 es tomada por los británicos tras dos meses de furiosa batalla. Fue devuelta a España en 1763. Sus 2,1 millones de habitantes la conviertieron en la ciudad más poblada de las islas caribeñas. Recién yo he cumplido cincuenta y cinco años. Nací en La Habana, un 2 de mayo de 1959; soy habanera, lo que ya significa una actitud ante la vida. Haber nacido en Cuba, por el contrario, desde 1959, año en que mi madre me trajo al mundo, hasta la fecha, significa una aptitud ante la muerte. Pero yo soy habanera, camino y bailo como una habanera, me muevo y gesticulo como una habanera, mi paladar es el de una habanera nacida, por desgracia, bajo el yugo revolucionario, duermo y sueño como habanera. O sea, sueño muy a menudo con mi ciudad. Es un sueño recurrente, que no acontece todas las noches (menos mal), pero sí con cierta frecuencia: voy caminando por una calle del Marais, el barrio donde vivo en París, doblo una esquina y caigo en una calle de La Habana, la que no reconozco; cuando levanto los ojos para leer el nombre de la calle, ahí me despierto, y no logro saber nunca dónde me hallo. Siempre es el mismo sueño, siempre las mismas calles, la misma esquina de la rue Beautreillis (donde vivía alquilada cuando llegué a Francia) y esa calle de La Habana misteriosa que jamás se me revela en sueños. En La Habana era muy parisina, en París soy muy habanera. No puedo evitarlo, lo asumo como forma de Zoé y Enaida Unzueta en el malecón habanero

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Zoé Valdés: La Habana, mon amour, Portada resistencia dentro de este refugio que es mi idioma: el habanero. El habanero es un lenguaje suave, que se desliza por el tobogán de la lengua, hacia la punta, y de ahí se lanzan las palabras húmedas como desde un trampolín. Nací en la Clínica Reina, en la calle Reina, cuando todavía quedaban clínicas en Cuba, el obstetra que atendió a mi madre era de origen italiano, su apellido así lo revelaba: Ganganelli. Era la época en que a las embarazadas las obsequiaban con un ramo de flores, de color rosado si paría a una niña, y azul si, en cambio, daba a luz varón, también les regalaban parte de la canastilla, pagado todo por la clínica a la que mi madre estaba asociada. Fuimos a vivir muy cerca de la clínica, a la calle Estrella, en Centro Habana, en un pequeño apartamento alquilado por mi padre; cuya entrada daba a un pasillo como en las antiguas casas de vecindad habanera. Cuando cumplí los dos meses de nacida mis padres se separaron y mi madre se mudó conmigo y con mi abuela materna a la calle Muralla 160 entre Cuba y San Ignacio, en el corazón de La Habana Vieja, que es de donde yo me considero originaria. En La Habana Vieja crecí, en la calle Muralla, esa calle perfumada al anís, bañada con un extraño olor a anís del Mono que emanaba de todas partes y subía (no sé si todavía el perfume fluye) desde la avenida de la Aduana de la calle Egido donde se encontraba el cine Universal y se encuentra todavía la Asociación española Rosalía de Castro. Tampoco sé si el cine seguirá existiendo, dado que tantos cines han ido desapareciendo en la isla.


Crecí en esa Habana Vieja semiderruida rodeada de escombros y piedras que hablaban -al menos las piedras conversaban conmigo-, lo mismo las diminutas piedrecillas que los seborucos o cambolos zangandongos, con sus infinitos tonos de voces: agudos, chillantes, chirriantes, roncos, torvos, potentes, frágiles… Eran conversaciones imaginarias, aunque bastante normales en mí, que siempre he conversado lo mismo en alta voz con los humanos que en silencio con los muertos y con los objetos, y a la inversa, en voz baja con los vivos, y en alta voz con las piedras. Mis recuerdos de infancia de la ciudad en la que nací son los comunes de una niña que pasó más tiempo en la calle que en su casa, por razones ajenas a ella misma y a sus familiares. Al mudarnos a la calle Muralla el espacio se redujo mucho más de lo reducido que ya vivíamos en la calle Estrella, sólo que en la calle Muralla éramos más numerosos, puesto que mi abuela vivía con mi madre y conmigo y temporalmente mi tía, su hijo pequeño (mi primo) y una amiga de mi madre llamada Cuca, a la que yo quise como a una tía más; en dos cuartos bastante estrechos. Aunque siempre fui una niña delgada y discreta me daba cuenta que ocupaba un cierto espacio y que invariablemente me hacían sentir que estaba como metida en el medio, o yo misma me lo obligaba a creer. Es la razón por la que cada vez que podía me escapaba a la calle, y me volví eso que llaman en Cuba: una callejera, y luego una especie de pandillera del Parque Habana, marimacha repudiada y envalentonada. No le tenía miedo a nada ni a nadie, y donde mejor me sentía era corriendo, o a toda velocidad en mi carriola de madera, o deslizándome en mis patines soviéticos, y más tarde en mi bicicleta china de color azul y blanco, por las calles de la Habana Vieja, calle Cuba abajo, hasta la calle Merced, y regresaba por Inquisidor hacia la calle Obispo, o hacia el Malecón, a la altura de la lanchita que conduce hasta el poblado de Casablanca del otro lado del puerto; o jugando bolas con los varones en la calle Conde donde visitábamos a unas amistades de mi tía. En esa calle, Conde, una vez, mientras patinaba, me encontré una alianza de oro, que mi abuela guardó hasta que fui mayor, y entonces me la regaló ella a mí. La calle Conde era como la mayoría de las calles de la Habana Vieja, una calle de edificaciones bajas, de puertas de calle, con esos quicios de dos peldaños en mampostería o cemento lijado. Es una calle corta, ribeteada de casitas, como una especie de costura bien hecha, o mejor, un bordado breve, en el extenso velo nacarado que son las mañanas y los mediodías, y que cubren la idea de una ciudad subterránea, inexistente, impalpable bajo la inmensidad de la luz. De modo que mi casa consistía en esos dos cuartos estrechos del Solar llamado El Reverbero, una casona colonial con pasillos centrales en medio de una calle olorosa a anís, repleta de gente venida de todas partes: la mayoría de orígenes asturianos, gallegos, chinos, negros, polacos (judíos catalanes), o sea: cubanos. El patio de mi casa, o el portal de la misma, para mí eran las calles habaneras. Ahí donde yo jugaba sin miedo de los vehículos, cuidándome, eso sí, de los chismes y

Zoé Valdés y Fernando VII, La Habana delaciones del CDR (Comité de Defensa de la Revolución) que no pasaban por alto a los adolescentes y hasta a los niños. La Habana sigue siendo mi casa, con mis patios y traspatios: sus calles, y ese inmenso portal que da al mar. La Habana es mi casa imaginada, lejana y cercana gracias a la literatura, a la música, a la pintura. La Habana que yo viví no es solamente la bella ciudad de las columnas de Alejo Carpentier, ni la Habana de Fronesis, Foción y José Cemí, personajes de José Lezama Lima, con su reluciente Paseo del Prado, tampoco es exclusivamente la ciudad amada y perdida, escrita y vuelta a escribir en la extraordinaria obra de Guillermo Cabrera Infante, ni la de las viejas casonas del Vedado de la poesía de Dulce María Loynaz, mi Habana es la Habana que yo alcancé, una mezcla a medio desmoronar de todo eso. La Habana que me tocó por culpa de nacer tan tarde. La Habana, perjudicada, dañada como el rasponazo en la rodilla de una adolescente abofeteada por su padrastro. La Habana que yo pude salvar gracias a mis recorridos nocturnos y a mis lecturas noctámbulas de los grandes escritores que, como Eugène de Sue en ‘Los misterios de París’ quisieron recrear los misterios de La

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Habana, a su manera, como luego yo lo hice a la mía, en mi libro de relatos titulado precisamente ‘Los misterios de La Habana’, editado por Planeta, y donde cité con dos exergos a Jorge Mañach y sus Estampas de San Cristóbal: “-¡Ah, esta calle de Muralla! –comenta Luján-. ¡qué poderosa costilla, apretada de nervios y músculos, en el corpachón de San Cristóba!”; y al propio Sue en Les Mystères de Paris: “Et puis nous croyons à la puissance des contrastes”. Y ese poder de contrastes es el que hace de La Habana una ciudad única. La Habana que leerán aquí es la Habana de mis vivencias, la de mis andanzas, pero también la de mis lecturas, la de mis escritores predilectos, la de mis fantasmas elegidos por mí, o yo elegida por ellos. Es La Habana de mi madre, y a la falta de mi madre, La Habana se convirtió en mi madre, una madre lejana y siempre añorada. Es La Habana pendenciera y bambollera (aspaventosa) de mi padre. La Habana particularmente creyente y gozadora de mi abuela. La Habana de mi generación, nacida en un año fatídico, en 1959. La Habana de las escaseces y de los desconciertos, la ciudad de las fiestas y al mismo tiempo del maltrato. La ciudad de las fugas y de los encuentros y reencuentros provocados. La ciudad bordeada por el mar, dorado o plateado, verde o azulísimo, según las referencias de la luz siempre intensa, a cualquier hora, de día como de noche. La ciudad de los descalabros, de las persecuciones, de los crímenes callados, de los robos cotidianos como forma de sobrevivencia. La ciudad de los grandes amores y de las tormentosas decepciones, de las pasiones, del dolor, del

recuerdo, del olvido. La ciudad de la muerte tras tantos años de requiebros y vida. La ciudad musical perdida en el tiempo de un bolero, bailada y ‘casineada’ en una Tropical de cerveza tibia, reyertas y cuchillada sata. Es La Habana de las leyendas y de anécdotas contadas por los habitantes de la ciudad de San Cristóbal de La Habana. Es la ciudad recreada en sus misterios, los que me sedujeron, como ya escribí antes, mezclados con personajes y situaciones ficcionados, “inventados por la imaginería popular y reinventados por mi”. Vuelvo a citar Los misterios de La Habana; en los Agradecimientos escribí: “Los misterios de una ciudad constituyen en gran medida su memoria y contribuyen a analizar la historia y la cultura desde el lado poético, reafirmando así un tradicionalismo legendario. Acerca de ese concepto de tradicionalismo como hecho inevitable donde participan los elementos fundacionales del ser ciudadano, Jorge Mañach, intelectual cubano y uno de los mayores cronistas de La Habana, comentó: ‘Por eso el tradicionalismo, en mí como en todos, no es más que una nostalgia, una actitud estética hacia el pasado…’.” Vuelvo a pensar en todos los autores que han escrito sobre la ciudad y sus oriundos personajes, y a ellos les agradezco la fuerza que me han inoculado para volver sobre un tema que me alegra y me entristece a la vez. Vuelvo también al texto de ‘Misterios de La Habana’, de Tristán de Jesús Medina (libro primero, Purísima, Imprenta La Cubana, La Habana, 1845), leído después de haber escrito mis misterios habaneros, y que hoy sirve además de inspiración Waldo Baralt: Cajas

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a este libro. Agradezco nuevamente a aquellos que aman La Habana, que la comprenden hasta el más hondo de sus resquicios, que la acarician sin apalearla, sin humillarla; porque también gracias a ellos es que La Habana sigue en pie, sobreviviente a cualquier época, a cualquier desbarajuste. Agradezco a los habaneros de nacimiento que se verán retratados en cada esquina de estos capítulos, por ellos deambularán tomados de mi mano, o de la mano de sus fantasmas, que obligatoriamente son también los míos. Y doy las gracias a los habaneros de adopción, muy especiales a Miriam Gómez y a Guillermo Cabrera Infante. Porque muchos de nosotros hemos nutrido esos misterios habaneros con nuestras vidas, y como ellos nadie, porque así ha sucedido también con Miriam Gómez y con Guillermo Cabrera Infante, que alimentaron no sólo la leyenda con sus existencias en la “ciudad perdida”, sino que además la han vivido en la distancia, desde el exilio, y Guillermo la ha reescrito, evocándola imperecederamente. Porque la verdadera Habana sólo existe en la literatura, y más específicamente en la literatura de Guillermo Cabrera Infante, quien ha logrado salvar la ciudad de la destrucción malvada, llevada a cabo por los hermanos Castro. Y porque Miriam Gómez, como algunos de nosotros en el exilio, trató y trata de mantener su casa en Londres como una casa habanera donde flotan las emanaciones dulzonas de los

mediodías infinitos. A esa Habana que cumple cuatrocientos noventa y cinco años le declaro una vez más mi amor jubiloso y perpetuo.

Zoé Valdés. (La Habana, 1959). Poeta y narradora. Su primera novela, Sangre azul, se publicó en 1993 en París y Cuba. En 1995 se da a conocer mundialmente con su novela La nada cotidiana. 1995 es también el año de su exilio. En 1996 gana el Finalista del Planeta con Te di la vida entera. También ha sido ganadora con diferentes novelas de los premios literarios Liberatur Preis, Juan March Cencillo, Premio de Novela histórica Fernando Lara, Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, Premio Carbet des Lycéens, Premio Emilia Bernal Agüero (a toda su obra), Premio Azorín de Novela. En 1996 fue nombrada Chévalier des Arts et des Lettres por la República Francesa, en 2012 recibió la Grande Médaille de Vermeil de la Ciudad de París y el Premio por los DDHH Asopazco. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valenciennes, ha sido traducida a más de veinte idiomas. Miembro en 1998 del Gran Jurado del Festival de Cannes. Fue sub directora de la Revista Cine Cubano. Junto a Gustavo Valdés fundó Ars Magazine y más tarde, Ars Atelier City. Fundó y dirigió la editorial ZV Lunáticas y fundó y co-dirigió la productora Lunáticas Productions. Vive con su hija, exiliada en París desde 1995.

www.talesfromthemazeofthemind.com/Spanish

tambien disponible en Inglés

Este libro de cuentos Relatos del Laberinto de la Mente es el resultado de muchos años — décadas — de las interpretaciones de ideas y observaciones de un hombre quien, no traído a este mundo para ser ni líder ni seguidor, decidió hacer las veces de puente entre estas divisiones humanas y transferir lo que ha llegado a su mente y sus emociones a quienquiera que comparta su interés en el laberinto de la mente humana. Este trabajo no intenta abarcar una vida entera de información recogida — lo que requeriría algo más que un libro —; sólo unas cuantas ojeadas. El autor, un niño solitario de una isla caribeña, descendiente de una segunda generación de inmigrantes de la Europa occidental, vio la luz por primera vez en la ciudad de La Habana, Cuba, y creció en medio de la confusa agitación de los muchos cambios sociales y políticos de a mediados del siglo veinte, acerca de los cuales — muy probablemente — muchos de los actuales lectores habrán oído o leído, si no vivido. Este niño cruzó por su vida concibiendo estos relatos y muchos más que intenta seguir trayendo a la conciencia humana.

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Nicolás Dorr Mi prima Amelia Alejandro: (Habla al público.) Un par de años atrás hice un viaje que ya antes de emprenderlo provocaba en mí sentimientos. Por un lado me entusiasmaba la posibilidad de estar al fin en la ciudad que tanto conocía por libros y fotografías; y, al mismo tiempo, sentía un gran temor de que se produjera allí el reencuentro con una zona de mi infancia que había decidido olvidar, pero tampoco podía reprimir la íntima esperanza de que fuese el azar quien se encargase de propiciarlo...(Pausa.) Todo sucedió en los días finales de aquel diciembre...Amelia… Amelia... ¿A qué podíamos aspirar Amelia y yo? (Pausa.) ¿A convertirnos en unos nostálgicos personajes de Marcel Proust en busca de un tiempo perdido? Llevaba sus datos, pero no la llamé, y ella vino a mi encuentro. Y comenzamos a vernos. Me contó los momentos más importantes de su vida. (Pausa.) Cuando cumplió dieciséis años se fue a vivir sola. El padre era un alcohólico y la vida a su lado era insoportable. Muy pronto se casó. Tuvo una hija. Y cuando más segura estaba de haber alcanzado la felicidad, su esposo no regresó a la casa a la hora que siempre acostumbraba. Lo llamó a su oficina, pero nadie respondía. Llamó al jefe a su casa. No sabía de él. El hombre fue a la oficina y encontró al esposo de Amelia en el piso, muerto. Había sufrido un infarto. No tuvo tiempo de avisar a nadie. Era un muchacho de apenas treinta años. Nunca más Amelia se casó. Todavía lloraba mostrándome su foto. (Pausa.) Su hija hizo lo mismo que hizo ella con su padre. Se fue. También peleada. Por eso era mejor no hablar de nuestros hijos. Los dos habíamos tenido con ellos dificultades parecidas. La hija de Amelia era activista de Izquierda... él mío asumía todas las posiciones de la Derecha. Ella y yo éramos los padres a combatir. ¡Cuánta falta de

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entendimiento...! Y en realidad junto a Amelia comenzaba a sentirme aquel niño... Pero me resistía a reconocerlo. Si lo hacía era como admitir que después que dejamos de vernos Daniel Cuza Martini

yo había violentado mi infancia. (Pausa.) En verdad nunca había dejado de pensar en ella, pero tenía que decirle todo lo contrario. Así no tendría motivos para llamarme cobarde. Pero en la medida en que iba viéndola durante aquellos días comprendí que ella era lo suficientemente generosa, inteligente y dulce para entenderlo todo. (Pausa.) No había necesidad de remover temas políticos que hubieran desatado discrepancias. Podíamos comunicarnos al margen de tales asuntos, sustituyéndolos por los nuestros, los estrictamente personales. Los dos solos. Salvándonos de las interferencias del mundo. En definitiva, eran tan pocos días los que íbamos a tener para nosotros... Ella y yo juntos de nuevo era lo que


importaba.(Un silencio.) ¿Qué pasará cuando mi hijo y yo volvamos a encontrarnos? ¿El rencor nos llevará a reprocharnos la distancia y lo sucedido en el pasado? ¿O tal vez nos quedaremos sin palabras, por la emoción del reencuentro... de la posible reconciliación...? ¿Sufrirá él por esta separación como sufro yo? (Pausa.) Todos estamos marcados por encuentros y desencuentros...¡Cuántas veces conocemos a personas que no quisiéramos dejarlas pasar...! Encuentros a veces fortuitos que podrían cambiar nuestras vidas y no sabemos apresarlos. Y entonces la vida, como una lección o como un castigo, no nos permite una segunda oportunidad. Y se nos queda aquella experiencia como un recuerdo irrepetible donde el rostro del otro se nos va desdibujando y olvidamos el nombre, si acaso lo supimos, y sólo nos queda la frustración que se irá convirtiendo en resignada aceptación... De todos modos, es mejor llenarnos de presencias... cercanas, distantes, permanentes, efímeras... porque, querámoslo o no, ésa es la vida. (Pausa.) Amelia ponía ante mí “la terrible realidad de la decisión”. Si empezábamos a amarnos, a trascender nuestros besos de niños, hubiéramos tenido que permanecer juntos para siempre. No habría otra alternativa.¿Acaso debíamos repetir lo que otros nos hicieron...? Ahora seríamos nosotros los únicos responsables. Y yo tenía que regresar... quería regresar... lo deseaba más que permanecer a su lado... Los dos lo comprendimos. Nuestros caminos sólo podían encontrarse en un breve espacio, después continuarían apartándose hasta perderse en una inalcanzable lejanía... Me

marché como tenía programado. Yo era todavía un ser programado. Le dejé una nota en la carpeta del hotel. Ella pasaría a buscarme para llevar mis maletas a su casa. Mi ida fue una fuga... ruin… miserable... (Pausa.) Varias semanas después recibí un correo de Amelia... estaba hospitalizada... era casi una despedida... Se estaba muriendo cuando nos encontramos, y no me dijo nada. Nunca tuve contacto con amigos de ella que pudieran informarme... No tuve tiempo de buscar a su hija. ¿Acaso las dos volverían a verse? ¿O esa muchacha a la que no conocí quedará como yo, que nunca más sabré de Amelia? (Pausa.) Aquel fin de año me aparté de mis amigos, busqué un rincón en soledad y lloré por Amelia sin saber aún que estaba enferma... Y también lloré de felicidad, porque unas horas antes había logrado localizar a mi hijo... Y le aseguré que esta vez sería su padre por encima de todo, como le había prometido a Amelia. Hicimos planes para volver a vernos. Posiblemente sea dentro de pocas semanas... Amelia… mi prima Amelia… Amelia…

Nicolás Dorr (La Habana, 1947).Su obra Las pericas lo comvirtió en 1961 en el dramaturgo más joven en la historia del Teatro cubano. Ha estrenado y publicado más de treinta piezas teatrales y una novela, El legado del caos. En 2011 obtiene el Premio de la Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE) al mejor dramaturgo hispano estrenado en Nueva York por su obra Confesión en el barrio chino. Es Premio Nacional de Teatro. Reside en La Habana.

Ser periodista. La vida y legado de Carlos M. Castañeda SER PERIODIST A reúne las ideas de Carlos M. Castañeda PERIODISTA sobre cómo ejercer un periodismo de excelencia, en una serie de conferencias y charlas pronunciadas en diversos foros, y también, una selección de impactantes editoriales, entrevistas y crónicas publicados en los últimos 30 años. Castañeda fue creador de publicaciones tan exitosas como El Nuevo Día de Puerto Rico, El Nuevo Herald de Miami, La Prensa de Panamá y el Diario Uno de Mendoza, Argentina, entre muchos otros. En este libro, el Maestro abunda sobre los diversos aspectos del oficio, desde la importancia del buen manejo del idioma, hasta la forma certera de impartirle fuerza al titular para que suscite en el lector el interés por la noticia.

SER PERIODISTA, LA VIDA Y LEGADO DE Para adquirir un ejemplar envíe cheque de $20 directo a la Fundación Educativa Carlos M. Castañeda, 1925 Brickell Ave. D-1108, Miami, FL 33129, o con tarjeta de crédito a través de PayPal en www.smile.amazon.com. (// $y 305-2834963.

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María Eugenia Caseiro Simplismo Van dos negros a cruzar la calle sostenida por las luces. Un claxon con hambre de cochino atropella sus sombras imprevistas. Una negra y un negro embarrados de luz sobre el tramo en que sus sombras desanudan el péndulo burlesco del abrazo. Ella es larga y erótica como aquellos Nephilim de la Torah como un rifle alejándose del humo en la extraña inconsciencia de su largo. El es de una longura polisémica un fragmento hipotético de la virtud desdoblado en los ídolos de Nietzsche. Van los negros con sus sombras como ruedas dentadas atropellando el simplismo de las luces. Isla de Mambrú, 2016

Márchate espérame Márchate espérame en la tuerca advenediza del reloj dice la calma posada en el atril de las quimeras mientras pretendes despojar la noche de escalones hundido en el abrazo letal de su forraje. Márchate espérame a un paso resbalado en su pesada eternidad con legiones de vueltas autocráticas clavando sus muñones en los sueños. Deshoja el mar y cárgalo en tu hombro, recuérdame en tu andar de nombres que marcaron la estampida Márchate espérame camino de otra cerrada sepultura. Isla de Mambrú, 2014

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Secretos de Harlem Partiré a Harlem esta noche a encontrarme de frente con sus gatos y a golpe de pupila pasearé los tejados viscosos sumergidos en el sueño. Partiré a Harlem esta noche a quitarle de un salto la cuchara al rey de los canallas que deja cocodrilos tuertos y golpea el trasero de los monos con la misma cuchara. Con la misma cuchara suspendida entre su puño abyecto y la lira de Homero voy a romperle el bies de la sonrisa y voy a maldecirlo para siempre como maldigo el pulso indolente del muñeco que se orina en las calles y entre sombras escapa a esa canción de nadie que recuerda la nada de los que nada esperan. Tu Harlem es mi Harlem con gatos jabonosos y hambre trasegadora de callejón y esquina. Partiré a mi Harlem esta noche en el sueño andariego. Isla de Mambrú, 2014

Daniel Cuza Martini


Vámonos ya al buffet de los chinos Para Karin Aldrey en su cumpleaños Nadie sabe de dónde sacaron sus bastones. La voz de la anestesia les anuda. Van al baile de los limpios y de los bien vestidos con máscaras de cera. Ella cruza sin nombre operada de corazón abierto, la barrera del tiempo. Lleva un traje de flores y una cartera roja. Un chino de rostro diluido la saluda. Ella es tan maquinal, tan metida en su molde… Tampoco él tiene nombre, pero se sostiene de un simpático hipo y una exigua operación de cataratas. Hay un amplio buffet, pero prefieren sentarse a conversar y colgar los bastones a un lado de la mesa. Si no fuera por el toque de elegancia que imparten a veces los bastones se podría pensar que les sobraran. Vengan, tomen de la mano a sus parejas, bailen sobre el puente de los ciegos la canción opulenta de los camarones y el pollo con almíbar. Hoy son aquellos dos los atrevidos ¡tan claros, tan azules, tan sin nombre!, pintados en un tiempo de etiquetas. No necesitan lentes. No ven al oculista. No ver les hace grandes, les produce un placer comparado al suicidio. Nadie sabe cómo entraron al espejo del buffet de los chinos, pero habitan allí sus ojos blancos. Isla de Mambrú, 2016

María Eugenia Caseiro, poeta y narradora cubana, miembro de varias asociaciones de escritores Hispanoamericanos y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE). Integra la Muestra Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo y el Consejo Editorial de La Peregrina Magazín. Ha publicado No soy yo, versión bilingüe, español y rumano; Nueve cuentos para recrear el café, versión bilingüe, español y francés; Escaparate, el caos ordenado del poeta, y Arreciados por el éxodo, entre otros.

Belkis Cuza Malé

Puerta de Golpe Mi antología personal de Heberto Padilla “He leído este pequeño libro de un tirón. Ahora me pesa, porque ya se evapora el soplo de vida en sus breves páginas. Belkis Cuza Malé ha escogido magistralmente un grupo de poemas que representan el talento artístico tan propio de la obra de Padilla, el poeta. Eviten los expertos en poesía buscar en este libro un movimiento cultural, una escuela artística o siquiera una sólida fluidez temática. Ese no ha sido el propósito de este maravilloso libro. Deléitese el lector con este abrazo poético de uno de los grandes de siempre, el inmortal Heberto Padilla, nuestro”. Dr. David Walter Aguado

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Sonia Díaz Corrales

EL REY PIDE LAS MANZANAS DE LAS HESPÉRIDES Para Manuel Sosa

INCERTIDUMBRE SOBRE LA EXTRAÑEZA Hoy ha venido la extrañeza a darme sus lecciones de podar la lengua a llevar la libertad contra las cuerdas. Y ya no recuerdo los días de correr junto a ella de lapidarla en el sofisma. Guardo mis podridos girasoles guardo mi día de hoy para otro día guardo mis rotas feroces mariposas entre las mismas páginas de los mismos libros que releo me guardo a mí misma como un reloj de arena que no cesa de caer aun de noche cuando duermo o alucino que duermo y por fin descanso de todo lo que se pudre aquí. Pero… ¡Qué traición dejar paso a la extrañeza y callarse para siempre!

CÍRCULOS ¿Quién escapa al desamparo? ¿Quién se mueve en círculos perfectos concéntricos dolorosos en su modo de expandirse? La muerte me contiene me llena de pétalos bruscos me convierte en una flor amoratada. Quiero morir esta muerte como una mujer adulta que no tiene nada que alegar sin resentir sin quejarme sin dar detalles de cuánto duele o compensa sin decir lo inútil que resulta.

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Estoy en medio de la calle he sido despojada literalmente apuñalada de un modo intrascendente y vulgar y mis heridas son heridas vulgares absolutamente oscuras y no sangran. He sido acusada de insomne de inferior y nacional de algo que para siempre está fuera del juego. He sido acusada por no comprender no aceptar no asirme. No hay orden de arresto contra mí saben que no puedo ir ahora a ningún sitio saben que tengo un hijo saben que estoy sosteniendo la impotencia como Hércules el cielo sólo por un rato.

Waldo Balart: Injerencias


TERCER APUNTE DEL CUADERNO DE DESASTRES El término preciso la palabra dicha aunque sea necesario dejarla caer en sucesivas redundancias, es todo lo que pido, obviando los abrazos que me debes. El acertijo no me vale hoy que van mis caballos desbocados hacia la intrascendencia. Con el ojo triste con dos cabezas les miro galopar, y todavía les sigo mirando cuando duermen de pie y en el ojo triste abierto aún se refleja perturbador mi rostro de mujer cobarde resignada, más que pidiendo la verdad confundida en esencia intentando saber si este silencio es apatía o es torpeza.

RITORNELLO Y KARMA Están cambiando el agua de los peces y yo respiro el oxígeno y el miedo en cantidades proporcionales. No sé de dónde viene esta agonía ni espero que otros la comprendan. ¿Y si yo fuera uno de esos peces? ¿Y si mañana voy a serlo? ¿Y si lo soy y no me he dado cuenta?

Waldo Balart:4 módulos

Sonia Díaz Corrales. (Cabaiguán, Cuba, 1964). Poeta y narradora, tiene una extensa obra publicada, desde que en 1996 vio la luz Diario del Grumete (poesía), Editorial Vigía, Matanzas. La madera sagrada (2005), Ediciones vigía, Matanzas ,Cuba, Como el fuego que está siempre, Editorial Consejo de Iglesias de Cuba, La Habana, Cuba (2009), Paisajes interiores, Centro de Estudios de la Cultura Mixteca, México (2010), son sus libros más recientes.Y también aparece en varias antologías. Fue finalista del Premio de Poesía Viaje del Parnaso, España (2008). Reside en Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias.

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Pedro A. Assef Canción de cuna que habla de Dios para Mirtha González Gutiérrez

Poesía no es otro asunto que una mañana limpia de esas que Dios propuso primero, antes que el humo que la niebla, que el viento nos trajera la gloria y el relente el olvido. Dicen que Dios fue un niño precoz, que pronunció temprano los nombres de la vida que a esto le puso sombra y luz al otro lado secreto de las sombras. Y señaló los bosques, los caminos, la tierra los charcos que son lágrimas las vastas lejanías el hielo, el polvo, la nostalgia, el tiempo… y cuando ya fue un hombre que pensaba otras cosas una vez y otra vez como suele pasar. Se durmió con la vida se abrazó de la muerte en su trono de cielo entre el cielo y el mar.

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Los poemas del hambre La mano con que escribo que te quiero está borrosa (parece que el exilio me hincó…) he muerto aquí en Miami entre la insensatez y el desamparo no le cuentes a los amigos que no regreso nunca que nadie sepa que no te vuelvo a amar

Yo prefiero quedarme con los tristes Yo prefiero quedarme con los tristes esos que se arrodillan en la tierra y dan de comer a las flores los frágiles / los imprecisos los que parecen no ser hombres y al amanecer se tornan ciervos para escapar del castigo de la mano de Dios ah / los que se duermen de bellos e inútiles al pie de los temibles rascacielos o bajo algún puente de Las Vegas por los lugares mismos donde Luis Marimón el poeta puro conversaba con Cuba mientras se iba bebiendo la poesía

Waldo Balart: Escultura


Miami, 2013 En ti comienza la patria o se acaba, no lo sé pero el fulgor de tu fe tiene el color de la patria. Es extraño esto de patria con un mar embravecido por el medio, con un nido aquí y otro nido allá. No sé adónde quedará tanto amor y tanto olvido.

Daniel Cuza Martini

Pedro A. Assef (Ciego de Avila, Cuba, 1966). Graduado de filología por la Universidad Central de las Villas, presidió la filial de Literatura de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba en la década del 90’ y fue especialista principal del Centro Provincial del Libro, donde fundó la publicación “Hojas al viento”. Premio UNEAC “Roque Dalton” por El libro de arena (1989) y Premio Provincial de la Crítica: El libro del bufón y el rey (2000). Premio Nacional Décimas a la Virgen del Cobre (1993). Reside en Estados Unidos, donde ha ejercido el periodismo, y es miembro de la National Association for Hispanic Journalists. Premio Concurso Internacional “Cartas de Amor” 2016, que convoca la ciudad de Santi Spíritus, Cuba

El poeta mis hermanos aprendieron diversos oficios y eran admirados por los vecinos de la aldea siempre maldijeron la torpeza de mis actos mis días y mis noches inútiles entretejiendo / buscando las palabras que formarían el poema el año que regresaron las gacelas al Valle se fueron todos a la guerra de Esmirna dijeron que yo no iría con ellos por cobarde ahora que han muerto me ha pedido el Abad que dicte sus epitafios que ordene sus memorias.

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Juan Cueto-Roig Fruslerías ¡QUE APAREZCA! Era tan grande la pobreza en esa casa, que un peine viejo, una astilla de jabón o un blúmer raído tenían un valor inestimable. La pérdida de cualquiera de estos objetos era motivo de altercados y reclamaciones. Los desposeídos, después de denunciar a gritos la desaparición, proferían represalias que culminaban en un amenazador “¡Que aparezca!”. Para colmo, era una época en que aún se observaban estrictas normas de corrección en el vestir, y la familia trataba por todos los medios de disimular su miseria. El padre y el hijo llegaron a un acuerdo práctico para solucionar uno de los problemas que ocasionaba la indigencia. Decidieron compartir el único par de calcetines que poseían. Con el tiempo, se habituaron a no doblar nunca en público la pierna del pie desnudo.

Carbonera, hoy sólo cenizas. Consonantes o al final, no faltará nunca la música en un guateque. El blanco era un punto negro. Igual que la i latina y la y griega, todas las letras deberían expresar explícitamente su linaje o nacionalidad. Habían anunciado aguacero, y sin embargo llovía. Aunque el marido era impotente, la mujer era muy versada en temas sexuales de envergadura. Hipocondríaco… ni con dríaco ni con nada, sólo con el tiempo se cura el hipo. Los guardaespaldas eran tan eficientes en el cumplimiento de sus funciones, que el tiro le entró al dictador por la frente. Por más que lo buscó, no apareció el dichoso imperdible.

FRASEOLOGÍA

Salmuera, ordenó el cardiólogo.

Aunque algunos se abstuvieron, la mayoría de los comensales devoró los postres con desinhibida fruición.

Se declaró en bancarrota sentado en su última posesión: un elegante y costosísimo diván.

Arien Xuan López

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Jonás: el hombre más repugnante que jamás haya existido. Tres días estuvo la ballena tratando de digerirlo y, al final, tuvo que vomitarlo. La madre soltera le puso a su hijo Diosdado. Nadie se lo creyó, todo el pueblo sabía quién había sido el dador. El gramático era tan estricto en sus principios y convicciones que se negó a bajar en el ascensor. Adonis Bello nunca les perdonó a sus padres la sinonimia, mucho menos la paradoja. Sonoros los silencios. En Cuba, la calidad del cobre no ha sido en absoluto beneficiosa para el país; deberíamos ir pensando en poner nuestra fe y nuestra esperanza en otros metales.

OLVIDOS Sólo una cosa no hay. Es el olvido J. L. Borges Juan le había prometido a Luis llevarlo al aeropuerto, pero se le olvidó; y cuando pasada la hora acordada su amigo lo llamó, Juan le confesó su olvido. Luis, furibundo, lo insultó y le dijo que no se molestara, que él tomaría un taxi. “Olvídate que existo”, fueron sus últimas palabras. A pesar del exabrupto de su amigo, Juan se sintió muy apenado cuando supo que el avión de Luis había tenido un accidente en el que murieron todos los pasajeros.

Arien Xuan López

Durante mucho tiempo Juan no pudo olvidar el disgusto que le había ocasionado a su amigo la última vez que hablaron. Hasta un día en que recordando lo que Luis le había dicho: “olvídate que existo”, decidió olvidarlo. Por su parte, Luis había olvidado (o no quiso) decirle nunca a Juan que por su olvido no había podido viajar en el avión siniestrado y poco después se olvidó completamente de él. Ni siquiera lo reconoció cuando medio siglo más tarde se encontraron en el vestíbulo de un teatro. Para esa época ya ambos habían olvidado sus olvidos y hasta habían olvidado que el otro había existido.

EL SUICIDA Estaba tan deprimido que salió de su casa dispuesto a suicidarse. Se dirigió al edificio más alto de la ciudad con la intención de lanzarse al vacío desde el último piso. Al llegar junto al ascensor encontró un letrero que decía FUERA DE SERVICIO, USE LA ESCALERA. Consideró entonces que si lo hacía se deprimiría aún más, y regresó a su casa.

NSTRUCCIONES PARA ESCAPARSE DE LECTURAS POÉTICAS Y PRESENTACIONES DE LIBROS 1ro.- Llegue con antelación a la hora señalada para el comienzo del acto. Así podrá ser visto por el presentador y el autor, quienes suelen anticiparse a los invitados, y que seguramente agradecerán su interés y puntualidad. 2do.- Cambie de asiento varias veces antes de comenzar la presentación, maniobra que debe efectuarse progresivamente en orden inverso al que empleó al entrar, o sea, hacia atrás del local. Esta táctica lo hará más visible y, al mismo tiempo, no se notará su ausencia definitiva al no atribuírsele una posición específica en el auditorio. 3ro.- Si ha seguido al pie de la letra lo indicado en la ins-

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trucción número 2, cuando comience la presentación usted habrá alcanzado un lugar cercano a la puerta de salida. 4to.- Ya en esta posición, debe estar atento a cualquier distracción del autor o del presentador: una tos o un estornudo. Si nada de esto sucediera, aproveche el primer aplauso del público, para, caminando hacia atrás, escabullirse de una forma discreta y elegante.terés y puntualidad.

Juan Cueto-Roig (Caibarién, Cuba). Poeta, narrador y traductor, que desde que llegó al exilio en 1996 ha publicado varios libros, entre los que se encuentran: En la tarde, tarde (Poesía), Editorial Sibi, Miami, 1996; Palabras en fila, en clase y en recreo (Poesía), Editorial Verbum, Madrid, 2000; Ex-Cuetos (Relatos), Ediciones Universal, Miami, 2002; Hallarás lobregueces (Relatos), Editorial Ultra Graphics, Miami y En época de lilas (Traducción al castellano de 44 poemas de e. e. Cummings), Editorial Verbum, Madrid, 2004, entre otros. Su libro más reciente es Fruslerías, Editorial Silueta, Miami, 2006, del cual publicamos estos textos suyos. Reside en Miami.

ARMANDO ÁLVAREZ BRAVO

SINGLADURAS Singladura es un término marítimo que define la distancia recorrida y el rumbo de una nave. Eso es lo que mantiene el autor en este libro que refleja la continuidad de su obra. La componen dos libros de poemas: Memorias, desmemorias y El dominio. Un libro bien vario de pensamientos y, «quisiera, de tersas ramonianas ‘greguerías’» con el título de: Entrevistos, destellos y certidumbres. Estos pensamientos asombran al lector por su profundidad y sabiduría. Y al final una colección de relatos: Cuatro cuentos. “(...) la espera sonriente de la noche en su dicha apretada con el cuerpo estelar de las palabras que muestra Álvarez Bravo, no se reiteran con frecuencia en nuestra poesía actual”. Prólogo de José Lezama Lima al libro Relaciones (UNEAC, 1973).

Ediciones Universal 18

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Baltasar Santiago Martín Fetiche ¡Qué bueno que has venido descalzo!, para que puedas ponerte mis zapatos, mis tennis Converse, y ese disfraz de ángel que guardo en el armario. Hialeah, 24 de febrero de 2011

El Chevrolet de mi papá Mi padre tenía un Chevrolet ’52 –un refugio de acero y adornos cromados de verdad, no de plástico pintado para parecerlo–, donde él, mi madre y yo viajábamos a través del tiempo. Reducto de un pasado mejor, el orgulloso carro se abrazaba a la Carretera Central y la besaba con sus neumáticos eternos –también la Vía Blanca gozó de sus metálicos afectos. Recuerdo las excursiones al Valle –donde mi padre supo vencer a la libreta de desabastecimiento–, cuando el Chevrolet se tuvo que acercar a los bohíos para encontrar la “Vía Láctea” –y las viandas, las frutas, el queso blanco, los mamoncillos, los mangos y los mameyes que el verdadero bloqueo nos quitó. Días antes de morir, mi padre decidió vender al cuarto miembro, y mi madre y yo accedimos; ¡total, si lo íbamos a perder también a él!, y a punto ya de escaparme hacia México –en mi Matanzas ya vestida de noche e invierno–, lo vi pasar con extraños adentro: ¡no era sólo un vetusto ejemplar de felices momentos!, ¡ese carro era un templo! Aventura, 11 de octubre de 2014

Arien Xuan López

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Para Luis II, “El Rey loco” de Baviera Eterno incomprendido, tus castillos penden de las nubes, todavía inconclusos, como tu propia vida, truncada por la saña de los destructores de sueños, esos arquitectos del odio, que hicieron de tu historia la más terrible ópera de Wagner, porque nunca podrán entender que vivir plenamente conlleva siempre ciertas dosis de locura.

Tercer poema a Carilda Como tú alguna vez, quisiera poder escribir en esperanto –o en un viejo lenguaje indescifrable –, para volver a dedicarte tu retrato, y, escondido contigo de la muerte, tomar juntos la sopa frente al mar. Matanzas, 24 de febrero de 2011

Munich, 29 de mayo de 2014

Waldo Balart: Eacultura

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Mi columpio Sí, como en esas hermosas mansiones del Garden Distric de New Orleans, en el portal de la que fue mi casa matancera también hubo una vez un columpio –no de mimbre ni de madera cual aquellas– donde con mis amigos de la infancia, yo viajaba sin que se moviera un centímetro del suelo. Menos aristocrático, con cuerpo de aluminio y azules cuerdas de nailon en los asientos, mi columpio se balancea como un péndulo en el tiempo, pero, desafortunadamente, sin regreso.

Exhumaciones En una pequeña caja de metal, mi prima Mercy ha depositado los huesos de mi madre, y en otra, cercana, los de mi tía Lola, otra de mis hadas terrenales; un montón de huesitos, que Mercy, a pesar de su asma, cubrió con talco Maja, ese que tanto les gustaba a ambas hermanas. Hubiera querido estar presente, aunque quizás es mejor que las recuerde como las sigo viendo: vivas, hermosas, amorosas e intensas. Hollywood, 29 de enero de 2016

New Orleans, 5 de enero de 2015

Baltasar Santiago Martín (Matanzas, Cuba, 1958): Poeta, narrador, crítico de ballet y ópera, editor y promotor cultural, es ingeniero civil, pero su verdadera vocación es la literatura y promover el trabajo de los escritores y artistas. Fundó y dirige la Fundación APOGEO, y desde hace dos años, la revista CARITATE, dedicada al devenir cultural y artístico de Miami. Tiene publicados varios libros, entre los que se destacan Una vida, un tren, Visión 21/21 y el más reciente, Orgía de Palabras (Ediciones Eriginal), a los cuales pertenecen estos poemas, acaba de ver la luz.

Waldo Balart: Módulo 1995 21


Félix Rizo Queridos amigos...llegó ese tiempo del año en que me voy de Miami buscando la lozanía de otros lugares. Para mí, Lisboa es como mi segunda casa, mi lugar de relajamiento, ese rincón que es el alma de una virtud. Mi apartamento yace en una colina rodeada de árboles de olivos y una brisa nocturna que invita a soñar y a sobre todo a escribir cosas interesantes...Pienso este año visitar todos los escondrijos que me quedan de Roma, ciudad que pienso, está parada en firme en el pasado. También voy con unos amigos a Gijón, Santander, Burgos, Avila, Bilbao, San Sebastian y Madrid. Un recorrido por el norte de España, sin llegar a Barcelona, que es muy refrescante. Como dije, a veces, se hace necesario abandonar el barco para ir a la costa a refrescarse un poco... para regresar lleno de fuerza y como dicen en algunos lugares, con las pilas cargadas... Los extrañaré a todos. Al volver, tendré listo el próximo número de Rácata que espero sea de vuestro agrado. Sigan aportando al arte de Miami, sigan yendo al teatro, sigan escribiendo, sigan haciendo tertulias, sigan chillando por el amor de Dios, para que alguien, no sé, un fantasma, un guije antillano, una Fata Morgana, nos escuche....besos, abrazos, y luz,

Chicho, Felix Cristiano Rizo.

Waldo Balart: Herejías 4

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BUSCANDO LA ORILLA DE LA FELICIDAD (Por Chicho Porras) “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.” Pablo Neruda Está ahí, como una serpiente Enredándose fugaz a los árboles que yacen bocabajo con sus troncos podridos. Y a las lianas que cuelgan desde el cielo Hasta tocar el borde de la noche. Es como un perro horizontal Moviendo el rabo, enaltecido, Por la forma simple que le causa El roce de una mano. Es un vaho sin pretensión, Directriz o pausas, Que aparece entre las sombras Que pululan los cuartos De los comatosos. Es un poco de ti, de ella, Y de los que marcharon hace mucho. Es el polvo de cristal azucarado Que nos recuerda El vaso de café con leche Cuando una mañana fuimos niños. Es ella: la felicidad, la turbada, La vieja desdentada, La mujer de los fantasmas, La meretriz de los burdeles La exóticamente virgen sin remedio. Con el moño pintado de azul Y unas inmensas ganas de provocar Una mentira. Es la felicidad del pobre La felicidad del maestro La felicidad de la bruja Es un punto y coma en una oración Sin verbos ni adjetivos, Es una larga línea de ojos


Volcados hacia la pelambre De una marmota. Es la reina de las reinas La araña que pica y sigue su camino, Un camaleón verde en una rama La danza fauvista En un cuadro de Matisse. Es la felicidad, la tuerta, Manca, sucia, hija descalza Madre de la ignorancia, ¡Cuanto te amamos! Maldad de puertas cerradas Generación de avispas, Coja entre las cojas ¡Cuántos te deseamos! Es una muerta, aquellos borrachos Parados en una esquina, Una alimaña antediluviana. Soy yo y nosotros todos, Somos los que anhelamos la canción muda Los que recogemos los cestos de frutas Para madurar nuestras propias infamias. Es aquél y los más fatigados, Son las escaleras de un edificio Sin una salida. Las canciones de una soprano calva. Es el aire que se revuelve

Por las noches de invierno Y una epidemia de caracoles. Es la felicidad perfecta La que una vez se coteje A tu lado, Y te toque con sus babas Espesas un trozo De tu dolor, Que estarás dispuesto A sacrificar todo, Por tal de darle un beso.

Waldo Balart: Módulo 1990

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Cuentos: Félix Rizo AURA Que sí, que necesitaba algo y pronto, que nada trabajaba ya, que todo lo que le había dicho Dora, su vecina mulata, del apartamento en Hialeah, no servía para nada, que la palangana debajo de la cama con hielo y azúcar prieta todas las noches para calmar a Jacinto, y Jacinto más cerrero que nunca, con lo viejo que estaba y ella, mira Jacinto, que tú estás muy viejo para tanta salidera de noche…y seguía cogiendo calle noche a noche, y ella oliéndole los pantalones y ensalivándole las camisas y comiéndose los pliegues de los calzoncillos a ver si descubría un rastro de alguna de esas bichas de barrio bajo que son más descaradas que nadie y que no respetan a los hombres casados y nunca había dado con ningún rastro acusador, ni un olor de potranca, ni un viso de pintura de labios, ni una pestaña, no había nada y yo, ay, yo , desesperada, cómo quieres que me sienta, Evelina , mija, si llevo días que no pego un ojo, mira, todo lo que me ha mandado esa vecina mía, desde las cascaras de papas en una copa con vino, jengibre y miel de abeja, y manteca de corojo por toda la cabecera de la cama manteca con cáscara de huevo rayado y el hasta gofio tirado por todas las esquinas del cuarto con la boca abierta, todo, y el pichón de paloma envuelto en paños de saco teñidos de rojo y las cintas sagradas, y clava con un clavo de hierro este retrato de Jacinto envuelto con una cáscara de jujubo lleno de espinas en una lugar oscuro…y cuelga la cabeza plástica de un muñeco embadurnado de rocío de la madrugada en la pared del cuarto y aquello por allá lo otro acullá… No puedo más, Evelina, y sé y mira que te lo digo con la mano en el corazón, sé que lo que yo necesito ahora es una espiritista, de las buenas, de las que no solo te leen la mano, sino las plantas de los pies y hasta las arrugas de las tetas…porque estoy desesperada, estoy al darme candela viva para que no

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quede nada de mí. Y tú Evelina, ahí sentadita y muy fresca dándote abanico y no sabes del sufrir de tu amiga, Aura. Estoy estimbalada, si no averiguo pronto qué pasa con mi vida matrimonial, mejor me enveneno, fíjate que ya compré tres frascos de meprobamato para matarme, así, muerta, me van a encontrar con la lengua afuera, y el que no le guste, me da lo mismo, porque espero, con el favor de Dios, que sea Jacinto el que descubra mi cadáver, para que no deje de sufrir por todo el resto de su vida. Eso me pasa a mí por ser buena, por creerle el cuento de que iba a casa de un amigo a jugar domino, y eso nada de nada, de casa de amigos, olvídalo: nada, mentira, embuste… fue una broma de muy mal gusto cuando descubrí que iba a otros lugares, a otros lupanares, te imaginas, Eve? Yo no sé ya qué hacer…el día menos pensado me cuelgo de un horcón del cuarto, para qué quiero la vida si ni sé dónde se mete mi marido todas las noches…una mujer como yo, o se mata o se busca una buena espiritista, es lo mejor que pueda hacer, y fíjate, Eve, que lo que me pida que haga lo voy a hacer. Si me dice, Aura, te tienes que afeitar todo el cuerpo, lo hago, si me pide una radiografía del gorro del pedúnculo cerebral, allá voy como una loca a hacérmela, y lo que sea, yo me pongo hielo en los intestinos, si es necesario, o me corto las venas

Arien Xuan López


con una cuchilla mellada, o me lanzo de un cuarto piso sin paracaídas…el problemas es que la espiritista tiene que resolverme este problema ya, porque yo estoy al perder los estribos y cuando yo pierda los estribos, imagínate, Eve, mi amiga, no me quedará más remedio que asesinar a Jacinto y de eso no lo salva ni el médico chino, ya tengo tres navajas en el escaparate para usarlas, lo voy a tasajear hasta que no quede de él ni el frenillo de la lengua, te lo juro.

EL ACENTO Que tenía que perder el acento, le dijo, que ese acento era el acento más espantoso que había oído desde que el era profesor de fonética, lingüística, mística y motrongologia, que sonaba como una cacatúa buscando macho; no servía para nada, y menos para el papel en la gran telenovela, La Tojosa Feliz. Una telenovela exquisita, olorosa, divina que estaría por comenzar a filmarse en varias semanas. ¡Qué horror! Y qué mala suerte tenía con ese acento palestino de los mil demonios. Un acento bestial, vulgar, tan, tan cacaracacá de ella, como si hubiera nacido en Kathmandú. Pobrecilla, tan infeliz....Que si quieres perderlo debes morder con toda fuerza un listón de madera de diez pulgadas de espesor por diecinueve días consecutivos, mientras gritas a toda voz “llévame viento de agua”, para así suavizar la campanilla, el cielo de la boca y las encías. Además debía tomarse 10 yemas de huevo diariamente para humedecer la garganta y sobre todo, hacer gárgaras con agua oxigenada doce veces al día hasta la medianoche. Porque ese acento,

tuyo, Tula, es de suicidio, mi amor, no tiene perdón. Ah, olvidaba lo más importante: no comer nada de nada de carne, ni chicharrones, ni nada frito ni asado, ni vegetales, ni sopas de ninguna clase que son muy dañinas para las cuerdas vocales, ni tener sexo de ningún tipo ya que eso podría dañar la contrapelusa de la lengua. Que no tomara agua, ni té, ni café, nada líquido, ya que los líquidos pueden producir resfriados inesperados... Y si comía algo que tratará de no masticar y mucho menos, eructar... Que con fe y mucha disciplina, tal vez, lograría –tal vez- porque no se puede predecir nada al 100 porciento… encontrar ese acento meloso, aguado, fino, angustiado que necesitaba para hacer el papel de la criada tartamuda de la fabulosa novela televisiva.

EL RESUCITADO De Cristiano M. Jaime Lázaro se aparejó a la mujer con lentitud subordinada. La noche densa de otoño descendía con su pereza triste sobre un enorme pedazo de cielo que parecía la imagen gris de un televisor roto. Era un hombre muy viejo, tan viejo que había perdido todos los recuerdos de su cronología. La pellejera del cuello le creaba un bulto resbaladizo que le forzaba a respirar entre graznidos espantosos. Tenía los dedos agarrotados por una artritis de años de prolongación y una joroba dorsal que le configuraba la espalda como si fuera el arco torcido de un tira flechas. Desde aquella tarde al salir de la tumba

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obedeciendo la voz del maestro -¡Lázaro, ven fuera!- se consolaba cobijado junto a cualquier mujer callejera que deseara su compañía. Desde su guardilla destartalada fijaba la vista en un punto de la ventana observando otro mundo más: los enormes rascacielos que quebraban con sus fauces grises los cielos de Haifa.

Félix Rizo (Matanzas, Cuba) Curso estudios de Ciencia y Magisterio y obtuvo una Maestría en Educación en St. Peter's College. En 1989 ganó el premio Dos Ríos por su ensayo "Cuando cabalgan los tigres", un estudio sobre las dictaduras latinoamericanas. Ha publicado el libro de cuentos De mujeres y perros y la novela El mundo sin Clara. Cuentos, poemas y ensayos suyos han aparecido en diferentes publicaciones de Estados Unidos y América Latina. Es el fundador y editor de la revista literaria “Rácata”, que ya ha publicado tres números. Reside en Estados Unidos desde 1967, y comparte su tiempo entre Miami y Portugal.

Ilustran este número: Waldo Balart (Waldo Díaz Balart: Banes, Cuba,1931). Pintor cubano, radicado en España. Es uno de los miembros destacados del colectivo de artistas de arte concreto. Tiene en su haber medio centenar de exposiciones individuales y más de 150 exposiciones colectivas en Europa, en EE.UU. y América Latina.

Arien Xuan López, ( La Habana, Cuba, 1971). Graduado de Diseño Gráfico en 1995 en el Instituto de Diseño Industrial de La Habana. Su trabajo no es sólo una expresión de oficio y fantasía. Tanto en sus paisajes, a la vez coloridos y con elementos cotidianos de la erosión urbana, como en la muy personal figuración, donde se funde lo onírico con lo expresionista, es posible hallar señales de su propia vida. Reside en Miami. Daniel Cuza Martini (La Habana, Cuba, 1969).Pintor y dibujante autodidacta. Reside en España.

Iluys

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Amelia del Castillo Martín ENTRE LA SOLEDAD Y EL SILENCIO Estas brevísimas cuartillas no son más que apuntes al paso sobre la soledad y el silencio en el amplio abanico de la creación artística y, sobre todo, en los poetas y la poesía. Desde muy lejos vienen los filósofos indagando y “filosofando” sobre el tema; y sin indagaciones ni custionamientos parto yo de la premisa de una amiga Soledad y un fraterno Silencio abrazados a todos los que nacen Arien Xuan López

bendecidos –o condenados– a ser creadores de la palabra, el color, la música... No es la primera vez que me intereso en las vertientes de la creatividad. Hace algunos años me propuse escudriñar en la soledad y el silencio en la obra de pensadores y poetas, me envolví seriamente en el proyecto y me sorprendió coincidir con muy sabias opiniones. Lamento hoy haber perdido esas anotaciones, y aunque el tiempo –el implacable tiempo que arrasa con todo lo que es y hasta con lo que se propone ser– me impide ahora volver atrás y rescatarlas, sí puedo recordarlas en ese “presente del pasado” que tan magistralmente expone San Agustín en sus Confesiones al afirmar que sólo existe el presente. Un presente y nada más porque, nos dice, el ayer es “un presente del pasado al recordarlo”, y el futuro un “presente del mañana cuando lo prevemos o proyectamos.” Confieso que volví a mi viejo indagar releyendo “Aforismos sobre la sabiduría de la vida”, de Schopenhauer, al detener mi lectura sobre estas dos líneas: La verdadera, la profunda paz del corazón y la perfecta tranquilidad del espíritu no se encuentra mas que en la soledad. Con el impulso de tan bellas y acertadas palabras decido volver al viejo proyecto, abro al azar libros que no me ha robado el tiempo, leo, y me saludan estos versos de Jorge Luis Borges: Un hombre ciego en una casa hueca (...) Está solo y no hay nadie en el espejo (Un sábado) No sé si Borges, o el espejo, o el recuerdo de mis ya lejanos días de estudiante de Filosofía me hacen retar al tiempo (siempre el tiempo) y decido actualizarme acudiendo a la Internet. Como soy una verdadera analfabeta en eso de “navegar” sin agua, me asombra que a una simple pregunta tenga a mi disposición una información tan amplia y valiosa que se me hace difícil escoger sin salirme de los límites de espacio que se les da a estos trabajos. Elijo al fin y comparto con ustedes: De Montaigne: Más soporto estar siempre solo que no poderlo estar nunca. De Voltaire: La mejor de todas las vidas es la de una ocupada soledad.

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De Milton: La soledad es la mejor compañía. De Fromm: Naces solo y mueres solo. Este “naces solo y mueres solo” de Erich Fromm me hace pensar en esa traumática y agorera separación de la madre y el hijo apenas nacido. El cordón umbilical puede tener, y tiene, un valor científico indudable, pero ya no será nunca un lazo entre el recién nacido y ser humano alguno. La única e incondicional compañía de su breve o largo siempre será la del Creador, porque como tan bellamente nos dice Kahlil Gibrán en “El Profeta”: Tus hijos no son tus hijos. Vienen a través de ti, pero no de ti. Confieso que la soledad y el silencio han sido para mí tan entrañables compañeros que, muy acertadamente se ha dicho, son temas recurrentes en mi poesía. Entiéndase la soledad que es al hombre como la sombra al árbol, como la lluvia al pasto, como el pan al hambre y la caricia al miedo. La soledad amiga que nos acompaña cuando todos se han ido. La soledad que nos ayuda a rescatar la memoria, a rezar, pensar, crear. La soledad que nos permite estar con nosostros mismos. La soledad ontológica del que se sabe entre un Alfa y un Omega sin orillas. La sublime soledad de Heredia en su “Oda al Niágara”, la gran talladora del espíritu de García Lorca, y la de Luis Cernuda cuando nos dice en OCNOS: Entre los otros y tú, entre el amor y tú, entre la vida y tú, está la soledad. La soledad que tiene su propio idioma, porque ¿no es acaso el silencio el idioma de la soledad? ¿En qué otro idioma nos reconciliamos con ese OTRO YO que nos habita? Por ser también el silencio lenguaje del misterio, no sorprende que callemos siempre lo más íntimo, lo más nuestro, ni que pierda fuerza el discurso poético cuando se lee en voz alta. La Poesía es silencio y el silencio trasciende la palabra. Bellamente expresado por Lorca en su “Elegía del silencio”: Vienes para decirnos / en las noches oscuras la palabra infinita / sin aliento y sin labios Entre la soledad y el silencio se hicieron y se hacen grandes obras de arte, y entre la soledad y el silencio se escriben versos que viven y perviven abrazados a la voz lírica que los crea. Atrapada ya en mis propias redes evoco a poetas y poetas entre libros y libros. Abro y cierro éste y aquél y el otro, sin poder sustraerme al empeño de acercarme a la soledad y al silencio en la poesía de siempre; pero hay un reloj que me obliga a elegir, y confieso que lo hago de una manera muy subjetiva cuando elijo, de Francisco de Quevedo: con soledad entre las gentes verse,

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y de la soledad acompañarse (Las tres musas últimas castellanas) de César Vallejo: Hay soledad en el hogar; se reza; y no hay noticias de los hijos hoy (Los pasos lejanos) de Vicente Aleixandre: soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando de Antonio Machado y aparece, en la bendita soledad, tu sombra. ( En la desnuda tierra del camino) Al cerrar el libro de Machado no me sorprende recordar la soledad y el silencio en los poetas cubanos. Nuestros poetas de ayer y hoy y siempre. Recordarlos me obliga a detenerme. Vuelvo atrás, busco otros libros y reestructuro el trabajo. Sé que es imposible abarcar tanto en unas pocas páginas, pero sé también que vale la pena intentarlo. No lo pienso dos veces y comienzo con mis poetas preferidos. Los que iluminaron mi soledad. Los que, sin yo saberlo, me enseñaron a abrirle la puerta a la voz de la Poesía. El primero, José Martí (1853-1895). El simbolismo y la evocación religiosa en el lenguaje metafórico de Martí ha sido ampliamente estudiado; pero yo he querido acercarme a sus dolorosas ausencias; a Martí y su “ocupada soledad” (Voltaire). Ni su más recia poesía, ni su bellísima y acerada prosa, ni su inquieto quehacer de periodista y de abanderado de la libertad de su patria lograron esconder su soledad de hombre y de poeta. Leo, y comprendo muy pronto que sobran las citas. Que la soledad está en él, pero me niego a cerrar el libro sin anotar versos como estos: Todo el que lleva luz se queda solo (Yugo y estrellas) Waldo Balart: Injerencia


Ven que la soledad será tu escudo (Bosque de rosas) Solo, estoy solo: viene el verso (Sed de belleza) Otro poeta que llenó sus versos de soledad y silencios fue Emilio Ballagas (1908-1954). Se abraza el poeta a la Poesía, y se abraza su poesía a nosotros con tal fuerza que nos cuesta cerrar un libro de versos tan hermosos como desolados: Yo andaba por la arena demasiado ligero,demasiado dios trémulo para mis soledades (Elegía sin nombre) Soy una verde voz desamparada (Nocturno y elegía) Solo / exacto / en los límites del tiempo (Retrato) Dulce María Loynaz (1902-1997), poeta de exquisita sensibilidad, pureza verbal y silencios a gritos, no oculta su soledad de mujer. Su soledad y la casa. Su soledad y el jardín. Su soledad y el amor. Su soledad y la Isla en esta angustiada queja: Rodeada de mar por todas partes, Soy isla asida al tallo de los vientos. Nadie escucha mi voz, si rezo o grito (Criatura de isla) Y amparada en su fe: No cambio mi soledad por un poco de amor. L En mi trabajo “Poesía de Exilio” (Rutgers University, 1988) expuse el doble exilio de los poetas ,y este breve repaso por la soledad y el silencio me confirma la doble soledad que hay también en ellos. La íntima y la cicunstancial soledad de poeta que confiesa Eugenio Florit cuando nos dice: Cuando me vaya, ¿qué? Los pocos versos que fui escribiendo al paso de la vida. Y nada más. Libros. Un árbol. Y sin hijos ni mujer (...)y así dejarme a lo que soy: un hombre solo y, por desvalido, un alma seca al amor de la lumbre que se apaga siempre esperando lo que nunca llega (El hombre solo) Soledad de poeta y soledad del hombre que se abraza a su fe entre novias, esposas e hijos ajenos. Del que sabe hablar con su soledad transfigurada: Y tú, por fin, para decirlo pronto, mi soledad en Dios transfigurada (La compañera) Con este breve indagar en la creatividad, y especialmente en la poesía y los poetas, he querido darles a la Soledad y al Silencio el primerísimo lugar que tienen en toda obra de arte. Y lo tienen porque crear es darse, es confesión, y solo en soledad y silencio puede entrar el hombre en su Yo más íntimo y desnudarse por dentro. Y nada más. Libros. Un árbol. Y sin hijos ni mujer (...) solo y, por desvalido, un alma seca al amor de la lumbre que se apaga siempre esperando lo que nunca llega (El hombre solo)

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Soledad de poeta y soledad del hombre que se abraza a su fe entre novias, esposas e hijos ajenos. Del que sabe hablar con su soledad transfigurada: Y tú, por fin, para decirlo pronto,mi soledad en Dios transfigurada (La compañera) Con este breve indagar en la creatividad, y especialmente en la poesía y los poetas, he querido darles a la Soledad y al Silencio el primerísimo lugar que tienen en toda obra de arte. Y lo tienen porque crear es darse, es confesión, y sólo en soledad y silencio puede entrar el hombre en su Yo más íntimo y desnudarse por dentro.

Amelia del Castillo Martín (Matanzas, Cuba). Poeta, narradora, ensayista. Autora de doce poemarios, un libro de narrativa, y de Palabras al vuelo que reúne trabajos presentados en Congresos Nacionales e Internacionales (algunos traducidos y publicados en inglés, francés e italiano). Ha recibido siete premios internacionales de poesía y cuento; entre ellos el Cátedra Poética Fray Luis de León de la Universidad Pontificia de Salamanca. Reside en Miami.

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José Sánchez-Boudy Diccionario mayor de cubanismos II Nunca habrá un diccionario de cubanismos donde no se haya escapado una voz castiza. El lograr, en él, la pureza total es una labor d decantación que lleva años. Tal vez nunca se consiga, Y ello es debido a dos factores principales: uno, a que Cuba fue un lugar de paradero, de fondeadero, de flotas españolas durante la colonia. Una marinería procedente de todos los lugares de España, un conglomerado abigarrado de baja estofa y nobleza pararon en la ciudad por meses esperando vientos favorables, para partir hacia la Madre Patria. Se confundía, pues, lingüísticamente, en la espera, palabras de todas la regiones españolas y el vocabulario de las clases más altas e intermedias. Integradas en el habla de Cuba, muchas de ellas, como cosa normal, de creación cubana fueron consideradas. Mas, cuando se perdieron en España. Un caso notorio es la palabra “pinga”, que en cuba significa, como en la Península, pene. La similitud del palo largo, en el que los chinos llevan la canasta, un palo que carga dos, una a cada extremo, hizo también que éste recibiera el nombre de “pinga”. Pero como la voz se esfumó en España, se le ha tenido, por mucho tiempo, como cubanismo.Sin embargo se trata de un giro castizo. En efecto, en el rarísimo libro Las alcahuetas de Madrid, del año 1872, publicado en Madrid., encontramos que el autor se llama Don Casto Cascósela arieh y Pingalisa. Es más, nos encontramos que la voz cascársela, que hemos oído en otras naciones de América, siempre considerándola, como propia, en el sentido

Arien Xuan López

masturbase, es peninsular. Otros casos hacen esto más patente. En Cuba se dice: “fulano es una gallina”. Al remontarnos al origen de la expresión se nos fue dicho, repetidas veces, que era un cubanismo de procedencia campesina. Pues bien, aparece en el “Guzmán de Alfarache”. Es que el español de Cuba es tan rico y variado que subsisten en él todo tipo de expresiones, como por ejemplo: “Estar como las putas en Cuaresma”, que son de origen que se remontan al siglo XVII o antes. Esta última se halla en Quevedo: “Estar como las pastelerías en Cuaresma”. (En “El buscón”) Esta diferencia entre Quevedo y el español de hoy en Cuba, en una palabra, nos lleva al criterio que hemos seguido para clasificar, lo que oímos como cubanismo. Pero antes hablemos del otro factor que complica el saber si una palabra o expresión es cubanismo o no: la enorme emigración que gozó Cuba hasta 1936. Ésta, que hizo a la Perla de las Antillas la más hispánica de las colonias españolas del Nuevo Mundo, estaba compuesta por españoles de todas las regiones de España, como lo atestiguan las innumerables asociaciones españolas que existían en Cuba: “Cangas de Onís Parres yAmieva”, “Beneficencia Catalana”, “Beneficencia Andaluza”, “Santa María de Ortigueira”... Esta emigración, que era casi toda campesina, injertó en el español de Cuba, modismos procedentes de su ambiente que subsisten hoy en él, en muchos casos, y que por ser del campo hacen difícil su rastreo. Hay el cubanismo que constituye la pura creación cubana. Casi todos brotan de esa cantera: Ser un complejo Bayer: “estarse siempre quejando”; Estar de niña Fifi: “Estar de niña presumida”; No ser un chorrito sino Albear: “orinar mucho”. Hay otros en que la palabra castiza adquiere otro significado: Patriota: Billete de a peso; P i p a : B a r r i g a. Existen aquellos en que la lingüística es la misma que el castizo pero adap-¿tada a la idiosincracia

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del cubano: Éramos pocos y parió tu abue-la(Castizo) (Ëramos pocos y parió Catana (Cubanismo) --en este terreno hemos adoptado como cubanismo aque-llos en que el cambio puede hacer titubiar al interlocutor, como en este caso, y no en los que no sucede como tal cosa como en el ejemplo de Quevedo antes referido --Me dijo que si esto, que si aquello, que si malanga amarilla-- malanga amarilla es lo que lo diferencia del castizo--. En fin, el criterio seleccionador ha sido, repito, amplio. Es más, cuando nos asalta la duda, hemos puesto una nota al lado de la palabra indicando que muchos nos han dicho que es “calé”, “castiza”, o que aparece en el habla de Madrid: verbigracia: En Manuel Seco, Arniches y el habla de Madrid, (1970). Vemos así las dificultades que conlleva hacer un diccionario. Cuando tiene uno por seguro cubanismo una expresión como De eso nada, monada, llena de gracia, lo que nos reafirma su origen, nos la dice una ancianita en Extremadura: “Ya aquí nadie habla así. Pero sí mi mamá”. De todos modos creemos haber reunido un corpus de cubanismo que da bien el habla del cubano; el caracter del mismo; el choteo... la expresión del alma popular cubana. En fin, sus características psíquicas y exclusivas. Hemos seguido, al darlo a la publicidad, las observaciones de Don, mi director de tesis Don Manuel de Alvar --el diccionario de cubanismos ha sido tesis doctoral-- filólogo de los grandes que ha producido España, de Julio Fernández

Sevilla, catedrático cuyo dominio de su ciencia ha constituido una valiosísima experiencia; del Dr. Balbín, miembro del tribunal que juzgó la tesis; así como de los doctores SánchezCastañer y López Estrada.Y no olvidemos a una estupenda cubana: Lydia Díaz Garrido, esposa del Dr. Pepín Díaz Garrido, cuya cubanía y criollismo tanto me han ayudado en la elección de los cubanismos. Antes de morir me envió una lista de los recopilados por ella que además de nuestras charlas periódicas ha servido de valiosísimo material para poder dejar esta obra al pueblo de Cuba; y al Dr. Mariano Díaz que es un apasionado de estas cuestiones.

José Sánchez-Boudy (La Habana, Cuba, 1928, Miami2016). Se graduó de Doctor en Derecho en la Universidad de La Habana (1953). Exiliado en 1961, fue profesor de la Universidad de Puerto Rico y Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, de la que se retiró como Profesor Emeritus. Publicó más de 100 libros que recorren la mayor parte de los géneros literarios: novelas, cuentos, poesías, ensayo y teatro. Sus estudiios sobre el lenguaje cubano, en libros y artículos, son quizás su contribución más importante a la cultura cubana. Publicamos ahora la parte II de su Prólogo al Diccionario mayor de cubanismos.

La penumbra de Dios Manuel Gayol Mecías “La imaginación y la capacidad de análisis de Manuel Gayol Mecías vuelven a hacer de las suyas en este libro, una de sus obras más logradas y determinantes. La existencia, Dios, el misterio de la creación, la penumbra de la ignorancia humana rebelándose contra el vacío de la aceptación y la resignación de lo manido: estos y otros temas son tratados aquí con la exquisita lucidez de quien es uno de nuestros más importantes ensayistas vivos. Un clásico del pensamiento contemporáneo”.

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Manuel Gayol Mecías


YARA GONZÁLALEZ MONTES llega a Cuba, Don Gonzalo Chacón y Narváez , fue enviado como alcaide del Castillo de la Punta en el año 1618. La familia materna se había establecido desde muchos años antes en la isla. Ambas familias van a formar parte del proceso de formación de la nacionalidad cubana. Este ensayo fue publicado en el “Epistolario de Jose María Chacón Desde muy pequeño, José María dio claras muestras y Calvo a Federico García Lorca”, en Hispanic Research Journal, de su talento: aficionado a la lectura, llegaba a leer hasta Vol. 1, Núm 1, febrero 2000, en una edición de Roger Tinnell, University of New Hampshire, que estuvo a cargo de la diez horas diariamente. De esta forma adquirió una extensa “Transcripción y notas” del epistolario, y Yara González Montes, cultura autodidacta. Al mismo tiempo iba realizando sus University of Hawaii, que escribió el “Ensayo introductorio” . estudios, graduándose, en 1913 de Derecho, y en 1915 de Filosofía y Letras. Profundo admirador de la cultura española, Copla cubana: dedicó gran parte de su vida al estudio de la misma. Estaba ¡Lloran sobre el mar de Cuba convencido de que la herencia española era un fuerte enormes flores bermejas; componente de nuestra cultura, y de que a pesar de que Cuba sobre la isla perdida se había separado de España dicho componente aún tenía el aire amarillo tiembla! Esta copla que incluye Federico García Lorca en una extraordinaria vigencia en la misma. Tenía la certidumbre una carta sin fecha a su amigo cubano José María Chacón y de que nuestra hispanización cultural es espiritual y profunda. Calvo (¿principios de julio de 1923?) y publicada por primera Reconociendo los fuertes vínculos que unían ambas culturas reafirmaba elementos básicos de nuestra vez en 1986 por Zenaida Gutiérrez Vega nacionalidad. De la labor que el (Véanse FGL 1996:760; FGL1997: 193) es estudioso cubano llevó a cabo por dejar de una vigencia sorprendente. Nuevamente, constancia de estos vínculos culturales, como si hubiera saltado los planos comenta Ramón Menéndez Pidal temporales al modo de sus personajes en refiriéndose a Chacón y Calvo en Así que pasen cinco años, Lorca se traslada “Ramón Menéndez Pidal”, citado por al futuro lejano para advertir a su amigo de Zenaida Gutiérrez Vega, en “Palabras los peligros del tiempo. En su paisaje preliminares”: “Yo quiero destacar de él poético, Lorca vislumbra “flores bermejas” entre todas las múltiples facetas de su que vierten su llanto sobre el mar que rodea personalidad, como fue un activo la Isla, mientras un “viento amarillo” americanizador de la cultura española temblando la envuelve. Crea, de esta forma, que supo empalmar esta cultura a la una atmósfera de tristeza muy honda. El cultura americana con anchas, fuertes y participio pasado adjetivado “isla perdida” Waldo Balart: Injerencias 4 fecundas soldaduras. La obra de Chacón intensifica aún más el ambiente de dolor y y Calvo representa un puente de reconocimiento, de desesperanza. ¿Qué pudo haber llevado al poeta a escribirle esa entendimiento, de comprensión entre la cultura de España y sagaz visión del paisaje cubano a José María Chacón y Calvo? la de Iberoamérica. Ese puente lo construye el estudioso La pregunta, naturalmente, queda sin respuesta, aunque cubano, basándose en razonamientos apoyados en hechos y puede que la misma se encuentre encerrada en los misterios datos que demuestran una realidad que no puede ser ignorada, y premoniciones del alma gitano-andaluza del poeta. Quizás, ni por la Península, ni por los países latinoamericanos. Pero de la misma manera que el insigne investigador cubano va a para llevar a cabo esta labor, el hispanista cubano se va a sentir el paisaje español, el poeta andaluz sienta el paisaje enfrascar no sólo en sus investigaciones eruditas, sino en cubano, con los ojos del alma, aún antes de conocer la Isla una búsqueda espiritual de lo que es en realidad el alma española, de lo que constituye la esencia de España. físicamente. En 1918 recibe un nombramiento de Canciller Desde el momento en que se conocieron García Lorca y Chacón y Calvo, una profunda amistad une al poeta Agregado de la Legación de Cuba en Madrid, cargo que le y al destacado hispanista cubano, ensayista, poeta, crítico, proporcionará la oportunidad de llevar a cabo sus estudios e historiador e investigador. Chacón y Calvo, nació en Santa investigaciones, los que realizará con una dedicación María del Rosario, Cuba el 29 de octubre de 1892 y murió absoluta. En todo este período al mismo tiempo que absorbe en La Habana en 1969. Su padre Francisco Chacón, fue poeta, la cultura española, se convierte en un activo propagador de orador y periodista; su madre, María de las Mercedes Calvo la cultura cubana en España, dando conferencias en nació en Santa María del Rosario, mujer inteligente, era congresos y universidades españolas sobre temas y autores amante de las letras. La nobleza del linaje de Chacón y Calvo, de la Isla. La búsqueda de España que lleva a cabo Chacón y heredero del título de Conde de Casa Bayona, data de muchas Calvo, es semejante a la que realizaran los integrantes de la generaciones. El primer pariente paterno de José María que Generación del 98. Como ellos, se entrega a esa indagación EPISTOLARIO DE JOSÉ MARÍA CHACÓN Y CALVO A FEDERICO GARCÍA LORCA: “ENSAYO INTRODUCTORIO”

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de lo substancial, de lo trascendente, de la enjundia del ser español, calando, en el proceso, hasta lo más profundo de su propia subjetividad. Según afirma Zenaida Gutiérrez Vega, (1969:45, Chacón y Calvo) en 1918 escribía en su diario: “Ya hace un mes que estoy en tierra de España. Pero España, mi España ¿Dónde está? Me parece que está tan lejos de lo íntimo de mí. Pero me acercaré lentamente.” Y es así hasta formar parte esencial de su ser. A veces lo logra a través de la contemplación del paisaje. José María no sólo amaba la naturaleza, sino que la sentía lírica y subjetivamente. En su libro Hermanito menor nos declara desde sus primeras páginas: “Viajé por la ancha Castilla. Vi su vejez y su vida honda. En Burgos, después de ver la Catedral, donde sentimos la plenitud lírica frente a un San Juan que mira dolorosamente a Jesús, mientras los apóstoles duermen entre los árboles y Jesús ora y parece estar triste, fuimos al Castillo, para desde allí contemplar la campiña discreta donde esperamos siempre encontrar el crepúsculo. (Chacón y Calvo 1919:12)”. Se sitúa, como los noventayochistas, frente al paisaje de Castilla y desde allí contempla una España en su edad madura, una nación que ha vivido ya su plenitud y en ese momento, se enfrenta, transida de religiosidad y de tristeza, a la hora crepuscular que es su presente ineludible. En una prosa de auténtica estirpe azoriniana, nos ha dejado su impresión lírica, sentimental, extremadamente personal, del paisaje que observa y siente. En otras ocasiones es a través del panorama humano que le ofrece la Penísula, que España le va penetrando las más íntimas fibras de su alma . Apenas apuntaba el día ya estaba oyendo coplas y cantares confusos; voces ásperas de hombres, sonidos torpes de guitarra destemplada, pero entre aquellas voces y aquellos sonidos rudos y fuertes, salía de pronto una palabra que llegaba a mi corazón, muy suave, muy casta, muy líricamente. Era una palabra inesperada y profunda en el silencio y en la perfecta paz de la montaña. América era la palabra, y se me antojaba que una cosa nueva, vibrante, de alas firmes e incansables con aire marino montañés caía sobre aquella vasta quietud, sobre esa inmovilidad segura, sobre ese campo amarillo y verde, con su trigo maduro y con su trigo seco… estamos aquí por América, estamos para que nos lleves allá y podamos sentir, antes de secarnos, el soplo marino -¡brisa maravillosa!- de tu isla. (Chacón y Calvo, 1919:16-17) Bien diferente resulta el paisaje que nos ofrece José María al que Lorca nos dejó en la copla comentada al principio de este trabajo. Aquí como en una disolvencia cinematográfica las figuras y voces masculinas van a dar paso a la imagen de América que representada por una hermosa ave marina vibrante de juventud y vida, cubre por un momento toda la campiña. Las voces, al verla, expresan su deseo de irse con el autor a su Isla para sentir la brisa que la baña. Es como si ese trigo que aún tiene vida necesitara de los aires de aquella Isla lejana para continuar viviendo, cordón umbilical que permaneciera intacto a través del tiempo y del espacio A los pocos días de su llegada a Madrid se había instalado José María en la “Residencia de Estudiantes”, donde iba a permanecer sólo por unos meses, mudándose más tarde a una casa situada en la calle Pardiñas. Durante sus meses en la

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Residencia, el joven investigador cubano vive en un ambiente de intelectualidad del que participaban, entre otros, Miguel de Unamuno, Eugenio d’Ors, José Ortega y Gasset, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Juan Ramón Jiménez, Manuel de Falla, Rafael Alberti y Federico García Lorca. Allí hace amistad con muchos de los jóvenes intelectuales españoles. Sin embargo, no es en la Residencia donde Chacón conoce a Lorca. El propio José María nos describe este encuentro: Conocí a Lorca en una inolvidable Semana Santa de Sevilla. La de 1922. Entonces el poeta había publicado sólo dos libros: dos libros de pura adolescencia. Uno, de impresiones de viajes. Otro, de poemas. El poeta no había cumplido veinte años (aquí Chacón y Calvo se equivoca. FGL nació en 1898; así en 1922 cumple 24 años) y toda su figura era un retrato perfecto de la adolescencia, encontrarse a Lorca en Sevilla, en medio de las procesiones religiosas, era como encontrarse con la poesía pura. No era gozar de un momento de poesía, era sentir todos los momentos del día y de la noche como una poesía sin término. Poesía para embriagarse, para desvanecerse. (Chacón y Calvo 1930: 101-102). Estas palabras confirman lo que tantas veces se ha dicho sobe la personalidad de Federico García Lorca, sobre “el ángel” que poseía, sobre esa irresistible atracción que ejercía sobre todos los que lo conocían. Esa primera impresión dejará una huella imborrable en el espíritu de José María y los mantendrá unidos a través del tiempo en una honda y sincera amistad. José María se aficiona de tal modo al poeta y a sus poemas que en una tarjeta postal que le escribe desde Santillana del Mar, dos años más tarde (21 de abril de 1924), le confiesa a Lorca que quiere viajar acompañado de sus poemas. Durante estos años en que transcurre la vida de Chacón y Calvo en España, el joven investigador cubano se convierte en un verdadero embajador de nuestra cultura. A menudo ofrece conferencias sobre escritores cubanos, termina libros sobre Cuba, investigando en bibliotecas y archivos españoles, colabora con escritores españoles en estudios, como es el caso del Romancero judaico español de Ramón Menéndez Pidal al que aporta varios datos valiosos para el mismo desde Marruecos. Coopera, al mismo tiempo, con escritores cubanos proporcionándoles datos para sus investigaciones desde España. En uno de los viajes que realiza a Salamanca durante esta época escucha emocionado Waldo Balart: Injerencias 3 los versos de José Martí en boca de Miguel de Unamuno. Su actividad es constante. Sus viajes por la Península y otros países de Europa, se extienden desde 1918 hasta 1936 y desde 1955 a 1957. El resto del tiempo lo pasa en Cuba


entregado en cuerpo y alma a sus investigaciones y a innu- dos a Santiago de Cuba, presentando Chacón y Calvo al poeta merables actividades culturales, viajando esporádicamente a en la filial de la institución en Camagüey. otros países de América. Sus labores docentes completan el cuadro de las De sus actividades a favor de la divulgación cultural actividades desplegadas por este incansable erudito. En 1944 hablan sus propias acciones. Siendo todavía estudiante de fue profesor visitante de Middlebury College y de Columbia bachillerato, funda la Sociedad Filomática (1913), nombre este University. De 1946 a 1961 estuvo a cargo de la cátedra de último que pasó a calificar en Cuba a los estudiantes que se literatura cubana en la Universidad Católica de Villanueva en dedicaban por entero a sus estudios. Dicha sociedad reunía a La Habana. Sería interminable citar aquí todas las actividades jóvenes poetas aún desconocidos, a futuros críticos e de Chacón y Calvo y la labor que desarrolló en Academias y investigadores literarios. Tres importantes poetas cubanos se Congresos, pero sí debemos decir que él fue uno de los más contaban entre su miembros: Mariano Brull, Gustavo Sánchez capacitados, cultos y efectivos promotores de la cultura cubana Galarraga y Felipe Pichardo Moya. Otro destacado miembro Innumerables resultan las publicaciones de José María Chacón de la misma era el escritor dominicano Max Henríquez Ureña, y Calvo, tanto en la investigación como en la crítica literaria e cuyos estudios sobre la literatura cubana son bien conocidos. histórica. Entre las más importantes figuran sus ensayos De 1910-1915, participa Chacón activamente en la Sociedad Hermanito menor (1919), al que nos hemos referido, y Ensayos de Conferencias, ejerciendo las funciones de director de la sentimentales (1923),permeados ambos de una conmovedora misma desde 1914. emoción. Tres de sus libros esenciales en el estudio de los En 1919, se vincula íntimamente al Ateneo y al Centro orígenes de las letras cubanas son sus Ensayos de Literatura de Estudios Históricos de Madrid, del Cubana (1922), que reúne monografías Waldo Balart: Módulo 4 que llega a ser Presidente de la Sección sobre autores cubanos publicados en Iberoamericana, dando conferencias y diversas revistas cubanas de 1913 a publicando varios artículos en la Revista 1915, Las cien mejores poesías cubanas de Filología Española. También era (1922), Ensayos de literatura española miembro y participante activo del (1928), y los Ensayos heredianos Instituto-Cubano de Historia de América (1939). Importantes frutos de sus en Sevilla, insti-tución a la que se sentía investigaciones en el Archivo de unido por las investigaciones históricas Simancas y en el Archxivo de Indias de que llevó a cabo en esa ciudad en el Sevilla fueron: el Cedulario cubano Archivo de Indias. (1928), obra de gran impor-tancia para Su labor en Cuba no fue menos nuestra historia, El documento y la importante y valiosa. Gracias a sus reconstrucción histórica (1929), La esfuerzos, se funda en 1923 la Sociedad experiencia del indio (1933) y el del Folklore Cubano cuya publicación Criticismo y colonización (1935). fue la revista Archivos del Folklore Este erudito, historiador, incansable Cubano, fundada por Fernando Ortiz. En investigador en bibliotecas y archivos, 1937, Ramón Menéndez Pidal viaja a fundador de instituciones promovedoras Cuba donde ambos recorren las provincias de Camagüey y de cultura, era también un creador y un amante de la naturaleza. Oriente y reorganizan algunos de los grupos folklóricos que Su personalidad polifacética nunca representó un obstáculo para formaban parte de dicha sociedad. En 1930, Chacón y Calvo todos aquellos que lo trataron y conocieron. Era un hombre es invitado a participar como Socio Correspondiente en una sencillo y natural en su trato con los demás. Hay muchos de las más prestigiosas instituciones culturales cubanas: la documentos que lo atestiguan, pero he querido reproducir aquí Sociedad Ecónomica de Amigos del País. Su biblioteca poseía el fragmento de una carta de 1924, que desde Granada, le dirige una de las más grandes colecciones de documentos históricos Federico García Lorca a José María Chacón y Calvo en la que de Cuba. En 1937 es nombrado Director de Cultura del le dice: Ministerio de Educación, cargo que desempeñará hasta 1944. “Me vine a Granada sin despedirme de ti, pero con Su intensa labor da como resultado la creación de la Revista vergüenza y dolor de corazón por no haberlo hecho, pero mi Cubana y de los Cuadernos de Cultura. hermano tenía prisa en el regreso a la ciudad del capricho y de Sin embargo, es al Ateneo de La Habana, al que la fantasía y me arrastró sin dejarme saludar a mis queridos consagra Chacón sus mayores esfuerzos, primero, como amigos y entre ellos tú, sobre todo tú, por tu bondad, por tu Presidente de la Sección de Literatura, y más tarde, como corazón y por esa cosa dulcísima y tierna que hay en ti… …un Presidente del Ateneo. A esta institución pertenecían las figuras no sé qué de renunciamiento y despedida, un sentimiento de más representativas de las letras cubanas. Allí ofreció Chacón horizonte melancólico por el cual ya nunca saldrá el sol, ni la un sinnúmero de conferencias de muy diversos temas, luna de la tierra, un gesto de bella flor delirante y extática en la iniciando, las publicaciones del Ateneo. La última de las frescura lírica del cañaveral cubano. ¡Sí, José María!, tú eres instituciones que preside José María es el Instituto Cubano de más bueno que nadie, y más niño que nadie, y yo no debí Cultura Hispánica. Por sus gestiones a través de esta institución, regresar sin el calor de tu mano entre la mía. (FGL, 1997:34)”. fueron invitados a Cuba importantes figuras de la literatura Esa percepción de Federico García Lorca sobre el mundial, entre ellos, Federico García Lorca. Juntos viajan los hombre que fue José María Chacón y Calvo completa la imagen

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de uno de los integrantes de esa fraternal amistad que unió a un hombre de América con un hermano espiritual de España. Quizás la despedida lírica escrita por Lorca, en la misma carta donde le envió Federico a José María la copla sobre Cuba que reproducimos al comenzar este trabajo sea lo más apropiado, porque en versos corrobora Federico lo que ya le dijo en prosa en su carta: ¡Adiós! ¡Adiós, José María, Que tu alma triste y lírica duerma sobre la frente de la palmera altísima/ ¡Cuba sobre los mares! / Tu alma vieja y niña / de estrella a estrella / de brisa en brisa. (FGL, 1996:759). De esta manera, se representa el poeta andaluz al gran investigador cubano. Alma llena de delicadeza, de lirismo, y tristeza, profundamente cubano. En esta ejemplar y sentida amistad quedaron para siempre unidos estos insignes representantes de la cultura de dos países tan hondamente relacionados: Cuba y España. The Cuban writer, critic, folklorist, and diplomat, José María Chacón y Calvo (1882-1969) arrived in Madrid in 1918, and in

that city he befriended Spanish intellectuals of his time. In 1922 he met Federico García Lorca and the two men quickly became fast friends. When Lorca visited Cuba in 1930, it was Chacón y Calvo who showed him Havana and who presented him at an important lecture in Caibarién. The surviving correspondence from Chacón to Lorca, in great part unedited until now , spans the years 1922 to 1927. The seventeen letters, cards, and signed photograph are presented here in chronological order with extensive notes on their contents. In the correspondence, Chacón writes of he Concurso de Cante Jondo, Lorca’s Libro de poemas, the establishing of a Society of Friends of Art in Madrid, of his trips throughSpain and Italy, of the 1926 hurricane which wreaked havoc in Cuba, and of mutual friends, Luis Buñuel, Manuel de Falla , Jorge Guillén, Eugenio d’Ors, Emilio Prados, Margarita Xirgu, and others.

Yara González Montes, ensayista y profesora emeritus cubana de la Universidad der Hawaii, donde desempeñaba la cátedra de Literatura del Siglo de Oro y Poesía Española contemporánea. Ha escrito y publicado numerosos trabajos sobre importantes figuras de la literatura. Durante años enseñó en su cátedra sobre Santa Teresa de Jesús, y en 1984 presentó un ensayo en un congreso celebrado en Madrid sobre Santa Teresa. Recientemente publicó Ensayos Literarios (Tomo I y II), que abarca hasta el momento toda su obra crítica y ensayística. Reside en Miami.

VIDA DE TULA

Belkis Cuza Malé

Vida de Tula quedó finalista en el Premio Nacional de Biografía de la UNEAC en 1968; a la vez que Fuera del juego, de Heberto Padilla, resultaba ganador del Premio de Poesía. Vida de Tula, con prólogo del propio Heberto Padilla, había permanecido inédito hasta ahora.

Carta inédita de Gertrudis Gómez deAvellaneda

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Notas de Libros Belkis cuza Malé. Vida de Tula. Fort Worth: Linden Lane Press, 2016 ‘Vida deLa mayoría de los cubanos está convencida de que la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814- 1873)

por Heberto Padilla, esposo de Cuza Malé y prologuista de la biografía de Avellaneda, considerada una promotora del feminismo en España y una de las grandes poetisas en lengua española. Así es que esa biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, una escritora, poeta y dramaturga procedente de familias de Sevilla y Canarias, pasó a la lista negra de piezas o autores condenados por su cercanía con el llamado caso Padilla. Cuza Malé, arrestada junto a Padilla y exiliada en Estados Unidos, anuncia ahora la edición, por fin, de Vida de Tula, en la editora Linden Lane Press, 48 años después de ponerle el punto final en La Habana. La cubana ha escrito que trabajó en la biografía de Gómez de Avellaneda bajo los efectos de una “extraña inspiración” y que, al transcribir la obra, se sorprendió de los datos que halló para “armar una vida tan complicada y llena de vitalidad, amores perturbados y triunfos, además de insultos y calumnias”.

RAÚL RIVERO Manuel Augusto Lemus. Yo, Augusto. Miami: Neo Club Press, 2015

es una poeta y novelista de aquella isla, nacida en la provincia de Camagüey, y que vino a morir a Madrid por asuntos familiares. Los españoles, por otra parte, la consideran una autora de este país que por otros asuntos familiares fue a nacer a Santa María de Puerto Príncipe cuando Cuba era una colonia. En 1967, la escritora Belkis Cuza Malé escribió en La Habana una biografía sobre la autora de Sab, El Príncipe de Viana y Baltasar. El libro se titula Vida de Tula y quedó finalista en un concurso literario que organizó la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. En el genero de poesía ganó ese concurso Fuera del juego, colección de poemas firmados

Tomo prestado el primer verso del poema Carta al Pequeño Príncipe, para comenzar el artículo. El autor sabrá entenderlo. Las palabras continúan así: “le habité dentro del alma/ tuve una gualda flor / y el don de la palabra / Callé para escuchar el viento. / Ironía, / fue el silencio”. Así, como quien reconcentra la ola en una gota, está escrito Yo Augusto, el poemario de Manuel Augusto Lemus. Le conozco de Guantánamo, el oriente del oriente cubano. De sus andanzas y desatinos. No sólo su tierra natal, es también el universo en el cual gira. No me sorprende el tono, las parquedades de su libro. Los latigazos. El aullido subterráneo. El brote abriéndose paso entre las piedras. Las ruletas de Las Vegas ¿me ha confesado?, le recuerdan los trompos de su infancia. Allí vive, al menos su anatomía. Hay mucho de caballero andante, de inconsolable memoria, en Yo Augusto. Este hombre ha pintado lo que se queda, lo que se va. Su poema Nota es lava arrasadora: “La nostalgia es un perro verde / que nos muerde dentro en noches grises. / Duende en las vigilias / tirana de los sueños / flor sin tierra ni agua / compañera inclemente del destierro”. Perdonen que ande citando, entresacando. Sé que es inútil, pero lo intento. El autor no conoce el miedo. No se reserva. Va a mansalva. Se mece en los balances del portal y le confiesa a la poeta Mireya Piñeiro en Carta de la partida: “y ese olor a café / trepando los resquicios del cadáver que hoy habito / y me persigue”. Toma las palabras de todos los días, acuchilladas bajo el sol y las devuelve, pequeñitas, a la

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Elena Iglesias. Who am I, Butterfly? ¿Quién soy yo, Mariposa? Edición bilingüe. Ilustrado por Delia CaperoRodríguez. Miami: Eriginal Books, 2016.

puerta de su amiga Marité: “Pienso mucho en ti / soy menos si me faltas”. Yo Augusto es una siega en el jardín de la existencia. Una siega afilada. Hay poemas de todos los años, todas las circunstancias. Se apresura a descubrirse, a mirarse al espejo, a devorarse a sí mismo. Sus epigramas son saetas. Véase A las doce, en el que bien repara el prologuista Juan Carlos Zamora, o Noche en la aldea. El periplo interior nos mueve a la sonrisa, antes de sumergirnos, antes de desbordarnos. Las Vegas y Nueva York y Miami tienen sus poemas y sobre todo, tienen su gente, sus miradas. El atrapamundos que es Lemus nos sobrevuela. Algo del hálito de Boti sopla en estos aferramientos, en ese resembrar y destajar entre las calles de la “aldea”. Guantánamo se aparece en los muros blancos del cementerio de San Rafael. La simbología explota. Los íconos punzan. “Carta del homosexual ofrecido en el altar de la hombradía”, dedicado a los que enfrentaron sus miedos, es un poema arrancado al basalto. Por eso no lo trozo, no lo toco. Hay que transpirar su atmósfera, hay que vivirlo entero. Nunca pensé enfrentarme a un poemario como este. No es que sea el primero de su autor ni será el último, mas Augusto Lemus, ya lo dije, es caballero andante. Y como tal, anda de aquí para allá, urdiendo cosas, cosiendo voluntades, cazando datos. Me alegro por él, por los cubanos de ambas orillas. Sé que es inútil, pero lo he intentado. Al fin y al cabo, no es la letra, no es un libro. Yo Augusto es un planeta recobrado, es una vida.

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REINALDO CEDEÑO PINEDA

Las aventuras de una mariposa que pierde la memoria al aventurarse por un mundo desconocido. Ese el tema de la fábula infantil ¿Quién soy yo, Mariposa?, de Elena Iglesias. Esta edición bilingüe, de Eriginal Books (2016), cuenta con bellísimas ilustraciones de Dalia CeperoRodríguez. Se trata de la historia de una mariposa que vivía entre los manglares y quería explorar el mundo para conocer más sobre él. Y, al haber perdido la memoria por chocar contra un árbol, se encuentra con la cangrejita Sally en medio de una hermosa playa de arenas blancas. Esta Mariposa Azul se hace tres preguntas: “¿Quién soy?, ¿De dónde vengo? y ¿Hacia dónde voy? Así se les deja saber a los pequeños lectores la importancia de la búsqueda de respuestas adecuadas a cada pregunta que nos hacemos. Una introducción a lo más esencial que pudiera entender un niño sobre los principios filosóficos del saber humano, aquellos que buscan establecer de manera racional los elementos “más generales que organizan el conocimiento de la realidad”. La mariposa adquiere conocimientos en sus conversaciones con cada animal que se encuentra en su andar por el complicado mundo que la rodea; cada uno de estos animales se transforma en un amigo, un amigo siempre dispuesto a ofrecer su apoyo y su consejo. Ella tiene la habilidad de escuchar hasta lo que siente, en el fondo de su corazón, un árbol que fue talado por Navidad… Y este árbol aún se considera feliz: se había sentido hermoso, parte


esencial de la alegría de un hogar, de una de las fiestas más emotivas del año, esas Navidades llenas del espíritu de compartir y amar. -Y, de esa manera, encuentra Mariposa Azul a muchos amigos en su largo recorrido: Sally, la Cangrejita; Samuel, la Hormiga; Patilargo, el Insecto; Carola, la Cotorra; Rosa, la Babosa; Gladys, la Gaviota… y muchos más. Cada uno tiene una historia que contar, cada uno comparte con ella su sabiduría, sus experiencias. De todo ello, Mariposa saca sus propias conclusiones y aprendizaje: “Nada muere realmente, todo cambia y se convierte en algo diferente. Es como una interminable fiesta de disfraces con caretas que usamos y compartimos una y otra vez”. “Empieza a desarrollar tu propia sabiduría”, le aconseja Gladys, la Gaviota. Por su parte, Sally, la Cangrejita, le dice en un emotivo e inolvidable reencuentro: “Soy muy feliz, querida amiga… He aprendido además algo capital, que los nombres y las etiquetas no son importantes”. Este es un libro para niños lleno de magia e impregnado de enseñanzas que jamás se deben perder en el camino.

ELENA MARTÍ Fundado en marzo de 1982

Subscríbase 4 números al año

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