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Macías Gómez
RESEÑA DE LIBROS
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JOSÉ MANUEL BAENA GALLÉ
DIPUTACIÓN DE SEVILLA. COLECCIÓN ARTE HISPALENSE | SEVILLA, 2019/ISBN: 978-84-7798-444-3
La fiesta es un acto público con un objetivo colectivo y consustancial al ser humano. En el libro que se reseña, José Manuel Baena Gallé analiza dichas celebraciones en Sevilla durante la Guerra de la Independencia, lo que nos permite conocer la organización social de la ciudad y la evolución política en ese momento histórico, tanto en su dimensión simbólica (significados), su dimensión sociopolítica (las funciones que cumple), su dimensión económica (gastos ocasionados) como en su dimensión estética (todos aquellos elementos que afectan a los sentidos). El autor remarca el sentido comunitario del festejo donde el individuo cede su posición en favor de la comunidad. El profesor Baena es explicito cuando afirma que “la fiesta cumple una doble función: primeramente, como manifestación del poder, y en segundo lugar, como vía de escape de las pasiones populares con el fin de mantener el equilibrio social”, el pueblo necesita liberarse de la represión del poder y la fiesta cumple como una catarsis social. Aborda un periodo en estado de guerra permanente y con las arcas públicas en bancarrota, sin embargo, los actos y festejos continúan celebrándose. No obstante, el autor observa que durante la ocupación francesa las fiestas sevillanas adquieren un sentido más laico; la celebración de actos públicos conlleva un alto sentido patriótico donde se reafirma la concepción de pertenecer a una misma nación a la vez que se intenta glorificar las bondades del estado bonapartista con un despliegue escenográfico heredado del plan de fiestas nacionales de la etapa revolucionaria francesa. Pero se siguen celebrando las festividades religiosas, ya que las autoridades josefinas consideraban que servían para ayudar a la mejor gobernabilidad de la ciudad.
La esencia de las fiestas es su carácter efímero, así como su sentido de propaganda que sirve para afirmar la jerarquía social y política. Se presenta como un fenómeno urbano en el cual la ciudad se transforma, se decora y se engalana recreando un espacio fingido. En el libro se citan los lugares de Sevilla que son los escogidos para los festejos y las proclamaciones o victorias militares; se habla de la importancia del sonido y la luz, de la decoración y del ajuar, imprescindibles en la parafernalia de las celebraciones religiosas (Corpus y Semana Santa). Otros festejos como el teatro, las corridas de toros, los bailes, e incluso los juegos públicos, que tienen carácter profano, y son organizados por personajes particulares, aunque se hacen públicamente y están regulados y controlados por las instituciones.
En el libro se desarrollan además varios apartados dedicados a diferentes tipos de festejos: Las fiestas por el desarrollo de la guerra; Las celebraciones religiosas; Las fiestas reales; La fiestas privadas. En todos ellos se incluyen detalles muy particulares y otros anecdóticos.
Quiero destacar la singularidad de las láminas que se añaden al final del libro, y en especial las referentes a los muebles que se diseñaron para las estancias del Alcázar. Y la extensa e interesante bibliografía que se adjunta pues evidencia el exhaustivo estudio realizado por el autor sobre los acontecimientos políticos y los comportamientos sociales durante los años de la ocupación francesa en la capital sevillana.