Bitácora pública 19

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Pulso de la cultura Publicación mensual. Núm. 19 Cuernavaca, Morelos, México. Noviembre de 2017 $20.00

La guía de la imagen Entrevista con Andrés Ocampo

Diske-t-erapia, Ivo Quallenberg

Ósculo,

Irving Ramírez

Vampiresas vestidas de tul,

Rocío Barrionuevo

Poesía de México , Costa Rica y Portugal

Raquel Huerta-Nava, Diana Álvarez, Becky Rubinstein, Carolina Quintero Valverde, Sandra Santos, Joaquim Cardoso Dias, João Miguel Pereira, Cláudia Sampaio, Ricardo Gil Soeiro y Andreia C. Faria

La charla póstuma con Héctor Gally: La novelística lineal de un juego circular


De venta en librerías

Fulgor de alimentos: libro de poesía escrito en dos apartados, concilia la vida y aleja conceder todo a la negación y los desastres. Citlalli H. Xochitiotzin. Nace en Tlaxcala, México, 1957. Poeta, ensayista, narradora. Trabaja como promotora cultural en México, en el periodismo cultural, y en la fundación y formación de instituciones públicas y privadas de cultura, derechos humanos, feminismo, fomento a la lectura desde los años 70 y, desde los últimos años (2005), en el fortaleci- miento de microempresas culturales. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés y ruso. Forma parte de los poetas de la generación mexicana de los nacidos en los años 50, compilada por investigadores e instituciones educativas universitarias de su país y el sur de los E.U.A. Ha recibido premios nacionales y en España.

En épocas de crisis el arte sopla con denuedo pródigo. Quizá por eso en las páginas de Contratiempos, a un tiempo música del silencio y escollo de palabras, circula el armonioso silbo del Siglo de Oro. Alberto Blanco, poeta, traductor y ensayista, es también conocido como artista visual. Nació en la ciudad de México en 1951. Su obra no sólo es extensa, sino muy diversa, y ha explorado un sinnúmero de formas poéticas: desde las más arcaicas y tradicionales hasta las estrictamente modernas, contemporáneas y experimentales. Y si bien son muchos los libros que ha publicado, el autor insiste en que toda su vida ha estado trabajando nada más en tres libros: un libro de poemas, otro de ensayos sobre artes visuales, y una poética. Sus poemas han sido traducidos a una veintena de idiomas. Poesía

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DIRECTORIO Director general: Ricardo Venegas Director Jurídico: Ricardo Tapia Vega Consejo Editorial: Hugo Gutiérrez Vega (†), Juan Domingo Argüelles, Verónica Volkow, José Angel Leyva, Enrique Serna, Silvia Tomasa Rivera, Blanca Luz Pulido, Marianne Toussaint, Luis Tovar, Ethel Krauze, José Agustín, Guillermo Samperio (†), Sandro Cohen, Josefina Estrada, Jorge Humberto Chávez , Ricardo Muñoz, Evodio Escalante, Ricardo María Garibay, Vicente Quirarte, Rocío Barrionuevo, Ivo Quallenberg, Jair Cortés Montes, Alberto Chimal, Raquel Castro, Estrella del Valle, Bernardo Ruíz, Aglae Margalli, Itzela Sosa y Daniel Galindo Consejo Jurídico y de Ciencias Sociales: Dr. Juan de Dios González Ibarra, SNI nivel II (CONACYT), Dr. Víctor M. Castrillón y Luna, SNI nivel II (CONACYT), Dr. Xavier Ginebra Serrabou, SNI nivel I (CONACYT), Dr. Francisco Xavier García Jiménez, SNI nivel I (CONACYT), Dr. Ladislao Adríán Reyes Barragán, SNI nivel I (CONACYT), Dra. Susana Sosenski Correa SNI nivel I (CONACYT), y Dra. Diana Álvarez.

La guía de la imagen Entrevista

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CONTENIDO Breve reflexión hacia un

con Andrés Ocampo

modelo de derechos de la naturaleza y los seres vivos

Apuntes de alquimista Bitácora Poética Raquel Huerta-Nava Gaudi Bitácora Poética

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Columna. Entre el Hecho y el Derecho

Ricardo Tapia Seis poetas de Portugal Bitácora Poética

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Enrique Nogueras

Becky Rubinstein La novelística lineal de un juego circular Entrevista

Las fotografías sucias Bitácora Poética

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Joaquim Cardoso Dias La caída de Bizancio

con Héctor Gally Vampiresas vestidas de tul Artículo

Bitácora Poética João Miguel Pereira

13

Este poema no tiene cura

Rocío Barrionuevo En el bar de esta esquina Bitácora Poética

Bitácora Poética Claudia Sampaio

15

Sólo un rumor

Carolina Quintero Valverde

Bitácora Poética

Suscripciones: bitacora.publicidad1@gmail.com Colaboraciones: bitacora.colaboraciones@gmail.com

Ósculo Bitácora narrativa Irving Ramírez

Ricardo Gil Soeiro

16

Al regresar Bitácora Poética

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DISK-T-RAPIA Bitácora Narrativa Ivo Quallenberg

Andrea C. Faria

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La herida sólo duele si la sientes Bitácora Poética Sandra Santos

Bitácora Pública, año 2, número 19, noviembre de 2017, es una publicación mensual editada por Ediciones Eternos Malabares. S.C. Manzana 2-101, Acapantzingo, Cuernavaca, Morelos. C.P. 62440 Teléfono: (01777) 310-07-70 Correo electrónico:

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bitacora.colaboraciones@gmail.com Editor responsable: Ricardo Venegas Pérez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo: 04 2015 - 111312101200- 102. Impresa en los talleres de IMPRESIONES EDITORIALES F.T. S.A. de C.V. Calle 31 de julio de 1859 Mz. 102 Lt 1090 Col. Leyes de Reforma C.P. 09310 Del. Iztapalapa, Ciudad de México. Se terminó de imprimir el 1ro. de noviembre de 2017 con un tiraje de 2 mil ejemplares.

En portada: Obra de Andrés Ocampo. La razón que intenta aprehender la realidad #1. La revista no devuelve originales ni expide car- Primer misterio doloroso: ¡Ouch!. Óleo sobre tela, 40 x 64.5 cm, 2012. Colección Cornelia Issler. tas a sus colaboradores. El contenido de los artículos que publica Bitácora Pública es responsabilidad de los autores y no representan necesariamente el punto de vista de la publicación.

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Entrevista La guía de la imagen con Andrés Ocampo Ricardo Venegas Andrés Ocampo (1968) Es artista plástico y visual de formación autodidacta. Estudió figura humana y técnicas de materiales con el escultor Alejo Jacobo y fotografía en el Centro de Estudios de la Imagen. Trabajó como caricaturista para el semanario La Opinión, fue jefe de redacción fundador del diario La Opinión de Morelos, y ocupó brevemente la jefatura de prensa del Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca, ciudad en la que fue director artístico del Museo del Estudio de Murillo. Colaboró en la pre y postproducción de los programas “Artemisa”, “A Ciencia Cierta” y “Haciendas y Conventos de México”, transmitidos entre los años 2004 y 2011 en canales locales de televisión en el estado de Morelos. En estas producciones desempeñó tareas de investigación documental y grafológica, traducción especializada de textos científicos, diseño de producción y animación tridimensional. Entre los años 2007 y 2010 participó en la creación y producción de contenido para el canal de circuito cerrado de televisión de BBVA Bancomer. En el año 2010 impartió el curso de Adobe Photoshop para el diplomado de titulación de la facultad de arquitectura de la UAEM. Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en México, los Estados Unidos y Suiza.

El origen…

Autorretrato de Andrés Ocampo

Sobre los orígenes, tengo que remontarme mucho más allá del momento en que mis maestros empezaron a contar en mi formación como artista plástico. Como a la mayoría de los niños me encantaba hacer figuras de plastilina, pero a diferencia de mis compañeritos de escuela me importaba mucho la forma, la proporción y la escala de las cosas. Mi padre solía regalarme frecuentemente juguetes de piezas para ensamblar, mecanos y modelos a escala. Yo ensamblaba y armaba, pero lo que más me llamaba la atención eran las pinturas con las que terminaba uno de detallar los modelos. En los años 70 no había tanta preocupación como ahora sobre la toxicidad de los materiales que se le daban a los niños para

jugar, y yo frecuentemente usaba las pinturas y el pegamento para plástico de los modelos para construir otras cosas: muñequitos hechos de conos de eucalipto y ramitas, aviones de papel recortado decorados y pintados con mucho esmero, aunque poca habilidad. Un día cuando estaba en segundo de secundaria uno de los compañeros hizo una talla del nombre de la niña que le gustaba en un gis y a mí me encantó la idea, no por interés artístico sino porque era yo pequeñito, muy tímido y pésimo para ligar y me pareció que podía ser una buena táctica para romper el hielo con uno de mis amores platónicos de entonces. No funcionó, pero en la imitación de aquel detalle descubrí que tenía talento para esculpir. Mis

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de mis piezas, y ella a su vez me recomendó que me inscribiera en el taller de Alejo Jacobo en el IRBAC para que aprendiera a hacer las armazones de mis piezas directamente con él, que fue su maestro y es a quien considero mi mentor.

Obra de Andrés Ocampo. Pequeño loco 3d número 3 (autorretrato). Render. 50 x 50 cm. Estudio digital para una obra en proceso.

primeras tallas fueron copias de cabezas olmecas, pero a los pocos meses estaba haciendo versiones diminutas de esculturas famosas de la estatuaria grecolatina. Poco tiempo después la maestra de artesanías me corrió de su clase. Como el taller de actividades artísticas y tecnológicas era obligatorio, la maestra Susana Polo -que daba la clase de pintura en la escuela- me acogió en su aula. No puedo decir que haya aprendido a dibujar o a pintar en forma de ella, pero sí que a Susana la considero mi primera maestra porque ella me enseñó los fundamentos de la composición, la teoría del color y las bases técnicas de la pintura al óleo y al pastel. Después de la secundaria me interesé más bien por la música y llegué a pensar que era mi vocación, aunque seguí dibujando, modelando y esculpiendo. Cuando tenía algo más de 18 años, la soprano Beatriz Campos -que era la mamá de mi mejor amigo- vio algunas de mis piezas de plastilina y le encantaron, pero como yo no tenía idea de cómo estructurar todas terminaban deformándose, así que decidió presentarme con el maestro Conrado Domínguez para que me orientara. Con Conrado sólo tuve una conversación, pero sus alcances me marcaron para toda la vida, porque él me mandó a buscar a la escultora Alicia Bueno para que me enseñara a hacer las estructuras BITÁCORA PÚBLICA

Jacobo me rechazó para inscribirme en su taller la primera vez que lo intenté porque tenía cupo lleno en su clase, así que me inscribí en el taller de Armando Kramsky, con quien pasé un semestre haciendo retrato. Armando afirma que él no me enseñó nada porque yo llegué a su taller sabiendo, pero yo estoy convencido de lo contrario. Para mí ese semestre con Armando fue mi primera aproximación seria al dominio de la figura humana. El verano de ese año lo pasé en el IRBAC en un curso sobre técnicas de materiales con la pintora Xóchitl Polo, hija de Susana y hermana del maestro Xólotl, y fue ella quien me introdujo a la pintura al temple, la acuarela, el acrílico y la encáustica. En septiembre de1988 pude por fin entrar al taller de Jacobo, con quien seguí estudiando figura humana hasta 1993, pero quien fue mi maestro y mi mejor amigo hasta su muerte, que fue el evento que más he llorado en la vida. He tenido muchos maestros, tanto vivos como muertos, a través de sus libros, pero si el amor cuenta en la formación, entonces debo ser injusto y decir que sólo tuve uno.

Eres un artista que incursiona en la lectura, ¿en qué medida los libros han influenciado tu obra? Empecé a leer de muy pequeño. Tenía tres años cuando aprendí a leer, poco antes de entrar al kínder, aunque no tengo memoria de cómo. Mi madre cree que aprendí solo, pero obviamente alguien me enseñó, porque la escritura es como las lenguas, que más bien que aprenderse se adquieren con el uso. Como sea me volví un lector voraz desde niño, y gracias a mis padres los libros siempre abundaron en casa. Leía todo lo que me caía en las manos y tenía una memoria excelente, aunque como cualquier niño, había cosas que no entendía y me lo creía todo: creía que Dante había bajado al infierno con Virgilio, que el capitán Nemo realmente había construido el primer submarino eléctrico en el siglo XIX, que un gringo realmente había inventado un cañón para poner un proyectil con gente en órbita en torno a la luna y cosas así. Sin embargo, no puedo decir que los libros en general hayan tenido una influencia muy marcada en mi producción plástica y visual, excepto en el sentido de que me estimularon profundamente la imaginación. De los libros que han marcado mi obra más directamente sólo recuerdo ahora media docena: Punto y línea sobre el plano y De

Obra de Andrés Ocampo La razón que intenta aprehender la realidad #2. Primer misterio gozoso: El día que el circo llegó a Mermejita. Segunda versión, óleo e impresión piezográfica sobre tela, 100 x 62 cm, 2014. Colección Ramón Prats.

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eso terminaron y un presidente de la república que ante una pregunta directa no puede citar tres tristes títulos que le hayan marcado, y la Biblia -uno de los dos que dice recordar- resulta ser el libro más vendido de la historia del mundo, así que cualquiera puede recordar el título incluso sin haberla leído. De cara a nuestro presente y mirando al pasado, ¿cómo ha evolucionado tu trabajo plástico?, ¿cómo era antes y cómo es ahora?

Obra de Andrés Ocampo. Soñé con la guerra del fin del mundo. Óleo sobre tabla, 85 x 56.5 cm, 1998. Colección Kristyne Berg.

lo espiritual en el arte de Wassily Kandinsky, 50 secretos “mágicos” para pintar de Salvador Dalí, el Tratado de la Pintura de Leonardo, El camino natural al dibujo de Kimon Nikolaides, la Historia del arte de Gombrich, y las Vidas de Vasari. La mayor parte de los otros libros que más han influenciado mi producción artística han sido enciclopedias sobre historia del arte, y eso propiamente más por las imágenes que por los textos. Fuera de eso, Herman Hesse y Michael Ende me han marcado mucho como pintor, aunque me sea imposible explicar cómo y no sea evidente en la obra, o lo llegue a ser sólo conociéndolos mucho y después de haberlos mencionado. Hay muchos autores más que me influyen a la hora de pensar en los títulos, lo que no es poco de todos modos, porque el título es parte fundamental de mi obra. La voz de la calle dice que una imagen vale más que mil palabras, pero que esto sea cierto no obsta para que muchas de esas mismas imágenes valgan poco o nada sin un par de palabras que les confieran significado. Desde siempre la condición más normal entre los artistas plásticos ha sido la erudición. Recuerda que

la escritura es hija del dibujo, no al revés, porque todas las formas más antiguas de escritura derivaron del aquel, aunque la palabra tenga alcances de profundidades más vastas y finas que la gráfica pura como medio de comunicación. El desamor a los libros entre los artistas plásticos que sugieres existe, pero yo creo que eso es más bien un aspecto negativo de nuestra cultura nacional que una cuestión de orientación artística, porque en México el lector ávido es rara avis independientemente de su oficio. Recuerda que la media nacional de lectura difícilmente llega a cuatro libros al año. Conozco abogados, ingenieros, arquitectos y licenciados en muchas disciplinas que son incapaces de escribir mucho más que su nombre sin faltas de ortografía y sospecho que la gran mayoría de ellos tomarían a ofensa que se sugiriera que forman parte de un gremio de ignorantes. Entre mis conocidos y amigos el único grupo profesional que se salva de esta observación son los médicos, y creo que esto pasa porque es imposible estudiar medicina “de oído”. Ahora mismo hay varios diputados, senadores y alcaldes que sólo estudiaron la primaria o ni

Mi obra ha evolucionado a golpes de vida y tecnología. Cuando tenía 25 años mi motor era el amor a una persona en específico: quería aprender a pintar como un maestro renacentista por tener el placer de pintarla a ella, casi como un acto idolátrico. Hasta entonces mi orientación principal como pintor y dibujante había sido el hiperrealismo, pero mi producción cojeaba porque en el fondo no tenía nada que decir, y estaba negado a la imaginación. Sólo podía dibujar y pintar del natural, pero me era imposible construir una imagen en mi cabeza para después plasmarla, aunque sí podía hacerlo con la escultura. Dejé de trabajar del natural por los siguientes siete años en el intento de aprender a bajar las imágenes directamente de la idea al lienzo o al papel mediante la práctica del sumi-e. Creo que fue entonces cuando mi pintura empezó a volverse interesante. Finalmente tenía algo que decir y un medio de expresión riguroso y elegante por su gran economía de medios. Cuando cumplí 29 años, viviendo en Puerto Escondido, me encontré excluido de algunos trabajos que entonces me importaban mucho porque no sabía diseñar en una computadora. Era normal. Las computadoras empezaron a volverse aparatos de uso común en los hogares mexicanos hasta la llegada al mercado de Windows

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Obra de Andrés Ocampo. Proyecto escultorico de Renato Dorfman, modelado y renderizado.

95, y yo no tuve acceso continuo a una para empezar a explorar las posibilidades hasta el año ‘98, y era tan pequeña que sólo la usaba como procesador de textos, para escribir correos electrónicos y para jugar, porque no tenía recursos de sistema suficientes para hacer ningún trabajo visual que no fuera con Paint. Tenía un programita que era una versión limitada de photoshop cuyo nombre no recuerdo ahora, pero la máquina no daba el ancho para hacer más que imágenes muy limitadas de tamaño. Finalmente, a finales del ‘99 tuve oportunidad de acceder a una computadora lo suficientemente grande para poder usar Photoshop con libertad.

Cuando empecé a pintar de nuevo estaba algo atrofiado. Ya no tenía la soltura de oficio para inventarlo todo desde la imaginación que tenía a los 35 años, pero ahora tenía amplios recursos tecnológicos y mucho conocimiento técnico. Muchos de mis cuadros más recientes los he compuesto completos primero como imágenes digitales a partir de dibujos muy sencillos que me han servido de guía para realizar las escenas en 3d, y los renders de las escenas los uso como estudios o incluso como bocetos finales para los cuadros. En algunas ocasiones, cuando ya he pintado el cuadro pero no estoy perfectamente satisfecho con el resultado, o cuando creo que hay otras posibilidades por explorar, lo escaneo y pinto otras versiones a partir de impresiones digitales a tinta acrílica sobre tela. Algunos de los amigos me preguntan cuál es el sentido de pintarlos si los puedo imprimir, pero eso es no entender la pintura. Los materiales de la pintura y sus procesos brindan calidades y capacidades expresivas que todavía no pueden alcanzarse directamente por medios mecánicos a costos razonables, aunque la brecha se reduzca constantemente y es probable que antes de que termine esta década los recursos tecnológicos permitan imitar la pintura a la

perfección en rangos de costo aceptables. Como sea, en la factura de un cuadro hay otros elementos expresivos que me satisfacen más que la mera imagen impresa y que se relacionan directamente con las calidades de la materia pictórica, como la textura o las transparencias, o con la condición humana del pintor, como la duda o el carácter enérgico o crispado o sutil de la pincelada. Para una persona que no pinta a veces es difícil distinguir el cuadro de su imagen, pero la imagen es sólo el elemento guía de la obra pictórica y no la obra en sí. Confundir las dos cosas es como confundir una foto de una persona con la persona misma.

Obra de Andrés Ocampo. Boceto para proyecto escultórico.El ascenso de la humanidad. Lápiz sobre papel Fabriano, 50 x 70 cm, 2002. Colección Jaime Chaljón.

En julio del año siguiente conseguí mi primer trabajo como editor de fotografía para la revista Vive México en Playa del Carmen, y en diciembre de ese mismo año realicé mi primera animación 2d para un proyecto de Juan Cristóbal Murillo; hice mis primeras aproximaciones a la animación 3d a finales del 2003, cuando vivía en Taxco, y en ese tiempo descubrí que los modelos que hacía en la computadora podían convertirse en las instrucciones para imprimirlos en 3d. BITÁCORA PÚBLICA

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Bitácora Poética Apuntes de alquimista Raquel Huerta-Nava Todo se vuelve luna amuleto de lágrimas aliento del viaje de la vida Todo se rompe estalla

rituales de la sangre

atadura de la voz

prolongación del grito

corazón envenenado

Todo se vuelve polvo

trebolación del alma

crepitan los trozos de mi cuerpo

palpita lento el vaho

destila los jugos esenciales

Obra de Andrés Ocampo. La Victoria is ours, aber natürlich! Tellement comment Pemex. Óleo sobre tela, 108 x 80 cm, 2014.

Todo es lento calmo

metalurgia de la plástica en el lienzo:

huellas de saliva y llanto

mi terco corazón enfebrecido

en este breve lapso en que vivimos.

Raquel Huerta-Nava. Escritora, Editora e Investigadora en Humanidades. Egresada de la Licenciatura en Historia por la UNAM. Obtuvo el Premio Nacional “Vidas para Leerlas”, del Conaculta para la creación de biografías. Obtuvo dos veces la beca “Edmundo Valadés” del Fonca para revistas literarias del Distrito Federal por su revista El Cocodrilo Poeta. Obtuvo la beca de ensayo literario “Eulalio Ferrer” 2006, del Centro de Estudios Cervantinos, Guanajuato, México. Organizadora del Encuentro Nacional de Poesía “Corazón de Palabras”. Tiene más de veinte libros publicados.

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Bitácora Poética Gaudi Becky Rubinstein Me regala una silla con respaldo de corazón Para asentar sus sueños de humo. Me sienta como se sienta a una niña mala que acaba de jalarle la cola al gato y de “fumarse” un libro de chistes verdes. Me abraza a través de la madera inere, como se abraza a una parienta lejana con las garras de su silla animal. Las patas se tambalean y yo… con los ojos en blanco: Reina de Corazones Rotos.

Del libro Hostal de memoriosos, México, Tintanueva editores, 2016.

Obra de Andrés Ocampo. Cuando el séptimo ángel tocó la trompeta todos se quedaron de a seis porque tocaba bien feo (o La adoración de Santa Anita Román por los caballeros templarios). Render. Boceto final para un óleo de 100 x 162 cm. Obra en proceso.

Becky Rubinstein. Periodista cultural, traductora, poeta, narradora, dramaturga y escritora infantil. Maestra de hebreo por el Seminar ha-Kibutzim (Israel). Cursó la Licenciatura en lengua y Literatura Hispánicas y la maestría en Letras Españolas en la UNAM y el doctorado en Letras Modernas en la UIA. Entre sus reconocimientos e encuentran: el Premio Gabino Barreda al Mérito Universitario; Mención de Honor del Premio Mundial de Literatura José Martí ( 1997); Premio Juan de la Cabada, Edo. De Campeche-INBA por Un árbol gatológico (1988); la Medalla Sor Juana Inés de la Cruz, otorgada por el Consejo de la Asociación Cultural Sor Juana Inés de la Cruz por Rueda de Astrolabio (1993); Premio Nacional de Poesía Tintanueva (2006) por Toro aciago; Premio Nacional de Literatura José Muñoz Cota 2016 por Hostal de Memoriosos. Su obra infantil ha sido publicada por: Porrúa, Alfaguara, Santillana, CEAPE, Progreso, Fernández editores, Librosparaimaginar, Yosileoeditores, Amaquemecan, Colihue (Argentina), ed. Panamericana (Colombia), etcétera.

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Entrevista La novelística lineal de un juego circular con Héctor Gally Staff BP Héctor Gally (1942-2010) fue un escritor con amplia trayectoria en el género de la novela, lo cual le permitió conocer su geometría y sus secretos; como buen agnóstico celebró siempre la máxima rulfiana que sentencia: “la literatura es una mentira que dice la verdad”. En esta entrevista (realizada en 1995) y mínimo homenaje póstumo al autor de Fuego negro (Pax, 1995), el novelista lanza sus perspectivas sobre “el círculo de vida perfecto”.

¿Qué retomas de tu experiencia como escritor en Fuego negro? Básicamente el oficio, la estructura, el crear una atmósfera apropiada, el contenido adecuado, los diálogos y los personajes exactos, en general es la experiencia de llevar varios años en esto. ¿Hace cuánto empezaste a escribir Fuego negro? Me llevó un año, la terminé en 1992 y la guardé en un cajón, luego la releí y me pareció digna de ser publicada, después se tardaron un año en editarla. ¿Tenías algún proyecto en mente para escribirla? No, no hago proyectos. Tengo una idea general, sobre todo de los personajes, no tanto de lo que les va a suceder, sé lo que me propongo con la novela, nada más. Hay otros autores que hacen hot lines y otras de esas, lo cual está muy bien, pero para mí no, siento que eso me limita, me encuadra, es un problema personal.

Fotografía: CNL - INBA

Yo tengo una idea general de qué es lo que quiero, qué es lo que va a pasar en general, eso sí, muy claramente.

En Geografía de la novela, Carlos Fuentes menciona tangencialmente la época en la que él empieza a escribir, los años sesenta son un punto fundamental de referencia para la novela, pues se decía que era un género caduco y que, de alguna manera, estaba agotada como género. ¿Has tenido en algún momento la sensación de no poder escribir, de quedarte suspendido? No, yo no creo en eso de la muerte de los géneros, lo que pasa es que hay señores que leen una gran novela, el Ulises de Joyce, por ejemplo, y que al terminarla dicen “yo no lo puedo superar, por lo tanto, ya se murió el género”. Creo que los géneros gozan de buena salud, la novela, el cuento, la poesía lírica y la clásica, el teatro, el ensayo, todos. Eso lo inventó alguien que se dejó impresionar por una muy buena novela. Si así fuera, nadie tomaría una pluma desde los tiempos de Cervantes, me parece una actitud bastante torpe. Fue una moda, tienes razón, pero en los años sesenta se pusieron de moda tantas tonterías, que es mejor olvidarlas.

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Ahora que la literatura no se lea o que tenga muy poco público es otra cosa, es como decir “la muerte de la ópera”, la gente que gusta de ese arte es un público minoritario evidentemente, pero como género no ha muerto, tampoco ningún arte hasta donde yo sé. ¿Cómo definirías la estructura de tu novela? Es una estructura lineal, no me gusta hacer experimentaciones. Si el lector es omnisciente o no, es asunto que nunca me ha interesado. A Homero nadie lo ha superado y evidentemente fue un autor omnisciente, luego entonces es algo que no me preocupa. Esta novela tiene avances de la narrativa contemporánea, el flash back y otro tipo de trucos como la repetición, el juego de tiempos… pero en general es una novela escrita a lo clásico, lineal. Esto no significa que a la manera renacentista, insisto, hay cuestiones que un autor contemporáneo no puede ya obviar, es entonces cuando usa el flash back, que es un recurso muy bueno, el monólogo interior, el diálogo exacto, la caracterización de los personajes con muy pocas palabras y con más de su habla y acción que con descripciones o intervenciones del narrador. Fuego negro es una novela que empieza por el ayer, pasa por el hoy y termina en el mañana. ¿En la comunicación con el lector a través de los juegos temporales, qué hay de la longevidad de tus personajes? Hay dos personajes principales, Joel, que se encuentra en los inicios de la adolescencia y Blasco, mayor. La literatura es un juego, tú sabes perfectamente bien, como lector, que estás leyendo una historia de ficción que no es la realidad. Entonces es claro que la literatura tiene mucho de lúdico y ciertos guiños al lector. Este recurso de acercarnos del pasado al presente es para orientar al lector en el por qué de todos los personajes, y en el por qué les sucede lo que les haya sucedido en BITÁCORA PÚBLICA

la novela en cuestión. Lo que te decía contestando a la pregunta anterior, son –no me gusta la palabra técnica- maneras actuales de narrar, ahora se juega con el tiempo, en obras anteriores no tanto, eran más lineales. ¿Por qué un personaje joven como Joel? Sinceramente lo ignoro, surgió de pronto y fue muy latoso, quería que le dedicara capítulos enteros. Automáticamente cobró vida excesiva en mí ¿se entiende? Tuve que sentarlo, detenerlo, porque de lo contrario hubiera destruido la estructura, quería apoderarse de la novela y eso no se puede; es un personaje principal pero no el único. ¿Por qué un personaje joven?, lo ignoro, quizás porque la novela toca el bien y el mal, por eso me interesó ver hasta qué punto los adultos corrompen en ese sentido a los recién llegados, como ha pasado siempre. ¿Te identificas con alguno de tus personajes?, con Joel por ejemplo. No, yo nací en Cuernavaca, nunca estuve en un internado, no he matado a nadie, tampoco quiero ser amigo de ningún pintor. Es un personaje absolutamente ficticio, no tiene nada que ver conmigo, por lo menos de una manera obvia u objetiva.

siempre me ha parecido tema importante, estoy cambiándote la pregunta, pero es que esto de temerle al narrador es esconderlo detrás del rabito de un perro, detrás de un florero, o decir que una niña lo vio todo es un asunto que me tiene absolutamente sin cuidado. Proviene del Ulises, pero ese es un experimento de Joyce, no significa que la literatura se tenga que ir por ahí necesariamente. De esta manera, si hay conocimiento en esta novela, como en todas, es un conocimiento vivencial, de experiencia y toma de posición por parte del autor. Algunos críticos opinan que la ciencia ficción nada aporta por no referirse o comprometerse con la realidad inmediata y sí con otras de alcances inimaginables. Esto no ocurre en otro tipo de vanguardias como en lo “real maravilloso”, que la recrea. ¿Fuego negro lo propone? Estamos hablando de la literatura como conocimiento. En este caso, claro que hay siempre una interpretación de la realidad y, en última instancia, un conocimiento de la misma, una toma de posición. No se puede escribir nada más porque si, por que se está inspirando. Hay una postura y una intención del autor.

Pensando en la literatura como búsqueda constante ¿qué conocimiento le compartes en este sentido al lector? Un concepto univoco de la literatura siempre será reduccionista y equivoco, es decir, la literatura tiene varias funciones; lúdica, de conocimientos, estética, en un sentido trágico la catarsis de Aristóteles y muchas más, no es una sola. Ahora, yo no me propuse de ninguna manera hacer una novela didáctica. El único conocimiento que puede adquirir el lector de esta novela es el de una serie de experiencias que viven los personajes y una toma de posición por parte de la persona omnisciente, que es el narrador. Él es la cámara de la literatura, yo no veo por haya que esconder la cámara de la literatura. Insisto en ello porque

Obra de Andrés Ocampo. Paulina que me mira desde el sueño de Óscar, quien, por cierto, no la conoce, bella como una luna en el agua. Segunda versión, óleo e impresión piezográfica sobre tela, 54.5 x 82 cm, 2013.

11 • noviembre 2017


Bitácora Poética Nostalgia

Diana Álvarez ¿Pasará pronto esta sensación

¿Qué pasa entonces con la incertidumbre y el temor?

de angustia, soledad, pérdida y dolor?

¿Qué sucederá ante la inflexión del tiempo? ¿Mi vida se paralizará con amargo sabor

¿Puede algo tan hermoso y adorable,

y nunca detendrá su cruel tormento?

parecer inexplicable ante el amor? Todo se observa con gran ternura. Sí. Se acerca el final,

Se fija la mirada en los ojos miel de ella.

la nostalgia nos persuade,

Agradeciendo sus abrazos, su dulzura

con lágrimas marca la señal

en momentos impactantes, digna estrella.

que la vida misma invade.

Lágrimas que brotan en bagaje, esperando un resultado distinto, brindando la ocasión con vino tinto, dispuestas a desbordar su equipaje.

Lágrimas: me acompañan en todo momento, cuando el sol aparece en la ventana, cuando lentamente enfurece el viento,

Obra de Andrés Ocampo. Tríptico del vuelo de Ícaro. Óleo sobre tela. 3 telas de 30 x 40 cm. 1997-1998.

cuando cae la noche y espero la mañana.

Diana Álvarez. Secretaria del Ayuntamiento de Veracruz, Delegada del Observatorio Ciudadano por la Equidad de Género en Poza Rica, Veracruz, Catedrática de la Universidad Cristobal Colón, Doctora en Derecho y Maestra en Derecho Procesal por el Instituto Mexicano de Estudios de Posgrado, Licenciada en Derecho por la Universidad Veracruzana.

12 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA


Artículo

Vampiresas vestidas de tul Rocío Barrionuevo Reyes pálidos, princesas, guerreros: todos cadavéricos, gemían: “La bella dama sin piedad te tiene preso”. La belle dame sans merci (fragmento), de John Keats

“¡Quiero ser bailarina!” es el comentario de todas las niñas cuando por primera vez van al ballet. Yo no fui la excepción, aunque descubrí la danza clásica después de la adolescencia. Tal vez ése fue el motivo por el que no admiré a la etérea Hada del azúcar del Cascanueces ni a la sufrida Giselle. En cambio, me cautivaron las mujeres de melenas ondulantes y movimientos serpentinos de los ballets. Es fácil suponer el porqué: practicaban los rituales de la seducción a lo largo y lo ancho del escenario. ¿Y quién no quiere ser seductora profesional a los 21 años? En una carta de George Bernard Shaw escrita en 1912, se coló por primera vez el término femme fatale; esas dos palabras francesas nombran a las mujeres que logran disuadir a los hombres para que les entreguen alma y fortuna a cambio de la inigualable posesión de sus encantos. La figura de la mujer fatal es recurrente en la historia de la literatura y las artes en general. Va desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días: es muy largo el anecdotario de estas poderosas damas que sabían lo que necesitaban y cómo obtenerlo, aunque posiblemente las feministas de todas las épocas no estén de acuerdo con sus estrategias. El baile es uno de los recursos más utilizados por las fatales mozas como expresión de la impudicia que atrae y desconcierta a una víctima probable. Por eso no es de extrañar que los coreógrafos introdujeran a la femme fatale como figura principal de sus ballets. . Pues bien, en plena mitad del siglo XIX, llegaron procedentes de la literatura a los escenarios de los teatros decimonónicos europeos las primeras vampiresas vestidas de tul que, con cada evolución dancística, delataban un carácter mucho más complejo que el de las protagonistas espirituales y lánguidas a las que estaba acostumbrado el público del ballet. Estas hembras eran extremadamente licenciosas y muy dispuestas a usurpar el alma de los hombres. Bailando ante los ojos masculinos, la mujer fatal coBITÁCORA PÚBLICA

quetea y brinda dadivosa una probadita de la voluptuosidad que puede ofrecer en la alcoba si el observador se doblega a sus caprichos. Ellas no dudan en utilizar cada músculo de sus perfectas anatomías como catalizadores de la seducción, por esa razón los coreógrafos de los ballets voluptuosos siempre incluyen una escena donde el caballero se derrite, mientras la prima ballerina hace coquetas pirouettes. Tal es el caso de la princesa idumea (Salomé.1913) que ejecuta la danza de los siete velos, procurando estimular la imaginación de su padrastro, con el fin de apoderarse de la cabeza del Bautista que la desairó. Un baile sensual puede doblegar voluntades. Lo que expresan los cuerpos de las bailarinas que interpretan a las mujeres fatales es un testimonio de pasión, una promesa de goce infinito y un ofrecimiento de carnales retozos que ningún varón puede ignorar; con felinos movimientos suscitan una ciega veneración del elegido que puede conducirlo a un destino trágico. Baste recordar el ballet Manon (1884), donde la intérprete baila ante el caballero Des Grieux para persuadirlo de que renuncie al sacerdocio y la acompañe en sus correrías, a pesar de que ella lo abandonó por un amante rico y fue la causa de que el joven pasara una temporada en la cárcel. Y lo convence con la cadencia ondulante de sus brazos y la flexibilidad de su torso. No puedo dejar de mencionar en esta lista de tentadoras a la gitana Carmen (Carmen 1967), que fascina a don José con sus pasos enérgicos y sensuales, ni a la infiel Zobeida (Scherezade.1910), que no para de bailar hasta que el sultán le perdona su perfidia, y menos aun al cisne negro Odile (El lago de los cisnes.1877) que, con vertiginosos fouettés, logra hechizar al príncipe para que olvide el amor verdadero. Queridas por su belleza y odiadas por su egoísmo, las vampiresas de tul manipulan al hombre usando el cuerpo como arma mortífera y la danza como expresión letal. No en balde Charles Baudelaire las invocaba en Las flores del mal (1857): “¡Qué importa que de Satán o de Dios vengas! / Igual da que seas ángel o sirena, tú, hada con ojos aterciopelados/ ritmo, perfume, brillo, ¡oh mi única reina!”

13 • noviembre 2017


Balística forense La Balística Forense es una ciencia auxiliar de la criminalística enfocada al estudio de las armas de fuego y todo lo relacionado al ciclo de disparo, y más aún de las trayectorias, efectos, métodos de identificación y comparación tanto de balas, casquillos y demás elementos balísticos. La persona que aspira a conocer la Balística Forense ha de ser un gran observador, puesto que ésta ostenta un carácter regresivo fundamental, ya que una vez en el lugar de intervención el perito en balística habrá de intentar resolver de primera mano la interrogante básica: ¿Qué pasó aquí?, estructurada para su conocimiento en Balística, Interior, Exterior, Efectos e Identificativa y comparativa; El amplio espectro de la Balística Forense hace necesario un compromiso integral para su conocimiento y ponderación, es por ello que en la Escuela de Derecho, Posgrados y Práctica Jurídica se ha implementado la infraestructura y logística indispensable para acceder a esta interesante, útil y necesaria ciencia forense, lo cual se ve reflejado en el Diplomado de Balística Forense, el cual propone ser punta de lanza en la formación de expertos en la materia, dotándolos además de contenido teórico, de un alto contenido práctico, ofreciendo al alumno incluso la experiencia del disparo.

Antonio López Morales. Docente de la Escuela de Derecho Posgrados y Práctica Jurídica.

14 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA


Bitácora Poética En el bar de esta esquina

Carolina Quintero Valverde En el bar de esta esquina,

Desnuda

mi madre pasa su infancia,

en la esquina de uno de sus cuartos,

la niña más hermosa

con la luz amarilla de un bombillo

que alguna vez trajo un padre.

y el reflejo en sepia de las cosas.

Mi abuelo ve su vida

Mi bisabuelo arregla repetidas veces

en los rieles del tren

el tren negro de la Northern,

donde murió su padre,

que descansa

la fricción de todo lo que ha salido mal,

en la Estación del Atlántico.

mientras llega al hospital

Percibo su presencia de ave

a despedir a su madre.

que vuela sobre la presa del tiempo.

El alma de la bisabuela

Me siento en la acera de esta calle

escondida en alguna parte de Barrio Amón.

y lo espero.

Miro los nombres de los moteles a mi paso, sus ofertas, sus sábanas como periódicos con todas las historias que no fueron.

Obra de Andrés Ocampo. Three Graces 3.3 Óleo e impresión piezográfica sobre tela, 162 x 100 cm, 2016-2017. Colección Jorge Robles.

Carolina Quintero Valverde nace a finales de 1989 en San José, Costa Rica. Formó parte desde el 2006 del taller literario Netzahualcóyolt. Algunos de sus poemas aparecen en el suplemento La MalaCrianza del Semanario de la Universidad de Costa Rica. Publica su primer libro Pequeña muerte en el Ártico (editorial Perro Azul, 2010) como parte del proyecto Poeta Joven y su segundo libro Datos Adjuntos con editorial Espiral en el 2016. Participa en el 2011 en el VIII Encuentro Internacional de Escritores de Costa Rica, varios de sus poemas aparecen en la Antología del mismo Encuentro. Ha colaborado en los últimos años en el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica. Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano. Ha participado en diversos festivales y encuentros de poesía en Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Es egresada de la carrera de medicina de la Universidad de Costa Rica.

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15 • noviembre 2017


Bitácora Narrativa Ósculo (Para la Pastorcita de la oveja negra)

14 de marzo de 1974 Ella estudia en la secundaria vespertina Josefa Ortiz de Domínguez, fui ahí con un amigo a ver a las niñas. Es su prima, me la presentó y él se fue con otras más guapas; yo, sumamente tímido, no hablé; ella siempre tuvo el control, nosotros estudiábamos en primero de secundaria; ella, en tercero. Me llevaba dos años, y en una mujer es mucho. Era bajita, sin curvas, delgada y de pelo corto, no destacaba para nada salvo por su boca: carnosa, grande, atractiva. Me pidió que la acompañara a su casa, me tomó de la mano y fuimos hablando, o más bien, habló ella. En una parte de la charla, se detuvo, fuimos a un sitio oscuro bajo un árbol y dijo ¿Quieres que seamos novios? Sí; respondí. Sin hablar más tomó mi cara con sus dos manos, y me besó larga, profundamente; abrió mi boca a lengüetazos, y me trajo el terremoto. Su boca: caliente, húmeda, con la lengua como un animal que explora, hizo tal impacto en ese primer beso, que me mareé; las corvas se doblaron, y casi caigo desmayado ¿Qué es esto? Pensé. Sus labios quemaban, duró muchísimo, palpitaban, y me hicieron desfallecer, nunca sentí otro beso igual. Esa ondulación, el cruce de salivas, la oscuridad y anulación del tiempo y el entorno, fue eterno y me marcó. Lo demás no importa. Duramos una semana de novios, ella me cortó, la besé algunas veces más pero ningu-

na como aquella; ya no recuerdo su nombre siquiera, pero nunca olvidé aquel beso. Octubre de 1998 Después de un matrimonio fallido, y varias mujeres, me volví a juntar con otra chica. Teníamos cuatro hijos, ella era muy tradicional, yo trabajaba en una oficina recién llegado de provincia. Nuestra relación no estaba viciada, ni era mala. Pero yo no podía con mi temperamento, me gustaban los retos, y, por una extraña razón, no me importaba tanto el coito. Me concentraba en los besos, convertido en experto buscando revivir aquel primero a los trece años. Ese día estaba en la Avenida Insurgentes, a la altura de San Ángel, e iba a cruzarla. A mi lado apareció una chica de unos 17 años, yo tenía casi 40, iba de traje y corbata, ella se veía guapísima. Sonrió. Yo también. Mientras esperábamos que parara el tráfico, se me ocurrió como un reto, una locura: Inicié la charla y cuando pasamos al camellón de en medio y esperábamos para cruzar, hacia la otra acera, ya la había tomado del brazo, y la había hecho reír, y le hablaba de su boca y de los besos; le pedí uno. Hice un discurso entre poético y filosófico y muy persuasivo, le dije algo que la convenció. —Yo no te voy a volver a ver; no quiero tu teléfono, ni acostarme contigo: sólo robarte un beso, para recordarlo siempre”. Fui tan convincente que accedió ahí, en medio de autos e

Irving Ramírez innumerables gentes en todas direcciones, en el anonimato de la modernidad, perdidos en el tiempo y la historia sin identidad más que el de las bocas trémulas. Un beso largo, dulce entre dos desconocidos. Cruzamos, seguimos hablando y la acompañé hasta el edificio adónde iba unos metros adelante. Nos despedimos sin tocarnos, para no mancillar esa maravilla. Se perdió en la inmensidad de los destinos anónimos y su innumerable prisión. Diciembre de 1999 Estaba por volver a provincia. Muy dedicado a mi trabajo en la SRE, y una estudiante quería entrevistarme para un trabajo de la escuela. La cité en el parque Hundido, había llevado a mi mujer y mis 4 hijos a jugar. Ella llegó con su gabardina, de trenzas, un rostro muy bello y de buen cuerpo. Tal vez de veinte años, nos sentamos en una banca y sin pensarlo- no iba a eso, comencé mi ritual de convencimiento, fue más difícil: tenía novio, me lo dijo. Insistí, le dije que sólo era un beso, qué nadie se enteraría, que no le costaba nada. Mis hijos jugaban a la distancia: había mucho movimiento, era domingo; yo le tomaba la mano y sonreía, por fin accedió desconcertada. Le di un beso de fuego que nos estremeció y a ella le erizó la piel, larguísimo, nos interrumpió mi hijo Diego que llego llorando, “ papá, Diana me pegó”, Nos separamos. Nunca hizo la entrevista, se levantó y se fue corriendo y volteó una vez más deteniéndose entre el globero y los triciclos, me miró como despedida.

16 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA


La boca me ardía, escoriada, aún estaba excitado. Tampoco supe su nombre. Octubre 2002 Me enviaron a dar un curso a esa ciudad de provincia. El grupo era muy unido, la mayoría hombres, y sólo tres mujeres; una sobresalía, la más brillante, hermosísima, y carismática. Alta, de pelo rubio, con trenzas rastas, no supe cómo nos conectamos, nunca me meto con alumnas, y cuando me di cuenta, ya estábamos involucrados. Me dejaba recaditos al entregar trabajos, nos escribíamos emails diario, y nos citábamos al terminar la clase en un pasaje comercial nada discreto cerca de la facultad, hasta muy tarde.

Los besos eran dulces, largos, suaves, apenas de roce y de variedad múltiple. Sólo a eso íbamos. No fuimos amantes. Yo de 40 y ella de 17 años, resguardamos esa temporada para siempre. Un día no fui a la cita. Alguna confusión y ella me escribió desesperada, que no entendía por qué no fui por mi ración de besos, “allí estuvimos mis trenzas, mis zapatos desamparados, mis rodillas huesudas: nos dejaste solos a todos” ¿Qué te ocurrió, pensé que te había secuestrado una ñora de lana, te enfermaste, te fulminaron de repente?” Y así era de fascinante, ese día los ósculos— así les dices tú—, se quedaron varados. Pero los hechos se precipitaban, tuve que irme, las cosas cambiaron.

Un beso, al final en el parque negro selló esa despedida: tenue, ligero al principio, sin pasión, como un preludio armado de repente, hecho una promesa; y luego tórrido, desesperado, telúrico, sin posibilidad de regreso a la distancia. Marzo 2009 Ayer alguien se despidió de mis con estas palabras: “ bay; besos”. Y sentí como un latigazo en la espina dorsal. No pueden nombrar lo íntimo del ser como un saludo o una bofetada. Decidí no abandonarlo, y besar menos, muy poco, y cada uno sería un terremoto. Desde entonces eso determina mis encuentros, porque para mí, un beso es un ave moribunda. Un incendio.

Irving Ramírez (Xalapa, Veracruz) Novelista, poeta, cuentista, ensayista, periodista y guionista. Publicó la novela, Yo le canto al cuerpo gélido (ed. Joaquin Mortiz Planeta), premio a primera novela Juan Rulfo 1997; Mi único sueño voluntario, en el 2001 en la Editorial de la Universidad del Estado de México., Segundo lugar en el premio nacional Ignacio Manuel Altamirano del Edo de México. En el 2006 quedó finalista del premio de novela Herralde de la Editorial Anagrama de España con su novela El Espejo de los tiempos futuros, que se editó en Madrid en 2015 en editorial Éride. Fue finalista del Premio Nacional de Ensayo Magdalena Mondragón con el libro La Nave de Los sigilos, editado por el ayuntamiento de Torreón en 2002. Obtuvo mención honorífica en el certamen internacional de poesía Gilberto Owen de la UAEM en 2014.

DISKE-T-ERAPIA

Ivo Quallenberg

Sin olas, desolado Villaurrutia

“Identifíquese” ordenó mi computadora personal. Y yo tecleé entonces: Ando sin casa, descasado; sin esposa, desposado; sin templo, destemplado; sin certezas, desierto.

error error error Mucha verdad hay en esto, me dije. Error. Un error sin remedio, y lleno de congoja seguí escribiendo:

Asunto resuelto, me dije; sin nada escrito, ya descrito.

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Tras unos segundos de angustiosa espera mi computadora personal sacó a relucir su atinadísimo e implacable juicio:

Sin tino, mi destino...

17 • noviembre 2017


Entre el Hecho y el Derecho

Breve reflexión hacia un modelo de derechos de la naturaleza y los seres vivos Ricardo Tapia Vega* Los versículos 28, 29 y 30 del primer capítulo del Génesis bíblico dicen:

perder su equilibrio reportan afectaciones a sus integrantes.

28. Y los bendijo[se refiere a Dios], diciéndoles: “Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra”.

En esa línea actualmente se ha hablado, aún en clave antropocentrista, del derecho de los seres humanos a un medio ambiente sano, el cual ha sido postulado en constituciones nacionales; por ejemplo, en México, en el párrafo quinto del artículo 4 constitucional, y en los tratados internacionales, por ejemplo, en el artículo 11 del Protocolo de San Salvador.

29 Y continuó diciendo: “Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. 30 Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde”.

En ese tenor, quizá parte del origen de la cosmovisión occidental antropocentrista (doctrina que sitúa al ser humano por encima de todos los seres y como centro de todas las cosas), se encuentre en dicho texto bíblico. Ahora, bajo la idea antropocéntrica se ha abusado del medio ambiente y de los demás seres vivos, pensando que todo debe estar al servicio del homo sapiens. Así, en aras del “progreso del género humano” nuestra especie ha contaminado excesivamente el entorno natural, ha extinguido especies, ha maltratado y explotado a seres vivos, etc. Pero a partir de las décadas finales del siglo XX hemos tomado mayor conciencia de que el daño que causamos a la naturaleza también nos perjudica, ya que al igual que las plantas, los animales y los demás elementos del medio ambiente, pertenecemos a determinados ecosistemas que al

Sin embargo, es la Constitución de Ecuador, de 2008, la que ha roto el paradigma antropocéntrico, apostando por una postura abierta a la totalidad de la vida y el entorno inmediato con el que nos relacionamos cotidianamente, al reconocer que la naturaleza tiene derechos. Al respecto son ilustrativos los artículos 71 y 72 de dicha Constitución: Art. 71.- La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza. Para aplicar e interpretar estos derechos se observaran los principios establecidos en la Constitución, en lo que proceda. El Estado incentivará a las personas naturales y jurídicas, y a los colectivos, para que protejan la naturaleza, y promoverá el respeto a todos los elementos que forman un ecosistema.

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Art. 72.- La naturaleza tiene derecho a la restauración. Esta restauración será independiente de la obligación que tienen el Estado y las personas naturales o jurídicas de Indemnizar a los individuos y colectivos que dependan de los sistemas naturales afectados. En los casos de impacto ambiental grave o permanente, incluidos los ocasionados por la explotación de los recursos naturales no renovables, el Estado establecerá los mecanismos más eficaces para alcanzar la restauración, y adoptará las medidas adecuadas para eliminar o mitigar las consecuencias ambientales nocivas.

Así, vale la pena reflexionar sobre la idoneidad del tránsito hacia un modelo en el que el ser humano mas que en el centro, se ubique dentro de un contexto medioambiental en el que comprenda que junto con los demás seres incide en el equilibrio del ecosistema, y en el que se responsabilice de su cuidado al ser la especie que acorde a sus cualidades intelectuales está en mejor posición para hacerlo. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Y en el plano internacional destaca la posición de Bolivia en 2009, al presentar el Proyecto de Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra.

• Garza Grimaldo, José Gilberto, Los derechos de la naturaleza en México. Recuperado el 10 de junio de 2017, de http://www.redalyc.org/ html/2631/263139243025/

Por otra parte, en lo referente a los casos jurisdiccionales llama la atención que un tribunal argentino (integrado por Peter Singer, Tom Regan y Eugenio Raúl Zaffaroni), a fines de 2014, determinó que Sandra, una orangutana residente en el zoológico de Buenos Aires, era un sujeto de derecho, en relación a un hábeas corpus (herramienta jurídica contra detención ilegal) promovido en su favor, razonando que pensar lo contrario sería caer en un “especismo excluyente”.

* Doctor en Derecho y Globalización, con mención honorífica, por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Catedrático en licenciatura y posgrado en la Facultad de Derecho y Ciencias sociales de dicha universidad, y en posgrado en la Escuela de Derecho, Posgrados y Práctica Jurídica. Especialista en “Justicia constitucional, interpretación y aplicación de la Constitución”, “Contratación pública, nuevas regulaciones y globalización” y en “Nuevos escenarios de la responsabilidad civil” por la Universidad de Castilla-La Mancha, Toledo, España. Autor en diversos artículos, revistas y libros. Abogado litigante. Correo electrónico: ricardo.tapia@uaem.mx

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Seis poetas de Portugal Voces de hoy

Enrique Nogueras El vínculo entre poetas españoles y portugueses parece haber hallado siempre un paisaje privilegiado en el sur de ambos países, en el Algarve, y en Huelva o Sevilla, o si se prefiere en la Andalucía Occidental. El libro Voces de Portugal es un ejemplo de esta privilegiada relación entre los poetas de ambos lados de la “raia” en tierras del sur de Iberia. No es casual que este libro nos llegue de la mano de Pedro Sánchez Sanz, un poeta sevillano, cuya vocación de traductor se ha ido desplazando progresivamente del ámbito anglosajón hacia la poesía portuguesa. El lector tiene en sus manos una compilación de poemas notabilísimos, un muestrario breve de la obra de algunos poetas vecinos por lengua y geografía, poetas de muy variado perfil, orientación y tono. El lector encontrará aquí, más que una radiografía de la actual lírica de Portugal, un repertorio de indicios, un mapa de sugerencias. ¿Estamos ante una antología de la poesía actual portuguesa? Sí y no, porque el libro carece de pretensiones académicas o canónicas, pero una antología no carece nunca de una política, -la condición de antólogo es una variante de la autoría- y aquí el antólogo es responsable de una selección que si es una apuesta no es necesariamente una propuesta canónica o exclusiva, sino más bien una sugerencia, el poso de una peripecia vivida de lector y de escritor, un efecto de esos vínculos vivos e itinerantes entre poetas transfronterizos. No creo, ya lo he dicho, que su intención haya sido ofrecernos una guía escolar de la poesía portuguesa actual, sino una propuesta personalísima y arriesgada de lecturas, de invitaciones, o incitaciones mejor. Quizás Pedro Sánchez Sanz haya elegido una muestra sin pretensiones, pero desde luego la ha elegido con cuidado. Los poetas incluidos en esta colectánea ofrecen si no una panorámica sistemática de la lírica portuguesa de nuestros días, sí una panoplia significativa donde conviven orientaciones, voces y sensibilidades sedimentadas en el tiempo. Extracto del prólogo a Voces de Portugal. Once poetas de hoy. Traducciones al español de Pedro Sánchez Sanz. Voces de Portugal. Once poetas de hoy Edición bilingüe Ed. Libros del Genio Maligno Granada, 2017 Editor: Enrique Nogueras Antólogo y traductor: Pedro Sánchez Sanz

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Las fotografías sucias Joaquim Cardoso Dias

Conocemos ese sortilegio fugitivo de las voces las palabras recordadas por animales bajo un cielo inmenso vimos esa esencia nuevos poemas restos de huesos y de fuego indicios donde los brazos duelen perseguidos por la melancolía sabemos del azul de las camisetas en el verano hasta perder el aliento una cama para joder al mundo o esa forma sublime de escupir a los otros y queremos ser felices con la máquina de afeitar del hermano mayor y lo que nos falta es el coraje para comprender lo que sabemos como la lluvia dentro de casa demasiado transparente sobre los hombros

Obra de Andrés Ocampo. La razón que intenta aprehender la realidad # 3. Segundo misterio gozoso: Los boquiabiertos contemplando a Zoé. Óleo sobre tela, 62 x 100 cm, 2014-2015. Colección Jorge Robles.

Joaquim Cardoso Dias (Castelo Branco, 1973) Vive en Lisboa. Licenciado en Sociología, ha sido periodista y profesor de portugués. Ha publicado los libros de poesía O preço das casas y Pornografia comum. Organizó la antología Dez cartas para Al Berto. Está incluído en revistas y antologías en Portugal y en el extranjero. Ha colaborado en el DNJovem, suplemento del periódico Diário de Notícias y en el Jornal de Letras.

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21 • noviembre 2017


La caída de Bizancio João Miguel Pereira Otra ciudad que despierta en la noche. Los rostros se transforman en el desasosiego de buscar cuerpos transeúntes que sugieran la emoción de neones lascivos. Son el azote del puritanismo burgués del día soleado. Ciego. En los pliegues de la calle asoman demonios.

Por la ventana abierta, una pareja se ama ardientemente y la alba cama es una carta que se va escribiendo con sudor y otros fluidos mudos. Y en la distancia, los fantasmas de la soledad se disipan. El remitente de la mañana son los amantes, los gemidos nocturnos lanzándose al abismo de la memoria, mutuamente. Más allá suenan pasos en el asfalto de la vida, son almas hambrientas. Bizancio cayó estrepitosamente

Obra de Andrés Ocampo. Retrato de Kristyne en el jardín de Ginebra de Benci. Óleo sobre lámina de cobre, 12 x 16 cm, 1996. Colección Kristyne Berg.

y las bailarinas de vientre desnudo apenas son remedio de un recetario de turgencia consumida. Y los rostros que se desconocen obvian las convenciones, nadie sabe el nombre que tiene ni la persona que fue.

João Miguel Pereira (Vila Real de Santo António, 1978) Licenciado en Historia por la Universidad de Évora en 2003, ejerce funciones docentes y de formación de jóvenes y adultos. Es desde 2014 coordinador del Club de Lectura en Lengua Portuguesa en la Biblioteca Provincial de Huelva. Ha colaborado activamente en el grupo Poetas do Guadiana, participando en dos antologías Foz do Guadiana (2012 y 2014) y en Apontamentos da Margem: textos poéticos de 23 autores (2015), así como en la selección La noche en blanco (2015). Ha publicado el libro de poemas Lugar sinónimo, junto con el poeta Pedro Oliveira Tavares. 22 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA


Este poema no tiene cura Cláudia Sampaio Este poema no tiene cura. Este poema no sabe que es un poema. Le ofrezco, amando, mi interior nocturno transformado en mujeres veloces, con un golpecito en el estómago y un desmayo universal. Moriré así, con las manos largas de todas las preguntas dejadas a mi espalda. ¿Qué será de mi esencia? Este poema no tiene esencia. Este poema es una madre en llamas en la barriga del hijo. Obra de Andrés Ocampo. Sueño con una calle de Taxco. Lápiz sobre papel, 20 x 29 cm, 2000. Colección Beatriz Llamosas.

Cláudia Sampaio (Lisboa, 1981) En 2014 publicó su primer libro de poesía, Os dias da corja, seguido de A primeira urina da manhã en 2015 y Ver no escuro en 2016. Desde entonces ha colaborado en varias revistas y antologías de poesía. Ha escrito un texto para teatro por encargo de Culturgest para la 10a edición del festival PANOS, en Mayo de 2017. En su tiempo libre se dedica a la pintura. Vive en Lisboa con sus dos gatas: Polly Jean y Aurora.

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23 • noviembre 2017


Sólo un rumor Ricardo Gil Soeiro Créeme, es sólo un rumor: no sé escribir el viento, ni cómo se nace otra vez. Nunca supe cómo tejer al piano la cara vacía del tiempo. Por favor, no preguntes: pues no sé cómo germina un poema, ni cuántos días caben en tu rostro. ¿Cómo se conjuga la ciudad y el adiós? Preguntas, pero yo no sé lo que es la muerte.

Obra de Andrés Ocampo.

Ricardo Gil Soeiro (Tabuaço, 1981) Es poeta y ensayista. En 2012 vio la luz L’apprendista di enigmi, una antología poética traducida al italiano. Con Iminência do Encontro fue galardonado com el Premio PEN Clube Português - Primeira Obra 2010. En 2014 fue agraciado con el Premio de Poesía Albano Martins. Con el libro A Sabedoria da Incerteza fue finalista del premio PEN de Ensayo 2016. Con el libro Palimpsesto fue finalista del Premio Autores 2017- SPA, en la categoria de Literatura – Mejor Libro de Poesía.

24 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA


Al regresar Andreia C. Faria Al regresar, me desnudé delante de mi madre La desnudez le diría de los paisajes, de las fracturas, solitarios minerales que se engastan en los huesos, del viaje Lo que ella vio era apenas el esfuerzo de las dunas, suave y compacto para emerger del suelo, la flora accidental Le pedí que me buscase los flancos, el leve ahondamiento de caderas, o debajo de los brazos, el inicio de un valle, cualquier rastro de que el mundo me hubiera contorneado, pero ahí también sentía ella la fragancia impúber de quien ya no crece.

Obra de Andrés Ocampo. Sueño con una calle de Taxco Lápiz sobre papel, 20 x 29 cm, 2000. Colección Beatriz Llamosas.

Andreia C. Faria (Porto, 1984). Publicó en 2008 su primer libro de poemas, De haver relento (Cosmorama Edições), en 2013 Flúor (Textura Edições) y en 2015 Um pouco acima do lugar onde melhor se escuta o coração (Edições Artefacto).

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25 • noviembre 2017


La herida sólo duele si la sientes Sandra Santos La herida sólo duele si la sientes como si no hubiese nada más. la herida es al final una ida que hiere un desplazamiento feroz que regresa debilitado y se aloja en ti desierta y mendiga. No te detengas en ella deja sólo que se sustente, abandonada en una reclusión atroz que sólo con el agua con que mojes sus labios se sienta apaciguada porque, tarde o temprano, todo cuerpo sucumbirá toda fiera se calmará; como una flor abierta que sabe que cerrarse

Obra de Andrés Ocampo. El nacimiento de Venus ante las cámaras, o “La nascita di Venere davanti alle camere”, según se prefiera Óleo sobre tela, 60 x 90 cm, 2012. Colección Jorge Robles.

es un modo indoloro de regresar.

Sandra Santos (Barcelos, 1994) Es estudiante, escritora, traductora y revisora de textos. Tiene formación académica en Idiomas y Relaciones Internacionales (FLUP) y en Estudios Editoriales (UA). Sus traducciones han sido publicadas en Portugal, España y América Latina. Participa en proyectos culturales, artísticos y literarios.

26 • noviembre 2017 BITÁCORA PÚBLICA




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