Catálogo MIO19

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MIO19. ARQUITECTURA ABIERTA QUITO NOVIEMBRE





CATÁLOGO MIO19 ARQUITECTURA ABIERTA QUITO: INTERVENIR EL PATRIMONIO Es una publicación del Colegio de Arquitectos del Ecuador Provincial de Pichincha (CAE-P) PRESIDENCIA CAE-P (2019 - 2021) Pablo Moreira Viteri - Presidente María Samaniego - Vicepresidente CONSEJO EDITORIAL Karina Fernández María Samaniego Karina Chicaiza Esteban Calderón EDICIÓN DE TEXTOS Karina Fernández Esteban Calderón

Copyright © 2019 Bienal de Arquitectura de Quito Todos los derechos reservados conforme a la ley. Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización de los editores. ISBN: 978-9942-8790-1-1

DISEÑO GRÁFICO Y DIAGRAMACIÓN Ricardo Zurita

Editorial: Colegio de Arquitectos del Ecuador Provincial de Pichincha (CAE-P) Núñez de Vela N35-204 e Ignacio San María - Quito – Ecuador Teléfonos: (593 2) 2433 047, (593 2) 2433 048 ext. 155 - 109 www.baq-cae.ec - www.cae.org.ec

Primera edición: octubre 2019

Hecho en Ecuador, octubre 2019.


NOVIEMBRE

INTERVENIR EL

PATRIMONIO


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ÍNDICE PRESENTACIÓN PRÓLOGO

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ARTÍCULOS

HABLEMOS DEL PATRIMONIO

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Encuentros Luis López López

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Las intervenciones contemporáneas en el Centro Histórico de Quito. A propósito del MIO 2019 Arq. Mónica Moreira Ortega

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El derecho de las generaciones sobre su legado cultural Arq. Angélica Arias

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Debates Urgentes Arq. Yadhira Álvarez

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RECORRIDOS

VISITEMOS EL PATRIMONIO

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Recorrido 1 Centro Ambulatorio de Salud Mental San Lázaro

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Recorrido 2 Museo de la Ciudad

30

Recorrido 3 Convento de Santa Clara Casa de los 7 Patios

34 36

Recorrido 4 Plaza Santa Clara Casa del Alabado

40 44

Recorrido 5 Plaza Huerto San Agustín Instituto Metropolitano de Patrimonio

48 52

Recorrido 6 Centro Cultural Metropolitano Casa Museo Archivo de Arquitectura de Quito

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APOSTEMOS POR EL PATRIMONIO

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CRÉDITOS

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MIO 2019 INTERVENIR EL PATRIMONIO Rehabilitar para habitar

PRESENTACIÓN

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ARQ. PABLO MOREIRA V. PRESIDENTE CAE - P

La presencia de Quito como referente de la conservación patrimonial, inicia en al año de 1978, cuando se declara a esta ciudad patrimonio cultural de la humanidad, desde ese momento inicia un compromiso serio con la conservación del patrimonio edificado de la ciudad. En Quito a través de iniciativas nacionales e internacionales, se impulsó un proceso de intervenciones en edificaciones existentes para mantener y proteger el legado histórico, algunas veces restaurándolas para continuar utilizándolas con su mismo uso original, pero con mejores condiciones estructurales y de habitabilidad; y otras veces rehabilitándolas, cuando se podía modificar el uso original e incluso se podía incorporar componentes contemporáneos, por medio de una interpretación exhaustiva de lo original y de lo añadido. Si hacemos un poco de historia sobre el proceso de recuperación del CHQ, para comprender la importancia de la rehabilitación como un hecho contemporáneo que además nos permite, indiscutiblemente, apreciar la arquitectura patrimonial a través de nuevas propuestas, se debe reconocer algunas iniciativas e impulsos como la Escuela taller Quito (hoy desafortunadamente desaparecida) de la cooperación española, creada a mediados de los años 80 del siglo pasado, misma que tenía como objetivo principal promover “el aprender haciendo“, con formadores de gran conocimiento de oficio, en la cual la herencia o conocimiento y principalmente la experiencia, era la principal fortaleza en el ámbito de las distintas tecnologías tradicionales. Así mismo, luego del terremoto de Baeza 1987, en el que el patrimonio colonial de Quito y de sus parroquias volvió a comprometerse y, teniendo la responsabilidad con la ciudadanía y la UNESCO, se creó el Fondo de


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Salvamento con el fin de reconstruir y preservar el patrimonio. A finales de los años 80, con el mismo impulso la Junta de Andalucía inició su cooperación en Quito, realizando viviendas de interés social en el centro histórico con la consigna de entregar viviendas dignas y de alta calidad arquitectónica, rehabilitando edificaciones significativas en localidades complejas por su situación urbana y socio-económica. Éstas, más otras iniciativas potentes, fueron el inicio de un importante protagonismo dentro del concierto regional en el ámbito de la rehabilitación arquitectónica y urbana en los centros históricos. Sin duda el Centro Histórico de Quito vivió un período de reflexión y trabajo constante poniendo en marcha proyectos sociales, especiales y legislativos, como por ejemplo el control del comercio informal que por décadas estuvo invadiendo las calles, la peatonización de importantes ejes urbanos fundamentales para motivar y fortalecer el comercio popular organizado, la imagen cromática de la ciudad, entre otras iniciativas ejemplares que buscaban permanentemente incidir en la mejora de las condiciones de habitabilidad logrando un centro histórico más vivo. Se hicieron proyectos de equipamiento público que marcaron hitos importantes como la rehabilitación de la fundación Pérez-Pallares, la Circasiana al norte del CHQ, los ex almacenes El Globo, ahora zonal centro del municipio, la plaza grande con sus plataformas laterales, la plaza de Santo Domingo, que recuperó el espacio para el peatón y enfatizó los valores del monumento religioso o, el pasaje Arzobispal; de igual forma se trabajó sobre proyectos de vivienda de alta calidad como: Casa de los 7 Patios, las casas de la calle Caldas y muchas otras casas privadas que se rehabilitaron como la casa Sáez Moreira, la casa de Matthias Abram,

entre otros proyectos, que transformaron casonas antiguas aplicando conceptos apropiados de rehabilitación arquitectónica marcando una importante tendencia del trabajo contemporáneo sobre el patrimonio arquitectónico existente. Los proyectos aquí publicados son el resultado del MIO 2019; un recorrido arquitectónico urbano que el CAE-P, junto a la comisión Bienal de arquitectura panamericana de Quito BAQ y con el apoyo del Instituto Metropolitano de patrimonio IMP del Municipio capitalino, han organizado con gran entusiasmo. Estamos seguros de que este MIO servirá para reconocer el espacio, valorar las iniciativas, las buenas prácticas en la ciudad y el patrimonio que debe ser protegido, conscientes de que este conjunto de proyectos escogidos, son apenas un fragmento de las buenas prácticas realizadas en nuestra ciudad. Reconocer- Rehabilitar -Reintegrar a través de transformar son el común denominador de las obras que hoy visitamos. La sensibilidad de hurgar en el pasado y en la materia y saber que lo existente puede convertirse en un espacio significativo y potente para coadyuvar al rescate de la urbe y para provocar oportunidades de habitar nuevamente el CHQ, sin duda es el objetivo de estas obras. Llegar al corazón de las personas conociendo el alma de los edificios, porque el patrimonio es nuestro – porque el PATRIMONIO ES MIO.


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MIO 19. INTERVENCIONES CONTEMPORÁNEAS EN EL PATRIMONIO

PRÓLOGO

El Colegio de Arquitectos de Pichincha y la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito presentan, desde el año 2014, el proyecto MIO, con el objetivo de abrir y vincular el evento de la BAQ a la ciudadanía, actuando como puente y motor que nutra e incentive las actividades culturales de la ciudad, que visibilice las actividades colectivas, que aporten con el significado de ciudadanía, brindando a los quiteños y visitantes una visión de la arquitectura relevante de nuestra ciudad, y de cómo está conformada la morfología característica de Quito.

ARQ. MARÍA SAMANIEGO PRESIDENTE BAQ

El MIO se realiza todos los años, a diferencia de la Bienal de Arquitectura de Quito que se lleva a cabo los años pares. El proyecto propone un tema referido a BAQ o a temas coyunturales con la ciudad. Así, desde el año 2017 con la actual dirección del CAE-P y de la BAQ, se planteó el tema de ARQUITECTURA ABIERTA invitando a la ciudadanía a adentrarse a la arquitectura de nuestra ciudad, conocerla y valorarla a través de recorridos guiados que revelan la importancia, características y significado de estas edificaciones y espacios urbanos que muchas veces pasan desapercibidos. Con este enfoque, el MIO ha abierto las puertas de valiosos edificios de la ciudad, arquitectura representativa de varios momentos alrededor del Parque de La Alameda en el año 2017, y arquitectura moderna dentro del Centro Histórico como parte de los programas conmemorativos de Quito Patrimonio de la Humanidad en el 2018. En 1978, el Centro Histórico de Quito fue designado por parte de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por ser uno de los centros históricos más extensos y mejor preservados de América, y por haber conservado su peculiar configuración urbana original preservándola a lo largo de la historia (entre otros aspectos). En 2018 se conmemoraron los 40 años


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de esta declaratoria realizando varios simposios y eventos que ponían en discusión la situación de este valioso reconocimiento y sus implicaciones en diferentes temas. Los Centros Históricos y los bienes inmuebles patrimoniales corren el riesgo de convertirse en “piezas de museo”, en elementos de contemplación que nos refieren o ilustran lo que sucedía en una época determinada. Existen algunos ejemplos de Centros Históricos de la región que se “vacían” en las noches por su vocación mayoritariamente turística, y, en nuestra misma ciudad, inmuebles que se encuentran abandonados, en condiciones precarias o utilizados como bodegas. Se vuelve necesario comprender que los sitios o edificios patrimoniales pierden valor si no son considerados y manejados como centros vivos o edificios activos, que generen uso, actividad, intercambio y que aporten a la vida e identidad de las ciudades. El MIO19 ha considerado pertinente visibilizar las intervenciones arquitectónicas que se han realizado en edificios y espacios públicos del Centro Histórico de Quito, que han logrado mediante diferentes estrategias, mantener estos sitios no solo físicamente sino también como parte de la dinámica urbana; el MIO19 propone conocer estas propuestas y ejemplos de cómo INTERVENIR EL PATRIMONIO. Es pertinente diferenciar el término restauración que implica una acción en la que se mantiene una obra de arte o edificio como era en su origen, con el de rehabilitación que supone una intervención e incorporación de nuevos elementos en el edificio con el fin de otorgarle mejores posibilidades del uso original, o un nuevo uso que lo active y dinamice. La propuesta de este año se enfoca en las propuestas de rehabilitación, pues en la actualidad es necesario generar espacios de uso flexible que se acoplen a distintas actividades, así

como también que generen más espacios colectivos para un más diverso y mayor número de usuario. El MIO19 ha seleccionado un grupo de obras que presentan características diversas: desde la intervención que se hizo en uno de los edificios más antiguos de la ciudad como es el Antiguo Hospital San Juan de Dios – actual Museo de la Ciudad -, así como la rehabilitación realizada en uno de los edificios de vivienda colectiva más grande del Centro Histórico, la Casa de los 7 Patios, intervención que significó el inicio de programas intensos de rehabilitación de inmuebles en el CHQ. Edificios emblemáticos como el antiguo edificio de la Universidad Central, actual Centro Cultural Metropolitano que ahora acoge a la Biblioteca Nacional, e importantes espacios públicos: la Plaza de Santa Clara inhabilitada durante décadas y la Plaza-Huerto San Agustín que, aunque con un origen polémico, nos regala un espacio público muy rico y contemporáneo dentro de la grilla colonial de la ciudad. Ejemplos de diferente escala y valioso aporte arquitectónico, el Museo del Alabado, el Centro Ambulatorio San Lázaro, la antigua Casa Guillespie –actual IMP- y la sede del Museo de Arquitectura del Ecuador MAE en San Marcos, intervienen edificios de arquitectura vernácula de gran interés, revalorizándolos mediante acertadas estrategias contemporáneas y usos culturales, de servicios y administrativos. Nuevamente, el CAE-P y la BAQ invitan a toda la ciudadanía a ser parte de esta experiencia, que como parte de la Semana de la Arquitectura y el Hábitat 2019, ofrecemos en el mes de octubre. ¡Conoce y vive el Centro Histórico de Quito!


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HABLEMOS DE PATRIMONO 4 EXPERTOS NOS CUENTAN SU OPINIÓN


14 denominadores comunes que las clasifiquen y que dan como resultado singularidades de una gran riqueza y complejidad. El trazado urbano que las congrega está dominado por la presencia del damero, que a pesar de su fuerza no somete plenamente a la topografía preexistente de quebradas ausentes y al paisaje que lo sustenta y enmarca. La movilidad social de sus habitantes en las últimas décadas adquiere una dinámica que no termina en exclusiones o fusiones definitivas, aunque sí en la expresión de profundas inequidades.

ENCUENTROS Intervenir en el patrimonio Arq. Luis López López

Cientos de edificaciones se hallan vacías en el centro de Quito, y otras tantas sub ocupadas, o hacinadas o convertidas en bodegas. Al caer la noche, la actividad comercial cesa, las puertas de los locales se cierran y las calles y plazas quedan casi desiertas, lo cual cambia ligeramente al llegar a los barrios que rodean el hipercentro, en los que la vida urbana mantiene un débil y frágil equilibrio. El despoblamiento no se debe a la inserción de nuevos estratos de población que desplacen a los existentes, o a procesos especulativos inmobiliarios que buscan negocios de oportunidad. Este no es aún el caso, simplemente se abandona el centro por falta de incentivos que apunten a un mejoramiento de la calidad de vida en él. Las edificaciones civiles de Quito desde el SXVIII al presente se han venido constituyendo como palimpsestos de muros, columnas, pilares, empastes, cubiertas, galerías, patios, traspatios, espacios, vanos, piedra, tierra, madera, que articulan su lenguaje con una diversidad enorme de combinaciones, que hacen casi imposible establecer

La herencia puede ser transmitida en tanto acoge el legado, ya sea respetando absolutamente la integridad del don recibido o reconociendo la heterogeneidad entre esta y aquellos a quienes está destinado; como autenticidad que remite a su contexto de origen sacralizándolo, o tomando la “historia a contrapelo” (W. Bénjamin), en un renovado pacto que polemice valores que contraríen y renueven la tradición. Recurrir a la condición de inacabamiento, de desacralización de los objetos arquitectónicos recibidos, es un acto de profanación que libera sus ilimitadas posibilidades de identificación antes que sujetarlos a normativas y regulaciones ocasionales. La arquitectura monumental requiere ser preservada, conservada, es un legado que nos dota de referencias y enriquece, mas el patrimonio entendido como un mecanismo dotado de una capacidad autorreferencial propia, autoproductor de verdades que sustentan una actitud hacia su reproducción, no puede ser el fundamento de una ética única y valedera de recuperación. En el ciclo infinito de la vida no existe nada único, originario, singular o definitivo, sucede como con el pilón de una balanza, nada tiene una posición fija y definitiva. Más bien todo es movedizo, desplazable y provisorio, no parte del ser y la esencia, sino de la continuidad de los procesos y las transformaciones silenciosas. Si bien la complejidad y diversidad caracteriza a las urbes contemporáneas, tratándose de los “centros históricos” uno de sus componentes, la vivienda, es fundamental para recuperar su transitorio equilibrio, para


MIO19 - ARTÍCULOS • 15 darles vida y presente. En el centro de Quito en particular, el hábitat como generador de necesarios balances, requiere de nuevas lecturas, nuevas interpretaciones. No cabe reafirmar la identidad de modelos que ya dejaron su huella: “Ver ya no consiste en identificar o reconocer, es, por el contrario, re-crear; es decir, poner en juego la identidad del objeto” (F. Albán). Una mirada que reconozca su propio extrañamiento del objeto observado y conduzca a esta intervención implica asumir riesgos, subvertir lo transmitido por tradición. Si no se supera toda la gama de significaciones que nos antecedieron y las mantenemos intocadas, nos someteríamos a sus límites en la actuación en el mundo presente, si no ingresamos a nuevas esferas de conocimiento que sustenten otros comportamientos, otras acciones, otra ética de convivencia. Las edificaciones de vivienda desestructuradas por su ocupación tugurizada y el desbastador paso del tiempo, obligan a detenerse ante ellas, alejarse, tomar distancia, para poder adentrarse en la riqueza de su conocimiento, a buscar en las estructuras más íntimas de lo que fue su representación a la par que desarrollar todo un constructo de categorías críticas, que sustenten la revalorización de nociones y conceptos, que permitan descubrir la potencia constituyente y diversa de nuevos sistemas significantes; una búsqueda y aprendizaje de nuevos sentidos que replanteen la relación entre interpretación e intervención y los valores que los sustenten. La tradición fracturada puede llevar a extraviar el camino entre el pasado y el futuro haciendo del presente un recorrido lineal en la historia. La ruptura de la arquitectura con el contexto de origen, antes que un desarraigo irrecuperable puede llevar a su liberación, a nuevas significaciones de su uso, a que se abran nuevos ciclos de relacionamiento: de sujetos cambiantes, objetos cambiantes, contextos cambiantes. La escisión de la obra arquitectónica con sus valores “esenciales” lleva a relacionarla con el ciclo infinito de la vida, alejada de arquetipos paralizantes. Es una invitación a crear patrones compositivos abiertos o más bien a descubrirlos en las materialidades y atmósferas

existentes, incorporando lo recibido a la vida y la cultural que se gesta hoy, convocando a estructurar comunidades distintas, dispuestas a relacionarse, a ocuparse en conjunto, a ser con el otro. Asumir el reto de valorar una herencia que prioriza la vida, separando de aquella el racismo y la dominación, mezclar los lenguajes moderno, contemporáneo, colonial, republicano, originario; ir hacia la fusión, unión, mestizaje en que puedan realizarse intenciones, conceptos, actitudes. Disfrutar los recorridos en edificaciones de ambientes fluidos, múltiples patios, galerías, de habitáculos amables que se diseccionan en múltiples perspectivas. Un viaje alrededor de ellos que los transforme en espacios de experiencias. Tener presente la luz ecuatorial, incluso en su ausencia, redescubrir los muros despojándolos de sus pieles con su nueva piel, para que se potencie su músculo en el surgimiento de otra corporeidad, dejarse llevar por la banalidad de la vida cotidiana.

Ramajes reunidlos y anudadlos una choza desatadlos la llanura de nuevo - Vieja canción japonesa -


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LAS INTERVENCIONES CONTEMPORÁNEAS EN EL CENTRO HISTÓRICO DE QUITO. A PROPÓSITO DEL MIO 2019 Arq. Mónica Moreira Ortega

Hace más de veinte años, como habitante del Centro Histórico de Quito, escribí para una revista del Diario Hoy un artículo titulado “Casas con suerte, casas sin suerte”. Se refería a las intervenciones (o no intervenciones) en las edificaciones del Centro Histórico, copio parte del artículo: “Las edificaciones con suerte: La casa cuyos dueños viven en ella y piensan que es un orgullo y un lujo habitarla y la mantienen permanentemente. La casa que anteriormente fuera de propiedad de una familia y que ahora es un maravilloso museo del pasado de esa misma familia o de otros objetos.El convento en el que las religiosas se desviven por su cuidado y en el que las instituciones nacionales e internacionales se han ocupado de su restauración.Aquellos inmuebles restaurados

para nuevos fines institucionales y sociales y que ahora reciben diariamente a los usuarios que llegan por visitas, por trámites o porque allí trabajan. Los que alguna empresa privada ha rehabilitado para su funcionamiento, comprobando que la productividad puede convivir con el carácter del inmueble. Las que han sido rehabilitadas para que los usuarios, que anteriormente vivían sin servicios básicos, ahora habiten con una aceptable calidad de vida. Las de la mala suerte: La edificación cuya planta baja contiene un fructífero negocio, favorecido de la inmensa cantidad de peatones que por allí circula, y en la que sus plantas altas conviven únicamente con las ratas y las telarañas. Las edificaciones cuyos adinerados dueños esperan pacientemente a que algún día las cosas cambien y se les permita derrocar para hacer allí el soñado edificio moderno. Las de dueños que solamente esperan vender aquel bien que han abandonado por años y del que nunca se han ocupado, pero venderlo a precios desmedidos porque paradójicamente manifiestan estar conscientes de que son propietarios de una joya. Aquellas cuyos dueños no tienen posibilidades económicas para rehabilitar ni ganas de vender. Los inmuebles de los que sus propietarios quieren deshacerse pero que nadie quiere comprar. Las que por la descoordinación institucional han llegado a extremos lamentables. Algunas entregadas en comodatos a beneficiarios que no los merecen. Las que han cambiado de uso sin dios ni ley y han sido objeto de “arreglos” en beneficio únicamente del negocio y que ahora son una mezcla de remiendos”.


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Hoy la realidad de los inmuebles del centro sigue siendo similar (exceptuando la arquitectura monumental histórica, que ha sido intensamente restaurada). Dentro de las de las de categoría “con suerte”, hay que destacar el conjunto de intervenciones contemporáneas que desde entonces han logrado ejecutarse, aquellas que responden a las exigencias de habitabilidad de nuestro tiempo y a la vez han sido realizadas de forma técnica y respetuosa a la preservación del Centro Histórico. Por esta razón merecen ser analizadas y visitadas como un ejercicio académico, ciudadano y, ojalá, de contagio colectivo, pues tras cada proyecto ejecutado hay un esfuerzo que forma parte de la gestión del conjunto urbano y por tanto de su historia más reciente. Esta gestión es la que el MIO 2019 se propone visibilizar. Este proyecto, cuya primera edición se ejecutó en 2014 (y me alegra haber sido parte de esta iniciativa, junto con el equipo de la Bienal de Arquitectura de Quito), debe continuar para beneficio de los profesionales de la arquitectura, de los estudiantes y de la ciudadanía en general. Uno de los principales logros que el MIO consigue es crear vínculos emocionales con los lugares, proyectos y experiencias que recorre. En el caso de las visitas a sitios o proyectos en áreas históricas, esta acción además fomenta la incorporación de cada vez más aliados a la interminable tarea de la preservación del patrimonio. Vuelvo al artículo de hace más de veinte años: “Es tentador imaginar el mayor número de aliados para esta compleja tarea de revalorizar el patrimonio. Los que encuentren en estas edificaciones un lugar para vivir, los que avizoren un negocio productivo compatible con la preservación, y quizá las empresas privadas poderosas que apadrinen una edificación o un espacio público para usos sociales. Pues del mismo modo que se defienden

especies en extinción o zonas verdes protegidas, se debería defender y apadrinar la memoria de este país a través la recuperación de sus más tangibles testigos” La suma de muchas buenas intervenciones contemporáneas es un futuro deseable para los inmuebles y para el espacio público del centro, mucho mejor que el futuro del intocable deterioro que supone la no intervención de tantos años. Tenemos alrededor de 4.000 edificaciones de distintas épocas (adicionales al patrimonio monumental) esperando ser recuperadas, hay una emergencia por salvar este patrimonio irrepetible. El centro tiene muchas oportunidades de aportar con soluciones a los problemas contemporáneos: puede aumentar el número de viviendas densificando la ciudad, puede utilizar el recurso del reciclaje y, por tanto, aportar al tema ambiental. Siempre cuidando que no se pierda el carácter del centro, el ritmo al que se hacen las cosas. La priorización y el incentivo de las buenas intervenciones contemporáneas en el centro sigue pendiente y, a través de éstas, muchos colectivos culturales, habitantes, comerciantes, proyectos sociales y otras iniciativas tendrían en este espacio un lugar para desarrollarse. Para esto se requiere movilizar voluntades y fondos, proceso deseable que finalmente vuelva al Centro Histórico de Quito un lugar contemporáneo con historia.


18 Llevo años trabajando en patrimonio cultural, debatiendo todo el tiempo sobre qué es, por qué se debe cuidar, para quién lo conservamos y cuál es su futuro. Hay muchas visiones distintas: desde las más ortodoxas que insisten en que el patrimonio “el objeto” debe conservarse para ser admirado-no tocado, hasta otras que reconocen que el ser humano es su punto focal y su razón de ser.

EL DERECHO DE LAS GENERACIONES SOBRE SU LEGADO CULTURAL Arq. Angélica Arias “Mi madre me regaló el piano de mi infancia, aquel que mis abuelos compraron cuando mis hermanas y yo éramos pequeñas y que ahora llegó a mi casa realmente golpeado por los años: magullado, sucio y muy desafinado; aunque con la gran suerte de que la persona que contratamos para movilizarlo resultó ser, no sólo un transporte especializado para pianos, más bien un lutier y restaurador de estos maravillosos instrumentos. Me dediqué a escucharlo y observarlo por horas mientras limpiaba cada tecla, desarmaba el mecanismo, limpiaba los bronces y curaba las heridas del exterior con un cariño enorme y contándonos a mi familia y a mí la historia de este piano: de donde vino, de donde son sus piezas, en que año se fabricó y cómo funciona.”

Desde mi punto de vista, lo que sucedió con el piano lo explica todo. Ese legado que tiene significado para mi, principalmente por el vínculo tangible que siento con mis abuelos que ya no están, lo recibo, reparo, restauro y mantengo; no para tenerlo de adorno en mi casa para que nunca más suene, ni para escuchar de él sólo música predeterminada; más bien me siento comprometida a entregárselo a mis hijas para que lo toquen, lo usen, y puedan interpretar en él su propia música, expresar sus propios sentimientos y valorarlo y transmitirlo a su manera. Este, para mí, es el derecho de las generaciones sobre su legado cultural, es hacia allá hacia donde debe apuntar su gestión y me pareció la manera ideal de iniciar este artículo sobre las intervenciones contemporáneas en el patrimonio: escribiendo sobre el sentimiento de apropiación y orgullo que estos contenedores de identidad deben provocar en nosotros habitantes, usuarios y profesionales de la ciudad. El patrimonio edificado de Quito está compuesto de áreas y elementos singulares (más de 8000 en todo el Distrito) los cuales a partir de inicios del Siglo XX comienzan a preocupar a varias personas interesadas en la historia de nuestra ciudad por su alto deterioro. Luego de varios intentos normativos para proteger este legado, finalmente se logra inscribir a Quito como Primera Ciudad en la lista del Patrimonio Mundial por parte de la Unesco en el año de 1978 y como Patrimonio Cultural del Ecuador en 1984.


MIO19 - ARTÍCULOS • 19 Si bien los esfuerzos legales y económicos de la ciudad y del país para conservar este patrimonio en gran medida han surtido efecto, el avance y el debate respecto a la teorización y puesta en práctica de la intervención de este tipo de edificaciones y principalmente del derecho de los ciudadanos sobre este legado (identificación, conocimiento, uso, aprovechamiento) no satisfacen las necesidades reales del territorio. Cuando analizamos las nuevas intervenciones en el patrimonio cultural edificado es inevitable preguntarse una y otra vez qué las hace adecuadas, que las hace respetuosas y que las hace coherentes; a la par que también es necesario cuestionarse respecto a la originalidad y a la autenticidad de este legado: ¿Realmente estos edificios nunca han cambiado? ¿Se mantienen tal cual en sus inicios en sus usos, tecnologías, tipología y morfología o justamente lo que ha permitido que estas edificaciones sobrevivan al paso del tiempo es su constante adaptación a las nuevas necesidades de los habitantes de la ciudad? Las personas necesitamos sentir nuevamente este legado como nuestro, derribando ese muro levantado alrededor del patrimonio cultural que nos dio el mensaje erróneo: que esto no se puede tocar ni adaptar a nuestra vida, que lo debemos venerar y que dejó de ser de la gente. La respuesta no siempre está en las Directrices Prácticas, en la normativa vigente o en las leyes de conservación; es más, la mayoría de intervenciones interesantes y propositivas desafían los marcos normativos nacionales e internacionales y provocan múltiples debates entre funcionarios públicos, expertos, profesionales y ciudadanía. La normativa para conservación del patrimonio cultural edificado varía tremendamente cuando se plantea desde el reconocimiento y bienestar de quienes lo habitan y no sólo desde el reconocimiento y conservación del monumento arquitectónico vacío.

Aun así, tenemos sobre la mesa distintos estudios y conceptualizaciones que nos están dando a los gestores de sitio varias herramientas que requieren ser pensadas desde cada realidad específica, principalmente la recomendación sobre “Paisaje Urbano Histórico” de la conferencia general de París (Unesco – 2011), en la cual los Centros Históricos se reconocen como un organismo vivo y complejo del que resulta indispensable preservar su habitabilidad, su multifuncionalidad y su diversidad social. Por lo tanto, en el caso de las intervenciones contemporáneas en los edificios patrimoniales, es procedente hablar sobre cambio de usos y reapropiación de los espacios por parte de nosotros como sociedad actual. Hay diversas metodologías de intervención adecuadas para estos edificios pero el inicio de nuestra injerencia como arquitectos debe ser desde el respeto y aprecio a nuestra identidad aunque también valorando nuestro momento y aporte a la historia de nuestra ciudad. Las mejores propuestas de intervención en el patrimonio construido no sólo trabajan en el programa arquitectónico y reparación de daños físicos del inmueble, también conocen y se interesan en su “implantación” histórica, social y económica; en su lado humano e identitario. Volver a habitar las ciudades históricas se ha vuelto uno de los mayores desafíos de nuestra sociedad actual. Cuando vivimos en la era de lo desechable e inmediato nos deja de interesar nuestra permanencia y ya no sentimos que nuestras acciones pueden dejar una huella en la humanidad y por eso regreso al inicio: debemos vincularnos con nuestro legado, tratarlo con detalle y cariño, cuestionarnos e investigar una y otra vez. Apropiación es el derecho de las nuevas generaciones sobre su patrimonio cultural y sólo así los edificios volverán a vivir.


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DEBATES URGENTES Arq. Yadhira Álvarez

El discutir las intervenciones contemporáneas en patrimonio es un tema de absoluta pertinencia y contemporaneidad que nos permite colocar el compromiso de la tarea arquitectónica con la ciudad y la sociedad. Es un desafío que trasciende la conservación del patrimonio como “un objeto de valor” y nos convoca a entenderlo como un patrimonio habitable, un espacio en el que ocurren una multiplicidad de prácticas cotidianas, un patrimonio vivo en el que se activa la historia y la memoria desde las actuaciones del presente. Nos conduce además a aproximarnos a otros debates como el de la sostenibilidad en un sentido más amplio, no solo desde la eficiencia del objeto arquitectónico, sino desde la reflexión crítica del crecimiento urbano expansivo y el consecuente consumo de territorio, y de la pertinencia de iniciativas que trabajen sobre el reciclaje de un tejido urbano servido, con valores de centralidad e incorporado a determinadas estructuras barriales.


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Si entendemos a la ciudad como una superposición de capas naturales y culturales, podemos concluir que de la lectura cuidadosa de las estructuras sociales existentes, de las dinámicas que permanecen y aquellas que se transforman, se nutren el proyecto de arquitectura, el mismo que puede resultar un acuerdo entre la preexistencia y la proposición. En particular, cuando intervenimos en un contexto con unos valores singulares, como los entornos patrimoniales que están fuertemente vinculados a la historia y a la identidad de un barrio, de una ciudad, ha de ser más cuidadoso este entendimiento. La arquitectura, puede proponer una interpretación de un lugar y de un tiempo concreto, y puede también constituirse en una herramienta del pensamiento para cuestionar determinados órdenes, cuestionar a nuestro tiempo y sus limitaciones. El trabajo del arquitecto sitúa en una permanente dialéctica al mundo de las ideas con un accionar directo, el proyecto es un necesario espacio de encuentro entre esas dos dimensiones, y a través de él existe la posibilidad de incidir en la vida de las personas.

El estudio e inmediato contacto con obras construidas, nos permite profundizar este debate desde experiencias concretas, y permite una aproximación a la forma en la que opera, o podría operar la ciudad contemporánea. Y a la vez permite visibilizar el desarrollo de una obra, el proceso de reflexión y toma de decisiones que surgen de esta permanente conversación con lo existente.


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VISITEMOS EL PATRIMONIO PROPONEMOS CONOCER 10 LUGARES EN 6 RECORRIDOS DURANTE 3 DÍAS


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Recorrido 1 Centro Ambulatorio de Salud Mental San Lázaro Recorrido 2 Museo de la Ciudad Recorrido 3 Convento de Santa Clara Casa de los 7 Patios Recorrido 4 Plaza Santa Clara Casa del Alabado Recorrido 5 Plaza Huerto San Agustín Instituto Metropolitano de Patrimonio Recorrido 6 Centro Cultural Metropolitano Casa Museo Archivo de Arquitectura de Quito


RECORRIDO 1

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CENTRO AMBULATORIO DE SALUD MENTAL SAN LÁZARO. SIGLO XVI-XVIII PROMOTOR: Instituto Metropolitano de Patrimonio ARQUITECTOS: Jorge Andrade y Daniel Moreno UBICACIÓN: calle Ambato No. 321 y Barahona FECHA DE INTERVENCIÓN: 2014 El Municipio de Quito adquirió el predio para ser rehabilitado como un Centro Ambulatorio de Salud Mental. El encargo de esta edificación fue el de generar consultorios y facilidades para la atención ambulatoria de pacientes psiquiátricos quienes la recibían en un hospital cercano que iba a ser trasladado a otra zona de la ciudad. El área de construcción solicitada superaba, por mucho, el área disponible en los espacios existentes. Quedaba claro que sería necesario liberar ciertas áreas para albergar edificaciones nuevas que proveyeran el programa requerido. Las construcciones existentes fueron hechas en distintos tiempos y sus materiales eran diversos. Se conservaron las secciones de la época colonial y republicana, se liberaron los añadidos y las secciones de construcción reciente. El espacio donde previamente existió un galpón para almacenaje de madera fue el lugar óptimo para albergar los metros cuadrados adicionales. El interior del inmueble dio lugar a una arquitectura de integración, buscando mantener armonía entre lo patrimonial y lo contemporáneo. La arquitectura nueva se emplazó dentro de un perímetro de arquitectura antigua con pocas modificaciones y liberaciones, el espacio central quedo apto para ser ocupado.

La nueva edificación mantuvo un retiro con respecto a las calles aledañas al proyecto con el fin de mantener una presencia atenuada en la fachada principal, por lo que, con respecto al entorno inmediato, la arquitectura nueva sirve de telón para la antigua. El perfil superior de la cubierta del antiguo galpón se identificó como un rasgo significativo, familiar a los transeúntes del lugar. La peculiar forma de sus cubiertas fue emulada en la nueva arquitectura con el fin de dar continuidad a la imagen del pasado. Desde el ingreso al predio se procuró generar una variedad de escenarios, brindando características naturales a los espacios exteriores, buscando contribuir al tratamiento de los pacientes con un entorno calmado y agradable. Se intenta, mediante los patios y jardines, que los usuarios encuentren en las instalaciones no un ambiente hospitalario, sino uno más acogedor y doméstico. Las áreas abiertas del proyecto interactúan con el ser humano, brindándole tranquilidad y posibilidad de contemplación. Se reutilizaron los materiales propios de la construcción antigua, fortaleciendo la estructura de las edificaciones que se conservaron. Piezas de madera del galpón, tejas, puertas, ventanas y mamparas antiguas encontraron un uso en la nueva propuesta. Se expuso la materialidad y la textura del ladrillo de antiguas paredes al retirar su enlucido. Los nuevos materiales guardaron una postura discreta generando un marco en el que el lenguaje del pasado es capaz de expresarse a través de las intervenciones contemporáneas. La edificación alberga exitosamente las funciones para las que fue creada y acoge una aproximación hacia la salud mental que dista de la que estigmatiza y aísla a los pacientes con este tipo de condiciones. Se considera un ejemplo exitoso en el Ecuador para este tipo de tratamientos. Bibliografía J. Andrade, D. Moreno. (2015). Centro Ambulatorio de Salud Mental San Lázaro. Centro Ambulatorio de Salud Mental San Lázaro. Quito, Ecuador.


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N+8.54

Planimetría: Equipo MIO19, cortesía autores. Fotografías: © Bicubik

N+7.88

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N-3.05

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FACHADA CALLE AMBATO


RECORRIDO 2

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MUSEO DE LA CIUDAD. SIGLO XVI-XVII PROMOTORES: Municipio de Quito AUTORES REHABILITACIÓN ANTIGUO HOSPITAL: José Ordóñez, Francisco Naranjo, Lucia Váscones AUTORES REHABILITACIÓN AMPLIACION ÁREA ADMINISTRATIVA: MCM+A taller de arquitectura, Yadhira Álvarez, Pablo Moreira, Natalia Corral, Rubén Moreira, Milton Chávez UBICACIÓN: calle García Moreno 572 y Rocafuerte, pasando el Arco de la Reina FECHA DE INTERVENCIÓN REHABILITACIÓN ANTIGUO HOSPITAL: 1998 FECHA DE INTERVENCIÓNREHABILITACIÓN AMPLIACION ÁREA ADMINISTRATIVA: 2014 El rey Felipe II mandó a construir el Hospital San Juan de Dios 31 años después de la fundación de la ciudad. Inició sus funciones en 1565, bajo el nombre del Hospital de la Santa Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo de Real Patrocinio, hasta 1705 cuando empezó a ser más conocido como Hospital San Juan de Dios pese a que en ningún acta se lo denomina así. El hospital estuvo activo hasta 1974, un periodo de 409 años. En 1998 el antiguo Hospital San Juan de Dios reabre sus puertas convertido en el Museo de la Ciudad, espacio que conserva y proyecta la historia de Quito. La rehabilitación arquitectónica fue realizada por José Ordoñez, Francisco Naranjo y Lucía Vásconez. El criterio para la intervención fue la recuperación de las características originales de la edificación y la eliminación de aquello que atentara contra la calidad morfológica y espacial. En el 2014, la ampliación del Museo de la ciudad, a cargo de la oficina MCM+A, replantea la relación de este emblemático equipamiento, con la Av. 24 de Mayo, un frente que había permanecido cerrado. La intervención recicla una edificación de estacionamientos y está enfocada en poner en valor un recurso patrimonial y urbano, rescatando

secuencias visuales y físicas hacia el antiguo edificio y proponiéndolo como un recurso vitalizador de esta parte de la ciudad. Las estrategias para esta intervención contemplan: • La valoración de la estructura morfológica de manzana: partiendo de la lectura histórica del estado original de las proporciones y composición de la morfología de la manzana, logrando así, con la propuesta, una intervención clara y legible, de fácil integración al contexto. • La valoración de la estructura-estado actual: parte de una identificación y valoración de los elementos existentes, de tal manera se privilegian los aspectos de relación urbana, como la secuencia visual hacia la cúpula de la capilla del Museo de la Ciudad y la relación con la plataforma pública de la Av. 24 de mayo. • La jerarquía y conexión espacial entre vacíos: en la propuesta, los espacios libres son resultado de una intervención proyectual que les atribuye significado y que permite entenderlos como un circuito transitable continuo que atraviesa y dota de permeabilidad al conjunto edificado. El edificio se dispone como un bloque edificado en forma de “C”, superpuesto al cuerpo de los estacionamientos construido en el año 2000, correspondiendo con la lectura morfológica de la manzana, está resuelto en dos niveles desarrollados entre el nivel de la terraza actual y el nivel de piso de las crujías antiguas. La fachada se dispone como un elemento abstracto y continuo que articula los distintos elementos y niveles existentes, está resuelta con una celosía metálica en su capa exterior y con vidrio hacia el interior de los espacios. La terraza está planteada como una prolongación del nivel superior existente, es un área accesible, en el que se diferencian tratamientos de espacios de estancia y ajardinados que proporcionan distintas experiencias de contemplación del entorno.


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Fotografía: © Autores

MUSEO DE LA CIUDAD BOULEVARD 24 DE MAYO

Bibliografía CAE-P, C. d. (1999). XI Bienal de Arquitectura de Quito. Quito: Trama. BAQ, B. P. (5 de 10 de 2016). Archivo Digital Arquitectura Panamericana. Museo de la Ciudad (Quito). (2019, 15 de junio). Wikipedia, La enciclopedia libre.

0

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CORTE A A´ CORTE A-A´


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MIO19 - RECORRIDOS • 33

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A

1. Boulevard 24 de mayo 2. Pasarela peatonal 3. Plaza de llegada 4. Cafetería 5. Sala de uso multiple 6. Reserva y talleres de restauración 7. Vestíbulo de ingreso 8. Expocisiones temporales 9. Escalera vículo con edificio antiguo 10. Bodegas de museografía y mantenimiento 11. Museo de la Ciudad edificio antiguo

PLANTA BAJA

Planimetría: Equipo MIO19, cortesía autores. Fotografías: © Sebastián Crespo


IGLESIA Y TERRAZA DEL CONVENTO DE SANTA CLARA. SIGLO XVI-XVIII PROMOTOR: Instituto Metropolitano de Patrimonio, Secretaria de Cultura AUTOR: Fray Rodríguez UBICACIÓN: Calles Cuenca y Rocafuerte, esquina FECHA DE INTERVENCIÓN: 1995

y reconstruida con mayor altura, en el siglo XIX. A raíz de esos movimientos sísmicos, se incluyeron contrafuertes que afectaron la simetría estructural. El monasterio está conformado por tres claustros, el de la portería, el de clausura que está adosado al templo, y el de servicio. Posee una rica colección de obras de arte, en miniatura y bellas custodias, una de 85 cm, en oro y esmeraldas. La Sala Capitular tiene un retablo con miniaturas. Posee una miniatura del siglo XVIII de la virgen de Legarda y varios niños Jesús, realizados por Caspicara.

Fundado en 1596, el Monasterio de Santa Clara de Asís funcionó sobre lo que fueron tres casas coloniales. Actualmente ocupa casi una manzana del Centro Histórico de Quito, entre las calles Cuenca y Rocafuerte, una cuadra al sur de San Francisco.

Bibliografía Evelia Peralta, R. M. (2007). Guía Arquitectónica de Quito. Quito: Trama.

El sismo de 1645 causo muchos daños en la edificación, por esta razón se emprendió una nueva construcción que inició obras a mediados del siglo XVII. Según los planos del arquitecto y sacerdote franciscano Fray Antonio Rodríguez, se extendió la propiedad para dar lugar a la iglesia y el huerto.

S

S

S

S

La Iglesia de Santa Clara, se compone de tres naves separadas por robustas pilastras creando un ambiente arquitectónico de rasgos clásicos italianizantes. La nave central se cubre con tres cúpulas, una en el presbiterio sobre tambor octogonal, otra elipsoidal al centro, de importante magnitud, y la tercera al pie, con linternas. Los coros, alto y bajo se soportanz sobre bóvedas de crucería y gruesos arcos, el primero restaurado.

A

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A´ S

S

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B B

El presbiterio lleva un retablo del siglo XVIII, cuya construcción según Fray José María Vargas estuvo a cargo de Manuel de Samaniego. En 1912 el Padre Bruning decoró la iglesia, se conservan la pintura del ábside hasta el arco total, la mampara moderna y el altar construido en Alemania. La pintura simula mármol. La torre campanario esquinera fue demolida como consecuencia de los daños producidos por los sismos de 1859 y 1868

B´ 0

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PLANTA BAJA

Planimetría: Equipo MIO19, cortesía IMP. Fotografías: © Ministerio de Cultura

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RECORRIDO 3

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CASA DE LOS 7 PATIOS. SIGLO XIX

materiales y sistema constructivo típicos, con la incorporación de un lenguaje, estructura y materiales contemporáneos.

PROMOTORES: Convenio de Cooperación Internacional, Municipio Quito Junta de Andalucía, Consejeria de Obras Públicas y Transportes ARQUITECTOS: Jorge Carvajal (Ecuador) / Patricia Fondello (Argentina) / José Román Ruiz Esteban (España) / Emilio Yanes (España) UBICACIÓN: Calle Rocafuerte e Imbabura, en San Roque FECHA DE INTERVENCIÓN: 1992

La obra, terminada en julio de 1993, tiene una alta proporción de obra nueva, se conservó básicamente la tipología del edificio y su organización lineal alrededor de los patios que se articulan entre sí, quedando 38 unidades de vivienda y 2 locales comerciales, habiéndose dado preferencia para su ocupación, con opción a compra, a los antiguos habitantes del inmueble.

Esta es una antigua casa del Centro Histórico, ubicada en el tradicional barrio de San Roque, es el resultado de la integración de dos propiedades, primero un lote original alargado con la mitad posterior del lote contiguo, dando como resultado un terreno en forma de L. Como muchas construcciones antiguas, es posible que su conformación fuera producto de varias adiciones a través del tiempo. El inmueble es un conglomerado orgánico, aditivo, de piezas organizadas en torno a seis patios los cuales su uso era de vivienda. Con el tiempo se transformó en una casa de inquilinato habitada por numerosas familias. Su deterioro por falta de mantenimiento y excesiva densidad de usuarios, se agudizó con una explosión sucedida en 1970. En 1971 fue adquirida por la Municipalidad, no sólo por su valor emblemático sino también con el propósito de aliviar sus problemas de tugurización. Tras varios proyectos no concretados en diferentes administraciones municipales, finalmente en 1991, el proyecto definitivo inicia con el aporte técnico y económico de la Junta de Andalucía, convirtiéndose en la primera actuación pública de rehabilitación para vivienda social que se ejecuta en Ecuador. La intervención conjugó la conservación de las características tipológicas de la arquitectura tradicional organizada alrededor de sus 6 patios, sus

En la propuesta se potencian las actividades de ocio en los patios. El número 7, que da nombre a la casa, ha dejado de ser un pozo de aire y luz para convertirse en un sitio de remate del recorrido, así como un lugar desde el cual percibir la ciudad. Bases para su intervención: • Reivindicar la arquitectura en el ámbito de la vivienda social y en la intervención sobre el patrimonio edificado. • Reconocer los valores tipológicos básicos: el patio como elemento estructurante. • Dar una respuesta equilibrada al mantenimiento de la diversidad de cada patio y a la unidad del conjunto. • Mantener el sistema de muros de carga de adobe y ladrillo, mejorado al convertirlo en fábrica armada para dar respuesta a los problemas sísmicos. • Desarrollar un nuevo tipo de vivienda que resuelva la mayor complejidad de los programas, la introducción de servicios y la mayor fragmentación en dependencias, en relación con la estructura original de cuartos independientes.

Bibliografía BAQ, B. P. (1995). IX Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito. Quito: CAE-P, Colegio de Arquitectos del Ecuador Pichincha. Evelia Peralta, R. M. (2007). Guía Arquitectónica de Quito. Quito: Trama. Arquitectura, B. d. (s.f.). Archivo de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. Obtenido de www.bienalesdearquitectura.es/index.php/es/i-biau/6562-i-biau-ecuador-finalista-casa-de-los-siete-patios.html


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BLQ 3

BLQ 3

PATIO 6

PATIO 5

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BLQ 2 PATIO 3

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PATIO 7

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PLANTA BAJA

PATIO 2

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BLQ 1 1 PATIO + 0.55 N

Acceso Principal

N + 0.84


Fotografía: Inconcerto Planimetría: Equipo MIO19, cortesía autores. Fotografías: © Archivo BAQ

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RECORRIDO 4

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PLAZA SANTA CLARA. SIGLO XVI PROMOTOR: Instituto Metropolitano de Patrimonio AUTORES: Municipio del Distrito Metropolitano de Quito UBICACIÓN: calles Rocafuerte, Benalcázar y Cuenca FECHA DE INTERVENCIÓN: 2011

La Plaza Santa Clara se encuentra ubicada en el Centro Histórico de Quito junto a la iglesia y monasterio de Santa Clara, entre las calles Rocafuerte al norte, Santa Clara al sur, Benalcázar al este, y Cuenca al oeste. Este espacio urbano existe desde el siglo XVI, alrededor de 1560, anterior a los edificios religiosos, las razones de su origen se desconocen. Con la construcción del monasterio de Santa Clara, a finales del siglo XVII, la plaza se ve reducida. En 1920 comienza a funcionar el Mercado de Santa Clara ocupando una estructura de hierro y zinc importada originalmente de Hamburgo, Alemania, durante el gobierno del General Eloy Alfaro en 1889. Asentada sobre sólidos muros, ésta fue la imagen que dominó la zona hasta que la estructura fue trasladada, en el año 2004, al Itchimbía, colina ubicada al este del Centro Histórico de Quito, donde actualmente funciona el Centro Cultural Itchimbía.

En diciembre del 2011 se iniciaron las labores de recuperación de la plaza. Mientras se desbancaba el terreno los obreros hallaron un conjunto de ruinas arqueológicas, se trataba de un sistema de acueductos que datan del tiempo de la colonia, posiblemente servían como una red de distribución del agua, según hipótesis, en el centro de la plaza habría existido una pileta. El proyecto buscó convertir un espacio cerrado de uso privado en un espacio abierto de uso público, siendo éste uno de los logros de mayor importancia en el proyecto. A su vez, con la liberación del espacio, se permitió visibilizar a la iglesia de Santa Clara que estuvo oculta durante años por los muros. La propuesta se fundamentó en crear tres plataformas: la primera, que sirve como atrio para la Iglesia de Santa Clara; la segunda, como lugar de encuentros; y la tercera, como lugar cívico. La plaza con sus diferentes niveles recupera la importancia de la topografía de la ciudad. La Plaza Santa Clara, ubicada entre la Plaza 24 de Mayo y Plaza San Francisco, forma parte de un recorrido y la convierte en un sitio de integración que revitaliza el sector y recupera con fuerza el sur del Centro Histórico. Este proyecto obtuvo el Primer Premio Internacional y Nacional en la categoría Diseño Urbano, en la XVIII Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, en noviembre de 2012.

Durante las últimas décadas, este lugar se encontraba en una grave situación de deterioro, el espacio del antiguo mercado estaba ocupado en la parte baja por un restaurante y en la parte alta por un parqueadero que no brindaba un servicio prioritariamente público y libre para la ciudadanía. Bibliografía Albornoz, B. (2011). Boriz Albornoz arquitectura. Obtenido de https://www.borisalbornoz.com/plaza-santa-clara/ Centro Cultural Itchimbía. (2019, 5 de septiembre). Wikipedia desde https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Centro_Cultural_ Itchimb%C3%ADa&oldid=118965194.


MIO19 - RECORRIDOS • 41

B

CALLE CUENCA

CALLE ROCAFUERTE

CALLE SANTA CLARA

A´ -3.38

CALLE BENÁLCAZAR

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PLANTA GENERAL

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CORTE A A´


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Planimetría: Equipo MIO19, cortesía Archivo BAQ. Fotografías: © Archivo Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito

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CORTE B B´ 0 10 30 50


RECORRIDO 4

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CASA DEL ALABADO. SIGLO XVII PROMOTOR: Privado ARQUITECTO: Luis López UBICACIÓN: Centro Histórico de Quito, calle Cuenca N1-41; entre calles Bolívar y Rocafuerte FECHA DE INTERVENCIÓN: 2010

La fecha exacta de su construcción es incierta, se presume que fue entre los años 1530 y 1670, lo que convierte a La Casa del Alabado en una de las más antiguas de la ciudad. Además de los registros históricos existe un documento de primera mano: una de las vigas de aspecto más antiguo fue datada mediante radiocarbono, y se obtuvo que el árbol fue talado entre 1350 y 1450. Ello indica que existió un reciclaje o reutilización de los materiales más inmediatos de construcciones previas cercanas, para erigir las nuevas edificaciones coloniales. La casa está localizada a media cuadra de la primera plaza edificada en la ciudad de Quito en tiempos de la fundación española, y ocupaba casi una manzana completa. Según su extensión y ubicación privilegiada en el contexto de urbanización colonial temprana, puede deducirse que perteneció a familias o entidades de alta posición social y económica. Según el arquitecto a cargo de la restauración, Luis López, el edificio sufrió varias intervenciones arquitectónicas, y la más significativa se llevó a cabo hacia 1671. De esa época se cuenta con dos documentos que la acreditan: una orden de construcción dada por el capitán castellano Diego Miño de Paz y Paredes, y el propio dintel pétreo de la casa, que reza: «ALABADO SEA EL SANTÍSIMO… ACABOSE ESTA PORTADA EN 1671 AÑOS».

La fachada es muy sencilla, sin adornos especiales. En planta alta se encuentran cuatro balcones en volado, y en planta baja el ingreso principal. La fachada se encuentra rematada por el alero con canecillos. Ha sufrido múltiples cambios en sus aproximadamente cuatro siglos de existencia, ya sea por los destrozos ocasionados por los terremotos e inclemencias del clima, o por las “mejoras” y adecuaciones que hicieran sus propietarios en el transcurso de todos esos años. Tierra, piedra y madera, son los tres componentes básicos con que se fabricaron los cimientos, muros, galerías y cubiertas de esta casa, recogiendo una tradición edilicia con más de cinco mil años de historia, que viene tanto de Mesopotamia, como de nuestro mismo continente. El proceso de intervención, descubre y muestra los distintos momentos que han marcado la evolución de la casa. La expresión natural de los materiales, la presencia de texturas nacidas de la mano de los artesanos, la asimetría y falta de uniformidad de las masas murales, los nuevos-viejos espacios que surgieron, forman parte de este singular proceso. El nuevo uso de la edificación como museo, recoge una premisa básica de la cual parte la intervención: la presencia de la luz. La luz cenital obtenida por la separación de los planos de cubierta y cielo raso que llegan a las cumbreras, es usada como un recurso para percibir los espacios de forma distinta, sin modificar sus dimensiones y proporciones. La luz lateral, lograda al cambiar las puertas sólidas por vidrio, sirve como un vínculo interior-exterior con galerías y patios; de esta manera, el recorrido físico o visual, más que la constatación de algo ya conocido, se vuelve una experiencia nueva y el origen de una percepción espacial distinta.

Bibliografía Casa del Alabado, M. d. (s.f.). Casa del Alabado, Museo de arte precolombino. Obtenido de www.alabado.org/%e2%80%8bla-casa-delalabado/ López, L. (2013). Casa del Alabado, Museo de arte precolombino. Escala (228), 61-64.


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PLANTA BAJA

Primera Planta Alta 005 005 015 - PPA - 03/05 0

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Planimetría: Equipo MIO19, cortesía autores. Fotografías: © Luis López

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SALA 22 SALA 13

SALA 8

BODEGA RESERVA MUSEO PATIO 1

SALA 0

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SALA 6 N 0.00

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CORTE A A ´


RECORRIDO 5

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PLAZA HUERTO SAN AGUSTÍN. SIGLO XVII PROMOTORES: Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda AUTORES: Arquitectos Esteban Jaramillo y Christine Van Sluys UBICACIÓN: Centro Histórico Quito, tramo de la calle Mejía, entre las calles Guayaquil y Flores FECHA DE INTERVENCIÓN: 2016

Ubicada entre las calles Guayaquil y Flores, atravesada por la Calle Mejía, con 2.800 m2 de superficie, la Plaza-Huerto, finalizada en el año 2016, se implanta a los pies de la fachada posterior de la iglesia-convento de San Agustín que datan del siglo XVII. Los arquitectos Esteban Jaramillo y Christine Van Sluys son las autores de esta intervención que busca poner en valor la memoria urbana del lugar. El planteamiento surge luego de analizar cuatro momentos claves en la historia de este espacio. • 1748 La plaza no existe. En el plano de la ciudad la plaza no es más que el huerto trasero del convento, no existe la calle que lo atraviesa y el solar amurallado de los agustinos ocupa dos cuadrantes del damero. • 1878 Aparece la calle Mejía. En el diario “Últimas Noticias” de Quito, del 18 de abril de 1964 se publica la crónica “La lagartija que abrió la calle Mejía” que narra las pintorescas circunstancias en las que se consigue dar continuidad a la calle. Así lo demuestra un plano de Quito unos años más tarde. • 1964 Se derriba parte del convento para construir un edificio de hormigón. En la misma crónica se menciona “los padres agustinos acaban de derribar trabajosamente un enorme edificio antiguo conventual para levantar en su

lugar otro de carácter moderno” El edificio rentero ocupó el lote del proyecto entre los años 1964 y 2015, ocultando por completo la vista posterior del edificio patrimonial del Convento San Agustín. • 2015 Se derriba el edificio de hormigón. Se plantea la creación de una plaza. La puesta en valor de la memoria urbana del lugar se realiza mediante la incorporación de elementos didácticos: como las placas rediseñadas sobre planos urbanos de los últimos cuatro siglos que cuentan las transformaciones que sufrió el tramo de la Calle Mejía, entre las Calles Guayaquil y Flores; los juegos de equilibrio para niños que hacen alusión a la crónica urbana sobre “la lagartija que abrió la Calle Mejía” en el siglo XIX, la escultura humanizada de San Agustín que camina como uno más entre los usuarios de la plaza y los apliques en bronce que marcan la línea de fábrica en memoria al edificio del ex registro civil, que ocupó el lote del proyecto entre los años 1964 y 2015. En el diseño de piso de la plaza se reinterpretan los grafismos para zonas de huertos de los planos históricos de la ciudad, rememorando el antiguo huerto de los agustinos que unía las dos manzanas a norte y sur del eje de la calle. Diseño que se repite en la entrada de la iglesia desde la Calle Chile. Las zonas verdes y fuentes de agua se integraron al diseño de piso en piedra volcánica negra y andesita en dos tonos de grises. La pacificación de la calle, permitió que la plaza se extienda de paramento a paramento, mejorando significativamente el ancho de la acera en el lado norte y reduciendo la velocidad de circulación de los vehículos.

Bibliografía Calderón, E. (2016). Plaza huerto San Agustín. 30-60 Cuaderno latinoamericano de arquitectura. Bienal Panamericana de Arquitura de Quito, B. (21 de 03 de 2017). Archivo Digital Arquitectura Panamericana.


Planimetría: Equipo MIO19, cortesía autores. Fotografías: © Sebastián Crespo

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Fotografía: Jaramillo Van Sluys

FACHADA CALLE MEJÍA


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PLANTA GENERAL


RECORRIDO 5

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INSTITUTO METROPOLITANO DE PATRIMONIO. SIGLO XIX PROMOTOR: FONSAL AUTOR: Equipo Técnico Instituto Metropolitano de Patrimonio UBICACIÓN: García Moreno N8-27 y Manabí esquina FECHA DE INTERVENCIÓN: 2010

El Instituto Metropolitano de Patrimonio, también conocido como IMP, es una institución vinculada al Municipio del Distrito Metropolitano de Quito que se ocupa de la gestión, rescate y conservación del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Quito. Antiguamente conocido como Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural o FONSAL, cambió a su nombre actual en el año 2010. Esta Institución ocupa 3 importantes e históricas edificaciones patrimoniales: las casas Arteta, García Moreno y Gillespie. La Casa Arteta, edificación que data de 1867, funcionó como vivienda hasta que fue adquirida por el gobierno de Isidro Ayora en 1927 y posteriormente vendida a la Caja del Seguro quien cambio el uso a un centro médico que estuvo en funciones entre 1944 y 1970. Desde entonces hasta el 2010 funcionó como centro de almacenaje y comercio.

con ciertos toques “art nouveau”. En 1947 James Gillespie vende el inmueble a la Caja del Seguro quienes ocupan el predio, dando servicio a la ciudadanía hasta 1980, posteriormente entra en funcionamiento la oficina del Ministerio de Bienestar social hasta 1990. Desde 1990 hasta el 2007 una parte de la edificación acoge al Colegio Hispanoamericano y otra se convierte en casa rentera hasta su venta al Municipio de Quito en el 2011, donde inicia el proceso de estudios y ejecución para la rehabilitación que finaliza en el 2016. La intervención alude al esfuerzo por restablecer las cualidades estéticas y documentales del bien, se propone una organización espacial de las tres edificaciones a través del vacío patio central de forma cuadrada o rectangular, con galerías periféricas que articulan escaleras y espacios habitables. Al generar la unificación predial de estos tres bienes se preservó la forma de organización tipológica, el sistema constructivo y las condiciones topográficas para articular jerárquicamente los espacios en cada edificación. La vinculación entre edificaciones se da a través de la circulación vertical. La intervención plantea solucionar patologías constructivas existentes, mantener elementos como puertas, pasamanos, pisos y pintura originales, y la implementación de redes eléctricas, hidrosanitarias, electrónicas, de prevención de incendios en la justa medida para habilitar las funciones del IMP. La belleza de esta edificación es impactante, posee un patio central, tres plantas y una guardilla en la cuarta planta.

La Casa García Moreno fue edificada en el año 1888. Dolores Álvarez la vendió a Filomena Gangotena. De 1928 a 1944 funcionó el Ministerio de Hacienda y de 1970 a 2010 fue utilizada como bodegas y restaurante, pasó a manos del Municipio en 2011. Por otra parte, la Casa Gillespie, fue construida con planos de Francisco Durini, arquitecto y escultor italo-suizo, que desarrolló la mayor parte de su carrera en la ciudad de Quito, en la que adquirió gran prestigio profesional. Esta es una edificación ecléctica en la que predomina el estilo manierista

Bibliografía Instituto Metropolitano de Patrimonio. (2010). IMP. 28 de diciembre, de IMP Sitio web: http://www.patrimonio.quito.gob.ec Información cortesía Instituto Metropolitano de Patrimonio, WIlfrido Castro técnico IMP. Memoria arquitectónica Casa Guillesppi.


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C´ 9

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S

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CALLE GARCÍA MORENO

CALLE MANABÍ

1 2 3 4 5 6

PLANTA BAJA


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Planimetría: Equipo MIO19, cortesía IMP. Fotografías: © Equipo MIO19 / IMP

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CORTE C-C´ 0 1 3 5

CORTE C C´


RECORRIDO 6

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CENTRO CULTURAL METROPOLITANO. SIGLO XVI-XVIII PROMOTOR: FONSAL ARQUITECTOS: Fernando Flores, Jaime Andrade, Soledad Dulce, Mauricio Moreno UBICACIÓN: calles García Moreno (N3-63) y Espejo, esquina FECHA DE INTERVENCIÓN: 1998-2000 (restauración y rehabilitación) El predio perteneció a la orden de la Compañía de Jesús desde la fundación de la ciudad, quienes en el año 1622 construyeron allí la Universidad San Gregorio Magno. Cuando los jesuitas fueron expulsados de los territorios en 1767, la universidad pasó a manos de la corona española, que la fusionó con la de los dominicos bajo el nombre de Real Universidad Pública de Santo Tomás de Aquino. Tras la independencia, en 1826 el Congreso de Cundinamarca resuelve la creación de la Universidad Central del Departamento de Quito, ocupando para ello el mismo edificio colonial de la Universidad Real. En 1914 el Congreso Nacional organiza un concurso para el rediseño del edificio colonial donde el arquitecto quiteño, Francisco Espinosa Acevedo, obtiene el primer lugar. Durante este proceso se incluyó además el cuartel de artillería, mismo que había sido el Real Cuartel de Lima durante la dominación española. Más tarde en 1945, la Universidad Central abandona el edificio y se traslada a la moderna ciudadela universitaria de Miraflores. Cerca de 1960, cuando se derribó el antiguo Palacio Municipal para construir el actual, este edificio fue ocupado como sede provisional del Municipio y el Consejo de la ciudad; aunque para 1994 ya se encontraban entre sus paredes únicamente oficinas de dependencias culturales de la institución.

La fachada monumental tiene una proporción acorde con el tamaño del edifico, desde el punto de vista urbano la conformación del volumen está bien resuelta. La organización axial del edificio resuelve adecuadamente la esquina que da hacia la Plaza de la Independencia. Espacialmente, el edificio carecía de méritos y cualidades, el espacio con mayor calidad era el patio sur. La rehabilitación, llevada a cabo entre los años 1997 y 2000, plantea dos objetivos: mejorar los aspectos considerados deficitarios en el monumento arquitectónico, y tomar en cuenta el cambio de uso. Se respetaron todos los componentes originales y se intervinieron solamente las tantas reformas mal realizadas. Con estos planteamientos se integró en un solo conjunto arquitectónico los dos edificios que conformarían el Centro Cultural Metropolitano, estructurándolos de la siguiente manera: en lo espacial, una interrelación entre los tres patios a partir de la Plaza Grande, en lo funcional, distribuyendo las tres grandes zonas (biblioteca, centro administrativo y de servicios, y centro de arte) a partir del acceso principal de la calle García Moreno, en lo formal, cubriendo el patio norte y restituyendo el histórico espigón central, y en lo tecnológico, con solidando la estructura de muros y modernizando las infraestructuras. Se priorizó la recuperación del patio norte conservando la forma cuadrangular original; se restauró el patio sur por ser un testimonio válido de la arquitectura neoclásica, y se intervino parcialmente en el patio del museo liberando las ampliaciones. En el aspecto funcional se consideró fundamental liberar todas las divisiones y muros interiores para obtener grandes salas para la biblioteca y exposiciones.

Bibliografía BAQ, B. P. (2000). XII, Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito. Quito: Trama. Vásquez, M. A. (2005). Luz a través de los muros. Quito: FONSAL. López M, Héctor. (2015). Centro Cultural Metropolitano de Quito. 2015, de Los Ladrillos de Quito


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MIO19 - RECORRIDOS • 59

N -0.40

IGLESIA LA COMPAÑIA

N +0.30

N +0.10

EUGENIO ESPEJO

N +0.40

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N +0.30

N+0.22

PATIO NORTE

N+0.40

N+0.40

N+0.40 N +0.40

PATIO SUR

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A

N +0.40

 N +0.30

N+0.30 N+0.00

N +0.40

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N +0.40

PLANTA BAJA

AC NO CE RT SO E

N+0.40

Planimetría: Equipo MIO19, cortesía CCM. Fotografías: © CAE-P / Alejandro Merino

0 1

3

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CORTE A A´ 0 1

3

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RECORRIDO 6

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CASA MUSEO ARCHIVO DE ARQUITECTURA DE QUITO. SIGLO XIX ARQUITECTO: Francisco Naranjo UBICACIÓN: Junín 610 y Ortiz Bilbao. Barrio San Marcos FECHA DE INTERVENCIÓN: 1992

La casa se encuentra ubicada en el Barrio de San Marcos, en el Centro Histórico de Quito. El principal eje del barrio es la Calle Junín, anteriormente denominaba San Marcos. Dentro de las importantes edificaciones que conforman este tradicional barrio encontramos el Monasterio de Santa Catalina, la Iglesia de San Marcos y edificios civiles de una importante herencia histórica. Además cabe mencionar que muchos de los personajes que en ellos habitaron tuvieron gran trascendencia en los hechos políticos, históricos, sociales, culturales y religiosos locales y nacionales. Esta casa perteneció a la familia Ripalda durante varias décadas y se mantuvo como vivienda hasta que fue adquirida por la Municipalidad en 1992. A fines de 1989, el Directorio del Colegio de Arquitectos del Ecuador de Pichincha, presidido por el Arq. Rubén Moreira Velásquez, había presentado al Municipio de Quito un proyecto para crear el Museo y Archivo histórico de la arquitectura moderna del Ecuador. La propuesta argumentaba la necesidad de rescatar e inventariar el patrimonio arquitectónico de la ciudad y del país. Otro argumento importante fue el de contribuir a la política de rescate del Centro Histórico de Quito enfatizando su carácter cultural. Se vio necesario que el CAE-P cuente con una casa en este sector para llevar a cabo estos objetivos. La casa fue entregada en comodato al CAE-P en 1992.

Antiguamente la construcción se caracterizaba por la presencia de tres patios, el principal, el de servicio y las cocheras; más tarde la casa se subdividió y hoy se mantiene solo el patio principal. El acceso se realiza a través de un pasillo que separa los dos espacios que dan a la calle Junín. Antiguamente existía una entrada en la esquina que conducía a un departamento independiente. El patio está conformado por galerías de circulación y cuartos distribuidos al rededor del mismo. La estructura de la casa es de muros portantes de ladrillo y de adobe, asentada sobre un sócalo que va creciendo con la pendiente. Las columnas de la planta baja son de piedra y en la planta alta de madera, con fino detalles decorativos en la basa y el capitel, características muy comunes del periodo republicano. El patio está cubierto con una estructura de acero y vidrio que permite climatizar la casa sin perder iluminación natural. La escalera, que fue de madera, es en la actualidad de estructura metálica. En el 2017, el MAE actualiza y mejora las prestaciones de las salas de exposiciones, incorpora en sus instalaciones la biblioteca y abre una sala infantil. Actualmente permanece abierta la muestra permanente Pioneros de la Arquitectura Moderna Siglo XX-Ecuador, exposición que aborda la producción arquitectónica del siglo XX en Quito entre 1930 y 1985 y expone, en una línea de tiempo, el contexto socio histórico tanto nacional como internacional que cobijó esta producción El Museo Archivo de Arquitectura Del Ecuador MAE es una institución que forma parte del Colegio de Arquitectos de Pichincha al servicio de la sociedad cuya misión es documentar, conservar y difundir la Arquitectura y el Urbanismo de nuestro país, a través de su archivo y de programas educativos y culturales. Su visión es convertirse en un referente de consulta e investigación de la Arquitectura del Ecuador tanto nacional como internacional. Bibliografía Ortiz, A. (2004). Ciudad de Quito, Guía de Arquitectura. Quito: Junta de Andalucía.CAE-P, C. d. (2017). Museo Archivo de Arquitectura del Ecuador MAE . Obtenido de https://www.cae.org.ec/museo-archivo-de-arquitectura-del-ecuador-mae/


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CALLE BILBAO

SALA DE EXPOSICIÓN

SALA DE NIÑOS

BIBLIOTECA

CALLE JUNÍN PLANTA BAJA


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SALA COMUNAL

TERRAZA ACCESIBLE

N + 7.81

PLANTA CUBIERTA Fotografía: BICUBIK Planimetría: Equipo MIO19, cortesía CCM. Fotografías: © CAE-P


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APOSTEMOS POR EL PATRIMONIO


66 También están los programas de intervención en la recuperación de cubiertas y fachadas, demostrando que hacerlo con los propietarios es una buena alianza; muestra de ello son la Casa del Higo, la Casa de la familia Bonilla, la Casa del Palomar, entre otras. Un Centro Histórico palpitante, vivo y habitable Raúl Codena La política municipal para la conservación y preservación del patrimonio le apuesta a un Centro Histórico bien cuidado, digno, seguro, que facilite las condiciones de habitabilidad, y así, devolverle su pasión y su vida; por ello, es importante el cuidado y puesta en valor de las estructuras arquitectónicas que conforman las edificaciones patrimoniales del Centro Histórico de Quito; en tal sentido, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) se ha preocupado por ejecutar proyectos encaminados no solo en mantener en buenas condiciones las edificaciones patrimoniales sino que además perduren en el tiempo. Ejemplo de este trabajo es la Capilla de Cantuña, cuyo estado de conservación a nivel de muros, pisos, retablos, cuadros, esculturas, pinturas, presentaban afectaciones a causa de la falta de un mantenimiento especializado y el paso del tiempo. Durante el proceso de intervención asombraron algunos hallazgos como la pintura mural del siglo 17, que representa El Calvario, (Detrás del retablo de San Lucas), una pieza de madera que desafió al tiempo y a la que denominaron escudo franciscano, en tanto que las estatuas restauradas, celosa y silenciosamente guardaban a sus pies algunas inscripciones, y cuyos privilegiados visitantes le dieron la categoría de firma de los primeros “restauradores”. A ésta se suman la Basílica del Voto Nacional, donde se realizaron trabajos de reforzamiento estructural y restauración de vitrales que le dieron luz y color a la neogótica iglesia; Santo Domingo es otro ejemplo del trabajo de recuperación de la infraestructura religiosa.

El espacio público tiene vital importancia se trabaja y se trabajará en la recuperación y conservación de la imagen urbana de toda la estructura edificada, el mantenimiento de las plazas, plazoletas, atrios, mantenimiento de los recubrimientos de las plataformas peatonales, aceras y vías en piedra gres y otros materiales, el mantenimiento de los sistemas de iluminación ornamental que proyectan la imagen del Quito nocturno son programas que se desarrollan a largo plazo para que la imagen de la ciudad a sus visitantes internos y externos quede grabada en la memoria. El IMP, mira el futuro con optimismo para tener un Quito conservado, vivo recuperando el uso para aquellas edificaciones que se encuentran abandonadas devolviéndole la vivienda y mejorando las condiciones de habitabilidad, para lo cual frente a la voluntad política del alcalde Jorge Yunda Machado, está el realizar un trabajo coordinado estratégicamente a través de las instancias municipales competentes como las Secretarías de Territorio, Productividad, Seguridad, Inclusión Social y sus empresas e instituciones como el IMP, Patronato San José, Quito Turismo, Empresa Metropolitana de Obras Públicas, Empresa Metropolitana de Aseo y la Agencia distrital de Mercados, Agentes de Control y todas aquellas que sirven a la ciudad para conseguir un centro histórico, seguro, conservado con una oferta variada de actividades que desarrollen el turismo, la cultura, los emprendimientos y se revitalice la economía poniendo a disposición de Quito y el mundo una ciudad patrimonial para la revitalización social. Aún hay mucho por hacer en la conservación y restauración; miramos el futuro de Quito con un futuro prometedor, tenemos voluntad, pero sobretodo un profundo sentido de identidad que nos llama, nos impulsa a ser mejores. El trabajo empieza...


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68 de Cacao Fino de Aroma bajo un modelo inclusivo. Es nuestro propósito el generar relaciones que garanticen un triple impacto (social-ambiental y económico) por lo que participamos en proyectos y alianzas junto a varios actores de la cadena cacaotera y chocolatera para impulsar el desarrollo agroindustrial, inclusivo, diferenciado y competitivo del país. En este proyecto les invitamos a nuestro icónico local del Centro Histórico de Quito en donde contamos con un Museo de Chocolate y un Laboratorio de Chocolate.

República del Cacao nació en el 2005 cuando nuestros fundadores ecuatorianos, entraron a una tienda de chocolate en París y pidieron probar el chocolate más fino del lugar. El asistente de la tienda les trajo el chocolate más preciado que tenía. Los hermanos, maravillados y emocionados, descubrieron que el cacao de este chocolate tan especial provenía de la muy conocida región de Guayaquil, de su natal país Ecuador. A pesar de conocer la historia cacaotera del Ecuador, no estaban al tanto de que nuestro cacao era uno de los mejores en el mundo. En ese momento nació República del Cacao con el propósito de proteger y desarrollar el Cacao Fino de Aroma de la región, produciendo y comercializando chocolates de alta gama con una perspectiva de responsabilidad, calidad y origen. Desde entonces hemos dado pasos fuertes, con el lanzamiento de nuestras barras de chocolates para consumidor en el 2007 y nuestra línea profesional de chocolatería en el 2014. Somos una comunidad sin fronteras formada por agricultores, emprendedores y amantes del chocolate que creen en la producción

El museo fue creado como un espacio para el descubrimiento y exploración del cacao como patrimonio intangible realizado por las arquitectas ecuatorianas Macarena Chiriboga y Sofía Chiriboga, reconocidas por sus proyectos elaborados con bambú. Visitar el museo es una completa experiencia sensorial. En esta exposición se conoce los distintos lugares de donde proviene el cacao, así como los procesos por los que pasa antes de convertirse en chocolate. Cada espacio en el museo fue perfectamente pensado para que el visitante tenga una experiencia enriquecedora. Álbumes fotográficos que muestran la historia del Cacao en Ecuador nos trasladan a épocas de fines del siglo XIX y principios del XX, durante las cuales Ecuador produjo entre el 50% y 75% del total del mercado mundial de Cacao Fino de Aroma, conocido también como la Pepa de Oro. El Museo reconoce el valioso aporte de las personas que forman parte de la marca República del Cacao, aquellos que trabajan día a día con el objetivo de rescatar el Cacao Fino de Aroma en su origen. La experiencia no termina sin visitar el Laboratorio el cual invita a la experimentación y creación de innovadores productos a ser distribuidos a todas nuestras tiendas del Ecuador. Esperamos que disfruten de nuestros chocolates tanto como nosotros disfrutamos creándolos. Gracias por ser parte de nuestro viaje.


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FOTOGRAFร AS: Sophia Gualรกn Ch.


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Graciela Zamora

Mauricio Torres

Administración

Talento Humano

Daniela Rivera

Raydel Hernández

Coordinación Seminario Académico

Sistemas

Karina Chicaiza Valentina Chiriboga

Blanca Nieves Sosa

Mónica Cruz

Coordinación Logística

Coordinación Convocatoria Académica

Asistente de Administración

COMISIÓN BIENAL

Canela Samaniego

Mary Caicedo

Coordinación Concurso

Contabilidad

Presidencia Colegio de Arquitectos del Ecuador Provincial de Pichincha 2019 - 2021

Esteban Calderón

Brian Birnberg

Coordinación Cultural

Asistente de Contabilidad

María Samaniego

Carla Guananga

GUÍAS MIO 19

Presidencia

Comunicación

Yadhira Álvarez

COLABORADORES CAE - P

COORDINACIÓN MIO19 Karina Fernández Coordinación General

Pablo Moreira

Dirección Académica

Felipe Corral Adriana Guerrero

Dirección Entidad Certificadora de Proyectos

Coordinación Ejecutiva 2019

Juan Rodríguez Berenice López

Administrador

Coordinación Ejecutiva 2019 - 2020

Maryangel Mesa

Arianna Cevallos Comunicación

Coordinación Alianzas Estratégicas

Andrés Ycaza Coordinación General y Universidades

Bernarda Ycaza Dirección Museo de Arquitectura del Ecuador

Héctor López Rafael Racines Andrés Miño Paz Eduardo Beltrán Natalia Dueñas Alejandra Flor Jorge Andrade Milton Chávez Jorge Carvajal Luis López Mauricio Moreno Bernarda Ycaza Daniel Moreno


EQUIPO DE INVESTIGACIÓN

VOLUNTARIOS

DISEÑO GRÁFICO

Leslee Velasco Ashley Tite Pumisacho Diego Yaguano Evelyn Solano Aurora Carrión Jonathan Andino Karina Fernández Karina Chicaiza

Paúl Domínguez Nicolás Montenegro María José Bustillos Cristián Narváez María Raquel Ortega Kymberly Santacruz Diego Yaguano Leslee Velasco Evelyn Solano Ashley Tite Aurora Carrión Ivanna Villegas Sebastián Campaña Carla Celi Oscar Velasco Erick León Giovanny Mera Israel Merino Jonathan Ayala Fernando Flores Daniela Hadatty

Ricardo Zurita ILUSTRACIÓN MAPA Sergio Calderón Pinxcel

AUTORES DE LOS ARTÍCULOS Luis López Mónica Moreira Angélica Arias Yadhira Álvarez ALIADOS ESTRATÉGICOS Instituto Metropolitano de Patrimonio República del Cacao Tianguez Casa Museo del Alabado Centro Ambulatorio de Salud Mental San Lázaro Museo de la Ciudad Centro Cultural Metropolitano Museo Archivo de Arquitectura del Ecuador Casa de los 7 patios




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