Edición marzo 2013

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REVISTA

BIOMA

MARZO 2013

ISSN 0719-093X

VIDA AL SUR DE LA TIERRA

TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO

R.N. Las Chinchillas

PASTEL DE CHOCLO En horno de barro LA QUEÑOA, ÁRBOL DE LAS ALTURAS Coska


REVISTA

BIOMA VIDA AL SUR DE LA TIERRA

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EN ESTA EDICIÓN TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO Al interior de la Reserva Nacional Las Chinchillas, mientras caminamos por la ladera norte de una quebrada llamada el Cobre que es parte del sistema montañoso andino, el Sol arrecia agresivamente sin darnos tregua...

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PASTEL DE CHOCLO EN HORNO DE BARRO Es mediados de febrero y hace calor, mientras los árboles se mecen pasivamente con una refrescante brisa que hace descender la sensación térmica, caminamos buscando leña para encender el horno de barro...

LA QUEÑOA, ÁRBOL DE LAS ALTURAS En la pequeña localidad de Coska a 25 kilómetros de Ollagüe, la comunidad quechua de Ollagüe, realizó una emotiva plantación del árbol nativo más emblemático de la zona altoandina de Chile y que crece a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar...

EL PULSO DE LA NATURALEZA Es un espacio donde la vida toma un carácter interpretativo, las sensaciones y la percepción de todos los sentidos humanos adquieren protagonismo. Textos de Mario A. Ortiz Lafferte.


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www.RevistaBioma.cl


EDITORIAL

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TRAS LAS HUELLAS DEL CULPEO l zorro Culpeo es una especie andariega y como buen omnívoro es un maestro que sabe de técnicas de sobrevivencia como nadie, aun así esto no ha servido de mucho a la hora de mantener su especie con la salud poblacional que requiere cualquier ser vivo para trascender en el tiempo. El Culpeo está en las listas rojas de conservación, por ello hemos hecho en esta edición hincapié para conocer su naturaleza, su espíritu y esencia como un representante valido de la vida salvaje de Chile. El hábitat del zorro nortino es un paisaje que se caracteriza por su monotonía estética casi monocroma, pero es todo lo contrario, está impregnado por una mística muy particular donde las estrellas parecen caer sobre la tierra y el día brilla con el cielo más azul que jamás se ha visto y es el hogar de este escurridizo zorro. Hoy estamos seguros que este magnífico depredador siempre estuvo ahí, él nos encontró a nosotros -no al revés-, nos observó y estudió hasta que decidió que pudiéramos observarlo de cerca. Así es la naturaleza que buscamos, es ella quien decide cuando, como y donde mostrarse.

En la Reserva Nacional Las Chinchillas nos maravillamos con los detalles del paisaje agreste del norte chico, además de su flora y fauna tan espinosa y escurridiza, el norte y su intrincada geografía son en esencia un lugar hostil, a pesar de eso la vida ha sabido adaptarse crecer y desarrollarse en este entorno con éxito, pero la intervención antrópica como siempre causa estragos en los ecosistemas resultando como principales victimas las especies nativas o endémicas, llegando incluso al borde de la extinción. Grave, ¿verdad? Pero es una responsabilidad nuestra continuar con el cuidado y respeto por cada ser vivo por más insignificante que parezca, todo es parte de una gran sinfonía que al ser interpretadas todas las notas juntas dan este espectáculo del cual somos hoy testigos. Bienvenidos a esta nueva edición de Revista BIOMA

César Jopia Quiñones Director 05


Tras las huellas del culpeo

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Al interior de la Reserva Nacional Las Chinchillas, mientras caminamos por la ladera norte de una quebrada llamada el Cobre que es parte del sistema montañoso andino, el Sol arrecia agresivamente sin darnos tregua, y sólo bajo las largas sombras del cactus de Copao (Eulychnia acida) encontramos breves soplos de brisa que permiten bajar nuestra sensación térmica. En tanto una lagartija de Plate (Liolaemus platei) nos observa desde una piedra como burlándose de la falta de adaptabilidad a este agreste entorno. ¿Nuestra misión? Encontrar y fotografiar a un zorro, el Culpeo (Lycalopex culpaeus) un depredador maestro que hace de los habitantes de esta reserva parte de su menú, sólo queremos conocerlo, él es una pieza clave en la cadena alimenticia local, su presencia y distribución geográfica sólo se la debe a su astucia y adaptabilidad, a pesar de que su estado de conservación se encuentra en las listas rojas. En esta quebrada hay un silencio ficticio, que no es real, pero es tan profundo que pareciera que es posible oír el paso de las nubes por el cielo nortino, sin embargo las aves rompen la silente monotonía del


“...En esta quebrada hay un silencio ficticio, que no es real, pero es tan profundo que pareciera que es posible oír el paso de las nubes por el cielo nortino...”

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paisaje con sus cantos que pueden tener muchas intenciones distintas, unos podrían ser de alarma otros de apareo o simplemente para esparcir el rumor de que unos extraños caminan bajo el Sol. Más allá en el horizonte, en la lejana silueta de los estilizados cactus, un aguilucho común (Buteo polyosoma) se posa sobre sus espinas dando chillidos que hacen largos ecos por cada recodo de estos cerros, a su pareja que recolecta ramas secas para lo que suponemos es su nido en algún secreto lugar que escapa de nuestro alcance. La caminata continua en el pedregoso sendero, y aparecen las huellas de un solitario zorro parece que fue sólo hace unas horas que pasó por ahí, además, se pueden ver varias muestras de fecas frescas esparcidas como pistas. Ascendemos hacia la garganta más cerrada de esta profunda quebrada, y una Tenca (Mimus thenca), que está posada en un espino (Acacia caven), agitada emite un sonido corto repetitivo, “algo anda por ahí…” exclama Boris con su agudizado oído, él es el guardaparques de Conaf que nos acompaña. “Ese sonido es de alarma… está avisando que anda un depredador”, nos quedamos quietos y en silencio por unos minutos esperando que sea nuestro zorro…

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La lagartija de Plate (Liolaemus platei) nos observa desde una piedra como burlรกndose de la falta de adaptabilidad a este agreste entorno.

Las Turcas (Pteroptochos megapodius) son otra especie habitante de la Reserva que ha sabido adaptarse ya que gracias a sus -aparentemente- desproporcionadas patas busca eficientemente su alimento escarbando en la tierra, ademรกs de convertirla en una corredora de excelencia. .


Un Cachudito (Anairetes parulus) salta de rama en rama para no ser fotografiado.

tra sorpresa las trampas están “marcadas” con el fuerte olor de almizcle (orina) de zorro, en ellas hay un par de Lauchones orejudos de Darwin (Phyllotis darwinii) los que apresurados, al ser liberados, salen de sus pequeñas prisiones nocturnas para escabullirse en los tupidos matorrales. Seguramente fueron acosados por este animal durante la noche, Antes de proseguir con la búsqueda, paradójicamente las trampas los pronos detenemos más adelante a che- tegieron de ser devorados. quear las trampas puestas el día an- Siempre tras las huellas de este astuterior en la ladera sur, para ver si hay to depredador, continuamos recoYacas (Thylamys elegans) o Chinchi- rriendo por estos valles que datan llas chilenas (Chinchilla lanigera) con del Mesozoico, donde el viento sopla el fin de hacer conteo y control esta- y parece silbar escurriéndose entre dístico de población, una labor que espinas de cactus y matorrales esclerealizan periódicamente los guarda- rófilos. parques de esta unidad, para nues- Y antes de que la decepción invada 13


...Y antes de que la decepci贸n invada nuestro entusiasmo, una mirada se clava en la percepci贸n de nuestros sentidos m谩s sensibles...

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Varios de los vecinos del lugar deciden emprender el vuelo al ver llegar al zorro, como la Diuca (Diuca diuca) la Tenca (Mimus thenca) y la Loica (Sturnella loyca).

Ellas, junto con otras especies de la avifauna local, son las que marcan mayor presencia en la R.N, Las Chinchillas y por cierto en toda la zona.


El Culpeo es el zorro mรกs grande de Chile, tiene una longitud de 48 cms hasta la cruz y 80 cms de alto. Habita desde Tarapacรก hasta Magallanes.


Bajo las largas sombras del cactus de Copao (Eulychnia acida) la flor de Quintral (Tristerix aphyllus) una planta parรกsita encuentra refugio.

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Fruto del cactus de Copao (Eulychnia acida).

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El zorro colorado, uno de los nombres con el cuál también es conocido, es una especie solitaria, sólo se acerca a la hembra en los periodos de apareo. El macho se hace cargo de proveer el alimento a su familia y juntos enseñan a las crías a cazar de noche.

nuestro entusiasmo, una mirada se clava en la percepción de nuestros sentidos más sensibles, a unos diez o veinte metros entre las ramas de un arbusto esta nuestro Culpeo, un macho adulto con visible experiencia en este hábitat que analiza los movimientos que hacemos, tal vez siempre estuvo ahí con nosotros, escudriñando… estudiando detenidamente cada paso. Es un depredador astuto, un alquimista que se confabula con la naturaleza usándola a su favor, que tiene un trato con la noche para asechar y actuar. Mientras se entrega tímidamente al sonido del obturador de nuestra cámara, se pasea de un lugar a otro como tratando de entendernos y concluimos en que este es su hábitat… no el nuestro... nosotros somos los depredadores… 20

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Este es su hábitat… no el nuestro... nosotros somos los depredadores…


Pastel de choclo

En horno de barro 22


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l verano siempre trae consigo un sin fin de buenas experiencias culinarias que son exclusivas de esta temporada estival.

Es mediados de febrero y hace calor, mientras los árboles se mecen pasivamente con una refrescante brisa que hace descender la sensación térmica, caminamos buscando leña para encender el horno de barro, y de esta manera preparar un delicioso plato muy típico de nuestras tradicionales recetas como es el Pastel de Choclo. En tanto en la cocina se desgranan los Choclos amarillos como el oro y se pican las cebollas, las ramas de leña en el horno comienzan a quemarse expeliendo ese aroma ya im-

pregnado en el adobe, por pasadas recetas cocinadas en su ennegrecida cavidad, despertando el apetito anticipadamente de todos los comensales. El fuego reduce la leña poco a poco a brasas que blanquean el horno alcanzando la temperatura ideal, mientras en la cocina los granos de maiz se muelen hasta formar una pasta mezclada con albahaca y especias para dejar cocer lentamente. El resto de los ingredientes que dan ese sabor inconfundible de este plato esperan para participar de esta fiesta 23



Cada paso en el proceso no está excento de nobleza y dedicación, desde el pelado de los choclos a los pequeños detalles que acompañarán el almuerzo, como el agua caliente lista para una “agüita perra” para despúes.



Minutos más tarde en el interior del horno la magia se produce, la temperatura, los aliños, los ingredientes y el choclo hacen lo suyo, el viento que corre esparce la noticia que el pastel esta “doradito” y listo para llevar a la mesa. Estos sabores están íntimamente relacionados con uno de los rituales de mesa más significativos en nuestras sociedades latinoamericanas: el almuerzo, especialmente el vinculado con el espíritu gregario que une a los grupos familiares en las zonas rurales. El choclo por ser un producto de la tierra toma un sabor muy “nuestro”, preparado con variadas recetas como la famosa Humita en su tan ca-

racterística presentación, servida en sus propias hojas. La poesía se produce en el paladar, ciertamente ni mil palabras dejarán a la imaginación entender lo que el sabor de estar ahí entrega, explorar los sentidos gustativos es sin duda una verdadera aventura para todos nosotros.

BIOMA


LA QUEテ前A

El テ。rbol de l


las alturas


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En la pequeña localidad de Coska a 25 kilómetros de Ollagüe, la comunidad quechua de Ollagüe, realizó una emotiva plantación del árbol nativo más emblemático de la zona altoandina de Chile y que crece a los cuatro mil metros sobre el nivel del mar: la Queñoa de las Alturas. La actividad consistió en una plantación realizada por la Comunidad Quechua de Ollagüe y la Corporación Nacional Forestal, CONAF, y que forma parte de la ejecución de un proyecto de Manejo de Bosques de Preservación, adjudicado por la comunidad en el marco de la aplicación de instrumentos de fomento de la Ley de Bosque Nativo. La comunidad de Ollagüe, postuló en el año 2012 al proceso de concurso de proyectos de la Ley Bosque Nativo, cuyo objetivo es fomentar acciones de fomento en materias de preservación y manejo de las formaciones boscosas y xerofíticas del país. La iniciativa presentada por la comunidad quechua, busca recuperar zonas, a través del enriquecimiento ecológico de esta especie nativa, haciéndose parte también, de la labor de conservarla. Esta es la primera actividad de plantación masiva en la región que será bonificada por la Ley de Bosque Nativo. El proyecto para el año 2013 contempla la plantación de 100 individuos en áreas de distribución natural de esta especie, en una superficie de 4 hectáreas de bosque nativo degradado. Por su parte, CONAF cumple el rol de asesorar técnicamente cada una de las actividades contempladas en el Plan de Manejo de Preserva-



ción, además de capacitar a la comunidad en materias de mantención de esta importante plantación para la región. La Presidenta de la Comunidad de Ollagüe, Sra. Elizabet Urrelo, manifestó estar “muy agradecida por el apoyo de CONAF a nuestra comunidad que desea preservar la Queñoa, del árbol que significa mucho para nosotros y nuestros ancestros, porque no en todos lados se da la Queñoa. Para nosotros es importan-

te que esta especie no desaparezca, porque embellece nuestro pueblo y enriquece la tradición autóctona de la zona, y porque a futuro podemos convertir esto en un centro turístico”. La localidad de Coska fue el lugar de plantación escogido por la comunidad quechua y como parte de su tradición ancestral, en agradecimiento, los lugareños realizaron un Pago a la Tierra. Este será el punto de partida de futuras actividades de enriquecimiento ecológico y plantación suple-


mentaria que podría realizarse en el área de distribución de la Queñoa de Altura en la Región de Antofagasta, abarcando la comunidad de Calama y Ollagüe en la Cuenca superior del Río Loa. El Director Regional de CONAF, Ricardo Moyano, expresó que “la participación de la comunidad en proyectos de Ley de Bosque Nativo, es trascendental para la recuperación de las especies nativas de la zona. Por lo tanto, estoy muy contento de

que CONAF apoye esta iniciativa, sobre todo con esta especie que se encuentra en Categoría de Conservación Vulnerable y que crece en lugares muy apartados. Esta es una experiencia única y muy significativa que se da a más de 4 mil metros de altura”. Texto: Janett Sofía Martinez A. Periodista CONAF Fotografías: CONAF

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Una sombra misteriosa ... Era una tarde tranquila de verano, en el último reducto de las Chinchillas, ya no quedaban visitantes, los compañeros de trabajo se habían ido, y aún cuando la tarde estaba bien avanzada, una leve brisa tibia acentuaba el calor, trayendo hasta mis sentidos, el aroma leñoso de los arbustos maduros, que ya habían tornado el paisaje grisáceo. ... Pese al calor, me entregue a la tarea de saborear una taza de te, a la sombra de la pérgola, frente al abrevadero que le habíamos construido a la fauna silvestre. Ha esa hora la pequeña poza de agua, ubicada a nivel del suelo, se encontraba llena de aves, de diferentes especies, incluyendo dos roedores de hábito diurno, que compartían el agua con las aves, sin ningún problema. ... Repentinamente, todos los comensales del abrevadero desaparecieron simultáneamente, algunas aves se escondieron entre los arbustos, y otras volaron lo mas lejos posible, mientras que los roedores cola de pincel, corrieron velozmente hacia la

seguridad de su madriguera, debajo del Guayacán, levantando en la prisa una pequeña nube de polvo. Tras la huída vino un silencio sepulcral, era como que el mundo se había detenido. ... Casi de inmediato tuve el primer atisbo de lo que sucedía, una enorme y silenciosa sombra se deslizó por el suelo, en dirección a la pérgola en donde yo me encontraba y desapareció fundiéndose con la sombra de la techumbre... ... reapareciendo en el lado opuesto de la estructura, siguiendo un rumbo que parecía imperturbable. ... Rápidamente me dirigí hasta el borde de la techumbre, para buscar en el cielo al dueño de tan misteriosa sombra ... ... desde allí pude ver a una hermosa águila sobrevolando el sector a muy baja altura, mientras se alejaba, su sombra brincaba entre los relieves del suelo y las formas irregulares de los arbustos semisecos del faldeo aledaño... ...Sorpresivamente el lento y majestuoso planeo, se convirtió en una ver-


...Con una rara mezcla de sorpresa, compasión y admiración, vi elevarse a esta poderosa ave, batiendo sus enormes alas con admirable destreza, llevándose en sus garras a su presa y una buena parte del follaje del arbusto, que ante el inmenso despliegue de poder de este rapaz, no pudo ofrecer protección, a tan infortunada criatura que ya tenía sellado su destino.

BIOMA

ILUSTRACIÓN: César Jopia Q.

tiginosa caída en picada, el fantástico rapaz en el último segundo antes de llegar al suelo, giró su cuerpo levantando la cabeza y el pecho hacia el cielo, desplegando sus patas hacia abajo, hasta estrellar sus poderosas garras en las ramas quebradizas de una mata de Incienso. En ese decisivo momento, el estrepitoso crujido de las ramas al quebrarse, se fundió con el dramático e inconfundible grito de un conejo que, al parecer, en el último momento, había buscado inútil refugio en el frágil arbusto.

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Para explorar... para descubrir... para conservar...

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