SANTIAGO BARRIONUEVO
compongo todo. Cumplí con lo que necesitaba Okupas, pero también con la composición en sí. En hacer una pieza musical, un álbum. Creaste un universo… Hice una selección de entre 40, 45 piezas. En el álbum quedaron 19. Así que estoy viendo qué hacer con el resto, me gustaría publicarlo. Una segunda parte, una versión extendida.
A principios de año realizó una gira solista en la Patagonia y con Él Mató a un policía motorizado estuvo en Cosquín Rock y Baradero. Esperan Asunción, Colombia, México, algunos países de Europa, y “quizá volvamos a Costa Rica y El Salvador”. También, si hay tiempo, tiene planes de ir a grabar a Estados Unidos.
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ue un 2021 de grandes momentos para Santiago Motorizado: en solitario, el líder de El Mató a un Policía Motorizado se aventuró en un nuevo universo para componer más de 40 piezas musicales para el re-estreno de Okupas. Un viaje por géneros como la cumbia, el folklore, el tango, la salsa y el pop electrónico que quedó eternizado en su álbum debut como solista: Canciones sobre una casa, cuatro amigos y un perro. Lo que a priori fue una oportunidad soñada – aunque externa – se transformó en el espacio ideal para su desarrollo personal. Compuso un folklore, un tango, una salsa y
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POR JOSEFINA ARMENDÁRIZ
jugó a ser “Santiago Corazón” – su alterego cumbiero – en “Tonto Corazón” y “Bandera Blanca”. A punto de salir a los escenarios a defender sus dos proyectos, comenzó 2022 con una gira solista por el sur de la Argentina. Y en cuanto a Él Mató…, se avecinan festivales como el Primavera Sound, Lollapalooza, Asunciónico y un nuevo disco que sucederá a su “clásico dentro de nuestro contexto”, La Síntesis O’konor. Cuánto vivido en 2021, ¿pudiste procesarlo? La verdad que cuando entregué lo de Okupas lo empecé a extrañar.
Empecé a extrañar esos días raros de pandemia y encierro, que a la vez disfruté, porque para mí fue un privilegio atravesar la pandemia activo musicalmente y encima haciendo algo soñado. Pienso siempre en eso, en lo groso de haber participado, y siento que todavía no termino de caer. Sigo disfrutando porque estos shows son la presentación de estas canciones y es una etapa que no terminó. A la vez, me genera un poco de nostalgia. Esos días fueron muy especiales. Encaré esas canciones como un disco. En la mayoría, no era necesario hacerlas enteras, con un pedacito bastaba. Pero dije, ya que estoy,
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¿Tener un proyecto de música es más o menos como tener un espacio para flashear? Totalmente. Cuando nació este proyecto en solitario quería sacarme las ganas de hacer canciones más tranquilas, relajadas, acústicas; pero Él Mató fue llegando a esos lugares también. Esa vara se corrió y ahora me permito ir más allá. Flashear cualquier cosa, en todo sentido. Quizá de más joven no me hubiese atrevido a hacer una cumbia, lo hubiese visto como algo que estaba mal. Como si no me perteneciera. Cuando era joven era rock o cumbia. Los límites se fueron disolviendo. Me encanta y me genera un placer enorme hacer cualquier género. Me motiva haber hecho esto y sentir que logré lo que había planeado. Me motiva a seguir más allá y para cualquier lado. Me copa el permiso que me da este proyecto de ir sin ningún reparo. MARZO 2022
FOTO: GUIDO ADLER
“Todo el tiempo hay gente encontrándose con las canciones”
Tenés dos vías paralelas: Él Mató y Santiago. ¿Santiago es tu espacio de experimentación? Si bien El Mató se fue abriendo mucho a nivel estético y conceptual, cuando uno ya tiene un proyecto, lo nuevo aparece para desarrollar eso que no entra en el universo del que ya existe. También, muchas veces sirve de herramienta creativa. En un proyecto uno crea un universo que a veces te empieza a encarrilar por un camino. Entonces, el otro te permite ampliar porque decís “esto es otra cosa, puedo irme a otro lado y no me importa”. Está bueno atravesarlo y después volver a Él Mató o lo otro que hagas. Permitirse salir de “el rol que creé”. Cualquier apertura o recorrida por lugares diferentes es positiva. No imagino hacer un folklore con Él Mató, pero con esos mecanismos compositivos que utilicé, recorrí cosas que fueron ejercicio nuevo para mi cerebro. Eso sí se aplica. Y está bueno.